Eugenia Zicavo (2008) - Aspectos Culturales Del Embarazo y Maternidad Adolescente en Los Sectores Populares Identidades PDF
Eugenia Zicavo (2008) - Aspectos Culturales Del Embarazo y Maternidad Adolescente en Los Sectores Populares Identidades PDF
Eugenia Zicavo (2008) - Aspectos Culturales Del Embarazo y Maternidad Adolescente en Los Sectores Populares Identidades PDF
Eugenia Zicavo.
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ASPECTOS CULTURALES DEL EMBARAZO Y MATERNIDAD
ADOLESCENTE EN LOS SECTORES POPULARES: IDENTIDADES,
PRÁCTICAS, REPRESENTACIONES.
Cabe aclarar que los casos que aquí se exponen no fueron elegidos con la intención
de generalizar su análisis a todos los casos de maternidad adolescente en los sectores
populares ni pretenden agotar las diversas maneras de significar la maternidad en este
sector social; sin embargo muestran una serie de aspectos que posibilitan acercarse al
universo simbólico de las jóvenes en lo referido a la maternidad en este particular entorno
socio-cultural.
1
Gubern, Rosana. 2004. El salvaje metropolitano. Reconstrucción del conocimiento social en el trabajo de campo.
Buenos Aires: Paidós. P. 203.
2
Margulis, Mario y otros. 1994. La cultura de la noche. La vida nocturna de los jóvenes de Buenos Aires. Buenos Aires:
Espasa Calpe. P. 13.
Quisiera ser grande
Ángela tiene 21 años, vive en una villa de la zona sur de la Capital Federal y hace
poco fue madre de su primera hija. Hace dos años y medio que convive con su pareja y el
embarazo fue una decisión planificada y deseada por ambos como proyecto compartido.
Ángela cuenta: “En navidad yo ya le había pedido a Dios de quedar embarazada y quedé.
Cuando supe que estaba embarazada dije, bueno, por fin. Ya soy grande, soy mayor de
edad, mis amigas ya fueron mamás antes, a los 17, 18, yo duré mucho. Además estoy en
pareja”. En su caso, el embarazo era buscado con cierta ansiedad: la confirmación de que
estaba esperando un hijo operó a su vez como constatación de su capacidad para ser madre
(de la que Ángela había ya empezado a dudar) y como instancia tranquilizadora. Ser madre
era un proyecto que, a sus 21 años, no quería seguir postergando y cuya demora vivía como
una frustración ya que, según ella, es una “madre ya grande” en comparación con sus
amigas. A diferencia de lo que sucede en los sectores medios y altos, la maternidad
adolescente en los sectores populares no está cargada de una connotación negativa. En
efecto, quienes fueron madres a los 21 años se perciben a sí mismas como “madres ya
grandes” con lo cual si a los 25 una chica no fue todavía madre, seguramente sus allegados
comenzarán a preocuparse intuyendo “algún problema” vinculado a la infertilidad (Ángela
manifiesta estar preocupada por una prima suya que todavía no tuvo hijos “y ya tiene 26
años”).
Patricia tiene 19 años, vive en un barrio popular de la zona sur de la Capital y fue
madre de su primer hijo a los 18. Está en pareja desde los 17 años, actualmente está
embarazada, y planea casarse a fin de año “para que los chicos tengan una familia como
Dios manda”. Al hablar de distintos casos de madres adolescentes, Patricia no se incluye
dentro de dicho segmento sino que remite a historias de amigas que han sido madres a
edades más tempranas: “Acá en el barrio sí hay muchas chicas que quedan embarazadas a
los 15 o 16 años y a veces es más difícil porque tienen que dejar la escuela y los novios son
chicos y no las bancan. En general la familia te banca pero qué se yo, supongo que como
adolescente es más difícil, no sé”.
Su “desconocimiento” revela algo más. Tal como plantea Gubern, “el informante
introduce al investigador en su universo cultural, le da indicios para descubrir los pasajes
que le permitan comprender su lógica y en esto se incluye un nuevo ritmo de encuentro,
nuevas prioridades temáticas y expresiones categoriales (este planteo es asimilable a la
transición que se opera desde participar en términos del investigador a participar en
términos de los informantes)”3. En este sentido se manifestó un desajuste, ya que la
categoría de “madre adolescente” se inscribía para los propios actores dentro de otros
límites, otras significaciones.
3
Gubern, Rosana. 2004. El salvaje metropolitano. Reconstrucción del conocimiento social en el trabajo de campo.
Buenos Aires: Paidós. P. 212
4
Margulis, Mario y Urresti, Marcelo. 1988. “La construcción social de la condición de juventud” en AAVV, Viviendo a
toda. Jóvenes, territorios culturales y nuevas sensibilidades. Bogotá: Universidad Central-DIUC, Siglo del Hombre
editores. P.3.
La juventud paradigmática es la que goza de aquello que los autores denominan
“moratoria social”, ese período en el que aún no se asumen responsabilidades económicas y
familiares, responsabilidades a las que sí están comprometidas las jóvenes madres incluso
durante el curso de su adolescencia. No es que por ello pierdan atributos juveniles ni su
plus de tiempo vital en relación a las generaciones que las preceden sino que “este peso de
la maternidad en el género femenino incide, sin duda, en la condición de juventud y matiza
las modalidades, experiencias y deseos en esta etapa de la vida”5. No es que dejen de ser
adolescentes pero en el imaginario compartido ser madres viene primero: son madres, luego
adolescentes. La maternidad parece operar más fuertemente como dadora de identidad. Las
jóvenes se socializan en un ámbito en el que el embarazo adolescente es una circunstancia
habitual y, de hecho, muchas de las entrevistadas son a su vez hijas de mujeres que también
tuvieron su primer hijo durante la adolescencia. Sus prácticas afectivas, el ideal de
maternidad y los modelos de vida asociados al mismo, dan cuenta de maneras individuales
y a la vez compartidas de significar la experiencia, de dotarla de sentido. Ser madres les da
acceso a una batería de herramientas de autorepresentación, un repertorio de relatos
interiorizados, vigentes en su medio, a partir de los cuales dan sentido a su experiencia de
maternidad.
Chiquititas
A modo de ejemplo: Julieta tiene 18 años, vive en una villa de la Capital, está en
pareja hace dos años y hace pocos meses fue madre de su primer hijo mientras su hermana
menor fue madre a los 15 años. Ella cuenta: “Yo tuve amigas que fueron mamás a los 14 o
15 y es otra la situación porque en general la familia se opone y no las ayudan o las
ayudan poco. En mi caso la verdad que tuve suerte, porque mi familia me apoyó y además
está la mamá de mi novio. Yo tengo una hermana que ahora tiene 16 y tuvo a su hijo a los
15, que ya tiene ahora un año. Ella no es que estuviera buscando un hijo, vino porque vino.
Pero ahora le va bien. Lo que nos dimos cuenta con mi mamá es que es chica, se ocupa de
su hija pero de las demás cosas no se puede ocupar. Además dejó el colegio cuando quedó
embarazada. Mi mamá hizo lo imposible para que siguiera estudiando pero no hubo caso.
La verdad que yo como había ya perdido dos años no quise dejar”.
5
Íbid, P. 13
6
Gorlier, Juan Carlos. 2004. Comunidades narrativas. El impacto de la praxis feminista sobre la teoría social. Buenos
Aires: Editorial Al Margen. P. 30.
En su esfuerzo por construir diferencias y jerarquías Julieta se auto-percibe como
una madre más “adulta”, más dedicada a su hijo en comparación a su hermana o a algunas
de sus amigas. Hay una reafirmación de la nueva identidad por vía del discurso de la
responsabilidad, en general vinculada a llevar a término los estudios secundarios a pesar de
los embarazos. Julieta cuenta: “Si hubiera dejado la escuela para ocuparme de mi hijo,
después no habría retomado. A muchas chicas les pasa como a mi hermana, que dejó
porque quedó embarazada y después ya no retomó. Igual a veces me voy preocupada al
colegio, pienso si (el bebé) estará bien, si necesitará algo”.
7
Marina, José Antonio. 2002. El rompecabezas de la sexualidad. Barcelona: Editorial Anagrama. P. 36.
8
Bauman, Zygmunt. 2005. Amor líquido, Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos. Buenos Aires: Editorial Fondo
de Cultura Económica. P. 65.
En los casos antes mencionados, sus parejas varones parecen acompañar este
proyecto adulto asumiendo sus responsabilidades en tanto padres. No sólo la maternidad
sino también la paternidad ocupa un lugar simbólico privilegiado y una pareja que espera
un hijo es portadora de algo estimado y eso, en los sectores populares, no cambia por el
hecho de que sea muy joven. El hábitat también influye en las expectativas, experiencias y
estrategias cotidianas de los jóvenes definiendo ventajas y desventajas estructurales y en las
condiciones de precariedad en las que viven (con alto nivel de desempleo, hacinamiento,
falta de infraestructura) los hijos aparecen como un proyecto concreto que genera
expectativas positivas. A través de la maternidad/paternidad los jóvenes reproducen un
modelo legitimado culturalmente en su medio y ante sus múltiples privaciones, un hijo les
permite llevar adelante un proyecto del cual son protagonistas al tiempo que su condición
de madres/padres les confiere otra jerarquía incluso al interior de sus familias.
9
El feminismo lleva décadas advirtiendo que el rol materno continúa naturalizado en nuestras sociedades en función de la
hegemonía patriarcal, como forma de dominación tanto ideológica como cultural.
10
El mandato de maternidad también opera en las mujeres de otros sectores sociales aunque en general más en puja con
otros proyectos posibles vinculados a la realización profesional.
11
Gorlier, Juan Carlos. 2004. Comunidades narrativas. El impacto de la praxis feminista sobre la teoría social. Buenos
Aires: Editorial Al Margen. P 30
en madres marca un antes y un después: no se trata de una identidad provisoria sino, por el
contrario, genera un lazo de por vida. A contramano de los postulados de Zygmunt Bauman
cuyo diagnóstico de la actual era líquida en la que vivimos “ve opresión en los
compromisos duraderos”, las jóvenes encuentran en este vínculo indisoluble una fuente de
satisfacción que difícilmente obtendrían de otros proyectos a su alcance: su nueva identidad
es el motor para poner en juego diversas actitudes de cuidado y protección de las cuales se
sienten orgullosas. Ser madres -incluso en la adolescencia- no despierta en ellas la sospecha
de una dependencia paralizante. Las jóvenes incorporan y reproducen las significaciones
vinculadas al ideal de maternidad como proyecto socialmente legitimado y al mismo
tiempo posible, viable, dador de identidad.
Bibliografía:
- Bauman, Zygmunt. 2005. Amor líquido, Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos.
Buenos Aires: Editorial Fondo de Cultura Económica.
- Gorlier, Juan Carlos. 2004. Comunidades narrativas. El impacto de la praxis feminista
sobre la teoría social. Buenos Aires: Editorial Al Margen.
- Gubern, Rosana. 2004. El salvaje metropolitano. Reconstrucción del conocimiento social
en el trabajo de campo. Buenos Aires: Paidós.
- Margulis, Mario y otros. 2003. Juventud, cultura, sexualidad. Buenos Aires: Editorial
Biblos.
- Margulis, Mario y otros. 2007. Familia, hábitat y sexualidad en Buenos Aires.
Investigaciones desde la dimensión cultural. Buenos Aires: Editorial Biblos.
- Margulis, Mario y otros. 1994. La cultura de la noche. La vida nocturna de los jóvenes de
Buenos Aires, Buenos Aires: Espasa Calpe.
- Margulis, Mario y Urresti, Marcelo. 1988. “La construcción social de la condición de
juventud” en AAVV, Viviendo a toda. Jóvenes, territorios culturales y nuevas
sensibilidades. Bogotá: Universidad Central-DIUC, Siglo del Hombre editores.
- Marina, José Antonio. 2002. El rompecabezas de la sexualidad. Barcelona: Editorial
Anagrama.