La Leyenda Del Conejo en La Luna Completa

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La Leyenda del Conejo en la Luna Completa

Hace mucho tiempo, una tarde de verano, el dios Quetzalcóatl decidió salir a
dar un paseo. Sin embargo, no podía bajar a la Tierra con su aspecto (era una
serpiente emplumada), así que decidió transformarse en un simple humano.

Se pasó toda la tarde paseando, disfrutando del sol, de los paisajes… y cuando
ya atardecía, Quetzalcóatl empezó a tener mucha hambre, además de notar un
gran cansancio. Sin embargo, siguió caminando.

Cuando la Luna hizo su aparición, anaranjada y brillante, el cielo se tiñó de


oscuridad con motitas brillantes, las estrellas. En ese momento, Quetzalcóatl
decidió que ya era hora de detenerse y descansar. Así que se sentó en la
primera piedra gruesa que encontró en su camino. Allí, se le acercó un conejo
que comenzó a mirarlo muy atentamente mientras comía.

Quetzalcóatl quiso saber qué alimento era el que tenía el conejo y cuando este
le contestó que era una zanahoria, y que podía compartirla con él, el dios
declinó el ofrecimiento porque no quería quitarle su sustento. Pensaba que su
destino era pasar hambre y morir por el cansancio, la sed y la falta de comida.
Pero el conejo de nuevo se ofreció a ayudarle para que no tuviera un sino
tan horrible.

Sin embargo, Quetzalcóatl se negó a ello, a pesar de que el propio conejo se


ofrecía a él como alimento para que pudiera alimentarse. Estaba convencido en
que todos tenían una función en la vida y que si podía ayudarle a que siguiera
adelante, lo haría sin dudar.

Tan conmovido quedó el dios ante ese conejo, que comenzó a acariciarlo con
mucho cariño. Lo cogió entre sus manos, lo levantó al cielo hacia las
estrellas y, tan alto lo subió, que su imagen quedó grabada en la propia
Luna al chocar este contra ella.

Cuando lo bajó, Quetzalcóatl se despidió el conejo y siguió su camino, más


animado y descansado que cuando se había detenido en aquella roca. El
animalillo se quedó allí viendo cómo se marchaba ese humano, y sabiendo a
ciencia cierta que, aunque tenía ese aspecto de humano, en realidad era
alguien mucho más poderoso y especial por lo que había hecho.

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