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PROMUEVE PROCESO.

SOLICITA INTERVENCION DEL MINISTERIO

PÚBLICO- BENEFICIO DE GRATUIDAD.

Señor Juez:

CLAUDIO ALBERTO DEFILIPPI, abogado Tº 38 Fº 600 CPACF en mi

carácter de apoderado de la ASOCIACION POR LA DEFENSA DE USUARIOS Y

CONSUMIDORES - ADUC -, junto con la letrada apoderada Dra. LORENA

VANESA TOTINO, abogada, Tmo. 69 Flio. 387 C.P.A.C.F., constituyendo domicilio

legal a los efectos del presente proceso en la calle Lavalle 1646 7mo. A de la Ciudad de

Buenos Aires, notificación electrónica 27253712657 a V. S. respetuosamente me

presento y digo:

1. PERSONERIA.

La misma surge del Estatuto Social y la Escritura Nº 199 en la cual se deja

constancia de la Asamblea de designación de Autoridades y las facultades de apoderado

de la Asociación Civil ASOCIACION POR LA DEFENSA DE USUARIOS Y

CONSUMIDORES (en adelante ADUC) para representarla en juicio y efectuar esta

presentación. A todo efecto adjunto copias y declaro bajo juramento que las mismas son

fieles a sus originales y se encuentran vigentes en todas sus partes.

Asimismo, ADUC es una asociación civil, inscripta bajo el N° 19 del Registro

Nacional de Asociaciones de Consumidores, dependiente de la Dirección Nacional de

Comercio Interior, conforme constancia que se adjunta a la presente (Resolución

388/2016), y declaro bajo juramento que la misma es fiel a su original y se encuentra


vigente en todas sus partes.

2. OBJETO.

Siguiendo expresas instrucciones de mi mandante, vengo a interponer demanda

contra la empresa ZURICH ASEGURADORA ARGENTINA S.A. con domicilio real

en Av. del Libertador 6350, piso 11 (C.A.B.A.), a fin que V.S. disponga, con base en los

hechos que se describen en la presente demanda (consistentes en el cobro indebido de

las “primas” sin adecuación a la disminución del riesgo (arts. 34 de la ley 17418)

acaecida en forma pública y notoria desde el día 20 de marzo de 2020 debido a la

imposición del aislamiento preventivo social y obligatorio mediante el DNU 297/2020,

implicando ello un incumplimiento de las condiciones contractuales asumidas y un

ejercicio abusivo de su actividad), la correspondiente restitución a todos los

consumidores y usuarios afectados -en forma íntegra- de las sumas de dinero -con más

la tasa de interés legal correspondiente- que indebidamente hubiera percibido, actuando,

de esta manera, en contradicción flagrante con las normas de orden público que rigen la

prestación del servicio que brinda la empresa, en el caso que nos ocupa, la Ley Nº

17418, Ley Nro. 24.240 y disposiciones del Código Civil y Comercial .

Para aquellas personas que no utilizaron en absoluto el automotor -en un

principio todos aquellos que no eran trabajadores esenciales y a partir del mes de Mayo

aquellos que tampoco eran exceptuados- debe volverse la prima que no responda a la

establecida en el denominado “seguro de garage” -que implica un 50% menos de la

prima-. Para los esenciales y exceptuados la disminución de la prima podría ser menor,

pero sin lugar a dudas la disminución del riesgo por la disminución de la circulación
conlleva a una reducción de la prima; O LO QUE SE DETERMINE CONFORME LA

PRUEBA A PRODUCIRSE.

Esta tarea de identificación de cada uno de los asegurados debe estar a cargo de

la demandada, y ante la duda se debe estar a low2qk máximo de “a favor del

consumidor”.

Más el daño punitivo correspondiente.

Para aquellos casos que exista devolución, se ordene el pago de la tasa de

interés correspondiente por el uso ilícito del dinero de los consumidores.

Todo lo solicitado, con expresa condena en costas.

3. LEGITIMACIÓN ACTIVA.

ADUC se encuentra legitimada activamente para promover la presente acción,

en razón de lo dispuesto por el artículo 43 de la Constitución Nacional y los artículos

52, 55 y concordantes de la Ley Nº 24.240 y de su Decreto Reglamentario Nº 1.798/94.

La legitimación activa nace como consecuencia de la especial situación en que

puedan encontrarse usuarios y consumidores frente a actos practicados, tanto por el

Estado como por particulares, en detrimento de los intereses económicos de aquellos.

Uno de los rasgos característicos y típicos de los perjuicios, que padecen

usuarios y consumidores, reside en su impacto masivo y disperso. Como consecuencia

de la masividad de la afectación, los costos del accionar individual, en general, resultan

demasiado elevados en comparación con los beneficios que se pueden obtener, lo cual

constituye un elemento disuasivo para la promoción de acciones individuales, lo que

conduce a la abstención y consecuente frustración de la manda constitucional relativa al


establecimiento de procedimientos eficaces para la prevención y solución de conflictos.

Tal circunstancia, a la postre, no hará otra cosa que legitimar la violación de derechos

que emana del accionar de la demandada. Por la dispersión de la afectación, se generan

evidentes problemas de coordinación entre los afectados, de muy difícil solución, puesto

que éstos no se conocen entre sí y resulta prácticamente imposible que puedan

organizarse debidamente para iniciar una acción coordinada a fin de hacer cesar una

práctica ilegítima.

Atento a lo dispuesto por el art. 43 de la C.N. y por los arts. 52, 53, 55 y

concordantes de la Ley Nº 24.240 y de su Decreto Reglamentario Nº 1.798/94, poseen

legitimación activa para demandar:

1.- Los usuarios y consumidores.

2.- Las asociaciones de consumidores.

3.- La autoridad de aplicación Nacional o Local.

4.- El Ministerio Público.

5.- El Defensor del Pueblo.

La legitimación activa de las asociaciones de consumidores y usuarios ha sido

ampliamente recibida por nuestra jurisprudencia, de modo pacífico, a partir del año

1995, destacándose, en la especie, el fallo de la C.N. Cont. Adm. Fed., Sala IV, en

“Asociación de Defensa de Consumidores y Usuarios de la Argentina (ADECUA) c/

Enargas s/ Amparo”. Asimismo, debe citarse el fallo de la CSJN, en autos “AGUERA c/

Pcia. de Buenos Aires”, sentenciado con fecha 22 de abril de 1997 (LL 1997 C322). En

similar sentido se ha expresado la Sala IV de la Cámara Contencioso Administrativo

Federal, en autos “Consumidores Libres Coop. Ltda. c/ Telefónica de Argentina y


otros”, con fecha 17/10/97 (LL 1997 - 273), que aceptó la legitimación activa de una

asociación constituida conforme a la ley, a fin de peticionar en el marco de derechos de

incidencia colectiva.

Cabe recordar, también, los antecedentes parlamentarios a la sanción de la Ley

Nº 24.240, oportunidad en que el diputado Natale dijo: “... las asociaciones de

consumidores podrán actuar en situaciones generales e individuales...” (La Ley,

Antecedentes Parlamentarios, año 1994, Nº 1, Ley Nº 24.240 de Defensa del

Consumidor, Pág. 119, Pto. 86). Por su parte, el diputado Folloni indicó que “... podrán

ser titulares activos de la acción correspondiente... tanto los consumidores

individualmente considerados como... las asociaciones representativas de ellos o el

ministerio público” (op. Cit. Pág. 98 y cita de Gordillo Agustín “Tratado de Derecho

Administrativo”, Tomo II, Editorial Fundación de Derecho Administrativo, Bs. As.

2000, Cap. XIII-15). El criterio expansivo de la legitimación a favor de las asociaciones

del consumidor es admitido por otros legisladores, tal lo asevera, Agustín Gordillo (op.

cit. Cap. XIII-15), quien señala que, tal postura, ha sido seguida por Aguirre Lanari (La

Ley, Ley Nº 24.240..., op. cit., Pág. 118). Como expresa Gordillo, “... han tenido hasta

el presente normal acogida jurisprudencial las acciones de defensa del usuario y del

consumidor, efectuadas por las asociaciones que prevé la ley.” (GORDILLO

AGUSTÍN, “Tratado de Derecho Administrativo”, Tomo II, Editorial Fundación de

Derecho Administrativo, Bs. As., 2000, cap. XIII-16).

En el caso, ADUC es una asociación civil, inscripta bajo el N° 19 del Registro

Nacional de Asociaciones de Consumidores, dependiente de la Dirección Nacional de

Comercio Interior, encontrándose legitimada para actuar en todo el ámbito nacional en


virtud de lo dispuesto por la Constitución Nacional -arts. 42 y 43- y por la Ley Nº

24.240 -arts. 52, 55 a 60 y 62.

Asimismo, el art. 52 del Decreto Nº 1.798/94, reglamentario de la Ley Nº

24.240, establece que las asociaciones de consumidores, cuando actúan en juicio de

defensa de un interés general de los consumidores, no necesitan de instrumento alguno

para acreditar la representación en juicio. La disposición mencionada dice textualmente:

“Se requerirá a las asociaciones de consumidores legalmente constituidas carta poder

para reclamar y accionar judicialmente, exceptuándolas de tal requisito en aquellos

casos en que actuaren en defensa de un interés general de los consumidores”. En

consecuencia, mi representada se encuentra legitimada y habilitada para deducir la

acción impetrada en representación de los consumidores damnificados por los supuestos

señalados ut supra, por tratarse de una acción en defensa de un interés

incuestionablemente general.

Resulta relevante consignar lo que sostiene el Dr. Horacio Luis Bersten en

cuanto a que, en la Ley Nº 24.240, en forma precursora, y en el art. 43 C.N., se delinea

un dispositivo esencial que tiene por objeto la democratización del poder, mediante el

acceso a la justicia en el ejercicio de acciones de incidencia colectiva.

Ello se debe a una serie de razones. Uno de los rasgos característicos de las

afectaciones a los usuarios y consumidores reside en el impacto de carácter masivo que

tienen, en razón de los grandes grupos de personas que pueden sufrir perjuicios en sus

derechos, lo que se correlaciona con el efecto disperso, debido a que los afectados

generalmente no tienen conexiones entre sí, salvo las de tipo circunstancial. Esta

particularidad dificulta notoriamente la posibilidad de obtener remedios efectivos para


conseguir el cese de las prácticas ilegítimas y abusivas que los tienen por objeto. En la

mayoría de los casos, los costos del accionar individual son demasiado elevados en

comparación con los beneficios que pueden obtenerse y, por lo general, la acción

individual -aun cuando se lleve adelante por usuarios particulares- es insuficiente para

hacer cesar la práctica general antijurídica y lesiva de las empresas. Esta dificultad se

acrecienta porque muchas de estas cuestiones requieren de conocimientos técnicos muy

específicos y de elaboraciones complejas, lo que dificulta que sean encaradas para casos

individuales muy menores en monto e importancia, o si los son, carezcan del soporte

adecuado y terminen con soluciones desfavorables para los afectados.

El costo que tiene para cada uno de los afectados el inicio y la promoción de

una acción judicial, sumado al tiempo que insumen dichas acciones, determinan que aun

aquellos usuarios que tomaran conocimiento de la antijuridicidad de la práctica a la cual

se encuentran sometidos, en general no deciden llevarlas a cabo, ya que el balance de

costos y beneficios procesales les resulta netamente desfavorable. Ello ha ocasionado

que “la legitimación colectiva de los consumidores ha sido en realidad adoptada en la

mayoría de las legislaciones del derecho comparado”.

La legitimación amplia, para la representación de intereses colectivos,

constituye la expresión, a nivel del derecho procesal, de mecanismos institucionales de

control que cumplen con los propósitos explícitos contenidos en la Constitución

Nacional y en la Ley Nº 24.240 de Defensa del Consumidor y que responden a

necesidades de la sociedad. (Derecho Procesal del Consumidor, Horacio Luis Bersten,

Editorial La Ley.)

Es conveniente reseñar, como expresa Dante D. Rusconi, en su obra “Acciones


judiciales de los consumidores” (Editorial Juris, año 2004), que los derechos

individuales homogéneos son aquellos que derivan de (o tienen) un origen común; es

decir aquellos derechos cuya titularidad está perfectamente individualizada y es

divisible, pero han sido lesionados como consecuencia de una misma situación

(producto o servicio) y podrán ser ejercidos procesalmente mediante una acción común

o colectiva. Son una subespecie de los derechos colectivos.

También ubica dentro de la categoría de derechos colectivos a los derechos

individuales homogéneos, el Dr. Stiglitz en su obra Reglas de Defensa del Consumidor,

pág. 92.

Y el mismo autor Rusconi citado, agrega: “En cada caso, las circunstancias

fácticas nos indicarán dentro de qué categoría se encuadran los derechos del

consumidor lesionado. Si quienes sufren el perjuicio son, por ejemplo, clientes de un

banco determinado que ha decidido incluir en los resúmenes de cuenta de todos ellos,

cargos o gastos en forma arbitraria, los cuales no habían sido contemplados en las

cláusulas estipuladas al contratar el servicio; nos encontraremos en presencia de la

afectación de un derecho de carácter”.

Cabe mencionar el decisorio de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo

Comercial (Sala E) - Recurso Extraordinario denegado por la Excelentísima Corte

Suprema de la Nación- en “DGDC del GCBA c/ Banca Nazionale del Lavoro S.A.

s/sumarísimo”, en los que la Dirección General de la Defensa del Consumidor del

Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires promovió demanda contra la Banca Nazionale

del Lavoro S.A. con el objeto de que se impidiese el cobro y se ordenase el reintegro de

los cargos impuestos por dicha entidad a los titulares y usuarios de tarjetas de crédito en
el ámbito de la ciudad autónoma de Buenos Aires, liquidados en los respectivos

resúmenes como “cargo por diferir pago”, causa en la que se expresara que tanto la

Autoridad de Aplicación de la Ley Nº 24.240 como, por ende, las asociaciones de

defensa del consumidor, gozan de legitimación activa para la representación de intereses

colectivos de los consumidores.

Expresa el pronunciamiento que “no caben dudas que la actora posee interés

suficiente para demandar tanto el cese del cobro del cargo reputado ilegítimo, como la

restitución de lo cobrado por dicho concepto, en tanto resulta responsabilidad primaria

de la Dirección General de Defensa y Protección al Consumidor vigilar el

cumplimiento de la ley N° 24.240 de Defensa al Consumidor”, por lo que “la

legitimación de la actora deriva, entonces, del cumplimiento de una de las finalidades

para las que fue creada, de modo que cabe concluir que posee interés legítimo y, por

ende, aptitud para accionar en defensa de los consumidores de esta ciudad”, sin que sea

“óbice para que la pretensión se concrete -como sucede en la especie- en defensa de

intereses patrimoniales individuales”.

En este decisorio se califica el proceso como una acción en defensa de intereses

colectivos deducida por quién resulta ser la autoridad de aplicación -en el ámbito de la

Ciudad de Buenos Aires- de la Ley de Defensa del Consumidor, en paralelismo con la

acción de amparo en defensa de los intereses y derechos de incidencia colectiva de los

consumidores y usuarios prevista por la Constitución Nacional en su artículo 43, sin

perder de vista que el Decreto Reglamentario Nº 1.798/94 establece que, para poder

reclamar judicialmente, se debe requerir a las asociaciones de consumidores carta poder,

exceptuándolas de tal requisito en aquellos casos en que actuaren en defensa de los


intereses generales de los consumidores. Obsérvese, adicionalmente, en el orden de

ideas que se consigna, que la presente demanda, cuyo objeto refiere a la mera

“restitución” de las sumas percibidas indebidamente a los consumidores, en nada obsta a

la eventual pretensión adicional de daños y perjuicios que pudiera -en su caso- incoar

cada particular damnificado; que por otra parte, en este caso, sí sería el único legitimado

para accionar por la reparación de los daños y perjuicios personalmente sufridos. Es

más, la presente demanda, sería perfectamente complementaria con eventuales

pretensiones individuales como la referida.

LA LEY 26.361. APLICACIÓN AL CASO

La Ley 26.361, modificatoria de la 24.240, de orden público y aplicable

puntualmente al caso, despejó cualquier tipo de dudas respecto a la legitimación de las

Asociaciones de Consumidores.

Así, en su parte pertinente el art. 55 dispone que “Legitimación. Las

asociaciones de consumidores y usuarios constituidas como personas jurídicas

reconocidas por la autoridad de aplicación, están legitimadas para accionar cuando

resulten objetivamente afectados o amenazados intereses de los consumidores o

usuarios. Las acciones judiciales iniciadas en defensa de intereses de incidencia

colectiva cuentan con el beneficio de justicia gratuita”.

Asimismo, el artículo 54 en su tercer párrafo expresa terminando

definitivamente con cualquier resistencia con relación a la cuestión individual y

patrimonial- que Acciones de Incidencia Colectiva. “si la cuestión tuviese contenido

patrimonial (la sentencia) establecerá las pautas para la reparación económica o el


procedimiento para su determinación sobre la base del principio de reparación integral.

Sí se trata de restitución de sumas de dinero se hará por los mismos medios que fueron

percibidas, de no ser ello posible, mediante sistemas que permitan que los afectados

puedan acceder a la reparación y si no pudieran ser individualizados, el juez fijará la

manera en que el resarcimiento sea instrumentado, en la forma que más beneficie al

grupo afectado. Si se trata de daños diferenciados para cada consumidor o usuario de ser

factible se establecerán grupos o clases de cada uno d ellos y, por vía incidental, podrán

estos estimar y demandar la indemnización particular que les corresponda.

De la simple lectura y el juego armónico de ambos artículos surge claramente

aunque la vieja redacción de los artículos. 52 y 55 tampoco dejaban lugar a dudas- la

legitimación que otorga la ley de defensa del consumidor para la protección de los

derechos de incidencia colectiva.

EL CASO HALABI

No se puede dejar de soslayar el histórico fallo de la Corte Suprema de Justicia

de la Nación en la causa “HALABI, ERNESTOC/ P.E.N LEY 25873- DTO 1563/04 S/

AMPARO LEY 16.986 (S.C. H 270, L XLII), donde expresamente se reconoció la

legitimación de las Asociaciones de Consumidores para accionar en defensa de derechos

de incidencia colectiva referentes a intereses individuales homogéneos derivados de

afectaciones como en el caso de autos, de los derechos de los usuarios y consumidores.

Expresa el voto mayoritario: “En estos casos no hay un bien colectivo, ya que

se afectan derechos individuales enteramente divisibles. Sin embargo, hay un hecho

único o continuado que provoca la lesión a todos ellos y por lo tanto es identificable una

causa fáctica homogénea. Este dato tiene relevancia jurídica porque en tales casos la
demostración de los presupuestos de la pretensión es común a todos esos intereses,

excepto en lo que concierne al daño que individualmente se sufre. Hay una

homogeneidad fáctica y normativa que lleva a considerar razonable la realización de un

solo juicio con efectos expansivos de la cosa juzgada que en él se dicte, salvo en lo que

hace a la prueba del daño”.

Y agrega que “La procedencia de este tipo de acciones requiere la verificación

de una causa fáctica común, una pretensión procesal enfocada en el aspecto colectivo de

los efectos de ese hecho y la constatación de que el ejercicio individual no aparece

plenamente justificado. Sin perjuicio de lo cual, también procederá cuando pese a

tratarse de derechos individuales, exista un fuerte interés estatal en su protección, sea

por su trascendencia social o en virtud de las particulares características de los sectores

afectados.

El primer elemento es la existencia de un hecho único o complejo que causa

una lesión a una pluralidad relevante de derechos individuales.

El segundo elemento consiste en que la pretensión debe estar concentrada en

los efectos comunes y no en lo que cada individuo puede peticionar, como ocurre en los

casos en que hay hechos que dañan a dos o más persona. De tal manera, la existencia de

causa o controversia, en estos supuestos no se relaciona con el daño diferenciado que

cada sujeto sufra en su esfera, sino con los elementos homogéneos que tiene esa

pluralidad de sujetos al estar afectados por un mismo hecho.

Como tercer elemento es exigible que el interés individual considerado

aisladamente, no justifique la protección de una demanda, con lo cual podría verse

afectado el acceso a la justicia. Sin perjuicio de ello, como se anticipó, la acción


resultará de todos modos procedente en aquellos supuestos en los que cobran

preeminencia otros aspectos referidos a materias tales como el ambiente, el consumo o

la salud o afectan a grupos que tradicionalmente han sido postergados o en su caso

débilmente protegidos. En esas circunstancias, la naturaleza de esos derechos excede el

interés de cada parte, y al mismo tiempo, pone en evidencia la presencia de un fuerte

interés estatal para su protección, entendiendo como el de la sociedad en su conjunto”

Como V.S. puede apreciar los requisitos delineados por la Corte Suprema se

verifican indudablemente en el presente caso.

En efecto existió un hecho único que causó una lesión a una pluralidad

relevante consumidores.

La pretensión de esta parte la mera restitución de lo indebidamente percibido

por la expresa violación de la Ley- está concentrada en los efectos comunes para todos

los usuarios afectados.

Y finalmente como señala la Corte, hay una clara afectación del acceso a la

Justicia, ya que no se justifica que todos y cada uno de los usuarios afectados,

promuevan miles de demandas individuales peticionando la restitución de dichas sumas,

con lo que se cumple también el tercer requisito mencionado en el precedente en

cuestión.

La Justicia Comercial en numerosos pronunciamientos, receptando el

precedente HALABI, y en causas con objeto similar al presente, ha fallado a favor de la

legitimación de ADUC para demandar en defensa de los derechos de usuarios y

consumidores.

OTROS FALLOS SEÑEROS DE LA C.S.J.N.


Siguiendo los lineamientos de la doctrina sentada en el caso “Halabi” la Corte

Suprema de Justicia dictó nuevos pronunciamientos relevantes en la materia. La

importancia de los mismos radica en que se trata de acciones iniciadas por Asociaciones

de Consumidores en las que expresamente se reconoció su legitimación activa para

demandar en acciones colectivas similares a la aquí entablada.

Así lo ha dejado claro en autos “Padec c/Swiss Medical S.A s/ Nulidad de

Cláusulas Contractuales” del 21 de agosto de 2013, publicado en La Ley 2013-E, 290;

“Unión de Usuarios y Consumidores c/ Telefónica de Argentina”, de fecha 6 de marzo

de 2014; el 24 de junio de 2014 se pronuncia reconociendo la legitimación de las

Asociaciones de Consumidores para accionar en defensa de interés individuales

homogéneos en autos “Consumidores Financieros c/ La Meridional” y “Consumidores

Financieros c/ Banco Itaú” y recientemente el 16 de junio de 2015 en autos “Padec

c/BBVA”.

Tal como lo reconoce definitivamente el Máximo Tribunal de la Nación,

aquí media en materia de consumidores un interés superior y de carácter Estatal, en

consecuencia las acciones colectivas de consumo se encuentran normadas por el art.

54 de la Ley 24.240, habilitando a ADUC a representar intereses individuales

homogéneos.

Y toda la Jurisprudencia elaborada desde el antecedente Halabi RATIFICA

todos los principios reiterados en el presente:

“Recuérdese que para otorgarle legitimación a la actora para accionar en

defensa de un universo de consumidores con base en derechos individuales


homogéneos, la Corte estableció que debían darse tres (3) elementos. El primero

consiste en la verificación de una causa fáctica común, es decir la existencia de un

hecho que causa lesión a varios derechos individuales. El segundo es que la

pretensión debe estar enfocada en el aspecto colectivo de los efectos de ese hecho y no

en lo que cada individuo puede peticionar. Por último, el tercer elemento consiste en

que el interés individual considerado aisladamente, no justifique la promoción de la

demanda (cfr. CNCom. Sala A, “Padec - Prevención Asesoramiento y Defensa del

Cons. c/ Bankboston N.A. s/ sumarísimo”, del 05.08.10). La legitimación de la

asociación actora deriva pues del cumplimiento de su objeto social, a cuyo fin se halla

inscripta en el Registro Nacional de Asociaciones de Consumidores. Por lo que

corresponde considerar que tiene un interés legítimo y, por ende, aptitud para

demandar con el alcance que resulta de la pretensión aquí deducida (cfr. art. 55, Ley

24.240 reformada por Ley 26.361; ver CSJN in re "Asociación de Grandes Usuarios

de Energía -AGUEERA- c/ Provincia de Buenos Aires", Fallos 320:690; íd.

“Asociación Benghalensis y otros c/Estado Nacional", del 01.06.00), sin que

constituya óbice el hecho de que la actuación se refiera a la defensa de intereses

patrimoniales individuales (cfr. CNCom. Sala E, in re "Dirección General de

Defensa del Consumidor G.C.B.A. c/ Banca Nazionale del Lavoro", del 10.05.05; cit.

por Sala C, “Asociación ADUC c/ Standar Bank Argentina S.A. s/sumarísimo”, del

09.04.10). De modo que corresponde rechazar la excepción de falta de legitimación

activa opuesta por el demandado si el derecho cuya protección procura la actora es de

incidencia colectiva referente a intereses individuales homogéneos, y que se

encuentran cumplidos "los recaudos para hacer viable una acción colectiva en los
términos de la doctrina sentada por esta Corte en el precedente 'Halabi' (Fallos

332:111, del 24.02.09). Además, debe admitirse que la pretensión de la actora está

concentrada en los "efectos comunes" para toda la clase involucrada, en tanto se ha

puesto en cuestión la procedencia de una conducta que perjudicaría por igual a todos

aquellos usuarios a quienes se les abona la indemnización por un siniestro acaecido.

Se reconoce así que los fundamentos jurídicos de la pretensión resultan uniformes

respecto de la totalidad del colectivo que se pretende representar. (…) Finalmente

debe apuntarse que, tal como precisó la Sra. Agente Fiscal en fs. 517 vta. “in fine”, la

discusión sobre la legitimación de las asociaciones para promover acciones colectivas

como la que nos ocupa ha quedado definitivamente zanjada a favor de aquéllas, cfr.

dictamen n° 121.447 del 04.11.08, “Centro de Educación al Consumidor c/ CEMIC

s/amparo”, Sala E, n° 41/07.”

COM 16637/2010 - ASOCIACION PROTECCIÓN CONSUMIDORES DEL

MERCADO COMUN DEL SUR (PROCONSUMER) c/ O.S.D.E. (ORGANIZACION

DE SERVICIOS DIRECTOS EMPRESARIOS) s/ SUMARISIMO (SEC. 44)

“Para ello habrá de recordarse que la Corte Suprema de Justicia de la Nación

sostiene que, en materia de legitimación procesal, la regla es que los derechos sobre

bienes jurídicos individuales sean ejercidos por su titular y que ello no cambia por la

circunstancia de que existan numerosas personas involucradas, toda vez que se trata de

obligaciones con pluralidad de sujetos activos o pasivos, o supuestos en los que aparece

un litisconsorcio activo o pasivo derivado de la pluralidad de sujetos acreedores o

deudores, o bien una representación plural. Sin embargo, en el caso “Halabi” al


identificar la existencia de la categoría de derechos a los que denominó derechos de

incidencia colectiva referentes a intereses individuales homogéneos, sentó las bases para

reconocerles legitimación procesal a las asociaciones de usuarios y consumidores. Así,

en el precedente “Padec” y luego de analizar los requisitos que deben verificarse para

concluir en que se trata de una acción colectiva, el Máximo Tribunal reconoció que las

asociaciones de usuarios y consumidores están legitimadas para reclamar en base a

aquel tipo de derechos pues, de lo contrario, podría presentarse un supuesto de clara

vulneración de acceso a la justicia (Considerando 8°). Es que frente a la homogeneidad

fáctica y normativa que presentan este tipo de litigios, se torna razonable la realización

de un solo juicio con efectos expansivos de la cosa juzgada. Y en el presente caso,

puede considerarse que los elementos que condicionan la admisibilidad de este tipo de

procesos se encuentran presentes. En primer lugar, la verificación de una causa fáctica

común (aumentos del 12% y del 7% aplicados a las cuotas de todos los afiliados sin que

hayan sido comunicados o informados previamente, en violación a la Res. 9/2004

Secretaría de Coordinación Técnica del Ministerio de Economía), en segundo lugar, una

pretensión procesal enfocada en el aspecto colectivo de los efectos de ese hecho

(suspensión de la facturación a los afiliados de la tarifa incrementada hasta que se dé

cumplimiento con las disposiciones vigentes y restitución de lo pagado) y, finalmente y

en tercer lugar, la constatación de que el ejercicio individual no aparece plenamente

justificado (ver montos informados en los instrumentos adjuntos a la demanda a fs.

44/48). De allí que, verificados tales extremos, debe considerarse que Proconsumer está

legitimada para promover este proceso colectivo.”


Incluso la CSJN recientemente en los autos:

"Consumidores Financieros Asociación Civil para su Defensa c/ La Nueva

Cooperativa de Seguros Limitada s/ ordinario". COM. 37547/2011/CS1.

"Consumidores Financieros Asociación Civil p/ su defensa c/ Prudencia Cía.

Argentina de Seguros Generales SA s/ ordinario" - 26/12/2017.

REVOCÓ LA FALTA LEGITIMACIÓN ACTIVA DECIDIDA POR LA

CÁMARA NACIONAL DE APELACIONES EN LO COMERCIAL SALA C

respecto de una ASOCIACIÓN en “la pretensión orientada a obtener la restitución a

los clientes alcanzados por aquella cláusula que pretende nula, de los importes que

éstos hubieran erogado en cada una de las hipótesis a las que refiere la parte actora en

la demanda”

Así, la Corte señaló:

2°) Que, al dictar nueva sentencia a raíz del reenvío dispuesto, la Sala C del

tribunal a quo solo admitió parcialmente la legitimación de la asociación actora para

iniciar el presente proceso colectivo.[-]

En efecto, la cámara consideró que “en tanto se persigue la declaración de

nulidad, por abusiva, de la cláusula del contrato de seguro que establece que habrá

destrucción total del automotor cuando la realización de sus restos no supere el valor del

veinte por ciento del precio de venta al contado en plaza” (confr. fs. 275, segundo

párrafo), se trata de un derecho de incidencia colectiva referente a intereses individuales

homogéneos. En cambio, entendió que tal homogeneidad en los intereses a tutelar no se

presentaba en “la pretensión orientada a obtener la restitución a los clientes alcanzados

por aquella cláusula que pretende nula, de los importes que éstos hubieran erogado en
cada una de las hipótesis a las que refiere la parte actora en la demanda” (confr. fs. 275,

punto III, primer párrafo).

….

4°) Que la interpretación de las sentencias de la Corte Suprema, en las mismas

causas en que ellas han sido dictadas, constituye cuestión federal suficiente para ser

examinada en la instancia de excepción, en los supuestos en que la decisión impugnada

consagra un inequívoco apartamiento de lo dispuesto por el Tribunal y desconoce, en lo

esencial, aquella decisión (Fallos 321:2114 y 325:3389, entre otros).

5°) Que ello es lo que ocurre en el sub lite, toda vez que la Cámara, en la

argumentación brindada para su decisión y pese a que ese había sido puntualmente el

objeto de lo decidido por este Tribunal, volvió a examinar el concurso de los recaudos

de procedencia de la legitimación de la actora para iniciar la presente acción en el marco

de un proceso colectivo.

6°) Que, en efecto, el a quo, después de reconocerle habilitación genérica a la

actora para accionar en los términos del artículo 43 de la Constitución Nacional en

defensa de los consumidores, examinó la concurrencia de los requisitos que, según lo

establecido por esta Corte en los precedentes citados en su anterior intervención,

permiten reconocerle legitimación para demandar en defensa de derechos de incidencia

colectiva referentes a intereses individuales homogéneos y, como se adelantó, concluyó

en que tales condiciones sólo se cumplían respecto de una de las pretensiones aquí

perseguidas.[-]

En tales circunstancias, corresponde acoger los agravios de la recurrente, pues

la alzada soslayó el criterio establecido por esta Corte en su pronunciamiento anterior,


en el que tuvo en cuenta los distintos reclamos formulados por la actora en el caso

concreto y, en tal contexto y sin efectuar distinción alguna, dejó sin efecto una sentencia

que ahora el a quo, con argumentos similares a los ya descalificados, reitera

parcialmente.

7°) Que, en las condiciones expuestas y frente al tiempo transcurrido desde que

se iniciaron los presentes autos, el Tribunal estima que corresponde hacer uso de la

facultad que le confiere el art. 16, segunda parte, de la ley 48 y decidir, en consecuencia,

sobre el fondo de la cuestión sometida a su jurisdicción[-] (confr. Fallos 189:292;

212:64; 214:650; 220:1107; 223:172; 240:356; 311:762 y 1003, entre otros).

Por ello, con el alcance indicado, se declara procedente el recurso

extraordinario, se revoca parcialmente la decisión apelada y se reconoce la legitimación

de la actora en el presente proceso colectivo[-]; conclusión que, cabe aclarar, no implica

abrir juicio sobre el fondo del asunto demandado. Con Costas (artículo 68, primer

párrafo, del Cód. Proc. Civ. y Com. de la Nación). Notifíquese y remítase. - Elena I.

Highton de Nolasco. - Juan C. Maqueda. - Carlos F. Rosenkrantz (en disidencia). -

Horacio Rosatti.

Frente a esto, surge entonces en forma palmaria nuestra legitimación para

representar a los consumidores y usuarios en la presente acción colectiva.

4.- PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL DEL USUARIO.

Los usuarios y consumidores de los servicios brindados por la demandada,

gozan de una protección constitucional que no se puede soslayar. En efecto, el art. 42


de la CN dispone que “los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen

derecho, en la relación de consumo, a la protección de ... (sus) intereses económicos...

a una información adecuada y veraz... y a condiciones de trato equitativo y digno ...”

como asimismo, las autoridades tienen el deber de proveer a la protección de esos

derechos.

Idéntica protección se reconoce en el artículo 46 de la Constitución de la

Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

A su vez, la Ley Nº 24.240, cuyo objeto declarado es la defensa de los

consumidores o usuarios (art. 1º), es aplicable a los consumidores objeto de autos.

El artículo 2 de la Ley dispone que quedan obligados al cumplimiento de la

misma todas las personas físicas o jurídicas de naturaleza pública o privada, que

desarrollan de manera profesional, aun ocasionalmente, actividades de producción,

montaje, creación, construcción, transformación, importación, concesión de marca,

distribución y comercialización de bienes y servicios, destinados a consumidores o

usuarios.

La referencia a "forma profesional" alude indudablemente a la "empresa" como

ente profesional dedicado a la producción, importación, distribución o comercialización

de bienes o servicios, sea que éstas se organicen jurídicamente como sociedades o no.

Así es que tanto el empresario individual como la empresa organizada jurídicamente

como sociedad mercantil, quedan comprendidos en el marco de la Ley Nº 24.240.

De manera tal que la demandada queda comprendida en la Ley Nº 24.240.

Surge un criterio interpretativo armonizador de la misma Ley de Defensa del

Consumidor que dispone, en su art. 3, que “las disposiciones de esta ley se integran con
las normas generales y especiales aplicables a las relaciones jurídicas antes

definidas…”, concluyendo la norma que “en caso de duda, se estará siempre a la

interpretación más favorable para el consumidor”.

La ley ampara al consumidor independientemente del grado de conocimiento

que el mismo pueda tener respecto de sus derechos (C1ª Civ. y Com., Mar del Plata,

Sala II, 20.11.1997, “Martinelli, José A. c/Banco del Buen Ayre”, LLBA, 1998, 511;

CAp. Cont. Adm. y Trib., CABA, Sala II, 8.6.2004, “Staff Médico SA c/Ciudad de

Buenos Aires”, LL Online; CAp. Fed., Mar del Plata, 10.4.2006, “Marceillac, Juan I.

c/Telefónica Comunicaciones Personales SS”, LLBA, 2006, 1218; CNCom., Sala D,

6.2.2008, “Plá Cárdenas, Ramón c/All Seasons SRL y otro”, LL Online).

Se ha reconocido que "en el contexto de la Ley de Defensa del Consumidor

emerge un concepto solidarista al dotar a la norma de su caracterización de

obligatoriedad por tratarse de una ley de orden público y emanar de ella una máxima

hermenéutica de guía: cuando en su art. 3 in fine- nos indica que, en caso de duda, se

estará siempre a la interpretación más favorable para el consumidor". (Cámara

Nacional de Apelaciones en lo Civil Comercial Federal, Capital Federal Sala III

“BIESTRO DE BOVER AMELIA T. c/ TELEFONICA DE ARGENTINA SA. s/

AMPARO”. SENTENCIA, 8379/92 del 16 DE DICIEMBRE DE 1994).

La jurisprudencia de nuestros Tribunales tiene dicho: "El art. 42 de la C.N.

tiene una doble proyección; el derecho de los usuarios y consumidores a la protección

de sus intereses personales y económicos, y el correlativo deber del Estado de

asegurarlos; deber que también es exigible a los proveedores de bienes y servicios.


Estas garantías son operativas, y no dependen de su reglamentación, atento a su

naturaleza y a la vía jurídica que se prevé expresamente en el art. 43 de la C.N. conf.

Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal, Capital

Federal, Sala IV. Youssefian, Martín c/ E.N. -Secr. de Comunicaciones s/ amparo ley

16.986. SENTENCIA, 22.776/97 del 23 DE JUNIO DE 1998.

5.- PROCEDENCIA DEL PROCEDIMIENTO SUMARÍSIMO.

En cuanto al tipo de proceso que corresponde aplicar a las relaciones de

consumo, la Ley Nº 24.240, en su art. 53, establece que: “Se aplicarán las normas del

proceso de conocimiento más abreviado que rijan en la jurisdicción del tribunal

ordinario competente”.

En virtud de ello, el proceso de conocimiento más abreviado aplicable a las

presentes actuaciones resulta ser el proceso sumarísimo regulado por los artículos 321 y

498 del C.P.C.C.N.

Cabe resaltar que en el ámbito internacional, se ha ido acrecentando el interés

por la existencia de garantías y de procedimientos judiciales efectivos, tendientes a

tutelar DERECHOS FUNDAMENTALES del Hombre ante violaciones o lesiones

causadas por actos u omisiones de la autoridad pública, y de particulares, actúen éstos

en forma individual o colectiva.

Así, a través de las convenciones y declaraciones internacionales de derechos

humanos- incorporados al plexo constitucional por imperio del art. 75 inc. 22 de la CN-

el Estado Argentino se compromete a la preservación de los derechos de la personas, y

los garantiza mediante la implementación de medidas judiciales y de normas procesales


adecuadas, que brinden auxilio inmediato y eficiente a los afectados por violaciones o

perturbaciones de esos derechos, que son los que se encuentran en juego en la presente

acción.

Como ejemplo de lo expuesto, basta citar la Declaración Universal de los

Derechos del Hombre, de la Asamblea General de las Naciones Unidas, del 10 de

diciembre de 1948, y la Convención Americana sobre Derechos Humanos, del

denominado Pacto de San José de Costa Rica (aprobada por Ley Nº 23.054).

La citada Declaración establece en su art. 8 que “toda persona tiene derecho a

un recurso efectivo, ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra

actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la

ley.”

Por su parte, la Convención Americana, en su art. 25, ap. 1, expresa: “Toda

persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo

ante los jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus

derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la presente

Convención aun cuando tal violación sea cometida por personas que actúen en

ejercicio de sus funciones oficiales”.

6. COMPETENCIA.

V.S. resulta competente para entender en la presente acción atento lo normado

en el art. 5º del Código de rito, según el cual la competencia se determinará por la

naturaleza de las pretensiones deducidas en la demanda.


7. HECHOS.

ZURICH ofrece al público SEGURO DE AUTOMOTOR. Este seguro en

nuestro país es obligatorio (art. 68 ley 24449 por remisión art. 1 ley 13927).

En ejercicio de dicha actividad comercial se suscriben con los usuarios

contratos por adhesión a cláusulas y condiciones predispuestas, dando origen al

denominado “contrato de seguro”.

Por definición es el contrato en virtud del cual el demandado se obliga, por el

pago de una suma de dinero llamada prima, a indemnizar a otra persona, que recibe el

nombre de asegurado, las pérdidas o daños que éste pueda sufrir como resultado del

acaecimiento de “ciertos riesgos” que son “objeto” del seguro. Lo integran la solicitud

del seguro, los cuestionarios anexos a ésta, las condiciones generales, especiales y

particulares, y las posteriores addenda que se incluyan en ella. Cuando se mencione la

expresión “esta póliza” en un contrato de seguros, se entenderá que incluye todos los

apartes mencionados. En este documento se establecen las normas que han de regular la

relación contractual de aseguramiento entre ambas partes (asegurador y asegurado),

especificándose sus derechos y obligaciones respectivos.

Este contrato se caracteriza por ser, fundamentalmente, consensual, bilateral,

aleatorio, oneroso, de adhesión y por estar basado en la buena fe.

Como es de público y notorio conocimiento, a partir de las 00.00 hs. del día 20

de marzo de 2020 mediante el DNU 297/2020 se decretó el Aislamiento Social

Preventivo y Obligatorio. En su art. 2 se dispuso que durante la vigencia del

Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio las personas debían permanecer en sus


residencias habituales, absteniéndose de concurrir a sus lugares de trabajo y desplazarse

por rutas, vías y espacios públicos. Dicha medida se prorrogó estrictamente y bajo

control de las fuerzas públicas, para la generalidad de la población.

Como consecuencia de ello el tránsito vehicular se vio reducido en

aproximadamente un 80%, y con ello la siniestralidad.

Esta reducción de la circulación y de la siniestralidad conllevó a la reducción

de los costos que las aseguradoras debieron (y deberán) afrontar.

Sin embargo, el seguro automotor obligatorio mantuvo el valor de la prima.

En dicho contexto ADUC ha recibido varias denuncias de los consumidores

que se ven afectados por la continuidad de los cobros de las primas del seguro de

automotor, mientras permanecen estacionados y casi sin uso.

8.- Violación de Derechos

8.1.- Violación del Contrato de Seguro, de la Ley 17418 y de la Ley 24240.

Debe recordarse que la “prima” a aplicar a un tipo de riesgo concreto, que el

consumidor debe abonar por el seguro automotor (haciendo referencia tanto a automóvil

como a moto), se determina en virtud de un conjunto de estudios matemáticos y

estadísticos.

Son premisas ineludibles de este cálculo el índice de siniestralidad (proporción

entre el coste de los siniestros y las primas adquiridas), los gastos de administración y

adquisición (gastos internos y externos) y otros factores correctores tales como

incidencias de reservas, recargos de seguridad, beneficios, etc.

También se encuentra determinada mediante un análisis del riesgo, a través de


un procedimiento técnico para lograr el adecuado equilibrio.

En este contexto resulta fundamental el término “Características del Riesgo”

que son los elementos intrínsecos de un bien asegurado o con intención de asegurar, que

lo describen, definen, establecen la posibilidad del riesgo y permiten considerar la tarifa.

Las compañías aseguradoras también aplican técnicas de CALCULO DE

PROBABILIDADES, que por medio de estudios estadísticos y la ley de los grandes

números, permite prever, con relativa exactitud, el grado de probabilidad de que se

produzca determinado evento (siniestro) de entre un gran número de riesgos posibles.

En el contexto del Aislamiento Preventivo Social y Obligatorio ha existido -sin

lugar a dudas- una clara DISMINUCIÓN DEL RIESGO (Situación que se produce

cuando, por determinados acontecimientos, ajenos o no a la voluntad del asegurado, el

riesgo cubierto por una póliza adquiere una peligrosidad inferior a la inicialmente

prevista).

Esta disminución del riesgo necesariamente implica un reajuste en las primas.

Y así lo establece claramente la Ley 17418 en su art. 34, 2da. Parte:

“Cuando el riesgo ha disminuido, el asegurado tiene derecho al reajuste de la

prima por los períodos posteriores, de acuerdo a la tarifa aplicable al tiempo de la

denuncia de la disminución.”

Al resultar esa DISMINUCIÓN DE RIESGO de público y notorio, la denuncia

de esta disminución resulta innecesaria.

Qué ha hecho la demandada frente a esta disminución del riesgo: NADA. HA

CONTINUADO PERCIBIENDO DE LOS CONSUMIDORES LA MISMA PRIMA.


Se debe señalar que la ley 17418 integra el contrato de seguro que rige la

relación de las partes.

Debido a ello, claramente se observa en el accionar descripto una flagrante

violación de lo dispuesto en los artículos 4º y 19 de la Ley Nº 24.240, que establecen:

Art. 4°: “Quienes produzcan, importen, distribuyan o comercialicen cosas o

presten servicios, deben suministrar a los consumidores o usuarios, en forma cierta y

objetiva, información veraz, detallada, eficaz y suficiente sobre las características

esenciales de los mismos”.

Art. 19: “Quienes presten servicios de cualquier naturaleza están obligados a

respetar los términos, plazos, condiciones, modalidades, reservas y demás

circunstancias conforme a las cuales hayan sido ofrecidos, publicitados o convenido”.

Los pagos realizados desde el 20 de Marzo de 2020 y hasta la normalización

del servicio ofertado, carecen de fundamento por parte del consumidor, implicando un

claro abuso de la empresa en su percepción.

Ha reconocido la jurisprudencia: “La ley 24.240 es una ley de orden público y

los particulares no pueden dejar sin efecto derechos que asegura nuestra Constitución

en su art. 42.” (C. Nac. Cont. Adm. Fed., sala 1ª, 12/02/1998, - Gestionar v. Secretaría

de Comercio e Inversiones /Disp. DNCI 68/97. Causa nº 10411/97/01). Y aquí cabe

formular la presente digresión: desde el año 1993, fecha de sanción de la Ley N° 24.240

de Defensa del Consumidor, y con mayor vigor jurídico a partir del año 1994, con la

reforma de nuestra Carta magna, los derechos de los consumidores ostentan rango
constitucional en nuestro ordenamiento jurídico.

En efecto, el art. 42 de la Constitución Nacional, literalmente establece: “Los

consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en la relación de

consumo, a la protección de su salud, seguridad e intereses económicos; a una

información adecuada y veraz; a la libertad de elección, y a condiciones de trato

equitativo y digno. Las autoridades proveerán a la protección de esos derechos, a la

educación para el consumo, a la defensa de la competencia contra toda forma de

distorsión de los mercados, al control de los monopolios naturales y legales, al de la

calidad y eficiencia de los servicios públicos, y a la constitución de asociaciones de

consumidores y de usuarios. La legislación establecerá procedimientos eficaces para la

prevención y solución de conflictos, y los marcos regulatorios de los servicios públicos

de competencia nacional, previendo la necesaria participación de las asociaciones de

consumidores y usuarios y de las provincias interesadas, en los organismos de

control.”.

Obsérvese que, en el caso de marras, la demandada, con su accionar ilegal, ha

vulnerado claras previsiones de orden constitucional como resultan ser el derecho a

condiciones de trato digno y equitativo y, en particular, a los intereses económicos de

los consumidores, en el caso, todos los usuarios de la empresa han debido soportar

cobros ilegales y carentes, en consecuencia, de todo sustento jurídico.

Como se demostrará oportunamente, la demandada ha generado en perjuicio de

los usuarios falsas creencias acerca de sus derechos y las correlativas obligaciones de la

empresa.

La conducta descripta comporta un grave engaño al usuario y vulnera así su


inalienable derecho constitucional. Es más, le modifica al usuario la naturaleza propia

de la relación de consumo imponiéndole una carga obligacional ilícita y que mantiene

oculta su procedencia en perjuicio de los usuarios profanos en la materia.

En este contexto de la existencia de un contrato de consumo de adhesión, deben

reputarse abusivas en los términos del art. 37 de la Ley 24.240 las cláusulas que

desnaturalicen las obligaciones o limiten la responsabilidad por daños; las cláusulas que

importen renuncia o restricción de los derechos del consumidor o amplíen los derechos

de la otra parte y las cláusulas que contengan cualquier precepto que imponga la

inversión de la carga de la prueba en perjuicio del consumidor.

Debe considerar V.S. que estamos frente a una típica relación de consumo,

donde lamentablemente se pone de manifiesto una clara conducta abusiva e ilegal del

proveedor.

8.2) Principio de Buena Fe. Enriquecimiento sin justa causa. Restitución

del dinero percibido ilegalmente.

Debe señalarse que el contrato de seguro posee como principio rector “la buena

fe” en los términos de los ats. 9 y 961 del Código Civil y Comercial, y arts. 4 y 5 de la

ley 17418.

Este principio ha sido VIOLADO por la demandada, atento que la limitación -

casi anulación de circulación- ha provocado una disminución del riesgo que no ha sido

reflejada en las primas que la empresa ha percibido de los consumidores.


La percepción de una prima que no se condice con el riesgo asegurado, que no

refleja la disminución del riesgo acaecido en virtud del aislamiento preventivo social y

obligatorio, en infracción a la normativa vigente en la materia le proporcionó a la

demandada un lucro injustificado a costa de los usuarios que ven así perjudicado su

patrimonio.

Esta percepción de dinero, que no es avalada por disposición legal alguna,

carece de causa y hace nacer en cabeza de la empresa la obligación de restituir las sumas

percibidas ilegítimamente a los usuarios que se vieron empobrecidos.

Desconocer esta obligación significaría aceptar que la demandada pueda

obtener un provecho económico con base en una actividad improcedente e ilegal, por

ella misma diseñada y ejecutada, no pudiendo consentir el ordenamiento jurídico la

obtención de ganancias con fundamento en actividades de tal forma viciadas.

Así, se ha dicho que “el patrimonio de una persona puede variar en razón de

todos los medios permitidos por la ley para adquirir y obligarse. Siempre que las

modificaciones tengan como antecedente una causa lícita, el ordenamiento jurídico

aprueba tales cambios y asigna los efectos consiguientes” (Código Civil y Leyes

Complementarias. Comentado, Anotado y Concordado, dir.: Augusto Belluscio, coord.:

Eduardo Zanonni, T III, Buenos Aires, 1981, ed. Astrea, p. 442). En igual sentido se

afirmó que “toda atribución y enriquecimiento patrimonial, o el mismo

empobrecimiento, se deben encontrar siempre justificados en razones de valía ... La

cuestión a debatir es si las personas se pueden enriquecer a expensas de otra sin

justificación suficiente, ya que aceptar dicha circunstancia sin reacción, altera la regla

de eticidad que rige toda esta problemática” (Rubén Compagnucci de Caso,


Enriquecimiento sin causa, en Derecho de Daños, Segunda Parte, Bs. As., 1993, ed. La

Rocca, p. 364 y ss.); y que “la falta de causa determina, por vía de máxima, la

restitución de todas las atribuciones objetivamente desprovistas de fundamento.” (Luis

Diez-Picazo, Fundamentos del Derecho Civil Patrimonial, T II: Las relaciones

obligatorias, Madrid, 1993, ed. Civitas, p. 519).

Siendo una finalidad primordial del derecho evitar la generación de daños, no

puede aceptarse una solución distinta a la propiciada en la presente sin soslayar la

máxima que sostiene que se debe dar a cada uno lo que es suyo.

En este contexto resulta aplicable el claro art. 1091 del Código Civil y

Comercial que exige la inmediata revisión del contrato donde forzosamente uno de los

elementos, imprevisiblemente, vulneró el equilibrio contractual tenido en miras al

contratar.

“Si en un contrato conmutativo de ejecución diferida o permanente, la

prestación a cargo de una de las partes se torna excesivamente onerosa, por una

alteración extraordinaria de las circunstancias existentes al tiempo de su celebración,

sobrevenida por causas ajenas a las partes y al riesgo asumido por la que es afectada,

ésta tiene derecho a plantear extrajudicialmente, o pedir ante un juez, por acción o como

excepción, la resolución total o parcial del contrato, o su adecuación. Igual regla se

aplica al tercero a quien le han sido conferidos derechos, o asignadas obligaciones,

resultantes del contrato; y al contrato aleatorio si la prestación se torna excesivamente

onerosa por causas extrañas a su álea propia.”

Si los usuarios pagaron SERVICIOS NO PRESTADOS en forma indebida y, a

su vez, dicho pago enriqueció las arcas de quien percibe el dinero en tal concepto, no
hay duda de que para que se repare en parte- el derecho a los intereses económicos

dañados, debe ser restituida la suma cobrada de más incluyendo los intereses

correspondientes.

A mayor abundamiento, esta restitución es contemplada en la ley de defensa

del consumidor de manera expresa, desde la modificación dispuesta por la ley 26361.

Así, conforme al art. 54 último párrafo, en las acciones como la presente: Si la cuestión

tuviese contenido patrimonial establecerá las pautas para la reparación económica o el

procedimiento para su determinación sobre la base del principio de reparación

integral. Si se trata de la restitución de sumas de dinero se hará por los mismos medios

que fueron percibidas; de no ser ello posible, mediante sistemas que permitan que los

afectados puedan acceder a la reparación y, si no pudieran ser individualizados, el juez

fijará la manera en que el resarcimiento sea instrumentado, en la forma que más

beneficie al grupo afectado. Si se trata de daños diferenciados para cada consumidor o

usuario, de ser factible se establecerán grupos o clases de cada uno de ellos y, por vía

incidental, podrán éstos estimar y demandar la indemnización particular que les

corresponda.

Debido a ello, corresponde que el demandado DEVUELVA a los consumidores

todo lo percibido desde el día 20 de Marzo de 2020 hasta la finalización del Aislamiento

Social Preventivo y Obligatorio, en exceso tomando en cuenta la disminución del riesgo

objeto del contrato.

Para aquellas personas que no utilizaron en absoluto el automotor -en un

principio todos aquellos que no eran esenciales y a partir del mes de Mayo aquellos que
tampoco eran exceptuados- debe volverse la prima que no responda a la establecida en

el denominado “seguro de garage” -que implica un 50% menos de la prima-. Para los

esenciales y exceptuados la disminución de la prima podría ser menor, pero sin lugar a

dudas la disminución del riesgo por la disminución de la circulación conlleva a una

reducción de la prima.

Esta tarea de identificación de cada uno de los asegurados debe estar a cargo de

la demandada, y ante la duda se debe estar a la máximo de “a favor del consumidor”.

Todo con los intereses correspondientes hasta la fecha de su efectiva

devolución.

b) Enriquecimiento sin causa. Pago sin causa.

Los pagos realizados en función de los hechos relatados son fruto de una

operatoria ilegal y nula, por lo cual esa suma debe ser restituida a quienes efectuaron los

pagos sin causa, conforme lo dispuesto en el art. 1796 inc. a, b, d y e del Código Civil y

Comercial.

Los principios jurídicos del pago sin causa y del enriquecimiento sin causa

determinan que el dinero sustraído a los usuarios debe volver a ellos. Fueron ellos

quienes pagaron de más, quienes sufrieron la afectación de sus derechos en forma

general (afectación de sus intereses económicos, constitucionalmente garantizados por

el art. 42 CN).

Demostrada la ilegalidad del accionar de la demandada, en la materia objeto de

esta litis, no cabe sino concluir que debe restituirse a los usuarios el dinero percibido

ilegalmente.
Como señala el Dr. A. A. Alterini: “El patrimonio de una persona puede tener

variaciones. Siempre que esas modificaciones tengan como antecedente una causa

jurídica, el ordenamiento aprueba los cambios y les asigna los efectos consecuentes.

Pero si la transformación operada en el patrimonio no reconoce una causa jurídica, el

beneficiado tiene el deber de restituir lo mal habido.”

Por lo expuesto se solicita, una vez determinado el monto cobrado de más por

los cargos aplicados en forma indebida, que surgirá de una pericia contable sobre los

libros del demandado, se ordene su restitución a los usuarios..

Huelga consignar que deviene irrelevante que los usuarios hayan efectuado

pagos sin reserva alguna. Adicionalmente por el carácter profano de los usuarios y el

carácter de proveedor profesional de servicios que resulta ser la demandada. Ha dicho la

jurisprudencia que “La falta de reserva al efectuar el pago de lo indebido a una entidad

bancaria no obsta a reclamar su repetición en virtud de la posición de superioridad con

la que actúa el banco respecto de sus deudores, debiendo tal circunstancia ser

apreciada a través del criterio más favorable para el consumidor y en definitiva, el que

le resulte menos gravoso, tal como lo impone el artículo 37 de la ley 24.240” (CNCiv,

Sala F, Horigian, Fernando J. C. Banco Francés del Río de la Plata, LL, 1999-E, 473,

1999/03/11).

En conclusión, ante la posición de superioridad que detenta la demandada, no

puede aducir que al efectuar el pago indebido el usuario debió manifestar su

disconformidad ya que esto solamente denotaría una voluntad de sacar ventaja de su

propia conducta ilícita. Además, la demandada no podría alegar su propia torpeza ni

beneficiarse con el fruto de sus incumplimientos a derechos de rango constitucional y a


leyes de orden público que rigen la materia.

Por lo tanto, no cabe más que concluir que la demandada debe restituir el

dinero percibido ilegalmente en forma íntegra, incluyendo intereses puesto que así lo

impone la ley, con carácter de orden público, y no existe ninguna razón para un trato

desigual.

9. MULTA CIVIL ART. 52 BIS LEY 24.240 - DAÑO PUNITIVO.

En atención a lo expuesto, corresponde la aplicación del daño punitivo

incorporado en el art. 52 bis de la ley 24240, conforme al cual:

“Daño Punitivo. Al proveedor que no cumpla sus obligaciones legales o

contractuales con el consumidor, a instancia del damnificado, el juez podrá aplicar una

multa civil a favor del consumidor, la que se graduará en función de la gravedad del

hecho y demás circunstancias del caso, independientemente de otras indemnizaciones

que correspondan. Cuando más de un proveedor sea responsable del incumplimiento

responderán todos solidariamente ante el consumidor, sin perjuicio de las acciones de

regreso que les correspondan. La multa civil que se imponga no podrá superar el

máximo de la sanción de multa prevista en el art. 47, inc. b) de esta ley”.

Así la doctrina ha señalado que "El daño punitivo es una multa por

incumplimiento de una parte, sin perjuicio que no ocasione un real daño moral,

material, psicológico, emergente o de otro tipo en la otra.- Es decir, la mera

circunstancia que se configure un incumplimiento, genera un derecho reparatorio a

favor del afectado, el cual, en la solución de la Ley sancionada, debe requerirlo ante el

Juez actuante. En el caso de la norma el máximo es de $5.000.000,00 en concepto de


daño punitivo.- Debe establecerse, con claridad, entonces, que la consagración del

daño punitivo, tiende a desalentar las conductas antijurídicas de los proveedores,

pudiendo propender a generar, en el marco de las relaciones de consumo, un clima de

armonía y equidad.". Dr. Flavio Lowenrosen. La sanción de la nueva ley de defensa del

consumidor. Un proyecto que clarifica ciertos aspectos sobre la defensa del usuario y

consumidor. El Dial - DCDBA.

La previsión de la multa es aplicable a las presentes actuaciones, en atención a

la relación de consumo, y al incumplimiento de obligaciones legales y contractuales por

parte del demandado.

El accionar denunciado en las presentes actuaciones, configura una violación a

la ley 24240, que hace a los damnificados beneficiarios del daño punitivo establecido en

la ley 26361 art. 52 bis, y que mediante la presente se requiere.

Por lo expuesto, tomando en cuenta que para la valuación del daño punitivo

incorporado debe graduarse en función de la gravedad del hecho y demás circunstancias

del caso (Tan importante como la gravedad del hecho es aquella malsana actitud del

proveedor que a sabiendas de que su producto causará un daño mayúsculo sabe que las

probabilidades juegan a su favor, por lo que decide lanzar y no retirar su producto del

mercado. El proveedor puede saber que no será demandado. Para subsanar esta

actitud, algunos autores han propuesto una operación matemática, descripta como el

multiplicador de daños punitivos -punitive damages multiplier-, que es aquel que tiende

a que la condena impuesta al dañador se iguale al daño causado, multiplicando el daño

causado por la recíproca de las veces que el demandado puede evitar pagar ese daño.

Es decir que el múltiplo punitivo del daño punitivo equivale a la recíproca de la


probabilidad o error de ejecución. "To align expected liability and social costs, and to

make conforming to the legal standard and the leas.cost alternative, the punitive

multiple should be set equal to the recriprocal of the enforcement error". Cooter,

Robert, "Punitive Damages, social norms and economic analysis", en John M. Olin,

Working Papers in Law, Economics and Institutions 96/97-6. En Daños Punitivos en el

Derecho Argentino. Art. 52 bis. Ley de Defensa del Consumidor. Por Edgardo López

Herrera. J.A. Fascículo 12.). En virtud de ello solicitamos a V.S. se aplique la multa

civil que estime corresponder a favor de los consumidores afectados.

10. DERECHO.

Se funda la presente acción sumarísima en lo dispuesto por el art. 42 de la

Constitución Nacional, Declaración Universal de los Derechos del Hombre, la

Convención Americana sobre Derechos Humanos, art. 46 de la Constitución de la

Ciudad de Buenos Aires, Ley Nº 24.240 y su modificatoria Ley N° 26.361, demás

normativa citada, y en la jurisprudencia y doctrina aplicable al presente caso.

11. PRUEBA.

En apoyo del derecho vulnerado se ofrece la siguiente prueba:

a) Documental:

- Copia del Poder General Judicial

- Copia de la Resolución que inscribe a ADUC bajo el N° 19 del Registro

Nacional de Asociaciones de Consumidores, dependiente de la Dirección Nacional de

Comercio Interior.
- Copia del Estatuto social de ADUC.

- Copia del Acta de Asamblea General Ordinaria donde se designan autoridades

de ADUC.

b) Informativa:

Se libren oficios:

A) Al Ministerio de Transporte de la Nación, a la Comisión Nacional del

Transito y Seguridad Vial, Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte de CABA, y a

la Subsecretaría de Transporte de la Provincia de Buenos Aires a fin que informen las

estadísticas de siniestralidad observadas en marzo, abril, mayo, junio, julio, agosto,

setiembre, octubre, noviembre y diciembre de 2019, enero y febrero 2020, marzo, abril,

mayo, junio, julio, agosto, setiembre, octubre, noviembre, diciembre de 2020 ó hasta

que se determine el final del aislamiento social preventivo y obligatorio. Accidentes

acaecidos en los mismos períodos, registro de fallecimientos por accidentes de autos.

Asimismo informen si la circulación vehicular se ha visto afectada por el Aislamiento

Social Preventivo y Obligatorio.

B) Al INDEC a fin de requerirle los mismos datos.

c) Pericial:

1.- Perito Contador.

Se designe perito contador único de oficio a fin de que, examinando los libros

de comercio y demás constancias contables pertinentes informe:

1.- Si los mismos son llevados con las prescripciones y formalidades que, para
el caso, prevén las normas contables y de procedimiento dispuestas por la normativa

vigente.

2.-Las sumas de dinero percibidas en concepto de prima por seguro de

automotor desde el 20 de marzo de 2020 y hasta la finalización del Aislamiento Social

Preventivo y Obligatorio.

3.- Las sumas de dinero que deberían haberse percibido de limitar los contratos

de seguro de automotor a seguro de garage.

4.- Las diferencias en cuanto al riesgo cubierto del Seguro de automotor y el

Seguro de garage.

5.- Informe los siniestros que han sido cubiertos por la demandada durante los

meses de marzo, abril, mayo, junio, julio, agosto, setiembre, octubre, noviembre,

diciembre 2019 y en el período marzo, abril, mayo, junio, julio, agosto, setiembre,

octubre, noviembre, diciembre de 2020.

6.- Si ha existido alguna devolución/bonificación/reducción a los clientes de las

primas correspondientes al seguro de automotor.

7.- Con los resultados obtenidos en los puntos 2 y 3 informe el monto total

resultante -por cliente y en total- de las sumas percibidas actualizadas en los mismos

términos utilizados por la demandada para los casos de mora. Informe asimismo, para el

caso de devolución ya realizada al momento de la pericia, el monto de interés

correspondiente por el uso del dinero conforme el tiempo que haya sido retenido el

mismo.

8- Informe el listado de clientes de la demandada y las sumas que deberán

devolverse a los mismos que no se le ha efectuado la reducción de la póliza durante los


períodos del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio; mes por mes y debidamente

actualizadas.

9.- Todo otro dato de interés que considere pertinente.

2.- Perito Ingeniero en Sistemas informáticos.

Se designe perito Ingeniero en Sistemas informáticos, a efectos de que examine

el sistema informático de la accionada y detalle:

1.- Las sumas de dinero percibidas en concepto de prima por seguro de

automotor desde el 20 de marzo de 2020 y hasta la finalización del Aislamiento Social

Preventivo y Obligatorio.

2.- Las sumas de dinero que deberían haberse percibido de limitar los contratos

de seguro de automotor a seguro de garage.

3.- Las diferencias en cuanto al riesgo cubierto del Seguro de automotor y el

Seguro de garage.

4.- Informe los siniestro que han sido cubiertos por la demandada durante el

período marzo/julio 2019 y en el período marzo/julio 2020.

5.- Si ha existido alguna devolución/bonificación/reducción a los clientes de las

primas correspondientes al seguro de automotor.

6.- Si la demandada utiliza un sistema actuarial para el calculo de incidencia de

riesgo (aumento y disminución). De resultar la respuesta afirmativa, se realice el cálculo

de las variaciones observadas en el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio -riesgo,

circulación y siniestralidad-, haciendo uso de todas las pruebas producidas en autos.

7- Informe el listado de clientes de la demandada y las sumas que deberán


devolverse a los mismos que no se le ha efectuado la reducción de la póliza durante los

períodos del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio; mes por mes y debidamente

actualizadas.

8.- Todo otro dato de interés que considere pertinente.

3.- Perito Actuarial.

1.- A fin que informe las bases técnicas y de información estadística que se

utiliza para el cálculo de la prima en el seguro automotor.

2.- A fin que informe el riesgo tomado en cuenta en el seguro de automotor. Si

presenta incidencia la circulación y siniestralidad.

3.- A fin que informe en base a cálculos actuariales la incidencia en el riesgo

asegurado por el seguro automotor del Aislamiento Social preventivo y obligatorio.

CONSULTOR TECNICO: Esta parte propone como consultores técnicos a

los contadores Cdr. BARCHINE, Leandro Alberto C.U.I.T. 20-22301735-6 Leg.

Profesional N° 32.475/2 C.P.C.E.P.B.A.

d) Confesional:

Se cite a prestar confesional al Representante Legal de la demandada, conforme

el pliego que se adjuntara oportunamente.

12. RESERVA CASO FEDERAL.

Por verse afectados derechos y garantías constitucionales, especialmente el

derecho a la propiedad de los usuarios del servicio brindado por la demandada, se


formula reserva del Caso Federal con arreglo a lo previsto en los artículos 14 y 15 de la

ley 48, para el hipotético caso en que V.S. hiciera un análisis sobre el tema en debate

contrario a mi pretensión.

Asimismo, por verse afectados derechos y garantías protegidos por la

Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica)

reserva esta parte, el derecho de ocurrir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos

en el caso que los órganos judiciales nacionales hicieran un análisis sobre el tema en

debate contrario a mi pretensión.

13. INSTANCIA DE MEDIACION OBLIGATORIA.

Solicitamos a V.S. se declare eximido el presente proceso del trámite de

mediación obligatoria.

"Es que, tratando la presente de una acción incoada en defensa de los derechos

de cierto grupo de usuarios, considera el Tribunal que no se puede celebrar un acuerdo

con la accionada, vinculante y ejecutable como sentencia, con la simple firma del

mediador y las partes.

Para arribar a este convenio, es recaudo insoslayable la intervención del

Ministerio Público Fiscal y una decisión judicial debidamente fundada que lo

homologue (Ley 26361); extremos, que no podrían ser satisfechos en el marco del

trámite de la mediación previa obligatoria (conf. CNCom, Sala B, in re: “Acyma

Asociación Civil c/ Cienfuegos SA s/ sumarisimo”, expte. n° 33598/13, del 31/03/14, en

igual sentido: Sala A, in re: “Consumidores Financieros Asociación Civil para su

Defensa c/ Banco de San Juan SA s/ ordinario”, del 19/12/08; ídem, Sala C, in re:
“Acyma Asociación Civil c/ Elementa SRL s/ sumarísimo”, expte. n° 24891/13, del

13/03/14). Por lo demás, su apertura en este estado del proceso, no se conciliaría con los

principios de economía y celeridad procesal; máxime, cuando las partes podrán

proponer y explorar diversas alternativas en la oportunidad prevista en el art. 360 del

CPCCN, evitando así un dispendio jurisdiccional y conduciendo a una más ágil

conclusión del juicio, con los consecuentes beneficios para la administración de justicia,

los demás justiciables y las propias partes (CNCom, Sala B, in re, "Petrolera Argentina

SA c/ GM Netcom Argentina s/ ordinario", del 31/10/06; id., Sala D, in re, "Diners Club

Argentina SAC c/ Pont, Alberto s/ ordinario", del 26/04/2004, JA 8-9-2004); todo ello

sin soslayar los recaudos previstos por el art. 54 de la ley 24240 -T.O. por la ley 26361

(conf. CNCom., Sala B, in re: “Acyma Asoc. Civil c/Portfolio Personal SA y otro s/

sumarísimo”, expte. n° 22735/12, del 14/06/13).

14. INTERVENCION DEL MINISTERIO PÚBLICO FISCAL.

En atención a la naturaleza de las presentes actuaciones, vengo a solicitar se de

intervención al Ministerio Público.

Dicha intervención se encuentra determinada tanto por la Ley Nº 24.240, por la

Ley Nº 24.946 como así también por la Constitución Nacional:

a) La Ley Nº 24.240, art. 52 establece: “... El Ministerio Público cuando no

intervenga en el proceso como parte, actuará obligatoriamente como fiscal de la ley

...”.

b) La ley 24946, Orgánica del Ministerio Público, establece entre sus funciones

(art. 25) las de: promover la actuación de la justicia en defensa de la legalidad y de los
intereses generales de la sociedad (inc. a); representar y defender el interés público en

todas las causas y asuntos que conforme a la ley se requiera (inc. b); promover la

acción civil en los casos previstos por la ley (inc. d); velar por la observancia de la

Constitución Nacional y las leyes de la República (inc. g). Además, el art. 41 inc. a) de

la ley referida, respecto de los fiscales ante la justicia de Primera Instancia Federal y

Nacional de la Capital Federal, en lo civil y comercial, Contencioso Administrativo,

Laboral y Seguridad Social; les manda “hacerse parte en todas las causas o trámites

judiciales en que el interés público lo requiera de acuerdo con el art. 120 de la

Constitución Nacional, a fin de asegurar el respeto al debido proceso, la defensa del

interés público y el efectivo cumplimiento de la legislación, así como para prevenir,

evitar o remediar daños causados o que puedan causarse al patrimonio social, a la

salud y al medio ambiente, al consumidor; a bienes o derechos de valor artístico,

histórico o paisajístico en los casos y mediante los procedimientos que las leyes

establezcan”.

c) La Constitución Nacional, en su art. 120 establece: “El Ministerio Público ...

tiene por función promover la actuación de la justicia en defensa de la legalidad de los

intereses generales de la sociedad en coordinación con las demás autoridades de la

República...”

La obligación de su intervención también ha sido reconocida en la

jurisprudencia: Así, en autos “Jimenez Tomas c/ Citibank N.A. y otra -ordinario-

recurso directo” TSJCba., Sala Civil y Comercial, sentancia del 21/07/03 (voto de la

Dra. Berta Kaller Orchansky). Allí se dijo que: “El presupuesto ontológico de la

intervención del Ministerio Público, la justificación de su accionar, consiste, pues, en la


defensa de los intereses vinculados al orden público y social. Siendo ello así, la no

participación de tal órgano en un proceso en el que se encuentre comprometido el

orden público no puede ser subsanada por preclusión o consentimiento del particular...

como presupuesto procesal deviene necesario que la legitimación al Ministerio Público

se encuentre concretamente atribuida por una disposición normativa vigente... No

resulta ocioso remarcar que el Ministerio Público no interviene en nombre propio

ejerciendo la acción de otro, sino que su participación en el litigio de consumo lo es en

virtud del ejercicio de una legitimación que le es propia y que tiene un fin distinto al

perseguido por el consumidor o usuario. En otras palabras, la intervención obligada

del Ministerio Público no es a los fines que represente al particular damnificado en la

relación de consumo, ni que actúe en el nombre de una Asociación de consumidores,

sino que interviene por un interés actual, colectivo y relevante, en defensa del orden

público y de la ley, resguardando la regularidad del proceso en el que se encuentra en

juego un derecho de incidencia colectiva y garantizando la fiel observancia de los

derechos expresamente consagrados en la propia Constitución Nacional. ... La

intervención del Ministerio Público está prevista a los fines garantizar un proceso ágil

y regular que asegure la realización del valor justicia en una relación jurídica

caracterizada básicamente por la desigualdad entre los extremos de la misma... La

intervención del Ministerio Público Fiscal no sólo estaba autorizada, sino impuesta por

el art. 52 de la ley 24240. Ello implica la existencia del llamado “presupuesto

procesal”, toda vez que una norma específica le ha atribuido tal legitimación al

Ministerio Público (...)”.


15.- BENEFICIO DE GRATUIDAD

Solicitamos se conceda el beneficio de gratuidad a esta parte, ello en virtud de

lo dispuesto en el art. 55 de la Ley 24.240 que dispone que “Las acciones judiciales

iniciadas en defensa de intereses de incidencia colectiva cuentan con el beneficio de

justicia gratuita”.

La Corte Suprema de Justicia en sentencias recientes, ha puesto fin de manera

definitiva a la controversia jurisprudencial que se había suscitado en torno al alcance del

beneficio de justicia gratuita previsto en la norma citada. La discusión interpretativa con

relación a si el “beneficio de justicia gratuita” es equivalente al “beneficio de litigar sin

gastos” ha quedado definitivamente superado con el fallo “Unión de Usuarios y

Consumidores c/Nuevo Banco de Entre Ríos S.A. s/ Ordinario” (Expte U. 10 XLIX,

REX, sentencia del 30 de diciembre de 2014). Allí el máximo tribunal hizo lugar a la

reposición de su fallo en el que al rechazar un recurso extraordinario interpuesto por

Unión de Usuarios, le había impuesto las costas por resultar vencida. Es decir, que se

trató de una acción en que la asociación resultó vencida, pese a lo cual la Corte no le

impuso las costas, utilizando como fundamento el art. 55 último párrafo de la LDC.

Con igual criterio la Corte se había pronunciado también en el caso “Unión de Usuarios

y Consumidores c/BNL” ( Expte. U66. XLVI, sentencia del 11 de octubre de 2011).

Conforme la doctrina del leal acatamiento de los fallos de la Corte los

tribunales inferiores deben fundar sus sentencias con arreglo a los mencionados

pronunciamientos, respetando la regla de que la misma resulta necesaria para la

tranquilidad pública, la paz social y la estabilidad de las instituciones.

En virtud de ello es que solicitamos se conceda el beneficio de gratuidad con el


alcance mencionado, es decir incluyendo de manera expresa la tasa de justicia, demás

gastos que genere la tramitación del presente y las costas.

La Corte Suprema de Justicia de la Nación recientemente, en los autos

“Consumidores Financieros Asociación Civil p/ su defensa c/ Nación Seguros SA s/

Ord. s/Recurso de hecho” realizó un extenso análisis con relación a lo que disponen los

arts. 53 (último párrafo) y 55 de la LDC.

El más Alto Tribunal en el fallo supra mencionado, de fecha 24 de noviembre

de 2015, claramente dispuso "...6°) Que los claros términos del precepto reseñado

concluir que, al prever el beneficio de justicia gratuita, el legislador pretendió

establecer un mecanismo eficaz para la protección de los consumidores, evitando que

obstáculos de índole económica pudieran comprometer su acceso a la justicia y, en

consecuencia, privarlos de la efectiva tutela de los derechos consagrados en el texto

constitucional.

No es posible soslayar que, en el marco de las relaciones de consumo, el

consumidor se encuentra en una situación de debilidad estructural, por ello, y en orden

a preservar la equidad y el equilibrio, resulta admisible que la legislación contemple

previsiones tuitivas en su favor.

En este sentido, la gratuidad del proceso judicial configura una prerrogativa

reconocida al consumidor dada su condición de tal, con el objeto de facilitar su defensa

cuando se trate de reclamos originados en la relación de consumo.

7°) Que el otorgamiento del beneficio no aparece condicionado por el

resultado final del pleito, pues la norma lo prevé "para todas las acciones iniciadas en

defensa de intereses colectivos". Una interpretación que pretenda restringir los


alcances del precepto no solo desconocería la pauta interpretativa que desaconsej a

distinguir allí donde la ley no distingue (Fallos: 294:74; 304:226; 333:735) sino que

conspiraría contra la efectiva concreción de las garantías constitucionales establecidas

a favor de los consumidores -y de las asociaciones que pretendan proteger sus

intereses- a fin de posibilitar el acceso a la jurisdicción en defensa de sus derechos...."

Atento la resolución transcripta y este nuevo marco interpretativo vengo por el

presente a solicitar a V.S. se otorgue a la Asociación el “beneficio de justicia gratuito”

previsto por la LDC:55 extendiéndola a la totalidad de las costas que pudieran

encontrarse a su cargo originadas por la tramitación del proceso, colocándose nota

en los autos principales.

16. BENEFICIO DE LITIGAR SIN GASTOS.

Se deja constancia que, por escrito separado y por razones allí expuestas, se

promueve conjuntamente con la presente el pertinente incidente de beneficio de litigar

sin gastos, con base en lo prescripto por el art. 78 y ssgtes. del CPCC, lo que solicito se

tenga presente a fin de que se provea sin más trámite la apertura de la instancia.

17. AUTORIZA.

Autorizo a compulsar las presentes actuaciones a Srtas. María Belen Totino,

DNI 37.278. 551 y/o Pamela Alejandra Ruibal DNI 31.529.398 y/o Guillermo Luis

Avigliano D.N.I 39.769.747, en forma indistinta a quienes también se los autoriza a la

presentación y desglose de escritos y comprobantes, en especial contestaciones de

demanda, peritajes, mandamientos, oficios y/o exhortos, testimonios, como asimismo al


diligenciamiento de cédulas libradas bajo el régimen de la ley 22.172, y demás

documentos que fueran menester.

18. PETITORIO.

En mérito de lo expuesto a V.S. solicito:

a) Me tenga por presentado, por parte y por constituido el domicilio.

b) Imprima a la presente la tramitación por la vía del proceso sumarísimo

(artículo 53 de la Ley Nº 24.240.)

c) Se haga lugar íntegramente a la demanda interpuesta.

d) Se tenga presente la prueba ofrecida.

e) Se tenga presente la reserva del caso federal.

f) Se de intervención al Ministerio Público Fiscal.

h) Se conceda el beneficio de justicia gratuita.

Quiera V.S. proveer de conformidad que,

SERA JUSTICIA.

Signature Not Verified


Digitally signed by LORENA
VANESA TOTINO
Date: 2020.06.22 16:20:36 ART

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