Lectura 4.
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Facultad de Derecho
Materia. Introducción al derecho
Profesor: Alberto Ramos Garbiras
La sanción
En primer lugar, una sanción es uno de los elementos principales del ámbito jurídico y ha sido
creada para representar la pena o castigo que puede recibir un sujeto como consecuencia del
cometimiento de algún tipo de delito o acto ilegal. En este espacio, las sanciones están fijadas por
ley y aparecen como el resultado de todo un sistema de categorías y jerarquizaciones que hace
que cada hecho reciba un tipo específico y particular de sanción. Por ejemplo, tanto un ladrón
como un homicida reciben la sanción de ir encarcelados, pero cambiará en cada caso la cantidad
de años que esa sanción represente por ser diferente el tipo de crimen cometido.
Por otro lado, la sanción también puede salirse del espacio meramente jurídico cuando se habla
de sanciones sociales. Estas tienen que ver más que nada con una combinación de costumbres,
tradiciones, comportamientos y actitudes aprobados por cada cultura que terminan construyendo
en conjunto la estructura moral y ética de las mismas. Entendida así, la sanción puede volverse
entonces un elemento mucho más indefinido ya que no lo rige una ley si no el sentido común en la
mayoría de los casos. La sanción puede entonces representarse por un reto, una mirada
desaprobadora, discriminación y hasta indiferencia de parte de los restantes individuos ante el
hecho cometido. Tal es el caso de una persona que tira basura en la vía pública en un lugar donde
tal acto no está penado por ley: la sanción social hará que probablemente las personas lo miren
mal y desaprueben su comportamiento sin que éste reciba necesariamente un castigo.
La Sanción Jurídica
1. En un sentido técnico, propio del derecho constitucional, se denomina sanción al acto con el
que el Rey perfecciona la ley, manifestando su acuerdo con el contenido del texto y su voluntad de
que integre el ordenamiento jurídico.
o Sancionar una ley significa desde este punto de vista reconocerla válida en el plano del
Derecho, productora de efectos jurídicos.
o La sanción es un acto obligatorio, necesario para la perfección de la ley. Tanto es así que el
texto normativo todavía no sancionado no es ley, sino proyecto de ley.
2. En un sentido menos técnico y más general y difuso, se entiende por sanción el hecho de
“castigar”, “infligir mal a quien no ha actuado conforme a la regla”.
o Desde este punto de vista, sancionar serían todos aquellos mecanismos que el ordenamiento
incorpora a su estructura para evitar la posibilidad del incumplimiento de las normas jurídicas.
La finalidad del ordenamiento jurídico es la de ser efectivo para organizar la convivencia del grupo
de un modo pacífico. Para ello, deberá arbitrar los mecanismos necesarios para asegurar y
garantizar su cumplimiento, y esto lo lleva a cabo por medio de las sanciones.
La sanción no es un efecto primario de las normas jurídicas, sino un efecto derivado y secundario.
Las normas jurídicas se caracterizan por la imposición de deberes y la correlativa atribución de
derechos. Sólo en el caso de que falle esta estructura, se impondría la sanción.
La sanción es, pues, un efecto no deseado, en el sentido de que sólo puede ser aplicada cuando no
se logra evitar el incumplimiento del deber jurídico.
La sanción jurídica presenta unos rasgos distintivos que la hacen singular respecto al resto de
sanciones que pueden imponerse en otros códigos normativos (moral, usos sociales, normas
religiosas, reglas del juego,...). Así las sanciones jurídicas se distinguen por su especial rigor y grado
de formalización: están socialmente organizadas, cuentan con la posibilidad de recurrir al uso de la
fuerza y disponen de órganos específicos de imposición.
• Quién castiga, las personas o autoridades competentes para imponer los castigos.
• De qué forma se castiga, los procedimientos que regulan la imposición de los castigos, así como
los recursos que puedan ejercitarse.
• Dónde se castiga, las sedes en las que se imponen y cumplen las sanciones.
Por último, hay que diferenciar entre la coactividad y la sanción jurídica. La coactividad es la
posibilidad de aplicación de la fuerza física por parte de la organización social, pero no pueden
identificarse ambos pues hay muchas actuaciones jurídicas de carácter coactivo que no tienen
ningún carácter sancionador. Así, por ejemplo, el internamiento a la fuerza de un loco furioso en
un centro de salud no es ninguna sanción.
En conclusión, podemos definir la sanción jurídica como “las medidas que un ordenamiento
jurídico cualquiera establece al fin de reforzar el respeto de sus propias normas y, en su caso,
remediar los efectos de su incumplimiento”.
Las sanciones pueden ser clasificadas en relación con muchos criterios. Uno podría ser, por
ejemplo, atendiendo a las distintas ramas del derecho. Así habría sanciones penales,
administrativas, internacionales…
No obstante, una de las distinciones más importantes es la que distingue entre sanciones
negativas y positivas.
a) Sanciones negativas
Son aquellas medidas que tienden a contrarrestar el incumplimiento de una norma jurídica. A su
vez, pueden ser retributivas y reparadoras.
Entre las retributivas destacan las de carácter penal (delitos o faltas), y las de carácter
administrativo (multas).
Las reparadoras son características del Derecho privado, en cuanto se basan en el principio de
satisfacción y resarcimiento por un daño causado.
b) Sanciones positivas
Son aquellas medidas que tienden a través de una acción directa a promover el cumplimiento o la
ejecución de una norma. También pueden ser retributivas y reparadoras.
Las reparadoras consistirían en compensaciones de diverso tipo por trabajos, esfuerzos, gastos,
etc. (ej.- beneficios fiscales a empresas).
Por otro lado, es importante poner de manifiesto la diversidad de las sanciones jurídicas, pues no
se pueden reducir a las penas en sentido estricto. Así, en la sanción estarían incluidas también la
nulidad de los actos, la caducidad de los derechos, el deterioro o agravamiento de la obligación
cumplida, la indemnización de daños y perjuicios, la ejecución forzosa o el cumplimiento por
sustitución y también, por supuesto, la imposición de la pena.
Un orden social cualquiera se caracteriza fundamentalmente por las diversas formas de conducta,
usos y costumbres (con respectivos valores y principios, es decir, cosmovisión), con los que los
individuos y grupos establecen sus relaciones sociales. En la medida de su importancia, y de las
consecuencias que producen en el juego social, esas conductas se respaldan en las instituciones y
autoridades oficiales, que las aprueban o desaprueban, conforme su coherencia con los principios
y valores predominantes o instituidos en el medio social. En realidad, el poder instituido crea o
simplemente sanciona, aprobando o desaprobando, los modelos o prácticas coherentes con sus
paradigmas y visión de mundo1.
En la estructura del Derecho, la sanción tiene el fin especial de regulación de las conductas de los
individuos y grupos en la sociedad, conforme a los preceptos (reglas, usos y costumbres) que se
establecen según la jerarquía de valores y principios vigentes en el orden social. Se trata de seguir
el modelo de comportamiento que se crea en el plano de la logosfera (conceptos, creencias y
sentimientos sobre lo justo que se establecen en el medio social y entre los operadores del
Derecho), y que, por medio de los cánones jurídicos, se adopta como ideal en el orden de los
factores sociales. Para transportarlo para plano de la realidad, es decir, para convertirlo efectivo
en el plano de los hechos, se necesita un elemento inductor: la sanción6.
Desde la perspectiva jurídica, la sanción produce, como efecto inmediato, el deseo de aprobación
de la conducta o de evitar eventual castigo al sujeto por su conducta en la sociedad; es decir, la
sanción busca obtener las recompensas y evitar las penalidades con las que la sociedad premia o
castiga a sus miembros por sus actuaciones; en segundo lugar, y conforme al juicio de valor sobre
las normas vigentes y sobre las consecuencias que una determinada conducta puede acarrear,
amolda la conducta del sujeto de acuerdo con las reglas que prevalecen en la sociedad a la que
pertenece7.
Según la jerarquía de valores establecida en el orden social y los principios que la justifican, la
territorialidad, la temporalidad, y otros factores antropológicos o culturales, las sanciones se
expresan en diferentes grados de intensidad, sea en la franja positiva o sea en la negativa,
conforme a los sectores o subsistemas sociales en los que se encuentran. Así, a una conducta dada
se le puede aplicar una sanción en el más alto grado en un determinado sector social que en otro,
o en un mismo sector en determinadas circunstancias diferentes. Incluso, en determinada
circunstancia, una misma conducta puede tener una sanción positiva y en otra una sanción
negativa. Esto puede pasar, por ejemplo, con relación a un golpe que un boxeador aplica a su
contrincante en una lucha válida por el título de campeón, por lo que tendrá una sanción positiva
que culmina con la entrega del título. Por otro lado, la misma conducta, si es practicada en otro
contexto, podrá valerle una sanción negativa, con el correspondiente castigo. En determinadas
circunstancias podrá valerle una sanción criminal8.
En el más alto grado de las sanciones negativas se encuentran las sanciones penales agregadas a
las conductas tipificadas como crimen en las leyes penales. Son penas definidas en el orden
jurídico dirigidas a los que cometen las acciones de mayor desaprobación social9. En cuanto a las
sanciones positivas en su mayor expresión, se encuentran agregadas a las conductas tipificadas
como beneméritas o bienhechoras. Constituyen los honores, condecoraciones, títulos y otras
recompensas al mérito, como pensiones especiales, premios, incentivos fiscales, etc. 10