UNIVERSIDAD DEL VALLE

FACULTAD DE HUMANIDADES

ESCUELA DE ESTUDIOS LITERARIOS

PROGRAMA DE LICENCIATURA EN LITERATURA

SEMINARIO TALLER DE METODOS LITERARIOS

SEGUNDO SEMESTRE

XIMENA VARGAS OSORIO

La novela prevalece como dios

El autor Romero Ricardo Silva recreó una colcha de retazos de la ficción que el ser

humano plasmó desde que tuvo la necesidad de buscar algo más. Su libro Ficcionario es una

buena manera para empezar en el amplio campo de la literatura y demás artes. Realmente me

resultó bastante digerible ya que los dos capítulos para analizar son sobre la novela, ese relato

que transformó plegarias a dioses en el retrato de la sociedad. Página tras página me di cuenta

que la novela busca ser leída, enganchar al lector y transformarlo. En general, resalta la

consciencia humana y su drama en el mundo.

Pero, la diferencia que tendrán estos capítulos es que uno de ellos brindará una mirada

al exterior: Quién escribe, cómo escribe y por quién escribe. Lo que dará como resultado la

pelea de clases por tener la literatura en sus manos y la discusión de la literatura como oficio.

Pero, también halaré de la parte interna de la novela: Lo que contiene, sus personajes y el

mundo que conlleva cada uno. Además, lo que significa para la sociedad se retratada desde la

ficción para llegar a encontrar sus pecados y las de cada personaje ficcionario que se puede

contemplar en el mundo real.

Empezaré con el primer capítulo a trabajar llamado “El funcionario de la ficción no se

detiene”1. Las imágenes expuestas al inicio de cada capítulo es una anticipación de quién se

hablará, en este caso la representación es de Dostoievski. Y no es sólo este escritor, conocido

por recorrer la psicología humana, sino también éste dentro de un cuerpo de león con cola de

serpientes. Entonces, podemos decir que es una mantícora, criatura mitológica, de tipo

1
Silvia Romero, Ricardo. Ficcionario. Editorial LUMEN. 2017. Capítulo 18

2775 palabras
 quimera, cual retazos de distintas partes, que devora la humanidad. La literatura al pasar el

tiempo parece eso, una colcha de retazos que lleva consigo distintas partes de la evolución en

su ficción.

La ficción empieza desde la época de las cavernas y posteriormente los mitos se

prepararían para deslumbrar la humanidad, así esculpieron los primeros arquetipos. Entonces,

la ficción sirvió para controlar la barbarie humana con la excusa del infierno y fue

evolucionando para tener distintos tipos de entretenimientos. Así, es como poco a poco llegó

la ficción oral a la escritura y se dividieron todo tipo de relatos:” Pusieron en escena baladas,

tragedias, comedias, tragicomedias, carnavales para sacarnos a todos de adentro este dolor que se va

volviendo costras, como el polvo”2.

Lo primero que menciona el autor es la evolución misma de la ficción, de relatos épicos

a la transgresión del mismo. “Y, cuando el poder pasó de ser una práctica a ser una ciencia y una

trampa entonces quienes se dedican a la ficción comenzaron a dedicarse a la crítica del mundo”3.

Después, encontramos una recopilación de los creadores de ficciones, y como de estos

ficcionadores puede resultar una obra de arte. Por ejemplo, Amor constante, más allá de la

muerte. (…) Endecasílabo de un soneto perfecto: “Polvo serán más polvo enamorado” 4.

“Pero no sólo registraban ni celebraban ni contenían este espanto bello frente a lo que hay
después del cielo, sino que además criticaban los desmanes de su sociedad y se valían del humor
para poner en su lugar a la barbarie de la civilización”5.

Sin embargo, el autor también plantea la discusión del artista, quien debe seguir

escribiendo para subsistir. Esa batalla “entre la expresión personal y los imperativos

comerciales”: “¿Cuál es el precio que se paga?, ¿termina uno con doble personalidad?, ¿se

propone hacer una película para ellos y la siguiente para sí mismo?” 6 Entre la crítica del

2
Ibid. Pag 1, cap18.
3
Ibid. Pag 1, cap18.
4
Quevedo, Francisco de: Obra poética, tomo I, ed. de José Manuel Blecua. Teijeiro. Madrid, Castalia, 1969-1971, pág. 657.
5
Ibid. Pag 2.
6
Ibid. Pag 2.

2775 palabras
 proletariado a la burguesía, por crear un mundo utópico y de la burguesía al proletariado por

hacer de la ficción un oficio y no una vocación, encontramos dos ideas opuestas y correctas.

Porque la ficción no siempre es arte, “más bien, es el oficio de cualquier artesano que tropieza

en el arte”7.

“Dostoievski vivió de la literatura, y alcanzó a tocar el arte como pocos, y como pocos se
quedó atrapado en sus obsesiones, pero no pudo darse el lujo de ser un esteta, de ser un prosista
de aquellos que hacen malabares con las palabras y las frases, pues sus relatos le dieron el dinero
para pagar las deudas, pero no le compraron el tiempo para pasarle una segunda mano a sus
trabajos”8.

Dostoievski, por ejemplo, alargaba sus escritos porque le salía económicamente mejor,

sin embargo, abordó gran parte del conocimiento humano, de la psicología del ser o del rio de

consciencia que el autor nos expone después. Pero este desprecio de las ficciones según la

clase social era reciproca, ya sea el arte popular como muestra de “puro entretenimiento” o el

arte burgués como persuasor. Ricardo Silva cree absurda la idea de denigrar el arte por estas

clases sociales, por ser un best seller o porque no es una obra de autor. Además de mencionar

el nuevo Hollywood y su éxito comercial, pero defendiendo los imperativos comerciales que

se tienen constantemente en una obra.

Es un crítico de los puristas que buscan una razón para sentirse superior, la importancia

no es la trascendencia ni la profundidad, sino el enganche y su encuentro con el final. Sin

embargo, creo que la trascendencia está dentro del público, que llega a sentirse parte de la

obra. Lo último que menciona es que en el arte se expuso la crítica a la sociedad y la barbarie

de la civilización. A falta del arte, el apocalipsis, último libro de la biblia que cierra con un

final caótico, llegará. Esto, porque el arte nos ha ayudado para plasmar todas las emociones y

aptitudes del ser humano, para hacer una retrospectiva de los errores de nuestro salvajismo

como sociedad.

7
Ibid. Pag 3.
8
Ibid. Pag 9

2775 palabras
 La tesis del capítulo es: los escritores son artesanos que a veces tropiezan con el arte.

El paso del tiempo de la ficción y el inicio de elementos comerciales en éstos, permiten ver

cómo la literatura llegó a ser un oficio. Pero, también cómo hubo un prejuicio de escritores

entre las clases sociales. Es claro que la idea purista sólo haría de la literatura un hobby, se

cerraría el campo a aquellos que pueden llegar a la literatura por su capacidad económica. Y

nos perderíamos de obras, que más por su vigencia que cualquier otra cosa, obtuvieron el

mérito de ser condecoradas.

Según Silva, el narrador mantiene al lector en un laberinto con pistas y no da paso al

aburrimiento. No le permitirá hastiarse tan fácil del juego que ha creado, realmente un

ficcionador es el que no aburre al público, así extienda su trama. Y el lector se la pasará como

un ratón atrapado en una bola de cristal, atrapado en ese mundo que le exponen. Un buen

narrador no cortará el hilo de la historia, sino que la dejará al auditorio para que poco a poco la

desenrolle. “Es un narrador aquel ficcionador que puede encantar durante más líneas a sus

espectadores”9.

El capítulo veinticinco tiene cierta relación con el anterior: El narrador teme al silencio

como a la muerte10. Al principio no sabía quién era el de la imagen, Yo veía un hombre con

cabeza de ballena encima del mismo animal con cabeza de persona. Al seguir leyendo uní

cabos, Moby Dick fue la obra maestra de Herman Melville, el libro suele ser bastante

descriptivo, interesa y engancha al lector permitiendo recrear la imagen que narra. Y así es

como el autor empieza su relato con un hecho: Es ficcionador el que no aburre y su objetivo es

Fascinar al público.

La novela busca ser leída, y realmente, no es una pena aburrir, sino aburrir en vano11.

Porque la idea del aburrimiento suele verse con una connotación negativa cuando puede

ayudarnos a buscar la trascendencia que le damos a algo, por ejemplo, una novela. Al hablar

9
Silvia Romero, Ricardo. Ficcionario. Editorial LUMEN. 2017. Capítulo 25. Pag. 1
10
Silvia Romero, Ricardo. Ficcionario. Editorial LUMEN. 2017. Capítulo 25.
11
Ibid. Pag 3, Cap 18. Cita a Billy Wilder, pero cambia su mensaje.

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 del Quijote como primera novela, entendemos que ésta debe recrear eventos humanos y hace

una crítica a la sociedad. Pero la novela realmente abarca muchos temas, e incluso se dice que

está en evolución constante, por ello, no se acaba el género. Por ejemplo, las novelas

románticas, que son descriptivas y alargan su trama, mostrando todo lo que un hombre puede

hacer en el mundo con el mundo12.

Si un novelista ha conseguido describir el arte de la novela ese ha sido Milan Kundera: en su

libro capital nos recuerda que la aventura fue el primer gran tema de la novela; que el espíritu del
género es la conexión del pasado con el futuro; que todas las grandes narraciones tienen en común
el enigma de la identidad, el examen de las posibilidades humanas y la meditación inesperada sobre
la existencia (…) La novela revive el pasado, documenta la historia como sólo puede hacerlo la ficción,
recrea e imagina, en fin, lo que pasó, y entonces los hechos no son más ni menos que escenas
humana13.

Todo esto, resulta de la novela, trascendental para revolucionar las narraciones y

empezar la escritura, porque los mitos y relatos épicos solían contarse mediante la oralidad.

Para mantener una norma fija y establecer ideas estaban los mitos y fueron transgredidos

mediante la risa de las novelas. Una profesora en algún momento nos mencionó que la novela

añadía elementos carnavalescos, que se ríe de estas primeras ficciones del ser humano. Sus

personajes son realmente imperfectos, realmente humanos y abordan totalmente una vida,

muchas veces, miserable. En este campo de la consciencia del personaje14 ahondamos en la

mente de cada uno, recreando dilemas morales en la sociedad. La mente de un personaje que

nos muestra una moral, traumas y vivencias con las que permeará la sociedad.

Y es evidente que novelas como El último hombre o La máquina del tiempo, profecías y sátiras
al mismo tiempo, están advirtiendo que lo peor que puede pasarle al futuro es resignarse a ser el
pasado, rendirse a los errores del principio de los tiempos, seguir el libreto hasta la llegada del
apocalipsis15.

Esta claro que la novela recrea la sociedad, una crítica en donde entran personajes de la

ficción, que fácilmente están en la realidad. Por esto, la novela no morirá, porque los

12
Ibid. Pag 5.
13
Ibid. Pag 3-5.
14
Ibid. Pag 7. Río de la consciencia.
15
Ibid. Pag 6-7

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 personajes no se agotarán, mucho menos sus tramas que necesitan ser leídas. Porque el ser

humano desde el génesis hasta el apocalipsis se ha dedicado y se dedicará a la ficción. “La

vida es la novela de dios, déjenla escribirla” Decía Isaac Baschevis Singer 16 Dios es la eterna

trama que abarca la humanidad. Para acabar con la novela primero tenemos que escribir la

trama de cada persona —sin olvidar que muchas tramas se pueden contar de forma distinta — y

esto de que cada persona es un mundo. Sería acabar con la galaxia.

Si los personajes y los mundos sobreviven a las tramas, y el Quijote va por La Mancha
y Peter Pan por el País de Nunca Jamás, así los lean pocos, es porque compartimos el instinto
por dejar habitado este mundo, el instinto por dejarlo lleno de mujeres y de hombres, y de
madres y de padres que se la jugaron toda por un drama: por la búsqueda de un clímax, por
la edificación de un mito, por volver de los reveses de fortuna con una rama o una respuesta
así se trate del lugar común aquel que nos salva de la desesperación 17.

Recreamos ficciones para darle sentido a la realidad, nunca para huir de ella, más bien

encontrar respuestas —o más preguntas—que nos ayuden a sobrellevar el mundo.

Encontrarnos ideas, creencias, culturas en una novela que nos hará preguntarnos qué sucederá,

es la novela una crítica a la barbarie de la sociedad. Como diría el autor: si el arte, como lo es

la novela, no sirviera para nada entonces hace mucho que nos habría llevado por delante

nuestra propia violencia humana como una avalancha informe e irrefutable. El apocalipsis, la

tormenta que nos aplastará a todos, ocurrirá el mal día que no encuentre quien lo esculpa,

quien lo cuente y quien pase la página18.

La novela quiere ser escuchada, busca fascinar al lector, maneja un drama, que junto a

él lo acompañan personajes e historias de vida. Si esto lo contiene una novela por qué

criticamos los imperativos comerciales a los que estuvo sometido el escritor. Se puede vivir de

la literatura sin ser mal escritor o un escribidor, porque no es ver la portada como quien juzga

todo el contenido. Entonces, nos tocará entrar al drama, juzgar desde el génesis hasta el

16
Ibid. Pag 8.
17
Ibid. Pag 8.
18
Ibid. Pag 10 Cap. 18.

2775 palabras
 apocalipsis de la novela para saber si se cumple los requisitos de ésta. Por esto, el autor

menciona libros del canon, porque su vigencia es la prueba de su calidad.

También, me parece importante el capítulo 32 “Estamos demasiado viejos para creer

en la originalidad” en donde menciona que todas las historias son una copia. Sin embargo,

aspirar a la originalidad o ser ambicioso nos puede llevar a un estilo, movimiento o

trascendentalismo para el mismo auditorio. En esta lectura esperaba que se mencionara el

libro de Christopher Booker (2004) titulado Siete tramas básicas, porque Silva pudo escribir

sobre este tema, pero se enfocó más en lo que era el plagio, copias e inspiración en las obras

de artes. También, el trabajo colectivo del hombre en los cantos y como el nombre en un relato

lo volvía individual.

En las novelas podemos ver las historias paralelas mediante los arquetipos, donde

podemos encontrar un personaje que tiene ciertas similitudes o asume cierto rol parecido al de

otro relato. También, premiar la novela como el principio de los relatos individuales, ya que da

inicio cuando sólo existían poemas épicos para ser cantados. Habría un cambio bastante

abrupto entre estos dos géneros, pero la risa que incluye la novela para carnaval izar los relatos

son la muestra de lo humano y el olvido de la mirada divina. Esto es lo que puedo relacionar

con los capítulos anteriores, sin embargo, el capítulo 32 tenía mucho más por exponer.

Algo irónico que mencionaba anteriormente, es que el escritor se verá sometido a los

imperativos comerciales, o sea, trabajará para alguien. Sin embargo, generalmente vemos la

crítica a las jerarquías sociales, como los protagonistas desdichados que suelen ser parte del

proletariado. Kalibre 35,19 es una película de Dago García sobre tres amigos cineastas que

quieres hacer una película. Pero, a falta de los elementos comerciales, que muchos inversores

le piden, deciden hacer una película independiente con dinero que robaran de un banco. Los

personajes crítica muchas películas basuras, por no poner el alma y parece profecia de las

películas futuras que tendrán a Dago García como director. En una parte de la película los

19
García, Dago. Kalibre 35. 2000

2775 palabras
 protagonistas empiezan a hablar sore el mensaje que dan las producciones cinematográficas,

dicen:

“-Pues yo sí creo que la gente tiene derecho a ver cine y que le alimente el alma, hermano.
-Eso mijo, vaya háblele a un productor de eso del alma y de esas carretas pa’ que vea como lo

manda pa la puta mierda (…)”.20

Me parece importante relucir esta película porque incluye los dos temas a tratar en el

libro Ficcionario: Sobre temas comerciales y el escritor como un artesano que a veces logra el

arte, al igual que la guerra de clases por tener el arte en sus manos. Y también, sobre cómo en

la evolución de la ficción se produjo la novela para durar hasta que la humanidad acabe. Con

personajes complejos que se pueden encontrar en la realidad o situaciones adversas a los

relatos épicos. Porque refleja justo lo que somos: Una sociedad que sangra por su violencia

humana.

Bibliografía

Silvia Romero, Ricardo. Ficcionario. Bogotá. Editorial LUMEN. 2017.

García, Dago. Kalibre 35. 2000
Quevedo, Francisco de: Obra poética, tomo I, ed. de José Manuel Blecua. Teijeiro. Madrid,
Castalia, 1969-1971, pág. 657.

20
Ibid. Minuto 5:30

2775 palabras