Semiología Pediátrica - Gentile Ramos A5-165-356 PDF
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Instituto de Pediatría
"Dr. Luis Morquio"
Semiología
Pediátrica
TOMO 11
1ª Edición
Prólogo
CAPÍTULO XII 4
Semilogía de piel y mucosas
en las enfermedades eruptivas
de la infancia
Dr. Jorge Quian
Dra. Mónica Bossio
CAPÍTULO XIII 13
Exploración de
boca y garganta
Dra. Jeannette Galazka
Dra. Teresa Picón
Dra. Marisa Figueredo
CAPÍTULO XIV 25
Exploración de la alergia
y el asma bronquial
Dr. Juan Carlos Baluga
CAPÍTULO XV 34
Exploración de
la piel· y sus anexos
Dr. Marce/o Ruvertoni
CAPÍTULO XVI 53
Exploración del
aparato respiratorio
Dra . lvonne Rubio
CAPÍTULO XVII 70
El tubo digestivo.
exploración de esófago,
estómago e intestinos
Dra. lrma Gentile-Ramos
Indice
CAPÍTULO XX 141
Exploración del
sistema endócrino
Dr. José María García-Loriente
a) clínica ,
b) epidemiología,
c) inmunología,
d) exámenes complementarios y
e) aislamiento del germen.
Desde el punto de vista clínico es importante, dentro del análisis global del pa-
ciente, la semiología de piel y mucosas en forma cuidadosa ya que la mayoría de las
veces basta una correcta observación para asegurar el diagnóstico. La sistematización
en el análisis de las lesiones y la práctica reiterada son claves para ello.
En cuanto al aislamiento del germen, es accesible sólo en las infecciones bacte-
rianas , en los laboratorios comunes, por lo que el diagnóstico etiológico de las infec-
ciones virales depende de una correcta semiología y del resto de los parámetros ya
mencionados .
Es de suma importancia conocer y utilizar la terminología adecuada en las lesiones
de piel, para definir correctamente el tipo de erupción analizada.
Lesión elemental o primaria: es la lesión original, que desde que se presenta puede
continuar hasta su total desarrollo, o experimentar modificaciones como resultado de :
regresión, traumatismo u otros factores externos. El resultado de estas modificaciones
es lo que se conoce con el nombre de lesión secundaria.
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Semiolog ía de Piel y Mucosas en las
enfermedades eruptivas de la infancia
5. pústulas 5. úlceras
6. ronchas 6. cicatriz
7. nódulos
8. tubérculos
9. tumores
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Semiología Pediátrica
A) Máculo-papulosas
8) Pápulo-vesiculosas
Erupciones máculo-papulosas
Sarampión
El periodo de incubación, generalmente asintomático, es de 1 O a 14 días. El período
prodrómico o catarral abarca aproximadamente cuatro días y se acompaña de fiebre ,
que se eleva hasta que se inicia el exanlema, tos intensa, estornudos, conjuntivitis,
etc. Las conjuntivas están congestionadas, presentando edema y color rojo fuerte (sig-
no de Brownlee). precedido por una ti.na línea roja en el ángulo de reflexión de la
conjuntiva palpebral en la conjuntiva bulbar (signo de Stimson), el cual tiene valor por
ser el primer signo de enantema.
Al pasar los días, se observa el enantema bucal caracterizado por:
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Semiología de Piel y Mucosas en las
enfermedades eruptivas de la infan c ia
Rubéola
En general la enfermedad comienza en el niño con el exantema, luego de un período
de incubación de 14 a 21 días; a diferencia de lo que ocurre en el adolescente, en
donde aparece un período prodrómico de uno a cinco días, con fiebre no muy elevada,
cefalea, anorexia y mal estado general
Las adenopatías preceden a la erupción y, si bien son generalizadas, la región
mayormente afectada es la cadena cervical posterior (ganglios nucales y retroauricu-
lares) .
El período exantemático se caracteriza por una erupción máculo-papulosa, con
elementos redondeados, pequeños, rosados e incontables, que no tienden a confluir.
Comienza clásicamente en el rostro y cuello, extendiéndose en las primeras 24 horas
al resto del cuerpo en sentido cefalocaudal. Puede acompañarse de enantema, el cual
no es patognomónico, constituido por un piqueteado puntiforme petequial en el paladar
(manchas de Forchheimer).
El exantema dura 2 ó 3 días, desapareciendo en el mismo orden en que apareció.
Sólo si se presenta con erupción intensa, se puede observar una descamación fina,
que a diferencia del sarampión, no deja máculas hiperpigmentadas.
Es producida por un ARN-virus, de la familia de los Togavirus, se observa en niños,
adolescentes y adultos.
La forma más común de presentación de la rubéola es la erupción morbiliforme,
aunque también puede observarse como exantema escarlatiniforme.
La plasmocitosis (10-20-40%) alcanza el máximo al cuarto o quinto día y dura entre
una a cuatro semanas; sin ser patognomónica, se observa en 90% de los pacientes.
1O
Semiología Pediátrica
Exantema súbito
(o Roséola lnfantum o Sexta enfermedad)
El período de incubación_ es de 5 a- 15 días. Presenta un período febril, prodrómico,
de aproximadamente 3 d1as. Repentinamente la liebre cae en crisis coincidiendo con
la aparición de la erupción.
El exantema es máculo-papuloso, morbiliforme, formado por pequeños elementos
de 1 ó 2 mm, rosados, poco confluentes . Se inicia en tronco y se disemina rápidamente
a cuello,_ nuc~ Y raíz de extremidades, en forma centrípeta. Respeta cara y mucosas.
Durn 1 o 2 d1as, Y desaparece sin dejar secuelas. Puede observarse edema periorbi-
tano. Es una enfermedad producida por un ADN-virus del grupo Herpes virus hominis
(H.V 6) .
Escarlatina
Tiene un período de incubación, en general, asintomático, de 2 a 5 días.
El período de invasión se caracteriza por fiebre elevada, 39 a .40 °c de temperatura
axilar, náuseas, vómitos, cefaleas y odinofagia. A la inspección de la boca se observa
el ciclo bucolingual; al inicio la lengua es toda saburra!, con las papilas rojas que
hacen prominencia y bordes y punta rojos (''V" roja) llamada "lengua aframbuesada
blanca". Al tercer o cuarto día, descama de adelante hacia atrás; al finalizar, se observa
una lengua uniformemente roja, con papilas salientes, lengua aframbuesada roja o
"lengua de gato".
. El enantema está constituido además por pequeñas manchas rojas en el paladar
blando, que generalmente confluyen, pudiéndose observar petequias.
Se acompaña de amigdalitis, con amígdalas edematosas, de color rojo brillante, a
ve':es asocia~? a pl?cas blanquecinas (pultácea). Los pilares del velo del paladar y
la uvula tamb1en estan tumefactos y enrojecidos.
El exantema suele aparecer entre 12 y 36 horas del comienzo de la enfermedad
Se inicia en cuello , extendiéndose rápidamente a tórax, abdomen, y extremidades. L~
cara puede no estar afectada; cuando lo está, se observa rubicundez uniforme en
11
Semiología de Piel y Mucosas en las
enfer medades eruptivas de la infancia
mejillas, dejando libres nariz, surcos naso-genianos, labios y mentón (espacio circu-
moral), denominándose facies de Filatow, la cual no es exclusiva de la escarlatina . El
exantema está constituido por micropápulas puntiformes, de color rojo intenso, con-
fluentes.
La congestión sobre la que se superponen los elementos mencionados de aspecto
escarlata se desvanece a la digitopresión, dejando un tinte subictérico, (signo de la
mano amarilla de De Toni). Al tacto produce una sensación áspera y pued e ser pru-
riginosa.
Es peculiar su mayor intensidad en pliegues de flexión, sobre todo en los codos,
aunque también puede observarse en muñecas, huecos poplíteos, ingles, axilas, cons-
tituyendo estrías rojas, paralelas al pliegue, que no desaparecen a la digitopresión
(petequias); es el signo de Pastia . Se debe a extravasación sanguínea, favorecida por
la fricción, lo cual traduce la capilaritis tóxica.
El exantema comienza a palidecer desde el tercer o cuarto día (o antes, si media
un tratamiento antibiótico muy efectivo). en el mismo orden topográfico en el cual apa-
reció . Concomitantemente la fiebre cae en lisis . La descamación es una de las carac-
terísticas más importantes de la escarlatina, y muchas veces permite hacer diagnóstico
retrospectivo.
Al inicio se observa en cara, luego en tronco, de tipo furfuráceo, con pequeñas
escamas . Finalmente se extiende a las extremidades, en donde se produce en grandes
colgajos.
Otra forma de presentación es la escarlatina quirúrgica, donde la puerta de entrada
del estreptococo no es la garganta sino una herida operatoria, accidental, obstétrica
o en las lesiones de la varicela.
Generalmente en estos casos el período de incubación es menor y la erupción se
inicia alrededor de la herida.
Su agente es el estreptococo beta hemolítico del grupo A, productor de eritrotoxina;
aunque raramente, puede ser causada por estafilococos que sintetizan una toxina eri-
trogénica muy similar a la del estreptococo.
Se observa con mayor frecuencia entre . los 2 y 1O años. El hemograma muestra
una ligera anemia hipocrómica y leucocitos is de 10-20.000/mm3, con neutro filia y eo-
sinofilia.
Erupciones pápulo-vesiculosas
Varicela
12
Semiología Pediátrica
día~ una ~equ_e~a mácula hipocrómica, rodeada de un halo pigmentado, que ayuda a
realizar d1agnos1co retrospectivo .
El exantema es pruriginoso. La temperatura se eleva cuando éste se inicia, pudien-
do hacerlo con cada brote.
El enantema se observa de manera simultánea o precedi~ndo al exantema en
forma de. pequeñas v_esículas friables, que rápidamente se convierten en pequ~ñas
exulcerac1one_s superf1c1ales. Se localizan en mucosa oral (faringe, pilares anteriores,
pal_a dar), c~nJunt1val, auricular, prepucial, vulvar o anal; ocasionalmente se pueden ver
lesiones lanngeas .
Es _pr~ducida por un ADN-virus, del grupo Herpes virus; virus Varicela-Zoster. La
contag1os1dad es _muy eleva_da, y confiere inmunidad permanente; las mujeres inmunes
trasmiten a sus hijos , por vIa transplacentaria, una protección que puede llegar hasta
los 6 m~ses, aunque. no es tan segura como la inmunidad que se transmite para el
sarampIon.
La enfermedad predomina alrededor de los 6 años (90% ocurren ante:s de los g
años) .
Herpes zoster
El virus varicela zost~r, acantonado en las raíces nerviosas, puede reactivarse y migrar
~o los nervios sensItIvos hasta las terminaciones cutáneas, dando lugar a una erupción
limitada Y muy dolorosa en el adulto, y generalmente bien tolerada en el niño.
~a erupción comienza co~ la aparición de un exantema máculo-papuloso a lo largo
del area 1nervada por una raIz nerviosa. Estos elementos evolucionan hacia vesículas
agrupadas en racimos que se secan en 6 a 8 días, cubriéndose de una costra que ai
caer puede dejar una zona hipercrómica.
Habitualmente es unilateral y limitada a una metámera, siendo las localizaciones
más típicas las metámeras de las raíces 02 a L2 y la rama oftálmica del trigémino .
Es una enfermedad producida por la reactivación del . virus varicela-zoster que se
en c uentra acantonado en los ganglios sensitivos radiculares o basocerebrales, luego
de haber padecido varicela .
El herpes - zoster generalizado, se observa en un 2 a 5%, siendo más frecuente en
pacientes inmunodef_icitarios. Aparece luego de una a 2 semanas de la erupción inicial,
un exantema vanceliforme con participación visceral, en ocasiones fatal.
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Sem iología de Piel y Mu cosas en la s
enfermedades eruptivas de la infancia
Fiebre
♦ · Mayor duración : sarampión y escarlatina (una semana)
♦ roséola: 3 días y cae en crisis al aparecer el exantema
♦ varicela: se observa al inicio del exantema y en cada brote
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Semiología Pediátrica
♦ Centrífugo
roséola: comienza en tronco y se extiende a cabeza y extremidades .
varicela .
Brote máculo-papuloso
♦ Intenso y característico: sarampión.
♦ menor intensidad: rubéola y roséola.
♦ muy fino: escarlatina .
♦ Rubéola:
adenopatías retrocervicales dolorosas
♦ Roséola :
aparición de~ exantema al caer la fiebre
♦ Eritema infeccioso:
cara de abofeteado
larga duración del exantema con empujes
♦ Escarlatina:
palidez circumoral
ciclo bucolingual
eritema áspero, color escarlata
♦ Varicela :
aparición de lesiones por brotes
polimorfismo lesiona!
Referencias bibliográficas
1) Negro R. C., Gentile lrma: Enfermedades Infecciosas. Segunda Edición, 1988,
Tomo 11. Editorial Librería Médica (Montevideo) .
2) Meneghello J., Fanta E., Macaya J., Soriano H.: Pediatría, tercera edición 1985,
Vol 1, cap. 84-87. Mediterráneo (Chile).
3) Behrman R., Vaughan V., Nelson W.: Nelson, Tratado de Pediatría, Novena edi-
ción. Vol 1, cap. 10. Editorial lnteramericana (México).
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Capítulo XIII
Exploración de
boca y garganta
Dra. Jeannette Galazka
Dra. Teresa Picón
Dra. Marisa Figueredo
La boca del n1no tiene importancia fisiológica y patológica así como repercusión
psicológica Y social. Las alteraciones orales ocasionan problemas de orden físico
Y emocional cuyo tratamiento puede llegar a insumir costos elevados . Para la orien-
tación diagnóstica y eventual tratamiento a veces es necesaria la intervención de
un equipo multidisciplinario, pero el pediatra es el primero que está en contacto
con el niño y es responsable de pesquisar alteraciones e iniciar la educación para
la salud bucal. ·
Examen de labios
La anatomía y función normal de labios y lengua tiene importancia para el lenguaje,
la alimentación y la oclus_ión ~ntaria normal. ._ ,
El exame_n de los_ labios ~ reallz~ cuando el nino esta tranquilo, ya que el Uanto
o la exc1tac1on cambian sus c~ractensticas.
El color de los labios, depende del contenido en pigmentos y su irrigación . Se
altera en: disturbios del metabolismo pigmentario (ictericia), problemas circulatorios
("shock", hiperemia inflamatoria) trastornos del metabolismo férrico (anemia), intoxica-
ciones (metahemoglobinemia por nilrálos). trastornos de la oxigenación (cianosis).
Hay alteraciones congénitas: labio leporino (frecuencia de 1¡500 a 1/100 recién
nacidos vivos). hipertrofia congénita de los labios que suele corresponder a un linfanc
gioma difuso simple; frenillo labial de inserción ósea baja que puede producir diastema
(separación) de los incisivos centrales.
Las alteraciones adquiridas son: tubérculos y placas de succión. Los lactantes
alimentados naturalmente y particularmente si succionan con vigor, presentan una sa-
liencia mediana en el labio superior (tubérculo o rodete de succión), o varias saliencias
en ambos labios (placas de succión).
Las fisuras angulares se deben a maceración y posterior fisura de los ángulos de
la boca secundaria a infección por monilias.
La queilitis es la sequedad bucal más el resquebrajamiento de los ángulos de la
boca; es un proceso inflamatorio que se acompaña de sensación de quemazón se-
cundaria a hipersensibilidad a alimentos, pasta dental, lápiz labial, sol y otros Suele
acompañar a la fiebre.
La queilosis es la fisura con características similares a las anteriores pero debido
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,-
18
Semiología Pediátrica
Lengua
El tamaño de la lengua debe relacionarse con el de los maxilares . El aumento de
tamaño o grosor de la lengua provoca su protrusión, pero pueden existir seudo ma-
croglosias cuando el maxilar inferior es pequeño. En ciertos casos la lengua crece más
rápido que las otras estructuras orales (cuando aún no han aparecido los dientes) por
lo que es frecuente que lactantes, sobre todo obesos, presenten protrusión lingual.
Cuand o el niño crece, las otras estructuras también se desarrollan y la lengua adquiere
su verdadero tamaño relativo.
Entre las causas patológicas que determinan macroglosia se encuentra: síndrome
de Down, hipotiroidismo congénito, enfermedad de Pompa (por aumento de la masa
muscular), gargolismo, tumores o quistes del conducto tirog.loso y bocio sublingual.
Las macroglosias muy voluminosas coresponden a un linfangioma difuso.
La microglosia es rara, en general acompaña otras malformaciones, sobre todo
hipoplasia del maxilar inferior.
Otras alteraciones morfológicas son: la hemimacroglosia, la atrofia parcial lingual y
la lengua bífida.
Coloración: se puede encontrar cianosis, palidez, ictericia. La placa negra en el
centro de la lengua acompañada de hipertrofia papilar se ve por hemorragias agudas
(traumatismo) o crónicas (hemofilia , púrpuras). tratamientos antibióticos prolongados ,
disturbios de la flora microbiana, micosis, ingestión de hierro , bismuto o carbón .
Papilas: la atrofia papilar que se presenta como una lengua lisa se observa en las
deficiencias vitamínicas (roja en la pelagra , pálida en la anemia perniciosa) . La hiper-
trofia papilar se ve en la escarlatina .
Posición: la glosoptosis, caída de la lengua hacia atrás bloquea la vía aérea y
determina episodios asfícticos (frecuentes en el síndrome de Pierre Robín) .
Motilidad: la motilidad de la lengua se altera por parálisis del nervio hipogloso , o
por altera c iones morfológicas del frenillo lingual (corto). La anquiloglosia originada por
el frenillo lingual corto es factible que ocasione alteraciones del lenguaje (rotacismo)
y de la deglución. El fremllo lingual corto , al impe<;fir el movimiento normal de la leng_~a
estimula un mayor crec1m1ento sobre el maxilar 1nt e1or; la lengua carece de la acc1on
morfogenética adecuada sobre el maxilar superior. GI frenillo lingua l es probable que
se rompa o ulcere durante los accesos de tos convulsiva .
19
Exploración de Boca y Garganta
cubrir las coronas de los dientes . Se observa con mayor frecuencia en pacientes en
tratamiento con difenilhidantoína .
Durante el proceso de erupción es posible observar quistes con contenido líquido
que producen un edema fluctuante sobre la cresta alveolar, quistes de erupción . Como
consecuencia de los traumatismos se llenan de· sangre y toman un aspecto ~zul o
violáceo llamado hematoma de erupción; no es doloroso.
Los quistes de retención epitelial (perlas de Ebstein) aparecen a ambos lados del
rafe medio del paladar del niño recién nacido; desaparecen espontáneamente en pocos
meses .
Los quistes mucosos (mucocele) son quistes de pequeño tamaño que contienen
moco . Son bien delimitados, translúcidos y de color azulado y aunque suelen ser ele-
vados a veces pe•rmanecen en la profundidad y son móviles a la palpación .
Se denomina ¾Julis a toda formación tumoral de las encías, son reactivas más que
neoplásicas. ped lduladas o sesiles . El épulis congénito es una masa esférica, blanda,
localizada con fre~ i¡_encia en e_l reborde de la_ encía superior en la región de los inci-
sivos . Se presenta c asi exclusivamente en ninas y se aprecia en el momento del na-
cimiento o poco después. Por lo general se trata de un tumor solitario, pero a veces
se observan dos o tres masas .
Las estomatitis son procesos inflamatorios d e la mucosa oral. Cuando comprometen
además encías se denominan gingivoestomatitis . Se presentan con enrojecimiento general
acompañado de sialorrea y dificultad deglutoria. · Se clasifican en agudas o crónicas.
Estomatitis agudas · ·
1) Eritema tosa: la forma más común, con enrojecimiento y tumefacción de la
mucosa bucal.
2) Catarral: con descamación epitelial y necrosis superficial.
3) Purulenta : con supuración intersticial y formación de focos purulentos flemo-
nosos .
4) Ulcerosa: con pérdida de sustancia y poca tendencia a la cicatrización.
5) Fibrinosa, crupal o seudomembranosa, en la que una capa de exudado fi-
brinoso coagulado recubre la mucosa bucal. muchas veces necrosada .
6) Necrótica: rara.
Estomatitis crónicas
Son lesiones de tipo productivo con engrosamiento y cornificación epitelial e
infiltración leucocitaria del corion.
♦ Moniliasis oral (Muguet) . Son infecciones orales por Gandida albicans muy
frecuentes en el recién nacido . Consisten en placas blancas a veces con-
fluentes que recubren parte o la totalidad de la mucosa de lengua , labios,
encías y mucosa yugal. Se desprenden con cierta facilidad y dejan una su-
perficie brillante e inflamada que a veces sangra.
♦ Estomatitis herpética . Común en la primera infancia, se presenta como pe-
que ñas úlceras que resultan de la ruptura de vesículas previas . Son redon -
dead a s u ovales, dolorosas, co.n halo rojizo periférico y se acompañan de
halito s is, fiebre y adenopatías satélites . La mucosa oral se presenta muy con-
gestiva, edematosa y puede sangrar.
♦ Herpangina . Se caracteriza por pequeñas vesículas de color blan c o o gris
rode a das de una pequeña aréola roja y al romperse dejan pequeñas úlceras
superficiales que son dolorosas. Se localizan sobre todo e n los pila res ante -
riore s y palad a r blando y no en la mucosa gingival.
20
Semiología Pediátrica
Dientes
Deben hacerse observaciones básicas de la dentadura que incluyan erupción, número
de piezas, tamaño, color, oclusión, malformaciones y recambio.
Número de piezas: hay anomalías por exceso o por falta de dientes. La ausencia
de un diente en la boca del niño puede ser por agenesia del germen, por pérdida
prematura que no siempre es relatada, por extracción o por retención. Debe realizarse
una correcta anamnesis, pero en ciertas ocasiones se requiere estudios radiológicos.
La ausencia completa de piezas (anodoncia) es rara, se ve en la displasia ectodérmica .
La anodoncia parcial se debe a una falla genética , a menudo familiar, en el código
de formación de cada uno de los dientes específicos; o a consecuencia de una den-
tición con lugar de inicio anormal (paladar hendido) . Los terceros molares , los incisivos
laterales superiores así como los segundos premolares inferiores son los dientes que
con mayor frecuencia dejan de formarse. Los dientes supernumerarios se observan en
la mayoría de los casos en la línea media del maxilar superior, pero es posible que
aparezcan en cualquier parte y en cualquier arco. Su importancia radica en que quitan
espacio a los dientes permanentes obligándolos a tomar posiciones incorrectas por lo
que deben ser extraíd9s precozmente.
Erupción: hay amp Íi~ rango en el tiempo normal de erupción de los dientes caducos
y permanentes . Debido a variaciones biológicas inherentes es dificultoso determinar
para un individuo si su erupción está fuera de los límites de la normalidad. La edad
de inicio presenta un patrón familiar. Ciertos trastornos hormonales y del desarrollo
causan desorganización de los patrones normales . La erupción dentaria retardada,
importa si ocurre después del año de edad por la posibilidad de asociarse a enfer-
medades generales (hipotiroidismo, hipovitaminosis D, malnutrición, disostosis, síndro-
me de Down). En la dentición definitiva el retraso exagerado en la aparición de una
pi~za debe hacer sospechar la ausencia del germen dentario permanente o dientes
incluidos en el interior del hueso (molar retenido con malposición) . La erupción precoz
es más rara y puede verse en el hipertiroidismo, en el síndrome de Sturge-Webe r, y
en la pubertad precoz. Aquellos dientes que están presentes en el momento del na-
cimiento son llamados dientes neonatales, es factible que formen parte de una dentición
normal, hecho que debe ser verificado radiológicamente ya que en ocasiones existen
dientes supernumerarios que deben ser extirpados .
La erupción dentaria suele acompañarse de una serie de fenómenos como aumento
21
Exploración de Boca y Garganta
del flujo salival, inquietud, reacciones vasomotoras faciales, prurito gingivodentario que
hace que el lactante se lleve objetos y la mano a la boca, con babeo exagerado y
enrojecimiento gingival.
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Semiología Pediátrica
Figura 1. Patrón normal de oclusión en dentición caduca, mixta y permanente según Moyers.
~ 7 años de edad
13 años de edad
ref.er_id~s. com? c_efaleas, ota~gias y. otros dol?re~ _faciale_s inespecílicos. Estudios epi-
dem1olog1cos indican que 60% o mas de los md1v1duos tienen maloclusión que mejora
con el tratamiento, pero quizás solo en 1O a 15% debe considerarse como un "handi-
cap'. Hay por lo tanto muchas variaciones de la oclusión ideal que deben considerarse
normales estética y funcionalmente.
23
Exploración de Boca y Garganta
Caries: es una enfe rmedad infe cc iosa que causa destrucción localizada de todos
los tejidos den ta les duros (esmalte, dentina y cemento), por los ácidos de los depósitos
microbianos ad herido s a los diente s.
La de strucción loca lizada de los teji do s duros va desd e la pérdida inicial d e mineral
a nivei ultra estructural hasta la total destrucción del d iente. Es un proceso biológico
dinámico que es revers ible en sus estados iniciales .
Se clasifica en : detenida y activa. La caries detenida pres enta una superficie dura
con tejido dentinario esclerosado y te ñido de oscuro (amarronado) . La caries activa
muestra una cavid ad con zonas reten tivas , restos de alimentos y placa bacteriana; da
o no do lo r. La primera le sión evid enc iable de caries es la man ch a blanca. La mancha
blanca se presenta en dos fo rmas: brillante u opaca. La brillante es signo de que ya
se prod ujo una remin eralización. no requiere tratamiento. la mancha blanca opaca,
ru gosa. manifiesta destrucción de la estructura del esmalte, no es siempre reversible.
Si el proceso c ontinúa se llega a la caries activa de esmalte y dentina . La etapa evolutiva
siguiente es la caries de dentina y pulpa. En esta etapa hay dolor ante estímulos (tér-
micos, químicos o de presión) . La etapa final es la necrosis dentaria. Un diente necro-
sado puede producir una fístula a nivel de la encía (postemilla) o no fistulizar y generar
una celulitis (absceso submucoso, absceso palatino. flemón de piso de boca).
Se destacan situaciones especiales:
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Semiología Pediátrica
Malformaciones
Corresponden a anomalías vasculares (hemangiomas, linfangiomas) que se manifiestan
por masas visibles que aumentan de tamaño o aparecen durante el llanto. Debe ins-
peccionarse la piel suprayacente que puede presentar abundantes capilares.
Tumores
Es frecuente la ránula sublingual que es un quiste de contenido mucoide del suelo
bucal debido a una obliteración congénita del ostium y dilatación del conducto d e
Warthon. Se presenta como una tumefacción pequeña entre la lengua y la rama hori-
zontal del maxilar inferior. A medida que aumenta de volum en se aproxima a la línea
media e interfiere con los movimientos de la lengua, pronunciación de algunas conso-
nantes, masticación y es posible que levante el frenillo. Es de color azulado.
Dentro de los tumores malignos se destacan los sarcomas. La granulomatosis be-
nigna (sarcoidosis) aparece como una tumefacción crónica unilateral o bilateral de las
parótidas.
El aumento idiopático, indoloro y bilateral de las glándulas submaxilares y parótida
acompañado de sequedad de boca corresponde a la enfermedad d e Mikulicz, que se
asocia con aumento de tamaño de la glándula lacrimal y ausencia de lágrimas.
Secreción salival
La secreción salival es muy escasa e incluso nula en las primeras semanas de vida
lo que explica la sequedad normal de la mucosa bucal. El pH bucal del recién nacido
no es alcalino. Estos dos elementos favorecen la aparición de muguet (estomatitis por
monilias). Los lactantes pequeños presentan babeo hasta que se desarrollan comple-
tamente los reflejos musculares de la deglución y cierre labial. Más adelante la irritación
de la dentición, junto al incremento de la actividad oral provocan babeo que en algunos
25
Exploración de Boca y Garganta
niños con retraso mental nunca llega a desaparecer. También puede produc irse se-
creción salival excesiva como un reflejo frente a la comida o al dolor Y a partir de
lesiones bucales irritativas .
Hay disminución del flujo salival por ciertas enfermedades, por irradiación y por
medicamentos. La saliva además de su acción de lavado proporciona los materiales
con los que se forma la película libre de células que recubre el esmalte dental, por lo
tanto la disminución del flujo salival va seguido de un incremento de caries dentales.
La xerostomía (boca seca) es la sequedad temporal de la boca, fenómeno que se
da conjuntamente con la fiebre , deshidratación e ingestión de ciertos fármacos (feno-
tiacinas, atropina, otros anticolinérgicos). En la xerostomía congénita la boca se vuelve
lisa, seca y llena de detritos.
úvula
La úvula presenta diferentes tamaños e incluso suele estar ausente . La úvula bífida se
asocia frecuentemente con paladar hendido. La posición media normal de la úvula se
altera cuando hay parálisis o inflamaciones . Todos los procesos locales (infecciosos,
tra umáticos, alérgic os) pueden comprometerla.
26
Semiología Pediátrica
En los niños mayores de 6 años puede verse el absceso amigdalino luego de una
amigdalitis aguda que no evoluciona en los plazos habituales. Se manifies ta por odi-
nofagia intensa, voz velada, sialorrea espesa, halitosis, dificultad respiratoria, trismus.
La zona amigdalina se muestra de un rojo violáceo brillante generalme nte con pus
proveniente de las criptas y desplazada hacia la línea media y adelante. El paladar
blando está edematoso y congestivo; la lengua, saburra! intensa. La palpación puede
ayudar a aclarar la situación aunque a veces es difícil realizarla .
Es frecuente que los pilares presenten la propagación de las lesiones amigdalinas
con enrojecimiento, ulceraciones , vesículas, etc.
La hiperplasia amigdalina obstructiva, con o sin hiperplasia adenoidea, pu ede de-
te rminar el llamado "síndrome de apnea obstructiva• cara cterizado por ronquidos in-
tensos con períodos de irregularidad en la respiración que en algunos ca sos produce
apnea, tos nocturna , sueño intranquilo. También da cefa le as matinales, voz gangosa,
problemas conductuales e intelectuales, falla del crecimiento y en los casos seve ros,
insuficiencia cardíaca congestiva con "cor" pulmonar.
Exámenes complementarios
La patología buco-faríngea es muy frecuente en la infancia y muchas veces una buena
semiología permite hacer el diagnóstico y acercarse a la etiología .
En las enfermedades generales que tienen manifestaciones buco-faríngeas los exá-
menes estarán relacionados con ellas, (hemograma, serología de sífilis , investigación
de plomo y otros metales, etc.).
En las enfermedades loco-regionales se requiere a veces un equip o multidiscipli-
nario (odontólogo, otorrinolaringólogo, cirujano plástico, etc.) para orientar los exáme-
nes y su tratamiento.
Dentro de un programa preventivo de salud oral es imprescindible la participación
de ·un odontopediatra y de un higienista dental.
27
Exploración de Boca y Garganta
Escrotal Surcos profundos en número variable Síndr. Down. 1% lact, 2-5% ·escolares.
Saburra! Material blanquecino entre las papilas Infecciones, ayuno, vómitos, uremia,
(células epiteliales, leucocitos, respiración bucal
bacterias, restos alimentarios)
Geográfica Placas lisas, de mucosa descamada Proliferación excesiva del epitelio que
y roja con bordes festoneados coincide con procesos alérgicos
policíclicos, color blanquecino, Suele desaparecer antes de los
variando de posición 6 años
Bibliografía
1) Bauzá C.A.: Semiología Física y Semiotecnia del Lactante . Montevideo . Oficina
del Libro, F.U.C., 1974. p. 129-134. . .
2) Brodsky L.: Valoración actual de amígdalas y adenoides . Ped1atr. Cl1n. North Am.,
1989, 6 1649-1664. , _
3) Cruz M., Palomeque A., Martin Orte E.: Patolog1a de la boca. En . Tratado de
Pediatría. 5• Ed. Barcelona. Espax. 1983, p. 463-477. . . .
4) Dilley D. & Blozis G.: Common oral lesions and oral marnfestat1ons of system1c
illnesses and therapies. Pediatr. Chn. North. Am. 1982, 29(3).585-611 .
5) Finn S.: Odontología Pediátrica. 4 1 Ed. México, lnteramencana, 1976.
28
Capítulo XIV
Exploración de la alergia
y el asma bronquial
Dr. Juan Carlos Baluga
31
Exploración de la Alergia y el Asma Bronquial
2) Asma. Se define como 'una enfermedad pulmonar con las siguientes caracterís-
ticas : "----\
a) obstrucci ón bronqu ial rev ersible (aunque no completam ente en algunos <03-
so s) ya sea espontáneame nte o bajo tratamiento:
b) inflamación bronquial;
c) hiper-reactividad bronquial a variados estímulos".
Métodos de estudio
32
Semiología Pediátrica
3) Estudio de la vivienda:
a) Ubic~_ción: zona geográfica (rural o urbana), cercanía de fábricas.
b) Ant1guedad de la construcción .
c) Condiciones de la vivienda, con especial atención al dormitorio del niño:
humedad, polvo ambiental, hacinamiento.
d) Presencia de animales domésticos.
e) Hábitos familiares: cigarrillo, "hobbies•.
.Examen físico
Se debe realizar la exploración de las regiones corporales en que se localizan habi-
~ lmente las reacciones alérgicas:
33
Exploración de la Alergia y el Asma Bronquial
Estudios complementarios
Estudios de orientación alergológica
Eosinofilia sanguínea
Si bien habitualmente está elevada , ne es específica de alergia, ya que otras enfer-
medades como parasitosis, reacciones a drogas, enfermedad d-e Hodgkin, inmunode-
ficiencias, pueden también ser causa de su elevación en sangre
34
Semiología Pediátrica
Pruebas cutáneas
Es un método sencillo y eficaz para detectar una hipersensibilidad de tipo inmediato
y/o tardío frente a distintos alergenos, y un complemento diagnóstico importante de Ja
historia clínico-alergológica.
35
Exploración de la Alergia y el Asma Bronquial
\
',
Esta prueba permite individualizar los alergenos sospechados por \al anamnesis y
su posterior utilización en la inmunoterapia específica. Los antígenos iríás frecuente-
mente utilizados en Pediatría son los aeroalergenos (ácaros del polvo doméstico, hon-
gos anemófilos, laneras de animales , pólenes diversos, etc .) no siendo tan utilizados
actualmente los extractos d e alimen tos. Las pruebas de sensibilidad al veneno de
himenópteros se utilizan cuando el paciente ha presentado reacciones anafilácticas
"sistémicas• fren te a dichos inse ctos.
Si bien las pruebas cutáneas pueden realizarse a cualquier edad, la piel del lactante
tiene menor ·capacidad d e respuesta. De ser necesario las mismas pueden indicarse
ya en los primeros meses de la vida .
La técnica de elección en el niño es la del "prick", debiéndose recurrir a la intra-
dé rmica cuando las ante riores han resultado negativas.
Las pruebas cutáneas habituales para aero-alergenos no son riesgosas, pero las
realizadas con veneno de himenópteros (abejas, avispas, hormigas) deben efectuarse
con pre c aución, y en un medio corre ctamente equipado, bajo supervisión médica, ante
la posibilidad de reacciones adversas.
36
Semiología Pediátrica
Estudios radiológicos
Radiología de senos paranasales
En_tre las rinopatías obstructivas crónicas de la infancia , las de causa alérgica son las
mas frecuentes. Los enfoques radiológicos de mayor utilid ad para su e studio son:
La alergia del sector rinosinusal se traduce por imágenes radiológ icas de en gro-
samiento de la mucosa de los senos maxilares , niveles líquidos intra-sinusales, opaci-
ficaqión y formaciones polipoideas o pólipos.
El engrosamiento mucoso y la opacificación de los senos son los hal la zg os más
frecuentes .
Las imágenes radiológicas deben valorarse junto con la sintomatología clínica, ya
que no siempre existe correlación entre ambas . Pacientes con síntomas muy intensos
pueden no presentar alteraciones radiológicas y por el contrario, pueden existi r dichas
imágenes en niños sin síntomas clínicos .
Radiografía de tórax
En la práctica diaria es muy frecuente que estos pacientes sean estudiados reiterada-
mente con radiografía de tórax, pues diferentes médicos que asisten sus crisis solicitan
nuevos estudios radiológicos, con los riesgos que ello implica. Por consiguiente cree-
mos que la misma se debe indicar en las siguientes situaciones clínicas :
37
Exploración de la Alergia y el Asma Bronquial
Función auditiva :
audiograma
impedanciometría
Son estudios de frecuente aplicación en los niños con patolog ía alérgica de vía
aérea superior, debido a la habitual repercusión ue la alergia sobre el oído medio.
38
Semiología Pediátrica
39
Capítulo XV
Exploración de
la piel y sus anexos
Dr. Marce/o Ruvertoni
41
Exploración de la Piel y sus Anexos
Epidermis y dermis
Epidermis
Dermis
Glándula
sudorípara
apócrina
Tejido celular
subcutáneo
Detalle de la epidermis
Capa córnea
Estrato lúcido
Capa granulosa
Desmosomas
Capa espinosa
Tonofibrillas
Capa basal
~~~'ft,;cl~~~~L Células de
Langerhans
o estrato
germinativo
42
Semiología Pediátrica
Mastocltos
Sustancia Intercelular
Fibrocito
Fibras elásticas
Linfocito
Leucocito
Fibroblasto
1/
Histiocitos
J,
Plexo Terminación
superficial libre
Corpúsculo
de Melssner
Plexo
comunicante -;::;:::::::::~n1""""---..a
Corpúsculo
deKrause
---':-+- Corpúsculo
de Pacinl
·Corpúsculo
de Ruffini
Plexo :+
profundo
i:-\. ...........•.·...•.
43
Exploración de la Piel y sus Anexos
44
Semiología Pediátrica
1) absorción,
2) · secreción,
3) respiración,
4Í formación de epidermis,
5) regulación térmica,
6) percepción sensorial,
7) formación de pigmentos,
8) producción de queratina.
45
Exploración de la Piel y sus Anexos
Exploración dermatológica
La interpretación de muchos cuadros clínicos de la piel es dificultosa porque diversas
causas provocan iguales síntomas y signos y, a su vez, una misma entidad nosológica
puede producir gran variedad de lesiones.
En compensación, la piel da la facilidad de lidiar con un órgano que puede verse
y tocarse.
Historia clínica
El diagnóstico de las enfermedades de la piel en Pediatría, requiere una detallada
anamnesis . Se debe dedicar suficiente tiempo a los niños y sus padres y realizar luego
un detenido examen clínico de piel, mucosas y anexos cutáneos.
Aunque ciertas dermatosis (verruga viral, nevo) exigen poco tiempo para un diag-
nóstico correcto, éste no es tan fácil en la mayoría de las afecciones cutáneas. La piel
suele enfermarse aisladamente o ser, en otros casos, "la tarjeta de presentación" de
procesos patológicos generales (el lupus, por ejemplo).
Como la piel es sólo una pequeña parte del paciente siempre debemos obtener
datos tales como: peso, talla y corroborar estas medidas con la de los niños normales
para la edad (Tablas de percentiles) así como interrogar sobre otros signos y síntomas
generales que pueden o no aparecer simultáneamente con las manifestaciones cutá-
neas que motivan la consulta.
Se debe escuchar atentamente a los padres , y también a los niños, cuando su edad
lo permita y lograr la confianza y tranquilidad de los mismos. Dentro de las preocupa-
ciones que generalmente tienen los padres vale recordar lo congénito, lo contagioso,
el cáncer, lo crónico y la posibilidad de dejar cicatriz (las clásicas cinco Ces).
En Dermatología se acostumbra examinar al paciente y luego realizar el interroga-
torio. Es pertinente, como en Medicina Interna, interrogar sobre factores que contribuyan
al conocimiento de la familia del paciente: salud, ocupaciones, condiciones de vida y
antecedentes farmacológicos. Son datos de importancia otras enfermedades, viajes al
extranjero, ambiente que rodea al enfermo, tipo de vivienda, profesión, clima, etc.
Anamnesis
Destacarnos solamente lo que tiene un significado muy importante en algunas afe·ccio-
nes dermatológicas del niño como el eccema, por ejemplo. Interesa también conocer
costumbres alimentarias, sociales y otras, prestando atención a detalles que pueden
parecer insignificantes aunque, en ocasiones, son de gran utilidad diagnóstica.
46
Semiología Pediátrica
47
Exploración de la Piel y sus Anexos
Examen físico
48
Semiología Pediátrica
P alpación
1) Temperatura: normal, hipertermia, hipotermia .
2) Humedad: seca, grasa, sudorosa .
3) Elasticidad, consistencia y turgencia: dura, blanda, suave, pastosa , firme.
4) Infiltración : adherida o no a planos profundos.
5) Sensibilidad: dolor o no.
6 ) Movilidad .
n Adenopatías.
8) Edema.
9 ) Signo de Nikolsky (separabilidad exagerada de la capa exterior epidérmica por
una ligera fricción, como en el pénfigo).
10) Enfisema.
Exámenes complementarios
♦ Especiales: escamas, costras, exudados, pelos, uñas, etc. Microscópicos: mi-
49
Exploración de la Piel y sus Anexos
Examen de uñas
Inspección (forma normal o alterada, color, espesor, superficie, etc) . Uñas escamadas,
en vidrio de reloj, pálidas, azules, verdes, con manchas subungueales, onicolagia,
estriadas, en dedal, con piqueteado (en eccema, alopecía y psoriasis) y otras anor-
malidades. Longitud o tamaño (pequeñas, delgadas, mordidas). Fragilidad .
Exámenes generales
Hemograma completo, funcional hepático, de orina, coprocultivo y coproparasitario,
glucemia, exudados, proteinograma, etc.
Diagnóstico
Lesiones elementales
Son la base de todas las manifestaciones de la patología dermatológica y la respuesta
a agresiones internas y externas, "son las letras del abecedario dermatológico".
50
Semiología Pediátrica
♦ Lesiones primarias
Aparecen sobre piel previamente sana: son recientes, como primera consulta
de la enfermedad.
♦ Lesiones secundarlas
Resultan de la evolución y transformación de las primarias o sea que aparecen
en una piel previamente alterada, como consecuencia de aquéllas.
♦ Lesiones combinadas
Asociación de lesiones elementales primarias y secundarias que aparecen en
forma simultánea .
♦ Lesiones especiales
Cuadro 1. Lesiones.
51
Exploración de la Piel y sus Anexos
Lesiones Secundarias
Escamas Masas laminadas secas o grasosas
de queratina que aparecen en la
superficie de la piel, de color
blanquecino grisáceo o pardo-amarillo
52
St1miología Pediátrica
53
Exploración de la Piel y sus Anexos
pubertad, corticoterapia,
inflamatorias (lupus discoide)
latrogénicas (corticoides
locales)
54
Semiología Pediátrica
Figura 4. Mácula.
!Figura 5. Pápula.
Figura 6. Pústula.
55
Exploración de la Piel y sus Anexos
Figura 7. Roncha.
Figura 8. Vesícula.
Figura 9. Nódulo.
56
Semiología Pediátrica
Figura 11 . Atrofia.
57
Exploración de la Piel y sus Anexos
Figura 12.
Flictena
-~-=- ,
Fisura Exulceración
3ii~ ! '
()Q
o
Ulceración
58
Semiología Pediátrica
59
Capítulo XVI
Exploración del
aparato respiratorio
Dra. lvonne Rubio
Introducción
La semiología del aparato respiratorio del niño ofrece más dificultades, respecto a la
del adulto, debido a sus particularidades anatómicas y funcionales y su modo especial
de reaccionar frente a las distintas noxas. Tales diferencias son más notorias a menor
edad y se atenúan en los niños mayores y adolescentes.
La entrevista y el examen clínico correctos manlienen su vigencia insustituible, no
obstante desarrollos técnicos que -en ciertos casos- hacen de la paraclínica una ayuda
indispensable.
Anamnesis
Como en otros campos de la Pediatría, la anamnesis se elabora merced a los informes
de una tercera persona (madre, padre, tutor) que el niño complementará o no - según
su edad y nivel de comprensión- sin ningún tipo de imposiciones.
El motivo principal de la consulta constituye el hilo conductor del diálogo, al que
se agregará la sucesiva cronología de síntomas, tan útil para inferir la agudeza o
cronicidad de la afección .
Dichos síntomas pueden orientar fácilmente hacia la esfera respiratoria (tos , disnea),
ser menos específicos (fiebre, anorexia, adelgazamiento) e incluso desviar la atención
hacia otros sectores de la economía.
Tos
Es la expulsión súbita, ruidosa, más o menos repelida y violenta, de aire de los pul-
mones; se trata de una espiración profunda, brusca y sonora, producida voluntaria-
mente o por vía refleja; las cuerdas vocales vibran al pasar la corriente de aire y la
apertura de la glotis provoca un ruido de sonoridad especial. Constituye un mecanismo
de defensa que expulsa secreciones y cuerpos extraños y otros materiales de las vías
aé~eas (superiores o inferiores); el reflejo tusígeno puede originarse también en otros
sectores.
Se reconocen distintos tipos de tos:
61
Exploración del Aparato Respiratorio
Expectoración
Es la eliminación de secreciones broncopulmonares por la actividad ciliar y la tos. Su
exteriorización, bajo forma de esputos, es rara en el niño menor de 6 años porque
éste deglute sus flemas ("el niño escupe en su estómago"). Puede aparecer mezclada
con el vómito. Debido a su excepcionalidad, la expectoración (fuera de la tos convul-
siva) obliga a buscar bronquiectasias y procesos cavitarios. En el niño en edad escolar
que expectora debemos indagar características de las secreciones: volumen, olor, co-
lor, consistencia, etc. , así como los motivos que las desencadenan.
Vómica
Es la expulsión brusca, con la tos, de pus u otro material abundante, de origen respi-
ratorio, en forma que remeda al vómito y suele acompañarse de náuseas. Evoca la
hidatidosis si el aspecto del líquido es claro y acuoso, su sabor salado e incluso se
acompaña de restos de membranas, que los familiares o el niño comparan con "hollejos
de uvas".
Hemoptisis
La expulsión por la boca de sangre procedente del aparato respiratorio infralaríngeo,
62
Semiología Pediátrica
Esputo hemático
Expectoración con estrías de sangre .
Esputo hemoptoico
Es redondeado, oscuro, pegajoso y brillante, prácticamente sólo constit uido por sangre .
Disnea
Es la respiración dificultosa que se acompaña de sensación de falta de aire. Dado su
compo!1ente subjetivo, sólo puede expresarlo el niño mayor. En el lactante y el niño
pequeno se suele hablar de dificultad respiratoria (para evitar la incorrección semán-
tica) o se interpreta como "disnea" lo objetivable por el examinador. El inicio brusco o
progresivo, el tiempo de evolución, agravación o mejoría, su relación con el alimento
la actividad, la posición y otras variables son datos de interés para elaborar el diag~
nóstico.
Diversas modificaciones del ritmo respiratorio no incluyen, por definición, el com-
ponente subjetivo del paciente, _excepto polipnea, que significa respiración rápida y
anhelosa;__tal es el caso de taqu1pnea, respiración acelerada y superficial; hiperpnea,
exag_era~_1on en la amplitud y profundidad de los movimientos respiratorios y bradipnea,
res pirac1on lenta.
En condiciones normales, la frecuencia respiratoria es mayor cuando el niño es
más pequeño, por lo que es necesario corroborar estos datos de la historia al realizar
el examen clínico y conocer el ritmo respiratorio normal en las distintas edades.
Respiración periódica
Entre diversos tipos de respiración periódica son más conocidas la respiración de
Cheyne-Stokes y la de Kussmaul.
La respiración de Cheyne-Stokes se caracteriza por variaciones rítmicas de la in-
tensi~a~ que co~sisten en el aumento gradual de los movimientos respiratorios hasta
un max1mo, seguido de un descenso, que llega a la cesación completa que dura 10-40
segundos (en el adulto).
La de Kussmaul, que fuera descrita en el coma diabético y otras formas de acidosis,
se caracteriza por una inspiración profunda seguida de una corta pausa en inspiración
forzada Y lu_~go un~ espiración breve y quejumbrosa, seguida a su vez de nueva pausa .
. ~? rec1~n nacidos pueden presentar. durante el sueño, episodios en que la res-
p1rac1on se 1_n terrumpe por varios segundos . Este tipo de respiración periódica, con
pausas apne1cas de 5 a 15 segundos es seguido de un brote de polipnea hasta retomar
el ritmo normal. Es más frecuente en niños de pretérmino (pero posible en niños ma-
duros) .?curre e~ las primeras semanas, su causa es desconocida, se compara a la
aiterac1on descrita por Cheyne-Stokes y es posible revertir el episodio con un estímulo
físico . Debe diferenciarse de la apnea que, si bien es posible en el recién nacido
normal, siempre que se prolonga obliga a buscar una enfermedad de base. Se con-
sidera significativo el cese de la respiración del neonato durante 20 o más segundos
63
Exploración del Aparato Respiratorio
Disnea inspiratoria
Los procesos obstructivos del aparato respiratorio superior (laringitis, traqueítis, etc.)
que dificultan la penetración del aire, producen disnea inspiratoria, cornaje y tiraje,
predominantemente supraesternal.
Disnea espiratoria
Cuando el obstáculo canalicular es bajo, como en el asma, hay dificultad espiratoria,
en general, con brad ipnea, acompañada de la puesta en juego de los músculos ac-
cesorios de la respiración.
Ortopnea
Es la d isnea intensa que obliga al paciente a estar parado o sentado porque su difi-
cultad respiratoria mejora en posición vertical e inclinándose algo hacia adelante.
Estridor y cornaje
Se usan indistintamente aunque no son sinónimos.
Estridor es un sonido agudo, duro y semejante a un silbido; el carnaje ha sido
comparado al ruido de soplar en un cuerno. Ambos fenómenos se producen por el
pasaje del aire a través de las vías respiratorias superiores obstruidas .
Quejido espiratorio
El quejido al final de la espiración, sobre todo en lactantes, suele traducir el dolor
pleural.
Sibilancias
Si bien integran los hallazgos de la auscultación, a veces pueden sentirse a distancia
o ser referidas por el paciente. Son sonidos de timbre agudo que traducen el pasaje
del aire por una zona estrechada. Su instalación brusca debe hacer pensar en la
aspiración de un cuerpo extraño; la forma progresiva es más característica del asma.
Dolor torácico
El más frec uente es la llamada "puntada de costado". Denota el compromiso de la
pleura parietal. de comienzo agudo. Se describe como un dolor intenso en una zona
determinada, que aumenta con la tos. las inspiraciones y el estornudo; es producido
por la pleura afectada y el nervio intercostal correspondiente pero, en ciertos c asos ,
puede verse el dolor referido; por ejemplo en neumonías basales con dolor referido al
abdomen, que confunde con un cuadro agudo de vientre .
Algunos niños mayores con tos intensa y persistente (por diferentes causas) se
64
Semiología Pediátrica
Cianosis
La coloración azul o lívida de piel y mucosas aparece, por lo general , en presencia
de grandes can~1~ades ?e hen-_iogfobina reducida (5 g/dl) en los capilares. Obliga a
pensar _en afecc1on card10-respiratoria, sobre todo en los más pequeño s.
Es importante confirmarla en el examen clínico y recordar que en sus diversos
mecanismos de producción figuran la hipoventilación alveolar, distrib ución desigual de
gas Y sangre por el pulmón, "shunts• de derecha a izquierda y alteraciones de la
difusión alvéolo-capilar.
Examen físico
Observación
El niño que hemos de examinar no es un ser con una enfermedad de su aparato
respiratorio, constituye un todo y así lo debemos reconocer.
Como ya destacamos, el estado nutricional juega un papel fundamental, lo mismo
que sus rasgos que a veces revelan, de entrada, la existencia de una mal formación
determinante del trastorno respiratorio (Síndrome de Pierre-Robín, por ejemplo). Debe
observarse la respiración del niño cuando aún está tranquilo, en el regazo de su madre
o entregado a su actividad espontánea.
_ · ~1- re~pirar sin e~fuer_zos (eupnea) significa que no hay obstrucción , por lo menos ,
s1gn1f1cativ~, en la v1a aerea . Ya vimos que existe determinada frecuencia respiratoria
en las distintas edades . Ella es variable en reposo y durante la actividad, pero es
preciso conocer lo normal para evitar errores de interpretación (Tabla 1).
Interesa observar la amplitud de los movimientos respiratorios. La respiración pro-
funda Y frecuente puede revelar acidosis metabólica; el ascenso térmico ocasiona po-
lipnea superficial.
65
Exploración del Aparato Respiratorio
Tabla 1. Frecuencia respiratoria en el niño en distintas edades (lomado de diversas fuentes por
GH Lowrey, Growth and Oevelopment of Children, 61h ed., 1974).
Prematuro 40-90
Recién nacido 30-80
1 año 20-40
2 años 20-30
3 años 20-30
5 años 20-25
10 años 17-22
15 años 15-20
20 años 15-20
66
Semiología Pediátrica
gitación venosa (cuya extensión dependerá de la importancia del obstác ulo) y desa-
rrollo de circulación colateral, variable según la ubic ación d e tal obs táculo .
El tiraje es la depresión de las partes blandas del tórax d ura nte la inspira ción que
denota falta de permeabilidad de las vías aé reas, co n eleva ción de la pres ió n negativa
intrapleural; los tejido blandos que rodean al tórax son asp irados en es e momento y
se hunden o deprimen. Hay va rios tipos de gravedad creciente: suprac lavicular, sub-
clavicular, intercostal y subcostal. Este último se ve también en los raquítico s sin en-
fermedad respiratoria. La apreciación correcta exig e observar al lactante sin ropas ,
con buena iluminación y estando el niño tranquilo ya q ue el llanto y la exc itación su elen
entorpecer las conclusiones.
En situaciones que exigen un esfuerzo espiratorio intenso ocurre abomb amiento de
los espacios intercostales .
El aleteo nasal es el agrandamiento de las narinas durante la inspiraci ón; se pro-
duce por contracción de los músculos dilatadores de la nariz (anteri or y posterior) e
indica un esfuerzo mayor para re spirar. Se le confiere valor co mo indicador d e disnea;
a veces se presenta en situaciones de dolor (pleuritis, traumatism os de tórax) .
El desplazamiento de la cabeza hacia adelante, por flexión del cu ello, ritm ado con
la inspiración es denominado cabeceo. Se debe a contracción de los múscu los acce-
sorios de la respiración, escalenos y esternocleidomastoideos. Es otro sign o de disn ea,
observable en el lactante que descansa en brazos de su madre, con su región suboc-
cip ital apoyada en el brazo de ella. Se ve también en el niño agolado.
Los quejidos y las sibilancias, ya definidas, expresan obstrucción espira toria en un
determinado punto (cuerpo extraño) o difusas (asma, bronquiolitis en su inicio) . Al
acercarnos al lactante que respira con la boca abierta, es posible apreciar sibilancia
y crepitaciones débiles, trasmitidas desde los bronquios finos .
Maniobras
El conocimiento anatómico, en especial, de la segmentación broncopulmonar, es im-
portante para la definición semiológica de los procesos morbosos. Los esfuerzos para
recordar los límites exactos de costillas y espacios intercostales, con respecto a los
lóbulos y segmentos, no son imprescindibles, pues éstos varían con la edad. Es más
útil el recuerdo de la segmentación pulmonar y su proyección en la pared torácica;
un ejercicio semiológico que completaremos con la radiología . Tiene importancia diag-
nóstica saber que, prácticamente, lodos los segmentos pueden auscultarse y percu-
tirse.
Palpación
El tacto estudia las características de la piel y detectará (si existen) procesos inflama-
torios o una leve crepitación -bajo los dedos que palpan suavemente- que indicará
enfisema subcutáneo en el tórax o en zonas vecinas (cuello, hueco supraclavicular).
La palpación de tráquea es útil para apreciar posibles desviaciones mediastinales,
si bien se necesita cierta experiencia para ello. Cuando existen diferencias de presión
o volumen entre ambos hemitórax, la tráquea se desvía; esto puede indicar, no sólo
en qué hemitórax ha ocurrido el cambio de volumen o presión, sino una desigualdad
anormal entre ambos lados del tórax. Acompañando al mediastino, el hemitórax se
desvía desde un área de mayor volumen y presión hacia el lado de menor presión y
volumen. La maniobra para explorar la tráquea utiliza el dedo índice y requiere la
fijación de la cabeza del niño en ligera extensión. Logrado esto, se coloca el indice
de la mano que palpa en la muesca supraesternal y se desliza suavemente hacia
adentro del plano medio sagital. Si el dedo se introduce a un lado de la traquea, indica
que ella está desviada hacia el lado opuesto. En el niño mayor se explora con dos
dedos, como en el adulto.
67
F:xploraci6n del Aparato Respiratorio
68
St1mlo/ogís Pt1diátrica
cuando la luz bronquial disminuye (por causa intrínseca o extrínse ca) y también cuando
se interpone un medio líquido (derrame) o gaseoso (neumotórax) .
Percusión
Consiste en la producción de sonidos mediante golpes suave s sobre la pa red torácica.
La intensidad y calidad de los sonidos depende del es tado an atómico de las estruc-
turas examinadas . Sin excluir la percusión directa suav e, como orie ntación inicial, se
realiza la percusión mediata, con menos fu erza que la q ue se emp lea en adultos ,
porque el pulmón de los niños es normalmente más sonoro.
Se pe rcute mediante el método dígito-digital; el dedo medio de la mano más hábil
golpea sobre la 2• fal ange del dedo medio (o el medio y el índice sepa rad os) de la
otra mano , aplic ada firm emente sobre la pared torác ica, de preferencia en los es pacios
intercostales y paralelamente a las costillas. El movimiento de la mano p erc utora se
realiza con la muñeca, manteniendo el antebrazo y el codo fijos, y golp eand o con el
pulpejo del dedo, que debe caer perpendicularme nte sobre la 2• falange del índ ic e
y/o el medio de la otra mano. La pared anterior se percute, generalmente , con el niño
acostado y la posterior y lateral, con el niño sentado , lo que en niños pequeños requiere
la ayuda de la madre u otra persona. La resonancia normal es clara por debajo de
las clavículas y en los dos primeros espacios intercostales : disminuye a izquierda a la
altura de la 3ª costilla por la presencia del corazón y a la derecha desde el 62 espacio
intercostal, por la presencia del hígado. Las caras laterales suenan menos que la an -
terior y más que la posterior. A la izquierda, en las zonas anterior e inferior, se encuentra
un área de sonoridad aumentada que corresponde a la cámara gástrica (es p acio de
Traube) . Esta sonoridad disminuye en las inspiraciones profundas, la ocupa c ión del
seno costodiafragmático por grandes derrames y/o esplenomegalia.
La sonoridad depende del estado del parénquima, la cavidad pleural y la pared
torácica. El aumento de la masa pleural, la grasa y la glándula mamaria la disminuyen ;
también los derrames pleurales hasta, incluso, hacerla desaparecer. El aumento d el
contenido aéreo produce hipersonoridad. Podemos delimitar un a condensac ión paren-
qu imatosa y precisar la localización anatómica de un proceso , según la transición entre
sonoridad y matidez. El pequeño tamaño del tórax, en el recién nacido y el lactante
menor, puede dificultar la definición precisa de anormalidades de pequeña extensi ón,
bien diagnosticables por la radiología.
Los cambios de posición no modifican los límites de una condens ac ió n p arenqui-
matosa como ocurre, en cambio, en los derrames pleurales en cavidad lib re. Cuando
éstos son de mediana Intensidad, el límite superior de la matidez tiene su punto más
bajo a nivel de la columna, asciende y llega al máximo en la zona escapular para
descender luego, en la cara anterior; configura la curva parabólica de Damoiseau que
se explica por la mayor capacidad de la cavidad pleural en la línea axilar.
La matidez debe buscarse en posición sentado, de pie y en decúbito lateral cuando
se sospecha un derrame en cav idad libre . Los grandes derrames trasmiten al ded o
percutor la sensación de resistencia . Por el contrario, el aumento del aire intra-pulmonar
produce hipersonoridad, difusa en caso de hiperinsuflación y localizada en las grandes
cavidades y en las distensiones pulmonares ubicadas por encima de un derrame (sko-
dismo). El grado máximo de resonancia o timpanismo, se observa en las cavidades
hipertensas, siempre que sean superficiales, de paredes lisas, y tengan , por lo menos
4 cni de diámetro. Ello se exagera cuando las cavidades (parenquimatosas o pleurales)
son más grandes; su percusión produce un sonido comparable al que se obtiene al
percutir un ánfora (resonancia anfórica) o resonanc ia anfórico-metálica).
Auscultación
Percibe los ruidos normales y patológicos que ocurren durante el ciclo respi ratorio. Se
realiza por el método directo, aplicando el oído sobre el tórax o interponiendo un
69
Exploración del Aparato Respiratorio
delgado paño entre ambos o por el método indirecto con auxilio del estetoscopio: _L~
auscultación inmediata percibe mejor los ruidos adventicios, pero con ella es d1f1c1I
llegar a zonas pequeñas (huecos axilares y supraclaviculares) más aún cuanto menor
es el niño. La auscultación mediata requiere un estetoscopio de membran a sensible Y
tamaño adecuado. Los muy grandes generan falsos ruidos al rozar la parril!a costal
en movimiento . _
Es aconsejable auscultar en un ambiente tranquilo y con el niño sin ropas . Los mas
pequeños se examinan en brazos d e su madre, iniciando el procedimiento por el dorso
para provoca r menos ansiedad . Trataremos de auscultar en forma se~~entana, para
topografi ar el proceso en curso (como habremos hecho con la -~ercus1on) aunque no
se a siempre fácil. La respiración del niño es poco profunda Y d1flcul~a la ma,~1obra . S1
el paciente pued e colabo rar, le ped iremos que respire con fr ecue_nc1a alta ~ Jadean??
como un pe rrito") sin hacer ruido con la resp iración. En los mas pequenos e_s ut1I
aprov echar las insp iraciones profundas que se acompañan al llanto, porque se _inten-
sifica la ventilación pulmon ar y se aprecia mejor, cuando existe, la broncofonia . La
res p irac ión de los niños, por su rud eza, es comparable. a 1~ res~ iración vicariante de
los adultos ("respiració n pueril"). Es pos ible reforzar la insp1rac1on apretando e_l es_t?-
tos c opio con una mano, mientras la otra oprime el lado opuesto. Al fin de la espirac1on
ambas manos comprimen su ave y sincrónicamente el hemitórax, lo qu~ ~rov~ca una
siguiente inspiración más profunda. De este modo podemos rev elar s1b1lanc1as que
pas an inadvertidas con el ritmo habitual espontáneo. _ _
La familiarización con los sonidos respiratorios requiere experienc ia y una sene de
conocimientos inherentes a su origen . El ruido normal resulta de la vibración de la
columna aérea durante los movimientos respiratorios; no es uniforme y se distinguen
un ruido vesicular (debido a la entrada de aire en los alvéolos) Y uno laríngeo (produ-
cido por el pasaje del aire por dicho órgano). El primero es suave como un mur_m _ ullo
(murmullo alvéolo-vesicular) y el segundo, más rudo, como un soplo, cuya _r:nax1ma
audibilidad en la región laringe-traqueal dism inuye a medida que la auscultac1on d~s-
ciende por tráquea y bronquios hasta hace rse nula en la periferia (dado qu~ el __par~_n-
quima normal es un mal transmisor) . Los ruidos respiratori?s s~ p~~c1ben en insp1rac1on
y en espiración; la relación entre ambas es de 1 a 2; la mspirac1on es de tono suave
y bajo y la espirac ión, gene ralmente silenciosa. El murmullo se ausculta meJor en las
regiones parahilia res, subclaviculares y axilares ~ es mínimo en las regiones_es~apu-
lares (interposición de ambos omóplatos). Es mas fuerte a derecha que a 1z9u1erda
por mayor calibre bronquial de aquel lado . Si bien el ritmo es regular y continuo , la
percepción del murmullo puede presentar modificaciones sin valor ~atoló~ic_o _"per se";
obedecen a condiciones propias del niño o a circunstancias que el esta v1v1endo en
ese momento. La frecuencia respiratoria es variable según las edades pero, además ,
puede variar ante situaciones de excitació~ como la_ansiedad, el_ll~nto o la risa que
provocan una respiración con murmullo mas rudo, sin valor patolog1co. La rudeza de
la respiración de los desnutridos se debe a la disminución del panículo Y la masa
muscular.
Algunos pacientes no entienden nuestro pedido de respir~r profundo Y lo hace_n
con una respiración voluntaria, jadeante y ruidosa que se malinterpreta como patolo-
gica . La respiración puede estar disminuida en los casos de hipoventilación alveolar,
por mala ventilación de las bases, obesidad, elevación d~ diafragma por diversas
causas, dolor torácico, respiración entrecortada por sensac1on de fno, temor, etc. En
otras circunstancias, el murmullo se modifica por motivos inherentes a la enfermed_~d
respiratoria y adquiere valor semiológico para el diagnóstico . En _la bronco-obstruc~1_on
el aire no llega correctamente al alvéolo, lo que puede indicar incorrecta vent1lac10n .
No se ausculta en casos de atelectasia (aneumatosis) o si existe un espacio pleural
ocupado con aire (neumotórax) o líquido (derrame) o una sustitu ción parenquimato sa
sólida o quística (menos frecuente en el niño que en adultos) . El murmullo se percibe
70
Semiología Pediátrica
Estertores
S?n ruidos q_ue no se oyen en la respiración normal, tienen siempre significado patoló-
g ico, s_~ sonido es_ intenso; se producen durante los movimientos respiratorios, ya sea
al movilizar secreciones existentes en la luz canalicular o en los alvéolos o al pasar aire
por zonas estrechadas debido a diferentes causas; a veces se modifican con la tos y
d esaparecen o aumentan. Se distinguen dos tipos de estertores, secos y húmedos.
71
Exploración del Aparato Respiratorio
Otros ruidos
Los roces pleurales son patológic'os, se producen entre las dos hojas pleurales
inflamadas y se auscultan en los dos tiempos, ritmados con la respiración. Se ase-
mejan al ruido que genera la flexión del cuero nuevo, aumentan con la compresión
y se oyen mejor en las bases . Son propios de las pleuritis secas y los estado~ que
preceden a los derrames. Cuando éstos se instalan, los roces desaparece_~ para
reaparecer cuando el líquido se reabsorbe. El estertor-ronco es la asoc1ac1on del
roce pleural y el estertor crepitante; no se modifica con la to s y se oye en algunos
síndromes córtico-pleurales.
72
Samiologfa Pediátrica
la auscultación combinada con la voz ofrece datos útiles, que surgen de la trans-
. misión de la voz emitida por el paciente al oído del examinador, al repetir palabras
q ue vibran con amplitud (por ejemplo: "treinta y tres"). la resonancia vocal d epend e
de muchos factores que incluyen : la cantidad de aire, la tensión de éste al ser espirado,
el estado de las cuerdas vocales, la distancia hasta la laringe, etc. la voz auscultada
resuena más en la zona traqueal y el hueco supraclavicular que en el área escapular
o en las de la extrema base.
la broncofonía, intensificación de la voz aus c ultada, aparece si existe densifi-
c ación pulmonar con bronquio permeable, al igual que los soplos . los grados de
res~_nancia se ~xpresan como broncofonía o bien como pectoriloquia, una exage-
rac1on de aquella . Es suave y al tono intenso de la voz auscultada se su ma la
a rticulac ión de la palabra, característica de las cond ensaciones con bronquio per-
meable . Cuando el niño pronuncia "treinta y tres • se percibe, normalmente , un mur-
mullo confuso y suave ; si existe condensación con bronquio permeable, la palabra
se ausculta como si la pronunciara junto al oído del examinador. Esto constituye la
p ectoriloquia átona, de igual sign ificado que la broncofonía . Cuando existe un de-
rrame pleural de mediana intensid ad, la auscultación del límite superior ofre ce - junto
al soplo espiratorio- la emisión de la voz con aguda reso nancia, balbuceante, nasal
Y temblorosa como la "voz de cabra• o "de polichinela"; esta egofonía, d e timbre
vela?o, puede desaparecer si el derrame aumenta. la suma de broncofonía y egos
fonía se denomina bronco-egofonía. Si bien la pectoriloquia átona acompañ a a la
broncofonía y al soplo de condensación , puede precederlos . La exploraci ón de la
voz auscultada , sólo en los niños mayores es posible realizarla en condiciones óp-
ti mas. En el lactante se aprovecha el llanto y la em isión de diversos sonidos vo cales
espontáneos . Otras modificaciones audibles son la voz anfórica, de timbre metálico
y anfórico, frecuente en el neumotórax, y la voz cavernosa (para algunos , sinónimo
d e la anterior) que indica una cavidad o caverna del pulmón . La abolición o dismi-
nución de la resonancia vocal en cua-lesquiera de sus registros, se debe a ob struc-
c iones bronquiales, aneumatosis , derrames o engrosamientos pleurales o altera c io-
nes de la pared que modifican la emisión de la voz (v.g. por dolor). Con la em isión
d e la tos sucede lo mismo que con la voz, si bien -muchas vec es- la movilización
de secreciones facilita la aparición de alguno de los ruidos .
Estudios complementarios
Radiología
El desarrollo de la radiología, y demás técnicas imagenológicas, ha sido de gran
importancia para el diagnóstico. La radiografía de tórax es de los exámenes que se
practican con más fre cuencia, en niños y en adultos, y por ello no debería hacerse
en forma despreocupada. La exploración radiológica en Pediatría difiere por diversas
razones ligad as a la ed ad: mayor hidratación de las partes blandas , menor densidad
ós ea, distinta configura c ión del tórax, falta de colaboración de los pa ci entes más
peq ueños , etc .
a) · Los métodos para obtener radiografías de tórax varían en lactantes y niños, pero
se aconseja acompañar la proyección lateral a la antero-posterior. Una buena
radi ografía con inspiración suficiente exige el entrenamiento del técnico y un niño
que colabore (difíci l en el lactante). En éste son posibles los enfoques antero-
posteriores : en posición supina, exagerando la tensión de la columna; empleando
la suspensión merced al "método de pelele con bragas colgantes • e inmovilizando
al niño en posición vertical, con ayuda de la madre. Un buen equipo y la inmo-
73
Exploración del Aparato Respiratorio
Radioscopia
Se emplea para evaluar la motilidad diafragmática, observar desplazamientos medias•
tinales y confirmar la existencia de un nódulo sospechoso (antes de realizar estudios
más complejos) y, especialmente, para el estudio de la ventilación regional en obs-
trucciones bronquiales por aspiración de cuerpo extraño y en el síndrome del pulmón
hiperlúcido. Es de rutina en los estudios de esófago con contraste para búsqueda de
reflujo gastro-esofágico. diagnóstico de anillos vasculares , fístulas traqueo-esofág icas ,
trastornos de la deglución y otras situaciones. La radioscopia no vi sualiza imágenes
de menos de 6 mm.
74
Semiología Pediátrica
Tomografía computarizada
Es una h~rram!enta clínic_~ valio~ísima, incluso en recién nacidos con rápidas frecuen-
cias respiratorias . Los nmos mas pequeños requieren sedación. Sirve para evaluar
~ asas tumorales y presuntas metástasis, valoración de resultados terapéuticos en dis-
tin tos tumore~ y def!nir lesiones _torácicas parietales, pleurales o parenquimato sas. De-
bido_ a las d1ferenc1as de densidad de los tejidos, distingue masas inflamatorias de
tumores,_ usando sustancias de contraste ; también localiza cuerpos extraños aspirados,
d1agnost1ca malformaciones del arco aórtico, etc.
U ltrasonog rafía
El aire es mal conductor de las ondas sonoras, lo que explica su utilidad limitada
N_o obstante, en los últimos años ha ganado importancia para el estudio de una opa:
c1dad total del tórax, dilucidando un derrame pleural de una consolidación parenqui-
matosa: ~uede ayudar a dis_linguir la naturaleza qUística o sólida de algunas masas
mtratora_c,c_as . Dado que esta en pleno desarrollo, seguramente irá incorporando nue-
vas pos1b1hdades.
Centellograma pulmonar
Es muy valioso para detectar anomalías de la perfusión del pulmón y la ventilación
o aclar_ables. con la placa simple de tórax. Las malformaciones de la arteria pulmona;
(ausenc.'? o h1po~l.asia) se evidencian fácilmente con la centellografía por pe rfusión; la
vent1lac1on: perfusron proporciona datos útiles en la evaluación de la fun ci ón p ulmonar
total, e_n nmos con ~nfern:ie_dad pulmonar localizada (bronquiectasias. pulmón hipercla-
ro, enfisema lobar mterst1c1al, cuerpos bronquiales extraños , etc.).
Broncog rafía
De uso más limitado que los métodos precedentes, es también más invasora. Muy útil
para el estudio de bronquiectasias; es un complemento de la endoscopia para conocer
el estado de los bronquios distales. ·
Angiografía
No es de uso habitual en Pediatría, pero permite visualizar el lecho pulmonar cuando
se sospecha malformación arteriovenosa congénita y para el diagnóstico de vasos anó-
malos. La angiografía dig ital se realiza por sustracción del medio de contraste intrave-
noso, en vez_del _contraste intra-arterial. Las arterias pulmonares y las de la circulación
general se visualizan restando una imagen obtenida antes de la llegada del medio de
contraste .
Punciones
Por se! procedi":1ie~tos invasores, su aplicación está limitada en los niños, pero pueden
ser metodos vahos1s1mos para acceder a materiales útiles para el diagnóstico .
Punción pleural
Permite obtener líquido pleural para someterlo a diversos estudios diagnóstico s. Debe
re_al1zarlo per:onal competente , en ambiente tranquilo y condicion es de asepsia, expli-
c an dole al nino (en edad de comprender) para que col abore. No es nu estra fi nalidad
75
Exploración del Aparato Respiratorio
detallar la técnica, pero vale destacar que la aguja apropiada variará según el espesor
de la pared torácica y las características del líquido que se espera obtener y que
debemos extremar precauciones para evitar el riesgo de la entrada de aire. Se punza
en la zona de mayor matidez y con la placa de tórax como guía . Luego de sacar el
líquido pleural debe realizarse una radiografía de control para indagar cualqui~r com-
plicación.
Líquido pleural
Se observa el aspecto macroscop1co y se realiza un frotis con tinción de Gram . El
resto se envía al laboratorio para estudio citológico, bioquímico (glucosa , proteínas,
pH, pC02, deshidrogenasa láctica), bacteriología (directo , cultivo) y contrainmunoelec-
troforesis cuand o aquéllos hayan sido negativos . Los derrames pleurales escasos Y
claros sugieren exudados inflamatorios que deben diferenciarse de los trasudados y
los sanguinolentos no traumáticos, del origen neoplásico.
El purulento es diagnóstico de empiema y cuando es pútrido se piensa en infec_ció_n
por anaerobios. La forma de la muestra para gasometría debe hacerse en anaerob1os1s
y colocarse en hielo para su transporte. Al mismo tiempo se determinarán los gases
en la sangre arterial. El pH de los derrames no tabicados de libre desplazamiento tiene
valor más alto que el pH de ios empiemas o exudados tabicados . Esto es válido en
las neumonías no tuberculosas.
Punción pulmonar
Se realiza por aspiración, para· tomar una muestra de pulmón destinada a histolog(a Y
cultivo. La técnica es simple pero invasora y expone a complicaciones como neumotorax
y hemoptisis (por hemorragia pulmonar) si bien con los cuidados necesarios su incidencia
es mínima. Tiene enorme valor para la búsqueda etiológica en niños críticamente enfermos
que no han respondido al tratamiento antibiótico, en neumonías secundarias a otras en-
fermedades subyacentes, inmunocomprometidos y en intersliciopatías.
Biopsia pleural
Ind icada en los derrames pleurales de causa no aclarada o para el diagnóstico de
proce~os que afectan la pleura en forma generalizada como los tumores y ciertas
formas de tubercu losis. Se p ractica, generalmente, con anestesia local y su realización
requiere la presencia de derrame, ya que el líquido pleural evita que la aguja perfore
el pulmón . Una técnica cuidadosa disminuye los riesgos de complicaciones (neumo-
tórax y hemotórax).
Endoscopia
De amplia utilización en neumología pediátrica , con fines de diagnóstico y trata-
miento. La broncoscopia está dirigida , sobre todo a la extracción de cuerpos ex-
traños. La fibrobroncoscopia, con fines diagnósticos, es útil en malformaciones res-
piratorias y procesos broncopulmonares adquiridos y además para la recolección
de secreciones para estudio etiológico. Con fines terapéuticos es muy em p leada
para la bronco-aspiración en síndromes canaliculares exudativos, atelectasias por
tapón mucoso, etc.
76
Semioloala Pedltltrlca
Otros estudios
Recórdamos, entre otros, los estudios de la funcionalidad respiratoria, la determinación
de gases en sangre y el análisis del esputo, para examen macro· y -microscópico (ej..
tología, bacteriología, mtcología,. etc.). En los óli'ios me.nores de 5•6 arios, !lalvo1~xpep•
clones, la recolección se realiza por lavado gástrico, en ayunas. · ·
71
Capítulo XVII
El tubo digestivo.
Exploración de esófago,
estómago e intestinos
Dra. lrma Gentíle-Ramos
Introducción
La digestión es el proceso que transforma los alimentos en sustancias asimilables.
Depende de diversos órganos que actúan de consuno para realizar esa función, como
especializados intermediarios entre el exterior y el medio interno. Trataré aquí sólo el
tubo digestivo y, en especial, esófago, estómago e intestino.
Esófago
El esófago es un tubo simple encargado de transportar el bolo alimenticio y secreciones
de origen bucofaríngeo y respiratorias al estómago y prevenir la regurgitación del con-
tenido gástrico hacia el esófago. Es la única porción del canal alimentario sin funciones
digestivas ni absortivas.
La posición del esófago del recién nacido (RN) es similar a la del adulto, excepto
en su relación con la columna vertebral; su comienzo se proyecta una vértebra más
arriba, a la altura de C4 y CS y termina en D9.
La longitud y el calibre varían con la edad y suele ser (relativamente) más ancho
y menos flexuoso que en el adulto . Su diámetro en el RN es de 5 mm y de allí en
adelante aumenta, con grandes variaciones individuales. La longitud (según Galdó y
Cruz) es de 8-10 cm en el RN, 15 cm a los 3 años y 25 cm en la pubertad (como en
el adulto). Otros autores dan cifras discrepantes: 6,5 cm al nacer, 10 cm a los dos
años, 11 cm a los diez. Se ha propuesto la regla -entre quienes aceptan los 1O cm
al nacer- para calcular el largo en las distintas edades:
79
El Tubo Digestivo.
Exploración de Esófago, Estómago e Intestinos
permiten la distensión durante el pasaje del bolo alimenticio y _el rápido retorno a su
estado de reposo y dos capas muscu lares (circular interna y long1tud1nal externa) donde
predomina la musculatura estriada en la parte superior y la lisa en la inferior._
El esfínter esofágico superior o cricotiroideo, está formado por gruesas fibras de
músculo estriado, dispuestas en haces oblicuos, inervados por el nervio vago .. El es-
fínter esofágico inferior, más funcional que orgánico, respond_~ a influencias nervi?sas,
químicas y hormonales; es una zona de unos 3 cm con pres1on elevada, que se inter-
pone entre la presión intra-abdominal positiva y la intratorácica negativa.
La duración del tránsito esofágico se estima que es:
80
Semiología Pediátrica
· la facilidad para las regurgitaciones coincide con la edad en que también otros
reflujos son frecuentes.
Anamnesis
~na entrevista cuidadosa y bien orientada aporta mucho más que el examen físico, e
1nc!uso, datos valiosos para el diagnóstico etiológico. Se comprende que, siendo el
esofago un tubo conductor, la mayoría de sus alteraciones se traduzcan en dificultades
del tránsito faringo-esófago-gástrico.
En los niños en edad de verbalizar se puede reconocer un síndrome subjetivo
esofágico mínimo de síntomas presuntivos; refieren sensaciones vagas, poco definidas
difíciles de describir que perciben detrás del esternón, en especial, cuando degluten:
Tal síndrome es et de las lesiones de poca importancia o de las que están en su
co_m~enzo. Si ~I problema ~ontinúa, aparecerán los síntomas inequívocos o patogno-
mon1cos del sindrome esofagico grave: disfagia, odinofagia, dolor espontáneo, regur-
gitaciones, esofagorragias y sialorrea, sus consecuencias nutricionales (deshidratación
desnutrición, alteraciones del metabolismo ácido-básico) y su repercusión respiratori~
(tos, neumopatías aspirativas , síndrome •asmoide", crisis de sofocación). Estos síndro-
mes no son propiedad de ninguna enfermedad particular sino del órgano afectado.
~n los lactantes y niños pequeños es obvio que careceremos de todo lo subjetivo,
debiendo guiarnos sólo por lo objetivable; aun así, un niño muy llorón •que parece
tener cólicos todo el día", uno muy irritable y/o con llanto nocturno intenso, ind ucen a
pensar en un sufrimiento esofágico, cuando se suman a otros datos o existe un alto
índice de sospecha. Hay, en cambio, .niños grandes que se niegan a comer diciendo
que "la comida no les pasa• en los que una historia cuidadosa termina por descubrir
que "lo que no pasa• son los alimentos que no les gustan.
Para su mejor comprensión definiré los síntomas más importantes, para ahondar
-luego- en situaciones concretas.
81
El Tubo Digestivo.
Exploración de Esófago, Estómago e Intestinos
Regurgitaciones
Todos. los niños arrojan leche por la boca pero unos lo hacen más que otros (llling-
worth).
a) En muchos RN y lactantes normales esto ocurre una o más veces al día, poco
después de la tetada y no altera el estado de nutrición. El volumen puede ser
tan escaso que las madres dicen que "el niño escupe", o que "algo de leche
escurre por las comisuras". Otras expresan que "el niño vomita todo lo que in-
giere• mientras las curvas pondo-estaturales son excelentes. Esta regurgitación
fisiológica disminuye con la edad hasta desaparecer a los 7-8 meses.
b) En otros casos la leche brota cuando eructan y, por error, se habla de "vómitos
en proyectil". Si bien el ideal es observar una tetada o la administración de un
biberón se debe, en su defecto, indagar diversas situaciones que favorecen la
aerofagia: lactada prolongada, pezones retraídos, hipogalactia , fórmulas de con-
tenido y volumen escasos, telinas de orificio muy pequeño o demasiado grande,
incorrecta inclinación del biberón , posición del bebe durante las comidas y su
modalidad para alimentarse; tanto los muy voraces e hiperactivos como los "des-
cansadores• tragan mucho aire y se les debe hacer eructar durante y después
de la lactada. Otro tanto ocurre en los que siguen succionando el pecho o el
biberón "por placer" cuando ya bebieron toda la leche. La sobrealimentación y
el exceso de manipulaciones inmediatas a las comidas favorecen también estas
regurgitaciones por errores técnicos en la alimentación. Los pacientes disneicos
son además aerófagos y sufren sobredistensión abdominal. Excedería los pro-
pósitos de este libro discutir ·por qué la cantidad de aire ingerida produce o no
síntomas en diferentes personas. ·
c) Reflujo gastro-esofágico (AGE). Se ve en niños normales y también (a veces) en
el síndrome de Down, la mucoviscidosis y los retardos del desarrollo. Son más
frecuentes los vómitos que las regurgitaciones. Suele comenzar entre el 32 y el
102 día y desaparece gradualmente en semanas o meses. Se manifiesta al acos-
tar al niño. Las madres que dejan al bebe en posición erecta hasta 1f.! hora
después de la lactada y las que luego lo acuestan sobre el lado derecho, con
ta cabeza algo levantada, pueden no referir la existencia de regurgitaciones y
vómitos, aunque la incompetencia cardio-esofágico exista . Otras veces el pro-
blema es intenso, repercute sobre el estado de nutrición, produce trastornos
respiratorios, esofagitis, sangrado, ulceraciones e, incluso estricturas de la luz
esofágica.
82
Semiología Pediátrica
tos vertebrales, atresia anal, displasia radial, defectos renales y a veces arteria
umbilical única y anomalías del septum ventricular. ' '
b) Es ~osible __que las regurgitaciones ~e la 2 1 semana de vida sean la primera
m~nifestac1on de una estenosis congenila, que, de ser mínima, parece iniciarse
~.as ad~lante, recién con los alimentos sólidos o se hace evidente con la inges-
llon accidental de un cuerpo extraño, en niños considerados antes como "inape-
tentes" o "perezosos para comer".
c) En los d_~s prim~ros _años, las regurgitaciones acompañadas de disfagia, tos,
º~.strucc1on. respiratoria y ocasionales hematemesis sugie ren la posible duplica-
cIon del esofago en el mediastino posterior.
d) El comienzo de las regurgitaciones en la niñez o en adultos jóvenes (rara vez
en lactantes). con disfagia, hematemesis e historia de alimentación "lenta• 0 "di-
fíc!I" se atribuye al esófago corto, discutible entidad de carácter congénito. Es
ma_s prob~ble _que el tr~storno sea adquirido (por RGE ignorado, esofagitis y
lesiones cIcatnzales retractiles).
e) Los lactantes con anillos vasculares congénitos tienen regurgitaciones con sín-
tomas respiratorios y choque, y dificultades para alimentarse; la disfagia es tem-
prana o se manifiesta recién al introducir sólidos en su dieta
f) El _sí~drome de Sandifer comprende contorsiones del cuello, · incluso tortícolis y
op1~tot~~os; ocurre po~ hernia hiatal con reflujo. Es capaz de acompañarse de
as~,r~c1on traqueal, infiltrados pulmonares y esofagitis péptica, cianosis, apnea
Y rigidez muscular. Si hay esofagitis, el material regurgitado o vomitado será
como "borra de café", "porráceo" o francamente sanguinolento. ·
Lesiones esofágicas adquiridas
Div~rsos síntomas mencionados en las "entidades congénitas• son -realmente - secun-
darios a ellas Y adquiridos (esofagitis, desnutrición, problemas respiratorios), indicado-
res de gravedad, agudeza, reversibilidad o cronicidad de la afección, etc.
83
El Tubo Digestivo.
Exploración de Esófago, Estómago e Intestinos
f) Estenosis pilórica. Antes que aparezcan los vómitos, algunos niños presentan
regurgitaciones .
g) Rumiación. Este síntoma acompaña, a. veces, al RGE y es también un modo de
presentación de la acidemia propiónica y una perseveración en niños psicóticos
o en retardados profundos; interesa sumamente cuando se inicia entre los 3 y
8 meses, en niños normales, porque constituye _un desesperado llamado.de aten-
ción. Si los padres consultan, lo hacen por "vómitos" o por adelgazamiento, rara
vez por regurgitaciones. Algunos de estos niños comienzan por introducir sus
dedos, toda la mano o un juguete en la boca hasta producirse el vóm ito. Luego
aprenden a rum iar: protruyen la lengua y el maxilar inferior, extienden algo la
cabeza y entonces mastican y tragan hasta que se produce la regurgitación ;
tragan parte del alim ento y otra queda en su boca y así siguen remasticando,
retragando y regurgitando . Una excelente descripción de Sauvage, agrega _que
son niños particularmente alertas (tipo "radar") que parecen disfrutar con este
proceso que comienza cuando están solos. El síntoma , como otros "ceremonia-
les", denuncia siempre ineficiencia y dificultades parental es para la crianza del
niño y, en especial, madres deprimidas, indiferentes, no involucradas en el cui-
dado del hijo. Ocurre tamb ién en casos de hospitalismo y asilismo, e, incluso,
en el hogar (padres alcohólicos, drogadictos, etc.) por carencia afectiva.
h) Otros. La disnea con aerofagia y sobredistensión gástrica, la eventración dia-
fragmática, los hemangiomas del cardias , el síndrome de abstinencia de narcó-
ticos en el recién nacido y diversos procesos que aumentan la presión intraab-
dominal (quistes, tumores, visceromegalias, ascitis) también se acompañan de
regurgitaciones .
Examen físico
El examen del esófago mismo es_ más inútil que en el adulto. Sólo son posibles la
inspección, la percusión y la palpación de la porción cervical. La auscultación puede
brindar resultados de interés. Se coloca el estetoscopio, a la izquierda, en el espacio
interescapular al tiempo que se hace beber al niño un sorbo de agua . Se oyen así,
tres ruidos sucesivos: la contracción de los músculos faríngeos, el pasaje del agua
por el esófago y su paso por el cardias. El tránsito dura 6 segundos.
En las estenosis se ausculta un ruido de gorgoteo y el período entre el 1 2 y el 3er
ruido está alargado. Cuando el cardias no es permeable, falta el 3 8 ' ruido.
Interesa además la evaluac ión del estado nutricional, la búsqueda de signos de
carencias globales y específicas (anemia y otras) el progreso de las curvas pondoes-
taturales, el desarrollo neuropsíquico y, según los casos, la posible coexistenc ia de
malformaciones congénitas , afecciones disneizantes y otros problemas respiratorios o
abdominales, infecciones generales o localizadas, evidencias de maltrato y otras . Dada
la frecUenc ia de regurgitac iones por errores en la técnica de alimentación, vale insistir
en todo lo que puede aportar al diagnóstico (no es tiempo perdido) el examen de los
pezones maternos, la observación de una tetada o la administración de un biberón y
el modo de manipular al bebe, alzarlo, consolarlo, etc. En el caso de niños mayorcitos,
el diálogo distendido y amistoso, durante el examen, puede aclarar problemas que
parecían insolubles (según la versión de sus padres) .
Estudios complementarios
Radiografía simple
Sirve para el diagnóstico de hernia hiatal y para indagar la existencia de afecciones
respiratorias.
84
Semiología Pediátrica
Esofagograma isotópico
El estudio centellográfico con un radiocoloide marcado (Tecnecio 99) es muy útil porque
pe.rmite conocer la motilidad y la capacidad de aclaramiento del esófag o, la rapidez
del vaciado gástrico y, muy especialmente, si hay o no pasaje del conten ido esofá g ico
hacia la vía aérea.
Ecografía o ultrasonografía
Por el momento, no parece una indicación de elección; aunque diag nostica la existencia
del RGE no determina su magnitud ni da información anatóm ica.
85
El Tubo Digestivo.
Exploración de Esófago, Estómago e Intestinos
Acidimetría
La medida del pH del esófago inferior, con un electrodo intra-esofágico durante 24
horas, ha constituido un importante aporte para el diagnóstico del RGE; diferencia el
reflujo fisiológico del patológico, asegura la capacidad esofágica de aclarar,niento y
precisa la intensidad y la frecuencia de los episodios a lo largo del día (con las posibles
variaciones en relación al sueño, la vigilia y las comidas). El RGE se diagnostica, con
este método, por la caída del pH a va lores inferiores a 4 durante 15 segundos o más,
una hora después de la última comida.
Endoscopia y biopsia
la esofagoscopia permite visualizar la superficie interna del esófago, ver de manera
directa el estado de la mucosa reconociendo sus posibles lesiones, existencia de es-
tenosis , várices, anomalías de posición del cardias, situación de cuerpos extraños, etc .
No es útil para el diagnóstico de RGE. Es además la maniobra previa necesaria para
la obtención de una biopsia (muy importante si existe esofagilis). Los esofagoscopios
rígidos de metal han sido sustituidos, con muchas ventajas, por aparatos de fibras
ópticas con rayos láser.
Manometría
El estudio de las presiones detecta condiciones favorables o adversas para el RGE y
para que éste produzca o no complicaciones respiratorias . Es un adyuvante de la
evaluación, pero el RGE no se confirma por manometría.
Muy pocos niños necesitan todos estos exámenes. Plata-Rueda cree que, dispo-
niendo de todos los medios , se tendría que realizar primero el Esofagograma isotópico.
Si som etido el niño a un tratamiento correcto no mejora en dos semanas, realizar
enton ce s la radiografía con contraste , adecuando la terapia a los hallazgos. Cuando
tampoco así el paciente mejora, existe repercusión nutricional permanente o sintoma-
tología respiratoria, efectuar la end oscopia para precisar la existencia y severidad de
la p resunta esofagitis. En su concepto, sólo unos pocos pacientes llegan a necesitar
la endoscopia, la acidimetría del esófago inferior y la manometría.
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Moderno, 1982:44.
86
El Tubo Digestivo.
Exploración de Esófago, Estómago e Intestinos
Estómago
Los padres, los niños mayores y otras personas, suelen atribuir al estómago síntomas
que pueden o no tener ese origen: ardor, dolor o vagas sensaciones epigástricas (que
llaman "languidez"). distensión abdominal alta, náuseas, vómitos, eructos, hipo, "indi-
gestión", falta o exceso de hambre, sed y muchos otros. A veces las referencias pre-
tenden ser más precisas: "le duele la boca del estómago", "tiene el estómago caído",
"le caen mal las comidas pesadas", "fue un enfriamiento al estómago", "la leche se le
hizo piedra en el estómago•, "se le achicó (o dilató} el estómago• y otras. Puede no
faltar "la prueba terapéutica": mejoró (o no) con tal o cual droga o infusión "buena para
el estómago•.
Anatomía y funciones
El estómago deriva del intestino primitivo, como un saco por detrás del corazón. Cuan-
do el esófago se alarga, el estómago penetra en el abdomen, donde rotará y se dife-
renciará. Rota sobre su propio eje, de modo tal, que el cardias queda a la izquierda
y el píloro, a la derecha de la línea media. El estómago del recién nacido es más
horizontal que vertical. La posición horizontal es la más común en lactantes pero en
verdad la forma, el tamaño y la posición del estómago varían mucho de un individuo
a otro y, en una misma persona, según las edades, el volumen del contenido gástrico
y los cambios de posición . El hábito también influye: el estómago de los longilíneos
tiene forma de J alargada y en los pícnicos es más transverso. El cardias se localiza
a la izquierda del apéndice xifoides del esternón, a la altura de D11 . El píloro es más
variable; en posición de pie y con el estómago vacío, se le encuentra a la derecha de
la línea media, cerca del plano transpilórico (mitad entre el hueco supraesternal y la
sínfisis pubiana) a la altura de L 1.
El aumento del tamaño gástrico es muy intenso en el 1er año y más lento, después.
Por lo general, en los lactantes que reciben leche de vaca y alimentos más espesos,
el estómago es más grande y redondeado que en los alimentados a pecho. El estómago
no dilatado del niño tiene igual tamaño que una de sus manos.
No obstante su gran variabilidad, al año predomina la forma ovalada; entre los 2
y 3 años adopta forma de cuerno : más adelante, la de gancho o sifón y desde los
7-11 años es similar al adulto. A medida que el niño aumenta en edad, el estómago
tiende a una posición más baja. Las curvaturas mayor y menor se hacen más marcadas
por el fin del 2º año de vida . La curvatura menor describe un arco más estrecho,
irregular, con un ángulo donde el cuerpo se continúa con el antro en un punto conocido
como incisura. Dicha curvatura lo une al hígado por el epiplón menor. La curvatura
mayor describe un gran arco que se continúa, en la parte superior del estómago,
formando el fundus, hasta la incisura del cardias. El epiplón mayor se inserta en la
gran curvatura. El estómago es un órgano elástico, solamente fijado al diafragma por
el ligamento gastrofrénico y al píloro, donde se une al duodeno . El píloro y el estómago
están parcialmente lijados al hígado por el ligamento hepaloduodenal, muy poco efi-
ciente .
El estómago consta de cuatro porciones: el cardias , corta porción que lo separa
del esófago; el fondo, que va del cardias al cuerpo; el cuerpo, que se extiende desde
el fondo al antro; y la pilórica o antro (el canal pilórico es la parte terminal del antro).
La mucosa gástrica es un epitelio cilíndrico monoestratificado. Tiene 3,5 millones
88
Semiología Pediátrica
Las dos primeras segregan moco, fundamentalmente: las gástricas, ácido clorhí-
drico y pepsina . El fondo y el cuerpo son los principales responsables de la sec reción
de ácido, factores intrínsecos y p epsin a: el antro , de gran importancia en el vaciamiento
gástrico, segrega gastrina con marcadas variaciones.
Las mayores funciones del estómago son retener, digerir parcialmente las prote ínas
y propulsar los al imentos hacia el intestino delgado. En c ondic iones normales, cumple
además un valioso papel anti-infec cioso . La "trampa mortal" del pH gástrico destruye
la mayoría de las bacteri as q ue penetran con los alimen tos y con las sec reciones
respiratorias deglutidas. Dicho tenor de acidez (pH entre 1,0-3,0) no necrosa el epitelio
del estómago, gracias a la barrera mucosa gástrica.
La capacidad del estómago aumen ta c on la edad ; en el recién nacido es de 40-50
mi: al mes, 60- 70 mi: a los 3 meses , 100 mi: a los 5 meses, 150-200 mi; a los 6
meses-un año, 200-250 mi; a los 2 años, 350 mi y a los 3 años, 500 mi.
La evacuación gástrica varía poco con la edad, aunque es más ráp ida en el niño
mayor. Luego de las primeras pérdidas ("evacuación por sorpresa") el vaciamiento
comienza a los 15 minutos y se completa en 3-4 horas. Esto se aprecia radiológica-
mente con la comida baritada; en condiciones naturales, el tiempo de evacuación varía
con .la capacidad del niño y la calidad del alimento.
Anamnesis
Corresponde, dentro de una anamnesis que debe ser completa, indagar especialme nte
la existencia de vómitos , regurgitaciones, rechazo del alimento, eructos, dolor abdomi-
nal, hematemesis y melenas.
Vómitos
Ante una manifestación de este tipo y más en niños pequeños habrá que precisar
siempre:
Una historia así detallada permite diferenciar los vómitos verdaderos de los seudo-
vómitos (regurgitación, rumiación) ya vistos en "Esófago•. así como precisar si son
89
El Tubo Digestivo.
Exploración de Esófago, Estómago e Intestinos
1) Falta o poco desarrollo de la función peristólica (tono postura! del estómago que,
normalmente, le permite adaptarse a las variaciones del contenido, sin aumentar
su tono).
2) Ausencia o inefectividad del cierre del cardias (que en el recién nacido es sólo
una parte integrante del estómago) permitiendo el deslizamiento de los alimentos
al esófago, con los cambios de posición .
3) Hipervagotonismo fisiológico.
4) Hiperexcitabilidad del centro emético.
5) Alim entación exclusiva o predominantemente líquida (en lactantes).
Este acto reflejo es una sucesión de hechos altamente coordinados por el centro del
vómito; éste (en la sustancia reticulada) se vincula estrechamente al núcleo dorsal del
vago, a los centros respiratorios y a los tubérculos cuadrigéminos. Por diferentes vías
aferentes tiene conexiones con el laberinto (nervio vestibular), la faringe (vago y glosofa-
nngeo), las mucosas gástrica, intestinal y biliar (simpático y parasimpático} así como con
los diferentes órganos abdominales y pelvianos y con el peritoneo. Recibe también vías
aferentes de la corteza cerebral, de donde le llegan estímulos (por representaciones nau-
seabundas, dolores intensos, etc.). Sus vías eferentes llevan impulsos que van por vía
medular al área esplácnica y a la pared abdominal, por el vago, a los diferentes territorios
por él inervados y por el frénico al diafragma. La profusión de vías aferentes explica, por
sí, la multiplicidad de causas que figuran en el Cuadro 1, que no pretende ser exhaustivo.
La lectura atenta de dicho cuadro puede orientar a la búsqueda de otros datos
que es preciso obtener por la anamnesís.
Independientemente de la causa, por su carácter de secreción digestiva, el vómito
determina un síndrome directamente vinculado con la expoliación de diversas sustan-
cias (agua, minerales, etc.) con el consiguiente desequilibrio hidro-electrolítico y del
equilibrio ácido-básico (ver Capítulo VII Tomo 1) y, eventualmente, anemia, hipoprotei-
nemia, desnutrición, neumopatías por aspiración y cambios en las deposiciones (es-
treñimiento, deposiciones de hambre, diarrea).
La edad determina también diferencias (ver Cuadro 2). En el recién nacido son
más frecuentes los vómitos: por material tragado en el parto, que produce irritación
gástrica (sangre, meconio, líquido amniótico); por alteraciones intracraneales (hemo-
rragia, edema. hematoma subdural, hipoxia, anomalías congénitas, meningitis, etc.);
por alimentación (fórmula inadecuada, técnica defectuosa); infecciones agudas (sepsis,
neumonía, enteritis, infección urinaria, mening itis); o por anomalías congénitas del tubo
digestivo (atresias, estenosis, vólvulo, obstrucción, etc.) íleo meconial, insuficiencia
adrenocortical. En otras edades intervienen las infecciones, procesos del aparato uri-
nario, epilepsia abdominal, problemas intracraneales , endocrinopatías, causas psicó-
genas, alérgicas, tóxicas, reflejas y otras.
Dentro de las malformaciones congénitas del tubo digestivo del recién nacido, in-
teresa recordar que la edad de aparición de los vómitos depende de la altura de la
obstrucción y, secundariamente, del volumen de los líquidos ingeridos; los vómitos de
causa duod enal son de las primeras horas: los de origen yeyuno- ileal tardan 24-48
horas y los de colo n pueden tardar varios días en comenzar. No obstante, los niños
con hipertrofia de píloro, rara vez vomitan en la primera semana y sí, mas frec uente-
mente , entre los 15-20 días.
La frecuencia del vómito, en c aso de persistencia, sugiere una causa más grave
que uno o dos vómitos accidentales.
90
Semiología Pediátrica
Cuadro 1.
3. Obstáculos digestivos
a) Gástricos
funcionales (hiper-, hipo- o distonías)
enfermedad de los vómitos habituales • gastroespasmo • gastroenteroneurosis -
espasmofilía - disautonomía - hiperexcitabilidad gástrica - hipertonía con
hiperquinesia (hiperestenia) - hipotonía con hipoquinesia (hipoestenia-atonía)
orgánicos
gastrttis - dobladura gástrica o vólvulo parcial
orgánico-funcional
ulcus péptico
· b) Píloro-duodenales
pilóricos
funcionales: piloroespasmo
orgánicos: hipertrofia pilórica (inicio)
duodenales
orgánicos:
estenosis intrínseca
diafragma incompleto - atresia (inicio) - tumor - tricobezoar, lactobezoar
y otros cuerpos extraños
estenosis extrínseca
pinza mesentérica - páncreas anular - defectos de rotación o falta de
fijación peritoneal (ciego subhepático) - quistes - duplicación duodenal -
bandas adhesivas
orgánico-funcional:
ulcus péptico
c) Íleoyeyunales, colónicos o anales
orgánicos:
intrínsecos
atresias: (yeyunales, ileales, ileocecales, etc.) - estenosis - diafragmas -
aplasia intestinal segmentaría - divertículos de Meckel - megacolon
agangliónico - parásitos (áscaris)
extrínsecos
vólvulo - defectos de rotación - quistes - duplicación
91 '
El Tubo Digestivo.
Exploración de Esófago, Estómago e /nleslinos
Cuadro 1. (Continuación).
4. Metabólicos
galactosemia - insuficiencia suprarrenal - tubulopatías congénitas - infección,
malformación y/o insuficiencia renal - tetania - hipercalcemia - acidosis -
hiperamoniemia - fructosemia
5. Neurológicos
hipertensión endocraneana crónica - encefalopatías
6. Psicógenos
Cíclicos
epilepsia abdominal - disautonomía familiar - hipoglucemia recurrente - con cetosis
('acetonémicos') - neuropáticos - infecciones reiteradas - migraña - cinetosis - vólvulo
recurrente - invaginación del niño grande con mucoviscidosis - seudoobstrucción
crónica idiopática - dilatación intermitente de duodeno (S. de arteria mesentérica
superior)
Accidentales
infecciones agudas generales o localizadas
peritonitis - invaginación intestinal - oclusión intestinal - estrangulación herniaria -
íleo paralítico - vólvulo - seudo-obstrucción crónica idiopática - hernia hiatal y
hernia diafragmática
intoxicaciones: salicílicos, mostaza, ipeca, digitálicos, teofilina, plomo, etc.
intolerancia medicamentosa: antibióticos, quimioterápicos, citostáticos, etc.
neurológicos: hipertensión endocraneana - meningitis - encefalitis - tumores -
abscesos - edema cerebral - traumatismos - hemorragias hidrocefalia - epilepsia -
maltrato ('niño sacudido') - pseudo-tumor cerebri - migraña - S. de Reye -
meningosis leucémica
centrales, no causados por enfermedad primaria del sistema nervioso central:
metabolitos anormales (uremia, cetoacidosis diabética, cirrosis hepática, acidosis
renal crónica) - sepsis y otras infecciones agudas - 'mal de montaña' - psicógenos
- anorexia nerviosa y bulimia - emotivos - reflejos (dolor intenso)
otros: embarazo en adolescentes - abstinencia de alcohol y otras drogas
(adolescente o recién nacido) - coup de chaleur - otros
92
Semiología Pediátrica
Cuadro 2.
Vómitos. Orientación etiológica de acuerdo a la edad (según Negro A.C. y Gentile-Ramos l.,
modificado).
Recién nacido
irritación gástrica por material tragado en el parto
sangre - meconio - líquido amniótico
alteraciones intracraneales
hemorragia - edema - hematoma subdural - hipoxia - anomalías congénitas -
meningitis
por alimentación
fórmula inadecuada - técnica defectuosa
infecciones agudas
sepsis - neumonía - enteritis - infección urinaria - meningitis
anomalías congénitas del tubo digestivo
atresias - estenosis - vólvulo - obstrucción - íleo meconial - ano imperforado -
S. del colon izquierdo pequeño - malrotación - hernia diafragmática - megacolon
agangliónico
insuficiencia adreno-cortical
síndrome de abstinencia (madre alcohólica o drogadicta)
Otras edades
infección entera! o parenteral
problemas abdominales
apendicitis - peritonitis - adenitis mesentérica - divertículo de Meckel -
invaginación intestinal - ulcus péptico - hepatitis - oclusión o
seudooclusión intestinal
del aparato urinario
pielonefritis - uropatía obstructiva - insuficiencia renal
epilepsia abdominal
problemas intracraneales
tumores - hemorragias - intoxicaciones (Pb) - infecciones (meníngeas,
encefálicas) - anomalías congénitas - traumatismos
endocrinopatías
acidosis diabética - hipoglucemia - hipertiroidismo
epidémicos
Síndrome de Reye y Síndrome Reye-símil
cíclicos o recurrentes
ulcus péptico - migraña - con cetosis
psicógenos
• alérgicos
indiscreciones dietéticas
reflejos
tos intensa - moco post-nasal y faríngeo - úvula edematosa - presión con
bajalenguas
cinetosis
drogas y anestésicos
disautonomía familiar
93
El Tubo Digestivo.
Exploración de Esófago, Estómago e Intestinos
de mujeres (lo más frecuente), existe amenorrea secundaria; esto no ocurre en la bu-
limia sin anorexia. Otros vómitos auto-inducidos ocurren en escolares con renuencia o
fobia escolar y otros problemas psico-afectivos.
Las contracciones vigorosas del diafragma y la pared abdominal que ocurren con
los esfuerzos violentos de tos (convulsiva y otras) se acompañan de vómitos (tos eme-
tizante) que suelen pasar a un segundo plano, como motivo de consulta , para los
padres muy preocupados por la tos .
Los vómitos son, en ciertos casos, la primera manifestación digestiva en recién
nacidos con megacolon agangliónico y, en niños de otras edades , con enfermedad
celíaca.
Hematemesis
El vómito de sangre es un síntoma alarmante que, rara vez, pasa inadvertido. Se pre-
senta como hematemesis roja, sangre rutilante, fluida o coagulada, sola o mezclada
con alimentos, o como hematemesis negra, de aspecto pulverulento y negruzco, similar
a "borra de café", con restos de alimentos más o menos alterados . La situación no es
tan flagrante cuando el niño vomita secreciones o alimentos mezclados con hilitos
marrones, escasos o profusos, comparables a "hebras de tabaco'. El color rojo vivo
es propio de hemorragia reciente; la sangre ha estado poco o nada en contacto con
los jugos digestivos. El sangrado (si es digestivo) está ocurriendo por encima del car-
dias, en el estómago o, incluso, en el duodeno (por hemorragia rápida y masiva). La
sangre negra denota que ha pasado cierto tiempo desde la hemorragia para que actúen
los jugos digestivos ; sugiere un sangrado lento de esófago, estómago o duodeno. Parte
de la sangre vertida en el estómago se vomita y el resto pasa al intestino y se expulsa
por el ano, mezclado con las heces, bajo forma de materias oscuras, semilíquidas y
muy fétidas, de aspecto alquitranado (melenas). Si bien una melena puede deberse a
enterorragia, este nombre se reserva para la emisión de sangre roja o poco modificada
por víá anal; el nombre correcto de una deposición intestinal sanguinolenta o defeca-
ción de sangre debe ser hematoquecia.
La salida de sangre por la boca exige aclarar si: 1) se trata de un vómito; 2) el
material expulsado es sangre; 3) la sangre es del paciente y 4) su causa es digestiva
o extradigesliva.
94
Semiología Pediátrica
La evaluación del volumen de sangre perdido, por la anamnesis, puede ser enga-
ñosa porque se nos refiere -como tal- sangre pura o mezclada con jugos digestivos
y alimentos teñidos.
El índice más fiel es su repercusión sobre el organismo (palidez, desfallecimiento
lipotimia, trastornos visuales , e incluso, estado de choque). No obstante y dado qu~
la visión de la sangre suele generar, por sí, respuestas emocionales muy intensas en
ciertos niños, será preciso valorar por el examen clínico y los estudios complement¡rios
la magnitud de la hemorragia.
Regurgitaciones
Aunque ya fueron tratadas en "Esófago•, vale reiterar que pueden preceder (por pocos
días) los vómitos de origen pilórico .
95
El Tubo Digestivo.
Exploración de Esófago, Estómago e Intestinos
paña de secreción gástrica y contracciones del estómago que se hacen más frecuentes
e intensas a medida que aquél aumenta.
La hiperorexia es la exageración del apetito. La bulimia es un grado más avanzado
de la misma, donde la sensación se vuelve penosa e insoportable . Algunos niños con
intensa bulimia se satisfacen con escasas c antidades de alimentos (saciedad inmedia-
ta) mientras otros, por mucho que coman , no llegan a la saciedad (acoria) .
La hiperorexia se observa en personas normales o es un síntoma del síndrome
hiperesténico. La bulimia acompaña a la hiperacidez y también a la aquilia. La saciedad
inmediata ocurre en la atonía gástrica; la acoria es frecuente en ciertas enfermedades
mentales y otros desajustes del balance apetito-saciedad .
La gaslralgoquenos,s es una exageración del apetito que se acompaña de sensa-
ción de languidez profunda con dolor epigástrico; alivia con la ingestión de alimentos
y sustancias alcalinas; se observa por hipersecreción gástrica y en el ulcus duodenal
(del niño mayor o del adulto) .
El apetito selectivo (preferencia por determinados alimentos) puede responder , sim-
plemente, al deseo de satisfacer un placer, o ser -en otros casos- el rechazo instintivo
y/o subconsciente por alimentos que provocan o agravan determinados padecimientos .
No todas las alteraciones mencionadas se vinculan a trastornos digestivos agudos
o crónicos .
La malacia es una perversión del apetito caracterizada por el deseo de manjares
especiales y de sabor fuerte (ácidos, picantes y con otros condimentos) .
La p i ca (picacismo, dropacismo) es otra perversión del apetito por sustancias no
comestibles o poco corrientes (pasto, papel, lana , pelos, tierra, reboques, pinturas
descascaradas, etc.) explicable por trastornos psico-afectivos y, en algunos casos , por
fa necesidad de reponer ciertas bases minerales de que el niño carece.
Ardor gástrico
Los pacientes lo describen de diversos modos: sensac1on de quemadura que llega
al dolor; sensación de acidez discreta ("vinagrera• gástrica). El ardor es permanente
o intermitente; calma o se exagera con la ingestión de alimentos; es inmediato o tardío
respecto a las comidas . Rara vez tiene la periodicidad característica que se observa
en los adultos ulcerosos . El ardor ocurre también en pacientes aclorhídricos ; en tales
casos se sugiere que su causa sea la distensión de la extremidad inferior del esófago
y de la porción pilóri c a del estómago, no tan intensa como para provocar dolor; sería
una disfun c ión motriz , con un estímulo insuficiente para originar dolor o una elevación
del umbral para experimenlarlo .
Dolor
La mayoría d e los dolore s abdominales del niño no son de origen gástrico, por lo que
su des c ripción aqu í no debe inducir a error. Los dos padecimientos más fre c uentes
(lo s "cólico s del primer trim estre" y el "dolor abdom inal recurrente") resp onden a otras
causas y el ulcus peptico usualmente es duodenal y no gástrico. Su expresión dolorosa,
cuando existe, puede ser periumbilical , epigástrica o vagamente localizad a. Acéptese ,
por lo tanto, que no todas las epigastralg1as son de causa gástrica. Su descripción es
variable según los sujetos (quemadura, pesadez, calambre) . En los niños mayores,
adolescentes y los adultos jóvenes la sensación de quemadura se atribuye a inflama-
ción mucosa o hiperacidez, la distensión y pesadez sugieren la distensión y aumento
de ia presión intragástrica y los calambres tra.ducen el espasmo segmentario o total
por encima de una zona estenosada (funcional u orgánica) . El dolor espontáneo_ se
localiza en la zona mediana, supraumbilical e infraxifoidea (zona dolorosa de Mendel)
que corresponde al triángulo de Labbé: limitado por el borde anterior del hígado a
derecha, el reborde costal izquierdo y la línea imaginaria que une los cartílagos d e las
gas costillas. Cuando el dolor se propaga al dorso, puede ser transfixiante, epigá stri-
96
Semiología Pediátrica
Náuseas
La patogenia de la náusea es similar a la del vómito pero con reflejos menos in-
tensos. Precede o no al vómito; ocurre aisladamente o de modo contínuo (estado
nauseoso). No siempre están vinculadas a trastornos digestivos y estos últimos se
originan en el estómago o en otras vísceras. Las náuseas ortostáticas que ocurren
al levantarse de la cama o postprandiales, en la atonía gástrica y en los dolicogás-
tricos, se atribuyen al tironeamiento del plexo solar producido por alteración estática
del estómago.
Pirosis
Es una regurgitación que no pasa de la faringe; deja sensación de ardor y calor eso-
fágico por la acidez del material regurgitado, que contiene ácido clorhídrico y productos
de fermentación de líquidos retenidos.
Pituitas
Los falsos vómitos o falsos vómitos esofágicos consisten en la expulsión de saliva
acumulada en el esófago, que ocurre en ayunas (pituitas matinales) o de modo precoz
o tardío después de la ingestión de alimentos. La sialorrea se produce b ruscamente ,
llena la boca del paciente y es deglutida. Luego el suieto se queja de un malestar
difícil de definir, con calambres, ardores epigástricos y retroesternales hasta que, con
náuseas o sin ellas, sobreviene el vómito de un líquido claro, viscoso , escaso, sin
alimentos y, generalmente, alcalino.
Las pituitas son únicas, se reiteran a diario o aparecen separadas por largos in-
tervalos. La ausencia de ácido clorhídrico en el material expelido no justificaría men-
cionar este síntoma aquí, si no fuera porque los pacientes que hacen grandes esfuerzos
para librarse de sus molestias tienen , siguiendo a los falsos vómitos, vómitos verda-
deros de origen gástrico e, incluso, duodenal.
97
El Tubo Digestivo.
Exploración de Esófago, Estómag o e Intestinos
Plenitud gástrica
Es una sensac ión de distensión, peso y molestias epigástricas, preferentemente post-
prandial; otras veces es de aparición precoz (mientras se está comiendo) Y puede
durar hasta que ocurre la evacuación total del estómago. El trastorno es ¡:¡uramente
subjetivo cuando la hipertonía de la musculatura gástrica no se acompaña de modifi-
caciones del tamaño del estómago; ocurre en los aerofágicos con tonicidad gástrica
normal, en las dispepsias hiperesténicas, ulcus gastroduodenal, gastritis proliferativas
y estenosis pilóricas recientes. La sensación subjetiva y objetiva, que obliga al paciente
a aflojarse las ropas, es propia de la atonía gástrica con distensión del órgano Y
aumento de su capacidad; se observa en los deglutidores de aire, dolicogástricos o
retenci onistas por es tenosis pilórica avanzada. Esta última es excepcional en Pediatría,
dominada por la hip ertrofia del píloro, de edades tempranas de la vida, donde el
componente subjetivo es de difícil valoración.
Eructos
La hipe rsonoridad del espacio de Traube y la visualización radiológ ica de la cámara
de gas prueban que el estómago normal contiene aire. El mismo es de similar compo-
sición que el aire atmosférico, a menos que sufra modificaciones por retención Y pre-
sencia de alimentos (los hidra tos de carbono desp re nden anhídrido carbónico e hidró-
geno sulfurado y la albúmina, amoniaco) . El gas intragástrico procede: del aire deglutido
con lo s alimentos y la saliva , d el contenido en bebidas y alimentos, del procedente del
intestino, de la putrefacción y ferm entación de alimentos ingeridos y, según algunos
autores, de la sangre. Cuando la presión de esos gases aumenta produce dolores
prec ordiale s y epigástricos, taqu icardia. palpitaciones, disnea, aumento del timpanismo,
abovedamiento ep igástrico, y aumento de la tensión abdominal que se alivian con la
salida de ai re por la boca. El eruct o es: discreto o ruid oso; inodoro, con olor a alimentos
o fétido. Se prod uce en ayunas, durante o después de las comidas. Su ausencia durante
el sue ño apoya la idea de que es un acto volitivo (Lombardi y col.). Edwards opina, en
cambio. que la expulsión de una burbuja de aire del estómago es tan misteriosa como
la interrupción del mecanismo anti-reflujo en el vómito y que no está bajo control vo-
luntario inic iarla, detenerla o evitarla. De ser así, tendríamos que suponer que la mayoría
de los niños que eruc tan ''voluntariamente" (y, hasta, por placer) son tragadores de aire
que expe len gases que no han llegado al estómago (aerosofagia) .
No todos los que eructan son aerofágos. Hay personas que, sin anormalidades
evidentes de la motilidad, acumula n durante el día grandes cantidades de aire en el
estómago hasta experimentar molestias y dolores. Cuando por la noche, hambrientos,
comen y beben , se sienten peor. Pocos producen un eructo explosivo; otros se alivian
acos tánd ose sobre el lado :zquierdo 1O a 15 minutos . Edwards refiere el caso de un
adulto joven que, en la infancia, fue sometido a tres laparotomías por "seudo-obstruc-
ción" debido a trastornos de ese tipo .
Esta situaci ón difiere de la considerada como un hábito o un tic nervioso, común
en histéricos y neurópatas que eructan reiterada y ruidosamente despu és de las ma-
niobras aerofágicas qu e reali zan (infructuosamente} para aliviar sus sensaciones de
plenitud gástrica.
Cuando ju nto con el gas regurgita, hasta la boca, contenido gástrico se habla de
eructos ácidos, amargos o de otro sabor.
Examen clínico
interesan los datos que traducen la repercusión general sobre el organismo (estado
de nutrición, hidratación , color, fisonomía, etc .} del padecimien to gástrico y la explo-
ración cuidadosa del abdomen.
98
Semiología Pediátrica
Inspección
~a observación puede mostrar abombamiento epigástrico, en la estenosis pilórica O la
in~eslinal alta Y en la dilatación del estómago. Las ondas peristálticas visibles O movi-
mientos re~tantes d_e_ izquie rd~ a derecha, en el lactante, son casi patognomóni cas de
la este_n_os1s h1per!~of1ca de p1loro. Dichas ondas son espontáneas O provocables por
palpac1on, percus1on o la_p~ueba del biberón, administrando algún líquido . Sin ser tan
frecu_entes, las ondas penstalt1cas pueden verse en niños con malrotación d e intestino,
atresia o estenosis de duodeno y en la alergia intestinal.
Percusión
En el pasado, se proponía~ div:rsas té cnicas para la delimitación del área gástrica,
ho_y despla':adas por 1~ rad1olog1a y debido a las dificultades de su a plicación en los
ninos . Mant1en_e su val~dez la percusión del espacio semilunar de Traube, limitado por
el bor_de antenor_del h1gado, la matidez esplénica y la card íaca . Correspo nd e al borde
superior del estomago ,_ normalment~ es hipersonoro y de saparece O disminuye por
hepato o esplenomegal1a u ocupacIon del seno costodiafragmático izquierdo.
Bazuca~ o bazuquear_ significa "menear o revolver un líquido moviendo Ja vasija que
lo contiene . Por extens1on, Chaumel llamó "bazuqueo gástrico" al efecto q
Ja perc · · d' t b ue provoca
us1on 1~ec a so re el epigastrio cuando existe líquido y aire e n el estómago.
La . mano efectua sacudidas pequeñas, bruscas y sucesivas en la parte media d el
eP,igas!n° . Y se produce un ruido hidroaéreo de chapoteo. Es similar al ruido de sucu -
sion gastnco que provoca la movilización brusca y breve de la pelvis del paciente . El
b~zuqueo . es normal_luego de la ingestión de líquidos o semilíquidos; indica retención
gastnca sI se aprecia en ayunas.
Palpación
La palpación del epigastrio aporta pocos datos, exc epto si existe n dolor y defensa
pari_etal localizados o irreductibles, que, aunque desalientan Ja palpación profunda
sugieren un proceso allí ubicado. '
Fue~a de tal situación; el estómago es poco abordable; las costillas recubren la
tuberos1da_d m~yor, y el h1~ado impide el acceso a casi toda Ja pequeña curvatura; la
cara a~t_enor solo_es a~ces1ble ~n el triángulo de Labbé (ya mencionado). La palpación
superhc1al del_ epigastrio se realiza de arriba hacia abajo, a partir del apéndice xifoides.
Es ~asible as,, re~onocer _la sen_sibilidad superficial, distensión gaseosa, agitación pe-
nstalt1ca, endurec1m1ento 1ntermItente del órgano, puntos dolorosos y, eventualmente
tumores . En el lactante _menor es fundamental el hallazgo de la oliva pilórica cuand~
se sospecha la estenosis a ese nivel. El píloro normal no es palpable y, en o~asiones
se confunde -como tal- el antro pilórico. En la estenosis hipertrófica, el tumor se en'.
c_uentra en 95-98 por cie~to de los_ casos y es de valor diagnóstico. se palpa más
fac1lmente luego que el n1no ha vomitado y la pared está relajada . El examinador debe
ubicarse (sentado o parado} a la izquierda del paciente y palpar con su mano izq uierda
(~unque algunos autores prefieren hacerlo con la mano derecha) . La oliva se busca
solo con el dedo medio (o el indice} flexionado casi en ángulo recto, apoyando sua-
vemente la ye~a del d_edo. Si la pared está contraída se espera, sin prisa, mientras
se_ dis_trae al nino. El pilero se encuentra a cierta profundidad , entre el borde externo
del musculo recto y el reborde costal derecho; puede estar más b ajo , 0 más raramente ,
tan alto q__ue se esconda tras la parrilla costal. El tumor es de consistencia moderada,
del tamano Y forma de una_ aceituna, aunqu e puede ser má s pequeño y duro. D ebe
d1ferenc1arse de la masa p1lon?a de la obstrucción duodenal (por malrotación intestinal
u otras c_ausas} . La oliva pIlonca persiste en sucesivas exploraciones; la debida a
obstrucc1on_ duodenal _aparece y desaparece alternativamente, según la presión con
que se d1st1enda la primera porción del duodeno.
99
El Tubo Digestivo.
Exploración de Esófago, Estómago e Intestinos
Auscultación
La auscultación simple del estómago brinda escasos elementos de valor .
Estudios complementarios
Tabla 1. Patrones normales de secreción ácida, según la edad. (BAO: débito ácido basal; MAO:
débito ácido máximo; PAO: débito ácido pico). Baron, 1970.
Modificac ión de Avery y col. Esta alternativa consiste en intubar, vac iar y lavar el
estómago tres horas después de una comida . Luego de 40 minutos, el estómago se
reintuba y evacua. La secreción aspirada se denomina "ácido bruto". A esto siguen
tres lavados , sada uno de 1 O mi de solución salina isotónica, con respectivas aspira-
cio nes luego de cada lavado . La técnica permite titular el ácido "bruto" y el ácido total
(apa rte de analizar el contenido en cloruros y pepsina) y demu es tra que no se pierde
jugo gástrico durante la prueba. El gran aumento de la acidez, cuando se agregan los
100
Semiología Pediátrice
especíme_nes lavados al "ácido bruto•, señalan que -en los niños pequeños - las téc-
nicas estandar dejan en el estómago grandes cantidades de ácido adsorbido al moco
que falsean los resultados. '
Bacteriología
Integra más los procedimientos de investigación que los de rutina. Campilobacter piloris
se ha aislado de la mucosa antral en pacientes con gastritis y en el ulcus duodenal
El contenido gástrico, en niños sin sintomatología gastrointestinal, no es estéril y en éÍ
se han aislado más gérmenes que en el duodeno. En una muestra reducida (Challa-
combe Y col.) de ,13 niños,_ el jugo gástrico fue estéril en uno solo de ellos y el duodenal,
e~ siete; en estomago aislaron 15 tipos de microbios y en el duodeno, ocho. Los
germenes del contenido gástrico fueron: estafilococos, micrococos, estreptococos, en-
teroc~cos, neu'.'1ococos, lactobacilos, neiserias, difteroides, hemófilos, Proteus, E. coli,
Klebs1ella y Ve1llonella.
Citología
Apa_rte de los gér1;1enes mencionados, la secrec1on gástrica normal muestra células
pav1me~tosas-esofag_icas y bucales, glóbulos mono y polinucleares, moco y una can-
tidaq ~~n_1~a de detritos celulares. La hiperacidez coexiste con disminución de células
(por c1tol1s1s).
. En condiciones p~to!ógicas: la si~lofagia se acompaña de leucocitos y células pa-
v1mentosas de los epitelios bucal, faringeo y esofágico; el ulcus, de hematíes normales
Y he~ollsados que, en el sangrado reciente son similares a los de la sangre ; diversas
gastritis, de aumento de leucocitos con más polinucleares sin protoplasma (só lo nú-
cleos) y muchos cristales minerales.
101
El Tubo Digestivo.
Exploración de Esófago, Estómago e Intestinos
hay más peristalsis. Luego de los dos años se parece, cada vez más, al estómago
del adulto.
La evacuación (como ya se dijo) comienza a los 15 minutos, luego de las primeras
pérdidas por sorpresa y dura 3-4 horas siendo más rápida en el niño mayor.
Se recomienda vigilar la evacuación total de la comida baritada, una vez ·realizada
la radiología, en la hipertrofia de píloro y otros casos de retención e incluso efectuar
lavado gástrico.
Estos estudios son útiles en casos de ulcus, tumores, cuerpos extraños y compre-
siones. En los vómitos del lactante, de causa orgánica, la estenosis del píloro se traduce
por elongación del canal pilórico, retraso o ausencia de evacuación, dilatación gástrica,
hiperperistaltismo, retención y otros signos característicos. La ectopia gástrica parcial
produce imágenes -en seta o en cúpula- de la porción torácica del estómago, con
pliegues de mucosa gástrica. La relajación cardio-esofágica se diagnostica por el pa-
saje fácil de la comida opaca del estómago hacia el esófago . En el síndrome freno-
pilórico se visuali za la estenosis pilórica con ectopia gástrica parcial. La plicatura de
la curvatura mayor se ex presa radiológicamente por la imagen de un estómago faloide .
No se discute el valor de la radiología para el diagnóstico de las hernias diafragmáticas .
El tipo cónico y transverso del estómago del lactante puede persistir toda la infancia
en el síndrome de Down y en el hipotiroidismo intenso y duradero, lo que merece el
diagnóstico radiológico de "infantilismo gástrico".
La rnucosografía es una variante del procedimiento anterior. Se utiliza escasa can-
tidad de sustan c ia opaca, sola o mezclada con gases, con el propósito de visualizar
la mucosa. Se logran mejores imágenes en posición de pie. Puede combinarse con la
palpación epigástrica.
Ultrasonografía
Este método permite la visualización de la oliva pilórica; el diagnóstico seguro depende
del tamaño de la oliva y la competencia del técnico (Krebs).
La ecografía es de gran valor en el diagnóstico diferencial de hernia diafragmática
congénita (emergencia quirúrgica mayor en el recién nacido) porque afirma o descarta
una solución de continuidad del diafragma. Su aplicación en fetos -sin riesgos para
éstos ni sus madres - figura, como paso previo inexcusable, en los pocos casos (re-
cientes y promisorios) de cirugía prenatal de dichas hernias.
Endoscopia
La gastroscopia con catéteres flexibles y rayos Láser se utiliza hoy en el diagnóstico
de cuerpos extraños, hematemesis, tumores, várices, úlcera péptica y otros problemas
gástricos, sola o combinada con la biopsia y la fotografía.
102
Semiología Pediátrica
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103
El Tubo Digestivo .
Exploración de Esófago, Estómago e Intestinos
Intestino (l. intestinu s dentro) significa, en su primera acepción "porción del tubo
digestivo que va del píloro al ano". Se asigna también el nombre de intestino a: el
inte stino anterior (o faríngeo), tubo embrionario que resulta de la soldadura de las
lámin as que forman el surco intestinal , producción endodérmica; el intestino posterior,
depresión endodérmica en el extremo cauda l del embrión, que comunica con la cavi-
dad del endodermo por el aditus posterior; el intestino delgado (o tenue) tramo que
se extiende del píloro al c iego (duodeno, yeyuno e íleon): el intestino grueso (o crasus),
entre la válvul a íleo-cecal y el ano (ciego, co lon y recto), el intestino mesenterial (o
mesostenial). c onjunto de yeyuno e íleon que posee mesenterio y el intestino pancreá-
tico o duodeno.
El intestino c umple, merced a la digestió n y la absorción, un valioso papel como
intermediario entre el medio externo y el interno, contribuye -en gran parte- a la nu-
trición adecuada y el equilibrio hidroelectrolítico y oficia como barrera contra la cap-
tación y transporte d e macromoléculas y la penetración de microbios patógenos: re-
cordemos que el tubo digestivo es el segundo órgano linfático del organismo y que la
producción de lgA secretoria es una de sus respuestas más rápidas y específicas.
No ob stante su importancia , el intestino carece del "estatus social" que gozan el
estómago o el hígado; no se habla naturalmente de sus funciones (normales o altera-
das ) y muchos niños inteligentes, capaces de dialogar, se turban llegado el momento
de mencionar sus materias fecales.
Anatomía y funciones
El intestino primitivo se forma en el primer trimestre de la gestación; es un tubo recu-
bierto de células indiferenciadas que se divide en tres partes, según su irrigación:
Rotación intestinal
El ciego rota alrededor de la arteria mesentérica superior, en el sentido de la s agujas
104
Semiología Pediátrica
del reloj, desde la parte media del abdomen , in mediatamente por de b aj o d el estómag o.
. El colon, que estaba en el lado izquierdo del abdomen, acompaña al ci ego en su
rotación, hacia el cuadrante superior derecho y luego, hac ia el cuadran te inf erior. Cuan-
do ha rotado completamente, el mesocolon (ascendente y descendente) se une a la
pared posterior, sujetando el mesenterio desde el ligamento de Tre itz hacia abajo,
hasta la región cecal.
Intestino delgado
Es un tubo de unos 4 cm de diámetro y 280-300 cm de larg o . El ya clásico esquema
de Kerry (Figura 1) ilu stra cómo lo q ue sería una su p erfi cie teóri c a de absorción de
3.300 c m2 se convierte en 195-200 m2. Las válvulas c onniventes de Kerkring , que
triplican aquella superficie , son más numerosas en el yeyuno y disminu y en Y desap a-
recen a 70 cm de la termin ación del intestino delg ado ; son pliegues sem ilunares, apre-
ciables a simple vista, de 2-3 mm de alto y 10-25 mm d e largo; crean la turbulencia
Figura 1. Representación esquemática de la mucosa del intestino. Esquema de Kerry K., tomado
de Anderson ChM y Burke V.
CILINDRO
SIMPLE 3.300
VALVULAS
CONNIVENTES 3_ 10.000
VELLOSIDAD 30 100.000
600 2.000.000
MICROVELLOSIDAD
105
El Tubo Digestivo.
Exploración de Esófago, Estómago e Intestino s
Intestino grueso
El inte stino grueso va de sde la válvula íleo-cecal a la linea pectinata del conducto
anal. Lo int egran : el cie g o con su :, p éndice •; erm icular , el colon (ascend ente , trans-
v erso y desc endente). e l sigmoide y el recto. La vá lvula íleo-cecal regula el vacia-
miento hac ia el colon e impide el pasaJe de la flora cecal hacia el íleon. El colon
absorbe agua y ele c trólitos, sirve de c ámara de fermentación y realiza una ac c ión
digestiva de "salvataJe"; sus bacterias degradan moléculas no desdobladas n1 ab-
sorbidas en el in testino delgado, las convierte en moléculas más s im p les y permite
su absorción . Su porción terminal está adaptada a la defecación. El ciego del n i1'to
106
Semiología Pediátrica
es más pequeño y está situado más alto que en el adulto. El co lon ascendente del
· recién nacido es relativamente más corto por espasmo muscular. El apéndice. especie
de intestino en miniatura, crece más en el primer año y luego se mantie ne casi igual
en la pubertad . Tiene funciones inmunes, segrega moco , alberga parásitos (si los hay)
y su inflamación constituye una de las primeras causas de "abdomen agudo". El colon
ascendente es, respecto al tamaño corporal, relativamen te más corto en el neonato
que en el adulto, y el transverso es más largo. La ignorancia de esta desproporción
origina diagnósticos erróneos (dólico y/o megacolon). Se explica , igualmente, en el
Tomo I la razón anatómica de que los niños menores de tres años sean normalmente
"barrigones". Al nacer, el sigmoide está ubicado hacia atrás en la cavidad abdomi-
nal , pero al año ha tomado la posición habitual en el resto de la vida . El recto del
recién nacido, en relación al tamaño del cuerpo, es más largo que en el niño Y el
adulto. Su intestino grueso bajo contiene meconio. un material viscoso , verde-ama-
rronado o negro , con reacción positiva cuando se investiga sangr e oculta.
El intestino grueso posee criptas rectas de 0,5 mm de pro fu ndidad y carece de
vellosidades . Su epitelio tiene células caliciformes y columnares ; las primeras predo-
minan en los segmentos distales . En la periferia de las criptas hay células del sistema
entero-neuro-endócrino (entero-cromafines) y algunas en el fondo (glándulas de Pa-
neth) . Las células epiteliales se renuevan cada cinco días. Las células colum nares
tienen un ribete estriado, ralo y poco desarrollado , con microvellosidades cortas. La
musculatura del colon consta de una capa longitudinal externa dispuesta en tre s ban-
das, muy delgada y con interrupciones. Debido al tono de las tenias (formacio nes
anatómicas en forma de cintas) la pared del colon tiene saculaciones (haustros ). En
la luz intestinal la mucosa presenta pliegues (plicas) semilunares. La disposición de
las fibras longitudinales y circulares permite que los haustros se contraigan inde-
pendientemente. El colon ascendente y el descendente son retroperitoneale_s. de m?do
que sólo el transverso está rodeado totalmente de peritoneo . La acumulac1on de teJ1do
adiposo en la serosa forma los apéndices epiploicos.
Deposiciones normales
Un niño normal expele materias fecales en las primeras 24 hs (69% en 12 hs Y 94%
en 24 hs); aumenta en el 32..5 2 días , llegando a 5 deposiciones diarias, promedio, con
poca diferencia entre los alimentados con leche materna o de vaca . La primera eva-
cuación puede retrasarse más de 48 hs en los recién nacidos de muy bajo peso . Fuera
de tales casos . un niño que no elimina meconio en las primeras 24 horas de vida obliga
a sospechar megacolon agangliónico, obstrucción intestinal, tapón meconial, hipotiroi-
dismo, sepsis o adicción materna a narcóticos. Entre los 4- 7 días, el recién nacido
elimina materias transicionales, mixtas, verde-amarronadas , líquidas , ácidas, viscosas y,
a veces, con coágulos de leche; su número es de 4 a 8. La frecuencia aumenta pro-
gresivamente y suele alcanzar el máximo al 52 día. Existe relac ión entre el número de
evacuaciones y la cantidad total de alimento pero un niño normal puede (en raros casos)
no defecar un día o tener 12-14 deposiciones . En la 2• semana las heces varían con
el tipo de alimento. En los niños criados a pecho son homogéneas , pastosas Y ácidas.
color amarillo oro, en número variable (2-4 ó tantas como ingestas); adhieren o impreg -
nan el pañal y -ocasionalmente- alguna deposición puede ser verde y con moco. Los
aliroentados co n leche de vaca tienen 1-4 evacuaciones diarias de materias formadas
(que se desprenden del pañal), más oscuras o amarillo-grisáceas que se vuelve n verdes
o marrones expuestas al aire . Independientemente del tipo de alimento. el ritmo decrece
entre el 1º-3"' mes y algunos niños normales defecan cada 2 ó 3 días . La mayoría, al
año , tiene una deposición diaria. La introducción de nuevos alimentos pued e acompa-
ñarse, al comienzo. d e restos incambiados de los mismos. La expulsión aislada de
mo co, heces verdes o blanquecinas no suele tener valor patológico.
Peso d e las materias : sus variaciones normales figuran en la Tabla 2.
107
El Tubo Digestivo.
Exploración de Esófago, Estómago e Intestinos
Tabla 2. Valores normales del peso diario promedio de las deposiciones en distintas edades.
Lactancia natural 15 - 40 g
Lactancia artificial 25 - 60 g
Lactante menor 6 - 30 g
1 año 40 g
5 años 40 - 70 g
108
Semiología Pediátrica
. Fisiología de la defecación
La defecación, en el primer año de vida, es un acto reflejo. Los movimientos pe ris-
tálticos de masa se inician cuando el bolo fecal atraviesa el colon . Luego, al disten-
derse el recto, las fibras nerviosas aferentes conducen el impulso al centro de la
defecación (2 2 , 32 y 42 segmentos sacros de la médula). La respuesta motora relaja
el esfínter anal interno . Los impulsos aferentes también causan la contracción de los
músculos voluntarios de la defecación. El cierre de la glotis y la contracción diafrag-
mática y de los músculos abdominales aumentan las presiones intra-abdominal e in-
tra-rectal. La dilatación del esfínter anal externo es un hecho refle10; los músculos
elevadores del ano se contraen y llevan a éste por encima del bolo fecal. En el
segundo año y en adelante, se suma el control cortical; la contracción y la rela1ac1ón
del esfínter externo pueden ser comandadas por la voluntad. La mayoría de los bebes,
luego de los primeros meses, tienen una o más deposiciones en horarios previsioles
y la captación de materias hace suponer a las madres erróneamente, que han logrado
el control voluntario; éste es un logro más complejo que ocurrirá, normalmente, en el
curso del 2º año.
Anamnesis
Una historia cuidadosa brinda elementos de tal valor que, en muchos casos , permiten
-por si y con pocos riesgos- elaborar un diagnóstico.
Diarrea
Significa "fluir a través de" aunque por el uso y la costumbre se aplica a ·-a pérdida
excesiva de agua y electrólitos por las heces". En el adulto es "el aumento de la
frecuencia, la fluidez o el volumen (peso} de las deposiciones", respecto a as que
presentaba previamente el individuo estudiado. El peso normal de las mater'a ie los
adultos es de 100-200 g/día, pero en los niños varía con la edad y el tipo de alimen-
tación. La OMS ha propuesto hablar de diarrea, en los niños, si hay una depos;ción
líquida o semilíquida con sangre , moco o pus a cualquier edad y si, en os dos
primeros años, hay tres o más evacuaciones líquidas o semi-líquidas en 12 hs : luego
de esa edad alcanza con dos o más evacuaciones líquidas o semilíquidas en 12
horas.
Las deposiciones diarreicas varían según su consistencia, riqueza en agua, agre-
gación, color, olor, abundancia y frecuencia. Es posible que los padres aporten todos
estos datos o sean muy imprecisos, en cuyo caso tendrá que ser el médico qu ien
observe las heces. Cuando los hijos adquieren autonom1a en sus hábitos h'giéni c os ,
los padres suelen ignorar la mayoría de esos detalles, s1 no media una clara situación
de enfermedad ni se trata de personas obsesivas con las excretas. A su vez, ;: Jr
pudor o despreocupación, pocos niños y adolescentes describen el carál.!er de sus
materias fecales .
La consistencia puede ser pastosa, semilíquida o líquida. El aspecto, disgregado,
grumoso y, en ocasiones, brillante y adherente por su contenido en moco (deposición
muco-grumosa). La deposición coleriforme es líquida, confundible con la orina o con
agu~ de arroz, con finos grumos de mucus o "como granos de arroz• en el pañal o
en suspensión. La deposic1on d1senterdorme muestra acumulas de flemas, pus o san-
gre ; ésta se aprecia en coágulos o sólo por finas estrías rojas o gleras rosadas . Por
su olor, las heces son fétidas, pútridas, ácidas o inodóras . El color es variable: blan-
quecino, amarillo, verde o marrón oscuro. El número puede ser escaso (2 ó 3), me-
diano (B a 10) o incontrolable (20 a 30) en las 24 horas . Según la cantidad , las
materias son: escasas ("esputo" pío-muco-sanguinolento de las colitis) o q :ofusas (dia-
rrea líquida de las enteritis coleriformes; 130-160 mi por deposición}.
109
El Tubo Digestivo.
Exploración de Esófago, Estómago e Intestinos
Deposiciones de hambre
Las materias líquidas o semilíquidas son color verde oscuro (como "agua de yerbama-
te"} semitransparentes y con olor a humedad (por ayuno o dieta hidrica prolongada).
Lientería
Heces con alimentos no digeridos .
Este a torrea
Materias abundantes, de olor muy desagradable (pútrido o como "grasa rancia"} blan-
quecinas o amarillo-grisáceas , brillantes y grasosas. Si el niño defeca Y orina en la
bacinica, ésta queda pringosa y es posible que en la orina floten gotitas de grasa.
Estreñimiento
Es la eliminación dificultosa de materias fecales duras, secas, por lo general, escasas
y algo fragmentadas o de heces duras de gran diámetro que ocluyen el desag_üe del
re trete. Algunas definiciones agregan la infre cuencia de las evacuaciones (por e1emplo
"m enos de tres por semana"} pero cuando la deposición no es dificultosa y las materias
son blandas, no corresponde hablar de estreñimiento. Hay niños normales que movi-
lizan su intestino más espaciada.mente.
Incontinencia
Es la emisión involuntaria de materias, por falta de control anal debido a razones fi-
siológicas (niños menores, anatómicamente normales) o patológicas, primarias o ad-
quiridas (mentales, neurológicas, etc.).
La · expulsión de flujo mucoso por el ano también se designa proctorrea.
Seudoestreñimiento
Se aplica al caso, ya mencionado, de evacuaciones espaciadas con emisión espontá-
nea (o provocada mecánicamente} de heces normales . En los primeros meses algunos
niños parecen tener un desequilibrio transitorio para la relajación del esfínter anal ("d is-
quesia" o "achalasia distal del recto" no totalmente probada).
Dolor abdominal
Es el más frecuente de los dolores que, en Pediatría, motivan la consulta. Los pacientes
capaces de verbalizar lo refieren como cólico o retortijón, puntadas, tironeamiento,
calambre, const ricción. ardor, quemazón, etc . En los niños más pequeños los padres
lo sospechan por la intensidad y el timbre agudo del llanto, la flexión de los muslos
sobre el abdomen, su relación con la ingestión o la defecación o por molestias aso-
ciadas (palidez, sudores, distensión abdominal}. En todos los c asos se debe determi-
nar: iniciación lenta o brusca; momento de aparición del primer episodio y su posible
11 O
Semiología Pediátrice
relación con la enfermedad actual, alimentos , problemas psicológ icos, etc.; circunstan-
cias del ambiente (cambios personales, familiares, escolares u otros); tipo de dolor
(continuo, intermitente, retortijón, variable y otras características); intensidad, localiza-
ción, y duración; similitud o disparidad de los episodios y tiempo de separación de
los mismos; síntomas asociados (digestivos o generales y modos de alivio (cambios
de posición, emisión de gases o materias, aplicación de frío o calor, friegas abdomi-
nales, uso de antiespasmódicos, carminativos, etc.); frecuencia de los episodios dolo-
rosos; estado del niño en los períodos de acalmia (si los hubo); relación con el tránsito
intestinal; síntomas urinarios, fiebre, cefaleas y otras manifestaciones concomitantes o
alternadas.
La irradiación del dolor orienta, en ciertos casos; el sufrimiento del recto se propaga
al periné o hipogastrio; los procesos cecales o apendiculares pueden irradiar a la raíz
del muslo derecho, la ingle o los genitales externos . Por la pos ición variable del apén-
dice, otras veces, el dolor se manifiesta en flanco, región lumbar, hipocondrio derecho
o hipogastrio.
Los dolores intestinales no siempre se relacionan con las horas de las comidas.
Algunas algias precoces son de origen reflejo (reflejo gastrocólico) y se acompañan
de meteorismo y diarrea (v.g.: colon irritable) . Otro dolor preco z de igual mecanismo
reflejo es el de la aerocolia del ángulo esplénico, que se alivia con la emisión abundante
de gases por el ano. Otros dolores, más tardíos y con horario fijo, ocurren al llegar
las materias a segmentos inflamados. Por eso el dolor que siempre aparece 4 hs
después de la comida sugiere un sufrimiento cecal y uno a las 8 hs lleva a suponer
que duele el ángulo esplénico, etc. lo que puede inducir a errores, dada -la extrema
variabilidad del tránsito, según los individuos.
El llamado "dolor despertador• no siempre significa que el contenido fecal llegue a
esa hora precisa a tal o cual segmento intestinal alterado, es fac1ible - igualmente- que
el "predominio vagal" nocturno exagere molestias que horas antes eran más soportables
o que un niño "manejador" reclame de tal modo la compañía de sus padres.
Dolor y defecación
En el dolor vinculado a la defecación interesa precisar si la prec ede, acompaña o
sigue. En las inflamaciones del recto y el asa sigmoidea, así como en enteritis y en-
terocolitis, el dolor antecede a la emisión de materias; uno y otra ocurren concomitan-
temente en las lesiones del recto y el ano (abscesos , hemorro ides , fisuras); el dolor
consecutivo es también propio de las fisuras anales o por peristaltismo retrógrado en
las tiflitis.
Otras molestias vinculadas a la defecación incluyen el pujo y el tenesmo.
Pujo
Es el acto casi espasmódico que pone en juego todos los mecanismos norm a!es de
la defecación, con resultados infructuosos. El niño refiere ardor y pesadez ano-rec tales ,
sensación de cuerpo extraño y el deseo doloroso, contínuo o ineficaz de pe rmanecer
sentado en la bacinica o el retrete o volver a ellos, una y otra vez, sin producir la
evacuación.
111
El Tubo Digestivo.
Exploración de Esófago, Estómago e Intestinos ·
Tenesmo rectal
Es el deseo contínuo. doloroso e inefectivo de defecar. La suma de ambos más la
emisión de moco, pus y/o sangre, sin materias fecales, integran el síndrome disente-
riforme, de causas tan variables como infecciones {de diversa índole) del recto, y el
sigmoide, tumores (raros en los niños) y cuerpos extraños.
Prurito anal
Es la picazón del ano y la región perianal inmediata debida , más frecuentemente, a
la mala higiene del periné y -luego- a la oxiuriasis intestinal, donde el prurito es noc-
turno. Según su edad, los niños manifiestan la picazón por inquietud, restregamiento
contra ropas u objetos, trastornos del sueño o rascado franco y verbalización de la
molestia. Como en otras localizaciones, su intensidad varía con la causa y, muy espe-
cialmente. con el psiquismo de cada persona. El rascado intenso lo exagera, creándose
un círculo vicioso.
Borgorigmo
Significa "hacer ruido las tripas" y designa al sonido que produce el desplazamiento
de gases por la luz intestinal, debido a movimientos de vaivén o pendulares del intes-
tino, en estado de salud o por la administración de purgantes y en procesos inflama-
torios, diarrea o dispepsia fermentativa. Salvo alguna opinión discrepante, son ingo-
bernables por la voluntad .
Gorgoteo
Es una variedad de borborigmo y, en especial, el provocado al comprimir la fosa ilíaca
derecha, movilizando gases del ciego . Es más un signo que un síntoma pero algunos
niños mayores o sus padres lo mencionan en la anamnesis, por haberlo provocado
ellos mismos.
Ruidos hidroaereos
Se deben al pasa¡e de líquidos y gases a través de la luz intestinal estrechada .
Distensión abdominal
Es la producida por gases gastrointestinales, localizada o generalizada y con manifes-
taciones subjetivas y/u objetivas. En casos extremos se acompaña de disnea, palpita-
ciones, dolor precordial y otras molestias .
112
Semiología Pediátrica
113
El Tubo Digestivo.
Exploración de Esófago. Estómago e Intestinos
Examen clínico
Se debe siempre valorar la edad, estado general, biotipo , y otros factores constitucio-
nales , facies, psiquismo , aspecto de salud o enfermedad, crecimiento, desarrollo Y
maduración , manifestac iones asociadas (fiebre, ictericia, palidez, hemorragias, etc.) e
indicadores de equilibrio o desord en hidroelectrolítico y metabólico .
Inspección
La mayor parte del intes tino está en el abdomen pero éste contiene además otros
órganos y sistemas . Aun así remito al lector al Capítulo VIII del Tomo I de _esta ob_r_a,
para insistir aquí en informe s primordiales que es posible obtener por la sola inspecc,on
(Galdó y Cruz):
Percusión
El mefeorismo generalizado es lo más frecuente, pero en niños con malabsorción des-
compensada (en especial, celíacos) el vientre sólo es hipersonoro en las partes altas
y medias.
Palpación
Es el procedimiento más útil. En condiciones normales, el intestino delgado no se palpa
como masa diferen ciada (excepto el íleon terminal) . Se explora en el área central del
abdomen, que incluye además colon transverso . En los niños grandes y mu_sculosos,
el desarrollo y tonicidad de los músculos rectos dificulta la buena explorac1on.
La palpación profun d a, con la pared abdominal relajada, permite reconocer el cie-
go, el colon ascendente, el descendente y el sigmoide, más fácilmen te, si esos sec~o~~s
están distendidos, contraídos o inflamados. El apéndice normal no se palpa, su pos1c1on
varía más que en el adulto y en las apendicitis es más difícil encontrar todos los
clásicos puntos dolorosos ; asumen mayor relevancia la anamnesis Y el dolor Y la re-
sistencia muscular del c uadrante inferior derecho del abdomen .
El hallazgo palpatorio más importante, vinculado al intestino delgado , es el_ del
típico "boudin", salchicha o embutido de la invaginación intestinal. D~do que la misma
puede ser íleo-ileal, íleo-ceco-cólica, íleo-íleo-ceco-cólica o colo-collca, dicho tumor
Semiología Pediátrica
11 5
El Tubo Digestivo.
Exploración de Esófago, Estómago e Intestinos
Prolapso rectal
Ya ha sido tratado. Aparece como un tubo rojo brillante que protruye por er ano.
Fístulas
Las fistulas recto-v es icales, recto-perineales o recto-vaginales acompañan al ano im-
perforado, en más de la mitad de los casos . Su diagnóstico puede retrasarse cuando
el meconio o los gases pasan por la uretra o la vagina.
Las fístulas ano-rectales adquiridas se abren cerca del ano, a partir de abscesos
perianales recurrentes y dolorosos . Se ven en niños con colitis ulcerosa crónica y en
lactantes con diarrea prolongada severa .
En otros casos, los ab scesos y fístulas peri-anales y peri-rectal es se deben a la
enfermedad de Crohn . En niños con neutropenia, leucemia o enfermedad granuloma-
tosa es po sible comprobar celulitis peri-rectal, abscesos y fistulas rectales y/o úlceras
ano -rec tales .
Fisuras anales
El ano, como todo orificio cutáneo-mucoso móvil y elástico . se fisura si se lo obliga a
una distensión desmedida o dism inuye su extens1bilidad . Son ejemplos de lo primero
el estreñimiento, la violación y el empalamiento y de lo segundo, la lúes connatal y el
eritema polimorfo con compromiso plunorificial.
La· fisura anal desplegada tiene forma triangular, con su vértice más agudo hacia
el ano. Se localiza, por homologación , con la posición de las agujas del reloj. No se
ha d emostrado que haya diferencia morfológica entre las fisuras por violación y las de
otra s causas; es decir, que un c uerpo de calibre desproporcionado con la má xima
elas ticidad del esfínter produce iguales fisuras si pasa de adentro hacia afuera o de
afuera hacia adentro.
Las fisuras se presentan abiertas y, a veces, sangrantes o ya cicatrizadas (ragadías)
en la depresión entre dos pliegues .
Ano anterior
Se sitúa por delante de la referencia antes mencionada y significa que en la vida
embrionaria no se produjo el encuentro esperado entre el intestino primitivo del endo-
blaste con el ano que proviene del ectoblasto. Es causa de estreñimiento
Imperforación anal
Se sospecha en un recién nacido con distensión abdominal, vómitos y falta de expulsión
de meconio en las primeras 24-36 horas de vida . Hay diferentes tipos :
116
Semiología Pediátrica
dilatación y /o dHatación refleja del conducto anal (pérdida del tono normal con alter-
nativas _<:ontracc1ones y dilataciones del esfínter) : forma de embudo por acortamiento
~ evers1_on del can~I _anal y aproximación de la unión ano-rectal con el orificio externo:
list!ras un1cas o mu(t1ples de localización posterior: congestión venosa perianal: hemo-
rroides y tumefacc1on de los tejidos con engrosamiento de la piel.
Hemorroides
Son raras en el niño; pueden verse en infecciones peri-rectales y en la enfermedad
inflamato~i~ intestinal crónica .. Su presencia, junto a la marcada prominencia venosa y
exagerac1on _del_ relleno Y vaciamiento de las venas, se ha señalado (Hobbs y Wynne,
1986) como 1nd1cador de traumatismos reiterados (como ocurre en el abuso crónico) .
Tacto rectal
El tacto rectal no es una maniobre de rutina . Es útil para el diagnó stico de varios
problemas ano~rectales (tu~ores , cuerpo extraño, ulceraciones, sangrado, peritonitis
agudas - apendicular o de ongen genital en niñas- invaginación, megacolon) . Los niños .
en edad de _comprender y cooperar, deben ser informados previamente de la razón
de una man1obra que (la mayoría) perc ibe como inusual y agresiva . La penetración
a~o~rectal duele al com ienzo y al final; los niños que la han experimentado, como
v1ct~mas de violencia, la comparan con la "penetración de un cuchillo" o refieren mo-
lestms local_es o alteración e~ el ritmo defecatorio en los días siguientes . Se aconseja
de~1rles (W1ssow) que los med1cos estamos especialmente entrenados para no hacer
dano, el examen es necesario y les producirá una molestia comparable a la de "ir de
cuerpo", si~ expeler materias. La elección del lenguaje médico debe ser muy cuidadosa
(con los n1nos abusados) para no incurrir en expresiones persuasivas o amen azadoras
del mismo estilo que utilizaron los abusadores.
El canal anal de los adultos mide 3 cm; el de los niños, un cm , hasta va nos cm
cuando hay repetidas penetraciones . Los recién nacidos y lactantes se exploran con
el dedo meñique Y los más grandes, con el índice. En ambos casos el dedo se re c ubre
de un dedil o guantes de goma bien lubricados. El dedo se introduce con cuidado
engrasando primero el esfínter externo, que se debe sobar hasta vencer su resist encia'
La explor_ a_ción se h_ace con el pulpejo, no con la punta del dedo, y se comb ina ca~
la palpac1on abdominal. El dedo debe explorar, girando suavemente, todo el c ontorno
a_nal Y rectal. En el recién nacido, sin agenesia ni estenosis, el meñique logra pen etrar
facilmente en el recto.
El útero de las niñas se puede palpar, por esa vía , pero la próstata de los varones
(de alrededor de 1 cm de diám etro) sólo se reconoce si está inflamada .
El examen ano-rectal de los niños con megacolon agangliónico rev ela un esfínter
no_rmal, un cana~ -anal bien formado y una ampolla rectal vacía (o casi vacía). En los
ninos con estren1m1ento secundario, sin enfermedad de Hirschprung (psicógeno, fun -
c10nal o de otro ongen) se encuentra un esfínter anal expedito, canal anal corto y
ampolla rectal llena de materias.
Al realizar el tacto rectal en la invaginación intestinal se puede palpar una masa
parecida al cuello uterino que, en raros casos, protruye por el ano, y se puede confundí;
con un prol_ a pso rectal. La diferenciación entre ambas entidades se logra al insertar el
dedo examinador entre el intestino invag inado y el anillo rectal.
_ Es posible detectar, por el tacto rectal la existencia de pólipos y la duplicación
tntesttnal.
La apendicitis suele diagnosticarse por la anamnesis y el examen abdominal. En
los casos de duda (por. ejemplo posición pelviana del apéndice) el tacto rectal puede
ser esclarecedor Tamb1en lo es en el absceso apendicular cuando se palpa una masa
do_loro sa por delante del recto y en la peritonitis pelviana (sensación difusa de ocupa-
c10n y dolor) .
11 7
El Tubo Digestivo.
Exploración de Esófago, Estómago e Intestinos
Estudios complementarios
Muchos procedimientos nuevos han mej orado el conocimiento del tubo digestivo , en
las últimas décadas . La fascinación de las téc nicas sumada al atá vico afán de bús-
q ued a puede exponer al médico a la subvaloración de métodos , tan honrados por el
tiempo y la experiencia , como la an amnesis y el reconocimiento clínico completos y
e xhaustivos . Sin crear falsas opos icion es, debemos asignar a las nueva s técnicas su
es pecifi co papel de "complementarias", no exigirles más de lo que pueden dar ni re-
alizarlas cuando no corresponde . La elección de la tecnología apropiada, aqui, ahora
y para cada caso, no pu ede ni deb e saltear etapa s. Se basa en la historia, el examen
clínico, la evolución, la meditada interpretación de síntomas y signos, su agrupación
sindromática y planteamientos racionales sobre sus eventualidades fisiopatológicas Y
etiopatogénicas
Un clínico, así disciplinado y respetuoso de sus pacientes, podrá cumplir estos
pasos aun en casos de emergencia que exigen decisiones inmediatas. Algunas enfer-
medades digestivas sólo pu eden diagnosticarse c on la ayuda de determinados estudios
complementarios . En el resto, la gran mayoría, dichos exámenes sólo confirmarán lo
que el clínico ya pensaba con razonable certeza.
Radiología
Radiología simple
Es útil en la oclusión intestinal. perforaci ones y detección de masas anormales; visualiza
calcificaciones en diversos procesos (p eiitonitis meconial, neuroblastoma . cuerpos ex-
traños opacos, etc ).
En la enterocolitis ne c rolizante se observa "revoque" entre las as as portograma
aéreo y la típica neumatosis intramural de la pared del intestino. En la radioscopia Y
la radiografía simple se aprecian niveles hidroaéreos en las estenosis duodenales con-
génitas y en estenosis o atresias de yeyuno-íleon. La presencia de aire en el _íleon a
las pocas horas de nacer y en el colon entre las 2-5 horas de v ida, es normal. La
penetración progresiva de aire en el intestino del RN y la rapidez con que ella ocurre
es de mucho valor para diagnosticar las obstrucciones del in testino delgado. En otras
118
Semiología Pediátrica
La radiología intestinal con contraste por ingestión está indicada en las anomalías
congénitas del intestino , obstrucciones post-quirúrgicas, hemorragias intestinales de
origen desconocido y procesos inflamatorios . Los estudios a las 24, 48 y 72 horas
documentan. especialmente , la funcionalidad intestinal; la presencia de bario en el
colon transverso a las 48 horas o en el sigmoide a las 72 horas señala defectos en la
progresión. El procedimiento sirve también para comprobar estenosis o co mpresiones
extrínsecas. Los parásitos intestinales (áscaris} pueden dar imágenes lineales, sea por
penetración de bario en el tubo digestivo del parásito o por quedar adherido a su
superficie. En e! estreñimiento hipotónico interesa conocer la progresión de la sustancia
opaca en el colon transverso o des cen dente a las 48 a 72 horas. En los defectos de
evacuación de causa psicógena el bario ocupa la ampolla rectal, hasta el ano . En las
dificultades proctógenas (lisuras, fístulas, abscesos) importa ver el bario en el sigmoide
a las 48- 72 horas.
En los casos de malabsorción (en especial enfermedad celíaca} se observa dila-
tación del intestino delgado (mayor en yeyuno), floculación del bario y fraccionamiento
de la columna opaca, moldeamiento del bario en algunas zonas del intestino delgado,
dilatación cólica muy acentuada que se hace más evidente en el colon derecho, pero
que llega hasta el recto y dolicosigmoide . Las variaciones fisiológicas. según la edad,
dific ultan la eva luac ión de las alteraci ones funcionales . Sin considerar que este estudio
tenga ventajas sob re la biopsia yeyunal. recordamos que se asigna mayor valor a: la
dilatación yeyunal, la segmentación con fraccionamiento y floculación periférica, el mol-
deamiento (como molde de cera) y el nevado . El signo de Oebenedetti (dólico-sigmoi-
d e) ya no se considera patognomónico de malabsorción.
La radiología intestinal con contraste por enema está indicada en casos de mega-
colon , poliposís del intestino grueso, errores de rotación, situs inversus. atresias y pro-
cesos •inflamatorios . En la invaginación cumple el doble papel diagnóstico y terapéutico;
la papilla de bario , al llegar a la obstrucción se detiene . dando las típicas imágenes
•en anillos o espirales" o bien imágenes "en cúpula o escarapela". En diversas enfer-
medades inflamatorias crónicas se han descrito alteraciones características (imagen
"en cinta•. ele ,} a •nque la radiología es de valor limitado para diferenciar la colitis
ulcerosa de la enfermedad de Crohn, siendo casi siempre necesario el apoyo de la
endoscopia y la biopsia. Cuando se sospecha megacolon congénito se aconseja ad-
ministrar pequeñas cantidades de bario (30 mi) por enema. para estudiar las zonas
bajas estrechadas , en oblicua anterior izquierda , y completar luego el estudio de las
partes altas con mayor cantidad de sustancia opaca (100 mi} vigilando la eliminación
de ésta. En la enfermedad de Hirschprung, cuando la alteración es total, las radiogra-
fías a las 12 y 48 horas después de la evacuación muestran bario retenido uniforme-
mente en todo el inteslino grueso, luego de 24 horas . En los niños normales y eff los
estreñidos crónicos por otras causas, el bario retenido se aprecia como un bolo opaco
en el recto y el sigmoide . El empleo de contrastes hidrosoluble s hace perder este
signo .
120
Semiología Pediátrica
Endoscopia
La visión directa de la mucosa intestinal, normal o alterada tiene gran utilidad por sí
y/o para obtener material para biops ia.
Los endoscopios flexibles con fibra óptica han aumentado considerablemente su
aplicación. La endoscopia proximal se realiza para el estudio de duodeno. La endos-
copia distal permite investigar el intestino grueso , ano y recto . La colonoscopia con
fibroscopio en niños pequeños exige anestesia general y no es un abordaje tan difun-
dido, como la proctoscopia y la sigmoidoscopia . El procedimiento debe prec ederse
por el tacto rectal. Con el sigmoidoscopio rígido es pos ib le explorar hasta 12 cm en
el lactante Y hasta 25 cm en niños mayores. Se recurre a estos métodos en casos de
hemorragias ocultas o melenas , tnflamaciones intestinales crónicas, diarrea persistente
(en especial enterocolitis), sospecha de pólipos o cuerpos extraños . La anos c opia sirve
para buscar fisuras, fístulas, hemorroides y abscesos .
Biopsias
La biopsia perora/ de yeyuno ha significado un importante avance en el diagnóstico
de los trastornos disabsortivos (especialmente enfermedad celíaca), si b ien el ap lana-
miento vellositario -característico de ésta- puede verse en otras alecciones . Conven -
cionalmente , se ha acordado realizar la toma en el límite duodeno-yeyunal (ángulo de
Treitz) para estandarizar los resultados de diferentes investigaciones. En manos expe-
rimentadas es mínimo el porcentaje de accidentes, aunque se recomienda no realiza r
la biopsia en niños pequeños, muy desnutridos q ue pesen me11os de 4 kg.
La biopsia rectal está especialmente indicada en la enfermedad de H irschprung,
la enfermedad inflamatoria intestinal crónica y la neurol ipoidosis . Puede obtenerse co r
visión directa a través del proctoscopio, por lo común, de la pared posterior del re.oto
por debajo de la reflexión del peritoneo y también por succión (sin ayuda de proctos-
copio o sigmoidoscopio) con sondas similares a las !.l tilizadas en las b iopsias perorales
La biopsia rectal es una indicación obligatoria en la enfermedad de Hirschprung, cuyo
diagnóstico se confirma por la histología (no hay células ganglionare s) y la histoquímica
(actividad acetilcolinesterasa elevada).
121
El Tubo Digestivo.
Exploración de Esófago, Estómago e Intestinos
hoy hay r11nos diagnosticados y tratados (sin resultado) como "insuficientes gástricos,
pancreáticos o colónicos" porque luego de tres días con "comida de prueba" eliminaron
alimentos sin digerir (v.g.: almidón intra y extracelular, fibras musculares, celulosa di-
gerible) . Se olvida que ello puede significar una real insuficiencia y, más frecuente-
mente, inmadurez funcional fisiológica o un tránsito acelerado que supera la capacidad
digestiva y absortiva no rmal. La interpretación de los estudios bac teriológicos' conven-
cionales exige igual cautela. Dado que , por lo común, tal examen se realiza para
ac larar la etiología d e la diarrea, el c lásico "no se ai slan patógenos" obliga a conocer
qué ag entes y to xin as ese laboratorio inve stiga: sabremos entonces que (salvo excep-
ciones) un amplio espectro d e enteropatógenos no se inves tigó. Veremos luego qué
valor se deb e asignar a los estudios parasitológic os.
Estudios bacteriológicos
En la última década, ad emás de parásitos y virus , ha aumentado el número de bacterias
recono c ib les como ag entes de diarrea . La lista incluye ahora : Salmonella, Shigella,
Campylobacte r, E. c o/i ( enterotoxigénica, enteroinvasora, enteropatogénica, enterohe-
morrágica y en teroadherente), Yersinia, Vibrio cho/erae y otros vibrios , Aeromonas, Ple-
siomonas, Clostridium difficile, Staphylococcus aureus, y Bacillus cereus.
Los especímenes deben recogerse lo más pronto posible y antes de utilizar anti-
bióticos. Las materias son preferibles al hi sop ado rectal, excepto en invasiones de la
mucos a (por ejemplo p or Shig ella); la combina ción de ambos procedimientos y la re-
colec c ión d e varias muestras aumenta los resultad os positivos . Los materiales deben
recogerse en un colector limpio e impermeable y procesarse pronto, manteniéndose
refrigerados a 4 °C o en medio de transporte, si el estudio se difiere más de 2 horas.
Los esp ecím ene s que han d e co nservars e por más ti arn po se congelan, preferiblemente
a - 70 °c. Se requieren medios especiales (de Cary -Blair, o thioglicolato) para el trans-
porte y sobrev ida d e diversos gérmenes .
La bacteriología de materias fecales es laboriosa, cara e insume mucho tiempo por
lo que no se justifica como estudio de rutina en todos los pacientes con infecciones
discretas y autolimitadas. Los niños menore s de un año pueden no necesitar un co-
procultivo, en ausencia de leucoc itos fecales, sangre en las materias, fiebre alta o
algún otro signo importante. La sospecha de gérmenes enteroinvasores o de Vibrio.
Yersinia o Campylobacter (que requieren medios especiales) debe comunicarse al la-
boratorio. En nuestro medio no se realiza, por el momento, la diferenciación de los 5
mayores tipos de E. coli productores de diarrea .
La microscopia sobre fondo oscuro permite reconocer Vibrio y Campylobacter.
Otros agentes, como estafilococo, se identifican al examen directo con la coloración
de Gram.
Los laboratorios que investigan Campylobacter y los distintos tipos de E. coli deben
someterse, según Thorne, a controles diarios de calidad .
Estudios virológicos
La investigación de enterovirus (rotavirus, coronavirus, calicivirus, astrovirus . ciertos
adenovirus y el agente Norwalk) no integra los procedimientos de rutina .
122
Semiología Pediátrica
Estudios parasitológicos
Entamoeba histolytica, Crypto~poridium y Giardia lamblia completan la lista de agen tes
de _diarrea mencionada al pnncIpI0. El aumento de pacientes inmunocomprometidos
obliga a considerar a Cryptosporidium, así como a Gandida albicans, como eventuales
productores de infección.
G. lamblia se suele investigar en casos de diarrea aguda o crónic a, y en niños con
dolor ab_dominal recurrent_e. Es un examen de rutina para ingresar a clubes deportivos ,
guardenas Y otras com~nId~de_s cerradas. La posibilidad de aislar quistes O trofozoitos
disminuye en _las materias l1qu1das o mezcladas con antiácidos no absorbibles O p re-
parados ant1d1arre1cos que contengan, bismuto º, kaolín y también con el bario y los
laxa_ntes aceI_tosos. Como la ehminac1on de parasitos es intermitente se recomienda
rea!Izar 3 examenes _con muestras recogidas cada 2 o más días . l os resultados ne-
gativos en las materias no excluyen la presencia de trofozoitos en líquido duodena l.
El halla_z go de G. !amblia (s( b_ien tien~ valor epidemiológico y obliga al tratamiento)
no equivale, por sI al d1agnost1co et1ologico de la diarrea o el dolor abdominal (h~ y
portadores asintomátic os ). ''"
Prueba de la D-xylosa
Se emplea en niños con diarrea cronica, cuando se sospecha enfermedad celíaca
antes que se excluya ~I gluten ?e la dieta y no se haya efectuado la biopsia yeyunai'.
Se considera probatoria de lesion de mucosa.
La ingestión de_ 5 g de D-xylosa (en niños de 30 kg) ó de 0,5 g,isg hasta un máximo
de 25 g en soluc,on _al 5-10%, p~oduce niveles sangu íneos de d icha pentosa que, a
las 2 horas, superan I0s 20 mg%. La D-xylosa se abs orbe princ ipalmente en el duodeno
Y parte proximal _del yeyuno , no es metabolizada y normalmente no se en cue ntra en
la sangre d~ _1nd1v1duos ~ormales. Los valores que superan !os 20 mg% se acep t'ar
como espec1flcos de lesion anatómica de la mucosa porque las alteracio nes inlralumi-
nares se acompañan de cifras normales.
_ Otras pruebas de lesión mucosa son: absorción de lactosa, excreción de hidroge-
n,ones de lactosa, absorc,on de v1tamIna 812 y determinación de folatos séricos y de
caroteno.
no O se cumple en todas las edades. Los RN prematuros eliminan 40%, !os maduros,
201/o , los lactantes men~res de 6 meses hasta un 15% y los niños mayores 10% de la
grasa ingerid~. La perdida es mayor en situaciones patológicas, sea por desperdic io
de grasas e~ogenas (malabsorción compensada) o de grasas exógenas y endógenas
(malabsorcIon descompensada).
La esteatorrea p~ede ser tan notoria que el clínico no necesite recurrir al laboratorio
para_ afirmarla (1 nsuflc1enc1a pancreática) . En otros casos debe hacerlo. El m étodo m ás
c 0Rf1able es la determinación diaria de la grasa excretada cada 24 horas por ,as heces,
conociendo la cantidad de grasa ingerida .
123
El Tubo Digestivo.
Exploración de Esófago, Estómago e Intestinos
c retada normal no supera los 3 g/día . Debido a lo engorroso del método y la resistencia
de padres y niños para que éstos ingieran la grasa, se han propuesto alternativas .
Una es la investigación al microscopio de partículas de grasa en las materias, al
natural o previa tinción con Sudán 111. Sirve en la mucoviscidosis y otras insuficiencias
pancreáticas pero es poco decisiva en los celíacos .
Otra se vincula al caroteno, precursor de la vitamina A que se absorbe con las grasas
y no se sintetiza ni se almacena largo tiempo en el organismo. Se estima que la absorción
de caroteno tiene 75% de correlación con la absorción de grasas. Algunos autores creen
que un niño que recibe a diario 100 mi de jugo de zanahorias (naranja o tomate) Y luce
la piel típica de los carotinémicos no necesita determinaciones de caroteno en sangre.
Otros, exigen que al cabo de 3 días con 100 mi de jugo de zanahorias la carot1nem1a
supere los 100 g/dl para afirmar que no existe esteatorrea . Los valores inferiores a 50 g/dl
son indicadores de ella, aunque no diferencien el origen pancreático del yeyunal.
Otros exámenes relacionados con la absorc ión de grasas y ácidos biliares son la
determinación en sangre d e colesterol. lípidos y ácidos grasos y en materias, las de-
terminaciones cualitativas de grasas neutras y libres, ácidos grasos Y jabones.
Manometría ano-rectal
Está indicada, fundamentalmente, cuando se sospecha la enfermedad de Hirschprung.
Estudia las presiones de los esfínteres interno y externo en respuesta a la distensión
transitoria del recto provocada con un balón insuflado. En el megacolon agangliónico
el refle10 recto-anal inhibitorio (relajación del esfínter interno en respuesta a la disten-
sión rectal) está ausente.
Otros
Muchos otros estudios para valoración general o de orientación etiológica o con el fin
124
Semiología Pediátrica
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125
Capítulo XVIII
El hígado, al igual que en el adulto, es el órgano más grande del cuerp o, aunque pro-
porcionalmente sea mayor en el niño. En el recién nacido representa 1 /2.0 del peso cor-
poral, mientras en el adulto corresponde a 1 /40 del peso total. Aumenta progresivamente
a lo largo de la infancia: pesa al nacer 125-150 g y, en la pubertad, 1250-1500 g.
El borde superior está en el niño más alto que en el adulto; se ubica, adelante, a
nivel de la 4' costilla en la linea medioclavicular derecha y, en la parte posterior, en
la 7• costilla o el 8 2 espacio intercostal.
Alojado en gran parte en la cúpula diafragmática y recubierto casi enteramente por
la pared costal, puede palparse más fácilmente en el epigastrio, donde su parte iz-
quierda se hace más superficial. Hacen excepción a ello el 100% de los niños menores
de dos años, el 50% de los menores de 5 años y el 10% de los menores de 1O años,
en quienes el borde inferior del hígado rebasa el reborde costal. La distancia del
reborde costal al borde inferior del hígado en la línea clavicular media es 2-3 cm en
el recién nacido, 1-2 cm a los dos años, 0-1 cm a los cinco años y 0-1 cm a los diez
años; a los 15 años el borde inferior hepático está en el reborde costal.
Cuando el hígado es palpable, en condiciones normales , suele seguirse hasta la
línea abdominal media pero, según el tipo somático, algunos niños permiten continuar
la palpación hepática hasta la pared izquierda del abdomen .
Un hígado de tamaño :iormal puede parecer agrandado en diversas situaciones
que provocan su descenso, como por ejemplo: procesos intratorácicos con aumento
del atrapamiento aéreo, colecciones subfrénicas, etc.
En la Tabla 1 se especifican las variaciones del tamaño hepático según la edad,
medido por percusión. desde el límite superior al borde inferior.
Tabla 1.
127
Exploración del Higado y las vias biliares
3 años 7
4 años 7.5
5 años 8
12 años 9
Anamnesis
Los síntomas principales que se ha de indagar ante la sospecha de una afección
hepática son: generales, como decaimiento, astenia, fiebre , adelgazamiento; manifes-
taciones digestivas (anorexia, náuseas, vómitos , diarrea, estreñimiento) fenómenos he-
morragíparos; trastornos neurológicos; alteraciones abdominales (dolor, distensión) y
presencia de ictericia con modificaciones de las heces (acolia, hipocolia) y de la orina
(oliguria, coluria).
lnspeccióA'
La configuración del vientre puede ser normal o mostrar distensión global por gran
.!J;epatomegalia o por hepatomegalia con ascitis. En otros casos habrá distensión par-
c'1al, con resalto c1rcuncrito al hipocondrio derecho por hepatomegalia aislada.
Palpación
La palpación hepática permite determinar forma, consistencia, sensibilidad y caracte-
nsticas de la superficie y el borde inferior.
Palpación simple
El examinador debe ubicarse a la derecha del paciente y colocar la mano derecha de
plano, sobre el abdomen, en posición transversal o siguiendo al eje del cuerpo . Con-
viene comenzar buscando el borde hepático de abajo hacia arriba . Si el niño colabora
debe solicitarse que inspire profundamente, para lograr cierto descenso del hígado.
Método de Mathieu
El examinador debe situarse por detrás de la cabeza del paciente acostado . Se coloca
ambas manos juntas, con los índices tocándose y los dedos ligeramente flexionados
en gancho, tratando de palpar el borde inferior hepático, a nivel del hipocondrio o
subiendo desde la fosa ilíaca derecha.
Método de Devoto
Sólo se utiliza en niños mayores de 3 años. Con el paciente de pie, el explorador se
sitúa por detrás, lo rodea con su brazo derecho y pone la mano en gancho. por debajo
del reborde co stal.
Método de Wi¡nhoff
La maniobra es similar a la anterior, pero con el paciente sentado, -con sus manos
apoyadas en las rodillas y el tórax inclinado hacia adelante .
128
Semiología Pediátrica
Palpación esplénica
Se efectúa con el niño acostado en decúbito lateral derecho, con el miembro inferior
derecho extendido y el izquierdo flexionado sobre la pelvis; el operador se ubica del lado
izquierdo y utiliza su mano izquierda o ambas, con los dedos ligeramente en gancho, bajo
la parrilla costal, tratando de enganchar el polo inferior del órgano. En las grandes esple-
nomegalias conviene comenzar la palpación de abajo hacia arriba hasta encontrar el bazo.
Otro método es con el niño en decúbito supino; el examinador se sitúa a la izquierda
del paciente, colocando la palma de la mano derecha sobre la parte inferior izquierda
del tórax; los dedos se deslizan por debajo del reborde costal de ese lado hacia abajo ,
buscando el polo o el borde esplénico.
Con relativa frecuencia es posible palpar el bazo normal en los dos primeros años
de la vida.
En toda esplenomegalia, la palpación correcta permite identificar un tumor no muy
duro, de superficie lisa, que se moviliza con los movimientos respiratorios y los de la
mano que palpa, con una o varias escotaduras en su borde anterior o interno; no
ocupa la fosa lumbar y tiende a crecer oblicuamente hacia adentro y hacia abajo en
dirección hacia la fosa ilíaca derecha; estas características hacen posible diferenciar
un bazo agrandado de otros tumores de la región (tumores renales, hidronefro,s.Js, etc.).
Percusión
Percusión hepática
Es factible reconocer el tamaño y la sensibilidad del hígado. Se comienza a nivel de
la línea medio-clavicular derecha, desde el 2º espacio intercostal hacia abajo . El re-
conocimiento del borde inferior se realiza mediante una percusión suav e de la pared
abdominal, comenzando en la fosa ilíaca derecha y dirigida hacia arriba. La percusión
suave de la parte inferior de la cara anterior del hemitórax derecho es útil para d etectar
dolor, sobre todo en los niños pequeños que suelen responder con llanto o contractura
brusca de los músculos abdominales.
Percusión esplénica
Se percute la zona inferior del hemitórax izquierdo, cara anterior y lateral, correspon-
diente al espacio de Traube que es habitualmente sonoro; la macidez se debe a es-
plenomegalia o a procesos anormales que ocupan la base del hemitórax izquierdo.
También puede percutirse suavemente la matidez esplénica en el flanco izquierdo,
según el tamaño del bazo.
Percusión abdominal
Permite detectar la presencia de: hepatomegalia , mediante la percusión suave de la
pared del hemiabdomen derecho; esplenomegalia, por percusión suave del hemiab-
domen izquierdo, así como de ascitis; la matidez es de todo el abdomen (ascitis de
gran volumen) o es desplazable; en este caso se coloca al paciente alternativamente
sobre uno y otro flanco y tratando de percutir la zona de matidez que viene a ocupar
un flanco previamente sonoro (ascitis de menor magnitud).
129
Exploración del Hígado y las vías biliares
lcterícía
Es la coloración amarilla de piel y mucosas debida a su impregnación por bilirrubina.
La manifestación clínica depende de las cifras de bilirrubina en sangre Y para ello es
nec esario que supere determinada concentración que se denomina ;'umbral de icteri-
cia". Éste es más elevado en los niños que en los adultos. En el recién nacido Y el
lactante pequeño, en general, deben existir cifras de 3-4 mg % para que la ictericia
sea clínicamente evidente. En los adultos alcanza con 1 mg¾ . La bilirrubina tiene gran
afinidad por el tejido elástico lo que explica su expresión máxima y habitual en zonas
neas en ese tejido como piel, mucosas y vasos sanguíneos. La bilirrubina directa, por
ser soluble en agua y penetrar más fácilmente a los fluidos corporales, suele dar ic-
tericia más intensa que la bilirrubina indirecta. Por lo demás, fuera de la edad neonatal
y de los graves accidentes hemolíticos post-transfusionales en cualquier edad, es muy
excepcional que la bilirrubina libre alcance niveles tan altos como la conjugada (en
otras situaciones patológicas) como para establecer comparaciones. La bilirrubina libre
o indirecta es liposoluble y tiene gran afinidad por el tejido nervioso, lo que explica
que, con niveles sanguíneos elevados, se fija a éste, en el recién nacido (kernicterus
o ictericia nuclear).
En todo ca so de ictericia debe determinarse fecha de inicio, circunstancias de
aparición, intensidad y evolución .
Existen dos tipos de ictericia con diferente mecanismo de producción, agentes
causales, características clínicas y de laboratorio.
130
Semiología Pediátrica
Manifestaciones neurológicas
Existen diferentes manifestaciones neuropsiquiátricas que dependen de las circunstan -
cias de aparición (falla hepática aguda o crónica) y de los factores eti ol ógic os (hepatitis
virós•ica, tóxica, encefalopatía por "shunt" porto-sistémico), si bien dichos factores pue-
den asociarse.
Gran número de alteraciones leves pueden presentarse al inicio de la insuficien c ia
hepatocítica, llegando al coma profundo en la insuficiencia grave.
Se han definido grados de afectación neurológica aplicables al niño mayor, de
acuerdo a la aparición de diferentes signos y síntomas:
131
Exploración del Hígado y las vías biliares
Aliento hepático
El ali ento hep ático (fetor hepaticus) es característico en pacientes con insuficiencia
hepá tic a grave , esp ec ialm ente con gran circulación colateral. Su or igen es presumi-
b le men te intestinal. Es el olor fecaloideo comparable al que exhala el cuerpo de un
ratón re cientemente ab ierto o al que desprende la tierra mojada .
Manifestaciones cutáneas
♦ Lesione s de rascado . Son determinadas por el prurito: aparecen en las icte-
ri c ias por derivac ión bilio-sanguínea . Su intensidad se relaciona con la de la
ic tericia y se vincula a la reten c ión de sales biliares (colalemia) .
♦ Lesiones hemorrágicas. Pueden presentarse púrpura, hematomas, sangrados
cután eo-mucosos espontáneos o ante traumatismos mínimos .
♦ Lesiones vasculares . Se deben al hiperestrogenismo resultante de la falla he-
patocítica para la metabolización hormonal. Se describen :
132
Semiología Pediátrica
Esplenomegalia
Es el aumento del tamaño y la consistencia del bazo vinculado a la congestión p or
dificultad en el retorno venoso. Puede acompañarse de hiperesplenismo con d isminu -
ción del número de células sanguíneas, la más constante, de las plaquetas y los gló-
bulos rojos.
Ascitis
Acompaña a la hipe rtensión portal cuando ésta se acompaña de insuficiencia hepato-
cítica. En su formación interviene , además de la hipertensión, la disminución de la
presión osmótica del plasma. Se manifiesta por distensión abdominal y rnacidez gene-
ralizada o desplazable, de acuerdo a la magnitud del derrame . En los casos de ascitis
de gran entidad hay desplegamiento de la cicatriz umbilical y pueden aparecer hernias.
Manifestaciones neurológicas
En la hipertensión portal de gran intensidad se presentan manifestaciones neurológicas,
133
Exploración del Hígado y las vías biliares
Manifestaciones hemorragicas
Puede ocurrir hemorragia diges-tiva alta, secundaria a la rotura de várices esófato-gás-
·lrica o, menos frecuentemente, en la infancia, hemorragia digestiva baja por presencia
de hemorroides.
Anemia
Es secundaria a sangrados reiterados o a hiperesp.lenismo, con leucopenia y trombo-
citopenia por esta última causa.
134
Semiología Pediátrica
135
Exploración del Hígado y las vías biliares
136
Semiología Pediátrica
Lo_s principa!es conductos hepáticos suelen aparecer prominentes aunque una di-
latac1on generalizada del conducto biliar intrahepático no sea siempre evidente .
los_ tumores hepáticos son poco frecuentes, pero representan el 6% de los tumores
abdominales en pacientes pediátricos y constituyen la segunda masa abdominal más
común de origen gastrointestinal en este grupo de edad.
. El desarrollo de nuevas tecnologías diagnósticas ha inducido a la formulación de
metodos algorítmicos potenciales para el estudio de una masa abdominal.
La tomografía computarizada tiene un papel diagnóstico cada vez más primordial
en el estudio de una masa hepática. No solo demuestra las caracteristicas anatómicas
de _la masa, sino también determina la extensión local y metástas is de las lesiones
malignas .
La ec_ografía confirma la naturaleza ecogénica de la masa intrahepática, pero pre-
senta l1m1tac1ones para definir la localizació n anatómica y la extensió n del tumor· re-
quiere experiencia del exami nador y mayor tiempo de examen. ·
Es posible . detecta r masas neoplásicas relativamente pequeña s, porque distorsio-
nan la anatom1a normal del hígado o porque el eco presenta un modelo atípico, frente
a los ecos relativamente homogéneos del hígado normal.
Los tumore~ benignos son típicamente encapsulados y las reflexion es es pectacu-
l~res de sus capsulas producen una imagen lineal en la sonografía. Los tumores ma-
lignos rara vez son encapsulados ; sus márgenes están a menudo mal definidos, aunque
a veces presentan un halo alrededor.
La sonografía es útil en el control de los pacientes si persisten los defectos. si hay
nuevos o una posible necrosis tumoral por el tratamiento .
Ecográficamente la imagen de las venas varía considerablemente y su diámetro
depende en gran parte de las presiones 1ntratorácicas.
. L:a vena c_ava inferior y el sistema venoso suprahepático pueden aparec er espon -
taneamente dilatados a causa de un hígado de estasis y no existe ninguna modificación
e~ las imágenes entre la inspiración y la espiración. Los procesos expansivos 1ntrahe-
pallcos pueden ocasionar el rechazo o la desaparición de algunas venas suprahepá -
ticas en las zonas afectadas .
La eva;uación de la af?cción tumoral de la vena cava inferior suele obtenerse por
la ecografia o la tomograf1a computarizada .
La dilatación de la vena porta y del sistema venoso esplenomesentérico puede
d_emostrarse por ecografía durante la hipertensión portal global. Por el contrario, la no
v1s1b1hdad de la vena porta y de sus ramas hiliares debe hac er sospechar un cavernoma
porta.
Páncreas
La investigación ecográfica por patología pancreática es menos frecuente en Pediatría
que en adultos.
Los dolores abdominales sospechosos de pancreatitis hacen necesario su estudio
El examen ecográfico del páncreas está dificultado por los gas es digestivos, particu-
larmente abundantes en el niño pequeño. Se le reconoce por su forma de herradura
o_n_cavidad P?sterior, con sus referencias vasculares conocidas, especialmente 1~
d_e . c_
v1s1b11idad del triangulo (arteria mesentérica, vena cava inferior y aorta} así como el
tronco e~plenoportal. Se realizan cortes transversales en decúbito dorsal, reconocién-
dose el organo p~r su_ ecogen~cidad específica constituida por ecos finos y más bri-
llantes que el parenqu1ma hepatico.
El exa men ecográfico ha permitido a H. Rosemberg aprec ia r las dimensione s del
páncreas en el niño : cabeza de 1O a 20 mm, cuerpo de 4 a 1O mm y la cola de 8 a
18 mm .
137
Exploración del Hígado y las vías biliares
138
Semiología Pediátrica
Estudios angiográficos
en el hígado del niño
Arteriografía hepática
En los tumores hepáticos aporta elementos diagnósticos, pero sobre todo interesa para
conocer si el paciente es pasible de una terapia quirúrgica y estudiar la anatomía
hepática con vistas a una resección o bien si se van a efectuar proced imientos de
radiología intervencionista terapéutica transcateterismo.
Se cateteriza la arteria hepática, previa documentación del tronco celíaco . Hay
que recordar que el origen de la arteria hepática tiene múltiples variantes anatómi-
cas.
Se inyecta medio de contraste iodado hidrosoluble y se documentan las fases he-
páticas arterial, arteriolocapilar y sinusoidal.
Si se inyectó en el tronco celíaco se obtiene también el esplenoportograma de
retorno .
Esplenoportografía por
cateterismo de la arteria esplénica
Por punc ión femoral y de acuerdo a la técnica de Seldinger se pasa un catéter con
curva preformada a la aorta, se introduce en el tronco celíaco y se cateteriza la arteria
esplénica.
Se inyecta contraste en la arteria esplénica documentándose arteriograma y esple-
nograma, pero sobre todo interesa la visualización del eje venoso esplenoportal en la
hipertensión portal.
Debe establecerse: la permeabilidad de esplénica y porta, presencia de vías ve-
nosas de derivación, calibre y topografía de la vena esplénica ante la posibilidad de
una operación de derivación .
Mesentericoportogratía por
cateterismo arterial de la arteria mesentérica superior
Se cateteriza la arteria mesentérica superior. Se inyecta contraste y se documenta
sobre todo la fase venosa: mesentérica superior y porta . Así se obtiene un mejor por-
tograma que con la esplenoportografía por vía arterial esplénica (en esta última, una
gran esplenomegalia puede impedir una correcta visualización esplenoportal).
139
Exploración del Hígado y las vías biliares
2. Cirrosis ,
Son 30 % de las obstrucciones portales. El eje esplenoportal es normal y solo las ramas
distales intrahepáticas están alteradas.
3. Obstrucción suprahepática
Es rara. La esplenoportografía es normal. Debe recurrirse a la cavografía con supra-
hepaticografía.
140
Semiología Pediátrica
Metabolismo normal
La bilirrubina se forma a partir de la ruptura del núcleo tetrapirrólico procedente de la
hemoglobina en el sistema mononuclear fagocítico. Es transportada en el plasma, unida
a la albúmina, hasta el hepatocito donde el sistema enzimático glucuronil-transferasa
la conjuga, transformándola de lipo a hidrosoluble, detoxicándola. Es excretada así por
la bilis y llega a la luz intestinal; en ésta, por acción bacteriana, se transforma en
urobilinógeno. Parte del urobilinógeno es reabsorbido en el colon y llega por vía porta
al hígado siendo re-excretado por la bilis, parte se elimina con las heces y otra porción
pasa a la circulación general, siendo eliminado por el riñón.
Ictericia
La coloración amarilla de piel y mucosas ocurre cuando el nivel de bilirrubinemia supera
los 2,5 mg/dl. Hay un intervalo entre los valores normales (bilirrubina total hasta 1,00
mg/dl, · bilirrubina conjugada hasta 0,20 y bilirrubina libre hasta 0,80) y la presencia de
ictericia, en el cual la manifestación sólo se traduce a nivel bioquímico (ictericia sub-
clínica).
141
Exploración del Hígado y /as vías biliares
Hiperbilirrubinemias no conjugadas
La DI .es 80% o más de la 8T. Según su origen y etiopatogenia pueden ser:
Hiperbilirrubinemias conjugadas
Predomina el aumento de 8D y se acompañan de coluria. El origen del trastorno es
hepatocítico (hepatocelular o hepatocanalicular) o post-hepatocíti~o: Las a_lteraciones
hepatocelu/ares se deben a lesión parenquimatosa por agentes tox1cos o 1nfecc1osos
(hepatitis) ; se asocian a déficit funcional de conjugación, regurgitación de 80 hacia la
sangre, etc . Hay hipocolia y otros síntomas de lesión parenquimatosa. En las hepato-
canalicu/ares está especialmente alterada la excreción biliar, sea por procesos malfor-
mativos que comprometen las vías biliares intrahepáticas (atresia o hipoplasia) sea por
defectos metabólicos congénitos (Síndrome de Dubin-Johnson y Síndrome de Rotor)
con retención intrahepatocítica de 8D y transporte alterado hacia el polo biliar (80
hasta 23 mg/dl sin mayor traducción patológica) . En las post-hepatocíticas el flujo biliar
está alterado en las vías extra-hepáticas (atresia y otras malformaciones, compresiones
extraductales) no llega bilis al duodeno (acolia) o lo hace de modo insuficiente (hipo-
colia) y parte de la 8D no excretada regurgita hacia el medio interno.
142
Semiología Pediátrica
que la_ (osfatasa alcalina aunque sus incrementos pueden ser más tempranos
Y manifiestos, por ser una enzima muy sensible. Es también más inespecífica
ya ~ue la_ in~ucen. además elementos tales como fármacos, cuya ingestión
sera preciso investigar. Valores normales: varones 8-38 UIJ1. niñas 5-25 Ul¡I.
♦ Colesterol : es típica su mención en la colestasis, su valor en las formas cró-
nicas Y su jerarquización como indicador de la atresia intrahepática. En reali-
dad, la hipercolesterolemia es una manifestación parcial de fa dislipidemia
glo_b_al que puede _observarse, junto al aumento de triglicéridos, fosfolípidos y
lec1tina. El mayor incremento, en el lipidograma, se aprecia en fa fracción de
los LDL (beta). Los valores normales varían con la edad: recién nacido 53-135
mg/dl, lactante 70-175 mg/dl y niño 120-200 mg/dl.
Debemos considerar otros elementos de colestasis cuyo estudio no integra los pro-
cedimientos de rutina, tales como:
143
Exploración del Higado y las vías biliares
144
Semiología Pediátrica
145
Capítulo XIX
Medicina Nuclear en
Gastroenterolog ía
Dra. Graciela Lago
Introducción
Los procedimientos diagnósticos en Medicina Nuclear son muy sensibles, no invasores
Y aportan una información morfológica y funcional de los diferentes órganos y sistemas
del cuerpo humano.
Los radiofármacos utilizados unidos al 99m Te de 6 horas de vida media física
hacen posible obtener una alta calidad de información con una mínima irradiación al
niño. Cad_a vez más los investigadores radioisotopistas se inclinan a buscar la mayor
informac10~ en los aspectos_funcionales y enfocar menos el aspecto morfológico.
El crec1mIento de Medicina Nuclear en Pediatría ha sido posible por: ·
Indicaciones
Centellografía hepatoesplénica
La centellografía hepatoesplénica con 99m Te coloidal da información sobre tamaño.
localización, morfología, estructura y función de ambos órganos (1, 2).
, . Sus hallazgos deben ser interpretados junto a la clínica del paciente, el examen
fis1co Y otros estudios, dado que no da un diagnóstico específico.
Se puede complementar, como veremos más adelante, con otros radiofármacos
según la i~dicación clínica, como el 67 Ga o el 111 In para infecciones; glóbulos rojos
des~aturahzados con 99m Te para búsqueda de bazos accesorios; o "pool" sanguíneo
h~pat1co_ con el fin de observar la vascularización de un proceso de sustitucion 0
d1agnost1car un hemangioma . · ·
Método
Se inyecta 99m Te coloidal por vía endovenosa, la dosis administrada es de 30 µCi.,1<g
147
Medicina Nuclear en Gastroenterología
peso . El radiofármaco es rápidamente absorbido por las células del sistema retículo-
endotelial de! hígado, siendo fagocitado por las células de Kupffer, en un 80%, 5 a
10% por el bazo y 10% restante por la médula ósea (3)
Se obtienen imágenes planares a los 15 minutos post-inyección en proyecciones
ántero-posterior, póstero-anterior, lateral derecha y lateral izquierda. Actualmente se
completa con un estudio en SPECT que ha incrementado la capacidad del procedi-
miento en sensibilidad y eficacia en las diferentes patologías hepato-esplénicas.
Según se mencionó, se complementa con el "pool" sanguíneo hepático que consiste
en la marcación "in vivo" de los glóbulos rojos, previa administración de pirofosfato y
que nos da información sobre la vascularización del proceso.
Malformaciones
Anormalidades congénitas como malposición de órganos, asplenia, poliesplenia, bazos
accesorios pueden ser rápidamente diagnosticados con el centellograma hepato-es-
plénico.
Se complementa con el "pool" sanguíneo, inyectado ya sea en las venas del dorso
del pie; para comprobar permeabilidad de la vena cava inferior en venas de pliegue
del codo, para observar el recorrido de la vena cava superior (4, 5).
El diagnóstico positivo se basa en:
Infecciones
El absceso hepático es poco frecuente en el niño y se visualiza como un área hipo-
captante en el centellograma hepato-esplénico. Es fundamental complementar con 67
Ga que acumula el radiotrazador en el área problema .
El 67 Ga es un radionucleido producido por el ciclotrón que ha demostrado
concentrarse en los abscesos. La explicación está dada por su afinidad con la
lactoferrina y los sideróforos producidos por ciertas bacterias y microorganismos,
por su captación por la membrana plasmática de los polimorfonucleares y acumu-
lación en algún tipo de bacterias . Presenta una sensibilidad del 91% y especificidad
del 93%. Es de primera elección su utilidad en infecciones ocultas para ubicar el
proceso en curso (6) .
El diagnóstico positivo se basa en:
Traumatismos
En· los traumatismos es fundamental realizar el estudio con SPECT dado que ubica
la zona traumática en relación a las estructuras vecinas (7).
El hematoma o la ruptura hepática o esplénica aparecen como zonas de menor
concentración del trazador.
Se deben realizar estudios seriados de control con el fin de observar la progresión
lesiona!. La asociación de traumatismo renal debe ser siempre considerada cuando se
encuentre una alteración esplénica.
Otro estudio complementario puede ser la colecentellografía con 99m Te IDA que
explora las vías biliares y demuestra la existencia de una bilirragia .
Su mayor utilidad se ubica en el seguimiento lesiona!.
148
Semiología Pediátrica
quístico (QH o poliquistosis) o tumoral que es menos común en el niño. Esta patología
se visualiza como una o varias zonas de ausencia d e radiactivid ad (8) .
Se complementa, como vimos, con el estudio de "pool" sanguíneo hepático en el
que se comprueba la vascularización del proceso. En los procesos quísticos se sigue
observando como hiporradiactivo y en los procesos tumorales se comprueba que
están vascularizados (9, 1 O).
Cuando existe la sospecha de un hemangioma se deben realizar vistas tardías
hasta 3 a 4 horas post-inyección, comprobándose la gran vasculari zación del pro-
ceso, francamente mayor que el resto del hígado. Es la única técnica que puede
hacer diagnóstico positivo de hemangioma y se debe solic iiar como estudio de
elección .
Los procesos tumorales primarios no son frecuente en el niño, se acompañan ge-
neralmente de una hepatomegalia (hepatoma, hepatob lastoma) .
Los procesos metastásicos (tumor de Wilm, neuroblastoma, linfoma) pueden o no
acompañarse de hepatomegalia. Es en estos casos muy útil la realización del SPECT
dado que distingue las relaciones con los conductos biliares y vena cava, de gran
utilidad para la intervención quirúrgica ( 11 ).
En el neuroblastoma se puede complementar con un estudio de 131 1 MIBG, dado
que es captado por las células cromafines, haciendo una marcación del tumor y d e
las metástasis. Los resultados son altamente promisorios y fundamentan su aplicación
como terapéutica dado que es marcado con 131 1 y se sigue un tratamiento semejante
a los carcinomas diferenciados de tiroides.
En los procesos difusos se observa el hígado agrandado y con una distribución
irreg.ular del radiocoloide . Puede existir, tamb ién, una esplenomegaha con un aumento
de la concentración con respecto al hígado y concentración en médula ósea, elementos
que hacen diagnóstico indirecto de hipertensión porta.
El diagnóstico positivo se basa en:
Vías biliares
La colecentellogralía explora las vías biliares . Los radiofármacos utilizados son los
derivados de los ác idos iminodiacéticos marcados con 99m Te . El rad iotra zador
llegá al hígado por vía de la vena porta y la arteria hep átic a, siendo extraído d e
los sinusoides hepáticos a los hepatocitos . Luego es secretado a lo s canal ículos
biliares, junto con la bilis , pasando a los canalículos extrah epáticos y al intes tino.
El 85% del radiotrazador es excretado por el sistema hepato biliar, el 15% re stante
por la orina . Si existe una disfunción hepato-biliar. aumenta la excreción por vía
urinaria .
149
Medicina Nuclear en Gastroenterología
Método
Se inyecta 99m Te IDA por vía endovenosa. La dosi~ usualmente administrada es d:
100 a 200 Ci¡l<g peso . Se obtienen imágenes inmediatas, a la hora , 4 horas, 8 hora
y 24 horas post inyección o hasta que se visualice el intestino.
Quiste de colédoco
La c olecentellogralía sirve como método complementa_rio al ultrasoni?o dad? que e~
el únic o método no invasivo que visualiza la entrada directa de la bilis al quiste cole
dociano.
En el quiste de colédoco se encuentra :
Fístula biliar
" o com plicaci ón qu irúrg ica es rápida-
· a un •,raum a 1·1s mo
La fístu la b iliar see;undaria
mente diagnosti cada p or la colecentell ografía.
En la fís tula b iliar se encuentra:
Enfermedad de Caroli
Se visualiza la dilatación de los conductos biliares con retardo en la eliminación del
radiotrazador sin obstrucción.
Hemorragia digestiva
Los estudios de Medicina Nuclear tienen indicación en la investigación_ de divertículo
de Meckel en las hemorragias agudas digestivas bajas para topograliar el lug_a_r de
sangrado ~n el colon y en la pérdida sanguínea intestinal inaparente que se manifiesta
por anemia hipocrómica.
150
Semiología Pediátrica
Divertículo de Meckel
El divertículo de Meckel como causa de hemorragia frecuentemente se observa en
niños y más raramente en adultos. El radiofármaco que se emplea para su diagnóstico
es el 99m Te en forma de pertecneciato que es captado por la tiroides, por las glán-
dulas salivales, por los plexos coroideos, por las células de la mucosa gástrica y
eliminado por la vía urinaria.
Los divertículos de Meckel que sangran son aquellos que tienen mucosa gástrica
ectópica y esto es lo que permite su visualización al aparecer con ce ntración de ra-
diactividad anómala en las zonas de proyección habitual del divertículo en los mismos
tiempos en que se observa la configuración de la imagen gástrica.
Hemorragia intestinal
En la pérdida sanguínea intestinal no ostensible clínicamente que se manifiesta por anemia
hipocrómica, la marcación de glóbulos rojos con el 51 Cr citrato permite su demostración
por medida de las heces de las 72 horas posteriores al inicio del examen (15).
Tránsito esofagogastroduodenal
En relación con las alteraciones funcionales del tránsito a nivel del esófago, del estó-
mago y del duodeno, los estudios radiosotópicos permiten obtener en forma sencilla
y bien tolerada por el paciente, información de valor en diversos cuadros nosológ icos.
Tránsito esofágico
Se explora a través de la deglución por parte del paciente de un bolo radiactivo de
99m Te coloidal y la adquisición de imágenes seriadas en la computadora con una
frecuencia de un cuadro por segundo. El estudio se efectúa estando el paciente en
decúbito dorsal y en posición erecta. Mediante el procesamiento en el sistema de
computación se obtienen las curvas de radiactividad/tiempo correspondiente s al pasaje
del trazador por el tercio superior, medio e inferior del órgano, que se observan como
tres picos secuenciales y en menos de 15 segundos la sustancia radiactiva abandona
el esófago alcanzando el estómago.
Las alteraciones de tránsito esofágico es expre~an de acuerdo a grades progres ivos
por: prolongación del tiempo de tránsito y por ruptura de la secuencia de las ondas
y aparición de ondas terciarias que indican la desorganización del peristaltismo eso-
fágico. Los tránsitos son catalogados en prolongados, adinámicos o incoordinados y
evidencian las primeras etapas de alteración funcional que preceden a las que tie nen
expresión radiológica. El estudio es más sensible que la manometría esofágica y el
"test" de "clearance" ácido y además tiene las ventajas de no ser invasor, ser inocuo,
breve y de muy buena tolerancia para el enfermo. Su indicación principal es en las
afecciones no obstructivas del esófago y en nuestro medio se destaca su valor en la
Enfermedad de Chagas.
151
Medicina Nuclear en Gastroenterología
Bibliografía
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152
Capítulo XX
Exploración del
Sistema Endócrino
Dr. José María García-Loriente
Las 1>ecreciones internas aportan elementos bioquímicos a los procesos fisiológicos .del
organismo, contribuyen a la conversión de los nutrientes en energía y permiten la apli-
cación de ésta para proteger y conservar el equilibrio vital.
El eje neuro-hormonal tiene una íntima relación con el gobierno del crecimiento, el
desarrollo y la maduración. Su exploración es de gran importancia para comprender
el papel que desempeñan las glándulas de secreción interna en el niño y el adolescente
sanos y para diagnosticar oportunamente sus desviaciones patológicas.
Dado el amplio espectro de manifestaciones, relacionadas entre sí y con otros
sistemas de la economía, sería artificioso subdividir este capítulo en la semiología de
cada glándula en particular.
Sin excluir estos aspectos, se ha jerarquizado aquí lo frecuente y lo importante,
sea en la salud (crecimiento, desarrollo y diferenciación sexual) o en la enfermedad
(síndromes que traducen la imperfección, el desajuste o el fracaso del sistema neuro-
endócrino) .
Hipocrecimiento
Es el producto de un concepto estadístico. Es la estatura inferior a dos desviaciones
estándar para edad, sexo, raza y época. Por lo tanto cada generación debe tener su .
propia estadística. Es fundamental referir, en la gráfica que se utilice, · 1a estatura de
los padres. La idea puntual de una sola medida debe completarse con el concepto
evolutivo de la velocidad de crecimiento. Así se debe recordar que normalmente el
recién nacido (RN) mide 50 cm, el primer año incrementará unos 25 cm, el segundo
12 cm y luego sumará 5 cm anualmente y en la pubertad, 1 O a 30 cm (media 20 cm).
Se acepta que el crecimiento será patológico o tendrá posibilidades de serlo si es
inferior a 4 cm por año.
El enanismo es el déficit de más de 20% del mínimo correspondiente.
Historia
La consulta es muy frecuente, aun cuando los padres sean notoriamente concordantes
con la estatura del paciente. Es muy común que se realice en la edad escolar o
primeros años de la Secundaria, donde espontáneamente surgen las comparaciones,
sobre todo entre los varones. En estas consultas, las causas más frecuentes son la
genética y la constitucional. Vale establecer desde cuándo se notó el hipocrecimiento;
155
Exploración del Sistema Endócrino
los primarios son de estatura baja desde el nacimiento, ya que comprenden a los que
tienen el defecto en el propio crecimiento esquelético y seguirán bajos. Conviene re-
cordar que el prematuro nace pequeño pero luego recupera la talla que le corresponde.
Los hipocrecimientos secundarios son de los niños que al inicio tienen su sistema
esquelético planificado para crecer normalmente; nacen con estatura normal (salvo ,que
ya reciban la agresión in utero) y posteriormente alguna noxa impide este crecimiento.
El constitucional tiene este perfil pero con la pubertad aumenta la velocidad de creci-
miento y queda de la talla esperada para la familia.
Se interrogará sobre posible proceso expansivo intracraneano (cefaleas, vómitos,
trastornos visuales, etc.).
Antecedentes personales
Lo más frecuente es que no existan antecedentes patológicos pero deben investigarse
cuidadosamente. Los factores que pueden alterar el crecimiento, potencialmente nor-
mal, son múltiples:
Antecedentes familiares
Las condiciones socioeconómico-culturales son de gran valor, por su frecuencia e
importancia. Antecedentes de crecimiento tardío con la pubertad del constitucional,
alcanzando entonces la estatura familiar. Las alturas de la familia (fundamentalmente
los padres) son elementos de los hipocrecimientos genéticos donde toda la familia
es baja. Antecedentes de alteraciones sectoriales en formas completas o a veces
parciales (acondroplaxoides, fracturas frecuentes y sus secuelas). Metabolopatías (te-
saurismosis).
Examen
El hábito puede ser variable. El más frecuente es el de aspecto totalmente normal
salvo la baja estatura. Este aspecto lo puede presentar el genético o el constitucional
y el. secundario a una falla hipofisaria (hGH aislada). este último puede presentarse
únicamente como que crece menos de 4 cm/año . Por el contrario en el panhipopitui-
tarismo el aspecto es especial ya que son varias las líneas hormonales que fallan;
tendrá aspecto de menor edad sugiriendo el infantilismo, grácil, piel p á-lido-alabastrina ,
miembros finos; en la edad correspondiente la pubertad no se presenta.
156
Semiología Pediátrica
Medidas
Es necesario realizar las siguientes:
157
Exploración del Sistema Endócrino
Paraclínica
Cariotipo
Muchas veces será necesario su estud-io. Descartar el Síndrome de Turner.
Edad ósea
Se realiza mediante radiografías de rodilla y talón en el recién nacido Y de puño-mano
completa y codo, desde los 6 a 7 meses de edad.
Es de gran valor. Por muchos años hemos usado los parámetros dados en nuestro
medio por el Dr. H. Bazzano, en los que se cataloga la edad de acuerdo a la presencia
y desarrollo de los núcleos epifisarios del puño y el codo. Ultimamente Tanner Y Whitehouse
destacaron el uso de una radiografía de puño y mano completa. Cada hueso se compara
con una imagen radiológica tipo. Se utiliza uno para los huesos del carpo y otro para los
núcleos del cúbito, radio, metacarpo y falanges de los dedos 1Q, 3Q Y 5º (RUS).
De acuerdo al desarrollo de los núcleos se asigna un valor numérico que luego es
sumado y de acuerdo a éste se da la edad ósea. En ambos sexos hay parámetros distintos .
La edad corresponderá a la cronológica en las fallas primarias (familias bajas ,
acondroplasias, Síndrome de Turner, de Noonan, Willi-Prader, Silver-Russell, etc.): en
cambio estará retrasada con respecto a la cronológica (incluso en 2 OS por debajo
de la media) pero de acuerdo con la edad estatura! en : el constitucional, síndrome
celíaco, insuficiencia renal, metabolopatías y endocrinopatías como hipotiroidismo, falla
de hGH y exceso de glucocorticoides, etc .
Radiografía de cráneo
Debe estar siempre integrada al estudio de edad ósea , ya que debemos valorar la
silla turca : tamaño (se ha insistido en que el hipopituitarismo puede acompañarse de
silla pequeña), descalcificaciones, deformaciones o calcificaciones selares o parase-
lares (el craneofaringioma puede presentarse únicamente por un hipocrecimiento), de-
sarrollo del seno esfenoida!, etc.
Serología
El estudio funcional renal debe siempre realizarse para descartar la insuficiencia renal
encubierta que solo se exprese inicialmente por hipocrecimiento.
Dosificaciones hormonales
Hormonas tiroideas
T3, T4 totales y libres y TSH para descartar la hipofunción tiroidea tardía paucisinto-
mática, frecuentemente dishormonogenética y distópica. Esto último se certifica por el
centellograma tiroideo.
158
Semiología Pediátrica
No es práctico dosificar una basal porque hay períodos en que puede ser indosificable
y sin embargo el niño es normal. Se harán pruebas funcionales de estímulo, pudiendo
ser fisiológicos y farmacológicos. Se han descrito muchos tipos , únicamente nos refe-
riremos a los más comunes que se realizan en nuestro medio.
El estímulo fisiológico empleado es el ejercicio (subir y bajar una escalera durante
20 minutos). Los farmacológicos:
En todas las pruebas se. saca sangre basal y posterior al estímulo en tiempos
variables que oscilan cada 15, 30 ó 60 minutos.
La prueba más sencilla es la fisiológica sensibilizada y además la más práctica.
La prueba de hipoglucemia insulínica es de muy buena calidad, pero tiene el riesgo
de que la hipoglucemia que se debe lograr ha de ser del 50% de la basal; esto es
reaimente riesgoso cuando hay un déficit de hGH.
El hecho de que pueden existir falsos negativos en un 15% de los casos, hace que
se exijan dos pruebas sin respuesta (negativas) para considerar una falla de la hGH. Se
pueden realizar pruebas combinadas con distintos estímulos. El más empleado en nuestro
medio, luego del ejercicio-propranolol, es el ejercicio-L-Dopa simple o con propranolol.
Los valores basales. normales de hGH pueden ir de indetectables (por lo antes
señalado) hasta 1O ngftnl. La capacidad funcional de reserva se considerará disminuida
si es inferior a 5 ó 7 ngftnl y buena de 7 en adelante; indiscutiblemente normal si
alcanza 10 ngftnl o más .
Se debe recordar que en el hipocrecimiento de Larón los valores de hGH serán
destacadamente altos pero la somatomedina C, baja.
Estudio psicológico
Se realiza para valorar cómo puede incidir o colaborar en esta patología.
Hipercrecimiento
Es una consulta frecuente, sobre todo en el sexo femenino (problema estético). Los
más ·habituales son genéticos y generalmente el antecedente familiar es de gran valor.
No obstante debemos recordar que pueden existir ancestros de baja estatura en in-
migrantes de zonas carenciadas. Este es un hipercrecimiento armónico, en un paciente
sano con paraclínica normal. Al lado de estas formas genéticas están las que realmente
son una expresión patológica . No entraremos en los debidos a una pubertad precoz
ni á los correspondientes a pubertades retrasadas, ni en el hipertiroidismo, que serán
tratados en su momento . También el síndrome de Marfan puede ser motivo de consulta;
nos remitimos a él.
El síndrome de Soto o gigantismo cerebral {macrodolicocefalia, hipertelorismo con
inclinación antimongólica en los ojos, frecuente oligofrenia) es hormonalmente normal
y solo se puede encontrar edad ósea adelantada; su crecimiento se va compensando
en el tiempo y finalmente tienen una talla normal en la edad adulta.
15-9
Exploración del Sistema Endócrino
Por fin veremos formas muy poco frecuentes que sugieren el hipersomatotrofinis-
mo. En este rubro señalaremos en primer lugar el llamado Acromegaloidismo, en el
que se presentan signos de hipercrecimiento tipo acromegalia, pero la paraclínica es
totalmente normal. Por el contrario otra forma es el Gigantismo, debido al aumento
crónico de somatotrofina (hGH) de origen tumoral hipofisario. Es raro; su instalación
es lentamente progresiva, lo que puede hacer que pase inadvertido por cierto tiempo
y el diagnóstico hacerse tardíamente cuando ha abandonado ya el terreno de la Pe-
diatría y Adolescencia. Además como el adenoma hipofisario es generalmente peque-
ño, no hay sintomatología neurológica del proceso expansivo que advierta al clínico.
Si el hipersomatotrofinismo se instala tempranamente la estatura puede llegar a valores
importantes, señalados por la literatura de más de 220 cm. La acción somatotrófica
crónicamente sostenida puede provocar la aparición de elementos de acromegalia ,
integrándose la Giganto-Acromegalia. Junto al hipercrecimiento habrá crecimiento
acral: manos y pies grandes y anchos; desproporción cráneo-facial. Facies caracte-
rística {cuando el cuadro es completo), maxilar inferior prognático, diastema, arcos
superciliares salientes, nariz y orejas grandes. La piel es espesa Y como de mayor
tamaño que para el paciente, infiltrada; al apretar la mano parece esponjosa. Piel
poromegálica y con incremento de la sudoración . Más raramente aún puede presentar
galactorrea.
Paraclínica
Radiografía esquelética
El estudio esquelético del cráneo pondrá en evidencia la desproporción cráneo-fa-
cial, e·I maxilar grande, los senos paranasales aumentados, etc. La silla turca puede
ser normal, si el tumor es pequeño, o con deformaciones y descalcificaciones según
el caso. Se podrá apreciar el aumento de partes blandas.
La tomografía computarizada y la resonancia magnética pondrán en evidencia el
tumor y sus características .
Dosificaciones hormonales
hGH
En una toma basal podrá estar normal o aumentada. Se necesitan pruebas funcionales:
el estímulo con L-Dopa (igual al Hipocrecimiento) y/o la depresión con glucosa (1,5
gA<g por vía oral, con un tope de 75 g). Será una somatotrofinemia tumoral si la primera
tiene una respuesta paradoja! (bajan los valores) o en la segunda la hiperglucemia
provocada, no desciende los mismos. Se señala que si a los 90 minutos de la ingestión
de la glucosa la hGH es inferior a 5 ng/dl, es normal.
Somatomedina C
Está aceptado a nivel mundial que es el parámetro más fiel en el diagnóstico y el
control del tratamiento.
Prolactinemia
Debe dosificarse siempre en estos pacientes ya que el tumor puede ser mixto.
Estas dosificaciones han dejado de lado la necesidad de valorar la foslatemia.
Tiroides
Nos referiremos primeramente a la semiología morfológica y luego a la funcional.
160
Semiología Pediátrica
Bocio
Será considerado en eufunción. Los que se acompañan de disfunción se verán cuando
se traten las mismas. Su diagnóstico clínico es semiológico. Como ha sido señalado,
será "todo aumento de tamaño difuso o localizado de la glándula tiroides". El punto
justo en que deja de ser una tiroides palpable para ser un bocio, es muy opinable y
difícil de definir. Esto se basará fundamentalmente en la experiencia del clínico; sin
embargo, es bueno recordar que la OMS, en un intento de definirlo, lo expresó como
cuando el lóbulo tiroideo tiene el tamaño igual o mayor a la falange distal del pulgar
del paciente.
Motivo de consulta
La posibilidad de su existencia motiva frecuentes consultas, pero aquella muchas veces
no se confirma. Al ser eufuncionante, puede pasar por mucho tiempo inadvertido y
constituir un hallazgo casual (observador fortuito). producto de un examen médico de
rutina, de una búsqueda específica (en familias con tiroideopatías), o en una consulta
por sintomatología difusa neurovegetativa, sobre todo frecuente en la adolescencia,
con el hallazgo de un bocio concomitante. Es totalmente inhabitual que trastornos lo-
c orregionales reales motiven la consulta. Sí, es común, que luego de conocer la ex-
istencia del mismo surjan elementos subjetivos en un adolescente sensible.
Enfermedad actual
Como se ha señalado, los bocios eufuncionantes son generalmente asintomáticos, pu-
diendo pasar mucho tiempo inadvertidos ya que las manifestaciones locorregionales
son ex cepcionales . No obstante , el ginecólogo y el perinatólogo deben tener presente
que un bocio puede provocar la deflexión de la cabeza provocando un parto distócico .
La sordera de percepción bilateral debe investigarse, sobre todo cuando hay otros
casos familiares (Síndrome de Pendered) . Cuando su existencia es conocida, se inte-
rrogará sobre su evolución en el tiempo: crecimiento , variaciones de forma, sensibili-
dad, repercusiones funcionales (respiratorias, digestivas, fonatorias).
Examen físico
Ya que ha sido muy bien detallado en nuestro medio por el Prof. JJ Ravera, señala-
remos únicamente algunos elementos propios de la Pediatría. Por supuesto que ganar
la confianza del paciente será fundamental para lograr su colaboración. En la inspec-
ción, el aspecto del cuello variará con la edad , desde presentarse corto y anteflexio-
161
Exploración del Sistema Endócrino
Exámenes complementarios
Ya que hemos partido de la idea de que estamos frente a un bocio eufuncionante, la
paraclínica será sobre todo morfológica .
162
Semiología Pediátrica
Ecografía
Es fundamental que esta técnica la realice un experimentado. Será de utilidad cuando
se t_engan dudas _en cuanto a confirmar, descartar o descubrir nódulos , y en definir el
caracter de los mrsmos. Debe realizarse previamente a la citología para evitar imágenes
falsas .
Citología
Realizada por aspiración con aguja fina.es de gran utilidad, ya que es un acercamiento
al diagnóstico histopatológico. El bocio difuso presentará células tiroideas medianas y
escaso coloide en el hiperplásico y células tiroideas pequeñas con abundante colo ide
en ~I boci~, coloide . Si se ~videncian células espumosas nos hablará de quistificación.
La rnfrltracron hrstoplasmohnfocitaria evolutiva sugerirá la tiroiditis crónica. En el bocio
nodular nos dirá si es quístico o celular y si éste presenta atipías planteará la posibi-
lidad del neoplasma .
Radioisótopos
Su empleo en el estudio de tiroides es de carácter funcional y morfológico. Funcio-
nal, ya ~ue la imagen ob_te_ n ida se debe a que hay tejido tiroideo capa z d e captar
el ra_drofarmaco, y morfologrco porque el centellograma dará una imagen de la glán-
dula.
Los radioisótopos utilizados son varios; en Pediatría ha de preferirse el Tecnecio
99 '.f1et~estable (Te 99m) por su vida media corta (aproximadamente 6 horas) y su baja
radracron. Recordamos que la del 1131 es de una semana y la del 1123, si bien es de
12 horas, es de un alto costo.
No obstante, si es necesa~io estudiar la función de captación, debemos emplear
el y_od~ r~dractrvo, ya que sr bien el Tecnecio es captado, no entra en la hormonogé-
nes1s t~ro~dea . En este ~aso se valora el estudio funcional del metabolismo del yodo
en la t1rordes. Se tendra presente que medir captación no significa medir producción
h?rmonal'. y~ ~ue aquella puede ser elevada en la dishormonogénesis y baja en la
drsgenesra t1rordea y ambas estar en hipotiroidismo.
El cente/Jograma obtenido por la captación del radiotrazador utilizado, dará la ima-
g~n _del _t_ejido tiroide_o._ De ésta podemos apreciar su localización, forma , tamaño y
drstrrbucron del radrorsotopo en el tejido tiroideo. En cuanto a esta última, la homoge-
neidad o no de la imagen expresará zonas de similar o diferente función .
Radiografía de la tráquea
De utilidad para ver el compromiso del eje visceral, al igual que el estudio contrastado
del _t~ánsito esofág_ico. Salvo en el bocio nodular o el multinodular, son de poca apl i-
cacron en este p enado de la vida . Lo mismo podemos decir del estudio del compromiso
otorrinolaringológ ico.
Serológico
Puede ser hormonal. Existen diversas técnicas, destacándose el radioinmunoanálisis
por su alta especificidad y sensibilidad. Se dosifican las ho rmonas tiroideas T3 y T4
en su forma total y libre . Estas últimas son las hormonas actuantes y toman valor ante
la posibilidad del embarazo o d e la estrogenoterapia (sobre todo con anovulatorios)
q~_e al aumentar la proteína transportadora pueden dar la falsa idea de una hiperfun-
cron. Se completa el estudio dosificando la trofina tiroidea (TSH). Como se ha señalado
anteriormente , serán normales .
Anticuerpos: antitiroglobulina y antimicrosomales, se encontrarán notoriamente ele-
vados en la tiroiditis crónica.
Marcadores biológicos: tumorales, son la tiroglobulina para el ne;-- ' ./ i1,.ma diferen-
163
•
Disfunción tiroidea
Por su importancia y frecuenc ia trataremos primero la hipofunción.
Hipotiroidismo
Hipotiroidismo congénito
En nuestro medio la forma esporádica es la más común. Su frecuencia es aproxima-
·dam ente 1 cada 3 .000 nacimientos, con mayor incid encia en el sexo femenino Y en el
síndrome de Oown . La etiología más frecuente es la d isgenesia , que comprende la
hipoplasia y/o la distopia . La primera, llevada a su máxima expresión'. es la agenesia
completa, forma excepci ona l e inc ompatible con la vrda, srn tratamiento; la prueba
fundamental de su existencia es la inexistencia de la tiroglobulina sérica . En general,
siempre hay algo d e tejido tiroideo funcion ante ; depe~d_ erá de ello el grado de hipo-
fun c ión y por lo tanto lo prematuro o no del c uadro c lrnrco. ..
En 1 O% aproximadam ente son dishormonogenéticos , por lo que cuando el te11do
es suficiente pued e llegar a dar boc io . .
Su p res entación clínica más frecuente es a los 3 meses de edad, menos habitual
entre las 6 y 12 semanas y menos aún al nacimiento.
Por esto el niñ o puede nace; apa re ntemente normal y con el tiempo ir apareciendo
elementos de sospecha. Su signología aislada no es específica y el diagnóstico clínico
es integrativo. Así podemos encontrar hlpersomnia , hi_porreactividad_, llanto ronco , rete-
ricia "fisiológica" más intensa y/o prolongada, hipotonra muscular, drastas1s de los rec-
tos , hernia umbilical, cordón umbilical grueso y/o caída tardía, fontanela posterior de
más de l cm y /o persistente, estreñimienlo, descamación y sequed~d- cutánea , etc.
Alguno de estos signos pu ede se r el dominante o aparentemente el unrco.
Para clínic a
Debe hacerse el diagnóstico al nacimiento, de ser posible, antes de la sospecha clínica,
ya que entonces ya ocurrió el daño del sistema nervioso. Para ello, en primer lugar se
hará la dosificación hormonal en suero, por radioinmunoanális is, por las razones antes
se ñaladas. En el recién nacido se d ebe realizar el "screening" (deberá ser obligatorio
por Ley) . Se realiza con sangre de punción de talón a los 3 a 5 días de nacido .º con
sangre de cordón al nacim iento. La misma de imbibe en papel secante especial, se
seca a temp eratura ambiente y se envía al Laboratorio de referencia. Realizada la
dosificación de T4 y TSH, se citará a los niños que tengan valores sospechosos de
hipotiroidismo. Se les sacar á sangre venosa (n o ya cap(lar) y en su suero se dosif_ic_arán
nuevamente las hormonas. Si se confirma la hrpofuncron, el tratamiento debe rnrc1arse
de inmediato, d entro de lo posible antes de los 20 días de nacido. .
Centel/ografía: su rea lización no justifica el retraso en el inicio del tra_tamiento. S,
la paraclínica , por valo res límites, aún mantiene dudas acerca del dragno_s_trco, debe
in iciarse igual el tratamiento y a los 2,5 a 3 años se suspende y se reclasrfrca (ya srn
riesgos p ara el desarrollo del sistema nervioso).
Radiog rafía: la edad ósea se presentará retrasada y al nacimiento encontraremos la
falta d e ios núcleos de la rodi lla y el cub oides del talón , que normalmente están presentes.-
164
Semiología Pediátrica
Para clínica
Las dosificaciones hormonales nos pueden mostrar tres niveles de hipotiroidismo re-
conocibles. En todos estará la TSH elevada dando el sello de hipotiroidismo primario.
En el primero, la T4 (hormona depósito) y T3 (hormona activa) son normales. En el
segundo, T4 es baja y T3 se mantiene normal. En el tercero la T3 también cae . En este
último el déficit se manifiesta clínicamente.
Los anticuerpos antitiroideos y antimicrosomales están marcadamente elevados en
la Enfermedad de Hashimoto, aunque en la diversa patología tiroidea pueden estar
presentes.
El ''test" del perclorato se utilizará cuando se piense en un defecto enzimático y se
desee estudiar el paso donde puede estar el defecto.
En los casos de dudas el "test" de TRH, es útil. Se inyectan 200 mcg i/v en bolo
y se dosifica la TSH viendo su elevación . Si es un hipotiroidismo ésta será marcada .
El centellograma mostrará si existe tejido tiroideo captante, su topografía y si aquélla
es regular o no.
La edad ósea estará retrasada respecto a la cronológica y en relación con la du-
ración del hipotiroidismo y con el retraso de la pubertad que el paciente pu "l da tl! ner .
Los núcleos de osificación pueden presentar la disgenesia epifisaria h'r u. r '! ed d es-
crita por Wilkins: núcleos pulverulentos , lraccionados, en escara >e' . . ; : nay n0rmales
16_5
Exploración del Sistema En dó c rino
H ipertiroidismo
Es poco frecuente en Pediatría. La gran causa es la en fermedad de Graves-B asedow.
Raro en el niño pequeño , aumen ta su fre cu encia c on la edad , con una inc idenc ia
mayor a los 8-9 años y en la ado lescencia. La relación entre mujere s y varones es de
6-8 a 1.
Motivo de consulta
Trastornos del carácter y del aprendizaje (lrecuentemente es la maestra la que llama
la aten c ión), nerviosismo, se torna en el "rompetodo" de la famili a. Esto junto al cambio
de los ojos puede ser el motivo de c onsulta.
En fe rmedad actual
Estos elementos pueden tener algún tiempo de evolución, según las condiciones so-
cioculturales del medio familiar. Puede hallarse un estrés desencadenante claro, como
la muerte de un familiar muy allegado al niño o el cambio forzado a un nuevo medio
escolar o familiar. A veces es claro, que se ha notado un empuje del crecimiento ; el
adelgazamiento puede no ser un elemento destacado, pero en general se refiere que
algo ha cambiado en sus ojos. Todo esto es más fácil cuando hay un familiar ya
conocedor de esta enfermedad . Incluso el bocio pudo pasar inadvertido.
Examen físico
Habitualmente el aspecto del niño o joven es sugerente de la enfermedad. En general
puede presentarse como un longilíneo para su edad, con un estado nutritivo que puede
ser aceptable e incluso bueno.
Corrientemente, luego de un período de tranquilidad aparente pero expectante,
estos niños se tornan inquietos e incursionan por el consultorio tocando todo . La hen-
didura palpebral está aumentada, los ojos son brillantes, lisos y limpios (no congestivos)
dando ojos de muñeca.
Puede existir un parpadeo de frecuencia aumentada . Nunca configuran una oculo-
patía maligna, siendo totalmente excepcional tal hecho. Se pueden observar claramente
los latidos vasculares del cuello. El bocio pudo no haberse notado hasta ese momento
y en general es difuso , elástico, grado 1-11, pero con la evolución Y los antitiroideos
puede· llegar a grado 111. Con frémito y soplo en los pedículos e incluso en toda la
glándula. La taquicardia de reposo siempre estará presente. La piel estará suave Y
cálida. El bocio y la taquicardia son los elementos más constantes .
Paraclínica
Los estudios hormonales serán de primera necesidad (T3, T 4 totales y libres, Y TSH)
para confirmar el diagnóstico. Se hallarán T3 y T4 elevadas con TSH disminuida o
indetectable. Insistimos sobre el valor de las hormonas libres: las dosificaciones sirven·
además para el seguimiento terapéutico.
Los anticuerpos anti-receptor de TSH estarán elevados y su desap arición será un
parámetro de cura .
166
Semiología Pediátrica
La centellografía mostrará una distribución uniforme del radiofármaco con una avi-
dez marcada y rápida descarga del radiofármaco . El área estará aumentada según el
grado del bocio.
Hipertiroidismo nodular
La enfermedad de Plummer o adenoma tóxico es rara dentro de lo infrecuente que
es el hipertiroidismo en este período de la vida . Deberá ser un adenoma aislado o
integrando un bocio mullinodular el que establez c a la hiperfunc1ón . Si 'o hace, de-
berá en general alcanzar 3 cm de diámetro . La sintomatolog1a será de la hiperfun-
ción sin oculopatía destacable y con un nódulo tiroideo que es lo captante en la
centellografía .
Los niveles hormonales tiroideos estarán elevados con TSH descendida, sin eleva-
ción de las inmunoglobulinas anti -receptor, como en la enfermedad de Basedow.
El •~es!" de Werner, administrando T3 para frenar TSH, no suprimirá la captación
del adenoma demostrando su independencia funcional.
Hipotiroidismo
Puede ser por: causas extramaternas (falta de yodo en el medio, medicaciones yoda-
das, antitiroideos de síntesis) o por causas maternas (anticuerpos bloqu eadore s de la
función TSI-B) .
Hipertiroidismo
Es por causa materna (anticuerpos estimulantes de la función (TSI).
Tiroiditis subaguda
El motivo de consulta generalmente se hace durante el curso de un cuadro infe ccioso
general o con una faringitis, al parecer de tipo v1rosico , donde aparece un dolor in í.enso
en el cuello, referido al área tiroidea que puede llegar a impedir la mov :lízación del
cuello y la deglución.
El dolor puede irradiarse a los ángulos maxilares . La palpación se torna dificultosa
ya que el niño se defiende vivamente por el dolor.
El estudio centellográfico tiroideo realizado en etapa aguda tiene la particularidad
de no captar y las hormonas tiroideas pueden estar elevadas por la liberación "tisular".
Podemos tener por unas semanas síntomas y signos de hiperfunc1ón tiroidea , para
lu ego pasar a la situa c ión inversa y por fin todo pu ede normalizarse . Esto es poco
trecuente .
167
Exploración del Sistema Endócrino
Cáncer de tiroides
Únicamente diremos que todo nódulo tiroideo único, más aún si es en un varón debe
plantear esta posibilidad ya que en 15 a 20% puede serlo .
Semiológicamente tendrá la historia de un hallazgo en el curso de un examen o ef
producto de la observación familiar, s_in otr? el:mento de_s_tacable en general. _En lo~
antecedentes personales siempre se investigara la p~s1b1hdad _d~ haber rec1b1do ra
diaciones cervicales en 1 o años previos. Se interrogara cas_os s1m1lares en los an~ece-
dentes familiares y se pondrá especial atención en el cancer medular de tiroides.
Aunque el niño parezca normal, si la familia tiene este ~ntece~ente se le d~be _efectuar
el "test• funcional estimulante con calcio y pentagastrma dos•~~cando calc1tomna para
investigar la forma aún semiológicamente no evidente en el nmo. . . .
como ya se ha señalado en el cáncer diferenciado, el marcador b1olog1co que se
puede utilizar es la tiroglobulina.
168
Semiología Pediátrica
Pubertad
169
Exploración del Sistema Endócrino
nítivo, pero es la pubertad que dará la madurez de los rasgos definitivos, ya en las
últimas etapas de la misma.
El vello axilar se inicia 2 años luego del pubiano.
En el varón destacaremos algunos hechos:
Edad ósea
Nos referimos a lo relatado en "Hipocrecimiento". Normalmente va paralela con la edad
cronclé gica, pero destacaremos que !a pubertad. en ge_neral se inicia ?ºn
una edad
ósea de 11 años para la niña y de 13 años para el varon . La menarquIa sucede con
una edad ósea de 12,5 a 13 años.
Estudios hormonales
En la infancia los niveles de las gonadotrofin as (FSH y LH) son bajos pero detectables
por el. radioin°munoanálisis ; los esteroides sexuales son bajos o indetectables. Desde
la fas e p re puberal se iniciarán las variaciones hormonale:, antes que a~arezcan los
primeros elementos clíni c os de la pubertad . Ya se ha senalado_ como mas precoz la
elevación de la DHEA-S. Luego de los 8 años las gonadotroflnas se van elevando
progresivamente pero el valor hallado en la paraclínica puede ser bajo, ya que las
mismas adquie ren pulsatil idad en la descarga. Por esto son fundamentales las pruebas
funcionales.
Nivel hipofisario
LHRH: explora la reserva hipofisaria. Se realiza con una dosis i/v en b olo Y posterior-
mente se realizan tomas seriadas. Normalmente la respuesta es diferente para las
170
Semiología Pediátrica
gonadotrofinas de los dos sexos : mientras la LH irá aumentando sus niveles progresi-
vamen;e en el transcurso de la pubertad de ambos sexos, la FSH se incrementará en
el va_r?n pero no en la mujer, en la que incluso puede disminuir. El estradiol (E 2)
tamb1en se eleva, respondiendo al estímulo, con el avance de la pubertad .
Nivel hipotálamo-hipofisario
Citrat~ de clomifeno: explora la respuesta hipolalámica al retrocontrol positivo de los
eslero1des sexuales. E_st_e se establece unos 2 años lueg o del inicio de la pubertad en
ambos s~xos . Se administra v/o durante 5 días y se dosifican las gonad otrofinas antes
Y_ despues de su administración. La elevación de las mismas indicará la integridad del
sistema . No hay diferencias de sexo .
. ~os esferoides gonadales (testosterona y estradiol) variarán sus niveles con la evo-
luc1on de la pubertad hasta terminar en los valores del adulto.
~a prolactina aumenta a partir de los 14 años. Será mayor en la mujer ya que el
estrogeno aumenta su producción y descarga.
Espermograma
Se señala que la aparición de los espermatozoides se realiza en el nivel 111 a IV de
Tanner de las gonadas y II a IV del vello.
Pubertad retrasada
Es un concepto estadístico. Se la ha definido como cuando no han aparecido elementos
puberales en menos de 2 desviaciones estándar de la media en que debió apa recer.
Se puede aceptar que es cuando en la niña no hay telarquía a los 13 años ni sucedió
la menarquía a los 15 a_ños; en el varón es cuando el testículo no es mayor de 2,5 cm
de e¡e mayor a los 14 anos. También se incluyen los casos en que se inició la pubertad
pero se detuvo.
Historia
Puede ser muy variado el espe ctro. Es posible qu e sea inicialmente la histo ria de un
niño no rmal en el que, sin causa aparente, se instal a un hipocrecimiento.
_ Desde este punto la historia suele variar en el tiempo. Unos siguen creciendo si
bien_ paralelam ente al percentil 5 ó por debajo del mismo, hacen la pubertad más
tard1amente Y todo entra en orden (es el normal constitucional); pero otros sigue n
acentuando su h1po_crec1m1ento y la pubertad no ocurre (síndrome d e Turner) 0 se
agrega s1ntoma tolog1a de proceso expansivo intracraneano (hipertensión, trastornos vi-
suales, etc.) : tumor (craneofaringioma frecuenteme nte y más raramente tumor cro mó-
fobo). En otro grupo también _de inicio aparentemente normal, siguen crec;endo y ad-
quieren pro~>0rc1ones eunuco1des . Dentro de este grupo estará el que no alcanza la
puberta_d (s1ndrome ~e Kallman, forma idiopática) o el que la logra pero tendrá siempre
los test1culos pequenos y en 50% aproximadamente , ginecomastia (síndrome de Kli-
nefelter).
Otro grupo no presenta la pubertad, pero esto se integra a problemas que ya
estaban presentes; los veremos en los antecedentes.
Antecedentes personales
Al nacimiento Y aun en lodo el embarazo pueden no encontrarse elementos patológicos
pero pudo s_er un parto distócico (:raumatismo craneano), o haber ocurrido hipogluce'.
m1as sostenidas y rebeldes al tratamiento corriente, que pueden ser :a 'llanifestación
de un hipopituitarismo, más aún si el paciente es varón y presenta un micropenis (pene
1 71
E'Xploración del Sistema Endócrino
menor de 2,5 cm) con o sin mal descenso testicular. O bien ser una niña pero con
linfedema de miembros al nacimiento que hará pensar en un síndrome de Turner. O
presentó cardiopatía congénita. Otro elemento sugerente es el paladar hendido.
Posteriormente al nacimiento, agresiones como : traumatismos, irradiaciones cranea-
nas (por leucosis). infecciosas (meningitis), histiocitosis, etc., siempre han de indagarse.
Antecedentes familiares
Se investigará la consanguinidad o si hay infértiles en la familia. En antecedente de
las edades de la pubertad de los distintos miembros; si hubo pubertades retrasadas
y si hay antecedentes de alteración en el olfato aunque hayan sido fértiles .
Examen físico
Variará con la forma clínica; así puede ser un hipocrecimiento armónico sin pubertad
que luego se recupera (constitucional), o ser una niña baja con los elementos disge-
néticos del síndrome de Turner (cuello en red, codos valgos, pliegues poplíteos incli-
nados, con posible cardiopatía congénita, etc.). O presentar el aspecto de la insufi-
ciencia anterohipofisaria, ya señalados en "Hipocrecimiento".
Junto a estos están los que crecen y tienen proporciones eunucoides . U nos con
alteracion es del olfato (miembros largos , poco desarrollo muscular, aspecto infantil,
etc.) que conformarán el síndrome de Kallman y otros con el mismo esquema eunucoide
{pubis-suelo muy largo para el pubis -vertex) pero que puede presentar elementos pu-
b erales a veces muy pobres pero en otros, prácticamente completos salvo que siempre
los testículos serán pequeños (menores de 3 cm) y en un alto porcentaje habrá gine-
comastia (síndrome de Klinefelter). Por supuesto que el paladar hendido deberá bus-
carse si es una forma "a mínima". La sintomatología del hipotiroidismo se ha descrito
en su capítulo correspondiente. La signología neurológica muestra alteración del campo
visual .
Paraclín ica
Medición corporal
Se ha descrito en "Hipocrecimiento".
Edad ósea
Estará atra sada según el grado del defecto y cuándo éste se instaló .
♦ Radiografía de cráneo
♦ Tomografía computarizada
♦ Resonancia magnética
Estudios hormonales
Basales
♦ Gonadotrofinas (FSH • LH). Estarán bajas en las fallas hipotálamo-hipofisarias
y elevadas en las alteraciones gonadales.
♦ Esteroides sexuales (testosterona y E2). Se observarán valores bajos .
♦ Prolactina . Será baja en el hipopituitarismo idiopático y alta .si es un tumor
productor (prolactinoma) o un hipotiroidismo.
172
Semiología Pediátrica
Cariotipo
Su es_tudio se hace fundame_ntal en el diagnóstico de los cuadros clásicos del síndrome
de Klinefelter (47,X~Y) y el _smdrome de Turner (45,X), pero existen múltiples variedades
de_ incluso estos mismos smdromes que únicamente estudiándolos es posible penetrar
mas profundamente en su conocimiento.
Estudio psicológico
Muchos de estos cuadros clínicos pueden tener oligofrenia, defectos en la conducta
social, etc ., que hace necesaria su valoración correcta, pero es innegable que el de-
fecto en la pubertad hace que el paciente se sienta y lo hagan sentir diferente del
resto.
Pubertad precoz
E~ un concepto estadístico, al igual que la pubertad retrasada . Es cuando han apare-
cido elementos puberales en más de dos desviaciones estándar de la med ia que
c~rresponde. En _general se acepta que es cuando aparece en la niña antes de los a
anos y en el varon antes de los 9 años.
Se le puede llamar completa o verdadera cuando interviene todo el sistema neu-
ro-hipotálamo-hipofisario-gonadal, como ocurre normalmente; su expresión clínica será
1sosexual. Es incompleta o pseudopuberal, cuando el eje antes mencionado, no inter-
viene Y es la consecuencia de una fuente de gonadotrofina co riónica (que estimula la
gonada dire~t~mente) o de hormonas sexuales que actúan sobre los efectores perifé-
ricos; estos ult1mos pueden ser iso o heterosexuales, dependiendo del tipo de asteroide
sexual responsable. ·
Historia
Puede s_er únicamente el elemento puberal y su evolución en el tiempo. Habitualmente
en la nma se nota la aparición de la telarquía y posteriormente el vello vulvar. Esto es
variable pero es evolutivo en el tiempo ; conjuntamente se incrementa la velocidad de
crecimi_ento. En las pseudopubertades androgenizantes se verán elementos de tipo
ma~cuhno (vello sexual, aumento muscular, hipertrofia clitorídea, etc.) . Las forma s fe-
mmIzantes son excepcionales.
En el varón, la pubertad verdadera ocurrirá con el aumento de volumen testi c ular
pero los padres notan en general como primer elemento, el crecimiento fálico con un~
mayor frecuencia de erecciones y la aparición de vello peripeneano. La falsa o incom-
p let_a no presentará aumento testicular correspondiente al grado de pubertad cl ínica o
sera netamente infantil. En general el olor axilar pasa inadve rtido en las primeras etapas
Y ha de buscarse en el examen clínico pasando el dedo por la axila.
Pued_e ocurrir en un niño con sintomatología clínica de proceso expan si vo (h1-
pertens1on endocraneana y/o trastornos visuales deficitarios) o instalarse en el curso
de una diabetes insípida previa, que se pudo suponer c omo idiopática (disgermi-
noma).
173
Exploración del Sistema Endócrino
Antecedentes personales
Los genitales externos pueden ser normales al nacimiento y así proseguir hasta la
aparición de los elementos puberales; pero también pueden ser ambiguos (recordar
los distintos •estadios• de Prader) de la hiperplasia suprarrenal congénita en la niña.
Hemos de tener presente que un Prader V pudo haberse interpretado como un va·rón
criptórquido bilateral. O bien nacer, si es un niño, con macrogenitosomía e hiperpig-
mentación de los genitales externos ; pero puede suceder que la primera no sea notoria
y la segunda no se establezca por ser el niño muy blanco, apareciendo la pseudo
pubertad posteriormente , con los testículos infantiles.
Se investigarán los antecedentes de traumatismos, radiaciones o posible hipotiroi·
dismo paucisintomático.
Antecedentes familiares
Se :nte rrogará sobre las edades puberales y posibles pubertades precoces, la posibi-
lidad de hiperplasia suprarrenal congénita y la excepcional testotoxicosis.
Examen físico
El hábito general es alto e impresionando como de mayor edad , en general con pro-
porciones tipo infantil en cuanto a miembros c ortos y tronco largo, pero no debemos
o lvidar que el crecimiento del tronco es un c arácter sexual secundario.
En los niños o niñas bajo la acción androgénica, los músculos pueden hacer relieves
evidentes. En el síndrome de Mac Cune-Albright, se verán manchas "café con leche"
irregulares. Si el proceso está avanzado puede hacer madurar la voz perdiendo su timbre
infantil. El volumen del testículo irá de acuerdo con el grado puberal en la verdadera, pero
en la testotoxicosis si bien aumenta, tendrá un volumen menor al correspondiente al grado
puberal alcanzado. Los testículos serán infantiles en las falsas, aunque se señala la remota
posibilidad de su aparente aumento (generalmente unilateral) en los tumores de células
de Leydig y en la ectopia del tejido suprarrenal, integrando la hiperplasia suprarrenal
congénita; otra posibilidad es que puede verse el volumen algo aumentado en los síndro-
mes paraneoplásicos por el estímulo de gonadotrofina coriónica (beta hCG); pero éste
nunca estará de acuerdo con el •estadio" puberal ya que 85% del mismo se debe al
desarrollo de los túbulos y dicha gonadotrofina estimula a las células de Leydig.
En la niña se detallará el grado de la telarquía y el vello sexual según los grados
de Tanner. Se describirá la distribución del tejido adiposo y su aspecto estrogénico,
junto con sus movimientos y actitudes durante la consulta.
Los genitales externos pueden ser con modificaciones puberales, iso o heterose-
xuales, según la etiología del cuadro . En la niña con pubertad isosexual, sus genitales
externos se mostrarán intumescentes, con las características de la pubertad.
No debemos olvidar la semiología hepática cuidadosa por la posibilidad del hepatoma.
Paraclínica
Medición corporal
Según las directivas expresadas en "Hipocrecimiento".
Cariotipo
En los casos de dudas del sexo.
Edad ósea
Se realiza rá según los parámetros indicad os en "H ipocrecimiento". Siempre la en con•
Semiología Pediátrica
traremos adelantada para la edad cronológica y más de acuerdo con la edad estatura!
La edad dentaria también estará adelantada.
En los huesos largos podemos encontrar los elementos de la fibrodisplasia (síndro-
me de Mac Cune-Albright) .
♦ Radiografía de cráneo
♦ Tomografía computarizada
♦ Resonancia magnética
Estudios hormonales
Basales
Gonadotrofinas (FSH y LH). Serán puberales en las verdaderas y bajas en las falsas.
17 OH progesterona, androstenediona, DHEA-S, testosterona y E2 (ver Hiperplasia
Suprarrenal Congénita). La testotoxlcosis y el tumor de células de Leydig tendrán ele -
vada la testosterona.
Beta hCG. En tumores trofoblásticos y disgerminoma, estará muy elevada.
Hormonas tiroideas (T3 y T4) y TSH. Son fundamentales en el hipotiroidismo pau-
cisintomático.
Funcionales
LHRH El estímulo tendrá respuesta de las gonadotrofinas de tipo puberal en las ver-
daderas, aunque partan de valores basales que simulen ser prepuberales. No habrá
respuesta en las falsas.
Estudio psicológico
Siempre debe hacerse para efectuar el apoyo necesario.
1) Criptorquidia verdadera.
2) Pseudocriptorquidia.
3) Ectopia.
La primera es el testículo fuera del escroto y que si se localiza por las maniobras
semiológicas, no se puede bajar al mismo, o si se logra, al soltarlo vuelve rápidamente
a la posic;ón anterior.
· Pseudoc 0 íptorquidia es el que se logra descender y permanece en posición normal,
pero que el estímulo del reflejo cremasteriano puede nuevamente elevarlo . Este es el
que bajará espontáneamente, sobre todo en la pubertad .
La ectopia es el testículo que ha errado el camino en su descenso; su pedículo
será notoriamente más largo que lo habitual, ya que su posición alejada podrá ser
prepúbica, perineal, crural o incluso pelviana .
La criptorquidia verdadera puede ser: completa (intraabdominal). que es rara y
175
Exploración del Sistema Endócrino
Motivo de consulta
Por supuesto es la posibilidad o no de su existencia. Sin embargo, no es infrecuente
que sean niños normales en que se ha equivocado el diagnóstico semiológico. Las
pseudocriptorquidias pueden llegar a constituir las dos terceras partes de las consultas
sobre este tema.
Historia y antecedentes
El primer elemento a establecer es, cuándo se planteó su existencia . Si es conocido
desde· el nacimiento o próximo al mismo, es muy probable que sea verdadera. Por el
c ontrario, si al nacimiento era normal, es menos probable que se haya hecho criptór-
quido.
Se interrogará si durante los baños y en los episodios de hipertermia se han visto
o palpado las ganadas. Los antecedentes personales son de gran valor, como altera-
ciones urogenitales ya conocidas o al nacimiento episodios rebeldes de hipoglucemias
o posibles alteraciones de la línea media (paladar hendido) o en el niño de edad
suficiente, si hay alteraciones del olfato que nos hablarán de una falla neuro-hipotála-
mo-hipofisaria.
Los antecedentes se completarán con la época del año en que nació (habría mayor
número de criptorquidias en los nacidos durante el invierno) .
Dentro de los antecedentes familiares preguntar casos similares en el padre y her-
manos {se ha señalado la frecuencia de 6 y 1 a 4% respectivamente); retardo puberal
y/o trastornos menstruales en la madre. Malformaciones urogenitales en la familia.
Examen físico
Es fundamental ganarse la confianza del niño y darle la seguridad de que no se le
hará daño; toda tensión desencadenará el reflejo cremasleriano y una posición de
defensa indeseada por el semiólogo. La tranquilidad y la temperatura del medio deben
ser adecuadas. Se colocarán el paciente y el clínico en posición concordante con la
observación y las maniobras a realizar, para evitar esfuerzos de posición que dismi-
nuyan la sensibilidad táctil del clínico.
En-la observación , habitualmente los genitales ex~ernos son normales, salvo la falta
de relieve del testículo y la hipoplasia del hemiescroto correspondiente a la ganada
ausente, o del total del mismo cuando la ausencia es bilateral. Menos frecuentemente
integra malformaciones de los genitales, desde el escroto bífido, el hipospadias, etc.,
hasta llega r a los genitales ambiguos.
En el examen, no solamente se tratará de localizar la ganada, sino que no se ha
de olvidar que la hernia inguinal es la alteración más frecuente que puede acompañar
a la criptorquidia.
La suavidad de las maniobras se verá facilitada con el uso de jabón, talco o va-
selina, sobre todo en los casos difíciles en que el examen puede interpretarse en
definitiva como agresivo.
Podemos describir 4 posiciones para colocar al paciente:
1) De pie . En principio, tal vez sea la de elección , por ser la más natural y la que
el paciente acepta mejor, sobre todo si por su edad es conciente .d e su situación.
Se le puede parar en la camilla. Se hará la inspección estática según ya se
176
Semiología Pediátrica
a) por un colaborador que colocado detrás del niño, eleva los planos con los
4 últimos dedos de ambas manos colocados sobre el pubis;
b) por el propio niño, que aleccionado previamente, hace lo mismo con su s
manos;
e) por el clínico que colocado frente al paciente eleva con ambos pulgares los
tegumentos.
Creemos que es una maniobra semiológica muy útil y sencilla, que en la pseu-
docriptorquidia puede solucionar el problema rápidamente.
Si esta primera maniobra no resulta, seguiremos con :
Paraclín ica
Las· dosificaciones hormonales no tienen indicación en la criptorquidia extraabdominal
(salvo en la investigación clínica). Si la tienen en las intraabdominales bilaterales, donde
debe descartarse la anorquia. Se hará estimulo con gonadotrofina corió nica (HCG) :
1.500 UI i/m durante tres días alternos, dosificando testosterona antes y después. En
la anorquia no habrá respuesta. Comprobada la existencia de tejido funcionante. es-
tudios como la ecografía, tomografía computarizada y resonancia magnética pueden
ser útiles en la localización.
177
Exploración del Sistema Endócrino
Estados intersexuales
En la especie humana, aunque no exista gonada, el sexo base es femenino. El testículo
es el que lo transformará en fenotipo masculino (tanto en los genitales externos como
internos).
Otro elemento fundamental es que esta gonada tendrá influencia únicamente sobre
los duetos genitales de su hemicuerpo.
Por estado intersexu al debe entenderse toda anomalía de la diferenciación del sexo
y por lo tanto tendrá su aparato genital ambiguo.
Pseudohermafroditismo será cuando las ganadas del paciente son similares y los
genitales externos están completa o incompletamente diferenciados en el sentido
opuesto a la ganada.
En el hermafroditismo verdadero las gonadas son mixtas en el mismo sujeto: tes-
tículo y ovario, u ovotestis bilaterales o combinados con las ganadas.
Pseudohermafroditismo femenino
El cariotipo será 46 XX y el sexo base ha sido androgenizado por algún factor: por
andrógenos aportados a la madre gestante (iatrogenia), o producidos por tumores (lu-
teoma gravídico, adrenoblastoma de ovario) o por hiperplasia suprarrenal congénita
materna incompletamente tratada. Todas muy raras.
Lo más frecuente es que la fuente esté en la misma niña como la hiperplasia
suprarrenal congénita (defecto enzimático: 21 hidroxilasa, 80%; 11 hidroxilasa, 11 % y
el muy raro de la 3 beta o 1 deshidrogenasa) .
Historia
Será la de los genitales externos amb iguos que inquietan desde el nacimiento o de
los aparentemente normales en que aparecen signos de pubertad precoz.
Examen físico
Al nacimiento o en la infancia, el grado de androgenización variará desde los genitales
externos aparentemente normales pero con una pequeña hiperplasia del clítoris hasta
simular los genitales externos d el varón, salvo que no se palpan las ganadas .
Prade r ha descrito 5 estados progresivos y a ellos nos remitimos (Cuadro 1 y
Figura 1 ). El estado más frecuentemente enco ntrado es el 111. Como el Exa m en físico
puede ser dificultoso, será fu ndame ntal preguntar a la madre si ha observado por
dónde la niñ a orina, para localiza r la uretra. Si la paciente realiza esta acción durante
el Examen se miológico ha de prestarse especial atención .
Po steriormente si la fuente productora de andrógenos persiste (no recibió trata-
miento) aparecerán elementos puberales androgenizantes precoces (pseudopuber-
tad pre c oz) : hipercrecimiento , sobre todo del tronco ya que éste es un carácter
sexual secundario, pene, mayor masa muscular, vello sexual, acné, aumento del
clítoris, etc .
Será helero o isosexual según sea una niña o un niño.
Paraclínica
Cariotipo
Es imprescindible.
Hormonal
17 hidroxipr0gesterona (17 OH-P). androstenediona y dihidroepiandrosterona sulfato
(DHEA-S). se encontrarán elevadas . La primera es la más fiel para el ·diagnóstico.
178
Semiología Pediátrica
Cuadro 1.
Figura 1. Las cinco etapas de la intersexualidad de los órganos genitales externos (según A.
Prader).
~ ·~
&
2 3 4
Radiografías
Edad ósea. Estará adelantada de acuerdo a los elementos puberales , con cierre precoz
de los cartílagos de conjugación.
179
Exploración del Sistema Endócrino
Ecografía y
Tomografía computarizada
Si es necesario, en la búsqueda de hiperplasia, tumores y malformaciones.
Pseudohermafroditismo masculino
El cariotipo será 46 XY. Por algún motivo el sexo base no pudo ser transformado en
masculino (total o parcial).
Puede deberse a una falla en la producción de andrógenos o a la falta de recep-
tores periféricos para reconocer su mensaje. La primera puede deberse a una disge-
nesia testicular o a una dishormonogénesis de la ganada (falla testosterona) o de la
p eriferia (falla de la dihidrotestosterona) .
Historia
Puede c onsul tar al nacim iento por genitales ambiguos, o en la edad puberal por de-
fectos de la misma y ame norrea primaria.
Examen físico
Los genitales externos pueden variar desde el femenino (sexo base) donde a veces
podrán palparse ganadas uni o bilaterales en los labios mayores, hasta la androgent-
zación casi completa, salvo un hipospadias generalmente perineal, con o sin mal des-
censo testicular y a veces escroto bífido .
El advenimiento de la edad puberal, dará tallas altas de proporciones eunucoides
y desde falta de elementos puberales hasta que estén presentes pero desparejos.
Mientras que en falla de los receptores periféricos (testículo feminizante) habrá grandes
senos. falta de vello sexual (axila, genital), vagina en general corta Y amenorrea pri-
maria, la falla de dihidrotestosterona (falla de 5 alfa reductasa) puede presentar en la
infancia genitales externos ambiguos (Tanner 11-111) pero la pubertad la androgeniza
(voz ronca, aumenta la masa muscular y el crecimiento fálico con aparición de los
testículos que pudieron ser intraabdominales; nunca desarrolla senos).
El síndrome de Re infestein sería una forma menor de la falla de los receptores
(hipospadias perin ea l, escroto bífido , frecuente criptorquidia y en la pubertad, gine-
comastia) .
Paraclínica
Cariotipo
Estudios hormonales
Testosterona. Puede ser normal , pero al nacer es sostenidamente baja y en las semanas
que siguen, en la enzimopatía de la formación de testosterona. En otras oportunidades
puede ser elevada como en el testículo feminizante. En este caso el E2 puede ser alto
para el hombre pero bajo para la mujer normal. .
En la falla de la 5 alfa reductasa la relación testosterona/dihidrotestosterona estara
alterada pero su defect o se acentúa notoriamente si se hace un estímulo con gonado-
trofina coriónica .
El estudio de los fibroblastos en la piel pubiana es otro modo de demostrar el
defecto enzimático.
DHEA-S, androstenediona y 17 OH-P, serán normales.
180
Semiología Pediátrica
Hermafroditismo verdadero
Su fenotipo podrá variar desde femenino normal al masculino normal, pero con crip-
torquidia uni o bilateral. Dentro de su rareza, lo más frecuente son genitales ambiguos,
por lo tanto con una androgenización variable del sexo base (Prader 111-IV).
Los genitales internos variarán según la ganada que induzca el hemicuerpo.
Sobrevenida la pubertad tiene en general elementos ambivalentes. pero casi todos
con senos.
Paraclínica
Cariotipo
Se refiere la mitad 46 XX, 25% 46 XY y mosaicos. Los 46 XX tienen antígeno HY.
Hormonal
Dependerá del caso individual.
Estu.dio psicológico
Feocromocito ma
En este período de la vida es raro, pero esta frecuencia puede modificarse por la
búsqueda de formas paucisintomáticas. Debido a éstas puede pasar mucho tiempo
sin diagnóstico. Su expresión clínica es muy variada y se le ha llamado "la danza de
los disfraces". Puede tener una historia de cefaleas repetidas, a veces muy intensas,
náuseas y vómitos, con sudoración fría y malestares difusos.
El adelgazamiento con apetito conservado, fatigabilidad muscular, inquietud, tras-
tornos del carácter y palidez se van integrando en el tiempo. Dolores abdominales sin
explicación clara pueden también aparecer en una historia bastante confusa. La po-
liuriodipsia puede ser otro elemento clínico, llegando a instalarse una enuresis en un
niño que controlaba bien sus esfínteres. Los episodios de crisis son poco frecuentes
en la infancia, como se ven en el adulto.
La simple medida de presión arterial puede poner sobre la pista, pero no siempre
está elevada y puede haber períodos en que es normal e incluso baja. Por esto deberá
ser tomada repetidamente y con los cuidados clásicos, sobre todo ante un episodio
sospechoso.
Examen físico
Puede no ser expresivo, salvo la hipertensión arterial y bajo peso relativo. pero otras
veces pueden encontrarse alteraciones cardiovasculares y del fondo del ojo provoca-
das por la hipertensión. Es raro que el tumor sea palpable y está desaconsejado ma-
181
Exploración del Sistema Endócrino
sajear las fosas lumbares por el riesgo de provocar una cns1s. El examen siempre
debe incluir la palpación cuidadosa de la tiroides y si es necesario su estudio para-
clínico para descartar la rara posibilidad de la concomitancia de un tumor medular de
tiroides (MEN).
Paraclínica
Planteada su posibilidad debemos confirmarla.
Catecolaminas
Se dosifican por cromatografía líquida de alta presión (HPLC), obteniéndose la valora-
ción cuantitativa de los distintos integrantes separadamente: adrenalina, noradrenalina
y dopamina. La determinación se realiza de preferencia en orina de 24 horas, con el
régimen previo corre spondiente; tiene una alta sensibilidad con diagnóstico positivo en
95%. También se puede realizar en sangre . Esta última debe ser obtenida con mucho
cuidado ya que debe evitarse el estrés, porque aun el más simple, elevará los valores,
falseando el resultado.
Ca!citonina
Su dosilicación se efectuará en caso de sospecha de tumor medular de tiroides .
Tomografía computarizada
Resonancia magnética
Serán ·fundamentales para su localización.
El motivo de consL:lta podrá ser por falla aguda o el reconocimiento de los ele-
mentos semiológicos de la insuficiencia crónica.
La insuficiencia aguda, que pone en riesgo la vida, variará según la causa y el
período de la vida en que se instala. En el perinatal, puede no haber nada que llame
la atención. como en la aplasia o hipoplasia, hasta que se desencadena; o hab er
antecedente de parto traumático que cause el hematoma de las suprarrenales.
Clínicamente puede presentarse como una hipoglucemia sostenid13 y recidivante,
que sugiere la falla hipofisaria de ACTH, generalmente también de hCG, con predominio
182
Semiología Pediátrica
de la acción insulínica aunque ésta esté dentro de los rangos normales. Si es un varó n
pu.ed e presentarse con micropenis y/o mal descenso te sticular. Pued e también comen-
zar con deshidratación hiponatrémica que pudo iniciarse con vóm itos y/ó diarrea, que
no se logra compensar con las terapéuticas corrientes. Por supuesto que c uanto mayor
se.a la falla, más intensa y temprana será la presentación. No debemos olvidar la causa
infecciosa que ataca las suprarrenales: síndrome de Watherhouse-Friederichsen.
En niños mayores, la descompensación puede surgir desencade nad a p or un estré s
(infeccioso, traumático, etc .} que surgirá en el interrogatorio de los anteced entes. Se
puede preceder de un período en que al niño se le nota asténico, de pri mi do, ano réxico,
con poca ganancia de peso o incluso si el defecto es más intenso, c on ade lg azamiento.
Las causas primarias como la autoinmune e idiopática (80% ), la tu berculosis (menos
de 20% }, la micótica (má s rara) pueden tener manifestacione s más tardías y le ntas en
su instalación configurando el cuadro clásico de insuficienc ia crón ica. La aste nia , ano-
rexia y apetencia por lo salado, así como el adelgazamiento depend erá n de la inten-
sidad de la insuficiencia. Relatará hiperpigmentación anormal : en las zona s expuestas,
cicatrices, puntos de apoyo, aréola y pezón , pliegues palmares, axila e ingle; las uñas
pueden presentar estriaciones pigmentadas longitudinales .
Es importante destacar que en la pubertad la adrenarquía puede faltar o ser poco
evidente mientras la gonadarquía se desarrolla normalmente.
Examen físico
Manchas en la mucosa ·bucal. Talla baja, peso bajo, hipotensión; puede encontrarse
elementos de vitiligo.
Paraclínica
En los períodos de descompensación serán notorias la hiponatremia y la hiperpotase-
mia por la diabetes sódica . Neutropenia con relativa linfocitosis y eosinofilia . En lo
hormonal, el cortisol sérico está bajo o normal bajo por el esfuerzo comp ensatorio.
Los 17 OH corticoides en la orina de 24 horas estarán bajos, pero esto no tiene
tanto valor porque en la infancia son bajos de por sí. La ACTH será alta o baja según
sea insuficiencia primaria o secundaria respectivamente. Ante la duda puede ser ne-
cesario el empleo de pruebas funcionales. El estímulo con ACTH (ACTH 25 U/m i/v en
bolo} o tetracoxátido (Synactén 1 mg i/m al día, por tres días) valorando la respuesta
del cortisol sérico aseverará o descartará la falla primaria de la suprarrenal. Se ha
señalado que si esta respuesta es normal no descarta la falla parcial de la ACTH . En
tal caso se podría plantear el estímulo hipofisario con CRF (no existente en nuestro
medio). Ante la sospecha de la falla secundaria, las pruebas son: Metirapona 450
mgJm2 cada 4 horas durante 24 horas o insulina 0,05 U,i\<g i/v. Si la estimulación es
poca, la respuesta a los estímulos puede ser escasa y deben repetirse las pru ebas .
En la falla primaria, la aldosterona disminuida se acompañará de una actividad de
renina plasmática elevada, pero será normal en las secundarias.
Tomografía computarizada
Apreciará la suprarrenal aumentada en hemorragias o dejará ver calcificaciones en la
tuberculosis .
Síndrome de Cushing
Se define como el cuadro clínico debido al aumento crónico del cortisol pl asmático .
Su causa puede ser endógena (poco habitual} o exógena (mucho más fre cuente} .
183
Exploración del Sistema Endócrino
Esta última debida a una necesidad terapéutica o por una administración intempestiva
{,atrogenia). En el antecedente personal surgirá claramente el aporte exógeno . Si éste
f' S masivo, el motivo de consulta puede ser la obesidad rápidamente instalada, con
c ierta hipertricosis, pero si el mismo es bajo y sostenido puede concurrir a la consulta
por notarse una velocidad de crecimiento disminuida .
La etiología endógena puede ser:
Paraclínica
Se confirma por la comprobación de la pérdida del ritmo circadiano del cortisol plas-
mático. Debemos tener presente que éste está presente desde tos 3 años de edad .
Se dosificará el cortisol sérico por radio-inmune-análisis (método altamente sensible y
específico} a las 8 y 20 horas apreciándose normalmente una caída de más de 50%.
Esto se expresará en el cortisol libre urinario de 24 horas (lo normal para el niño se
ha referido como 25- 75 µgJm2/día}.
En el resto de la paraclínica destacaremos la hipocalemia y la elevación de la
glucosa y de los lípidos séricos, que serán tanto más marcados cuanto más intenso
sea el cuadro.
Comprobada la alteración, el siguiente problema es el origen de la misma. En este
rubro la dosificación de ACTH es importante ya que será baja si la causa es suprarrenal
o exógena y elevada si es hipofisaria. Sus valores mayores se ven en el síndrome
paraneoplásico.
En el caso que aún existan dudas se emplearán las pruebas de freno: se realiza
con dexametasona 0,3 mg/m 2 v/o administrados a las 23 y 8 horas del día siguiente ..
Normalmente se ve frenar al cortisol de la mañana a menos de 5 µg/dl. Si es necesario,
se utilizará el freno débil o fuerte con dosis de 20 y 80 µg¡kg/día dividida en 4 dosis ,
durante 2 días. Si es hipolisario, descartando la causa suprarrenal. el freno fuerte baja
184
Semiología Pediátrica
el cortisol libre urinario en menos de 50% del basal, si dosifico cortisol sérico dará
me_nos de 7 µg/dl.
Radiología
La silla turca es en general normal (alta incidencia de microadenomas), la tomografía
computarizada y la resonancia magnética pueden dar imágenes reveladoras.
La edad ósea estará siempre retrasada, al contrario de lo que ocurre con la obe-
sidad simple en que la estatura y la edad ósea estarán adelantadas .
H iperaldosteronis mo
Puede ser primario o secundario. En el prime r grupo, la hip erproducción es autónoma
(hiperplasia, adenoma o adenocarcinoma) y dentro de su excepcionalidad en esta edad
de la vida, la hiperplasia es la que se señala como más frecuente . En el se gundo
grupo existen múltiples etiopatogenias, siendo la más frecuente la que reúne situac io-
nes patológicas estimulantes del sistema renina-aldosterona. Junto a éste hay otro ex-
cepcional. compuesto por los debidos a una hiperproducció n de renina por ambos
riñones (de etiología desconocida) y los causados por la producción tumo ral de renina
(hemangiopericitoma renal).
Historia
La expresión clínica estará dada por las modificaciones hidroelectrolílicas causadas
por fa mayor actividad aldosterónica. Recordemos que esta hormona a nivel del nefrón,
fundamentalmente retendrá sodio y eliminará potasio e hidrogeniones.
La hipopotasemia se manifestará fundamentalmente por fatigabilidad mu scular y
cansancio. En la infancia más raramente se expresará por paresias y excepcionalmente
por accesos paroxísticos y crisis tetaniformes, que son más frecuentes en el adulto .
Puede conllevar un síndrome poliurodípsico de mediana intensidad que se debe inte-
rrogar detenidamente para poder encontrarlo.
La hipertensión arterial debida a la retención de sodio, deberá buscárs ela ya que
en la infancia raramente se expresa por cefaleas o un síndrome de hipertensión en-
docraneana o por una falla cardiovascular central. Por el contrario, en el síndrom e de
Bartter no habrá hipertensión pero puede existir hipocrecimiento.
Antecedentes personales
Serán fundamentales en los secundarios, donde la historia de cada afección que lo
provoca será el elemento clínico dominante; el hiperaldosteronismo incrementará las
185
Exploración del Sistema Endócrino
alteraciones del paciente. Así, todo lo que provoque pérdida de sodio (síndrome "gas-
ta-sal") o pérdida del aporte sanguíneo al riñón :
a) por una causa local: alteración obstructiva de la pared o por una causa externa
(tumoral, por ejemplo tumor de Wilms) que comprometa la aorta, la renal principal
o una accesoria.
b) por una causa general: pérdidas (deshidratación, hemorragias, quemaduras, etc.)
o a:rapamientos (síndromes nefróticos, edemas, cirrosis, insuficiencia cardíaca, etc.).
Antecedentes familiares
En general no son significativos, salvo en los casos excepcionales del hiperaldostero-
nismo familiar supresible por dexametasona y en el síndrome de Barller.
Examen físico
Existen pocos elementos propios salvo el hipercrecimiento que puede hallarse en las
primeras etapas de la hiperplasia suprarrenal congénita "gasta sal" y sus episodios de
rápida deshidratación si no se le compensa, o el hipocrecimiento del síndrome de
Ba rtler. La tendencia a la hipertensión será mayor en los primarios, mientras que será
normal en el síndrome de Bartter. Junto a esto está toda la signo-sintomatología de
los cuadros primitivos causantes del hiperaidosteronismo secundario. En el caso que
un tumor sea el causante , en general no dará sintomatología de masa, salvo el de
Wilm.
Paraclínica
Nos referiremos únicamente a los referentes al hiperaldosteronismo; no trataremos los
que se deban a cada causa correspondiente en los secundarios .
Electrólitos
La hipopo!asemia será el elemento constante y fundamental, en todos los casos. La
natremia, por el contrario si bien en general está elevada, puede encontrarse normal.
La pérdida de hidrogeniones conducirá a una alcalosis metabólica.
Prostagl,!;lndinas E2
Estarán elevadas en el síndrome de Bartter.
Sistema Renina-Aldosterona
Para realizar este estudio se debe hacer una dieta normosódica durante la semana
previa a la . prueba. El cumplimiento de la misma se efectúa realizando la dosificación
de la natruria en la orina de 24 horas en el final del régimen. De ser posible durante
el mismo período de tiempo se suspenderán medicaciones como betabloqueantes (fre-
nan la renina) y diuréticos (aumentan la renina). Llegado el día de la prueba se hace
un reposo en decúbito de 3 horas. Al cabo del mismo se inician las tornas de sangre.
A !a toma basal, si la edad del paciente lo permite, se la sigue por otras a los 5, 30
y 90 minutos de la utilización de un estímulo. Para esto se utiliza la posición erecta y
posteriormente la marcha durante 30 minutos. En los niños pequeños se efectúa sola-
mente la toma del reposo; si es un niño mayor la de los 30 minutos y si es mayor aún
se realiza completa . En las tomas efectuadas se dosifica:
186
Semiología Pediátrica
Bibliografía
1l Job J.C. y Pierson M.: Endocrinologie Pédiatrique et Croissance. 2• Ed . Flamma-
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fancia y Adolescencia. Espaxs Ed. Barcelona. España. 1966.
Cuadro 2.
187
Exploración del Sistema Endócrino
Cuadro 3.
188
Semiología Pediátrica
Figura 2. Etapas del desarrollo mamario en niñas (tomado de Tanner JM: Growth at Adolescence.
2nd Ed. Blackwell Scientific, 1962).
189
Exploración del Sistema Endócrino
Figura 3. Sucesión de los eventos puberales en el promedio de las niñas norteamericanas (según
Pediatrics in Review, vol B. Nº 2. Columbus, Ohio, Ross Lab. 1986).
Edad (años)
8 9 11 12 13 14 15 16 17
Altura
Menarca ■
Mamas
(escala de Tanner)
Vellopubiano 2-J• ◄ -5
(escala de Tanner)
8 9 !O 11 IZ 13 14 15 16 17
Edad (años)
Figura 4. Etapas del desarrollo del vello pubiano en niñas. La etapa 1 (ausencia de vello pubiano)
no figura en las fotografías. Tomado de Tanner J.M., 1962.
2 3
4 5
190
Semiología Pediátrica
Figura 5 . Etapas del desarrollo genital en varones (Tomado de Tanner JM, 1962)
4
5
1 91
Explora c ión del Sistema Endócrino
Figura 6. Sucesión de los eventos puberales en el promedio de los varones norteamericanos (según
Pediatrics in Review, vol 8, Nº 2, Columbus, Ohio, Ross Lab, 1986).
Edad (años)
8 9 10 11 12 IJ 14 15 16 17
l 1 1 1 1 1 1 1
Altura ~
Volumen testicular (e.e.)
Tamaño genital 2 -
(escala de Tanner)
J -4 -5
VeHopubiano 2 - 1 • 4 • 5
(escala de Tanner)
1 1 1 1 1 1 1 1
8 9 10 11 12 13 14 15 16 17
Edad (años)
192
Capítulo XXI
El laboratorio en el
diagnóstico de las
enfermedades infecciosas
Dr. Alvaro Galiana
Introducción
Las enfermedades infecciosas son, en Pediatría, la causa más frecuente de consulta.
Los pediatras disponemos de herramientas que, utilizadas en forma correcta, nos per-
miten en la mayoría de los casos un diagnóstico acertado.
Ciertos parámetros no han cambiado con el paso del tiempo para un diagnóstico
correcto. La historia clínica, una adecuada valoración de los antecedentes y un examen
físico impecable siguen siendo el arma fundamental de que disponemos para sospe-
char y localizar un determinado proceso infeccioso.
La imagenología en general, con las técnicas que han surgido en los últimos años,
nos da un valioso aporte para la localización y eventualmente la etiología de los pro-
cesos infecciosos.
Es, en última instancia, el laboratorio de microbiología el que tiene como función
el diagnóstico etiológico preciso, para que de acuerdo a éste, se realice el tratamiento
acertado.
Dadas las innumerables técnicas que han surgido y surgen diariamente, los diver-
sos agentes etiológicos descritos, y los diferentes requerimientos que estos agentes
tienen para su cultivo e identificación, hoy es fundamental que cuando se solicita un
estudio de laboratorio buscando la etiología de una enfermedad infecciosa, ésta sea
orientada a la búsqueda de un agente determinado. Esto requiere , necesariamente de
una correcta interrelación entre el clínico y el microbiólogo para obtener los mejores
resultados de la manera más económica.
A modo de ejemplo, un exudado faríngeo en el laboratorio de microbiología es
sinónimo de búsqueda de Estreptococo beta hemolítico, y ningún otro agente de fa-
ringitis será investigado si no hay una comunicación previa del clínico con el micro-
biólogo.
En términos generales, el laboratorio podrá informarnos acerca de 3 aspectos en
la valoración de una enfermedad infecciosa:
193
El Laboratorio en el Diagnóstico
de las Enfermedades Infecciosas
Si bien estos 3 aspectos están intrincados, los separaremos a los efectos didácticos
para una mejor comprensión.
Destacamos que PCR y componentes del complemento son las únicas proteínas
de fase aguda que se ha demostrado que están involucradas directamente en la eli-
minación de microorganismos.
194
Semiología Pediátrica
Utilizando los métodos modernos, y dadas las ventajas que posee, pensamos que
la PCR debe desplazar a la VES como elemento orientador de actividad inflamatoria,
tanto en la evaluación de los procesos infecciosos como en las enfermedades infla-
matorias no infecciosas.
Leucocitos is
La leucocitosis (aumento anormal de glóbulos blancos por mm3 en sang re periférica}
es un parámetro que se utdiza frecuentemente en c línica para valorar la posib ilid ad de
que un paciente esté cursando un proceso infeccioso. Esto es lógico, si pensa mos
que entre les leucocitos se encuentran los mediadores de la inmunid ad !nesp ecífica
(polinucleares, macrófagos) , y espec ífica (linfocitos).
En Pediatría habitualmente recurrimos a este parámetro frente a un niño que pre-
senta un cuadro infeccioso en el que queremos diferenciar un proceso in feccioso trivial
de una infección bacteriana severa (con o sin bacteriemia ).
El número absoluto de glóbulos blancos (GB) para el diagnóstic o de iniaccio nes
bacterianas severas solo tiene valor si sobrepasa los límites d e la normalidad .
Aun así, esto solo es válido cuando se trata de iníecciones por bacterias Gram
positivas, dado que se ve frecuentemente que infecciones por Gram nega tivos (por
ejemplo H. inf/uenzae) se acompañan de cifras normales o incluso bajas de GB con
marcada desviación a izquierda.
Denominamos "desviación a izquierda" o índice de Schilling a la relación existente
entra el número de neutrófilos inmaduros (bandas, c ayados} y el número de neutrófilos
segmentados. Así, si la clas ificación de un hemograma nos muestra :
195
El Laboratorio en el Diagnóstico
de las Enfermedades Infecciosas
Orientación diagnóstica
El lab oratorio solo puede encontrar aquellos gérmenes que específicamente bus ca, Y
para buscar un g ermen , previamente hay que sospecharlo . La so_specha surge de la
confrontac ión de los hallazgos c línicos con los co noc1m1entos med1cos, Y esta debe
ser transmitida al Microbiólogo quien orientará sus energías a la búsqueda de un agente
en p articular.
Surg e aqui nuevamente la necesidad de una correcta interrelación clínico-micro-
b iólogo, si deseamos re sultados exitosos .
196
Semiología Pediátrica
Figura 1.
.....
e 8
197
El Laboratorio en el Diagnóstico
de las Enfermedades Infecciosas
Transporte de la muestra
Una vez obtenida la muestra, debemos tener ciertas precauciones para que ésta llegue
en forma correcta al laboratorio .
El tiempo que transcurre entre que se realiza la toma y se procesa en el laboratorio
es fundamental para algunos gérmenes y menos importante para otros. Bordetella per-
tussis y Neisseria gonorrhoeae necesitan ser cultivados inmediatamente si se quiere
obtener resultados positivos, estudios en los que el técnico de Microbiología o el Mi-
crobiólogo realiza la loma bacteriológica. Los estreptococos beta hemolíticos o los
estafilococos habitualmente resisten más tiempo y pueden permanecer varias horas en
el hisopo sin sufrir alteraciones importantes .
Puede suceder, que en un material obtenido de una zona con gérmenes de la flora
normal, éstos proliferen a mayor velocidad que el germen que se investiga, alterando
la proporción existente en el sitio de la infección entre germen patógeno y gérmenes
normales. haciendo de esta manera más difícil interpretar el resultado . Esto ocurre
, 11ando una toma bacteriológica se demora más de 3-4 horas en cultivar. Este hecho
puede evitarse refrigerando la muestra (en orinas, por ejemplo) o utilizando los deno-
mina dos "medios de transporte•. medios de cultivo semisólidos en un sistema buffer
i:on mínimo aporte de nutrie ntes , que permite mantener las condiciones de humedad
y pH . con mín imo crec imiento de gérmenes.
Procesamiento en el laboratorio
Una vez que una muestra lleg a al laboratorio, será sometida a diferentes técnicas de
visual ización y cultivo de microorganismos.
El examen directo es particu larmente útil para el diagnóstico de infecciones bac-
terianas. Consiste en la visualizaci ón d e preparaciones , teñida s o no, bajo el micros-
copio de lu z convenciona l.
Co n e sta téc nica se pue de obtener una resolución cercana a 0,2 µm . lo que permite
visualizar la mayoría de las bacterias.
Su utilidad se relacio na con la muestra que se examina, pudiend o ser muy útil para
sugerirnos un diagnós tico en un LCR o en una gonococia, no te nien d o casi ningún
valor en muestras polimicrobianas (exudado laríngeo, materias fecales).
198
Semiología Pediátrica
Sinusitis crónica
bceso perirrectal
Infección genltal
Gangrena vascular
Las técnicas de coloración utilizadas con mayor fre c uencia son la tinción d e Gram
y la de Ziehl Neelsen.
En el Gram , la diferencia entre Gram + y Gram -se rela ciona con la d ife rente
permeabilidad de la pared celular a los diferentes col oran tes. Esto requiere d e una
pared celular intacta para que finalmente quede teñida en forma adecuada. Si la bac-
teria es vieja, está muerta o dañada por antibióticos, no retien e el col orante y se pre -
sentará, independientemente de su constitución, como Gram-. La inversa nu nca se da.
Las bacterias Gram -siempre se verán Gram - . aunque estén alteradas.
El Ziehl Nielsen es la tinción que utilizamos para colorear bacterias ácido-alcohol ,
resistentes. Se trata de bacterias que se tiñen muy pobremente con los colorantes
habituales, incluso los del Gram, por lo que requiere colorantes más concentrados,
durante mayor tiempo, y aplicación de calor. Una vez teñidos retienen el colorante a
pesar de la utilización de decolorantes potentes (alcohol clorhídrico). Este hecho se
supone. relacionado con el alto contenido lipídico de la pared celular de la mayoría de
las micobacterias.
Algunas bac terias como Treponema pallidum no se visualizan con las técnicas
clásicas, y requieren de la técnica dei fondo oscuro para ser pu estas en evidencia lo
que ,implica la utilizac ión de un microscopio con un condensador difere nte, el conden-
sador de fondo oscuro, y un técnico entrenado en su utilizac ión .
Entre las de sve ntajas del exa men directo, se destaca su baja sensibilidad y su baja
especificidad. La primera po rque se requiere de un número elevado de bacterias en la
muestra para que puedan ser visualizadas, del orden d e 10 4 a 1 os
bacte rias p or mi.
La baja especificidad está relacionada con la similar morfología de la mayoría de
las bacterias, que solo raramen te permite diferen c iar una especie de otra vecina.
Para evitar estos defectos, hoy nos hemos enriqu ec ido con la utilización de técnica s
199
El Laboratorio en el Diagnóstico
de las Enfermedades Infecciosas
en microscopia fluo rescente. Esto nos permite detectar bacterias que se encuentran
en es caso número en una determinada muestra (investigación de ba ci los ácido-alcohol
re sistente s con coloración de Auramina-Rodam ina), o utilizando las propiedades anti-
g énicas de las bacterias, utili za r inmun oglobulinas marcadas con fluoro cromo s, lo que
eleva sus ta ncia lm ente la es pecifici d ad y la sensibilidad del método, que denominamos
inmunofluorescencia directa. ·
La mayoría de las b acteri as de inte rés médico pueden ser cultivadas e identifica das
en medios artificiales. Los virus y algunas bacteria s intracelulares estrictas (Chlamydia)
requieren de cultivos celulares .
Globalmente. los medios d e cultivo son de 2 tipos: medios sólidos y caldos.
Los caldos se utilizan para el cultivo de gérmenes provenientes de sitios normal-
mente estériles y que cuantitativam ente , presentan pocos gérmenes en relación al vo-
lumen (por ejemplo sangre). Esta técnica no permite cuantificar gérmenes .
Una vez sembrados, se incuban a la temperatura indicada de acuerdo a las espe-
• cíes bacteriana s que se inve stigan. El crecimiento bacteriano se pone de manifiesto
por el enturbiamiento del caldo, lo que implica una densidad bacteriana de 1os a 10 6
bacterias por mi de caldo . Cuando esto ocurre, se realiza el •repique" a medios sólidos.
en placa de Petri, para el aislamiento e identificación definitivos.
Para la mayoría de los estudios bacteriológicos, se utilizan desde un inicio los
medios sólidos. Estos permiten visualizar el desarrollo de colonias bacterianas aisladas,
que por sus características morfológicas pueden ser identificadas de acuerdo a una
especie o género, o a partir de esa colonia , realizar estudios biológicos o antigénicos
que permitan una más exacta identificación.
Los medios de cultivo sólidos se clasifican, a su vez, en selectivos Y diferenciales.
Medios selectivos son aquellos que permiten el crecimiento de un determinado tipo
de gérmenes, inhibiendo el desarrollo de otros.
Se utilizan para el cultivo de gérmenes provenientes de zonas que por la flora
normal. puedan ser difíciles de identificar.
Un ejemplo es el medio de Tayer-Martin , que permite el crecimiento de Neisseria
gonorrhoeae de muestras como recto o cérvix, que tienen una gran cantidad de gér-
menes que de otra manera "taparía" el cultivo.
Medios diferenciales son aquellos que permiten que un tipo o grupo de bacterias
que tienen un metabolismo partic ular, se diferencien de otras, con modificaciones ma-
croscópicas del medio de cultivo fácilmente detectables . El agregado de carbohidratos
y un indicador de pH a un medio de cultivo es el clásico ejemplo de medios diferen-
ciales. El crecimien to bacteriano genera por utilización del carbohidrato, metabolitos
ácidos, que quedan de manifiesto por un cambio de color en el medio de cultivo .
El agregado de sangre al medio de cultivo permite evaluar la producción de he-
molisinas de ciertas especies bacterianas, permitiendo su diferenciación.
lnmunodifusión
En un a lámina con Agar enfren tamos el líquido problema con un AC de conocida
especificidad . Luego de un determinado tiempo, el Ag y el AC difund en en el Agar, y
al enfrentarse se forma una línea de prec ipitación que al ser visible. permite el diagnóstico.
200
Semiología Pediátrica
Figura 3.
Contrainmunoelectroforesis (CIE) 1 h.
201
El Laboratorio en el Diagnóstico
de las Enfermedades Infecciosas
Figura 4.
Aglutinaaón tubo
Mezcla
Aglutir.ación en lámina
o
)=,.,._
Anf!gooo
202
Semiología Pediátrica
Título de AC
Si un suero que contiene AC contra un determinado Ag se enfrenta con este Ag, se
produce una aglutinación.
Haciendo diluciones seriadas del suero, se determina la máxima dilución que to-
davía aglutina. La inversa de esta dilución será el titulo de Ac de ese suero .
Seroconversión
Es más fácil demostrar un proceso infeccioso por medio de AC cuando ocurre una
seroconversión. En el estado agudo de la enfermedad (o antes si es posible) el suero
no presenta actividad frente al antígeno estudiado, o ésta es muy pequeña. En el suero
de la convalecencia (15 días después) éste es francamente positivo, o hay un aumento
en el título igual o mayor a 4 veces el de la etapa aguda.
Dadas las dificultades prácticas para tener los dos sueros, en muchos casos de-
bemos conformarnos solamente con el suero de convalecencia. Un título de Ac sign i-
ficativamente mayor que la media esperada puede ser utilizado como evidencia pre -
suntiva de una infección reciente. Sin embargo este dato es considerablemente menes
valioso como diagnóstico, que la utilización de sueros pareados (6).
Podemos, utilizando técnicas de inmunofluorescencia o EIA, detectar qué tipo de
inmunoglobulina (lg) está en juego frente a un proceso infeccioso.
Cuando, por inmunofluorescencia (IF). investigamos Ac del paciente frente a un Ag
conocido, la técnica se denomina /F indirecta.
La misma técnica que utilizamos en EIA para investigar Ag, podemos utilizarla para
investigar AC con Ag conocidos. También con esta técnica podemos detectar diferen-
tes tipos de lgs (lgM, lgG, lgA).
Utilizando estas técnicas es posible evaluar el estado inmunológico de un individuo
fren·te a un agente infeccioso.
203
El Laboratorio en el Diagnóstico
de las Enfermedades Infecciosas
Western Blot
El Western Blot es una técnica de inmunoanálisis que se utiliza ac_tualmente pa~a. de-
tectar y confirmar la especificidad de Ac para diferentes determmante~ ant1genicos
(epítopes). Es la técnica que utilizamos actualmente para la conflrmac1on de la pre-
sencia de Ac contra el virus de la inmunodeflc1encIa humana (HIV). pero puede ser
utilizado para otros antígenos. .
En esta técnica, una solución de virus es sometida a electroforesis en gel de_ po-
liacrilamida para separar sus diferentes componentes proteicos, estos son transfendos
a nitrocelulosa donde se incuban con el suero del paciente, y postenormente tos Ac
contra. los diferentes componentes virales son detectados utilizando una Ant1gamaglo-
bulina humana conjugada con un enzima .
204
Semiología Pediátrica
Apéndice
2 . Urocultivo
Dos son las técnicas que utilizamos habitualmente en Pediatría para obtener orina para
urocultivo: técnica del chorro medio y punción suprapúbica.
Chorro medio
Higiene generosa de genitales con agua y jabón, secado con gasa estéril o toalla que
haya sido planchada. Indicarle al niño que orine, obtener la muestra de orina evitando
la primera parte de la micción, dado que ésta arrastra las bacterias normales que
habitan en el tercio anterior de la uretra .
Se puede conservar la muestra en la heladera hasta que sea enviada al laboratorio
hasta 24 horas. Si permanece a temperatura ambiente, debe ser procesada por el
laboratorio en menos de 2 horas.
Punción suprapúbica
Es la forma recomendada para urocultivo en lactantes. La maniobra debe realizarse
en un niño bien hidratado, y que no haya orinado en los últimos 30 minutos.
Inmovilizar al niño en decúbito dorsal. "Reperar• la zona a punzar: en hipogastrio,
se •repara• el pubis y se busca, mediante percusión, el área de matidez que corres-
ponde a la vejiga.
Desinfección de piel con "iodofón", luego con alcohol iodado, de manera similar a
como se procede para la punción lumbar.
Se utilizan guantes estériles .
Se punza con jeringa de 1O ce con aguja fina (21 G por 1,5), por encima de la
sínfisis pubiana, en dirección vertical, aproximadamente 2 cm . Se aspira, se obtie-
nen 5-6 ce de orina, que se colocan en un tubo estéril y se envía de inmediato al
laboratorio aclarando en el pedido, que se trata de orina obtenida por punción
suprapúbica.
205
El Laboratorio en el Diagnóstico
de las Enfermedades Infecciosas
5 . Heinocullivo
El número de muestras a obtener dependerá de la gravedad clínica _~ la disponibilidad.
Se sugiere siempre un mínimo de 2 muestras . El intervalo de o~tencIon d_e las muestras
dependerá del germen que se investiga y de la gravedad chnica, variando entre 1O
minutos y 4 horas. El volumen de sangre a obtener para cada muestra dep~ndera del
volumen de caldo de cada frasco, y será como máximo un 10% de estos . Hab itualmente
es suficiente con 2 a 3 ce de sangre. De esta manera se evitan los posibles efectos
bacteriostáticos del suero. .
"Reparar• ta vena a punzar. Higiene de piel con "iodofón" y luego_alcohol 1oda_do,
dejando actuar durante 30 segundos . Extraer la muestra de sangre . Evitar en lo posible
obtener sangre p ara otros estudios cuando se saca sangre para hemocull1vo. Punzar
con ta misma jeringa y aguja, en form a inmediata el tapon de goma del frasco del
hemocullivo, al que preví.amente se le pasó alcohol iodado, pasando la sangre de la
jeringa al frasco . . . .
Los frascos de hemocullivo que se utilizan habitualmente vienen cerrados de fabri-
ca estando el caldo en atmósfera libre de oxígeno. Esto los hace aptos para la mayona
de' tas bacterias anaerobias estrictas y facultativas . Si se desea cultivar bacterias ae-
robias estrictas, debe permitirse la entrada de aire al frasco, girando el tapón de rosca
aproximadamente 1 /4 de vuelta, hasta que se sienta que se pierde el vac10 dentro del
Irasco.
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