Introducción

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la Salud como “El estado de

completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o
enfermedades”, este concepto se mantiene a lo largo de los años y que evidencia la
preocupación constante del ser humano no solo por cuidar su condición, sino también el
comprender y tratar los diferentes padecimientos que han surgido y evolucionado a través
del tiempo.
De igual forma la OMS define a la enfermedad como “La alteración o desviación del
estado fisiológico en una o varias partes del cuerpo, por causas en general conocidas,
manifestada por síntomas y signos característicos, y cuya evolución es más o menos
previsibles”. Se puede considerar como una situación de deterioro de la salud del ser
humano, que ocurre de forma inevitable en su interacción con otros individuos, en su
entorno ambiental, social y psicológico.
El ser humano desde el principio de los tiempos, ha tenido la constante necesidad de
indagar sobre su existencia en el mundo, la realidad que le rodea, entre esas interrogantes
también dan lugar a la salud, la enfermedad y la muerte, si bien la medicina tuvo sus inicios
en la prehistoria, mediante las practicas con el uso de hierbas y remedios que eran
elaborados de forma casera por ingredientes naturales hasta evolucionar a lo que
conocemos hoy en día como una ciencia que se dedica a prevenir, diagnosticar y tratar las
enfermedades.
Sin embargo, se ha considerado el uso de prácticas complementarias como el arte, con el
propósito de tratar enfermedades, y que mayormente están asociadas con problemas de
índole personal, familiar, social, psicológico y que tienen resultados positivos en la salud de
los individuos.
Por lo anteriormente expuesto, el objetivo del presente trabajo es analizar el arte como una
terapia que sirve para tratar diversas enfermedades y que contribuye a mejorar la salud de
las personas.
 Desarrollo
El arte puede definirse como una habilidad para crear y expresar de forma material o
inmaterial ya sea imitando o copiando, mediante sonidos, movimientos, imágenes o
cualquier materia plasmando una visión personal sobre esa realidad o imaginación (Pérez,
s.f.).
Esta manifestación del ser humano se ha evidenciado desde la era paleolítica, representadas
a través de pinturas rupestres sobre piedras y que fueron encontradas en cuevas hace más de
32 mil años, así como figuras hechas con madera y que se consideraban un tributo a los
dioses y a la fertilidad. Esta evolución del arte que ha transcendido en diferentes etapas a lo
largo de la historia, desde la edad antigua con las culturas mesopotámicas y egipcias, el
periodo clásico en el imperio romano y griego, la edad media hasta lo que conocemos hoy
en día como arte contemporáneo o moderno, se caracterizan por ser actividades humanas de
exposición creativa, subjetiva y comunicativa y que nos diferencia del resto de los
animales, perdurando en el tiempo (Castelan, 2022).
Las formas como se hacen presentes se reflejan a través de la pintura, la literatura, la
música, la escultura, el cine, la danza y la arquitectura, que son consideradas como bellas
artes y cuya clasificación se remonta al siglo XVIII (Freitag, 2015). Hoy en día existen
diversas actividades y habilidades que se han sumado y que no solamente son consideradas
como una práctica que plasman las emociones, ideas o sentimientos del hombre sino
también como un medio eficaz para mejorar la salud, incluso tratar enfermedades que la
medicina tradicional no puede realizar completamente.
Según Pérez y Gardey (2021), se puede definir a la terapia como un proceso que permite el
tratamiento de diversas enfermedades, posibilitando su curación o alivio y los síntomas de
las dolencias que ellas generan.
En en las últimas décadas ha tomado auge la consideración del arte como parte de la ciencia
médica y en donde se destaca el valor de la disciplina en el proceso curativo de una
enfermedad, como un impacto positivo en la calidad de vida de los individuos (Guardiola y
Baños, 2020).
Estos cambios que se han generado incluyen la terapia del arte o Arte terapia y que puede
ser definida como una disciplina que se ubica entre la psicología y el arte, en la
manifestación de creaciones artísticas de los pacientes, promoviendo su autoconocimiento,
la conexión interna en el proceso de sanación y desarrollo pleno del ser. Todos los seres
humanos tienen la habilidad creativa, por lo que cualquier persona puede expresarse sin
conocimiento previo y que el producto final no es tan relevante como su proceso (López,
2004).
Si bien la historia de la Arteterapia tiene valoración desde mucho tiempo atrás, se hace
conocido en Europa y Estados Unidos específicamente en la Segunda Guerra Mundial, a
fines de siglo XIX, demostrando los efectos que tenían los soldados sobre los sufrimientos
en el campo de guerra y que plasmaban a través de pintura y dibujo, inspirados por Adrian
Hill, pintor que fue diagnosticado con tuberculosis, y que estuvo internado durante su
enfermedad, este ejemplo sirvió para expresar los traumas que sintieron a raíz de las
escenas de guerra. Paralelamente, la pintora estadounidense Edith Kramer fue pionera en la
arteterapia, en 1915 la psicóloga norteamericana Margaret Naumburg crea la escuela
Walden en New York cuya filosofía de expresión creativa contemporánea permitió que
niños pudiesen aprender incluso tanto como la escuela tradicional clásica y que era motivo
de una reforma en la educación (López, 2004).
El conocimiento de Margaret en el ámbito psicológico y educativo resultaron aportes
significativos del método terapéutico como una disciplina enfocada hacia la psicoterapia y
los beneficios del proceso creativo en los individuos, estos recursos fueron compartidos con
el personal médico y psiquiátrico aumentando la efectividad en los tratamientos que se
impartían a los pacientes mediante actividades creativas. Su interés por avanzar en la
disciplina y que fuera reconocida, la llevó a trabajar con niños refugiados de la guerra
contra los nazis, y posteriormente en escuelas y casas de acogida en New York (Marín,
2020).
Como lo expresa Marín (2020), en la década de los 60 y 70, la psicoterapia que antes era
una aplicación exclusiva de los psiquiatras pasa a ser impartida por psicólogos, y que no
solo abordan enfermedades físicas o mental, sino también se toma en cuenta el bienestar del
individuo y su realización personal, dejando a un lado las terapias agresivas como practicas
cotidianas, transformando el proceso en un entorno respetuoso y acogedor. La música, la
danza, el dibujo, la pintura la expresión corporal, entre otras manifestaciones que son
consideradas como bellas artes toman protagonismo en la terapia de sanación.
Todos los esfuerzos dieron su fruto en 1964, cuando se crea la primera asociación de
arteterapia en Inglaterra (B.A.A.T por sus siglas en inglés) y en 1969 se constituye la
Asociación Americana de Arte Terapia (A.A.T.A. por sus siglas en ingles), por Don Jones
y Robert Ault logrando la implantación de estudios universitarios y cursos que forman al
terapeuta artístico, así como su código ético (Marín, 2020).
En el año 1980 logra el reconocimiento del Ministerio de Sanidad y Seguridad Social por
parte del BAAT, aprobando los estudios de postgrado y doctorado en la materia. La
promulgación de la carrera en ambos países logra la aceptación a nivel internacional y se
constituye el Consorcio Europeo para la Educación en Arte Terapia en el año 1991 (Marín,
2020).
Hoy en día son innumerables los aportes que tiene esta disciplina no solo en el campo
artístico, para tratar diversas enfermedades como el estrés que producen debilitamiento en
el sistema inmunológico y afecciones cardiovasculares, como herramienta de ayuda en
niños con necesidades especiales, como la hiperactividad, casos como la encefalopatía o
incluso los diagnosticados con Síndrome de Down, de igual forma quienes han vivido
procesos de maltrato y que ocasionan problemas en su desarrollo emocional, intelectual,
social y emocional. (López, 2004).
En el año 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un informe sobre los
beneficios contenidos en las actividades artísticas que influyen en el bienestar y la salud,
mediante la participación activa o pasiva de los pacientes sobre cinco categorías
principales: Artes escénicas como la danza, el teatro, el cine; Artes visuales como
fotografía, diseño, pintura; Artes en línea como animaciones; Cultura, a través de visitas a
museos, conciertos, charlas, teatro; Literatura, mediante la lectura, la poesía,
escritura(Fancourt, 2019).
Dichos estudios demostraron la posibilidad de abordar problemas de salud incluso
enfermedades como la salud mental, la obesidad y la diabetes, complementando soluciones
en que la ciencia médica no habría podido avanzar. Estos hallazgos se centran en
promocionar el desarrollo infantil y apoyar el autocuidado y en el caso de gestión y
tratamiento de enfermedades no trasmisibles y neurológicas. (Fancourt, 2019).
Es inequívoca, la relación entre la salud y el arte, las expresiones artísticas suponen la
estimulación de la imaginación sobre hechos reales o ficticios, mediante las emociones y la
actividad cognitiva, que permiten regular las emociones y disminuir los niveles de ansiedad
y estrés, sobre todo en las que incluyen interacciones sociales y que ayudan en los casos de
soledad y aislamiento. En los casos que se incluye la actividad física, estas contribuyen a
mejorar casos de sedentarismo, causantes de la depresión y la demencia (Fancourt, 2019).
Según plantea Fancourt (2019), con este informe, la OMS recomienda incluir el arte como
parte esencial en el proceso del bienestar físico y mental, y que se debe añadir en conjunto
con la cultura dentro de los sistemas sanitarios con el fin de crear métodos y estrategias
eficientes que conlleven a incorporar esta disciplina como parte del estudio y formación de
la ciencia de la salud.
El proceso artístico se enfoca en la manifestación de emociones, pensamientos,
sentimientos e ideas más que en el resultado final, y que permite explotar las capacidades
creativas del ser humano, es ahí donde reside el potencial terapéutico, en poder crear
seguridad y confianza y que suele ser la causa de muchos conflictos internos y
desequilibrios afectivos, que impiden tener una vida plena y normal, sana y en equilibrio
(López, 2004).
 Conclusión

La Arteterapia como disciplina científica, nace de la necesidad del ser humano de ir más
allá de entender la realidad en el mundo en el que coexiste, sobre su bienestar y el cómo las
enfermedades afectan física y emocionalmente este equilibrio. Mediante la manifestación
natural de sus emociones, pensamientos, ideas, sentimientos, movimientos corporales logra
crear un lenguaje universal, que puede ser entendido y compartido.
El arte está ligado a la búsqueda del equilibrio del individuo, a la persecución de su
desarrollo pleno y la armonía de su ser, que puede ser practicado por cualquiera sin
importar edad, y que aportan grandes beneficios a nivel psicológico, como el estrés y la
ansiedad, trastornos muy comunes que afectan a la sociedad de hoy en día.
Las actividades artísticas son una forma de comunicación no verbal, que ayuda a
comprender los conflictos internos y puedan ser externalizados y tratados de una forma mas
efectiva, mejorando la autoestima y potenciando la seguridad en la persona. En el caso de
los niños, es efectiva la comunicación como por ejemplo el dibujo y la pintura, que
manifiestan emociones y sentimientos que no pueden ser expresados de manera verbal.
Las emociones representan la comunicación que tenemos de forma instintiva y primaria,
antes que las palabras y que nos ayudan a externalizar situaciones, trastornos e incluso
enfermedades de las cuales no estamos conscientes y que inciden positiva o negativamente
en nuestro desarrollo y rendimiento espiritual, emocional, social y profesional, es allí donde
el arte se manifiesta como una libre expresión del ser humano, beneficiando su salud y
reduciendo, incluso erradicando las enfermedades.
 Referencias Bibliográficas
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