El Bogotazo Clei 4
El Bogotazo Clei 4
El Bogotazo Clei 4
DEPARTAMENTAL ALGARROBO
GUIA DE APRENDIZAJE
AREA: Sociales GRADOS: Clei 4 PERIODO: 1
RECOMENDACIONES BIBLIOGRAFIA
Presentar a la docente únicamente en la Texto guía Bello aprende y camina por la
fecha establecida. vida de ciencias sociales Clei IV
EL BOGOTAZO
Detrás de la historia reciente de Colombia hay una descarga de tres disparos. Se produjo el
9 de abril de 1948, minutos después de la una de la tarde. Jorge Eliécer Gaitán, líder
carismático del Partido Liberal, salió de su despacho en la carrera Séptima, una de las
principales arterias de Bogotá, a la altura de la calle 14. El cielo gris de la temporada de
lluvias acogía durante esos días en la capital del país la IX Conferencia Panamericana y un
congreso de estudiantes impulsado por un joven cubano aún desconocido llamado Fidel
Castro. Gaitán hubiera tenido que conocerle esa misma tarde.
Tras caminar unos metros, un sicario disparó al político. Le identificaron como Juan Roa
Sierra. El caudillo liberal, que hacía 15 años había fundado la Unión Nacional de Izquierda
Revolucionaria, fue trasladado a una clínica cercana. En los boletines de las dos de la tarde
las radios ya informaban del magnicidio. La noticia desencadenó una revuelta conocida
como el Bogotazo en la que murieron cientos de personas, quizá miles, y que partió en dos
el destino de Colombia.
Esa noche se acostó muy tarde y al día siguiente tenía previsto acompañar a Fidel Castro
durante una marcha estudiantil. El revólver 32 de su asesino truncó sus planes, su vida y
sumió a Colombia en el caos.
“El 9 de abril ocurrió en un muy breve lapso de tiempo”, describe el escritor Mario Jursich,
que estuvo a cargo de la edición. “A Gaitán le pegan los tres tiros a la una de la tarde. Él
permanece sobre la banqueta 20 o 30 minutos. Después de eso, lo llevan a la Clínica
Central, que estaba a un par de cuadras. Y ahí empieza la radio a dar las primeras noticias.
Al principio no decían que lo mataron, porque no se sabía. Cuando se difunde la noticia,
empiezan las protestas. El 9 de abril no se quemó ni un solo banco. La ira de la gente iba
dirigida contra otras cosas. Robaron en almacenes de artículos deportivos, almacenes de
licores, de ropa, de electrodomésticos y de muebles. Alrededor de las tres de la tarde ya
están quemando los tranvías. Y allí se desata el pandemónio. Las horas entre las tres y las
cinco de la tarde fueron el caos”. Grupos de niños pagados por los empresarios que
controlaban la red de autobuses prendieron fuego a los vehículos que representaban su
competencia, los tranvías. La ciudad se convirtió en escenario de una batalla campal. “
El autor del magnicidio fue detenido enseguida y conducido a una droguería cercana. Una
multitud de transeúntes, según las crónicas de la época, le mató ya en el comercio. Fue
enterrado y días después unos militantes liberales le desenterraron para fotografiarle.
Fue ministro de Trabajo y Educación, alcalde de Bogotá, vivió en Roma, donde cursó, en
pleno auge del fascismo, un doctorado en Derecho. El rictus de Gaitán, su talante en
público, la estética y la conciencia de la importancia de la imagen para cristalizar el espíritu
de un proyecto político constituyen una herencia de esa etapa. La trayectoria del
candidato, que ya había sido aspirante no oficial del Partido Liberal en las elecciones de
1946, parecía imparable. Hasta ese viernes 9 de abril.
Así cambió la historia del país andino. “Casi todos los colombianos condenaron el crimen
abominable que segó la vida de Gaitán, pero nadie previó sus tremendas consecuencias.
Así como en las ciudades, Gaitán contaba con inmenso caudal de irrestricta adhesión
dentro de la masa campesina. Él abanderaba la esperanza de solución de toda una
problemática secular”, escriben los historiadores Germán Guzmán Campos, Orlando Fals
Borda y Eduardo Umaña Luna en La violencia en Colombia. Con el telón de fondo de la
Guerra Fría, ese asesinato, cuyas circunstancias aún están rodeadas de interrogantes,
sentó las bases para que empezara el conflicto armado que, en el fondo, todavía no ha
terminado pese al fin de la guerra con las FARC, la desmovilización y el desarme del grupo
insurgente más antiguo de América.
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