UNIDAD 6 - Escuelas 2019

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17

Teoría de la conducta: avances y perspectivas en la


investigación del comportamiento humano
(Behavior theory: Avances and perspectives on human behavior research)

Héctor Martínez Sánchez1


Universidad de Guadalajara-México

OM
J.B. Watson, el primer conductista explícito, no supuso problemas de extrapolación
entre la conducta animal y humana porque creía que, con los principios del
condicionamiento pavloviano era suficiente para eliminar cualquier división entre la
conducta humana y la no humana. Su declaración textualmente fue expresada como

.C
sigue… The behaviorist, in his efforts to get a unitary scheme of animal response,
recognizes, nodividing line between man and brute (1913, p. I 58). B.F. Skinner (l938) el
mayor impulsor del conductismo que más tarde se ha denominado como conductismo
DD
radical, en forma más parsimoniosa dejó abierta una interrogante cuando presentó un
sistema para el análisis de la conducta animal. No puso restricciones para hacer
extrapolaciones desde los principios del comportamiento animal al comportamiento
humano. Skinner creía que quizás sólo para la conducta verbal fuese necesario un
tratamiento diferente al que propuso en Conducta de los organismos. En palabras de
Skinner… We can neither assert nor deny discontinuity between the human and
LA

subhuman fields so long as we know so little about either… I may say that the only
differences I expect to see revealed between the behavior of rat and man (aside enormous
differences of complexity) lie in the field of verbal behavior (1938, p. 442).
Por el contrario, Ribes y López (1985) en Teoría de la conducta adoptaron un punto
FI

de vista francamente crítico con respecto al problema de la extrapolación de los principios


conductuales surgidos de la investigación operante básica. Estos autores expresan algunas
limitaciones que según ellos, muestra la teoría del condicionamiento para examinar a la
conducta humana. Centran su análisis en dos aspectos fundamentales.


Primero, la representación conceptual explícita en los esquemas basados en el


condicionamiento implica niveles de análisis demasiado restrictivos como para tomar en
consideración las formas de organización del comportamiento, características de la
interacción social de los individuos humanos. Segundo, hay una falta de representatividad
conceptual para tratar los problemas vinculados al comportamiento humano-suponiendo
que los hubiera para analizar a la conducta en general (p.37-38).
Es claro que la comprensión del comportamiento humano es la meta de cualquier
teoría de la conducta. Sin embargo, para alcanzar esta meta el camino no ha sido recto y

1
Este trabajo fue apoyado por el subsidio otorgado por el CONACyT, Ret: 4539·H9406. Copias del trabajo pueden
solicitarse al Centro de Estudios e lnvestígaciones en Comportamiento, 12 de diciembre No. 204, Col. Chapalita,
C.P.45030, Guadalajara, Jalisco. México. Correo electrónico: [email protected]

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por el contrario ha sido sinuoso y lleno de imprevistas dificultades. El plan del presente
escrito es iniciar con la caracterización del comportamiento humano desde la perspectiva
de Ribes y López para continuar con una muy breve revisión de la investigación operante
del comportamiento humano que servirá de contexto para introducir algunos aspectos
relevantes planteados desde la perspectiva interconductual para el estudio del
comportamiento humano. En la parte final se presenta un bosquejo de la investigación
actual sobre transferencia humana como un ejemplo de las posibilidades empíricas del
desarrollo de la propuesta de Ribes y López (1985).

OM
¿Qué es lo humano del comportamiento humano?

Para el tratamiento del comportamiento humano, el aspecto convencional es central


en la formulación de Ribes y López. La distinción de medios de contacto de diverso nivel,

.C
fue importante para la postulación del medio de contacto normativo. La normatividad
implica, por necesidad, convención, y la convencionalidad es la característica de los
eventos psicológicos típicamente humanos. No obstante, es esencial señalar que la
DD
convencionalidad, como dimensión de lo psicológico humano, puede darse a su vez en
diferentes niveles y que, por consiguiente, no sólo representa el instrumento conceptual
para distinguir la conducta humana de la animal, sino también para distinguir diferentes
formas funcionales de comportamiento humano (p.16). De manera más precisa, en varias
de sus tesis epistemológicas se establecen algunas diferencias entre la conducta animal y
humana. Es interesante notar que en las tesis metodológicas no aparece ninguna
LA

diferencia en e1 tratamiento de conducta animal o humana. Examinemos las tesis que nos
interesan.
El primer momento en el que encontramos una referencia directa a las diferencias
entre el comportamiento humano y animal es en la tesis epistemológica número 14: dadas
FI

las características del medio social humano y su independencia respecto del contacto
directo con los objetos que proporciona el lenguaje, la conducta humana representa un
corte cualitativo frente a la conducta animal (p.84). Este es un reconocimiento explícito
de una diferencia cualitativa (funciones superiores) más que cuantitativa entre conducta


animal y humana donde el medio social humano y las características del lenguaje cobran
especial relevancia para establecer la distinción.
En la tesis epistemológica número 15 se abunda en la caracterización de esta
diferencia fundamental: El corte entre la conducta humana y la animal no es abrupto ni
en la filogenia zoológica ni en la ontogenia humana: se manifiesta en la forma de una
transición representada por las funciones sustitutivas, las cuales aparecen tanto en la
ontogenia humana como en la filogenia zoológica cuando se dispone de un medio
social… y de un nivel de desarrollo motriz, tanto fino como grueso, desarrollado en
correspondencia con el medio de contacto que enmarca la conducta biológica y
psicológica (p.85). Un medio social y et desarrollo motriz son indispensables para la
aparición de las funciones superiores que demuestran un desarrollo evolutivo. Las

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funciones sustitutivas características del comportamiento humano no representan un salto
sino una transición.
Estas formas de funciones específicas del hombre tienen como base el lenguaje
social en combinación con otras funciones que incluyen a los aspectos biológicos. En la
tesis epistemológica número 17 se dice que: en el desarrollo ontogenético del ser
humano, el lenguaje, a diferencia de los animales, es un sistema reactivo no sólo
biológico sino social. La aparición del lenguaje es independiente de otras formas de
función mediadora, pero su convergencia con ellas produce las formas de mediación que
son idiosincrásicas y exclusivas del hombre (p.86).

OM
Establecidas estas diferencias en un nivel epistemológico, buena parte de la tarea
debería estar dirigida hacia encontrar evidencia que pudiera ayudarnos a decidir si estas
diferencias son esenciales para la comprensión del comportamiento animal y humano.
Inicialmente, uno de los aspectos que podrían contribuir de forma complementaria
en esta labor de esclarecimiento, sería la revisión que aunque breve, sea ilustrativa de la
manera en que se ha procedido en el análisis experimental de la conducta humana para

.C
recabar tal evidencia.
DD
Factores históricos en conducta animal y humana

De acuerdo con Baron, Perone y Galizio (1991) se pueden identificar cuando


LA

menos, tres formas de proceder en el análisis de la conducta humana. Primero, como


interpretación en el sentido en que Skinner (1957) analizó la conducta verbal. Segundo,
como una aplicación de los principios operantes a las situaciones humanas en los
escenarios reales. Tercero, como la caja de Skinner humana que es el análisis de la
conducta humana dentro del laboratorio. Según Baron y Perone (1982), el estudio de la
FI

conducta humana dentro del laboratorio operante es un eslabón obvio entre la base
científica del análisis de la conducta y su extensión al dominio de la conducta humana
compleja. A diferencia de las interpretaciones y descripciones de conducta en ambientes
naturales, la investigación en laboratorio crea la posibilidad de manipular y controlar las


variables de interés. Y a diferencia de la investigación aplicada, la investigación de


laboratorio permite investigaciones que no son alentadas por consideraciones terapéuticas
razonables (p.146).
Baron y Perone (1982) también asumen que el control experimental sobre la
conducta de los individuos es el sello característico de un análisis operante. De hecho, se
reconocen niveles de control aceptables cuando las relaciones funcionales entre las
condiciones experimentales y la conducta pueden ser replicadas dentro de un mismo
sujeto y de un sujeto a otro (p. 149). Sin embargo, a diferencia de la conducta humana,
en el caso de la conducta animal es posible tener un control más riguroso sobre la historia
individual de los sujetos bajo observación. Podemos saber los orígenes y aspectos
biológicos de los miembros de la especie que vamos a utilizar. La historia del sujeto de

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laboratorio puede ser excluida corno factor que pueda producir alguna perturbación con
respecto al estudio de la variable experimental de interés.
Por el contrario, teniendo a humanos como sujetos experimentales, la historia, lejos
de ser borrada o neutralizada, puede llegar a ejercer un mayor control que los
procedimientos experimentales bajo operación. Baron y Perone (1982) han reconocido
los extraordinarios problemas metodológicos que enfrenta cualquier investigador del
comportamiento humano. Además de la influencia de la historia pre-experimental, otras
variables suelen ser difíciles de controlar como son las experiencias del sujeto entre las
sesiones, el acceso a otras fuentes de información, los aspectos motivacionales, etc.

OM
Una característica de la metodología de la investigación operante con humanos es
que ha ponderado el establecimiento de estados estables como una preparación
experimental básica y forma de control para contrarrestar los efectos de la historia pre-
experimental de los sujetos llevados al laboratorio. De acuerdo con la lógica del estado
estable derivada del empleo de los programas de reforzamiento con animales, obtener
ejecuciones estables significa que se ha producido un control relevante de las variables
de interés. Sin embargo, como sabernos, en la producción de comportamientos estables

.C
con sujetos infrahumanos normalmente es necesario realizar una gran cantidad de
sesiones experimentales. En el caso de sujetos humanos llevar a cabo muchas sesiones
experimentales podría representar serios problemas de control sobre otras variables
DD
(mortalidad experimental, comunicación entre sujetos, variación instruccional, etc.).
Una ventaja de estudiar estados estables es que se pueden descartar o minimizar las
influencias de las variables históricas que en estudios de pocas sesiones no es posible
llevar a cabo. En realidad muchos estudios operantes humanos pueden haber sido mal
interpretados por la confusión de supuestos efectos que surgen al observar solamente las
LA

ejecuciones iniciales de los sujetos que es el momento en el que las variables históricas
ejercen su mayor influencia. Otra vez, el problema aparece cuando hay que asegurar la
presencia de los sujetos experimentales durante sesiones largas y durante varios días lo
que no es sencillo o puede llegar a ser muy costoso si se utiliza alguna forma de pago
FI

para mantener la asistencia de tales sujetos.


Con estas consideraciones no es ocioso preguntarse si pueden los humanos seguir
siendo sujetos experimentales útiles en el laboratorio. Según Palmer y Donahoe (1991)
para alguien que quisiera hacer investigación básica con humanos hay al menos tres


razones:
a) demostrar que un conjunto común de principios gobierna a la conducta humana
y animal;
b) estudiar las diferencias entre especies, esto es, identificar o explorar fenómenos
únicos a los humanos, y;
c) refinar o extender nuestra comprensión de los principios conductuales básicos.
Sin embargo, estas razones en apariencia claras y convincentes, no siempre
recogerían un eco favorable entre otros investigadores. Por ejemplo, existen versiones en
la literatura operante que describen la variedad de factores para documentar la demora en
el estudio del comportamiento humano comparado con la extensión dedicada al estudio

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del comportamiento animal. Dificultades que van desde aspectos conceptuales hasta
éticos han contribuido para desarrollar sólo unas cuantas líneas de investigación básica
operante en humanos (por ejemplo, clases de equivalencia, conducta gobernada por reglas
juicios de contingencia).
La desestimación del humano como un sujeto experimental apropiado, ha tenido
una notoria influencia en el lento proceder de la investigación en conducta operante
humana. Incluso, se han cancelado las posibilidades reales de una estrategia experimental
como forma de estudiar los procesos conductuales humanos. Bandura (1977), Brewer
(1974) y Lowe (1979) entre otros, han cuestionado el papel del condicionamiento
operante en la explicación de la conducta humana. Dinsmoor (1983) aunque

OM
posteriormente se retractó, descartó a los humanos como un sujeto confiable para la
investigación de los procesos conductuales fundamentales.
Recientemente, Baron, Perone & Galizio (1991) han expresado una preocupación
semejante con respecto a los principios del condicionamiento operante en el contexto de
la relación entre la investigación de laboratorio y el análisis del comportamiento humano.
Estos autores se preguntan si… ¿pueden los principios del condicionamiento operante,

.C
sobre la base de los hallazgos del laboratorio animal, contribuir para un examen que
abarque a la conducta humana? (p. 95). Según Hake (1982) el análisis de la conducta
siempre ha procedido de relaciones más simples a las más complejas. De la conducta
DD
animal a la conducta humana; de la conducta individual a la conducta social; de la cámara
experimental hacia ambientes controlados y finalmente a escenarios no controlados e
incontrolables.
Hake establece que el análisis de la conducta lo ha hecho de esa manera: por
ejemplo, Skinner (1938) puso la rata en la caja, Lindsley (1956) puso al humano en la
LA

caja; entonces Azrin y Lindsley (1956) ponen a dos humanos en la caja. Después vinieron
las aplicaciones en ambientes relativamente controlados como hospitales y salones de
clases y por último en poco controlados como en las comunidades.
Algunas de estas interpretaciones del desarrollo de la investigación operante
FI

humana parecen sonar desalentadoras para los intentos de conseguir una adecuada
comprensión del comportamiento humano. Sin embargo, a pesar de este aparente clima
pesimista la literatura operante humana ha incrementado en los años recientes. Un área
que en especial ha merecido atención es el estudio de la transferencia en humanos bajo


procedimientos de discriminación condicional.

El problema de la transferencia

Quizás una de las características más importantes de las líneas de investigación que
se han desarrollado bajo el auspicio de Teoría de la conducta de Ribes y López ha sido
la inclusión de pruebas de transferencia en la mayoría de los estudios publicados. En
primera instancia el interés por evaluar la transferencia estaba dirigido a la determinación
de los niveles funcionales del ajuste del sujeto después de ser expuesto a ciertos arreglos

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de estímulo durante las condiciones de entrenamiento. En principio se asumía que la
efectividad de los sujetos para resolver las· variaciones en las tareas experimentales
permitiría clasificar su comportamiento como situacional, extrasituacional o
transituacional. Normalmente se entrena a un sujeto bajo condiciones experimentales
específicas y después de un número de sesiones se introducen sesiones con ensayos que
contienen variaciones de distinto grado con respecto a las condiciones de entrenamiento.
Generalmente, estas sesiones se introducen entre fases y/o al final de la serie de fases y
constituyen en realidad, pruebas que son llamadas de transferencia porque intentan
evaluar el comportamiento del sujeto bajo condiciones distintas a las entrenadas.
De acuerdo con Detterman (1993), una definición simple de transferencia es el

OM
grado en el que una conducta será repetida en una situación nueva. Sin embargo, lejos de
cualquier simpleza hay serios problemas implicados en el estudio y la definición de
transferencia. Es fundamental la similitud entre la situación original y la nueva. En
principio se puede asumir a la transferencia como un continuo de situaciones que
progresivamente se alejan de la situación de aprendizaje original. Se podría expresar que
a mayor similitud entre ambas situaciones se requiere menor grado de transferencia

transferencia.

.C
mientras que a menor similitud entre las dos situaciones se requiere mayor nivel de

Aunque parecen razonables estas declaraciones, la literatura existente demuestra


DD
que la transferencia lejana o que muestra menor similitud entre las situaciones es muy
difícil de conseguir. Según Detterman (1993) es más frecuente encontrar una literatura
que reporta un fracaso en la obtención de este tipo de transferencia que encontrar una que
sea exitosa. A primera vista, algunos factores metodológicos podrían estar contribuyendo
a mantener este fracaso transferencial.
LA

En primer lugar, una consideración que sería pertinente es examinar la manera en


cómo se programan ambas situaciones bajo estudio. En el caso del comportamiento
animal Zentall (1997) ha llamado la atención acerca del papel que juegan las diferencias
de procedimiento que se establecen entre las condiciones de entrenamiento y las de
FI

prueba, como posible fuente de explicación del fracaso transferencial. No es extraño


encontrar que cuando el sujeto es expuesto a las condiciones de prueba, en realidad se
enfrenta a un cambio de procedimiento del entrenamiento recibido con respecto al de
prueba y como resultado suele dar muestras de confusión que se manifiestan como un
decremento en la ejecución esperada. Estas diferencias de procedimiento entre las


condiciones de entrenamiento y las de prueba encuentran un paralelo en el estudio de la


transferencia humana apoyando el reclamo de Zentall. Aunque no es este el lugar para
incluir una revisión detallada para documentar este aspecto se pueden encontrar ejemplos
que claramente ilustran el punto.
Por ejemplo, en los procedimientos de igualación de la muestra de primer orden,
cuando se arreglan condiciones de entrenamiento para promover algún tipo de
aprendizaje se suelen proporcionar distintas variedades de retroalimentación dependiendo
del interés específico del estudio. Una vez cubierta esta etapa el siguiente paso es
introducir las pruebas de transferencia. Aparte de las variaciones propias de la tarea que
se desea evaluar, es usual como parte del procedimiento, suspender la presentación de la
retroalimentación que regularmente se presentaba durante el entrenamiento. Esta es una

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condición que resulta muy problemática para los sujetos humanos. Además de las
variaciones en la tarea, uno de los efectos de la cancelación de la retroalimentación es que
el sujeto pierde la referencia del criterio de respuesta apropiada. La tarea se convierte
entonces en un enigma o especie de acertijo que el sujeto debe descifrar. Como cabe
esperar y para los criterios del experimentador, los sujetos frecuentemente fracasan en
sus intentos por resolver exitosamente la nueva tarea. Resumiendo, antes de cualquier
consideración teórica se deben tomar en cuenta las variaciones de procedimiento entre las
condiciones de entrenamiento y de prueba para evaluar apropiadamente si la transferencia
ocurre o no.
Un segundo aspecto de interés en este examen es el empleo de instrucciones que

OM
tiene que ver con el punto anterior y que en el caso de la transferencia humana es de
especial relevancia. La cuestión en este punto se relaciona con la conveniencia de que los
sujetos sean o no informados acerca de la transferencia. Se ha dicho que cuando a los
sujetos se les instruye que el material previo puede ser útil para la solución de un nuevo
problema, no parece razonable atribuir la solución del nuevo problema como resultado
de una transferencia. Según Detterman (1993) este sería un ejemplo de seguimiento de

.C
instrucciones. Sin embargo, si a los sujetos se les oculta esta información aumentan las
posibilidades de encontrar fracasos en la transferencia. De todas formas, como veremos
más adelante aun cuando se proporcionen instrucciones incluso específicas no siempre se
encuentra evidencia favorable de transferencia o de control instruccional si se prefiere.
DD
Zentall (1997) ha reconocido que en la investigación sobre aprendizaje verbal y
transferencia con humanos el uso de instrucciones juega un papel central. Esta
importancia de las instrucciones la ha extendido a Ja investigación de la memoria animal
y particularmente al decremento de la ejecución de un animal en una situación de prueba.
LA

Zentall llama fracaso instruccional a la noción de que en el momento de la prueba, las


reglas de la tarea no son claras. En el caso animal las instrucciones .se entienden como
parte del procedimiento de entrenamiento. Una forma de crear análogos instruccionales
en animales es presentar las dos tareas de entrenamiento en contextos diferentes de forma
que el contexto puede ser usado como una instrucción en el momento de la prueba
FI

(Zentall, 1997). Esto es consistente con los hallazgos de Weiner (1969, 1970) y con la
literatura sobre transferencia de aprendizaje que indica que la ejecución en una tarea
novedosa es facilitada por el entrenamiento en una variedad de tareas. Los estudios sobre
formación de conceptos han señalado que para ejecutar precisamente en instancias


novedosas, es necesario el entrenamiento con instancias que cubren el rango de todas las
posibles instancias del concepto (Engelmann, 1969).
En la revisión de Winston y Baker (1985) sobre estudios de creatividad en análisis
de la conducta, mencionan que en los estudios que recabaron medidas de generalización
entre tareas, en general se evidenció una generalización muy limitada. Una conclusión de
esta revisión crítica sobre creatividad es que el fracaso de encontrar generalización
espontánea del entrenamiento en creatividad indica la necesidad de programar la
generalización dentro de los procedimientos de entrenamiento.
La conclusión anterior no es la primera vez que aparece en la literatura. Quizás
convendría recordar que la transferencia sin errores de una discriminación en pichones
realizada por Terrace (1963) es un ejemplo clásico de un procedimiento que incluye la

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transferencia durante el entrenamiento. Lo mismo sucede con el también clásico
procedimiento para el entrenamiento de aprendiendo a aprender (learning set)
desarrollado por Harlow (1949) donde la transferencia se evalúa inmediatamente después
del aprendizaje pero que a la vez es parte de la tarea que tiene que aprender el sujeto.
Todos ellos tomados en conjunto representan los esfuerzos más consistentes para
estudiar experimentalmente la transferencia humana. Un lugar aparte merece el campo de
estudio sobre las relaciones de equivalencia entre estímulos desarrollado por Sidman y
extendido por un gran número de investigadores operantes. Atraídos por la consistencia
en la producción de datos que demuestran la cantidad de relaciones que emergen una vez
que un número menor de relaciones han sido entrenadas en sujetos humanos han inundado

OM
las revistas con sus publicaciones (para una revisión sobre clases de equivalencia, véase
Sidman, 1994). Una vez más la transferencia demostrada en las relaciones emergentes no
entrenadas depende del entrenamiento en las otras relaciones.

.C
Un programa de investigación sobre transferencia humana
DD
La parte final de este trabajo pretende ilustrar también en forma breve un avance de
los resultados aún no publicados de un programa de investigación sobre la evaluación de
algunos factores implicados en el estudio de la transferencia humana. Este programa ha
sido llevado a cabo en el Centro de Estudios e Investigaciones del Comportamiento
durante los últimos años bajo la responsabilidad del presente autor y la colaboración de
LA

un pequeño equipo de investigación. En un intento por evaluar aquellas condiciones que


puedan garantizar la obtención de una transferencia eficiente en diversas situaciones de
aprendizaje hemos realizado una serie de estudios utilizando procedimientos de
discriminación condicional como tarea experimental.
FI

En una de las primeras investigaciones Martínez, Moreno, Ortiz y Carrillo (en


prensa) enfocaron su objetivo hacia mantener los criterios de alta eficiencia en la
ejecución de niños y jóvenes bajo dos condiciones de entrenamiento. Se estudiaron
secuencialmente dos relaciones (diferencia y semejanza) bajo un procedimiento de
igualación de la muestra. Los resultados mostraron que con muy pocas excepciones, los


sujetos de ambas edades tuvieron ejecuciones altamente eficientes en ambas tareas y lo


más importante es que no se produjo ninguna perturbación de los niveles de ejecución en
el cambio de tarea. La variable de mayor importancia en estos resultados fue el nivel de
especificación instruccional.
Una vez asegurado el aprendizaje inicial, en un segundo estudio (Martínez,
González, Ortiz y Carrillo, en prensa) se replicaron las mismas condiciones de
entrenamiento pero esta vez se incluyeron pruebas de transferencia después de cumplir
con el requisito de adquisición de cada tarea. Los resultados replicaron exitosamente las
ejecuciones efectivas durante el entrenamiento. Sin embargo, los sujetos no transfirieron
su nivel de ejecución previo en las pruebas. El fracaso para obtener una transferencia
efectiva fue interpretado como una deficiencia en la especificación instruccional.

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En un tercer estudio, Martínez, Moreno, Carrillo, González y Ortiz (1997)
manteniendo el procedimiento general de los estudios previos, precisaron las
instrucciones del estudio anterior durante las fases de entrenamiento y especialmente en
las sesiones de transferencia. Esta especificación consistió en señalar la secuencia de las
sesiones de entrenamiento y de las sesiones de pruebas de transferencia. Los resultados
mostraron que bajo estas condiciones de entrenamiento y en particular con la
especificación de las instrucciones en las pruebas de transferencia se replicaron
nuevamente las altas ejecuciones durante las dos tareas del entrenamiento. Sin embargo,
con la excepción de un sujeto (n=10) en esta ocasión los altos niveles de ejecución
obtenidos en el entrenamiento se mantuvieron durante las pruebas de transferencia.

OM
Una conclusión provisional de esta serie de experimentos sería que con el uso de
instrucciones precisas, la presentación de retroalimentación continua durante el
entrenamiento y la realización de un número suficiente de ensayos de igualación de la
muestra como preparación experimental fue posible obtener muestras de transferencia de
las tareas aprendidas durante el entrenamiento.
En una interpretación más general estos resultados se vinculan con la noción de

.C
competencia que Ribes (1990) ha definido como un conjunto de respuestas y/o
habilidades que, a diferencia de estas últimas, no son invariantes respecto a la morfología
de objetos y eventos, sino que pueden cambiar como ejercicio, dependiendo de las
DD
circunstancias en que se prescribe e] criterio de efectividad funcional (p. 210). Esta
noción de competencia ha orientado otra línea de investigación desarrollada por Ribes y
Vareta (1994) sobre comportamiento inteligente que se relaciona directamente con el
problema de la transferencia humana. De acuerdo con estos autores la evaluación del
comportamiento inteligente equivale a la evaluación de competencias conductuales y la
LA

generalidad de dichas competencias dependerá de la transferencia potencial de


habilidades en sentido horizontal y vertical (Ribes y Varela, 1994).
Finalmente en años recientes, Ribes y colaboradores han explorado
sistemáticamente algunos aspectos relevantes relacionados con la transferencia humana.
FI

En particular han encontrado interacciones complejas entre el uso de descripciones


verbales durante las pruebas de transferencia y los efectos del tipo de entrenamiento sobre
la ejecución en adquisición, transferencia y en mantenimiento bajo tareas de
discriminación condicional (Ribes, Torres y Ramírez, 1996).


Comentarios finales

Todos estos esfuerzos tienen en común haber sido inspirados por la publicación de
Teoría de la Conducta. Hace algunos años era frecuente encontrar un conjunto de críticas
hacia el enfoque interconductual. Una de estas críticas se dirigía a la falta de sustento
empírico de la psicología interconductual. Después de más de diez años de trabajo en e1
laboratorio tenemos un panorama más alentador y optimista. Al menos en el caso de
algunas áreas del comportamiento humano el balance es positivo. No tenemos elementos
que nos hagan dudar de la pertinencia de seguir con una estrategia experimental para
ganar mayor comprensión sobre los procesos fundamentales del comportamiento

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humano. La distinción entre comportamiento animal y humano ha sido fructífera para
abordar con un anclaje conceptual alternativo al operante el estudio del comportamiento
humano. Los refinamientos metodológicos nos permitirán mejorar nuestras
observaciones sistemáticas y en nuestro punto de vista, el humano debería seguir siendo
el actor principal de estas observaciones.

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LA
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RIBES, Emilio: ¿Es suficiente el condicionamiento operante para analizar la conducta humana? Leída
como conferencia por invitación en la Octava Reunión Anual de la Asociation for Bchavior Analysis,
Milwaukee (Wisc.), mayo 27-51, 1982. Revista Mexicana de Análisis de la Conducta, 1983, Vol. 9,
Núm. 2, págs. 117-130. Maestría en Psicología, Escuela Nacional de Estudios Profesionales, Iztacala,
Universidad Nacional Autónoma de México.

¿Es suficiente el condicionamiento operante para analizar la


conducta humana?

OM
Emilio Ribes

RESUMEN

Se examina cómo la teoría del condicionamiento operante incorporó los supuestos paradigmáticos de la
Mecánica Cartesiana y los implícitos dualistas de su filosofía. El paradigma del reflejo fue transferido a la

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psicología por vía de la biología, y ha orientado tácitamente el análisis teórico y empírico en el estudio de
la conducta. Se señalan las limitaciones principales heredadas por el paradigma del reflejo tanto en lo que
corresponde al análisis de la conducta animal como en el de la conducta humana. Se mencionan los
problemas fundamentales que están por examinarse para que progrese la teoría de la conducta.
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DESCRIPTORES: Condicionamiento operante, Dualismo, Mecánica Cartesiana, Conducta Humana.

Los principios del condicionamiento operante se han convertido en el conjunto de


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conceptos con mayor influencia en la teoría de la conducta. Su aplicación no solo ha


trascendido los límites restringidos de los fenómenos particulares de la conducta animal,
sino que como fundamento de un ambicioso programa teórico, se ha supuesto que estos
principios son también pertinentes a la explicación de la conducta humana. Son bien
conocidos en este respecto las obras de Skinner Science and Human Behavior (1953) y
Verbal Behavior (1957) como pasos hacia una descripción sistemática y comprensiva de
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la conducta como un tópico general. La irrupción de las técnicas de modificación de


conducta y análisis conductual aplicado es testimonio de la confianza en la posibilidad de
una teoría de la conducta sustentada en un conjunto de principios básicos, bajo la
suposición de que constituyen una derivación lógica empírica de los principios


identificados en el laboratorio de conducta animal.


Sin embargo, tal afirmación no sólo debe fundamentarse en el apoyo empírico que
deviene del éxito al extender los principios básicos al comportamiento humano, tanto a
nivel experimental como aplicado, sino también por el análisis de su adecuación teórica
para tratar con las propiedades reales de la conducta humana y las situaciones sociales
que comprenden interacciones humanas concretas. Es nuestro propósito examinar
algunas de las características de la estructura conceptual de estos principios que no
parecen satisfacer las condiciones necesarias para sustentarlos como el fundamento de
una teoría general de la conducta, y muy especialmente, de una teoría de la conducta
humana.

El Condicionamiento Operante: ¿un paradigma oculto?

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Sin entrar en el examen de la naturaleza de un paradigma científico y el estatuto de la
psicología contemporánea en este particular, las contribuciones teóricas en la actividad
científica se basan siempre en un paradigma aceptado como representación conceptual
del objeto de estudio bajo investigación (Kuhn, 1963). No obstante, esta representación
conceptual no es necesariamente explícita en el lenguaje de datos y las categorías de una
aproximación teórica determinada, aún cuando sus límites conceptuales y empíricos estén
prescritos, en cierto sentido, por los supuestos paradigmáticos acerca de ellos. En el caso
particular del condicionamiento operante esto también ha ocurrido. Como lo ol¡serva
Shimp (1982) al referirse a Skinner “...él de hecho tenía conocimiento tácito de una teoría
del siglo XIX y este conocimiento tácito se entreveró ocultándose en sus procedimientos
experimentales. En virtud del hecho de que no estaba, y no está consciente de su propio

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conocimiento, de que no está consciente de su compromiso teórico, la teoría continúa
escondida hasta este día en los métodos de muchos investigadores de laboratorio y
aplicados dedicados al análisis de la conducta”. Examinaré la naturaleza del paradigma
oculto en la teoría del condicionamiento operante, y como esta representación conceptual
tácita ha influido, y limitado seriamente, una explicación comprensiva de la conducta
humana.
La psicología contemporánea, tal como sucedió con otras ciencias como la biología,

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se fundó, en algunos aspectos, en una concepción Cartesiana del mundo. La ciencia
Cartesiana es una empresa contradictoria. Por una parte, las doctrinas Agustiana y
Tomista sobre la naturaleza divina en última instancia del conocimiento, y su sustento
necesario en la revelación y la elaboración racional de la experiencia sensible, obligaron
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a establecer la primacía del Espíritu, la Razón, en el proceso mismo de conocimiento. El
paradigma de conocimiento científico genuino sería, de este modo, una representación de
la realidad en que no se requieren elementos materiales o sensibles, es decir, que
consistiera solamente en conceptos basados en las formas puras: la geometría. Por otra
parte, la ciencia no podía renunciar a tratar con el mundo extensivo y sensible, con la
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realidad material, y por consiguiente, tenía que establecerse un límite entre el


conocimiento de lo extensivo y de lo no extensivo. La ciencia trataría con el mundo
extensivo, aun cuando intentando hacer a un lado sus elementos contingentes a través de
las descripciones geométricas de su ser. La única ciencia del momento era la Física, y con
mayor precisión, la Mecánica. Todas las propiedades extensivas del mundo serían el
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objeto de estudio de la Mecánica, incluyendo la conducta de los animales y los aspectos


animales de los seres humanos: el comportamiento no-racional. La metafísica sería la otra
disciplina que tomaría la responsabilidad de explicar los aspectos no extensivos del
mundo, y puesto que estos eran básicamente aquellos accesibles solo mediante el
razonamiento y la auto-observación "no óptica", la Psicología se convirtió en la forma


específica adoptada por la Metafísica en su propósito de construir un sistema conceptual


para-científico.
Ryle (1949) en The Concept of Mind describe de manera muy aguda esta concepción.
Lo citaré en extenso: –de acuerdo a Descartes– “...las mentes son cosas, pero cosas de
clase diferente a las de los cuerpos; los procesos mentales son causas y efectos, pero
diferentes de los movimientos corporales. Los que repudian los mecanismos presentaron
a las mentas como centros extra de los procesos causales, más bien como máquinas pero
también considerablemente distintas a ellas. Su teoría era una hipótesis paramecánica…”.
El trabajo de las mentes tenía que ser descrito como los meros negativos de las
descripciones específicas dadas a los cuerpos; no están en el espacio, no son movimiento,
no son modificaciones de la materia, no son accesibles a la observación pública. Las
mentes no son pedazos de maquinaria, solo son pedazos de no-maquinaria. El problema
no era de la Mecánica y asumió (Descartes) que debía ser por lo tanto un problema de

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alguna contraparte de la Mecánica. No es extraño que la psicología sea propuesta para
este papel... El dogma del Fantasma en la Máquina... mantiene que existen cuerpos y
mentes; que ocurren procesos físicos y procesos mentales; que hay causas mecánicas de
movimientos corporales y causas mentales de movimientos corporales" (pp. 19-22).
La dicotomía sustancialista del mundo hecha por Descartes, fue de gran influencia en
la ciencia moderna. Cualquier estudio objetivo de los cuerpos materiales y la materia –
incluyendo a los organismos vivos– tenía que basarse en una concepción mecanicista de
su ser, con su regla determinista de explicación acompañante. La ciencia podía elegir
entre dos opciones: estudiar la determinación mecanicista de los cuerpos materiales y su
interacción paramecánica con una sustancia no material (mente energía, vital, etc.) o
reducir en última instancia la mente a una actividad particular de los cuerpos materiales.

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Pero, lo irrenunciable, era el mecanismo de la ciencia; la mecánica se había tornado la
filosofía oficial de la ciencia, el paradigma omnipresente en cualquier descripción de la
realidad.
La psicología objetiva no escapó a este designio. A finales del siglo XIX y principios
del xx, emergieron como intentos formales por desarrollar una psicología sistemática, los
trabajos de Sechenov (1978) y Bekhterew (1913), basados en el reflejo. Se trató a todos
los procesos, incluyendo a la imaginación y el pensamiento, como casos especiales de

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reflejos voluntarios sobre la base de mecanismos neurales como la inhibición y la huella
del estímulo. Y aún cuando como lo señala Skinner (1930), el concepto particular de
estímulo propuesto por Descartes en la forma de un impulso externo que provoca los
movimientos de la máquina biológica, no ejerció una influencia explícita en las
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formulaciones del concepto del reflejo en la historia de la neurofisiología, no obstante el
paradigma mismo del cuerpo u organismo como una máquina movida por otro cuerpo o
substancia –la mente–, se convirtió en la matriz conceptual de la ciencia biológica y la
psicología.
Los elementos para un análisis de la conducta corporal en términos mecanicistas
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pueden encontrarse en los escritos generales de Descartes (El Discurso del Método, Las
Meditaciones Metafísicas y en Los Principios de Filosofía). Los movimientos son
siempre producidos por fuerzas, que son otros movimientos, del interior del cuerpo,
exteriores al cuerpo, o por la interacción del alma en el cuerpo. Cualquier explicación
objetivista de la naturaleza biológica o conductual del organismo tenía que descartar
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derivaciones vitalistas o mentalistas de la interacción del alma con el cuerpo. Las


descripciones tenían que efectuarse con base en principios mecanicistas, y en la biología
y la psicología, el reflejo consistió en la relación mecánica de un impulso o fuerza externa
–el estímulo– y el movimiento del cuerpo –la reacción–, de acuerdo a las características
preconstruidas del cuerpo como una máquina.


¿Cuáles son los supuestos del reflejo como un paradigma? Trataré demostrar que aún
en aquellos casos en los que se repudia como doctrina oficial al dualismo, la adopción del
paradigma del reflejo –irrespectivamente de que se utilice o no la palabra reflejo–
introduce en las descripciones teóricas los supuestos dualistas del dogma cartesiano, y
por consiguiente una conceptualización reduccionista del comportamiento. Esto se debe
al hecho de que el paradigma del reflejo, como esquema conceptual, no es original para
el estudio de la conducta. Es un paradigma de tercera mano, puesto que siendo formulado
originalmente en el contexto de la Mecánica, fue prestado inicialmente a la Biología, y
transferido finalmente de esta disciplina a la Psicología. Así, la teoría psicológica dentro
de la tradición del reflejo, se ha desarrollado sobre las premisas conceptuales cercanas a
un objeto de estudio diferente.
Hay tres características generales de la teoría del condicionamiento operante,
compartidas de muchas maneras con otros abordajes conceptuales, que se remontan a la

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tradición mecanicista del reflejo. Se trata de la definición materialista del objeto de
estudio de la psicología, la explicación como una relación funcional tipo causa-efecto, y
el asociacionismo como un marco lógico de las relaciones empíricas.
Las concepciones mecanicistas siempre han identificado a la materia, como una
categoría general para describir la realidad, con la categoría de materia. La materia física,
así concebida, se enmarca en la tradición de la física cartesiana de la materia como cuerpo
o sustancia dentro o entre los cuerpos. Una entidad no espiritual, diferente a una sustancia
corpórea, no tiene lugar alguno. Las interacciones distintas a los cuerpos o sustancias en
interacción, se reducen siempre a movimiento corporal o a una sustancia fisicalista
inferida. En consecuencia, las definiciones materialistas de un objeto de estudio para la
psicología siempre han subrayado los movimientos o la acción cerebral. Las definiciones

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mismas de Skinner, aun cuando señalando rasgos particulares que tienen que satisfacer
los movimientos de conducta, se ha basado, en principio, en los movimientos como
condición necesaria. Debido a esto, las concepciones conductistas del comportamiento –
y excluimos de ellas a la formulación interconductual de Kantor– constituyen
definiciones organocéntricas.
Descartes en su Principios de Filosofía enuncia la causalidad en los cuerpos físicos en
términos de los movimientos de los cuerpos que hacen contacto el uno con el otro. Las

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cosas permanecen en la naturaleza en el mismo estado hasta que algo las cambia. Esto es,
en la mayoría de los cuerpos –exceptuando al hombre–, el movimiento de otro cuerpo
(sólido o fluido). En el hombre, el alma puede producir movimientos corporales. Los
movimientos como cambios de un estado del cuerpo, siempre deben tener una causa: el
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movimiento de otra sustancia. Así, los movimientos de los cuerpos son causa de los
movimientos de otros cuerpos o sustancias. La causalidad se interpreta, en la formulación
mecanicista, a través de la contigüidad de las acciones de los cuerpos. La acción
antecedente de un cuerpo se convierte en la causa de un segundo movimiento corporal
contiguo en tiempo y lugar. Las relaciones causales se describen, en este marco de
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referencia, como acciones lineales, unidireccionales de un cuerpo sobre otro. La


proximidad, inmediata o mediata a través de la sucesión de contactos corporales
semejantes, en tiempo y lugar, es necesaria para explicar cualquier movimiento como
causado por la acción de otro cuerpo. El principio de causalidad de Hume es la
culminación subjetivista de la tradición dualista. En la teoría operante actual, la búsqueda
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de relaciones funcionales entre una variable independiente y una variable dependiente, es


sólo una sustitución operacional del esquema causal heredado de la Mecánica.
El asociacionismo es un compañero necesario del principio de causa-efecto. Hume
mismo en su libro Sobre el Entendimiento en su Tratado de la Naturaleza Humana,
subraya la causalidad en términos de dos reglas básicas: la contigüidad en tiempo y


espacio, y la conexión entre la causa y el efecto (Sección XV). Ahora bien, dado que la
necesidad de la conexión no reside en los objetos, sino en la reflexión sobre nuestras
impresiones de los objetos, la necesidad sólo existe en el espíritu. La causalidad existe en
la mente en el grado en que las ideas acerca de los objetos se asocian. La asociación es el
mecanismo mental que permite dotar de conexiones causales a los objetivos en el mundo
moderno. Sin la asociación de ideas no podrían tenerse en consideración relación alguna
de causa-efecto entre los objetos, cuerpos materiales. Sin lugar a dudas, los mecanismos
asociativos han desempeñado un papel importante en la teoría de la conducta, ya sea como
un principio tipo Hume para explicar cómo los organismos establecen internamente
relaciones entre los eventos de estímulo y su conducta, o como el principio singular que
define las condiciones necesarias para que los eventos sean funcionales. En este contexto,
es iluminador revisar el concepto de contingencia en Skinner (Ribes, 1982).

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En adición a los rasgos generales de la influencia de la física mecanicista en el
paradigma subyacente al condicionamiento operante, podemos identificar las
contribuciones específicas por parte de la concepción biológica del reflejo. Estas son, a
saber:
1) El reflejo como unidad de conducta se volvió una relación discreta, no continua
entre el estímulo y la respuesta. La característica todo o nada del concepto de
reflejo, derivado posiblemente de la distinción movimiento reposo en la Mecánica
Cartesiana, fue también adoptada como una propiedad definitoria del reflejo como
unidad de la conducta. Se definió el reflejo como unidad descriptiva de la conducta
en términos de una covariación o correlación entre un estímulo y una respuesta. La
“fuerza” del reflejo, metáfora mecanicista, significaba sólo el estado de dicha

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correlación. Como categoría descriptiva, Skinner pensó que era suficiente para dar
cuenta de las variaciones de la conducta. Expresó que “el estudio del reflejo,
conduce a la formulación de dos clases de leyes. La primera son las leyes que
describen correlaciones del estímulo y la respuesta... En segundo lugar, hay leyes
que describen cambios en cualquier aspecto de estas relaciones primarias como
funciones de terceras viables... Es difícil descubrir cualquier aspecto de la conducta
de los organismos que no puede ser descrito con una ley de cualquiera de estas

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formas. Desde el punto de vista del método científico, cuando menos, la
descripción de la conducta es cubierta de manera adecuada por el principio del
reflejo.” (1931, pp. 456-457). Y aún cuando después en The Behavior of
Organisms, aceptó que los reflejos, en el sentido de la conducta respondiente, eran
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sólo una parte de la conducta, siguió empleando el término para referirse a la
conducta operante, como una clase diferente de reflejos. El abandono final del
reflejo como concepto particular, no cambió las premisas conceptuales generales
bajo las que se desarrolló como unidad de la conducta: “La esencia de la
descripción de la conducta debe ser la determinación de leyes funcionales que
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describan la relación entre las fuerzas que actúan sobre, y el movimiento de, un
sistema determinado. El reflejo, por definición es el instrumento preciso para esta
descripción.” (1931, p. 458).
2) Estrechamente vinculada a la naturaleza discontínua del reflejo como unidad de la
conducta, está la dimensión puntual de las respuestas y los estímulos. El reflejo,
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como una relación de todo o nada, prescribió la correlación de eventos atómicos.


Como lo subraya Skinner “en la descripción de la conducta se supone, por
costumbre, que tanto la conducta como el entorno pueden ser descompuestos en
partes, a los que se puede hacer referencia por nombre y que estas partes retendrán
su identidad de experimento a experimento... Así, un estímulo o una respuesta es


un evento, es decir, no una propiedad; y por consiguiente, debemos recurrir a una


definición sobre el principio de clases.” (1935, pp. 40-42). Schoenfeld (1976) ha
observado que el principio de la reproductibilidad de los eventos en el
conocimiento científico, forzó a Skinner a agrupar eventos puntuales como
instancias de clases definidas funcionalmente. No obstante, deseamos subrayar el
hecho de que el concepto de clase, operante o respondiente, es precisamente una
consecuencia lógica de la adopción del reflejo como paradigma conceptual en el
análisis de la conducta. Cuatro problemas fundamentales surgen de esta decisión.
Primero, la suposición de que una correlación de eventos puntuales es
representativa de todos los factores restantes en una situación. Esta suposición no
se ha probado todavía empíricamente. Segundo, que las descripciones de la
conducta tienen que formularse como consecuencia de eventos puntuales en el
tiempo, con la postulación de mecanismos rellenadores del tiempo como el

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encadenamiento, el reforzamiento condicional, etcétera. Tercero, la suposición,
poco probable de que los eventos que no se prescriben formal y operacionalmente
en una situación, no intervienen en la relación funcional entre eventos puntuales
manipulados explícitamente. La filosofía operacionalista de la constancia de los
eventos en un ambiente controlado experimentalmente, conduce a la suposición de
que las constancias sí existen en situaciones cerradas en que algunos eventos son
alterados y otros no. Finalmente, como lo señala Skinner, que “...un reflejo,
entonces, es una correlación de un estímulo y una respuesta en un nivel de
restricción marcado por el orden del cambio en la correlación de un estímulo y una
respuesta en un nivel de restricción marcado por el orden del cambio en la
correlación” (1935, p. 58). Sin cuestionar el criterio de orden seleccionado, esta

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proposición ha forzado la búsqueda de criterios experimentales de esta actitud son
los criterios para definir la estabilidad o la preocupación casi mórbida para evitar
la “superstición”.
3) La actividad refleja, como un mecanismo construido filogenéticamente, no tiene
historia ontogenética en la biología. Más bien, su historia, en el individuo, es la
historia de integración sistemática a procesos complejos de autorregulación. La
actividad refleja ésta dada por la historia de la especie al individuo. Las

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concepciones del reflejo han introducido, de este modo, una descripción a-histórica
de la conducta en la psicología. Cuando hablamos de una descripción a-histórica,
queremos decir dos cosas. Primero, que en el análisis de la conducta individual los
procesos sincrónicos no son suficiente. Las descripciones deben tomar en cuenta
DD
los procesos diacrónicos que determinan el desarrollo individual. El desarrollo no
puede ser abordado como una secuencia meramente lineal de “contingencias”
encadenadas. Segundo, la historia siempre se manipula en el análisis experimental
de la conducta y las transmisiones representan este entreveramiento histórico de
los factores en la conducta individual del organismo. No obstante, no se
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proporciona ningún concepto para identificar la historia como un segmento


empírico a describir, como tampoco se plantean proposiciones relativas a las
propiedades funcionales que debe asignarse a la historia como segmentos
interactivos precedentes. La historia en la conducta de los organismos individuales
en el pasado, pero tampoco puede ser un concepto vacío para referirse en forma ad
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hoc a episodios anecdóticos en la vida del organismo. A la historia deben dársele


propiedades formales desde la perspectiva del análisis teórico si se quiere captar la
interacción ontogenéticamente construida que representa la conducta.
4) La actividad refleja siempre tiene lugar en la misma locación: el efector, y
mediante la acción de la energía de estímulo que “viaja” a través de vías neurales


más o menos invariantes. El espacio, al ser constante, no es pertinente en la


descripción del reflejo. El espacio se sustituye por la locación, como en la
Mecánica Cartesiana, en que los cuerpos hacen contacto en lugar pero no en
espacio. El lugar es constante en las vías neurales fijas incluyendo a los receptores,
las neuronas centrales y los efectores. Así, el reflejo como una representación
conceptual de las covariaciones de estímulo-respuesta, no toma en cuenta el
espacio. Las técnicas Pavlovianas con un organismo inmovilizado son análogas a
una preparación aislada en una placa neuromuscular. Las conductas sólo ocurren
en tiempo y el espacio es rara vez mencionado en la forma de indicios situacionales
(en este sentido, el condicionamiento situacional de Kupalov es semejante en
realidad a una situación operante discreta). Por el contrario, en la situación de
operante libre, la falta de restricción para responder en tiempo se debe al hecho de
que no hay limitantes al movimiento libre de los organismos en la cámara

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experimental. No obstante, es sorprendente que no se conceda importancia
paramétrica al espacio y que de hecho la “respuesta” se identifique virtualmente
como la intercepción por el movimiento del organismo de una locación fija (al
operando). Los hallazgos empíricos recientes parecen sugerir que la geografía y la
topografía de la conducta y los estímulos necesitan ser considerados para
"resolver” efectos paradójicos aparentes, que se analizan tradicionalmente en
términos de “responder” y “no responder”.
5) El reflejo describe una relación lineal, unidireccional, entre el estímulo y la
respuesta. La relación termina con la respuesta y no sigue ninguna interacción
adicional. Los descubrimientos recientes en la neurofisiología cambiaron en la
biología la concepción de una vía de reflejo, pero en la psicología, su influencia

OM
paradigmática permaneció. La contingencia de tres términos en el
condicionamiento operante se representa como una relación lineal entre el ED, la
respuesta, y el ER. Así, las relaciones de contingencia entre los elementos se
describen siempre como conexiones posteriores, sucesivas en el tiempo, y se
analiza al reforzamiento como un efecto en el responder subsecuente. No se realiza
un análisis explícito de las propiedades funcionales comprendidas en la relación
de contingencia como tal. Sólo se considera la ocurrencia tipo-escalón de

.C
elementos sucesivos. Skinner en The Behavior of Organism aún cuando define a
la conducta como parte de la actividad general del organismo, es decir, como
movimientos, restringió el concepto a aquellos movimientos que involucran
transacciones con el ambiente. De hecho, esto significó un intento por romper con
DD
el tipo “respondiente” de covariación entre estímulos y respuestas, e identificar
conductas con la operante, es decir, con relaciones respuestas-estímulo. Pero en el
grado en que el responder, la “conducta”, se convirtió en la “variable dependiente”,
las relaciones respuesta-estímulo no fueron tomadas como una unidad funcional
en el tiempo, sino como una operación que permitía el análisis de efectos
LA

discontinuos del estímulo en respuestas recurrentes en el tiempo. Los análisis


prácticos se describen como el "reforzador" siendo el estímulo que afectaba el
responder subsecuente, es decir, como relaciones E-R medidas en el tiempo, tal
como en el reflejo. Hacer esto, implicó aceptar el carácter no provocado de la
conducta emitida, pues de otro modo el reforzador no podía sustituir
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funcionalmente al EIC de la relación respondiente refleja. Esto puede explicar


porque el operando nunca ha desempeñado, en lo conceptual, el papel de un
estímulo explícito en la situación de operante libre. Si se le diera al operando el
carácter formal de un estímulo, entonces la relación operante se volvería un caso
específico del segundo tipo de leyes del reflejo, descritas en 1930: R=f (E, A). El


reforzamiento sería equivalente a las condiciones que afectan la fuerza refleja pero
no sería por sí mismo la propiedad definitoria del reflejo. Esta no es la única
dificultad con la operante como una clase de eventos en correlación, puesto que al
considerar las respuestas como la variable dependiente, y a los reforzadores como
la variable independiente, ¿cómo es posible definir la clase como una covariación
de dos elementos, en que la clase varía como un efecto de la acción de uno de sus
propios miembros? Los reforzadores, como estímulos son instancias de la operante
a la vez que son las condiciones que afectan las variaciones en fuerza y
composición de la clase misma.

La naturaleza no interactiva del paradigma del reflejo se puede observar también


en el análisis que efectúa Skinner de la conducta verbal. Señala que “las conductas del
que habla y el que escucha consideradas juntas constituyen lo que puede denominarse un

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episodio verbal total. No hay nada en tal episodio que sea más que la conducta combinada
de dos o más individuos” (1957, p. 2). Sin embargo, el episodio es aislado en dos
segmentos diferentes, la conducta del que habla y la conducta del que escucha, que son
analizadas independientemente una de la otra; “El que habla puede ser estudiado mientras
se supone un escucha. Las descripciones separadas que resultan agotan el episodio en que
participan” (Ibíd.). Es contradictorio suponer el análisis de un episodio, en la forma de
descripciones separadas de los elementos envueltos. La interacción en tanto tal, no puede
ser descompuesta en fracciones. El resultado de dicha estrategia es que Skinner en Verbal
Behavior no abordó la propiedad esencial del lenguaje como conducta: su carácter
interactivo.

OM
Limitaciones en el análisis del comportamiento humano

Hasta aquí, hemos señalado el carácter no conductual del paradigma del reflejo
oculto en el condicionamiento operante, y las implicaciones que tal influencia tiene en la
definición de la conducta como un proceso no interactivo, y en los modelos de explicación
y conceptos empleados en su análisis teórico y experimental.

.C
Aún cuando no intentamos ser exhaustivos, y mencionaremos solamente algunos
de los problemas a identificar en el análisis de la conducta humana, es necesario señalar
algunos de sus antecedentes, en limitaciones que provienen del análisis de la conducta
animal como se estudia en la situación operante libre, dado que algunas de estas
DD
limitaciones conceptuales fueron llevadas al análisis del comportamiento humano.
Consideraremos tres aspectos destacados. Primero, aunque la situación de operante libre
consiste en un ambiente experimental extremadamente simplificado, es muy cuestionable
aceptar que el vocabulario del condicionamiento operante es suficiente para describir los
diversos tipos de eventos y condiciones que tienen lugar operacionalmente en la situación.
LA

Además de la falta de cobertura conceptual para el operando, que de considerarse un


estímulo exigiría un refinamiento de la distinción entre control de estímulo operante y
respondiente, no se procura descripción conceptual para el nivel operante activo (de
hecho, nunca se mide) o para los factores contextuales prescritos por las condiciones del
organismo (privación, administración de drogas, etc.) y las circunstancias situaciones en
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el ambiente. Estos factores que no forman parte del proceso “asociativo” descripto por
los conceptos del condicionamiento, desempeñan un papel en la configuración funcional
de cualquier interacción particular.
La historia interactiva y los factores situacionales y organísmicos, actuan como
variables disposicionales, las que no siendo eventos discretos, funcionan como


propensiones o tendencias sobre la interacción, es decir, como factores disposicionales


que alteran la probabilidad de interacciones particulares estímulo-respuesta. No
solamente hay un vacío conceptual para describir los eventos y condiciones que tienen
lugar en la situación de operante libre, sino que esta carencia de términos adecuados
impide además la búsqueda de relaciones empíricas que sí participan en la situación.
En segundo lugar, la relación de triple contingencia prescrita por el
condicionamiento operante parece ser incompleta como una descripción de las
dependencias reales mutuas que ocurren en dicha situación simple. Por una parte, las
contingencias sólo dan cuenta de las ocurrencias de los eventos en el tiempo, pero no de
las propiedades funcionales de dicho eventos. Así, el ED en una condición necesaria para
que se pueda presentar el ER cuando ocurra una respuesta. Sin embargo no se especifica
conceptualmente ninguna dependencia entre las propiedades del ED y la respuesta en
relación al ER y la respuesta que sigue a este estímulo. De hecho, esta última respuesta, a

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veces llamada la respuesta consumatoria, se soslaya virtualmente en la descripción y
exploración del segmento operante total, suponiendo, en cierta medida, que la respuesta
“operante” obtiene sus propiedades directamente de su asociación con el reforzador, o
que la respuesta subsecuente a la presentación del reforzador es sólo una instancia de la
clase operante definida por una propiedad de la respuesta operante medida y prescripta
experimentalmente.
Finalmente, algo tiene que decirse en relación a la naturaleza atomista de la
definición de la respuesta. La suposición acerca de la representatividad general de las
muestras experimentales de las interacciones parece estar ligada a dos problemas. Uno,
tiene que ver con que hay fenómenos experimentales difíciles de reducir a una descripción
de tipo atómico y, de este modo, no susceptibles de descripción de términos del

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reforzamiento, como la palabra fue originalmente definida. Ejemplos de este problema
son los patrones “superticiosos” como los del experimento de Skinner de 1948, o
conductas contínuas, no discretas como correr en una rueda giratoria, como en el
experimento de Skinner y Morse de 1954. Aún cuando se analizan dos o más respuestas,
no se permite su interacción simultánea en tiempo. La naturaleza atómica de la relación
respuesta-reforzador requiere de relaciones independientes no contaminadas, que nos
dicen muy poco acerca de las interacciones reales que tienen lugar, por ejemplo, en los

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programas concurrentes simples.
Al examinar el tópico de la conducta humana, surge una cuestión general a partir
de los problemas apenas señalados en la descripción de la conducta animal en la situación
de operante libre. El carácter episódico de la mayor parte de la conducta humana, como
DD
interacción con otros individuos o con sus propios productos conductuales, es
difícilmente susceptible de ser descrita en términos de eventos discretos, en que las
relaciones de contingencia terminan con una consecuencia “al” que habla o se comporta.
Las interacciones humanas que comprenden casi siempre procesos sustitutivos (Kantor,
1977; Ribes, 1982) no consisten en trozos atómicos secuenciados linealmente. Su
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naturaleza episódica es difícilmente reductible a una taxonomía como la desarrollada en


Verbal Behavior o una síntesis de componentes secuenciales simples como la propuesta
para las interacciones sociales (Skinner, 1962). Por lo general, el análisis de la conducta
humana requiere de un conjunto de categorías capaces de describir situaciones que
involucran:
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a) más de una respuesta discreta repetitiva simultánea;


b) interacciones episódicas entre dos o más individuos;
c) propiedades funcionales no restringidas a aumentos o decrementos de
frecuencias dentro de un lapso particular; y


d) interacciones recíprocas que constituyen el segmento de conducta funcional


auténtico.

No pensamos que las categorías de la teoría operante satisfagan estos requisitos.


Un segundo punto pertinente al problema de una interpretación adecuada del
comportamiento humano es el tópico de los eventos privados. El problema por sí mismo
requeriría de un tratamiento teórico amplio, pero nos agradaría contrastar las opciones
generales derivadas de un abordaje del problema desde la influencia paradigmática de la
concepción refleja. Y desde una perspectiva interconductual no centrada en el organismo.
Los eventos privados se pueden tornar en sustituto “conductual” de los eventos
mentales. Referirse a ellos en términos de estímulo y respuesta no impide darles un
estatuto mental, como sucede con las aproximaciones dualistas. El paradigma del reflejo,
en la medida en que se origina en una filosofía dualista, interfiere tácitamente, con la

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posibilidad de un análisis conductual genuino. La discusión por Kantor (1973; 1981) de
la privacía como un ejemplo distinto al de los mundos interno o subjetivo, ha
proporcionado un marco de referencia general para el tratamiento del tópico. En vez de
repetir los argumentos expuestos por Kantor, deseamos subrayar la necesidad de abordar
el problema desde la perspectiva de la génesis conductual de los eventos “privados”.
Skinner en su escrito sobre The Operational Analysis of Psychological Terms,
presenta sus argumentos básicos sobre los eventos privados, posteriormente incluidos en
Science and Human Behavior y en Verbal Behavior. Para Skinner, el problema yace en
“las características de las respuestas verbales a estímulos privados con el fin de abordar
al análisis operacional del término subjetivo... La privada da lugar a dos problemas. La
primera dificultad es que no podemos, como en el caso de los estímulos públicos, dar

OM
cuenta de la respuesta verbal señalando a un estímulo de control. .. El segundo problema
es cómo la comunidad logra la contingencia de reforzamiento necesaria” (1959, pp. 275-
276). Para Skinner, el problema no yace en la función de los eventos internos como
estímulos, sino en las reglas seguidas por la comunidad verbal para reforzar el “tacto”
correcto de dichos estímulos. En otras palabras, el problema reside en cómo se enseña al
individuo a ser controlado por estímulos internos, físicos, no observables ya existentes,
que surgen del interior del cuerpo. Los estímulos, de acuerdo a este punto de vista, deben

.C
de ser físicos. Su solución al problema se resume en cuatro tácticas de reforzamiento
empleadas por la comunidad verbal:

a) identificar respuestas previamente manifiestas con respuestas cubiertas actuales


DD
ante estímulos privados;
b) identificar acompañamientos regulares de la respuesta a estímulos privados;
c) identificar respuestas colaterales al mismo estímulo; y
d) la inducción del estímulo.
LA

Sin embargo, la cuestión que se plantea en si una descripción interactiva del


individuo y su entorno pueden plantearse estímulos privados sin caer en la postulación de
un mundo interno descrito por el sujeto de acuerdo a un lenguaje convencional. ¿Cómo
es posible impedir una descripción en términos del reconocimiento o expresión de un
mundo interno, o como se denomina usualmente, de otras mentes? llama a este mundo
interno “estímulos privados”, no excluye una postura dualista de base. Desde un punto de
FI

vista interactivo, la distinción entre estímulos y/o respuestas internos y externos carece
de significado, puesto que la interacción comprende al organismo como un todo. Dar
estatuto de estímulo a los eventos biológicos, que son fundamentalmente estados o
respuestas, significa que el individuo tiene un sistema reactivo adicional capaz de “no


describir los eventos internos”, pero de responder a los estímulos autoproducidos ¿Cuáles
son los estímulos autoproducidos? ¿Son los eventos físicos o biológicos que tienen lugar
continuamente dentro del organismo? Pensamos que no. Los eventos privados son en
realidad las respuestas lingüísticas del individuo a las condiciones semejantes que tienen
lugar en las interacciones con otros individuos. Los eventos internos físicos no son
privados en el sentido psicológico, porque no son eventos psicológicos. Los eventos
privados se refieren a la conducta lingüística del individuo autoproductora de estímulos,
conducta, de hecho, que es siempre pública. Las respuestas lingüísticas pueden referirse
a condiciones que afectan al individuo, y en el grado que esta acción se restringe al
individuo particular, son privados como estímulos a él mismo. Pero los estímulos son los
efectos producidos por la respuesta lingüística y no los estados o respuestas biológicas
internas.

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Cuando hablo acerca de mi dolor de muelas, el evento privado no es “un dolor” o
el proceso físico involucrado en la alteración dental, sino el hecho de que discriminó
dicho evento biológico en la medida en que poseo una respuesta convencional a él. El
evento privado consiste en los estímulos producidos lingüísticamente ante el evento
físico. De otro modo, tendría que plantearse que los eventos privados serán los eventos
biológicos internos o sus “representaciones”, y no la aptitud lingüística para discriminar
y responder a dichos eventos.
En la medida en que la función referencial de la conducta lingüística depende del
conjunto específico de interacciones que sustituyen los contactos con eventos concretos
en una cultura particular, podemos suponer que los eventos privados en el sentido en que
son eventos lingüísticos, serán diferentes en diferentes culturas, independientemente del

OM
hecho de que los eventos biológicos en los individuos sean los mismos. El problema de
los eventos privados como el carácter idiosincrático o individual de la integración de los
sistemas reactivos personales (diferencias individuales) consiste en cómo las instituciones
culturales, en la medida en que prescriben las clases de interacción entre los individuos,
prescriben también el tipo de interacciones individuales susceptibles de ser referidas por
respuestas convencionales en la forma de conducta lingüística. La “subjetividad” o
“privada”, en este contexto, se construye como consecuencia de la disponibilidad de

.C
interacciones lingüísticas entre los individuos. Los puntos de vista tradicionales plantean
el problema contrario, es decir, como el lenguaje se asocia con eventos privados ya
existentes.
DD
Comentarios finales

Hemos intentado subrayar que muchos de los problemas actuales no constituyen


cuestiones empíricas o de la correspondencia entre conceptos o hipótesis particulares y
LA

los datos. La naturaleza misma del objeto de estudio de una ciencia de la conducta y la
congruencia del paradigma conceptual elegido, parece ser de primera importancia. No
puede lograrse un verdadero progreso en la ciencia, si sus fundamentos no son
reexaminados periódica· mente, para cotejar la correspondencia entre nuestro quehacer y
los supuestos tácitos u ocultos que lo orientan.
FI

La posibilidad de reconsiderar la teoría del condicionamiento operante como un


modelo conductual no legítimo, nos conduce a muchos otros problemas, que deberían de
ser tratados en profundidad: la noción de explicación como relaciones causa-efecto o
relaciones funcionales versus funciones de campo interdependientes; la molaridad de
categorías observaciones y descriptivas adecuadas para las interacciones conductuales; la


interacción monista o algebraica de dos procesos en la teoría de la conducta versus una


teoría de procesos jerárquicos, no horizontal, que subraye la inclusión y no la exclusión
o reducción de procesos; la distinción entre operaciones y procesos verdaderos; la
relación de una teoría de proceso con una teoría genética del desarrollo del individuo y la
especie; la relación entre la teoría científica y la tecnológica como extrapolación o como
adaptación del conocimiento y otros más.
Empezar con este análisis significa al menos rechazar la posibilidad de que una ciencia
de la conducta tenga ya las soluciones requeridas para un conocimiento adecuado de su
objeto de estudio. Por el contrario, la ciencia nunca plantea soluciones, sino siempre
nuevas cuestiones. Es la única forma de apartarse del dogma.

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NOTAS DE REFERENCIA

Ribes, E.: Language and Symbolic Behaviors as Contingency Substitutional Processes. Leído en
el Primer Simposio Bienal de la Ciencia de la Conducta, Universidad Nacional Autónoma de
México, Iztacala, febrero 12, 14, 1982.
Shimp, Ch.: Conceptual Interrelations between Language and Animal Leaming. Memory and
Attention. Leído en el Primer Simposio Bienal de la Ciencia de la Conducta, Univenidad
Nacional Autónoma de México, Iztacala, febrero 12-14, 1982.

REFERENCIAS

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Bechterew, W. Von: Objetive Psychologie oder Prychoreflexologie, Leipzig, 1913.
Kantor, J. R.: Private data, raw feels, inner experience, and all that. The Psychological Record,
1973, 23, 563-565.
Kantor,J. R.: Psychological Linguistic. Chicago, Principia Press, 1977.
Kantor, J. R.: Conceming Thc Principie of Psychological Privacy. The Psychological Record,
1981, 31, 101-106.
Kuhn, T.: La estructura de las Revoluciones Científicas. México, Fondo de Cultura Económica,

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1971.
Ryle, G.: The Concept of Mind. N. Y., Barnes and Noble, 1949.
Schoenfeld, W. N.: The “Response” in Behavior Theory. Pavlovian Journal, 1976, 11, 129-149.
Sechenov, I.: Los reflejos del cerebro. Barcelona, Fontanella, 1978 (traducción española).
DD
Skinner, B. F.: The Concept of Reflex in the description of Behavior. Journal of General
Psichology. 1931, 5, 427-458.
Skinner, B. F.: Thc Generic Nature of the Concepts of Stimulus and Response. Jornal of General
Psychology, 1935, 12, 40-65.
LA
FI


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GOODWIN, C. J. (2009): Orígenes del Conductismo (Cap. 10). En Historia de la psicología moderna (Cap.
10). México: Limusa Wiley.

Orígenes del conductismo

En un sistema de psicología perfectamente ideado, si se tiene la respuesta, pueden predecirse los


estímulos; si se tienen los estímulos, puede predecirse la respuesta.

OM
John B. Watson, 1913

PRESENTACIÓN PRELIMINAR Y OBJETIVOS DEL CAPÍTULO

En las dos primeras décadas del siglo XX, los psicólogos en Estados Unidos se adentraron cada vez más en

.C
la clase de aplicaciones que describimos en el capítulo 8. Además, entró en escena una nueva fuerza: el conductismo.
Los conductistas se propusieron modificar el rumbo de la psicología en Estados Unidos y, en gran medida, lo lograron.
El fundador del conductismo como corriente de pensamiento en la psicología estadounidense fue John Broadus Watson
(1878-1958). Como en el caso de Wundt, los historiadores han concedido a Watson el título de "fundador", no porque
fuera un creador, sino porque fue un promotor convencido de lo que hacía. Para Watson, lo que había que promover
DD
era un programa cuya meta, aparentemente imposible, se resume en la cita con que abre el capítulo, tomada de su
"Manifiesto conductista" de 1913. En el Extracto de la fuente original de este capítulo leerá un poco más de este texto
excepcional.
En este capítulo se documentan las tendencias por una mayor objetividad que condujeron a la aceptación final
del conductismo por la mayoría de los psicólogos estadounidenses. Luego describiremos la vida y obra del renombrado
fisiólogo ruso Iván Pavlov, cuyas investigaciones sobre el condicionamiento significaron un acercamiento al
aprendizaje que adoptaron algunos conductistas estadounidenses. En tercer lugar, en el capítulo consideraremos con
cierto detalle la vida y obra de Watson. Formado por los funcionalistas de Chicago, ascendió rápidamente a la cima de
LA

su profesión como jefe del departamento de psicología de la Universidad Johns Hopkins, sólo para verse obligado a
abandonar la academia cuando se hallaba en la cúspide de su carrera. En el capítulo examinaremos su "Manifiesto
conductista" y la reacción que hubo ante éste, sus ideas sobre el aprendizaje y sus investigaciones, incluido el
(tristemente) célebre experimento con el Pequeño Albert. Watson pasó casi toda su vida productiva en el mundo de la
publicidad, en donde se convirtió en un ejemplo vivo de la psicología aplicada. Al terminar el capítulo, usted podrá:
– Describir las semejanzas entre el empirismo inglés y el conductismo del siglo xx.
FI

– Describir las tendencias hacia una mayor objetividad que precedieron al movimiento conductista.
– Describir el trabajo con que Pavlov obtuvo el premio Nobel de fisiología en 1904.
– Describir la organización y las actividades de investigación en el laboratorio de Pavlov.
– Describir el fenómeno de condicionamiento clásico que estudió Pavlov.
– Explicar cómo produjo Pavlov lo que denominó neurosis experimental.
– Describir la relación de Pavlov con los soviéticos y por qué éstos valoraban su trabajo.


– Describir la influencia de Pavlov en los psicólogos estadounidenses.


– Describir las investigaciones de Watson sobre comportamiento animal, desde los laberintos hasta los
ambientes naturales, y explicar la trascendencia de este trabajo.
– Explicar el análisis que hizo Watson de la psicología estructural y funcional contemporáneas, y qué propuso
a cambio en su "manifiesto conductista".
– Describir las investigaciones de Watson sobre las emociones básicas.
– Describir y analizar críticamente la demostración de Watson y Rayner del miedo condicionado.
– Mostrar cómo llevó Watson sus ideas conductistas y su formación científica al mundo de la publicidad.
– Describir la tentativa de Watson para popularizar la ciencia del comportamiento.

ANTECEDENTES DEL CONDUCTISMO

Los conductistas estadounidenses marcan como sus orígenes a John B. Watson y, en particular, a su llamado
Manifiesto conductista, un texto que presentó durante una conferencia en la Universidad de Columbia en febrero de
1913, y que publicó al poco tiempo (Watson, 1913). Sin embargo, la historia pocas veces le concede tanta importancia
a estos sucesos –ya que más bien suelen ser capítulos individuales de una historia más compleja–. Mucho antes de que
Watson conociera el laboratorio de psicología de la Universidad de Chicago, ya estaban en acción ciertas fuerzas que

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sentarían las bases para que los psicólogos estadounidenses aceptaran como norma las ideas conductistas. Además, el
mundo de la psicología no se convirtió al conductismo sólo por los pronunciamientos "revolucionarios" de Watson.
Más bien, éste contribuyó con una voz firme a la creciente insatisfacción con la psicología introspectiva. Sin embargo,
pocos psicólogos se convirtieron inmediatamente al conductismo watsoniano (Samelson, 1981). En efecto, no fue sino
hasta que Watson salió de escena que el conductismo se convirtió en la fuerza medular de la psicología experimental
estadounidense.
El conductismo tenía una clara afinidad con algunos de los movimientos filosóficos descritos en los capítulos
2 y 3. Por ejemplo, la idea conductista de que el ambiente es un factor importante que moldea el comportamiento
encuentra eco en la máxima empirista/ asociacionista de que la experiencia es el factor que determina nuestra mente y
carácter. También hay paralelismos entre las conexiones estímulo-respuesta conductistas, y el concepto de asociación.
En el capítulo 3 usted aprendió sobre la influencia que ejercieron las ideas mecanicistas y materialistas del siglo XIX
en los psicólogos; estas filosofías también fueron afines a las ideas conductistas. Durante el siglo XIX surgió, asimismo,
el positivismo, que se asocia normalmente con el filósofo francés Auguste Comte (1798-1857), y que finalmente fue
adoptado como artículo de fe por los conductistas. Comte argumentaba que sólo podemos estar seguros del
conocimiento que resulta de sucesos observables públicamente. Se decía que los conocimientos positivos eran resultado

OM
de observaciones objetivas en las que se utilizan los métodos sistemáticos de la ciencia, realizadas por observadores
sin sesgos (es decir, como máquinas). La verdad, entonces, significaba un acuerdo entre los observadores. La
especulación metafísica sobre la naturaleza fundamental de los sucesos (incluidos los conductuales) en el universo se
consideraba que era un ejercicio sin valor, según los positivistas, debido a que tales especulaciones nunca podrían
verificarse en forma objetiva. Los positivistas también valoraban los conocimientos "prácticos", ya que consideraban
que existía una conexión íntima entre entender la naturaleza y controlarla. En efecto, Comte sostenía que la capacidad
para controlar la naturaleza era evidencia de que era entendida –la creación de una máquina de vapor eficaz, por
ejemplo, demostraba la comprensión que se tiene de diversos principios de la física–. La fe de Comte en la ciencia hizo
que incluso recomendara el deliberado rediseño de la sociedad. Este tema sobre el control de la naturaleza,

.C
prácticamente idéntico a los argumentos planteados 200 años antes por sir Francis Bacon (capítulo 2), se convirtió
posteriormente en un eje del pensamiento conductista, evidente en trabajos como Walden Dos (Walden Two) de
Skinner (1948), descripción de una comunidad ideal basada en los principios del control del comportamiento (véase el
capítulo 11). Las fórmulas de John Watson sobre la crianza infantil, que encontrará casi al fiua1 de este capítulo,
también caben bajo el tema del uso de la ciencia para ejercer control sobre la naturaleza.
DD
A principios del siglo XX, los psicólogos empezaron a inclinarse por una mayor objetividad en sus
mediciones de los fenómenos psicológicos. Una influencia importante fue la rápida aceptación de las ideas evolutivas
entre los científicos y el desarrollo resultante de la psicología animal, como documentamos en el capítulo 5. Los
animales no son introspectivos, por supuesto, así que estudiar la relación entre la conciencia humana y la animal exigía
la creación de mediciones objetivas y conductuales. La mayor parte de las descripciones decimonónicas del
comportamiento animal fueron indebidamente antropomórficas pero, como hemos visto, Margan estableció el principio
de que debían favorecerse las explicaciones simples a los comportamientos animales por encima de las
LA

innecesariamente complejas. Explicar la capacidad de un perro para abrir una puerta en términos de aprendizaje por
ensayo y error; y no por medio de inteligencia y planeación, hizo que la psicología comparada pasara de las anécdotas
a las descripciones objetivas de estímulos y respuestas. Las investigaciones con cajas problemas de Thorndike a finales
de la década de 1890 (Capítulo 7) es tal vez la manifestación más clara en Estados Unidos de que este movimiento se
pronunciaba por una mayor objetividad en la psicología animal. Sin embargo, al mismo tiempo en la Rusia zarista
podía hallarse un nivel de precisión aún mayor en el laboratorio del científico laureado con el premio Nobel, Ivan
Pavlov. Los psicólogos estadounidenses no se dieron cuenta de inmediato del valor de las investigaciones de Pavlov
FI

en su propio deseo por alcanzar la objetividad, pero su método de investigación se convirtió finalmente en un modelo
que emularían muchos conductistas estadounidenses.
Conforme avanzaba el nuevo siglo, la tendencia hacia una mayor objetividad llevó a muchos psicólogos
estadounidenses a desilusionarse por el estado de la psicología experimental, sobre todo su dependencia de los métodos
introspectivos. La controversia sobre el pensamiento sin imágenes, descrita en los capítulos 4 y 7, es un buen ejemplo
de esta inquietud en aumento. Por ello, no fue sorpresa para algunos psicólogos estadounidenses que un observador en


Wurzburgo experimentara pensamientos sin imágenes, mientras que otro en Comell no lograra encontrarlos. En virtud
de que los datos introspectivos eran, en última instancia, subjetivos, no había forma de evaluar independientemente
cada afirmación. En un discurso pronunciado en la Feria Mundial de 1904 en St. Louis, y publicado posteriormente en
Popular Science Monthly, James McKeen Cattell declaró que la psicología no debía limitarse al estudio de la
experiencia consciente y que la introspección no tenía por qué ser el método predominante de los psicólogos. En
realidad; "el argumento contundente que se deriva del hecho consumado acaba con la idea bastante generalizada de
que no hay más psicología que la introspección" (Cattell, 1904, citado en Woodworth, 1931, p. 48). En sus propias
investigaciones personales, la introspección desempeñaba una función mínima. Y reflejando el pensamiento positivista
que acabamos de describir, comentó que no veía "razón alguna para que la aplicación del conocimiento sistematizado
al control de la naturaleza humana no lograra en el curso del presente siglo resultados similares a los que se lograron
con las aplicaciones de la física al mundo material en el siglo XIX" (Cattell, 1904, citado en Woodworth, 1931, p. 49,
las comillas son nuestras).
En el mismo año en que Cattell presentó su discurso en la Feria Mundial de St. Louis, otro suceso marcó un
hito en una carrera que estaba cambiando de' la fascinación por el aparato digestivo a la pasión por descubrir el
funcionamiento del cerebro. El suceso fue el otorgamiento del premio Nobel de fisiología al científico ruso Iván
Petrovich Pavlov.

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VIDA Y OBRA DE PAVLOV

Pavlov obtuvo el premio Nobel por los largos años de concienzudas y magistrales investigaciones que dedicó
a la fisiología de la digestión. En concreto, se le reconocía por haber inventado o perfeccionado diversas técnicas
quirúrgicas que facilitaron esta investigación. Sin embargo, cuando el científico de 54 años de edad dio su discurso de
aceptación en diciembre de 1904 en la ceremonia de entrega del premio Nobel en Estocolmo, Suecia, no tuvo mucho
que decir sobre el trabajo que le mereció el premio. No fue sino en un discurso titulado "Los primeros pasos seguros
en el camino de una nueva investigación" (Babkin, 1949), que Pavlov describió la investigación que le había interesado
durante los últimos años y que ocuparía el resto de su vida. Esta investigación seguramente le resultará familiar a usted
y probablemente le traiga a la mente imágenes de perros salivando. La investigación sobre condicionamiento que
realizó Pavlov con el tiempo llegó a constituir un importante modelo para los conductistas estadounidenses, pese al
hecho de que Pavlov mismo insistió siempre en que era fisiólogo y no psicólogo, y de que tenía poca consideración
hacia quienes se llamaban a sí mismos psicólogos. En alguna ocasión señaló que si bien el estudio de los reflejos había
estado dominado históricamente por los partidarios del modelo psicológico (que para él era introspectivo), su estrategia
más objetiva era una esperanza de que estas investigaciones sobre los reflejos "se liberarían de tales influencias

OM
malignas" (Pavlov, 1906, p. 618).

Desarrollo de un fisiólogo

Iván Petrovich Pavlov (1849-1936) nació en relativa pobreza en la pequeña aldea agrícola de Ryazan, al oeste
de Rusia central, en 1849. Su padre era clérigo y su madre era hija de un clérigo también, pero pese a su condición
social, ambos padres tuvieron que trabajar como campesinos para alimentar a su numerosa familia. Iván fue el
primogénito de once hijos, seis de los cuales murieron en la niñez. En sus primeros años en la escuela se esperaba que

.C
siguiera los pasos de su padre en el clero, pero mientras estudiaba en el Seminario Eclesiástico de Ryazan, floreció su
interés por la ciencia al descubrir a) El origen de las especies, de Darwin, y b) Los reflejos del cerebro, libro publicado
en 1863 por el principal fisiólogo del siglo XIX en Rusia, Iván Sechenov (1829-1905). Sechenov afirmaba que todos
los procesos corticales comprendían relaciones complejas entre los procesos excitatorio e inhibitorio del sistema
nervioso y que los sucesos "psíquicos" (psicológicos) podían reducirse a y explicarse por medio de la acción refleja en
DD
la corteza cerebral. Se trataba de un modelo muy acorde con la atmósfera mecanicista y materialista de la ciencia
decimonónica y en el que influyó el contacto directo de Sechenov con algunos de los principales fisiólogos de Europa.
A su vez, estas ideas se convirtieron a la larga en la piedra angular del modelo de Pavlov sobre el funcionamiento del
sistema nervioso.
Pavlov abandonó el seminario y se inscribió como alumno de fisiología en la Universidad de San Petersburgo
en 1870, cambiando así la sencilla vida rural por el refinamiento de la ciudad más importante de Rusia.1 San
Petersburgo, ubicada al noroeste de Rusia, cerca del golfo de Finlandia, era el centro cultural, político e intelectual de
Rusia a finales del siglo XIX. También fue la ciudad capital de Rusia hasta que fue desplazada por Moscú 2 en 1918,
LA

después de la Revolución Soviética. En este dinámico entorno, Pavlov se tituló en medicina en 1883 y se convirtió en
fisiólogo investigador. Luego de algunos años más de estudio, varios puestos de bajo nivel como investigador y de
dificultades financieras, fue nombrado primer director de la división de fisiología del Instituto de Medicina
Experimental de San Petersburgo en 1891. Fue durante la década de 1890 que investigó sistemáticamente la fisiología
del aparato digestivo; se trató de la investigación que lo condujo al premio Nobel en 1904.
Pavlov estudió la digestión aislando varías partes del aparato digestivo y extrayendo los jugos digestivos. Las
FI

cantidades de los diversos fluidos secretados Eran medidas en función del tipo de sustancia que se le administraba al
animal. La investigación fue notable por su precisión y por el desarrollo de varias técnicas quirúrgicas para aislar y
recolectar las secreciones digestivas en perros que, por lo demás, gozaban de un funcionamiento normal. La más
conocida fue la llamada bolsa de Pavlov. Pudo crearla separando una pequeña sección del estómago (cerca de una
décima parte de éste) y la rediseñó como un estómago en miniatura. Por su ubicación, el alimento proveniente del
esófago no podía llegar al estómago. Un pequeño tubo o fístula iba de la bolsa al exterior, constituyendo así el medio
para recolectar los fluidos secretados por el estómago en miniatura. Sin contaminarse por el alimento, estos fluidos


podían medirse con precisión (Gray, 1979).


Además de investigar las secreciones gástricas, Pavlov estudió también las respuestas salivales,
relacionándolas con el tipo de sustancias que ponía en el hocico del perro. Midió la salivación con otra fistula, esta vez
un pequeño tubo conectado directamente a un conducto salival. Inevitablemente, como lo saben todos los que han
tenido este tipo de mascota, los perros empezaban a salivar antes de que el alimento les llegara al hocico. Uno de los
discípulos de Pavlov, S. G. Vulfson, estudió el fenómeno en forma sistemática, en un estudio en el que comparó la
salivación con alimentos húmedos frente a la salivación con alimentos secos. El principal hallazgo fue que los perros
salivaron más con los alimentos secos (mientras que los alimentos húmedos requerían menos saliva), pero un segundo
descubrimiento consistió en que después de muchos ensayos, los perros salivaban antes de que llegara el alimento
(Windholz, 1997). El resultado le planteó a Pavlov un dilema. Por una parte, estas "secreciones psíquicas" eran un
fastidio, ya que reducían la precisión de los intentos de Pavlov por medir una cantidad exacta de saliva en respuesta a
una cantidad específica de cierto tipo de alimento. Por otra parte, el comportamiento del animal era predecible, y éstas
y otras "secreciones psíquicas" (p. ej., el flujo de jugos gástricos antes de que el alimento llegara al estómago) intrigaban
a Pavlov y le hicieron pensar en una forma objetiva de estudiar esos "reflejos del cerebro" sobre los que había leído en

2
A la muerte de Lenin en 1924, los soviéticos cambiaron el nombre de la ciudad por Leningrado; en 1991, después de la caída de la Unión
Soviética, fue rebautizada como San Petersburgo.

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el libro de Sechenov. Aunque un científico menos creativo posiblemente hubiera tratado de controlar las secreciones
para enfocarse en el problema que tenía a la mano, la fisiología básica de la digestión, Pavlov optó por examinar
directamente este nuevo fenómeno. Al iniciarse el siglo XX, éste se convirtió en el trabajo de toda su vida.

El trabajo en el laboratorio de Pavlov

En la biografía de Pavlov, Babkin (1949) hizo un relato fascinante de la vida en el laboratorio de Pavlov. Como
discípulo de Pavlov a principios del siglo XX, Babkin estuvo presente durante los primeros años de las investigaciones
sobre condicionamiento. El Instituto de Medicina Experimental tenía unos doce años de antigüedad y, aunque era
respetado en Rusia, no era muy impresionante para el visitante internacional en aquellos años. Babkin describió el
laboratorio original de Pavlov como "pequeño y sucio" y como un ''verdadero cuartucho" (p. 68). Aunque su
presupuesto era bastante grande en función de los estándares rusos, Pavlov tuvo que recaudar dinero adicional mediante
la venta de jugos gástricos extraídos de los perros durante los experimentos de "alimentación falsa". Los perros comían
normalmente, pero la fistula conectada al esófago redirigía el alimento a un tubo recolector. El perro comía y tragaba,

OM
pero el alimento nunca llegaba al estómago, el cual sin embargo secretaba fluidos gástricos anticipándose a la llegada
del alimento. Otro tubo en el estómago recolectaba los jugos. Así, Pavlov comercializaba el repugnante fluido como
un elixir para quienes padecían diversos malestares digestivos, sobre todo los derivados de "una insuficiencia de jugos
gástricos [en el paciente]" (p. 69).
Pese a sus difíciles condiciones, Pavlov se las arregló para instituir controles estrictos en el laboratorio y
gradualmente crear un ambiente de investigación de talla mundial. Fue especialmente riguroso en crear un ambiente
antiséptico para sus procedimientos quirúrgicos. Esto, en combinación con la habilidad de Pavlov como cirujano,
produjo un ambiente que redujo en forma drástica las infecciones y garantizó la supervivencia de prácticamente todos
los animales a su cuidado. También desarrolló un método sistemático para capacitar a las docenas de asistentes de

.C
investigación que pasaban por su laboratorio. La mayoría de los asistentes, que ya eran médicos calificados, buscaban
sumar un doctorado en fisiología a su título como médicos (Todes, 1997). Siempre que un nuevo trabajador entraba al
laboratorio, Pavlov le asignaba a esta persona un problema que ya se había investigado. Así, el estudiante aprendía los
procedimientos experimentales sin estar bajo la presión de producir nuevos hallazgos, esto constituyó también un nuevo
programa de replicación constante. Una vez que replicaba exitosamente la investigación anterior, se le daba un nuevo
DD
problema al investigador. Cuando no lograba hacer la replicación, se generaba una investigación adicional (pero a cargo
de un tercer investigador) para aclarar la contradicción. La réplica, por supuesto, es la piedra angular de una
investigación científica sólida; los resultados que no pueden repetirse carecen de valor.
Desde 1910, el instituto construyó un laboratorio especial (aunque éste no estuvo completamente equipado
sino hasta 1925) para las investigaciones sobre condicionamiento de Pavlov. En el laboratorio, conocido posteriormente
como la Torre del Silencio, se aplicaban técnicas de aislamiento acústico para garantizar que los perros respondieran
sólo al estímulo estudiado en el momento y no a cualquier otro estimulo extraño. Tenía ocho cámaras experimentales,
LA

cuatro en cada uno de los dos pisos que estaban separados por un piso intermedio. Cada cámara de investigación estaba
completamente aislada y separada de las otras cámaras por un corredor. Para reducir adicionalmente el ruido y la
vibración, ¡el edificio mismo estaba soportado por vigas enterradas en arena y rodeadas por un foso lleno de arena y
paja! Los investigadores estaban separados de los perros por una doble pared.

Investigación de Pavlov sobre condicionamiento clásico


FI

En la primavera de 1924, Pavlov organizó una serie de conferencias que resumieron cerca de 25 años de su
trabajo sobre condicionamiento. Dictó las conferencias en la Academia Médica Militar de San Petersburgo y luego las
reescribió para su publicación. G. V. Anrep, investigador británico y ex discípulo de Pavlov, las tradujo al inglés, y en
1927 la Sociedad Real Británica las publicó como Conditioned Reflexes: An Investigation of the Physiological Activity
of the Cerebral Cortex (Pavlov, 192711960).


En su conferencia inicial, Pavlov reconoció su deuda con Sechenov y Darwin, y con el psicólogo
estadounidense Thorndike, por haber hecho este último el primer trabajo sistemático sobre la relación entre "los
estímulos visuales y táctiles por una parte y el aparato locomotor por la otra" (p. 6); luego describió el comienzo de sus
propias investigaciones y su reconocimiento de que el problema tenía que ser atacado desde un punto de vista
estrictamente fisiológico y no psicológico. Pavlov consideraba que limitar la investigación a estímulos externos
específicos y a respuestas fisiológicas medibles era la única estrategia científicamente defendible que podía utilizarse.
El "modelo psicológico", por otra parte, suponía un dualismo de procesos mentales y físicos que Pavlov no estaba
dispuesto a aceptar. Solía referirse a un episodio durante los primeros años de su laboratorio cuando uno de sus
discípulos, Anton Snarskii, investigaba los efectos de cortar los nervios faciales en el desarrollo de una respuesta
condicionada Pese a la oposición de Pavlov (o así afirmaría posteriormente éste), Snarskii interpretó sus resultados en
términos mentalistas y se refirió a tales procesos como "asociación visual" y "reconocimiento" (Windholz, 1986).
Pavlov consideraba que ese modelo era innecesariamente especulativo.3

3Pavlov solía contar la anécdota de Snarskii utilizándola como ejemplo del fracaso de un "modelo [estrictamente] psicológico". Sin embargo,
Todes (1997) examinó con sumo cuidado el episodio original, y descubrió que la memoria de Pavlov se fue alternando con el tiempo. En la
época de Ja investigación de Snarskii (1901), Pavlov en el que realmente pensaba en términos más subjetivos, mientras que Snarskii proponía
un modelo más mecanicista y asociacionista. Al paso de los años, Pavlov aparentemente sintió la necesidad de distanciarse de sus
especulaciones psicológicas iniciales. Al reorganizar sus recuerdos para que guardaran más congruencia con sus convicciones posteriores,

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Después de una descripción detallada de la acción refleja básica, Pavlov concluyó su conferencia inicial
refiriéndose a las demostraciones accidentales de condicionamiento salival con que iniciaron sus 25 años de
investigaciones. En primer lugar, describió cómo ocurre automáticamente la salivación cuando se coloca alimento o
alguna sustancia desagradable en el hocico del perro, con lo cual se inicia el proceso de digestión del alimento o el
proceso para deshacerse del estímulo desagradable; después, Pavlov señaló que puede ocurrir un reflejo similar "cuando
estas sustancias se colocan a cierta distancia del perro y los órganos receptores relacionaos son sólo el olfato y la vista;
[…] todavía más lejos, la secreción puede provocarla incluso el hecho de ver a la persona que lleva el recipiente con
comida u oír el sonido de sus pasos" (Pavlov, 1927/1960, p. 13).
Pavlov inició su segunda conferencia describiendo algunos de los pormenores técnicos de sus procedimientos
y las mediciones hechas para controlar las condiciones experimentales. Explicó que el perro al que se le presentaba el
alimento mostraba reflejos de secreción (salivales) y motores. Babeaba, pero también volteaba la cabeza, movía el
hocico, etc. El hecho de que Pavlov decidiera estudiar el reflejo secretorio e ignorar los reflejos motores es otro
indicador de su interés por hacer mediciones precisas y su deseo de evitar las especulaciones antropomórficas sobre
qué podría "tratar" de hacer el animal.

OM
Condicionamiento y extinción

Una vez sentadas las bases, Pavlov describió el procedimiento básico para la adquisición de una respuesta
condicionada. La esencia de la técnica consiste en parear un estímulo que se sabe que produce una determinada
respuesta (es decir, salivación) con un estímulo neutro, como serla un sonido o un metrónomo. Así, durante la
adquisición, el punto de partida es un reflejo ya existente. Para Pavlov, este reflejo era el reflejo incondicionado (RI)
de salivación cuando se presentaba el alimento (el estímulo incondicionado o EI) al animal. El condicionamiento
consiste en presentar un estímulo neutro y luego el EI. A este estímulo neutro Pavlov lo denominó estímulo condicional

.C
(término que se tradujo posteriormente como estímulo condicionado, o EC) debido a que el reflejo resultante dependía
del (era "condicional" al) pareamiento del EC-EL A este reflejo resultante se le denominó reflejo condicionado, o RC.
Después de describir la adquisición, Pavlov demostró cómo un RC podía extinguirse si el metrónomo (el EC)
sonaba sin acompañarse de alimento (el El). Pavlov hacía sonar el metrónomo a intervalos de 30 segundos cada dos
minutos, registrando la cantidad de saliva secretada y lo que denominaba el "periodo latente" –el tiempo que transcurría
DD
entre la activación del metrónomo y el inicio de la salivación–. Como lo describiera Pavlov, el "debilitamiento del
reflejo a un estímulo condicional que se repite cierta cantidad de veces sin reforzamiento puede denominarse
apropiadamente extinción experimental de reflejos condicionados" (Pavlov, 1927 /1960, pp. 48-49). Un indicador del
interés de Pavlov por la precisión se aprecia en sus resultados, que se presentan como sigue (p. 49):

Período latente en segundos Secreción de saliva en gotas durante 30 segundos


LA

3 - - - - - - 10
7------ 7
5------ 8
4------ 5
5------ 7
9------ 4
13 - - - - - 3
FI

Así, con periodos de extinción sucesivos, se necesitaba mucho más tiempo (es decir, una mayor latencia) para
que el animal empezara a salivar, y había una disminución sostenida en la cantidad de salivación.

Generalización y diferenciación


En sus conferencias posteriores, Pavlov describe sus procedimientos para demostrar diversos fenómenos de
condicionamiento, entre los que se hallan muchos que usted aprendió en su curso de introducción a la psicología. Dos
de los más conocidos son la generalización y la discriminación (Pavlov denominó a este último diferenciación). La
generalización queda de manifiesto cuando también ocurre una respuesta condicionada a un estímulo A, en cierto grado
al menos, en respuesta a estímulos que son similares al estímulo A. Así, si el EC de un sonido de 60 ciclos por segundo
(cps) produce 8 gotas de saliva, el animal también responderá a un sonido de 70 cps posiblemente con 6 gotas. También
existe un gradiente de generalización –la cantidad de saliva secretada es proporcional a la semejanza del EC y el
estímulo evaluado–. La diferenciación es resultado de parear el sonido de 60 cps con el alimento, presentando al mismo
tiempo el sonido de 70 cps sin el alimento. Al final, el perro sólo saliva al sonido de 60 cps.
Pavlov hizo todo lo posible por incorporar en sus descripciones los constructos de excitación e inhibición
cortical propuestos por Sechenov. Por ejemplo, se decía que en la adquisición y en la generalización intervenían
procesos excitatorios, mientras que en la extinción y en la diferenciación contribuían procesos corticales inhibitorios.
En general, Pavlov no estaba interesado en los fenómenos de condicionamiento per se, sino sólo en términos de los
conocimientos que éstos generaban sobre la operación del cerebro.

Pavlov se convenció a sí mismo de que él había sido el objetivo y Snarskii el subjetivo, cuando lo contrario era lo más cercano a la verdad. Lo
interesante de la moraleja historiográfica aquí, es que uno no siempre debe basarse en la exactitud de los recuentos autobiográficos.

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Neurosis experimental

Una interesante consecuencia de la investigación de Pavlov sobre la generalización y la diferenciación fue el


descubrimiento que hizo de cómo una crisis en la diferenciación producía una neurosis experimental o "perturbaciones
patológicas", como puso en el título de su conferencia 17. Proyectó primero un círculo en una pantalla delante de la
cara del perro, pareando su presentación con alimento.
Pronto, el círculo se convirtió en un EC normal para el RC de salivación. Después de crear este reflejo
condicionado, Pavlov entrenó entonces al perro para que hiciera una diferenciación sencilla entre el círculo y una elipse
que tenía una razón de 4:3 entre sus dos ejes (los datos del 4 de agosto). La forma de la elipse se modificó entonces
hasta que alcanzó una razón de 9:8; esto quiere decir que se hizo que la elipse se viera cada vez más como el círculo.
El perro manifestó al principio la capacidad de discriminación, pero luego ésta se deterioró y al final su comportamiento
llegó a tal punto que se le dificultaba distinguir incluso entre una elipse simple de 2: 1 y el círculo. Veamos los

OM
resultados tal y como los presentó Pavlov (Pavlov, 192711960, p. 292, los ensayos clave aparecen en negritas):
Tiempo
Estímulo
condicionado
aplicado durante
30 segundos
Secreción
salival en gotas
durante 30
segundos

.C
Experimento del 4 de agosto de 1914
4:10 pm Círculo 4
4:22 pm Círculo 6
4:37 pm Elipse de 4:3 0
4:55 pm Círculo 4
Experimento del 2 de septiembre de 1914
DD
1:10 pm Círculo 2
1:27 pm Círculo 8
2:06pm Círculo 10
2:16pm Elipse de 9:8 1
2:30pm Círculo 6
2:48pm Círculo 8
Experimento del 17 de septiembre de 1914
3:20 pm Círculo 4
3:31 pm Círculo 7
3:54 pm Elipse de 9:8 8
LA

4:09 pm Círculo 9
Experimento del 25 de septiembre de 1914
2:17 pm Círculo 9
2:47 pm Elipse de 2:1 3
3:08pm Círculo 8
3:22pm Círculo 8
3:46pm Elipse de 2:1 3

Así, en los experimentos del 4 de agosto, al animal no se le dificultaba diferenciar entre el círculo y la elipse
FI

de 4:3. En el experimento 2, el animal manifestaba una aparente capacidad para discriminar entre el círculo y la elipse
de 9:8, pero su desempeño se deterioró en forma drástica en el experimento 3 (17 de septiembre) e incluso se extendió
al experimento 4, cuando el animal no pudo siquiera evitar salivar ante una elipse de 2:1. Para Pavlov, pues, el
comportamiento neurótico significaba un deterioro en la capacidad para hacer diferenciaciones normales. La neurosis
se manifestaba también de otras formas. Como la describiera Pavlov,


[…]Al mismo tiempo, el comportamiento general del animal sufrió un cambio abrupto. El perro, hasta entonces tranquilo,
empezó a chillar en su lugar, a retorcerse, rasgar con los dientes el aparato de estimulación mecánica de la piel y morder
los tubos que conectaban la cámara del animal con el observador, conducta que no se había presentado nunca antes. Al
llevarlo a la cámara experimental, el perro ladraba violentamente, lo cual también era contrario a lo acostumbrado; en
suma, manifestaba todos los síntomas de una neurosis aguda. (Pavlov, 1927/1960, p. 291)

En el curso de sus investigaciones sobre la neurosis experimental, Pavlov advirtió que aunque todos los perros
se veían afectados adversamente, manifestaban diferencias individuales en la forma de exhibir su patología. Además,
estas variaciones parecían reflejar diferencias generales en los temperamentos de los perros. Así, algunos perros eran
en general más excitables que otros –solían responder al procedimiento de neurosis experimental como el perro que
acabamos de describir–. Sin embargo, otros, que por lo común eran de temperamento más plácido, reaccionaban al
procedimiento volviéndose aún más retraídos. Como hiciera con todos sus resultados, Pavlov interpretó el producto de
estos experimentos en términos de procesos corticales excitatorios e inhibitorios. Consideraba que las diferencias
individuales de temperamento dependían de cuáles procesos, ya sea excitatorios o inhibitorios eran más predominantes
en ellos. Por tanto, llegó a la conclusión de que la primera categoría de perro tenía una proporción relativamente más
elevada de procesos excitatorios que inhibitorios, mientras que lo contrario se aplicaba en el caso del segundo tipo de
perro.

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Un programa de investigación

La investigación que realizó Pavlov a lo largo de los años es un ejemplo clásico de que los experimentos
nunca ocurren en forma aislada, sino que están insertos en un programa continuo de investigación sistemática. El
resultado de un estudio tiene interés en sí, pero también plantea nuevos interrogantes y conduce invariablemente a un
siguiente estudio. Por ejemplo, la investigación sobre adquisición planteó en forma natural el interrogante sobre cuál
era el momento preciso del EC y el EI, y Pavlov y sus discípulos realizaron docenas de estudios en los que variaron
cuidadosamente el tiempo y la secuencia del intervalo entre el EC y el EI. De igual modo, las investigaciones
desarrolladas a lo largo de los años sobre temas como: a) condicionamiento de orden superior, que consistía en parear
un EC nuevo con uno ya condicionado, b) la durabilidad de la extinción, en la que se descubrió que si a un perro se le
regresaba al laboratorio varios días después de la extinción, ocurría en cierto grado el RC (es decir, ocurría una
recuperación espontánea), y c) la efectividad de diversos tipos de estímulos condicionados, en términos de la rapidez
con que podía establecerse el condicionamiento.4 De hecho, el tamaño mismo y la productividad incesante del

OM
laboratorio de Pavlov permitieron que se pasaran por alto otras demostraciones experimentales del mismo tipo de
condicionamiento que ocurrieron en el momento o antes de los estudios iniciales de Pavlov.
Tanto el psicólogo estadounidense E. B. Twitmyer como el fisiólogo vienés Alois Kreidl produjeron
condicionamiento clásico en sus laboratorios (Legan, 2002). Sin embargo, ni Twitmyer, quien estudió el reflejo rotular,
ni Kreidl, quien estudiaba la capacidad sensorial en los peces, crearon nada parecido al programa de investigación de
Pavlov.

Pavlov y los soviéticos

.C
Pavlov era el prototipo del científico cuya vida fue su obra, una filosofía que se reflejó en un artículo que
escribió casi al final de su vida para una organización de jóvenes soviéticos. Les dijo que los científicos debían ser
sistemáticos, modestos y apasionados con su trabajo, y que la “ciencia le exige a un hombre toda su vida, aún cuando
uno pudiese tener dos vidas, éstas no bastarían. La ciencia exige un esfuerzo enorme y una gran pasión” (citado en
DD
Babkin, 1949, p. 110). Cuando estaba en el laboratorio, y de septiembre a mayo permanecía así siete días a la semana,
Pavlov estaba totalmente absorto en la investigación que tenía a la mano y esperaba que todos los demás compartieran
su pasión. Por tanto, en ocasiones era muy estricto y era conocido por sus frecuentes pero breves arrebatos
temperamentales cuando se cometían errores. No obstante, sus investigadores estaban consagrados a él, sabedores de
que su enojo se pasaba rápidamente y no se dirigía a ellos en lo personal.
Existe una anécdota famosa sobre Pavlov que ejemplifica la devoción que sentía hacia su trabajo. Aunque la
anécdota posiblemente sea más mítica que real, ilustra claramente las prioridades de Pavlov. Se dice que Pavlov regañó
LA

a un asistente investigador por llegar diez minutos tarde durante el momento más álgido de la Revolución Rusa de
1917. Cuando el investigador le contó sobre una escaramuza sangrienta que había ocurrido en las calles de San
Petersburgo, la cual lo obligó a tomar un camino más largo para llegar al laboratorio, Pavlov no se impresionó.
Después de todo, él había hecho su recorrido acostumbrado de tres millas hasta el laboratorio, llegando segura
y puntualmente a las nueve de la mañana. Pavlov le dejó en claro al investigador que una simple revolución no debía
interferir con el importante trabajo del laboratorio. Le dijo al asistente que saliera de casa más temprano en la siguiente
revolución (Babkin, 1949).
FI

Por supuesto, la Revolución de 1917 influyó profundamente en todos los órdenes en Rusia, incluido el trabajo
de Pavlov. En un principio, éste se mostraba hostil hacia los vencedores de la Revolución soviética, los bolcheviques
de Lenin, manifestando en una ocasión públicamente que si "lo que los bolcheviques están haciendo con Rusia es un
experimento, yo no daría siquiera una rana por tal experimento" (citado en Babkin, 1949, p. 161). También protestó
directamente contra la política de Stalin a finales de los años de 1920 en la que se admitía sólo a profesores comunistas
en la Academia de Ciencias rusa, manifestándole al líder ruso: "Tomando en cuenta lo que usted está haciendo, me


avergüenza que me llamen ruso" (citado en Gantt, 1973). La actitud ambivalente de Pavlov no era difícil de entender:
los soviéticos le habían confiscado el dinero de su premio Nobel y cuando solicitó autorización para emigrar en 1923,
se la negaron. Sin embargo, al final de su vida, se había adaptado a la realidad de la Unión Soviética y, en un
acontecimiento público en los años de 1930, propuso incluso un brindis por "los grandes experimentadores sociales".
Según Babkin, el cambio de parecer de Pavlov se generó principalmente por la amenaza que surgía con los nazis en
Alemania, que llegaron al poder en 1933. Pavlov, quien era fervientemente patriota, recordaba las enormes pérdidas de
Rusia a manos de Alemania en la Primera Guerra Mundial y temía (sin que le faltara razón para ello) que los nazis
provocarían más sufrimiento a su amada tierra natal. En ese contexto, los soviéticos parecían ser el menor de los dos
males.
La adaptación de Pavlov a la realidad del Estado soviético también se vio reforzada por el fuerte respaldo
que le dio el gobierno a su trabajo. Ya desde 1921, cuando Rusia estaba inmersa en la guerra civil y las condiciones
eran en general caóticas, los soviéticos procuraron que las investigaciones de Pavlov siguieran contando con un fuerte
apoyo. Por ejemplo, se decretó oficialmente la formación de un comité especial "para crear lo más pronto posible las
condiciones más favorables para salvaguardar el trabajo científico del académico Pavlov y sus colaboradores" (citado

4
Irónicamente, aunque la mayoría de los estudiantes piensan que el EC típico de Pavlov era un timbre, Pavlov informó que “el violento
sonido de un timbre pocas veces era tan efectivo como EC, ya que con éste el perro solía asustarse” (Pavlov, 1906, p. 616).

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en Babkin, 1949, p. 165). Estas condiciones incluían raciones extra de alimento y una garantía para equipar
completamente el laboratorio de Pavlov.
Es fácil ver porqué los soviéticos estaban tan enamorados de Pavlov. Uno de los principales temas de sus
investigaciones era que el comportamiento podía modificarse si se controlaba el ambiente –las acciones podían
"condicionarse"–. Esto, por supuesto, era exactamente lo que los soviéticos esperaban hacer a gran escala. La esencia
de su "gran experimento social" era generar los cambios en el comportamiento que permitieron alcanzar el ideal
marxista-leninista según el cual cada uno debía producir de acuerdo a sus capacidades y recibir en función de sus
necesidades.
Por tanto, aunque a Pavlov sólo le interesaba entender la fisiología del cerebro, sus investigaciones tenían
gran valor como propaganda para los soviéticos. Esta tolerancia de los soviéticos se aprecia en una nota publicada en
la revista Time, la cual recortó y pegó el psicólogo estadounidense Walter Miles en su diario a finales de 1929. Decía
que Pavlov se había

…negado a recibir un homenaje oficial por su octogésimo cumpleaños. […] "Deploro –dijo Pavlov– la destrucción de
valores culturales que han hecho comunistas iletrados." Consciente de que sobre sus investigaciones descansa la "Ciencia

OM
del marxismo conductista", […] los soviéticos toleran sus bofetadas amablemente y sin reproches, consintiéndolo. Los
regalos de cumpleaños que el gobierno soviético dio a Pavlov incluyen un fondo de 50.000 dólares para su laboratorio y
la seguridad de que se desviaría el tránsito de la calle cercana a éste para no perturbar los reflejos condicionados del
centenar de perros de primera que se mantenían ahí para fines experimentales. (Miles, 1929)

A la muerte de Pavlov por neumonía en 1936, los soviéticos lo trataron como a un héroe de guerra. Se erigió
un monumento en su honor en San Petersburgo (entonces Leningrado), el Instituto de Medicina Experimental cambió
su nombre por Instituto Pavlov, su esposa recibió una pensión generosa y se preservó el cerebro de Pavlov.

.C
Pavlov y los estadounidenses

Los científicos occidentales sabían de Pavlov por el premio Nobel, pero el impacto de sus investigaciones
sobre condicionamiento tardó en sentirse. La mayoría de los psicólogos estadounidenses supieron de Pavlov por un
DD
artículo publicado en el Psychological Bulletin en 1909 por Robert Yerkes, cuyos intereses en ese entonces se
enfocaban principalmente en la psicología comparada (véanse los capítulos 1 y 8), y Sergius Morgulis, estudiante ruso.
El artículo se ilustraba con una serie de dibujos de aparatos que a la larga se tomaron por representaciones del aparato
de Pavlov, equívoco que continúa hasta la fecha.

Representaciones equívocas del aparato de Pavlov


LA

Probablemente usted reconozca el dibujo de la figura 10.3a. Aparece de una u otra forma en casi todos los
textos de psicología general, incluso en el que usted utilizó, y que suele identificarse como el aparato de
condicionamiento de Pavlov. Pues no lo era. En 'realidad, éste lo ideó un fisiólogo alemán, G. F. Nicolai, quien trabajó
durante un periodo breve en el laboratorio de Pavlov (Goodwin, 1991). Nicolai deseaba mejorar la forma en que se
recolectaba la saliva en los primeros tiempos del laboratorio de Pavlov, cuando las gotas de saliva se contaban
sencillamente conforme éstas caían en el cilindro graduado que se presenta en la figura 10.3b. El primer aparato era
pesado, problema que reconoció Pavlov, quien finalmente creó el aparato más sofisticado que se aprecia en la figura
FI

10.2. ¿Cómo ocurrió la atribución equivocada del aparato de Nicolai?


El artículo de Yerkes y Morgulis (1909), en el que se presentaron las investigaciones de Pavlov a los
psicólogos estadounidenses, incluía los dos dibujos. Ninguno de ellos tenía identificación, pero en el artículo se
describía que en la figura 10.3b aparecía un perro preparado para las investigaciones sobre condicionamiento en el
laboratorio de Pavlov, mientras que en la figura 10.3a se describía "la modificación de la técnica experimental
desarrollada por Nicolai en Berlín" (p. 259, cursivas añadidas).


John Watson reconoció la diferencia que había entre los procedimientos de Nicolai y de Pavlov, y reprodujo
e identificó correctamente ambos dibujos en su conocido texto de psicología comparada de 1914. La primera atribución
errónea parece haberse dado en un popular libro de texto introductorio de Walter Hunter (1919); donde sólo se incluía
la figura 10.3a, la que refirió como el aparato de Pavlov y en la que citó el artículo de Yerkes y Morgulis. Desde
entonces, el dibujo del sistema experimental de Nicolai se convirtió en la descripción clásica del aparato de Pavlov, en
parte porque es congruente con la separación final que hiciera Pavlov del perro y el experimentador en dos recintos
aislados.
La perpetuación de este error al paso de los años constituye una importante lección para cualquier autor de
libros de texto: hay que cuidarse de no confiar demasiado en las fuentes secundarias. Muchos autores posteriores
probablemente incluyeron el dibujo equivocado sencillamente porque se había utilizado de forma generalizada en otros
textos. Luego de ver el mismo dibujo una y otra vez, es fácil suponer que debe ser el correcto.
Pese a las detalladas descripciones en el artículo de Yerkes y Morgulis (1909), las investigaciones de Pavlov
no ejercieron mucha influencia inmediata en los psicólogos estadounidenses. El trabajo era de interés para quienes
estudiaban el comportamiento animal, pero en una época en que la psicología estadounidense aún se ocupaba del
estudio de la experiencia de la consciencia humana, los perros que salivaban no resultaban especialmente pertinentes.
En casi ningún libro de texto de introducción a la psicología anterior a 1920 se mencionaba a Pavlov (ni siquiera en el
texto de 1911 de Yerkes) o si se mencionaba su trabajo era brevemente (Goodwin, 1991). Ni siquiera John Watson,
cuya proclamación del conductismo, sobre la que leerá en breve, vio la trascendencia inmediata del trabajo de Pavlov

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para su modelo de aprendizaje. En realidad, en éste influyó más al principio el trabajo de condicionamiento de otro
fisiólogo ruso y rival de Pavlov, Vladimir Bekhterev (Skinner, 1981). Bekhterev investigó el condicionamiento motor
en lugar del salival, en el cual los movimientos musculares se condicionaban a varios estímulos. Éste era más afina los
intereses de Watson por el comportamiento manifiesto.
El verdadero impacto de Pavlov en la psicología estadounidense se inició en los años 1920, cuando por
primera vez se tradujo buena parte de su trabajo al inglés. Pavlov también visitó Estados Unidos dos veces, una en
1923 para dictar una conferencia y una serie de cátedras en el Instituto Rockefeller en Nueva York, y de nuevo en 1929
para el Noveno Congreso Internacional de Psicología en la Universidad de Yale. Ahí dio uno de los principales
discursos (Duncan, 1989), una apasionada descripción (en ruso) de sus investigaciones sobre condicionamiento a un
nutrido auditorio de psicólogos estadounidenses y de otras nacionalidades. Como advirtiera un observador: "el auditorio
estaba maravillado, y la ovación de pie que siguió generó breves sonrisas y agradecimientos del huésped de honor del
congreso" (Withington, citado en Duncan, 1980).
Los psicólogos estadounidenses, sobre todo los conductistas, finalmente entendieron la importancia que
tenían las investigaciones de Pavlov para sus propias teorías del aprendizaje. Un pasaje del conocido libro de Emest
Hilgard, Teorías del aprendizaje (Theories of Learning) (1948), demuestra que la importancia de Pavlov ya se daba

OM
por sentada a finales de los años de 1940. Hilgard señaló que las investigaciones sobre "las respuestas condicionadas
de salivación en los perros las realizó Pavlov en forma sistemática durante muchos años, y descubrió la mayor parte de
las relaciones que estudios posteriores exploraron más a fondo. Las traducciones de sus términos son comunes en la
bibliografía del aprendizaje" (Hilgard, 1948, p. 55).
Por último, Pavlov ejerció una influencia directa en la elección profesional del joven B. F. Skinner (capítulo
11), en cuya decisión de realizar investigaciones conductuales influyó fuertemente la lectura que hiciera de una
traducción de Conditioned Reflexes (1927/1960) de Pavlov. Skinner escribió en una ocasión que un principio rector en
su vida científica había sido la sencilla máxima de Pavlov de que si usted "controla sus condiciones […] verá orden"
(Skinner, 1956, p. 223). A Skinner también lo emocionaron los escritos de un psicólogo estadounidense que compartía

.C
con Pavlov su pasión por la investigación sistemática basada en el comportamiento medible. Esta persona era John B.
Watson, generalmente considerado el fundador de la corriente de pensamiento estadounidense que llegaría a conocerse
como conductismo.
DD
JOHN B. WATSON Y LA FUNDACIÓN DEL CONDUCTISMO

Casi al comienzo del capítulo mencionamos que, a principios del siglo XX, muchos psicólogos
estadounidenses afirmaban que la psicología debía adoptar una metodología más "objetiva" que la introspección. Un
LA

ejemplo fue el discurso de 1904 de Cattell en la Feria Mundial de St. Louis. También en St. Louis y probablemente
entre el auditorio que escuchó el discurso de Cattell estaba John B. Watson, un joven psicólogo que acababa de concluir
sus estudios de doctorado en la Universidad de Chicago. Las nuevas tendencias hacia la objetividad en la psicología se
empezaban a cristalizar en las ideas y escritos de este joven que pronto se convertiría en el portavoz del movimiento
que llegó a llamarse conductismo.
FI

El joven funcionalista en Chicago

Watson nació en 1878 en una zona rural a las afueras de Greenville, Carolina del Sur, en una familia que en
la actualidad recibiría el calificativo de "disfuncional". Su padre era un agricultor poco exitoso entre cuyos intereses se
hallaban el consumo de grandes cantidades de alcohol, las peleas y el adulterio. Con frecuencia abandonaba el hogar
durante periodos prolongados. La madre de Watson era sumamente religiosa, tanto que bautizó a su hijo en honor de


un conocido predicador bautista fundamentalista, John Broadus, e insistió en que su hijo aspirara al ministerio. Se
entiende que Watson manifestara problemas conductuales propios en virtud de haber crecido en este ambiente; en su
adolescencia ya era un conocido buscapleitos y lo habían arrestado por lo menos dos veces. No obstante, era conocido
como un joven inteligente cuando entró en la Universidad Furman en Greenville a los 16 años de edad. Donde obtuvo
el grado de maestría en 1900.
La madre de Watson murió mientras éste cursaba su último año de estudios en Furman, con lo cual quedó
liberado de cualquier obligación para seguir el ministerio. En cambio, influido por uno de sus profesores en Furman,
solicitó su ingreso y fue aceptado en la Universidad de Chicago. Esta institución, que tenía ocho años de existencia en
1900, la había financiado el magnate petrolero Rockefeller y era dirigida por William Rainey Harper. Como recordará
del análisis del funcionalismo que hicimos en el capítulo 7, Harper aspiraba a una universidad "práctica" que produciría
líderes para una clase emergente en Estados Unidos –la élite de profesionales expertos que dirigirían el progreso social
y la productividad industrial–. La intención inicial de Watson era estudiar filosofía y psicología, que coexistían en el
departamento de filosofía de la Universidad de Chicago. Pronto descubrió que ni la filosofía ni la psicología
introspectiva le atraían (carecía de talento para la introspección), pero se sentía a gusto con los preceptos generales de
la psicología funcionalista. Le atrajo especialmente la psicología comparada –lo que no es de sorprender si se
consideran sus antecedentes rurales y su familiaridad con los animales–. Muchos años después, el hijo de Watson
recordaría con mucha pena que su padre "la mayor parte del tiempo prefería la compañía de animales que de personas"
(Hannush, 1987, p. 150).

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Los intereses de Watson por el comportamiento animal empezaron a dar forma a sus ideas sobre psicología
en general. Posteriormente escribiría, al reflexionar sobre los años que pasó en Chicago, que siempre se había sentido
incómodo con los métodos introspectivos y los sujetos humanos, pero que con los animales se sentía como "en casa.
[…] Cada vez más se me presentaba este pensamiento: ¿Acaso no puedo descubrir observando su comportamiento [de
los animales] todo lo que los demás estudiantes descubren recurriendo a [sujetos humanos]?" (Watson, 1936, p. 279).
Los contactos de Watson con Jacques Loeb y Henry Donaldson reforzaron esta idea. Loeb era un fisiólogo alemán que
estudiaba el tropismo, movimiento de plantas y animales inducido por algún estímulo del ambiente. Por ejemplo, se
dice que una flor que siempre apunta al sol muestra un heliotropismo positivo (helio significa sol). Loeb era un
materialista y mecanicista inflexible que consideraba que toda vida orgánica podía entenderse como una serie de
respuestas automáticas a estímulos. Donaldson era neurólogo especializado en el sistema nervioso de las ratas blancas.
La tesis de doctorado de Watson, dirigida en forma conjunta por Donaldson y James Angell, fue un estudio
de la relación entre desarrollo cortical y aprendizaje en ratas blancas jóvenes. Se trató de un estudio importante debido
a que en ese entonces muchos de los principales fisiólogos consideraban que las ratas eran incapaces de un verdadero
"aprendizaje asociativo" porque su cerebro contenía, si acaso, pocas fibras "meduladas".5 Mediante una serie de
estudios concienzudos en los que exhibe su talento como científico cuidadoso, Watson demostró que las ratas

OM
manifestaban una capacidad de aprendizaje mínima durante las primeras tres semanas de vida aproximadamente, pero
que su capacidad para formar asociaciones mejoraba en forma asombrosa a la cuarta semana. Además, durante este
mismo periodo, la cantidad de fibras meduladas aumentó en forma significativa. Por tanto, Watson concluyó que podían
formarse asociaciones en las ratas blancas jóvenes y que estas asociaciones se correlacionaban con el desarrollo cortical.
Watson le pidió prestados 350 dólares a Donaldson e hizo que se publicaran sus resultados como Animal Education:
An Experimental Study of the Psychical Development of the White Rat, Correlated with the Growth of its Nervous
System (Watson, 1903). Esto le ganó el doctorado y una oferta para permanecer en Chicago como maestro. Watson
aceptó.

.C
Estudios con laberintos de Watson y Carr

Watson fue miembro del personal docente de la Universidad de Chicago de 1903 a 1908. Durante ese lapso
empezó a forjarse una reputación como buen maestro y científico esmerado. Sus investigaciones más importantes
DD
durante este periodo comprendieron el estudio de ratas en laberintos; lo realizó junto con Harvey Carr, que en ese
entonces era estudiante de posgrado en Chicago y quien se convertiría en un líder importante del movimiento
funcionalista, y finalmente en director del departamento de psicología de la Universidad de Chicago (capítulo 7).
La meta de los estudios de Watson y Carr (Carry Watson, 1908; Watson, 1907) era determinar qué sentidos
necesitaba una rata para aprender a orientarse en un laberinto. A Watson le intrigaban los estudios con laberintos que
había realizado Willard Small en la Universidad Clark (véase la sección "Más sobre" del capítulo 6), pero consideraba
que Small no había sido muy sistemático al tratar de identificar los factores que contribuyen a la capacidad de la rata
para aprender un laberinto. Por ejemplo, el hecho de que Small dejara a las ratas toda la noche en el laberinto hacía que
LA

fuera imposible evaluar cómo ocurría el aprendizaje. Watson y Carr remediaron ese problema y otros más, produciendo
una serie de estudios metodológicamente brillantes que establecieron (al menos durante cierto tiempo) la importancia
del sentido cinestésico para el aprendizaje de laberintos.
En su primer estudio (Watson, 1907), Watson y Carr eliminaron sistemáticamente la capacidad de los
animales para utilizar sus sentidos al resolver una versión del laberinto de Hampton Court. Exhibiendo una habilidad
quirúrgica sorprendente, Watson extirpó los ojos de algunas ratas, el oído medio de otras y los bulbos olfatorios de un
FI

tercer grupo. Privadas de sus sentidos, las ratas, con todo, aprendían a orientarse en el laberinto con facilidad. Watson
y Carr descubrieron también que la capacidad de aprendizaje no se afectaba en forma marcada cuando se les extirpaban
los bigotes o cuando se les anestesiaban las patas. Mediante un proceso (¡literalmente!) de eliminación, concluyeron
que los únicos factores importantes en la formación de asociaciones aprendidas eran "las impresiones cinestésicas junto
con otras impresiones intraorgánicas" (Watson, 1907, p. 84). Es decir, que los animales aprendían a asociar secuencias
de movimientos musculares con las diversas vueltas que daban en el laberinto. En esencia, aprendían a dar 10 pasos,
voltear a la derecha para dar otros cinco pasos y luego daban vuelta a la izquierda, etcétera.


Luego de descartar un sentido tras otro, Watson y Carr se propusieron ofrecer evidencias directas del resto
de su hipótesis sobre el sentido cinestésico. En su segundo estudio (Carry Watson, 1908), dieron con la brillante idea
de acortar o agrandar los laberintos que sus ratas ya habían aprendido a recorrer. Los efectos fueron asombrosos: las
ratas inicialmente entrenadas en el laberinto completo literalmente chocaban contra las paredes del laberinto reducido.
Por ejemplo, según las anotaciones de laboratorio de Watson, una rata "chocó [contra la pared] con toda su fuerza. Se
quedó pasmada y no recuperó su conducta normal hasta después de recorrer 9 pies" (CarryWatson, 1908 p. 39). De
igual modo, las ratas entrenadas en el laberinto acortado y evaluadas en la versión completa solían virar en el punto en
donde solía estar la vuelta correcta.
Los estudios de Watson y Carr son modelos de investigación científica en los que se llega a una conclusión
empírica eliminando hipótesis alternas una tras otra y luego produciendo una demostración directa de la viabilidad de
la hipótesis (cinestésica) restante. También constituyen un buen ejemplo de lo ingenuos que pueden llegar a ser los
científicos en cuanto a la opinión que tendrá el público sobre sus investigaciones. Watson posiblemente haya pensado
que estaba buscando responder una pregunta importante sobre el aprendizaje, pero para el público se volvió objeto de

5
En la actualidad, a esas fibras se les denominaría "axones mielinizados".

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ataques de los antiviviseccionistas6 y se le presentó en el New York Times del 30 de diciembre de 1906 como un
carnicero de ratas blancas indefensas, que corta pedazos y partes de ellas para satisfacer lo que parecía ser una ociosa
curiosidad científica.

La oportunidad toca a la puerta en Johns Hopkins

Para 1908, Watson era conocido entre sus colegas profesionales como una figura prometedora en el mundo
de la psicología experimental. También empezaba a sentirse poco valorado en Chicago, donde aún ocupaba el bajo
mugo académico de maestro después de cinco años. Por tanto, cuando la Universidad Johns Hopkins le ofreció un
puesto como profesor de tiempo completo, control sobre un laboratorio y más del doble de su salario, difícilmente
podía haberse negado. Además, al cabo de un año de su llegada a Baltimore, el director del departamento de psicología,
James Mark Baldwin, fue despedido por razones morales (cuando lo arrestaron en una redada policíaca en un
prostíbulo, Baldwin dijo que estaba realizando una investigación). Contando apenas con treinta y un años en ese

OM
entonces, Watson se encontró a cargo del área de psicología en la Universidad Johns Hopkins. Durante los siguientes
12 años, antes de que a él también lo despidieran por razones morales, a) fincaría su reputación como uno de los
principales investigadores en el mundo de la psicología animal, b) proclamaría el conductismo, y e) desarrollaría un
programa de investigación en psicología del desarrollo, con énfasis en el estudio del desarrollo emocional.

Watson y el comportamiento animal

Una vez establecido en su nuevo puesto en Johns Hopkins, Watson inició un ambicioso programa de

.C
investigación sobre comportamiento animal. Como su tesis y los estudios con laberintos realizados junto con Carr en
Chicago, parte de las investigaciones fueron de la variedad básica de laboratorio e incluyeron un trabajo en psicofísica
animal. Por ejemplo, estudió las capacidades visuales de varias especies, entrenándolas para que hicieran elecciones
entre pares de estímulos ligeramente distintos (p. ej., Watson, 1909) y utilizando los procedimientos de
condicionamiento motor de Bechterev, el colega ruso de Pavlov (Watson, 1916). La lógica de las investigaciones
DD
psicofísicas de Watson era simple: si era posible entrenar o condicionar a un animal para que respondiera correctamente
a un estímulo (p. ej., una luz roja) y no a otro (p. ej., un rojo más oscuro), entonces el animal debía ser capaz de percibir
la diferencia entre ambos. Aunque Watson realizó buena parte de esta investigación en su periodo como presidente de
la APA en 1915, al parecer los resultados no siempre fueron claros y abandonó la investigación poco después de un
año (Rilling, 2000).
Fuera del laboratorio, Watson continuó con una serie de estudios naturalistas que iniciara mientras aún estaba
en el laboratorio de la Universidad de Chicago. Pasó varios veranos en una pequeña isla cerca de los cayos de Florida
LA

(Bird Key, una de las islas pertenecientes al archipiélago de Dry Tortugas) observando el comportamiento de varias
especies de golondrinas. En contraste con los escritos posteriores de Watson, en los que minimizarla la importancia del
control del comportamiento instintivo, sobre todo el comportamiento humano, esta investigación se interpreta como
una versión temprana de la clase de investigación etológica asociada posteriormente con nombres como Konrad Lorenz
y Niko Tinbergen, ya que destacaba la importancia del comportamiento instintivo para la supervivencia de las especies
(Dewsbury, 1994). Documentó con sumo cuidado las conductas de apareamiento de las golondrinas en Bird Key, la
forma en que construían sus nidos y su territorialidad, así como su comportamiento con relación al cuidado de sus
FI

vástagos, antes y después de que salieran del cascarón (Fodd y Morris, 1986). También observó que las aves recién
salidas del cascarón solían perseguirlo en forma persistente por toda la isla. Éste por supuesto es el mismo
comportamiento que estudió Spalding (véase la sección "Más sobre" del capítulo 5) y que Lorenz denominaría
posteriormente impronta.


EXTRACTO DE LA FUENTE ORIGINAL

Manifiesto conductista de Watson

En 1913, Watson aceptó una invitación de Cattell para dictar unas conferencias en la Universidad de
Columbia. Para entonces, Watson consideraba que tema la estatura suficiente para proclamar aquello en lo que había
creído durante por lo menos 10 años que ya era el momento de que la disciplina se alejara de una psicología
introspectiva en la que se estudiaba la conciencia y se acercara a la psicología de la conducta-. A sus conferencias en
Columbia, publicadas con el provocativo título de "Psychology as the Behaviorist Views If' (Watson, 1913), han
llegado a conocerse como el Manifiesto conductista. ¿Qué proclamó Watson? El párrafo inicial establece el tono:

La psicología desde el punto de vista de un conductista es una rama experimental puramente objetiva de las
ciencias naturales. Su objetivo teórico es predecir y controlar el comportamiento. La introspección no forma
parte esencial de sus métodos, ni el valor científico de sus datos depende de la rapidez con que se presten a
interpretación en términos de conciencia. El conductista, en sus esfuerzos por obtener un esquema unitario

6
Como sucede en la actualidad con los activistas en favor de los derechos de los animales, los antiviviseccionistas protestaban por
el empleo de animales para fines de investigación; Dewsbury (1990) ha documentado su influencia en la psicología comparada.

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de la respuesta animal, no reconoce la existencia de una línea divisoria entre el hombre y la bestia […] (p.
158)

Éste es uno de los pasajes más citados de la psicología. En cinco enunciados, Watson a) adscribió con firmeza
la psicología a las ciencias naturales, b) articuló un conjunto de metas claras para una psicología científica, e) rechazó
tajante las investigaciones basadas en la introspección que realizaba la mayoría de sus colegas, y d) aceptó totalmente
un modelo evolutivo del comportamiento. En el resto del texto profundizó en estos aspectos. Empezó por enfrentar a
las figuras consagradas de la introspección, describiendo en varios párrafos las dificultades inherentes que suponía
definir la psicología como el estudio de la conciencia. Luego se enfocó concretamente en el problema de la subjetividad
del método introspectivo como lo defendía Titchener en su estrategia estructuralista (capítulo 7), nuevamente, hablando
sin rodeos:

Yo no quiero criticar demasiado a la psicología. Considero que, durante los más de cincuenta años que tiene
de existencia como disciplina experimental, ha fracasado rotundamente en ganarse un sitio en el mundo como
ciencia natural indiscutible. La psicología, como se concibe en general, tiene algo de esotérico en sus

OM
métodos. Si usted no logra reproducir mis resultados, eso no se debe a una falla en su aparato o en el control
de sus estímulos, sino al hecho de que su introspección carece de entrenamiento. […] Si no puede observar
entre 3 y 9 estados de claridad en la atención, su introspección es deficiente. Si, por otra parte, un sentimiento
le parece razonablemente claro a usted, su introspección es, de nuevo, imperfecta. Está viendo demasiado.
Los sentimientos nunca son claros.
Parece haber llegado el momento en que la psicología debe desechar toda referencia a la conciencia; ya no
debe engañarse pensando que hace de los estados mentales su objeto de observación. […] Considero
firmemente que dentro de doscientos años, a menos que se deseche el método introspectivo, la psicología aún
estará dividida en la cuestión de si las sensaciones auditivas tienen o no la cualidad de la "extensión", si la

.C
intensidad es o no un atributo que puede aplicarse al color, si hay o no una diferencia de “textura” entre
imagen y sensación, y sobre cientos de otras cosas de carácter similar. (pp. 163-164)

A Watson no le bastó con haber desechado el estructuralismo y la introspección. En virtud de que los
psicólogos funcionalistas eran incapaces de rechazar la introspección como método y debido a que también
DD
investigaban la conciencia (aunque desde el punto de vista de su valor adaptativo en lugar de identificar sus contenidos),
también fueron objeto de las críticas de Watson. Uno podría pensar que Watson pudo haber sido más favorable con un
modelo que estaba arraigado tan profundamente en el pensamiento evolutivo, y acaso más respetuoso de sus propias
raíces intelectuales, pero no fue así:

Mi discrepancia psicológica no es únicamente con los psicólogos sistémicos y estructurales. En los últimos
quince años hemos visto cómo crece lo que se denomina psicología funcional. Esta clase de psicología
LA

condena el uso de los elementos en el sentido estático de los estructuralistas. Enfatiza la importancia biológica
de los procesos conscientes y no Ja descomposición de los estados conscientes en elementos aislables en
forma introspectiva. Me he esforzado mucho por entender la diferencia entre psicología funcional y
estructural. En lugar de claridad, crece en mí la confusión. Los términos sensación, percepción, afecto,
emoción, volición, los emplean tanto los funcionalistas como los estructuralistas. […] Sin duda, si estos
conceptos son elusivos cuando se consideran desde el punto de vista del contenido, son aún más engañosos
cuando se ven desde el ángulo de la función y, en especial, cuando la función se obtiene por medio del método
FI

de la introspección. […] Fue sumamente sorpresivo hace algún tiempo cuando abrí el libro de Pillsbury
[discípulo de Titchener] y vi que se definía la psicología como la "ciencia del comportamiento". En un texto
aún más reciente se afirma que la psicología es la "ciencia del comportamiento mental". Cuando vi estos
prometedores planteamientos, pensé: ahora seguramente tendremos textos basados en diferentes
lineamientos. Después de algunas páginas, se desecha la ciencia del comportamiento y se encuentra el
tratamiento convencional de la sensación, la percepción, la imaginería, etc., junto con ciertos cambios de


énfasis y hechos adicionales que sirven para que el autor deje su huella personal. (pp. 165-166)

Después de rechazar las aproximaciones estructuralista y funcionalista a la psicología, Watson concentró la


argumentación en su alternativa conductista. Una afirmación clave es su aseveración simplista, hay que reconocerlo,
de que la meta fundamental de su conductismo es poder especificar las conexiones entre estímulo y respuesta (lo que
sigue incluye la cita que usted leyó al principio del capítulo).

Esto me lleva a plantear un argumento más constructivo. Considero que podemos escribir una psicología,
definirla como Pillsbury y no dar vuelta atrás en nuestra definición: no emplear nunca los términos
conciencia, estados mentales, mente, contenido, verificable introspectivamente, imaginería, etcétera. […]
Puede hacerse en términos de estímulo y respuesta en términos de formación de hábitos, integración de
hábitos, etc. Además, creo que realmente vale la pena hacer el intento ahora.
La psicología que me gustaría construir tomaría como punto de partida, en primer lugar, el hecho observable
de que los organismos, hombres y animales por igual, se adaptan a su ambiente por medio de capacidades
heredadas y hábitos. Estas adaptaciones pueden ser muy adecuadas o tan inadecuadas que el organismo
apenas pueda preservar su existencia; en segundo lugar, que ciertos estímulos hacen que el organismo dé las
respuestas. En un sistema de psicología perfectamente ideado, si se tiene la respuesta, pueden predecirse los
estímulos; si se tienen los estímulos, puede predecirse la respuesta. Estas afirmaciones son en extremo burdas
y crudas, como deben ser todas las generalizaciones. Sin embargo, difícilmente son más crudas y menos

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realizables que las que aparecen en los textos de psicología de nuestros días. (pp. 166-167, las cursivas son
nuestras).

Vale la pena apuntar que Watson consideraba que toda conducta humana podía entenderse en términos de
estímulo y respuesta, incluso actividades mentales como el pensamiento. Según Watson, el pensamiento es en esencia
sólo habla subvocal, y el tema de este pensamiento lo determinaba la situación estimulo inmediata y los hábitos a los
que denominaba "hábitos laríngeos". Posteriormente propuso incluso (Watson, 1926) que la evidencia que sustentaba
su postura en que ¡nuestro pensamiento solía sufrir cuando tenemos dolor de garganta!
En la última parte del manifiesto, Watson hizo hincapié en un aspecto que, en última instancia, hizo que el
conductismo resultara atractivo para los psicólogos y para el público estadounidense en su conjunto. A diferencia de la
psicología introspectiva, sostenía Watson, el conductismo tenía el potencial de ofrecer aplicaciones directas que
influirían en forma positiva en la vida de la gente. Advierta que Watson hace una distinción clara entre las aplicaciones
y la investigación aplicada que hace que las aplicaciones sean posibles. Las aplicaciones son importantes, pero la
investigación que subyace a tales aplicaciones no es menos importante.

OM
Mis esperanzas de que Ja postura conductista es defendible se basan en el hecho de que las ramas de la
psicología que ya se han desprendido parcialmente de la psicología experimental madre y que, en
consecuencia, dependen menos de la introspección están en la actualidad en una condición más floreciente.
La pedagogía experimental, la psicofarmacología, la psicología de la publicidad, la psicología legal, la
psicometría y la psicopatología son subramas sólidas. A éstas en ocasiones se les llama equivocadamente
psicología "práctica" o "aplicada". Sin duda nunca ha habido un nombre menos apropiado. En el futuro, es
posible que surjan oficinas vocacionales que realmente apliquen la psicología. En la actualidad, estos campos
son verdaderamente científicos y están en busca de generalizaciones amplias que permitan controlar el
comportamiento humano. Por ejemplo, por medio de la experimentación descubrimos si es posible recordar

.C
más fácilmente una serie de estrofas si se aprende el conjunto al mismo tiempo o si es más ventajoso
aprenderse cada estrofa por separado y luego pasar a la siguiente. No tratamos de aplicar nuestros hallazgos.
La aplicación de este principio es puramente voluntaria para el maestro. En la psicofarmacología podemos
demostrar el electo de ciertas dosis de cafeína en el comportamiento. Posiblemente lleguemos a la conclusión
de que la cafeína ejerce un efecto positivo en la velocidad y precisión del trabajo. Pero se trata de principios
DD
generales. Dejamos en manos del individuo la decisión de si los resultados de nuestras pruebas se aplican o
no. Una vez más, en el testimonio legal, evaluamos los electos del momento en la confiabilidad del informe
de un testigo. Probamos la exactitud del informe con respecto a objetos en movimiento, objetos estacionarios,
colores, etc. Depende de la maquinaria judicial del país decidir si estos hechos se aplicarán o no alguna vez.
Que un psicólogo "puro" diga que no le interesan las interrogantes que plantean estas divisiones de la ciencia
porque se relacionan indirectamente con la aplicación de la psicología muestra en primer lugar que no
entiende el objetivo científico de tales problemas; en segundo lugar, que no está interesado en una psicología
LA

relacionada con la vida humana. (pp. 168-170)

Después de describir ejemplos de cómo podrían emplearse los procedimientos conductuales para estudiar
procesos cognitivos como la sensación (condicionar diferentes respuestas a estímulos ligeramente distinguibles
(psicofísica animal) y la memoria (el recuerdo de silabas sin sentido es un acto conductual), Watson finalizó su
argumento manifestando lo siguiente:
FI

En conclusión, supongo que debo confesar que tengo un sesgo profundo hacia estos temas. Me he dedicado
casi doce años a experimentar con animales. Es natural que este [sesgo] conduzca a una postura teórica que
está en armonía con mi trabajo experimental. […] Sin duda la postura que defiendo es actualmente muy débil
y puede atacarse desde muchos puntos de vista. Pero aunque reconozco todo esto, aún pienso que las
consideraciones que he argumentado ejercerán una amplia influencia en el tipo de psicología que se
desarrollará en el futuro. Lo que necesitamos hacer es empezar a trabajar en la psicología, haciendo del


comportamiento, y no de la conciencia, el objetivo de nuestro ataque. No cabe duda de que hay tantos
problemas en el control del comportamiento que nos mantendrán trabajando varias vidas sin darnos tiempo
siquiera para pensar en la conciencia. […] Una vez que hayamos iniciado la empresa, nos encontraremos en
un periodo breve tan divorciados de la psicología introspectiva como lo está la psicología actual de la
psicología facultativa. (pp. 175-176, las cursivas son del original.)

El manifiesto conductista de Watson fue un planteamiento sólido, que en ocasiones se ve como el punto de
partida de una "revolución" conductista en la psicología y como el medio que lo lanzó a la presidencia de la APA en
1915. Sin embargo, Samelson (1981) ha mostrado que la mayoría de los psicólogos ignoraron el manifiesto en un
principio o lo vieron como un ataque más a la introspección entre la cantidad creciente de ataques que recibía. Sólo dos
psicólogos –Titchener (1914) y Calkins (1913)– respondieron por escrito al manifiesto y ambos fueron sumamente
críticos.7 En lo que respecta a la presidencia de Watson de la AP A, probablemente se debió más a la posición que se
había ganado entre sus compañeros en virtud de una década de investigaciones, la amistad que sostenía con miembros

7
Pese al obvio contraste entre las psicologías de Titchener y Watson, éstos mantuvieron un respeto mutuo –ambos eran hombres de laboratorio–.
Intercambiaron correspondencia con cierta regularidad, y cuando Watson albergó una reunión de los experimentalistas de Titchener en 1910, Titchener
fue huésped en casa de Watson. Cuando a Watson Jo despidieron de Johns Hopkins en 1920, Titchener fue uno de los contados psicólogos que apoyaron
públicamente a su colega (Larson y Sullivan, 1965).

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influyentes de la AP A, su puesto de catedrático en Johns Hopkins y su labor como editor del Psychological Review.
Además, su nominación a la presidencia de la APA ocurrió antes de que se difundiera el manifiesto (Samelson, 1981).
Por otra parte, si bien el manifiesto posiblemente no fue un suceso revolucionario, sin duda infundió vigor en Watson.
Durante el resto de esa década defendió con decisión el conductismo y, finalmente, convirtió el manifiesto en un tratado
que tenía la extensión de un libro: La psicología desde el punto de vista de un conductista (Psychology From the
Standpoint of a Behaviorist) (Watson, 1919). Según el historiador James Todd (1994), fueron este libro y los esfuerzos
promocionales de Watson en los años de 1920, más que el manifiesto inicial, las causas responsables de la gran
influencia del conductismo en los psicólogos estadounidenses a finales de la década de los años de 1920.

Estudio del desarrollo emocional

En el manifiesto y en otros escritos, Watson reivindicó las posibilidades que tenía el conductismo de generar
aplicaciones que mejorarían la calidad de vida. No obstante, en la época del manifiesto, las investigaciones de Watson
se habían limitado en gran medida a los animales. Así, cuando surgió la oportunidad de estudiar bebés, Watson la

OM
aprovechó para aplicar el conductismo en forma que convenciera a los escépticos y, lo que es más importante, le
garantizara a Watson la posición de líder en la aplicación de principios psicológicos para el mejoramiento de la
sociedad. Además, Watson sintió algo de la misma presión que experimentaban otros psicólogos comparados a quienes
les resultaba cada vez más difícil mantener el apoyo institucional para sus investigaciones básicas sobre
comportamiento animal. Los administradores de las universidades se mostraban renuentes a dar apoyo presupuestal a
investigaciones que parecían esotéricas, de poco valor práctico y que exigían instalaciones que generaban fuertes y
desagradables olores (Buckley, 1989).
La oportunidad le llegó a Watson con una invitación del conocido psiquiatra Adolf Meyer para establecer un
laboratorio de investigación humana en su clínica dentro de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.

.C
El nuevo laboratorio estaba junto al pabellón de obstetricia de la Facultad de Medicina, lo que permitió que Watson
contara con infantes para sus investigaciones. El resultado fue una serie de estudios en los que investigó los reflejos,
las respuestas emocionales básicas y las respuestas emocionales condicionadas.
Watson realizó el trabajo sobre emociones básicas en conjunto con J. J. B. Morgan. Se propusieron identificar
las respuestas emocionales humanas fundamentales y los estímulos que producían esas respuestas. Identificaron tres:
DD
miedo, ira y amor. Según Watson y Morgan (1917), la respuesta del miedo, definida conductualmente como
"interrumpir súbitamente la respiración, […] apretar las manos, […] parpadear, fruncir los labios y luego llorar" (p.
166), ocurrió en respuesta a cualquiera de dos clases de estímulos: ruidos fuertes súbitos (que se producían pegándole
a una barra de acero con un martillo, colocada justo detrás de la cabeza del bebé) y la pérdida de apoyo (que se producía
dejando caer al infante o jalándole la cobijita cuando éste se estaba durmiendo). La segunda emoción, la ira, se generaba
obstaculizando los movimientos del infante: "Si se le sujeta el rostro o la cabeza, el bebé llora y de inmediato grita. Su
cuerpo se pone rígido y manotea y golpetea con manos y brazos en movimientos bastante bien coordinados" (pp. 166-
LA

167). La tercera emoción, el amor, definido como sonrisas, gorjeos o susurros, se generaban al acariciar la piel del
infante, al acunarlo suavemente o al darle palmaditas. Watson filmó algunas de sus investigaciones con infantes, y en
la figura 10.6 se aprecian tres imágenes de esas filmaciones que ilustran los estímulos que producían miedo e ira.

El cenit y el nadir de una carrera: el Pequeño Albert


FI

A partir de las investigaciones con infantes, Watson llegó a la conclusión de que sólo unos cuantos estímulos
provocaban las tres emociones instintivas del miedo, la ira y el amor. ¿Por qué los niños mayores manifiestan estas
respuestas emocionales a un rango de estímulos mucho más amplio? Para Watson, la respuesta era simple: el
condicionamiento. Su intento por demostrar esto directamente resultó en lo que llegó a llamarse el estudio del Pequeño
Albert. Se publicó como "Conditioned Emotional Reactions" en el Joumal of Experimental Psychology en 1920 y lo
realizaron en conjunto Watson y Rosalie Rayner, estudiante de posgrado en Johns Hopkins. Como se verá en breve,


ésta desempeñaría una función fundamental en otro suceso importante para Watson en 1920 su renuncia forzada a
Johns Hopkins.
Watson y Rayner (1920) iniciaron el artículo planteando su idea de que las reacciones emocionales se
desarrollan por condicionamiento, pero que "han faltado evidencias experimentales directas que sustenten ese punto de
vista" (p. 1). Por tanto, la meta de su estudio era proporcionar esas evidencias, para lo cual recurrieron a un infante de
11 meses de edad al que le pusieron por pseudónimo Albert B. Se eligió a Albert para el estudio porque "era en general
imperturbable e indiferente. […] Consideramos que no le haríamos mayor daño" (pp. 1-2). Antes de iniciar el
experimento, Albert (entonces de nueve meses de edad) fue sometido a una serie de pruebas –las mismas que se habían
empleado en la antigua investigación con infantes que realizara Watson con Morgan–. Albert no mostraba temor cuando
se le presentó "una rata blanca, un conejo, un perro, un mono, máscaras con y sin pelo, algodón en rama, fuego, etc."
(p. 2). A diferencia de otros infantes, Albert no manifestó una respuesta de miedo al estímulo de la pérdida de apoyo.
Sin embargo, como los demás, mostró miedo ante un ruido fuerte e inesperado, de modo que Watson decidió valerse
de ese estímulo para generar el miedo. La primera sesión de Watson y Rayner sólo duró dos ensayos:

1. Se tomó de pronto la rata blanca de la canasta y se le presentó a Albert. Éste empezó a tender la mano
izquierda hacia la rata. En el momento en que su mano tocó al animal, se golpeó la barra a cierta distancia
detrás de su cabeza. El infante saltó violentamente y cayó boca abajo, ocultando el rostro en el colchón. Sin
embargo, no lloró.

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2. Cuando tocó con su mano derecha a la rata, se golpeó de nuevo la barra. Una vez más el infante saltó
violentamente, cayó boca abajo y empezó a lloriquear.
Para no perturbar al niño muy gravemente ya no se le pusieron más pruebas durante una semana. (Watson y
Rayner, 1920, p. 4)

Una semana después, Albert experimentó, sucesivamente, la rata, tres ensayos de la rata combinados con el
ruido fuerte, la rata sola, dos "estimulaciones conjuntas" más y la rata sola una vez más. En este último ensayo, sucedió
lo siguiente:

La rata sola. En el momento en que se mostró la rata, el bebé empezó a llorar. Casi al instante, volteó
bruscamente a la izquierda, cayó sobre un costado, se levantó y empezó a gatear alejándose tan rápidamente
que con dificultades se le alcanzó antes de llegar al borde de la mesa. (p. 5, las cursivas son del original)

En los recuentos que hacen los libros de texto modernos sobre el estudio de Albert suele describírsele como
un ejemplo humano de condicionamiento clásico, clasificando el ruido fuerte como estímulo incondicionado (EI) y el

OM
miedo al ruido como respuesta incondicionada (RI). La rata es el estímulo condicionado (EC) que llega a producir la
respuesta condicionada (RC) de miedo luego del apareamiento del EC y el EI, del mismo modo en que el apareamiento
de un sonido (EC) con alimento (EI) genera la salivación ante el sonido en el procedimiento pavloviano estándar. Sin
embargo, una lectura minuciosa de las anotaciones de laboratorio de Watson y Rayner señala que pudo haber ocurrido
más bien un procedimiento de castigo operante, al menos en los primeros dos ensayos. El comportamiento del bebé
consistente en alcanzar a la rata tuvo por resultado la consecuencia inmediata del ruido fuerte. No queda claro si la
misma secuencia de sucesos ocurrió en otros ensayos que se clasificaron simplemente como "estimulación conjunta".
Es claro que Albert se vio afectado por los procedimientos y desarrolló miedo a la rata, pero la ambigüedad sobre lo
que sucedió exactamente es una de las razones por las que se ha criticado el estudio (Harris, 1979).

.C
Luego de condicionar (por el procedimiento que haya sido) a Albert para que le temiera a la rata, la segunda
meta de Watson y Rayner fue ver si la respuesta se "transfería" (o se "generalizaba", como diría Pavlov) a otros
estímulos. Cinco días después de los famosos ensayos que acabamos de describir, se regresó a Albert al laboratorio y
se le evaluó primero con cubos y luego con la rata. Jugaba con aquéllos y seguía manifestando miedo hacia ésta.
Después de demostrar que aún existía la respuesta condicionada, Watson y Rayner presentaron otros estímulos,
DD
alternándolos con ocasiones en las que el menor jugaba con sus cubos. Albert manifestó cierto grado de miedo a un
conejo, a un perro y a un abrigo de piel. Además, en un ensayo que indica que el miedo primario de Albert posiblemente
haya sido al experimentador, Watson "bajó la cabeza para ver si Albert jugaba con su cabello. Albert se mostró renuente
a hacerlo. Otros dos observadores hicieron lo mismo y Albert comenzó a jugar de inmediato con el cabello de éstos"
(Watson y Rayner, p. 7).
Considerando que se había demostrado la transferencia, Watson y Rayner abordaron una tercera interrogante
de su investigación: ¿se mantendría la respuesta durante un periodo significativo? El intervalo de retención se limitó a
LA

un mes por una consideración de orden práctico: Albert estaba a punto de salir del hospital (Watson y Rayner no
proporcionaron detalles sobre esto). Durante el intervalo, a Albert se le evaluó de otras formas (p. ej., en una
investigación sobre preferencia de una u otra mano) y, al final del mes, se le mostró una vez más la rata y algunos de
los otros estímulos utilizados para la generalización. Nuevamente manifestó respuestas de miedo.
En la sección final de su trabajo, Watson y Rayner abordaron la interrogante de cómo podría haberse paliado
el miedo de Albert, si se hubiera dispuesto de más tiempo. Aunque dieron la impresión de que les hubiese gustado tener
por más tiempo a Albert, es claro que sabían de su próxima partida un mes antes y optaron por evaluar la persistencia
FI

del miedo en vez de tratar de revertido. No obstante, hicieron varias sugerencias sobre cómo el niño podría haber
"desaprendido" el miedo.
Aunque Watson y Rayner no hicieron ningún intento por aliviar el miedo de Albert, Watson posteriormente
se redimió en cierta medida supervisando la investigación de Mary Cover Iones. Por aquel entonces Watson estaba
fuera de la academia y trabajaba en la publicidad (tema que abordaremos después en el capítulo), pero su investigación
con niños inspiró a Iones, una joven estudiante de posgrado de Columbia y amiga de Rosalie Rayner. En su trabajo con


algunos niños que sentían temor a varios objetos, Iones probó diversos métodos (l 924a), la mayor parte de los cuales
resultaron infructuosos. Por ejemplo, los miedos no se reducían a) simplemente con el paso del tiempo, b) por medio
del método del exhorto verbal (es decir, tratar de convencer al niño de que el temor era infundado), o e) haciendo que
los compañeros ridiculizaran al menor. Sin embargo, lo que sí funcionó fue un método que Watson y Rayner
propusieron en su trabajo. En un estudio que suele citarse como ejemplo pionero de la técnica de terapia conductual
llamada desensibilización sistemática, Iones (l 924b) redujo el miedo a los conejos de un niño de corta edad colocando
a uno de estos animales a cierta distancia del niño mientras éste comía, luego acercó gradualmente al conejo. Las
respuestas agradables asociadas con la comida aparentemente reemplazaron la respuesta de miedo asociada con el
conejo.
El estudio sobre el Pequeño Albert se encuentra en los capítulos de aprendizaje de prácticamente todos los
textos modernos de introducción a la psicología. Dicho estudio suele concebirse como un "clásico", ya que demuestra
la eficacia de los principios conductuales para condicionar nuestras emociones. Si el aprendizaje es un cambio en el
comportamiento generado por la experiencia, entonces el estudio ilustró con toda claridad alguna forma de aprendizaje.
A Albert lo afectó sin duda su encuentro con Watson y Rayner. Sin embargo, el estudio tuvo algunos vicios graves. En
primer lugar, hay ciertas dudas de si el procedimiento inicial produjo realmente un fuerte miedo a los animales en
Albert (Harris, 1979). Las películas muestran a Albert un poco vacilante respecto a los animales incluso antes de que
empezara la evaluación, y después de ésta, si bien los animales al parecer le preocupan, no parece sentir pánico. En
segundo lugar, al comienzo de la prueba de generalización ("transferencia"), sus reacciones fueron a menudo tan débiles

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que necesitaban "reforzarse" con más apareamientos de animales con ruido fuerte. Estos apareamientos adicionales
constituyeron ensayos de aprendizaje complementarios que restaron sentido a la prueba de generalización, En tercer
lugar, aun cuando concedamos que el niño desarrolló un miedo, no queda claro a qué le temía. Como se ha mencionado,
cabe la posibilidad de que Albert manifestara temor no a los animales, sino a Watson mismo. Al ver las películas, uno
tiene la impresión de que Watson trataba con relativa brusquedad a los infantes. En cuarto lugar, es inapropiado extraer
una conclusión general sobre condicionamiento al miedo sobre la base de un estudio en el que se utilizó a un solo bebé.
Las investigaciones limitadas a sujetos individuales son aceptables y representan una importante tradición en la
investigación psicológica, pero la confianza en la generalidad de los resultados sólo se da con replicaciones continuas
del hallazgo básico. Sin embargo, varios intentos por producir respuestas emocionales condicionadas en las décadas de
1920 y 1930 produjeron resultados ambiguos. Por ejemplo, English (1929) no logró condicionar a un niño de 14 meses
de edad a temerle a un pato de madera, principalmente porque el niño no reaccionaba adversamente al ruido fuerte.
Además, Valentine (1930) no logró condicionar a un niño a temerle a los anteojos para teatro, pero aparentemente sí
lo logró con una oruga. De igual modo, Bregman (1934) no logró condicionar el miedo a estímulos biológicamente
neutros, incluida una cortina y algunos cubos de madera. Sin embargo, tanto los estudios de Valentine como los de
Bregman estaban viciados metodológicamente de manera muy grave, lo que dificulta determinar si la replicación

OM
realmente ocurrió o no (Todd, 1994).
En resumen, entonces, no puede considerarse que el estudio del Pequeño Albert sea una demostración
concluyente de la aplicabilidad generalizada de los principios del condicionamiento. ¿Por qué se ha vuelto tan
conocido? Una de las razones es de orden político. Para que se reconociera al conductismo como una fuerza importante
en la psicología científica estadounidense, necesitaba ejemplos del poder del condicionamiento. Una cosa era que
Watson proclamara el conductismo y otra muy distinta era demostrar su viabilidad. El estudio del Pequeño Albert
parecía reunir las condiciones, y en descripciones posteriores de éste que hizo Watson y otros simpatizantes del
conductismo, se ignoraron las debilidades metodológicas y el estudio alcanzó la condición de un caso inequívoco de
"condicionamiento en acción (Prytula, Oster y Davis, 1977). Una segunda razón de la popularidad del estudio,

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relacionada con la primera, es que tenía cierto atractivo dramático y aplicabilidad para una de las tareas más importantes
en la vida: la educación de nuestros hijos. Si las experiencias que los niños encuentran en su vida pueden influir en
forma tan sorprendente en ellos, entonces dar forma a su entorno es un recurso importante para moldear su futuro.
Así pues, él estudio del Pequeño Albert tuvo la importante función de legitimar el nuevo modelo conductual
que luego de una década se convertiría en la fuerza predominante en la psicología estadounidense. Sin embargo, Watson
DD
no estaba destinado a ser un personaje central en los años de 1920. El año en que se publicó el estudio del Pequeño
Albert, 1920, fue también el año en que despidieron a Watson de Johns Hopkins.

Una nueva vida en la publicidad

Cuando era un joven maestro de licenciatura en la Universidad de Chicago, Watson se enamoró de Mary
LA

Ickes, su discípula en la clase de Introducción a la psicología; a la larga terminaron casándose. Cuando ya se había
consolidado como psicólogo experimental en Johns Hopkins, tuvo una experiencia similar salvo por dos detalles
importantes. Esta vez la estudiante era una alumna de posgrado (Rosalie Rayner) y no de licenciatura; y lo que es más
importante, esta vez Watson ya estaba casado –con la misma mujer que había sido su discípula de licenciatura unos 17
años atrás–. Los pormenores de esta situación desafortunada se encuentran en muchas otras fuentes (p. ej., Buckley,
1989). Basta con decir que el amor de Watson por Rayner lo condujo a: a) un divorcio sumamente difundido de Mary
Ickes Watson, que se caracterizó por la publicación de las cartas de amor escritas por Watson a Rosalie y que
FI

descubriera Mary, b) su renuncia forzada a Johns Hopkins, y c) su matrimonio con Rosalie.


El despido de Johns Hopkins fue un golpe devastador para Watson. Además, la difusión que éste alcanzó
arruinó cualquier posibilidad de que pudiera conseguir otro puesto académico. Sin embargo, por mediación de un
amigo, entró en el mundo de los negocios uniéndose a la agencia de publicidad J. Walter Thompson en la ciudad de
Nueva York. Luego de una labor de aprendizaje, durante la cual Watson trabajó en todos los departamentos de la
agencia, ascendió al puesto de vicepresidente al cabo de cuatro años (Buckley, 1989).


Como ejecutivo de una agencia de publicidad, Watson tuvo la oportunidad de poner en práctica algunos de
sus planteamientos sobre la aplicabilidad del conductismo. Por ejemplo, creó diversas campañas publicitarias en tomo
a temas derivados de sus investigaciones sobre las tres emociones básicas: miedo, ira y amor. Para venderle un producto
a los consumidores, según propuso Watson, uno debe "decirle algo que [lo] relacione con el miedo, algo que le provoque
cierta ira, que genere una respuesta de afecto o amor, o que ataque una necesidad psicológica o un hábito profundos"
(citado en Buckley, 1989, p. 137). Por ejemplo, en una campaña publicitaria para promover el talco para bebés de
Johnson& Johnson se transmitió un mensaje claro ideado para asustar a las madres jóvenes y hacer que compraran el
producto: si no utilizaban el talco para bebés, coman el riesgo de exponer a sus hijos a una infección grave. Watson
también se basó mucho en el uso de testimoniales de personalidades conocidas y expertos para vender los productos
que promovía. En la campaña del talco para bebés, por ejemplo, recurrió al testimonio de médicos.
Watson le imprimió a su nueva carrera la misma pasión por el método científico que caracterizó su vida en
la academia. En un testimonio autobiográfico, por ejemplo, afirmó que "puede ser tan emocionante ver el crecimiento
de la curva de ventas de un nuevo producto como la curva de aprendizaje de animales u hombres" (Watson, 1936, p.
280). De hecho, su principal aportación a la psicología del consumidor no fue la introducción de nuevas técnicas
publicitarias –la historiadora Deborah Coon ha demostrado que simplemente adoptó las estrategias que se empleaban
en la época y en las que había incursionado Walter Dill Scott (capítulo 8) –. En realidad, su influencia más perdurable
fue en la aplicación del pensamiento científico a los ámbitos de la mercadotecnia (p. ej., utilizar datos demográficos

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para enfocarse en ciertos consumidores) y en el desarrollo de programas de capacitación y evaluaciones de
productividad para personal de ventas (Coon, 1994).
Sin embargo, la publicidad no ocupó todo el tiempo de Watson durante los años de 1920. Dictó conferencias
sobre conductismo en Nueva York en la Nueva Escuela de Investigación Social, se unió al consejo de administración
de la Psychological Corporation de Cattell, y renovó su trabajo sobre infantes supervisando investigaciones financiadas
con el patrocinio del Laura Spehnan Rockefeller Memorial Fund (Buckley, 1989). La fundación proporcionó 15.000
dólares a la Universidad de Columbia para que continuara la investigación iniciada en Johns Hopkins y entre los
experimentos financiados por la beca se hallaba el famoso estudio que ya mencionamos de Mary Cover Jones en el que
eliminó con éxito el miedo aprendido de un niño de corta edad. Watson también siguió escribiendo sobre conductismo
durante la década de 1920, lo que le garantizó su reputación como vocero popular del conductismo.

Difusión del conductismo

Watson empezó a comunicarse con el público en general desde el principio de su trayectoria académica,

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publicando artículos en revistas populares (p. ej., Harper's Monthly) con títulos como "The New Science of Animal
Behavior" (1910), pero esta actividad floreció durante la década de 1920 con otros artículos para revistas, programas
de radio y dos libros: Conductismo (Behaviorism) (1924/1930) y Psychological Care of Infant and Child (1928). El
primero se convirtió en el planteamiento más difundido de las ideas de Watson. Aunque Robert Woodworth de la
Universidad de Columbia (1931) lo describió acertadamente como "uno de los libros sin duda menos científicos de
[Watson] desde el punto de vista de los psicólogos" (p. 91), en el New York Times se comentó que éste iniciaría "una
nueva época en la historia intelectual del hombre" (citado en Bucldey, 1989, p. 173). Fue el libro que impresionó al
joven B. F. Skinner por las ideas sobre el conductismo. El libro incluye uno de los pasajes más citados sobre Watson,
su reflexión sobre la importancia del ambiente para moldear nuestra vida:

.C
Nuestra conclusión, entonces, es que no contamos con evidencias reales de la herencia de rasgos. Yo confiaría
plenamente en que el resultado final de educar cuidadosamente a un bebé saludable y bien formado sería
favorable aunque éste haya nacido en una familia con un largo linaje de sinvergüenzas, asesinos, ladrones y
prostitutas. […] Me gustaría ir un paso más allá ahora y decir: “Denme una docena de infantes saludables,
DD
bien formados y mi propio mundo específico para educarlos y garantizo que puedo tomar a cualquiera de
ellos al azar y formarlo para que se convierta en cualquier tipo de especialista que yo elija: médico, abogado,
artista, comerciante y, sí, incluso en mendigo y ladrón, al margen de sus talentos, inclinaciones, tendencias,
capacidades, vocaciones y raza de sus antepasados". (Watson, 1924/1930, pp. 103-104)

Watson reconoció que había ido más allá de los datos al hacer su declaración sobre "la docena de infantes" y
probablemente estaba haciendo una exageración para contrastar sus planteamientos con los de los psicólogos, incluidos
LA

casi todos los partidarios de las pruebas mentales (véase el capítulo 8), que promovían la función de los rasgos
hereditarios en el comportamiento individual. Aunque Watson reconoció siempre la interacción de la naturaleza y la
crianza en la generación del comportamiento, la cita de "la docena de infantes" se ha vuelto un pasaje recurrente en los
libros de texto de introducción a la psicología, y a Watson se le presenta rutinariamente, pero con imprecisión, como
alguien que negaba por completo la importancia de la naturaleza en la dicotomía entre naturaleza y crianza (Todd,
1994).
La reputación de Watson como ambientalista extremo aumentó por muchas de las recomendaciones que hizo
FI

en su Psychological Care of Infant and Child (1928), escrito "con la ayuda de Rosalie Rayner Watson" (portada). El
libro contiene los planteamientos más fuertes de Watson acerca de cómo la tecnología de la conducta podía influir en
la más importante de las tareas: la crianza de los hijos. Se lo dedicó a "la primera madre que críe a un niño feliz" y
comienza por plantear lo apremiante de la tarea: los bebés saludables pueden superar los efectos a corto plazo de la
privación fisiológica, pero "una vez que se ha echado a perder el carácter de un niño por un manejo inadecuado, que
puede darse en unos cuantos días, ¿quién puede decir que el daño pueda repararse algún día?" (p. 3).


En un capítulo titulado "The Dangers of Too Much Mother Love", Watson previno contra el hecho de ser
demasiado cariñosos con los niños. El resultado sería la "invalidez" –el fracaso del niño para hacerse responsable,
independiente y, en última instancia, exitoso en la vida–. Advirtió que habría" graves escollos por delante para el niño
que recibe demasiados besos" (p. 71). ¿Qué hacer en cambio?

Existe una forma acertada de tratar a los niños. Trátelos como si fueran adultos jóvenes. Vístalos, báñelos
con cuidado y prudencia. Que su comportamiento siempre sea objetivo y amablemente firme. Nunca los
abrace o bese ni deje que se sienten en su regazo. Si tiene que hacerlo, béselos en la frente cuando le den las
buenas noches. Estrécheles la mano por la mañana. Déles una palmadita en la cabeza si realizan un trabajo
extraordinariamente bueno en una tarea difícil. Inténtelo. En el lapso de una semana, descubrirá lo fácil que
es ser perfectamente objetivo con su hijo y, al mismo tiempo, amable. Se sentirá sumamente avergonzado
por la forma empalagosa y sentimental con la que estaba manejándolo. (Watson, 1928, pp. 81-82)

Watson (1936) comentarla posteriormente que lamentaba haber escrito el libro sobre crianza infantil porque
no estaba suficientemente sustentado con datos. Sin embargo, es un ejemplo perfecto de la fe que tenía en la capacidad
del conductismo para influir en la vida diaria. De manera más amplia, ilustra la idea positivista de que comprensión y
control van de la mano.

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Evaluación del conductismo watsoniano

En cierto sentido, el conductismo watsoniano fue un rotundo fracaso. El gran proyecto de poder predecir
todas las respuestas, si se tienen los estímulos, nunca se concretó. La mayor parte de las proclamas de Watson iban más
allá de las evidencias empíricas disponibles –los datos nunca estuvieron al nivel de las excesivas afirmaciones–. ¿Cuál
fue, entonces, el impacto del sistema de Watson?
La importancia perdurable de Watson para la psicología deriva de la propaganda en favor de sus sólidas ideas.
Como ya dijimos, el conductismo ciertamente no cuajó de inmediato. En efecto, la reacción inicial en la academia fue
decididamente mixta. Pero los argumentos contundentes y reiterados de Watson iniciaron un proceso que para
mediados de la década de 1930 ubicó al conductismo en el centro de la psicología experimental estadounidense. Por
tanto, se merece el título de "fundador'' del conductismo.
En segundo lugar, al atacar directamente la psicología introspectiva y exponer su talón de Aquiles, su falta
de objetividad, Watson contribuyó al cambio gradual de la psicología como estudio de la experiencia consciente

OM
inmediata a la psicología como estudio de la conducta. Al hacer del comportamiento observable y medible la variable
dependiente, en lugar de un informe introspectivo, Watson ayudó finalmente a sentar el campo de la psicología sobre
bases científicamente más firmes.
En tercer lugar, la popularidad de Watson entre el público en general sugiere que sus ideas tocaron una cuerda
sensible de los estadounidenses. Su idea de que podía ordenarse el ambiente para moldear el futuro desarrollo de alguien
era congruente con el ideal estadounidense de que por medio de una crianza y una educación infantil apropiadas, la
gente podía aspirar a cualquier meta. Como ya vimos (capítulo 3), esta actitud optimista coadyuvó a que se mantuviera
la popularidad de la frenología mucho tiempo después de que los científicos ya la habían descartado. Fue un mensaje
especialmente atractivo en la década de 1920, una época de prosperidad en Estados Unidos y un periodo en el que los

.C
estadounidenses promedio eran optimistas respecto a su futuro y no sabían que la Gran Depresión de la década de 1930
estaba a la vuelta de la esquina. Watson mismo era un ejemplo vivo de esa actitud, ya que había sido un niño campesino
pobre que había ascendido a la cúspide de su profesión en dos ocasiones –una vez en la psicología y otra en el mundo
de los negocios–. Este mensaje era mucho más atrayente para los estadounidenses promedio que el que recibían de los
expertos en pruebas mentales. Como recordará del capítulo 8, los partidarios de las pruebas mentales promovían una
DD
meritocracia basada en el CI, el cual se suponía que era en buena medida innato.
Por último, el conductismo de Watson salvó efectivamente la brecha entre la psicología básica y la aplicada.
El trabajo de laboratorio en ámbitos como el condicionamiento y el aprendizaje en laberintos se volvió con el tiempo
científicamente más riguroso, cumpliendo así con la promesa de una psicología científica. Al mismo tiempo, las
posibilidades de aplicación, subrayadas reiteradamente por Watson, también generaron frutos, pues las ideas
conductistas influyeron finalmente en la crianza y educación infantiles, en la industria y hasta en la psicoterapia.
Y ¿qué pasó con Watson? Su productividad como ejecutivo de una agencia publicitaria y como divulgador
LA

de la psicología disminuyeron en forma precipitada en 1935 con la repentina muerte de Rosalie, el gran amor de su
vida. En ese mismo año, abandonó J. Walter Thompson por un puesto similar en la compañía William Esty y se jubiló
10 años después. En sus últimos años era cada vez más dado a recluirse. En 1957, un año antes de su muerte, la
American Psychological Association honró a Watson en su convención anual y aunque viajó a la reunión en Nueva
York desde su hogar en Connecticut, cambió de parecer en el último momento y no asistió a la ceremonia, enviando a
su hijo en su lugar. Según su biógrafo, "Watson temía que en ese momento sus emociones lo abrumaran, que el apóstol
del control de la conducta perdiera la compostura y llorara" (Buckley, 1989, p. 182).
FI

RESUMEN

ANTECEDENTES DEL CONDUCTISMO




• A muchos psicólogos anteriores a Watson les preocupaba cada vez más la objetividad de sus mediciones.
Una de sus influencias fue la teoría de la evolución, que condujo al estudio del comportamiento animal. Estudiar a los
animales significó crear mediciones conductuales y los psicólogos estadounidenses hicieron justamente eso (p. ej., los
estudios con la caja problema de Thorndike).
• Las filosofías del empirismo y el asociacionismo, que hacían hincapié en la importancia de la experiencia,
sentaron las bases del pensamiento conductual. También contribuyó el positivismo, según el cual el único conocimiento
válido se obtiene mediante la inducción y observaciones sistemáticas.
• Muchos psicólogos se interesaron en mediciones más objetivas de los fenómenos psicológicos pues eran
cada vez más críticos de la introspección.

VIDA Y OBRA DE PAVLOV

• Pavlov se concebía más como fisiólogo que como psicólogo, y el premio Nobel que obtuvo en 1904 se le concedió
por sus investigaciones sobre la fisiología de la digestión. Era especialmente conocido por haber desarrollado
procedimientos quirúrgicos (p. ej., la bolsa de Pavlov) que permitían estudiar el proceso digestivo en animales
vivos e intactos.

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• El trabajo de Pavlov sobre condicionamiento se derivó de las investigaciones sobre digestión, cuando decidió
investigar por qué sus perros solían salivar antes de que el alimento llegara a su hocico. Examinó en forma
sistemática muchos fenómenos de condicionamiento, entre los que se hallaban la adquisición, la extinción, la
generalización, la diferenciación y la neurosis experimental (crisis en la capacidad para diferenciar los estímulos).
Interpretó estos fenómenos en términos de los procesos cerebrales recíprocos de la excitación y la inhibición.
• Aunque se mostró inicialmente hostil hacia el gobierno soviético, Pavlov terminó por asimilarse al sistema cuando
surgió la amenaza de la Alemania nazi. Los soviéticos consideraban el condicionamiento pavloviano como un
fundamento para moldear al ciudadano comunista moderno; en consecuencia, el gobierno subsidió generosamente
las investigaciones de Pavlov.
• Los psicólogos estadounidenses sabían en general del trabajo de Pavlov desde principios del siglo XX, pero no se
le conoció y valoró en forma generalizada hasta que sus investigaciones se tradujeron al inglés en la década de
1920.

JOHN B. WATSON Y LA FUNDACIÓN DEL CONDUCTISMO

OM
• Watson se formó en la funcionalista Universidad de Chicago, en donde desarrolló una aversión por la introspección
y un amor por la investigación con animales. A su tesis sobre la relación entre el desarrollo cortical y las capacidades
de aprendizaje de las ratas la siguieron varios estudios importantes sobre cómo aprendían las ratas a orientarse en
laberintos basándose en su sentido cinestésico.
• Luego de enseñar en Chicago durante varios años después de su doctorado, Watson se fue a la Universidad Johns
Hopkins en 1908, en donde permaneció hasta 1920. En su manifiesto conductista (1913), proclamó que la
psicología introspectiva debía reemplazarse por una psicología que especificara las relaciones entre estímulos y
respuestas. En su discurso inaugural como presidente de la APA (1915), demostró cómo podían condicionarse los

.C
comportamientos mediante procedimientos similares a los de Pavlov.
En sus últimos años en Johns Hopkins, Watson estudió a recién nacidos y niños de corta edad, sobre todo su
desarrollo emocional. Sostenía que el miedo, la ira y el amor eran las tres emociones fundamentales, cada una de
las cuales se derivaba de estímulos específicos. Del condicionamiento resultaban respuestas emocionales más
elaboradas.
DD
• Watson trató de demostrar el condicionamiento de respuestas emocionales en el famoso experimento con el
Pequeño Albert. Al parear un ruido fuerte con una rata blanca, Watson y Rayner crearon un miedo hacia la rata. El
miedo se generalizó a estímulos similares (p. ej., conejos) y duró por lo menos un mes. Posteriormente, Mary Cover
Jones demostró que los temores podían desaprenderse.
• Watson pasó sus últimos años profesionales como ejecutivo de agencias publicitarias, aplicando principios
conductuales a la mercadotecnia Durante ese periodo, también se hizo divulgador de la filosofía conductista, sobre
todo en el ámbito de la crianza infantil.
LA

PREGUNTAS DE REPASO

l. ¿Cuáles son las semejanzas entre las ideas empiristas de John Locke y las ideas conductistas de John Watson?
2. ¿Qué es el positivismo y cuál fue su trascendencia para la psicología estadounidense?
3. ¿Cuál fue la influencia de la psicología comparada en el desarrollo del pensamiento conductista?
FI

4. Si bien se había formado para el ministerio, ¿qué influyó en Pavlov para que cambiara a la ciencia?
5. Describa la investigación que hizo que Pavlov ganara el premio Nobel.
6. Describa la operación y organización del laboratorio de Pavlov.
7. ¿Cuál es el aspecto importante de la historia que se plantea en la nota a pie de página 2?
8. ¿Cómo demostró Pavlov los fenómenos básicos del condicionamiento, la extinción, la generalización y la
diferenciación?
9. ¿Qué entendía Pavlov por neurosis experimental y cómo demostró su existencia?


10. Explique por qué los soviéticos valoraban las ideas de Pavlov y por ·qué a éste le desagradaban inicialmente los
soviéticos, pero posteriormente se asimiló al sistema.
11. ¿Cómo conocieron las ideas de Pavlov los psicólogos estadounidenses y cuál fue la influencia de Pavlov en la
psicología estadounidense?
12. ¿Cuál es el argumento importante sobre historiografía que se plantea en la sección "Más sobre" del capítulo?
13. Describa los factores que convirtieron a Watson en un conductista mientras estuvo en Chicago.
14. Describa los estudios con laberintos de Watson y Carr desde el punto de vista de a) la metodología y b) la ética
15. En el archipiélago de Dry Tortugas, ¿qué aprendió Watson sobre el comportamiento de las aves?
16. Describa cómo determinó Watson que existían tres emociones fundamentales. ¿Cuáles eran esas emociones y qué
estímulos las provocaban?
17. Describa y analice críticamente el estudio del Pequeño Albert.
18. Watson y Rayner ni siquiera trataron de eliminar el temor de Albert, pero Janes demostró que sí se podía. ¿Cómo
lo hizo?
19. Describa la influencia de Watson en el mundo de la publicidad con a) su actitud científica general y b) sus ideas
conductistas.
20. Describa una aproximación watsoniana a la crianza de los hijos.

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PREGUNTAS DEL EXTRACTO DE LA FUENTE ORIGINAL

l. ¿Cuál fue la naturaleza de la crítica de Watson a la psicología estructuralista?


2. Además de atacar al estructuralismo, Watson también criticó al funcionalismo. ¿Por qué?
3. Según Watson, ¿cuáles deben ser las metas de la psicología?
4. ¿Qué tenía que decir Watson sobre la aplicación en su manifiesto?

LECTURAS ADICIONALES

Babkin, B. P. (1949). Pavlov: A biography, Chicago: University of Chicago Press.


Ofrece un atisbo sobre la vida de Pavlov y sus investigaciones, a través de la mirada de un ex discípulo.
Retrata con especial habilidad la vida dentro del laboratorio de Pavlov durante los primeros años del siglo
XX.
Buckley, K. W. (1989). Mechanical man: John Broadus Watson and the beginnings of behaviorism. Nueva York: The

OM
Guilford Press.
La única biografía erudita sobre Watson; es un análisis concienzudo y crítico de cómo se moldearon sus ideas,
y cómo influyeron a su vez en el pensamiento psicológico estadounidense. Un buen ejemplo de cómo una
biografía debe ubicar a su personaje central en el contexto social, cultural e institucional de su época.
Harris, B. (1979). Whatever happened to Little Albert? American Psychologist, 34, 151-160.
Examen crítico de cómo la investigación sobre el Pequeño Albert se convirtió en un "estudio clásico "de la
aplicación de los principios del condicionamiento, pese al hecho de que estaba gravemente viciado y que los
esfuerzos de replicación no fueron exitosos. Las descripciones de los libros de texto sobre el experimento
suelen ser imprecisas, principalmente porque los autores se basan en fuentes secundarias y no en el artículo

.C
original.
O’Donnell, J. M. (1985). The origins of behaviorism: American psychology, 1870-1920. Nueva York: New York
University Press.
Descripción y análisis eruditos, pero muy amenos, de los años formativos de la psicología estadounidense,
así como de los factores que condujeron al desarrollo del conductismo; excelente ejemplo de una historia
DD
externalista, historicista y contextualista.
LA
FI


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