Literatura infantil
Se entiende por literatura infantil la literatura
dirigida hacia el lector infantil, es decir, el conjunto de textos literarios que la sociedad
ha considerado aptos para los más pequeños, al igual que todos los textos adoptados por
los lectores más jóvenes como propios, pero que en origen se escribieron pensando en
lectores adultos (por ejemplo Los viajes de Gulliver, La isla del tesoro, El libro de la
selva, o Platero y yo
). Podríamos definir entonces la literatura infantil (y juvenil) como aquella que también
leen niños (y jóvenes).
(El problema es que dependiendo de quien, la definición de literatura infantil
puede ser más amplia que esto)
Literatura juvenil
Es aquella especialmente dirigida a lectores que atraviesan por la juventud
, si bien no exclusivamente. Este concepto va a menudo unido al de literatura infantil,
enunciándose como literatura infantil y juvenil
, si bien guardan algunas características diferenciadoras entre ellos.
A este tipo de literatura se le ha querido tradicionalmente dar unas funciones tanto de
entretenimiento, como didáctica y de formación del hábito lector.
Los temas tratados en la literatura juvenil no difieren en mucho de los de la literatura de
adultos (amor, tragedia, guerra...) si bien se les da un tratamiento bastante más lineal
tanto a estos como a los personajes, siendo estos últimos de poca variabilidad
psicológica. Esta interiorización se minimiza dando mayor importancia a la acción que a
la caracterización psicológica de los personajes. Asimismo, los personajes suelen ser
creados para que el público lector pueda identificarse con ellos, especialmente los
protagonistas. Sin embargo, algunos autores han señalado lo conveniente de que esta
literatura, por su carácter de experiencia y la influencia que tiene en los lectores, ha de
elegir cuidadosamente sus temas. En este sentido, se suele señalar como tema genérico
la búsqueda de identidad del protagonista, a la vez que la identificación del lector con
él.
Literatura infantil y juvenil
Literatura infantil y juvenil es la literatura escrita dirigida lectores no adultos, niños
de cualquier edad, de prelectores a adolescentes. Como su mismo nombre indica, se
subdivide en literatura infantil y literatura juvenil
. Aunque este último concepto de literatura juvenil se utiliza y analiza con menor
frecuencia, se trata de grupos de edad diferenciados, a los que se ofrecen temas,
estilos, formas narrativas y puntos de vista diferentes.
“se trata de grupos de edad diferenciados, a los que se ofrecen temas, estilos,
formas narrativas y puntos de vista diferentes.” Creo que eso explica bastante bien
las principales diferencias entre estos dos tipos de literatura, el objetivo, la escritura, la
edad de sus lectores y COMO transmiten el producto es diferente.
Al niño le gusta la literatura: se divierte, por ejemplo, en un espectáculo de guiño-
les, con la rima de los poemas, manipulando libros o escuchando cuentos orales. Es
más: emplea el lenguaje de un modo parecido al del poeta, aunque dicho empleo sea
involuntario. Lo importante es que concibe el mundo simbólicamente, y extraña o
disloca las palabras creando el asombro del adulto, que no comprende. Su empleo
de la lengua es creativo. Ahora bien, está más que demostrado que la mayoría de los
alumnos, durante las etapas de Primaria y Secundaria, pasan a ver la literatura como
algo tedioso a la par que abandonan la desbordante creatividad infantil, o más que
abandonarla, la dirigen hacia otros intereses más prácticos o útiles.
Esta ruptura, en parte, se produce por la influencia del ámbito familiar, pero es
determinante la actuación docente del centro educativo, que en la mayoría de los
casos aborda el texto literario desligándolo del placer. Esto, sumado a un factor
ambiental donde prevalece lo inmediato, relega actividades como la lectura y la
escritura a un segundo plano (actividades sencillas que requieren recogimiento,
sentarse con uno mismo). Hace falta una didáctica que robustezca la curiosidad
propia del niño, que es la fuente y el germen de la literatura. Que el libro, conclui-
da la etapa infantil, siga siendo un motivo de regocijo. Que sea vida, y no materia
analizable. Hacen falta, sobre todo, docentes que, previamente a la transmisión de
conocimientos, hayan tenido una verdadera experiencia lectora y sepan concretar
con didácticas atractivas su entusiasmo. De este modo propiciaremos nuevos lec-
tores, futuros hombres y mujeres capaces del silencio y la quietud en esta época
ensordecedora.
7. Ante todo la literatura infantil es obra de arte
¿Qué es lo primero que resalta y se pone de manifiesto? Que ambas literaturas son
logradas en cuanto a valor estético. En segundo término, que en la literatura
infantil se confía y se afianza en la vida, predominando en ella el valor, la virtud y
la afirmación de la vida. En la otra se la socava y solivianta.
La literatura infantil en cualquiera de sus expresiones –que son múltiples, variadas,
ricas y hasta insospechadas– es, ante todo, obra de arte. Y este nivel debe
garantizarse como cabal, completo y total.
No le debe faltar ni sobrar nada en relación a cualquier otro texto, cualquiera sea.
Goza y sufre de los mismos avatares en su proceso de concepción que se da en
todo arte.
En su fondo estructural y en su trámite, aunque con algunas variantes,
principalmente de enfoque, la literatura infantil es un arte incluso mucho más
acrisolado en cuanto a su decisión de desechar lo que no es convincente
estéticamente ni aceptable desde el punto de vista vital.
Los temas claves para identificar en donde se sitúa la literatura infantil y cuál es la
relación que establece con la literatura general, son estos. Allí están las
coincidencias y las diferencias que se tienden entre una y otra.
Lo que hace distinta y peculiar a una obra de arte para niños es la raíz prístina, el
énfasis en todo aquello que es verdad. En todo aquello que defiende la vida y la
hace significativa.
Es en aquel factor trascendental en donde recae su principal diferencia.
8. Promover e incentivar a la lectura en niños y jóvenes
Casi siempre una obra de arte es la expresión de un mundo interior desconocido
que se hace evidente a través del lenguaje, ígnea en un código estético muchas
veces en sorpresivo e inesperado, que apela a un mundo referencial caracterizado
de una manera muy genuina.
Pero a la vez, toda obra de arte está inserta en un contexto social, político e
histórico, obedeciendo siempre a una visión del mundo, a una manera de pensar de
la comunidad y hasta podríamos decir a una ideología directa o indirectamente
absorbida o adoptada, siendo el reflejo de la historia vivida.
De estas categorías participan tanto las obras literarias en general como las
específicas obras de arte para niños.
En tal sentido, la literatura infantil no puede estar supeditada a ningún otro fin que
el esencialmente literario puesto que al serlo así ya contiene y encierra a todos
aquellos otros contenidos que a veces se lo trata de hacer prevalecientes.
Estos hechos la deforman, tales como: a través de ella querer instruir en algún
aspecto de la realidad, dejar un mensaje moralizante, bien intencionado pero
equívoco en cuanto a que no es el lugar donde debiera darse, como promover e
incentivar hacia algunos contenidos pedagógicos o formativos.
9. Reflexiones en relación al arte, la literatura y los niños
Reproducimos a continuación tres opiniones de las muchísimas que existen
señalando cómo la literatura infantil es un arte incluso con elementos de mayor
riqueza que la literatura general:
– “ Se escribe para niños igual que para adultos, solo que hay que escribir mucho
mejor”
MÁXIMO GORKY
– “Los poetas para ser auténticos debemos intentar volver a ser niños”.
ANDRÉ BRETÓN
– “El oficio de escribir para niños seria el oficio de construir mundos y submundos
con las palabras. Igual que escribir para los adultos. Solo que, para niños, tiene
que haber algo más, un SUPERMUNDO: EL DE LA ESPERANZA. Sí no la tiene, que
se limite a escribir para adultos. Será más pobre pero más verdadero.”
ANA MARÍA MACHADO
10. Tres citas desde mundos distintos
Estas tres citas representan corrientes literarias opuestas y pertenecen a mundos
diferentes y a personas que provienen de continentes distintos.
Una es de Máximo Gorki, representante conspicuo de la literatura realista y de
compromiso social, autor de varios libros escritos bajo las pautas de lo que era la
literatura bolchevique.
Otra cita es de un representante de una corriente completamente opuesta e
inversa, la de un esteticista puro y nada menos que del padre del surrealismo a
nivel mundial, el poeta francés André Bretón.
Y la otra cita corresponde a la autora brasileña Ana María Machado, ganadora del
Premio Casa de las Américas de Cuba y del Nóbel de la literatura infantil y juvenil,
premio Hans Christian Andersen que le fuera otorgado por el IBBY internacional el
año 2000.
Nadie mejor que esta última para representar a nuestro continente en esta
reflexión, por provenir de un país como el Brasil que ostenta los dos únicos premios
mundiales de la literatura infantil y juvenil latinoamericanos en las personas de
Ligia Nojunga Nunes, ganadora del Premio Hans Christian Andersen en el año 1982
y de Ana María Machado en el año que hemos indicado.
11. El niño como el asidero más auténtico y raigal
¿Qué nos dicen y cuáles son las premisas básicas? Nos explican que el proceso del
arte en general y de elaboración de los textos literarios en particular, atraviesa por
lo que es ser niño. Dicha premisa es que no hay relación más estrecha que entre el
niño y la literatura o el arte en general.
Nos deja también una conclusión importante en el propósito de hacer que los
estudiantes de educación y los maestros ejerzan una labor docente asumiendo la
literatura infantil como una misión de vida por ser un arte de excelencia para
formar al hombre integral, meta que se preconiza como la principal en todos los
sistemas educativos de nuestros países.
La literatura infantil y la adulta comparten los mismos atributos, siendo el principal
el del asombro. Tanto es así que uno de los poetas más estimados de la vanguardia
literaria como es André Bretón nos dice que "Los poetas para ser auténticos deben
intentar volver a ser niños"
El arte en general tiene en el niño su asidero más auténtico y raigal. Pablo Picasso
siempre exclamaba que su mayor ambición era pintar como lo hacen los niños, es
decir con gracia, espontaneidad y siempre rayando –decía él– en lo genial.
12. Lectura asidua, selectiva, crítica y creadora
Otro elemento importante que constituye una perspectiva intelectual y actitudinal
que enriquecerá mucho un paradigma valioso para el futuro docente, es reconocer
la importancia que tiene la literatura infantil en relación a la formación de lectores.
Si no avizoramos la trascendencia de un campo como este, e intentamos plasmar
con ello un perfil de docente visionario, estaremos perdiendo una oportunidad
valiosa cual es que a través de la educación se forje un hombre y una sociedad
mejores.
Al respecto, se requiere de un docente que se identifique, que se comprometa y
ejerza una real militancia en este sendero, que es uno de los factores probados
para adoptar la lectura asidua, selectiva y creadora, asegurando de tal modo una
educación de calidad para niños y jóvenes.
En tal sentido es un tema básico ubicar, comprender y proyectar la literatura
infantil, dada la confusión y hasta la ambigüedad existente en relación a qué es lo
que educa más y mejor.
Entrar en contacto con textos significativos es propiciar que el maestro logre dos
destrezas notables cuales son: ser un excelente lector oral y un calificado narrador
de cuentos, aspectos fundamentales para hacer que su labor se torne
trascendental.
13. Otras preguntas para el debate
1. ¿Existe la literatura infantil? ¿Cuáles son las razones que sustentan su
aseveración?
2. ¿Es legitima la literatura infantil en relación al resto de literaturas?
3. ¿Quiénes son los hacedores de la literatura infantil? ¿Los adultos o los niños?
4. ¿Es o no es la literatura infantil un subproducto de la literatura adulta? ¿Por qué?
5. ¿Cuáles son las razones para que haya un menosprecio desde la literatura y el
arte en general hacia la literatura infantil?
6. ¿Qué factores considera que hacen daño a la literatura infantil?
7. ¿La literatura infantil es un arte completo o tiene algo de más o de menos en
relación al arte en general?
8. ¿Qué argumentos sustentaría frente a quienes dicen que la literatura infantil es
un arte menor?
9. ¿Cree que los criterios o parámetros estéticos de la literatura infantil son los
mismos que para el resto de la literatura?
10 ¿Cuáles son los fines que considera que debe tener la literatura en su país?
14. Principios rectores de la enseñanza - aprendizaje de la literatura
infantil
Algunas reflexiones más en relación a la ubicación de una asignatura como es la
literatura infantil en la formación de los futuros docentes nos lleva a las siguientes
consideraciones.
En todo proceso de enseñanza aprendizaje de la literatura infantil en las escuelas
de formación de maestros, debe tenerse en cuenta:
a) Partir de experiencias significativas de los alumnos participantes.
b) Tomar como referente la cultura popular, el folclore y el contexto social de las
culturas regionales y locales tan ricas como significativas.
c) Tender a que la vida del propio estudiante sea el “significante” en todo el proceso
de desarrollo de la asignatura de literatura infantil.
d) Compartir experiencias, recrear la literatura en el aula.
El grado de compromiso y adhesión que esta manifestación artística y cultural
alcance a tener en el docente, desprenderá como corolario el hecho de que
alcanzara a reproducir en los niños una relación empática o no con esta expresión
del espíritu humano, como es la literatura.
De esa manera se engrandecerá al hombre, la vida y el mundo.
Desde mi punto de vista, la literatura juvenil tiene que tener tres características que no
tiene por qué cumplir la adulta:
Un menor contenido en violencia
Escenas sexuales menos explícitas
Un lenguaje más sencillo
Qué es literatura para niños y adolescentes?
Literatura infantil y juvenil expresión artística que utiliza diferentes recursos para lograr
ser de disfrute de las etapas infantiles y juveniles. ... Como su mismo nombre indica, se
subdivide en literatura infantil y literatura juvenil.
¿Qué características distinguen a los libros infantiles y
juveniles?
La principal característica tanto de la literatura infantil como juvenil y lo que la
diferencia de la dedicada a los adultos es que se escribe para un destinatario
específico. ... Predomina el estilo directo sin diferencias notables entre obras para
adultos o jóvenes, mientras el uso del estilo indirecto es menor en LIJ.
Principales características de la literatura juvenil
Publicado el febrero 10, PM por abemurcia
La principal característica tanto de la literatura infantil como juvenil y lo que la
diferencia de la dedicada a los adultos es que se escribe para un destinatario específico.
Esta especificidad en el destinatario, además, conlleva otra serie de características que, a
su vez, propician muchas de las ideas preconcebidas que existen de esta literatura. Por
ejemplo, según Fernández (1996: 37), la supuesta inexperiencia del lector meta hace que
el autor de LIJ utilice determinadas estructuras gramaticales y simplifique de forma
considerable el léxico y el contenido, lo que provoca una concentración en la acción y la
brevedad. A este respecto, Javier Ruescas (2012) opina que las novelas juveniles están
narradas de manera menos compleja, trabajando conceptos claros con los que el lector
se siente identificado, lo que no quiere decir que sean peor que las escritas para adultos.
Fernández relata algunos de los resultados del estudio realizado por Hunt (1981: 152-
162) sobre las diferencias de las formas narrativas en la LIJ y la literatura para adultos:
En los libros para adolescentes, hay una mayor frecuencia de lenguaje marcado para
evitar la pérdida de control sobre el discurso que supone el estilo libre.
Predomina el estilo directo sin diferencias notables entre obras para adultos o
jóvenes, mientras el uso del estilo indirecto es menor en LIJ.
La frecuencia de uso de los registros de pensamiento (voz interna), como el
monólogo interior, es mayor en la LIJ.
En lo que respecta a la actividad mental que ocasiona verbalización y la que se
asocia a percepciones (esto es, cognición/percepción), las formas marcadas no están
presentes en la narrativa adulta, mientras que en LIJ aparecen con análoga
frecuencia que las no marcadas (el monólogo interior).
Finalmente, Hunt observa que la incidencia del discurso marcado aumenta cuanto
menor es la edad del destinatario, mientras que a mayor edad, mayor predominio de las
formas no marcadas, que son consideradas más complejas cuando hay que establecer la
correspondencia personaje-habla. Por tanto:
Existe menor ambigüedad (lenguaje marcado) y mayor control narrativo en la LIJ. No
se puede afirmar en cambio, como algunos trabajos pretenden, que se dé una ausencia
de los registros de pensamiento en la LIJ (Fernández, 1996: 42).
Cada vez se reduce más la presencia del narrador omnisciente que lo sabe todo y se
focaliza la historia en un narrador interno, desde el punto de vista de uno o varios
personajes de la historia (narrador homodiegético) o del propio protagonista
(autodiegético). Según Díaz (2006: 92), «tanto la focalización a través del estilo
indirecto libre, como la narración en primera persona o el monólogo interior son
intentos por parte de un adulto para reflejar el pensamiento y el lenguaje adolescentes».
En cuanto a la estructura de las obras de LIJ, predominan las tramas cerradas, a
diferencia de las obras para adultos, en las que predominan las tramas abiertas. Sin
embargo, en la actualidad las obras para jóvenes se diferencian poco de las de adultos,
puesto que muchas de las características tradicionales de la LIJ pueden cambiar no solo
a medida que aumenta la edad de los destinatarios, sino también a medida que pasan los
años en la sociedad actual (Sandra L. Beckett 1997a: xi).
Origen de la literatura juvenil
Para identificar los primeros indicios de la literatura juvenil, es necesario partir del
contexto en el que se desarrollan muchos de estos textos que luego serán catalogados de
esta modalidad. Esto se debe a que a mediados del siglo XIX aparece una de las obras
más importantes de la literatura, llamada Alicia en el país de las maravillas, escrita
por Lewis Carroll y que tendrá un eco bastante importante en la posteridad.
Esta obra es considerada una de las más relevantes en el mundo literario y
convirtiéndose en uno de los referentes más importantes para el desarrollo de una
literatura infantil y de inspiración para la literatura juvenil. Es así que, posteriormente,
empiezan a emerger otras obras a finales de este siglo e inicios del siglo XX que se
establecen como textos que además de ubicarse en la literatura infantil, se convertirán
en el acceso para la literatura juvenil
Desarrollo de la literatura juvenil
En la exploración y la creación de los autores de literatura juvenil están presentes una
serie de elementos fruto del tránsito y la evaluación de la literatura infantil para
encontrar obras para este tipo de público. Es por ello que en la actualidad, muchas de las
obras de literatura para jóvenes están orientadas al desarrollo intelectual de los
adolescentes, brindando herramientas para no solo su vida académica, sino también para
su formación en la vida social y psicológica.
Es por ello que las narraciones, siendo este uno de los géneros más importantes de
esta literatura, se suelen hacer en primera persona. Se sabe que este tipo de narrador
permite que el adolescente o joven pueda ubicarse en el lugar del protagonista, a lo que
se suma una temática con la que se pueda sentir identificado y que contribuye aún más a
ello. A menudo se presenta ante el personaje una gran variedad de realidades y aspectos
que puede estar experimentando el adolescente, un recurso clave para este tipo de
literatura
Características principales de la literatura juvenil
Temática
Uno de los rasgos más importantes de este tipo de textos son los temas que se manejan
en su desarrollo, dado que a menudo son obras cuyos temas se enfocan en su entorno
para lograr atraer su atención. De esta manera, se incluyen temas relacionados con su
vida, su entorno y cualquiera que les permita, en muchos casos, sentirse identificados.
Léxico preciso
De acuerdo a la comprensión lectora de los jóvenes en esta etapa, el uso del léxico
adecuado es uno de los elementos más importantes para los escritores de literatura
juvenil, ya que debe estar a su alcance y evitar, de acuerdo al público, un léxico al que
no estén familiarizados, ya sea por la época u otro factor. Sin embargo, no se trata de un
léxico básico, sino que es rico en variedad, facilitando el eje progresivo para mejorar el
léxico y aproximarlo a otros tipos de literatura, por ejemplo.
Variedad de historias
Si bien las temáticas suelen tener asociaciones cercanas, lo cierto es que en este tipo de
textos también podemos encontrar una gran variedad de tramas que no sólo exploran
por distintos géneros sino que también involucran elementos llenos de posibilidades.
Así, dentro de las historias podemos encontrar historias no lineales, historias con una
trama mucho más compleja, entre otras.
Desarrollo de los personajes
Es importante tener en cuenta que si bien en los textos de la literatura para jóvenes los
personajes tienen una evolución en el desarrollo de la historia, esta no suele estar tan
cargada en profundidad, como se trabaja en la literatura para adultos.
Espacio para todos
Un elemento crucial del desarrollo de la literatura juvenil es la multiplicidad de temas,
como ya lo hemos mencionado. Esto da origen a un tipo de texto en el que la intención
no sea adoctrinar a partir de un tema en específico, pues esto podría generar desagrado
en el lector. Es así que la literatura para jóvenes deja de lado los tabúes e incorpora
temas variados a partir de un trato cuidadoso desde el escritor.
No obstante esta es una práctica más bien reciente, ya que durante años la literatura
infantil y juvenil ha estado subestimada como creación literaria y artística y siempre ha
estado ligada a otras funciones morales o educativas y no se ha entendido como un
género autónomo como tal.
Pero… ¿cómo fueron los inicios de este género? Podemos situar la primera semilla en
los libros de hadas clásicos que eran trasmitidos por vía oral, como Caperucita Roja, La
Bella Durmiente… Estos contaban con un contenido enfocado a la moral y a la
institución del patrón de mujer delicada y príncipe fuerte y heroico; tan presente en la
sociedad de aquella época.
A finales del siglo XVIII y en la primera mitad del siglo XIX, en pleno auge del
movimiento romántico, un gran número de historiadores comenzaron a buscar las raíces
de sus propias culturas y es así como surgen ya los primeros nombres reconocidos por el
púbico, como los hermanos Grim, Andersen, Perrol… Recogían las historias que se
contaban en los hogares y en las calles, aquellas leyendas que despertaban el interés de
los más pequeños, y las dulcificaban y filtraban hasta que se convertían en historias
propias para niños.
En los siguientes años la literatura infantil y juvenil sufriría un boom y una gran lista de
escritores se enfocarán únicamente en este género, olvidándose por completo de la
literatura para adultos. Estos autores se mostraban muy comprometidos con la defensa
de la naturaleza y podemos comprobar como en sus historias otorgaban vida a las
especies animales, a los árboles, a los ríos…; quizás uno de los autores que mejor
engloban este periodo es C.S.Lewis con Las Crónicas de Narnia.
Desde los años 60-80 hasta la actualidad hemos podido ver como cada vez son más los
autores que gozan con un gran éxito a nivel mundial, como Roald Dahl, Michel
Ende…; que han conseguido que sus historias sean consideradas ya como clásicos a
pesar de su “corta edad”.