Documento (2361) PDF
Documento (2361) PDF
Documento (2361) PDF
EN EL PRIMER OTROSÍ:
ACOMPAÑA DOCUMENTOS. EN EL SEGUNDO OTROSÍ: TÉRMINO DE PRUEBA.
ERNESTO FUENTES GONZÁLEZ, abogado, por la reclamada, en autos por reclamo de ilegalidad
municipal, causa Rol de Ingreso de Corte número 58-2021, caratulados “AGRÍCOLA PELVÍN con
ILUSTRE MUNICIPALIDAD DE PEÑAFLOR”, a SS Ilustrísima, respetuosamente, digo:
Que, al tenor de lo dispuesto en el artículo 151, letra f) de la ley número 18.695, Orgánica
Constitucional de Municipalidades, vengo en evacuar el traslado conferido en autos a esta parte por
SS Ilustrísima, y notificado con fecha 02 de agosto de 2021, contestando el reclamo de ilegalidad
interpuesto por el actor, solicitando a vuestro ilustrísimo tribunal que este sea rechazado, en todas sus
partes, con expresa y ejemplar condena en costas.
Las causales anteriormente señaladas y que legitiman la acción de reclamo, se justifican en la medida
que se trate de resoluciones u omisiones del Alcalde o los funcionarios que transgredan el
ordenamiento jurídico de un modo especialmente grave, ya sea por porque son ilegales y transgreden
el interés general o porque siendo igualmente ilegales agravian un derecho cierto y determinado. Lo
dicho no quiere decir ni implica afirmar que otros actos ilegales municipales no puedan ser objeto de
reparo, muy por el contrario, importa que serían otras las vías idóneas para perseguirlas, a modo
puramente ejemplar: Acción de Protección Constitucional, Reclamación ante Seremía de Vivienda y
Urbanismo por resoluciones del Director de Obras Municipales, entre otras.
Del análisis de la norma recién transcrita queda claro que la acción de la Sociedad Agrícola Pelvín
Limitada, no cumple con el estándar exigido por la norma; así el Decreto Alcaldicio N° 302 de 2021,
no afecta el interés general referido en la letra a), entendido éste como “el funcionamiento adecuado
de las instituciones de la República , de manera tal que puedan cumplir con eficacia sus requerimientos
y atender prontamente sus necesidades” (CS Rol 3.016 /2000, Gaceta de los Tribunales N° 249, Marzo
de 2001, página 30). Es más, la indicada sociedad no argumenta dicha infracción, esto es, no explica
como el indicado acto administrativo importa una infracción a dicho concepto jurídico, sino muy por el
contrario, sostiene que supuestamente se habría dañado su derecho de propiedad sobre la Parcela
24, lo que es lo mismo su interés particular, concepto que se opone al interés general de la comuna.
Despejado lo anterior, corresponde determinar si el acto administrativo cuestionado se encuentra en
la hipótesis de la letra B, es decir, si se trata de una resolución u omisión de funcionarios municipales,
pues bien, desde el momento que impugna un decreto alcaldicio, se debe descartar dicha causal.
Lo anterior, sin considerar que el recurrente expresa que por medio del presente reclamo de ilegalidad
municipal, impugna el Decreto Alcaldicio N° 302, del 08 de Marzo de 2021, y el Oficio N° 361/23
mediante el cual se le notificó el referido decreto con fecha 26 de marzo de 2021, es decir, junto con
cuestionar sin legitimación activa el decreto, también se cuestiona un oficio, el cual conforme al Artículo
3° de la Ley N° 19.880 no es acto administrativo, tampoco contiene o emite una decisión, simplemente
es un medio para remitir un instrumento denominado decreto, el cual si es una decisión de la autoridad
edilicia; y, por vía de consecuencia, el oficio no es susceptible de ser cuestionado, por cuanto el oficio
aludido no resuelve cuestión alguna, tomando una decisión fija y decisiva.
b.- De la Admisibilidad.
El Artículo 151 inciso tercero de la Letra d), de la Ley N° 18.695, señala “El reclamante señalará en
su escrito, con precisión, el acto u omisión objeto del reclamo, la norma legal que se supone infringida,
la forma como se ha producido la infracción y, finalmente, cuando procediere, las razones por las
cuales el acto u omisión le perjudican”.
Los requisitos enunciados, atienden a una característica del Reclamo de Ilegalidad, que es la
formalidad, el origen de esta característica proviene del tenor literal de la letra d) del artículo 151, que
exige al reclamante señalar en su escrito, con precisión, el acto u omisión objeto del reclamo, la norma
legal que se supone infringida, la forma cómo se ha producido la infracción y, finalmente, cuando
procediere, las razones por las cuales el acto u omisión le perjudican. Además, se ha justificado esta
exigencia a partir de la presunción de legalidad de los actos administrativos, ello ha significado que el
Reclamo o Recurso de Ilegalidad Municipal hubiera sido caracterizado como de derecho estricto, al
punto que “en su interposición deben observarse necesariamente determinas formalidades legales, so
pena de ser declarado inadmisible, hallándose limitada la competencia del tribunal ad quem por la
causal o causales invocadas como fundamento del respectivo recurso” (Manual de Derecho Procesal
Tomo IV, Mario Casarino Viterbo, Editorial Jurídica, Quinta Edición, pag. 361), de manera tal que una
formalización deficiente, debe llevar necesariamente a la declaración de inadmisibilidad (CA de San
Miguel en Sociedad Megaridos Limitada con Alcalde de San Bernardo, Rol 07-94, Gaceta Jurídica N°
182, Agosto de 1995, pag. 97 y siguientes). Sostener lo contrario, como lo señala el Profesor Juan
Carlos Ferrada, “transformaría el reclamo de ilegalidad en una acción informal, similar a la Acción o
Recurso de Protección u otras de naturaleza análoga, que por la entidad de los bienes jurídicos
protegidos y los fines perseguidos por las mismas admiten una mayor flexibilidad en sus requisitos de
admisibilidad”
Así, la Corte de Santiago, en sentencia de 21 de diciembre de 2009, indicó: "cabe el rechazo del
reclamo de ilegalidad deducido (...) si del examen del mismo surge que en su elaboración no se han
observado a cabalidad requisitos legales imperativos, entendiendo por ellos tanto el señalamiento de
la norma legal vulnerada como el modo en que se produciría la infracción que se aduce, motivo por el
que no puede prosperar" (Corte de Santiago, 21 de diciembre de 2009, Rol N° 1662-209, "Manquecoi
Jaramillo, Patricia R. con Alcalde de la I. Municipalidad de Santiago". En el mismo sentido: C. Santiago,
17 de enero de 1991, Rol N° 1566-1990, "Copropietarios de edificio de departamentos calle Diego
Velásquez N° 2179-2167 con Municipalidad de Providencia"; C. Santiago, 20 de mayo de 1991, Rol
N° 18-90, "Empresa Constructora Litco Limitada con Municipalidad de La Florida"; C. Valparaíso, 26
de enero de 2010, Rol N° 1746-2008, "Gatica Illanes, Carlos con Municipalidad de Concón".
En el mismo sentido, don José Fernández Richards en Derecho Municipal Chileno (Editorial Jurídica,
primera Edición, año 2003) señala que el reclamo de ilegalidad es especialísimo y excepcional, por
las causales en que se sostiene y en el carácter de la ley que lo contiene.
En la situación de marras, ocurre que el acto u omisión objeto del reclamo, no afecta negativamente
el interés general ni constituye acción u omisión de los funcionarios municipales; en cuanto a las
razones por las cuales el acto le afecta, dejando de lado, la referencia sin base legal al Oficio de
notificación, se señala que afectaría el derecho de propiedad de Agrícola Pelvín Limitada sobre la
denominada Parcela 24, Rol 311-087, lo cual no es efectivo, como se señalará a continuación, dado
que el cuestionamiento se funda en un torpe estudio de títulos.
c.- Del Agravio. Error en la Apreciación de Supuesta Afectación de la Parcela 24, Rol SII 311-87
El punto central del recurrente o más bien el agravio, es que el Decreto Alcaldicio N° 302 de 2021,
habría afectado su interés particular, consistente en el derecho de propiedad sobre la Parcela 24,
inscrita a Fojas 2.562 vuelta N° 2641 del Registro de Propiedad de 2008 del Conservador de Bienes
Raíces de Peñaflor, enrolada para los efectos del pago de contribuciones bajo el N° 311-87.
No obstante, es dable señalar que el recurrente y sus apoderados incurren en un error grave en el
estudio de títulos, planimetría y decreto, por cuanto de acuerdo a Planimetría que se señala, y como
expresa el decreto en cuestión, las coordenadas geográficas de la Reserva Natural Municipal
(indistintamente Reserva o Renamu), no tocan en parte alguna al inmueble en cuestión, toda vez que
este se ubica al sur del Puente Pelvín y la Reserva se emplaza precisamente al norte de dicha obra
pública y a continuación de la reserva Cora respectiva. Dicho de un modo diferente, la Reserva Natural
Municipal se ubica entre el cauce y las propiedades enroladas bajo los números 311-20 y 311-26,
cuyos certificados de avalúo se adjuntan.
Del examen comparativo de los títulos, planchetas y certificados de avalúo del Servicio de Impuestos
Internos, Plano aprobado por la Dirección de Obras Municipales, que se acompaña, con el título de
propiedad citado sublite, es posible colegir que la Propiedad denominada Parcela 24, rol 311-87 no ha
sido ni remotamente afectada por el Decreto Alcaldicio N° 302 de 2021, pues se emplaza a no menos
de 900 metros del punto más meridional del polígono correspondiente a la Renamu, por lo que parece
ser que estamos frente a una reacción destemplada y fundada en una errónea interpretación legal,
que concibe el derecho de propiedad como una suerte de patente de corso, que ha impulsado al
representante de Agrícola Pelvín Limitada, a ingresar al lecho y cauce del río con maquinaria,
incurriendo en la destrucción de los sistemas ecológicos que proporciona el Río Mapocho.
Ahora bien, sin perjuicio de los insalvables errores de la recurrente sobre cuestiones sustanciales de
Derecho Público, resulta importante hacer presente que desde el momento en que la Municipalidad
de Peñaflor manifestó su intención de ejercer sus derechos de administración sobre el lecho y cauce
del Río Mapocho, el Sr. Felipe Sánchez Noguera, en una calidad jurídica que desconocemos, inició
una serie de gestiones tendientes a obstaculizar el ejercicio de las potestades públicas que nos
corresponden para asegurar el uso y goce a todos los peñaflorinos, para lo cual modificó
unilateralmente el camino Cora, dañó intencionalmente la flora y fauna del lugar, alterando los
sistemas y hábitats existentes. En conclusión, el Sr. Felipe Sánchez Noguera, ya no en la
representación de Agrícola Pelvín Limitada, sino como persona natural, se ha comportado de un modo
completamente antisocial.
Aún, cuando, los actos de la administración se presumen legales, se ha considerado hacer referencia
a la temeraria aseveración en cuanto a que, el Decreto Alcaldicio N° 302 de 2021, fue dictado por el
Alcalde con infracción de norma, ignorando, dos aspectos centrales:
1.- El acto en cuestión no requiere acuerdo del Concejo Municipal, pues como lo indica con evidente
claridad el Artículo 79 letra K de la LOC de Municipalidades, se requiere dicho acto esencial “para la
asignación y cambio de denominación de los bienes municipales y nacionales de uso público bajo su
administración, como, asimismo, de poblaciones, barrios y conjuntos habitacionales del territorio
comunal”. En el caso en comento, no hay asignación ni cambio de nombre, que es el significado que
en su primera acepción, le da a dicha voz el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española,
conclusión que es concordante con el resto de la disposición al expresar “como, asimismo, de
poblaciones, barrios y conjuntos habitacionales del territorio comuna”. Al utilizar el elemento lógico de
hermenéutica legal que indica que “El contexto de la ley servirá para ilustrar el sentido de cada una de
sus partes, de manera que haya entre todas ellas la debida correspondencia y armonía”, no queda
más que interpretar del modo en que esta parte lo hace.
2.- Algo que parece desconocer el recurrente, es que el Acuerdo a que se refiere el Artículo 79 Ley
N° 18.695, puede ser de dos tipos: real o ficto, siendo esto último lo que precisamente ocurrió en el
caso de marras, pues el Alcalde no obstante no ser obligatorio, presentó en dos oportunidades la
propuesta al Concejo Municipal, en sendas sesiones ordinarias, N° 147, y N° 149, por lo que no
habiendo sido ni aprobado ni rechazado, tiene lugar la hipótesis contemplada en el Artículo 82 inciso
final, por lo que la referencia, sin base, sobre un supuesta ilegalidad, no es más que la consecuencia
de su falta del nulo conocimiento del derecho municipal, sostenido a la espera que un golpe de suerte
le permitiera invalidar el acto administrativo en cuestión al margen de la Ley N° 19.880.
3.- En líneas gruesas puede decirse que un acto es ilegal, cuando su contenido se aparta del
ordenamiento jurídico. El acto debe contrastarse con el derecho, sin que pueda justificarse su
impugnación en razones de mérito, oportunidad o conveniencia. La ilegalidad de un acto tiene un
carácter complejo. Así, por una parte, puede considerarse que es ilegal aquel acto cuyos presupuestos
fácticos de las normas que han servido a la Administración no se han efectivamente producido
(Escribano Collado, 1993, pp. 364-365). La jurisprudencia ha conducido esta hipótesis a la falta de
fundamentación del acto, estableciendo que, si los hechos que lo sustentan no se han producido, se
infringe el deber de justificación que atañe a toda la actividad administrativa, así se dijo en fallo de la
Corte Suprema, de 20 de abril de 2011, “…si la Administración basó una decisión discrecional -como
lo es la contenida en el artículo 65 letra ñ) de la Ley N° 18.695- en determinados hechos que no fueron
comprobados, la legalidad de aquella decisión se encuentra afectada por falta de fundamentación”
(Ricardo Escobar Pérez con el Sr. Alcalde de la Municipalidad de San Joaquín, 2011, Considerando
11) “En rigor el acto es ilegal, no porque carezca de motivación, sino porque los supuestos materiales
necesarios para el ejercicio de las potestades administrativas no se han verificado.
De lo anterior, podemos colegir que el decreto es ajustado además a la legalidad formal como
sustancial.
El dominio público inmueble, es complejo, porque tiene categorías distintas, sin entrar en el análisis
interno o más propio del derecho administrativo; el Artículo 589 del Código Civil, distingue -a partir del
parámetro “uso”- dos tipos de bienes nacionales, a saber: bienes públicos y bienes del Estado o
Fiscales, normalmente los segundos están sometidos al régimen de propiedad inscrita. El Río
Mapocho, es un Bien Nacional de Uso Público.
En relación con los bienes nacionales de uso público, lo que prima es que es el legislador quien
determina, por regla general, cuáles bienes son nacionales de uso público, las características que
deben cumplir para ser tales y las normas que los regulan. Es más, los bienes nacionales de uso
público no se encuentran inscritos ni requieren inscripción en los registros de propiedad de
los Conservadores de Bienes Raíces a nombre del Estado.
El dominio público fluvial comprende todas las aguas de los ríos del territorio nacional, que no son
privados, esto es, los que nacen y mueren dentro de una misma heredad. De conformidad al
Art.595.CC, todas las aguas son bienes nacionales de uso públicos, lo que es concordante con el
Artículo 589 del mismo cuerpo legal, que señala “Se llaman bienes nacionales aquellos cuyo dominio
pertenece a la nación toda. Si además su uso pertenece a todos los habitantes de la nación, como el
de calles, plazas, puentes y caminos, el mar adyacente y sus playas, se llaman bienes nacionales de
uso público o bienes públicos”. En resumen, los ríos son bienes nacionales de uso público, los
derechos del Fisco se ejercen a través del Ministerio de Bienes Nacionales, a quien junto con
corresponderle afectar o desafectar un inmueble fiscal, tiene el deber de velar por que se respeten y
conserven para el fin a que estén destinados. Lo señalado sin perjuicio de la administración de los
mismos, que puede estar radicados en distintos órganos y del derecho de aprovechamiento sobre el
recurso agua constituido conforme al Código del ramo. Lo anterior, no implica que estén sometidos al
sistema registral o de posesión inscrita, a diferencia de la regla general en lo que respecta a los bienes
de propiedad privada.
En una primera aproximación, el Diccionario de la Real Academia de La Lengua Española, define Río
como "una corriente natural de agua continua y más o menos caudalosa que va a desembocar en otra,
en un lago o en el mar", idea que viene en destacar sus elementos esenciales, a saber: corriente de
agua, continua, medible en metros cúbicos y que tiene un inicio y un final.
a) Lecho
b) Cauce
c) Caja
De acuerdo a lo prescrito en la Letra B N°4 del Decreto Supremo N° 609 de 1979 del Ministerio de
Bienes Nacionales:
● Se considera lecho o álveo, la porción de tierra por la que permanentemente corren sus aguas.
● Constituye cauce, la superficie que el agua ocupa y desocupa alternativamente en sus
crecidas periódicas ordinarias.
● Caja áreas ocupadas por las creces extraordinarias, aquellas de rara ocurrencia y que se
deban a causas no comunes, producidas sin regularidad, durante períodos, en general,
mayores de cinco años. Los terrenos ocupados y desocupados alternativamente en estas
creces extraordinarias, no se considerarán cauce de ríos, lagos y esteros y, por tanto,
pertenecen a los propietarios riberanos, sin perjuicio de las restricciones que dispongan los
instrumentos de planificación territorial.
e.-Dominio Público y Ausencia De Régimen Registral de los BNUP:
El dominio público sobre los bienes nacionales de uso público, a diferencia de los bienes fiscales o
municipales, nace y garantiza por el sólo ministerio de la ley, careciendo de sistema de propiedad
inscrita. El alcance del art. 590 del Código Civil dispone que son “bienes del Estado todas las tierras
que, estando situadas dentro de los límites territoriales, carecen de otro dueño”, configura una norma
de general aplicación, cuya concreción, en el caso de un predio específico, exigiría la existencia de
una inscripción a nombre del Fisco respecto del mismo, y sólo en el evento de que ésta no concurriere
sería posible hacer uso de la presunción en ella contenida y, únicamente entonces, entender que en
su mérito el bien raíz señalado es de dominio fiscal.
Esta afirmación invita a preguntarse por la función de la regla del art. 590 del citado cuerpo legal y
cómo ella se relaciona con el resto del sistema de propiedad inmobiliaria previsto por el mismo Código;
así el art. 590 del CC comporta una presunción a favor del Estado: cualquier bien que, situado dentro
de los límites del país carece de dueño, pertenece por defecto al Estado. Todo parece indicar que
dicha presunción es de derecho, de manera que no admite prueba en contrario. Cuestión distinta es
que quien disputa el dominio al Estado pueda contradecir la premisa sobre la que se funda la
presunción, esto es, que el predio sí tiene un dueño y, por ende, no es fiscal. Ahora bien, el artículo
590 del Código Civil, es una regla de cierre del sistema de titularidad sobre bienes raíces y pretende
que no exista en el país ningún bien de este tipo que carezca de dueño. Es el anhelo que Andrés Bello
dejó expresado en el Mensaje que precede al mencionado Código, esperando el día en que
inscripción, posesión y propiedad fuesen términos idénticos.
El modo de adquirir a favor del Estado es, por tanto, la ley, que atribuye de manera originaria el dominio
sobre los bienes que no pertenecen a nadie. En Chile no hay, por tanto, bienes raíces sin dueño,
porque todos tienen uno. De esto se sigue que el Estado, cuando alega la propiedad sobre un predio,
no necesita demostrar el dominio sobre él, más que con la invocación del referido artículo 590 del
Código Civil, sin que sea necesaria inscripción alguna. A su vez, esta norma comporta una excepción
a aquella otra presunción del art. 700, inciso segundo, del mencionado cuerpo normativo, según la
cual el poseedor se reputa dueño mientras otra persona no justifique serlo, de manera que quien litigue
contra el Estado, pese a ser poseedor, debe demostrar su dominio y contradecir así la titularidad legal
que beneficia al Estado. Por cierto, la ausencia de inscripción no significa que un predio carezca de
dueño y que, en consecuencia, por ese solo hecho se transforme en un bien fiscal de acuerdo con el
art. 590 del Código Civil. Solamente son tales, aquellos que no tienen otro propietario, esto es, aquellos
donde no hay ninguna persona distinta del Estado que pueda demostrar su dominio según las reglas
generales.
Lo anterior, dado que, respecto de los BNUP, cuando la determinación no ha sido efectuada por el
Ministerio de Bienes Nacionales del modo señalado en el Artículo 3 del DS 609, rigen los parámetros
generales del Artículo 4, utilizados regularmente por el Departamento de Defensas Fluviales del MOP,
la Armada de Chile y los Municipios; ello por cuanto la facultad ministerial es discrecional. En resumen,
la regla general es que no existe la determinación que ridículamente se pretende respecto de los
bienes nacionales de uso público, exigir semejante cosa, es demostrativo que los asesores legales de
la recurrente no conocen el funcionamiento presupuestario del Estado de Chile, porque no hay
recursos para ello, por eso la norma lo deja a la discrecionalidad, expresando “para determinar el
cauce cuando lo estime pertinente” y procede a aplicar el Artículo 4 Letra B de dicho cuerpo
reglamentario. Precisamente, lo que no comprende el recurrente, es el sentido y alcance de los
mencionados artículos 3 y 6 del DS 609 de 1979 de Bienes Nacionales, para lo cual nos permitimos
la siguiente infografía:
A mayor abundamiento y con la intención precisa de proteger la flora y la fauna, a los visitantes del
Río Mapocho y evitar la usurpación de terrenos públicos como ha ocurrido en el sur del país por parte
de otros empresarios; con fecha 8 de Marzo de 2021, se procedió a dictar el Decreto Alcaldicio N°
302, que declaró Reserva Natural Municipal, en el polígono que se indicará, el cual corresponde a un
bien nacional de uso público; acto administrativo, que además fue informado a los Ministerios de
Medioambiente, Vivienda y Urbanismo, Bienes Nacionales, Agricultura y a la Intendencia Regional
Metropolitana.
4.- LAS OBLIGACIONES MEDIOAMBIENTALES DEL MUNICIPIO:
a.- Generales:
Como órganos de la Administración del Estado, deben cumplir funciones, entre otras, de protección
medioambiental, por ello se dictó el Decreto Alcaldicio N° 302, que declaró Reserva Natural Municipal,
el polígono ahí señalado, cuya planimetría se adjunta, terrenos los cuales corresponden a un bien
nacional de uso público, declaratoria que además fue informada a los Ministerios de Medioambiente,
Vivienda y Urbanismo, Bienes Nacionales, Agricultura y a la Intendencia Regional Metropolitana. Lo
anterior considerando la necesidad de proteger la flora y la fauna, dar protección a los visitantes del
Río Mapocho y evitar la usurpación de terrenos públicos como ha ocurrido en el sur del país.
Es importante resaltar que se trata de una obligación de derecho público, pues la omisión de la misma
implica responsabilidad. A tal punto llega la protección dispuesta por la Ley N° 21.202, que modificó
el Artículo 10 de la Ley N°19.300, estableciendo:
Por su parte, el Artículo 60, inciso cuarto, de la ley general de urbanismo y construcciones, prescribe:
"Todo instrumento de planificación territorial deberá incluir los humedales urbanos existentes en cada
escala territorial en calidad de área de protección de valor natural, para efectos de establecer las
condiciones bajo las que deberán otorgarse los permisos de urbanizaciones o construcciones que se
desarrollen en ellos" y no sólo los que aprueben las entidades edilicias.
Los beneficios de los humedales son muchos, entre ellos, mitigación de cambio climático, mantención
de biodiversidad, establecimiento de zonas de nidificación y paso de aves, control de inundaciones y
deslizamiento de tierras, descontaminación de aguas, apoyo a cultivos tradicionales, atractivo para
turismo y presencia de especies de pesca, por mencionar sólo algunos.
En razón de lo precedente, con fecha 30 de julio de 2020, el Ministerio del Medio Ambiente, establece
el reglamento de la ley N° 21.202, que modifica diversos cuerpos legales con el objetivo de proteger
los humedales urbanos, norma que fue publicada en el Diario Oficial de 24 de noviembre del mismo
año. En ese contexto, el humedal El Trapiche, se encuentra en vías de ser declarado como humedal
urbano, en el marco de la mencionada ley N° 21.202, tal como señala, a modo ejemplar, el
Memorándum DFZ N° 50, de 20 de mayo de 2021, del Jefe de División de Fiscalización y conformidad
ambiental, de la Superintendencia de Medio Ambiente, polígono que, para fines de protección y
conservación, corresponde a:
De acuerdo la Ley N° 21.202, desde la solicitud hasta el pronunciamiento del Ministerio del Medio
Ambiente, la Municipalidad podrá postergar la entrega de permisos de subdivisión, loteo o
urbanización predial y de construcciones en los terrenos en que se encuentren emplazados, de
acuerdo al procedimiento establecido en el Artículo 117 de la Ley General de Urbanismo y
Construcciones. (Artículo 3° inciso I).
4.- LOS ACTOS ILEGALES DEL RECLAMANTE EN LO RELATIVO O A PROPOSITO DEL AL RIO
MAPOCHO, EN EL SECTOR CORRESPONDIENTE A LA RENAMU
Es importante señalar que, durante el año 2020, de forma permanente, don Felipe Sánchez Noguera,
representante de la actora, ha ingresado, de forma ilegal, maquinaria al cauce y lecho del Río
Mapocho, en el sector correspondiente a lo que actualmente es la Reserva Natural Municipal, en la
misma área indicada ut supra, razón por la que se evalúa la posibilidad de interponer acciones legales
de carácter penal, en su contra.
Además, y de forma constante y contumaz se ha negado a dar las facilidades a que se refiere el
artículo 13, inciso primero, del decreto ley N° 1.939, de 1977, del Ministerio de Tierras y Colonización
hoy Bienes Nacionales, que dispone “Los propietarios de terrenos colindantes con playas de mar, ríos
o lagos, deberán facilitar gratuitamente el acceso a éstos, para fines turísticos y de pesca, cuando no
existan otras vías o caminos públicos al efecto”; por lo que éste Municipio en su oportunidad ejercerá
las acciones que correspondan sin perjuicio de lo prescrito en la Ley N° 18.450 sobre Obras Públicas.
POR TANTO, y en mérito de lo expuesto, y de lo dispuesto por el artículo 151, letra f) y demás
disposiciones legales citadas en el cuerpo de esta presentación, RUEGO V.S. ILUSTRÍSIMA, tener
por contestado, dentro del plazo legal, el reclamo de ilegalidad interpuesto por don Nicolás Pablo Tagle
Swett, en representación convencional de Agrícola Pelvín Limitada, rechazándolo en todas sus partes,
con expresa condena en costas, por manifiestamente infundado, toda vez que los actos impugnados,
decreto alcaldicio número 302, de 8 de marzo de 2021, y oficio N° 361/23, de 26 de marzo de la misma
anualidad, no adolecen de vicio de legalidad alguno.
PRIMER OTROSÍ: SÍRVASE S.S. ILUSTRÍSIMA, tener por acompañados, de forma legal, los
siguientes documentos:
1. Acta de sesión ordinaria N°147, del Concejo Municipal de Peñaflor, de 5 de enero de 2021.
2. Acta de sesión ordinaria N°149, del Concejo Municipal de Peñaflor, de 19 de enero de 2021.
3. Memorándum DFZ N°50/2021, de Rubén Verdugo Castillo, Jefe de la División de Fiscalización
y Conformidad Ambiental, de la Superintendencia del Medio Ambiente.
SEGUNDO OTROSÍ: A SS Ilustrísima pido, según lo dispuesto en el artículo 151, letra f), de la ley
número 18.695, Orgánica Constitucional de Municipalidades, si y solo si lo estima necesario, abrir un
término de prueba, a fin de que esta parte pueda acompañar la documentación que da cuenta de la
actuación municipal indicada en lo principal de este escrito.