Fenomenologia
Fenomenologia
Fenomenologia
Aguirre y Jaramillo (2012) indicaron que la fenomenología es una disciplina filosófica y método.
Husserl poco habló de las ciencias sociales; sin embargo, algunos de sus educandos
establecieron importantes relaciones entre la disciplina fenomenológica y algunas ciencias
sociales.
Haciendo referencia al estudio de los hechos sociales, es prioritario concebir las realidades
como una dinámica de factores y actores que integran una totalidad organizada, interactuante
y sistémica, cuyo estudio y comprensión requiere la captación de esa estructura dinámica
interna que la define, precisando el empleo de una metodología cualitativo-estructural tal
como lo señaló Martínez (1994).
Habitualmente, los diferentes aspectos del campo educativo se han emprendido desde tres
racionalidades científicas: analítico-empírica, teoría-crítica y hermenéutico-fenomenológica. La
última de ellas pretende detener aquellos aspectos que difunden lo objetivable que en el
campo de la educación son cuantiosos. Pero la importancia de esta dimensión no solo radica
en la cantidad, sino en la trascendencia e influencia en el quehacer educativo o hecho social.
El naturalismo posee una postura objetivista de la ciencia, que concibe al objeto del
conocimiento como producto apartado de la subjetividad. Es más, este paradigma de la ciencia
pretende cualquier rasgo de subjetividad del conocimiento. La fenomenología, por su parte,
muestra que con ese accionar pierde el fundamento de su propio proceder. Para lograr validar
la ciencia, se trata de abordar la pregunta que deja de lado: ¿cómo la conciencia constituye el
conocimiento? A partir de ello, se demuestra que no hay posibilidad misma de objeto si no
existe conciencia. El objeto es un correlato de la vida consciente, es decir, todo objeto es
objeto de una conciencia. La ciencia solo puede trabajar sobre una "dación" original previa,
que es condición de toda objetividad.
El primer principio determinado por Husserl (citado en Villanueva, 2014) para aproximarse a la
subjetividad, es la epojé o puesta entre paréntesis del supuesto de la actitud natural, presente
en nuestro acercamiento habitual al mundo como en el propio quehacer de la ciencia: la
asunción del mundo como algo dado o de los hechos de este, como una realidad en sí misma,
existente más allá de la conciencia que los piensa, valora o siente.
En otras palabras, "la epojé hace referencia a la eliminación de todo lo que nos limita percibir
las cosas mismas, ya que la actitud natural por su naturaleza objetiva nos lo impide. Practicar
epojé, se refiere, abstenerse o prescindir" (Villanueva, 2014, p.220).
Este principio no presume el cuestionamiento del mundo como existente ni reduce este al
pensamiento del sujeto. Por lo contrario, trata de dejar de pensar bajo estos términos, con el
objetivo de poder observar la vida de la conciencia que está detrás de los objetos
comprendidos como cosas dadas: abordar cómo esta los representa, qué significado asume
para ella. En resumen, qué sentido original poseen o cómo se convierten en objetos de
conciencia.
De acuerdo con San Martín (1986), se precisan diferentes tipos de epojé en el desarrollo del
análisis fenomenológico. A pesar de ello, se puede aseverar que su figura esencial es otorgar
una condición para un nuevo conocimiento, suspender la condición natural. Se admite percibir
el mundo y sus objetos como fragmento de la experiencia de una conciencia que les da un
sentido. Implica estar advertido de una tendencia de la conciencia al ver el mundo como ya
constituido y de olvidar su propia actividad, de convertirla en anónima.
Villanueva (2012) sostuvo que "la reducción fenomenológica es otro proceso céntrico del
método fenomenológico" (p.48). Este presenta diferentes definiciones según Husserl.
Barbera e Inciarte (2012) apuntaron que la fenomenología tiene sus orígenes en la palabra
griega fenomenon que vendría a ser "mostrarse a sí misma, poner en la luz o manifestar que
puede volverse visible en sí mismo" (p. 201). La fenomenología es una corriente filosófica
desarrollada por Edmund Husserl en la mitad del siglo XX. Según Patton (citado en Latorre,
1996), este enfoque está centrado en cómo los individuos comprenden los significados de las
experiencias vividas. El enfoque surge como contraposición al naturalismo, ya que este había
caído en observar al individuo y erradicar toda intencionalidad e intuición del observador.
Para Husserl (1992), "la fenomenología otorga un nuevo método descriptivo y una ciencia
apriorística que se desglosa de él y que está destinada a subministrar el órgano fundamental
para una filosofía rigurosamente científica" (p.52). En otras palabras, formaliza una crítica a la
ciencia en la modalidad de trabajo, basado en cantidades medibles, hechos cuantificables; sin
tener conciencia de lo que está haciendo. Por otro lado, Heidegger (2006) sustentó que "la
fenomenología pone énfasis en la ciencia de los fenómenos. Esta radica en permitir y percibir
lo que se muestra, tal como se muestra a sí mismo y en cuanto se muestra por sí mismo; en
consecuencia, es un fenómeno objetivo, por lo tanto, verdadero y a la vez científico" (p.99). La
fenomenología apuesta por efectuar una investigación exhaustiva y llegar a la raíz, es decir, al
campo donde se concreta la experiencia, a la "cosa misma", como son las cosas para la
conciencia.
Por otra parte, el término "hermenéutica" proviene del verbo griego hermeneuein que viene a
ser "interpretar". El padre de la hermenéutica filosófica es Gadamer, quien pretendía integrar
el avance de la ciencia y del pensamiento por medio del lenguaje. Como Heidegger afirmó que
"el lenguaje es la casa del ser", la hermenéutica está en la búsqueda de comprender al otro, no
solo a través de la conversación, sino en lo que encuentra detrás de lo no dicho, en alusión a lo
señalado por Aguilar (2004).
Dilthey (citado en Martínez, 2014), principal exponente del método, la define como el proceso
que permite revelar los significados de las cosas que se encuentran en la conciencia de la
persona e interpretarlas por medio de la palabra. Postula también que los textos escritos, las
actitudes, acciones y todo tipo de expresión del hombre nos llevan a descubrir los significados.
Sandoval (1996) indicó:
Gadamer acentúa el carácter lingüístico del entendimiento esto en virtud de que las
interpretaciones se enuncian lingüísticamente pero a la vez el entendimiento se posa en las
categorías de pensamiento que el lenguaje ha facilitado. Ricoeur añade el concepto de "círculo
hermenéutico" –perfeccionado por Dilthey– el cual describe el movimiento entre la forma de
ser el intérprete y el ser que es revelado por el texto. (p. 67).
La palabra pedagogía proviene del griego "paidos" que significa ‘niño’ y "agein" que significa
‘guiar, conducir’. Por tanto, la pedagogía se apoya en acciones, procedimientos y métodos
prioritarios para la solución de problemas existentes en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Al mismo tiempo, es una ciencia multidisciplinaria y fusiona áreas como la filosofía, psicología,
antropología, sociología y economía. Destaca el papel de la filosofía, ya que, por medio de ella,
el individuo se reconoce como parte y transformador del mundo.
En el mismo contexto, se puede hablar de educación. Guzmán (2007) mencionó que educere
proviene de "fuera" y ducere implica "llevar", el cual es un proceso personal, seguido del social
que se lleva a cabo entre quien enseña y aprende a través de la transferencia de valores,
conocimientos, costumbres y formas de comportamiento. Con ello, se logra el desarrollo
integral del individuo, con la aplicación de estos aprendizajes a las exigencias de la sociedad.
Reflexionar acerca de la pedagogía conduce a ser conscientes acerca de los métodos, las
técnicas que se utilizan y las dificultades que se muestran en el proceso de enseñanza-
aprendizaje; así como también hace que el educador tome posición y replantee su práctica,
evadiendo la improvisación y comprometiéndose a ser un ejemplo y guía del educando.
Por lo antes mencionado, es prioritario que el docente admita la importancia del método
fenomenológico, pues conlleva a reflexionar en profundidad acerca de las experiencias
cotidianas, encontrar el significado de estas experiencias de modo único en cada individuo con
el fin de poseer capacidad de tomar acciones que lleven a mejorar la práctica pedagógica. Esta
práctica se torna trascendental debido que la esfera educativa gira en torno de la dimensión
subjetiva de los actores que lo conforman, cuya comprensión de los sentidos y significados son
fundamentales, ya que permitiría conocerlo, comprenderlo, reproducirlo y, si es preciso,
transformarlo.
De esta manera, se consuma que la educación sitúa en el método fenomenológico no solo una
alternativa de interpretación y comprensión. Además de ello, encuentra en este método su
propio sentido; estableciendo cómo desde la fenomenología se puede restablecer la atención
de la reflexión educativa hacia su propia esencia.
Martínez (1996) aseguró que de allí se centra en el fenómeno, tal cual se muestra en la
conciencia del individuo, lo cual destaca "la significación que da este método al mundo vivido"
(p.168) y que forma parte del trasfondo que sustenta su comportamiento. Para Husserl (citado
en Martínez, 2008), la fenomenología no ansía descartar nada de lo representado en la
conciencia. Sin embargo, prioriza aquello que se ‘muestra’, ya que el individuo únicamente
puede hablar de su experiencia, de aquí se deriva que el comportamiento del ser humano está
definido por sus vivencias.
Van Manen (2003) reafirma que "la fenomenología es una ciencia humana y se deslinda como
ciencia natural, debido que el objeto de estudio son las estructuras de significado del mundo
vivido" (p.30), pues como ciencia humana consiente interiorizarnos y entender las situaciones
significativas del ser y explicar tal como somos en nuestro día a día. Del mismo modo, describe
a las características del enfoque, en la cual destaca que da explicación a los fenómenos que,
representados en la conciencia, revelan la naturaleza y la estructura de la experiencia tal como
las vivimos sin efectuar generalizaciones. Da un carácter reflexivo al quehacer cotidiano,
impide categorizar o conceptuar el modo en cómo experimentamos el mundo y trata que el
individuo comprenda el significado de ser único y conocerse plenamente.
Para abordar los principios generales de la esencia, la fenomenología explora las realidades
vivenciales que son poco comunicables; pero primordiales para entender la vida psíquica de
cada individuo. Por ende, es primordial una sistemática y detallada descripción que ponga en
reflexión todo prejuicio, de los interactuantes: investigador y el individuo que se estudia. En
este proceso, es primordial subrayar que el acceso a estas realidades no observables se
consigue por medio de una "comprensión interpretativa". Según Martínez (2008), ello admitirá
revelar la estructura subyacente que da sentido a los actos externos, los que a su vez deben
ser considerados en conjunto con la estructura personal, de cada individuo motivo de estudio.
Para conseguir esta comprensión interpretativa, es primordial aplicar diversos procesos de
pensamiento los cuales serán específicos de acuerdo con los objetivos de cada etapa y fase del
enfoque (p. 102).
Se trata de establecer los presupuestos, hipótesis, preconceptos desde los cuales parte el
investigador y reconocer que podrían intervenir sobre la investigación. Del mismo modo, son
mostrados las concepciones teóricas sobre las cuales está estructurado el marco teórico que
orienta la investigación, así como los sistemas referenciales, espacio-temporales y sociológicos
que tengan relación con los datos obtenidos del fenómeno en estudio. Ello se realizará por
medio de respuestas a las cuestiones postuladas sobre nuestras actitudes, valores, creencias,
presentimientos, conjeturas, interés, etc., en relación a la investigación con el objetivo de
evitar la presencia de estas en la interpretación de las experiencias.
Es la etapa descriptiva, pues aquí se obtienen datos de la experiencia vivida desde numerosas
fuentes: relatos de la experiencia personal, protocolos de la experiencia de algunos docentes,
entrevistas, relatos autobiográficos y observación-descripción de un documental. Se otorga
apertura a la investigación con la escritura de anécdotas, una herramienta metodológica usual
en FH. Consideramos a Max Van Manen (2003) quien encomendó que "antes de solicitar a
otros que nos brinden una descripción sobre un fenómeno a explorar, tendríamos que intentar
hacer una primera nosotros, para poseer una percepción más puntual de lo que pretendemos
obtener" (p. 82), para ello hemos redactado una experiencia personal (anécdota personal) tal
como lo vivimos respecto a nuestra exploración (noción) de investigación.
Según Van Manen (2003), "la anécdota simboliza a una de las herramientas con la cual se pone
al descubierto los significados ocultos" (p. 132), por lo que se puede concebir como
herramienta metodológica en las ciencias humanas para comprender cierta noción que
fácilmente se nos escapa.
Para solicitar la anécdota del educador u otro agente, nos respaldamos en Van Manen (2003,
p.83) quien señala que para acceder a las experiencias de las personas, se les solicita que
escriban sobre una experiencia propia. En ese sentido, las anécdotas nos conducen a buscar la
relación entre vivir y pensar, entre situación y reflexión. Además, estas narraciones son
significativas para la pedagogía por el funcionamiento como casos vivenciales, que nos
permiten llevar a cabo una reflexión pedagógica (p.137).
Van Manen (2003, p. 82) y Ayala (2008, p.416) mostraron algunas indicaciones para
confeccionar una descripción correcta de una experiencia vivida.
Procure focalizarse en una experiencia que enfatice por su intensidad como si se tratara de la
primera vez.
En esta etapa, se busca la descripción completa y sin prejuicios, el fenómeno en estudio. Según
Martínez (2014), la narración debe reflejar de modo legitimo la realidad vivida.
En el silencio ontológico, nos percatamos de que nuestro dilema esencial siempre vuelve al
silencio, incluso después del más ilustrativo de los discursos, las lecturas o las conversaciones.
Es en esos instantes en que alcanzamos un conocimiento mayor y placentero o una
experiencia significativa. Bollnow (1982) lo describió como el silencio gratificante, el estar en
presencia de la verdad (Van Manen, 2003).
La observación de cerca procura acercarse, lo más próximo posible, al mundo vital del
individuo observado con el objetivo de llegar a aprehender in situ el significado de la
experiencia vivida por él. De otro lado, en la observación participante, el investigador procura
introducirse y formar parte de la cultura y contexto del que es parte quien está en estudio.
Otra discrepancia esencial radica en que la observación de cerca obvia formular esquemas de
pensamiento previos (personales o teóricos), mientras que la participante parte de categorías
previas –aun cuando sean temporales– o llega a ellas al final del proceso.
En esta fase, se trata de efectuar un contacto más directo con la experiencia tal como se ha
vivido. Se pretende captar el significado del hecho de ser profesor, madre o padre, para poder
vivir mi vida pedagógica con los educandos de modo pleno. Por ende, cuando reflexiono sobre
la experiencia de enseñar, no lo hago como psicólogo ni sociólogo, etc. Por lo contrario, Van
Manen (2003) enfatizó en la siguiente frase: "Reflexiono fenomenológicamente acerca de las
experiencias de ser profesor o ser padre en tanto que profesor o padre. En resumen: intento
captar la esencia pedagógica de una determinada experiencia" (p. 96).
El tema fenomenológico.
Van Manen (2003) indicó que el concepto de tema resulta irrelevante y puede ser considerado
simplemente un medio para llegar a la noción que estamos estudiando. La investigación en
ciencias humanas se hace cargo del significado, puesto que "ser humano" significa interesarse
por el significado, desear el significado. El deseo se refiere a cierta atención y profundo interés
por un aspecto de la vida. Por ejemplo, cuando percibimos la conducta de un niño que
provocaba curiosidad, experimentamos ese "deseo de dar sentido", este "deseo de lograr un
significado". El deseo no es únicamente un estado psicológico, es un estado del ser.
Los temas vendrían a ser como las "estructura de las experiencias", pues cuando analizamos
un fenómeno, pretendemos establecer cuáles son los temas, las estructuras experienciales que
conforman la experiencia. Sería un error pensar en los temas como en formulaciones
conceptuales o afirmaciones categóricas, debido a que es la experiencia vivida lo que se
intenta describir y esta no se puede captar en abstracciones conceptuales.
El significado fenomenológico
De acuerdo con lo afirmado por Van Manen (2003), el significado está en la práctica, es el
hecho de reflexionar acerca de situaciones concretas: los niños: nuestras vidas con los niños
nos llevan a plantearnos cuestiones más reflexivas. La pregunta ¿lo he hecho bien? nos
conlleva a enfrentarnos con lo "particular", es decir, este niño, esta situación, esta acción,
siguiendo la orientación que nos otorga nuestro conocimiento de lo universal; por ello nos
preguntamos ¿cuál es el significado aquí de la pedagogía del hecho de ser profesor?
Los temas fenomenológicos vienen a ser nudos en los entramados de nuestras experiencias y
en torno a ellos se van hilando ciertas experiencias vividas como un todo significativo. Los
temas gozan poder cuando nos admiten llevar a cabo descripciones fenomenológicas. Por
ejemplo, 1) cuando examinamos un libro, "entramos en él", por así decirlo. 2) Leer una novela
significa que "nos empezamos a interesar" por los personajes que la componen. 3) Mientras
analizamos una historia, "experimentamos la acción sin tener que actuar".
El objeto es realizar una visión de conjunto para conseguir una idea general del contenido que
se presenta en el protocolo. Según Martínez (2014), será prioritario ejecutar un sin número de
revisiones del mismo protocolo y para ello es imprescindible intentar realizarlas con la "mente
en blanco", conseguido ello se puede ir al siguiente paso.
En este proceso, se realizan dos pasos: primero, se eliminan las redundancias y repeticiones de
cada unidad temática; segundo, se determina el tema central de cada unidad aclarando y
elaborando su significado. La expresión del tema central debe realizarse en una frase breve
que conserva todavía el lenguaje del sujeto, esta actividad es eminentemente creativa. Se
aconseja recurrir de vez en cuando al mismo sujeto informante para que aclare el significado.
(Martínez, 2014).
La finalidad de este paso es integrar en una sola descripción todas las fisonomías individuales
de todos los sujetos estudiados, con ello determinamos la fisonomía grupal, es decir, la
estructura que caracteriza al grupo estudiado. La formación deberá consistir en una
descripción sistética; pero completa del fenómeno investigado. Aquí la descripción consistirá
en superponer, por así decirlo, la estructura de cada fisonomía individual en una estructura
general lo cual representa la fisonomía común del grupo. Husserl afirma que la finalidad del
método fenomenológico es lograr pasar de las cosas singulares al ser universal, una
descripción fenomenológica completa (Martínez, 2014).
Para Van Manen (2003), este proceso se denomina texto fenomenológico. El objetivo es
"diseñar una descripción (textual) inspiradora y recordatoria de acciones, conductas,
intenciones y experiencias de los individuos tal como las conocemos en el mundo de la vida"
(p.37). Este texto deberá de enunciar, a la vez, el significado de tipo expositivo y no cognitivo.
En el primer caso, referirá a las significaciones semánticas de las palabras y discursos del habla
y escritura; y, en el segundo, a la cualidad expresiva de los textos. En esta dimension, no
cognitiva o pática se solicita la participación del lenguaje poético: al "cómo" se escribe.
Agregado a ello, en esta fase se lleva a cabo una revisión de fuentes fenomenológicas o
confrontación del trabajo final con otros estudios del mismo enfoque. En esta confrontación,
encontramos coincidencias y no coincidencias con las reflexiones del autor. Con todo, nuestro
texto y comprensión final sobre la experiencia de ofrecer y recibir reconocimiento pedagógico
se ha enriquecido al entrar en "diálogo" con una descripción fenomenológica penetrante.