Homilía 5° Domingo de Cuaresma

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5° DOMINGO DE CUARESMA 21/3/21

“Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser glorificado… y cuando yo
sea levantado en alto sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí” Jn 12,20-33
Queridos hermanos, estamos ya en el 5° domingo de Cuaresma. A las puertas del
domingo de Ramos. En el Evangelio de hoy escuchamos a Jesús declarar que su hora ha
llegado. Al ver que unos griegos, unos paganos, es decir, gente que no era judía lo
buscaba se da cuenta que su tiempo entre los hombres se está terminando.
La salvación que viene a traer no es solo para los judíos sino para todo el mundo, para
todos los hombres del pasado, del presente y del futuro, o sea para nosotros y los que
vendrán.
Jesús vino para dar su vida por muchos, como escuchamos en la Misa, derramando su
sangre, sangre de la Alianza nueva y eterna que es derramada por muchos.
El Señor sabe todo lo que le va a pasar, siente temor pero el amor lo mueve a dar su
vida por nosotros. Esta Cuaresma es una invitación a mirar otra vez la cruz y dejarnos
mirar por el Señor crucificado.
No es signo de muerte sino de Vida que se entrega. Miremos y adoremos a Cristo en la
Cruz, como también lo vamos a hacer el viernes santo. No, no fueron los clavos los
que sujetaron a Jesús en la cruz, si no su amor por ti y por mí. El amor de Jesús.
Dejémonos atraer por este amor de Dios.
Puede ser que tengamos muchos años en la Iglesia o pocos. Dejémonos cautivar como
la primera vez por este amor. Este tiempo de Cuaresma es tiempo también de
renovación en la fe.
Que la fe de María nos inspire y anime a seguir al Señor, como ella lo hizo. Caminemos
como Iglesia hacia la semana santa que más allá del contexto que nos toca vivir no deja
de ser la semana más especial del año, donde el Señor por la gracia del Espíritu Santo
no deja de derramar especiales gracias para todos.

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