B.Lección 10
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Definiciones
El ciclo menstrual tiene una duración promedio de 28 días, siendo en la mayoría de las mujeres
entre 25 y 30 días. Se acepta como límite de normalidad un margen de 21 a 35 días. Por
convención se define el primer día del ciclo como el primer día de la menstruación, y el fin del
ciclo al día que antecede a la menstruación siguiente. (Tabla 1)
Existen tres características fundamentales del ciclo menstrual normal como son su ciclicidad,
regularidad y espontaneidad. La ciclicidad se refiere a la repetición de eventos hormonales y
endometriales característicos con una periodicidad determinada. La regularidad se refiere a la
semejanza en la duración de ciclos sucesivos, que, en general, no deben variar más de 3 días
entre ellos. La espontaneidad dice relación con la ocurrencia natural de los eventos involucrados
en el ciclo ovulatorio.
Estas tres características implican una coordinación adecuada de la secreción hormonal del eje
hipotálamo-hipófisis-ovario y sus señales de regulación, así como una respuesta consecuente del
endometrio. Es decir, la función cíclica del ovario depende de la secreción pulsátil de GnRH
hipotalámico (factor liberador de gonadotrofinas), de la normalidad de la función hipofisiaria, y
de la indemnidad de los ovarios mismos, tanto anatómica como de los sistemas locales autocrinos
y paracrinos. Cada ciclo menstrual lleva a la maduración de varios folículos, uno de los cuales
será expulsado del ovario en forma de ovocito con su cumulo oóforo, proceso llamado
ovulacion.
La menstruación corresponde al flujo sanguíneo cíclico que ocurre como consecuencia de ciclos
ovulatorios; es decir, implica necesariamente cambios proliferativos (inducidos por la acción de
estrógenos) y secretores (inducidos por la acción de progesterona) del endometrio. Su duración
usual es de 4 a 6 días, pudiendo ser normal de 2 a 7 días. El volumen menstrual habitual es de
10-40 ml, considerándose anormal cuando supera los 80 ml. (Tabla 1)
endometrio (metrorragia genuina) o del canal genital (cuello, vagina, vulva), situación que
es aclarada por el examen clínico.
Metrorragia disfuncional
Se le analiza en forma separada dada la fisiopatología más compleja que implica un estudio y
tratamiento especial. Se define como el flujo rojo uterino irregular y abundante que ocurre como
consecuencia de la anovulación, en ausencia de patología orgánica o de enfermedades médicas
como trastornos de la coagulación. Existe también la metrorragia disfuncional yatrogénica, que
ocurre durante el curso de algún tratamiento con esteroides sexuales.
Anovulación
2. Ovario. El sistema local autocrino/paracrino del ovario (IGF-I, IGF-II, inhibina, activina y
otros) puede fallar impidiendo la ovulación, a pesar del estímulo gonadotrófico adecuado.
La coordinación entre el estímulo hormonal y el desarrollo morfológico de las líneas
celulares secretoras de la granulosa y de la teca debe ser perfecta. Esta puede fallar por la
presencia de endometriosis ovárica, resistencia ovárica a las gonadotrofinas, disgenesia
gonadal, entre otras causas.
3. Señales de regulación. Para lograr la ovulación se requiere de una sincronía entre los
eventos morfológicos del ovario con la elevación y caída cíclica del estradiol. Esta
sincronización puede fallar porque los niveles de estradiol no caen lo suficiente para
permitir un ascenso adecuado de FSH para el estímulo del crecimiento folicular inicial;
porque la elevación del estradiol sea insuficiente para inducir el pico ovulatorio de LH.
Esta disfunción anovulatoria ocurre por ejemplo en pacientes con:
metabolismo disminuido de estrógenos como ocurre en el hipotiroidismo y en la
insuficiencia hepática ,
metabolismo acelerado de estrógenos como ocurre en el hipertiroidismo,
aporte de estrógenos de origen extragonadal como es en la obesidad debido a la
conversión en el tejido adiposo de andrógenos a estrona,
stress psíquico o físico, en que las glándulas suprarrenales aumentan su secreción de
andrógenos que se convierten a estrona en la periferia.
síndrome de ovarios poliquísticos, que es el principal cuadro de anovulación crónica.
Cuadro clínico
Cabe aquí destacar que los cuadros anovulatorios se pueden clasificar en hipoestrogénicos y
estrogénicos.
Los hipoestrogénicos son aquellos de origen central (hipotálamo y/o hipófisis) y aquellos de
origen ovárico. En el primer caso hay un hipogonadismo hipogonadotrófico debido a una
alteración en la secreción de GnRH, o a patología hipofisiaria, no habiendo entonces estímulo de
gonadotrofinas sobre el folículo. En el segundo caso hay un hipogonadismo hipergonadotrófico
debido a la inhabilidad del ovario para responder al estímulo de las gonadotrofinas. En todos
estos casos habrá manifestaciones de hipoestrogenismo, como sequedad vaginal, hipotrofia
mamaria y aumento de la resorción ósea favoreciendo la osteopenia. La ausencia de proliferación
endometrial determina una importante característica que es la ausencia de respuesta (sangrado)
ante la administración oral o parenteral de progesterona (prueba de progesterona negativa).
Los estrogénicos son aquellos en que hay una desincronización entre la síntesis de
gonadotrofinas y estrógenos (disfunción anovulatoria) como es el síndrome de ovarios
poliquísticos (SOP), incluyendo el sindrome HAIR-AN (Hiperandrogenismo, Resistencia
Insulínica, Acantosis Nigricans). En estos casos hay una producción normal de estrógenos, o
aumentada por la síntesis periférica de estrona a partir de andrógenos. El endometrio está siendo
proliferado por los estrógenos sin tener el efecto madurador postovulatorio de la progesterona y
sin una descamación periódica, con el consecuente riesgo de presentar una metrorragia
disfuncional y de desarrollar una hiperplasia endometrial y un eventual cáncer de endometrio en
el futuro; esto determina que haya sangrado ante una prueba de progesterona. Por otro lado, el
efector mamario esté sometido a un continuo estímulo estrogénico con el consecuente mayor
riesgo de desarrollar un cáncer de mama a futuro. En la Tabla 4 se resume ls diversidad de
consecuencias clínicas del SOP.
Diagnóstico
Ante una paciente hiperandrogénica con obesidad central, con o sin acantosis nigricans, se debe
investigar la posibilidad de diabetes mellitus o dislipidemia con la medición de glicemia y perfil
lipídico en ayunas. Para la evaluación de laboratorio de la resistencia insulínica no hay aún una
técnica precisa, pero es conveniente medir como método de pesquisa el índice
glicemia/insulinemia en ayuno (valor normal >3), e insulinemia a los 120 minutos de una
sobrecarga de 75 g. de glucosa. En estos casos es conveniente evaluar el índice androgénico que
mide testosterona total y globulina transportadora de esteroides sexuales (SHBG), en base a los
cuales se calcula la fracción de testosterona libre, que es la bioactiva. Esta última está elevada en
la gran mayoría de estos casos, la SHBG está disminuida como expresión de la
hiperandrogenemia e hiperinsulinemia (que inducen la inhibición de su síntesis hepática) y, la
testosterona total en rango normal alto a moderadamente elevada; si la testosterona total
estuviere muy alta (> de 2,5 veces el rango máximo del laboratorio que la mide) se debe
descartar un tumor productor de andrógenos.
Si se trata de una paciente estrogénica, lo más probable es que se trate de un estado disfuncional
ovulatorio tipo SOP. Esto se puede objetivar midiendo la relación LH/FSH (hormona
luteinizante/hormona folículo-estimulante) que en la mayoría de estas pacientes será igual o
mayor a 1; esta evaluación no es necesario hacerla de rutina debido a que basta con el cuadro
clínico para el diagnóstico. Tampoco es indispensable hacer una ecotomografía ginecológica
debido a que la presencia o ausencia de ovarios micropoloquísticos no cambia el diagnóstico ni
tiene implicancia terapéutica; aún más, el 20% de pacientes normalmente ovulatorias tienen
ovarios poliquísticos en la visualización ecográfica.
Si se trata de una paciente hipoestrogénica se debe buscar el origen ovárico y central. Se mide
FSH que estará elevada (mayor de 75 mUI/ml) en caso de hipogonadismo hipergonadotrófico:
falla ovárica o menopausia precoz, resistencia ovárica a las gonadotrofinas, etc. En estos casos,
en la adolescente es necesario realizar un cariograma ante la posibilidad de una disgenesia
gonadal con cromosoma Y, debido al riesgo oncogénico en estas gónadas disgenéticas.
Tratamiento
Si el problema es el hiperandrogenismo (hirsutismo, acné), la paciente debe ser ciclada con una
dosis hormonal supresora de la función ovárica, como son los preparados anovulatorios, para
inhibir la síntesis ovárica de andrógenos y aumentar la SHBG, disminuyendo los andrógenos
libres activos.
Muchas veces estos tratamientos deben administrarse durante años, e incluso durante toda la vida
fértil de la mujer.
En los casos en que el flujo rojo alterado se presente durante la administración de esteroides
sexuales exógenos, habitualmente se corrige al readecuar las dosis de las hormonas en uso o al
suspenderlas.