Alento en La Batalla 1
Alento en La Batalla 1
Alento en La Batalla 1
Efesios 6:10
Las buenas nuevas frente a esta realidad es que ya algunos han sido liberados, rescatados.
Por medio de la obra redentora de Cristo en la cruz. El Señor Jesucristo es quien ha
quebrantado el poder y el cautiverio de Satanás sobre las vidas humanas. Y hay quienes por
medio de la fe reconocen y aceptan tal obra y son liberados para vivir en la libertad de los
hijos de Dios. Pero también han sido liberados para militar, para ser parte de los ejércitos del
reino de Dios y desde allí poder batallar contra las fuerzas de maldad que oprimen al resto de
la humanidad. Así que; No somos liberados para poder pasarlo bien. Somos liberados para
dar la batalla, para ocuparnos en la lucha, para vencer en nuestras propias vidas, y para
volvernos canales mediante los cuales otros son liberados. Pero como en toda batalla hay
momentos donde nos sentimos desmayar, donde pensamos y por ende sentimos que las
fuerzas se nos acaban porque la batalla es fuerte y el enemigo es astuto y es allí donde
necesitamos del aliento, de la fortaleza del Señor para continuar y es por esa razón que
pablo aconseja a los creyentes de Éfeso a fortalecerse en el señor y en el poder de su
fuerza.
contigo no sólo a la cárcel, sino también a la muerte. ¡Y bueno! - Todos sabemos lo que
ocurrió- Pedro confió en sí mismo, el Creyó que su valentía y arrojo eran suficientes
para vencer a satanás, pero no fue así.
I.3. Para alguno de ustedes esto puede sonar paradójico y de seguro lo es; - ¡es
más! - En la 2 Co. 12:10 Pablo les enseña a los corintios acerca de esta paradoja
del poder en el creyente pablo dice: me gozo en las debilidades, en afrentas, en
necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte .
O.T: en segundo lugar, si queremos fortalecernos en el señor lo segundo que debemos hacer
es:
II.2. Así que orar es depender y cuando pablo les dice a los creyentes en Éfeso orando en
todo tiempo de cierta manera les está diciendo dependan continuamente, no dejen de
depender del poder del Señor en ningún momento. La razón principal de tal
recomendación según el contexto del pasaje es porque los creyentes vivimos en
medio de una gran batalla espiritual.
II.2.2. Otra razón por la cual debemos ser dependientes del Señor en todo momento es
porque toda confrontación, lucha o batalla genera un desgaste, un cansancio y
la única manera de hallar la fortaleza para hacerle frente a tal condición, es a
través de una relación viva y dinámica con Él. El Señor Jesucristo es la fuente de
fortaleza del creyente. No existe a parte de Él otra fuente que pueda darle al creyente
la fortaleza para vencer todas las pruebas y tentaciones de un mundo caído el cual es
gobernado por satanás.