Bienes y Derechos Reales
Bienes y Derechos Reales
Bienes y Derechos Reales
CAPITU LO I
LA PROPIEDAD
una persona ejerce en forma directa e inmediata sobre una cosa para
aprovecharla totalmente en sentido jurídico, siendo oponible este poder
a un sujeto pasivo universal, por virtud de una relación que se origina
entre el titular y dicho sujeto.
"Según el artículo 544 del Código Civil, la propiedad es el derecho de
gozar y disponer de las cosas de la manera más absoluta. Esta definici6n tiene
el mal de no señalar más que un solo carácter de la propiedad, cuya exactitud
misma, p'uede ponerse en duda, pues se verá que ni el derecho de goce ni el de
disposiCIón de los propietarios son, realmente, absolutos; al contrario, implican
numerosas restricciones. Pero la propiedad posee otro carácter esencial: es excfusiva,
es decir, consiste en la atribución del goce de una cosa a una persona determi~
nada, con exclusión de las demás. Debemos, pues, preferir la defmiei6n siguiente:
"El derecho en virtud del cual Una cosa se encuentra sometida de una manera
absoluta y exclusiva a la acción y voluntad de una persona' (Aubry et Rau, t. n,
190 pág. 245, Comp. Boistel, Philosophic du Dmit, Nos. 206 y sigts.). A di-
ferencia del Código Civil francés, el alemán hace resaltar el carácter exclusivo
de la propiedad". (Planiol, ob. cit., págs. 138 Y 139).
3' La tradición brevi manu, que tiene lugar cuando el.adquirente de una cosa
la tiene ya en su poder por virtud de otro título distinto, por ejemplo, el de
arrendatario.
4' La tradición constituturo possessorium, que se ofrece en la hipótesis con-
tracia a la anterior, de que el dueño que enajena la cosa entre a poseerla en otro
concepto, como arrendatario, depositario, etc.
e) Cuasi tradición.-Se llama así a la tradición aplicada a las cosas incor-
porales o derechos, como, por ejemplo, el de servidumbre.
d) Ministerio de la ley.-Designan los tratadistas con esta frase todos aque-
1105 casOs que no están comprendidos en las especies anteriores y en que la tradi-
ción se efectúa por la sola virtud de un precepto legal". (Castán Tobeñas, ob.
cit., t. II, págs. 151 Y 152).
convenio entre ellos sobre una relación juridica en virtud de la cual el adquiren.
te obtenga la posesión mediata. La retención de la cosa por el enajenante tiene,
pues, que justificarse jurídicamente por la circunstancia de convertirse éste en
mediador posesorio del adquirente".
"1. Ha de crearse una relación de mediación posesoria efectiva (constituto
·individualizado'). La mera declaración de que en lo sucesivo el enajenan re quiere
poseer para el adquirente, sin pactar una relación de depósito, prenda, arrenda-
miento, etc. (constituto 'abstracto') no proporciona al adquirente la posesión me·
diata y, en consecuencia -exactamente como en los derechos común y prusiano
anterioc- tampoco la propiedad".
"2. S6lo puede transmitir por constituto el que tenga la posesión de la cosa.
No hace falta que tenga la posesión inmediata, a pesar de decir el arto 930 que
el constituto substituye a "la entrega" esto es, a la transmisión de la posesión
J
los Reglamentos de policía' ". (José Castán Tobeñas, Derecho Civil Español Ca-
mún y Foral, t. JI, Derechos Reales, Derechos de Obligaciones, Madrid 1941,
págs. 83 J' 84).
En un principio se imaginó la posibilidad de fijar zonas, como ocurre
con el mar, y así como se habla de mar territorial y de mar libre, se
pensó en la posibilidad de señalar una zona inmediata sobre la que ejer.
cería el propietario del suelo un derecho absoluto tomando como límite
de esta zona el que teóricamente pudiera aprovecharse en las construc-
ciones más altas; pero no había un criterio fuera de la misma arquitec-
tura o ingeniería para fijar este límite máximo de la construcción.
Una zona siguiente, sería aquella en que se reconocería el imperio
del Estado, reglamentada de acuerdo Con los intereses generales de la
navegación aérea. Por último, se pensó en una zona libre en la que, como
en el mar libre, ya no había el imperio del Estado.
Esta clasificación se desechó por arbitraria, dada la imposibilidad
de limitar esas zonas, y por otra parte, tendría el grave inconveniente de
admitir una zona libre en la que el Estado no ejercería imperio, con pero
juicio del territorio de cada nación, ya que entonces ese espacio podría
ser aprovechado por naves extranjeras que libremente podrían cruzarlo.
La necesidad de defensa del territorio, principalmente, ha hecho que se
adopte un sistema diverso: se considera que todo el espacio aéreo está
sujeto al imperio del Estado, el que impone todas las modalidades que
dicte el interés público y principalmente las necesidades de la defensa
o de la preparación militar del Estado, de manera que ya no existiría
una zona libre, que pudiera aprovecharse por naves extranjeras, y el
Estado tendría siempre el derecho de impedirlo o concederlo cuando lo
estimara conveniente.
Tampoco podrá e! particular alegar su dominio sobre e! espacio
aéreo para impedir e! paso de las naves, considerando ilimitado su dere-
cho de propiedad, porque esto afectana intereses de orden general. De
esta manera, conservando e! Estado e! imperio y e! derecho de imponer
restricciones al espacio aéreo. se concilia por una parte el interés del
particular, por cuanto que no se le podrá impedir que eleve sus cons-
trucciones o aproveche e! espacio aéreo dentro de los limites de la segu-
ridad que aconseja la técnica; y tampoco se podrá impedir la navegación
aérea, ni se expondrá la defensa y seguridad de! territorio reconociendo
una zona libre. Este es e! sistema que establece la Ley de Vías Generales
de Comunicación en México.
l1.--Acción reivindicatoria.-El estudio de la acción reivindicatoria es
de fundamen tal importancia respecto al derecho de propiedad, pues
106 COMPENDIO DE DERECHO CIVIL
JURISPRUDENCIA DEFINIDA
12.-.'lcción reivindicatoria. E.i impre.f(ri/'tible.- "La acción relvin·
dicatoria no se extingue pnr el tranSOlrso del tiempo. En efecto. teniendo
pOr objeto la acción reivindicatoria la protección del derecho de propie-
dad. es claro que entretanto éste no se extinga. aquélla permanece viva
y solamente cuando por virtud de la usucapión haya desaparecido el de- _
recho de propiedad. también habrá desaparecido la acci~i!lindicatlif~
de lo que se sigue que esta acción dura lo que-el-derecho y no fenece por
el mero transcurso dd-tiem¡J~ prescripción negativa'. tTesis
7._Compila.cii:í~jurisprudencia editada en el año de 1965, cuarta
-------rarte, pág. 44).
13.-Accióll f ei,·illdic<1/o,'Úl. E,/lidio de los Ti/ll l o.r.-"Cuando el rei-
vindicante tiene un título de propiedad y el demandado nO tiene nin-
guno, aquel título basta para tener demostrado el derecho del actor,
siempre que dicho titulo sea anterior a la posesión de! demandado.
Cuando la posesión es anterior al titulo, entonces es necesario que el
reivindicante presente OtCO titulo anterior a la posesión de que disfruta
el demandado. Cuando las dos partes tienen títulos, pueden distinguirse
dos casos: aquel en que los títulos tengan el mismo origen, y en el que
tengan orígenes diversos; si p(,(Keden de llna misma persona. entonces
se atenderá a la prelación en el registro, y si no est~í registrado ninguno
BIENES. DERECHOS REAI..ES y SUCESIONES 109
De lo dispuesto por los artÍculos 498 y 518, fracción VIII, del anterior
Código de Procedimientos Civiles para el Estado, correlativos del 174 Y
del 229, fracción XI, del código procesal en vigor, y la jurisprudencia
17 de la Cuarta Parte del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación
1917-1985, página 43, intitulada: "ACCIÓN REIVINDICATORIA. SUS
ELEMENTOS." se desprende que para la procedencia de la acción reivindi-
112 =MPTh'DIO DE DERECHO avn.
LA COPROPIEDAD
tándole luz O sol, por ejemplo, y no hay utilidad que justifique la eleva-
ción del muro medianero, se considerará este uso como ilícito y estará
obligado entonces el copropietario a reponer las cosas a su estado pri-
mitivo.
El copropietario perjudicado con la elevación del muro tendrá dos
acciones: tanto la acción general para impedir el uso abusivo de un de·
recho, que se confiere a todo perjudicado, como la acción especial que
le otorga la posesión, para recurrir al interdicto de obra nueva y eVItar
el daño que pueda causársele simplementc en su carácter de poseedor
y no como propietario.
Este derecho de elevar el muro medianero queda compcnsado res-
pecto al otro copropietario con la facultad que tiene en cualquier mO'
mento de adquirir la copropiedad, indemnizando al que levantó la pared
la parte correspondiente.
En el caso Je copropiedaJ establecida mediante presunción, la ley
toma en cuenta signos exteriores CJuc hacen presumir la copropiedad. o
bien que puedan Jestruir esa presunción. (Véase los Arts. 953 y 954).
La medianería constituye una copropiedad forzosa, en virtud de que
no existe procedimiento alguno para dar fin a la misma, como en la
copropiedad voluntaria. Sólo un caso fortuito o Je fuerza mayor CJue
destruyera la pared medianera podrb dar término a ella. No podría
hacerse la venta, porque el muro divisorio. independiente de los predios
colindantes, 00 tiene valor ni podría ser adCJuiridu por un tercero. Podría
un copropietario vendcr su parte alícuota al otro, para que consolidara
la propieJaJ sobre el muro; pero no es una venta forzosa; en cambio,
en la copropiedad orJinaria cualquiera de los copropietarios puede pedir,
si no es posible CJue se haga la división, que se haga la venta, y el juez
la acordará si no hay otro medio de extinguir la copropiedad. Esta venta
se impone a todos los copropietarios, r es posible porque la cosa en su
totalidad puede pasar a tercero.
b) Cupropiedad forzosa cuanJo los diferentes pisos de una casa
pertenecen a distintas personas.-Es necesario distinguir esta situación,
de la copropiedad que se tenga sobre un edificio. En el primer caso, o
sea cuanJo hay copropiedaJ forzosa, cada uno de los pisos pertenece
cn pleno Jominio a los distintos interesados. Respecro de ellos no har
copropiedad; pero existen ciertos bienes cumunes indispensables para el
uso de los mismos, CJue sí engendran una copropiedaJ forzosa.
En cambio. cuando todo el edificio en su totalidad es materia de
copropiedad, cada uno de los copropietarios tiene una parte alícuota
sobre todas y cada una de las cosas CJtle integran la construcción.
En la copropiedad forzosa. aun cuando existe el dominio exclusivo
122 COMPENDIO DE DERECHO CIVIL
CAPITULO 111
CAPITULO IV
SERVJOUMI3RES
Enneccerus, Kipp YWolff, ob. cit., t. JlI, págs. 22, 23, 24 Y 25.