Fabúla y Epistola - Expresión Literaria
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ACTIVIDAD 12
Acciones humanas
Tema
Moraleja
El changuito mentiroso
En la mitad de la selva vivía un changuito muy juguetón y rebelde, tenía muchos amigos,
pero no les caía muy bien porque tenia fama de ser muy mentiroso. Su mamá a veces
lo mandaba a hacer unas compras, pero el changuito nunca llegaba porque prefería
irse a otros lugares. Cada que llegaba a casa le decía una mentira a su mamá para que
no lo regañara y ella muchas veces se daba cuenta de eso. Un día invitaron al changuito
a la fiesta de su amiga leona, toda la selva iría, pero el changuito sabía que si le decía
a su mamá no le daría permiso, entonces decidió decirle una mentira más; le diría que
iba a ir a la a casa de uno de sus amigos a hacer la tarea que les dejó su maestra de
biología y solo así tendría el tiempo de ir a la fiesta un rato.
Su mamá le creyó y le dio permiso, el changuito asistió a la fiesta, pero sufrió un
accidente, entonces la mamá de la leona tuvo que hablarle por teléfono para que lo
fuera a recoger y lo llevara al doctor, ya que se había golpeado muy fuerte la cabeza.
La mamá fue a recoger al changuito y lo llevó al doctor, pero al llegar a casa lo regañó
y lo castigó por ser tan mentiroso. Le dijo que no debía hacer ese tipo de cosas porque
si no hubiera habido algún adulto él podría estar muy grave. A partir de ahí, el
changuito reflexionó y se dio cuenta de que las mentiras no son buenas.
Moraleja: Las mentiras no te dejan nada bueno y por una mala acción pueden ocurrir
consecuencias graves.
Epístola 1
Querida mamá:
Desde hace tiempo he sentido la necesidad de saludarte y de al mismo tiempo dar una
explicación a toda la familia, por fin he decidido vencer mis temores y afrontar las
consecuencias de mis actos. Tal vez te parezca ilógico porque para todos yo estaba
muerta, pero no es así estoy bien y por eso he decidido escribirte para que no llores
más por mí. Supe que te habían informado de mi muerte a la orilla de un rio, a pesar
de estar enterada seguí mi camino y no le di importancia a esos rumores. Mi amigo
Bernardo no les dijo nada de mi por temor…Quiero que sepas que muy pronto
regresaré a casa y explicaré como sucedieron las cosas, espero que aún me puedas
recibir en tu cada y que me vuelvas a querer a tener confianza como antes. No le diga
nada a nadie de mi regreso, espero que algún día todos puedan perdonarme… Te amo
madre.
Besos
Mónica
Epístola 2
México a 22 de abril de 2016
Queridos Hijos
Mi querido hijo Emmanuel, desde hacía tiempo que sentía la necesidad de felicitarte y
a aconsejarte, a ti y a tu esposa que se acaban de casar.
Hoy empiezan una nueva vida juntos como pareja y como familia, por cuyo motivo
tendrán nuevos retos y responsabilidades que tendrán que compartir, teniendo que
soportar momentos dichosos y momentos agrios, que es lo que es el matrimonio. Pero
sé que sabrán salir adelante trabajando juntos unidos como la familia que recién acaban
de formar.
Les saludo a los dos, a ti querido hijo Emmanuel y a ti querida nuera, oh, mejor dicho,
mi nueva hija Karina, y les deseo que sean felices y dichosos.
Saludos y abrazos
Alejandro
Estimada Frau Milena:
Usted se afana por la traducción en medio de ese sombrío mundo vienés. De alguna
manera, eso me conmueve y me avergüenza. Supongo que ya ha recibido una carta de
Wolff por lo menos, ya hace algún tiempo que él me escribió mencionándome esa carta.
La novela corta Asesino, que según dicen aparece anunciada en un catálogo, no me
pertenece. Es un error. Pero como, al parecer, es la mejor, quizá no se trate de un error,
después de todo.
De acuerdo con su última y penúltima carta, el desasosiego y la preocupación
parecerían haberla abandonado en forma definitiva. Sin duda eso también alcanza a su
marido. ¡No sabe hasta qué punto se lo deseo a ambos! Recuerdo una tarde de
domingo hace años: yo me arrastraba por el Franzensquai, asiéndome de las paredes,
cuando me crucé con su marido, quien marchaba en condiciones no mucho más
brillantes: dos expertos en dolores de cabeza, aunque cada uno a su manera. No
recuerdo ya si continuamos la marcha juntos o si cada cual siguió su rumbo. La
diferencia entre ambas posibilidades no habría sido muy grande. Pero eso ya pasó y
debe permanecer hundido en el pasado. ¿Lo pasa bien en su casa?
Afectuosos saludos
Suyo, Kafka
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