Ley 10405
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Ley 10405
LEY 10.405
TRANSCRIPCION DEL DEBATE PREVIO A LA APROBACION DE LA LEY 10.405
SENADO DE LA PROVINCIA DE BS. AS.25/7/85
DIARIO DE SESIONES JULIO 25 DE 1985 Senado de Buenos Aires
10º Sesión Ordinaria
Sr. Presidente ‐ En consideración en general.
Tiene la palabra el Senador Moure.
Sr. MOURE ‐ Deseo fundamentar el proyecto de ley sobre ejercicio profesional y colegiación de los
arquitectos de la Provincia de Buenos Aires.
Hace a la obligación y responsabilidad de esta Honorable Cámara, señor Presidente, revisar
detenidamente los diferentes proyectos entrados en la misma. Algunas propuestas afectan el interés
común y otras son factores vinculantes, que merecen de nuestra parte un análisis puntual, profundo
y, consiguientemente, debemos promover las adecuadas consultas del caso para no avanzar sobre
sectores o intereses que podrían quedar vulnerados.
Por estas razones, esta Honorable Cámara demoró casi diez meses el tratamiento de la Colegiación
de Arquitectos para la Provincia de Buenos Aires. Este proyecto tuvo entrada en septiembre de 1984,
pero vistas las repercusiones que el mismo tenía, y las implicancias que poseía, creímos oportuno
realizar reiterados encuentros entre todos los profesionales vinculados a la ingeniería, la arquitectura
y sus áreas de acción, áreas que desde tiempo atrás se rigen por las normas de la Ley 5140.
Precisamente, como consecuencia de esta normativa y sus resultados, bregaron los Arquitectos
durante una década para lograr su autonomía, colegiándose; autonomía, repito, que nosotros
queríamos considerar, toda vez que la operatoria colegial de esta profesión no interfiera las
competencias de otras profesiones complementarias.
Observen ustedes, señores Senadores, que estos profesionales, Ingenieros, Agrimensores, Técnicos,
Maestros Mayores de Obras y Arquitectos, con sus respectivos niveles de formación profesional, se
entrecruzan, se necesitan, se complementan. Estas profesiones responden todas a un claro objetivo
de crecimiento concreto: allí están nuestros barrios, nuestras avenidas, nuestra infraestructura física
individual, familiar y colectiva.
Atento entonces a esto, señor Presidente, atento a la interacción o a la complementaridad de las
mismas, era razonable revisar, considerar y consultar respecto de una propuesta colegial de esta
naturaleza, propuesta que evitará vulnerar la incumbencia de otras profesiones tan dignas y
relevantes como la de los Arquitectos , que han sido, siguen siendo y serán quienes plantean,
ejecutan y controlan la construcción de nuestras casas, de nuestros modestos hogares, de nuestros
barrios y, fundamentalmente de esta zona geográfica con caraterísticas tan especiales, como es la
llamada zona del Gran Buenos Aires.
Relatar la historia del tratamiento de este proyecto, señor Presidente, nos llevaría a comentar
innumerables alternativas que no vienen al caso hoy describir. Lo que si vale mencionar en esta
fundamentación es que la norma en cuestión llegará a un conjunto de 9.000 profesionales
Arquitectos en la provincia de Buenos Aires. Asimismo refiriéndome al proyecto original, quiero
manifestar que el mismo sufrió una modificación en virtud precisamente de la interrelación que
deseamos procurar sin afectar las otras profesiones mencionadas.
Estas modificaciones no invalidan el aspecto jurídico constitucional del despacho que estamos
tratando. Por el contrario, nos pone a cubierto de algún exceso que el legislador debió remediar.
También vale advertir que esta colegiación a dictar no debe servir para resolver supremacías, sino
más bien, por el contrario, vale como aporte al sistema democrático que busca conciliar y concretar
partes, según un mejor y más controlado funcionamiento de las profesiones.
Deseo agregar, en mi carácter de Presidente de la Comisión de Legislación Social, dos aspectos a
destacar con respecto a las discusiones desarrolladas para la presentación del despacho. Primero:
quiero poner de relieve la constancia y el buen nivel doctrinario y de defensa del sector puesto de
manifiesto por parte de los señores Arquitectos. Segundo: la excelente disposición y ayuda para la
dilucidación del tema por parte de los Ingenieros, Técnicos y Maestros Mayores de Obras. Estos
últimos a veces con pasión e igual constancia que los Arquitectos, reaccionaron con dignidad y
respeto hacia nuestras investiduras.
Estas conversaciones están dando, señor Presidente, como corolario, el pronto tratamiento de la
colegiación de los Ingenieros, Ingenieros Agrónomos, Técnicos y Maestros Mayores de Obras.
Nos hemos comprometido a tratar este proyecto con preferencia en la sesión de la fecha. Esto
llevará inevitablemente, por supuesto, a las consultas y conversaciones del caso, y espero que las
circunstancias no provoquen demoras como las que se han producido con relación a este tema.
(Aplausos en palcos y galerías).
El despacho aprobado por unanimidad aconsejando la aprobación del proyecto de ley sobre la
creación del Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires reconoce fundamentos de tipo
político‐doctrinario, jurídico y práctico.
En lo que hace al primero de ellos cabe destacar que los señores senadores que estamos
participando del estudio en Comisión de este proyecto de Colegiación, así como del de Sociólogos,
Psicólogos, profesionales de las Ciencias Naturales, Agrimensores y Kinesiólogos reconocemos en las
agrupaciones intermedias entre el Estado y el pueblo dotadas de un poder real que las habilita para
la toma de decisiones en los asuntos que son de su competencia, uno de los más eficaces
instrumentos para neutralizar los efectos de la acumulación innecesaria ‐y a veces nefasta‐ de
poderes por parte del Estado, que es un rasgo característico de la sociedad contemporánea.
Desde el punto de vista individual, en cuanto permite a sus componentes reencontrarse con su
sentido de responsabilidad en el quehacer colectivo decimos que incentiva la participación en la vida
comunitaria, constituyendo de este modo un excelente reaseguro del sistema democrático, además
de su indudable importancia en la defensa de los intereses del sector que representa.
Pero es el resguardo del interés común lo que primordialmente nos lleva, como legisladores, a
propiciar la formación de estos colegios profesionales en el ámbito de nuestra Provincia, a la
delegación de atribuciones y facultades eminentemente estatales que hacen al poder de policía en
estas personas jurídicas de derecho público no estatal, en cuanto se les atribuye por ley potestades
disciplinarias sobre sus miembros, con gobierno de la matrícula y organizados sobre la base de la
agremiación obligatoria.
Es el interés común, señor Presidente, el que nos lleva a sostener la necesidad de descentralizar el
ejercicio del poder de policía sobre las profesiones liberales, distribuyéndolas en Colegios que
aseguren mayor acierto y eficacia en la gestión de los negocios públicos.
De esta manera, lo que estamos haciendo es seguir una vigorosa tendencia legislativa reflejada en las
leyes 5177 de ejercicio y reglamento de las profesiones de abogado y procurador de la Provincia,
6.788, del Colegio de Odontólogos de la Provincia de Buenos Aires, y la 7.195, reglamentando el
ejercicio de las actividades de los graduados en Ciencias Económicas. Del mismo modo, la ley Notarial
9.020; la 8.291 del Colegio de Bioquímicos, el Decreto Ley 4605/58, y creando el Colegio de
Veterinarios en nuestra Provincia y el Decreto 5.373/45, de creación del Colegio de Farmacéuticos de
la Provincia de Buenos Aires.
Sin duda las leyes y normas mencionadas otorgan a los Colegios facultades de índole administrativa‐
legislativa o para legislativa, que son de competencia provincial, pero no entrañan una delegación de
poderes, prohibida por nuestra Constitución Provincial.
En tal sentido, solicito que se permita hacer mención a un categórico pronunciamiento de la Corte
Suprema de Justicia en el caso "Colegio de Médicos de la Segunda Circunscripción de la ciudad de
Rosario contra Sialle, Mario "donde sostuvo que: a)"...la función de gobierno atribuida por las
constituciones a los poderes que organizan en sus respectivas jurisdicciones no exige como condición
esencial su ejercicio centralizado... en el caso de las profesiones, la descentralización ha sido
impuesta por el desmesurado crecimiento del número de diplomados cuya actividad está sujeta al
control directo del Estado, de las dos soluciones para cumplir las función de policía: la creación de
nuevos y numerosos Organismos administrativos o la atribución del gobierno de las profesiones a los
miembros de cada una de ellas regularmente constituida dentro de las normas establecidas por el
propio Estado, ha sido preferida esta última. La experiencia demuestra que los Organismos
profesionales ‐y estoy leyendo textual el fallo de la Corte Suprema‐ en los cuales se ha delegado el
Gobierno de las profesiones con el control de su ejercicio regular y régimen de disciplina, son prenda
de acierto y seguridad". Esto está trascripto de la revista "La Ley". tomo 87.Pág. 701.
En nuestra Provincia, señor Presidente, los colegiados por profesión ya creados son sin duda una
verificación de estos conceptos. Sus componentes, interesados directamente en el prestigio de la
profesión y en el correcto ejercicio de la misma, han ejercido y ejercen un control permanente con la
mayor responsabilidad.
He expresado estas consideraciones ‐y habrá sin duda muchos otros argumentos que serán
aportados por otros señores Senadores para el tratamiento de este despacho‐ el ejercicio de las
facultades conferidas por los siguientes artículos de la Constitución Nacional: 104, donde se expresa:
"Las Provincias conservan todo el poder no delegado por esta Constitución al gobierno federal"; y
107, y los siguientes artículos de la Constitución Provincial : 1º y 32 donde se expresa: "...quedando a
la Legislatura la facultad de determinar lo concerniente al ejercicio de las profesiones liberales" y el
art. 90 inc. 13, que establece "Dictar todas aquellas leyes necesarias para el mejor desempeño de las
anteriores atribuciones, y para todo asunto de interés público y general de la Provincia, cuya
naturaleza y objeto no correspondan privativamente a los poderes nacionales".
Por todos esos motivos, señor Presidente, es que solicito a esta Honorable Cámara de Senadores la
aprobación del presente proyecto de ley en tratamiento sobre Colegiación de Arquitectos en la
Provincia de Buenos Aires (Aplausos en palcos y galerías).
Sr. Presidente.‐ Tiene la palabra el sr. Senador D'Agostino.
Sr. D'AGOSTINO.‐ Sr. Presidente, sres. Senadores: la función del legislador es cumplir con el mandato
histórico y popular al que con su voto la ciudadanía enaltece y dignifica, cumpliendo esta función
esencial que es nada más ni nada menos que la sanción de las leyes.
Las leyes enaltecen a los pueblos en cuanto son la vida espiritual y material de los mismos y
representan su sentir.
En este camino hoy, desde la Provincia de Buenos Aires, vamos a dar sanción a una norma que no
trata de perjudicar a ningún sector, sino que va a ser acompañada de otras que van a traer justicia a
los profesionales de la Ingeniería, dándoles seguridad y certeza al ejercicio de sus profesiones.
Esa es por lo menos la función esencial que nos preocupa a nosotros los legisladores del Movimiento
Nacional Justicialista, y que también creo que tal principio es compartido por los legisladores del
oficialismo, para de esa forma dar seguridad jurídica a todos los ciudadanos de la Provincia de
Buenos Aires.
En mi carácter de miembro informante del Partido Justicialista, y como afirmante del Proyecto en
tratamiento quiero clarificar a las personas que se encuentran en este Honorable recinto y a todos
los ciudadanos de la provincia de Buenos Aires, respecto de una serie de temas esenciales y básicos
referente el proyecto de ley en tratamiento. En este sentido cabe preguntarse: Por qué legislamos en
materia de ejercicio profesional y colegiación de un determinado sector? Legislamos porque es una
atribución contemplada en la Constitución de la Provincia de Buenos Aires, que en su artículo 32
establece que es la Legislatura el cuerpo específico que debe regular el ejercicio de las profesiones.
También así lo ha decidido la Corte Suprema de Justicia de la Nación en diversos fallos y en especial
el que lleva el nº 199.483. De acuerdo con el mismo, la colegiación obligatoria no aparece como una
imposición caprichosa y arbitraria del legislador, sino que está dentro de la potestad de policía que
en nuestra estructura federal‐ como lo ha precisado el sr. Senador preopinante‐ la cual se encuentra
contemplada en el art. 104 de la Constitución Nacional. En tal sentido, las provincias, como entes
autónomos, se han reservado una serie de poderes entre los que se encuentra el poder de policía en
cuanto se refiere a su ejercicio y competencia.
Tratar un proyecto de colegiación profesional, cualquiera sea la profesión de la que se trate, no hace
más que continuar con una larga práctica entre cuyos jalones se encuentran las leyes 5.177, de
ejercicio de la profesión de abogado, 5.146 de médicos, 6.681 de farmacéuticos, 7.195 de ciencias
económicas, 9.944 de odontólogos, 8.271 de bioquímicos, 9.686 de veterinarios, la sancionada en la
sesión próximo pasada en esta Legislatura, que se refiere a los sociólogos y aún el caso del proyecto
de ley‐que tiene media sanción de esta Cámara‐ y que regularía el ejercicio de la profesión de los
psicólogos.
De acuerdo con la política legislativa adoptada, tal como se expresa en el art.32, nos limitamos a
legislar sobre el ejercicio de la profesión y no sobre las incumbencias. Este es un principio básico que
tenemos que precisar, y delimitar. Nuestra tarea legislativa se limita al ejercicio de la profesión en lo
referente a la matriculación, el poder disciplinario y el contralor del ejercicio profesional.
Asimismo, queremos fundamentar desde un punto de vista doctrinario o ideológico, por qué somos
colegialistas, por qué defendemos la colegiación.
En todos los países del mundo existe la colegiación. Es ella una creación de los hombres que aman la
libertad, que no quieren que un mandón de turno les deniegue el ejercicio y la habilitación
profesional. Son los colegiados los que quieren que la ética de las conductas sea juzgada por sus
propios pares y no por un mandón de turno‐repito‐ que lo hace en forma injusta, ilegal y arbitraria.
La colegiación legal de ninguna manera es un privilegio sino que es un derecho y un deber que
corresponde a cada profesional. No ataca el principio de la libre asociación sino que, por el contrario
lo defiende tal como resulta, por ejemplo, del artículo 21 de la ley 5.177, ue regula el ejercicio de la
profesión de abogado, que preceptúa que estos podrán ejercer libremente el derecho de asociación
y el de agremiarse con fines útiles, principios que también recoge el proyecto de ley en tratamiento
en su art. 13, que después analizaremos.
La colegiación de ninguna manera supone la autonomía corporativa, sino que lucha por el estado de
derecho y democracia social. No es corporativo por su propia filosofía y contenido.
La colegiación legal es respetuosa de las autonomías provinciales. No constituye un sindicato ni tiene
afiliados, sino que es una colegiación constitucional y legal, que impulsa a la participación de un
profesional en un colegio determinado y no a la deserción y a la no participación de los mismos.
Todos los principios que estoy enumerando en torno a la colegiación legal fueron sostenidos por el
Primer Congreso Nacional de Entidades Profesionales, realizado en octubre de 1980 y en el que
intervinieron 235 instituciones. En su transcurso, repito, se han cristalizado y sentado las bases de
estos principios.
Un Colegio Profesional es, al decir del profesor Benito Pérez, una persona jurídica de derecho público
no estatal, y lo es por la naturaleza de su objeto y finalidades. Otros dos juristas de la talla de
Augusto M. Morello y Roberto Berizonce han sostenido que son "entidades de derecho público o
"entidades paraestatales" en lo que se refiere a su caracterización. Para dar un concepto de los
mismos nos dice el doctor Benito Pérez en el sentido que es un régimen de organización que tiene
por objeto la agrupación de personas privadas en base a la comunidad de intereses privados, para
cuyo desempeño obtiene un reconocimiento oficial, asumiendo la defensa de un interés público y
adquiriendo un carácter institucional.
La colegiación profesional obligatoria constituye, siempre al decir del profesor Benito Pérez, un
estatuto de derecho público formado sobre la responsabilidad de común de sus miembros en
función de la defensa del ejercicio profesional y de un interés público basado en el principio de la
solidaridad social, inspirado en una acción comunitaria en beneficio de todos sus integrantes.
Entonces, cuáles son las características de estas instituciones profesionales? Son personas jurídicas
de derecho público no estatal, fundadas en la libre iniciativa individual de base asociativa. Son
institucionales porque son creadas por el estado por medio de una ley, cuya instrumentación legal de
carácter forzoso y obligatorio determina las competencias expresas y las libertades del colegio, y el
control de su patrimonio público y de los fines públicos que deben tener.
Por todo ésto, que está fundamentado en los principios a que me referí, es necesario aclarar que en
manera alguna un Colegio Profesional significa una asociación de tipo corporativo. Las corporaciones
existieron en toda la historia de la humanidad. En Roma, por ejemplo, estaban los "colegium
oficium", en Alemania existieron en la primera etapa de los reinos germánicos las guildas, fundadas
por el Estado. Existieron también a lo largo de todo el ciclo histórico que culminó con la Revolución
francesa, donde las corporaciones de oficio tuvieron realmente funciones conciliatorias entre el
capital y el trabajo. Todas ellas fueron abolidas con la revolución francesa, en 1789, por el Edicto de
Turgot y la Ley Chapelier. A partir de ahí comienza la etapa de los partidos políticos, pero que no
aparecen como formas de participación económica y social. Es decir, con el estado moderno, nacido
de las revoluciones inglesa, norteamericana y francesa surgen los partidos políticos pero no existen
formas de representación social y económica en esos sistemas políticos.
Quizás uno de los equívocos más perniciosos de nuestro tiempo sea el de identificar a la democracia
con el liberalismo. Hoy existen formas de democracia social, donde hay nuevas formas de
representación política, social y económica en las ideas y en la organización de los sistemas políticos.
Vale decir, que todo un nuevo panorama confluye en la sociedad contemporánea, que nosotros,
desde nuestra profunda y permanente convicción ideológica, denominamos la Comunidad
Organizada, en la que desde abajo y hacia arriba hay nuevas formas de participación política, social y
económica llamadas instituciones libres del pueblo, sobre las cuales podría abundar en
profundidades mi compañero de bancada sr. Senador Gauna, que es un especialista en el tema de las
formas de participación en materia de creación de instituciones libres del pueblo que conforman una
comunidad organizada, en la que los justicialistas creemos como forma de creación espontánea y
natural, son las propias comunidades del hombre como la misma familia o los distintos grupos
intermedios que, con el correr del tiempo, se han ido creando entre el individuo, por un lado, y el
Estado por el otro.
La diferencia que existe con una organización corporativa es, precisamente, que estas organizaciones
intermedias de trabajadores ‐cualquiera sea su tipo‐forman parte institucional de la estructura del
Estado. Es decir, la corporación aparece, de este modo, formando parte del Estado como una parte
más de sus instituciones. La diferencia surge a la vista:.los Colegios Profesionales no forman parte del
Estado, si bien, claro está, tienen un carácter y naturaleza jurídica peculiar en la medida que son
personas jurídicas no estatales; no forman parte del Estado como instituto de carácter profesional.
Las formas corporativas‐por formar parte de la estructura del Estado‐responden a intereses o formas
de gobierno de tipo totalitario no democrático. A modo de ejemplo, podemos citar las experiencias
históricas de la Italia de Benito Mussolini, del Portugal de Oliveira Zalazar, Alemania de Adolfo Hitler
o la España de Francisco Franco.
Las formas corporativas totalitarias se contraponen a las formas democráticas representativas de
carácter social, en fin, al proyecto de comunidad organizada.
Con profunda humildad creo que se trata de una cuestión de tipo ideológico y legal y me adelanto a
dar un sí ideológico porque para nosotros el gremialismo es una actividad natural en la comunidad
organizada. Para ellos no hay gremialidad relativa, hay gremialidad en todo sentido.
He tenido el honor de participar en algunas luchas en la Asociación Gremial de Abogados y en el
Sindicato de Abogados peronistas, las que me han permitido sostener, sin temor a equivocarme, que
dichas entidades forman parte del proyecto de comunidad organizada.
Entendemos que no puede hacerse discriminación entre gremialidad absoluta y relativa.
Todos los Colegios Profesionales como el de Abogados con su ley 5.177, o el de Químicos con su ley
7.020, Odontólogos con su ley 9.944 o Veterinarios con su ley 9.686, permiten a estos profesionales
ejercer funciones gremiales y ejercer en los hechos el derecho constitucional de agremiarse y
asociarse, con la única exigencia de la utilidad en sus fines, tal como prevé el art. 13 del proyecto de
ley en tratamiento. Todas las leyes que he enumerado contemplan la posibilidad de asociarse y
agremiarse con fines útiles para sus profesiones.
Se ha argumentado erróneamente que estas funciones gremiales, en la defensa de sus intereses
particulares de los profesionales se contrapondrían al interés general, al bien común. En este sentido,
la I Convención Nacional de Entidades Profesionales al referirse al tema de la colegiación, ha
sostenido: "Tendrán a su cargo la defensa de los derechos y la promoción de sus intereses específicos
con las atribuciones y los medios necesarios para el desempeño de sus funciones salvando la
prioridad del bien común y del interés general".
Otro de los temas vinculados a esta cuestión que estamos considerando, es el que se refiere a las
incumbencias profesionales. En esto, solicito a la Honorable Cámara una especial consideración,
porque creo que tenemos que dejar bien claro esta noche lo que se quiere significar cuando
hablamos de incumbencias profesionales.
Tenemos por un lado el tema de las incumbencias y, por el otro, el que se refiere al ejercicio práctico
de una profesión.
La incumbencia es, conceptualmente, aquella función profesional habilitada a realizar mediante la
obtención de un título profesional. Son las funciones profesionales que habilita un título universitario
el cual determina su alcance y límites profesionales.
La determinación de la incumbencia responde al propósito de establecer un ordenamiento que
permita determinar o fijar responsabilidades y garantías en el ejercicio de la profesión en beneficio
de los intereses públicos.
Desde el punto de vista constitucional, el capítulo IV art. 67 inc. 16 de nuestra Carta Fundamental,
impone al Congreso "proveer lo conducente a la prosperidad del país...y al progreso de la ilustración,
dictando planes de instrucción general y universitaria..."
En base a ello los organismos específicos, es decir las universidades y en su defecto, las altas casas de
estudio, van a certificar la idoneidad al otorgar un diploma que así lo establece, y en ese diploma está
determinada la función para que habilita el título, su alcance y límites.
Es decir, que son las autoridades nacionales, por este artículo 67 inc. 4 trátase de las universidades y
altas casas de estudio quienes determinan las incumbencias profesionales, por ende, se desprende
que la Honorable Legislatura bonaerense no tiene facultad alguna en materia de incumbencias.
Nosotros nos ceñimos estrictamente a la temática del ejercicio de la profesión específicamente.
En ese sentido, el ejercicio de la profesión está jerarquizado constitucionalmente en el artículo 32 de
la Constitución de la Provincia de Buenos Aires cuyo apartado segundo lo he expuesto
precedentemente. Por este artículo, la Legislatura tiene la facultad de fijar las pautas por medio de
una ley general e igualitaria y el Poder Ejecutivo podrá reglamentar el ejercicio de una determinada
profesión.
Pero esta facultad de ley o de reglamentación en lo que respecta al Poder Ejecutivo mismo, se refiere
a las condiciones en que las funciones de esa profesión serán ejercidas, es decir, matriculación,
registro de firmas, deberes, derechos, poder disciplinario, etc.
Es por eso que el ejercicio de una profesión está condicionado por dos aspectos: por un lado en el
orden nacional, por la incumbencia y, por el otro, por los organismos de control específicamente
determinados.
Es decir, que nosotros hoy vamos a sancionar esta norma y, lo decimos públicamente, esta norma no
puede tocar la incumbencia, trátese de un ingeniero, de un agrónomo, de un maestro mayor de
obras o de un técnico. Esa no es competencia nuestra sino de las autoridades nacionales.
Lo que nosotros nos limitamos a hacer, por este proyecto de ley, es contemplar dos aspectos: en
primer lugar el ejercicio de una profesión, y en segundo lugar, la creación de un colegio profesional.
En este sentido, queremos dejar expresa constancia que no queremos afectar a ninguno de estos
sectores de interés, inclusive, con cierto cariño, por el pasado de justicialismo que, mediante una ley
nacional, dignificó a los técnicos y les dio, en el gobierno justicialista...
Aplausos en los palcos.
...la jerarquía y la dignidad que los mismos merecen, y que hoy, queremos respetar con ese
compromiso que hemos asumido. La bancada del oficialismo y la del partido justicialista, en dar un
tratamiento preferencial en el curso de un tiempo breve, para poder sancionar la norma que
complete su ejercicio y su colegiación.
Aplausos en los palcos.
En ese camino también queremos recordar que después de ese interregno, que comienza en el siglo
pasado cuando Ernesto Bunge dio su reválida de su título de arquitectura en la Facultad Nacional de
Buenos Aires, y después se creara una Facultad de Arquitectura en el año 1912, la cátedra de
arquitectura que recién en 1948, también en un gobierno justicialista, comenzó a tener esa profesión
de carácter de carrera con un plan de seis años que fuera instrumentado definitivamente en la
Universidad Nacional de Buenos Aires, en el año 1956.
En ese sentido queremos también como coautores de este proyecto, determinar cuál es el
tratamiento que le debemos dar a este proyecto de ley que regule el ejercicio de la profesión de
arquitecto y su respectiva colegiación.
Esta rama del saber tiene su autonomía que está dada, por supuesto, como todo saber de
conocimiento científico, en la plenitud y vigencia de una autonomía, de una disciplina que se basta a
sí misma como elemento esencial, esta autonomía se orienta hacia tres planos o dimensiones: la
autonomía didáctica, la autonomía científica y la autonomía legislativa.
Tiene autonomía didáctica porque, como bien se ha precisado, se fundamenta en la existencia de
facultades, escuelas o institutos docentes donde se imparte la enseñanza de la arquitectura. Esto
presupone planes de estudio, programas y una comunidad integrada por profesores, alumnos y
autoridades que demuestra la presencia de enseñanza de una rama del saber que ya tiene su historia
en el país. Ya en 1878 Ernesto Bunge y en 1879, como extranjero, revalidó en la Facultad de Ciencias
Físico‐Matemáticas su título de arquitecto. En 1828 se crea la primer Sociedad de Ingenieros fundada
por Vicente López y Planes y después en 1865, ya en la carrera de ingeniero se contaba con una
materia como dibujo arquitectónico y en 1886 se creó la sociedad de arquitectos. A partir de
entonces, esa disciplina fue adquiriendo autonomía didáctica y en 1901 se instaló la escuela de
arquitectura. En 1923, se creó una facultad de arquitectura que recién en 1948 se conformó en un
plan de estudios de seis años y en forma automática en 1956. Hoy esa autonomía tiene quince
institutos universitarios públicos y privados que fundamentan una rama de enseñanza: en Córdoba,
La Plata, Buenos Aires, Tucumán, Rosario y otras ciudades. Esa autonomía científica está dada en una
rama del conocimiento que tiene un objeto y un método, un objeto que somete a juicio un
procedimiento por el cual se llega al conocimiento de un saber científico, de una rama de la
enseñanza que desde sus orígenes fue un arte en los comienzos de la humanidad para transformarse
después en una técnica y en la evolución de la civilización y en el contexto contemporáneo de un
saber científico expresado en un análisis arquitectónico y en una metodología de la planificación que
es fundamental en el hábitat humano de la sociedad contemporánea.
También tiene autonomía legislativa por la existencia de un instrumento legal para asegurar la
habilitación de un ejercicio de una determinada profesión. En este sentido, existen colegios de
arquitectos en todos los países del mundo y también en nuestro país.
Existen en las provincias argentinas dos referencias legales como son las colegiaciones de arquitectos
de Córdoba y Catamarca.
En el análisis exhaustivo del proyecto de la ley en tratamiento, desde el punto de vista de la esencia y
de la estructura de su técnica legislativa, el proyecto constaba de 84 artículos que han sido reducidos
a 82, en cinco títulos. En ellos se determina las dos partes: el aspecto legal de una profesión y su
ejercicio, y la creación de un colegio profesional. En el título I se establece el tema del ejercicio
profesional y en su artículo 1º se enuncian los requisitos para esa colegiación con la exigencia de un
título universitario, la matrícula del colegio y la cumplimentación de la cuota anual. En los artículos 3º
y 6º se determinan las condiciones para el ejercicio profesional. En el capítulo segundo se
contemplan aspectos referentes a la inscripción en la matrícula, cancelación de la misma, de acuerdo
al principio establecido en el artículo 13. Se reconoce la libertad de asociación y agremiación de los
arquitectos que es sostenida por todas las normas de colegiación de la Provincia de Buenos Aires. En
el capítulo tercero se establecen los derechos y deberes en once incisos respecto de los intereses
específicamente profesionales. En el capítulo cuarto se establece el régimen disciplinario, con un
poder disciplinario que sirve para sancionar las transgresiones a la ética profesional y estableciendo
conductas que pueden ser incriminadas en caso de incumplimiento.
El Título II de este proyecto de ley crea, por su artículo vigesimoquinto, el Colegio de Arquitectos de
la Provincia de Buenos Aires con personería jurídica de derecho público, y a lo largo de veintidós
incisos, en el artículo siguiente se establecen cuáles son las atribuciones que debe tener este colegio
profesional, y en los artículos subsiguientes se determinan sus autoridades que son una Asamblea,
un Consejo Superior y un Tribunal de Disciplina, en el capítulo cuarto se trata del Consejo Superior,
en el quinto del Tribunal de Disciplina, en el sexto del régimen electoral, en el séptimo del régimen
financiero. El título III legisla acerca de los Colegios de Distrito, el título IV se refiere a las
Disposiciones Complementarias y el título V a las Disposiciones Transitorias.
Para terminar sr. Presidente, creo que es fundamental comprender que en el mundo contemporáneo
el arquitecto debe ser un creador del cuadro de la vida del hombre. Es importante determinar que su
función social es la de estimular el desarrollo global, psíquico y espiritual del individuo y de la
sociedad.
El arquitecto cumple su misión cuando crea modelos arquitectónicos y funcionales de desarrollo
nacional, regional y local, sobre la base de una pauta socio‐cultural apropiada.
En ese mundo, la vivienda cumple una función primordial; ha sido y será siempre una necesidad
elemental del hombre. El arquitecto deberá brindar sus esfuerzos para que todo ciudadano pueda
asegurarse una vivienda decente y confortable, para que sea eliminada la especulación y para la
creación de programas de complejos habitacionales.
Estos profesionales que deben cumplir un rol tan importante están hoy aquí, representados
especialmente por la Federación de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires, hermanados en una
actitud de silencio y espera ante un Senado de la Provincia de Buenos Aires que procura lograr
satisfacer sus intereses e inquietudes, que redundarán en el bien común y en bienestar de los
profesionales de esta actividad científica.
En este sentido, el arquitecto no deberá considerar sólo los problemas inmediatos, sino que deberá
pensar en la evolución en perspectiva de la sociedad, en sus necesidades e intereses permanentes,
no sólo está llamado a resolver problemas concretos de su promotor, sino a encontrar la solución a
los problemas globales y comunes, funcionales, ideológicos y espirituales del mundo de hoy y del
mañana. El arquitecto debe darle un sentido a la vida, embellecerla, y hacerla más agradable; cada
obra arquitectónica nueva debe contener un significado festivo, refleja la armonía de la naturaleza y
de su producto más sublime que es el hombre.
En este camino queremos hoy prestar nuestro voto favorable al presente proyecto de ley en
tratamiento, para que se cumpla con un principio que consideramos básico, desde el punto de vista
ideológico, en el contexto de una comunidad organizada, que es la colegiación de las actividades o
profesionales que, verdaderamente, deben tener jerarquía en un cuerpo determinado que atienda a
la defensa de sus intereses y derechos, que asegure el juzgamiento de la ética de sus pares, que
prevea el control de su matrícula.
Con la sanción de este instrumento legal se va a jerarquizar, hoy, a un sector pero en días más se
jerarquizará a todos aquéllos que esperan la sanción de una norma que los ampare, con ello
cumpliremos con los principios de igualdad y justicia, combatiendo los privilegios y trayendo a los
argentinos felicidad y paz para que se cumpla con la sentencia inexorable de una justicia social
compartida y distribuida a todos los habitantes de la Provincia de Buenos Aires.‐ Aplausos
Sr.Presidente.‐ Tiene la palabra el sr. Senador Pozzio
Sr. POZZIO.‐ Quisiera intervenir en la cuestión, sr. Presidente, como cofirmante de este proyecto.
Creo que los miembros informantes que han preopinado fueron claros y se extendieron acerca de las
razones de índole histórica, constitucional y otras que hacen a la fundamentación de este proyecto.
Sin perjuicio de ello y tratando de ser breve, creo que es importante puntualizar algunas cosas.
Recién me hacía una reflexión una vez más: qué linda e importante es la democracia. Fue a raíz de
una pretensión de hondo contenido democrático que se puso en funcionamiento este sistema que es
el único que garantiza la participación en definitiva dentro del marco del estado de derecho y por la
dignificación del hombre.
Hemos defendido este proyecto porque apenas comenzado su estudio entendimos que se trata de
una causa justa y lo voy a explicar.
Al referirme a que es una causa justa, tal como lo expresó el sr. Senador D'Agostino por parte del
justicialismo, también lo sentimos así y lo sentimos desde la óptica del radicalismo. Esto para
nosotros no constituye un privilegio o interés del sector, sino que significa ser coherente con una
posición política filosófica doctrinaria de nuestro partido en defensa del bien común.
Siempre hemos defendido a ultranza la democracia y es por ello que, a veces, hemos recibido
términos grotescos e injuriosos. Se han mezclado muchas veces las cosas, pero siempre hemos
afirmado la democracia social y participativa. Evidentemente, este proyecto de ley en tratamiento,
hace a la esencia de la democracia participativa, lo ha señalado el Senador D'Agostino con toda
claridad, diferenciando lo que significa el estado corporativo a lo que pueden ser funciones
corporativas en la sociedad. Todo ello fue señalado por el radicalismo y hemos dado muestras al
respecto, no solamente con posiciones doctrinarias y plataformas políticas, sino con actitudes
militantes. Hemos tenido el privilegio y oportunidad de integrar el Colegio de Abogados de La Plata,
donde siempre hemos ratificado esta política en defensa de la colegiación. Vivíamos en la época del
proceso, período durante el cual firmamos hábeas corpus hacia personas que habían sido detenidas
ilegalmente o desaparecidas. Nuestras instituciones colegiales nos han permitido actuar en aquel
período tan difícil en defensa del sistema democrático.
Todo ello significa que el radicalismo, al establecer o acceder a este proyecto, y lo dejo bien en claro,
como lo expresó el sr. senador D'Agostino, no se está defendiendo intereses del sector ni privilegios,
sino que entiendo, se trata de consolidar una política legislativa.
Como ya se expresara, esta iniciativa tiene su antecedente en la ley 5.177 de colegiación de
abogados, que inicia una política legislativa provincial que es también, de algún modo, política
legislativa patrimonio de esta Honorable Cámara. Ya con anterioridad hemos tratado, hemos
sancionado la ley de sociólogos, y hemos dado media sanción a la ley de psicólogos. Se encuentra en
comisión los proyectos de ciencias naturales, y como se dijo también, tenemos que trabajar para
acceder a la reinvindicación de los técnicos, maestros mayores de obras e ingenieros.
Vale decir, sr. Presidente, que en ningún caso se trata de defender intereses de un sector, o crear
mini‐colegios por especialidad, sino que se trata de beneficiar al interés público y al bienestar
general. Se trata en cada caso, de aceptar la responsabilidad resultante de un universo profesional,
cuantitativo y cualitativo, que obliga a su reconocimiento sin perjuicio de la labor interdisciplinaria y
fundamentalmente orientada al bien común, esencia de la colegiación.
Bien lo dijo el sr. Senador D'Agostino. Esto hace a la esencia del estado moderno. Y me voy a permitir
transcribir una obra escrita, en Jurisprudencia Argentina, por los doctores Morello y Berizonce, que
se titula "Las Entidades intermedias y los desafíos del presente"donde han expuesto párrafos con
total claridad, sobre la necesidad de estos colegios profesionales en la democracia moderna.
Dicen así: "Es que la organizaciones paraestatales se conciben no como una regulación privilegiada
para beneficio y ventaja de un grupo sectorial, sino como una verdadera y real necesidad del estado
contemporáneo. Institucionalmente, porque se requieren interlocutores válidos que no pueden ser
los individuos aislados, "los sueltos"ni los anárquicos, sino el grupo organizado que articula los
intereses del sector y cuya opinión se expresa a través de sus legítimos representantes.
Funcionalmente por la imposibilidad de hecho en que se encuentra el estado para resolver por sí solo
la vastedad de los complejos problemas que debe afrontar en su misión de satisfacer el bien común y
que llevan a requerir la colaboración de esos grupos organizados"
Creo que está definido con toda claridad que no se trata simplemente de preservar un privilegio de
sector, sino la de cubrir una propia necesidad del estado moderno.
Es importante rescatar el concepto que hace a la democracia participativa. Se necesita el
protagonismo en todo lo referente a los intereses de los sectores, en este caso profesional, con sus
pares; pero, por razones de interés público, esto en definitiva no hace más que consolidar el estado
de derecho, porque esta responsabilidad se da, se traslada a las entidades intermedias, el gobierno
de la matrícula, el poder disciplinario y el gobierno del ejercicio profesional.
Esta idea de la participación a través de los propios intereses hace a la esencia y preserva el bien
común, que siempre frente al interés del sector es el que debe prevalecer.
Esta idea de la participación democrática de las entidades intermedias se institucionaliza
preservando el bien común. Genera por sobre cualquier interés de tipo sectorial, garantizando la
democracia interna de estas entidades, que garantiza a su vez el comportamiento democrático de las
mismas, como valla insalvable de todo intento de tipo corporativo.
Si bien es cierto también que el Estado en estas entidades intermedias parte de sus facultades, parte
de su poder de policía, lo hace siempre en defensa del interés común. Es por ello que hay una zona
de reserva y esta zona de reserva se da en aquellos supuestos donde se puede dar la colisión entre el
interés particular y general. Es decir, el Estado se reserva todo aquello que hace a las incumbencias
profesionales y la fijación de aranceles.
Quiere decir, sr. Presidente, que no estamos aquí haciendo una reivindicación de sector, sino
reconociendo los derechos de un sector que se compadece con el bien común y afianzando estas
organizaciones intermedias, colchones imprescindibles entre el estado y el individuo para que a
través de sus cuerpos orgánicos constituyan una descentralización administrativa de las funciones del
estado que nada tiene que ver con el estado totalitario.
En este sentido, creo que ha sido clara la posición histórica de la Unión Cívica Radical. Por eso mi
insistencia en que no estamos aquí obrando como abogados de nadie, sino reconociendo con
responsabilidad de legisladores aquellos intereses de sector que atienden fundamentalmente al bien
común.
El Sr. Senador D'Agostino fue totalmente preciso en las razones históricas y en la descripción
estructural de la propia ley. Fue preciso en realidad, diría yo, en la comprensión total del tema que
tratamos. Eso nos exime de mayores comentarios, pero voy a hacer hincapié en que cuando
hablamos de la necesidad del reconocimiento de este universo profesional cualitativo y cuantitativo,
ponemos el acento en el perfil propio de la profesión de los arquitectos, que es la formación
académica.
El eje formativo del arquitecto se desarrolla a lo largo de toda su carrera en la actividad proyectual, y
comprende el adiestramiento en la toma de decisiones referidas a aspectos tales como la
organización del espacio; la respuesta funcional, la significación de la forma, su expresividad y
lenguaje, las reglas de la composición, la participación de la historia y la cultura en la determinación
de formas y contenidos, la profundización de los modos de vida dentro de un contexto social, la
incidencia de lo técnico‐constructivo en la concepción y concreción de las formas del proceso
proyectual, la conformación del paisaje, en síntesis, la totalización de los aspectos culturales de una
época. A lo que en "Arte y Técnica" Lewis Mumford calificó: ...."La arquitectura es el escenario
permanente de una cultura, sobre cuyo fondo puede representarse el drama social con la ayuda más
completa de los actores"
Esta caracterización de un profesional con formación académica propia, con un título autónomo,
como se dijo, preveniente de una facultad autónoma, es lo que tipifica la condición necesaria para
acceder a este requerimiento, porque marca un ejercicio profesional distinto al de otras profesiones
sin perjuicio, como dije, de un compartido ejercicio de profesiones de acuerdo a expresar normas
legales, que hacen que tanto ingenieros como maestros mayores de obra y técnicos estén facultados,
como en el caso, por la reforma de la ley 6.075 que modificó el art. 5º de la ley 4.048, a realizar
tareas similares.
Como se dijo por los preopinantes, no se trata de regular incumbencias, sino de reconocer una
colegiación del ejercicio profesional, pero por supuesto que hay artículos que hacen referencia a
incumbencias porque hay una necesidad de adecuar la normativa vigente a la nueva realidad que se
desprende con la creación de un nuevo colegio profesional.
De ahí viene la modificación del artículo 75 de este proyecto en tratamiento, donde, por un lado, se
ratifica el aspecto constitucional de que es la Nación la que fija las incumbencias del título. Pero esas
incumbencias que fijan las autoridades nacionales son genéricas y por eso con criterio federalista
debemos tomarlo como que no significa la renuncia dela provincia de Buenos Aires al ejercicio de su
poder de policía en cuanto a regular el ejercicio profesional.
Por eso hicimos la modificación del artículo 75, donde comprende la vigencia del orden nacional para
determinar incumbencias del título y de la Provincia de regular el ejercicio de las profesiones
liberales. La Nación, el título; la Provincia, el ejercicio profesional.
Los fundamentos expuestos eximen de mayores abundamientos. Se ha hecho el análisis técnico
jurídico y estructural del proyecto de ley, se efectuaron las consideraciones de tipo constitucional,
histórico y de tipo doctrinario.
Nosotros, por otra parte, con nuestro voto favorable, no hacemos más que ratificar lo expresamente
establecido en nuestra plataforma partidaria, cuando expresa que una de sus finalidades es el
fortalecimiento de las entidades profesionales.
Como cofirmante del proyecto, en base a los argumentos vertidos, pido su aprobación (Aplausos).
Sr. Presidente.‐ Tiene la palabra el senador Armendáriz
Sr. Armendáriz.‐ Sr. Presidente, voy a ser absolutamente breve, porque creo que todos los conceptos
que han sido vertidos han sido abundantes, criteriosos y justos, con respecto al proyecto que
tenemos en tratamiento.
Quiero referirme, particularmente, más que a ésto, a la inserción de este proyecto en esta nueva
democracia que, evidentemente, abandona un acartonado esquema representativo y a través de una
legislación como la que nos toca dictar hoy, entre en el esquema de la democracia participativa.
El presente caso es un buen ejemplo de que no existe una intromisión del Estado en el cuerpo
profesional, ya que los propios interesados‐ arquitectos de la Provincia de Buenos Aires‐en ejercicio
de los derechos que les brinda la democracia, son los legítimos autores de este proyecto, y nosotros
somos sus modestos suscriptores.
En el pensamiento político argentino hay una evidente prevención con respecto a las organizaciones
intermedias; se habla de "tintes corporativos"e incluso, a veces, de fascismo, y creo que no es así. Me
baso para sostener esta posición en la legislación constitucional más moderna, que nadie podrá teñir
de estos colores: me refiero a la Constitución española de 1978, que en su artículo 52 reconoce a los
cuerpos intermedios y les da categoría institucional. Asimismo, potencia ‐lo que refuerza nuestro
argumento‐ el amparo y el representante del pueblo, el ombudsman de otras legislaciones. Es decir
que esta Constitución, a la par que reconoce a los cuerpos intermedios, que son el nexo entre el
individuo y el Estado, establece garantías para el individuo de neto corte democrático.
Quiero recalcar que para el nacimiento de esta institución‐ tal como lo expresara en una reunión de
Comisión‐ han sido necesarios quince años de lucha de estos profesionales, para que por fin puedan
lograr hoy su ley de colegiación. Esto es igualar hacia arriba. Ellos contaban con el artículo 32 de
nuestra Constitución provincial, que les daba derecho a exigir esta independencia. pero esta lucha no
ha sido en vano y tal como en este caso también lo vamos a receptar en próximas leyes de
colegiación que vamos a votar pero siempre cuidando, en forma precisa, de preceptuar ‐y de ahí mi
referencia a la Constitución española de 1978‐ que la vivencia y el gobierno de estas instituciones
sean absolutamente democráticas.
Si las leyes que nosotros votamos resguardan la democracia en el funcionamiento y gobierno de
estas instituciones, podemos tener la tranquilidad de que no estamos creando cuerpos
seudocorporativos o seudofascistas‐ sino que estamos dando la participación que necesita el hombre
para sus relaciones con el individuo y con el Estado.
Sr. Presidente: por supuesto que luego de estas consideraciones, y como cofirmante del proyecto en
tratamiento, me sumo a la solicitud que los sres. Senadores aprueben esta iniciativa.‐ Aplausos en los
palcos.‐
Sr. Presidente.‐ Si ningún otro Senador hace uso de la palabra, se va a votar.
Afirmativa por unanimidad en general y en particular.‐
Aplausos prolongados en los palcos.‐
Sr. Presidente.‐ Tiene la palabra el Sr. Senador D'Agostino
Sr. D'Agostino.‐ Para satisfacer una inquietud de los arquitectos, ingenieros y maestros mayores de
obra que se encuentran en los palcos de este recinto, deseo aclarar que el criterio seguido para el
tratamiento de este proyecto va a ser una filosofía de la política legislativa de ambas bancadas, para
el análisis de la creación de futuros colegios profesionales. En cada uno de estos casos va a estar
abierta la participación de los propios profesionales en esta comisión interdisciplinaria que actuará a
medida que se vayan estudiando.
Que todos tengan la tranquilidad y seguridad que los miembros de ambas bancadas vamos a agotar
todos los medios para arribar a conclusiones de la mejor certeza, seriedad y seguridad.‐
Aplausos en los palcos.‐
Sr. Presidente.‐ Tiene la palabra el sr. Senador Moure
Sr. Moure.‐ Atento a lo expresado por el sr. Senador D'Agostino y en virtud de conversaciones
mantenidas con anterioridad, debo resaltar que el criterio de nuestra bancada es también
coincidente con lo que acaba de expresar el sr. Senador preopinante. Este Honorable Senado
entendió el espíritu de estas iniciativas tal como lo indicó el sr. Senador D'Agostino y, por
consiguiente, nosotros vamos a dar aprobación también a este criterio.
Sr. Presidente.‐ Queda aprobado el proyecto de ley. Se comunicará a la Honorable Cámara de
Diputados.‐
Aplausos prolongados en los palcos.‐
TITULO I
DE LOS ARQUITECTOS
CAPITULO I
EJERCICIO PROFESIONAL. REQUISITOS
Art. 1.‐ El ejercicio de la profesión de arquitecto queda sujeto a las disposiciones de la presente ley y
a su reglamentación.
Art. 2.‐ Para ejercer la profesión de arquitecto en el territorio de la Provincia se requiere:
1) Poseer título universitario de arquitecto o, en su defecto título revalidado ante las autoridades
universitarias nacionales.
2) Estar inscripto en la correspondiente matrícula que estará a cargo del Colegio de Arquitectos de la
Provincia de Buenos Aires.
3) Abonar la cuota de colegiación que para cada período anual se establezca.
Art. 3.‐ A los fines de esta ley se considera ejercicio profesional, toda actividad técnica, científica o
artística, pública o privada, que importe, conforme a las incumbencias pertinentes, atribuciones para
desempeñar las siguientes tareas:
1) El ofrecimiento, la contratación y la prestación de servicios que impliquen o requieran los
conocimientos del Arquitecto.
2) El desempeño de cargos, funciones o comisiones, en entidades públicas o privadas, o
nombramientos judiciales o administrativos, que impliquen o requieran los conocimientos propios
del Arquitecto.
3) La presentación ante las autoridades o reparticiones de cualquier documento, proyecto, plano,
estudio o informe pericial, sobre asuntos de arquitectura o urbanismo.
4) La investigación, experimentación, realización de ensayos y divulgación técnica o científica, sobre
asuntos de arquitectura o urbanismo.
Art. 4.‐ El ejercicio de la profesión de arquitecto implica sin excepción alguna la actuación personal,
prohibiéndose en consecuencia la cesión del uso del título o firma profesional.
Art. 5.‐ En todos los casos de ejercicio de la profesión deberá enunciarse con precisión el título de
arquitecto excluyendo toda posibilidad de error o duda al respecto. Considerase como uso del título
el empleo de términos, leyendas, insignias, emblemas, dibujos y demás expresiones de las que pueda
inferirse la idea de ejercicio profesional.
Art. 6.‐ Toda empresa que se dedique a la ejecución de trabajos, ya sean estos públicos o privados,
atinentes a lo determinado en la presente ley, contará con un representante técnico de profesión
arquitecto que deberá reunir los requisitos exigidos en el artículo 2º, u otros profesionales y/o
técnicos habilitados por otras normas legales vigentes para la cumplimentación de la función.
CAPITULO II
DE LA INSCRIPCION EN LA MATRICULA
Art. 7.‐ La inscripción en la matrícula se efectuará a solicitud del interesado, quien deberá dar
cumplimiento a los requisitos que a continuación se determinan:
1) Acreditar identidad.
2) Presentar título universitario habilitante
3) Declarar domicilio real y domicilio profesional, este último en jurisdicción provincial.
4) Declarar no estar afectado por las causales de inhabilitación para el ejercicio profesional
numeradas en el artículo 8.
Art. 8.‐ Están inhabilitados para el ejercicio profesional:
1) Los condenados criminalmente por la Comisión de delitos de carácter doloso.
2) Todos aquellos condenados a penas de inhabilitación profesional.
3) Los fallidos o concursados mientras no fueran rehabilitados.
4) Los excluidos definitivamente o suspendidos del ejercicio profesional por otros Colegios de
Arquitectos, en virtud de sanción disciplinaria y mientras dure la misma.
Art. 9.‐ El Colegio verificará si el arquitecto reúne los requisitos exigidos para su inscripción, en caso
de comprobarse que no se reúnen los mismos, el Consejo Superior rechazará la petición. Efectuada la
inscripción, el Colegio devolverá el diploma y expedirá de inmediato un certificado habilitante.
Art. 10.‐ Son causas para la cancelación de la inscripción en la matrícula:
1) Enfermedad física o mental que inhabilite para el ejercicio de la profesión.
2) Muerte del profesional;
3) Inhabilitación permanente o transitoria, mientras dure, emanada del Tribunal de Disciplina;
4) Inhabilitación permanente o transitoria, mientras dure, emanada de sentencia judicial.
5) Solicitud del propio interesado por la radicación o ejercicio profesional fuera de la jurisdicción
provincial.
6) Inhabilitaciones o incompatibilidades previstas por esta ley.
Art.11.‐ El Arquitecto cuya matrícula haya sido cancelada podrá presentar nueva solicitud, probando
ante el Consejo Superior haber desaparecido las causales que motivaron la cancelación.
Art.12.‐ La decisión de cancelar la inscripción en la matrícula será tomada por el Consejo Superior
mediante el voto de los dos tercios de la totalidad de los miembros que lo componen.
Esta medida será impugnable mediante recurso de revocatoria interpuesto ante el mismo Consejo
Superior dentro del término de cinco (5) días hábiles de notificada la decisión atacada. En caso de
que fuera desestimada, podrá recurrirse en apelación ante la Cámara de Apelaciones en lo Civil y
Comercial en turno del Departamento Judicial de La Plata, dentro de los diez (10) días hábiles de
notificada la correspondiente resolución, aplicándose el procedimiento establecido por el Decreto ley
9398/79, modificado por su similar 9671/81, o el que en el futuro lo modificare o sustituyere.
Art. 13.‐ Sin perjuicio de lo dispuesto en esta ley los arquitectos podrán ejercer libremente el
derecho de asociarse y agremiarse con fines útiles.
CAPITULO III
DEBERES Y DERECHOS DE LOS ARQUITECTOS
Art. 14.‐ Son deberes y derechos de los arquitectos colegiados:
1) Ser defendido a su pedido y previa consideración de los organismos del Colegio, en todos aquellos
casos en que sus intereses profesionales, en razón del ejercicio de sus actividades, fueran lesionados.
2) Proponer por escrito a las autoridades del Colegio las iniciativas que consideren necesarias para el
mejor desenvolvimiento institucional.
3) Utilizar los servicios y dependencias que para beneficio general de sus miembros, establezca el
Colegio.
4) Comunicar dentro de los treinta (30) días de producido, todo cambio de domicilio real o
profesional.
5) Emitir su voto en las elecciones y ser electo para desempeñar cargos en los órganos directivos del
Colegio.
6) Denunciar al Consejo Directivo o Consejo Superior, los casos de su conocimiento que configuren
ejercicio ilegal de la profesión.
7) Colaborar con el Colegio en el desarrollo de su cometido, contribuyendo al prestigio y progreso de
la profesión.
8) Satisfacer con puntualidad las cuotas de colegiación a que obliga la presente ley.
9) Cumplir estrictamente las normas legales en el ejercicio profesional, como también las
reglamentaciones internas, acuerdos y resoluciones emanadas de las autoridades del Colegio.
10) Integrar las Asambleas y concurrir con voz a las sesiones del Consejo Directivo de Distrito y del
Consejo Superior siempre que estas sesiones no sean declaradas secretas por el voto de los dos
tercios de sus miembros.
11) Comparecer ante las autoridades del Colegio cuando le sea requerido.
CAPITULO IV
REGIMEN DISCIPLINARIO
Art. 15.‐ Es obligación del Colegio fiscalizar y promover el correcto ejercicio de la profesión de
arquitecto y el decoro profesional, a cuyo efecto se le confiere poder disciplinario para sancionar
transgresiones a la ética profesional, sin perjuicio de la jurisdicción correspondiente a los poderes
públicos. La potestad disciplinaria del Colegio, de la que trata el presente artículo, será ejercida por
medio de su Tribunal de Disciplina.
Art. 16.‐ Los arquitectos colegiados conforme a esta ley quedan obligados a la observancia de sus
disposiciones, de las normas de ética profesional, y sujetos a la potestad disciplinaria del Colegio por
las siguientes causas:
1) Condena criminal por delito doloso común o culposo profesional o sancionado con las accesorias
de inhabilitación profesional
2) Violación de las disposiciones de esta ley, de su reglamentación o del Código de Etica Profesional.
3) Retardo, negligencias frecuentes, ineptitud manifiesta u omisiones en el cumplimiento de las
obligaciones legales y deberes profesionales.
4) Infracción manifiesta o encubierta de las normas referentes a aranceles y honorarios, conforme a
lo prescripto en la presente u otras leyes.
5) Violación del régimen de incompatibilidad establecido por esta ley.
6) Toda acción o actuación pública o privada que, no encuadrando en las causales prescriptas
precedentemente, comprometa el honor y la dignidad de la profesión.
Art. 17.‐ Las sanciones disciplinarias son:
1) Advertencia privada ante el Tribunal de Disciplina, o advertencia en presencia del Consejo
Superior.
2) Censura, en las mismas formas previstas en el inciso anterior.
3) Censura pública a los reincidentes de las sanciones precedentes.
4) Multa de hasta treinta (30) veces el importe de la cuota de matriculación.
5) Suspensión de hasta dos años en el ejercicio de la profesión.
6) Cancelación de la matrícula.
Art. 18.‐ Sin perjuicio de la aplicación de las medidas disciplinarias establecidas por el artículo
anterior, el matriculado hallado culpable podrá ser inhabilitado, temporaria o definitivamente, para
formar parte de los órganos de conducción del Colegio.
Art. 19.‐ Las sanciones previstas en el art. 17, incisos 4),5) y 6) se aplicarán por el Tribunal de
Disciplina con el voto de por lo menos cuatro (4) de sus miembros y serán apelables por ante la
Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial en turno del Departamento Judicial de la Plata, dentro
de los diez (10) días hábiles de notificada la sanción al matriculado, aplicándose el procedimiento
establecido por el Decreto ley 9398/79, modificado por su similar 9671/81, o el que en el futuro lo
modificare o sustituyere.
Art. 20.‐ El Consejo Directivo del Distrito resolverá ante la comunicación de irregularidades
cometidas por un colegiado si cabe instruir proceso disciplinario. En caso afirmativo remitirá los
antecedentes al Tribunal de Disciplina.
Art. 21.‐ El Tribunal de Disciplina dará vista de las actuaciones instruidas al imputado, emplazándolo
en el mismo acto para que presente pruebas y alegue su defensa dentro de los treinta (30) días
corridos, a contar desde el día siguiente al de su notificación. Producidas las pruebas y presentada la
defensa, el Tribunal resolverá la causa dentro de los sesenta (60) días corridos y comunicará su
decisión al Consejo Superior para su conocimiento y ejecución de la sanción correspondiente. Toda
resolución del Tribunal deberá ser siempre fundada.
Art. 22.‐ En el supuesto caso de que la sanción recaída sea la cancelación de la matrícula, el
profesional no podrá solicitar su reinscripción hasta que haya transcurrido el plazo que al efecto
determine la reglamentación, plazo que no podrá exceder de diez (10) años.
Art. 23.‐ Las acciones disciplinarias se prescriben a los dos (2) años de haberse tomado conocimiento
del hecho que dé lugar a la sanción. La prescripción se interrumpirá durante la tramitación del
proceso disciplinario.
Art. 24.‐ El Tribunal podrá ordenar de oficio las diligencias probatorias que estime necesarias,
pudiendo requerir informes a las reparticiones públicas y entidades privadas. Mantendrá el respeto y
decoro debidos durante el procedimiento, estando facultado para sancionar con pena de multa a los
matriculados que no lo guarden o entorpecieren. El monto de la multa lo fijará en atención al caso
particular, pero no podrá exceder del equivalente a la cuota de matriculación.
TITULO II
DEL COLEGIO DE ARQUITECTOS DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES
CAPITULO I
CARACTER Y ATRIBUCIONES
Art. 25.‐ El Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires, que se crea por la presente ley,
tendrá carácter de persona jurídica de derecho público no estatal y asiento en la ciudad de La Plata.
Art. 26.‐ El Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires tendrá exclusivamente los
siguientes deberes y atribuciones:
1) Ejercer el gobierno de la matrícula de los arquitectos habilitados para actuar profesionalmente en
el ámbito de la Provincia.
2) Realizar el contralor de la actividad profesional en cualquiera de sus modalidades.
3) Entender en todo lo concerniente al ejercicio ilegal de la profesión de arquitecto, arbitrando en su
caso, las medidas conducentes para hacer efectiva la defensa de la profesión o de los colegiados
4) Ejercer el poder disciplinario sobre los colegiados y aplicar las sanciones a que hubiere lugar.
5) Dictar el Código de Etica profesional y el Reglamento interno.
6) Propiciar las reformas que resulten necesarias a toda norma que haga al ejercicio profesional.
7) Asesorar a los poderes públicos, en especial a las reparticiones técnicas oficiales, en asuntos de
cualquier naturaleza relacionados con el ejercicio de la profesión de arquitecto.
8) Asesorar al Poder Judicial acerca de la regulación de los honorarios profesionales, por la actuación
de arquitectos en peritajes judiciales o extrajudiciales.
9) Colaborar con las autoridades universitarias en la elaboración de planes de estudio, estructuración
de la carrera de arquitectura y urbanismo y, en general, en todo lo relativo a la delimitación de los
alcances del título profesional
10) Realizar arbitrajes entre comitentes y profesionales, o entre estos últimos, como también
contestar toda consulta que se le formule.
11) Representar a los arquitectos de la Provincia ante las entidades públicas y privadas.
12) Ejercer la defensa y protección de los arquitectos en cuestiones relacionadas con la profesión y
su ejercicio.
13) Velar por el cumplimiento de las normas para la regulación de concursos de arquitectura y
urbanismo.
14) Integrar organismos profesionales, provinciales y nacionales, como así mantener vinculación con
instituciones del país y del extranjero, en especial con aquéllas de carácter profesional o
universitario.
15) Promover el desarrollo social, estimular el progreso científico y cultural, la actualización y
perfeccionamiento, la solidaridad y cohesión de los arquitectos, como así también la defensa y el
prestigio profesional de los mismos
16) Promover y participar con delegados o representación en reuniones, conferencias o congresos.
17) Propender al logro de los beneficios inherentes a la seguridad social de los colegiados.
18) Establecer el monto y la forma de percepción de las cuotas de matriculación y ejercicio
profesional.
19) Fundar y mantener bibliotecas, con preferencia de material referente a la profesión, como así
editar publicaciones de utilidad profesional
20) Proponer el régimen de aranceles y honorarios para el ejercicio profesional y gestionar su
aprobación por los poderes públicos.
21) Emitir opinión y formular propuestas sobre cuestiones relacionadas con el ámbito de la actividad
profesional y con el análisis de los problemas del medio y de la comunidad.
22) Realizar toda otra actividad vinculada con la profesión.
Art. 27.‐ El Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires estará organizado sobre la base de
Colegios de Arquitectos de Distrito, los que se ajustarán para su funcionamiento a las normas,
delimitación de atribuciones y jurisdicciones territoriales que les fije la presente ley.
Art. 28.‐ El Colegio de Arquitectos podrá ser intervenido por el Poder Ejecutivo cuando mediare
causal grave debidamente documentada y al solo efecto de su reorganización, la que deberá
cumplirse dentro del plazo improrrogable de noventa (90) días. La resolución que ordene la
intervención deberá ser fundada. La designación de interventor deberá recaer en un arquitecto
matriculado en la Provincia. Si la reorganización no se realizara en el plazo indicado
precedentemente, cualquier colegiado podrá accionar ante la Suprema Corte de Justicia de la
Provincia para que ésta disponga la reorganización dentro del término de treinta (30) días.
Art. 29.‐ El Colegio de Arquitectos de la Provincia podrá intervenir a cualquier Colegio de Distrito,
cuando advierta que interviene en cuestiones notoriamente ajenas a las específicas y exclusivas que
la presente ley le asigna, o no hace cumplir las mismas. La intervención se realizará al solo efecto de
su reorganización, la que deberá cumplirse dentro del plazo improrrogable de sesenta (60) días.
Art. 30.‐ El Colegio de Arquitectos tiene capacidad legal para adquirir bienes y enajenarlos a título
gratuito u oneroso, aceptar donaciones o legados, contraer préstamos comunes, prendarios o
hipotecarios ante instituciones públicas o privadas, celebrar contratos, asociarse con fines útiles con
otras entidades de la misma naturaleza y ejecutar toda clase de actos jurídicos que se relacionen con
los fines de la institución.
CAPITULO II
AUTORIDADES DEL COLEGIO
Art. 31.‐ Son órganos directivos del Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires:
1) La Asamblea
2) El Consejo Superior
3) El Tribunal de Disciplina
CAPITULO III
DE LA ASAMBLEA
Art. 32.‐ La Asamblea es la autoridad máxima del Colegio. Estará integrada por los miembros titulares
de los Consejos Directivos de los Colegios de Distrito, quienes tendrán voz y voto según la siguiente
escala:
1) Distritos de hasta quinientos (500) matriculados, un voto por representante.
2) Distritos de quinientos (500) a mil (1.000) matriculados, dos votos por representante.
3) Distritos de más de mil (1.000) matriculados, tres votos por representante.
Ante la imposibilidad fundada de participación en la Asamblea de los miembros titulares, cada
Colegio de Distrito podrá incorporar a los suplentes que corresponda.
La Asamblea será presidida por el presidente del Colegio el que sólo tendrá voto en caso de empate.
Art. 33.‐ En las Asambleas podrán participar con voz, pero sin voto, todos los profesionales
matriculados en la Provincia, que se encuentren en el pleno ejercicio de sus derechos de colegiados.
Art. 34.‐ Las Asambleas podrán ser de carácter ordinario o extraordinario y deberán ser convocados
con, por lo menos treinta (30) días de anticipación. En todos los casos deberá establecerse el orden
del día para el cual fuere citada y hecho conocer con la misma anticipación. En las Asambleas sólo
podrán ser tratados los temas incluidos en el orden del día, no siendo válidas las resoluciones que se
adopten en cuestiones no incluidas.
En las Asambleas se llevará un libro en el que se registrará la firma de los asistentes.
Art. 35.‐ La Asamblea Anual Ordinaria se reunirá una vez cada año, en el lugar, fecha y forma que
determine el reglamento, para tratar todas las cuestiones de competencia del Colegio incluidas en el
orden del día. El año que corresponda renovar autoridades, habrá de incluirse la correspondiente
convocatoria.
Art. 36.‐ Las Asambleas ‐Ordinarias y Extraordinarias‐ sesionarán con la presencia de representantes
que reúnan por lo menos, dos tercios de los votos según lo previsto en el artículo 32. Serán válidas
las resoluciones que se adopten por simple mayoría de votos, salvo que por ley se determine un
porcentaje mayor. Los integrantes de la Asamblea que no concurran, sin causa debidamente
justificada, se harán pasibles de las sanciones que determine el reglamento.
Art. 37.‐ Las Asambleas Extraordinarias podrán ser convocadas:
1) Por el Consejo Superior
2) Por pedido expreso de, por lo menos tres (3) Consejos Directivos de Distrito.
3) Por pedido expreso de, por lo menos el cinco (5) por ciento de los profesionales matriculados en el
Colegio.
CAPITULO IV
DEL CONSEJO SUPERIOR
Art. 38.‐ El Colegio de Arquitectos de la Provincia será conducido por un Consejo Superior integrado
por un (1) Presidente, un (1) Vicepresidente, un (1) Secretario, un (1) Tesorero, cinco (5) Vocales
Titulares y cinco (5) Suplentes. Los cuatro (4) mencionados en primer término constituirán la Mesa
Ejecutiva.
Art. 39.‐ Los miembros de la Mesa Ejecutiva serán elegidos por el voto directo de todos los
colegiados que figuren en el padrón electoral provincial. Los Vocales titulares y suplentes serán
elegidos por el voto directo de los colegiados inscriptos en los Colegios Distritales, a razón de un (1)
Vocal titular o suplente por cada Distrito. En la primera elección, los vocales titulares corresponderán
a los Distritos de numeración impar y los suplentes a los de numeración par, alternándose las
titularidades y suplencias en los períodos subsiguientes.
Art. 40.‐ Los integrantes del Consejo Superior durarán tres (3) años en sus funciones y podrán ser
reelegidos por dos períodos consecutivos, y sin limitación en períodos alternados.
Art. 41.‐ El Consejo Superior deberá sesionar, por lo menos, una vez cada mes, con excepción del
mes de receso del Colegio, determinado por el Consejo en su primera reunión. El quórum para
sesionar válidamente será de la mitad más uno de sus miembros titulares; sus resoluciones se
adoptarán por simple mayoría de los miembros presentes, salvo la decisión de intervenir un Colegio
de Distrito, que deberá adoptarse por una mayoría de dos tercios de los miembros del Consejo. En
todos los casos, existiendo empate el Presidente tendrá doble voto.
Art. 42.‐ El Consejo Superior sesionará regularmente en la sede del Colegio, pero
circunstancialmente, podrá hacerlo también en otro lugar de la Provincia, con citación especial y
dejando constancia de ello.
Art. 43.‐ El Consejo Superior es el órgano ejecutivo y de gobierno del Colegio, lo representa en sus
relaciones con los colegiados, los terceros y los poderes públicos.
Art. 44.‐ Son deberes y atribuciones del Consejo Superior:
1) Resolver las solicitudes de inscripción en la matrícula.
2) Atender la vigilancia y registro de las matrículas.
3) Cuidar que nadie ejerza ilegalmente la profesión de arquitecto.
4) Cumplir y hacer cumplir esta ley y toda norma reglamentaria que en su consecuencia se dicte.
5) Convocar a las Asambleas y fijar el Orden del Día; cumplir y hacer cumplir las decisiones de
aquéllas.
6) Intervenir los Colegios de Distrito en los casos previstos en el artículo 29.
7) Elevar al Tribunal de Disciplina los antecedentes de las transgresiones a la ley, su reglamentación o
normas complementarias dictadas en su consecuencia, así como solicitar la aplicación de las
sanciones a que hubiere lugar y ejecutar las mismas formulando las comunicaciones que
corresponda.
8) Administrar los bienes del Colegio y proyectar el presupuesto anual del Colegio Provincial y de los
Colegios de Distrito.
9) Adquirir toda clase de bienes, aceptar donaciones o legados, celebrar contratos y, en general
realizar todo acto jurídico relacionado con los fines de la institución.
10) Enajenar los bienes inmuebles y muebles registrables del Colegio, o constituir derechos reales
sobre los mismos, ad referendum de la Asamblea.
11) Representar a los colegiados ante las autoridades administrativas y las entidades públicas o
privadas, adoptando las disposiciones necesarias para asegurarles el ejercicio de la profesión.
12) Proyectar las normas previstas en el artículo 26, incisos 5) y 6) y elevarlas a la aprobación de la
Asamblea.
13) Establecer el monto y la forma de hacer efectivas las cuotas de matriculación y de ejercicio
profesional ad referendum de la Asamblea.
14) Establecer el plantel básico de personal del Colegio de la Provincia y de los Colegios de Distrito,
nombrar, remover y fijar la remuneración del personal del Colegio y establecer sus condiciones de
trabajo.
15) Contratar los servicios de profesionales que resulten necesarios para el mejor cumplimiento de
los fines de la institución, como así convenir sus honorarios.
16) Propiciar las medidas y normas tendientes a obtener los beneficios de la seguridad social para los
colegiados, como así gestionar créditos para el mejor desenvolvimiento de la profesión.
17) Expedir los mandatos que resulten necesarios para el mejor cumplimiento de los fines de la
institución.
18) Proponer modificación al régimen de aranceles y honorarios de los arquitectos y gestionar su
aprobación por los poderes públicos.
19) Proponer las retribuciones de las autoridades del Colegio Provincia y de los Colegios de Distrito.
20) Intervenir a solicitud de parte en todo diferendo que surja entre colegiados o entre éstos y sus
clientes, sin perjuicio de la intervención que corresponda a la justicia.
21) Celebrar convenios con las autoridades administrativas o con Instituciones similares en el
cumplimiento de los objetivos del Colegio.
22) Designar y remover delegados para reuniones, congresos o conferencias, así como los miembros
de las comisiones internas del Colegio.
23) Editar publicaciones y fundar y mantener bibliotecas, con preferencia de material referente a la
profesión de arquitecto.
24) Otorgar subsidios.
25) Toda otra función administrativa que resulte necesaria para el mejor cumplimiento de los
objetivos del Colegio.
Art. 45.‐ Para ser miembro del Consejo Superior se requiere:
1) Acreditar una antigüedad mínima de cuatro (4) años en el ejercicio de la profesión en la Provincia
de Buenos Aires.
2) Hallarse en el pleno ejercicio de los derechos del colegiado.
CAPITULO V
DEL TRIBUNAL DE DISCIPLINA
Art. 46.‐ El Tribunal de Disciplina se compondrá de cinco (5) miembros titulares y cinco (5) suplentes,
que serán elegidos simultáneamente con el Consejo Superior de la misma forma durarán tres (3)
años en sus funciones y podrán ser reelectos.
Art. 47.‐ Para ser miembro del Tribunal de Disciplina se requerirán diez (10) años del ejercicio
profesional y hallarse en el pleno ejercicio de los derechos del colegiado, no pudiendo sus
integrantes formar parte del Consejo Superior ni de los Consejos Directivos de Distrito.
Art. 48.‐ El Tribunal de Disciplina sesionará válidamente con la presencia de no menos de cuatro (4)
de sus miembros. Al entrar en funciones el Tribunal designará de entre sus miembros un Presidente y
un Secretario. Deberá sesionar asistido por un Secretario ad‐hoc, con título de abogado.
Art. 49.‐ Los miembros del Tribunal de Disciplina deberán excusarse y podrán a su vez ser recusados,
cuando concurrieren en lo aplicable cualesquiera de las causales prevista en el artículo 22 del Código
de Procedimiento en lo Penal de la Provincia de Buenos Aires.
Art. 50.‐ En caso de recusación, excusaciones o licencias de los miembros titulares serán
reemplazados provisoriamente por los suplentes, en el orden establecido. En caso de vacancia
definitiva, el suplente que corresponda en el orden de la lista se incorporará al cuerpo con carácter
de permanente.
Art. 51.‐ Las decisiones del Tribunal serán tomadas por simple mayoría de los miembros presentes.
En caso de empate el voto del Presidente será considerado doble a ese sólo efecto.
CAPITULO VI
DEL REGIMEN ELECTORAL
Art. 52.‐ La elección de las autoridades del Colegio se realizará cada tres (3) años, con una
anticipación no mayor de quince (15) días a la fecha fijada para la realización de la Asamblea Anual
Ordinaria. El Consejo Superior convocará a elecciones con una anticipación no menor a treinta (30)
días de la fecha fijada para el acto eleccionario, especificando los cargos a cubrir y las disposiciones
reglamentarias que regirán el mismo. El acto eleccionario se realizará en forma simultánea en todos
los Distritos, debiendo votar los matriculados en listas separadas a los candidatos a integrar el
Consejo Superior, el Tribunal de Disciplina y los Consejos Directivos de Distrito.
Art. 53.‐ Las listas que habrán de participar en la elección estarán compuestas por un número de
candidatos igual al número de cargos a cubrir y deberán ser oficializadas ante la Junta Electoral
Provincial, hasta veinte (20) días antes de la fecha fijada para el acto. Las listas deberán estar
avaladas con las firmas de sus integrantes y patrocinadas por un número no inferior a cien (100)
matriculados en condiciones de votar, las listas provinciales; y por lo menos de veinte (20)
matriculados en las mismas condiciones, las listas de Distrito.
Art. 54.‐ El voto será secreto y obligatorio, debiendo emitirse personalmente en los lugares
establecidos por la Junta Electoral Provincial, por todos los matriculados en condiciones de votar.
Aquellos matriculados que no cumplieran con la obligación de emitir su voto, sin causa debidamente
justificada, serán sancionados con una multa que al efecto fijará el Consejo Superior con anterioridad
al acto.
Art. 55.‐ Simultáneamente con el llamado a elecciones, el Consejo Superior designará a tres (3)
matriculados quienes conjuntamente con los apoderados de las listas participantes en el acto,
compondrán la Junta electoral Provincial, la que tendrá por misión:
1) Designar los miembros de las Juntas Electorales de Distrito.
2) Organizar todo lo atinente al acto electoral y fijar las normas a que habrán de adecuarse las Junta
Electorales de Distrito.
3) Recibir las actas que se confeccionen en cada Distrito, con el escrutinio de los votos emitidos, a
efectos del cómputo general.
4) Labrar un acta del resultado obtenido por las listas para la elección de autoridades, a efectos de
elevarla a la Asamblea Anual ordinaria, para la proclamación oficial de los electos.
Art. 56.‐ Serán funciones delas Juntas Electorales de Distrito, las siguientes:
1) Organizar todo lo atinente al acto electoral en el Distrito
2) Controlar la emisión y recepción de los votos, como así el normal desarrollo del acto.
3) Realizar el escrutinio de los votos emitidos
4) Labrar un acta del resultado obtenido por cada una de las listas y elevarla a la Asamblea Ordinaria
del Distrito, a efectos de la proclamación de los electos para integrar el Consejo Directivo.
5) Remitir el acta a la Junta Electoral Provincial.
Art. 57.‐ A fin de establecer el resultado final del acto electoral, las Juntas Electorales deberán
ajustarse a las siguientes disposiciones generales:
1) La elección de miembros del Consejo Superior, Tribunal de Disciplina y Consejo Directivo se
realizará en listas separadas, debiendo computarse los votos obtenidos en forma independiente.
2) Las tachaduras, enmiendas y reemplazos de los nombres de los candidatos carecen de valor y no
invalidan el voto.
3) En la elección del Consejo Superior, la lista que logre el mayor número de votos, obtendrá la
totalidad de los cargos de la Mesa Ejecutiva. Los cargos de vocales titulares o suplentes serán
asignados a los candidatos más votados de cada Distrito.
4) En la elección del Tribunal de Disciplina los cargos serán asignados por el sistema de
representación proporcional a los votos obtenidos por las listas intervinientes.
5) En la elección del Consejo Directivo de Distrito la lista que logre el mayor número de votos
obtendrá la totalidad de los cargos de la Mesa Ejecutiva, los cargos de vocales titulares y suplentes
serán asignados por el sistema previsto en el inciso cuatro (4).
6) En los casos de representación proporcional los cargos obtenidos por cada lista se llenarán con los
candidatos en el orden de colocación establecido en la lista oficializada, a cuyo efecto el candidato a
Presidente de una lista perdidosa se considerará como primer candidato a vocal de su lista y así
sucesivamente.
CAPITULO VII
DEL REGIMEN FINANCIERO
Art. 58.‐ El Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires tendrá como recursos para
atender las erogaciones propias de su funcionamiento, así como el de los Colegios de Distrito, los
siguientes:
1) El derecho de inscripción o de reinscripción en la matrícula.
2) La cuota por ejercicio profesional, cuyo monto y forma de percepción determinará el Consejo
Superior ad referendum de la Asamblea.
3) El importe de las multas que aplique el Tribunal de Disciplina, por trasgresiones a la presente ley,
su reglamentación o sus normas complementarias.
4) Los ingresos que perciba por servicios prestados de acuerdo a las atribuciones que esta ley le
confiere.
5) Las rentas que produzcan sus bienes, como así el producto de sus ventas.
6) Las donaciones, subsidios, legados y el producto de cualquier otra actividad lícita que no se
encuentre en pugna con los objetivos del Colegio.
Art. 59.‐ Los fondos del Colegio serán depositados en cuentas bancarias, abiertas al efecto en el
Banco de la Provincia de Buenos Aires a nombre del Presidente y Tesorero en forma conjunta,
preferentemente en cuentas especiales de ahorro o títulos de la deuda pública, con el objeto de
lograr los mayores beneficios.
Art. 60.‐ El Consejo Superior determinará la forma de percepción y la distribución de los fondos,
entre el Colegio Provincial y los Colegios de Distrito, de acuerdo al presupuesto sancionado por la
Asamblea.
TITULO III
DE LOS COLEGIOS DE DISTRITO
CAPITULO I
COMPETENCIA Y ATRIBUCIONES
Art. 61.‐ Los Colegios de Distrito desarrollarán las actividades que por este Capítulo se les
encomienda así como aquéllas que expresamente les delegue el Consejo Superior en el ejercicio de
sus facultades.
Art. 62.‐ Corresponde a los Colegios de Distrito:
1) Cumplir y hacer cumplir las obligaciones emergentes de la presente ley que no hubieran sido
atribuidas expresamente al Consejo Superior y al Tribunal de Disciplina.
2) Ejercer el contralor de la actividad profesional en el Distrito, cualquiera sea la modalidad de
trabajo y en cualquier etapa del mismo.
3) Verificar el cumplimiento de las sanciones que imponga el Tribunal de Disciplina.
4) Responder a las consultas que le formulen las entidades públicas o privadas del Distrito acerca de
asuntos relacionados con la profesión, siempre que las mismas no sean de competencia del Colegio
de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires, en este supuesto deberá girárselas al Consejo
Superior.
5) Elevar al Consejo Superior todos los antecedentes de las faltas y violaciones a la ley, su
reglamentación o las normas complementarias que en su consecuencia se dicten, en que hubiere
incurrido o se le imputaren a un colegiado de Distrito.
6) Elevar al Consejo Superior toda iniciativa tendiente a regular la actividad profesional o al mejor
cumplimiento de la presente ley.
7) En general y en sus respectivas jurisdicciones, con las limitaciones propias de su competencia, los
contenidos en el artículo veintiséis (26) incisos 2), 7), 8), 10), 11), 12), 13), 14), 15), 16), 19) y 21).
8) Proyectar el presupuesto anual para el Distrito y someterlo a la aprobación del Consejo Superior.
9) Celebrar convenios con los poderes públicos del Distrito con el previo conocimiento y autorización
del Consejo Superior.
10) Organizar cursos, conferencias, muestras, exposiciones y toda otra actividad social, cultural y
técnico‐científica, para el mejoramiento intelectual y cultural de los arquitectos y de la comunidad.
11) Establecer delegaciones con sus jurisdicciones, de acuerdo con las normas que fije el Consejo
Superior.
CAPITULO II
AUTORIDADES
Art. 63.‐ Son órganos directivos de los colegios de Distrito:
1) La Asamblea de Colegiados del Distrito
2) El Consejo Directivo
CAPITULO III
DE LA ASAMBLEA DE COLEGIADOS
Art. 64.‐ La Asamblea es la autoridad máxima del colegio de Distrito, pudiendo integrarla todos los
colegiados en pleno ejercicio de sus derechos como tales, con domicilio profesional en el Distrito. Las
Asambleas pueden ser de carácter ordinario o extraordinario y deberán convocarse con por lo
menos, quince (15) días de anticipación, explicitando el orden del día a tratar.
Art. 65.‐ La Asamblea Ordinaria se reunirá una vez cada año en la fecha y forma que determine el
Reglamento Interno del Colegio de Arquitectos de la Provincia. En las Asambleas sólo podrán tratarse
los temas incluidos en el Orden del Día.
Art. 66.‐ La Asamblea sesionará válidamente con la presencia de, por lo menos, un tercio de los
colegiados con domicilio profesional en el Distrito, en primera citación. Una hora después de la fijada
para la primera citación, se constituirá válidamente con el número de colegiados presentes. Sus
resoluciones se adoptarán por simple mayoría de votos.
Art. 67.‐ Las Asambleas Extraordinarias podrán ser convocadas:
1) Por el Consejo Directivo
2) Por el Consejo Superior, en el caso de acefalía o de intervención al Colegio de Distrito.
3) Por pedido expreso de un número no inferior a un quinto de los colegiados del Distrito.
Art. 68.‐ En las Asambleas Extraordinarias serán de aplicación en lo pertinente las disposiciones de
los artículos 65 y 66.
CAPITULO IV
DEL CONSEJO DIRECTIVO
Art. 69.‐ Los colegios de Distrito serán dirigidos por un Consejo Directivo integrado por un
Presidente, un Secretario, un Tesorero, cuatro vocales titulares y cuatro suplentes. Los tres primeros
constituirán la Mesa Directiva del Colegio de Distrito.
Art. 70.‐ Para ser miembro del Consejo Directivo se requerirá:
1) Tres años de antigüedad mínima en el ejercicio profesional en la Provincia.
2) Una antigüedad mínima de dos años de domicilio en el Distrito.
3) Hallarse en el pleno ejercicio de los derechos del Colegiado.
Art. 71.‐ Los consejeros del Distrito durarán tres años en sus funciones y podrán ser reelegidos por
dos períodos consecutivos y sin limitación en períodos alternados.
Art. 72.‐ El Consejo Directivo de Distrito sesionará cuanto menos una vez por mes, con excepción del
mes de receso establecido por el Consejo Superior. El quorum para sesionar válidamente será de por
lo menos cuatro consejeros y sus resoluciones se adoptarán por simple mayoría de votos presentes.
En caso de empate el Presidente tendrá doble voto.
TITULO IV
DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS
CAPITULO UNICO
Art. 73.‐ Los Colegios de Arquitectos Distritales tendrán la siguiente competencia territorial:
El Distrito I comprenderá los partidos de: Berisso, Brandsen, Cañuelas, Castelli, Chascomús, Dolores,
Ensenada, General Belgrano, General Paz, La Plata, Magdalena, Monte, Pila, Punta Indio, San Vicente
y Tordillo.
El Distrito II comprenderá los partidos de: Almirante Brown, Avellaneda, Berazategui, Esteban
Echeverría, Florencio Varela, Lanús, Lomas de Zamora, Presidente Perón y Quilmes.
El Distrito III comprenderá los partidos de: Ituzaingó, Hurlingham, La Matanza, Merlo, Moreno y
Morón.‐
El Distrito IV comprenderá los partidos de: General Sarmiento, Malvinas Argentinas, San Fernando,
San Isidro, San Martín, Tigre, Tres de Febrero y Vicente López.
El Distrito V comprenderá los partidos de: Alberti, Baradero, Bragado, Campana, Carmen de Areco,
Chivilcoy, Exaltación de la Cruz, Escobar, General Rodríguez, Las Heras, Lobos, Luján, Marcos Paz,
Mercedes, Navarro, Pilar, Roque Pérez, San Andrés de Giles, San Antonio de Areco, Suipacha, 25 de
Mayo y Zárate.
El Distrito VI comprenderá los partidos de: Baradero, Bartolomé Mitre, Capitán Sarmiento, Colón,
Chacabuco, Florentino Ameghino.General Arenales, General Pinto, General Viamonte, Junín, Leandro
N. Alem, Lincoln, Pergamino, Ramallo, Rojas, Salto, San Nicolás y San Pedro
El Distrito VII comprenderá los partidos de: Adolfo Alsina, Bolívar, Carlos Casares, Carlos Tejedor,
Caseros, Daireaux, General Villegas, Guaminí, Hipólito Irigoyen, 9 de Julio, Pellegrini, Pehuajó,
Rivadavia, Salliqueló, Tres Lomas y Trenque Lauquen.
El Distrito VIII comprenderá los siguientes partidos: Ayacucho, Azul, General Alvear, General
Lamadrid, Juárez, Laprida, Las Flores, Olavarría, Rauch, Saladillo, Tandil y Tapalqué.
El Distrito IX los partidos de Balcarce, General Alvarado, General Guido, General Lavalle, General
Madariaga, General Pueyrredón, La Costa, Lobería, Maipú, Mar Chiquita, Necochea, Pinamar, San
Cayetano y Villa Gesell.
El Distrito X comprenderá los partidos de: Bahía Blanca, Coronel Dorrego, Coronel Pringles, Coronel
Rosales, Coronel Suárez, González Chavez, Monte Hermoso, Patagones, Puán, Saavedra, Tornquist,
Tres Arroyos y Villarino.
Art. 74.‐ Los Colegios de Arquitectos Distritales tendrán sus asientos en las localidades que se
mencionan a continuación:
El Distrito I en La Plata.
El Distrito II en Lomas de Zamora
El Distrito III en Morón
El Distrito IV en San Martín
El Distrito V en Mercedes
El Distrito VI en Pergamino
El Distrito VII en Pehuajó
El Distrito VIII en Azul
El Distrito IX en Mar del Plata
El Distrito X en Bahía Blanca
TITULO V
DISPOSICIONES TRANSITORIAS
CAPITULO UNICO
Art. 75.‐ Dentro de los treinta (30) días de publicada la presente ley el Poder Ejecutivo designará una
Junta Electoral integrada por tres (3) representantes de la Federación de Arquitectos de la Provincia
de Buenos Aires, un (1) representante del Consejo Profesional de la Ingeniería de la Provincia de
Buenos Aires y un (1) representante del Ministerio de Gobierno, que la presidirá. La Junta Electoral
tendrá como misión confeccionar el padrón electoral y convocar a elecciones dentro del término de
sesenta (60) días de su designación. La imposibilidad de construir algún Distrito no será impedimento
para el funcionamiento del Colegio.
Art. 76.‐ Hasta tanto encuentre sanción legal definitiva la delimitación precisa de las incumbencias
entre los profesionales comprendidos en las leyes 4048/29 y 6075/59, se constituirán Comisiones
Interprofesionales, integradas por tres (3) representantes del Colegio de Arquitectos y tres (3)
representantes del Colegio de la otra profesión involucrada. Dichas Comisiones estarán encargadas
de dirimir las cuestiones que puedan suscitarse en el ejercicio compartido de las profesiones, así
como .todo otro asunto de interés común. En caso de no llegarse a un acuerdo en el seno dela
Comisión resolverá en definitiva el Poder Ejecutivo provincial. Esta Comisión se constituirá dentro de
los treinta (30) días de haber asumido las autoridades de los distintos Colegios que la integran.
Art. 77.‐ Dentro de los treinta (30) días de haber asumido las autoridades del Colegio de Arquitectos
de la Provincia de Buenos Aires surgidas dela primera elección se constituirá una Comisión
Interprofesional, integrada por tres (3) representantes de dicho Colegio y tres (3) representantes del
Consejo Profesional de la Ingeniería. La misma deberá determinar dentro de los noventa (90) días de
constituida la parte proporcional del patrimonio y personal permanente del Consejo Profesional de la
Ingeniería que será transferido al Colegio de Arquitectos. Se entiende por parte proporcional la
relación entre el número de arquitectos matriculados actualmente y el total de los inscriptos en el
Consejo Profesional de la Ingeniería, promediándolos con los existentes dentro de los diez (10) años
anteriores a la vigencia de esta ley. Las discrepancias en materia patrimonial se resolverán por el
Poder Ejecutivo, sin perjuicio de las acciones judiciales que pudieran corresponder. El personal
trasferido tendrá continuidad en su situación laboral a partir de sancionada la presente ley. Los casos
particulares que no logren resolverse en el marco de las disposiciones de la presente ley serán
resueltos por la Subsecretaría de Trabajo con la intervención de la entidad con personería gremial
representativa de la actividad.
Art. 78.‐ A partir dela vigencia de la presente ley, los fondos que ingresen al Consejo Profesional de la
Ingeniería (ley 5140) provenientes de cualquier concepto aportados por los arquitectos, serán
transferidos al Colegio de Arquitectos instituido por esta ley, dentro del plazo de quince (15) días de
su percepción.
Art. 79.‐ Los arquitectos en la Provincia de Buenos Aires siguen manteniendo las obligaciones y
derechos que derivan de su permanencia en el régimen de la ley 5920/58.. Hasta tanto no se hallen
en vigencia las normas que regularán sobre aranceles de honorarios mínimos, serán de aplicación
transitoria los aranceles actualmente vigentes aplicados por el Consejo Profesional de la Ingeniería
como asimismo el Código de Etica vigente.
Art. 80.‐ Derógase toda norma que se oponga a la presente.
Art. 81.‐ Comuníquese al Poder Ejecutivo.
Dada en la Sala de Sesiones de la Honorable Legislatura de la Provincia de Buenos Aires, en la ciudad
de La Plata, a los ocho días del mes de mayo del año mil novecientos ochenta y seis.
Pascual CAPPELLERI
Elva Pilar B. de ROULET
Roberto E. Félix Evangelista
Luis María Ceruti
Registrada bajo el número 10.405