Trajes Tìpicos de Cada Provincia

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Provincia de San José Meseta Central:

Provincia de Heredia Provincia de Alajuela


Puntarenas elegante

Limón elegante

Puntarenas obrero

Limón trabajador
.
Reservas indígenas

Trajes de la Región Central:

La región Central, conocida también como Valle Central, lo conforman dos áreas: el Valle Oriental o la Provincia de
Cartago en su mayor parte, y el Valle Occidental con parte de las provincias de San José, Alajuela y Heredia.

En la provincia de Cartago, los varones lucían pantalones de corte recto de colores oscuros o suaves, camisa blanca,
en el norte de Cartago era de color, banda arrollada en la cintura y un lazo negro debajo del cuello de la camisa, iban
calzados algunos con zapatos de hebilla. En el sur de Cartago vestían sencillamente, muchas mujeres tenían blusas
con vuelo de caballito, faldas oscuras voladas, iban con botas o sin ellas y con pañuelo atravesado debajo del cabello
sobre el cual usaban sombrero. Los hombres lucían con más sencillez.
En algunos lugares muchas campesinas adornaban sus enaguas con cuñas de diferentes colores y se asemejaba a
las ruedas de las carretas.

Otro de los elementos que llevaban eran el pañuelo que decía “Toda tuya, Amor mío o No me dejes”, esto lo llevaban
las muchachas solteras en la cintura, para conseguir novio. Las enaguas tenían una bolsa secreta, grandes de manta,
donde ocultaban el polvero o pañuelo para secar el sudor o quitarse el polvo.

En Cartago y en otros lugares, las campesinas se colocaban coquetamente hermosas peinetas con los nombres de
las que lo lucían.

En todo el Valle Central, durante las labores diarias se vestían sencillamente, la mujer con blusa de gola sin mangas
bombachas cortas totalmente blanca, una ancha enagua estampada con una o dos vueltas. En otras zonas, la falda
era de un solo vuelo. En Cartago y en Heredia, la mujer llevaba un pañuelo atravesado sobre los hombros y sujetado
en la pretina, por delante. Se peinaban con trenzas o con el cabello recogido o atado, muchas se colocaban un
pañuelo anudado por detrás de la cabeza. Usaban delantales blancos o de chinilla.

Los hombres se vestían en forma sencilla con camisas blancas de manta y pantalones de dril o mezclilla, ya que eran
fuertes y resistentes para el trabajo, algunos llevaban pañuelo al cuello. Todos se ponían un sombrero de palma, se
calzaban con caites o sandalias de fabricación casera.

Los campesinos gamonales y campesinos medios llamados también orilleros o mengalos vestían muy diferente al
resto de la mayoría campesina del Valle Central. Las mujeres vestían con blusas o cotonas de etamín, algodón seda u
organdí, de cuello recto y mangas largas adornadas con vuelitos de encaje o botones, las habían de diferentes estilos
que las mujeres preferían. Las faldas generalmente de alapaca y predominaban tres tipos de enaguas, de paletones,
tableados, de media campana y las estrechas o talladas, calzaban con botas de abotonadura, botines o media bota y
con medias de lana. Llevaban el cabello recogido en manos o de peinado alto o de estilo abombado, para salir no
debía faltar su amplio pañolín de estilo español, bordado de anchos flecos.
Los varones (hacendados y gamonales) vestían generalmente de chaqueta corta o la cintura y pantalón de casimir o
de paño, camisa blanca con pechera, algunas veces lucían con la corbata o el lazo negro; llevaban faja de cuero, reloj
pendiente de la leontina de oro banda de seda alrededor de la cintura, sombrero de fieltro y botines o botas.

Imagen 1: Traje típico de la región de Cartago


Imagen 2: Traje laboral del Valle Central

La campesina cartaginesa

Las lindas y rosadas campesinas cartaginesas usaban camisas de gola, blancas como jazmines, con bordados
ingleses y lentejuelas. Las enaguas anchas, plegadas a la cintura y con tres vuelos ribeteados con cintas. Un rebozo
bordado, uno de media seda tornasol, o simple toalla la colocaban sobre la cabeza y luego se ponían el sombrero de
pita, con el ala caída sobre la frente. Los hombros cubiertos con un pañuelo. En la garganta el cintillo negro con el
relicario, las que eran casadas y con una cruz de carey o de oro las solteras.

Las botas altas, con tacón currucha y puntera de charol. Abotonadura blanca, a zapatos de ojete elásticos, que
dejaban ver las torneadas piernas cuando coquetamente ellas se recogían la falda.

Dentro de un cesto o canasto llevaban siempre su mercancía envuelta en servilletas con caballito, bizcocho de
Cartago famoso, tanelas o turrones con semillas de chiverre. Así bien endomingada entraba a la Iglesia de San
Nicolás, El Carmen, La Soledad, San Francisco, o la de su Patrona la Virgen de los Angeles.

Cumplidos sus deberes con Dios salía presurosa, a vender sus deliciosos embustes.

A su regreso al hogar, en la puerta la aguardaba su compañero con su traje de casimir azul oscuro, chaquetón de
cuello de pana, camisa blanca, leontina de oro y sombrero de pita. Los hijos con camisas de manta, pantalones de
mezclilla y descalzos, con las alforjas repletas del “diario” esperaban ansiosos la llegada, para saborear los
membrillos, los duraznos y todas las ricas frutas de Cartago. ¡ Familia feliz que en su casita encalada vivía satisfecha
de haber trabajado toda una semana!. Su ilusión era el descanso de un domingo sentados en la tranquera, en la cerca
de piedra cubierta de menudas rosas o en la banca decorada con tachuelas doradas.

Así era la campesina, buena, virtuosa, trabajadora, dispuesta a duplicar sus esfuerzos en momentos de guerra como
Pancha Carrasco, o a hacer muñecas de cera o retazos de tela, para el Portal, como la Caracito, famosa reliquia de la
“Muy Noble y Leal Ciudad de Cartago”.

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