ORDENAMIENTO AMBIENTAL DE LA ZONA COSTERA DEL DEPARTAMENTO DEL ATLÁNTICO - Informe - Final PDF
ORDENAMIENTO AMBIENTAL DE LA ZONA COSTERA DEL DEPARTAMENTO DEL ATLÁNTICO - Informe - Final PDF
ORDENAMIENTO AMBIENTAL DE LA ZONA COSTERA DEL DEPARTAMENTO DEL ATLÁNTICO - Informe - Final PDF
Octubre de 2006
Ordenamiento Ambiental de la Zona Costera del Departamento del Atlántico
Figuras
Pág.
Tabla II- 1. Información sensores remotos. ............................................................ 101
Tabla II- 2. Características generales que presentan las geoformas de la zona costera. 103
Tabla II- 4. Máximas intensidades sísmicas en el Departamento del Atlántico (OEA, 1991)
.................................................................................................................. 108
Tabla II- 7. Valores de Susceptibilidad para mapa de aportes hídricos. ..................... 122
Tabla II- 10. Valores de susceptibilidad incremento del nivel del mar. ....................... 125
Tabla II- 12. Amplitud y período de las olas en el Mar Caribe (Juveland, 1987 en
INGEOMINAS, 1998). .................................................................................... 133
Tabla II- 14. Retrocesos de la Barra de arena en la Ciénaga de Mallorquín para el período
1973-2005. .................................................................................................. 144
Tablas
Figura II- 3. Modelo cartográfico para la evaluación de amenazas (Pacheco, 1999) ..... 115
Figura II- 4. Factores para Suceptibilidad Geológica, (Pacheco, 1999). ...................... 117
Figura II- 9. Barra de arena en la ciénaga de Mallorquín, que enfrenta procesos erosivos.
.................................................................................................................. 141
Figura II- 10. Posición de la Barra de arena en la Ciénaga de Mallorquín en el año 1973.
.................................................................................................................. 142
Figura II- 11. Posición de la Barra de arena en la Ciénaga de Mallorquín en el año 1986.
.................................................................................................................. 142
Figura II- 12. Posición de la Barra de arena en la Ciénaga de Mallorquín en el año 1990.
.................................................................................................................. 143
Figura II- 13. Posición de la Barra de arena en la Ciénaga de Mallorquín en el año 2000
.................................................................................................................. 143
Figura II- 14. Posición de la Barra de arena en la Ciénaga de Mallorquín en el año 2005
.................................................................................................................. 144
Figura II- 17. Comportamiento de la Ciénaga Manatíes período 1986-2005. .............. 148
Figura II- 25. Evolución de la línea de costa Tajamar-Punta Sabanilla, período 1986-2005.
.................................................................................................................. 155
Figura II- 26. Evolución de la línea de costa Punta Sabanilla-Cerro Furú, período 1986-
2005. .......................................................................................................... 156
Figura II- 28. Evolución de la línea de costa Cerro Furú-Norte de Galerazamba, período
1986-2005. .................................................................................................. 158
Figura II- 29. Cambios morfológicos del litoral del Departamento del Atlántico período
1973-2005. .................................................................................................. 159
Figura II- 30. Mapa geológico de la Zona Costera, formada por los Cinturones de Sinú y
San Jacinto, (actualizado de INGEOMINAS, 1998). ............................................ 160
Figura II- 31. Sector Astilleros, al fondo la Loma El Morro. ....................................... 162
Figura II- 35. Proceso erosivo por escorrentía superficial. ........................................ 188
1. 1. FISICO
La aplicación de los estudios del medio físico al ordenamiento del territorio está orientada
hacia la caracterización y evaluación de las potencialidades y restricciones del territorio,
con el fin de conocer las mejores alternativas de uso y aprovechamiento que conlleven a
su mejor desarrollo. Los rasgos físicos del territorio, definen la capacidad que este tiene
para soportar las diferentes actividades que se realizan en él. Si conocemos cual es la
vocación de los suelos, del agua, se pueden proponer escenarios sostenibles que planteen
el desarrollo de actividades según la capacidad del medio para acogerlas.
ORDENAMIENTO TERRITORIAL
MINERALES
El análisis del medio físico del territorio, proporciona la información necesaria y provee las
opciones disponibles para el desarrollo de políticas de ordenamiento territorial ambiental,
en el contexto socioeconómico de cada región. La comparación entre los diferentes usos
sostenibles y el uso actual de la tierra permite detectar áreas en las que es necesario
promover medidas de reconversión o incluir nuevos usos de la tierra.
El desarrollo de esta fase permitió conocer con que información se cuenta, tanto a nivel
de datos analógicos (planchas, cartografía base y temática), al igual que la información
que deba ser generada; se contó con información temática preliminar de geomorfología
(análisis multitemporal) y cobertura del área de estudio en formato digital (shp, dwg y
dxf). Posteriormente se efectúo un reconocimiento preliminar del área de estudio, a fin de
conocer y verificar en forma general algunas de las condiciones físicas obtenidas a través
de la revisión bibliográfica y de cartografía temática consultada; y se realizaron visitas a
entidades en Barranquilla y Cartagena, que pudieran aporta más información secundaria
(IGAC, CIOH, CRA, Universidad del Norte, SOCIEDAD PORTUARIA).
De otra parte se elaboró el mapa base, para la zona de estudio, mediante la utilización de
información cartográfica (drenaje, vías, toponimia) del IGAC, fotografías aéreas imágenes
de satélite. Para tal fin se empleo el programa, AutoCad y ArcView.
El procesamiento digital de las imágenes se basa en la propiedad que tienen los cuerpos
de absorber y emitir la luz en una serie de rangos de longitud de onda y que es particular
para cada cuerpo (huella espectral). Mediante técnicas de mejoramiento y análisis
espectral y algoritmos se mejoran las diferentes bandas espectrales en que viene
clasificada la imagen, luego se establecen diferentes índices con los cuales se clasifica la
información temática deseada.
Las unidades fisiográficas del área de estudio presentan dos expresiones fenotípicas
básicas: geoforma y cobertura. La geoforma se refiere a todos los aspectos que tienen
que ver con la morfología de la superficie terrestre. Mientras que la cobertura comprende
todos los aspectos que forman parte del cubrimiento de la superficie de la tierra. Son los
aspectos físicos los que mantienen una relación intrínseca con la geoforma y es la
fisiografía la que permite identificar, delimitar y caracterizar dichos aspectos.
Tabla II- 2. Características generales que presentan las geoformas de la zona costera.
Geoforma Descripción
COLINAS Elevaciones menores cuya altura y formas (conservan rasgos
reconocibles de las estructuras originales) se deben a la acción de los
factores endogenéticos, tales como litología, plegamiento y
fallamientos de las rocas sedimentarias; y exogenéticos como el clima
y procesos erosivos.
LLANURA COSTERA Corresponde a una zona plana con pequeñas ondulaciones, constituida
por capas horizontales de sedimento. Dentro de las zonas planas es
posible distinguir áreas de transición entre las colinas y las zonas más
bajas, relieve con algunas disecciones, constituidas por sedimentos de
piedemontes, fluviales intermontanos asociados a los cauces de los
principales arroyos del área.
ACANTILADOS Escarpes en sustrato rocoso, formado por la acción erosiva del oleaje,
por la acción conjunta de olas y corrientes marinas, geología y la
topografía costera. En la zona costera encontramos: Puntas de Morro
Pelao, Cerro Mahates, Cerro Furú, Cerro El Sapo y Punta de Morro
Hermoso.
PLATAFORMA La región submarina que se encuentra en la periferia de zona costera
MARINA del departamento del Atlántico, es un amplio declive de la misma
cubierto por agua. El ancho promedio de esta plataforma, es 21 Km.
PLANO ALUVIAL Es una zona plana horizontal a ligeramente inclinada en el mismo
sentido de la corriente que lo forma. Su génesis se asocia a la
depositación fluvial continua o torrencial. Se depositan gravas, arenas,
limos y arcillas.
SALITRAL Depresiones someras susceptibles a la inundación marina o aluvial,
generalmente adyacentes a la línea de costa.
PANTANO DE Superficies compuestas esencialmente de lodos y arenas con
MANGLAR abundante materia orgánica que constituye el sustrato apto para el
desarrollo del manglar y otras especies halófilas.
LAGUNAS Depresiones ocupadas total o parcialmente por agua, separada del mar
COSTERAS por una barra, zona de manglar, espigas o cuerpos de cordones
litorales y comunicación directa o efímera al mar.
PLAYÓN Área extensa de material no consolidado asociado a playas antiguas.
BARRAS CON Cordones litorales de arenas, construidos por la acción combinada de
DUNAS las olas y la corriente litoral, acompañados de dunas, generalmente se
encuentran paralelos a la línea de costa.
PLAYAS Se forman por acumulación de materiales fragmentarios en la zona
litoral, generalmente son materiales finos, de tipo detrítico. Para el
área de estudio se localizan en varios puntos del litoral en forma de
franjas angostas de arena, y las más extensas y conocidas son las de
Puerto Colombia, Palmarito, Sabanilla, Turipaná y Santa Verónica.
ESPIGAS O Se identifican claramente sobre la línea de costa del área de estudio, al
FLECHAS norte de las playas de Turipaná, las espigas de Pradomar y Puerto
Colombia. Estas geoformas de constitución arenosa de configuración
alargada en la dirección predominante de la deriva litoral, se
caracterizan por presentar un extremo unido al continente y el otro
libre y en forma de gancho (Carvajal, 1994; En: INGEOMINAS, 2001).
CUERPOS DE AGUA Incluye, jagüeyes, río, pantanos, represas y lagos.
ZONAS URBANAS Asentamientos humanos.
Amenaza
Identificar y clasificar los fenómenos que pueden causar daño, lo cual es normalmente
posible con base en la experiencia de los pobladores y el registro histórico de
desastres.
Los estudios para la evaluación de la amenaza, se basan en gran medida, en
información científica ya existente incluyendo mapas geológicos, geomorfológicos y
mapas de suelos, datos climáticos e hidrológicos, y mapas topográficos, fotografías
aéreas e imágenes de satélite. La información histórica, obtenida tanto en informes
escritos como por intermedio de las narraciones de quienes han habitado el área por
mucho tiempo, también ayuda a categorizar los potenciales eventos.
Una vez identificados los fenómenos, se requerirá caracterizar y establecer para cada
uno su nivel de gravedad. Este nivel se puede cuantificar en términos de la magnitud
y frecuencia con que ellos se podrían presentar en periodos específicos o en términos
de sus efectos en un sitio particular para esos mismos periodos. La frecuencia y la
manera de expresar la magnitud del fenómeno o sus efectos, depende de la
naturaleza del mismo y aún para un mismo fenómeno se pueden expresar de distintas
formas. Una vez evaluada la amenaza, se representa cartográficamente, en mapas
que muestran la distribución espacial de la amenaza a escalas apropiadas (1:25000).
Vulnerabilidad
Elementos en riesgo
Los elementos en riesgo son todo aquello que constituye la sociedad y el medio ambiente
físico. Entre ellos estarían la vida y salud de las personas, las actividades económicas
(incluyendo trabajo, equipos, cosechas, ganado, etc.), las viviendas, vías, acueductos,
alcantarillados, escuelas, hospitales y demás obras de infraestructura; también es un
elemento en riesgo el medio natural como las corrientes de agua, los bosques (flora y
fauna), el aire y demás elementos que lo conforman. Como en general y con excepción
quizá de la vida humana, los daños a un elemento se pueden convertir en costo
económico, es común emplear este costo como parámetro de medida de las pérdidas
tangibles.
Riesgo
Conocidos y evaluados los componentes del riesgo, es posible entonces calcular este
como las pérdidas esperadas o potenciales de un elemento o conjunto de elementos
debido a una amenaza determinada, en un periodo futuro. A diferencia de la definición de
vulnerabilidad, el riesgo combina las pérdidas esperadas causadas por todos los niveles
de magnitud de la amenaza involucrando la probabilidad de que ésta magnitud acontezca.
El riesgo es el resultado del análisis de los elementos amenaza, elementos en riesgo y
vulnerabilidad y como ellos, se puede representar cartográficamente como mapas de
distribución potencial de pérdidas de los elementos considerados.
procesos recurrentes que dejan huellas de los episodios anteriores. Al revelar la ubicación
de eventos previos y/o distinguir las condiciones en las que hay posibilidad de que éstos
ocurran, la técnica permite identificar áreas que puedan ser expuestas a eventos
naturales.
Las fotografías aéreas, son útil en el manejo de amenazas naturales para enfocar las
áreas prioritarias, verificar la interpretación de datos a pequeña escala y revelar
características que son muy pequeñas para ser detectadas por las imágenes de satélite.
La fotografía aérea es lo más parecido a lo que puede captar el ojo humano. Su uso está
limitado por la cantidad de luz que haya y por las condiciones climáticas, pero sus
imágenes son más detalladas que las imágenes de satélite.
Los radares aéreos son sensores activos que producen su propia luz y cuyas imágenes
son como fotografías en blanco y negro. Generalmente necesitan alguien especializado
que las interprete. Los radares pueden usarse a cualquier hora y en cualquier tipo de
clima, y permiten estudiar un área con mayor rapidez y medir la distancia más
precisamente que las fotografías aéreas.
La prueba más obvia del potencial de inundación de un área, aparte de los datos
históricos, es la identificación de planicies de inundación y de áreas propensas a
inundaciones (línea de costa y arroyos Cascabel y Juan de Acosta). Estas áreas son
generalmente reconocibles en imágenes de sensores remotos. En consecuencia, la
aplicación de sensores remotos más valiosa para la evaluación del riesgo de inundación,
es el trazado del mapa de áreas susceptibles y la cobertura por satélite de un área de
estudio es el medio más práctico para definir las planicies de inundación. Dichos mapas
pueden ayudar a definir las áreas potencialmente propensas a inundaciones, donde el
nivel de inundación definido excede los límites de pérdida aceptables.
Las inundaciones en una planicie de inundación causan cambios en los cauces de los ríos
y en la línea de costa, las características de sedimentación y los bordes de inundación.
Una inundación aparece en la superficie como anormalidades en la humedad del suelo,
áreas empozadas, socavación de suelos, vegetación dañada y líneas de escombros por
varios días o semanas después de que las aguas retroceden.
En las imágenes de satélite las zonas inundadas se registran de un color oscuro, así por
ejemplo, se determinó una penetración del mar para el año 86, 89 en las costas bajas, a
La interpretación de las imágenes y de las fotografías aérea nos ayudó a identificar ciertas
áreas que están propensas a la desertificación: Astilleros-Bocatocino, lomas San Vicente,
Buenos Aires y Hueso, Punta de Piedra, Olas Inn, Salinas del Rey y Cerro las Viudas, en
estos sectores se observa una degradación de las condiciones naturales de las áreas
(patrones de drenajes, perdida de cobertura, etc). Estas mismas áreas pueden estar
propensas a incendios forestales.
Los estudios relacionados con amenazas naturales usando datos de sensores remotos
deben combinarse con datos recolectados en campo, la combinación de datos provee las
bases para realizar la evaluación de amenazas.
El uso de mapas para sintetizar datos sobre amenazas naturales y para combinarlos con
otros datos, facilita el análisis y mejora la comunicación entre los participantes en el
proceso de manejo de amenazas. La información de amenazas para la zona costera, está
representada en un mapa de amenazas múltiples, en el cual se delimitó las principales
amenazas naturales para la zona costera. El mapa de amenazas múltiples, es una
herramienta excelente para fomentar la concientización sobre amenazas naturales y para
analizar la vulnerabilidad y el riesgo.
Tabla II- 3. Fenómenos naturales potencialmente peligrosos en la zona costera del Departamento del
Atlántico.
Otras amenazas
Atmosféricos Hidrológicos Sísmicos Volcánicos geológicas- Incendios
hidrológicas
Terremotos
Tabla II- 4. Máximas intensidades sísmicas en el Departamento del Atlántico (OEA, 1991)
VI VII VIII IX X XI
X X
El temblor de tierra es una amenaza directa para cualquier construcción ubicada cerca
del centro del terremoto.
El desplome de edificios causa muchas fatalidades en áreas densamente pobladas.
Las fallas en la superficie ocurren como una separación del material parental a lo largo
de la superficie.
Los derrumbes ocurren a causa de temblores de tierra en áreas de topografía
relativamente empinada y de poca estabilidad de pendiente.
La licuefacción de material no consolidado, levemente inclinado, puede ser activada
por un temblor de tierra. Los flujos y las dispersiones laterales (fenómeno de
licuefacción) son algunas de las amenazas geológicas más destructivas.
El hundimiento de tierra o depresión de la superficie es el resultado del asentamiento
de sedimento no consolidado. El hundimiento de tierra ocurre en suelos inundados,
terraplenes, aluviones y en otros materiales propensos a asentarse.
Los tsunamis u olas sísmicas, que son generados comúnmente por la actividad sísmica
debajo del suelo oceánico, causan inundaciones en áreas costeras y pueden afectar a
otras áreas ubicadas a miles de kilómetros del centro del terremoto.
Volcanes
Las amenazas relacionadas con las erupciones volcánicas son los flujos de lodo y los
gases tóxicos. La actividad volcánica puede, a su vez, accionar otros eventos naturales
peligrosos, incluyendo tsunamis locales, deformación del paisaje, inundaciones por
rompimiento de las paredes de un lago o por embobamiento de arroyos y ríos, y
derrumbes provocados por temblores.
Deslizamientos
Inundaciones
Las inundaciones costeras, están relacionadas con las olas ciclónicas, las cuales son un
crecimiento anormal del nivel del mar asociado con huracanes y otras tormentas
marítimas. Las olas ciclónicas son causadas por fuertes vientos de la costa y/o por celdas
de muy baja presión y tormentas oceánicas. El nivel de las aguas está controlado por los
vientos, la presión atmosférica, las corrientes astronómicas existentes, las olas y el mar
de fondo, la topografía de la costa y la batimetría y la proximidad de la tormenta a la
costa. Generalmente, las destrucciones causadas por olas ciclónicas se pueden atribuir a:
El impacto de las olas y de los objetos asociados con el paisaje del frente de la ola.
Las fuerzas hidroestáticas/dinámicas y los efectos de las bombas de carga de agua.
Los daños más significativos resultan a menudo del impacto directo de las olas sobre
las estructuras fijas. Los impactos indirectos causan inundaciones y socavamiento de
infraestructuras tales como vías y edificaciones.
La inundación de las zonas costeras bajas es causada por la influencia de las mareas y
las olas de tormenta.
Tsunamis
Los tsunamis son olas de larga duración generadas por terremotos, actividades volcánicas
y derrumbes en el suelo marítimo. La cresta de estas olas puede exceder los 25 metros
de altura al alcanzar aguas poco profundas. Las características únicas de los tsunamis
(olas con 100 km. o más de longitud, velocidades en aguas profundas de hasta 700 km/h
y altura de cresta pequeña en aguas profundas) hacen que sean difíciles de detectar y
monitorear. Las características de las inundaciones costeras causadas por tsunamis son
las mismas que cuando las mismas están causadas por olas ciclónicas.
Huracanes
Se define a un huracán como una gran depresión tropical no frontal o ciclón, con vientos
que sobrepasan los 119 km/hr (una tormenta tropical tiene vientos entre 63 y 119
km/hr). La temporada de huracanes en la Cuenca del Gran Caribe se presenta entre los
meses de junio y noviembre, y el 84 % de las veces ocurren en agosto y septiembre. Los
huracanes causan daños por la potencia de sus vientos, sus precipitaciones y las olas
ciclónicas. Los vientos que alcanzan los 162 km/hr causan daños menores (p.e.
rompimiento de ventanas); cuando sobrepasan esa velocidad, causan daños
estructurales. Las precipitaciones fuertes pueden causar el desbordamiento de ríos,
poniendo en peligro a todas las estructuras y medios de comunicación de los valles, así
como también pueden provocar derrumbes.
Los huracanes, se generan sobre aguas cálidas oceánicas a bajas latitudes y son
especialmente peligrosos dado a su potencial destructivo, su zona de influencia, origen
espontáneo y movimiento errático. Los fenómenos asociados con huracanes son:
Vientos que exceden los 64 nudos "potencia del huracán" (74 mi/h o 119 km/h). Los
daños son causados por el impacto del viento en las estructuras fijas y por otros
objetos que vuelan como consecuencia del mismo.
Fuertes precipitaciones de varios días de duración anterior y posterior al huracán. El
nivel de las precipitaciones depende de la humedad ambiental y de la velocidad y
magnitud del huracán. Las precipitaciones pueden saturar los suelos y causar
inundaciones como consecuencia del exceso de escorrentía (inundación de suelos);
pueden causar derrumbes como consecuencia del sobrepeso y la lubricación de los
materiales de la superficie; y/o pueden dañar los cultivos al debilitar el soporte de las
raíces.
Las olas ciclónicas, especialmente combinadas con mareas altas, pueden inundar
fácilmente las zonas bajas que carecen de protección.
En los países del Caribe los huracanes causan más daños y alteran la vida de más
personas que cualquier otro riesgo natural. En México y América Central están en
segundo lugar, después de los terremotos.
La ola ciclónica es una ascención del nivel del mar, causada por vientos dirigidos hacia la
costa y por baja presión barométrica. Se han registrado olas ciclónicas de hasta 7,5 m
por encima del nivel del mar.
Aquellas que sobrepasan los 3 m de altura, están causadas comúnmente por fuertes
huracanes. Las olas ciclónicas presentan la mayor amenaza para las comunidades
costeras. El 90 % de las fatalidades causadas por huracanes se debe al ahogamiento
causado por olas ciclónicas. Si la ola está acompañada de fuertes precipitaciones y su
llegada a tierra coincide con el pico más alto de la marea, las consecuencias pueden ser
catastróficas. El exceso de aguas en el interior crea inundaciones fluviales y la simultánea
crecida del nivel del mar bloquea el flujo de los ríos, dejando las aguas sin lugar para
dirigirse.
En el departamento del Atlántico los suelos presentan un alto grado de deterioro debido al
incremento de la deforestación, el cual es causado por la tala incontrolada y las quemas
para la adecuación agrícola y como consecuencia se ha acentuado los períodos de sequía,
estando más de la mitad del territorio bajo condiciones climáticas muy secas; las pocas
lluvias y la alta evapotranspiración son limitantes para la explotación agropecuaria (zona
sur).
Las aguas salinas son comunes en regiones secas. Los suelos con depósitos químicos
marinos son en general salinos. Sin embargo, los suelos salinos reciben sales
transportadas por el agua de otros lugares. La salinización en la mayoría de los casos
ocurre en tierras irrigadas como resultado del mal control de las aguas. La principal
fuente de sales son las aguas superficiales o subterráneas. Las sales se acumulan debido
a inundaciones en tierras bajas, a la evaporación de tierras deprimidas y al flujo de aguas
subterráneas hasta la superficie. La salinización reduce la fertilidad del suelo y puede
llegar a causar la pérdida total de la tierra para cultivos. En ciertos casos, las tierras de
cultivo abandonadas por el hombre por problemas de salinidad pueden estar sujetas a
erosiones eólicas e hidráulicas y terminar en zonas desérticas.
La posición geográfica del área (zona costera), la alta erodabilidad de los suelos
(deforestación) y la actividad antrópica sin planificación, han generado fenómenos que se
constituyen en riesgos para las vidas y bienes de sus habitantes. La amenaza relativa por
fenómenos naturales para la zona costera, se establece en tres (3) tipos:
Otro tipo de fenómenos de remoción en masa encontrados en el área son los propiciados
por el mar; la acción del oleaje sobre la base de los acantilados socava progresivamente
la parte inferior de los taludes, que se vuelven inestables, hasta finalmente provocar
deslizamientos rotacionales y caída de bloques de la parte superior.
Las geoformas de las zonas bajas asociados a playones, barras, espigas y salitral la hacen
vulnerable a la erosión relacionada con oleajes fuertes particularmente durante los mares
de leva. Con base en el análisis multitemporal se definieron tres zonas con rangos de
susceptibilidad alto, moderado y bajo
Modelo Cartográfico
El mapa de susceptibilidad geológica, es uno de los dos mapas presentes dentro de los
factores intrínsecos. Para llegar a este mapa, se evaluaron parámetros como formaciones
superficiales, pendientes, dureza de la roca y las estructuras, a continuación se describen
(¡Error! No se encuentra el origen de la referencia.):
In Situ
Depósitos Aluviales
Depósitos de Ladera
Mapas de pendientes
Este mapa se elaboró a partir de la información consignada en el mapa de suelo del IGAC
(1981) del área de estudio.
En la parte norte de la zona de estudio predominan pendientes que van del 7% al 50%
con relieves de ligeramente ondulado a moderadamente empinado.
Mapa litológico
Para el desarrollo de ésta capa, se tuvieron en cuenta las estructuras presentes como
fallas, pliegues y contactos y su franja de influencia en la estabilidad.
Los anchos de las fajas para las diferentes fallas, utilizadas en la obtención del mapa de
susceptibilidad, se determinan por el grado de importancia de cada una de ellas, los
fenómenos de inestabilidad asociados a las fallas se manifiestan en un amplio rango.
Este mapa estructural se superpone con el mapa de dureza de la roca reclasificado dando
como resultado un mapa de susceptibilidad litoestructural que nos muestra valores de
susceptibilidad Alta, Media, Baja.
Este mapa de susceptibilidad geológica es unos de los mapas contemplados dentro de los
factores intrínsecos, obteniéndose valores de susceptibilidad Alta, Media o Baja.
agradacionales por ser las más recientes y por último las estructurales-denudacionales
como las de menor susceptibilidad.
Figura II- 5. Modelo para Mapa de Susceptibilidad Geomorfológica (adaptado de Pacheco, 1999).
Este primer 50% se distribuyó en 20% para el mapa de susceptibilidad geológica y 30%
para el mapa de susceptibilidad geomorfológica, teniendo en cuenta que en el último se
evaluaron los procesos morfodinámicos que afectan a la zona costera.
Estos valores se sumaron entre sí, junto con lo valores de los factores detonantes para
dar como resultado final el mapa de susceptibilidad a fenómenos de remoción en masa y
procesos erosivos en la línea de costa.
Con el mapa de conflictos de uso del suelo, se inció el análisis de los factores detonantes
dentro del modelo cartográfico. Para el desarrollo de este mapa se superpusieron los
mapas de uso y cobertura con el de uso potencial.
La clasificación agrológica agrupa las tierras según su uso, teniendo en cuenta clima,
erosión, pendiente y otros factores que inciden sobre los riesgos de degradación del suelo
y por lo tanto limitan su capacidad de uso.
Para el desarrollo de esta capa, se analizaron factores como las isoyetas, densidad
drenaje, susceptibilidad estructural para hidrogeología y caracterización hidrogeológica de
las rocas.
El mapa de isoyetas se realizó con base en los datos de precipitación media anual de las
estaciones meteorológicas aledañas.
Este mapa de densidad de drenaje se superpuso con el mapa de isoyetas dando como
resultado un mapa de aportes hídricos, mostrando los siguientes valores: (¡Error! No se
encuentra el origen de la referencia.):
Así, entre más permeable sea la formación, mayor será la susceptibilidad. Esta
reclasificación se realizó con base en la caracterización de las formaciones del área de
estudio hecha por el INGEOMINAS (2001), definiendo formaciones permeables,
semipermeables, depósitos cuaternarios y rocas semi-impermeables.
Realizados los cruces de las capas anteriores que arrojaron los mapas de aportes hídricos
y mapa de caracterización hidrogeológica, se superpusieron para obtener un mapa final
de susceptibilidad hidrológica, para el que se tuvo en cuenta tanto las propiedades
hidrogeológicas de las formaciones, como los aportes hídricos provenientes de la
pluviosidad y escorrentía superficial.
De esta manera, se tienen los mapas de susceptibilidad de los factores detonantes que
tienen el 50% restante de valuación dentro del modelo cartográfico.
Así pues, se multiplicó por su respectivo porcentaje a los mapas de conflictos de uso y al
de susceptibilidad hidrológica obteniendo los siguientes resultados:
Los ciclones tropicales son calificados como el sistema meteorológico más destructivo que
existe en la naturaleza, gran parte de las calamidades son consecuencias de alguno o de
una combinación de los factores siguientes: fuertes vientos, torrenciales lluvias y
enormes marejadas.
La amenaza por fenómenos atmosféricos en la zona costera es más relativa que las
demás amenazas debido a la variabilidad de los factores que se incluyen y a la dificultad
para recolectar información detallada. Para realizar la valoración de la amenaza en la
zona costera, se utilizó información recolectada en campo sobre los daños ocasionados
por fenómenos naturales, y se estableció que: la amenaza está dado por la combinación
de los FACTORES METEOROLÓGICOS (FM) Y FÍSICO-GEOGRÁFICOS (FG) (Salas et al.,
1998), es decir la amenaza pude verse de la siguiente manera:
Amenaza = FM + FFG
5m Muy alta
4m<5m Alta
3m<4m Moderada
0,5 m < 3 baja
Es poco probable que la altura de las olas alcance los 5 m sobre la línea de costa, hasta el
momento no se ha reportado fenómeno de esta magnitud. Las geoformas afectadas bajos
estas condiciones son todas aquellas asociadas a costa alta con terrazas aplanadas,
abrasivas y abrasivas–acumulativas, en donde se ubican la mayor concentración de
asentamientos.
El litoral Caribe colombiano ha sufrido cambios en el nivel del mar que han marcado su
evolución, siendo la actual configuración del litoral el resultado de las variaciones sufridas
en el Holoceno. Un grupo de geoformas puede ser seguidas por todo el litoral en forma
casi ininterrumpida, las cuales fueron dejadas por un nivel del mar de 2-3 metros mas
elevado y que han sido datada entre el Holoceno Medio a Superior (Robertson y Martinez,
1999 en: INGEOMINAS 2001). Las geoformas encontradas corresponden a la interacción
entre los procesos marinos y continentales, que debido a su interacción definen la
configuración y evolución de la línea de costa.
El estudio del nivel marino a través de los últimos 10.000 años ha conducido a la
formulación de una serie de hipótesis que, en síntesis, pueden ser agrupadas en tres
categorías. En primer lugar se encuentran aquellos planteamientos que se refieren a un
rápido incremento del nivel general de los océanos hasta aproximadamente 3.000 años
antes de nuestra era (es decir hasta fines del Atlanticum) ascendiendo hasta unos tres
metros por encima del actual nivel, siguiendo luego una serie de fluctuaciones que
finalmente condujeron hasta el nivel que conocemos. En segundo lugar se sitúa las
hipótesis que postula por un ascenso uniforme del nivel marino durante el Holoceno
(últimos diez mil años), llegando este nivel a su actual posición hace unos 2.000 a 5.000
años. Teóricamente, a partir de entonces el nivel se mantendría casi sin variación. Para
concluir, el tercer grupo de hipótesis incluye aquellas que suponen un ascenso
permanente de la superficie marina, sin estabilización en ningún momento.
Las geoformas que construyen los litorales presentan diferentes grados de susceptibilidad
a la inundación. Para la definición y zonificación de la susceptibilidad a la inundación se
empleó un método empírico basado en el modelamiento cualitativo del medio físico,
estableciéndose 3 grados de susceptibilidad (¡Error! No se encuentra el origen de la referencia.)
de acuerdo con las características texturales y geométricas de las geoformas y su relación
con la dinámica marina.
Tabla II- 10. Valores de susceptibilidad incremento del nivel del mar.
1.1.2.2. Vulnerabilidad
La vulnerabilidad, quedó representada en un mapa con los grados Alto (1), Medio (0,5) y
Bajo (0) (ver mapa de Amenazas y Vulnerabilidad).
A pesar de que el ser humano puede hacer muy poco para alterar la incidencia o
intensidad de la mayoría de los fenómenos naturales, puede desempeñar un papel
importante al asegurarse de que los eventos naturales no se conviertan en desastres
causados por sus propias acciones. Es importante entender que la intervención antrópica
puede aumentar la frecuencia y la severidad de los eventos naturales. La intervención
antrópica también puede originar amenazas naturales donde no existían antes, reducir los
efectos mitigantes de los ecosistemas naturales (alteración de la línea de costa), un caso
extremo de la intervención antrópica en un ecosistema es la desertificación, que por
definición, es un riesgo "natural" causado por el hombre.
2. ASPECTOS FÍSICOS
2. 1. GENERALIDADES
2.1.1. Clima
de Piojo, y el sector de las Flores; (2) Subregión Calida semiárida, comprende toda la
franja litoral del departamento, desprovista de vegetación y en parte cubierta de dunas.
Los cambios climáticos es uno de los temas sobre el medio ambiente y el desarrollo que
más preocupa actualmente a todos los países, los cambios climáticos tienen un efecto
sobre el desarrollo y los recursos naturales, tales como: biodiversidad, agua, bosques,
suelos y los océanos; así como sobre las actividades de la agricultura y la industria. La
zona costera, es cambiante de acuerdo con una serie de factores incluyendo las
variaciones climáticas (nivel del mar) y desde luego por la acción del hombre.
Los fenómenos mas destacados en la zona costera del departamento del Atlántico, son el
alto oleaje, relacionados con el paso de sistemas atmosféricos de escala sinóptica, como
las vaguadas y los ciclones tropicales. La costa se puede ver afectada por el mar de leva,
fenómeno que en esta región es más frecuente en los meses de diciembre a febrero,
cuando las vaguadas asociadas a frentes atmosféricos de latitudes medias alcanzan las
latitudes más bajas. De junio a noviembre la zona costera es susceptible de verse
afectada por mareas de tormentas y mar de leva, debido a la acción de los ciclones
tropicales (depresiones, tormentas y huracanes) frecuentes en el caribe por esta época
del año (IDEAM, 2001c). El fenómeno de la vaguada, produce mal tiempo, este fenómeno
se debe a una configuración isobárica en la que a partir del centro de una baja presión las
isobaras se deforman alejándose más del centro de un lado que en cualquier otra
dirección.
Figura II- 6. Localización y representación esquemática de los principales elementos geográficos que determinan el
clima en Colombia (IDEAM).
2.1.1.1. Precipitaciones
El departamento del Atlántico, tiene características propias del piso térmico cálido y sus
alturas no sobrepasan los 530 msnm. Debido a su topografía, generalmente plana, el
viento contribuye a suavizar la temperatura ambiental, pero su manifestación, a veces
con altas velocidades, afecta los cultivos agrícolas en algunos sectores del departamento,
ya que puede llegar hasta a arrasarlos (Ecoforest Ltda., 1996).
De los municipios ubicados en la zona costera, Piojo es el que presenta mayores valores
de precipitación promedio anual de 1200 mm (Ecoforest Ltda., 1996).
La zona costera, presenta una tendencia a la aridez, aquí es mayor el tiempo entre una
precipitación y otra. Las consecuencias de esos periodos de sequías, son catastróficas
para satisfacer el consumo de agua, de las actividades agropecuarias.
2.1.1.2. Temperatura
Las temperaturas medias mensuales fluctúan entre 25° y 30°, las temperaturas medias
mínimas están alrededor de los 24°, mientras que las temperaturas medias máximas
alcanzan los 34°. Los valores máximos de las temperaturas registradas alcanzan los
29,9° en los meses de abril y julio y los mínimos, 25° en octubre y noviembre. En la
zona el comportamiento de la temperatura es de régimen isotérmico con un promedio de
27°. El régimen diario de la circulación del viento, que se manifiesta en las brisas de mar-
2.1.1.3. Evaporación
Por la posición del área de estudio en la zona intertropical, la radiación solar esta en
relación con los valores de precipitación; así por ejemplo la menor radiación coincide con
el periodo más lluvioso y la mas alta con la época menos lluviosa y seca, que en la zona
son los meses de enero y diciembre respectivamente.
2.1.1.5. Vientos
Los vientos que afectan el territorio atlanticense son los alisios del noreste; tienen una
dirección dominante Norte sobre el departamento y su mayor intensidad se presenta en
los meses de febrero y marzo, período en el cual su manifestación se conoce
popularmente con el nombre de brisas, originando algunas veces tempestades eléctricas.
Durante la época seca la ZCIT se encuentra en posición sur; el Sistema de Alta Presión de
las Azores, se encuentra al sur de su posición normal. Como consecuencia los vientos del
Norte y Noreste soplan con una intensidad más pronunciada en toda la región. La
naturaleza de estos vientos es frecuentemente variada. Durante esta época el viento
puede alcanzar una velocidad de 15 nudos, pero con frecuencia alcanza los 20 nudos,
principalmente al final de la tarde y su duración es de aproximadamente 4 horas, pues
disminuye unas cuantas horas antes de la media noche (CIOH, 2005).
Durante los meses de noviembre y mayo, el viento proveniente del mar, elude con
facilidad las bajas serranías, arrastrando la humedad sin permitir la formación de nubes y
de ahí la escasa o nula lluvia que cae en la faja litoral del departamento. Al correr como
viento secante, sólo favorece las precipitaciones cientos de kilómetros costa adentro, en
el piedemonte de las cordilleras Central y Oriental. A nivel local, el régimen diario de la
circulación del viento se manifiesta en las brisas de mar-tierra, las cuales benefician
directamente la faja aledaña al litoral (Ecoforest Ltda., 1996).
Durante la época de lluvias la ZCIT se ubica en posición Norte, entre los 8° y 12° de
Latitud Norte, actuando moderadamente sobre la costa Caribe; los vientos Alisios son
sustituidos por vientos de poca fuerza y de dirección variable generalmente de
componente Oeste bajo la influencia de la ZCIT inestable.
La velocidad promedio del viento es de 8 nudos, registrándose vientos muy fuertes (20 a
23 nudos) de escasa duración que acompañan las lluvias torrenciales, cuando algún
sistema importante transita por el área.
En el mes que acaba de terminar (septiembre de 2006), la costa Caribe ha sido sacudidas
por tornados y vendavales que han afectado a la población y sus viviendas.
En Barranquilla sigue la sorpresa por el tornado que a mediados de este mes (15 de
septiembre) se llevó el techo de 60 viviendas.
En la zona costera, no es normal que se presenten en esta época del año, tornados de
tanta intensidad (F3, ver escala), tal como el que se presentó el 15 de septiembre de
2006 en Barranquilla. Un tornado, es una columna de aire que rota violentamente,
extendiéndose entre una nube convectiva y la superficie de la tierra. Se forma a partir de
una nube cumulonimbus, de extraordinario desarrollo resultado de una excesiva
inestabilidad, provoca un intenso descenso de la presión en el centro del fenómeno y
fuertes vientos que circulan en forma ciclónica (http://glosario/Metereologico). Es el más
destructivo de los fenómenos atmosféricos. Presentándose las condiciones necesarias,
puede ocurrir en cualquier parte del mundo, cuando se forma en la zona costera o en el
mar se denomina tromba.
Aunque ocurre con mayor frecuencia en las sabanas, no es extraño que en toda la Costa
Caribe se presenten vendavales, de acuerdo con Max Henríquez, subdirector del Instituto
de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales-IDEAM (Universal, octubre 01 de
2006). El vendaval nace de nubes llamadas cumulonimbus, densas, potentes, de gran
extensión vertical, que son las más violentas en la atmósfera y se pueden formar en
cualquier tipo de geografía. Sumadas a condiciones de humedad y del viento que
favorezcan su crecimiento, se pueden desprender de ellas fuertes aguaceros, tormentas
eléctricas y vientos fríos que corren en dirección al suelo, capaces de desprender techos y
árboles, pero no paredes. A diferencia del vendaval, la fuerza del viento (giratorio) en el
tornado es hacia arriba.
Existen varias escalas para medir un tornado, pero la más aceptada universalmente es la
Escala de Fujita (Tabla II- 11), elaborada en 1957 por T. Theodore Fujita de la
Universidad de Chicago. Esta escala se basa en la destrucción ocasionada a las
estructuras construidas por el hombre y no al tamaño, diámetro o velocidad del tornado.
No se puede, entonces, mirar un tornado y calcular su intensidad. Se debe evaluar los
daños causados. Hay 6 grados (del 0 al 5) y se antepone una "F" en honor a su autor:
Tornados débiles
F0 y F1. Son el 69% del total, provocan el 5% de los casos fatales y duran entre 1 y 10
minutos. Quiebran ramas de árboles y los árboles en terrenos blandos son arrancados de
raíz.
Tornados fuertes
F2 y F3, son el 29% del total, provocan el 30% de las muertes y duran más de 20
minutos. Los árboles grandes son quebrados y arrancados de raíz; se desprenden los
techos de las viviendas.
Tornados violentos
F4 y F5. Son el 2% del total, provocan el 70% de las muertes y pueden durar más de una
hora. F4 Tornado devastador, se generan proyectiles de gran tamaño. Eleva y arroja
distancia las estructuras con cimientos débiles. El F5, daña las estructuras de hormigón
armado.
2.1.1.6. Oleaje
Las olas son movimientos ondulatorios de la superficie del mar, generados por la acción
de los vientos, su altura depende de la intensidad de los vientos; su dirección está
asociada a las épocas climáticas y a los cambios batimétricos de las zonas cercanas a la
línea de costa.
En el Caribe se observan una dirección del oleaje N-NE para la época seca, mientras que
en la época de transición y húmeda la dirección es variable entre NE y SW.
Tabla II- 12. Amplitud y período de las olas en el Mar Caribe (Juveland, 1987 en INGEOMINAS, 1998).
En la zona comprendida entre Bocas de Cenizas y Punta Caribana, el oleaje presenta una
dirección norte-sur y con alturas de 0,6 a 1 m (Tabla II- 12), un intervalo de período de
oleaje entre 4 y 8 segundos, correspondiendo los valores máximos a la época seca,
aunque en eventos extremos se presentan alturas de hasta 3,5-5 m, incidiendo
directamente sobre las geoformas presentes, produciendo erosión.
La deriva, es una corriente paralela a la costa que se produce por refracción de las olas.
En la costa del departamento del Atlántico, el oleaje predominante es generado por los
vientos Alisios. El sentido de la deriva litoral depende de la orientación de la línea de
costa con respecto a las olas, en este caso predomina el suroeste.
El mayor efecto de arrastre de material fino liberado, hacia zonas más profundas, lo
tienen las corrientes de deriva litoral y las corrientes de marea que pueden alcanzar
considerables velocidad.
Las corrientes superficiales observadas en las capas superiores de los océanos son
debidas principalmente a la acción de la circulación atmosférica sobre la superficie del
mar (IDEAM, 2001c).
En la Región Caribe de Colombia, las temperaturas del agua superficial fluctúan entre
28°C y 30° C y alrededor de 17,8°C a 100 m. de profundidad, reflejo de la estratificación
característica de los mares tropicales cálidos. Los movimientos de las masas de agua se
caracterizan por la corriente del Caribe de dirección noroeste y la contracorriente de
Panamá, de dirección nordeste. Cuando la Zona de Confluencia Intertropical, ZCIT, está
en posición meridional, época seca, la corriente del Caribe se acerca más a la costa y la
contracorriente de Panamá, solo se observa en la zona sur hacia el Golfo de Urabá.
Durante la época húmeda la corriente del Caribe se mueve hacia el norte y se aleja de la
costa, de tal forma que la contracorriente de Panamá extiende la influencia hacia la
desembocadura del río Magdalena y un poco más al nordeste.
2.1.1.9. Mareas
Las mareas son elevaciones y descenso periódicos del nivel del mar producido por la
influencia gravitatoria de la luna y el sol sobre la capa líquida de la tierra. En general el
litoral Caribe presenta un régimen de mareas semidiurna, de tipo micromareal, con
pleamares de intervalo de oscilación entre 10 y 14 horas, con mayor frecuencia cada 11,5
horas especialmente para la zona central (IDEAM, 2001c). Para el caso del Caribe, la
penetración de las mareas, normalmente no pasa de 60 cm de altura. Las mareas juegan
un papel importante para el flujo y reflujo en las entradas de agua a las lagunas costeras.
Las tensiones de fondo de la marea son las de mayor importancia para los procesos de
erosión del fondo (intensidad de re-suspensión de las partículas de sedimento). La
circulación residual de la marea, es uno de los principales mecanismos del transporte de
los sólidos en las escalas mayores del período de la marea en las zonas donde las mareas
son pronunciadas (Lonin, S., 2002).
Dentro de una amplia gama de fenómenos oceánicos es posible destacar los relacionados
con oscilaciones de alta frecuencia, como las olas; los de varuabilidad interanual como el
Fenómeno del Niño o Niña; los de largo plazo, como la elevación del nivel del mar debido
a cambios climáticos globalales (IDEAM, 2001c).
Ciclones tropicales
Mar de leva
En ocasiones el oleaje puede alcanzar grandes alturas y tornarse en amenaza. Entre los
fenómenos relacionados con el alto oleaje se destacan el mar de leva o mar de fondo y
las marejadas de tempestad. El mar de leva o mar de fondo es el oleaje alto que se
produce por efecto del viento lejos del punto de observación, fenómeno que en esta
región es más frecuente en los meses de diciembre a febrero, cuando las vaguadas
asociadas a frentes atmosféricos de latitudes medias alcanzan las latitudes más bajas. De
junio a noviembre la zona costera es susceptible de verse afectada por mareas de
tormentas y mar de leva, debido a la acción de los ciclones tropicales (depresiones,
tormentas y huracanes) frecuentes en el caribe por esta época del año (IDEAM, 2001c).
La marejada de tempestad
El Niño
2.1.2. Hidrografía
Entre los arroyos y caños que desembocan en el mar Caribe se encuentran el caño
Bejuco, el arroyo Cascabel, el arroyo Juan de Acosta, arroyo Cajay, el arroyo Bocatocino y
otros de menor importancia como arroyo Palmarito, Cucambito, Porquera, Grande y
Nisperal (Ecoforest Ltda., 1996; INVEMAR, 2005).
El río Magdalena, vía fluvial, columna vertebral del sistema nacional de transporte
constituye el límite oriental del departamento del Atlántico y vierte sus aguas al mar
Caribe, a lo largo de su cauce va formando diversas ciénagas. En el departamento, el río
Magdalena recorre una extensión aproximada de 110 km, desde Calamar hasta Bocas de
Ceniza; el trazado del río Magdalena entre Barranquilla y Bocas de Cenizas esta
controlado por estructuras artificiales.
La influencia de la pluma del río Magdalena en las aguas costeras esta relacionada con los
cambios en las curvas de temperatura, salinidad y densidad.
Durante la época seca cuando la velocidad del río es menor, la mancha turbia, se observa
en el mismo eje de la desembocadura y se desvía claramente hacia el oeste.
Las lagunas costeras, es un atributo exclusivo del litoral Caribe, son masas de aguas
tranquila, poco profundas, que se separan del mar por una barra que impide la acción del
oleaje, y se unen con el mar a través de canales angostos, reciben agua y sedimentos de
las corrientes de agua dulce y marina (Figura II- 8).
En cuanto al estado ambiental de las lagunas costeras, se deben citar los ejemplos más
sobresalientes: la ciénaga de Mallorquín presenta problemas por pérdida de área a causa
de la ejecución de rellenos, deterioro de la cantidad de agua, por vertimientos vecinos de
la zona industrial de Barranquilla y acumulación de residuos sólidos, transportados por el
río Magdalena.
En la zona costera existen 8 cuerpos de aguas (Tabla II- 13), identificados como lagunas
costeras, los cuales contienen importante reserva de agua utilizables, ocupando un área
de 2.900 Ha, siendo la más grande El Totumo (1.700 Ha) y Mallorquín (780,96 Ha). Las
lagunas costeras, son uno de los sistemas naturales más afectados por el crecimiento y
desarrollo.
Ciénaga de Mallorquín
La ciénaga de Mallorquín, se ubica al noreste del departamento del Atlántico, al oeste del
río Magdalena, ocupando actualmente una superficie de 788,70 ha, un perímetro de
28.93 Km2 y una profundidad máxima de 1,3 m. Hace 50 años formaba parte del delta
externo del Río Magdalena, presentando un régimen estuarino caracterizado por
abundantes recursos pesqueros y de hábitats (Ministerio del Medio Ambiente, 1997).
La ciénega de Mallorquín se formó como parte de la evolución morfodinámica del delta del
río Magdalena a principios de siglo, la construcción de los tajamares de Bocas de Ceniza
entre 1924 y 1936, cortó el proceso normal de estabilización costera impidiendo la
comunicación del río con las ciénagas, a raíz del cambio en el transporte de los
sedimentos se conformó un complejo estuarino conformado por la Ciénaga de Mallorquín,
La Playa, Grande y San Nicolás (Fortuol, 1991 En: Universidad del Norte, 2005). Dado el
avance del proceso de erosión y la ausencia de agua dulce en la ciénaga, en los últimos
años se ha comportado como una laguna costera, que recibe aportes de agua del Arroyo
León, del Río Magdalena, de infiltración y la precipitación directa. El arroyo Grande es uno
de los tributarios de la Ciénega, el cual nace en la Serranía de Santa Rosa y desemboca al
suroccidente de la ciénaga de Mallorquín.
En la década de los 80, la ciénaga sufrió una fuerte salinización como resultado de la
construcción del tajamar Occidental de Bocas de Cenizas alcanzando valores de 186 ppmil
durante los meses secos causando mortandad de especies, los habitantes del
corregimiento La Playa colocaron cinco tubos de 12” de interconexión del río Magdalena
Figura II- 9. Barra de arena en la ciénaga de Mallorquín, que enfrenta procesos erosivos.
Figura II- 10. Posición de la Barra de arena en la Ciénaga de Mallorquín en el año 1973.
Figura II- 11. Posición de la Barra de arena en la Ciénaga de Mallorquín en el año 1986.
Figura II- 12. Posición de la Barra de arena en la Ciénaga de Mallorquín en el año 1990.
Figura II- 13. Posición de la Barra de arena en la Ciénaga de Mallorquín en el año 2000
Entre 1990 y 2000 la barra retrocedió 560 m, el espejo de agua en 2000 era de 994,25
ha, es decir se perdieron 152,35 ha en espejo de agua.
Figura II- 14. Posición de la Barra de arena en la Ciénaga de Mallorquín en el año 2005
Entre 2000 y 2005 la barra retrocedió 280 m, el espejo de agua en 2005 era de 734,48,
es decir se perdieron 107,42 ha en espejo de agua.
En la Tabla II- 14, se relacionan los valores obtenidos en el análisis multitemporal y algunas
características relevantes observadas en la interpretación de las fotografías aéreas e
imágenes de satélite.
Tabla II- 14. Retrocesos de la Barra de arena en la Ciénaga de Mallorquín para el período 1973-2005.
Las modificaciones que ha sufrido la barra de la ciénaga en este período, son el resultado
de la interacción de los agentes climáticos, oceanográficos y topografía submarina. El
patrón del oleaje en la cienaga de Mallorquín es NE 33º, la Ciénaga se encuentra ubicada
en la zona de difracción del oleaje, presentando una concentración de energía en la parte
central y a lo largo del Tajamar Occidental, cuando el oleaje es generado por huracanes la
ola llega oblicuamente a la playa, es decir NW, la rotura del oleaje genera una corriente
paralela a la playa, la cual es importante para el transporte de sedimento.
Ciénaga Manatíes
En el año de 1986 (Figura II- 17), el área ocupada por el espejo de agua de la Ciénaga de
Los Manatíes era de 122,45 hectáreas aproximadamente; para el año 1990, este espejo
de agua disminuyó considerablemente a 60,50 hectáreas y para el año 2005, se redujo a
29,3 hectáreas en el cuerpo principal de la ciénaga y 19,9 hectáreas en los cuerpos
remanentes de la ciéga, es decir que entre 1986 y 2005 se perdierón 73 hectáreas en
espejo de agua y gran parte del bosques de manglar asociado. El proceso de perdida de
espejo de agua continúa ayudado por la alta intervención antrópica.
Ciénaga de Balboa
Los arroyos Juaruco, Caña, Cucambito y El Volcán, drena sus aguas hacia la Ciénaga de
Balboa, en la laguna costera, se observa manglares bien desarrollados (Figura II- 18) y
(Figura II- 19) especialmente en las orillas del sector sur oriental distribuido a manera de
parches de 2 m de ancho y 3 m de altura. En la zona occidental, en el sector llamado el
“Ostional” la ciénaga presenta una barra que la separa del mar (Ministerio del Medio
Ambiente, 1997).
La Ciénaga tiene una dinámica estacional que afecta tanto a la barra como a la Ciénaga.
Durante los vientos alisios, la barra tiene una posición adelantada por acumulación de
sedimentos provenientes de un mayor transporte litoral. Esto tiene como consecuencia, el
cierre de la bocana que permite el intercambio de agua entre el mar y la ciénaga.
La ciénaga de Balboa, junto con las ciénagas de El Rincón y Manatíes hace parte del
sistema hidrográfico del municipio de Puerto Colombia (Alcaldía Municipal de Puerto
Colombia, 2000).
En 1973, el área de la Ciénaga de Balboa era de 138,98 ha, el origen de la ciénaga esta
relacionado con la desaparición de la isla Verde (1935-1947), los sedimentos que
constituían esta geoforma fueron transportados hacia el sur-oeste por la deriva litoral y
se depositaron en áreas adyacentes al continente, formando zonas de acrecimiento
sedimentario (espiga de Puerto Colombia).
En el año de 2004, el espejo de agua se mantiene casi estable (144,5 ha), con una
disminución de 4 ha.
Ciénaga El Totumo
La ciénaga El Totumo es una laguna costera con un área de drenaje de 384,1 Km 2, que
almacena las aguas de escorrentía de arroyos procedentes del Atlántico y Bolívar; la
laguna se conecta con el mar Caribe, lo cual le confiere el importante papel de estuario.
En la parte nororiental de la laguna, se encuentra un volcán de lodo de singular belleza
natural que ha generado, como resultado de sus erupciones, pequeñas colinas entre las
cuales se destaca el actual cono volcánico (Figura II- 24) (Alcaldía Municipal de Piojó, 2001;
Estudios y Asesorías Ltda., 2003).
Se ubica en el extremo Sur del departamento del Atlántico a 10 45’ N, 75 15’W y tiene un
área de 1.698,7 ha, situándose al sur del anillo vial en la vía que conduce de Cartagena a
Barranquilla. Se encuentra comunicada con el mar por una pequeña boca de unos 20 m
de ancho, la cual actualmente regulada por una bocatoma, por esto sus aguas son
dulces, ya que reciben el agua de numerosos arroyos como el arroyo Punta Antigua, el
arroyo Lata y el Calabrisa, provenientes de las estribaciones occidentales de la serranía
de Piojó (Ministerio del Medio Ambiente, 1997; Estudios y Asesorías Ltda., 2003). La
ciénaga se encuentra sometida a la influencia marina por estar próxima a la costa,
acentuándose mas por la acción de los vientos dominantes, los Alisos del nordeste, un
sistema altamente constante durante el año (Estudios y Asesorías Ltda., 2003).
En el área del Totumo, la red de drenaje es de tipo anular hacia la ciénaga y dendrítica en
los lomeríos circundantes. Se aprecian regímenes hídricos especiales asociados a los
La deriva litoral hacia el sur, en combinación con la corriente fluvial del río Magdalena en
su delta, construye una morfología de ciénagas, acantilados, barras y dunas muy
características en la zona de Puerto Salgar. Las zonas litorales, se han convertido en uno
de los objetivos de estudio más importantes y prioritario a nivel mundial, en particular en
los países desarrollados.
La zona costera del departamento del Atlántico presenta una extensión de 64,5 km de
línea de costa, ubicada desde el rompeolas occidental hasta Galerazamba, incluye áreas
de los municipios de Puerto Colombia, Luruaco, Tubará, Piojó, Juan de Acosta y el Distrito
Turístico y Portuario de Barranquilla; presenta una orientación general S 45º W
controlada por el tren estructural de las rocas del Terciario.
El agente principal encargado de erosionar las riberas de la tierra firme es el oleaje que
por una acción mecánica y química destruye gradualmente las paredes rocosas al socavar
la parte inferior de los taludes. Este fenómeno puede ser observado en Santa Verónica,
Turipaná y Punta Sabanilla, donde predominan las costas llamadas abrasivas (o de
erosión marina). El caso contrario es el de las costas acumulativas, cuyo relieve se
constituye por los depósitos de material acarreado del mar a la tierra firme, comunes en
Puerto Colombia, Pradomar y al norte de las playas de Turipaná.
En los últimos 33 años (1976-2006), los cambios más importantes del perfil costero del
Departamento del Atlántico, están asociados a eventos erosivos como de acrecimiento.
Las modificaciones encontradas indican un continuo retroceso de la línea de costa; el
ejemplo más claro es la Barra de la Ciénaga de Mallorquín donde la erosión alcanza los 60
m/año, hacia el sur se presenta en forma discontinua zonas erosivas donde el retroceso
del contorno costero ha sido de 150 m en la flecha de puerto salgar. Para facilitar el
análisis en el comportamiento de la zona costera para estos últimos 33 años, se dividió en
tres tramos:
Este tramo está conformado por un cordón de arena de 57 metros de largo y un ancho de
100, con orientación NE-SW, presenta un perfil transversal muy tendido con pendientes
promedio de 0.3 % en el lecho (Universidad del Norte, 2005), arena limosa con tamaño
de partículas de fina a media el tamaño (Universidad del Norte, 2005), como ya se
mencionó anteriormente el origen de este cordón litoral está asociado al Delta del Río
Magdalena. Hacia el norte (sobre la plataforma), se encuentra el cañón submarino del
magdalena, con orientación NW en la desembocadura del río.
Figura II- 25. Evolución de la línea de costa Tajamar-Punta Sabanilla, período 1986-2005.
En este período, los cambios para este tramo han sido importantes, ya que esta área, el
trazado de la línea de costa está dominado por costas de topografía baja con sedimentos
no consolidados, lo que se refleja en la perdida de grandes extensiones de terreno al
norte de Puerto Colombia y el avance de la línea de costa al sur del mismo como
resultado de la acreción sedimentaria (Espiga de Puerto Colombia), también se observa
pequeños retrocesos en algunas áreas (sur de Sabanilla, El Castillo, Pradomar y Santa
Verónica).
Figura II- 26. Evolución de la línea de costa Punta Sabanilla-Cerro Furú, período 1986-2005.
La Espiga de Puerto Colombia, ha adoptado diferentes posiciones (Figura II- 26): En 1973,
comenzaba su proceso de formación y en 1986 su parte distal alcanzaba los alrededores
de Puerto Caimán (Playa Mendoza) conformando la laguna de Rincón Hondo, para el año
1990 sigue el aporte de sedimento y la laguna de Rincón Hondo pierde parte de su espejo
de agua. En el 2000, tanto en su parte noreste, como en cercanías a la Punta Morro
Hermoso, la espiga evidencia un retroceso de aproximadamente 360 m, mientras que al
sur, en Punta Castillejo el retroceso del contorno costero durante este período fue de 180
m.
La acreción litoral para este período, en este tramo queda restringida a la Espiga de
Puerto Colombia que experimenta un acrecimiento sedimentario de con una amplitud
máxima de 1300 en dirección E-W, frente a Punta Morro Hermoso, donde adopta una
forma de gancho con 3,7 Km de elongación. La configuración en forma de gancho
incrementa los efectos erosivos al sur (Puerto Velero), al comportarse como una trampa
de los sedimentos aportados por la deriva litoral.
Desde Puerto Caimán (Playa Mendoza) hasta Cerro Furú el trazado costero durante estos
últimos años revela cierta estabilidad se observan paleoacantilados (Figura II- 27). En este
tramo, la línea de costa ha perdido y ganado terrenos, siendo el más representativo en
Santa Verónica, en donde la erosión no sobrepasa los 100 de metros.
Para este tramo, se puede decir que existe un comportamiento relativamente “estable”
(Figura II- 28), debido a que no se observan cambios exorbitantes, a excepción de los
retrocesos en los acantilados del área, los cuales están sujetos a la acción directa del
oleaje y tienen una alta susceptibilidad a los fenómenos de deslizamientos y caída de
bloques, especialmente los sectores de la Loma el Morro, Cerro Mahates, Cerro Furú,
Punta de Morro Pelao, Cerro El Sapo y Punta de Morro Hermoso; donde predominan las
costas llamadas abrasivas (o de erosión marina). La composición litológica y las
características estructurales de las rocas que afloran sobre la línea de costa no ayudan a
contrarrestar la erosión marina, por ejemplo en la zona del Morro, los estratos tienen
una disposición paralela a la línea de costa y se inclinan con una pendiente de 75º hacia
el NW; el borde rocoso de Punta Manzanillo-Morro Pelao, está formado por una
alternancia de areniscas de grano fino, conglomeráticas, limolitas y arenitas finas, el
Cerro Mahates está formado por bancos de arenisca de grano medio, un tanto
conglomeráticos y en la parte inferior por limolitas y arcillolitas grises; el cerro de Furú
está conformado por una alternancia de arcillolitas y limolitas finamente laminadas.
Figura II- 28. Evolución de la línea de costa Cerro Furú-Norte de Galerazamba, período 1986-2005.
La acción abrasiva del mar sobre los acantilados genera gravas, limos, arcillas y arenas,
las cuales son transportadas eventualmente hacia el sur por la acción de la deriva litoral y
depositadas por la acción del oleaje.
El 33% del borde litoral del departamento del Atlántico presenta serios problemas
erosivos, de los cuales el 25% (16,13 Km) corresponde a costas altas y el 8% (5,16 Km)
El 17,35% del borde litoral del departamento del Atlántico presenta zonas de
acrecimiento; el cual es perfectamente identificable por la ganancia de sedimentos, el
cual se traduce en un avance de las playas hacia el mar. Las zonas de acrecimiento están
relacionadas con playas y espigas o flechas (Puerto Colombia y Puerto Caimán), de los
cuales el 25% (16,13 Km) corresponde a costas altas y el 5% (5,16 Km) corresponde a
costas bajas. Las diferentes modificaciones de la línea de costa, reflejan un predominio de
perdida de terrenos litorales en comparación con la ganancia de los tramos de costa que
ha sufrido acrecimiento sedimentario.
Figura II- 29. Cambios morfológicos del litoral del Departamento del Atlántico período 1973-2005.
El 49,64% del borde litoral del fepartamento del Atlántico presenta una línea de costa
poco variable, no se encuentra entre ninguna de las anteriores, sin embargo esto no
significa que sean zonas estáticas o inmutable a la dinámica costera.
En la zona litoral del departamento del Atlántico predominan los procesos erosivos sobre
los procesos de acrecimiento (Figura II- 29), esto permite obtener un conocimiento general
del comportamiento de la línea de costa, identificando dos zonas de relevancia: la Barra
de Arena de la Ciénaga de Mallorquín y la Espiga de Puerto Colombia.
2.1.3. Geología
La zona costera del departamento del Atlántico, presenta una orientación general S 45º
W controlada por el tren estructural de las rocas del Terciario (Duque-Caro, 1984), en la
cual afloran rocas sedimentarias y sedimentos débilmente consolidados y no
consolidados, que comprenden desde el Paleoceno Superior hasta el Reciente (Figura II-
30), en su mayoría de origen marino de edad paleógena, neógena y depósitos
cuaternarios litorales y continentales que forman parte de los cinturones deformados de
San Jacinto y Sinú (Ver Mapa Geológico).
Figura II- 30. Mapa geológico de la Zona Costera, formada por los Cinturones de Sinú y San Jacinto, (actualizado de
INGEOMINAS, 1998).
2.1.3.1. Estratigrafía
La Formación San Cayetano fue definida por Chenevart (1963 En: INGEOMINAS, 2001)
como una secuencia de limolitas y arenitas finas aflorantes en los Montes de María
(Serranía de San Jacinto) sin precisar las características estratigráficas ni la sección tipo.
Recientemente, en trabajos del INGEOMINAS se ha reconocido esta unidad en sitios
distantes del área de referencia inicial.
La Formación San Cayetano ha sido considerada por diversos autores como de origen
turbidítico. Zimmerle (1968), En: Duque-Caro (1971) reconoció características tales como
gradación y ritmicidad propias de este tipo de depósito. Duque-Caro (1973 y 1980)
interpreta ambientes con profundidades superiores a los 4.000 m, con base en el nivel de
compensación de carbonatos. (Reyes et al., 1999 En: INGEOMINAS, 2001) encontraron
litofacies tipo B, D y E, según lo propuesto por Mutti & Ricci Lucchi (1988) y Ta, Tb, Tc y
Td, del modelo de secuencia de Turbiditas de Bouma que permiten interpretar un origen
turbidítico en su parte media a distal para la unidad.
La Formación San Cayetano según Duque-Caro (1967) ha sido considerada como del
Cretácico Superior - Eoceno Medio.
Formación Pendales es el nombre utilizado por Henao (1951 En: INGEOMINAS, 2001)
para designar un conglomerado potente y compacto que aflora en los alrededores del
caserío de Pendales en el departamento del Atlántico. Esta formación, se encuentra en la
Loma El Morro (Figura II- 31) (Astilleros), aparentemente es una estructura anticlinal
apretada, limitada por fallas, con su flanco occidental más pendiente que el oriental e
incompleta su exposición debido probablemente a que está parcialmente sumergido o ha
sido afectado por la erosión litoral, en ella afloran conglomerados muy potentes y
compactos, capas gruesas tabulares de grano fino de arenitas arcósicas. Es un sector
afectado por intensa perturbación tectónica.
Las Perdices es el nombre dado por Anderson (1929 En: INGEOMINAS, 2001), para
designar una secuencia de shales, shales arenosos, capas de chert y algunas areniscas
observadas al suroccidente de Barranquilla en un sector rural denominado Las Perdices.
Por las características litológicas y texturales con aporte de sedimentos tamaño arcilla y
limo, se considera que la Formación Las Perdices se depositó en un ambiente marino con
profundidades batiales.
Para Anderson (1929) esta unidad es del Mioceno; van der Hammen (1958) la considera
del Mioceno Inferior; Bürgl et al. (1955), en la sección del arroyo Saco, establece un
rango entre el Oligoceno y el Mioceno; Raasveldt (1953) le asigna una edad del
Oligoceno.
El nombre de Arjona Group aparece en Anderson (1926 En: INGEOMINAS, 2001). Esta
unidad aflora al norte de la ciénaga El Totumo, en una delgada franja al occidente del
departamento, en los límites con el departamento de Bolívar. A excepción de los
afloramientos en los acantilados El Faro y Punta de Juan Moreno (departamento de
Bolívar), esta unidad está mal expuesta, forma colinas suaves dómicas con algunas
manifestaciones de volcanismo de lodo. Esta unidad hace parte del Cinturón del Sinú
(Duque-Caro, 1980). Según Barrera (1999), en los acantilados entre la punta de Juan
Moreno - El Faro, hay una buena exposición de la Formación Arjona, interestratificaciones
de lodolitas color gris oscuro alteradas a un color pardo rojizo por oxidación, con lustre
por cizallamiento y arenitas granodecrecientes de grano fino a grueso, con laminación
convoluta en capas delgadas, frecuentemente con yeso. La parte superior consta de 4 m
de arenitas gradadas, en capas gruesas a muy gruesas con concreciones métricas de
areniscas calcáreas de grano fino a grueso.
Según Duque-Caro esta secuencia tiene una edad del Mioceno (INGEOMINAS, 2001),
Reyes et al. (1999 En: INGEOMINAS, 2001) consideran una edad oligocena - miocena,
con base en información bioestratigráfica colectada en la Plancha 30 Arjona.
En el sector Morropelao, se observa una serie de colinas (que forman un escape de poca
altura) alargadas en sentido N20°E, en las que se destaca la Loma San Vicente,
morfología que hacia el sur tiene una dirección N35°W. Sobre esta área, aflora una serie
de intercalaciones de arcillolitas y limolitas con areniscas amarillentas, que varían en
tamaño de grano desde fino a conglomerático de la Formación Hibácharo, (Bueno, 1970
En: INGEOMINAS, 2001). La referencia original de la Formación Hibácharo es de
Raasveldt (1953 En: INGEOMINAS, 2001), quien no precisó descripción ni sección tipo; se
presume que el nombre se deriva del caserío Hibácharo, al norte del municipio de
Luruaco.
Bueno (1970) menciona que la unidad está constituida por arcillolitas, limolitas y
areniscas de grano fino a conglomeráticas, expuestas en el Anticlinal de Sibarco, en el
Sinclinal de Tubará, al norte de Repelón, en inmediaciones de la población de Hibácharo y
al occidente de las serranías de Capiro y Pajuancho. Se considera que la Formación
Bürgl (1957 En: INGEOMINAS, 2001) en la sección del arroyo Saco hace unas
equivalencias con la nomenclatura de Raasveldt (1953) y considera para la Formación
Hibácharo una edad miocena media.
La dureza de las rocas genera formas de colinas con crestas alargadas. En la franja más
occidental (al occidente de la Falla Juan de Acosta) tiene un rumbo predominante norte
sur, pero en el Cerro de Las Viudas, gira hasta quedar casi este-oeste. En la franja
oriental prevalece el rumbo noroeste. Las mejores exposiciones de la unidad se localizan
a lo largo de la carretera de La Cordialidad, en los arroyos El Gallinazo, Morrotillo y Piojó;
al occidente de Usiacurí. En la sección levantada por el arroyo Morrotillo, con el 38 %
cubierto, Barrera (1999) presenta tres conjuntos.
En el Sector El Morro, se observa una serie de colinas suaves y alargadas de las lomas
Camarón y Juaruco al norte de Tubará, se ensancha hacia la costa sobresaliendo en la
punta Morro Hermoso. Esta serie de colinas se caracteriza por presentar una vegetación
espesa (la más representativa), con un patrón de drenaje subparalelo, arenosas, con
niveles de hasta un metro de espesor de calizas arrecifales (escarpe), calizas terrígenas
amarillentas y bancos de calizas arrecifales; el color predominante es pardo amarillento y
amarillo anaranjado pálido; esta formación también aflora en las lomas La Risota,
Nisperal, Aguas Vivas y Pan de Azúcar en los alrededores de Puerto Colombia. Por la vía
Puerto Colombia – Barranquilla, Barrera (1999) levantó una sección formada por dos
conjuntos.
La edad de la Formación La Popa ha sido muy discutida; Anderson (1926) la consideró del
plioceno; Link (1927) la considera del Pleistoceno Inferior; Royo y Gómez (1950) postula
que es del Mioceno Superior. Con base en las muestras micropaleontológicas recolectadas
por geólogos del INGEOMINAS en el departamento del Atlántico, durante el Proyecto
Caribe, se asume que esta formación es del Pleistoceno. De acuedo con la litología se
puede establecer que esta unidad es correlacionable con las Margas de Salgar y
Barranquilla (Anderson, 1929).
Los depósitos eólicos más recientes, están localizados en la zona litoral, adyacentes a la
línea de costa al norte y oeste de Barranquilla, están conformados por acumulación de
arenas finas de color gris claro que continuamente son movilizadas por el viento, y
alcanzan hasta los 5 m de espesor. Estos depósitos eólicos están cubriendo
discordantemente a las formaciones Hibácharo, Tubará, La Popa, San Cayetano y Las
Perdices; están a su vez cubiertos por suelos arenosos.
Los depósitos marinos de playa están conformados en la línea de costa por sedimentos
recientes, principalmente arenas de grano fino a medio, de color gris claro a gris oscuro,
que han sido depositados por la acción mecánica del mar (olas y corriente), en forma de
playas y espigas. Las playas de Turipaná y Pradomar presentan gran movilidad
(alargamiento y acortamiento), y son las de mayor tamaño en el departamento. La espiga
de Pradomar - Puerto Colombia presenta un tono oscuro debido a la concentración de
minerales pesados.
Plegamientos
Anticlinal de Manzanillo. Este pliegue ha sido reconocido con anterioridad, aunque sin
descripción alguna, en los trabajos fotogeológicos de Raasveldt (1953) y Geophoto
(1965). Está localizado al nororiente de la ciénaga del Totumo y conforma una serie de
colinas que forman acantilados en la línea de costa. Es un pliegue asimétrico con su
flanco occidental tumbado hacia el occidente y fallado transversal y longitudinalmente.
Este anticlinal está conformado por parte de los paraconglomerados y estratos arcillosos
de la Formación San Cayetano.
Anticlinal del Morro. Aflora en la esquina suroccidental del área, en la loma del Morro,
inmediatamente al oriente de la ensenada de Galerazamba. Se trata de una pequeña
estructura apretada, limitada por fallas en sus flancos, con la apariencia de ser una
estructura en flor, asimétrica con su flanco occidental más pendiente que el oriental, e
incompleta su exposición debido probablemente a que está parcialmente sumergido o ha
sido afectado por la erosión litoral .
Este anticlinal está conformado exclusivamente por los estratos clásticos gruesos de la
Formación Pendales. Las relaciones estructurales entre las formaciones San Cayetano y
Pendales y las dos estructuras anticlinales mencionadas anteriormente con la Formación
Las Perdices, que las suprayace inconformemente, es incierta.
Fallas
En general, las fallas y pliegues presentan dos direcciones preferenciales, unas con rumbo
entre N10-30ºE y los lineamientos y fallas transversales N60-70º W.
Falla del Morro. Localizada al oriente de la loma del Morro, tiene un rumbo aproximado
N20°E y se considera como una falla asociada a la falla anterior (Backthrust) que buza
hacia el occidente. Las evidencias y criterios reconocidos fueron: los estratos de
paraconglomerados de la Formación Pendales que conforman la loma del Morro
desaparecen abruptamente hacia el oriente, y están en marcado contraste estructural
(casi ortogonales) con las rocas al sur de la loma del Cerro.
Falla Manzanillo. Localizada al sur de punta Manzanillo, al occidente del área, en una
extensión de 5 Km, con rumbo N30oE, inclinada al este; pone en contacto las formaciones
San Cayetano y Las Perdices, y al sur afecta a la Formación Pendales. Barrera (1999) la
interpreta como una falla inversa inclinada hacia el oriente, hace parte o está asociada al
cabalgamiento principal de la Falla Villanueva-El Totumo; la estructura al oriente de la
falla se ha considerado como un anticlinal tumbado hacia el oriente con el flanco
occidental invertido. Al oriente de la falla afloran estratos de la Formación San Cayetano y
al occidente afloran las formaciones Las Perdices y Pendales
Falla de Juan de Acosta. En el área de trabajo está presente en el flanco occidental del
Sinclinal de Juan de Acosta, y coloca en contacto fallado las formaciones Tubará e
Hibácharo. Aunque las litologías afectadas corresponden principalmente a una alternancia
de lodolitas y arenitas que dificultan precisar al trazo de la falla, es evidente su presencia
por la actitud estructural caótica en las lodolitas en el Arroyo Juan de Acosta. Su
prolongación mar afuera coincide según un mapa batimétrico y geológico de los
alrededores de Galerazamba (Carvajal, 1990 En: INGEOMINAS, 2001) con un
estrechamiento en las curvas batimétricas al occidente de las espigas de Puerto Colombia
y Pradomar, que permite inferir la presencia de un cañón submarino coincidente con el
trazo de esta falla. La dirección aproximada del trazo de la falla es N-S, y buza menos 30°
hacia el oriente, lo que provoca el cabalgamiento de la Formación Hibácharo sobre la
parte alta de la Formación Tubará.
Fallas Transversales. Son fallas con dirección NW y NE. Las que tienen rumbo NW afectan
principalmente a las formaciones Hibácharo y La Popa; al noroccidente de Tubará, se
destacan las fallas de Juaruco y de Puerto Caimán, que provocan movimientos dextrales
de rumbo; se presentan fracturas, fallas y lineamientos con dirección variable hacia el NW
y hacia el NE. Entre las fallas con dirección hacia el NW se destacan de norte a sur las
numerosas fracturas y fallas encontradas en las calizas de la Formación La Popa al
noroccidente de Tubará en la región de Juaruco, en las que se destacan la Falla de
Juaruco que provoca desplazamientos en el sentido del rumbo en las calizas que afloran
en los alrededores de los caseríos de Juaruco y del Morro y un poco más al sur la Falla de
Puerto Caimán que afecta principalmente la actitud estructural de los estratos de las
formaciones Hibácharo y La Popa al noroccidente de la población de Tubará.
Al sur del área se presenta la Falla de Hibácharo, que limita las colinas y lomas del Morro,
Manzanillo y cerro Amanzabuey al occidente de la población de Piojó, y es muy claro en
las imágenes de satélite de la Plancha 24, donde Reyes & Zapata (1996 En:
INGEOMINAS, 2001) la han interpretado como una falla de rumbo sinestral.
Con dirección NE se destacan las fallas del Mirador y Paloalto; estas fallas afectan
principalmente las formaciones Tubará, Hibácharo y La Popa; la primera de éstas coincide
con el abrupto cañón al noroccidente de Tubará que marca el contacto entre las
formaciones Tubará, Hibácharo y La Popa. La Falla Mirador tiene unos 12 Km de longitud .
2.1.4. Geomorfología
Una vez concluida la Orogenia Andina en el territorio colombiano a finales del Terciario, se
presentan cambios climáticos muy bruscos en el Cuaternario, dando origen a las
geoformas costeras actuales. Con base en la existencia de arrecifes se pudo comprobar
que hace aproximadamente 18.000 años el nivel del mar se ubicaba a 100 m por debajo
del nivel actual (Regresión Preflandina), lo que hace figurar una costa mucho más amplia
ocupada por la actual plataforma continental (INGEOMINAS, 1998). La evolución climática
del Holoceno comienza en la fase final de la Trangresión Flandriana, que con la
suavización de su gradiente, inicia el período templado de la tierra, en la cual se ha
desarrollado buena parte de la actual civilización, que sin duda despega cuando el hombre
desarrolla una agricultura extensiva, hace aproximadamente 8.000 años. Desde entonces
el nivel medio del mar viene ascendiendo con una tasa media del orden de 0,2-0,5
mm/año, con ciertas oscilaciones. Testigos de esta desglaciación son los cordones
litorales y plataformas de abrasión sumergidas y valles en forma de “U” de la plataforma
continental del Parque Tayrona y cañones submarinos en el sector de isla de Salamanca.
El ascenso del nivel del mar continúa hasta cubrir los antiguos valles fluviales y
geoformas preexistentes (5.000 a 3.000 años), alcanzando alturas entre +3 y +5 m
sobre el nivel del mar actual. Page (1986 En: INGEOMINAS, 1998) atribuye los niveles de
terrazas a levantamientos del borde costero, explicando este fenómeno en el principio de
hidro-isostasia durante la transgresión del Holoceno. Cuando el mar comienza a buscar su
actual nivel, suceden nuevos cambios en la morfología costera. El principal de ellos son
las barras-barreras, los cuales a su vez han permitido la formación de diversas lagunas
costeras.
Costas elevadas
Las colinas costeras se presentan en contacto directo con el mar, desarrollando rasgos
como acantilados y bloques caídos. La presencia y magnitud de estos rasgos depende
principalmente del grado de energía del oleaje, de la naturaleza y de la disposición
estructural de las rocas. El Relieve colinado está caracterizado por el afloramiento del
Terciario, con relieve ondulado y pendientes moderadamente onduladas a fuertemente
onduladas, los materiales que afloran predominantemente son arcillas grises, rojas y
marrones amarillentas, en algunos sectores con estructura de fragmentos calcáreos. Su
morfología actual no depende de plegamientos de las rocas, sino exclusivamente de los
procesos exógenos degradacionales determinados por el agua y el viento.
El paisaje de colinas se encuentra en la parte oriental del área, está formada por colinas
alargada con alturas inferiores a los 200 msnm, entre las cuales se destacan: loma del
Hueso de Vaca al nororiente de Galerazamba, loma El Morro, loma San Vicente y San
Diego, cerro Punta de Piedra, cerro Mahates, cerro Las Viudas (Serranía de Pajuancho),
Otras lomas, menos elongadas que las anteriores, se encuentran en los alrededores de
Puerto Colombia, como son las lomas La Risota y Pan de Azúcar, formadas por lodolitas,
arenitas y calizas en capas poco inclinadas, loma Camarón, loma Aguas Vivas.
Comprende un sistema de colinas modeladas sobre materiales sedimentarios del terciario,
ubicadas al centro y oeste del área. Son formas con relieve fuertemente inclinado a
moderadamente escarpado, como crestas monoclinales abruptas y espinazos algunas
veces escarpados, con pendientes de 7-12-25 y hasta 50%, colinas compuestas por
arcillolitas, limolitas e intercalaciones de areniscas arcillosas y calcáreas, de origen fluvio-
lacustre. Igualmente se diferencian colinas compuestas por areniscas calcáreas, con
intercalaciones de arcillolitas y lodolitas, con inclusiones de cherts, limolitas y algunas con
calizas que presentan una alternancia de areniscas de grano grueso, fosilíferas y shales
limo-arcillosos.
El agente principal encargado de erosionar las riberas de la tierra firme es el oleaje que
por una acción mecánica y química destruye gradualmente las paredes rocosas al socavar
la parte inferior de los taludes, mismos que se vuelven cada vez más inestables, hasta
finalmente provocar deslizamientos rotacionales y caída de bloques de la parte superior.
Este fenómeno puede ser observado en Santa Verónica, Turipaná y Punta Sabanilla,
donde predominan las costas llamadas abrasivas (o de erosión marina).
En el área de Punta San Vicente, al sur del cerro Mahates, se observan bordes de terrazas
con escarpes de 4 a 5 m de elevación, compuestos de material arcilloso abigarrado, de
color gris claro, con óxidos de hierro a lo largo de las fracturas. Hacia la parte superior
de la terraza, el color cambia a pardo rojizo por enriquecimiento de óxidos de hierro.
Bordeando el cerro Furú, tanto en su frente oriental como hacia el sur, se presenta un
escarpe de terraza de 2 metros de elevación, compuesto por arcillolitas limosas de color
amarillento, con pequeños guijos de cuarzo y chert de 2 a 3 mm de diámetro; se
desconoce su origen.
Hacia el norte de Puerto Caimán, la altura de las terrazas que se encuentran cubiertas por
sedimentos aluviales sobrepasa los 10 metros.
Acantilados
La fuerza de erosión que actúa contundentemente sobre la zona costera, proviene de las
olas, la fuerza de golpe de las olas contra un acantilado está de 10 a 70 t/m 2, lo que da
origen a la erosión directa y remoción de sedimentos. El oleaje por una acción mecánica y
química destruye gradualmente las paredes rocosas al socavar la parte inferior de los
taludes, mismos que se vuelven cada vez más inestables, hasta finalmente provocar
deslizamientos rotacionales y caída de bloques de la parte superior. Los acantilados se
van regularizando gradualmente con una morfología que está relacionada directamente
con la composición litológica, así por ejemplo los acantilados escarpados de la zona
costera del departamento del Atlántico están relacionados con las arcillolitas y limolitas de
las formaciones San Cayetano y Hibacharo.
Gran parte de los acantilados presentes en el área de trabajo están sujetos a la acción
directa del oleaje y tienen una alta susceptibilidad a los fenómenos de deslizamientos y
caída de bloques; especialmente críticos son los sectores de la loma del Morro, cerro
Mahates y cerro Furú, punta de Morro Pelao, cerro El Sapo y punta de Morro Hermoso;
donde predominan las costas llamadas abrasivas (o de erosión marina).
El sector de Astilleros (loma El Morro) ha sido afectado por la erosión litoral, en ella
afloran conglomerados muy potentes y compactos, capas gruesas tabulares de grano fino
de arenitas arcósicas de la Formación Pendales
En esta zona del Morro, los estratos tienen una disposición paralela a subparalela a la
línea de costa y se inclinan con una pendiente de 75º hacia el NW. La acción abrasiva del
mar sobre el acantilado genera gravas, las cuales son transportadas eventualmente hacia
el sur por la acción de la deriva litoral. La altura del escarpe en este acantilado supera los
50 m. Sector afectado por intensa perturbación tectónica.
Punta Manzanillo - Morro Pelao. Este borde rocoso está formado por una alternancia de
areniscas de grano fino, las cuales varían algunas veces a conglomeráticas, limolitas y
arenitas finas, bioperturbadas, en capas de 4 a 8 cm de espesor de la Formación San
Cayetano, (Chenevart, 1963 En: INGEOMINAS, 2001). El material fino está fuertemente
fracturado y las fracturas se encuentran rellenas de yeso. A lo largo del escarpe se
observa replegamiento y cizallamiento de los diferentes horizontes de roca. El escarpe es
vertical, con 7 m de altura.
Cerro Mahates. Presenta una altura de 70 m y está formado en su parte alta por bancos
de arenisca de grano medio, un tanto conglomeráticos, friables, de 1 m de espesor. Le
subyacen limolitas y arcillolitas grises, bien estratificadas y compactas. Hacia el norte del
cerro el escarpe es empinado, mientras que hacia los sectores centro y sur la inclinación
es baja, también se presentan guijos de cuarzo y chert principalmente. La parte superior
del cerro está constituida por limolitas ferruginosas con abundantes costras de óxidos de
hierro.
Punta Sabanilla. Es el borde rocoso más oriental que se ubica en el área costera del
departamento, antes de llegar a Bocas de Ceniza, distinguible por su vértice en forma de
L. Está formado por calizas arrecifales, con efectos de disolución por la acción del frente
marino. Hacia el occidente la elevación del acantilado llega a los 20 m, pero hacia el
extremo norte oscila entre 1,5 y 2,0 m de elevación.
Esta geoforma presenta una intensa erosión y por esa razón se aprecian bloques de caliza
entre 2 y 3 m hacia la base, como producto de la alta energía del mar sobre este primer
acantilado.
Costas bajas
Aquí se agrupan todos los elementos del paisaje costero que presentan una disposición
horizontal a ligeramente inclinada y cuyos orígenes están ligados a procesos litorales de
sedimentación y erosión. Muchas de estas unidades están sujetas directamente a la
acción del mar.
Llanura costera
En esta unidad se presenta el mayor grado de erosión, causada por las sequías que
destruyen la cobertura vegetal, dejando grandes zonas sin cobertura, haciéndolas
susceptibles a las fuertes lluvias. Hacia el sur se presenta erosión debida a la agricultura
transitoria o al sobrepastoreo.
En relieve más suave, ligera a moderadamente inclinado, con pendientes de 3-7-12 hasta
25 %, se encuentran depósitos de origen aluvial en valles y abanicos aluviales, asociados
a las márgenes de los ríos y arroyos actuales.
Los depósitos coluvioaluviales son los depósitos aluviales intermontanos y los de llanura
aluvial, es decir, depósitos de derrubios acumulados en los cauces de los actuales arroyos
y los valles intermontanos estrechamente relacionados a dichos arroyos localizados entre
las colinas. Estos valles pueden alcanzar en algunos casos hasta cinco kilómetros de
ancho por varios kilómetros de longitud. En términos generales se puede diferenciar dos
tipos de orientaciones en la dirección de estos depósitos, unos en sentido norte-
nororiente localizados especialmente hacia el norte y oriente de la estructura sinclinal de
Tubará y otros nortenoroccidente y nororiente al occidente de esta estructura,
característica de medialuna, islas interiores del cauce del río, las cuales emergen o
desaparecen estacionalmente.
La zona de punta Sabanilla hace parte del extremo norte de la plataforma marina
elevada, la cual se haya ligeramente basculada hacia el NE, con un ángulo de 14º. Este
rasgo es significativo ya que eventualmente puede aportar información relacionada con
las variaciones del nivel del mar durante el Pleistoceno; su extensión hacia el sur no se
puede evaluar debido a que se encuentra cubierta por dunas antiguas, con relieve
ondulante.
Planicies aluviales
Salitrales
Pantano de Manglar
Áreas bajas, pantanosas que resultan del relleno con materiales finos (arcillas, lodo,
materia orgánica) de las depresiones encerradas por flechas litorales, barras de playa.
Limos procedentes de la deriva continental o de los depósitos de marea se acumulan
cuando se equilibra el nivel de la marea (pleamar), la depositación es mecánica. Sobre
estas áreas pantanosas crece el mangle.
Lagunas Costeras
Son depresiones ocupadas parcial o totalmente por agua, separadas del mar por una
barrera, zona de manglar, espigas o cuerpos de cordones litorales y con comunicación
directa o efímera al mar. Su origen esta ligada a procesos marinos, aunque puede recibir
aportes continentales de las corrientes de agua que descargan sus aguas principalmente
durante la época de invierno.
Playones
Planicie eólica
La Planicie eólica y fluvial presente en un amplio sector del área, se caracterizan por la
formación de dunas y mantos de arena los cuales por el modelado denudativo conforman
colinas erosiónales de diferente grado de pendiente.
Dunas antiguas
NE de la Loma el Morro. Son longitudinales, con crestas amplias, compuestas por arenas
grises medias a oscuras, debido al aporte de materia orgánica. Descansan sobre un
conglomerado terciario y parcialmente sobre la misma llanura costera; no superan los 3 ó
4 m y sobre ellas ha crecido vegetación.
Dunas actuales
En general son acumulaciones de arena transportadas por el viento, activas, con una
elevación que no supera los 3 m y localizadas paralelamente a la actual línea de costa.
Hacia la zona oriental del sector de estudio, dentro de la barra que delimita por el norte
con la ciénaga de Mallorquín, se acumulan dunas de arena fina, las cuales aparecen como
montículos de 2,5 a 3 m de elevación, cuyo desplazamiento del material, en dirección del
viento, es muy limitado en razón de lo estrecho de la barra.
Más hacia el sur, dentro de la espiga de Puerto Colombia, se presentan igualmente dunas
de diferentes modalidades. En primer lugar se observan montículos aislados de arena de
poca superficie (20 a 30m²), ubicados en la base de los acantilados de Morro Hermoso,
punta Castillejo y cabo Barro Azul; su altura es variable, pero en ningún momento
sobrepasa los 5 m.
Otro conjunto de dunas, localizadas sobre la Espiga de Puerto Colombia, son las
longitudinales recientes que bordean la actual línea de costa y que se han emplazado en
una dirección NE-SW. Se presentan en forma de cuerpos de arena elongados y
coalescentes, de formas pseudoparabólicas, con un espesor que no sobrepasa 1 m.
Cubriendo los sectores de Castillo, Puerto Salgar y Punta Sabanilla, se presentan dunas
antiguas que cubren el terciario (calizas de la formación la Popa). Se trata de una arena
fina, amarillo pardusca, la cual forma en Punta Sabanilla crestas amplias de 1,5 a 2,0 m,
en una dirección N-60º-E.
Hacia el NE de Puerto Salgar, el tope de las colinas circundantes está conformado por
arenas de color achocolatado, de grano fino, constituidas por cristales de cuarzo, de
forma angular a subangular.
La formación de todas estas dunas está íntimamente relacionada con vientos alisios
procedentes del NE, los cuales probablemente actuaron sobre extensos playones
localizados al norte y nordeste de Punta Sabanilla, cuando dichos sectores no habían sido
sometidos al retroceso causado por la construcción de los tajamares de Bocas de Ceniza.
Planicie lacustre
Está constituida por diferentes relieves caracterizados por un drenaje natural deficiente.
En algunos sectores existen formas de basín con drenaje pobre a imperfecto (A31)
formado de material arcilloso de naturaleza montmorillonítica y material aluvial y coluvio-
aluvial depositado sobre un relieve plano susceptible a encharcamiento.
Playas y espigas
Los sedimentos producto de la erosión de acantilados y los aportados por el delta del
Magdalena, normalmente se acumulan sobre la plataforma de abrasión, conformando la
playa, geoforma que se extiende desde la línea de costa hasta la línea de baja marea; los
perfiles de las playas no son permanentes. Los depósitos marinos de playa están
conformados en la línea de costa por sedimentos recientes, principalmente arenas de
grano fino a medio, de color gris claro a gris oscuro, que han sido depositados por la
acción mecánica del mar (olas y corriente), en forma de playas y espigas. Las playas de
Turipaná y Pradomar presentan gran movilidad (alargamiento y acortamiento), y son las
de mayor tamaño en el departamento. La espiga de Pradomar - Puerto Colombia presenta
un tono oscuro debido a la concentración de minerales pesados.
El desarrollo de playas hasta Punta de Piedra está restringido a fajas estrechas de arena
las cuales, en la mayoría de los casos son cubiertas por el mar durante la marea alta.
Después del derro Punta de Piedra sobresalen las playas Turipaná y Santa Verónica, las
cuales presentan playas traseras “backshore” amplias, donde se ubican dunas dispersas
de escasa elevación.
Con ligeras excepciones, las playas que se ubican en el sector costero entre playa
Turipana y el río Magdalena están asociadas con espigas y en general con barras de
arena. Con base en la forma de emplazamiento y las características morfológicas de las
espigas y de las playas, el área costera más importante se divide en dos tramos: (1)
Playa Turipana- Punta Sabanilla y (2) Punta Sabanilla-Rio Magdalena.
Cuando las olas llegan perpendiculares a la línea de costa, aparecen las barras de playas
a lo largo de la misma, morfológicamente las barras de playas conforman un complejo de
camellones y depresiones alargadas que sobresalen por encima del nivel del mar,
conformadas por limos y arenas bien seleccionadas.
Espigas o flechas, se identifican claramente en las imágenes sobre la línea de costa del
área de estudio, al norte de las playas de Turipana, las espigas de Pradomar y Puerto
Colombia. Estas geoformas de constitución arenosa de configuración alargada en la
dirección predominante de la deriva litoral, se caracterizan por presentar un extremo
unido al continente y el otro libre y en forma de gancho (Carvajal, 1994; En:
INGEOMINAS, 2001). Tanto en las fotografías aéreas como en las imágenes de satélite,
estas geoformas son fácilmente cartografiables por su forma característica y su tonalidad
clara.
Para los años 1959, 1961 y 1981, dentro de esta síntesis histórica, la costa entre
Pradomar y Punta Morro Hermoso exhibió barras de arena, las cuales se desprendían
desde Pradomar y se ubicaban adyacentes a ese sector, no muy distante de la actual
línea de costa. Con base en el diseño que muestra actualmente la costa, se deduce que a
partir de 1959 se presentaron condiciones ideales para que se extendiera, fortaleciera y
reformara la gran espiga. En ese sentido, la deriva litoral jugó un papel importante en el
transporte de los sedimentos hacia el sur, ya que el mecanismo de acreción de la barra
estuvo íntimamente asociado con la formación de crestas de playa.
Punta Sabanilla- Río Magdalena. Este sector costero, de topografía baja, exhibe
características muy particulares que lo diferencian en muchos aspectos de los tramos
costeros descritos anteriormente.
En esencia, este sector está definido por una barra de arena que se desprende de la parte
media del tajamar occidental de Bocas de Ceniza y se proyecta hacia el occidente, hasta
conectarse con Punta de Sabanilla. Dicha barra, en el sector oriental, sirve de separación
entre la Ciénaga de Mallorquín y el mar, mientras que hacia el oeste, este cuerpo de
arena separa del mar, las zonas bajas lodosas, arenales de antiguas playas y ciénagas de
menor extensión.
La línea de costa está conformada por una espiga de arena relativamente estrecha,
facilitando que el mar segmente y abra canales, produciendo una comunicación entre el
mar y la ciénaga. Está compuesta por arena de grano fino y color gris, sobre la cual se
presentan cuerpos esporádicos de dunas de escasa elevación, ubicadas por lo general en
la parte trasera de las playas. La barra, en su parte interior, ha creado zonas protegidas
donde se ubican depósitos de lodo; este material es cubierto en forma temporal por el
mar, especialmente en zonas adyacentes a canales.
En el sector de Punta Sabanilla la barra está delimitada hacia atrás por una zona de
manglar, la cual a su vez rodea la ciénaga Manatíes. La barra es tan estrecha allí que en
sectores locales la zona de manglar se ve expuesta al oleaje impetuoso que llega a la
costa en forma frontal (Figura II- 34).
Plataforma continental
La clasificación de los depósitos superficiales en esta área permiten diferenciar seis facies,
predominando la sedimentación terrígena (96%): arena litoclástica, arena lodosa,
litoclástos y lodo arenoso litoclástico. El porcentaje restante lo conforman sedimentos
carbonatadaos con dos tipos de depósitos: arena litobioclástica y bioclásticas (Molina,
1993).
La facies sedimentarias que predomina es la deltaica del Río Magdalena, como la fuente
principal de sedimentos.
2.1.5. Suelos
La calidad de los suelos está ligada a las rocas de las cuales provienen y la morfología
sobre la cual se desarrollan; aquí se tiene, según el IGAC (1981), suelos de las colinas,
suelos de planicie aluvial y suelos de planicie fluviomarina. Los suelos del sistema de
colinas son de relieve quebrado, provienen de la meteorización de arcillolitas, lodolitas y
areniscas fosilíferas, con erosión moderada; son de textura fina a media, bien drenados,
con alto contenido de carbonato de calcio y presencia de sales de sodio y yeso, con bajo
contenido de fósforo en superficie y alto en los horizontes más profundos; su pH varía de
casi neutro a alcalino, y son medianamente evolucionados, dedicados principalmente a la
ganadería. De acuerdo al mapa de suelos del departamento del Atlántico IGAC (1981)
escala 1:100000 (Ver Mapa de Suelos), los suelos que prevalecen en la zona costera del
departamento se presentan a continuación.
SB: Asociación SANAGUARE. Suelos muy poco evolucionados, con drenaje muy pobre,
texturas finas, presencia de sales en todo el perfil en posición de basines y con drenaje
pobre y texturas medias y ocurrencia de sales y sodio desde la superficie en los diques.
Terrazas no inundables
SA: Asociación SOLEDAD. Suelos poco evolucionados, bien drenados, de texturas gruesas
sobre moderadamente finas, materiales compactos y presencia de sodio después de 50
cm conjunto Soledad) y texturas gruesas, sin problemas de sales.
Valles estrechos
Basines
Pantanos
PE: Consociación VICHE: Suelos muy poco evolucionados, muy pobremente drenados, de
textura fina y con sales y/o sodio después de 20 cm.
Es el área de aporte de los materiales más recientes transportados por numerosos canos
que desembocan en las ciénagas. Esta área se caracteriza por un microrelieve de gran
complejidad en el que alternan pequeñas áreas planas, bajos y diques.
En esta planicie se presentan suelos que han evolucionado a partir de materiales fluviales
y marinos y que han originado formas tales como cubetas, terrazas y playones. Para la
zona costera encontramos:
De Cubetas
Terrazas
De Playones
PD: Consociación PLAYÓN. Suelos muy poco evolucionados, de drenaje pobre, de texturas
gruesas, y afectados por sales y sodio.
Dunas
MA: Consociación MALAMBO. Suelos muy poco evolucionados, bien drenados, de textura
gruesa y pendientes 3-7-12%.
DU: Consociación SALGAR. Suelos muy poco evolucionados, de texturas gruesas y bien a
excesivamente drenados y pendientes 3-7-12%.
Aquí se agrupan los suelos que se han desarrollado en un sistema de colinas modeladas
sobre materiales sedimentarios del terciario. Las colinas se dividen en dos grupos de
acuerdo con las características de su relieve. Suelos de las colinas de relieve ligero a
fuertemente ondulado. De acuerdo con la naturaleza que presentan los materiales
parentales sobre los cuales están evolucionando los suelos, las colinas ofrecen diferentes
fases de pendientes, de erosión y de formas. En el área de estudio se encuentran los
siguientes tipos:
CF: Asociación Puerto Colombia. Suelos bien drenados, de relieve quebrado y pendiente
25-50%; de erosión ligera a moderada, poco evolucionados, de texturas finas y
moderadamente finas, de texturas moderadamente gruesa sobre moderadamente finas y
medianamente evolucionados, texturas finas y presencia de sodio a partir de 15 cm y
sales después de 40 cm.
2. 2. RECURSOS MINERALES
2.2.1. Calizas
La extracción de calizas en el área de estudio está dirigida hacia dos mercados, el primero
y de mayor consumo corresponde a las calizas aptas para la industria del cemento, que
requiere contenidos de carbonato de calcio superiores al 75%. En el área se extraen con
este propósito calizas provenientes de la Formación La Popa, la cual esta compuesta por
arcillas macizas que pasan gradualmente hacia arriba a calizas arrecifales, las que
componen exclusivamente la parte superior, en varios frentes de explotación de la
Empresa Cementos del Caribe, uno adyacente a las instalaciones de la planta de
producción en la zona industrial de la ciudad de Barranquilla y otros en la vía que conduce
de esta ciudad a Puerto Colombia, en las lomas de Pan de Azúcar (Canteras Ochoa).
Caliza Sello Rojo (Puerto Colombia km 14 vía Puerto Colombia) 74º48´, 11º00
Cantera Barrera (Puerto Colombia Km 9 vía al mar)
Cantera Ochoa (Puerto Colombia Km 9 vía al mar) 74º58´, 11º00
Cantera Loma China (Puerto Colombia)
Cantera Munarriz (Puerto Colombia vía al mar)
Las reservas de estos sectores son una limitante a largo plazo en los niveles de
producción actuales, se encuentran restringido al nivel de las calizas de la formación La
Popa; en este sentido, se está evaluando la calidad de los niveles calcáreos de la
Formación La Popa de las lomas al noroccidente de Tubará, en los alrededores de las
poblaciones del Morro y Juaruco. Las Calizas también son utilizadas en menor proporción,
como agregado grueso para concretos, como recebo para afirmado de vías; en la
elaboración de productos agropecuarios y como piedras ornamentales.
Las formaciones San Cayetano, Hibácharo, Las Perdices y Arjona, por su litología,
compactación y origen, se pueden considerar como formaciones con baja porosidad y
permeabilidad primaria; la escasa agua subterránea almacenada es generalmente alta en
el contenido de los principales iones, son duras a muy duras, salobres, y se encuentran
en los límites mínimos permisibles de potabilidad a impotables para consumo humano.
Las posibilidades de explotación son muy escasas. Con respecto a la Formación La Popa,
el inventario de puntos de agua realizado por INGEOMINAS (1985) y las observaciones
realizadas en los alrededores del Morro y Juaruco, indican que hay aljibes y manantiales
que proveen agua para uso doméstico y abrevadero de animales. El almacenamiento del
recurso hídrico subterráneo está condicionado a la densidad de fracturamiento en las
calizas. A juzgar por los resultados obtenidos en el pozo 17 perforado por INGEOMINAS y
los pozos perforados por Cementos del Caribe en la exploración de las Calizas del Morro y
Juaruco, las posibilidades de explotación mediante pozos es muy poca. Considerando
principalmente su litología, capas potencialmente acuíferas pueden encontrarse en las
unidades Tubará y Rotinet. En estas formaciones INGEOMINAS perforó varios pozos
explotorios cuyos resultados fueron muy variables tanto en caudal como en calidad
química natural de agua subterránea. Ante la gran necesidad de agua potable de la
población de Tubará, se han perforado varios pozos; el primero de ellos fue hecho por la
compañía Tropical Oil Company, hasta una profundidad de 61 m y produjo 8 lt por
segundo, de aguas muy salobres con 1.890 ppm, de sólido disueltos (Manjarrés, 1961
En: IGEOMINAS, 2001). En 1971 se perforó un cuarto pozo de 120 m de profundidad,
que fue entubado sólo hasta los 60 m por el alto contenido de iones que tornaban el agua
muy salobre para consumo humano. Este pozo rindió un caudal de 9,3 lt por segundo de
aguas salobres, en límite permisible para consumo humano. Los pozos perforados por
INGEOMINAS (1985, 1994) en las poblaciones de San José de Saco y Baranoa, captan
aguas provenientes de la Formación Tubará. Los sedimentos cuaternarios se pueden
constituir en acuíferos delgados susceptibles de explotar mediante aljibes. En los
depósitos coluvioaluviales se han construido varios aljibes, que producen agua en
cantidades significativas, como por ejemplo, el que abastece el sector turístico de
Palmarito y Turipana, que capta agua de los depósitos asociados al arroyo Juan de
Acosta.
2. 3. AMENAZAS GEOLÓGICAS
Las principales amenazas que pueden afectar el área de estudio son aquellas relacionadas
a fenómenos naturales tales como erosión costera y deslizamientos de bloques,
inundaciones, huracanes y volcanismo de lodo.
Los fenómenos de inestabilidad más comunes en el área son los procesos erosivos
severos de la línea de costa, escurrimiento de laderas y los deslizamiento, los cuales tiene
como factores detonantes la alta energía de las olas, las altas precipitaciones,
intervención antrópica al modificar las propiedades de los suelos creando un conflicto en
el uso del mismo y la susceptibilidad geomórfica (pendientes, morfología, etc.), así como
la concentración de la escorrentía superficial.
Los fenómenos atmosféricos mas destacados en la zona costera del departamento del
Atlántico, son el alto oleaje, relacionados con el paso de sistemas atmosféricos de escala
sinóptica, como las vaguadas y los ciclones tropicales. La costa se puede ver afectada por
el mar de leva, fenómeno que en esta región es más frecuente en los meses de diciembre
a febrero, cuando las vaguadas asociadas a frentes atmosféricos de latitudes medias
alcanzan las latitudes mas bajas. De junio a noviembre, la zona costera es susceptible de
verse afectada por mareas de tormentas y mar de leva, debido a la acción de los ciclones
tropicales (depresiones, tormentas y huracanes) frecuentes en el Caribe por esta época
del año.
Las inundaciones costeras, entre las que sobresalen las provocadas por el alto oleaje
asociado a los huracanes, constituyen una amenaza a la vida humana y al desarrollo de
las zonas costeras, donde transcurren las actividades de al menos un millón de personas
y donde, como consecuencia del desarrollo económico vinculado a las actividades
turísticas, portuarias, pesqueras e industriales se incrementan a un ritmo creciente las
posibles pérdidas económicas.
La zona costera del departamento del Atlántico, se encuentra en gran parte urbanizada y
es considerada una zona de alta fragilidad. Los peligros de origen natural identificados en
el área son:
Dentro de los fenómenos de remoción en masa los más frecuentes en el área de estudio
son los deslizamientos, que se deben principalmente a características inherentes a las
rocas y sedimentos, a la pendiente del terreno, procesos naturales, manejo inadecuado
del medio ambiente y a la construcción sin planificación de algunas viviendas. Los
deslizamientos más importantes, o al menos los más conocidos del área, se localizan en
la parte occidental de la ciudad de Barranquilla, donde se han afectado varios sectores,
dejando un gran número de damnificados; los más importantes son los ocurridos en los
barrios Las Terrazas, Carlos Meisel, San Felipe, Cuchilla de Villeta y Mequejo (Carvajal,
1995 en INGEOMINAS, 2001). Estos deslizamientos están en el escarpe frontal
suroccidental de la plataforma arrecifal de la Formación La Popa. Uno de los sectores más
afectados corresponde al barrio Las Terrazas, ubicado en la cabecera norte del arroyo El
Salado. Otras áreas donde se presentan fenómenos de remoción en masa se localizan en
los alrededores de las poblaciones de Juan de Acosta, Tubará y Piojó; específicamente
estas dos últimas poblaciones, en razón de su topografía y litología, son susceptibles a
estos fenómenos; frecuentemente durante la época de lluvias, las vías que conducen a
estas localidades, son afectadas por hundimientos, dejándolas en ocasiones
incomunicadas. Finalmente, otro tipo de fenómenos de remoción en masa en el área son
los propiciados por el mar, la acción del oleaje sobre la base de los acantilados socava
progresivamente la parte inferior de los taludes, que se vuelven cada vez más inestables,
hasta finalmente provocar deslizamientos rotacionales y caída de bloques de la parte
superior. Gran parte de los acantilados presentes en el área de trabajo están sujetos a la
acción directa del oleaje y tienen una alta susceptibilidad a los fenómenos de
deslizamientos y caída de bloques; especialmente críticos son los sectores de la Loma del
Morro, Cerro Mahates y cerro Furú.
La estabilidad en estos sectores depende del buen manejo de las laderas adyacentes en
cuanto al manejo de escorrentía, excavaciones, rellenos y control de procesos erosivos
incipientes. Se presenta principalmente en la parte norte del área donde el uso del suelo
es agropecuario y residencial.
El procesos erosivo relacionado con la actividad dinámica del mar provoca cambios muy
evidentes en la morfología costera, no sólo retrocesos, sino también de acrecimiento de
las playas. Un alto porcentaje (33 %) de la zona litoral está en retroceso; particularmente
en la parte occidental del Tajamar Occidental de Bocas de Cenizas, este sector está
sometido a procesos de erosión costera severa se reporta retrocesos de hasta 2.029 m en
los últimos 33 años.
Las áreas que están propensas a la desertificación son: Astilleros-Bocatocino, lomas San
Vicente, Buenos Aires y Hueso, Punta de Piedra, Olas Inn, Salinas del Rey y Cerro las
Viudas, en estos sectores se observa una degradación de las condiciones naturales de las
áreas (patrones de drenajes, perdida de cobertura, etc). Estas mismas áreas son
susceptibles a incendios forestales (escasa humedad).
2.3.2. Inundaciones
Las inundaciones en el área tienen origen fluvial y marino: algunos arroyos, luego de
fuertes aguaceros, adquieren un carácter torrencial e inundan las zonas pobladas. Como
ejemplo se puede citar los arroyos Juan de Acosta y Morrotillo que han inundado y
socavado en varias ocasiones algunos sectores de la población de Juan de Acosta. De
conocimiento público son los frecuentes estragos causados por los “arroyos” en la ciudad
de Barranquilla, debido a la falta de drenajes pluviales adecuados y a la intervención
urbana de drenajes naturales. Los fenómenos descritos tienen un origen fluvial mientras
que otras poblaciones como Puerto Colombia, Santa Verónica y otros sectores litorales se
ven afectados por inundaciones marinas después de mares de leva.
Es poco probable que la altura de las olas alcance los cinco metros sobre la línea de costa,
hasta el momento no se ha reportado fenómeno de esta magnitud. Las geoformas
afectadas bajos estas condiciones son todas aquellas asociadas a costa alta con terrazas
aplanadas, abrasivas y abrasivas–acumulativas, en donde se ubican la mayor
concentración de asentamientos.
Los impactos asociados a una potencial inundación marina (Aumento en el Nivel del Mar)
fueron determinados a partir del análisis y la zonificación de la susceptibilidad y la
amenaza. De acuerdo a este enfoque la zona litoral pueden presentar distintos grados de
susceptibilidad a la inundación, que van desde fuertes para las costas bajas como
Mallorquín, Manaties, playas y espigas, a moderados y leves de acuerdo con su
configuración geomorfológica y posición altitudinal (costas altas), así como su dinámica
pasada y actual y los mecanismos de resiliencia a la inundación que presentan algunos
sistemas litorales.
2. 4. VULNERABILIDAD
La morfología de la zona litoral, está definida por costas elevadas y costas bajas. En el
grupo de costas elevadas, se designan aquellas geoformas que se encuentran levantadas
con respecto al nivel del mar y cuyo contacto con éste es inclinado y abrupto; a este
grupo pertenecen las colinas y la llanura costera. El grupo de costas bajas representa el
29% de la geomorfología del área, y en el se agrupan todos los elementos del paisaje
costero que presentan una disposición horizontal a ligeramente inclinada, muchas de las
cuales están sujetas directamente a la acción del mar. Entre los paisajes de acumulación
litoral (marino o lacustre) se tienen: playas y espigas, planicies aluviales, salitrales,
pantano de manglar, lagunas costeras, playones y planicie eólica. En la zona de costas
bajas la plataforma interior muestra una morfología submarina amplia y somera, marcada
por la isóbata de los –10 m, la cual permite la disipación de la energía del oleaje.
Los asentamientos urbanos y algunas actividades económicas del área de estudio, son
vulnerables a la remoción en masa y procesos erosivos en la línea de costa, y a los daños
ocasionados por los fenómenos atmosféricos, debido a la concentración de los mismos en
la zona costera (principalmente) y las zonas bajas expuestas a mareas de tormenta y a
inundaciones.
La vulnerabilidad, quedó representada en un mapa con los grados Alto (1), Medio (0,5) y
Bajo (0) (mapa de amenazas y vulnerabilidad)
Un alto porcentaje de la zona costera, desde Bocas de Cenizas hasta Galerazamba tiene
una actividad económica turística principalmente. Las características climáticas y
geomorfológicas del territorio y el desarrollo turístico cerca de la línea de costa son una
combinación para que el turismo sea especialmente vulnerable ante el impacto de los
peligros. La alta fragilidad de esta zona podría significar el cierre temporal de hoteles e
instalaciones turísticas para su reparación y por tanto la asistencia de un menor número
de visitantes, causando efectos indirectos (pérdida de ingresos).
Los asentamientos urbanos y algunas actividades económicas del territorio son altamente
vulnerables a las perturbaciones y daños de los efectos de condiciones extremas del clima
debido a la concentración de estos objetivos principalmente en la franja costera y las
zonas bajas expuestas a mareas de tormenta y a inundaciones terrestres.
Una forma de mitigar los efectos de las inundaciones de origen marítimo es proteger la
vegetación de las playas, dunas de arena y manglares, lo cual ayuda a proteger el terreno
de las olas y de la acción del viento. Las nuevas ubicaciones para las construcciones
deben de ser evaluadas por su susceptibilidad a los peligros. Será obligatorio mantener
cierta distancia desde la orilla para las construcciones.
A pesar de que el ser humano puede hacer muy poco para alterar la incidencia o
intensidad de la mayoría de los fenómenos naturales, puede desempeñar un papel
importante al asegurarse de que los eventos naturales no se conviertan en desastres
causados por sus propias acciones. Es importante entender que la intervención antrópica
puede aumentar la frecuencia y la severidad de los eventos naturales. La intervención
antrópica también puede originar amenazas naturales donde no existían antes, reducir los
efectos mitigantes de los ecosistemas naturales (alteración de la línea de costa), un caso
extremo de la intervención antrópica en un ecosistema es la desertificación, que por
definición es un riesgo "natural" causado por el hombre.
Para el caso de huracanes, algunos ejemplos de medidas de mitigación pueden ser: evitar
el desarrollo en áreas que puedan ser afectadas por olas ciclónicas o por inundaciones,
aplicar estándares de construcción diseñados para resistir los huracanes.
Muchos de los problemas asociados con la desertificación pueden evitarse con una buena
planificación. Esto requiere información sobre las condiciones físicas y el contexto
sociocultural del área. Si el área tiene potencial de desertificación (como por ejemplo las
citadas), debería hacerse una evaluación sobre la amenaza de desertificación. La OEA ha
desarrollado un método simple y eficaz para realizar dichas evaluaciones, que puede ser
aplicado en las primeras etapas de planificación. Este método utiliza cuatro variables:
precipitación, textura del suelo, pendiente y la relación precipitación-evapo-transpiración.
Los vientos y otras variables pueden ser importantes en algunas regiones, pero las cuatro
aquí mencionadas son aquellas para las cuales hay más datos disponibles.
Las amenazas geológicas más destructivas son los terremotos, las erupciones volcánicas
y los tsunamis (grandes olas, generalmente causadas por terremotos a las que
erróneamente se denominan maremotos).
Las amenazas geológicas se caracterizan por: (1) comienzo muy rápido; (2) impacto
geográfico limitado (los fenómenos ocurren en zonas limitadas y claramente definidas de
América Latina y el Caribe); (3) falta de predecibilidad, excepto en un sentido muy
genérico; y (4) gran poder destructivo (a pesar de su relativa rareza los terremotos, los
flujos piroclásticos y las corrientes de fango causadas por erupciones volcánicas, y las
inundaciones causadas por tsunamis en áreas urbanas son las amenazas naturales más
temidas y destructivas).
Las mejores estrategias para mitigar los deslizamientos son evitar la construcción en
áreas peligrosas y ciertos usos del suelo que puedan provocar movimientos masivos.
El agente principal encargado de erosionar las riberas de la tierra firme es el oleaje que
por una acción mecánica y química destruye gradualmente las paredes rocosas al socavar
la parte inferior de los taludes, mismos que se vuelven cada vez más inestables, hasta
finalmente provocar deslizamientos rotacionales y caída de bloques de la parte superior.
Este fenómeno puede ser observado en Santa Verónica, Turipaná y Punta Sabanilla,
donde predominan las costas llamadas abrasivas (o de erosión marina). El caso contrario
es el de las costas acumulativas, cuyo relieve se constituye por los depósitos de material
acarreado del mar a la tierra firme, comunes en Puerto Colombia, Pradomar y al norte de
las playas de Turipaná.
Los parámetros que mayor incidencia tienen en la dinámica costera son: (1) Orientación
preferencial de la línea de costa (S45oW) a frentes de oleaje, generando fenómenos de
refracción y difracción del oleaje sobre las paredes rocosas, que contribuyen a la
degradación de la franja costera. (2) Construcción de estructuras antrópicas rígidas:
espolones, rompeolas y malecones, los cuales provocan un desequilibrio sedimentario con
la consecuente erosión costera, generando una disminución o déficit de sedimentos. (3)
Subsidencia diferencial de la zona costera, el modelado y estabilidad de la línea de costa
está íntimamente relacionado con el tectonismo que presenta el Caribe Colombiano
(INGEOMINAS, 1998), como evidencia de este fenómeno se constituye el posible
2. 6. CONCLUSIONES
La zona costera del departamento del Atlántico, se caracteriza por un relieve plano y
ondulado, con colinas de poca altura, se presenta una diversidad de paisajes (playas y
colinas), como resultado de la evolución geológica acaecida durante millones de años; la
morfología que presenta es la respuesta a la interacción de los procesos geológicos,
atmosféricos, antropológicos y bióticos. Para un mejor entendimiento de su evolución se
ha dividido él área en zona continental y zona litoral.
Las arcillas geotecnicamente tienen ciertas limitantes: su carácter expansivo que generan
un agrietamiento generalizado en el área, sometidas a expansión y retracción con las
variaciones de humedad.
Las limitaciones más severas de los suelos son el alto contenido de sales de sodio y
perfiles muy arenosos y arcillosos. Las condiciones pedológicas de carácter productivo son
bajas, ya que los suelos son superficiales e improductivos por erosión.
Las principales amenazas que pueden afectar el área de estudio son aquellas relacionadas
a fenómenos naturales tales como erosión costera y deslizamientos de bloques,
inundaciones, huracanes y volcanismo de lodo.
Se han identificado dos tipos de procesos erosivos en el área; el primero de ellos está
relacionado con la actividad dinámica del mar, que provoca cambios muy evidentes en la
morfología costera, no sólo retrocesos, sino también de acrecimiento de las playas y el
segundo está relacionado a otros fenómenos, como escorrentía superficial en las colinas.
Las lluvias torrenciales provocan erosión lateral a lo largo de los cauces de los arroyos por
donde se desplazan, y forman valles angostos con bordes abruptos, arrastran los
materiales sueltos e inestables en terrenos con pendientes fuertes con escasa o nula
vegetación, donde también se producen cárcavas. Son notables los desastres que causan
los arroyos Juan de Acosta y Morrotillo.
Las inundaciones en el área tienen origen fluvial y marino: algunos arroyos, luego de
fuertes aguaceros, adquieren un carácter torrencial e inundan las zonas pobladas. Las de
origen marino afectan poblaciones como Puerto Colombia, Santa Verónica y otros
sectores litorales que son afectados por inundaciones marinas después de mares de leva,
cuando se inundan las playas y zonas aledañas, principalmente en playa Turipaná y punta
Sabanilla.
Los huracanes se forman en mar abierto y pueden adquirir una potencia destructiva que
dura varios días. El riesgo de desastre es producido por los violentos vientos y el exceso
de lluvias que traen como consecuencia inundaciones y mareas altas. El mayor riesgo es
para las poblaciones ubicadas en la zona litoral, principalmente Barranquilla, Puerto
Colombia, Sabanillilla, Santa Verónica.
Entre los fenómenos relacionados con la complejidad tectónica del área se encuentra el
volcanismo de lodo y la Sismicidad. El fenómeno de volcanismos de lodo afecta de
manera local al sur occidente del área, la sismicidad no es de alta incidencia para la zona
costera, ya que se encuentra ubicada en una zona de baja sismicidad.
Las actividades mineras del área están restringidas a la extracción de calizas y materias
primas para la fabricación de cementos, triturado de roca calcáreas y calizas como
piedras ornamentales, materiales de construcción, principalmente gravas y arenas para
agregados pétreos para concretos y asfaltos.
La línea de costa del departamento del Atlántico, durante estas últimas seis décadas, ha
sufrido importantes modificaciones en su configuración, asociadas a procesos de erosión y
sedimentación como resultado de la interacción (mutua) entre la tierra, el mar y la
atmósfera. También es escenario de cambios ambientales de considerables magnitud,
asociados con procesos naturales y antrópicos.
La morfología de la zona litoral, está definida por costas elevadas y costas bajas. En el
grupo de costas elevadas, se designan aquellas geoformas que se encuentran levantadas
con respecto al nivel del mar y cuyo contacto con éste es inclinado y abrupto; a este
grupo pertenecen las colinas y la llanura costera. El Conjunto de unidades asociadas a
costas elevadas representa el 45% de la geomorfología del área, las geoformas asociadas
a este tipo de costa son de norte a sur: Punta Sabanilla, El Castillo, Pradomar, Punta
Castillejo, Puerto Caimán, cerro Furú, cerro Mahates, cerro El Sapo, Punta de Morro
Pelao, Punta Manzanillo y la loma el Morro, donde predominan las costas llamadas
abrasivas (o de erosión marina). La composición litológica y las características
estructurales de las rocas que afloran sobre la línea de costa facilitan la erosión marina,
en algunas de ellas se manifiesta a través de socavaciones de la parte inferior de los
taludes, inestabilidad como resultado de fenómenos de remoción en masa y erosión
pluvial agudizados por la acción antrópica, la deforestación de la pared del acantilado
(construcción de viviendas en proximidades de los acantilados), ejemplo de esto es el
sector del Castillo-Pradomar donde el efecto erosivo es tan fuerte que ha provocado
deslizamientos de bloques al pie del acantilado. La zona de acantilados del área litoral
tiene un trazado de 16,13 Km.
Las diferentes modificaciones de la línea de costa (Figura II- 29), reflejan un predominio de
perdida de terrenos litorales en comparación con la ganancia de los tramos de costa que
ha sufrido acrecimiento sedimentario. El 33% del borde litoral del departamento del
Atlántico presenta serios problemas erosivos (16,13 Km). Significa entonces que
predominan los procesos erosivos sobre los procesos de acrecimiento, esto permite
obtener un conocimiento general del comportamiento de la línea de costa, identificando
dos zonas de relevancia: la Barra de Arena de la Ciénaga de Mallorquín y la Espiga de
Puerto Colombia.
2. 7. RECOMENDACIONES
Los suelos de la llanura y planicie aluvial son aptos para la ganadería y en períodos de
lluvia para cultivos, con obras de adecuación pueden habilitarse para pastos manejados y
cultivos permanentes (yuca, plátano, maíz, cítricos, etc.).
Los modelos morfodinámicos tienen en cuenta las relaciones cinéticas entre el volumen
total de sedimentos que se están moviendo en un tramo de costa y los agentes dinámicos
que perturban el equilibrio, se debe tener un especial cuidado a no modificar cualquiera
de estos factores.
La zona costera, como se ha observado es muy dinámica, muy sensibles a los cambios
locales que alteren su fuente de arena, régimen del oleaje y corrientes costeras avanzan
y retroceden en cortos períodos de tiempo, motivadas por factores climáticos,
oceanográficos y geológicos. La construcción de estructuras rígidas sobre la costa,
contribuye a la degradación rápida de zonas costera, para su construcción debe tenerse
especial cuidado, o no construirla al menos que sea estrictamente necesario y al
construirlas deben estar sustentadas por estudios previos que incluyan estimativos de
Definir una línea límite (debe ser obligatorio), de construcción de edificaciones que
permita mitigar o evitar los impactos de los desastres ocasionados por un mal manejo de
la zona costera. La calidad de la descarga de los desagües debe de ser mantenida para
proteger la flora y fauna. Reglamentación de las distancias mínimas para el levantamiento
de edificaciones cerca de la línea de costa (playas y acantilados), apoyadas en las tasas
locales de retrocesos de la línea de costa.
Las nuevas ubicaciones para las construcciones deben de ser evaluadas por su
susceptibilidad a los peligros (vulnerabilidad a las amenazas).
En la solución de los problemas de erosión (costas bajas), se debe tratar de formar playas
artificiales a través de rellenos de arena (la extraída por la draga en la desembocadura),
antes de construir espolones y muros de contención, especialmente si no se dispone de
estudios previos que asegure un buen diseño de las obras civiles.
II. BIBLIOGRAFÍA
Giraldo, L.; y Lonin, S., 1997. Calculo del oleaje y transporte de sedimentos en la Costa
Caribe Colombiana. CIOH, 18:39-40. Cartagena de Indias.
IDEAM, 2001a. Colombia Primera Comunicación Nacional ante la Convención Marco de las
Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. pp 267.
IDEAM, 2002a. Análisis multitemporal del cauce del Río Magdalena en el período 1980-
2000 Sector Barrancabermeja-Bocas de Cenizas. Pp. 35.
IGAC, 1981. Mapa de Suelos del departamento del Atlántico, escala 1:100000
Lacambra C. I., Lozano C. P., Alonso D., y M. Fontalvo. 2003. Amenazas naturales y
antrópicas en las zonas costeras colombianas. (Serie de documentos generales de
INVEMAR No. 15) 74p.
Lonin, S., 2002. Un modelo morfodinámico para la zona costera del Caribe Colombiano.
CIOH, 20:7-17. Cartagena de Indias.
MINISTERIO DEL MEDIO AMBIENTE (MMA). 1998. Lineamientos para la Política Nacional
de Ordenamiento Ambiental del Territorio. Ministerio del Medio Ambiente – Oficina
Asesora de Ordenamiento Ambiental. 68 p.
MINISTERIO DEL MEDIO AMBIENTE (MMA). 2001. Política Nacional Ambiental Para el
Desarrollo Sostenible de los Espacios Oceánicos y las Zonas Costeras e Insulares De
Colombia – PNAOCI. 95p.
Molina, J.; Cáceres, H.; Ruge, P.; Castillo, E. 1986. Análisis deposicional y geohistórico
del Noroccidente Colombiano. U. Nal., Geol. Col., 15:5-33. Bogotá.
Molina, A.; Molina, C.; Giraldo, L.; y Molina, L., 1997. Variaciones morfológicas y
texturales de las playas entre Barranquilla y Flecha de Galerazamba (1935-1996). CIOH,
18:23-38. Cartagena de Indias.
Molina, A.; Molina, C.; Thomas, Y.; y Molina, L., 2001. Comportamiento de la Línea de
Costa del Caribe Colombiano (Sector entre Barranquilla, desde Bocas de Ceniza hasta la
Flecha de Galerazamba 1935-1996). CIOH, 19:68-75. Cartagena de Indias.
Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), 2001. Las aguas
residuales municipales como fuentes terrestres de comtaminación de la zona marino-
costera en la región de América Latina y el Caribe. pp 34.
Salas I., R. Pérez Parrado y O. García (1998): “Mapa de peligro por surgencia de ciclones
tropicales, “Desarrollo de las Técnicas de Predicción de las Inundaciones Costeras,
Prevención y Reducción de su Acción Destructiva”. Monografía editada por el Grupo de
Publicaciones del Instituto de Planificación Física. Pp 19 – 45.
UNINORTE, 2005. Análisis sobre el manejo integrado del recurso hídrico en la Ciénaga de
Mallorquín. Tomo 1 y 2. pp 623.
USGS, 2006. Caribbean Coast: Magdalena River delta and Santa Marta lagoon complex.
URL: http://coastal.er.usgs.gov/coasts-colombia/caribbean/references.html