Conceptos Básicos de Farmacología

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Conceptos básicos de

farmacología

1. Farmacocinética
La farmacocinética es la rama de la farmacología que estudia el paso de los
fármacos a través del organismo en función del tiempo y la dosis. Comprende
los procesos de absorción, distribución, metabolismo y excreción («ADME»). 

Absorción

Para que un fármaco realice su acción farmacológica en el sitio de acción es


necesario que cumpla los mecanismos de absorción, pasando a través de
membranas semipermeables hasta llegar a la sangre, lo que depende de la vía
de administración empleada y de sus características fisicoquímicas. 
 
La absorción también depende del grado de ionización y de la liposolubilidad
de los fármacos. Las formas no ionizadas y liposolubles atraviesan con mayor
facilidad y velocidad las membranas biológicas, por un proceso de difusión
simple mediado por el gradiente de concentración. 
 
Factores que intervienen en la absorción:
• Solubilidad: la absorción del fármaco es más rápida cuando está en
solución acuosa.   
• Cinética de disolución de la forma farmacéutica del medicamento. 
• Concentración del fármaco: a mayor concentración, mayor absorción. La
concentración del fármaco viene determinada por la cantidad de fármaco
que toma la persona. Si no toma la dosis recomendada, el fármaco no
atravesará la barrera celular y no tendrá efecto. Por tanto, una correcta
concentración del fármaco se logra con una correcta dosificación. 
• Circulación en el sitio de absorción: a mayor circulación, mayor absorción.
• Superficie de absorción: a mayor superficie, mayor absorción.

Tipos de absorción:


• Absorción gastrointestinal: aunque hay excepciones, la mayoría de los


fármacos se absorben en el tubo digestivo por difusión pasiva. Existen
variables que dependen del paciente que pueden influir sobre la velocidad
y cantidad de fármaco absorbida: el pH gástrico, la presencia o ausencia de
alimento, el tiempo de vaciamiento gástrico y la motilidad gastrointestinal.  

• Absorción sublingual: proporciona una absorción muy rápida, ya que la


lengua está muy vascularizada. Esto será útil en situaciones de urgencia en
las que necesitemos que el fármaco se absorba rápidamente.

• Absorción rectal: la administración rectal es de potencial importancia


terapéutica si el paciente no puede ingerir el medicamento por vía oral y el
acceso intravenoso está dificultado. La superficie rectal es pequeña pero
está muy vascularizada y sirve como importante vía alternativa para
administrar fármacos cuando la utilización oral está imposibilitada por la
presencia de náuseas, vómitos o convulsiones. Una parte de los fármacos
administrados por esta vía escapan a la influencia hepática y a la de los
jugos digestivos. Sin embargo, la absorción por esta vía frecuentemente es
irregular e incompleta, por la retención y mezcla del agente con materias
fecales que impiden el contacto con la mucosa rectal. 

• Absorción intramuscular: los mismos factores fisicoquímicos y fisiológicos


que influyen en la absorción gastrointestinal influyen en la absorción de
fármacos inyectados por vía intramuscular, siendo importante en este caso
la perfusión vascular del área donde se inyecta para permitir el pasaje del
fármaco a la circulación sistémica. Los fármacos para administración
intramuscular deben ser hidrosolubles a pH fisiológico para que no
precipiten en sitio de la inyección, y también deben ser liposolubles para
permitir su difusión a los capilares. La inyección intramuscular de sustancias
solubles en agua, en solución hídrica en un área bien perfundida alcanza
rápidamente concentraciones séricas similares a las conseguidas con una
administración intravenosa; en cambio, si la sustancia está en solución
oleosa el fármaco pasará a la circulación en forma más lenta, liberándose
poco a poco.

• Absorción percutánea (tópica): la piel es un órgano amplio e importante


para la absorción de fármacos. La absorción percutánea de un compuesto
depende directamente del grado de hidratación de la piel y del área de
superficie absortiva y está inversamente relacionada con el grosor del
estrato córneo.

• Absorción subcutánea: la absorción se realiza del tejido celular subcutáneo


hacia los vasos sanguíneos. Debido a la escasa irrigación de esta zona, la
absorción por esta vía ofrece una liberación lenta de los fármacos.

• Absorción por vía respiratoria: el acceso a la circulación es rápido debido a


la gran superficie de absorción que ofrecen los alvéolos y la gran
vascularización del sistema.

• Absorción por vía intravenosa: los fármacos que se administran por vía


intravenosa ingresan directamente en la circulación sistémica.

Distribución

Una vez que el fármaco se absorbe, ingresa a la sangre y el plasma sanguíneo y


se liga en parte a proteínas, mientras que el resto circula en forma libre. La
fracción libre es la farmacológicamente activa y la que llega al sitio de acción
donde originará el efecto o acción farmacológica (farmacodinamia). 
 
La administración de dos o más fármacos puede ocasionar una interacción a
nivel del transporte, compitiendo los fármacos por el sitio de unión proteica, lo
que puede producir un incremento de la fracción libre de uno de ellos y llegar a
niveles tóxicos.
 
El volumen de distribución aparente de un fármaco (Vd) no es un volumen
fisiológico verdadero; sin embargo, es un parámetro farmacocinético importante
que permite saber la cantidad total de fármaco que hay en el organismo en
relación con su concentración sanguínea. Conociendo el Vd de un fármaco se
puede calcular la dosis óptima para obtener una concentración sanguínea
deseada.

Metabolismo (o biotransformación)

Para ser eliminados del organismo, los fármacos deben ser transformados en
compuestos más polares e hidrosolubles, lo que facilita su eliminación por los
riñones, la bilis o los pulmones. 
 
El mecanismo de biotransformación de los fármacos origina modificaciones de
los mismos que dan lugar a metabolitos, los cuales generalmente son
compuestos inactivos o con menor actividad que el «fármaco madre».
 
La principal biotransformación de fármacos ocurre en el hígado, aunque algunos
medicamentos pueden experimentar modificaciones en los pulmones, los
riñones, las glándulas suprarrenales y la piel.
 
Las reacciones de metabolización pueden ser reacciones no sintéticas o de fase I
y reacciones sintéticas, de conjugación o de fase II.

• Reacciones no sintéticas o de fase I: se incluyen la oxidación, la reducción,


la hidrólisis y la hidroxilación. Estas reacciones dan lugar a un metabolito
con menor actividad que el «fármaco madre» o completamente inactivo. 
• Reacciones sintéticas, de conjugación o de fase II: producen casi
invariablemente un metabolito inactivo. Estas reacciones también están
catalizadas por enzimas microsomales hepáticas que se encuentran en el
retículo endoplásmico liso. La reacción más frecuente es la
glucuronoconjugación.
Excreción

Los fármacos son eliminados del organismo en forma inalterada (moléculas de la


fracción libre) o como metabolitos activos o inactivos.
 
El riñón es el principal órgano excretor de fármacos.

• Excreción renal: los fármacos se excretan por filtración glomerular y por


secreción tubular activa, siguiendo los mismos pasos y mecanismos de los
productos del metabolismo intermedio. Así, los fármacos que se filtran por
el glomérulo sufren también los procesos de reabsorción tubular pasiva. 

• Excreción hepatobiliar: la segunda vía en importancia de excreción de


fármacos después de la renal corresponde al sistema hepatobiliar. A través
de la bilis se eliminan compuestos de peso molecular alto. Se produce
principalmente por transporte activo y en algunas ocasiones es útil para
tratar infecciones biliares. Los fármacos pueden ser eliminados también a
través de las heces.

• Excreción pulmonar: la excreción pulmonar es importante para algunos


compuestos que se administran por vía inhalada.

• Excreción por leche materna: esta vía de excreción puede darse en madres


lactantes. La concentración de fármaco eliminado a través de la leche
generalmente es pequeña, pero hay que tenerlo en cuenta.

• Otros tipos de excreción: la excreción por saliva, sudor y lágrimas es


cuantitativamente poco importante, aunque puede serlo para algunas
sustancias tóxicas.
2. Farmacodinamia
La farmacodinamia comprende el estudio del mecanismo de acción de los
fármacos y de los efectos bioquímicos, fisiológicos o farmacológicos de los
mismos. 
El mecanismo de acción de los fármacos se estudia a nivel molecular, y la
farmacodinamia analiza cómo una molécula de un medicamento o sus
metabolitos interactúan con otras moléculas para producir una respuesta (efecto
farmacológico).

En farmacodinamia es fundamental el concepto de receptor farmacológico; sin


embargo, los receptores no son las únicas estructuras relacionadas con el
mecanismo de acción de los fármacos. Los fármacos también pueden actuar por
otros mecanismos, como, por ejemplo, interacciones con enzimas o a través de
sus propiedades fisicoquímicas (osmóticas, formación de quelatos, etc.).

La capacidad de un fármaco para interactuar con un receptor depende de la


afinidad del fármaco (probabilidad de que ocupe un receptor en un instante
dado) y de la eficacia intrínseca (actividad intrínseca; grado en que un ligando
activa a un receptor y conduce a una respuesta celular). La afinidad y la actividad
de un fármaco dependen de su estructura química.

El efecto farmacológico también está determinado por el tiempo que persiste el


complejo fármaco-receptor (tiempo de residencia). El tiempo de vida del
complejo fármaco-receptor se ve afectado por procesos dinámicos que
controlan la velocidad de asociación y disociación de los fármacos del objetivo. 

Un mayor tiempo de residencia explica un efecto farmacológico prolongado,


aunque un mayor tiempo de residencia también puede ser una desventaja
potencial cuando se prolonga la toxicidad de un fármaco.
Unidad 2. Principios de
neurotransmisión química

1. Cómo funciona una neurona


La neurona es la unidad anatomofuncional del sistema nervioso central. El
cerebro humano tiene decenas de billones de neuronas, conectadas entre sí. La
conexión entre neuronas se llama sinapsis.

Las neuronas tienen muchos tamaños, longitudes, formas y localizaciones


distintas que determinan sus funciones. 

Las neuronas poseen un cuerpo o soma celular; las dendritas, que son las
estructuras a través de las cuales reciben información de otras neuronas, y el
axón, la estructura mediante la cual la neurona manda información a otras
neuronas. A través de estas estructuras, las neuronas se comunican entre sí en la
sinapsis axodendrítica.

La información fluye desde las ramificaciones dendríticas hacia el cuerpo de la


neurona, donde se procesa la información, y de este hacia el axón, para «saltar»
a través de la sinapsis a otra célula.
Los componentes de la
sinapsis son: 

•Axón terminal de la
neurona presináptica que
contiene las vesículas con
neurotransmisores.
•Hendidura o espacio
sináptico.
•Receptores de membrana
de la célula postsináptica.
•Células de la glía, que son
células de soporte que, entre otras funciones, aportan energía y ayudan a
retirar los neurotransmisores usados.

Todas las células del organismo poseen una carga eléctrica. La concentración de
sales en su interior (iones de sodio, potasio, calcio, cloro…) es distinta a la del
medio en el que se encuentran (debido a la separación que confiere la
membrana celular), y esta diferencia les da una carga eléctrica que se
manifestará al permeabilizarse la membrana celular, pasando iones de un lado a
otro y creando una corriente eléctrica.

Para aumentar la velocidad de transmisión neuronal del impulso eléctrico, el


axón está envuelto por una capa «aislante», la vaina de mielina, que facilita que
la velocidad del impulso nervioso aumente considerablemente. 

Además, como podemos ver en la imagen, el axón neuronal pierde en su


extremo la mielina que lo recubre y adopta una forma de bulbo para aumentar
el área de «contacto» con la membrana de la siguiente célula (la mayoría de
veces una dendrita de otra neurona). Al llegar el impulso eléctrico al final del
axón, estimula la liberación a la hendidura sináptica de unas sustancias químicas
elaboradas en el interior de la neurona, llamadas neurotransmisores. Existen
diferentes tipos de neurotransmisores y cada neurona está especializada en
sintetizar un determinado tipo.
2. Tipos de neurotransmisores
Los neurotransmisores serán reconocidos por unas estructuras presentes en la
membrana de la célula con la que está contactando (los receptores) y actuarán
mediante un mecanismo del tipo llave-cerradura. La apertura de los receptores
transmite la información procedente de la célula anterior y desencadena una
serie de procesos basados en dicha información.

Los neurotransmisores son moléculas que se encargan de llevar las señales de


una neurona a otra. Están depositados en las vesículas sinápticas y cada uno
tiene funciones específicas. Sus alteraciones se relacionan con distintas
enfermedades mentales.

Las características básicas de los neurotransmisores son:

• La sustancia se encuentra en las terminales sinápticas.

• Las enzimas para su síntesis se hallan en las terminales presinápticas.

• El transmisor se libera cuando el impulso nervioso llega a la terminal.

• El transmisor se libera en cantidades suficientes para producir cambios en


los potenciales postsinápticos.

• La administración experimental del neurotransmisor produce cambios en


los potenciales postsinápticos.

• El bloqueo de dicha sustancia impide que el impulso presináptico


modifique la actividad postsináptica.
Neurotransmisores cerebrales:

AMINAS

• Serotonina.
• Dopamina.
• Noradrenalina/Norepinefrina.
• Adrenalina/Epinefrina.
• Acetilcolina.
• Tiramina.
• Octapamina.
• Feniletilamina.
• Triptamina.
• Melatonina.
• Histamina.
• Agmatina.

PÉPTIDOS HIPOFISARIOS

• Corticotrofina (ACTH).
• Hormona del crecimiento (GH).
• Lipotrofina.
• Hormona estimulante de melanocitos alfa (α-MSH).
• Oxitocina.
• Vasopresina.
• Hormona estimulante del tiroides (TSH).
• Prolactina.

HORMONAS CIRCULANTES

• Angiotensina.
• Calcitonina.
• Glucagón.
• Insulina.
• Leptina.
• Factor natriurético atrial.
• Estrógenos.
• Andrógenos.
• Progestágenos.
• Hormonas tiroideas.
• Cortisol.

HORMONAS DE LIBERACIÓN HIPOTALÁMICAS

• Hormona liberadora de corticotrofina (CRH).


• Hormona liberadora de gonadotropina (GnRH).
• Hormona liberadora de hormona luteinizante (LHRH).
• Somatostatina.
• Hormona liberadora de tirotropina (TRH).
• Hormona liberadora de hormona del crecimiento (GHRH).

AMINOÁCIDOS

• Ácido gamma-aminobutírico (GABA).


• Glicina.
• Ácido glutámico (glutamato).
• Ácido aspártico (aspartato).
• Gamma-hidroxibutirato.
• D-serina.

HORMONAS INTESTINALES

• Colecistocinina (CCK).
• Gastrina.
• Motilina.
• Polipéptidos pancreáticos.
• Secretina.
• Péptido vasoactivo intestinal (VIP).

PÉPTIDOS OPIOIDES

• Dinorfina.
• Beta-endorfina.
• Met-encefalina.
• Leu-encefalina.
• Kiotorfina.
• Nociceptina (orfanin FQ).
MISCELÁNEA DE PÉPTIDOS

• Bombesina.
• Bradicinina.
• Carnosina.
• Péptido relacionado con la calcitonina G.
• Neuropéptido Y.
• Neurotensina.
• Factor del sueño delta.
• Galanina.
• Orexina/hipocretina.
• Hormona de concentración de melanocitos.

GASES

• Óxido nítrico (NO).


• Monóxido de carbono (CO).

LÍPIDOS

Anandamida.

NEUROCININAS/TAQUICININAS

Sustancia P.
Neurocinina A.
Neurocinina B.

PURINAS

• ATP (trifosfato adenosina).


• ADP (difosfato adenosina).
• AMP (monofosfato adenosina).
• Adenosina.
3. Aspectos anatómicos  
Al aspecto neuronal y bioquímico cerebral se une la especial localización
anatómica del cerebro, que se puede dividir en zonas más especializadas que
otras con relación a distintas funciones mentales. 
Algunas de las estructuras más relacionadas con las funciones mentales y la
salud mental son: 

• Corteza prefrontal dorsolateral: su porción dorsolateral está relacionada


casi exclusivamente con la actividad de las funciones ejecutivas (inhibición,
flexibilidad cognitiva, planificación y organización); su porción anterior se
encarga del análisis de las funciones cognitivas (metacognición), de la
autoevaluación y el ajuste (control) en base al desempeño continuo.

• Corteza frontal ventromedial: participa activamente en los procesos de


inhibición, en la detección y solución de conflictos, así como en la
regulación y esfuerzo atencional. Actúa sobre la regulación de la agresión y
de los estados motivacionales.

• Corteza frontal orbitofrontal: su función principal es el procesamiento y


regulación de emociones y estados afectivos, así como la regulación y el
control de la conducta. También se encuentra involucrada en la detección
de cambios en las condiciones ambientales tanto negativas como positivas
(de riesgo o de beneficio para el sujeto).

• Área de Broca: es el área motora del lenguaje; es decir, se asocia con el


control motor para emitir y articular el habla. 

• Lóbulo parietal: tiene un papel importante en la integración de información


de diferentes sentidos para construir una imagen coherente del mundo. 

• Área auditiva primaria: es el área fundamental en la comprensión del


lenguaje.

• Hipocampo: es una estructura que forma parte de la corteza cerebral


(lóbulo temporal). Su función principal es la memoria.

• Amígdala: es una estructura compleja subcortical situada en la parte


interna del lóbulo temporal medial, asociada al registro de estímulos
aversivos («centro del temor»), que cumple además un gran número de
funciones, como: integración de las emociones y respuestas anómalas,
gestión del miedo y las reacciones de lucha/huida, aprendizaje emocional,
memoria, regulación de la conducta sexual y la agresividad.

• Cíngulo posterior: una hipótesis propone que la corteza cingulada


posterior tiene un papel central en el apoyo a la cognición dirigida
internamente; sin embargo, otra evidencia sugiere que la región es
altamente heterogénea y puede tener un papel directo en la regulación del
foco de atención. Además, su actividad varía con el estado de excitación y
sus interacciones con otras redes cerebrales pueden ser importantes para
la conciencia. 

• Tálamo: estructura que ocupa en gran medida el diencéfalo y, junto con la


corteza cerebral, desempeña un papel importante en el análisis e
integración de las funciones sensitivas. El control de la actividad motora
también es una de las actividades de esta estructura. Su relación con la
producción y control de las funciones mentales es enorme, hasta el punto
que se puede señalar que casi todo el funcionamiento mental superior
cuenta con la intervención de esta estructura, así como las funciones
básicas del cerebro.

• Hipotálamo: es la región del cerebro más importante para la coordinación


de conductas esenciales vinculadas al mantenimiento de la especie. Pero,
además de estar relacionado con las funciones de supervivencia, cumple
un papel muy importante con el mecanismo de las emociones, el estado
de alerta, de la memoria y de la creación de vínculos en la especie. 

• Mesencéfalo: las neuronas de la sustancia nigra del mesencéfalo están


relacionadas con la coordinación de la actividad motriz. 

• Locus coeruleus: se localiza en la protuberancia y funcionalmente se asocia


con el estado de alerta, la atención y la vigilia. Además, es una de las
estructuras ampliamente relacionadas con la presencia de trastornos de
ansiedad.

• Sistema activador reticular ascendente: es un conjunto de neuronas que se


encuentran en el tallo cerebral, desde el puente al diencéfalo. Es un
sistema primitivo que controla el ciclo de sueño-vigilia y, junto con el locus
coeruleus, cumple funciones relacionadas al estado de alerta y los
procesos atencionales.

Unidad 3. Circuitos de neurotransmisores

1. Generalidades

Varios neurotransmisores diferentes se proyectan a la corteza cerebral y a


muchas otras áreas del cerebro. Aunque hay cierto grado de solapamiento de
áreas de proyección entre los diversos neurotransmisores, ningún
neurotransmisor se proyecta a las mismas áreas cerebrales que otro y,
ciertamente, no siempre a las mismas neuronas en las áreas cerebrales donde se
proyectan. Sin embargo, se ha propuesto la hipótesis de que cuando un
neurotransmisor se proyecta sobre un área específica, tiene la capacidad de
modular la conducta o la función cerebral que se piensa que se asocia a esa
área.
Las vías del neurotransmisor forman sustratos moleculares y anatómicos que
«sintonizan» las neuronas dentro de los circuitos. Esto no solamente pasa en el
nivel cortical sino al nivel de todos los nodos dentro de la red de los diversos
circuitos.

La psicofarmacología puede tener como objetivos estas vías y las funciones que
regulan seleccionando y combinando los fármacos que actúan sobre los
neurotransmisores específicos en las áreas cerebrales específicas de interés para
el tratamiento de un paciente en particular. Por ello, es útil saber dónde van
esos neurotransmisores, así como la función de cada área cerebral sobre la que
actúan.

2. Dopamina

Las proyecciones de dopamina más importantes surgen, aunque no


exclusivamente, de los centros de neurotransmisores del tallo cerebral,
principalmente del área tegmental ventral y de la sustancia negra, para dirigirse
a muchas áreas, pero no
en toda su extensión, del
cerebelo o la médula
espinal.
Estas neuronas
productoras de dopamina
regulan los movimientos,
la recompensa, la
cognición y muchas otras
funciones. También se ha
demostrado una
importante inervación
dopaminérgica en el
tálamo. A diferencia de
otras vías
dopaminérgicas, este
sistema de dopamina
talámica se origina en
muchos sitios, incluyendo
el núcleo gris periacueductal, el núcleo del mesencéfalo ventral, el hipotálamo y
los núcleos parabraquiales. Este sistema de dopamina talámica puede contribuir
a la barrera de información transferida a través del tálamo al neocórtex, el
núcleo estriado y la amígdala, y recientemente se ha implicado también en la
regulación del nivel de activación y sueño (junto con otros neurotransmisores).
También estaría implicado en la conducta sexual, originándose desde un área
cerebral llamada zona incierta e inervando la amígdala y los núcleos
hipotalámicos.

Como veremos más adelante, el sistema dopaminérgico es uno de los


elementos cruciales en el trastorno adictivo, cuya implicación e importancia han
confirmado repetidamente los estudios realizados en este campo.

Estudios experimentales sobre roedores han puesto de manifiesto que la


administración aguda de psicoestimulantes, alcohol y opiáceos provoca un
incremento en la actividad del sistema dopaminérgico de recompensa, que en
individuos vulnerables puede significar el inicio del proceso adictivo. En este
sentido, las sustancias adictivas se comportan de manera similar a las
recompensas naturales (la comida, la bebida, el sexo o las relaciones sociales);
sin embargo, a diferencia de estas, las sustancias adictivas inducen
sensibilización dopaminérgica, sobre todo cuando se consumen de forma
repetida e intermitente.

Esta vía también está relacionada con el movimiento. Los ganglios basales están
asociados al control del movimiento, como el inicio, la planificación y ejecución
de los programas motores. De hecho, cuando la integridad de los ganglios
basales está comprometida, se manifiestan movimientos no deseados, tanto
hipocinéticos, por ejemplo en la enfermedad de Parkinson, como hipercinéticos,
como ocurre en la enfermedad de Huntington.

Se ha demostrado que en estas patologías se producen cambios en los núcleos


que conforman los ganglios basales. Por ejemplo, a nivel del neoestriado, la
reducción del suministro de dopamina produce hiperactividad de las neuronas
espinosas de tamaño mediano de la vía indirecta, en la cual predominan
receptores de dopamina D2. En cambio, la vía directa –que expresan receptores
de dopamina D1– facilita los movimientos apropiados, y se ha mostrado en
ratones deficientes de los receptores D1 que la locomoción espontánea está
aumentada o disminuida.

Así, en condiciones patológicas, como en la enfermedad de Parkinson y la de


Huntington, los ganglios basales presentan cambios anatómicos del circuito
neuronal que repercuten en la fisiología de los grupos neuronales que
conforman los ganglios basales, lo que se traduce en manifestaciones adversas
en la función motora.

Otra relación clara de la vía dopaminérgica es con la patología de índole


psicótica, con la esquizofrenia como trastorno paradigmático de este tipo de
patologías. La hipótesis dopaminérgica sostiene que los síntomas de la
esquizofrenia (u otro trastorno psicótico) se deben a un exceso de dopamina o a
una elevada sensibilidad a este neurotransmisor. Dicha teoría se formuló tras el
descubrimiento de que los antipsicóticos efectivos en la esquizofrenia eran
antagonistas de los receptores dopaminérgicos y tras la observación de que los
agentes liberadores de dopamina podían producir síntomas psicóticos.
Las principales vías dopaminérgicas cerebrales que nos interesa señalar son:

Vía Mesolímbica:

Proyecta desde el área tegmental ventral del mesencéfalo a ciertas áreas


límbicas, como el núcleo accumbens, que forma parte del circuito de
recompensa. Teóricamente, la hiperactividad dopaminérgica de esta vía
explicaría la producción de los síntomas positivos en las psicosis. Además, este
circuito es importante para la regulación de las respuestas emocionales, la
motivación, el placer y la recompensa, por lo que una disfunción a este nivel
podría explicar parte de los síntomas negativos observados en la esquizofrenia.
En este caso, existiría un déficit en la función dopaminérgica. Quizás, la mayor
incidencia de abuso de sustancias en los pacientes con esquizofrenia podría
explicarse como un intento de potenciar la función deficitaria de este sistema de
recompensa o centro del placer mesolímbico. Por otro lado, la hiperactividad de
las neuronas dopaminérgicas de esta vía puede desempeñar un papel en las
conductas agresivas y hostiles, sobre todo si se asocia a un control
serotoninérgico errático.

Vía Mesocortical:

Proyecta desde el área tegmental ventral al córtex prefrontal ventromedial y


dorsolateral. Los haces que conectan con el córtex ventromedial se han
relacionado con funciones de regulación de emociones y afectividad, por lo que
un déficit dopaminérgico en esta vía podría explicar parte de los síntomas
negativos y afectivos observados en la esquizofrenia. Por otro lado, los haces
que proyectan al córtex dorsolateral se relacionan con la regulación de
funciones cognitivas, por lo que algunos de los síntomas negativos y cognitivos
de la esquizofrenia pueden ser debidos a un déficit de actividad dopaminérgica
a este nivel.
Vía nigroestriada:

Proyecta desde la sustancia negra del tronco del encéfalo a los ganglios basales
o estriados. Esta vía forma parte del sistema extrapiramidal y desempeña un
papel clave en el control de los movimientos motores. En la esquizofrenia no
tratada, esta vía puede estar relativamente preservada. Sin embargo, las
sustancias que bloquean los receptores D2 en esta vía reproducen trastornos de
movimiento como la enfermedad de Parkinson (como hemos visto
anteriormente), acatisia y distonía, provocados por la deficiencia de dopamina a
este nivel. Cuando la dopamina está en exceso en esta vía, se producen
movimientos hipercinéticos como corea, tics o discinesias. Un ejemplo sería la
discinesia tardía inducida por neurolépticos que puede aparecer por el bloqueo
crónico de estos receptores en esta vía nigroestriada, como veremos en
próximas unidades didácticas.

Vía tubero-infundibular:

Constituida por las neuronas que proyectan desde el hipotálamo a la hipófisis


anterior, mediando en funciones neuroendocrinas. Regula la secreción de
prolactina a la circulación sanguínea inhibiendo su liberación. Al recibir
tratamiento con fármacos que bloquean los receptores dopaminérgicos D2, en
esta vía se elevan los niveles de prolactina, pudiendo surgir efectos secundarios
(galactorrea, amenorrea y disfunción sexual). En pacientes con esquizofrenia que
no reciben tratamiento antipsicótico el funcionamiento de esta vía se considera
normal.

Se propone que la esquizofrenia se asociaría a una disregulación en la


transmisión dopaminérgica: por un lado, se observaría una hiperfunción
dopaminérgica subcortical en las proyecciones mesolímbicas, que resultaría en
la hiperestimulación de los receptores D2, con aparición de sintomatología
positiva; por otro lado, una hipofunción en las proyecciones dopaminérgicas
mesocorticales al córtex prefrontal, que resulta en la hipoestimulación de los
receptores D1, con la consecuente sintomatología negativa, afectiva y cognitiva. 
3. Noradrenalina

Las neuronas productoras de noradrenalina tienen proyecciones tanto


ascendentes como descendentes. Las proyecciones noradrenérgicas
ascendentes se originan principalmente en el locus coeruleus del tallo cerebral y
se extienden a múltiples regiones del cerebro. Las proyecciones descendentes
se extienden hacia la médula espinal.

Gran parte de las proyecciones noradrenérgicas se originan en el centro de


neurotransmisores del tronco encefálico (locus coeruleus), si bien algunas
proyecciones también proceden del sistema celular de noradrenalina tegmental
lateral, también en el tronco o tallo encefálico.

Las vías ascendentes regulan el ánimo, el despertar y la cognición, entre otras


funciones. Las vías descendentes regulan las vías del dolor.

Las proyecciones de las vías noradrenérgicas ascendentes terminan difusamente


por todo el cerebro, incluyendo la mayoría de los mismos lugares donde
terminan las vías serotoninérgicas. Sin embargo, hay pocas proyecciones hacia
el núcleo estriado.
4. Serotonina

Las proyecciones serotoninérgicas más importantes proceden de varios grupos


de núcleos del tronco encefálico. Uno de ellos es el núcleo superior (rostral) que
incluye el rafe dorsal y medial y el núcleo linear y el puente del rafe. Estos
inervan difusamente la mayoría de las áreas cerebrales. El núcleo
serotoninérgico inferior (caudal) comprende el rafe magno, el rafe pálido y el
rafe oscuro, y tiene proyecciones más limitadas al cerebelo, el tronco encefálico
y la médula espinal.

Al igual que las vías noradrenérgicas, las vías serotoninérgicas pueden ser
ascendentes y descendentes. Las ascendentes se originan en el tallo cerebral y
se extienden a muchas regiones cerebrales (coincidentes muchas de ellas con
las vías noradrenérgicas), pero con proyecciones adicionales al estriado y
núcleo accumbens. Las proyecciones descendentes se extienden hasta el tallo
cerebral y a la médula espinal.  

Estas vías intervienen en numerosas funciones, entre ellas el estado de ánimo, la


ansiedad, el sueño, el control de la tensión arterial, el control de la temperatura,
el funcionamiento del sistema nervioso a nivel entérico, la ovulación, la
conducta sexual, la respuesta al estrés y los procesos de aprendizaje y también
la regulación de las vías del dolor. 

La serotonina y el estado de los receptores serotoninérgicos cerebrales se han


relacionado con la fisiopatología de la depresión. Los estudios están basados
principalmente en pruebas de fijación de ligandos, estudios en plaquetas y
pruebas neuroendocrinas. Con respecto a los receptores 5-HT2A, diversos
investigadores encuentran un incremento en la densidad de los lugares de unión
de ligandos a estos receptores tanto en tejido cerebral en autopsias de víctimas
de suicidio como en plaquetas de pacientes depresivos. Con respecto a los
receptores 5-HT1A, los estudios neuroendocrinos con agonistas de estos
receptores también sugieren una desensibilización de los receptores 5-
HT1A presinápticos y postsinápticos. Hasta la fecha, los resultados de los
estudios de fijación de ligandos a
receptores 5-HT1A del tejido cerebral
en víctimas de suicidio no han
encontrado resultados consistentes.
En conjunto, estos estudios apoyan la
hipótesis de la existencia de
alteraciones adaptativas de los
receptores serotoninérgicos en la
depresión.

El metabolismo serotoninérgico se
inicia a partir del aminoácido esencial
triptófano, que se obtiene a través de
la dieta (Cuadro 1). El triptófano
circula en la sangre de forma libre o
ligado a la seroalbúmina. Entre el 80%
y el 90 % del triptófano ingerido está presente en el organismo de forma
conjugada y es metabólicamente inactivo.

5. Acetilcolina

Las proyecciones de neuronas productoras de acetilcolina que se originan en el


tallo cerebral se extienden a muchas regiones cerebrales, incluyendo la corteza
prefrontal, el cerebro anterior basal, el tálamo, el hipotálamo, la amígdala y el
hipocampo. Las neuronas colinérgicas que se originan en el cerebro anterior
basal se proyectan hacia la corteza prefrontal, el hipocampo y la amígdala.

Las neuronas colinérgicas que surgen del centro neurotransmisor del tallo
cerebral regulan el despertar, la cognición, la transmisión de información en el
sistema nervioso periférico y más funciones. Cuatro pequeños núcleos en el tallo
cerebral suministran esta inervación colinérgica ascendente. 
Quizás el lugar más prominente de los cuerpos celulares colinérgicos del
cerebro se encuentra en un complejo de núcleos en el cerebro anterior basal
que incluye un área llamada núcleo basal de Meynert, así como el núcleo septal
medial y la banda diagonal. Se piensa que estas fibras colinérgicas tienen un
papel predominante en la memoria.

Además, en el cerebro la acetilcolina actúa como un neuromodulador, lo que


significa que participa en la transmisión sináptica de una amplia variedad de
neuronas en todo el sistema nervioso.

La acetilcolina tiene muchas funciones tanto a nivel físico como a nivel


psicológico o cerebral. Este neurotransmisor interviene en el desempeño de
actividades básicas como el movimiento o la digestión, a la vez que participa en
procesos cerebrales más complejos como la cognición o la memoria.

A continuación revisamos las principales funciones de la acetilcolina:  

Funciones motoras: Constituyen probablemente la actividad más importante de


la acetilcolina. Este neurotransmisor se encarga de producir la contracción
muscular, controlar el potencial de reposo del músculo intestinal, aumentar la
producción de espigas y modular la tensión arterial. Actúa de forma leve como
vasodilatador en los vasos sanguíneos y tiene un cierto factor relajante. 
Funciones neuroendocrinas: Otra función fundamental de la acetilcolina consiste
en incrementar la secreción de vasopresina por la estimulación del lóbulo
posterior de la hipófisis. La vasopresina es una hormona peptídica que controla
la reabsorción de moléculas de agua, por lo que su producción es vital para el
funcionamiento y el desarrollo neuroendocrinos. Así mismo, la acetilcolina
disminuye la secreción de prolactina en la hipófisis posterior.

Funciones parasimpáticas: La acetilcolina tiene un papel relevante en la


ingestión de alimentos y en el funcionamiento del aparato digestivo. Este
neurotransmisor se encarga de incrementar el flujo sanguíneo del tracto
gastrointestinal, incrementa el tono muscular gastrointestinal, aumenta las
secreciones endocrinas gastrointestinales y disminuye la frecuencia cardíaca.

Funciones sensoriales: Las neuronas colinérgicas forman parte del gran sistema
ascendente, por lo que también participan en procesos sensoriales. Este sistema
se inicia en el tronco cerebral e inerva amplias áreas de la corteza cerebral
donde se encuentra la acetilcolina. Las funciones sensoriales principales que se
han asociado a este neurotransmisor radican en el mantenimiento de la
conciencia, la transmisión de información visual y la percepción del dolor.

Funciones cognitivas: Se ha demostrado que la acetilcolina tiene un papel


crítico en la formación de recuerdos, la capacidad de concentración y el
desarrollo de la atención y el razonamiento lógico.

Este neurotransmisor aporta beneficios de protección y podría limitar la


aparición de deterioro cognitivo. De hecho, se ha demostrado como la principal
sustancia damnificada en la enfermedad de Alzheimer.

6. Histamina

Este neurotransmisor surge de una pequeña área del hipotálamo conocida


como núcleo tuberomamilar, que es también parte del interruptor sueño-vigilia.
Este pequeño núcleo proporciona una entrada histaminérgica a la mayoría de
regiones del cerebro y la médula espinal. 
Además, es una sustancia clave en las reacciones alérgicas.

La histamina solo lleva a cabo sus múltiples funciones a partir de la activación de


cuatro receptores (H1, H2, H3 y H4) que están en las membranas de muchas
células del sistema inmunitario y del sistema nervioso central
Dependiendo del receptor presente en cada región, realizará una función
determinada. Además, a pesar de que esta molécula solo funciona por la
activación de pocos receptores, cada receptor no tiene solo una función
específica, sino varias, dependiendo de la región en la que esté; algunas de
ellas son: el cambio para realizar una mejor sinapsis, el mantenimiento y la
regulación de la sinapsis para evitar problemas de sobreexcitabilidad, etc.
Gracias a estas regulaciones en algunas regiones del cerebro se controla la
motilidad, la función de vigilia y la sensibilidad al dolor. También se encarga del
control de la liberación de ciertas hormonas, que, a su vez, están involucradas
en la regulación de la temperatura, la alimentación, el control energético, el
comportamiento y la regulación de sales en el cuerpo.

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