Modulo 1

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UNIVERSIDAD CATÓLICA DE TRUJILLO

BENEDICTO XVI

MÓDULO I

Fundamentos de las
Dificultades de
Aprendizaje

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1. ¿Qué son las dificultades del aprendizaje?

“DA es un término general que se refiere a un grupo heterogéneo de trastornos


que se manifiestan por dificultades significativas en la adquisición y uso de
la escucha, habla, lectura, escritura, razonamiento o habilidades
matemáticas. Estos trastornos son intrínsecos al individuo, suponiéndose debidos
a la disfunción del sistema nervioso central, y pueden ocurrir a lo largo del ciclo
vital. Pueden existir junto con las dificultades de aprendizaje, problemas en las
conductas de autorregulación, percepción e interacción social, pero no constituyen
por si mismas una dificultad de aprendizaje. Aunque las dificultades de
aprendizaje pueden ocurrir concomitantemente con otras condiciones
incapacitantes (por ejemplo deficiencia sensorial, retraso mental, trastornos
emocionales graves) o con influencias extrínsecas (por ejemplo diferencias
culturales, instrucción inapropiada o insuficiente), no son el resultado de estas
condiciones o influencias” (NJCLD, Nacional Joint Committee on Learning
Disabilities, 1988).
Las Dificultades de Aprendizaje se incluyen las dificultades que en ocasiones los
alumnos presentan para el aprendizaje de la lectura, de la escritura y de las
matemáticas.
Se trata de problemas que, para su remisión, además del proceso de enseñanza
habitual, precisan intervención especializada y prolongada.

2. ¿Qué duración o pronóstico tienen las dificultades de


aprendizaje?

La duración de las dificultades de aprendizaje es relativa, ya que no tienen en


todos los casos idéntica gravedad, ni tampoco se dan siempre en semejantes
condiciones educativas, familiares y escolares, de ahí que el pronóstico pueda
variar de unos alumnos a otros.
En el caso de ser detectadas a edades tempranas, es decir, cuando se inician
los aprendizajes reglados de la lectura, escritura y  matemáticas, y si se realiza
una intervención psicoeducativa especializada y adecuada, en un plazo no
superior a tres cursos deberían remitir. Sin embargo, si la detección es tardía o
no se interviene adecuadamente, las Dificultades de Aprendizaje suelen ir de un
modo progresivo haciéndose más difíciles de solucionar y ello tendrá
consecuencias sobre el resto de los aprendizajes escolares, siendo el retraso
escolar cada vez más acusado y las posibilidades de remisión cada vez menores.

3. ¿Cuáles son los principales factores de riesgo?

El diagnóstico de las Dificultades Especificas de Aprendizaje difícilmente puede


hacerse antes del inicio del aprendizaje de la lectura, escritura y matemáticas. No
obstante si que es posible la prevención temprana, por medio de factores de
riesgo que manifiestan los alumnos durante la etapa de la Educación Infantil y
que actúan como verdaderos indicadores de la aparición futura de los
trastornos, si observamos alguno de estos signos debemos comenzar a valorar la
posibilidad de identificar DA en el niño:
Retrasos en el desarrollo del lenguaje. Particularmente retrasos en el desarrollo
fonológico: deficiencias en la producción-articulación del lenguaje oral; retrasos en
el desarrollo de habilidades de conciencia fonológica y deficiencias de vocabulario.
Retrasos en el desarrollo y la adquisición de conceptos
básicos. Relacionados con hechos y conocimientos numéricos, concepto de
número, retrasos en el aprendizaje de nociones básicas de relación,
correspondencia, semejanza, inclusión, pertenencia, conservación o déficit en el
razonamiento lógico-matemático.
Retrasos en el procesamiento activo de la información: retrasos en el
procesamiento y discriminación perceptiva visual y auditiva, fallos en la percepción
y el análisis visual de formas y letras aisladas, fallos en la percepción y análisis de
los sonidos del habla.
Retrasos en el procesamiento activo de la información: retrasos en el
procesamiento y discriminación perceptiva visual y auditiva, fallos en la percepción
y el análisis visual de formas y letras aisladas, fallos en la percepción y análisis de
los sonidos del habla.

Déficit de Memoria de Trabajo y atención sostenida.


Padecimiento fetal perinatal, con posibles secuelas neuropsicológicas.

4. Teorías Sobre El Aprendizaje


El aprendizaje es ante todo un proceso de adquisición originado por la
experiencia. Pero, además, el cambio que produce la adquisición debe ser más o
menos permanente; si no hay permanencia, no hay aprendizaje y la permanencia
implica memoria. Por eso se han descrito dos etapas: la de adquisición y la
de consolidación.
Como es bien conocido, existen diferentes teorías que intentan explicar el
aprendizaje y que se dividen en psicológicas y neurofisiológicas. Entre las
neurofisiológicas tenemos la molecular o bioquímica y la teoría sináptica. Esta
teoría considera que el aprendizaje es un proceso que se localiza en la sinapsis,
en la que se producen modificaciones estructurales, químicas y eléctricas. Estas
modificaciones que se producen en la sinapsis son precedidas por modificaciones
citoplásmicas y nucleares de las que destacamos las de los genes. Por lo tanto, es
un proceso de adquisición más o menos permanente debido a la acción de
estímulos ambientales que producen modificaciones sinápticas. Ésta es la base,
pero en función del lugar en el que se encuentran las sinapsis y el estímulo que
actúa, el aprendizaje se producirá o no. Otro hecho destacable es que los
estímulos no sólo producen aprendizaje. En los primeros meses de la vida
posnatal, se
sabe que es muy importante su función en el desarrollo dendrítico y sináptico, y
también en su remodelación. Estos cambios se producen en diferentes edades
según la zona del sistema nervioso involucrada; por ejemplo, las áreas primarias o
secundarias de la corteza y la región prefrontal
Es también útil recordar que existen ventanas o períodos sensitivos o críticos para
el aprendizaje en que se producen cambios que son más intensos o más rápidos,
o en los que se producen exclusivamente los cambios, lo que es más importante
en algunos animales que en el hombre. Hay también categorías de aprendizajes,
pues es diferente aprender el control de esfínteres que el plan de las praxias o el
lenguaje. Esto plantea que, si bien el aprendizaje es fundamental en la corteza
cerebral, no es el único lugar en que se produce.
Indudablemente debemos destacar que el aprendizaje resulta máximo en la
corteza cerebral y, dentro de ella, en las zonas
más elevadas del neocórtex y en el neo-neocórtex. De esta manera, la capacidad
para aprender se conserva toda la vida o, mejor, mientras el deterioro lo permite;
es a esto, a la capacidad para seguir aprendiendo, a lo que Black denomina
plasticidad
[6]. Es lo que hace que no sólo las funciones se modifiquen durante la vida, sino
que la estructura de la corteza cerebral sea dinámica.
La maduración y el aprendizaje no son procesos aislados, sino que se relacionan
entre sí, ya que la falta de desarrollo puede relacionarse con la maduración o el
estímulo. La maduración puede ser insuficiente, y el estímulo, inadecuado o, al
menos, inadecuado para el nivel de maduración existente. Por lo tanto, el estímulo
puede no ser el necesario cualitativa o cuantitativamente y también puede estar
mal ubicado temporalmente.

5. Clasificación De Las Dificultades Del Aprendizaje


La dificultad de aprendizaje es una alteración neurológica o del sistema nervioso,
sináptica y en la que el estímulo adecuado no provoca los cambios descritos y
característicos en el plano estructural y funcional. La clasificación de las
dificultades del aprendizaje más usada divide las dificultades en específicas e
inespecíficas, a las que ahora se prefiere denominar primarias y secundarias.
En las dificultades secundarias, el niño no aprende porque un factor conocido le
impide aprender. Si ese factor desaparece, el niño no tiene ninguna dificultad de
aprendizaje, salvo que la causa sea una deficiencia mental, en la que el niño
aprende de acuerdo a sus posibilidades que están disminuidas, con o sin
dificultades. De esta manera, un estado depresivo, una alteración sensorial, una
enseñanza inadecuada, una deficiencia de atención y otros factores o patologías
pueden tener entre sus síntomas la dificultad para aprender. Por ese motivo y a
pesar de que son mucho menos frecuentes, consideramos dificultades del
aprendizaje a las primarias y pensamos que a las secundarias sería mejor
denominarlas sintomáticas, pues son un síntoma
de múltiples patologías.
Por otro lado, las dificultades primarias son aquellas que afectan a los niños
inteligentes que concurren asiduamente a la escuela y a los que se enseña con
métodos adecuados, que no tienen trastornos motores ni sensoriales que le
impidan acceder al estímulo ni problemas psicológicos que puedan provocarlas. Si
bien esto es lo que las define habitualmente, es interesante recordar lo que dice
McDonald Chritchey en su libro sobre el niño disléxico y que define mejor las
dificultades primarias del aprendizaje. Él considera muy importante para el
diagnóstico
de dificultad primaria:
– La frecuencia con que son hereditarias y familiares.
– La mayor frecuencia en el sexo masculino.
– La intensidad y especificidad de sus síntomas.
– La irreversibilidad total o parcial de la dificultad a pesar del tratamiento
adecuado.
Entre las dificultades primarias se colocan las dificultades en el desarrollo de las
funciones psicológicas superiores, funciones complejas, exclusivamente humanas,
que se localizan predominantemente en la corteza cerebral, pues son aprendidas
y concientes, y se automatizan secundariamente. Por lo tanto, teniendo en cuenta
la función afectada, podemos clasificar las dificultades del aprendizaje de la
siguiente manera:
– De las praxias: dispraxias.
– De las gnosias: disgnosias.
– Del lenguaje: a) Oral: disfasias o retrasos específicos en el
desarrollo del lenguaje; b) Escrito: dislexia.
– De las habilidades matemáticas: discalculia.
Puede considerarse también muy adecuado el nombre de ‘disarmonías
cognitivas’, término usado por Gibello, que señala la dificultad instrumental de
niños de inteligencia normal y con importantes problemas psiquiátricos. Es
importante el nombre y el concepto general, aunque los razonamientos y
conclusiones de este autor no pueden aplicarse a los niños que consultan
habitualmente, ya que tienen patologías más complejas y graves.
La dificultad primaria del aprendizaje o disarmonía cognitiva puede clasificarse de
la siguiente manera:
– Inteligencia normal e instrumentos deficientes: a) Disgnosia;
b) Dispraxia; c) Disgrafía; d) Disfasia; e) Dislexia; f)
Discalculia.
– Inteligencia normal y evolución deficiente del pensamiento.
El término ‘inteligencia’ puede sustituirse por el de ‘rendimiento’ con referencia a
los resultados de la tercera revisión de la escala de inteligencia de Weschler para
niños (WISC-V) o similares.
Cuando se habla del nivel alcanzado por el pensamiento, se piensa en las etapas
preoperatoria, operatoria y formal de Piaget. Hemos visto niños que presentaban
una discrepancia importante entre la etapa alcanzada en su nivel de pensamiento,
la edad cronológica y el cociente intelectual.
El Sistema Nervioso Central y los problemas de
aprendizaje
Ante cualquier problema de aprendizaje o de comportamiento en el aula, siempre
viene a la mente la misma pregunta: ¿por qué este niño/a no puede aprender y
comportarse como los demás?

Para comprender su respuesta, se hace necesario entender primero que cualquier


aprendizaje está íntimamente relacionado con el desarrollo del sistema nervioso
central (SNC), ya que cualquier habilidad o conducta de una persona, tanto en
menores como adultos, dependerán de la estructura y desarrollo de su sistema,
así como de la comunicación entre las diferentes estructuras y áreas cerebrales.

El sistema nervioso se compone de estructuras y áreas que se desarrollan en la


infancia. Éste puede cambiar y modificar tanto su organización como su función a
lo largo de toda la vida gracias a la plasticidad cerebral, es decir, cualquier
aprendizaje conllevará un cambio en la estructura del cerebro, tanto físico como
en su organización funcional.

Para entender la evolución del sistema nervioso central hay que tener en cuenta
que el movimiento es aprendizaje y el aprendizaje requiere de movimiento (como
se hablaba en el artículo El movimiento y las implicaciones en la cognición y en el
aprendizaje).
Así, tal y como se exponía en el artículo ¿Cómo se produce la maduración
cerebral y qué implica en el aprendizaje? , existen, a groso modo, conjuntos de
áreas funcionales vistas como etapas evolutivas para integrar los aprendizajes,
encontrándose divididas en: el área primaria (que debe evolucionar de los 0 a los
7 años), el área secundaria (de los 7 a los 14 años) y el área terciaria (de los 14 a
los 21 años) siempre teniendo en cuenta que esta evolución del SNC sea normal y
no exista ninguna problemática o lesión.

El SNC, se desarrolla desde abajo hacia arriba y desde atrás hacia delante, es
decir, desde las estructuras internas del cerebro hasta la corteza cerebral (la parte
más externa). De este modo, el área primaria estará integrada dentro del área
secundaria, y ésta, a su vez, dentro del área terciaria. Esto quiere decir que
cuando nos encontramos ante un déficit en el desarrollo del área primaria
producido de los 0 a los 7 años (ya sea un déficit motor, sensorial o estructural), la
evolución de la secundaria y terciaria tendrán un desarrollo deficitario, en mayor o
menor medida según la afectación.

Esto puede asimilarse visualmente como la construcción de un edificio, donde se


encuentran los cimientos y las dos plantas superiores (área primaria, secundaria y
terciaria, en orden), y donde en cada planta (cada área), quedan construidas las
habitaciones (diferentes estructuras que componen el cerebro). Si cada una de
ellas de desarrolla adecuadamente conforme la edad del niño/a avanza, éste/a no
presentará problemas en su aprendizaje y/o comportamiento (siempre y cuando se
hable dejando a un lado los temas de personalidad, motivación y contexto). En
cambio, si el SNC va desarrollándose inadecuadamente en la primera etapa (por
falta de estímulos externos, por no haber pasado de forma correcta por todas las
etapas e hitos evolutivos, etc.), las áreas secundaria y terciaria, irán construyendo
sus habitaciones (las estructuras) sin que exista una adecuada comunicación
entre las mismas, esto es, faltarían las puertas (conexiones neuronales bien
mielinizadas y comunicadas).anatomy-1751138_960_720
Así, como se ha expuesto al inicio, el aprendizaje requiere de movimiento, y es por
ello que los primeros aprendizajes que hace el bebé se producen a través de
movimientos. A medida que el bebé avanza en edad, estos patrones de
movimiento irán volviéndose más complejos y harán que la estructura del SNC
vaya obteniendo cierta madurez para seguir alcanzando las siguientes etapas.

Así, centrando el hilo en el desarrollo del área primaria (siendo la más importante
ya que conlleva los cimientos del edificio), se nace con una serie de movimientos
llamados reflejos primitivos, que son aquellos que ayudan a sobrevivir en el mundo
(controlados a nivel de tronco encefálico). Estos reflejos primitivos han activarse
en un momento determinado y han de ser inhibidos a su consecución para dar
acceso a los reflejos posturales (controlados a nivel de tronco encefálico y
cerebelo). Los reflejos posturales ayudarán a descubrir el mundo exterior. Es
cuando el bebé ya comienza a realizar acciones con cierta intención. Estos reflejos
posturales deben ser también integrados. Estos movimientos son involuntarios y
por lo tanto son llevados a cabo a través de la estructura subcortical del cerebro
(la estructura involuntaria e inconsciente), por tanto, para su integración serán
determinantes los aprendizajes superiores que se llevarán a cabo a través de la
corteza motora. Estos reflejos deben inhibirse durante los primeros meses de vida,
puesto que son los responsables del desarrollo posterior de las siguientes
estructuras neurológicas (secundaria y terciaria). En el caso de que estos reflejos
sigan activos y no se integren en el cerebelo, ello provocará una pobre
organización en las vías neurológicas influyendo en la percepción sensorial,
cognición y vías de expresión.

Esto es, en las estructuras secundaria y terciaria, encargadas de las emociones y


funciones cognitivas superiores (lenguaje, atención, memoria, etc.), se
encontrarán déficits y problemáticas en el aprendizaje y/o comportamiento del
niño/a.

Así, a modo de síntesis, los aprendizajes de orden inferior forman parte y están
dentro de los aprendizajes de orden superior, es decir son más simples y también
involuntarios, y son la base de todo comportamiento y/o aprendizaje. El
aprendizaje de orden superior, se llevará a cabo mediante las acciones voluntarias
y tendrán como consecuencia unas buenas funciones ejecutivas, que siempre
dependerán de los aprendizajes previos, es decir de los aprendizajes de orden
inferior. Cuanto más desarrollado esté el SNC en todas sus estructuras, más
madurez tendrá y mejor se llevará a cabo el aprendizaje y/o comportamiento por
parte del niño/a. Si por el contrario, no ha tenido una adecuada madurez, el
aprendizaje y/o comportamiento, se verán afectados, hablando de lo que se
conoce como inmadurez neuropsicológica.

Desde Capacita-le, nuestro equipo puede orientarte acerca de los problemas de


comportamiento o de aprendizaje que presente tu hijo/a, puesto que son
numerosas las ocasiones en las que se diagnostica de TDAH, problemas de
atención, trastornos del lenguaje, problemas de conducta, etc. teniendo en cuenta
sólo el problema (lo que se ve exteriormente, la conducta), pero no la causa, que
puede ser debida a una inmadurez del SNC en alguna de sus partes o en todo su
conjunto.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.

Roldán, M. (2007). Revista Innovación y Educación. Orientaciones para la


recuperación de la lectura y escritura.
Rebollo, M. (2010). Revista pediátrica. El aprendizaje y sus dificultades.
Romero, J. y Lavigne, R. (2005). Dificultades en el Aprendizaje:
Unificación de Criterios Diagnósticos. Ed.Technografic.

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