Arte
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1.ª parte
49:25
2.ª parte
44:40
3.ª parte
49:51
4.ª parte
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artículo (concretamente del 15 de octubre de 2021) y no refleja las posibles
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El arte (del latín ars, artis, y este calco del griego τέχνη, téchnē)1 es entendido
generalmente como cualquier actividad o producto realizado con una finalidad
estética y también comunicativa, mediante la cual se expresan ideas, emociones y,
en general, una visión del mundo, a través de diversos recursos, como los
plásticos, lingüísticos, sonoros, corporales y mixtos.2 El arte es un componente de
la cultura, reflejando en su concepción las bases económicas y sociales, y la
transmisión de ideas y valores, inherentes a cualquier cultura humana a lo largo
del espacio y el tiempo. Se suele considerar que con la aparición del Homo sapiens
el arte tuvo en principio una función ritual, mágica o religiosa (arte
paleolítico), pero esa función cambió con la evolución del ser humano, adquiriendo
un componente estético y una función social, pedagógica, mercantil o simplemente
ornamental.
La noción de arte continúa sujeta a profundas disputas, dado que su definición está
abierta a múltiples interpretaciones, que varían según la cultura, la época, el
movimiento, o la sociedad para la cual el término tiene un determinado sentido. El
vocablo ‘arte’ tiene una extensa acepción, pudiendo designar cualquier actividad
humana hecha con esmero y dedicación, o cualquier conjunto de reglas necesarias
para desarrollar de forma óptima una actividad: se habla así de “arte culinario”,
“arte médico”, “artes marciales”, “artes de arrastre” en la pesca, etc. En ese
sentido, arte es sinónimo de capacidad, habilidad, talento, experiencia. Sin
embargo, más comúnmente se suele considerar al arte como una actividad creadora del
ser humano, por la cual produce una serie de objetos (obras de arte) que son
singulares, y cuya finalidad es principalmente estética. En ese contexto, arte
sería la generalización de un concepto expresado desde antaño como “bellas artes”,
actualmente algo en desuso y reducido a ámbitos académicos y administrativos. De
igual forma, el empleo de la palabra arte para designar la realización de otras
actividades ha venido siendo sustituido por términos como ‘técnica’ u ‘oficio’. En
este artículo se trata de arte entendido como un medio de expresión humano de
carácter creativo.
Índice
1 Concepto
1.1 Evolución histórica del concepto de arte
1.2 Visión actual
2 Clasificación
3 Elementos del fenómeno artístico
4 Disciplinas artísticas
5 Estilos artísticos
6 Géneros artísticos
7 Técnicas artísticas
8 Restauración
9 Estética
10 Sociología del arte
11 Psicología del arte
12 Crítica de arte
13 Historiografía del arte
14 Historia del arte
14.1 Arte en la prehistoria (ca. 25000-3000 a. C.)
14.2 Arte antiguo (ca. 3000-300 a. C.)
14.3 Arte clásico (1000-300 d. C.)
14.4 Arte en la Alta Edad Media (siglo IV-siglo X)
14.5 Arte en la Baja Edad Media (900-1400)
14.6 Arte en la Edad Moderna (1400-1800)
14.7 Arte no europeo
14.8 Arte en la Edad contemporánea (1800-actualidad)
15 Véase también
16 Referencias
17 Bibliografía
18 Enlaces externos
Concepto
Artículo principal: Teoría del arte
Con el manierismo comenzó el arte moderno: las cosas ya no se representan tal como
son, sino tal como las ve el artista. La belleza se relativiza, se pasa de la
belleza única renacentista, basada en la ciencia, a las múltiples bellezas del
manierismo, derivadas de la naturaleza. Apareció en el arte un nuevo componente de
imaginación, reflejando tanto lo fantástico como lo grotesco, como se puede
percibir en la obra de Brueghel o Arcimboldo. Giordano Bruno fue uno de los
primeros pensadores que prefiguró las ideas modernas: decía que la creación es
infinita, no hay centro ni límites –ni Dios ni hombre–, todo es movimiento,
dinamismo. Para Bruno, hay tantos artes como artistas, introduciendo la idea de
originalidad del artista. El arte no tiene normas, no se aprende, sino que viene de
la inspiración.9
A finales del siglo xix surgió el esteticismo, que fue una reacción al utilitarismo
imperante en la época y a la fealdad y el materialismo de la era industrial. Frente
a ello, surgió una tendencia que otorgaba al arte y a la belleza una autonomía
propia, sintetizada en la fórmula de Théophile Gautier “el arte por el arte” (l'art
pour l'art), llegando incluso a hablarse de “religión estética”.15 Esta postura
pretendía aislar al artista de la sociedad, para que buscase de forma autónoma su
propia inspiración y se dejase llevar únicamente por una búsqueda individual de la
belleza.16 Así, la belleza se aleja de cualquier componente moral, convirtiéndose
en el fin último del artista, que llega a vivir su propia vida como una obra de
arte –como se puede apreciar en la figura del dandi–.17 Uno de los teóricos del
movimiento fue Walter Pater, que influyó sobre el denominado decadentismo inglés,
estableciendo en sus obras que el artista debe vivir la vida intensamente,
siguiendo como ideal a la belleza. Para Pater, el arte es “el círculo mágico de la
existencia”, un mundo aislado y autónomo puesto al servicio del placer, elaborando
una auténtica metafísica de la belleza.18
La estética sociológica tuvo una gran vinculación con el realismo pictórico y con
movimientos políticos de izquierdas, especialmente el socialismo utópico: autores
como Henri de Saint-Simon, Charles Fourier y Pierre Joseph Proudhon defendieron la
función social del arte, que contribuye al desarrollo de la sociedad, aunando
belleza y utilidad en un conjunto armónico. Por otro lado, en el Reino Unido, la
obra de teóricos como John Ruskin y William Morris aportó una visión funcionalista
del arte: en Las piedras de Venecia (1851-1856) Ruskin denunció la destrucción de
la belleza y la vulgarización del arte llevada a cabo por la sociedad industrial,
así como la degradación de la clase obrera, defendiendo la función social del arte.
En El arte del pueblo (1879) pidió cambios radicales en la economía y la sociedad,
reclamando un arte “hecho por el pueblo y para el pueblo”. Por su parte, Morris –
fundador del movimiento Arts & Crafts– defendió un arte funcional, práctico, que
satisfaga necesidades materiales y no solo espirituales. En Escritos estéticos
(1882-1884) y Los fines del arte (1887) planteó un concepto de arte utilitario pero
alejado de sistemas de producción excesivamente tecnificados, próximo a un concepto
del socialismo cercano al corporativismo medieval.21
Wilhelm Dilthey, desde la estética cultural, formuló una teoría acerca de la unidad
entre arte y vida. Prefigurando el arte de vanguardia, Dilthey ya vislumbraba a
finales del siglo xix cómo el arte se alejaba de las reglas académicas, y cómo
cobraba cada vez mayor importancia la función del público, que tiene el poder de
ignorar o ensalzar la obra de un artista determinado. Encontró en todo ello una
“anarquía del gusto”, que achacó a un cambio social de interpretación de la
realidad, pero que percibió como transitorio, siendo necesario hallar «una relación
sana entre el pensamiento estético y el arte». Así, ofreció como salvación del arte
las “ciencias del espíritu”, especialmente la psicología: la creación artística
debe poder analizarse bajo el prisma de la interpretación psicológica de la
fantasía. En Vida y poesía (1905) presentó la poesía como expresión de la vida,
como ‘vivencia’ (Erlebnis) que refleja la realidad externa de la vida. La creación
artística tiene pues como función intensificar nuestra visión del mundo exterior,
presentándolo como un conjunto coherente y pleno de sentido.25
Visión actual
Fuente, de Marcel Duchamp. El siglo xx supone una pérdida del concepto de belleza
clásica para conseguir un mayor efecto en el diálogo artista-espectador.
El siglo xx ha supuesto una radical transformación del concepto de arte: la
superación de las ideas racionalistas de la Ilustración y el paso a conceptos más
subjetivos e individuales, partiendo del movimiento romántico y cristalizando en la
obra de autores como Kierkegaard y Nietzsche, suponen una ruptura con la tradición
y un rechazo de la belleza clásica. El concepto de realidad fue cuestionado por las
nuevas teorías científicas: la subjetividad del tiempo de Bergson, la Teoría de la
relatividad de Einstein, la mecánica cuántica, la teoría del psicoanálisis de
Freud, etc. Por otro lado, las nuevas tecnologías hacen que el arte cambie de
función, debido a que la fotografía y el cine ya se encargan de plasmar la
realidad. Todos estos factores producen la génesis del arte abstracto, el artista
ya no intenta reflejar la realidad, sino su mundo interior, expresar sus
sentimientos.26 El arte actual tiene oscilaciones continuas del gusto, cambia
simultáneamente junto a este: así como el arte clásico se sustentaba sobre una
metafísica de ideas inmutables, el actual, de raíz kantiana, encuentra gusto en la
conciencia social de placer (cultura de masas). También hay que valorar la
progresiva disminución del analfabetismo, puesto que antiguamente, al no saber leer
gran parte de la población, el arte gráfico era el mejor medio para la transmisión
del conocimiento –sobre todo religioso–, función que ya no es necesaria en el siglo
xx.
Una de las primeras formulaciones fue la del marxismo: de la obra de Marx se
desprendía que el arte es una “superestructura” cultural determinada por las
condiciones sociales y económicas del ser humano. Para los marxistas, el arte es
reflejo de la realidad social, si bien el propio Marx no veía una correspondencia
directa entre una sociedad determinada y el arte que produce. Georgi Plejánov, en
Arte y vida social (1912), formuló una estética materialista que rechazaba el “arte
por el arte”, así como la individualidad del artista ajeno a la sociedad que lo
envuelve.27 Walter Benjamin incidió de nuevo en el arte de vanguardia, que para él
es «la culminación de la dialéctica de la modernidad», el final del intento
totalizador del arte como expresión del mundo circundante. Intentó dilucidar el
papel del arte en la sociedad moderna, realizando un análisis semiótico en el que
el arte se explica a través de signos que el hombre intenta descifrar sin un
resultado aparentemente satisfactorio. En La obra de arte en la época de la
reproductibilidad técnica (1936) analizó la forma cómo las nuevas técnicas de
reproducción industrial del arte pueden hacer variar el concepto de este, al perder
su carácter de objeto único y, por tanto, su halo de reverencia mítica; esto abre
nuevas vías de concebir el arte –inexploradas aún para Benjamin– pero que supondrán
una relación más libre y abierta con la obra de arte.28
Isla Pagoda en la desembocadura del río Min (1870), de John Thomson. La fotografía
supuso una gran revolución a la hora de concebir el arte en el siglo xix y el XX.
Representante del pragmatismo, John Dewey, en Arte como experiencia (1934), definió
el arte como “culminación de la naturaleza”, defendiendo que la base de la estética
es la experiencia sensorial. La actividad artística es una consecuencia más de la
actividad natural del ser humano, cuya forma organizativa depende de los
condicionamientos ambientales en que se desenvuelve. Así, el arte es “expresión”,
donde fines y medios se fusionan en una experiencia agradable. Para Dewey, el arte,
como cualquier actividad humana, implica iniciativa y creatividad, así como una
interacción entre sujeto y objeto, entre el hombre y las condiciones materiales en
las que desarrolla su labor.30
Como conclusión, cabría decir que las viejas fórmulas que basaban el arte en la
creación de belleza o en la imitación de la naturaleza han quedado obsoletas, y hoy
día el arte es una cualidad dinámica, en constante transformación, inmersa además
en los medios de comunicación de masas, en los canales de consumo, con un aspecto
muchas veces efímero, de percepción instantánea, presente con igual validez en la
idea y en el objeto, en su génesis conceptual y en su realización material.35
Morris Weitz, representante de la estética analítica, opinaba en El papel de la
teoría en la estética (1957) que «es imposible establecer cualquier tipo de
criterios del arte que sean necesarios y suficientes; por lo tanto, cualquier
teoría del arte es una imposibilidad lógica, y no simplemente algo que sea difícil
de obtener en la práctica». Según Weitz, una cualidad intrínseca de la creatividad
artística es que siempre produce nuevas formas y objetos, por lo que «las
condiciones del arte no pueden establecerse nunca de antemano». Así, «el supuesto
básico de que el arte pueda ser tema de cualquier definición realista o verdadera
es falso».36
Las siete artes liberales, imagen del Hortus deliciarum (siglo xii), de Herrad von
Landsberg.
La clasificación del arte, o de las distintas facetas o categorías que pueden
considerarse artísticas, ha tenido una evolución paralela al concepto mismo de
arte: como se ha visto anteriormente, durante la antigüedad clásica se consideraba
arte todo tipo de habilidad manual y destreza, de tipo racional y sujeta a reglas;
así, entraban en esa denominación tanto las actuales bellas artes como la artesanía
y las ciencias, mientras que quedaban excluidas la música y la poesía. Una de las
primeras clasificaciones que se hicieron de las artes fue la de los filósofos
sofistas presocráticos, que distinguieron entre “artes útiles” y “artes
placenteras”, es decir, entre las que producen objetos de cierta utilidad y las que
sirven para el entretenimiento. Plutarco introdujo, junto a estas dos, las “artes
perfectas”, que serían lo que hoy consideramos ciencias. Platón,