Outlaw - Amelia Gates & Cassie Love
Outlaw - Amelia Gates & Cassie Love
Outlaw - Amelia Gates & Cassie Love
AMELIA GATES
CASSIE LOVE
Í ND I C E
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Epílogo
BEAST
Postfacio
PR ÓLOGO
B RYNN
Los números están empezando a desdibujarse frente a
mis ojos. A pesar de que los he estado mirando durante un
buen rato, todavía no les encuentro ningún sentido...
¿Qué estoy pasando por alto?
Frunzo el ceño ante la colección de papeles que tengo en
el escritorio, como si mi mirada de desaprobación ayudara a
que todo se pusiera en su lugar, pero el montón de
documentos siguen mirándome fijamente, solo que ahora
están borrosos.
"¡Mierda!" Lanzo las hojas por el aire mientras busco mi
móvil por la mesa y lo cojo sin ni siquiera ver quién me está
llamando. "¿Sí?"
"¿Dónde estás?" Su voz al otro lado de la línea suena más
a resignación que a decepción, debería tenerlo en cuenta.
"¿Cómo que dónde estoy? En el trabajo". Me pongo el
móvil entre el hombro y la oreja y empiezo a recoger los
papeles del suelo.
"Te has vuelto a olvidar, ¿no?" Parece hasta aburrido del
tema, la verdad es que no le culpo, con esta ya van tres veces
que lo dejo plantado.
Me estremezco cuando dirijo la mirada al reloj de la pared
y me doy cuenta de lo tarde que llego.
"Lo siento mucho Todd. He estado liadísima trabajando
y...
"Sí, ya veo."
Se ríe sin que le haga una pizca de gracia y me lo imagino
dándole golpecitos al suelo con el pie. Es un hábito que se ha
repetido bastante en los seis meses que llevamos saliendo, he
llegado tarde todas las veces. No sé cómo pero el trabajo
siempre parecía interponerse. Eso también debería haberlo
tenido en cuenta, pero nunca se me ha dado bien analizar mi
propio comportamiento. Los números sí, eso es fácil, pero las
personas… bueno, digamos que son un poco más
complicadas.
"Lo siento, Todd. De verdad te lo digo." No es broma, lo
digo en serio, lo siento de verdad. Todd es un buen tío y se
merece algo mejor que esto, algo mejor que alguien que ni
siquiera se acuerda de cuándo se supone que tiene que estar
en una cita con él.
"Vale". Él suspira y yo me golpeo la frente, sintiéndome
como una mierda. "Mira, ¿quieres que lo pasemos a otro día?
¿Mañana por la noche?" Incluso después de todo, sigue
sonando esperanzado y eso hace que lo que tengo que decir
sea aún más difícil.
"No creo que sea una buena idea, Todd". Odio esta parte,
es la peor de todas. Pensarás que lo normal es que después de
todas las veces que lo he hecho será pan comido, pero no lo
es. "Están siendo unos días muy locos en el trabajo y no te
mereces esto. No es justo para ti..."
Se lo digo y me quedo en silencio, esperando que no me
obligue a decir esa frase.
"¿Estás... estás rompiendo conmigo?"
Sí, pero no debería sorprenderte porque tengo el peor
historial amoroso del mundo y no me imagino casada con
nada que no sea mi trabajo. Eso es lo que se me pasa por la
cabeza, pero no lo que sale de mi boca, porque además de ser
horrible en el amor, también soy una cobarde.
"Creo que deberíamos darnos un tiempo, necesito un poco
de espacio." Pongo los ojos en blanco. Solo me falta decir el
mítico "no eres tú, soy yo".
"O sea que... ¿me estás pidiendo un tiempo o me estás
dejando? Ya sabes lo que siento por ti".
Sí, lo sé, había dejado sus sentimientos muy claros desde
el principio, usando esas dos palabras que se usan antes de
que llegáramos a la tercera cita. No parecía importarle que yo
no le hubiera respondido aquella vez ni ninguna de las otras
veces que había dicho esas dos palabritas que la mayoría de
mis amigas están desesperadas por oír.
"Todd…"
"Solo necesitas un tiempo para gestionar todo lo que
tienes en el trabajo, nada más." Me lo imagino asintiendo
con la cabeza mientras se auto convence, pero creo que no le
está sirviendo de mucho ni a él ni a mí. "Así que, te daré ese
tiempo, Brynn. Pero estaré aquí esperando cuando estés
lista".
"Todd, eso es muy bonito, pero..."
Una vez más no me da la oportunidad de terminar la
frase.
"Sé que estás ocupada, así que te dejo trabajar. Hablamos
pronto, Brynn."
Abro la boca para decirle que no quiero darle falsas
esperanzas, pero ya me ha colgado, probablemente supusiera
que lo que tenía que decirle no iba a ser lo que quería oír.
"Perfecto".
En vez de ocuparme del problema lo que he hecho ha sido
dejarlo de lado, eso no encaja con el tipo de persona que soy.
Soy de esas personas que hacen listas, soy metódica, precisa.
Eso era precisamente lo que me gustaba de las matemáticas
cuando era pequeña, la simplicidad, la lógica y la precisión.
Todas mis amigas pasaron por la típica etapa de querer ser
bailarina, granjera, veterinaria, doctora… pero ninguna se
unió a mi fascinación por los números. Quiero decir,
¿cuántos niños habrá que quieran ser contables de mayores?
Eso es exactamente lo que estará haciendo ahora si las
cosas hubieran sido diferentes, si hubiera podido ir a la
universidad, si no hubiera tenido que cuidar de Kayden, de
mamá. Todo si… Sacudo la cabeza para centrarme en otra
cosa. No tiene sentido quedarse estancada en el pasado, no
me llevará a ninguna parte, nunca lo hace.
Así que hago lo que siempre hago cuando mis emociones
amenazan con superarme, vuelvo a la seguridad de los
números. Me vuelvo a centrar en el último grupo de cuentas
y trato de averiguar qué es lo que he pasado por alto, dónde
me he equivocado. Mientras vuelvo a calcularlo todo,
llegando hasta el último puto decimal, me doy cuenta de que
no soy yo la que se ha equivocado, sino las cifras.
No quería creer que mis sospechas eran ciertas, que la
empresa en la que he estado los últimos 3 años no es más
que una farsa y ahora tengo la prueba de ello frente a mí, en
blanco y negro, en números binarios. Importaciones Chandler
no es lo que pensé que era, es una empresa fantasma, pero…
¿por qué?
No te metas en líos, Brynnie.
La voz de mi padre resuena en mi cabeza como si
estuviera sentado a mi lado. Es irónico que no haya seguido
su propio consejo. Tal vez si lo hubiera hecho, no habría
acabado en una caja de madera de 2x1.
Arrugo el papel que no me había dado cuenta que estaba
apretando y lo aliso rápidamente. Esto me reconcome la
cabeza, lo que he encontrado implica a la compañía en tratos
muy turbios. Pero, ¿qué voy a hacer, ir a la policía? Como si
alguna vez hubieran hecho algo por mí y o por los míos.
Debería darle a mi superior la oportunidad de explicarse,
eso es lo que debería hacer. Me han dado tanto… un trabajo
cuando lo necesitaba más nunca, seguridad, aumentos y
bonos anuales. Lo menos que puedo hacer es darles la
oportunidad de responsabilizarse por los errores que han
cometido.
"Debe haber una explicación". Ni siquiera yo me lo creo,
meto los papeles en el maletín del portátil y estoy lista para
presentar el caso a mi jefe por la mañana, o lo que es lo
mismo, en unas horas. He estado trabajando media noche
pero no me doy cuenta de lo cansada que estoy hasta ahora.
Estiro los hombros y cojo el maletín, apago las luces y
cierro, pensando en mi cama cómoda, cuando de repente un
ruido me deja paralizada.
"¿Qué...?" Mi mente lucha por buscarle un sentido a lo
que estoy escuchando, la oscuridad y mi propio cansancio
hacen que reaccione tarde.
Suena como si alguien arrastrara algo pesado por el suelo.
No es raro escuchar un ruido así en una oficina que está al
lado del muelle, lo extraño es oírlo casi a la una de la
mañana.
Voy hacia el lugar de donde viene el sonido, abriéndome
camino a través de los gigantescos contenedores metálicos
que hay en la explanada, hasta que me encuentro a un grupo
de hombres con antorchas, parados frente a un contenedor
abierto, uno de nuestros contenedores.
Doy un paso adelante y cuando estoy a punto de decirles
que están invadiendo una propiedad privada veo que uno de
ellos se levanta y consigo distinguir lo que está sosteniendo
aún con la poca luz que hay. Mis reflejos se activan y me
escondo, agachándome detrás de lo primero que encuentro,
un montón de cajas que apenas esconden mi 1,80 m de
altura, otra de las muchas desventajas de ser alta.
¡Hay un tío con un arma a tres metros de ti y tú quejándote de
tu estatura! Concéntrate, Brynn.
Trato de esconderme lo mejor posible y me quedo quieta,
en silencio. Tengo que salir de aquí tan pronto como me sea
humanamente posible, pero no sé cuántos tíos más habrá ni
lo que pasará si me escuchan.
Me empiezan a sudar las manos mientras espero, seguro
que uno de ellos va a venir a por mí. Hago un inventario
mental de lo que tengo a mano para defenderme, sé luchar,
pero no hay mucho que pueda hacer contra un arma y un
maletín de portátil no me servirá de mucho.
Los segundos que parecen horas pasan y no hay novedad,
parece que nadie va a venir a mi escondite, probablemente
no me hayan visto.
Ni siquiera puedo permitirme el lujo de suspirar, casi no
estoy ni respirando tratando de escuchar lo que dicen.
"Esto no le va a gustar, ¿lo sabes, no?".
"No es culpa mía, los federales se estaban acercando
demasiado. Tuve que cambiar el sitio de entrega.”
"Pero, hombre, mira que traerlo aquí… a la puta puerta de
su empresa… Se va a enfadar".
“¿Y a mí que coño me cuentas?".
"Oh, ¿en serio?"
Me pongo la mano en la boca y consigo sofocar un suspiro
de sorpresa que se me escapa. Reconozco esa voz.
"Señor". El tono en el que lo dice indica que no esperaban
al recién llegado. "No me vengas ahora con el puto señor." Su
voz es fría como el hielo, lo que me hace abrigarme más con
mi chaqueta de traje fina "¿Qué cojones estáis haciendo
aquí?"
"Ju… justo eso le decía a Jimbo, señor." El otro hombre
tartamudea, sonando tan aterrorizado como yo. "Los
federales me estaban siguiendo, no podía dejarlo en la nave
más tiempo. Iban a encontrarlo".
"Así que pensaste en poner en práctica tu espíritu
emprendedor y traerlo a mi lugar de trabajo, ¿no?"
"Señor, los federales..."
"Los federales no saben una puta mierda". No ha
levantado la voz, pero tampoco le hace falta, su gélida ira lo
deja todo muy claro. "Ellos me dan igual, mi problema eres
tú, que te asustes y no seas capaz ni de esperar como te dije".
"Pero, señor...”
Me estremezco cuando escucho que un crujido interrumpe
su frase, el inconfundible sonido de un hueso rompiéndose.
No puedo evitarlo, miro por encima de la pila de cajas, mi
maldita curiosidad saca lo mejor de mí.
Uno de los hombres está tirado en el suelo, gimiendo,
cubriéndose la cara con las manos mientras la sangre le
chorrea por los dedos. No hay duda de que le han roto la
nariz y por la forma en que el hombre alto con el traje de diez
mil dólares se sacude la mano, diría que ha sido él quien le
dio el puñetazo. Aunque me da la espalda y no puedo verle
cara, juraría que sé exactamente quién es, aunque
probablemente él no me reconocería. Estoy tan abajo en la
cadena trófica que ni siquiera sabe que existo.
"¡Si quisiera oírte hablar, te habría hecho una puta
pregunta!"
Los otros han comenzado a alejarse del conflicto, como si
supieran que hay una bomba a punto de estallar y quisieran
asegurarse de que están fuera de su alcance.
"Señor, lo siento, lo siento mucho. La he jodido". Ahora el
tipo que está en el suelo lloriquea mientras la sangre y los
mocos le recorren la cara y se me hace un nudo en el
estómago por la tensión que se respira en el ambiente.
"Pues sí, la cagaste de verdad y yo no trabajo con gente
que la caga". Da un paso al frente, se pone a la altura de la
cara del tío y yo me estremezco, esperando que lo golpee de
nuevo. En vez de eso, mete la mano en el bolsillo del traje y,
antes de que haya tenido la oportunidad de procesar lo que
estoy viendo, suenan dos disparos.
Me muerdo el labio para no gritar, para no tener que
volver a esconderme, pero no puedo olvidar lo que acaba de
pasar y sé que nunca lo haré, no mientras siga viva. Es lo
malo de tener una memoria como la mía, recuerdas lo bueno
y lo malo con todo lujo de detalle y esto me perseguiría para
siempre.
Siento una presión en el pecho mientras mi mente trata
de procesar la sangre, los sesos, las astillas de hueso, los
restos de un disparo a quemarropa en la cabeza.
Tranquila, tranquila.
No puedo venirme abajo ahora, no cuando están tan cerca.
"¡Me cago en la puta!" Ahora si que parece muy enfadado.
Trago saliva, esperando que no me hayan escuchado. "¡Me
ha arruinado el puto traje!"
Sería divertido si no fuera tan aterrador. El tío está más
preocupado por haberse ensuciado el traje que por el hecho
de que acaba de matar a alguien.
"Limpia esta mierda y saca las cosas de aquí. ¡Lo quiero
de vuelta en ese maldito barco antes de que salga el sol!"
"¡Sí, señor!" Dicen los demás a la vez mientras el tío del
traje se aleja. Me esfuerzo por asegurarme de que los pasos
que oigo son los suyos, alejándose de mí.
No empiezo a respirar de nuevo hasta que uno de ellos
confirma que está todo despejado.
"¿Qué coño estáis mirando todos? Ya lo habéis oído, a
trabajar".
Los hombres empiezan a hablar de nuevo, se escuchan las
pisadas de sus botas y las cajas arrastrándose mientras
siguen sus órdenes. Están haciendo ruido, están distraídos.
Esta es mi oportunidad y si no la aprovecho, tarde o
temprano, uno de ellos me encontrará.
Trato de calmar los latidos de mi corazón mientras me
alejo lentamente del foco de luz de las antorchas,
moviéndome con tanto sigilo como puedo. Ya era hora de que
saliera de ahí. ¿Y ahora qué? ¿Qué hago yo ahora con lo que
acabo de ver?
CAPÍ T ULO 1
Ryker
"E NTONCES , ¿ QUÉ ?" D REW PONE SU MOTO JUNTO A LA MÍA Y SIN NI
siquiera apagar el motor empieza su monólogo. "El campo de
visión no es tan bueno. Hay demasiados puntos de entrada.
Necesitaríamos más hombres de los que podemos prescindir
ahora mismo. De cualquier forma seríamos blancos fáciles y
no nos pagan tan bien. Tienes razón, es una mierda".
Levanto una ceja mirando a mi segundo al mando,
preguntándole si ha terminado ya sin palabras.
"Me alegro de que hayamos tenido esta charlita, Drew."
Le doy una patada a la pata de cabra y me bajo de la moto con
un movimiento que tengo más que interiorizado.
"Muy gracioso". Mi amigo pelirrojo me sigue mientras
me dirijo al club. "¿Qué vas a decirles?"
"Diles exactamente lo que me acabas de decir, que es un
punto de entrega de mierda, pero que si eso es lo que
quieren, entonces les cobraremos el doble."
Le hago un gesto con la cabeza mirando al novato que está
detrás de la barra pero ya está cogiendo la botella de
Macallan 25. Bien, parece que el chico aprende rápido.
Tendrá que hacerlo para sobrevivir.
"Querrán oírlo de ti, Ryke, no de mí".
"Sí, pero tu serás el que saque el tema. Entonces, cuando
digan que no, lo oirán de mí y para entonces estaré pidiendo
el triple". Lo miro a los ojos. "Y tú eres mi segundo, nuestros
clientes deben empezar a entender que hablas por mí y que si
no te respetan, habrá consecuencias".
Drew está flipando, su expresión me dice que está
impresionado. "Bueno, no te culpo por no pensar en
grande".
Le doy una palmada a Drew en el hombro, al camarero le
tiemblan las manos una barbaridad así que le digo que pare
con la cabeza.
No voy a dejar que este crío derrame una gota de mi
whisky de dos mil dólares. Le pido que deje la botella y me
sirva un vaso del líquido ámbar.
Mi amigo da golpecitos en la barra, con más insistencia
esta vez. "Joder, Bennie, ¿qué tengo que hacer para que me
atiendas?"
Le doy un buen trago al whisky, suspirando con
satisfacción porque sé que le molestará.
"¿Cómo es que siempre te sirven antes que a mí?" Drew
sacude la cabeza y yo ni siquiera trato de ocultar mi sonrisa.
"Porque soy el jefe y todos saben cómo funciona la
jerarquía aquí." Levanto la barbilla hacia un grupo de
hombres que están jugando en la mesa de billar. Asienten
con la cabeza en señal de respeto.
"¿Qué pasó con lo de ser tu segundo y que la gente me
respete y toda esa mierda?" Drew prácticamente le quita el
tequila de las manos al camarero, se lo bebe de un trago
golpeando el vaso contra la mesa después y haciendo señales
para que le pongan otro antes de darme la oportunidad de
responder.
"Cuando se trata de alcohol, bueno, alcohol y putas,
nunca se sabe."
Me encojo de hombros cuando de repente mi mente
regresa a esa buenorra en la que no he podido dejar de
pensar durante la última semana, no tengo ni de quién coño
es. Esa es la única razón por la que todavía está en mi mente.
Sí, sigue intentando auto convencerte, hombre.
CAPÍ T ULO 2
Brynn
Ryker
Brynn
Ryker
Brynn
Brynn
Ryker
24 horas antes
Brynn
Brynn
Ryker
Brynn
Ryker
Ryker
Brynn
Brynn
Ryker
Ryker
B RYNN
D O S D Í AS D E SPU É S
FOLLOW AMELIA
FOLLOW CASSIE