Mielomeningocele
Mielomeningocele
Mielomeningocele
La espina bífida es una afección que afecta la columna vertebral y suele ser
evidente en el nacimiento. Es un tipo de defecto del tubo neural (DTN).
Mielomeningocele
Cuando se habla de espina bífida, la mayoría de las veces se habla de
mielomeningocele. El mielomeningocele es el tipo más grave de espina bífida. Con
esta afección, un saco de líquido sale a través de una abertura en la espalda del
bebé. Parte de la médula espinal y los nervios están en ese saco y presentan
daños. Ese tipo de espina bífida provoca discapacidades que pueden ser de
moderadas a graves, como problemas que afectan la forma en que se va al baño,
pérdida de sensibilidad en las piernas o los pies, o no poder mover las piernas.
Meningocele
Otro tipo de espina bífida es el meningocele. Con el meningocele, un saco de
líquido sale a través de una abertura en la espalda del bebé. Pero la médula
espinal no está en ese saco. Por lo general, el daño de los nervios es escaso o
nulo. Este tipo de espina bífida puede provocar discapacidades menores.
Durante el embarazo
Durante el embarazo, hay pruebas de detección (pruebas prenatales) que se usan
para determinar si el bebé tiene espina bífida u otros defectos congénitos. Hable
con su médico si tiene alguna pregunta o inquietud sobre estas pruebas
prenatales.
AFP: AFP quiere decir alfafetoproteína, una proteína que produce el bebé
en gestación. Es un simple análisis de sangre que mide qué nivel de AFP
pasó del bebé a la sangre de la madre. Un nivel alto de AFP podría indicar
que el bebé tiene espina bífida. Un análisis de AFP puede formar parte de
una prueba llamada “de triple detección”, que detecta defectos del tubo
neural y otros problemas.
Ecografía: una ecografía es un tipo de imagen que se toma del bebé. En
algunos casos, el médico puede ver si el bebé tiene espina bífida o hallar
otros motivos por los que podría haber un nivel alto de AFP. Con
frecuencia, la espina bífida se puede ver con esta prueba.
Amniocentesis: en esta prueba, el médico toma una pequeña muestra del
líquido amniótico que rodea al bebé en el útero. Un nivel de AFP más alto
que el promedio en el líquido podría indicar que el bebé tiene espina bífida.
A veces hay una zona de piel con pelo o un hoyuelo en la espalda del bebé que se
detecta por primera vez después del nacimiento. El médico puede usar estudios
por imágenes, como radiografías, resonancias magnéticas o tomografías
computadas, para ver la columna y los huesos de la espalda del bebé con
mayor claridad.
A veces, la espina bífida recién se diagnostica después del nacimiento del bebé
porque la madre no recibió atención prenatal o porque una ecografía no mostró
imágenes claras de la parte afectada de la columna.
Tratamientos
No todas las personas que nacen con espina bífida tienen las mismas
necesidades, así que el tratamiento es diferente para cada persona. Algunas
personas tienen problemas más graves que otras. Las personas
con myelomeningocele y meningocele necesitan más tratamientos que las que
tienen spina bifida occulta.
Para obtener más información sobre tratamientos, visite la página de tratamientos.
Causas y prevención
No se conocen todas las causas de la espina bífida. Es necesario estudiar más el
rol de factores como los genes y el medio ambiente en la aparición de la espina
bífida. Sin embargo, sabemos que hay maneras en que las mujeres pueden
ayudar, antes y durante el embarazo, a reducir el riesgo de tener un bebé con
espina bífida.
https://www.cdc.gov/ncbddd/spanish/spinabifida/facts.html
bebés
Tener un bebé recién nacido trae emoción y desafíos. Los padres recientes suelen
sentir muchas emociones distintas, como amor, alegría, felicidad, preocupación y
agotamiento. Lo mismo les pasa a los padres que tienen un hijo con espina bífida.
Sin embargo, además de adaptarse a la vida con un recién nacido, los padres de
un niño con espina bífida también deben aprender todo lo que puedan sobre la
afección a fin de prepararse para las necesidades de su hijo.
Aprender sobre la espina bífida
Enterarse de que tendrán un hijo con espina bífida puede ser abrumador para los
padres. Es importante que sepan que la mayoría de los niños con espina bífida
alcanza su máximo potencial.
Hidrocefalia
Muchos bebés que nacen con espina bífida tienen hidrocefalia (también llamada
“agua en el cerebro”). Eso quiere decir que hay líquido extra en el cerebro y a su
alrededor. El líquido extra puede hacer que los espacios del cerebro, llamados
ventrículos, se vuelvan demasiado grandes, y la cabeza puede hincharse. Es
necesario hacer un seguimiento estricto de la hidrocefalia y tratarla
adecuadamente para prevenir lesiones cerebrales.
Si un bebé con espina bífida tiene hidrocefalia, un cirujano puede colocar una
derivación. Una derivación es un pequeño tubo hueco que ayuda a drenar el
líquido del cerebro del bebé y lo protege de sufrir demasiada presión. Es posible
que se necesiten cirugías adicionales para cambiar la derivación a medida que el
niño crece o si esta se obstruye o infecta.
Movilidad y actividad física
Las personas con espina bífida se desplazan de distintas maneras. Estas incluyen
caminar sin ningún aparato o ayuda; caminar con aparatos ortopédicos, muletas o
andadores y usar silla de ruedas.
Las personas con espina bífida en una zona más alta de la columna (cerca de la
cabeza) pueden tener parálisis en las piernas y usar silla de ruedas. Las que
tienen espina bífida en una zona más baja de la columna (cerca de la cadera)
posiblemente tengan mayor uso de las piernas y usen muletas, aparatos
ortopédicos o andador, o tal vez puedan caminar sin esos dispositivos.
La actividad física regular es importante para todos los bebés, en especial los que
tienen afecciones que afectan el movimiento, como la espina bífida. Hay muchas
maneras en que los bebés con espina bífida pueden ser activos. Por ejemplo,
pueden:
Piel
Los bebés con espina bífida pueden presentar llagas, callos, ampollas y
quemaduras en los pies, los tobillos y la cadera. Los padres y cuidadores pueden
ayudar a proteger la piel del bebé haciendo lo siguiente:
Controles de salud
Todos los bebés necesitan un proveedor primario de atención médica (como un
pediatra, médico de familia o enfermero diplomado). El proveedor primario de
atención médica se asegurará de que el bebé esté sano, se esté desarrollando
normalmente y reciba inmunización contra enfermedades e infecciones, incluida la
influenza (gripe).
https://www.cdc.gov/ncbddd/spanish/spinabifida/infant.html
Clasificación de los defectos de cierre del tubo neural Estos defectos pueden
clasificarse de acuerdo a su ubicación en cefálicos y caudales, abiertos o cerrados
de acuerdo a si hay o no exposición al exterior de tejido nervioso. Actualmente se
clasifican fundamentalmente en base al sitio del tubo neural afectado, donde el
cierre no se produjo por falla de los mecanismos tisulares de adhesión. En función
de ello hay: •Espina bífida •Espina bífida oculta •Espina bífida quística:
meningoceles, mielomeningoceles, anencefalia y craneoraquisquisis. Esta falla es
la que determina la presencia de los diferentes tipos de defectos del tubo neural.
Defectos abiertos Craneoraquisquisis: es la ausencia de bóveda craneana,
malformación cerebral significativa y columna vertebral abierta con médula espinal
expuesta en toda su longitud Anencefalia: similar a la craneorraquisquisis, pero sin
defecto de médula espinal (ver fig.2). Mielosquisis: se presenta con médula
expuesta al exterior Mielomeningocele: es una forma limitada de mielosquisis,
sucede por fracaso de cierre en el extremo caudal del tubo neural
tas secas era de 180 días y de 240 días para otros productos elaborados con
harina. La exposición de la población fue parcial desde noviembre de 2003 y se
completó recién en abril de 2004. Esto implica que se puede ver el impacto a partir
de los nacimientos del 2005, cuando la exposición habría alcanzado a la mayoría
de la población. La estrategia de fortificar los alimentos de consumo masivo
permite una mayor cobertura de la población con bajo costo, teniendo en cuenta la
cantidad de embarazos no planificados. Una Revisión Cochrane del año 2008
concluye acerca del efecto protector sólido contra los defectos del tubo neural.
Sugiere que los sistemas de salud apunten a la educación de la comunidad y
difusión sobre la importancia de los folatos, pero no se expide aún acerca de los
beneficios y riesgos de fortificar con folato los alimentos básicos como la harina.
Para las mujeres en edad fértil, la recomendación es consumir de 0,4 a 0,8 mg/día
de ácido fólico, desde el mes antes de la fecundación hasta las 12 semanas post
concepcionales. Este es el período para prevenir los defectos del cierre del tubo
neural. En las mujeres con antecedentes o factores de riesgo se aumenta la
ingesta hasta 4 mg diarios. El nacimiento de los neonatos que tienen diagnóstico
prenatal de defectos del tubo neural debe programarse en una maternidad que
cuente con la infraestructura y el recurso humano acorde a las necesidades
inminentes. Si bien no es inmediata la cirugía, es apropiado haber contactado
previamente al equipo quirúrgico para que precozmente hagan la primera
evaluación y planifiquen el momento quirúrgico. Por otra parte la elección del tipo
de parto estará supeditada a las condiciones de salud materno fetales y al tamaño
del defecto; en el caso de los defectos abiertos no se recomienda el nacimiento
por parto vaginal cuando el mismo es mayor a 4 cm. Otra alternativa de
tratamiento es la cirugía fetal, que se realiza entre la semana 20 y 25 de
gestación. Un ensayo clínico aleatorizado controlado y multicéntrico de reciente
publicación, menciona beneficios en relación al pronóstico sobre el desarrollo
psicomotor a largo plazo dado que disminuye las morbilidades asociadas a la
malformación. Dentro de las desventajas del procedimiento se encuentra el
aumento de morbilidad materna y de la tasa de prematurez. Si bien no es una
opción terapéutica accesible para todos las maternidades por su complejidad,
especificidad y requerimientos logísticos, amerita considerarla de ser factible.
Cuidados generales de Enfermería en el perioperatorio Los cuidados
perioperatorios en los neonatos con este tipo de patología están
fundamentalmente orientados a mantener las condiciones del defecto hasta el
momento de la cirugía, prevenir las infecciones y trabajar con la familia. La cirugía
no reviste urgencia, puede realizarse en forma precoz dentro de las primeras 48 h
de vida, diferida a los tres a siete días luego del nacimiento o tardía luego de la
primera semana de vida. Luego de haber realizado precozmente la interconsulta
con el neurocirujano y determinado el tipo de defecto, es importante realizar todos
los estudios complementarios y estabilizar al neonato para que llegue al acto
quirúrgico en óptimas condiciones.
https://www.fundasamin.org.ar/web/wp-content/uploads/2013/08/4-Cuidados-en-
reci%C3%A9n-nacidos-con-defectos-del-tubo-neural.pdf