Problematica Mundial Segunda Parte
Problematica Mundial Segunda Parte
Problematica Mundial Segunda Parte
El monóxido de carbono
El dióxido de carbono
El dióxido de nitrógeno
El óxido de nitrógeno
El ozono a nivel del suelo
El material particulado
El dióxido de azufre
Los hidrocarburos
El plomo
Industrias
En muchos países, la producción de energía es la fuente principal de la contaminación
del aire, aunque no la única. La quema de carbón por parte de centrales eléctricas o
aquellas plantas basadas en diésel, son dos de las fuentes de emisión más frecuentes y
nocivas. De la misma manera, aunque en menor medida en comparación con las
anteriores, los procesos industriales y el uso de solventes en industrias químicas
contribuyen a la contaminación del aire y el calentamiento global.
Transporte
Cerca de 25% de todas las emisiones de CO2 (dióxido de carbón) relacionadas con la
energía provienen del transporte. Estas emisiones producen aproximadamente cerca
de 400.000 muertes prematuras al año por la mala calidad del aire. La mitad de ellas
son consecuencia de la emisión de diésel debido a la emisión de óxidos de nitrógeno.
No cabe duda que el transporte actual es ineficiente, caro e insostenible al no poderse
mantener al mismo ritmo sin comprometer a las generaciones futuras.
Agricultura
En este sector hay dos fuentes principales que producen el 24% de todos los gases de
efecto invernadero. Por un lado, la quema de residuos agrícolas y, por otro, el metano y
amoníaco que genera la ganadería. Las emisiones de metano son especialmente
destacables, puesto que afectan al ozono a ras de suelo. Esta contaminación del aire es
causante de enfermedades respiratorias y aumenta el asma. El metano, es además un
gas de efecto invernadero (aunque no siempre se refuerce esta idea) que tiene un
impacto mayor que el CO2 a largo plazo (por ejemplo, en períodos de 100 años).
Para reducir esta contaminación desde el sector agrícola, las personas que trabajan en
él pueden llevar a cabo una reducción del metano optimizando la digestibilidad de los
alimentos, mejorando el pastoreo y con una gestión más adecuada y sostenible de los
pastizales. Pero el consumidor también es parte importante para reducir estas
emisiones. Por ejemplo, disminuyendo el consumo de carne o minimizando el
desperdicio de alimentos, evitando de este modo una sobreproducción basada en una
amplia demanda de comida.
Residuos
Se calcula que el 40% de los residuos generados en el mundo y los desechos orgánicos
se queman al aire libre, lo que genera emisiones a la atmósfera de dioxinas nocivas,
furanos, metano y carbono negro. Una problemática que afecta especialmente a
aquellas regiones o zonas que están en proceso de urbanización o a países en vías de
desarrollo.
Hogares
La contaminación del aire desde el ámbito doméstico es nociva en dos maneras. Por un
lado, porque es el aire que las personas respiran en sus hogares de manera directa,
produciendo a medio y largo plazo enfermedades respiratorias; por otro lado, porque
repercute en el aire exterior. La fuente de esta contaminación proviene de la quema de
madera y combustibles fósiles para actividades como cocinar, calentar o iluminar los
hogares.
Aunque en términos generales, el 85% de los hogares tienen acceso a fuentes de
energía más limpias, al menos en 97 países del mundo, lo cierto es que se estima que
aproximadamente 3.000 millones de personas continúan usando combustibles sólidos,
lo cual es una cifra muy elevada que produce una gran cantidad de emisiones
contaminantes al aire.
Vigila los productos que consumes y opta por aquellos cuyo impacto en el medio ambiente sea
mínimo.
Habida cuenta de la variedad de los focos de contaminación, las causas a menudo son
difíciles de identificar, ya que los contaminantes pueden llegar hasta el suelo, las
plantas, los animales o el agua por muy diferentes razones que no siempre resultan
obvias. En todo caso, lo que sí que podemos decir es casi todas ellas tienen que ver con
la acción del hombre y la actividad industrial. Resumiendo, y de modo esquemático,
las causas de la contaminación del suelo son:
Vertido de residuos y basura.
Uso intensivo de químicos.
Fugas radioactivas.
Humo de coches e industria.
Alcantarillado viejo.
Tipos de contaminantes del suelo
Las fuentes de contaminación del suelo son muchas y muy diversas. A modo de
resumen, podemos destacar que los principales agentes contaminantes del suelo son:
Residuos urbanos que contaminan el agua y el suelo.
Plaguicidas (insecticidas, herbicidas, fungicidas).
Minería.
Gran acumulación de basuras, tanto en zonas públicas o naturales como en
vertederos y zonas industriales.
En este otro post de Ecología Verde hablamos ampliamente sobre Cuáles son los
agentes contaminantes del suelo y, por ello, te lo recomendamos en caso de que quieras
ampliar esta información sobre la contaminación de la tierra.
Efectos y consecuencias de la contaminación del suelo
La pérdida de calidad del terreno supone una serie de consecuencias negativas que van
desde su desvalorización hasta la imposibilidad de uso para construir, cultivar o, simple
y llanamente, para albergar un ecosistema sano.
Las consecuencias pueden sufrirse de forma silenciosa, provocando un constante goteo
de víctimas, ya sean humanas o de especies animales y vegetales, como manifiesta. En
este segundo caso, se trata de una contaminación abrupta que causa
auténticas catástrofes ambientales y muchas víctimas.
La fuga radioactiva de la central japonesa de Fukushima es un claro ejemplo, pues la
contaminación de la tierra o del suelo ha afectado a la agricultura, la ganadería y la
pesca. Incluso se ha encontrado cesio radiactivo frente a la costa de Fukushima,
concretamente en el fondo marino terroso procedente de esos mismos vertidos, según un
reciente estudio del Instituto de Ciencias Industriales de la Universidad de Tokio, la
Universidad de Kanazawa y el Instituto Nacional de Investigación.
Por otro lado, junto a un lógico deterioro del paisaje por el empobrecimiento del
ecosistema, a menudo una pérdida irreversible, la contaminación de la tierra supone
pérdidas millonarias al impedir la explotación de ese entorno natural por parte de la
población autóctona o de inversores industriales.
Así pues, entre las consecuencias de la contaminación del suelo encontramos:
Pérdida de la flora y su variedad.
Dificultades para la agricultura y el conreo.
Contaminación y pérdida de la fauna.
Deterioro del paisaje.
Empobrecimiento global del ecosistema, ya sea marino o terrestre.
Cómo evitar la contaminación del suelo
La prevención es la mejor solución, de eso no cabe duda, pero también es cierto que no
siempre se puede evitar este tipo de contaminación. En ocasiones se producen
accidentes o lo ocasiona la lluvia ácida, con lo que es difícilmente controlable, cuando
no imposible.
Yendo directamente a las raíces del problema, sería necesario un drástico cambio del
modelo productivo o una prohibición de determinadas prácticas como la extracción
minera, la actividad industrial que produce desechos tóxicos o, por ejemplo, el uso de
fertilizantes y abonos artificiales.
Así las cosas, esas premisas no son sino pura utopía. Por lo tanto, ante hechos
consumados, se buscan soluciones que van desde la limpieza de la zona hasta la simple
delimitación de la zona dañada y la prohibición de su uso para determinadas
actividades. En casos graves, como el de Fukushima, uno de los lugares más
contaminados del planeta, las áreas afectadas no son aptas para la vida.
Y, puesto que la contaminación ha aumentado en las últimas décadas a consecuencia de
la industrialización y del desarrollo urbano, las soluciones provienen precisamente del
control de estos focos. Habitualmente, las actuaciones se centran en la mejora de
las plantas de reciclaje para reducir la contaminación de la tierra o del suelo y, al mismo
tiempo, del agua, pues aquella acaba polucionándola.
La bioremediación de los suelos es una estrategia que busca restaurar ecosistemas
contaminados utilizando seres vivos, como bacterias, plantas, hongos... Dependiendo
del tipo de contaminación que se quiera combatir se utilizará uno u otro agente
bioremediador. Su aplicación es amplia, con resultados interesantes en suelos
contaminados por radiactividad o, por ejemplo, por actividades mineras.
Como buenas prácticas, un adecuado reciclaje de basuras y depuración de desechos, la
promoción de las energías renovables y desechos a nivel industrial y doméstico o el
fomento de la agricultura ecológica ayudaría a mantener los suelos libres de polución.
Mantener las redes de alcantarillado en buen estado y mejorar la depuración de las
aguas grises o residuales, así como el tratamiento de los vertidos industriales que se
devuelven a la naturaleza.
Así las cosas, las soluciones de la contaminación del suelo pasan por:
La prevención y concienciación.
La prohibición de prácticas dañinas.
Mejora en los procesos de reciclaje.
Mejora en los procesos de depuración de aguas.
Uso energías renovables.
Renovar el alcantarillado.
Jairo Núñez
Contaminación acústica y visual.
La contaminación acústica se refiere al exceso de ruido en el ambiente que puede ser
perjudicial para la salud humana y el medio ambiente. Esto puede ser causado por el
tráfico, la construcción, la música alta y otras fuentes de sonido. La exposición
prolongada a altos niveles de ruido puede provocar problemas de salud como la pérdida
de audición, la ansiedad y el estrés.
Desechos sólidos.
Los desechos sólidos, también conocidos como residuos sólidos, son materiales que se
consideran no deseados y que han sido descartados. Estos pueden ser orgánicos, como
restos de alimentos, o inorgánicos, como plásticos, metales, vidrios y papel.
La generación de desechos sólidos es un problema ambiental importante en todo el
mundo debido a la gran cantidad de basura que se produce diariamente. Los desechos
sólidos pueden contaminar el aire, el agua y el suelo, afectando negativamente la salud
de las personas y los ecosistemas.
Es importante implementar medidas adecuadas para la gestión de residuos sólidos,
como la recolección, el transporte, el tratamiento y la disposición final. Esto puede
incluir métodos de reducción de residuos, reciclaje, compostaje y la eliminación segura
de los residuos restantes.
Una gestión adecuada de los desechos sólidos es esencial para mantener un ambiente
saludable y sostenible para las generaciones presentes y futuras.