Ensayo SER EL OTRO, POR EL OTRO.
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Virtual y a distancia
Bogotá D.C
SER OTRO, POR EL OTRO
Es complejo definir el “otro” y aún más en el caso de ser una persona con diversidad
funcional, siendo considerado por muchas personas como “anormales” o “irregulares”, además,
como parte del proceso de respuesta no está precisamente asociado con el estigma, el propio
individuo jugará y hará un papel en relación con los "otros", lo cual es un proceso fundamental
para la comprensión del individuo. Hemos identificado personas consideradas "otras" al ser
nombradas en categorías para mostrar que sus cualidades, son inferiores a las clasificadas como
"normales", teniendo en cuenta que la alteridad es la condición de ser diferente y necesitar del otro
dependiente de sus capacidades y sin el otro no estamos completos.
Ahora se debe abrir los ojos, cambiar la perspectiva del otro como alguien externo,
respetando las diferentes alternativas en la resolución de conflicto, su contexto y educación, siendo
estos asuntos complejos, porque tienen varias relaciones causales, de igual forma se debe ser
sujetos que auto-determinan, implementan y rechazan la imposición de terceros que amenazan su
propio desarrollo integrado e innovador asumiendo la responsabilidad social y asegurando que la
educación sea adecuada para todos, construyendo sujetos justo y morales, por el pensamiento, la
emoción y las acciones conscientes sobre el modo positivo o el modo negativo que afecta a los
demás.
Para logra esto debemos contextualizarnos sobre la historia y evolución del término, donde
la “discapacidad” a lo largo de la historia se ha visto empañada por una discriminación social, por
lo que el infanticidio, la discriminación, entre otra, son cosas normales cuando se producían
anomalías en algún niño o niña, posteriormente la iglesia católica prohibió el infanticidio y dio a la
discapacidad como un origen sobrenatural, “La Inquisición apoyó la exterminación de personas
con discapacidad (por ejemplo, la enfermedad mental), al creerlas poseídas por algo diabólico”
(Padilla, 2010, P 393) actuando en el caso por exorcismos a niños, niñas y personas adultas con
cualquier tipo de discapacidad. En la década de 1940, en la época del nacionalsocialismo nazi, se
esterilizaba a las personas, el destino de estas era el de separarlas de la comunidad, porque se las
consideraba incapaces de sobrevivir bajo los ideales de esta apoca “se recrudeció la persecución
contra los discapacitados, aun cuando la más visible fue la perpetrada por Adolf Hitler, bajo el
pretexto de mejorar la raza” (Padilla, 2010, P 395).
Las personas con discapacidad han sido excluidas socialmente y estas han presentado
problemas estructurales que las han condicionado históricamente, a ello se le suma también las
etiquetas, las estigmatizaciones que los han marcado de por vida simplemente porque son
diferentes y situados en una posición de inferioridad, lo que conduce a tratarlos como personas
incapaces de valerse por sí mismas, potenciarse y desarrollarse. Además de los factores anteriores,
la ignorancia, el miedo, el abandono, la lástima, son elementos sociales que se han presentado a lo
largo de los años en relación con el tema de la discapacidad, lo cual genera problemas educativos,
laborales, participativos, culturales, entre otros, que limitan verdaderamente la integración social
de personas con discapacidad, impidiendo su inclusión en la sociedad como individuos sujetos de
derechos sociales junto con sus respectivas leyes, en donde las instituciones y las legislaciones por
su parte no se han mostrado del todo aptas para apoyar la inclusión de este grupo” Además que las
personas con discapacidad pueden contribuir a la sociedad en la medida que sean incluidas y
aceptadas socialmente” (Ripollés, 2008, p. 68 - 69).
La inclusión debería llevar a una mayor participación en roles y actividades de la vida que
son socialmente previstos, como ser estudiante, trabajador, amigo, miembro de la comunidad,
paciente, esposo, pareja o padre. Estas actividades previstas también pueden incluir participar en
actividades sociales, utilizar recursos públicos como transporte y bibliotecas, desplazarse dentro de
comunidades, recibir atención médica adecuada, relacionarse con otras personas y disfrutar otras
actividades del día. Por tanto, incluir a personas con discapacidades en las actividades cotidianas y
animarlas a que tengan roles similares a los de sus compañeros que no tienen una discapacidad es
lo que se conoce como “inclusión de personas con discapacidad”. Esto implica más que
simplemente animar a las personas; es necesario garantizarles que haya políticas y prácticas
adecuadas vigentes en una comunidad u organización.
Solo cuando la sociedad asuma que las personas con discapacidad son ciudadanos como los
demás basándonos en la otredad “la relación entre el Uno y los muchos, sin tener que recurrir a un
término neutro que haga que los opuestos entren de nuevo en una totalidad (Levinas, 2005), ya que
poseen los mismo derechos y responsabilidades del común y así se habrá dado un giro hacia su
integración efectiva. Todo depende de la voluntad que se demuestre para cambiar la actitud de
nosotros, para aceptar la diversidad y rechazar todo tipo de medidas o políticas que directa o
indirectamente suponga una discriminación o exclusión hacia las personas con discapacidad. A
pesar que en el el último 20 año se ha avanzado considerablemente en esa dirección y que hoy la
igualdad de derechos es una idea de gran medida aceptada y compartida por la sociedad.
Una sociedad accesible no puede discriminar a las personas por ningún tipo de razón ni por
motivos económicos, sociales, ni personales, y asume la diversidad de todos los ciudadanos que la
integran, respeta y hacen respetar sus diferencias. Por esto la construcción de una sociedad de estas
características implica varios cambios fundamentales con respecto a las personas con
discapacidad: Por un lado, es de vital importancia abandonar la idea de que la normalización lo
cual consiste en incorporar a estas personas a estructuras y procedimientos concebidos sin tener en
cuenta sus necesidades y entender que, por el contrario, consiste en integrarlas en nuestros
entornos de vida habituales adaptando estos entornos a las necesidades de todos, en el campo
educativo y laboral es donde más de deben adaptar sus necesidades estas personas necesitan y
pueden llegar a depender de un puesto laboral el cual muchas ves no está en condiciones aptas o
simplemente forma una exclusión., la educación es plenamente importante para todas la personas
sin importar su condición, como lo afirma Bárcena, el valor educativo de la memoria para el ser
humano no reside sobre todo en que nos traiga los recuerdos que ya perdimos de nosotros mismos,
sino en el hecho de que nos permite acceder a un saber -el saber de la memoria- acerca de la
experiencia vivida de los otros que no somos, un saber que podemos integrar dentro de nuestra
propia conciencia bajo la forma de una ética. La memoria forma y educa la conciencia, una
conciencia que es la interiorización del discurso de los otros en el discurso del yo. (2001, 60).
Aceptar la diferencia de un niño con discapacidad en la escuela no significa “admitirlo” en la
formación ordinaria, significa adaptar esta última a sus necesidades y considerar que esa
especificidad también forma parte de la escuela, como lo reporta la OMS en el Informe Mundial
sobre la Discapacidad, “los ambientes inaccesibles crean discapacidad al generar barreras que
impiden la participación y la inclusión.” (2011, p.4).
Todas las personas son seres dignos, por lo tanto, merecen que se les trate con respeto,
aceptación y se le garanticen sus derechos consignados en la Constitución Política de Colombia
“Poner fin a la diferencia, y a ese ser humano singular que es radicalmente otro, distinto”
(Bárcena, 2001, p. 18). se les brinden sistemas y mecanismos para desenvolverse como seres en
desarrollo con capacidades, habilidades, ideales e ilusiones. No obstante, se percibe que aún falta
compromiso, consciencia social, visibilizar la situación, generar sensibilización colectiva para
eliminar todo tipo de barreras, llevar a la práctica toda la normativa que existe y esta población
tenga acceso pleno a todos los servicios, según los sistemas que requiera, para gozar de los
beneficios como todos los demás, y las limitaciones individuales de las personas no son el
problema, sino las limitaciones impuestas por la sociedad “tiene mucho más recorrido, mucha más
apertura, mucha más Otredad radical de la que podemos llegar a captar por la vía del
conocimiento, que para él siempre conlleva una cierta violencia, dominación, y subsunción de lo
otro en lo mismo” (BROCAR, 39 2015)