Parasha 26 Shemini

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Apuntes parasha Shemini

(Vayiqra 9:1-11:47)
Por: Avraham ben Avraham

Resumen

El octavo día Mosheh llamó a los ancianos y le dijo a Aharon que tomara un becerro y un
carnero que debían ser ofrecidos a El Eterno. A los hijos de Yisrael se les exigiría para
expiación un macho cabrío, un becerro y un cordero para expiación; también un buey y un
carnero como ofrenda de paz. Estos animales fueron ofrecidos según el orden prescrito por El
Eterno. Después Aharon bendijo al pueblo y entró con Mosheh a la tienda de reunión;
después salieron y bendijeron al pueblo y la gloria de El Eterno apareció ante todos. Y salió
fuego de El Eterno que consumió el holocausto, y todo el pueblo alabó postrado.

Nadav y Avihu, hijos de Aharon, ofrecieron delante de El Eterno fuego extraño, que él no les
ordenó. Y salió fuego de El Eterno que los quemó y murieron. Entonces Moisés dijo a Aharon
que El Eterno se santificará en los que se acercan a Él y será glorificado delante de todo el
pueblo. Entonces Moisés dijo a Aharon, a Eläzar e Itamar que no descubrieran sus cabezas ni
rasgaran sus vestidos en señal de duelo para que no murieran, ni se levante la ira sobre toda
la congregación; los demás sí podrán hacer lamento. Tampoco podrán salir de la puerta de la
tienda de reunión, porque morirán, porque el aceite de la unción está sobre ellos.

Aharon y sus hijos no beberán vino ni sidra al entrar a la tienda de reunión, para que no
mueran, y esto será estatuto perpetuo para discernir entre lo santo y lo profano, y lo
inmundo y lo limpio. Eläzar e Itamar deberán tomar la ofrenda que queda de las ofrendas
encendidas, y comerla sin levadura junto al altar, porque es santísima. Cuando Mosheh supo
que el macho cabrío de la expiación había sido quemado, se enojó contra Eläzar e Itamar y
les preguntó por qué no comieron la expiación en lugar santo, a lo que Aharon respondió que
habían ofrecido su expiación y su holocausto a El Eterno, e hizo ver a Mosheh que no hubiera
sido del agrado de El Eterno que él hubiera comido, después de haberle sucedido tantas
cosas. Mosheh le aceptó sus razones.

El Eterno le dijo a Mosheh y Aharon que los animales que se pueden comer son los
siguientes: De sobre la tierra, todo el que tiene pezuña hendida y además rumia; de los que
viven en el agua todos los que tienen aletas y escamas, y de todos estos animales ni siquiera
se debe tocar su cuerpo muerto, pues son impuros; de las aves, El Eterno provee una lista de
las que no se pueden comer; de los insectos será abominación el que ande sobre cuatro
patas, pero se podrán comer los que tengan piernas además de sus patas para saltar sobre la
tierra.

Quien toque los cuerpos muertos será impuro hasta la noche, y cualquiera que lleve algo de
sus cadáveres lavará sus vestidos, y será impuro hasta la noche. Todo aquello sobre lo que
cayere algo de ellos después de muertos será impuro; será metido en agua y quedará impuro
hasta la noche. Toda vasija de barro en la que caiga alguno de ellos será impura, así como
todo lo que esté en ella, y se quebrará la vasija. Cualquier contacto de un objeto con el agua
de las vasijas impuras o con los animales impuros quedará impuro.
En espera de la Shejinah

En Vayiqra 9:22-224 está escrito: “Después alzó Aharon sus manos hacia el pueblo y lo
bendijo; y después de hacer la expiación, el holocausto y el sacrificio de paz, descendió. Y
entraron Mosheh y Aharon en el tabernáculo de reunión, y salieron y bendijeron al pueblo; y
la gloria de El Eterno se apareció a todo el pueblo. Y salió fuego de delante de El
Eterno, y consumió el holocausto con las grosuras sobre el altar; y viéndolo todo el pueblo,
alabaron, y se postraron sobre sus rostros.”

Previamente a este texto la Torah nos relata la forma como realizó Aharon sus ofrendas,
según El Eterno había ordenado. Un hecho interesante es que la primera ofrenda que hace es
para la expiación de sus propios pecados, como está escrito en Vayiqra 9:8: “Entonces se
acercó Aharon al altar y degolló el becerro de la expiación que era por él.” Esto nos
enseña que para poder realizar nuestro servicio es necesario ponernos a cuenta con El
Eterno1 para que nuestra avodah esté desprovista de mancha y pueda ser asistida desde lo
alto. El que esté ofreciendo un becerro nos recuerda que éste fue presentado con el fin de
expiar el anterior pecado del becerro, con lo cual, después de su teshuvah y del ritual
correspondiente, Aharon quedó limpio.

Después hizo la ofrenda del pueblo, dado que todos en Yisrael requerían expiación por las
faltas cometidas; como está escrito en Vayiqra 9:15-16: “Ofreció también la ofrenda del
pueblo, y tomó el macho cabrío que era para la expiación del pueblo, y lo degolló, y lo ofreció
por el pecado como el primero. Y ofreció el holocausto, e hizo según el rito.”

En este momento, se podría pensar por parte de los B’nei Benei Israel Yisrael que ya con
estos “requisitos” cumplidos, la Shejinah bajaría a morar en el pueblo, lo cual, como era de
esperarse, era el mayor anhelo del momento para nuestro pueblo. Sin embargo, la Shejinah
no bajó inmediatamente después, que era lo que debería suceder, después de estos eventos
que eran precisamente la iniciación formal de los servicios en el Mishkan.

Ello causó preocupación a Aharon, quien creyó que quedaría en vergüenza ante todo Yisrael,
pues esta ausencia indicaría que quizá Aharon no estaba calificado para el servicio del cual
estaba siendo investido. Por esta razón Mosheh y Aharon entran al Mishkan, con el fin de
hacer tefilah, para suplicar a El Eterno que restituyera la Shejinah a Yisrael. Cuando
concluyeron de rezar, regresaron donde estaban todos y en ese instante apareció la Shejinah,
consumiendo las ofrendas que estaban sobre el altar.

Respecto de por qué sucedieron las cosas de esta forma, el Midrash nos enseña algo muy
valioso: “¿Por qué la revelación de la Shejinah no ocurrió inmediatamente después del
servicio de Aharon? Al retener el fuego Celestial, el Todopoderoso demostró que Su presencia
no se puede invocar de manera inmediata por el solo hecho de cumplir con los ritos de los
sacrificios. En forma contraria a la creencia pagana de que los sacrificios tenían una fórmula
mágica inherente a ellos que hace que se produzca la presencia Divina, el Todopoderoso le
enseñó al pueblo judío que Su revelación había sido traída como resultado de las tefilot de
1
Espiritualmente siempre veremos que el orden es primero limpiar nuestro interior.
Aharon y Mosheh. La habilidad para convocar la presencia de HaShem no está garantizada
por ningún rito externo, sino que depende de aquellos espíritus que entren al Mishkan para
servirlo”.

Esto nos muestra que, en definitiva, lo verdaderamente valioso es la actitud interna;


cualquier ritual externo, por muy elaborado que parezca, no tiene ningún efecto en el cielo si
no va acompañado de los “ingredientes básicos”: Teshuvah y tefilah. Por ello fue que
después de que Aharon y Mosheh rezan para que retorne la Shejinah, El Eterno permite que
Su Presencia acompañe de nuevo a Yisrael.

Textos para meditar: Tehilim 51:16-19

El incidente de Nadav y Avihu

Nuestros sabios nos enseñan que Nadav y Avihu, los hijos de Aharon, eran además de bellos,
llenos de virtudes que realmente los hacía candidatos para ser los próximos líderes del pueblo
judío. Sin embargo, el corto relato que de ellos hace la Torah podría hacer pensar sólo en su
falta cometida por la cual fueron consumidos. En Vayiqra 10:1-2 está escrito: “Nadav y Avihu,
hijos de Aharon, tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre el cual
pusieron incienso, y ofrecieron delante de El Eterno fuego extraño, que él nunca les
mandó. Y salió fuego de delante de El Eterno y los quemó, y murieron delante de El Eterno.”

De acuerdo con la tradición de nuestro pueblo, Nadav y Avihu eran tsadiqim, y por lo tanto su
acción estuvo bien intencionada. Y la verdad es que aquí no se habla de rebelión o cosa
parecida, y por esta razón no se puede pensar que deseaban ir abiertamente en la dirección
contraria de sus superiores. ¿Qué sucedió entonces?

Nadav y Avihu, de acuerdo con el relato, en realidadpuede ser que actuaron movidos por la
ley de la Torah de Vayiqra 1:7, que dice: “Y los hijos del sacerdote Aharon pondrán fuego
sobre el altar, y compondrán la leña sobre el fuego.” Sin embargo, lo hicieron cuando no se
les ordenó, lo que equivalía a formular una halajah delante de Mosheh; y esta sí es una falta
grave. Sobre esto, dijo Rabí Eliécer: “Quien formule una decisión halájica en presencia de su
rebe incurre en la muerte Celestial.” Y entonces nos dice el Midrash: “¿Por qué es que alguien
que pronuncia una decisión de la halajah frente al rebe merece morir?

1. Los comentadores sugieren que él merece sufrir las consecuencias de su acto.


Nuestros sabios asemejan a quien avergüenza a otro en público con un asesino. Un
estudiante que avergüenza a su rebe, y actúa en su presencia como si éste no pudiera
tomar una decisión por sí mismo, merece la muerte ya que su conducta se considera
similar a la del asesino cuyo castigo es la muerte.
2. Asimismo, un estudiante que enseña en presencia del rebe revela una falla básica en
su forma de encarar el estudio de la Torah. El judaísmo no exime a ningún ser
humano de la crítica y siempre alienta a los estudiantes para que desconfíen y tanteen,
haciendo ejercicio de sus facultades intelectuales, las declaraciones hechas por
autoridades anteriores, investiguen y discutan acerca de la veracidad de las mismas.
No obstante, la aceptación de las tradiciones de la Torah se apoyan en el claro
conocimiento de nuestra inferioridad espiritual comparada con generaciones
anteriores. Mientras que el mundo occidental se enorgullece de su progreso del
paganismo y la barbarie a una cultura más humana, el pueblo judío lamenta una
declinación espiritual constante. Alguien que enseña halajah en presencia del rebe
demuestra así una desconfianza evidente hacia lo que su maestro tiene para ofrecerle.
Incluso si él ha estudiado el tema bien y estaba convencido de que su decisión de
halajah era correcta, él de todos modos merece un castigo drástico por desconfiar de
la opinión de los rebes. Se considera que ha manifestado una actitud de desdén hacia
el estudio de la Torah de la generación anterior y así se evidencia que no ha podido
comprender cabalmente el espíritu del judaísmo. Él mismo puede ser que no sea
totalmente consciente de su error. No obstante, HaShem, consciente del daño
potencial inherente en su conducta, lo extrae de este mundo para evitar un daño
futuro.

Nuestros sabios nos enseñan que ellos eran culpables de una cantidad de pecados:

 Ellos no le consultaron a Mosheh para determinar si era correcto ofrecer un fuego que
sea sólo de ellos.
 Tampoco le dieron a su padre el honor de ser consultado.
 Tampoco se consultaron entre sí, cada uno actuó por su cuenta en forma
independiente.
 Según algunas opiniones de nuestros sabios, Nadav y Avihu, guiados por su deseo de
experimentar la Presencia del Todopoderoso, entraron al qodesh haqodashim para
ofrecer el ketoret qetoret allí. Sólo el gran sacerdote podía ingresar al qodesh
haqodashim. En forma adicional, nuestros sabios interpretaron al “fuego extraño” que
Nadav y Avihu habían encendido, para aludir a otros pecados:
o Antes de entrar al Mishkan, Nadav y Avihu bebieron vino, trataban de
intensificar el júbilo de su inauguración. El pueblo había expresado su júbilo
tomando vino. No obstante, un kohen no puede llevar a cabo sus servicios
después de haber bebido un reviit (aprox. 0,086 litro) de vino. A pesar de que
HaShem aún no había transmitido esta orden a los kohanim, se esperaba que
Nadav y Avihu se dieran cuenta por sí mismos que no estaba bien que se
acerquen a la morada del Todopoderoso después de tomar vino.
o No estaban vistiendo el meil (manto del gran sacerdote). Esta enunciación de
nuestros sabios es enigmática, ya que el meil lo usa sólo el gran sacerdote y no
lo puede usar un kohen común. Sin embargo, con esta frase nuestros sabios
expresan en forma simbólica que Nadav y Avihu no tenían el nivel más alto de
admiración, temor y respeto que se requiere ante la presencia de HaShem. Ellos
“no se habían puesto el meil” cuyas campanas hacían que el gran sacerdote
fuera consciente de la Presencia del Todopoderoso.
o No vertieron agua sobre sus manos y pies antes de entrar al Mishkan. De
acuerdo con algunas opiniones esto debe interpretarse en forma literal. Ellos no
vertieron el agua del kior sobre sus manos y pies como se requiere antes de
comenzar el servicio, y por lo tanto el fuego que ellos ofrecieron se denomina
“fuego extraño”, lo cual significa que fue ofrecido sin una santificación previa.
Según otras opiniones, este principio también es simbólico y significa que Nadav
y Avihu no habían santificado sus almas lo suficiente, y por eso pecaron.
o Tanto Nadav como Avihu eran solteros. Ellos tenían una posición y pertenecían
a un linaje que no era común. Eran diferentes por ser los hijos del gran
sacerdote, los sobrinos del líder de la nación y, por sus logros espirituales. Por
lo tanto, ellos creían que era apropiado esperar a que nacieran mujeres de la
familia de sus hermanos Elazar o Itamar con quienes se casarían. Ellos
pensaban que la descendencia de padres ilustres sería superior. No obstante
HaShem los culpó por su actitud.

El inmenso amor que sentían por el Todopoderoso motivaba sus acciones. Cuando
presenciaron el descenso del fuego Celestial, sintieron que debían contribuir con el fuego de
ellos para expresar de esa manera su amor por HaShem. Nadav y Avihu fueron castigados
por el Cielo mida-keneged-mida. Ellos habían encendido fuego de una forma que no estaba
permitida, y por lo tanto se quemaron.

En general, si alguien merece el castigo de muerte del Cielo, su vida podrá extenderse hasta
la edad de setenta y su castigo de muerte se pospondrá hasta entonces. No obstante, Nadav
y Avihu fueron muertos instantáneamente por varias razones:

 Ellos eran tsadiqim, y por lo tanto se los juzgaba en el Cielo de acuerdo con las reglas
más severas.
 Además, la Corte Celestial tomó en consideración el hecho de que la sentencia de
muerte se les había impuesto ya en una ocasión anterior, antes de matan Torah. En
esa ocasión, Nadav y Avihu, junto con los demás ancianos, ascendieron al Har Sinai
Sinay para que se les revele la Shejinah: Al experimentar la revelación, ellos sintieron
un gran regocijo personal pero no actuaron con la reverencia adecuada. HaShem juzgó
a los ancianos como así también a Nadav y Avihu y los encontró merecedores de la
pena de muerte Divina. Sin embargo, Él no los mató de inmediato por dos razones:
o La profecía sólo le llega a las personas que están felices y tranquilas. Los judíos
eran incapaces de experimentar la entrega de la Torah en la forma que lo
hicieron si una tragedia hubiera ocurrido antes de aquel acontecimiento.
HaShem, por lo tanto, postergó las muertes de los ancianos y de Nadav y Avihu
hasta una fecha posterior.
o Si el Todopoderoso hubiera matado a tsadiqim como Nadav y Avihu en matan
Torah, el pueblo se hubiera escandalizado, y se hubiera rehusado a creer que
eran culpables. Por lo tanto, HaShem esperó que se presentara la ocasión en la
que Nadav y Avihu cometieran un error evidente, y los judíos reconocerían la
justicia del castigo.

Todo lo mencionado nos muestra que en definitiva, como lo hemos estudiado anteriormente,
sólo es “buen negocio” hacer las cosas en los términos indicados por El Eterno, Bendito sea;
por muy buenas intenciones que tengamos, ello no es suficiente para obtener bendición en
nuestro servicio. Simplemente nuestros esfuerzos puramente humanos no dan la talla para
cumplir a cabalidad con los designios del Cielo.
Por otra parte, el Midrash atribuye la muerte de los hijos de Aharon a otros motivos, y uno de
ellos consiste en que murieron por kaparat hador (para expiar los pecados de la gente de su
generación) enseñándonos que la muerte de los justos sirve de expiación por los pecados y
culpas de los pecadores, contribuyendo a guiarlos por el buen camino. Esta es la razón de
que en el día del perdón (Kipur) se lee el trozo de la Torah que menciona la muerte de los
hijos de Aharon.

Con el fin de disponer de más opiniones de nuestro pueblo respecto de este tema, es
también afirmado que Nadav y Avihu actuaron movidos por la arrogancia, lo que les llevó a
realizar una labor de servicio delante de todo el pueblo, actitud que fue recompensada con su
muerte, de tal manera que no quedara ninguna duda de lo equivocado de su acción.

Textos para meditar: Yermiahu Yirmeyahu 17:5-8

Kashrut

Si existe algún tema, además del Shabat, que identifique al judío entre los demás pueblos, es
su celo por las normas de kashrut. Es un tema que es ampliamente controversial entre las
demás naciones; sin embargo, para el judío es parte fundamental de su forma de vida. Y
dado que es importante conocer cuáles son las enseñanzas que contiene el kashrut, bien vale
la pena estudiar el contenido de la Torah en cuanto a este tema.

Por ser un asunto tan importante, transcribimos el capítulo 11 del Sefer Vayiqra: “Habló El
Eterno a Mosheh y a Aharon, diciéndoles: Hablad a los hijos de Israel y decidles: Estos son
los animales que comeréis de entre todos los animales que hay sobre la tierra. De entre los
animales, todo el que tiene pezuña hendida y que rumia, éste comeréis. Pero de los
que rumian o que tienen pezuña, no comeréis éstos: el camello, porque rumia pero no tiene
pezuña hendida, lo tendréis por inmundo. También el conejo, porque rumia, pero no tiene
pezuña, lo tendréis por inmundo. Asimismo la liebre, porque rumia, pero no tiene pezuña, la
tendréis por inmunda. También el cerdo, porque tiene pezuñas, y es de pezuñas hendidas,
pero no rumia, lo tendréis por inmundo. De la carne de ellos no comeréis, ni tocaréis su
cuerpo muerto; los tendréis por inmundos. Esto comeréis de todos los animales que
viven en las aguas: todos los que tienen aletas y escamas en las aguas del mar, y
en los ríos, estos comeréis. Pero todos los que no tienen aletas ni escamas en el
mar y en los ríos, así de todo lo que se mueve como de toda cosa viviente que está
en las aguas, los tendréis en abominación. Os serán, pues, abominación; de su
carne no comeréis, y abominaréis sus cuerpos muertos. Todo lo que no tuviere
aletas y escamas en las aguas, lo tendréis en abominación. Y de las aves, éstas
tendréis en abominación; no se comerán, serán abominación: el águila, el
quebrantahuesos, el azor, el gallinazo, el milano según su especie; todo cuervo
según su especie; el avestruz, la lechuza, la gaviota, el gavilán según su especie;
el búho, el somormujo, el ibis, el calamón, el pelícano, el buitre, la cigüeña, la
garza según su especie, la abubilla y el murciélago. Todo insecto alado que
anduviere sobre cuatro patas, tendréis en abominación. Pero esto comeréis de todo
insecto alado que anda sobre cuatro patas, que tuviere piernas además de sus patas para
saltar con ellas sobre la tierra; estos comeréis de ellos: la langosta según su especie, el
langostín según su especie, el argol según su especie, y el hagab según su especie. Todo
insecto alado que tenga cuatro patas, tendréis en abominación. Y por estas cosas
seréis inmundos; cualquiera que tocare sus cuerpos muertos será inmundo hasta la noche, y
cualquiera que llevare algo de sus cadáveres lavará sus vestidos, y será inmundo hasta la
noche. Todo animal de pezuña, pero que no tiene pezuña hendida, ni rumia,
tendréis por inmundo; y cualquiera que los tocare será inmundo. Y de todos los
animales que andan en cuatro patas, tendréis por inmundo a cualquiera que ande
sobre sus garras; y todo el que tocare sus cadáveres será inmundo hasta la noche. Y el que
llevare sus cadáveres, lavará sus vestidos, y será inmundo hasta la noche; los tendréis por
inmundos. Y tendréis por inmundos a estos animales que se mueven sobre la tierra:
la comadreja, el ratón, la rana según su especie, el erizo, el cocodrilo, el lagarto, la
lagartija y el camaleón. Estos tendréis por inmundos de entre los animales que se
mueven, y cualquiera que los tocare cuando estuvieren muertos será inmundo hasta la
noche. Y todo aquello sobre que cayere algo de ellos después de muertos, será inmundo; sea
cosa de madera, vestido, piel, saco, sea cualquier instrumento con que se trabaja, será
metido en agua, y quedará inmundo hasta la noche; entonces quedará limpio. Toda vasija de
barro dentro de la cual cayere alguno de ellos será inmunda, así como todo lo que estuviere
en ella, y quebraréis la vasija. Todo alimento que se come, sobre el cual cayere el agua de
tales vasijas, será inmundo; y toda bebida que hubiere en esas vasijas será inmunda. Todo
aquello sobre que cayere algo del cadáver de ellos será inmundo; el horno u hornillos se
derribarán; son inmundos, y por inmundos los tendréis. Con todo, la fuente y la cisterna
donde se recogen aguas serán limpias; mas lo que hubiere tocado en los cadáveres será
inmundo. Y si cayere algo de los cadáveres sobre alguna semilla que se haya de sembrar,
será limpia. Mas si se hubiere puesto agua en la semilla, y cayere algo de los cadáveres sobre
ella, la tendréis por inmunda. Y si algún animal que tuviereis para comer muriere, el que
tocare su cadáver será inmundo hasta la noche. Y el que comiere del cuerpo muerto, lavará
sus vestidos y será inmundo hasta la noche; asimismo el que sacare el cuerpo muerto, lavará
sus vestidos y será inmundo hasta la noche. Y todo reptil que se arrastra sobre la tierra es
abominación; no se comerá. Todo lo que anda sobre el pecho, y todo lo que anda
sobre cuatro o más patas, de todo animal que se arrastra sobre la tierra, no lo
comeréis, porque es abominación. No hagáis abominables vuestras personas con
ningún animal que se arrastra, ni os contaminéis con ellos, ni seáis inmundos por
ellos. Porque yo soy El Eterno vuestro Elohim; vosotros por tanto os santificaréis, y seréis
santos, porque yo soy santo; así que no contaminéis vuestras personas con ningún animal
que se arrastre sobre la tierra. Porque yo soy El Eterno, que os hago subir de la tierra de
Mitsrayim para ser vuestro Elohim: seréis, pues, santos, porque yo soy santo. Esta es la ley
acerca de las bestias, y las aves, y todo ser viviente que se mueve en las aguas, y
todo animal que se arrastra sobre la tierra, para hacer diferencia entre lo inmundo
y lo limpio, y entre los animales que se pueden comer y los animales que no se
pueden comer.”

El Eterno, Bendito sea, no deja margen para que exista error cuando hemos de identificar si
un animal es o no kosher (permitido para la ingestión); y teniendo en cuenta las posibles
futuras interpretaciones que sobre este texto podrían surgir, nos proporciona este valioso
texto que nos ayuda a tener la certeza de cuándo un animal es kosher o no. Nuestros sabios
nos dicen que en el momento de ser promulgadas las mitsvot referentes a kashrut, Mosheh
mostró al pueblo cada uno de los animales mencionados, con el fin de que ninguno tuviera
duda alguna sobre los animales permitidos y prohibidos.

Es importante resaltar que, sin excepción, cuando mencionemos la palabra “alimento” nos
referiremos siempre a todo aquello cuya ingestión está permitida por El Eterno; entonces, en
nuestro caso, los términos “alimento” y “kosher” son sinónimos, y por ello equivalentes en
todo contexto (referente a la alimentación2) y, como consecuencia, intercambiables. Por lo
tanto, los animales calificados como “impuros” en realidad no son alimento. Y esto
tiene que ver con el hecho de que todo lo que nos proporciona El Eterno por medio de
sus mitsvot nos alimenta bien sea física como espiritualmente3. De hecho, sabemos
que el primer nivel de nuestra alma es el nefesh, que es donde reside la sangre, y por lo
tanto la función básica de vida; y también sabemos que lo que ingerimos es transformado por
nuestro cuerpo y una parte de lo transformado va a la sangre. De ahí que lo que es alimento,
pues obviamente alimentará nuestro nefesh; pero, por el contrario, lo que no sea alimento en
realidad intoxicará o envenenará nuestro nefesh, lo cual se ve reflejado en el ruaj, y por
supuesto en la neshamah.

Este texto de la Torah, como todos los demás, no sólo tiene connotaciones materiales sino
espirituales; por ello, podemos asegurar sin sombra de duda que estas mitsvot fueron
concebidas para nuestro bienestar en todas las áreas. Esta es una de las razones por las
cuales el pueblo judío se ha distinguido de manera sobresaliente por sobre las demás
naciones; por ejemplo, las pestes de la Edad Media, en las que murieron millones muchos
miles de personas, fueron ocasionadas directa o indirectamente por no observar la dieta del
kashrut. Pero no tocaron a los judíos, justamente porque éstos siempre guardaron
estrictamente las ordenanzas referentes a la alimentación, específicamente de animales. Y la
historia se ha encargado de demostrarlo.

Podríamos decir que existe “un gran mérito” por parte de Yisrael en el cumplimiento de estas
mitsvot, dado que en los textos de la Torah no existe absolutamente ninguna explicación
directa del por qué fueron promulgadas; simplemente se ordena su cumplimiento, y punto. Y
a pesar de ello, el pueblo de Yisrael se ha mantenido fiel al obedecerlas sin requerir lógica
alguna para este efecto; en el transcurso de la historia se ha descubierto por qué
higiénicamente no es conveniente consumir lo que no es kosher en los textos sagrados; pero
en la época de nuestros padres no existía el conocimiento que hoy tenemos y aún así se
cumplía rigurosamente, incluso más que hoy en día, cuando se tienen evidencias certeras de
la inconveniencia de ingerir lo que es prohibido.

Algunas explicaciones del porqué de las mitsvot sobre kashrut

2
Kosher aplica en general a todo lo que está permitido por la halajah, la cual contiene todas las legislaciones de la Torah y
muchas explicaciones de mitsvot que no están en los textos escritos.
3
La Torah es “árbol de vida” (Mishlei 3:18); por ello, sus ordenanzas son un alimento para nuestra vida.
Don L Abarbanel emite la teoría de que los animales rumiantes no poseen aparato
dentario que les permita triturar y masticar huesos. Además, se alimentan de vegetales y
no tienen el carácter feroz de las bestias salvajes. Y el hecho de que sus cascos hendidos
están desprovistos de garras los vuelve pacíficos e inofensivos.

Rabí S. R. Hirsch explica en un sentido análogo: “Dos acciones son esenciales para la vida
del animal: la búsqueda del alimento y la defensa de la vida. Estas dos acciones son
igualmente indispensables para la vida del ser humano. Pero el ideal judío las subordina a
un fin espiritual. Esta es la razón por la cual la Torah elimina todos los animales que
poseen los órganos reservados a estas dos funciones bajo la forma más señalada: Las
garras de la bestia feroz y el estómago capaz de asimilar sin distinción todo alimento
engullido apresuradamente. Los rumiantes con pezuñas en las patas no conocen estos
órganos de rudeza y violencia. Una gran lección se desprende así de esta ley que, en su
simplicidad y grandeza, ha contribuido sin ninguna duda a formar el carácter específico de
Israel”.

"Ese podréis comer". Rashi subraya el carácter imperativo de estas palabras. El


mandamiento de comer carne de tales animales puede parecer sorprendente a los
adeptos al vegetarianismo. Entre los pensadores judíos, esta doctrina ha sido defendida
por Rabí Yosef Albo en su libro Ikarím (III, 15). El recuerda que en los orígenes de la
humanidad, el consumo de carne estaba prohibido, y que únicamente los vegetales se
destinaban al alimento de las criaturas (Bereshit 1:29). La matanza de víctimas inocentes
comporta, en efecto, un acto de crueldad y de brutalidad susceptible de despertar malos
instintos. La carne de los animales declarados, en consecuencia, impuros, suscita además
efectos nocivos sobre las disposiciones naturales de los hombres. Este es el motivo por el
cual el consumo de cualquier clase de carne haya sido prohibido, aun cuando el de los
animales puros sea un elemento nutritivo sano y útil. La licencia otorgada ulteriormente a
Noaj y a sus descendientes (Bereshit 9:3) estuvo motivada por la necesidad de corregir el
error generalizado que había conducido a la Humanidad al desastre del Diluvio. Los
hombres creyeron, en efecto, que la prohibición de la carne se basaba en el hecho de la
igualdad, en el seno de la creación, de los puestos respectivos que ocupan el ser humano
y el animal. De esta creencia extrajeron la conclusión de que el hombre no es más
responsable de sus actos que el animal de los suyos, y esta doctrina desembocó en la
degeneración completa de las costumbres. La prohibición concerniente a la carne fue pues
levantada después del diluvio, si bien los hombres tomaron conciencia en lo adelante de
su superioridad sobre el mundo animal y de su grado de responsabilidad acrecentada con
respecto a los animales. Sin embargo, cuando fue promulgada la Torah, dejó en pie la
prohibición de los animales impuros, y no permitió la carne de los animales puros más que
para apaciguar los apetitos, como lo precisa en Devarim 12:21 y como lo señala el Talmud
(Tratado Julín 84a). Vista la cuestión desde esta perspectiva, la autorización concerniente
a la carne aparece como una simple concesión a los deseos de los seres humanos.

En contradicción con estos puntos de vista, los autores cabalistas incluyen el alimento
animal en su perspectiva general de la cosmología. Este forma parte de los elementos,
gracias a los cuales se efectúa el ascenso de los factores de la creación, desde el grado o
escala inferior de la materia hasta las cimas del espíritu. El Malbím aunque es un
pensador racionalista, comparte esta concepción (Gén. ibíd.). Según el punto de vista, la
matanza de animales con el fin de consumir su carne aparece como “un perjuicio que
produce un beneficio” (Lajóv 'al menát lizjót). Igual opinión expresa Najmánides en
Igueret HaKodesh.

La prohibición de comer ciertos animales citados en la Torah tiene este doble carácter:
higiene y pureza moral de los individuos. Atribuir a estas leyes su primer sentido
solamente, es hacer de la escritura sagrada un manual de salud. El concepto moderno
sobre la vida psíquica está perfectamente de acuerdo con el Talmud, que ve en estas
prescripciones principalmente un motivo de pureza moral. Haréis distinción entre los
animales puros e impuros, y no haréis vuestras almas abominables por causa de animales
o de aves o de todo lo que sale de la tierra de lo que se arrastra, cosas que separé de
vosotros como impuras. Seréis para Mi santos porque Yo, El Eterno, Soy santo, y os he
separado de los pueblos para que seáis míos (Vayiqra 20:25-26). Estas leyes son las que
preservaron al pueblo israelita a través de los siglos, y contribuyeron a su elevación moral
y espiritual.

Animales de la tierra

La prescripción de que son kosher los animales que tienen la pezuña partida y rumian
tiene que ver con otras realidades espirituales: Los animales con la pezuña partida son
aquellos que humildemente prestan su servicio al hombre; por lo tanto, nuestro alimento,
que es la Torah, debe ser estudiado con humildad de carácter; recordemos que El
Eterno resiste a los soberbios y da gracia a los humildes4, y por tanto la luz de la Torah es
revelada a quienes son humildes. En cuanto al hecho de que deben rumiar, esto nos
enseña a que el estudio de la Torah debe ser basado en la profunda meditación de sus
palabras, meditación que tiene que ver con repetir y analizarlas continuamente; no es
“pasando entero” como podemos estudiar la Torah, sino “rumiándola”, esto es,
meditándola hasta que se convierte en nuestro alimento definitivo.

Materialmente también encontramos explicaciones; en especial tomemos el cerdo como


ejemplo. Este animal, independientemente de donde haya sido criado, y de los cuidados
de su crianza, siempre tiene la tendencia a revolcarse en pantanos y lugares similares a
causa de la característica que tiene en cuanto a que no suda “externamente”, o sea, que
su interior está contaminado (el sudor es un desecho, por eso es expulsado del cuerpo);
además, en innumerables casos, su alimentación consiste en desperdicios de comidas.
Con estas dos características, el metabolismo de este animal produce toxinas que son
auténticos venenos para el hombre, con lo cual, aunque no conociéramos la mitsvah, por
el sólo hecho de conocer las características de su carne, deberíamos abstenernos de
comerla. Este animal además tiene la pezuña partida, la cual muestra cuando está echado
en la tierra, como queriendo indicar engañosamente que es kosher; pero al no poseer las
dos características al tiempo, no es un animal puro para consumir. Es tan abominable su
consumo, que los Neviim nos dicen que quien coma carne de cerdo será talado 5. La

4
Ver Yaäqov 4:6, 1 Kefa 5:5.
5
Yeshaiahu Yeshayahu 66:17.
abominación desoladora en el Primer Templo se dio cuando Antioco Epífanes ofreció un
cerdo en el altar de los qorbanot.

Animales de las aguas

La Torah prescribe que sólo se deben consumir los animales que posean aletas y
escamas. Entre los peces que cumplen estas dos condiciones están el salmón, la trucha, el
atún y otros más (es obvio entonces que están excluidos todos los tipos de mariscos,
calamares, pulpos y similares). Al observar los animales del agua que son kosher, nos
damos cuenta inmediatamente que son los más nutritivos y los más recomendados por los
especialistas en asuntos de dietas alimenticias. Pero hay más: El hecho de que deban
tener escamas nos enseña lo siguiente: Así como las escamas funcionan como un escudo
protector contra muchas sustancias tóxicas, la Torah nos sirve como escudo protector
contra el pecado, que está reflejado en los tóxicos que residen en las aguas. Si
observamos bien las características de estos peces, nos daremos cuenta que son éstos los
que tienen la boca más pequeña, y por esto no pueden consumir todo lo que encuentren
a su paso, sino que su alimentación es mucho más “selectiva” que la de los demás peces,
evitando con ello que muchos desperdicios puedan entrar en su cuerpo. Igual nosotros;
tratar de abarcar mucho gran conocimiento de muchas cosas quizá no nos hace tan aptos
para el servicio como si sólo “comemos Torah”; es mejor poco y de alimento, que mucho
y tóxico. Es mejor aprender mucha Torah, que mucho sobre el mal y todas las religiones
del mundo.

Aves

La Torah menciona muchas aves que no deben ser consumidas, pero no dice nada acerca
de las que son permitidas. Sin embargo, esto no presenta problemas a la hora de saber
cuáles aves son permitidas. Se descartan todas las aves que se alimentan de carroña,
puesto que ésta guarda muchas toxinas, obviamente inconvenientes para nuestro cuerpo.
Las aves que son permitidas han sido identificadas por la tradición de nuestro pueblo
durante siglos, y es esta la base que tenemos hoy en día para limitar nuestro consumo de
aves a las que han sido permitidas por la halajah que ya ha sido establecida. Entonces, en
general hablamos de aves domésticas, como el pollo, el pavo, la codorniz, y otras más. De
manera similar a los animales de la tierra, las aves kosher son aquellas desprovistas de
agresividad y las más apacibles en su comportamiento.

Textos del Código Real relacionados con kashrut que han sido mal
interpretados

Mordejaieir 7:1-23

Por tratarse de un asunto de suma importancia, que lamentablemente muchos han torcido
con interpretaciones acomodadas, transcribimos a continuación el texto mencionado a fin
de contextualizar el tema que estamos tratando, y explicaremos según la perspectiva judía
(pues el Código Real es un documento puramente judío) el significado de las palabras del
Rebe HaQadosh:
“Se juntaron a Yeshua los fariseos, y algunos de los escribas, que habían venido de
Yerushalayim; los cuales, viendo a algunos de los talmidim de Yeshua comer pan
con manos inmundas, esto es, no lavadas, los condenaban. Porque los fariseos y
todos los judíos, aferrándose a la tradición de los ancianos, si muchas veces no se
lavan las manos, no comen. Y volviendo de la plaza, si no se lavan, no comen. Y
otras muchas cosas hay que tomaron para guardar, como los lavamientos de los vasos de
beber, y de los jarros, y de los utensilios de metal, y de los lechos. Le preguntaron, pues,
los fariseos y los escribas: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la
tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos inmundas?
Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Yeshaiyahu, como está
escrito: Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano
me honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres. Porque
dejando el mandamiento de Elohim, os aferráis a la tradición de los hombres:
los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas
semejantes. Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Elohim para
guardar vuestra tradición. Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El
que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente. Pero vosotros decís: Basta
que diga un hombre al padre o a la madre: Es qorban (que quiere decir, mi ofrenda a
Elohim) todo aquello con que pudiera ayudarte, y no le dejáis hacer más por su padre o
por su madre, invalidando la palabra de Elohim con vuestra tradición que habéis
transmitido. Y muchas cosas hacéis semejantes a estas. Y llamando a sí a toda la
multitud, les dijo: Oídme todos, y entended: Nada hay fuera del hombre que entre
en él, que le pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso es lo que contamina
al hombre. Si alguno tiene oídos para oír, oiga. Cuando se alejó de la multitud y
entró en casa, le preguntaron sus discípulos sobre la parábola. El les dijo: ¿También
vosotros estáis así sin entendimiento? ¿No entendéis que todo lo de fuera que entra
en el hombre, no le puede contaminar, porque no entra en su corazón, sino en
el vientre, y sale a la letrina? Esto decía, haciendo limpios todos los alimentos.
Pero decía, que lo que del hombre sale, eso contamina al hombre. Porque de
dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los
adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las
maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la
insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre.”

Desde el comienzo se nota que hay una confrontación con Yeshua por parte de muchos
judíos. Evidentemente, Yeshua iba a comer, pero en ninguna parte es criticado por el
tipo de comida que iba a ingerir 6, lo que indica a las claras que lo que se iba a comer
se trataba de elementos kosher; por lo tanto, desde ya podemos descartar que se trataba
de un problema de kashrut, porque de ser así, lo más seguro es que el Rebe hubiera sido
señalado como alguien que viola la Torah 7, y obviamente su condición de Mashiaj hubiese
sido desvirtuada por completo, pero este no era el caso.

6
Y esto, a pesar de que estaba en presencia de los más estrictos observantes de la Torah; el pasaje no hace ninguna mención
sobre los alimentos que iba a tomar.
7
Ver Matitiyahu 5:17.
Al leer detenidamente el texto, vemos que el énfasis está puesto en el asunto del
lavamiento de las manos, sobre lo cual existía, y ha existido siempre, la halajah de
lavarse las manos antes de comer, por cuestiones de higiene tanto física como espiritual;
pero no es un mandamiento expreso de la Torah, por lo cual el Rebe critica a sus
detractores, porque se aferran a la tradición de hombres antes que a la Torah misma.
Este es el punto central de la discusión; sin embargo su interpretación se ha desviado.

En cuanto a la afirmación de que hizo limpios todos los alimentos, no se refiere a que
cualquier cosa que comamos es permitida; ya hemos dicho que “alimento” es sinónimo de
kosher, con lo cual lo que estaba diciendo es que todo lo que iban a comer en ese
momento era permitido, independientemente de si se habían lavado las manos o no, que
era otro problema distinto. No es que él estuviera minimizando el lavado de las manos;
simplemente estaba poniendo las cosas en orden. El resto de sus palabras entonces
pueden ser entendidas ahora en su sentido correcto.

Gevurot 10:1-29

“Había en Cesarea un hombre llamado Cornelio, centurión de la compañía llamada la


Italiana, piadoso y temeroso de Elohim con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al
pueblo, y oraba a Elohim siempre. Este vio claramente en una visión, como a la hora
novena del día, que un ángel de Elohim entraba donde él estaba, y le decía: Cornelio. El,
mirándole fijamente, y atemorizado, dijo: ¿Qué es, Señor? Y le dijo: Tus oraciones y tus
limosnas han subido para memoria delante de Elohim. Envía, pues, ahora hombres a
Jope, y haz venir a Shimon, el que tiene por sobrenombre Kefa. Este posa en casa de
cierto Shimon curtidor, que tiene su casa junto al mar; él te dirá lo que es necesario que
hagas. Ido el ángel que hablaba con Cornelio, éste llamó a dos de sus criados, y a un
devoto soldado de los que le asistían; a los cuales envió a Jope, después de haberles
contado todo. Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la
ciudad, Pedro subió a la azotea para orar, cerca de la hora sexta. Y tuvo gran hambre, y
quiso comer; pero mientras le preparaban algo, le sobrevino un éxtasis; y vio el cielo
abierto, y que descendía algo semejante a un gran lienzo, que atado de las
cuatro puntas era bajado a la tierra; en el cual había de todos los cuadrúpedos
terrestres y reptiles y aves del cielo. Y le vino una voz: Levántate, Kefa, mata y
come. Entonces Kefa dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he
comido jamás. Volvió la voz a él la segunda vez: Lo que Elohim limpió, no lo
llames tú común. Esto se hizo tres veces; y aquel lienzo volvió a ser recogido en el
cielo. Y mientras Kefa estaba perplejo dentro de sí sobre lo que significaría la
visión que había visto, he aquí los hombres que habían sido enviados por Cornelio, los
cuales, preguntando por la casa de Shimon, llegaron a la puerta. Y llamando, preguntaron
si moraba allí un Simón que tenía por sobrenombre Kefa. Y mientras Kefa pensaba en la
visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan. Levántate, pues, y desciende y
no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado. Entonces Kefa, descendiendo a donde
estaban los hombres que fueron enviados por Cornelio, les dijo: He aquí, yo soy el que
buscáis; ¿cuál es la causa por la que habéis venido? Ellos dijeron: Cornelio el centurión,
varón justo y temeroso de Elohim, y que tiene buen testimonio en toda la nación de los
judíos, ha recibido instrucciones de un santo ángel, de hacerte venir a su casa para oír tus
palabras. Entonces, haciéndoles entrar, los hospedó. Y al día siguiente, levantándose, se
fue con ellos; y le acompañaron algunos de los hermanos de Jope. Al otro día entraron en
Cesarea. Y Cornelio los estaba esperando, habiendo convocado a sus parientes y amigos
más íntimos. Cuando Kefa entró, salió Cornelio a recibirle, y postrándose a sus pies,
adoró. Mas Kefa le levantó, diciendo: Levántate, pues yo mismo también soy hombre. Y
hablando con él, entró, y halló a muchos que se habían reunido. Y les dijo: Vosotros
sabéis cuán abominable es para un varón judío juntarse o acercarse a un
extranjero; pero a mí me ha mostrado Elohim que a ningún hombre llame
común o inmundo; por lo cual, al ser llamado, vine sin replicar…”

En este pasaje hay controversia por las palabras: “Lo que Elohim limpió, no lo llames tú
común”. Esto ha dado pie para enseñar que todos los cuadrúpedos, reptiles y aves del
cielo son limpios. Pero nada más lejos de la verdad. El pasaje nos dice que Kefa estaba
perplejo por causa de la visión, pues él era un fiel observante de la Torah y no comía lo
que no fuera kosher. Él estuvo pensando en la visión, pues no podía concebir una
contradicción por parte del Cielo.

Pero llegó la interpretación: Después de lo sucedido con los hombres que fueron a
buscarle y de su encuentro con Cornelio, entendió que la visión era para mostrarle que lo
que él vio como inmundo eran los extranjeros, a los cuales los judíos ni se les acercaban;
pero cuando se le dice que coma, la visión quería mostrarle a Kefa que ahora los
goyim no pueden ser llamados inmundos. Cualquier otra interpretación es sólo una
abominable auto justificación para proceder en contravía de la Torah. Por lo tanto, este
pasaje tampoco tiene que ver con kashrut.

1 Timoteo 4:1-5

“Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la
fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de
mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, prohibirán casarse, y mandarán
abstenerse de alimentos que Elohim creó para que con acción de gracias
participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad. Porque
todo lo que Elohim creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con
acción de gracias; porque por la palabra de Elohim y por la oración es
santificado.”

Este texto también contiene unas palabras de controversia entre los indoctos: “Porque
todo lo que Elohim creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con
acción de gracias; porque por la palabra de Elohim y por la oración es
santificado.” Lo interesante es que tampoco contradice en nada la dieta de kashrut
ordenada por HaShem, Baruj Hu. Veamos por qué.

Entre las cosas que en los tiempos finales algunos prohibirán está la ingestión de
alimentos que ElohimEl Eterno creó; y después de mencionar este hecho el texto dice que
todo lo que Él creó es bueno y nada es de desecharse; esto significa efectivamente que
todo lo creado es bueno, pero en cuanto a la función para la cual fue creado.
Esto no implica que todo es bueno “porque sí”; es bueno porque cumple una función
santa decretada por Bore Olam; por lo tanto el cerdo, las serpientes y demás animales no
permitidos para comer son buenos porque cumplen su función, pero no para
servir de alimentocomo parte de nuestra dieta.

Sin embargo, muchos dicen: “Pero el texto dice que con la oración es santificado”; es muy
cierto, y ello no va en contravía de la Torah; pero ya hemos leído que el texto habla de
alimentos, o sea lo que es permitido para comer. Los alimentos siempre deben ser
tomados con acciones de gracias, porque son la provisión de El Eterno, Bendito sea, para
nuestra subsistencia diaria. Entonces, aquí tampoco cabe una interpretación acomodada a
nuestro criterio.
Marcos 7
El lienzo de Kefa

Las anteriores ilustraciones nos aclaran el hecho de que la dieta kashrut no ha perdido
vigencia; por el contrario, las ordenanzas relativas a ello hoy en día aplican a nuestra vida; es
bueno insistir en que “somos lo que comemos”, y por ello no en vano El Eterno ordenó estas
mitsvot. Hemos de seguir a El Eterno, no a los hombres, cuyas doctrinas conducen a pervertir
el significado de los que está escrito en la Torah. Y por eso es que el judío se distingue de las
demás naciones; por el cumplimiento de las mitsvot, aunque no podamos entenderlas.

Textos para meditar: Malaji 3:6, Romanos 2:13, Yaäqov 1:17


Significados espirituales y literales

TESOROS ENCONTRADOS EN LA PARASHA

El octavo día

El nombre de nuestra parasha es “octavo”, refiriéndose al día en el cual se iniciarían los


servicios de ofrendas en el Mishkan. En este especial día la Shejinah se posó sobre Yisrael,
sellando una relación íntima entre El Eterno y Su pueblo. Pero lo hizo una vez todos sin
excepción estaban limpios8. Esta es una preciosa “miniatura” de lo que sucederá en el Olam
Haba, cuando no exista pecado, pues allí la Shejinah se posará definitivamente sobre todo el
pueblo de Yisrael. Pero además ello ocurrirá en el octavo día, el que apunta hacia la
eternidad, el día de los cielos nuevos y la tierra nueva, cuando lo eterno se presente ante
nosotros como la realidad “utópica” que siempre hemos añorado alcanzar.

8
Un ejemplo de cómo actúa efectivamente la Presencia de El Eterno en el seno de Yisrael lo podemos ver en el caso de
Ajan, quien codició elementos que no debía tomar; por esta causa hubo una derrota con el pueblo de Häy, pues había pecado
en Yisrael; una vez fue descubierto el transgresor y ejecutada la pena que le correspondía, el pueblo de Yisrael pudo
derrotar a Häy.

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