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DIOS ES FIEL

Puesto que Dios es veraz, es inmutablemente Fiel. La palabra “fiel” comunican la idea
de verdad, certeza, firmeza y estabilidad. Por tanto, la fidelidad de Dios consiste en el
cumplimiento puntual de Su palabra. Además, es imposible que mienta. Es por eso,
que Él es digno de absoluta confianza y Su pueblo puede depender de Él sin duda o sin
reserva.
¿Cuáles son los elementos del carácter de Dios que afirman Su fidelidad?

• Veracidad
• Inmutabilidad
• Poder

Tal fidelidad es de gran magnitud que el salmista dice que alcanza hasta las nubes:
Jehová, hasta los cielos llega tu misericordia, Y tu fidelidad alcanza hasta las nubes
(Salmos 36:5).

I. Dios es Fiel porque es Veraz.


En Deuteronomio 7: 6-9 se nos comunica que Dios tuvo la iniciativa en la elección de
Israel como Su pueblo especial, no por ser mejor, sino por Su amor con que hizo pacto
y promesa con Abraham. Entonces, el hecho de que Dios les haya sacado de la
esclavitud en Egipto, no es a causa de la gran fe u obediencia del pueblo. Sino es
gracias a la fidelidad de Dios en cumplir Su propia palabra.
Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para
serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra. No por
ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues
vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos; sino por cuanto Jehová os
amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado Jehová
con mano poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de
Egipto. Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la
misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones.
A la luz del cumplimiento de la promesa de Jehová se le llama “Fiel y guardador del
pacto”.

Es importante recalcar que la fidelidad de Dios no se basa en que Él hace todo lo que
Su pueblo desea, sino en que hace todo lo que ha prometido hacer en su soberana y
perfecta voluntad.
Aquí es el momento oportuno de definir la naturaleza de la fe, como la certeza,
confianza o convicción espiritual de la veracidad con que Dios ha hechos Sus
promesas, y que Él es fiel y poderoso para cumplirlas en el tiempo de Su voluntad.
Si Dios fue totalmente fiel con los acuerdo de Su pacto con Abraham, cuanto más con
el nuevo pacto establecido con Jesucristo, a fin de salvar las almas de los perdidos.
II. Dios es Fiel porque es Inmutable.
La misma realidad de que Dios no cambia, hace imposible que Él haga una promesa y
luego cambie de opinión.

Desde el principio tú fundaste la tierra, Y los cielos son obra de tus manos. Ellos
perecerán, mas tú permanecerás; Y todos ellos como una vestidura se envejecerán;
Como un vestido los mudarás, y serán mudados; Pero tú eres el mismo, Y tus años no
se acabarán (Salmos 102:25-27).

III. Dios es Fiel porque es Poderoso.


¿Qué sería de un dios que hace promesas, pero que no tiene la autoridad ni el poder
para cumplirla? Como respuesta diríamos, que tal dios no es el verdadero Dios. Porque
el Creador de los cielos y de la tierra tienen el poder suficiente para llevar a cabo todo
lo que se dispone en Su voluntad.
Porque yo sé que Jehová es grande, Y el Señor nuestro, mayor que todos los dioses.
Todo lo que Jehová quiere, lo hace, En los cielos y en la tierra, en los mares y en
todos los abismos (Salmos 135:5-6).

IV. Implicaciones de la Fidelidad de Dios.


Nunca ha habido una sola ocasión en toda la historia donde Dios no fuera
absolutamente fiel a cada palabra que haya hablado. A continuación, consideraremos
las implicaciones de tal fidelidad.
¿Cómo deberíamos vivir a la luz de la absoluta fidelidad de Dios?

A. Deberíamos confiar en Dios.


Deberíamos a una voz decir como el salmista “Mas yo en ti confío, oh Jehová; Digo: Tú
eres mi Dios” (Salmos 31:14).
Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti
ha confiado. Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la
fortaleza de los siglos (Isaías 26:3-4).

Alma mía, en Dios solamente reposa, Porque de él es mi esperanza. Él solamente es mi


roca y mi salvación. Es mi refugio, no resbalaré. En Dios está mi salvación y mi gloria;
En Dios está mi roca fuerte, y mi refugio. Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos;
Derramad delante de él vuestro corazón; Dios es nuestro refugio. Selah (Salmos 62:5-
8).
B. Deberíamos alejarnos de confiar en nosotros mismos.

Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo


en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión;
Teme a Jehová, y apártate del mal (Proverbios 3:5-7).
Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su
brazo, y su corazón se aparta de Jehová. Será como la retama en el desierto, y no verá
cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra
despoblada y deshabitada. Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es
Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente
echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en
el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto. Engañoso es el corazón más que
todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? (Jeremías 17:5-9).

C. Deberíamos proclamar la fidelidad de Dios a todos.


No encubrí tu justicia dentro de mi corazón; He publicado tu fidelidad y tu salvación;
No oculté tu misericordia y tu verdad en grande asamblea (Salmos 40:10).
Las misericordias de Jehová cantaré perpetuamente; De generación en generación
haré notoria tu fidelidad con mi boca (Salmos 89:1).

Conclusión
Nuevamente en esta lección notamos la armonía de los atributos de Dios.
Dios es fiel a Su nuevo pacto de gracia en Cristo. Las maravillosas bondades del
evangelio pueden ser recibidas por medio de una fe verdadera, obteniendo así;
perdón, un nuevo corazón, un nuevo Espíritu y obediencia.
Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras
inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré corazón nuevo, y pondré
espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y
os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que
andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra (Ezequiel
36:25-27).

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