PONENCIA

Licenciado en filosofía y especialista en ética.
Magister en formación de maestría en ética y

problemas contemporáneos- UNIMINUTO.
Ponencia:
La ética del Vivir Bien como alternativa al desarrollo
La noción de la ética del Vivir Buen es una alternativa al capitalismo eurocéntrico que ha
minimizado la filosofía indígena a un pensar subjetivo, afirmando que carece de veracidad
y que no logra cumplir estándares filosóficos.
Esta ponencia tiene como objetivo visibilizar el Vivir Bien como eje central del
pensamiento amerindio, el cual busca de diversas maneras enfrentar la crisis generada por
el capitalismo. Lo anterior, (Farah, I. y Vasapallo, L. 2011) "tiene como propósito
contribuir a la reflexión académica y política sobre la noción del VIVIR BIEN y sus
posibilidades para construirse en el soporte ético que ilumine un nuevo paradigma de
producción y reproducción de la realidad social" Esto comprende la importancia de analizar
la noción de ética del vivir bien desde la cosmovisión de los pueblos originarios y su
enfoque dentro de los procesos sociales.
Su aporte es una profunda reflexión sobre la ontología del pensamiento ancestral; su valor
se convierte en potencialidad para descolonizar proyectos desarrollistas y clasistas que han
exigido a las poblaciones indígenas a vivir cambios complejos relacionados con la
producción del neoliberalismo. De esta manera, la noción de la ética del vivir bien es una
alternativa que (Farah, I. y Vasapallo, L. 2011) "incluye la necesidad de respeto y defensa
de los derechos de la madre tierra", (P. 19) su horizonte no es la vía individualista, privada
o jerárquica sino que respetando las estructuras de la vida material su desafío es construir
condiciones de posibilidad para crear estructuras armónicas que defiendan el sistema vivo.
Por otro lado, la ética del buen vivir es una posibilidad de construcción que fortalece
espacios de reivindicación de los modos de vida de las comunidades ancestrales, su
dinámica es una comprensión del quehacer de la vida en relación con sus prácticas que
devela ese tejido entre el hombre y la naturaleza. Ese tejido que es la conexión espiritual y
se convierte en la transmisión de valores que combaten los diferentes problemas éticos y
morales del ser humano y la sociedad. La apuesta de la ética del buen vivir es una
alternativa para enfrentar los desafíos que consume a la sociedad gracias a las propuestas
del capitalismo.
En orden a lo anterior, Rafael Bautista pensador bolivianos considera que la ética del buen
vivir es una construcción de la vida, de la sociedad y su cultura. El buen vivir es una ética
que vela por el bienestar de la vida, es una ética del compartir, es una ética no individualista
y no se basa el interés agoísta de ver a los otros y lo otro como un medio, sino que es una
ética que posibilita una forma de ser en el mundo en tanto sujeto que lo constituye como un
ser racional. De esta manera, en última instancia (Bautista, 2011) “no hay sujeto sin
autoconciencia de ser sujeto. La constitución del sujeto en tanto sujeto es, de modo
sincrónico, la constitución de saberse como sujeto” (P. 95). Compréndase que la ética
andina es el reflejo del ser y su aporte es la construcción de una cultura del Buen Vivir.
Como se puede comprender el Buen Vivir es una ética que participa de la construcción del
ser, en tanto que este no puede únicamente ser definido por valores que se cataloguen entre
buenos y malos, sino que debe haber una autoconciencia que lo determine como sujeto en
todos los sentidos de la vida, por tal motivo:
Llevar al plano de la autoconciencia lo que somos en última instancia; es decir,

llevar a su efectividad plena la racionalidad que nos presupone, racionalidad
que es la racionalidad propia del mundo que habitamos y la racionalidad que
nos sostiene como sujetos. (Bautista, 2011, P. 94)
En este sentido, se puede decir que la enseñanza de la ética es posible en todos los campos
del quehacer de la vida del ser humano, ya que al tener la facultad de la autoconciencia
puede discernir para tomar decisiones acordes a su necesidad sin afectarse a mismo ni a los
otros ni lo otro; así mismo, hablar del término medio como el eje principal de la virtud, es
necesario enseñar su definición y el por qué debe existir un equilibrio al momento de
realizar las acciones. Desde la propuesta de la ética del buen vivir hay un horizonte el cual
aporta a la posibilidad del ser dentro de su comunidad, no es una ética individualista sino
que:
El “vivir bien” constituye, en este sentido, el modo-de-existir donde se reúnen

la identidad y el horizonte trascendental que estructura éticamente al sujeto
como comunidad-de-vida. Este modo-de-existir es lo que estructura también su
estado de exposición que es expresión, en principio no estética sino ética; en
ella está comprometida la posibilidad de su realización como sujeto. (Bautista,
2011, P. 94)
Por último, la ética del buen vivir debe estar inmensa todo los procesos de la vida, su
riqueza es trascendental porque busca de diversas maneras velar por la vida de todo el
sistema vivo, por tal razón, se considera que es pertinente pensar en una ética de la vida,
una ética que construya al ser humano en consecuencia de sus acciones, una ética que de-
construya el imaginario de que la ética juzga dependiendo de las acciones. Para salir de este
imaginario, es necesario hablar de una ética trascendental, una ética que no determine al ser
humano únicamente por sus acciones; la ética debe aportar a la vida y por consiguiente
debe contribuir a la construcción del carácter del ser humano.

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Llevar al plano de la autoconciencia lo que somos en última instancia; es decir,

El “vivir bien” constituye, en este sentido, el modo-de-existir donde se reúnen

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