Giammatteo y Albano (2006) Cómo Se Clasifican Las Palabras 02 Clases de Palabras Léxicas Sustantivo y Adjetivo
Giammatteo y Albano (2006) Cómo Se Clasifican Las Palabras 02 Clases de Palabras Léxicas Sustantivo y Adjetivo
Giammatteo y Albano (2006) Cómo Se Clasifican Las Palabras 02 Clases de Palabras Léxicas Sustantivo y Adjetivo
Según se dijo en el capítulo anterior, las clases de palabras léxicas, son las que poseen
contenido descriptivo inherente y comprenden cinco clases: sustantivo, adjetivo, verbo,
adverbio y preposición. En este capítulo vamos a ocuparnos de las primeras dos y en el
próximo, de las tres restantes. Esta división se ha basado en que las del primer grupo
pertenecen a la categoría nominal, es decir, que poseen el rasgo [+N], mientras que las que
se incluyen en el segundo grupo no lo poseen.
No obstante, antes de introducirnos en el estudio particular de las dos clases de que se
ocupa este capítulo, haremos una presentación general respecto de las clases léxicas.
Palabras como casa, comer, grande, lentamente, e incluso hacia, que tiene sentido locativo,
se consideran léxicas porque su contenido puede asociarse con ideas o conceptos
(Rodríguez Ramalle 2005: 52) y describirse mediante rasgos semánticos, tales como
‘vivienda’, ‘ingerir alimentos’, ‘de tamaño amplio’, ‘de modo pausado’, ‘en dirección a’.
Sin embargo, así como dijimos que dentro de cada clase algunos miembros pueden no
presentar todas las propiedades, tampoco todas las clases de palabras léxicas presentan
absolutamente las mismas características, sino que participan de ellas en distintos grados y
formas. Las ejemplificadas más arriba son las cinco clases de palabras léxicas del español:
S = sustantivo
A = adjetivo
V = verbo
Adv = adverbio
P = preposición
¿Qué debemos tener en cuenta para su caracterización? Las palabras léxicas presentan
dos particularidades principales:
2. El sustantivo
1
A pesar de que sería mas preciso hablar de sintagma sustantivo – SS – retenemos la denominación usual de
SN para referirnos a los conformados por núcleos sustantivos.
Con el concepto de entidad, hacemos referencia, no solo a seres y objetos físicos,
como árbol, hombre, perro, libro o computadora, sino también a objetos psíquicos o
cualidades, como angustia, soledad, belleza o sabiduría, e inclusive al resultado de
eventos, como derroche, canto, o sacrificio; a todos estos el sustantivo los presenta como si
tuvieran existencia independiente. Por eso, todos los sustantivos (excepto los nombres
propios, como Facundo, Francia o González) aceptan ir precedidos por un artículo definido
(el/ la/ los/ las) que precisa su referencia.
2.1.1. Género
En español, el género sirve para clasificar los sustantivos en dos clases:
femenino
masculino
2.1.2 Número
El número sirve para indicar si se designa un solo objeto - piano, ventana, árbol- o más de
uno - pianos, ventanas, árboles.
Según se observa, solo el plural tiene marca - piano-s, ventana-s –, la cual constituye
en una modificación en la desinencia (sufijo), que consiste en el agregado de –s o -es.
En español hay palabras que no necesitan agregar ningún sufijo para formar el plural,
pues la misma forma se emplea tanto para singular como para plural. Se trata de palabras
graves o esdrújulas que terminan en un sonido sibilante (silbante) por lo que rechazan el
agregado de -s y en las que la diferencia de número se indica mediante el determinante – el
lunes/ los lunes; el tórax/ los tórax; el análisis/ los análisis-. Por otra parte, algunos
nombres, como nupcias, ojeras y víveres, tienen solo forma plural, y otros, como los
mencionados caos y cenit, no lo admiten2.
2
Para una presentación detallada de este tema, v. Alcina Franch y Blecua (op.cit.: § 3.2).
El determinante, en cambio, que no guarda ninguna dependencia semántica con libro, es un
modificador más externo.
En el SN tenemos dos niveles:
el
libro interesante
Dentro de la oración, el SN puede desempeñar distintas funciones. En (1), por
ejemplo, el sustantivo cambio es núcleo del objeto directo y en (2), del sujeto:
Libro, por ejemplo, indica un objeto de la clase X, siendo X la clase de los libros, que
tiene tales y cuales características, y se distingue de otras como Y (= revistas) y Z (=
discos).
Por otra parte, a diferencia de los verbos, que básicamente señalan ‘cambio’, los
sustantivos prototípicos hacen referencia a entidades discretas, es decir, segmentables,
concretas, temporalmente estables y localizadas en un espacio tridimensional.
Sin embargo, no todos los miembros de la clase responden a la caracterización
anterior: los que se adecuan a ella constituyen una clase focal o central, que se identifica
con el prototipo de la categoría, representado por los sustantivos comunes, concretos,
contables e individuales. En oposición a los sustantivos comunes se encuentran los propios
y, dentro de los comunes, también se reconocen otras subclases:
4
En inglés, está diferencia se indica mediante lexemas diferentes: many (muchos) y (a) few ((unos) pocos)
para los nombres contables – many books (muchos libros); (a) few shoes ((unos) pocos zapatos) – y much
(mucho) y (a) little ((un) poco) para los incontables – much flour (mucha harina), (a) little gold (un) poco (de)
oro) -.
1. determinados, que se refieren a conjuntos definidos de cosas - enjambre (conjunto
de abejas), rebaño (de ovejas), pinacoteca (de cuadros);
2. indeterminados, que indican conjuntos de individuos sin especificar – docena
(conjunto de doce elementos), grupo (conjunto de cosas o personas), etc.
Los abstractos que designan cualidades son deadjetivales, es decir, que derivan de
adjetivos y se forman mediante desinencias (sufijos) especiales, tales como –dad (bon-dad),
-ura (dulzura); -ez/eza (vejez; tristeza); -ía (alegría). Otro grupo de abstractos, los que
indican acciones, tiene origen deverbal, es decir, que provienen de verbos, por ejemplo,
vuelo (de volar), caza (de cazar), lectura (de leer) y también se forman mediante el empleo
de sufijos característicos, tales como –ción (produc-ción), -ada/-ida (entr-ada, sal-ida), -
miento/mento (envejeci-miento/ comple-mento) y algunos de los que se usan con adjetivos,
como -dad (continu-idad), -ura (rot-ura); -aje (aprendiz-aje). También hay abstractos
simples, como fe, miedo o verdad, que no derivan de otra palabra de la lengua.
Para Bosque (1999), el comportamiento de los abstractos se asemeja al de los
incontables, como si se tratara de sustancias inmateriales. En efecto, los abstractos pueden
emplearse sin determinante en las mismas posiciones sintácticas que los incontables:
(19) Esto es dolor/ alegría.
(20) Hay mucha hambre en el mundo.
(21) Se despidió con dolor /pena / cariño/ rencor
Los abstractos (22a) y (23a) pueden recategorizarse como concretos (22b) y (23b).
Aunque su semejanza con los incontables los hace renuentes a la pluralización - *fes,
*hambres –; cuando están recategorizados como concretos, la aceptan más fácilmente
(24b):
(22) a. La llegada del embajador al país fue un gran acontecimiento (El hecho de que el
embajador arribe al país).
b. Está a metros de la llegada (= la meta de la competencia).
(23) a. Sufrió un gran dolor con la muerte de su padre.
b. Los dolores de espalda son inaguantables / Su hijo le da muchos dolores de cabeza
(=le trae problemas).
3. El adjetivo
Los adjetivos son las palabras que permiten caracterizar todo lo que nombran los
sustantivos: personas – hombre alto -, objetos físicos – árbol alto -, objetos psíquicos –
idea brillante -, sentimientos – alegría inmensa -, lugares – ciudad antigua -, etc.
Según Demonte (1991), el adjetivo es “la palabra inteligente por antonomasia, la más
típicamente culta”, ya que es la que otorga al discurso precisión y permite establecer
matices y diferencias.
Como ya se ha dicho, muchos gramáticos han considerado el sustantivo y el
adjetivo en una sola categoría más amplia, la del nombre, basándose en que hay zonas de
contacto entre ambas clases.
Muchos adjetivos se utilizan como sustantivos con facilidad y sin necesidad de cambiar su
forma. Constituye un proceso bastante frecuente en la lengua que los adjetivos, como, por
ejemplo, amigo, que pueden designar a una clase o grupo, pasen a usarse como sustantivos.
Incluso el adjetivo puede desplazar al sustantivo, como ha sucedido con la (estación)
terminal o más recientemente con el (teléfono) celular.
A veces estos adjetivos que se utilizan como sustantivos, dice Bosque (1991),
denotan valoraciones o cualidades de tipo negativo o marcan defectos. Por ejemplo, manco,
ciego o jorobado. Bosque señala que decimos el ciego, pero no solemos decir el vidente,
como opuesto al que no ve. Otros ejemplos son el pecador, el criminal, etc. Hay una
tendencia a sustantivar adjetivos que marcan cualidades de tipo de negativo. Bosque
también señala que, no en España, pero sí en Sudamérica, se ha extendido una serie de
términos como subversivo, ilegal, indocumentado, etc., de creación relativamente reciente
que, originariamente, son adjetivos, pero que, por su uso frecuente, han pasado a ser
utilizados con valor de sustantivo. Por último, con respecto a estos adjetivos reconvertidos
en nombres, también podemos encontrar palabras que indican nacionalidad, región o grupo
político: los peronistas, el francés, un protestante.
3.3.1. Subclases
Cuando pensamos en adjetivos, lo primero que viene a nuestra mente son palabras como
grande, lindo, alto, rojo o bueno, que indican cualidades físicas y psíquicas; sin embargo,
otras del tipo de japonés e industrial o como único y frecuente, también se incluyen en la
clase. No obstante, el comportamiento de todos estos grupos no es igual.
Dentro de los adjetivos pueden reconocerse tres grupos: