FORMATO DE ANALISIS DE SENTENCIA
ESTUDIANTES
Nelson Giovanni Moreno Beltrán.
Nombre
Hugo Armando Diaz Hernandez.
Fecha Bogotá, Febrero 14 de 2021
Grupo 162 – Transferencia de Derecho
1. MARCO DECISIONAL (Ideas claras; frases cortas. Use viñetas)
1.1. IDENTIFICACIÓN
Número
Sentencia C- 047 / 2006, Referencia expediente D-5783
Magistrado Ponente MP. Rodrigo Escobar Gil
La Sala Plena de la Corte Constitucional, en cumplimiento de sus
atribuciones constitucionales y de los requisitos y trámite establecidos en el
Decreto 2067 de 1991, compuesta por los honorables Magistrados
Sala de Decisión MANUEL JOSE CEPEDA ESPINOSA (Presidente), JAIME ARAUJO RENTERIA
MARCO GERARDO MONROY CABRA, ALFREDO BELTRÁN SIERRA,
HUMBERTO ANTONIO SIERRA PORTO, JAIME CORDOBA TRIVIÑO, ALVARO
TAFUR GALVIS y RODRIGO ESCOBAR GIL.
Aclaran el voto No procede, para el caso en cuestión.
Salvan el voto No procede, para el caso en cuestión.
1.2. HECHOS JURÍDICAMENTE RELEVANTES (HJR)
1.2.1 El ciudadano Juan Carlos Arias Duque demandó, parcialmente los artículos 176 y 177 de
la Ley 906 de 2004 (por la cual se expide el Código de Procedimiento Penal), al
considera que la expresión “absolutoria”, contenida en los artículos citados, vulnera los
artículos 29, 93, 94 y 250 numeral 4º de la Constitución Política.
1.2.2 El Magistrado Sustanciador, mediante Auto del veintiséis de mayo de 2005, admitió la
demanda.
1.2.3 Se dispuso su fijación en lista, y simultáneamente, corrió traslado al Procurador General
de la Nación para lo de su competencia.
1.2.4 El demandante afirma que la inconstitucionalidad de la norma se deriva de la
posibilidad que existe, dentro del proceso penal, de que sea apelada la sentencia
absolutoria.
1.2.5 En el concepto del accionante, considera que, someter el fallo absolutorio a una
segunda instancia constituye una nueva oportunidad para que el acusado pueda ser
condenado, lo que, en su concepto, comporta una violación al principio del non bis in
ídem.
1.2.6 El actor señala como razones de inconstitucionalidad de la expresión “absolutoria”:
a) La vulneración del artículo 29 de la Constitución Política y el desconocimiento del
artículo 250 numeral 4º de la Carta.
b) La expresión “absolutoria”, en las normas demandadas, desconoce lo establecido
por los artículos 93 y 94 de la Constitución.
1.2.7 En derecho comparado internacional, el accionante considera que:
a) El artículo 14.5 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos 1, al artículo 8,
numeral 2º, literal h, del Pacto de San José2, menciona que, el derecho a la
impugnación sólo se reconoce a favor del condenado.
b) El informe 17/94 (09/02/94) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos,
concluye que el derecho a la impugnación es exclusivo del imputado.
1.3. PROBLEMA JURÍDICO QUE ENUNCIA LA CORTE (PJC) (Se trata del PJ que la Corte dice
textualmente que va a tratar en la sentencia)
La Corte determina que el asunto a tratar es, si es contrario a la Constitución que en las
disposiciones acusadas se establezca la posibilidad de apelar la sentencia absolutoria en materia
penal. Así las cosas, la Corte debe resolver los siguientes problemas jurídicos:
1.3.1 ¿Existirá la posibilidad de apelar la sentencia absolutoria en materia penal viola el principio
del non bis in ídem?
1.5. DECISIÓN
En mérito de lo expuesto, la Corte Constitucional de la República de Colombia, en nombre del pueblo
y por mandato de la Constitución, RESUELVE:
1
Artículo 14 Todas las personas son iguales ante los tribunales y cortes de justicia. Toda persona tendrá derecho a ser oída públicamente y con las debidas garantías por un tribunal
competente, independiente e imparcial, establecido por la ley, en la substanciación de cualquier acusación de carácter penal formulada contra ella o para la determinación de sus
derechos u obligaciones de carácter civil. (5) Toda persona declarada culpable de un delito tendrá derecho a que el fallo condenatorio y la pena que se le haya impuesto sean sometidos
a un tribunal superior, conforme a lo prescrito por la ley.
2 Artículo 8 Garantías Judiciales, (2). Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se establezca legalmente su culpabilidad. Durante el
proceso, toda persona tiene derecho, en plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas. (h) derecho de recurrir del fallo ante juez o tribunal superior.
Declarar la EXEQUIBILIDAD, por los cargos estudiados, de la expresión “absolutoria”, contenida en
el inciso 3º del artículo 176 y en el numeral 1º del artículo 177 de la Ley 906 de 2004.
Notifíquese, comuníquese, publíquese, insértese en la Gaceta de la Corte Constitucional y
archívese el expediente.
2. ARGUMENTOS JURÍDICOS (ideas claras; frases cortas. Use viñetas)
2.1. PROBLEMA JURÍDICO QUE REALMENTE RESUELVE LA CORTE (PJR) (No confunda PJR con la
respuesta al PJ: esto último es la Ratio Decidendi. Se trata de dilucidar cuál es la pregunta que
llega al quid del asunto; aquella que muestra la tensión entre los principios contrapuestos y que
efectivamente resuelve la Corte)
Respecto al primer problema, la corte, determina que La posibilidad de apelar la sentencia
absolutoria en materia penal no es violatoria del principio del non bis in ídem; en materia penal
tiene especial relevancia el respeto al debido proceso de todos los sujetos procesales y, con
particular énfasis, del sindicado, en la medida en que se afectan derechos como la libertad, la
presunción de inocencia, o el derecho de defensa. De acuerdo con el artículo 29 de la Constitución,
hacen parte del debido proceso los principios de legalidad, juez natural o legal, favorabilidad y
presunción de inocencia; los derechos a la defensa, a impugnar la sentencia condenatoria, al
debido proceso público sin dilaciones injustificadas, y a no ser juzgado dos veces por el mismo
hecho.
La Corte Constitucional ha puntualizado que el principio de non bis in ídem constituye la aplicación
del principio más general de cosa juzgada al ámbito del ius puniendi, esto es, al campo de las
sanciones tanto penales como administrativas. Ha dicho la Corte que:
“…la prohibición que se deriva del principio de la cosa juzgada, según la cual los jueces no
pueden tramitar y decidir procesos judiciales con objeto y causa idénticos a los de juicios de la
misma índole previamente finiquitados por otro funcionario judicial, 3 equivale, en materia
sancionatoria, a la prohibición de ‘someter dos veces a juicio penal a una persona por un mismo
hecho, independientemente de si fue condenada o absuelta4”5
No obstante, lo anterior, la Corte ha puntualizado que tampoco del non bis in ídem tiene carácter
absoluto y que, en determinadas condiciones:
“… la fuerza normativa de los derechos constitucionales de las víctimas y el imperativo que
la Carta impone a las autoridades de lograr la vigencia de un orden justo (CP art. 2°) implican
que en los casos de violaciones a los derechos humanos o infracciones graves al derecho
3 SC-096/93 (MP. Simón Rodríguez Rodríguez).
4 ST-575/93 (MP. Eduardo Cifuentes Muñoz). Véanse, también, las SC-479/92 (MP. José Gregorio Hernández Galindo y Alejandro Martínez Caballero); ST-520/92 (MP. José
Gregorio Hernández Galindo); SC-543/92 (MP. José Gregorio Hernández Galindo); ST-368/93 (MP. Vladimiro Naranjo Mesa); SC-214/94 (MP. Antonio Barrera Carbonell); SC-
264/95 (MP. Fabio Morón Díaz); ST-652/96 (MP. Carlos Gaviria Díaz).
5 Sentencia T-162 de 1998, M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz
internacional humanitario, si aparecen nuevos hechos o pruebas que puedan permitir la
determinación de los responsables de esos atroces comportamientos, entonces pueden ser
reabiertas las investigaciones, incluso si existen decisiones absolutorias con fuerza de cosa
juzgada.”6
Agregó la Corporación que la razón para ello es que:
“… una prohibición absoluta de reiniciar esas investigaciones obstaculiza la realización de
un orden justo e implica un sacrificio en extremo oneroso de los derechos de las víctimas” 7,
y que, por consiguiente, “… en los casos de impunidad de violaciones a los derechos
humanos o al derecho internacional humanitario, la búsqueda de un orden justo y los
derechos de las víctimas desplazan la protección de la seguridad jurídica y la garantía del
non bis in ídem…”8.
Al margen de las anteriores consideraciones en torno al carácter no absoluto del non bis in ídem y
a la necesidad de ponderar con otros principios y valores constitucionales, lo cierto es que, de
acuerdo con la jurisprudencia constitucional, la garantía del non bis in ídem opera frente a
sentencias definitivas, amparadas por la cosa juzgada. Esto es, el sindicado sólo puede acudir a
esa garantía cuando ha concluido el juicio con una sentencia en firme.
Como regla general se tiene que por virtud del principio del non bis in ídem, tal como está
consagrado en nuestro ordenamiento constitucional, una persona no puede ser juzgada ni
sancionada dos veces por los mismos hechos. Ello implica que, concluido el juicio con sentencia
ejecutoriada, no puede haber un nuevo juicio orientado a condenar a aquel que ha sido absuelto o
a agravar la condena de quien previamente había sido condenado en condiciones menos gravosas.
La Constitución, establece junto con el non bis in ídem y el derecho a impugnar la sentencia
condenatoria (C.P. art. 29), la garantía de la doble instancia como principio general (C.P. art. 31).
De esta manera, si el legislador establece la posibilidad de apelar la sentencia absolutoria en
materia penal, el juicio no termina sino con la decisión de última instancia, sin que pueda decirse
que por virtud del recurso el sindicado que ha sido absuelto se vea sometido a un nuevo juicio
ante el superior jerárquico, porque se trata de una instancia adicional dentro del mismo proceso,
que no se ha agotado.
La segunda instancia no da lugar a un proceso autónomo en el que se repita de manera íntegra el
juicio, sino que se trata de la oportunidad prevista por el legislador para que el superior jerárquico
controle la corrección de la decisión adoptada en primera instancia. Ello significa, tal como se
desprende de lo dispuesto en el artículo 179 de la Ley 906 de 2004 y de consolidada jurisprudencia
sobre el particular, que el superior actúa sobre los aspectos impugnados, para lo cual tiene como
base los registros que, por solicitud de los interesados, se hayan allegado al recurso y los
argumentos presentados en audiencia por los distintos sujetos procesales.
6 Sentencia C-004 de 2003, M.P. Eduardo Montealegre Lynett
7 Ibid.
8 Ibid.
La garantía de la doble instancia tiene en nuestra Constitución el carácter de regla general y que
las excepciones que el legislador puede introducir a la misma deben estar plenamente justificadas.
A lo anterior se suma la consideración de que, como ha sido reiterado por la Corte, el debido
proceso se predica no sólo respecto de los derechos del acusado sino de los de todos los
intervinientes en el proceso penal, a quienes, junto al derecho al debido proceso, debe
garantizarles el derecho también superior de la eficacia del acceso a la justicia (art. 229 C.P.)
2.2. RATIO DECIDENDI (RD) "La razón de la decisión" Responde el problema jurídico y es la
causa del resuelve (¿Por qué la Corte decido de esta manera?) Se trata de los ARGUMENTOS que
justifican directamente la decisión. Constrúyala extractando las premisas fundamentales y
conectándolas lógicamente (¡No se trata de copiar y pegar extractos de la decisión!)
En particular la Corte Constitucional ha concluido que la Carta de 1991 reconoce a las víctimas y
perjudicados por un hecho punible unos derechos que desbordan el campo de la reparación
económica, pues incluyen también el derecho a la verdad y a que se haga justicia . En ese
contexto, si bien la impugnación de la sentencia condenatoria es un derecho consagrado
expresamente a favor del sindicado en la Constitución y en diversos instrumentos internacionales,
no es menos cierto que la posibilidad de apelar la sentencia absolutoria es expresión de derechos
de similar entidad de las víctimas y materialización del deber de las autoridades de asegurar la
vigencia de un orden justo.
Al pronunciarse en sede de constitucionalidad con ocasión de una demanda de
inconstitucionalidad presentada contra la posibilidad de interponer el recurso de casación frente a
las sentencias absolutorias en materia penal, esta Corte señaló que:
“…si, se accediera a la petición hecha por el actor en el sentido de descartar la
procedencia de la casación en las circunstancias que él invoca y por tanto no se permitiera
al Ministerio Público, a la Fiscalía, a la víctima, o a los perjudicados con el hecho punible
solicitar la casación de la sentencia absolutoria con el fin de que se corrija un eventual
desconocimiento de la Constitución y la Ley, se estaría no solo desconociendo el derecho a
la igualdad de dichos intervinientes en el proceso penal sino su derecho al acceso a la
administración de justicia en perjuicio de los derechos del estado, de la sociedad, de la
víctima o de los eventuales perjudicados con el hecho punible y con grave detrimento de
los derechos a la verdad a la justicia y a la reparación .”
Mutatis Mutandis, tales consideraciones resultan aplicables a la posibilidad de apelar la sentencia
penal absolutoria.
En tales condiciones, la Corte llega a la conclusión de que, no solo no es violatorio del non bis in
ídem, establecer la posibilidad de apelar la sentencia absolutoria, sino que, por el contrario, excluir
esa posibilidad podría resultar problemático desde la perspectiva de la garantía constitucional de
la doble instancia, el derecho de acceso a la administración de justicia, los derechos de las víctimas
a la verdad, la justicia y la reparación y el imperativo que la Carta impone a las autoridades de
lograr la vigencia de un orden justo (CP art. 2°).
Encuentra la Corte que, ni el derecho a impugnar la sentencia condenatoria en materia penal, ni la
garantía del non bis in ídem están previstos expresamente entre aquellos derechos no
susceptibles de suspenderse durante los estados de excepción, ni en la Convención Americana de
Derechos Humanos, ni en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Tampoco se
incluyeron esas garantías en el enunciado de los derechos que se califican como intangibles en la
Ley 137 de 1994.
No obstante lo anterior, observa la Corte que, por un lado, tanto el derecho a impugnar la
sentencia condenatoria, como la garantía del non bis in ídem, están previstos de manera expresa
en la Constitución y son, por consiguiente, un parámetro obligado del control de
constitucionalidad y, por otro, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 93 de la Constitución, la
interpretación de ese derecho y de esa garantía, debe hacerse de conformidad con los tratados
sobre derechos humanos ratificados por Colombia y en particular, para este caso, con lo que sobre
la materia se dispone en el Pacto de San José y el PIDCP9.
Desde esa perspectiva puede señalarse que, ni la Convención, ni el Pacto, contienen la
prohibición de que los ordenamientos jurídicos de los estados parte establezcan la posibilidad de
apelar la sentencia absolutoria en materia penal, ni de esos instrumentos se desprende una
interpretación de la garantía del non bis in ídem que sea contraria a la que se ha plasmado en el
apartado precedente de esta providencia.
Ambos instrumentos son explícitos al señalar que la garantía del non bis in ídem procede frente a
sentencias ejecutoriadas y si bien el derecho a impugnar la sentencia condenatoria se ha
establecido a favor del sindicado , nada de lo dispuesto en esos tratados se opone a que los
estados establezcan, además, la posibilidad de apelar la sentencia absolutoria, eventualidad que,
por otra parte, encuadra dentro de la concepción de lo dispuesto en esas convenciones
internacionales como garantías mínimas, que no pueden desconocerse, pero si ampliarse y
extenderse a otros supuestos, para el desarrollo de valores y principios que, contenidos en los
ordenamientos internos, son expresión, también, del ordenamiento internacional.
Esa posibilidad, finalmente, no solo, entonces, no resulta contraria al tenor literal de los tratados
invocados por el demandante, sino que, además, obedece a postulados que los mismos
instrumentos consagran y que hacen parte de un amplio consenso internacional orientado a la
consecución de la verdad, la justicia y la reparación.
De este modo la corte concluye, que , ni de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, ni
del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, se deprede una prohibición para los Estados
parte de establecer la posibilidad de apelar sentencia absolutoria en materia penal, posibilidad
que tampoco resulta contraria a la garantía del non bis in ídem consagrada en la Constitución e
9Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Adoptado y abierto a la firma, ratificación y adhesión por la Asamblea General en su resolución 2200 A (XXI), de 16 de
diciembre de 1966. Entrada en vigor: 23 de marzo de 1976, de conformidad con el artículo 49 Lista de los Estados que han ratificado el pacto
interpretada a la luz de los tratados internacionales suscritos por el Estado colombiano. En
consecuencia, habrá de declararse la exequibilidad de las expresiones acusadas, por los cargos
estudiados en esta providencia.
4. COMENTARIO (C): Análisis de determinados ámbitos interesantes de la Sentencia. Debe ser
principalmente jurídico, pero también puede hacerse un análisis social, histórico, económico,
etc. Refiérase aquí sobre Innovación de la decisión; o una paradoja, error, incoherencia o cambio
jurisprudencial; su implicación con respecto de algo; etc. (No se trata de explicar qué tan de
acuerdo se siente usted frente a la decisión).
Respecto a las pretensiones del ciudadano Juan Carlos Arias Duque demandó, quien impetra
demanda, según su juicio y criterio, al considerar que el calificativo de “absolutorio” descrito en
los artículos 176 y 177 en la ley 906 de 2004, considerando una viola el artículo 29 de la
Constitución Política, toda vez que al permitir que los actos de una persona que está siendo
acusada dentro de un proceso penal sean sometidos en más de una ocasión al criterio de un juez,
de igual forma infiere el accionante que “…si el juez de primera instancia ha decidido absolver al
acusado en un escenario como el establecido por el artículo constitucional referido, no es posible
que “dentro de un proceso de deliberación secreto, cerrado, sin ninguna relación de inmediación
con las pruebas, sin ninguna garantía”, el juez de segunda instancia decida condenar.”
En atención a lo citado anteriormente citado y que fue el motivo de la demanda, es preciso
indicar que el accionante, hace juicios subjetivos que lo toma personales con el desconocimiento
dogmático de la norma jurídica, lo cual se denota en la forma como fundamenta sus pretensiones,
dejando entrever que la subjetividad, como la percepción y valorización personal y parcial, que él
como ciudadano tiene respecto a los asuntos a resolver; dejando ver sus ideas, pensamientos,
aspectos culturales se pueden superponer o estar por encima de la norma jurídica.
De lo anterior podríamos indicar que la demanda nacer en pretensiones producto de la
subjetividad, que el ciudadano asocia e incorporan emociones y sentimientos al expresar ideas,
pensamientos o percepciones sobre casos judiciales o experiencias, que él considera fueron
fallados en derecho, pero que en su percepción vulneran algunos de los derechos fundamentales
consignados en la carta.
En filosofía, la subjetividad es considerada una propiedad intrínseca del conocimiento, ya que este
se constituye de argumentos y experiencias que emanan desde la percepción de alguien. En
psicología, la subjetividad es lo que es propio del sujeto singular. Esto quiere decir que la
subjetividad es humana, ya que todos presentan un punto de vista. A pesar de la elaboración de
parámetros para definir con mayor exactitud lo que se considera verdadero u objetivo, los
intereses y las motivaciones afectarán inevitablemente cualquier respuesta, conclusión o
conocimiento.
Así las cosas, tal como lo ha establecido la Corte Constitucional , la Carta Política le ha atribuido al
legislador la facultad de regular los recursos ordinarios y extraordinarios, lo cual constituye un
desarrollo del principio constitucional de la doble instancia, establecido en el artículo 31 de la
Carta y es garantía, a su vez, de los derechos a la defensa, de contradicción y al debido proceso.
Así, considera que no se viola el principio del non bis in ídem, ya que la apelación no debe
entenderse como un segundo juzgamiento, sino como la posibilidad de que se confirme o se
revoque la decisión impugnada, para realizar justicia en el caso concreto.
Se considera que no se viola el principio del non bis in ídem, ya que la apelación no debe
entenderse como un segundo juzgamiento, sino como la posibilidad de que se confirme o se
revoque la decisión impugnada, para realizar justicia en el caso concreto.
Abordado la afirmación que hace el accionante, que a nuestro juicio tal aseveración resulta
temeraria toda vez que afirma,
“... que la inclusión de la expresión “absolutoria” en las normas demandadas,
desconoce lo establecido por los artículos 93 y 94 de la Constitución, como quiera que
en el campo internacional el derecho a la impugnación sólo se reconoce a favor del
condenado”.
Se puede considerar que el demandante, conoce muy poco sobre el bloque de constitucionalidad
y la interpretación, como la aplicación de este en Colombia, por lo que la corte acatando las
recomendaciones del Ministerio de Interior y Justicia, Organismos de Control del Estado,
Corporaciones e Instrucciones de educación superior, no encontraron que se vulneran los artículos
93 y 94 de la Constitución, ya que los pactos internacionales enunciados por el demandante no
prohíben la apelación de las sentencias absolutorias.
En efecto, el hecho de que el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos no consagre
expresamente la posibilidad de apelar la sentencia absolutoria, no puede entenderse como una
prohibición de que ello sea así, ya que éstos tratados lo que establecen son “mínimos de garantía
que un Estado puede manejar aumentando el nivel de protección, pero nunca reduciéndolo”.
Así, no es posible que en Colombia se prohíba la apelación de sentencias condenatorias, pero
nada impide que la apelación se extienda a los fallos absolutorios. En el mismo sentido, las normas
contenidas en estos instrumentos y que se relacionan con la garantía del non bis in ídem, exige la
firmeza de la decisión, lo cual, en su concepto, no sucede en el caso del trámite de la segunda
instancia.
Para terminar, el demandante, sostiene que las normas acusadas pretenden asegurar los derechos
de las víctimas, quienes directamente o por intermedio de la Fiscalía o el Ministerio Público,
pueden buscar la protección de sus derechos a la justicia y a la verdad. En ese sentido y dado que
las limitaciones del derecho a la doble instancia deben responder a unos criterios razonables , el
interviniente considera que permitir al procesado el ejercicio del recurso de apelación y privar a la
víctima o a sus representantes del mismo, constituye un trato discriminatorio que atenta contra el
principio de igualdad procesal.
Por las razones expuestas, fue acertada la decisión de la corte al constitucional respecto de las
normas acusadas, toda vez que las pretensiones del accionante carecen de forma sustancial y
normativa, en el entendido que cada una de ellas gozan de exequibilidad (lat. exsequibilis), lo que
manifiesta que cada uno de los articulados y las leyes que motivaron la demanda, están acorde y
su contenido se ajusta a la Constitución Política del 91.