RELIGIOSIDAD
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CIELOS ABIERTOS
En este primer paso vamos a estudiar todo lo que cierra los cielos, bloqueando las bendiciones de Dios y
produciendo en nosotros dificultad para orar. Por esto, debemos tener en cuenta:
Las prácticas de ocultismo, la nueva era y el paganismo les han dado derecho al enemigo a influenciar,
obsesionar y aun controlar algunas aéreas de nuestra vida, cerrando así los cielos.
Si el enemigo no logra tener influencia sobre nuestras vidas por medio de prácticas claramente
prohibidas en la Biblia, lo tratará de hacer a través de la religiosidad.
Lo primero que tenemos que hacer para lograr una sanidad tota es cerrar las puertas que le hemos abierto
al enemigo:
Confesar, pedir perdón y renunciar a toda práctica espiritual prohibida en la Palabra de Dios.
Cortar toda relación con cualquier espíritu que no sea el Espíritu Santo.
Renunciar y echar fuera todo demonio de engaño y toda voz en la mente.
Quitar la autoridad y los derechos que les hemos dado a Satanás y a los demonios sobre nosotros por
haber practicado ese pecado.
Apartarnos y destruir todo aquello que se relacione con esas prácticas.
Vamos a iniciar esta sesión con una oración para atar al hombre fuerte:
« En el nombre de Jesús, ato a Satanás, el diablo engañador y padre de toda mentira. Ato a todo demonio que
ha sido asignado por el enemigo para impedir mi liberación y ato a los demonios que han cerrado los cielos.
Declaro que estoy sometido(a) a Dios por medio de Jesús y que tengo victoria sobre el enemigo por medio de
la sangre que Cristo derramó en la cruz del calvario. En el nombre de Jesús, amén».
Somos seres espirituales, por lo tanto tenemos interés y somos sensibles a lo espiritual. Para comprender
mejor esto, debemos saber que la dimensión espiritual tiene dos extremos: luz y tinieblas. Muchos en su
búsqueda espiritual, han sido engañados por el enemigo, el padre de mentira que se viste como ángel de luz
con el fin de engañar, haciéndolos creer que también existen los tonos grises.
Con Dios no podemos pertenecer a dos lugares; o somos luz o somos oscuridad.
Fuimos creados para tener comunión con Dios, pero el enemigo ha aprovechado esa necesidad o esa
búsqueda de Dios, y a través del engaño ha suplantado al Señor. De este modo, logra controlar nuestras
vidas.
Toda práctica o experiencia espiritual que no sea con el Padre Dios por medio del Señor Jesucristo, no solo le
abre la puerta al enemigo, sino que, además, cierra los cielos.
Dichas prácticas son el ocultismo, la hechicería, el espiritismo, el satanismo, la nueva era, la idolatría, la
oración a muertos, entre otras.
« Ni antes ni después de Josías huno otro rey que, como él, se volviera al Señor de todo
corazón, con toda el alma y con todas sus fuerzas». 2 Reyes 23:25
Según 2 Reyes 23:19,24, ¿qué hizo Josías para ganarse ese reconocimiento?
Si alguna de estas cosas son comunes en nuestra mente, no tenemos que seguir creyendo las
mentiras del enemigo. Podemos lograr nuestra libertad en Cristo y para hacerlo necesitamos
conocer los mandamientos de Dios, pues si no hacemos su voluntad, le estamos dando lugar al
diablo y el nos influenciará, obsesionará o incluso, controlará.
Muchos demonios que nos oprimen están ahí desde antes de recibir a Jesús. Sin embargo, ahora
que hemos elegido creer en Cristo podemos ser totalmente libres. Podemos experimentar esa
libertad si nos arrepentimos y renunciamos a toda práctica oculta.
« Así que sométanse a Dios. Resistan al diablo, él huirá de ustedes». Santiago 4:7.
Jesús vino a « destruir las obras del diablo». 1 Juan3:8
Fuimos sacados de las tinieblas y ahora estamos en la luz. Para andas en esa luz, debemos estar
comprobando al Señor (vs. 10) “No
con las obras infructuosas de la , sino más
bien denúncienlas (vs.11).
¿Por qué? Porque es para Dios cualquiera que hace estas cosas.
« Persiste, entonces, con tus encantamientos y con tus muchas hechicerías, en las que te
has ejercitado desde la niñez. […] Que se presenten tus astrólogos, los que observan las
estrellas, los que hacen predicciones mes a mes, ¡que te salven de lo que viene sobre ti!».
Y termina diciendo:
« ¡Míralos! Son como la paja, y el fuego los consumirá. Ni a sí mismos pueden salvarse del
poder de las llamas […] Eso son para ti los hechiceros con quienes te has ejercitado, y
con los que has negociado desde tu juventud. Cada uno sigue su error; no habrá quien
pueda salvarte».
Según esto, ¿qué consecuencias trae sobre nuestra vida consultar horóscopo y la carta astral?
Las Escrituras nos muestran con claridad que Dios condena severamente todo tipo de práctica
astrológica, ya que esta intenta dar a conocer el futuro a través de recursos ocultistas.
Según Hechos 4:19, si algún pensamiento, filosofía, doctrina, tradición, religión, movimiento o
enseñanza, contradice la Escritura, ¿a quién debemos obedecer?
« Cuídense de que nadie los con la vana y engañosa filosofía que sigue
, la que va de acuerdo con los de este mundo y
no conforme a Cristo».
PAGANISMO
La gran mentira que muchos han creído en que cualquier camino nos sirve para llegar a Dios. Pero
eso no es cierto. La Biblia dice que Jesucristo es el único camino a Dios:
« En ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombre
mediante el cual podamos ser salvos». Hechos 4:12
SECTAS
Toda práctica espiritual que enseñe que la salvación está en una religión, en una iglesia o en la
práctica de ciertas obras o de ciertos ritos, es un culto falso. Podemos identificar una iglesia que va
camino a convertirse en un culto falso o en una secta, por lo siguiente:
Pretenden ser los únicos depositarios de la verdad.
Dicen ser la única iglesia que tiene el Espíritu Santo.
Prohíben a sus miembros ir a otras iglesias o escuchar a otros predicadores.
No se relacionan con otras iglesias o pastores de la ciudad.
Tienen a un “profeta” o “apóstol” como la única persona a quien Dios le habla.
Si una persona se va de la iglesia, la maldicen y prohíben que otros hablen con ella.
¿En qué secta o grupo cristiano con tendencia a secta has estado
involucrado?
IDOLATRIA
« Por eso el Señor rechazó a todos los israelitas: los afligió y los entregó en manos
invasores, y acabó por arrojarlos de su presencia». 2 Reyes 17:20
Escribe por qué, en los versículos 7 al 17, el Señor se enojó, se afligió, entregó y finalmente, arrojó
a los israelitas de su presencia:
El pecado que más se menciona en esta porción es la idolatría. El versículo 15 nos muestra la
consecuencia de la misma: « Se fueron tras ídolos inútiles, de modo que se volvieron inútiles ellos
mismos». La idolatría puede ser la causa de por qué una persona es inútil o no sirve para nada. Un
principio bíblico importante es que somos lo que adoramos.
En el Salmo 115:3-8 una vez más el Señor nos confirma que la idolatría nos convierte en personas
inútiles.
« Nuestro Dios está en los cielos y puede hacer lo que le parezca. Pero sus ídolos son de oro
y plata, producto de manos humanas. Tienen boca, pero no pueden hablar; ojos, pero no pueden
ver; tienen oídos, pero no pueden oír; nariz, pero no pueden oler; tienen manos, pero no pueden
palpar; pies, pero no pueden andar; ¡ni un solo sonido emite su garganta! Semejantes a ellos son
sus hacedores y todos los que confían en ellos».
Y en Éxodo 20:3-5 el Señor nos dice que las consecuencias o la maldición del pecado de idolatría
pasan de una generación a otra:
« No te hagas ningún ídolo, ni nada que guarde semejanza con lo que hay arriba en el
cielo, ni con lo que hay abajo en la tierra, ni con lo que hay en las aguas debajo de la tierra.
No te inclines delante de ellos ni los adores. Yo, el Señor tu Dios, soy un Dios celoso. Cuando
los padres son malvados y me odian, yo castigo a sus hijos hasta la tercera y cuarta
generación».
CONFESIÓN Y RENUNCIA
El primer paso para lograr la libertad en Cristo es confesar, pedir perdón y renunciar a toda
participación en prácticas y costumbres de ocultismo. Cosas que se hacen en secreto y actividades
que niegan que Jesucristo en Dios y que ofrecen guía por medio de cualquier otra fuente que no
sea la autoridad absoluta de la Palabra de Dios. Comienza con la siguiente oración:
«Querido Padre celestial, te pido que guardes mi corazón y mi mente, y me reveles todo lo
que he hecho o que cualquier persona hizo en mi contra y que sea espiritualmente
negativo. Revélame todo y cualquier compromiso que haya tenido, sabiéndolo o no, con
sectas o prácticas ocultistas y/o maestros falsos. Te pido esto en el nombre de Jesús, amén
».
Señala a continuación todo aquello en lo que tú o alguien de tu familia haya estado involucrado:
PRACTICAS DE OCULTISMO
PAGANISMO
Testigos de Jehová
Budismo Hinduismo
Creciendo en Gracia Idolatría
Ciencia Cristiana Masones
Cientología Mormones
Islamismo Niños de Dios
Hare Krishna Rosacruces
Canciones anticristianas:
Programas de televisión:
Juguetes, juegos de video o de computadora anticristianos:
Libros y revistas:
2. ¿Alguna vez has oído o sentido que hay un ser espiritual malo en tu cuerpo?
3. ¿Tienes o tuviste un amigo imaginario, un guía espiritual (ángel) que te ofreciera guía y
compañía?
4. ¿Has escuchado voces en tu cabeza o has tenido pensamientos repetidos y molestos como
por ejemplo, “soy tonto”, “soy fea”, “nadie me quiere”, “no puedo hacer nada bien”,
entre otros, como si hubiera una conversación permanente en tu cabeza?
Explica:
« En el nombre de Jesús, pido perdón por el pecado de mis padres de haberme entregado a
la virgen de (nombre de la virgen), o a san
(nombre del santo), o al divino niño. Como hijo(a) de
Dios tomo la autoridad que el Señor me ha dado y renuncio a todo derecho, terreno y
autoridad que el mundo espiritual tenga sobre mi vida y que haya impedido mi crecimiento
espiritual por haber sido consagrado(a) a . Ato y reprendo toda
influencia que tenga el enemigo y el mundo espiritual de las tinieblas sobre mi vida como
resultado de esa entrega. Ordeno que esos demonios salgan ahora mismo, en el nombre de
Jesús. Echo fuera todo espíritu de engaño, de confusión, de duda, de orgullo, de bloqueo,
de pesadez, de rebeldía, de idolatría, de religiosidad, de ceguera, de ritualismo, y me
declaro
¡libre! en el nombre de Cristo Jesús. Rompo toda maldición sobre mi vida causada por los
pecados de mis padres y de mis antepasados. Anulo el acta de decretos que Satanás ha
escrito en mi contra por los pecados de idolatría de nuestra nación. Y declaro la bendición
de Dios sobre mi vida y sobre mi descendencia.
Si no puedes contra ellos… “¡únete!”, es una de las estrategias que con gran astucia ha
usado el enemigo para impedir el avance de la iglesia. Los demonios y las ataduras que nos
controlaban o influenciaban antes de conocer a Jesús ahora se han “convertido” en demonios
religiosos como: fanatismo, legalismo, mundanalidad, critica, queja, oposición, pereza, pobreza,
amor al dinero, rebeldía, deslealtad, falta de compromiso, abuso de autoridad, pasividad, entre
muchos otros.
Para lograr libertad de la religiosidad debemos conocer la manera en la que el enemigo ha logrado
acceso a nuestra vida, confesar el pecado, renunciar a toda influencia de las tinieblas y no darle
más lugar al diablo.
El primer obstáculo a la liberación de la religiosidad somos nosotros mismos. Por eso la siguiente
oración es tan importante:
«En el nombre de Jesús, crucifico toda actitud en mí que me impide reconocer los pecados
religiosos. Reconozco que le he abierto puertas al enemigo en mi vida, por eso renuncio a
toda su influencia sobre mí.
En el nombre de Jesús, renuncio al espíritu del anticristo, al espíritu de los fariseos y a toda
influencia de Jezabel, Absalón, Damián y Belcebú; renuncio al espíritu de engaño, de
control, de bloqueo. Me someto a Dios Padre, en el nombre de Jesús, y te pido Espíritu
Santo que me reveles todo lo que le ha dado derecho al enemigo de oponerse a ni
crecimiento espiritual y a impedir que cumpla el propósito que Dios tiene para mí, en el
nombre de Jesús, amén».
Aunque el espíritu religioso está más latente en alguien que lleva varios años en el Señor o que
proviene de otra iglesia, es importante que una persona nueva también renuncie a las diferentes
manifestaciones del espíritu religioso.
ORGULLO ESPIRITUAL. «Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes». Santiago
4:6
EL ESPIRITU DE LOS FARISEOS. Ni son parte activa ni permiten que otros participen. Jesús dijo:
«Ni entran ni dejan entrar». Predican pero no aplican. Todo lo juzgan, todo lo cuestionan, todo lo
razonan. No ven los milagros, sino la manera en la que se hacen para después juzgar. Siempre
cuestionan la autoridad: “¿Con qué autoridad haces eso?”. No reconocen sus errores. Son
hipócritas o en palabras de Jesús: sepulcros blanqueados.
LAS EXPERIENCIAS DEL PASADO O LOS ODRES VIEJOS. Lo bueno de ayer no nos deja recibir lo
que Dios tiene para nosotros hoy. Necesitamos morir a toda experiencia de nuestro pasado
espiritual para poder recibir lo nuevo que el Señor quiere darnos.
TITULOS Y MINISTERIOS. Es necesario renunciar a todo titulo y ministerio que hemos ejercido
en otra iglesia. Sin importar nuestro pasado, todos debemos hacer el proceso de formación de la
iglesia con una buena actitud. Si estamos dispuestos a morir a los títulos y al ministerio que
ejercimos en el pasado, después de un tiempo, Dios nos los devolverá.
OTRAS VISIONES Y MANERAS DE HACER LAS COSAS. Es necesario renunciar a la visión la forma
en la que se hacían las cosas en otras iglesias. El mejor aporte que podemos hacerle a la iglesia es
aceptar y ser parte de lo que ella es. Tratar de cambiar a la iglesia o evaluar sus errores es un
privilegio que solo tienen los que han echado raíces en la misma y los que han estado dispuestos a
meter sus manos en el “lodo”.
INFIDELIDAD. Es imposible obtener lo mejor de dos lugares. Podemos echar raíces en un solo
lugar. «Nadie puede servir a dos señores». Mateo 6:24
MALDICIONES POR PALABRAS. “Si te vas de la iglesia te va a ir mal”, “te maldigo, maldigo
tu familia, tus negocios, tu salud…”.
MALDICIONES AUTOIMPUESTAS. Por pensar que no somos dignos, que Dios no nos va a perdonar
o que hemos tocado a un ungido del Señor.
Declaro que amo la iglesia y creo que tú me has elegido y puesto en esta iglesia para ser
formado(a). Por eso, tomo la decisión de someterme a la iglesia, a su visión y a su
liderazgo. Pongo mi vida sobre el altar y te pido que me uses para tu gloria. En el nombre
de Cristo Jesús, amén».