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Fabúla y Epistola - Expresión Literaria

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Expresión Literaria

ACTIVIDAD 12

Krystal Guadalupe Barrera Aguirre


Sherlyn Esmeralda Justo Serrano
La cigarra y la hormiga
Durante todo un verano, una cigarra se dedicó a cantar y a jugar sin preocuparse por
nada. Un día, vio pasar a una hormiga con un enorme grano de trigo para
almacenarlo en su hormiguero.
La cigarra, no contenta con cantar y jugar, decidió burlarse de la hormiga y le dijo:
—¡Qué aburrida eres!, deja de trabajar y dedícate a disfrutar.
La hormiga, que siempre veía a la cigarra descansando, respondió:
—Estoy guardando provisiones para cuando llegue el invierno, te aconsejo que hagas
lo mismo.
—Pues yo no voy a preocuparme por nada —dijo la cigarra—, por ahora tengo todo
lo que necesito.
Y continuó cantando y jugando.
El invierno no tardó en llegar y la cigarra no encontraba comida por ningún lado.
Desesperada, fue a tocar la puerta de la hormiga y le pidió algo de comer:
—¿Qué hiciste tú en el verano mientras yo trabajaba? —preguntó la hormiga.
—Andaba cantando y jugando —contestó la cigarra.
—Pues si cantabas y jugabas en verano —repuso la hormiga—, sigue cantando y
jugando en el invierno.
Dicho esto, cerró la puerta.
La cigarra aprendió a no burlarse de los demás y a trabajar con disciplina.
Moraleja: Para disfrutar, primero tienes que trabajar.
El murciélago y las comadrejas
Un murciélago cayó al suelo y de inmediato fue atrapado por una comadreja que
detestaba las aves. Viéndose a punto de perecer, le suplicó a la comadreja que lo
dejara vivir. La comadreja se negó, diciendo que era su naturaleza ser enemiga de
todas las aves. Resuelto a no darse por vencido, el murciélago le aseguró que no era
un ave sino un ratón. Dudosa, la comadreja se acercó al murciélago y al notar que
este no tenía plumas, lo dejó en libertad.
A los pocos días, el murciélago volvió a caer al suelo y fue atrapado por otra
comadreja. Sin embargo, esta comadreja sentía una gran hostilidad hacia los ratones.
Nuevamente, el murciélago rogó por su vida. La comadreja se negó, afirmando que
desde el día de su nacimiento es enemiga de todos los ratones. El murciélago le
aseguró que no era un ratón sino un ave. La comadreja se acercó al murciélago y al
observar sus alas, lo dejó volar. Fue así como el murciélago escapó dos veces.
Moraleja: Es de sabios adaptarse a las circunstancias.
La liebre y la tortuga
Había una vez una liebre muy vanidosa que se pasaba todo el día presumiendo de lo
rápido que podía correr.
Cansada de siempre escuchar sus alardes, la tortuga la retó a competir en una
carrera.
—Qué chistosa que eres tortuga, debes estar bromeando—dijo la liebre mientras se
reía a carcajadas.
—Ya veremos liebre, guarda tus palabras hasta después de la carrera— respondió la
tortuga.
Al día siguiente, los animales del bosque se reunieron para presenciar la carrera.
Todos querían ver si la tortuga en realidad podía vencer a la liebre.
El oso comenzó la carrera gritando:
—¡En sus marcas, listos, ya!
La liebre se adelantó inmediatamente, corrió y corrió más rápido que nunca. Luego,
miró hacia atrás y vio que la tortuga se encontraba a unos pocos pasos de la línea de
inicio.
—Tortuga lenta e ingenua—pensó la liebre—. ¿Por qué habrá querido competir, si
no tiene ninguna oportunidad de ganar?
Confiada en que iba a ganar la carrera, la liebre decidió parar en medio del camino
para descansar debajo de un árbol. La fresca y agradable sombra del árbol era muy
relajante, tanto así que la liebre se quedó dormida.
Mientras tanto, la tortuga siguió caminando lento, pero sin pausa. Estaba decidida a
no darse por vencida. Pronto, se encontró con la liebre durmiendo plácidamente. ¡La
tortuga estaba ganando la carrera!
Cuando la tortuga se acercó a la meta, todos los animales del bosque comenzaron a
gritar de emoción. Los gritos despertaron a la liebre, que no podía dar crédito a sus
ojos: la tortuga estaba cruzando la meta y ella había perdido la carrera.
Moraleja: Ten una buena actitud y no te burles de los demás. Puedes ser más exitoso
haciendo las cosas con constancia y disciplina que actuando rápida y
descuidadamente.

Acciones humanas
Tema
Moraleja
El changuito mentiroso
En la mitad de la selva vivía un changuito muy juguetón y rebelde, tenía muchos amigos,
pero no les caía muy bien porque tenia fama de ser muy mentiroso. Su mamá a veces
lo mandaba a hacer unas compras, pero el changuito nunca llegaba porque prefería
irse a otros lugares. Cada que llegaba a casa le decía una mentira a su mamá para que
no lo regañara y ella muchas veces se daba cuenta de eso. Un día invitaron al changuito
a la fiesta de su amiga leona, toda la selva iría, pero el changuito sabía que si le decía
a su mamá no le daría permiso, entonces decidió decirle una mentira más; le diría que
iba a ir a la a casa de uno de sus amigos a hacer la tarea que les dejó su maestra de
biología y solo así tendría el tiempo de ir a la fiesta un rato.
Su mamá le creyó y le dio permiso, el changuito asistió a la fiesta, pero sufrió un
accidente, entonces la mamá de la leona tuvo que hablarle por teléfono para que lo
fuera a recoger y lo llevara al doctor, ya que se había golpeado muy fuerte la cabeza.
La mamá fue a recoger al changuito y lo llevó al doctor, pero al llegar a casa lo regañó
y lo castigó por ser tan mentiroso. Le dijo que no debía hacer ese tipo de cosas porque
si no hubiera habido algún adulto él podría estar muy grave. A partir de ahí, el
changuito reflexionó y se dio cuenta de que las mentiras no son buenas.
Moraleja: Las mentiras no te dejan nada bueno y por una mala acción pueden ocurrir
consecuencias graves.
Epístola 1
Querida mamá:

Desde hace tiempo he sentido la necesidad de saludarte y de al mismo tiempo dar una
explicación a toda la familia, por fin he decidido vencer mis temores y afrontar las
consecuencias de mis actos. Tal vez te parezca ilógico porque para todos yo estaba
muerta, pero no es así estoy bien y por eso he decidido escribirte para que no llores
más por mí. Supe que te habían informado de mi muerte a la orilla de un rio, a pesar
de estar enterada seguí mi camino y no le di importancia a esos rumores. Mi amigo
Bernardo no les dijo nada de mi por temor…Quiero que sepas que muy pronto
regresaré a casa y explicaré como sucedieron las cosas, espero que aún me puedas
recibir en tu cada y que me vuelvas a querer a tener confianza como antes. No le diga
nada a nadie de mi regreso, espero que algún día todos puedan perdonarme… Te amo
madre.

Besos

Mónica
Epístola 2
México a 22 de abril de 2016

Queridos Hijos

Mi querido hijo Emmanuel, desde hacía tiempo que sentía la necesidad de felicitarte y
a aconsejarte, a ti y a tu esposa que se acaban de casar.
Hoy empiezan una nueva vida juntos como pareja y como familia, por cuyo motivo
tendrán nuevos retos y responsabilidades que tendrán que compartir, teniendo que
soportar momentos dichosos y momentos agrios, que es lo que es el matrimonio. Pero
sé que sabrán salir adelante trabajando juntos unidos como la familia que recién acaban
de formar.
Les saludo a los dos, a ti querido hijo Emmanuel y a ti querida nuera, oh, mejor dicho,
mi nueva hija Karina, y les deseo que sean felices y dichosos.
Saludos y abrazos

Alejandro
Estimada Frau Milena:
Usted se afana por la traducción en medio de ese sombrío mundo vienés. De alguna
manera, eso me conmueve y me avergüenza. Supongo que ya ha recibido una carta de
Wolff por lo menos, ya hace algún tiempo que él me escribió mencionándome esa carta.
La novela corta Asesino, que según dicen aparece anunciada en un catálogo, no me
pertenece. Es un error. Pero como, al parecer, es la mejor, quizá no se trate de un error,
después de todo.
De acuerdo con su última y penúltima carta, el desasosiego y la preocupación
parecerían haberla abandonado en forma definitiva. Sin duda eso también alcanza a su
marido. ¡No sabe hasta qué punto se lo deseo a ambos! Recuerdo una tarde de
domingo hace años: yo me arrastraba por el Franzensquai, asiéndome de las paredes,
cuando me crucé con su marido, quien marchaba en condiciones no mucho más
brillantes: dos expertos en dolores de cabeza, aunque cada uno a su manera. No
recuerdo ya si continuamos la marcha juntos o si cada cual siguió su rumbo. La
diferencia entre ambas posibilidades no habría sido muy grande. Pero eso ya pasó y
debe permanecer hundido en el pasado. ¿Lo pasa bien en su casa?

Afectuosos saludos
Suyo, Kafka

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