El Superyo Lo Ominoso y La Enfermedad Somatica1

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LO OMINOSO, EL SUPERYO Y LA ENFERMEDAD SOMÁTICA: LOS MANDATOS

QUE SE IMPRIMEN EN EL CUERPO.

Autor: Prof. Dr. Jorge C Ulnik

Introducción

A medida que vamos profundizando en la experiencia clínica con cierto tipo de


pacientes y/o de patologías, nos encontramos con que solo podemos enunciar teorías
generales al precio de simplificar demasiado las cosas o de restringirnos a aspectos
parciales de los hechos clínicos que estamos investigando.
La variedad de enfermedades somáticas que existen y la amplia gama de personas
susceptibles de enfermar es tan grande, que es evidente que no podemos hablar de "el
paciente psicosomático" para referirnos a un tipo particular de personalidad o de estructura,
dado que "pacientes psicosomáticos" podemos ser todos.
Si en cambio queremos aislar un tipo de personas que tienen la tendencia a reaccionar
con somatizaciones frente a situaciones de conflicto que no pueden ser elaboradas de otra
manera, podemos realizar descripciones enriquecedoras, y hasta llamar "pacientes
psicosomáticos" a ese tipo de personas, pero estaremos dejando afuera de nuestro campo de
estudio - y de tratamiento - a quienes no presentando esas características, súbitamente
enferman luego de algún episodio traumático que los ha descompensado o de algún hecho
vital que sin resultar necesariamente desagradable, implique un grado sustancial de cambio
en sus vidas.
El recurso de llamar "fenómeno" (Lacan, 1964) a lo psicosomático, para resaltar su
carácter transestructural, y su diferencia con el síntoma neurótico en lo referente a su modo
de producción y sus características, en mi criterio es válido pero en la medida que estemos
dispuestos a decirlo en plural, dado que los "fenómenos" psicosomáticos no son todos
iguales.
De acuerdo con Sami Ali, opino que "un modelo de somatización sólo puede ser
multidimensional. Que debe permitir una lectura sistemática de los fenómenos, sin
encerrarse en un sistema. Que es indispensable que sea empírico, igualmente capaz de
captar lo que confirma y lo que invalida. Que en él, el nivel descriptivo debe ser distinto del
nivel explicativo. Y que, por fin, es necesario que esté, en la medida de lo posible, exento
de contradicción." (Sami Ali, 1987)
En este trabajo me propongo abordar la relación entre lo ominoso, el superyo y la
enfermedad somática. Dicho abordaje pretende ser un aporte teórico para comprender la
aparición de enfermedades somáticas en algunos pacientes desde la perspectiva restringida
que esta dimensión ofrece, es decir desde la perspectiva de su relación con el Superyó.

Para cumplir dicho objetivo comenzaré con una reseña bibliográfica del concepto de
Superyó en la obra de Freud, que no pretende ser exhaustiva (para una descripción
exhaustiva remito al libro de Gerez Ambertin "Las voces del Superyó") pero sí lo
suficientemente clara y textual, para lo cual me remitiré - aún a costa de que las citas
resulten un tanto extensas - a unos pocos artículos en donde Freud intenta resumir sus ideas
o en donde las esboza en un estado embrionario pero clarificador. Complementaré las citas
freudianas, intercalando referencias de otros autores que se han ocupado de ordenar el
concepto de Superyó o Ideal del Yo en un contexto mas amplio.
Luego intentaré discriminar el aspecto cruel del superyo y el aspecto benévolo adscribible
al ideal del yo.
Mas adelante, articularé el aspecto cruel del Superyó, las resistencias del Superyó
relacionadas con la necesidad de castigo y de padecer, y la enfermedad somática como
desenlace.
Finalmente, haré un desarrollo sobre el aspecto ominoso de la enfermedad somática,
partiendo del concepto de lo ominoso tal como lo describe Freud y ejemplificándolo con un
cuento de Kafka titulado "En la colonia penitenciaria"

El Superyó, la identificación con el padre y el destino.

El desarrollo de este tema se encuentra muy claramente expuesto en el estudio


psicológico del Presidente Wilson, que citaré a continuación:
"La solución del Complejo de Edipo es el problema mas difícil que afronta el ser
humano en el desarrollo psíquico. En el caso del varón, el miedo desvía de la madre hacia
el padre la mayor parte de la libido y su problema mas importante es lo incompatible de su
deseo de matar al padre con su igualmente ardiente deseo de someterse totalmente a él.
Un medio de escape del dilema mayor del complejo de Edipo, es empleado por todos los
varones: la identificación con el padre. Viéndose igualmente incapaz de matar a su padre o
de someterse totalmente a él, el niño encuentra una salida que se aproxima a la eliminación
del rival y sin embargo elude el asesinato. Se identifica con él. Así satisface a la vez tanto
los deseos tiernos como los hostiles. No solo expresa su amor y admiración por su padre
sino que también lo elimina al incorporarlo en sí mismo, como si fuera por un acto de
canibalismo. Desde entonces él mismo es el gran padre admirado. Este paso temprano de
identificación hace comprensible la ambición posterior de sobrepasarlo y llegar a ser mas
grande que él, situación que percibimos frecuentemente en la juventud. El niño no se
identifica con el padre tal como es en la vida real y tal como lo reconocerá mas adelante,
sino con uno cuyos poderes y virtudes han tenido una extraordinaria expansión y cuyas
debilidades y faltas han sido negadas. Así es tal como aparece ante el niño. Mas adelante,
comparado con ese personaje ideal, el padre real debe necesariamente parecer pequeño, y
cuando un joven desea convertirse en un hombre mas grande que su padre, simplemente se
aleja de él tal como es en la vida y se vuelve hacia la figura paterna de su infancia.
Como resultado de su incorporación en el niño, este padre todopoderoso, omnisciente,
todo-virtuoso, de la niñez, se transforma en un poder psíquico interno al que llamamos en
psicoanálisis el Ideal del Yo o Superyó. El Superyó se manifiesta durante el resto de la vida
mediante órdenes y prohibiciones. Su papel negativo de prohibir es conocido por todos bajo
el nombre de conciencia". (entiendo que se refiere a la conciencia moral) "Su papel positivo
de ordenar es tal vez menos fácil de percibir pero seguramente mas importante. Se expresa
mediante todas las aspiraciones conscientes e inconscientes del individuo. Así a partir del
deseo insatisfecho del niño de matar a su padre, surge la identificación con él, el Ideal del
yo y el Superyó." (Freud, S. 1930)

Dicha identificación tiene sus consecuencias, que aparecen muy bien plasmadas en el
trabajo sobre Dostoievsky y el parricidio: "Si el padre fue duro, violento, cruel, el Superyó
toma de él estas cualidades, y en su relación con el yo vuelve a producirse la pasividad que
justamente debía ser reprimida. El Superyó ha devenido sádico, el yo deviene masoquista,
es decir, en el fondo, femeninamente pasivo. Dentro del Yo se genera una gran necesidad
de castigo, que en parte está pronta como tal a acoger al destino y en parte halla
satisfacción en el maltrato por el Superyó (conciencia de culpa). En efecto, cada castigo es
en el fondo la castración y, como tal, el cumplimiento de la vieja actitud pasiva hacia el
padre. Y el destino mismo no es en definitiva sino una tardía proyección del padre".
(Freud, S. 1928)

Efectivamente, la palabra ananke, traducida por Etcheverry como apremio de la vida,


tiene en un diccionario griego, los siguientes significados: ANANKE: fuerza, necesidad,
coacción, violencia, por fuerza o por necesidad; necesidad lógica, ley natural; fatalidad,
sino, destino, castigo, tortura; prisión, cárcel; dolor, angustia, pena; vínculo de sangre,
parentesco.
El Superyó y la libido.

En el texto sobre Wilson, se da un valor de gran importancia al factor cuantitativo. De


allí que en algunos pasajes de este libro el conflicto esté planteado dentro del Yo, entre el
Superyó y la libido, concebida esta última como una fuerza energética que puede prestar
sus fuerzas al Superyó o por el contrario oponerse a él para satisfacerse siguiendo su propio
camino.
El desenlace de esta lucha podría determinar cuatro destinos diferentes:
- Las grandes realizaciones (cuando el sujeto dispone de libido suficiente para satisfacer al
Yo en sus ideales)
- La huida de la realidad y la caída en la psicosis
- La vida martirizada del neurótico. (especialmente si se trata de una neurosis obsesiva)
- La enfermedad somática como modo de satisfacer la necesidad de castigo.
"... el establecimiento del Superyó no resuelve todas las dificultades del Complejo de
Edipo, pero crea un acumulador para cierta parte de la corriente de libido que
originariamente era de actividad agresiva contra el padre. Por ello, se vuelve una fuente de
nuevas dificultades que desde entonces tiene que encarar el yo. Pues durante el resto de la
vida el superyo amonesta, censura, reprime y se esfuerza por aislar y apartar de su meta
todos los deseos de la libido que no satisfacen sus ideales. En muchos seres humanos esta
lucha en el yo entre la libido y el superyo no es fuerte, ya sea porque la libido es endeble y
se deja guiar fácilmente por el superyo o porque éste es tan débil que solo puede quedarse
mirando mientras la libido sigue su propio camino; o porque no se han exaltado los ideales
del superyo por encima de las limitaciones de la naturaleza humana, de modo que no exige
de la libido mas de lo que ella está dispuesta a conceder. Esta última variedad de superyo es
agradable para la persona que la hospeda, pero tiene la desventaja de que permite el
desarrollo de un ser humano muy vulgar.(...)
En el extremo opuesto está el Superyó cuyos ideales son tan grandiosos que exigen al
Yo lo imposible. Un Superyó de esta especie produce algunos grandes hombres y muchos
psicóticos y neuróticos. Es fácil comprender de qué manera se desarrolla tal Superyó.
Hemos notado que todo niño tiene una idea exagerada de la grandeza y el poder de su
padre. En muchos casos esta exageración es tan excesiva que el padre con quién se
identifica el pequeño, cuya imagen llega a ser su Superyó, equivale al Mismo Padre
Todopoderoso: Dios. Tal Superyó continuamente exige al yo lo imposible. No importa qué
realice el yo verdaderamente en la vida: el Superyó nunca está satisfecho con la realización.
Amonesta incesantemente: Debes hacer que lo imposible sea posible! Puedes llevar a cabo
lo imposible! Eres el Hijo Bienamado del Padre! Eres el Padre mismo! Eres Dios!.
Un Superyó de este tipo no es una rareza" (Freud, S., 1930)

Superyó, identificación y castración

El resultado final del Complejo de Edipo es una sedimentación en el Yo que consiste en


el establecimiento de dos identificaciones unificadas entre sí : la identificación-padre y la
identificación-madre. Estas identificaciones generan una alteración del Yo que se enfrenta
al otro contenido del Yo como Ideal del Yo o Superyó.(Freud, S. 1923).
El enfrentamiento entre esta nueva instancia y el yo se explica por su relación con el
Complejo de Edipo y con el complejo de castración. Dicha relación dependerá también de
la identificación predominante.
La castración adquiere la significación de "castigo" cuando predomina la identificación-
padre y el deseo por la madre, y adquiere la significación de "precio del amor" cuando - en
el varón- predomina la identificación-madre y el deseo homosexual hacia el padre. (Freud,
S. 1928)
El odio al padre, por imponer la castración tanto en uno como en el otro de los casos
mencionados, se resuelve mediante la identificación, dado que este mecanismo incluye
tanto la asimilación del objeto como su destrucción.
El padre es acogido dentro del yo pero como instancia aparte: el superyo. El motivo es
que "su vínculo con el yo no se agota en la advertencia: "Así (como el padre) debes ser",
sino que comprende también la prohibición: "Así (como el padre) no te es lícito ser, esto es,
no puedes hacer todo lo que él hace; muchas cosas le están reservadas".p.36 (Freud, S.
1923).
Como vemos, el Superyó es el residuo de las primeras elecciones de objeto del Ello,
pero también tiene la significación de una enérgica formación reactiva frente a ellas.

Relación entre Superyó e Ideal del Yo.

La relación entre el Superyó y el Ideal del yo es materia de discusiones.


En la mayoría de sus trabajos - incluso en los últimos (Freud, S. 1930, 1937) - Freud usa
los dos términos como sinónimos. Intentando establecer diferencias, se ha dicho que el
Superyó tiene tres funciones: Conciencia moral, observación de sí e Ideal del yo. La
función de observación de sí actuaría como pivote en la relación del Yo con las otras dos
funciones: de la comparación con la conciencia moral provendría el sentimiento
inconsciente de culpa y de la comparación con el Ideal, el sentimiento de inferioridad.
No obstante, Lacan intenta avanzar un paso mas en el orden de situar los conceptos y
diferencia el Ideal del Yo no como una función del Superyó sino como una instancia
diferente, quedando el Superyó mas ligado a la conciencia moral, al sentimiento
inconsciente de culpa, al masoquismo y a al necesidad de castigo, y el Ideal del Yo a los
aspectos benévolos y protectores.

En "Introducción del narcisismo" se desarrolla claramente el concepto de Ideal del Yo.


El Ideal del Yo se genera como medio de conservar el narcisismo perdido, frente a las
limitaciones que impone la realidad o las prohibiciones de los padres que la subrogan.
"Aquí, como siempre ocurre en el ámbito de la libido, el hombre se ha mostrado incapaz
de renunciar a la satisfacción de que gozó una vez. No quiere privarse de la perfección
narcisista de su infancia, y si no pudo mantenerla por estorbárselo las admoniciones que
recibió en la época de su desarrollo y por el despertar de su juicio propio, procura
recobrarla en la nueva forma del Ideal del yo. Lo que él proyecta frente a sí como su ideal
es el sustituto del narcisismo perdido de su infancia, en la que él fue su propio ideal."
(Freud, S. 1914,p.91)
Freud resalta la función que tiene el Ideal de velar por la satisfacción narcisista del Yo,
actuando como un protector, representante del "respeto del Yo por sí mismo" (Freud, S.
1914, p.90) o - como dice Gerez Ambertin - "como un ángel guardián que preserva al Yo
de embarcarse en atrocidades de consecuencias perniciosas para su preservación".(Gerez-
Ambertin, 1993)
Sin embargo, hay una distancia entre el Yo y el Ideal, que una instancia crítica - llamada
por Freud con el mismo nombre - se ocupa de medir constantemente.
El Ideal del yo , "Aunque por un lado preserva, cuando se vuelve atrozmente crítico
abandona el papel de ángel guardián para convertirse en asoladoramente demoníaco, deja
de velar por la satisfacción narcisista y se transforma en un tenaz enemigo de la seguridad
yoica." (Gerez-.Ambertin,1993. p. 42)
"¿Cómo se produce el paso del ideal que exalta al ideal que somete?" (Ibid)
¿Cómo es el pasaje de la faz idealizada y protectora del padre a la diabólica y maligna?
(Ibid)

El Ideal del Yo - Superyó como Amo.

Dos movimientos deben diferenciarse, por ejemplo, en la psicología de las masas: en el


primer momento se ensalsan las supuestas perfecciones del líder de quien todo se espera y
con quien se comparte una comunidad identificatoria basada en insignias; en el segundo
tiempo se eleva el líder a la condición de Amo absoluto para quedar a su total merced en
prácticas sacrificiales que exaltan mas la aniquilación que el amor." (Gerez-
Ambertin,1993,p. 43)
En "Tótem y tabú", la "añoranza del padre" devenido Tótem o Dios lleva a los hijos a un
proceso de idealización que los conduce a someterse a él.
"Este sometimiento, sostenido con culpa, goce y temor a la faz ya no tan benévola del
poderoso padre, adquiere en el sacrificio las formas mas variadas." (Ibid, p.42)
La otra salida - emparentada con el sacrificio- es la feminización, y un caso
paradigmático es el de Schreber. En dicho artículo se aprecia además como Dios aparece
como un Superyó amo que ordena gozar.
"Antes de contraer su enfermedad, el presidente del Superior Tribunal había sido un
hombre de rígidas costumbres; "Pocos hombres hay - afirma él, y yo no veo justificación
alguna para desconfiarle- que como yo se hayan criado en unos principios éticos tan
rigurosos, y que a lo largo de toda su vida, sobre todo en el aspecto sexual, se hayan
impuesto una contención acorde a esos principios, como yo tengo derecho a sostenerlo
sobre mí mismo." (Freud, S. 1911)
"Tras la seria batalla anímica que se dio a conocer hacia afuera por las manifestaciones de
la enfermedad , la relación con el erotismo se había alterado. Había llegado a la intelección
de que el cultivo de la voluptuosidad era un deber para él, y solo su cumplimiento pondría
fin al grave conflicto que había estallado dentro de él, o como creía, en torno de él. La
voluptuosidad era, como las voces se lo aseguraban, cosa que debía hacerse "en temor de
Dios" y solo lamentaba no ser capaz de consagrar el día entero a su cultivo. (el subrayado
es mío) (Freud, S. 1911,p.30)

Retomaremos el tema de las prácticas sacrificiales mas adelante, al hablar de la enfermedad


somática .

El Ideal del Yo - Superyó como doble.

El Ideal del Yo funciona como un doble, y toma su material de lo mas profundo y


primitivo, es decir del Ello. " Lo que en la vida anímica individual ha pertenecido a lo más
profundo, deviene, por la formación de ideal, lo más elevado del alma humana en el sentido
de nuestra escala de valoración". (Freud, S. 1919)
El tema de los dobles, aparece desarrollado en el artículo "Lo ominoso". Consiste en la
"...aparición de personas que por su idéntico aspecto deben considerarse idénticas; el
acrecentamiento de esta circunstancia por el salto de procesos anímicos de una de estas
personas a la otra - lo que llamaríamos telepatía - , de suerte que una es coposeedora del
saber, el sentir y el vivenciar de la otra. " (Freud, S. 1919, p. 234.)
"...la identificación con otra persona hasta el punto de equivocarse sobre el propio yo o
situar el yo ajeno en el lugar del propio - o sea permutación, división, duplicación del yo, y
por último, el permanente retorno de lo igual" (Ibid, p.234)
Para O. Rank., el doble fue en su origen el producto de una "enérgica desmentida del poder
de la muerte".
Habría, según Freud, una primera fase, en el primitivo o en el período del irrestricto
narcisismo primario, en la cual el doble es un seguro de supervivencia. Pero con la
superación de este período de la vida del hombre o de esta etapa evolutiva, el doble pasaría
a ser algo de significación contraria a la original: ya no un seguro de supervivencia, sino un
anunciador ominoso de la muerte. Esto sucede obedeciendo a la regla según la cual, lo
superado y caído de lo mas alto aparece luego como denigrado o demoníaco.
La representación del doble puede "llenarse" con el contenido de todo aquello
perteneciente al viejo narcisismo superado de la época primordial, y funcionar como una
instancia que desempeña múltiples funciones.
Freud parecería ordenar dichas funciones en dos grupos separados: por un lado
las funciones de contraponerse al resto del yo, servir a la observación de sí, hacer una
autocrítica, desempeñar el trabajo de la censura psíquica y actuar como conciencia moral.
(Freud, S. 1919,p. 235). A este grupo lo considera un "contenido chocante para la crítica
del yo" . Y por otro lado las funciones de Ideal para el Yo: "...todas las posibilidades
incumplidas de plasmación del destino, a que la fantasía sigue aferrada, y todas las
aspiraciones del yo que no pudieron realizarse a consecuencia de unas circunstancias
externas desfavorables, así como todas las decisiones voluntarias sofocadas que han
producido la ilusión del libre albedrío."(ib. p.236). Este segundo grupo podría considerarse
como formando parte de la imagen que el Yo querría tener de sí mismo.

Quizás esta división, aunque un poco artificial, pueda considerarse un germen de lo que
podría ser por un lado el Superyó y por otro lado el Ideal del Yo, concebidos como
separados.

Así como el efecto ominoso del doble se debe a que es una formación oriunda de épocas
ya superadas que en un principio tuvo un sentido benigno pero que cayó en el olvido para
retornar luego de su superación ,el Superyó puede haber tenido un carácter benigno, pero
dejó de tenerlo en la medida en que nació o se creó como consecuencia de la superación de
la sujeción a los padres, aunque su intención haya sido la de perpetuar esa sujeción.
Así como los Dioses, tras la ruina de su religión, se convierten en demonios, los padres
superados tras el sepultamiento del Complejo de Edipo, pueden convertirse en un Superyó
vengativo. Y la relación con este Superyó es conflictiva, tanto mas cuanto menos logrado
haya sido dicho sepultamiento, y cuanto mas cruel haya sido su historia genética.

Historia genética del Superyó.

"La historia genética del Superyó permite comprender que conflictos anteriores del yo
con las investiduras de objeto del ello puedan continuarse en conflictos con su heredero, el
Superyó. Si el yo no logró dominar bien el complejo de Edipo, la investidura energética de
este, proveniente del ello, retomará su acción eficaz en la formación reactiva del ideal del
yo. La amplia comunicación de este ideal con esas mociones pulsionales icc resolverá el
enigma de que el ideal mismo pueda permanecer en gran parte inconsciente, inaccesible al
yo. La lucha que se había librado con furia en estratos más profundos, y que no se había
decidido mediante una sublimación y una identificación súbitas, se prosigue ahora en una
región más alta, como la batalla contra los hunos en el cuadro de Kaulbach.n.22"
.(Freud,S.1923)
" (22) (La llamada comúnmente "Batalla de Chalons", del año 451, en que Atila fue derrotado por los romanos y

visigodos. En ella se basó Wilhelm von Kaulbach (1805 - 1874) para uno de sus murales del Nuevo Museo de Berlín, en

el cual se representaba a los guerreros muertos continuando la lucha en el cielo por encima del campo de batalla, según

una leyenda que se remonta a Damasciano, filósofo neoplatónico del siglo V.)"

"Si consideramos una vez más la génesis del Superyó tal como lo hemos descrito,
vemos que este último es el resultado de dos factores de suma importancia, uno biológico y
el otro histórico: el desvalimiento y la dependencia del ser humano durante su prolongada
infancia, y el hecho de su complejo de Edipo, cuya represión, tal como se ha mostrado, se
vincula con la interrupción del desarrollo libidinal por el período de latencia y, por tanto, al
arranque en dos tiempos de la vida sexual."(Freud,S. 1923)
De acuerdo a esto, es que Freud considera al Superyó como el heredero del Complejo de
Edipo.

El Superyó: ¿Moral o demoníaco?

Al desarrollar el concepto de superyo, Freud parecía preocupado por las críticas al


psicoanálisis, que le reprochaban haberse dedicado siempre a denunciar lo oculto, lo
reprimido, lo mas bajo en el psiquismo , como si en eso consistiera la esencia humana. De
allí que fuera necesario para él resaltar los aspectos ideales del superyo como formando
parte de él.
" Incontables veces se ha reprochado al psicoanálisis que no hace caso de lo más alto, lo
moral, lo suprapersonal, en el ser humano. El reproche era doblemente injusto, tanto
histórica como metodológicamente. Lo primero, porque desde el comienzo mismo se
atribuyó a las tendencias morales y estéticas del yo la impulsión para el esfuerzo de
desalojo (represión); lo segundo, porque no se quiso comprender que la investigación
psicoanalítica no podía emerger como un sistema filosófico con un edificio doctrinal
completo y acabado, sino que debía abrirse el camino hacia la intelección de las
complicaciones del alma paso a paso, mediante la descomposición analítica de los
fenómenos tanto normales como anormales.
Mientras debimos ocuparnos del estudio de lo reprimido en la vida anímica no necesitamos
compartir la timorata aflicción por la suerte eventual de lo superior en el hombre. Ahora
que hemos osado emprender el análisis del yo, a aquellos que sacudidos en su conciencia
ética clamaban que, a pesar de todo, es preciso que haya en el ser humano una esencia
superior, podemos responderles: "Por cierto que la hay, y es la entidad más alta, el ideal del
yo o Superyó, la agencia representante (Representanz) de nuestro vínculo parental. Cuando
niños pequeños, esas entidades superiores nos eran notorias y familiares, las admirábamos
y temíamos; más tarde, las acogimos en el interior de nosotros mismos".
"Religión, moral y sentir social -esos contenidos principales de lo elevado en el ser
humano- han sido, en el origen, uno solo. Según las hipótesis de Tótem y Tabú, se
adquirieron, filogenéticamente, en el complejo paterno: religión y limitación ética, por el
dominio sobre el complejo de Edipo genuino; los sentimientos sociales, por la constricción
a vencer la rivalidad remanente entre los miembros de la joven generación. Los varones
parecen haberse adelantado en todas esas adquisiciones éticas; la herencia cruzada aportó
ese patrimonio también a las mujeres. Los sentimientos sociales nacen todavía hoy en el
individuo como una superestructura que se eleva sobre las mociones de rivalidad y celos
hacia los hermanos y hermanas. Puesto que la hostilidad no puede satisfacerse, se establece
una identificación con quienes fueron inicialmente rivales." (Freud, S. 1923)

Hasta aquí, una descripción "ideal" del Superyó.

Sin embargo, al querer hacer una ubicación tópica de esta nueva instancia, aparecieron
algunas dificultades.
Teniendo en cuenta que el Superyó contiene la herencia arcaica y entendiendo la
herencia arcaica como un conjunto compuesto por las pulsiones e instintos que buscan
satisfacción, la herencia filogenética y los deseos de nuestros antepasados y sus leyes, ya no
se puede pensar el Superyó como favorecedor del respeto del Yo por sí mismo sino mas
bien como "abogado del Ello" en juicio contra el Yo.
Se puede imaginar un abogado de semejante cliente, defendiendo intereses justos, bellos,
racionales y bondadosos? Cuál es la "moral" del Ello?

Al desarrollar el concepto de moral, en el "Proyecto...." Freud parte del estado de


indefensión del ser humano y su necesidad de la asistencia ajena.(Freud,S. 1895)
Por eso afirma, tal como citábamos antes, que el factor biológico de la génesis del Superyó
es la indefensión original del ser humano. En efecto, aceptamos los aspectos morales de la
cultura porque la asistencia ajena nos los impone como condición para darnos su amor...y el
alimento que satisfaga nuestra necesidad.(Freud, S. 1895)
En una etapa posterior, Freud conceptualiza la moral y la conciencia moral como una
consecuencia de la desexualización del complejo de Edipo.
Finalmente, al describir el masoquismo moral, nos muestra cómo la moral puede ser
resexualizada y el Complejo de Edipo reanimado.(Freud, S. 1924)
Pero a partir de entonces dicha conciencia moral se vuelve ingobernable y obscena: pedirá
la miseria del Yo, su castigo. Será la fuerza que alimenta el sentimiento inconsciente de
culpa, la reacción terapéutica negativa, en fin, las resistencias del Superyó, que según
Freud, constituyen uno de los mas poderosos obstáculos contra la curación.(Freud, S. 1923,
cap.V.p.50)

Lo ominoso, el Superyó y la enfermedad somática.

En "Inhibición, síntoma y angustia", Freud enuncia cinco clases de resistencias.


La resistencia del Superyó "...es la mas oscura pero no siempre la mas débil, parece brotar
de la conciencia de culpa o necesidad de castigo; se opone a todo éxito y, por tanto, a la
curación mediante el análisis." (Freud, S. 1926. p. 150)

En "Esquema del psicoanálisis" Freud habla, en el capítulo sobre técnica, del


sentimiento inconsciente de culpa, que forma parte de "la necesidad de estar enfermo o
padecer". "Es, evidentemente, la contribución que presta a la resistencia un Superyó que ha
devenido muy duro y cruel. El individuo no debe sanar, sino permanecer enfermo, pues no
merece nada mejor. Es cierto que esta resistencia no perturba nuestro trabajo intelectual,
pero sí lo vuelve ineficaz, y aún suele consentir que nosotros cancelemos una forma del
padecer neurótico pero está pronta a sustituirla enseguida por otra; llegado el caso, por
una enfermedad somática." (Freud, S. 1937. p.180) (el resaltado es mío)

En "El Problema económico del masoquismo" dice: "...una neurosis que se mostró
refractaria a los empeños terapéuticos puede desaparecer si la persona cae en la miseria de
un matrimonio desdichado, pierde su fortuna o contrae una grave enfermedad somática .
(Freud, S.1924. p. 172) (El resaltado es mío)
La enfermedad somática, en tanto satisface la necesidad de estar enfermo o padecer,
alivia el sentimiento de culpa y apacigua al Superyó.
¿Se agota aquí el vínculo entre enfermedad somática y Superyó, o este puede ser aún más
estrecho?
En el artículo "Lo ominoso" podemos encontrar una clave.
En "El hombre de la arena", la muñeca Olimpia, como doble femenino de Nathaniel,
representa el Ideal del Yo. Un ideal "Apolineo"de belleza , perfección y bisexualidad.
Simultáneamente materializa el ideal del "Padre de la máquina" ,el profesor Spalanzani y
sus dobles : el abogado Coppelius, y el óptico Coppola.
Estos dobles del padre de Nathaniel, representan el aspecto cruel de su Superyó, que le
ofrece un ideal como señuelo - Olimpia - , pidiéndole a cambio una parte de su cuerpo: sus
ojos.
Lo ominoso es aquello familiar de antiguo a la vida anímica, solo enajenado de ella por el
proceso de la represión, y que, destinado a permanecer oculto, sale a luz como retorno de lo
reprimido. (Freud, S. 1919.)

Tanto la idea de separación de una parte del cuerpo, como también la sensación de que
hay algo automático, ajeno, ingobernable por el Yo, que comienza a comandar su
funcionamiento, resultan ominosas.

Quizás la vivencia familiar reprimida que retorna es la de los primeros tiempos de la


vida, en los cuales el cuerpo del niño es manejado hasta en sus ritmos biológicos por el
deseo de la madre, quien se adueña de él, interpretando a su manera sus necesidades, y
restaurando artificialmente la situación prenatal en la que el cuerpo del niño y el de la
madre, si bien diferentes, participan de un universo idéntico, de un contexto compartido.

La aparición de enfermedades somáticas despierta en los individuos complejos infantiles


reprimidos y desentierra viejas creencias que habían sido sepultadas. Así es como vuelve
creyentes a los ateos, supersticiosos a los racionalistas y curanderos a los familiares. No es
extraño que disuelva la cancelación que funcionaba sobre la creencia en la realidad de lo ya
superado : retorno de los muertos, el mal de ojo, etc.
Probablemente por eso, el enfermo somático tienda a pensar, frente a lo fatal o inevitable,
que hay algo otro que se ha apoderado del cuerpo. Como un diablo , una posesión, un
duende-Ello mas allá del yo, que comienza a comandar su funcionamiento biológico.
Si bien dicho pensamiento es fantasmático, cuando del Superyó se trata encierra un núcleo
de verdad.
Esta verdad surge cuando lo oído de los padres, las deudas familiares heredadas por el
sujeto y provenientes de lo no realizado o lo no dicho entre sus integrantes, las creencias
ancestrales y los mandatos a cumplirse a través de las generaciones, se toman demasiado en
serio. Sin distancia entre lo dicho y lo que eso dicho pudo haber querido decir, entre el
enunciado y la enunciación, entre el símbolo y lo simbolizado, entre lo fantástico y su
encarnación.
El Superyó es mortífero y se encarna cuando no se puede tomar o como una metáfora o con
humor. Porque el humor es el único garante superyoico de una ganancia de placer para el
Yo, de un descanso para la culpa, de una huida placentera de la realidad. (Freud, S. 1927)

Freud dice que "...se tiene un efecto ominoso cuando se borran los límites entre
fantasía y realidad, cuando aparece frente a nosotros como real algo que habíamos
tenido por fantástico, cuando un símbolo asume la plena operación y el significado de
lo simbolizado,..." (Freud, S. 1919) p.244

Las teorías acerca de la sobreadaptación (LIberman y col, 1982) y la vida operatoria


(Marty, P.1992) describen un fenómeno que efectivamente es global en cierto tipo de
personas. Sin embargo, dicho modo de funcionamiento puede aparecer en cualquier sujeto
cuando se ve enfrentado a algo que cuestiona su identidad, frente a lo cual no encuentra
escapatoria, o que lo hace caer de la escena en la que se había acostumbrado a vivir. Ese
"algo" puede ser "...tan simple como el adiós de un hijo que se casa, tan trágico como la
muerte de un ser amado o tan corrosivo como la insatisfacción sexual en un matrimonio
cuyo hogar se va llenando de hijos." (Ulnik, J. 1990).
Siguiendo a Ortega y Gasset, podemos llamar a este fenómeno "perdida del sentido de lo
irreal" (ver n.1) (Ortega y Gasset, J. 1958)

Volvamos a nuestra pregunta inicial: ¿ El vínculo entre enfermedad somática y Superyó


se agota en la satisfacción de la necesidad de castigo?
Mi hipótesis es que si el paciente se encuentra posicionado frente al Superyó con una
imposibilidad de poner distancia, de negar, de equivocar o deslizar aquello que de lo oído a
los padres y educadores se ha "hecho carne" en él, la enfermedad somática podrá sustituir a
la neurosis y la elección de órgano podrá tener algún sentido localizable, aunque muy
difícilmente analizable, porque no habrá sujeto capaz de responder.
Sami Ali llamó "Superyó corporal" a la instancia superyoica cuando actúa como un cuerpo
de reglas normativas y del deber ser, que se expresan en el cuerpo, como cuando por
ejemplo coinciden en la educación de alguien las exigencias de conformarse a una
determinada moral y las manipulaciones corporales.(Sami Ali, 1991)
Schreber es un ejemplo paradigmático, dado que tenía un padre médico que desarrolló una
serie de aparatos ortopédicos que usaba para la educación de su hijo y que proponía -
siguiendo una ideología nazi - para la formación de todos los niños.(Sami Ali, 1991)
Es así como luego en su delirio, Schreber imaginaba su cuerpo dirigido y manipulado por
los rayos de Dios.
El mismo Schreber considera el dolor como una manera de detener el goce pero a la vez
formando parte de él. El afuera encarna en el delirio de Schreber la instancia que con los
dardos de los rayos premia y castiga dictando las leyes de conducta. Dicha instancia es
eminentemente corporal en sus efectos, como si toda acción solo pudiera ser sobre el
cuerpo y a través del cuerpo.(Ib.)

Cuando el Superyó tiene estas características, el cuerpo es actuado como en la niñez y el


sujeto constituye un solo cuerpo con exigencias que lo violentan pero que le permiten
existir. Es como si en su cuerpo se escribiera, concretizándose, una voluntad irracional.(Ib.)

Si bien el ejemplo de Schreber no es el de un enfermo somático, he tenido oportunidad


de atender varios casos en los cuales la sintomatología predominante era de esta índole.
Por ejemplo, un paciente con psoriasis generalizada, a quien en su infancia el padre le
prohibía transpirar, y lo sometía a severos castigos corporales si no cumplía.(Ulnik, 1993)

Casualmente, el ejemplo que utiliza Lacan para explicar el Superyó, es paradigmático en


el sentido que estoy tratando de desarrollar.
Se trata de un paciente de origen musulmán, que renegaba del Corán, pero que tenía una
serie de síntomas que le afectaban la mano. Su analista anterior le había interpretado la
masturbación infantil y el castigo consecuente a esos deseos, pero no había tenido éxito.
El fundamento de sus síntomas estaba en el Superyó y se transmitía a través del plano de la
ley.
Durante su infancia, el sujeto se había visto envuelto en un revuelo público en el cual su
padre había sido destituido. Fue entonces cuando escuchó decir que su padre era un ladrón
y que había que cortarle la mano. Como sabemos, la ley islámica tiene un carácter
totalitario en el que no se puede separar fácilmente lo jurídico de lo religioso. Y es esta ley
la que sostiene que al ladrón hay que cortarle la mano.
Pues este enunciado apareció en los síntomas del paciente.
Desconozco si este caso mencionado por Lacan era neurótico o si sus síntomas manuales
podían considerarse "conversivos". Sin embargo, considero que lo mas importante del
ejemplo es como muestra la acción sobre el cuerpo de "...un enunciado discordante,
ignorado en la ley, un enunciado situado al primer plano por un acontecimiento traumático,
que reduce la ley a una emergencia de carácter inadmisible, no integrable (...) instancia
ciega repetitiva que habitualmente definimos con el término Superyó." (Lacan, J.,1954.
p.292)

Freud dice que "Desde el ideal del Yo parte una importante vía para la comprensión de
la psicología de las masas. Además de su componente individual, este ideal tiene un
componente social; es también el ideal común de la familia, de un estamento, de una
nación." (Freud,S. !914). Las representaciones culturales y éticas del individuo no forman
parte de un conocimiento intelectual; mas bien aparecen como normativas, es decir como
exigencias a las cuales se somete.
"Los ideales normativos que los pacientes erigen dentro de sí, también funcionan como
matrices o códigos escritos, como menciona Lacan respecto de los animales, pero a
diferencia de éstos, en el hombre no están al servicio de la superviviencia de la especie sino
de las costumbres, el negocio, el modo de ser, de comer o de casarse, la religión o algún
otro tipo de estructura de un clan familiar. El individuo nace muerto en relación a la vida
eterna que se pretende para la ideología familiar. Y toda manifestación subjetiva
desencadena sentimientos de culpa inconcientes, que aparecen bajo la forma de necesidad
de castigo o padecimiento."(Ulnik,1993)
La ideología del clan opera como un imperativo categórico, es decir, un imperativo que
manda como si lo ordenado fuera un bien en sí mismo, independientemente del fin. Y el
paciente recibe castigo al estilo de los condenados de "En la colonia penitenciaria".

En efecto, en un cuento de Kafka, llamado con ese nombre, y casualmente escrito en el


mismo año que "Lo ominoso" (Kafka,F.1919), un oficial trata de convencer a un
expedicionario explorador, nombrado por el gobierno en calidad de juez, acerca de las
bondades de una máquina perfecta que había sido ideada por el comandante de una colonia
penitenciaria, quien había muerto hacía un tiempo.
Dicha máquina tenía como objetivo sostener el bien y la justicia en la colonia mas allá
de la voluntad de los hombres. Constituía el medio para imponer el justo castigo a los
internos.
El castigo consistía en escribirles en el cuerpo a los condenados la disposición que habían
quebrantado o que no habían sabido defender, con unas afiladas agujas provenientes de la
parte superior de la máquina. La escritura se producía en la piel y se iba ahondando
lentamente dentro del cuerpo hasta producir la muerte del sujeto condenado.

Ante la vista del próximo prisionero candidato al tormento, el explorador preguntó:


- Conoce su condena?
El oficial contestó sin inmutarse
- No tendría sentido anunciársela, la experimentará en su cuerpo.
Y continuó explicando:
- el principio por el que dicto sentencia es : la culpa nunca se pone en duda.

La falta de distancia entre el símbolo y lo simbolizado era patente en el oficial : a pesar


de usar un uniforme demasiado pesado para la zona tropical de la colonia, y de sentirse
fatigado y con dificultad para respirar por el calor, no se lo quitaba porque para él el
uniforme significaba la patria. No quería perder la patria.

La descripción del oficial acerca de la tortura es horrorosa:

"Durante las seis primeras horas el condenado vive casi como antes; solamente padece
dolores. Después de dos horas se retira el fieltro (que tenía en su boca) pues el hombre ya
no tiene mas fuerza para gritar.
Aquí, en esta escudilla calentada eléctricamente se coloca esta papilla de arroz caliente, de
la cual el hombre, si tiene ganas, puede tomar lo que pueda atrapar con la lengua. Ninguno
pierde la oportunidad, no sé de ninguno, y mi experiencia es grande. Sólo después de la
sexta hora pierden el gusto por la comida. (...) Rara vez el hombre traga el último bocado,
lo revuelve en la boca y lo escupe en la fosa. (...) Pero qué tranquilo se pone entonces el
hombre a la sexta hora! . Hasta al mas estúpido se le abre la entendedera. Comienza por los
ojos; de ahí se expande. Un espectáculo que a uno lo podría seducir a meterse también bajo
la rastra!. No ocurre mas nada. El hombre comienza simplemente a descifrar la escritura;
frunce la boca como si escuchara. Usted ha visto que no es fácil descifrar la escritura con
los ojos; sin embargo nuestro hombre la descifra con sus heridas. Por cierto que es mucho
trabajo. Necesita seis horas para lograrlo cumplidamente; pero entonces la rastra lo
atraviesa por completo y lo arroja en la fosa, donde cae chascando sobre el agua
ensangrentada y el algodón. Entonces la sentencia está cumplida, y nosotros, yo y el
soldado, lo enterramos." (Ib)

Al condenado que se había citado para que su castigo sea presenciado por el explorador,
se le iba a escribir: honra a tu superior.

"- ¡Qué distintas eran las ejecuciones en los viejos tiempos!


- Ya un día antes de la ejecución estaba todo el valle lleno de gente; todos venían solamente
para ver (...). Ante cientos de ojos - todos los espectadores estaban de puntas de pie hasta
ahí en las colinas - el condenado era colocado bajo la rastra por el comandante en persona.
(...). Cuando llegaba la sexta hora era imposible complacer a todos en su pedido de que se
les permitiese contemplar más de cerca. (...) ¡Cómo recibíamos todos del rostro martirizado
esa expresión de transfiguración! ¡Cómo manteníamos nuestras mejillas al resplandor de
esa justicia por fin lograda y que ya transcurría!"(Ib.)

El oficial esperaba, luego de su exposición, la aprobación del explorador. Así obtendría


mas presupuesto para el mantenimiento adecuado de la máquina, que últimamente ya no
estaba funcionando bien.

Sin embargo, el explorador contestó: "soy un enemigo de este procedimiento, (...) de


todas formas, su honesto convencimiento me impresiona, por mas que no pueda
confundirme." (Ib.)

-Entonces el procedimiento no lo ha convencido -Replicó el oficial sonriendo como sonríe


un viejo ante la insensatez de un niño.
- Pues ha llegado la hora, - exclamó mientras miraba al explorador con ojos luminosos, en
los que había una cierta amonestación.
Liberó al condenado, y cuando todo hacía pensar que iba a someter al propio e ingenuo
explorador al martirio de la máquina, sólo le hizo leer un complicado papiro de los que se
ponían en ésta, para ser escritos en el cuerpo de alguno, como mandamientos póstumos.
El papiro, - al igual que todos los demás - no era muy legible con los ojos, pero contenía la
máxima: sé justo.
Súbitamente, el oficial se desnudó y se sometió él mismo a la máquina, que al ser puesta en
funcionamiento, se descompuso y lo mató de inmediato.

Concluiré con unas palabras del libro de Benoit, "Crónicas médicas de un psicoanalista":
"Todo hombre tiene una vida secreta, que es doble:
su vida secreta personal, que tiene tendencia a ocultar : así, por ejemplo, lo que por
eufemismo, llaman una doble vida; pero también una vida secreta que se esconde de sí
misma, en cierto modo impersonal, impersonal en el sentido de que es propia de todos los
hombres y al mismo tiempo está situada muy lejos de su conciencia.
Respecto de ésta última, está dominada por una representación inconsciente -pero que a
veces, en ciertos psicoanálisis, sale a la luz-, representación inconsciente que puede
conducir al individuo a poner en cuestión la integridad de tal o cual parte de su cuerpo.
Por eso, en nuestra sociedad, el cirujano no es solamente un técnico que debe paliar las
deficiencias y avatares del organismo. Lo quiera él o no, su práctica recoge también algo
de la herencia -caída en desherencia- de los sacrificadores de antaño." (Benoit, 1988)
Nota 1:
En su Conferencia "Idea del teatro", en la que trata de conceptualizar en qué consiste el
teatro, Ortega introduce la idea del sentido de irrealidad.
Comentando la locura de Don Quijote, critica a Janet y algunos psicopatólogos y
pensadores franceses de la segunda mitad del siglo XIX, por decir que la locura consistía en
la pérdida del sentido de la realidad. "Lo cual me parece una perfecta tontería. Es bien claro
que la verdad es lo inverso: esas menguas o anomalías mentales revelan una pérdida del
sentido de lo irreal. Es como si la broma no se tomase en broma, sino en serio, y todos
conocemos personas incapaces de esa agilidad mínima, las cuales no logran nunca percibir
la broma como broma"
Comparando el circo y la corrida de toros con el teatro, afirma que el circo y la corrida no
son fantasmagorías sino realidades, y que el único actor en el circo es el payaso. En la
corrida no se muere ni se mata de mentira.
En el teatro, en cambio, "los actores pueden moverse y decir en las formas mas variadas -
trágicas, cómicas, intermedias - pero siempre con la condición imprescindible, permanente
y esencial de que nada de lo que hacen y dicen sea "en serio"; por tanto, que su hacer y
decir es irreal y en consecuencia es ficción, es "broma" ,es farsa. Cuenta Kierkegaard que
un circo se produjo un incendio. Fue encargado el payaso de avisarlo al público, pero éste
creyó que se trataba de una payasada más y pereció abrasado. "
"En el escenario las cosas y las personas se nos presentan bajo el aspecto o la virtud de
representar otras que no son ellas" (...)" La realidad de una actriz, en cuanto que es actriz,
consiste en negar su propia realidad y substituirla por el personaje que representa."(...) "Lo
que no es real, lo irreal, tiene la fuerza, la virtud mágica de hacer desaparecer lo que es
real."
Continuando su desarrollo, nos propone el ejemplo de la metáfora: tomando la metáfora
mas vulgar y sencilla, como por ejemplo la de decir que la mejilla de una moza es como
una rosa, concluye que "hay la mejilla real y hay la rosa real. Al metaforizar o
metamorfosear o transformar la mejilla en rosa es preciso que la mejilla deje de ser
realmente mejilla y que la rosa deje de ser realmente rosa. Las dos realidades, al ser
identificadas en la metáfora, chocan la una con la otra, se anulan recíprocamente, se
desmaterializan."(...) Los resultados de la aniquilación de esas dos realidades son
precisamente esa nueva y maravillosa cosa que es la irrealidad."p.43
Pero para que una cosa sea como la otra, hace falta que funcione un mecanismo de
negación. Solo puedo decir que una mejilla es una rosa, si simultáneamente sé que la
mejilla no es la rosa.
Si bien lo que expusimos es mencionado por Ortega en relación al teatro y a la locura,
pienso que también tiene que ver con el superyo y la enfermedad somática.

Bibliografía

Benoit, P (1988) : “Crónicas médicas de un psicoanalista. Medicina yu psicoanálisis”Ed.


Nueva visión…
Freud, Sigmund (1895) “Proyecto de una psicología para neurólogos”. En OC, T1, Ed.
Amorrortu
Freud, Sigmund (1911): “Puntualizaciones psicoanalíticas sobre un caso de paranoia
(Dementia paranoides) descripto autobiográficamente”. Ib. T 12
Freud, Sigmund (1914): “Introducción al Narcisismo”. Ib. T 14
Freud, Sigmund (1919): “Lo ominoso”. Ib. T 17
Freud, Sigmund (1921): “Psicología de las masas y análisis del Yo”. Ib. T 18
Freud, Sigmund (1923): “El Yo y el Ello”. Ib. T 19
Freud, Sigmund (1924): “El problema económico del masoquismo”. Ib. T 19
Freud, Sigmund (1920): “Inhibición, síntoma y angustia”. Ib. T 20
Freud, Sigmund (1927): “El humor”. Ib. T 21
Freud, Sigmund (1928): “Dostoievsky y el parricidio”. Ib. T 21
Freud, Sigmund (1937): “Esquemas del psicoanálisis”. Ib. T 23”
Freud, Sigmund (1937): “El presidente Thomas W Wilson: un estudio psicológico”. Ed.
Letra Viva
Gerez-Ambertin, Marta (1993): Las voces del Superyó. En la clínica psicoanalítica y en el
malestar en la cultura. Ed. Manantial. Estudios de psicoanálisis. Bs As.
Kafka, Franz (1919): Ën la colonia penitenciaria”. En Relatos completos, Ed. Losada, 1979,
Bs As
Lacan, Jaques (1953-54): Seminario I. “Los escritos técnicos de Freud”. Ed. Paidós. Bs As

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