Estrategia de Realciones Publicas de Huawei

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Estrategia de Relaciones Publicas de Huawei

“El jade necesita ser tallado para ser una gema” es uno de los proverbios chinos
más populares. Y es también uno que podría definir la estrategia de la china
Huawei.

La firma llegó al país en 2002 al sector de las telecomunicaciones. Diez años


después incursionó al mercado de smartphones, y de ese año a la fecha ha
vendido 9.39 millones de dispositivos. En ese plazo ya consiguió ocupar el sexto
lugar en participación de mercado con el 4.4 por ciento, detrás de Samsung (34.6
por ciento), Apple (14.3 por ciento), LG (13.5 por ciento), Motorola (8 por ciento)
y Alcatel (6.5 por ciento), según cifras de The Competitive Intelligence Unit al
cierre del tercer trimestre de 2017. En el país se vendieron el año pasado 33.9
millones de smartphones, según datos de la consultora en telecomunicaciones
IDC.

“Estamos en un periodo de desarrollo más rápido, porque comparados con el


nivel global de Huawei (tercer lugar en participación de mercado a nivel global),
tenemos diferencia. Sí que tenemos que desarrollarnos más rápido.”, dijo en
entrevista Louis Cao, country manager de Huawei Consumer Business Group para.

La firma quiere ser la marca más vendida en el país, y actualmente trabaja en


lograrlo “lo antes posible”, señala Cao. No hay más detalle de los plazos en los
cuales la asiática pretende dominar el mercado; sin embargo, si algo muestra la
experiencia internacional con Huawei es que hay que tomarla en serio.

Huawei Technologies es la compañía de tecnología más grande de China en


términos de ingresos, con ventas 60 por ciento superiores a las del segundo
puesto, JD.com. Huawei es uno de los mayores productores mundiales de equipos
de redes de telecomunicaciones, a pesar de una prohibición de facto que impide
que los cuatro principales proveedores de telefonía móvil de Estados Unidos usen
sus equipos. Huawei también fabrica un porcentaje cada vez mayor de teléfonos
inteligentes del mundo. Estos dos factores la vuelven una firma a temer para
muchos políticos y competidores alrededor del mundo.

El miedo se debe en parte al salvaje éxito de Huawei. Además de crecer más


rápido que Apple y Samsung, los únicos fabricantes de teléfonos con mayor cuota
de mercado global, la compañía ahora tiene la capacidad de producción y los
conocimientos técnicos para competir con Qualcomm, una compañía tecnológica
con sede en California, en la carrera por desarrollar la tecnología 5G, la quinta
generación de infraestructura inalámbrica, que promete conexiones de datos
ultrarrápidas para smartphones, vehículos autónomos, equipos industriales y
dispositivos médicos controlados a distancia.

Un Huawei con mayor influencia en el mercado 5G podría arrebatar miles de


millones de dólares a sus rivales en todo el mundo y cobrar a otras compañías
altas tarifas por cualquier patente que posea. En varios países, pero
principalmente en Estados Unidos, existe un temor creciente de que Huawei, con
su mayor influencia en las telecomunicaciones, suponga un riesgo para la
seguridad nacional.

Según algunos funcionarios y legisladores estadounidenses, el gobierno chino


podría colarse por la puerta trasera en el hardware y software de Huawei, lo que
le permitiría espiar las llamadas telefónicas, los mensajes de texto y los correos
electrónicos de las personas en su país.

Huawei, desde luego, desestima los temores. Afirma que su conexión con el
gobierno chino no es mayor a la que tienen Apple o Google con Estados Unidos, y
que instalar puertas traseras para el espionaje en su hardware o software de
redes equivaldría a un suicidio. “Tenemos treinta años en este negocio, y no ha
habido un solo problema de seguridad”, dice Joe Kelly, vicepresidente de la
compañía para asuntos de medios internacionales. “¿Debería Estados Unidos
temernos desde una perspectiva de ciberseguridad? La respuesta es no”.

En tanto que Tyrone Liu, CEO de Huawei Consumer Business Group para
Latinoamérica, señaló que “A nivel global estamos en 170 países o regiones (entre
ellos Japón, Alemania y Reino Unido); usan nuestros teléfonos y servicios
y trabajamos con 46 de los 50 carriers (telefónicas) más importantes del mundo.
Tienen la confianza de que no hay problemas”.

Es difícil ponerle un freno a una empresa del tamaño de Huawei, que, además de
su crecimiento orgánico, se ha beneficiado de líneas de crédito casi ilimitadas en
su país y contratos del gobierno chino.

La compañía tiene 180 mil empleados, la mayoría de ellos ingenieros. Aunque es


de propiedad privada, Huawei presenta informes financieros dos veces al año
como parte de un esfuerzo de transparencia que busca que gobiernos extranjeros
la contraten. Dice que tuvo 92 mil millones de dólares en ingresos en 2017, frente
a 35 mil millones de dólares cinco años antes, y quiere alcanzar las doce cifras (es
decir, superar los 100 mil millones) en 2018.

De acuerdo con algunas fuentes, Huawei tiene alrededor de 10 por ciento de las


patentes 5G, y la compañía dice que tiene 300 de sus mejores ingenieros
trabajando a tiempo completo para desarrollar más. Huawei informó que gastó
600 millones de dólares en investigación 5G y espera asignar 800 millones de
dólares adicionales este año para llevar la tecnología al mercado. Ya tiene unos 50
contratos con operadoras inalámbricas para probar sus equipos.

En medio de este rápido crecimiento, la compañía no ha sido exenta a


acusaciones clásicas en el sector de la tecnología que es el espionaje
corporativo. En 2003, Cisco demandó a Huawei arguyendo que había descubierto
su propio código fuente, con errores y todo, dentro del software de Huawei. La
compañía china finalmente admitió que una pequeña parte de su software de
enrutador había sido copiado de Cisco, pero dijo que el acto había sido
involuntario. Al final, las compañías llegaron a un arreglo, Cisco abandonó el litigio
y Huawei modificó sus productos.

La sede central de Huawei en Shenzhen, un campus extenso y tranquilo con


edificios bajos, una docena de cafeterías y palmeras, encajaría muy bien en Silicon
Valley. La única extravagancia es un gran lago artificial habitado por cisnes negros,
que el fundador Ren Zhengfei habría importado de Europa como símbolo de la
singularidad de Huawei. Tiene otras peculiaridades. Hasta hace poco, la compañía
estaba dirigida por un triunvirato de directivos que se rotaban por periodos de
seis meses, y quizás sea la empresa más grande del mundo estructurada como un
plan de propiedad de acciones para empleados.

El papel de Ren Zhengfei, quien creció en una zona pobre del suroeste de China,
es quizás más convencional. Posee apenas una participación del uno por ciento,
pero tiene poder de veto sobre decisiones importantes y sus correos electrónicos
delatan su pasado como ingeniero en el Ejército Popular de Liberación.

Ren arrancó Huawei con tres mil dólares en capital de cinco inversores y sin un
plan claro. En sus primeros años, Huawei importaba equipos de Hong Kong y los
vendía en el continente, pero en poco tiempo los ingenieros de Ren estaban
desarrollando sus propios switches para redes de telefonía, los primeros artículos
en lo que llegaría a ser un enorme catálogo de hardware de computación y redes.
“Vamos a continuar los esfuerzos, vamos a invertir más en la marca, una marca
más cerca de los consumidores. Vamos a trabajar con los carriers, los retailers
(tiendas) para construir nuestra imagen de la marca en Latinoamérica, por eso es
tan importante para nosotros”, resaltó Cao.

Otra de las grandes apuestas de la empresa es dominar el mercado de


consumidores de gama alta y prueba de ello es que ha acelerado los lanzamientos
en el país de estos productos para emparejarlos lo más posible a nivel global.
Anteriormente la brecha era de dos o tres meses y actualmente de menos de un
mes. Por ejemplo, el pasado 27 de marzo presentó los nuevos P20 y P20 Plus.

“El consumidor está pidiendo cada vez más una marca más integrada localmente,
una marca más en contacto con el consumidor, y una marca que está
comenzando a traer los dispositivos, que se han vuelto tan deseables de forma
más inmediata”, señaló David Moheno, director de Relaciones Públicas de Huawei
para Latinoamérica.

En el mercado de gama media-alta (entre 400 y 550 dólares) y alta (arriba de los


550), ha pasado de tener el 8 por ciento del mercado en 2016 al 13 por ciento en
2018, según cifras de la consultora IDC.

“Vemos una pelea bastante fuerte (en la gama alta), dominada por un puñado de
marcas muy selectas. Lo que se nos ha hecho muy interesante es cómo están
combinando sus estrategias en retail, su oferta por ejemplo a través no sólo de
puntos de venta físicos, sino de internet”, dijo en entrevista Oliver Aguilar,
gerente de investigación de Consumo de IDC.

El experto explicó que las gamas más altas han crecido en participación en los
últimos años, ya que los consumidores están dispuestos a gastar cada vez más en
sus smartphones, pero también debe tener tecnología que responda de alguna
forma a ese incremento en el precio en rubros como la cámara, el
almacenamiento, la batería y marcos cada vez más pequeños.

De hecho, en promedio los consumidores del país remplazan sus equipos entre un


año y medio y dos años, explicó Aguilar. “Si tú ves los ingresos promedio contra
los costos de los dispositivos te diría que en varios países de América Latina sí
gastamos un poco más que la proporción de nuestro ingreso para tener un mejor
teléfono. Esto impacta desde la gama media hasta la parte prémium”, detalla.
Huawei ha notado esa tendencia de que los latinos están dispuestos a pagar más
por mejores teléfonos y por ello ha apostado por acercar sus productos a los
consumidores con estrategias de marketing agresivas. En 2017, en la compra de
un Mate 10 con Telcel y AT&T regalaban un P10 selfie. Y para el nuevo P20 realiza
una estrategia de marketing donde habría “sorpresas” para los consumidores.

“Con estas promociones queremos que más gente pueda tener la experiencia de
nuestro producto”, explicó Cristina Yi, directora de Marketing de Huawei
Latinoamerica. La experiencia del usuario es justo una de las ‘armas’ que Huawei
considera más importantes para atraer a los usuarios, pues estima que quien llega
a uno de sus teléfonos desde, por ejemplo, un Apple o un Samsung, difícilmente
regresará con estas marcas.

“En la gama media y alta de smartphones tenemos una gran diferencia con otros
competidores. Por ejemplo, los que vamos a lanzar, el P20 y P20 Pro, son
productos en los que las cámaras son superpotentes frente a los consumidores.
Tenemos la confianza que en temas de gama media y alta tenemos mejor
tecnología que nuestros competidores y mejor experiencia de producto”, afirmó
Tyrone Liu.

Según la firma independiente DxOMark, los nuevos Huawei P20 Pro (el primero a
nivel global con tres cámaras) y P20 tienen las mejores cámaras del mercado,
seguidas del Galaxy S9 Plus de Samsung, el Pixel 2 de Google, y el iPhone X de
Apple.

Las cámaras justamente han sido una de las prioridades de la firma, y


actualmente tienen un acuerdo con la empresa alemana especializada en el
sector: Leica. Otros focos en los que se han centrado, luego de escuchar las
variadas exigencias de los usuarios a nivel global en foros y redes sociales, son la
batería y el rendimiento con el paso del tiempo.

Huawei afirma que en estos tres rubros ha podido dar una mejor experiencia
gracias a la inteligencia artificial de sus equipos, que ayuda a los usuarios a tomar
mejores imágenes, hace más eficiente el uso de la energía, y prioriza las tareas
comunes de los usuarios para evitar un desgaste con el paso del tiempo.

“Podemos comparar con Samsung. Si tú usas Samsung durante varios meses, el


sistema va a ser muy lento, pero nosotros resolvemos estos problemas básicos
para que el sistema mantenga velocidad y resolver también el problema de
batería”, detalla Liu.

Esta inteligencia artificial que presume la compañía china se ha logrado gracias a


la inversión que realizan a nivel global en Investigación y Desarrollo (I+D), que en
2017 alcanzó los 14 mil millones de dólares, superando a firmas de tecnología y
comunicaciones como Qualcomm y Nokia.

Dicha inversión, consideran, es una ventaja frente a los competidores, ya que les
permite controlar la cadena de suministro, por ejemplo, al fabricar sus propios
chips con inteligencia artificial, o aprovechar los avances en telecomunicaciones
para una mejor comunicación con las antenas. Al final, se reditúa en tener
productos de gama alta a menores precios que sus principales competidores.

Eso sí, aclaran que no porque sean más baratos significa que es porque tienen
menor tecnología. Los ejecutivos explican que la firma prefiere invertir en
innovaciones que ayuden a los usuarios, y no otras que sólo encarezcan los
equipos, y mencionan como ejemplo la carga inalámbrica de firmas como
Samsung y Apple, que, según su consideración, no presentan una gran mejora en
la experiencia de los usuarios.

Por último, una pieza clave para conquistar a los usuarios es conocerlos. La
lectura que tiene la firma, según Louis Cao, es que el consumidor del país es
joven, tiene pasión, muy creativo, muy innovador, y se preocupa mucho de su
relación social con amigos, colegas y familia. Aguilar, de IDC, añade que son
(somos) aspiracionales. ¿Será?

Por qué se ha escogido


Escogí la compañía de Huawei porque esta compañía se ha mantenido en el
segundo lugar en ventas a nivel mundial, pese a que ha tenido problemas con el
bloqueo comercial que le impuso estados unidos por un supuesto robo de
información “Ciberespionaje” ya que esta compañía tiene lazos con el gobierno
de China, en la que se prohibió a varias compañías como (Google, Intel,
Qualcomm, Nvidia, Microsoft, Broadcom) entre otras.
Huawei ha manejado muy bien sus relaciones publicas para asi mantenerse en el
mercado y manteniendo una buena comunicación con sus usuarios y asi
mantener la reputación de su marca.

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