Intro MC
Intro MC
Intro MC
Granada, 2021
Prólogo
1.1. Introducción
Nature and nature’s laws lay hid in night;
God said ‘Let Newton be’ and all was light.
Alexander Pope
Isaac Newton
Desde la Antigüedad, los humanos han sido conscientes del movimiento de los astros
celestes. Por ejemplo, cada dı́a el Sol sale por el este y se pone por el oeste. También
las estrellas giran en el cielo nocturno de este a oeste. Algunas ‘estrellas’, sin embargo,
exiben un movimiento mucho más imprevisible, y los griegos las llamaron πλαυ ήτ ηζ ,
(‘errantes’), de donde proviene nuestro término ‘planetas’.
Durante toda la Edad Media, en Europa prevaleció la visión aristotélica del uni-
verso, perfeccionada por Ptolomeo en el siglo II d.C. Se suponı́a que la Tierra estaba
quieta en el centro y que en torno a ella giraban una serie de esferas concéntricas,
la exterior de las cuales contenı́a las estrellas fijas. Para explicar el movimiento -en
apariencia errático- de los planetas, éstos se suponı́an fijos sobre nuevas esferas que
giraban a su vez sobre las esferas anteriores.
4 R. ORTEGA, A.J. UREÑA
planeta
Tierra
estrellas
Segunda Ley de Kepler: El segmento que une cada planeta con el Sol barre áreas
iguales en tiempos iguales.
planeta
tiempo t0 + ∆t
tiempo t1
tiempo t1 + ∆t
tiempo t0
Sol
a periodo=k a3/2 ,
donde la constante k > 0
Sol no depende del planeta.
Las tres leyes de Newton de la Mecánica, ası́ como la ley de la gravitación universal, están
descritas en esta obra.
6 R. ORTEGA, A.J. UREÑA
Una de las grandes contribuciones de Newton consistió en afirmar que las masas se
atraen mutuamente. Pensaremos en el Sol y un planeta.
planeta
Sol
ley
GM m x(t)
m ẍ(t) = F (x(t)) = − ,
|x(t)|2 |x(t)|
Observa que m se simplifica en ambos lados de la igualdad, dando lugar a la ecua-
ción diferencial
µ x(t)
ẍ(t) = − ,
|x(t)| 2 |x(t)|
donde µ = GM (es una constante positiva). Definimos
µ
f (r) := − , r > 0,
r2
y nuestra ecuación toma la siguiente forma abstracta:
x(t)
ẍ(t) = f (|x(t)|) .
|x(t)|
donde f :]0, +∞[→ R es dada. Cuando f > 0, el vector apunta hacia fuera (el origen
es repulsivo); por el contrario, si f < 0, el origen será atractivo.
8 R. ORTEGA, A.J. UREÑA
F1 F2
f2
f1
Por ejemplo, para el campo gravitatorio Newtoniano actuando sobre una partı́cula
de masa 1,
µ
f (r) = −µ/r2 , F (x) = − x, x ∈ R3 \{0} ,
|x|3
donde µ > 0 es una constante positiva.
↑
x3 x2
x2 x1 →
x1
es una solución. Esta solución recorre una circunferencia de radio 1 sobre el plano
x1 x2 a velocidad angular ω = 1. Su periodo (el ‘año’ de esta partı́cula) es 2π .
x2 (t)
x(t)
no es periódica de ningún periodo. (Véanse también los ejercicios 2.12 y 2.13, al final
de la lección 2).
INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CELESTE 11
Ejemplo. Continuamos con nuestra ecuación del movimiento bajo un campo gravita-
torio Newtoniano con µ = 1:
x
ẍ = − , x ∈ R3 \{0} .
|x|3
Vamos a buscar ahora una solución que se mueva en la parte positiva del eje
{x2 = x3 = 0}. Entonces,
1
x001 + 2 = 0 .
x1
x1 (t) = c tα , t > 0 ,
pero ahora puede comprobarse que para t < 0, la fórmula anterior define otra solución.
t>0
t=0 t<0
(colisión)
12 R. ORTEGA, A.J. UREÑA
Observa que la ecuación diferencial es autónoma, ası́ que, si x = x(t) es una solución,
entonces x(t + c) también lo es para cada c ∈ R. Por ejemplo,
cos(t + c), sen(t + c), 0 , t ∈ R,
x
es una familia de soluciones de ẍ = − . Lo mismo sucede con
|x|3
r !
9
(t + c)2/3 , 0, 0 ,
3
t ∈] − c, +∞[ .
2
A ∈ M3 (R) , AAT = AT A = I3 .
Ejemplo.
cos θ − sen θ 0
A = sen θ cos θ 0 giro de ángulo θ respecto del eje x3 .
0 0 1
1 0 0
A0 = 0 1 0 simetrı́a ortogonal respecto del plano {x3 = 0} .
0 0 −1
INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CELESTE 13
|Ax| = |x| , x ∈ R3 .
Ax : I → R3 \{0} , t 7→ Ax(t) ,
Demostración.
x(t)
ẍ(t) = f (|x(t)|) ⇒
|x(t)|
d2 Ax(t) Ax(t)
⇒ 2 Ax(t) = Aẍ(t) = f (|x(t)|) = f (|Ax(t)|) .
dt |x(t)| |Ax(t)|
Ejercicio. Demuestra que dados dos planos π y π 0 que pasan por el origen, siempre
existe una matriz A ∈ O(3) tal que Aπ = π 0 . ¿Cuántas?
ϕ : R3 → R , w 7→ ϕ(w) := det(u, v, w) .
A este vector x es usual denotarlo por u∧v , el producto vectorial de u por v . Dicho
de otra forma, u ∧ v se define por la propiedad
hu ∧ v, wi = det(u, v, w) , w ∈ R3 ,
y ası́ hemos construido la aplicación ‘producto vectorial’:
∧ : R3 × R3 → R3 .
v ∧ u = −u ∧ v .
(iii) Si u 6= 0 6= v , entonces
hu ∧ v, ui = 0 = hu ∧ v, vi .
Tras este repaso al producto vectorial, volvemos a nuestra definición del momento
angular de una partı́cula con vector de posición x : I → R3 :
c A
x(t)
0 x1
Ax(t)
π = {c}⊥
x2
Comprobemos que nuestra partı́cula vive en una semirrecta que emana del origen.
Con este fin, derivamos la función x/|x|:
16 R. ORTEGA, A.J. UREÑA
x(t) = |x(t)|v ∀t ∈ I ,
A
x3
0
v
x(t)
x1
Av Ax(t)
x2
Las isometrı́as permiten transformar cualquier semirrecta en la parte positiva del eje x1 .
α(t)
Demostración. Es claro que r es única y dada por r(t) = |α(t)|. A partir de ahora
supondremos que |α(t)| ≡ 1, pues en otro caso dividirı́amos la curva por su norma.
Probaremos en primer lugar la unicidad de θ. Para ello denotamos α = (α1 , α2 ). Dada
θ ∈ C k con
cos θ = α1 , sen θ = α2 ,
derivamos y obtenemos que
t = t1
α(t)
D
0
t = t0
α(t) α(t)
α(t)
0 0
Situaciones a evitar.
Para asegurarnos que estas patologı́as no se dan, supondremos que, tras escribir α
en coordenadas polares α = r(cos θ, sen θ), se cumple que
t = t1
α(t)
Γ1 := {sα(t1 ) : 0 < s < 1} , D
Γ2
Γ0
Γ2 := {α(t) : t0 < t < t1 } .
t = t0
{n(α), α̇}
está orientada positivamente, y esto quiere decir que el vector normal unitario exterior
no es n2 , sino n1 :
(α̇2 , −α̇1 )
n(α) = n1 (α) = .
|α̇|
INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CELESTE 21
α̇(t)
n(α(t))
D
e2
0
α(t)
e1
Si la curva está orientada positivamente, el vector normal exterior n(α(t)) es tal que la base
{n(α(t)), α̇(t)} está orientada positivamente.
V : D̄ → R2 , V (x, y) = (x, y) ,
Vamos a reescribir de otra forma el término en la integral anterior. Para ello, recor-
damos que habı́amos expresado nuestra curva α = (α1 , α2 ) en coordenadas polares:
α1 = r cos θ , α2 = r sen θ ,
Proposición 1.10.1. Sea α = r(cos θ, sen θ) : [t0 , t1 ] → R2 \{0} una curva de clase
C 1 y tal que
θ̇ > 0 sobre [t0 , t1 ], θ(t1 ) − θ(t0 ) < 2π .
Entonces, n o
D = s α(t) : t ∈]t0 , t1 [ , s ∈]0, 1[ ,
es un dominio con área
t1
1
Z
área(D) = r(t)2 θ̇(t)dt .
2 t0
α(t)
t = t0
D
0
t = t1
Ejercicio. Sea α : [0, T ] → R2 \{0}, α = r(cos θ, sen θ), una curva de clase C 1 ,
cerrada (esto es, α(0) = α(T )), y simple (es decir, α(t) 6= α(s) si 0 < |t − s| < p).
Supongamos además que la curva siempre gira en sentido positivo:
θ̇ > 0 sobre [0, T ] .
Prueba que el área de la región interior D determinada por esta curva está dada por
T
1 1 T
Z h i Z
área(D) = α̇2 (t)α1 (t) − α̇1 (t)α2 (t) dt = r(t)2 θ̇(t)dt .
2 0 2 0
Supongamos que
c 6= 0 ,
y expresemos x = x(t) en coordenadas polares:
x3 c = r2 θ̇(0, 0, 1)
x(t)
x1
x2
1 t1 1
Z
área(Dt0 t1 ) = |c|dt = |c|(t1 − t0 ) .
2 t0 2
Esta es la versión cuantitativa de la Segunda Ley de Kepler: el planeta barre áreas
iguales en tiempos iguales.
x(t) = r(t)v ,
donde v ∈ R3 es unitario,
|v| = 1 ,
y r = r(t) es una función positiva. Observamos entonces que al ser x un movimiento,
r debe ser una solución de la ecuación diferencial (en una variable)
r̈ = f (r) , r > 0.
Supondremos que el campo es atractivo, esto es, que f < 0 sobre ]0, +∞[. Enton-
ces r debe ser una función cóncava:
r̈ < 0 . (*)
ṙ(0) = 0 , (**)
INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CELESTE 25
o lo que es igual, que ẋ(0) = 0, nuestra partı́cula parte del reposo (observa que este
hecho ya implica que el momento angular del movimiento es nulo). Probaremos enton-
ces que nuestra solución r = r(t) está definida en un intervalo maximal a la derecha
de la forma [0, ω[ con
0 < ω < +∞ ;
además, lı́mt→ω r(t) = 0 (la partı́cula colisiona con el Sol en t = ω ).
colisión t = ω
x(t)
Si la partı́cula parte del reposo, después de un tiempo dado acaba colisionando con el Sol.
de donde se sigue que lı́mt→∞ r(t) = −∞, algo absurdo porque r es una función
positiva.
Entonces, ω < +∞, y sólo falta probar que lı́mt→ω r(t) = 0. Para verlo, combina-
mos de nuevo (*) y (**), y deducimos que ṙ < 0 sobre ]0, ω[, ası́ que r es decreciente
en este intervalo. Como r es positiva, entonces está acotada cuando t → ω , y en con-
secuencia existe el lı́mite
lı́m r(t) = l ;
t→ω
además, este lı́mite debe ser un número mayor o igual que cero. Razonamos por reduc-
ción al absurdo y suponemos que l > 0. Entonces, la función t 7→ f (r(t)) admitirı́a
una extensión continua sobre el intervalo cerrado [0, ω], y de la igualdad
Z t Z t
ṙ(t) = ṙ(0) + r̈(s)ds = f (r(s))ds , 0 < t < ω,
0 0
26 R. ORTEGA, A.J. UREÑA
lı́mt→α r(t) = 0, r
lı́mt→ω r(t) = 0,
y ṙ < 0 en ] − ∞, ω[. t→
ω
lı́m ṙ(t)
t→ω
existe. En efecto, ṙ es una función decreciente y positiva, ası́ que debe tener lı́mite en
t = ω.
Comprobemos a continuación que ω = +∞. Para ello usamos un argumento de
reducción al absurdo y suponemos que ω < +∞. Entonces ṙ puede extenderse a una
función continua sobre ]α, ω]. Fijemos un instante cualquiera t0 ∈]α, ω[ y usemos la
regla de Barrow, para obtener
Z t
r(t) = r(t0 ) + ṙ(s)ds , t ∈]α, ω[ ,
t0
y de aquı́ se sigue que r tiene un lı́mite cuando t → ω . Además, este lı́mite es posi-
tivo, pues r es positiva y creciente. Un argumento usado con anterioridad, basado en
el teorema de Cauchy para problemas de valores iniciales, dirı́a entonces que nuestro
intervalo maximal ]α, ω[ en realidad puede extenderse por la derecha, una contradic-
ción.
Esto prueba que ω = +∞. Veamos a continuación que
lı́m r(t) = +∞ .
t→+∞
tn tn
f (l)
Z Z
ṙ(tn ) = ṙ(tn0 ) + r̈(s)ds ≤ ṙ(tn0 ) + dt =
tn0 tn0 2
f (l)
= ṙ(tn0 ) + (tn − tn0 ) ,
2
si n ≥ n0 . Como f (l) < 0 se sigue de aquı́ que lı́mn→+∞ ṙ(tn ) = −∞, una contra-
dicción porque este lı́mite era cero. En consecuencia, lı́mt→+∞ r(t) = +∞.
Todavı́a falta demostrar que α > −∞ y lı́mt→α r(t) = 0. Estos hechos son conse-
cuencia de argumentos similares a los ya empleados y se proponen como ejercicio:
Ejercicio. Prueba, bajo las hipótesis que nos ocupan (ṙ > 0), que α > −∞ y
lı́mt→α r(t) = 0.
INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CELESTE 29
F = −∇V en Ω .
Ejemplos:
x21 + x22
es conservativo, pues admite al potencial V(x1 , x2 ) = − .
2
30 R. ORTEGA, A.J. UREÑA
∂2V ∂2V
= −1 , = 1.
∂x2 ∂x1 ∂x1 ∂x2
x
F : R3 \{0} → R3 , F (x) = f (|x|) ,
|x|
donde f :]0, +∞[→ R es continua. Sea Φ :]0, +∞[→ R una primitiva de f ,
por ejemplo,
Z r
Φ(r) := f (ρ)dρ , r > 0,
1
que se corresponde con la elección f (r) = −µ/r2 . En este caso, Φ(r) = µ/r y
µ
V(x) = − , x ∈ R3 \{0} ,
|x|
que recibe el nombre de potencial Newtoniano.
ẍ = F (x) , x ∈ Ω,
que, según la segunda ley de Newton, modela el movimiento de una partı́cula de masa
m = 1. (Observa que, en realidad, basta estudiar este caso ‘especial’ puesto que mẍ =
F (x) puede reescribirse como ẍ = F (x)/m). Dada una solución x = x(t) de la
ecuación definimos su energı́a total como
|ẋ(t)|2
E= + V(x(t)) .
2
En principio pareciera que esta cantidad depende de t, pero vamos a ver que no.
Como x es de clase C 2 , podemos derivar en la expresión de E para obtener:
dE
= hẍ, ẋi + h∇V(x), ẋi = hF (x), ẋi + h∇V(x), ẋi = 0 .
dt
|ẋ(t)|2 µ
Si x = x(t) es un movimiento, entonces E = − es constante (no
2 |x(t)|
depende de t).
E ≥ 0 si y sólo si r es monótona.
ṙ(t0 )2 µ µ
E= − =− < 0.
2 r(t0 ) r(t0 )
INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CELESTE 33
r r r
t→ t→ t→
ṙ(t)2 µ µ
E= − ≥− , t ∈]α, ω[ ,
2 r(t) r(t)
deducimos que E ≥ 0.
34 R. ORTEGA, A.J. UREÑA
1.14. Ejercicios
1.1 (Un teorema falso de la Mecánica Celeste). En la revista ‘Computers and
Post-Modern Thought’ ha aparecido un artı́culo que ha causado algún revuelo. Se pos-
tula que la Tierra no orbita alrededor del Sol y que, por el contrario, sigue un movi-
miento rectilı́neo.
x(t)
1 h i 1 h i
= − ẋ ∧ (x ∧ x) = − ẋ ∧ 0 = 0.
|x|3 |x|3
x(t)
=v ∀t ∈ I ,
|x(t)|
Q (MQ )
P (MP )
M G (P − x) M G (Q − x)
ẍ = + , x ∈ R3 \{P, Q} .
|P − x|3 |Q − x|3
Estudiemos ahora cómo varı́a el momento angular a lo largo de las soluciones:
36 R. ORTEGA, A.J. UREÑA
d M G(P − x) M G(Q − x)
x ∧ ẋ = x ∧ ẍ = x ∧ +x∧ =
dt |P − x| 3 |Q − x|3
MG h i MG h i
= x ∧ P − x ∧ x + x ∧ Q − x ∧ x =
|P − x|3 Q − x|3
1 1
=MG − x∧P
|P − x|3 |P + x|3
F (x)
Q = −P
P
R
Los puntos x de R cumplen que |x − P | = |x − Q|; usa este hecho para probar
que la fuerza resultante F (x) que actúa sobre la partı́cula tiene la dirección de R.
Demuestra finalmente que, si tanto la posición inicial como la velocidad inicial de
nuestra partı́cula se encuentran sobre R, entonces el movimiento se produce sobre la
recta R.
¿Dónde está el error?
INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CELESTE 37
1.3 Demuestra que x(t) = (cos(t2 ), sen(t2 )) no puede ser solución de ninguna
ecuación del tipo
x
ẍ = f (|x|) , x ∈ R2 \{0} ,
|x|
1.7 Calcula el área de la región barrida por el segmento que une el origen con
cada punto de la curva
α(t) = et (cos t, sen t) ,
entre t0 = 0 y t1 = π . Misma pregunta para t0 = 0 y t1 = 3π .
38 R. ORTEGA, A.J. UREÑA
ẍ = −|x|3 x , x ∈ R2 \{0} .
Sea ahora x = x(t) una solución con momento angular nulo que colisiona (x(t) →
0 si t ↑ ω , ω < +∞). Demuestra que lı́mt→ω |ẋ(t)| existe y es finito.
1.11 En el plano C se han fijado tres soles de igual masa y situados sobre los
puntos
√ √
1 3 1 3
A = 1, B=− + i, C=− − i.
2 2 2 2
Escribe las ecuaciones de un planeta sometido a sus atracciones. ¿Qué impide que
este modelo pueda aparecer en el universo real?
2x
ẍ = − , x ∈ R2 \{0} ,
|x|3
se sabe que x(3) = (0, 1, 2) y ẋ(3) = (0, 2, 4). Clasifica este movimiento.
Lección 2
Trayectorias Newtonianas no
rectilı́neas. Las otras dos leyes de
Kepler.
2.1. Introducción
En esta lección estudiaremos en detalle los movimientos con momento angular no
nulo bajo la acción de la gravedad Newtoniana. Aparte de demostrar la primera y terce-
ra leyes de Kepler, aprenderemos, por ejemplo, a clasificar las orbitas usando la energı́a
y a calcular la posición de un planeta en función del tiempo, y entenderemos por qué
Newton dijo que la fuerza con que se atraen dos masas es inversamente proporcional
al cuadrado de la distancia que las separa. Concluiremos estableciendo qué elementos
hacen falta para determinar una órbita en el espacio. Y por el camino, aprenderemos
muchas cosas sobre cónicas...
Nuestro primer objetivo será establecer la primera ley de Kepler: los movimientos
con momento angular no nulo en un campo gravitatorio Newtoniano viven sobre cóni-
cas con un foco en el origen. Con este fin será conveniente encontrar una descripción
matemática sencilla de estas cónicas.
x
1. Elipse
d1
0
d2
Una elipse es el conjunto de puntos del plano cuya suma de distancias a dos puntos dados
(llamados focos) es constante.
A, 0 focos, d1 + d2 = c > 0 .
|x| + |A − x| = c, |A − x| = c − |x|,
c2 − |A|2
1
|x| + − A, x = (*)
c 2c
1 c2 − |A|2
Definimos e := − A, k= .
c 2c
Por la desigualdad triangular, |A| < |x| + |A − x| = c, y deducimos que
una contradicción.
También es interesante observar que el vector e tiene la misma dirección que el
foco A y sentido opuesto
A
42 R. ORTEGA, A.J. UREÑA
2. Hipérbola
d2 d1
A 0
A, 0 focos, d2 − d1 = c > 0 .
|x − A| − |x| = c, |x − A| = c + |x|,
|A|2 − c2
1
|x| + A, x = ,
c 2c
y llegamos de nuevo a la ecuación
|x| + he, xi = k ,
1 |A|2 − c2
siendo e = A, k= .
c 2c
INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CELESTE 43
A 0
Ejercicio. La otra rama de la hipérbola está definida de manera implı́cita por d1 −d2 =
c. Prueba que esta ecuación puede escribirse de manera equivalente de la forma
|x| + h−e, xi = −k ,
donde e y k son las mismas constantes que nos aparecieron al describir la rama más
próxima al origen.
44 R. ORTEGA, A.J. UREÑA
3. Parábola
x L
0
d1 d2
Una parábola es el lugar geométrico de puntos del plano cuya distancia al foco y a la recta
directriz coincide
L
0
hx, vi + c > 0
v hx, vi + c < 0
d1 = d2 |x| = hx, vi + c ,
INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CELESTE 45
|x| + hx, ei = k .
L
0
e
Resumiendo, la ecuación
describe
todas las elipses con un foco en el origen si |e| < 1 ,
todas las ramas de hipérbola con foco más próximo en el origen si |e| > 1 ,
todas las parábolas con foco en el origen si |e| = 1.
0
0
0
46 R. ORTEGA, A.J. UREÑA
1 x(t)
e= ẋ(t) ∧ c − , t ∈ I cualquiera.
µ |x(t)|
0 0
0 0
?
2.4. Clasificación de las órbitas a partir de la energı́a
|c ∧ ẋ| = |c||ẋ|,
de donde
|x|2
2 2 x
µ + |e| + 2 e, = |c|2 |ẋ|2 ,
|x|2 |x|
o, lo que es igual,
2 2 x
µ 1 + |e| + 2 e, = |c|2 |ẋ|2 .
|x|
INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CELESTE 49
En el lado izquierdo de la igualdad usamos que |x| + he, xi = |c|2 /µ, en el lado
derecho usamos que |ẋ|2 /2 − µ/|x| = h, y concluimos
2|c|2
µ
µ2 1 + |e|2 + − 2 = |c|2 2h + 2 ,
µ|x| |x|
es decir, h i
µ2 |e|2 − 1 = 2h|c|2 .
Como estamos suponiendo que el movimiento no es rectilı́neo, c 6= 0, y deducimos
que
h < 0 ⇔ |e| < 1 (movimiento elı́ptico),
h = 0 ⇔ |e| = 1 (movimiento parabólico),
h > 0 ⇔ |e| > 1 (movimiento hiperbólico).
0 0
50 R. ORTEGA, A.J. UREÑA
(i) |X(t)| → +∞ si t → ω .
(ii) Existe una sucesión tn → ω tal que dist(X(tn ), ∂D) → 0.
se reescribe como
Ẋ = F (X) .
Observamos además que D es abierto y ∂D = {0} × R2 (demuéstralo).
Sea ahora x = x(t) una solución de (*), que suponemos definida sobre un intervalo
maximal ]α, ω[6= R. Tras cambiar, si fuese necesario, el sentido del tiempo, podemos
suponer que ω < +∞. Se cumplirá una de las siguentes posibilidades
es decir, que ẍ está acotada. Comprobemos a continuación que esto implica la acota-
ción de x y ẋ, excluyendo también la posibilidad (i). En efecto, fijemos un instante
52 R. ORTEGA, A.J. UREÑA
≤ |ẋ(t0 )| + C(ω − t0 ) := C1 ,
ası́ que ẋ está acotada sobre ]t0 , ω[. Repetimos la jugada para probar que también x lo
está:
Z t
|x(t)| ≤ |x(t0 )| + |ẋ(s)|ds ≤ |x(t0 )| + C1 (t − t0 ) ≤
t0
≤ |x(t0 )| + C1 (ω − t0 ) := C2 ,
ası́ que tampoco la posibilidad (i) puede darse. Esta contradicción se debe a que hemos
supuesto que el intervalo maximal de definición de nuestra solución no era toda la recta
real.
e = ε(cos ω, sen ω) ,
donde ε = |e| ≥ 0 y ω ∈ R.
INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CELESTE 53
o, lo que es igual,
h i
r 1 + ε cos(θ − ω) = k .
ω
θ
x = r(cos θ, sen θ)
54 R. ORTEGA, A.J. UREÑA
x ω
θ
θ
ω e
x
e
INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CELESTE 55
con momento angular c 6= 0 y energı́a h < 0. Sabemos ya que x(t) vive en una elipse,
y sabemos también que el intervalo maximal de definición de x es todo R, pero aún
no está claro que nuestra partı́cula recorra toda la elipse. En principio pudiera suceder
que x(R) fuese sólo un trozo de elipse:
x(t)
?
Aún no hemos comprobado que la imagen de la solución sea la cónica completa.
Vamos a comprobar que éste no es el caso. Escribimos x(t) = r(t)(cos θ(t), sen θ(t));
de un estudio anterior sabemos que, tras cambiar, si fuera necesario, el sentido del
tiempo, podemos suponer que nuestra partı́cula gira en sentido positivo, y entonces
|c| = r2 θ̇, o lo que es igual, θ̇ = |c|/r2 . Como la elipse está acotada, existe una
constante R > 0 tal que r(t) ≤ R para todo t ∈ R, y en consecuencia,
|c|
θ̇(t) ≥ := K > 0 , t ∈ R.
R2
Entonces θ es una función de clase C 1 (R) cuya derivada no se acerca a cero, pues está
por encima de la constante K . Deducimos que θ(R) = R.
Ejercicio. ¿Por qué?
Pero ahora, puesto que nuestra partı́cula vive en la elipse,
x(t) = γ(θ(t)) , t ∈ R,
Ejercicio. Prueba que los movimientos parabólicos recorren toda la parábola y los
hiperbólicos recorren toda la rama de la hipérbola, pasando una única vez por cada
punto.
Indicación: Combina la igualdad |c| = r2 θ̇ con el ejercicio de la página 54 y
demuestra que θ cumple una ecuación diferencial de primer orden
θ̇ = h(θ) ,
donde h :]a, b[→]0, +∞[ es una función continua y positiva. Prueba a continuación
que cualquier solución maximal
θ :]α, ω[→]a, b[ ,
B 0
A
INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CELESTE 57
k
r= , (*)
1 + ε cos(θ − ω)
k
|P − 0| = .
1+ε
La expresión (*) también puede usarse para concluir que el punto A de la elipse
más alejado del foco 0 se corresponde con θ = ω + π ; éste es el llamado apocentro2
de la elipse. Su distancia al origen es
k
|0 − A| = ,
1−ε
y deducimos que la longitud del semieje mayor de la elipse es
|P − A| |P − 0| + |0 − A|
1 k k k
a= = = + = .
2 2 2 1+ε 1−ε 1 − ε2
B b 0
F
a
1 En Astronomı́a, el pericentro de una órbita elı́ptica recibe diversos nombres según el cuerpo celeste que ocupe
el foco 0; perihelio si se trata del Sol, perigeo si es la Tierra, periastro si es una estrella cualquiera...
2 De manera similar, el apocentro de la elipse recibe nombres distintos según quién esté en el foco 0; afelio si
B a 0
b εa
q √ √
b= |B − 0|2 − |C − 0|2 = a2 − ε2 a2 = 1 − ε2 a ,
y ası́ llegamos a otra interpretación geométrica de la excentricidad, o, mejor dicho, de
la raı́z cuadrada de uno menos el cuadrado de la excentricidad:
√ longitud del eje menor de la elipse
1 − ε2 = .
longitud del eje mayor de la elipse
INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CELESTE 59
0
P
A
F
Demuestra que
|0 − F |
ε= .
|P − A|
60 R. ORTEGA, A.J. UREÑA
P := {p ∈ R : p es un periodo de f } ∪ {0} ,
y es fácil comprobar que P es un subgrupo de (R, +), esto es, un subgrupo aditivo de
R.
Un resultado sencillo3 del Análisis dice que los subgrupos aditivos
√ de R se dividen
en dos grupos: los que son densos (como por ejemplo Q, Q + 2 Q...), y los consti-
tuı́dos por los múltiplos enteros de un número p fijo: pZ = {... − 2p, −p, 0, p, 2p, ...}.
Volvamos ahora a nuestra función periódica f y a su subgrupo aditivo de periodos P .
Si f es continua, P debe ser cerrado (¿por qué?), y si f no es constante, este subgrupo
no puede ser todo R. Entonces P = αZ está constituido por los múltiplos enteros de
un número dado α, y tras posiblemente reemplazar este número por su opuesto, no es
restrictivo suponer que α > 0. Este número α, el generador positivo de P , es el menor
de los periodos positivos de f , y se llama el periodo mı́nimo de f .
Por ejemplo, en el caso de f (t) = sen t, P = 2π Z y el periodo mı́nimo es 2π . La
trayectoria x(t) = a(cos ωt, sen ωt) de un cuerpo en movimiento circular a velocidad
angular constante es periódica de periodo mı́nimo 2π/|ω|. En un planeta que se mueve
alrededor del Sol, el periodo mı́nimo es el año del planeta. Observamos en la tabla
adjunta que en el sistema solar los años de cada planeta se hacen más largos a medida
que nos alejamos del Sol, un hecho que justificaremos a continuación...
Mercurio 87.97
Venus 224.7
Tierra 365.26
Marte 686.98
Júpiter 4332.6
Saturno 10759
Urano 30687
Neptuno 60784
Nota. Una primera consecuencia de este resultado es que el periodo mı́nimo de cada
órbita elı́ptica depende únicamente de la ecuación (concretamente del parámetro µ), y
de la longitud a del semieje mayor de la elipse. Si se recuerdan estos datos, la expre-
sión de p es fácil de deducir, pues un cálculo directo muestra que la órbita circular a
velocidad angular constante
θ(p) = θ(0) + 2π .
t=0
t=p
Como θ(p) > θ(0) y θ es creciente, p > 0. Nos disponemos a probar que p es el
periodo mı́nimo de x = x(t) y a calcular su valor.
Paso 1: p es un periodo. De la ecuación de la elipse en polares,
k
r(t) = (*)
1 + ε cos(θ(t) − ω)
y de la ecuación que define a p,
θ(p) = θ(0) + 2π ,
deducimos que r(p) = r(0), y puesto que
Ẋ = F (X) , X ∈ Ω,
donde F : Ω ⊂ Rd → Rd es localmente Lipschitz. Suponemos que la solución X :
[0, p] → Ω cumple X(0) = X(p). Entonces su dominio maximal es todo R y la
extensión correspondiente es periódica con periodo p.
Ahora es suficiente con convertir la ecuación
µx
ẍ = − 3 , x ∈ R2 \{0} ,
|x|
en un sistema de primer orden en Ω := (R2 \{0}) × R2 , definiendo para ello la nueva
variable X := (x, v), v = ẋ.
Paso 2: p es el periodo mı́nimo. Sea p̃ > 0 otro periodo de x; vamos a probar que
p̃ ≥ p. Para ello observamos que, como x(p̃) = x(0) ∈ R2 \{0}, se ha de cumplir
θ(p̃) = θ(0) + 2N π ,
para algún N ∈ Z. Por otra parte, como θ es estrictamente creciente y p̃ > 0, θ(p̃) >
θ(0) y N ≥ 1. Pero entonces
θ(p) = θ(0) + 2π ≤ θ(0) + 2N π = θ(p̃) ,
y como θ es estrictamente creciente, deducimos que p ≤ p̃.
Paso 3: Cálculo del periodo. Vamos a comparar dos expresiones para el área de
nuestra órbita elı́ptica; la primera obtenida por medio de consideraciones geométricas,
y la segunda, usando la mecánica.
Por un lado, el área A de una elipse es
√ b
A = πab = πa2 1 − ε2
√
(sabemos que b = a 1 − ε2
desde la página 58). a
64 R. ORTEGA, A.J. UREÑA
Por otra parte, recordando el estudio que hicimos para demostrar la segunda ley de
Kepler, el área barrida por el segmento que une el origen con nuestra partı́cula entre
un instante t1 y otro instante t2 puede expresarse como una integral:
1 t2 1 t2 |c| (t2 − t1 )
Z Z
2
A(t1 , t2 ) = r(s) θ̇(s)ds = |c|dt = .
2 t1 2 t1 2
En principio la fórmula es válida cuando t1 < t2 < t1 + p. Por ejemplo, tomando
t1 = 0 obtenemos que
|c| t2
A(0, t2 ) = ,
2
y la fórmula es válida para 0 < t2 < p. Observamos, no obstante, que el área barrida
por nuestra partı́cula entre los instantes 0 y p puede expresarse como la suma del área
barrida entre los instantes 0 y p/2 más el área barrida entre los instantes p/2 y p, pues
las regiones correspondientes son disjuntas:
|c| p |c| p |c| p
A(0, p) = A(0, p/2) + A(p/2, p) = + = ,
4 4 2
y, como quiera que A(0, p) es el área de la elipse,
|c| p √
= πa2 1 − ε2 ,
2
de donde obtenemos una expresión para el periodo mı́nimo:
√
p = 2πa2 1 − ε2 /|c| .
|c|2 q
− 3 = f (R) ⇔ |c| = −R3 f (R) .
R
El proceso anterior es factible si f (R) ≤ 0, el campo es atractivo a altura R.
Cuando f (R) < 0 obtenemos una solución circular del problema original:
r
|c| −f (R)
r(t) ≡ R , θ̇ = 2 = =: ω θ(t) = θ0 + ωt .
R R
x(t) = R cos(θ0 + ωt), sen(θ0 + ωt) 0
Ejercicio. En el caso de que f (R) = 0, ¿cómo hay que interpretar la solución corres-
pondiente?
|c|2
r̈ = f (r) + , r > 0. (*)
r3
Variable independiente: t Variable independiente: θ
Incógnita: r = r(t) Incógnita: ρ(θ) = 1/r(t)
θ̇ dρ dρ dρ
ṙ = − 2
(θ) = −r2 θ̇ (θ) = −|c| (θ) ,
ρ(θ) dθ dθ dθ
y derivando de nuevo,
d2 ρ 2
2
2 d ρ 2
2
2 d ρ
r̈ = −|c|θ̇ (θ) = −|c| r θ̇ ρ(θ) (θ) = −|c| ρ(θ) (θ) ,
dθ2 dθ2 dθ2
y sustituyendo en (*) llegamos a la ecuación
d2 ρ
1
−|c|2 ρ(θ)2 2 (θ) = f + |c|2 ρ(θ)3 ,
dθ ρ(θ)
Observamos que las funciones que aparecen están evaluadas sobre la función θ =
θ(t). Dejamos de escribirla para simplificar la notación, dividimos por −|c|2 ρ(θ)2 , y
obtenemos:
d2 ρ
1 1
+ρ=− 2 2 f . (**)
dθ 2 |c| ρ ρ
Hay dos elecciones para f que nos llevan a una ecuación lineal:
µ
(i) f (r) = − donde µ > 0 (campo gravitatorio Newtoniano). En este caso la
r2
ecuación (∗∗) se convierte en
d2 ρ µ
+ ρ = 2 (ecuación de un oscilador forzado),
dθ 2 |c|
cuyas soluciones tienen la forma
µ
ρ(θ) = + c1 cos θ + c2 sen θ , c1 , c2 ∈ R ,
|c|2
68 R. ORTEGA, A.J. UREÑA
o, si se prefiere,
µ
ρ(θ) = + A cos(θ − ω) , A ≥ 0, ω ∈ [0, 2π[ ,
|c|2
y, en consecuencia,
1 |c|2 /µ
r= = ,
µ/|c|2 + A cos(θ − ω) 1 + ε cos(θ − ω)
donde ε = |c|2 A/µ ≥ 0.
µ
(ii) f (r) = − donde µ > 0 (fuerza cúbica). Ahora, (∗∗) pasa a ser
r3
d2 ρ
µ
+ 1 − 2 ρ = 0,
dθ2 |c|
(la ecuación de un oscilador). Es conveniente distinguir varios casos según el
momento angular:
µ
r
(iib ) |c|2 > µ . Definimos ω := 1 − 2 ∈]0, 1[ . Entonces,
|c|
d2 ρ
+ ω2ρ = 0 ,
dθ2
y de aquı́ deducimos que
1
ρ(θ) = A cos(ωθ + ϕ) , r= ,
A cos(ωθ + ϕ)
1
r= , −π < θ < π .
cos(θ/2)
Las movimientos bajo una fuerza cúbica pueden ser curvas de ecuación cartesiana complicada.
µ
r
(iic ) |c|2 < µ . Definimos ω := − 1 ∈]0, +∞[ . Ahora nuestra ecuación
|c|2
pasa a ser,
d2 ρ
− ω2ρ = 0 ,
dθ2
y las soluciones son
1
ρ(θ) = k1 eωθ + k2 e−ωθ r= .
k1 eωθ + k2 e−ωθ
1 1
r= r=
eθ cosh θ
Algunas órbitas tienen puntos dobles. ¿Cómo puede ocurrir esto si hay unicidad
para los problemas de valores iniciales?
¿Cómo puede ser válida la segunda ley de Kepler para partı́culas que se mueven
en una espiral?
donde µ es una constante positiva. Encuentra las posibles trayectorias para nuestra
partı́cula α.
Ejercicio. ¿Cómo serı́a la trayectoria de nuestra partı́cula α si la fuerza de Coulomb
fuese inversamente proporcional al cubo de la distancia que la separa del origen? Con
otras palabras, estudia las trayectorias que siguen las soluciones de la ecuación
µx
ẍ = ,
|x|4
donde µ > 0.
f (r) = −µ/rp , p = 2, 3 ,
C 0
Será conveniente encontrar otra parametrización más sencilla. Con este propósito,
dibujemos una circunferencia con el mismo centro C = (−d, 0) de la elipse y con
radio el semieje mayor a. A cada punto P ∈ E le hacemos corresponder un punto P 0
en esta circunferencia según se indica en la figura. La anomalı́a excéntrica del punto
P0
C 0
T : R2 → R2 , (x, y) 7→ (x, y) − C = (x + d, y) ,
transforma E en otra elipse cuyo centro es el punto (0, 0). Posteriormente, el endomor-
fismo lineal L : R2 → R2 definido por
a
L(x, y) := x, y ,
b
convierte esta elipse en la circunferencia C de centro (0, 0) y radio a.
C
E T L
b a
a
C 0 0 0
Volvamos ahora a una partı́cula que se mueve bajo la acción de un campo gravita-
torio Newtoniano:
µx
ẍ = − 3 , x ∈ R2 \{0} .
|x|
Suponemos que nuestra partı́cula vive en la elipse E ; entonces y := L ◦ T ◦ x es
una curva de clase C ∞ que se mueve en la circunferencia C , y usando el lema de paso
a polares podemos escribir
y(t) = a(cos u(t), sen u(t)) ,
para cierta función u ∈ C ∞ (R). Pero y(t) = (L ◦ T )(x(t)), y en esta expresión x
puede recuperarse a partir de y ,
h i
x(t) = (L ◦ T )−1 (y(t)) = (L ◦ T )−1 a(cos u(t), sen u(t)) ,
o, lo que es igual,
√
x(t) = a cos u(t) − ε, 1 − ε2 sen u(t) = Γ(u(t)) , t ∈ R.
Esta fórmula puede leerse como sigue: no tenemos una expresión explı́cita para
u = u(t), la anomalı́a en función del tiempo. Pero sabemos que u es un difeomorfismo
de R en sı́ mismo y conocemos explı́citamente a su inversa4 t := u−1 :
a3/2 h i
t(u) = t0 + √ u − ε sen u , u ∈ R.
µ
Ahora ya podemos responder a la pregunta ¿en qué instantes pasa nuestro planeta
por un punto dado P de la elipse? Calculamos su anomalı́a excéntrica u (está defini-
da salvo un múltiplo entero de 2π ) y, usando (***), obtenemos t = t(u). También
podemos recuperar la fórmula del periodo en la tercera ley de Kepler. En efecto,
a3/2 a3/2
p = t(2π) − t(0) = t0 + √ 2π − t0 = √ 2π .
µ µ
4 Obsérvese el abuso de notación: el sı́mbolo ‘u’, que hasta ahora denotaba la función anomalı́a excéntrica, u =
u(t), pasa a ser la variable independiente; de manera similar, el sı́mbolo ‘t’, que referı́a a la variable independiente,
se convierte ahora en una función t = t(u).
INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CELESTE 75
t 7→ (a cosh t, a senh t) ,
define un difeomorfismo6 (de clase C ∞ ) de R sobre la rama de hipérbola definida
por
x2 − y 2 = a2 , x > 0.
x 2 − y 2 = a2 , x > 0
0 0
fε : R → R , fε (u) = u − ε sen u .
78 R. ORTEGA, A.J. UREÑA
fε Kε
−2π 2π −2π 2π
Observa que fε0 (u) ≥ 1 − ε > 0, ası́ que fε es un difeomorfismo creciente. Denotemos
por Kε : R → R, ζ 7→ Kε (ζ) a su inversa.
La función fε cumple
↑
ζ
fε
u→
0 π
INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CELESTE 79
Kε
ζ→
0 π
fε (u) = ζ
cuando ζ ∈]0, π[, y esto puede hacerse numéricamente usando métodos iterativos. Nos
centraremos en el método de Newton:
fε (un ) − ζ un − ε sen un − ζ
un+1 = un − 0
= un − .
fε (un ) 1 − ε cos un
Sea u∗ := Kε (ζ) la única solución. Nos planteamos el problema siguiente: ¿qué
condiciones iniciales u0 ∈ R dan lugar a una sucesión {un } convergente a u∗ ?. Para
responder a esta pregunta vamos a pensar en la dinámica de la ecuación en diferencias
un+1 = Φ(un ) ,
fε (u) − ζ −εu cos u + ε sen u + ζ
donde Φ(u) = u − 0
= .
fε (u) 1 − ε cos u
Como quiera que fε0 > 0, tenemos que fε (u) < ζ si u < u∗ y fε (u) > ζ si
u > u∗ , y deducimos que
Φ(u) > u si u < u∗ , Φ(u) < u si u > u∗ .
En particular, u∗ es el único punto fijo de Φ. Por otra parte
fε0 (u)2 − (fε (u) − ζ)fε00 (u) ε(fε (u) − ζ) sen u
Φ0 (u) = 1 − 0
= .
fε (u) 2 fε0 (u)2
80 R. ORTEGA, A.J. UREÑA
u→
−π 0 u∗ π 2π
u→
−3π −2π −π 0 u∗ π 2π 3π
u→
0 u∗ π
INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CELESTE 81
ζ
u1 = Φ(0) = = 2π, u2 = Φ(u1 ) = 0, u3 = Φ(u2 ) = 2π, ...
1−ε
Hemos encontrado un 2-ciclo:
(
0 si r es par,
ur =
2π si r es impar,
y en consecuencia no hay convergencia a u∗ = K1/2 (π) = π .
Por otra parte, si observamos la gráfica de Φ nos daremos cuenta de que
u0 ∈ [u∗ , π] implica un → u∗ ,
u→
0 u∗ u1 u0 π
82 R. ORTEGA, A.J. UREÑA
u→
0 u0 u∗ u1 π
donde
2π
1
Z
a0 = h(ζ) dζ ,
2π 0
y, para n ≥ 1,
2π 2π
1 1
Z Z
an = h(ζ) cos nζ dζ , bn = h(ζ) sen nζ dζ .
π 0 π 0
2 π
Z
con bn = h(ζ) sen nζ dζ .
π 0
Como ejemplo, para la función ‘dientes de sierra’, definida por
π/2 − |ζ − π/2| si 0 ≤ ζ ≤ π ,
h(ζ) = −h(−ζ) si − π ≤ ζ ≤ 0 ,
h(ζ + 2π) para todo ζ ∈ R ,
4
se tiene que b1 = 4/π, b2 = 0, b3 = − , b4 = 0, y las primeras sumas parciales
9π
de la serie son
84 R. ORTEGA, A.J. UREÑA
4
p1 (x) = p2 (x) = π
sen x
4 4
p3 (x) = p4 (x) = π
sen x − 9π
sen 3x .
y derivando obtenemos que Kε0 (ζ) − εKε0 (ζ) cos Kε (ζ) = 1, o lo que es igual,
1
Kε0 (ζ) = .
1 − ε cos Kε (ζ)
Rπ
Por último, observamos que 0 cos nζ dζ = 0. Se obtiene
Z π Z π
2 0 2 cos nζ
bn = Kε (ζ) cos nζdζ = dζ .
nπ 0 nπ 0 1 − ε cos Kε (ζ)
Ahora usamos el cambio de variable
dζ
u = Kε (ζ) , du = Kε0 (ζ)dζ = ,
1 − ε cos Kε (ζ)
que nos lleva a
π
2
Z
bn = cos n(u − ε sen u) du .
nπ 0
INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CELESTE 85
A partir de aquı́ obtenemos una fórmula ‘explı́cita’ para los movimientos elı́pticos
bajo un campo gravitatorio Newtoniano. Si se trata de una órbita elı́ptica con semieje
mayor a > 0, excentricidad ε > 0, y que pasa por el perihelio en un cierto instante t0 ,
entonces
x1 (t) = a(cos
u(t) − ε) ,
√
x2 (t) = a 1 − ε2 sen u(t) , h i
u(t) = ν(t − t0 ) + ∞ 2 Jn (nε) sen nν(t − t0 ) ,
P
n=1 n
√
donde ν = µ/a3/2 = 2π/p.
↑
x2
0 x1 →
e
Ahora bien, a veces no es suficiente con describir órbitas en un plano fijo. Por
ejemplo, los planetas del sistema solar giran cada uno en un plano distinto (aunque sean
próximos). ¿Qué datos hacen falta para describir una órbita cualquiera en el espacio
tridimensional?
Es usual fijar el origen en el Sol. El primer vector ~e1 de la base se toma (unitario)
sobre la semirrecta que parte del Sol y se dirige hacia la constelación de Aries (las
estrellas se consideran fijas). Este vector tiene una propiedad interesante: que se en-
cuentra sobre el plano en el que se mueve la Tierra (llamado plano de la Eclı́ptica).
Éste será nuestro plano x1 x2 , y para ello, fijaremos sobre él nuestro segundo vector
básico ~e2 ; como queremos que la base sea ortonormal, hay dos posibilidades, ası́ que
escogeremos aquella que hace que la Tierra gire en sentido positivo.
INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CELESTE 87
Aún nos falta el tercer vector básico ~e3 . Como ha de ser perpendicular a los dos
anteriores y unitario, de nuevo hay sólo dos posibilidades, ası́ que se escoge aquella
que hace que el vector que une el Polo Sur con el Polo Norte terrestres apunte hacia
arriba.
~e3
N
Tierra
S
Plano de la eclı́ptica
~e2
Sol
~e1
Aries
Una vez fijado el sistema de referencia, el espacio fı́sico se identifica con R3 . Vol-
vamos a la pregunta anterior: ¿Qué datos hacen falta para describir el movimiento de
un planeta sobre una órbita elı́ptica cualquiera en R3 ? Todavı́a tiene sentido hablar de
la excentricidad ε de la elipse, de la longitud a de su semieje mayor, y de un momento
T de paso del planeta por el perihelio. Pero estos datos no son suficientes para determi-
nar totalmente nuestra órbita, pues, además del argumento del perihelio ω (que habrá
que ver desde dónde se mide), aún falta por precisar el plano Π en el que se mueve la
partı́cula y un sentido de giro (o lo que es igual, una orientación en el plano).
Nuestro primer objetivo será codificar estas dos cosas: el plano Π del movimiento
y su orientación. Podemos matar ambos pájaros de un tiro dando un vector unitario
normal a Π. Observa que hay dos vectores normales unitarios (como hay también
dos orientaciones) para cada plano; ésto nos permite identificar cada plano vectorial
orientado con el vector normal unitario ~n en el sentido del momento angular de una
particula que girara con esa orientación:
88 R. ORTEGA, A.J. UREÑA
~n ~e3
~e2
0
Π ~e1
Observa que la esfera menos los dos polos es homeomorfa al cilindro ‘sin tapas’
(R/2π Z)×]0, π[,
0 0
S2 \ 0 , 0 (R/2πZ)×]0, π[
1 −1
ası́ que podremos parametrizar los planos orientados Π 6= x1 x2 usando dos números:
un ángulo orientado sobre Π (será un elemento de R/2π Z) y otro ángulo no orientado
entre dos vectores no colineales de R3 (estará en el intervalo ]0, π[).
Vamos allá. Partimos de nuestro plano orientado Π 6= x1 x2 , y definimos el ángulo
de inclinación
i = ](~e3 , ~n) ,
donde ~n es el vector normal unitario asociado.
INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CELESTE 89
~e3
i ~n
Observa que ~e3 y ~n son linealmente independientes, ası́ que i ∈]0, π[. Observa
también que i no es suficiente para determinar el plano Π, pues todos los vectores ~n
en un cono producen el mismo ángulo de inclinación i.
~e3
~n
0
x1 x2
lı́nea de nodos
Π
La lı́nea de nodos nos servirá de punto de partida para medir el argumento del pe-
rihelio ω de nuestra órbita. Eso nos exige determinar el lado positivo de la misma;
eligiremos aquel que el planeta cruza cuando asciende (el sentido de la palabra ‘ascen-
der’ está determinado por el vector básico ~e3 ):
En este punto recordamos que la lı́nea de nodos está contenida en el plano x1 x2 .
90 R. ORTEGA, A.J. UREÑA
~e3
~e2
~e1
lı́nea de nodos ω
perihelio (lado positivo)
lı́nea de nodos
(lado negativo) Π Π
Definimos:
Ω = ](~e1 , lado positivo de la lı́nea de nodos) .
0 ~e1
lı́nea de nodos
i, Ω, a, ε, ω, T .
En resumen:
INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CELESTE 91
~e3
~n
i
órbita
perihelio ω
x1 x2
Ω ~e1
lı́nea de nodos
órbita
Π
Planeta i Ω a ε $ T
Mercurio 7o ,00 47o ,14 0,387 0,206 75o ,90 3 de marzo de 1900
Venus 3o ,59 75o ,78 0,723 0,007 130o ,15 1 de abril de 1900
Marte 1o ,85 48o ,78 1,524 0,093 334o ,22 18 de marzo de 1900
Júpiter 1o ,31 99o ,44 5,203 0,048 12o ,72 1 de junio de 1904
Urano 0o ,77 73o ,48 19,20 0,047 169o ,05 20 de mayo de 1966
Neptuno 1o ,78 130o ,68 30,09 0,009 43o ,83 15 de septiembre de 2042
Ejercicio. Identificando cada plano orientado con su vector normal unitario, hemos
definido una aplicación
0 0
F : S2 \ 0 , 0 → (R/2π Z)×]0, π[ , ~n 7→ (Ω, i) .
1 −1
2.16. Ejercicios
2.1 Una elipse pasa por el punto (8, 0) y tiene los focos en (0, 0) y (−1, −1).
Escribe su ecuación. ¿Cuál es la dirección de su eje de excentricidad?
cumple la ecuación
u − ε sen u = ζ ,
(b) Demuestra que las soluciones no están acotadas en su intervalo maximal de de-
finición.
94 R. ORTEGA, A.J. UREÑA
|x| + hx, ei = k , x ∈ R2 ,
u − (1/2) sen u = 3 ,
1
u̇ = .
3 − cos u − sen(2u)
(a) Muestra que u es un difeomorfismo de R sobre sı́ mismo.
(b) Muestra que existe un número T > 0 tal que u(t + T ) = u(t) + 2π para todo
t ∈ R.
(c) Muestra que T es el periodo mı́nimo de la curva x : R → R2 definida por
3.1. Introducción
En todo lo que llevamos de curso hemos mantenido el postulado consistente en
suponer que el Sol está fijo y su quietud no se ve perturbada por la atracción de los
demás planetas. En este momento abandonamos esa simplificación y consideramos
dos partı́culas en R3 que se mueven de acuerdo a la ley de gravitación.
m1
m2
Hay dos grupos de movimientos en el espacio que actúan sobre las soluciones:
(ii) Isometrı́as de R3 Dada una matriz ortogonal R ∈ O(3) y una solución (x(t), y(t))
a nuestro sistema, (R x(t), R y(t)) es también una solución.
(El espacio es isótropo).
La primera propiedad puede generalizarse. El principio de relatividad de Galileo
dice:
m1 m2
C(t) := x(t) + y(t) .
m1 + m2 m1 + m2
m1 Observamos que C
está en el segmento que
une x e y,
C
[x, y] = λx + (1 − λ)y : λ ∈ [0, 1] .
m2
INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CELESTE 99
Derivando,
¨ = m1 m2
C(t) ẍ + ÿ = 0 .
m1 + m2 m1 + m2
(Razonando heurı́sticamente, la fuerza resultante que actúa sobre el centro de masas
debe ser nula, pues las fuerzas que ejerce cada partı́cula sobre la otra son de sentido
opuesto pero de igual módulo y dirección).
Llegamos a la conclusión de que
C(t) = α + βt , α, β ∈ R3 constantes.
(El centro de masas se desplaza a velocidad constante).
G m1 m32 x
m1 ẍ = − .
(m1 + m2 ) |x|3
2
G m2 m31 y
m2 ÿ = − .
(m1 + m2 ) |y|3
2
|y| + h−e, yi = kλ .
Las dos cónicas son del mismo tipo, y los ejes de excentricidad son opuestos.
Ejemplos:
Movimiento circular: e = 0.
m1 < m2
m1 = m2
m1
m2
m2
m1
m1 = m2
m1
m2
INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CELESTE 101
m1 = m2
m2
m1
Ejemplo:
m1 < m2
m1
m2
Pensemos ahora en una solución (x(t), y(t)) con el centro de masas en movimien-
to:
C(t) = α + βt , β 6= 0 .
Entonces, el movimiento puede no estar en un plano.
Ejemplo: Las trayectorias
x(t) = (cos ωt, sen ωt, t) , y(t) = (− cos ωt, − sen ωt, t) ,
de 2 cuerpos si m1 = m2
y ω se escoge de manera
m1 = m2
m2
C(t)
colisión
m1
INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CELESTE 103
3.3. Ejercicios
3.1 (Una historia de otra galaxia). En un mundo muy lejano hay dos parejas de
planetas gemelos; como están muy alejados entre sı́, cada pareja se rige por un modelo
de dos cuerpos.
Los astrónomos del primer sistema han observado que el centro de gravedad de su
sistema está en reposo, CI (t) ≡ 0, y sus órbitas son circulares, mientras que el centro
de gravedad del segundo sistema se aleja según la ley CII (t) = t~v .
m2
CI
m1
Los astrónomos del segundo sistema sostienen justamente lo contrario, CII está fijo
y es el primer sistema el que se está alejando según la ley CI (t) = −t~v .
¿Podrı́as ayudar a unos y a otros a ponerse de acuerdo?
x(0) = (1, 0), ẋ(0) = (0, −λ); y(0) = (−1, 0), ẏ(0) = (0, λ)
x(0) = (1, 0), ẋ(0) = (λ, 0); y(0) = (0, 1), ẏ(0) = (λ, 0) .
3.3 En un problema de dos cuerpos uno de los planetas describe una órbita cir-
cular. ¿Será también circular la órbita del otro planeta o puede describir una elipse de
excentricidad positiva?
(y − x) (x − y)
m1 ẍ = G m1 m2 , m2 ÿ = G m1 m2 , (*)
|y − x|3 |x − y|3
y se supone que el centro de masas está en el origen. Determina µ de manera que y sea
un movimiento en el campo gravitatorio Newtoniano
y
ÿ = −µ . (**)
|y|3
¿Qué relación hay entre las energı́as asociadas a los sistemas (*) y (**)?
3.7 En una galaxia remota hay únicamente dos estrellas gemelas (es decir, de
igual masa), con vectores de posición asociados x = x(t), y = y(t). En un instante
dado nuestras estrellas se encuentran sobre los puntos
2 0
x0 = 0 , y0 = 2 ,
0 2
(a) Un observador intergaláctico y sin masa que pasaba por allı́ relata al regresar
que tras una semana las estrellas chocaron en una colisión terrible. ¿Puede estar
diciendo la verdad?
(b) Determina la posición del centro de masas en función del tiempo. El centro de
masas en cuestión, ¿está más próximo a x, o a y , o la respuesta depende del
tiempo?
(c) Sabiendo que la distancia entre las estrellas está acotada en el tiempo, ¿podrı́as
dar una relación entre la masa común de nuestras estrellas y la constante de
gravitación universal de este universo?
Lección 4
4.1. Introducción
En esta lección estudiaremos el movimiento de un número arbitrario (pero finito)
n de partı́culas que se atraen mutuamente según la ley de gravitación universal.
m2
m3
m4
m1
ri : J → R3 ,
ri (t) = xi (t), yi (t), zi (t) , 1 ≤ i ≤ n .
m2
r2 (t)
m3
r3 (t)
m4
r4 (t)
m1 0
r1 (t)
es decir,
n
X G mi mj (rj − ri )
mi r̈i = Fi (r1 , . . . , rn ) =
j=1
|rj − ri |3
j6=i
Dos cuerpos no pueden ocupar la misma posición; por tanto, debemos excluir los
conjuntos de colisión
Observa que ∆ es una unión finita de subespacios y es por tanto cerrado en R3n .
Eso quiere decir que Ω = R3n \∆ es abierto.
F es conservativo, esto es, existe una función de clase C 1 V : Ω → R tal que F = −∇V .
∂ ri − rj
|ri − rj | =
∂ri
|ri − rj | i
.
∂ 1 1 ∂
=− |ri − rj |
∂ri |ri − rj | |ri − rj | ∂ri
2
108 R. ORTEGA, A.J. UREÑA
0 = h∇V(r), ri = −V(r) ,
1 1 ∂V
ṙi = vi , v̇i = Fi (r1 , . . . , rn ) = − (r1 , . . . , rn ) ,
mi mi ∂ri
definido en D = Ω × R3n . Podemos aplicar los teoremas de existencia y unicidad y
deducir que dado (r∗ , v∗ ) ∈ D hay una única solución maximal definida en un cierto
intervalo ]α, ω[ (con α < 0 < ω ), que cumple la condición inicial
r(0) = r∗ , ṙ(0) = v∗ .
Vamos a probar que si la solución deja de estar definida en tiempo finito (α > −∞
o ω < +∞), esto es porque se aproxima al conjunto de colisiones ∆.
Teorema 4.4.1. Sea r = r(t) solución con ω < +∞. Definimos
ρ(t) = mı́n |ri (t) − rj (t)| : 1 ≤ i < j ≤ n .
Para probar el teorema anterior vamos a necesitar una versión cuantitativa del teo-
rema de existencia para el problema de Cauchy, que pasamos a exponer. Sea D un
abierto de Rd , X : D ⊂ Rd → Rd un campo (continuo), y x0 ∈ D. Elegimos a > 0
tal que
B̄ := x ∈ Rd : kx − x0 k ≤ a ⊂ D .
a D
B̄
x0
ẋ = X(x), x(0) = x0 ,
Demostración. Sea x = x(t) una solución, con intervalo maximal de definición (α, ω).
Si ω ≤ a/K , por los teoremas de prolongación x(t) tendrı́a que salir de B̄ antes de
INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CELESTE 111
t = a/K . Sea
n o
t1 = mı́n t ∈]0, ω[: kx(t) − x0 k = a < a/K .
t = t1
B̄
x0
Z t1
Por la regla de Barrow, x(t1 ) = x0 + X(x(s)) ds . Pero como x(t) ∈ B̄ si
0
t ∈ [0, t1 ], deducimos que
Z t1
a = kx(t1 ) − x0 k ≤ kX(x(s))k ds ≤ K t1 ⇒ t1 ≥ a/K ,
0
una contradicción.
Este resultado es muy intuitivo. Si una partı́cula se mueve sobre una región a velo-
cidad como máximo K , no puede recorrer una distancia mayor que a antes de tiempo
a/K .
Ejercicio. El intervalo [−a/K, a/K] que da el teorema no tiene sentido si K = 0.
¿Qué sucede en este caso?
δ δ
(r, v) − r(0), v(0)
≤ ⇒ |rk − rk (0)| ≤ ,
4 4
y por tanto,
δ δ δ
|rk − ri | ≥ |rk (0) − ri (0)| − |rk − rk (0)| − |ri − ri (0)| ≥ δ − − = ,
4 4 2
y esto nos permite estimar la segunda componente de X en B̄ :
X n n
1 G mi 4G X
m k 1
F (r , . . . , r )
n
≤ ≤ mi . (*)
k i=1
|rk − ri |2 δ 2 i=1
i6=k i6=k
Ahora que sabemos que nuestras partı́culas no están demasiado juntas, podremos
estimar también su energı́a potencial. Como, por otro lado, conocemos la energı́a total
h, esto nos proporcionará cotas de la energı́a cinética, o, lo que es igual, de v . Vamos
a las cuentas: partimos de la expresión de la energı́a (en tiempo t = 0),
n
1X
h= mi |ṙi (0)|2 + V(r(0)) ,
2 i=1
Demostración del Teorema 4.4.1. Por reducción al absurdo, si ω < +∞ pero ρ(t) 6→
0, ha de existir una sucesión tn → ω y δ > 0 tal que ρ(tn ) ≥ δ para cada n.
Aplicando el lema anterior, la solución r(t) podrı́a prolongarse, como mı́nimo,
hasta tn + τ . Ahora bien, τ es fijo (depende sólo de h y δ ), y por tanto tn + τ ≥ ω
para n grande. Esto contradice la definición de ω .
I¨ = 2 T + V(r) = 2h − V(r)
es una norma en R3n . Pensando en clave de esta norma, podemos interpretar el mo-
mento de inercia como la norma de nuestra solución al cuadrado (bueno, también la
energı́a cinética admite una interpretación similar). Significa esto que cualquier infor-
mación que podamos obtener sobre la función momento de inercia nos hablará de la
evolución del ‘tamaño’ de la solución.
114 R. ORTEGA, A.J. UREÑA
Ejemplo. Sea r :]α, +∞[→ R3n una solución con energı́a h > 0. Entonces,
lı́m I(t) = +∞ .
t→+∞
I¨ > 2 h .
Observa que esto no implica que alguno de los planetas escape a infinito (|ri (t)| →
∞). En principio podrı́amos tener también una situación del tipo
m2
m3 m1
m4
Observa que los dos sumandos de la segunda lı́nea se cancelan mutuamente. Detrás
de esto está la ley de acción y reacción; puesto que cada fuerza que una partı́cula ejerce
sobre otra está acompañada por otra fuerza igual y de sentido contrario que la segunda
partı́cula ejerce sobre la primera, la fuerza total que actúa sobre el centro de masas es
nula. Llegamos pues a que
¨ = 0,
C(t)
o lo que es igual,
C(t) = α + βt , α, β ∈ R constantes.
Pn ˙ es el denominado
Mencionemos aquı́ que la cantidad i=1 mi ṙi (t) = M C(t)
momento lineal del sistema. Observa que otra forma de expresar las igualdades anterio-
res es n
X
mi ṙi (t) = cte (el momento lineal se conserva).
i=1
De manera similar a como observamos en el problema de los 2 cuerpos, dada una
solución r = (r1 , . . . , rn ), y constantes p, v ∈ R3 , también (r1 − p − vt, . . . , rn −
p − vt) es solución. Este hecho permitirá, cuando se desee, cambiar el sistema de
referencia al centro de masas y suponer que el centro de masas está fijo en el origen:
ˆ ≡ 0.
r̂i (t) := ri (t) − C(t) ⇒ C(t)
No obstante, hay una diferencia fundamental: si n ≥ 3 ya no es cierto que cada
partı́cula se mueva como si estuviera sometida únicamente a la atracción de un sol
imaginario en el centro de masas.
116 R. ORTEGA, A.J. UREÑA
x, y ∈ A, λ ∈ [0, 1] ⇒ λx + (1 − λ)y ∈ A .
Dados p1 , p2 , . . . , pn ∈ Rd ,
( n n
)
X X
co {p1 , . . . , pn } = λi pi : λi ≥ 0, λi = 1 .
i=1 i=1
Por ejemplo, la envolvente convexa de dos puntos es el segmento que los une; la
envolvente convexa de tres puntos no alineados es el triángulo con vértices en esos tres
puntos.
p2
p2
co({p1 , p2 }) co({p1 , p2 , p3 })
p1
p1
p3
INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CELESTE 117
m3 m3
m1 m2 m1 m2
y por tanto
n n n
dc X G mi mj X G mi mj X G mi mj
= ri ∧ rj = r ∧ rj +
3 i
r ∧ rj .
3 i
dt i,j=1 |rj − ri |3 i,j=1
|rj − ri | i,j=1
|rj − ri |
i6=j i<j i>j
Ejercicio. Demuéstralo.
(Indicación: usa el teorema de Cauchy de existencia de solución para problemas de
valores iniciales).
lı́m ri (t) = ξ , i = 1, 2, . . . , n .
t→ω
INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CELESTE 119
m1 m4
m2
m3
Colapso total
X mi mj
V(r(t)) = −G
→ −∞ ,
1≤i<j≤n
|ri (t) − rj (t)|
n
1X
mi |ri (t)|2 → 0 .
I(t) =
2 i=1
Por otra parte, de la identidad de Lagrange-Jacobi,
I¨ = −V(r(t)) + 2h ,
deducimos que existe un instante t0 < ω tal que
¨ ≥ 1 si t ∈ [t0 , ω[
I(t)
¨ = +∞). Integrando dos veces, esto implica que
(pues lı́mt→ω I(t)
˙ 0 )(t − t0 ) + (t − t0 )2 /2 ,
I(t) ≥ I(t0 ) + I(t t0 ≤ t < ω .
Ahora bien, si ω = +∞, de la desigualdad anterior obtenemos
I(t) → +∞ , t → +∞ ,
lo cual no es posible, pues ya sabemos que I(t) tiende a 0.
120 R. ORTEGA, A.J. UREÑA
Definimos
p2 := R p1 , p3 := R p2 .
De R3 = I se sigue que
R3 − I = (R − I)(I + R + R2 ) = 0,
p1 + p2 + p3 = 0 .
√
3
0
1
p3
p2
m1
0 m3
m2
√
Observa que r̈i (t) = λ̈(t) pi y, si i 6= j , |ri (t)−rj (t)| = λ(t) |pi −pj | = 3 λ(t),
ası́ que las ecuaciones del problema de tres cuerpos adquieren la forma siguiente:
3 3
X λ(t)(pj − pi ) Gm X
λ̈(t)pi = G m √ 3 = √ (pj − pi ) .
j=1 3 λ(t) 3 3 λ(t)2 j=1
j6=i j6=i
Ahora bien
3
X 3
X
(pj − pi ) = (pj − pi ) = −3pi ,
j=1 j=1
j6=i
λ
λ λ
α t→ α ω t→ ω t→
3
X 3
X
c= mi (ri ∧ ṙi ) = mi λ(t) λ̇(t) (pi ∧ pi ) = 0 .
i=1 i=1
Lema 4.8.3 (Desigualdad de Sundman). Sea r = (r1 , . . . , rn ) una solución del pro-
blema de n cuerpos. Entonces
|c|2 ≤ 4 I (I¨ − h) .
deducimos
n n n
X X X √ √
|c| ≤ mi |ri ∧ ṙi | ≤ mi |ri | |ṙi | = ( mi |ri |) ( mi |ṙi |) ,
i=1 i=1 i=1
n
!1/2 n
!1/2
X X
2 2
|c| ≤ mi |ri | mi |ṙi | = (2I)1/2 (2T )1/2 ,
i=1 i=1
o, lo que es igual,
|c|2 ≤ 4 I T .
Ahora bien, la fórmula de Lagrange-Jacobi nos da I¨ = T + h, y sustituyendo T
por su valor en la desigualdad anterior obtenemos la desigualdad que buscábamos:
|c|2 ≤ 4 I (I¨ − h) .
Lema 4.8.4 (Una desigualdad diferencial). Sea ϕ ∈ C 2 [t0 , ω[ una función que cumple
β
ϕ(t) > 0 , ϕ̇(t) < 0 , ϕ̈(t) ≥ α + , t ∈ [t0 , ω[ .
ϕ(t)
Entonces
1
ϕ̇(t)2 − α ϕ(t) − β ln ϕ(t) ≤ E , t ∈ [t0 , ω[ ,
2
donde E = ϕ̇(t0 )2 /2 − α ϕ(t0 ) − β ln ϕ(t0 ).
Caso 1: m1 = m2 = m3
Ubicamos las masas en tres puntos equidistantes de una circunferencia y las hace-
mos girar a igual velocidad angular:
m3
m2
m1
Si esta velocidad angular es pequeña, la fuerza de atracción entre las masas será
preponderante y hará que entren dentro del cı́rculo. Si, por el contrario, la velocidad es
grande, la fuerza centrı́fuga hará que escapen fuera. Veremos que hay una velocidad
angular que permite a las tres masas permanecer sobre la circunferencia. Podemos pen-
sar que hay un triángulo equilátero (imaginario) que une las masas y que rota alrededor
del centro de masas.
INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CELESTE 125
m3
m2
m1
Caso 2: m1 > m2 = m3
m3
m2
Ahora, el centro de masas
del triángulo
m1
m3
El triángulo siempre
m2
es equilátero; las tres
0
masas tienen igual
velocidad angular
m1
126 R. ORTEGA, A.J. UREÑA
Dado ω 6= 0, definimos
cos ωt − sen ωt
R[ωt] := .
sen ωt cos ωt
ri (t) = R[ωt] zi , i = 1, 2, 3,
es solución del problema de tres cuerpos si y sólo si se cumplen las tres condiciones
siguientes:
m1 z1 + m2 z2 + m3 z3 = 0 .
Demostraremos este resultado en un momento, pero antes vamos a ver de qué for-
mas se pueden colocar tres masas m1 , m2 , m3 en el plano si se quiere que el centro de
masas esté en el origen y que formen un triángulo equilátero.
Lema 4.9.2. Dadas tres masas m1 , m2 , m3 y d > 0, existe un triángulo equilátero
de lado d de manera que si se ubican las masas en sus vértices, entonces el centro de
masas está en el origen. Además, este triángulo es único salvo isometrı́as alrededor
del origen.
√
Demostración. Usaremos notación compleja y supondremos √d = 3 (después se pue-
de usar una homotecia). Los triángulos equiláteros de lado 3 se pueden describir por
su baricentro λ y el argumento θ del primer vértice visto desde el baricentro:
donde ζ =6 1√ es una raı́z cúbica de √la unidad, (esto es ζ 3 = 1). Hay dos posibilidades:
ζ = − 12 + 23 i o bien ζ = − 12 − 23 i .
INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CELESTE 127
√
3i
− 12 + 2
0 1
√
3i
− 12 − 2
√
Observa que la elección ζ = − 12 + 23 i nos llevará a un triángulo orientado en
√
sentido positivo, y ζ = − 21 − 23 i , a sentido negativo. Imponiendo que el centro de
masas sea el origen,
0 = m1 z1 + m2 z2 + m3 z3 = λ M + eiθ (m1 + m2 ζ + m3 ζ̄) ,
o lo que es igual,
eiθ (m1 + m2 ζ + m3 ζ̄)
λ=− ,
M
de donde se sigue que
iθ m1 + m2 ζ + m3 ζ̄
z1 = e 1− ,
M
m1 + m2 ζ + m3 ζ̄
z2 = eiθ ζ − ,
M
iθ m1 + m2 ζ + m3 ζ̄
z3 = e ζ̄ − .
M
G m2 G m3
−ω 2 z1 = 3 (z2 − z1 ) + 3
(z3 − z1 ) ,
r12 r13
G m1 G m3
(S) = −ω 2 z2 = 3 (z1 − z2 ) + 3
(z3 − z2 ) ,
r12 r23
G m1 G m2
−ω 2 z3 =
3
(z1 − z3 ) + 3
(z2 − z3 ) .
r13 r23
Se trata de un sistema no lineal, pues rij depende de zi y de zj . Pero vamos a
pensar en él como si se tratase de un sistema lineal homogéneo en el que los rij están
fijos y las incógnitas son los zi . Multiplicando la primera ecuación por m1 , la segunda
por m2 , la tercera por m3 , y sumando, obtenemos que
m1 z1 + m2 z2 + m3 z3 = 0 , (*)
es decir, el centro de masas debe estar en el origen. Ahora podemos sustituir una de las
ecuaciones de nuestro sistema (S) por (*); lo hacemos con la tercera, y obtenemos
G m2 G m3
−ω 2 z1 = 3 (z2 − z1 ) + 3 (z3 − z1 ) ,
r12 r13
G m1 G m3
−ω 2 z2 = 3 (z1 − z2 ) + 3 (z3 − z2 ) ,
r12 r23
m1 z1 + m2 z2 + m3 z3 = 0 .
Recordemos ahora que zi = (xi , yi ) son puntos del plano. Los vectores x =
(x1 , x2 , x3 ), y = (y1 , y2 , y3 ) deben resolver A ξ = 0, donde
2 G m2 G m3 G m2 G m3
ω − r 3 − r 3 3
r12 3
r13
12 13
A= G m1 G m1 G m3 G m3
3
ω2 − 3
− 3 3
r12 r12 r23 r23
m1 m2 m3
INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CELESTE 129
Decir que los puntos z1 , z2 y z3 no están alineados implica que x, y son linealmente
independientes en R3 . Ası́, el conjunto de soluciones del sistema lineal homogéneo
A ξ = 0 ha de tener dimensión al menos 2, y deducimos que r(A) = 1. En particular,
G m1 G m3 G m2 G m3
r3 3
r23 r3 3
r13
12 = 12 = 0,
m1 m3 m2 m3
de donde se sigue que r12 = r23 = r13 . Ası́, si r(t) es solución, los puntos z1 , z2 , z3
han de ser vértices de un triángulo equilátero de lado d > 0.
Calculamos det A. Ahora que sabemos que rij = d, multiplicamos la tercera fila
por G/d3 y se la restamos a la primera:
2 GM
ω −
0 0
d3
det A = G m1 G (m1 + m3 ) G m3 =
ω2 −
d3 d3 d3
m1 m2 m3
2
2 GM
= m3 ω − 3 .
d
r
GM
De det A = 0 se sigue |ω| = .
d3
Veamos ahora el recı́proco. Supongamos que z1 , z2 , z3 son los vértices depun triángu-
lo equilátero de lado d, que el centro de masas está en el origen, y que |ω| = G M/d3 .
Es muy fácil comprobar que se cumplen las ecuaciones del sistema (S), y por tanto
r = (r1 , r2 , r3 ) es solución al problema de 3 cuerpos.
Ejercicio. Comprueba los detalles.
130 R. ORTEGA, A.J. UREÑA
G m1 G m2
r̈3 = (r1 − r3 ) + (r2 − r3 ) ,
|r1 − r3 |3 |r2 − r3 |3
r1 (t)
r2 (t)
Llegamos a un sistema no autónomo (periódico) para r3 :
G m1 G m2
r̈3 = r1 (t) − r3 + r2 (t) − r3 . (*)
|r1 (t) − r3 |3 |r2 (t) − r3 | 3
m1
m2
donde
cos θ − sen θ
R[θ] = , P1 = r1 (0), P2 = r2 (0) ∈ R2 .
sen θ cos θ
0 P2
P1
Observa ahora que la distancia entre las primarias es constante (e igual a la distancia
entre P1 y P2 ). Tras cambiar de unidades en el espacio, podemos suponer que esta
distancia es 1:
|P1 − P2 | = 1 ,
y combinando este hecho con (***) deducimos que
P1 = (−µ, 0) , P2 = (1 − µ, 0) .
1−µ µ
r̈3 = R[t] P 1 − r3 + R[t] P 2 − r3 .
R[t] P1 − r3 3 R[t] P2 − r3 3
r3 = R[t] z
INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CELESTE 133
1−µ
µ
z̈ + 2 J ż = z + |P1 − z|3 (P1 − z) + |P2 − z|3 (P2 − z)
z ∈ R2 \{P , P } .
1 2
z̈ + 2J ż = ∇Φ(z) , z ∈ R2 \{P1 , P2 } .
J = 2 Φ(z(t)) − |ż(t)|2 ,
dJ
= 2 h∇Φ(z), żi − 2hż, z̈i = 4hJ ż, żi = 0 ,
dt
pues hJp, pi = 0 ∀p ∈ R2 .
ẋ = X(x) , x ∈ M , dim M = 3 .
z̈ + 2 J ż = ∇Φ(z) .
∇Φ(z) = 0 ,
o lo que es igual,
1−µ µ
z= (z − P1 ) + (z − P2 ) .
|P1 − z|3 |P2 − z|3
z = (α, 0)
INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CELESTE 135
α −µ 0 1−µ
Veamos que hay una única solución α < −µ; con tal fin, definimos una función f
por la expresión que aparece a la izquierda:
1 1
f :] − ∞, −µ[→ R, α 7→ α + (1 − µ) +µ .
(−α − µ) 2 (1 − α − µ)2
Se observa que f es estrictamente creciente y
α∗ −µ 0 1−µ
INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CELESTE 137
1 1
µ= 0<µ<
2 2
m2
m2
m1
m1
L1 L1
−µ 0 1−µ α
−µ 0 α 1−µ
−µ α∗ 1−µ
De nuevo hay una única raı́z α∗ , que da lugar a un tercer punto de libración L3 =
(α∗ , 0).
INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CELESTE 139
m1 m2
0
1 1−µ µ
Si µ < , f (0) = − 2 + < 0 y por tanto α∗ > 0. Se puede com-
2 µ (1 − µ)2
probar que L3 queda más cerca de P2 que de P1 .
1 1
µ= 0<µ<
2 2
m1
m1
L3
L3
m2 m2
(−µ, 0) (0, 0) (1 − µ, 0)
1−µ 1−µ
µ µ
1− 3
− 3
z = − 3 P1 − 3 P2 .
ρ1 ρ2 ρ1 ρ2
Observamos que la expresión a la derecha de la igualdad se encuentra sobre el eje de
abcisas, mientras que el término de la izquierda está sobre la recta vectorial generada
por z . Como los vectores z y (1, 0) son linealmente independientes, deducimos que
1−µ µ
1− 3
− 3 =0
ρ1 ρ2
1−µ µ
− 3 (−µ) − 3 (1 − µ) = 0
ρ1 ρ2
De la segunda ecuación se sigue que ρ1 = ρ2 = ρ > 0, y de la primera
1−µ µ
1− 3
− 3 = 0 ⇒ ρ = 1.
ρ ρ
Encontramos que |z − P1 | = |z − P2 | = |P1 − P2 | = 1, ası́ que los tres puntos
forman un triángulo equilátero. Hay dos posibilidades, L4 y L5 .
INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CELESTE 141
L4
P1 0 P2
L5
1 1
µ= 0<µ<
2 2
m1
m1
m2
L4 m2
L4
142 R. ORTEGA, A.J. UREÑA
4.12. Ejercicios
4.1 Tres masas m1 = m2 = 2m3 tienen el centro de gravedad en el origen. Se
sabe que la posición de m1 es (1, 0) y la de m2 es (0, 1). ¿Cuál es la posición de m3 ?
j6=i
4.5 En el espacio R3 se tienen cuatro masas m1 > m2 > m3 > m4 . ¿Es posible
encontrar un tetraedro regular de manera que, si se sitúan las masas en sus vértices el
centro de masas esté sobre el punto P = (1, 2, 3)?
j6=i
INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CELESTE 143
no tiene equilibrios.
4.9 Calcula todos los puntos de libración cuando las masas de las primarias son
iguales.
4.14 Se parte del problema con dos soles fijos (véase el ejercicio 1.2):
G m1 (P1 − x) G m2 (P2 − x)
ẍ = + , x ∈ R2 \{P1 , P2 } ,
|P1 − x|3 |P2 − x|3
donde P1 y P2 son constantes, P1 6= P2 . Se efectúa el cambio de variables
cos θ − sen θ
z = R[ωt] x , R[θ] = .
sen θ cos θ
Escribe las ecuaciones en el nuevo sistema de coordenadas. ¿Son autónomas?
(las dos primeras partı́culas colisionan sobre el origen en tiempo infinito). Se pide:
INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CELESTE 145
¨ = +∞.
(a) Demuestra que lı́mt→+∞ I(t)
(b) Demuestra que lı́mt→+∞ I(t)/t2 = +∞.
(c) Demuestra que lı́mt→+∞ |r3 (t)| = +∞ pero que lı́mt→+∞ |r3 (t)|/t existe y es
finito.
(d) Encuentra una contradicción y concluye que la situación descrita en este proble-
ma no es posible.
146 R. ORTEGA, A.J. UREÑA
Bibliografı́a
Libros:
Un buen lugar para ampliar:
V.I. Arnold; V.V. Kozlov; A.I. Neishtadt, Mathematical Aspects of Classical and
Celestial Mechanics. [Dynamical systems, III]. Third edition. Encyclopaedia of
Mathematical Sciences, 3. Springer-Verlag, Berlin, 2006.
Y un libro de referencia que contiene casi todo el material de este curso, si bien de
forma más escueta:
H. Pollard, Mathematical Introduction to Celestial Mechanics. Prentice-Hall,
Inc., Englewood Cliffs, N.J. 1966.
Páginas web:
Una introducción al problema de tres cuerpos escrita por un destacado investigador
de ahora:
Y para conocer las biografı́as de los matemáticos que aparecen en este libro:
149
150 R. ORTEGA, A.J. UREÑA
Bibliografı́a 147