Reseña Solidarity Center. Justice For All.

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 9

SOLIDARITY CENTER. Justice for all. The struggle for workers rights in Colombia.

(Report edited by: Darcy Wertz). Washington D.C: USA, 2006, 80p. ISNB 0-9761551-3-3

Autor:
El texto constituye un informe realizado a título del “solidarity center”. Una organización
no lucrativa que manifiesta haberse establecido para proveer asistencia a los trabajadores
que luchan por la construcción de sindicatos democráticos e independientes en todas las
latitudes del mundo1. De manera particular, se indica que en la construcción del texto
también hubo aportes significativos de personas como Robert Perillo del USLEAP (U.S
Labor education in the America´s Project), Sthepen Coats (director general de la
organización USLEAP), Lance Compa de la escuela de relaciones laborales e industriales
de la Universidad de Cornell (quien prestó sus servicios en la planeación y revisión del
proyecto que tiene por objeto la presenta reseña).
Adicionalmente, se resalta los aportes realizados por Rhett Doumitt, quien se desempeña
como representante del solidarity center en Colombia. Fay Lyle, de la oficina global de esa
misma organización, quien fue la directora ejecutiva del proyecto. Y por último, se da
crédito a las labores de Darcy Werts, quien prestó ayuda en la parte técnica de la edición y
Joan Welsh, editor de fotografía.
Objetivo:
Describir aspectos generales y algunas problemáticas que afronta la practica sindical en
Colombia desde la constituyente del 91 hasta la primera década del siglo XXI.
Tesis:
El sindicalismo en nuestro país afronta una cantidad de problemáticas comunes a esta
práctica en el resto del mundo, salvo por una “horrorosa excepción”: recurrentes y
violentas amenazas contra la seguridad y la vida de los sindicalistas. Las amenazas
mortíferas representan un intento de empleadores, paramilitares, guerrilla y Estado (dada su
escaza o nula presencia en el territorio nacional), por menoscabar el derecho de asociación,
visto como la única forma en que los trabajadores se apropian del control de su vida
económica.

Marco Teórico:
El informe que es de carácter descriptivo recurre como principales fundamentos teóricos a
la Declaración Universal de los Derechos Humanos y a los acuerdos de la Organización
Internacional del Trabajo sobre la libertad de asociación, la negociación colectiva y la
eliminación de la discriminación, la explotación laboral y el trabajo infantil. En ese sentido,
destaca la continua violación de derechos vitales como el derecho a la vida, problemáticas
alusivas a la explotación laboral y el trabajo infantil, y aborda fenómenos como la ola de
represión se suscitó contra los sindicalistas a comienzos de los años 2000. Lo anterior,
1
El origen de la organización remite al año 1997, fecha en que se congregan cuatro organismos regionales de
la Federación Estadounidense del trabajo y congreso de organizaciones industriales (AFL-CIO Institutes).
llevado a cabo desde una clara postura ideológica que resulta afín a ideas de izquierda, pues
la lectura del informe acusa una voz crítica pese al hecho de que no se haga alusión a
ningún pensador o teórico particular con ideología de izquierda.
Metodología y fuentes: El trabajo puede ser definido como un estudio de caso, pues con
base en eventos particulares desarrolla una ampliación del contexto violento y represivo en
que se desenvuelven las actividades sindicales y muchas de las actividades laborales que se
llevan a cabo en el país. En ese sentido, el informe se remite a una cantidad significativa de
fuentes de carácter primario como entrevistas a líderes sindicales, noticias de diarios
reconocidos como El Tiempo, El Espectador, entre otros e informes de instituciones
internacionales como el Departamento de Estado de Estados Unidos, informes de Veeduría
por los Derechos Humanos (Human´s Right Watch), reportes de la escuela nacional
sindical (ENS) y estadísticas de organismos como la UNICEF. En contraposición, la base
de fuentes secundarias es escaza y en términos generales alude a investigaciones como la de
Fernando Torres sobre las relaciones laborales en Colombia, escritos breves de Karen-
Hansen Kuhn sobre el libre comercio en las Américas y textos como el de Antoine de
Tournemire acerca de la lucha de las madres comunitarias en el país, publicado por la UNESCO
(1998).
Resumen:
El texto se estructura en una introducción y cuatro capítulos 2. Por su parte, en la
introducción se advierte que Colombia resulta ser el país más peligroso del mundo para
llevar a cabo actividades de tipo sindical, pues desde mediados de los años 80’s unas 4.000
personas han sido asesinadas y cómo advierte el informe, se asesinan más líderes sindicales
en nuestro país que en el resto de países del mundo juntos. Asimismo, se indica que al igual
que en otras latitudes del planeta, los activistas sindicales en Colombia afrontan
problemáticas como las malas políticas económicas que devienen de fenómenos como la
globalización, la expansión comercial y la inversión foránea de la cual abusan algunas
compañías transnacionales, ya que todo ello surte sus efectos en la degradación de los
trabajos y la protección al trabajador.3
De igual manera, se indica que el marco legislativo y el Estado mismo, impide en Colombia
una efectiva organización sindical, ya que brinda poca o nula ayuda en las disputas de tipo
laboral que adelanta el sector obrero. Por ende, se restringe el derecho a la huelga y a la
negociación colectiva e incluso se señala que en los lugares donde los agentes de las

2
La parte introductoria es redactada por John. Sweeney, presidente de la AFL-CIO en el lapso entre 1995 y
2009. De manera más precisa podemos resaltar que la American federation of labor and congress of
industrial organizations (AFL-CIO) constituye la mayor central obrera de la América septentrional,
integrando a 59 federaciones nacionales e internacionales de sindicatos de EE. UU y Canadá, que representan
más de 10 millones de trabajadores. Ahora bien, los capítulos que componen el texto son los siguientes: 1. A
country torn by conflict: the historical context for worker rights in Colombia (un país transformado por el
conflicto: el contexto histórico por los derechos de los trabajadores en Colombia). 2. Freedom of association
and the right to organize and bergain collectively (libertad de asociación y el derecho de organización y
negociación colectiva). 3. Discrimation in the workplace, child labor and forced labor (discriminación en el
lugar de trabajo, trabajo infantil y trabajo forzado). 4. Advancing worker rights in Colombia (Avances de los
derechos de los trabajadores en Colombia).
3
SOLIDARITY CENTER. Justice for all. The struggle for workers rights in Colombia. (Report edited by:
Darcy Wertz). Washington D.C: USA, 2006, p.2.
organizaciones de seguridad del Estado se vinculan al paramilitarismo, los
pronunciamientos del gobierno ponen en juego la vida de los activistas sindicales.
Por último, la introducción señala que el movimiento sindical en Colombia ha afrontado
dichas problemáticas a través de la construcción de una base de liderazgo con profundas
raíces estructurales y de rango, mientras se trabaja continuamente por alcanzar acuerdos de
negociación colectiva y se busca nuevas maneras de representar a los miembros de
acuerdos de empleo no tradicionales. Al tiempo, el movimiento sindical en Colombia ha
alcanzado fuertes lazos de unión con la comunidad trabajadora internacional y ha advertido
al mundo de sus luchas.
Lo anterior, en el contexto de lucha contra las injusticias que enfrenta el sector trabajador
continuamente, y que han conducido al soldarity center a trabajar en conjunto con
sindicalistas colombianos que han sido reubicados temporalmente en Estados Unidos
mientras adelantan campañas de organización de su propio sector. Acto seguido, el primer
capitulo aborda aspectos generales del conflicto que se ha desarrollado en el trascurso de la
historia reciente de Colombia y su vínculo con las actividades de lucha por los derechos
laborales. 4
En la descripción del panorama general de la historia contemporánea de nuestro país, se
indica el hecho de que actualmente Colombia se constituye como un importante productor
de petróleo, café, flores, bananas y otros productos que hacen del país la cuarta mayor
economía de américa latina. No obstante, el conflicto armado que ha marcado el curso de
las ultimas décadas, se muestra como el más duradero en el hemisferio occidental y se
indica que en un comienzo se suscitó por una reyerta entre las elites políticas dominantes
(liberales y conservadores), quienes condujeron al derramamiento de sangre de muchos
campesinos. 5
Luego, a grandes rasgos se trata fenómenos como el auge de la economía de la coca en los
años 70’s y su vínculo con la eclosión paramilitar de mediados de los años 80’s 6.
Posteriormente, se alude a las dimensiones de las fuerzas armadas de Colombia y se indica
que en ellas circulan para la época en que se redacta el texto, la cifra considerable de
4
El solidarity center señala el hecho de que EE.UU ha sido el mayor aliado comercial de Colombia en
tiempos recientes, pues en años como el 2002, las exportaciones legales alcanzaron los 5.4 billones de
dólares, mientras las importaciones a nuestro país fueron equivalentes a 3.3 billones. Ibid., pp-4-6.
5
En la descripción general se indica que “La Violencia”, que alude fundamentalmente al mayor conflicto
rural, produjo en los años 50´s entre 200.000 y 300.000 muertos. Posteriormente, se indica la consolidación
del Frente Nacional, como una alianza entre partidos que compartían el poder y que condujo a la exclusión de
otros actores sociales, lo cual incidió en la aparición de las guerrillas. Se resalta la extrema exclusión política
de un vasto sector de la sociedad civil, la escaza distribución de la riqueza y la intolerancia de los sectores que
tradicionalmente concentran el poder, como algunos de los elementos que dieron lugar a la explosión del
conflicto. Acto seguido, se indica la formación de las FARC y el ELN en el año 1964 y se resalta que las filas
del primer grupo guerrillero contaban unos 18.000 hombre, cuyo financiamiento obedecía fundamentalmente
a la extorsión, el secuestro y los cobros impositivos a los cultivadores de coca de las áreas donde ejercían
control, entre tanto el ELN (compuesto de unos 5.000 miembros aproximadamente) se financia
primordialmente del secuestro y la extorsión a la industria del petróleo. Ibidem.
6
Según el informe que tiene por objeto la presenta reseña, en las filas de las AUC (autodefensas unidas de
Colombia), el mayor grupo paramilitar del país, había un estimado de 15.000 hombres. Además, se señala
que, del comercio de la droga, los paramilitares eran quienes más se beneficiaban (incluso mas que las
guerrillas), pues imponían a los traficantes de sus zonas de control un cargo del 60% sobre sus ganancias.
Ibidem.
120.000 hombres, a quienes se suma unos 10.000 de las fuerzas aéreas, 5.000 de la fuerza
naval y un cuerpo de policías bajo el control del ministerio de defensa con 105.000
individuos. Luego, se expresa que, pese a esas vastas dimensiones, en los 80’s las FARC
ejercieron presión sobre los agentes de seguridad del aparato estatal, quienes en tiempos
más recientes adelantaron una contraofensiva, contando con el soporte de las AUC7.
Por último, se trata el fracaso de la iniciativa de paz que promovió Pastrana durante su
gobierno (1998-2002) y se indica que elementos difíciles de negociar con las fuerzas
armadas no se resolvieron en cuanto a la zona de despeje (zona de desmilitarización
demandada por las FARC al gobierno de unos 40.000 km2 aprox.), por lo cual para febrero
del 2002 se habían roto por completo los diálogos y las negociaciones de paz. A ello,
siguió la elección de Álvaro Uribe en calidad de presidente de la Republica, quien
posteriormente llevó a cabo un proceso de negociación con las AUC, que, bajo la mirada de
muchos grupos defensores de derechos humanos, implicó la impunidad a un significativo
número de paramilitares8.
Tras esbozar el contexto de la crisis de derechos humanos en nuestro país y aludir a
fenómenos como los vínculos entre las fuerzas militares y los paramilitares, se alude al
impacto que tuvo en la economía nacional, la apertura neoliberal que inicio en 1990. En ese
contexto se indica que la clase media colombiana resultó seriamente perjudicada, ya que los
cambios en materia de política económica se adelantaron sin considerar los sindicatos y
otros grupos sociales de civiles. Lo anterior fue corroborado por la ENS (Escuela Nacional
Sindical), que informó acerca del golpe que sufrieron los sectores tradicionales que
generaban riqueza y empleo, una vez se suscitó la irrupción de la inversión foránea.
Asimismo, se alude a los préstamos del Fondo Monetario Internacional y sus efectos como
la privatización de un mayor números de empresas estatales, la devaluación de la moneda,
el aumento en las tasas de interés, el incremento en la deuda publica (que pasó de unos 18
billones en 1990 a cerca de 39 billones de dólares a fines del 2003) y en definitiva se
expresa que esos cambios incidieron en el sector trabajador colombiano, que se ve expuesto
a condiciones de inestabilidad económica9.

7
Entre los diversos temas que trata el primer apartado, se resalta las negociaciones del gobierno Betancur
(1986-1990) con las FARC en orden a establecer un cese al fuego y la posterior consolidación de la Unión
Patriótica como un partido político cuyos miembros fueron asesinados por paramilitares, señores de la droga y
miembros del ejército, lo que condujo a la disolución misma del partido. También se indica que importantes
organismos que promueven la defensa de los derechos humanos como Human Rights Watch y Amnistia
internacional, han documentado de forma consistente los vínculos entre oficiales de las fuerzas armadas y las
fuerzas paramilitares. Ibidem.
8
Se hace alusión a la Ley de Justicia y paz promulgada en el 2005 como un marco normativo para regular la
desmovilización de actores armados, principalmente paramilitares. No obstante, los vacíos de esa ley resultan
demasiado evidentes, por ello organismos internacionales de defensa de los derechos humanos manifestaron
de forma recurrente su preocupación dada la impunidad de los crímenes cometidos por fuerzas paramilitares.
Pese a ello, el gobierno de turno en esa época defendía la efectividad de ese proceso y en carta enviada a los
miembros del congreso de EE.UU, la embajada colombiana sostenía que en el lapso entre 2005 y 2005 se
había garantizado el desarme y desmovilización de unos 12.000 individuos de “grupos terroristas”. Hecho que
fue contrariado por Adam Isacson del centro de política internacional, quien afirmó que las estadísticas del
gobierno no eran congruentes.Ibid.pp.6-10.
9
Así, por ejemplo, la tasa de desempleo para el año 2005 alcanzó un 12% y el 59% de los trabajadores
ejercían laborales de tipo informal, entre tanto solo el 15% estaba afiliado a servicios de salud y un escaso
12.5 % cotizaba para la pensión. Ibid.pp.10-12.
Posteriormente, se hace referencia a los inicios de las luchas sindicales en el país y se
establece que como en muchos países de américa latina, estas organizaciones encuentran su
origen con las asociaciones de artesanos y transportadores que se gestaron desde comienzos
del siglo pasado. Ya para los años 20´s., la inversión foránea en el sector bananero y del
petróleo condujo al establecimiento de sindicatos de trabajadores del sector industrial que
lideraron huelgas como la que se adelantó contra la United Fruit Company en 1928 y que
inspiró la obra de Gabriel García Márquez. De manera particular se dice que liberales y
comunistas competían por ejercer influencia en los sindicatos, así por ejemplo en la
Confederación Colombiana de Trabajadores (CTC) fundada en 1936, se podía evidenciar
divisiones políticas10.
En ultimas se hace alusión a algunas estadísticas actualizadas sobre el sindicalismo en el
país y se señala que existen tres centrales sindicales de alcance nacional11. De igual manera
se indica que existen cerca de 856.000 trabajadores sindicalizados en los 2.357 sindicatos
registrados. No obstante, en el año 2005 la CUT expresó que solo un 4.8% de las fuerzas
laborales en Colombia estaban sindicalizadas (de las cuales el 23% se dedican al trabajo en
el sector de la energía eléctrica, gas y agua, un 12% en minería y un reducido 1.8% en el
sector de la agricultura).
El segundo capítulo por su parte se concentra en los tratados internacionales que buscan
proteger los derechos de los trabajadores y que se han ratificado por Colombia desde hace
varias décadas. Ejemplo de ello es la ratificación de la convención 87 y 98 de la
Organización Internacional del Trabajo (ILO) que se reconoció legalmente en el país en
1976, en orden a garantizar la libertad de asociación, el derecho de organización y
negociación colectiva, además del derecho a la huelga. No obstante, mecanismos tanto
legales como ilegales han restringido la efectiva aplicación de esos principios y la
seguridad de los activistas sindicales se ha visto en constante riesgo de forma recurrente12.
10
Finalizando el capitulo se hace un breve recuento de la historia del movimiento sindical en Colombia, por
tanto se expresa en los años 30’s y 40´s los liberales ejercieron gran influjo en estos, dado que promovían
políticas en favor de la industrialización y favorecieron la asociación sindical. En la década del 40 también, se
formó la Unión de Trabajadores de Colombia (UTC), que tenía influjo de miembros de la iglesia católica. Ya
en los años 60’s se suscitó un desarrollo de los movimientos sociales, que alcanzaron un pico con la huelga
civil de 1977. Pese a ello, el sindicalismo perdió sustento debido la presión de actos violentos y a intereses de
tipo político. Por otra parte, el ala de izquierda de la CTC consolida en 1964 la Confederación Sindical de
Trabajadores de Colombia (CSTC) y la Confederación General de Trabajadores se establece siete años luego
en 1971. En un intento por recobrar mayor campo de acción, la CSTC se une a algunos miembros de la UTC
y se establece la CUT (Central Unitaria de Trabajadores) en 1986. Casi a la par, la CGT establece la
Confederación de Trabajadores Democráticos (CGTD) en 1988. Ibidem.
11
la CUT a la fecha del informe reunía unos 546.000 trabajadores y no manifestaba vinculación internacional,
entre tanto la CTC afiliada a la Confederación Internacional de Sindicatos Libres (ICFTU) reunía a cerca de
51.000 individuos y la CGTD afiliada a la Confederación Mundial del Trabajo (WCL) tenía unos 122.000
miembros.
12
La comisión de derechos humanos de la ONU estableció en 2005 que en Colombia habían aumentado los
asesinatos extrajudiciales y señaló la participación de agentes de las fuerzas del estado en asocio con
elementos fuera de la ley. Asimismo, la Organización Internacional del Trabajo señaló que el ambiente
violento en el cual los trabajadores desenvuelven sus actividades de lucha impide el ejercicio idóneo de la
libertad de asociación, pues ante todo se debe proteger los derechos fundamentales, cuestión que no se pone
en practica en el contexto nacional colombiano. De acuerdo a la ENS entre 1991 y 2003 hubo cerca de 2.000
sindicalistas asesinados, de los cuales el 22% eran líderes. Por su parte, de las 443 agresiones contra
sindicalistas investigadas en ese lapso, la ENS atribuyó 91 (20.5%) a los paramilitares, 80 casos a agentes de
las fuerzas estatales (18%), 4 casos a las guerrillas (0.9%) y 173 casos de origen desconocido. Ibid., pp.18-20.
De forma particular, se describen casos que buscan poner en evidencia la atmosfera de
violencia e impunidad que envuelve la actividad sindical en el país. En ese sentido, se
resalta que las autoridades competentes de investigar casos de violencia y hostigamiento
contra los sindicalistas, no arrojan mayores resultados y como consecuencia se suscita un
aumento en ese tipo de hechos.13 Por otra parte, se alude a los mecanismos legales a través
de los cuales se dificulta las actividades sindicales, por lo cual se citan leyes como la ley 50
de 1990 que da a los empleadores un poder amplio para desmeritar las negociaciones de los
trabajadores y dificulta la creación o el crecimiento de asociaciones sindicales al concebir
la posibilidad de efectuar contratos laborales de un reducido término (incluso inferior a 3
meses) que pueden ser renovados o no a consideración del empleador por periodos
prolongados. 14
Asimismo, se hace referencia a casos en que el gobierno colombiano ha emitido
determinaciones arbitrarias que buscan truncar las negociaciones que adelantan los
trabajadores. Por ello, cuando se alude al derecho de la huelga, se mencionan casos como la
huelga convocada por los miembros de la USO (Unión Sindical Obrera) en abril de 2004,
que en nombre de los trabajadores del petróleo se manifestaron contra ECOPETROL.
Posterior a ello, el gobierno colombiano declaró ilegal la huelga contra ECOPETROL, pues
expresó que conforme al Código Laboral toda huelga de sectores que presten servicios
esenciales15 ha de ser prohibida, motivo por el cual se declaró el refinamiento de petróleo
como un servicio de carácter esencial. No obstante, la Organización Internacional del
Trabajo (ILO) expresó que esa determinación contradice su jurisprudencia acerca de qué es
en efecto un servicio esencial.
En el tercer capítulo,16 se trata en términos amplios la diferencia abismal que existe entre
las consideraciones de la convención 100 y 111 de la Organización Internacional del
trabajo (que tratan acerca de la remuneración igualitaria y la discriminación en el lugar de
trabajo, respectivamente), y lo que sucede en la cotidianidad del ambiente laboral en el
país. También, se pone en evidencia a través de varios casos específicos, como se queda en
letra muerta las consideraciones de la constitución colombiana de 1991 en relación a
fenómenos como la discriminación laboral por temas de sexo, credo, filosofía política, entre
otros y las discriminaciones de la remuneración.

13
En el informe se indica que la impunidad en este tipo de hechos, presuntamente se incrementó desde que en
el 2001 el General Luis Osorio tomó decisiones que entorpecieron la efectividad de las investigaciones en
materia de violaciones de derechos humanos. Tanto así, que Human Rights Watch emitió un breve
comunicado a la comisión de derechos humanos de la ONU en el 2004, donde se expresaba la correlación
entre un aumento en las agresiones contra sindicalistas y decisiones de Osorio como el despido de
investigadores altamente cualificados del CTI que se encargaban de las pesquisas sobre hechos violentos
contra sindicalistas y defensores de derechos humanos. Ibid., pp.19-20.
14
Aunque en teoría los trabajadores pueden ejercer el derecho de organizarse, se ven expuestos a no ser
recontratados una vez el contrato laboral expire. Además, artículos como el número 46 de la ley 50 de 1990,
otorga al Ministerio de la protección social (antes Ministerio de trabajo), la facultad de denegar el
reconocimiento legal de un nuevo sindicato, hasta que su registro esté completo y sea publicado en una
amplia variedad de diarios, cuestión que por motivos económicos trunca la formación de nuevos sindicatos.
Ibid., p.22.
15
Los servicios esenciales son aquellos cuya interrupción pueda poner en riesgo la vida, la seguridad personal
o la salud de toda o parte de la población. ([..] those whose interruption would endanger the life, personal
safety or health of the whole or part of the population ). Traducción propia, ver: Ibid., pp.24-25.
16
Ibid.,pp.47-55.
A su vez, se alude a las frecuentes observaciones que ha hecho el comité de expertos en la
aplicación de las convenciones y recomendaciones de la organización internacional del
trabajo, que ponen en evidencia la debilidad del aparato estatal colombiano al memento de
ejercer un poder real en los diversos ambientes sociales y laborales de su territorio. Por ello,
se destaca el incumplimiento de parámetros como el artículo 242 de la convención 100 y la
brecha que existe entre los acuerdos internacionales y los códigos promovidos en el
contexto nacional, como el código del trabajo colombiano, que desatiende en muchos
puntos las convenciones internacionales y no ejerce un control efectivo en fenómenos
como el desarrollo de labores peligrosas y agotadores que ejercen actores sociales, como las
mujeres del pais.
Aludiendo a informes del Departamento de Estado de Estados Unidos, publicados en el año
2005, se resalta la continuidad de prácticas discriminatorias que afectan seriamente a las
mujeres del país. Poniéndose de relieve problemáticas como la susceptibilidad al desempleo
y la baja remuneración por sus actividades laborales, en contraste con sus niveles
educativos y de preparación. Asimismo, se alude a cómo se ven afectadas por fenómenos
como el conflicto armado interno, la informalidad laboral (que abarca un 60% de las
mujeres trabajadoras), la discriminación salarial que estadísticamente muestra una
diferencia negativa del 30% en la remuneración promedio entre hombres y mujeres, entre
otros fenómenos.
De igual forma, el informe considera las problemáticas laborales que aquejan
profundamente a afrocolombianos e indígenas. Quienes padecen seriamente problemas
ligados a la discriminación étnica y racial, pese al hecho de que Colombia se configura
como un crisol cultural y un país pluriétnico y heterogéneo. Para poner evidencia este tipo
de fenómenos, se indica por ejemplo que al año 2005, el 75% de los trabajadores afros del
país, devengaban una cantidad inferior al salario mínimo y se señala como el Chocó se
constituye como el departamento con el menor ingreso per cápita y el nivel más bajo de
inversión social, por lo que se ubica como el peor departamento en salud, educación e
infraestructura.
En última instancia, se expresa que hasta tanto el gobierno colombiano no adelante
esfuerzos y avances decisivos para la terminación del conflicto y la construcción de una
sociedad más igualitaria, las brechas sociales, la discriminación, el trabajo forzado y otros
fenómenos, seguirán expresando niveles alarmantes que ponen en entredicho la viabilidad
del futuro en el país.
En el cuarto capítulo se aborda los esfuerzos colectivos y particulares que buscan generar
un avance en el ámbito de los derechos laborales en Colombia. También, se pone en
evidencia la importancia de poner en concordancia las leyes y códigos nacionales, con las
consideraciones internacionales que buscan promover ambientes de trabajo más igualitarios
en distintos sentidos. A ello, se suma la importancia de la lucha contra la impunidad, la
corrupción y la violencia, por lo que se cita al abogado colombiano y excandidato
presidencial Carlos Gaviria, quien afirmase que: “para reconstruir una sociedad destruida,
el mensaje no puede ser que se puede reconstruir sobre la base de la impunidad”.
Por otra parte, las últimas líneas el texto se consagran a la correlación entre la ayuda militar
estadounidense, en el marco del plan Colombia y la lucha contra las drogas, y el incremento
en la represión institucional que afectó comunidades como la de la región de Arauca. 17 Se
indica, por tanto, que la vía militar no se muestra como una alternativa realmente efectiva
en la lucha contra fenómenos como el narcotráfico, que ha permeado diversas capas de la
esfera política colombiana. En contraposición a la vía militar, se indica la necesidad de
fortalecer las leyes de Estados Unidos y Europa como un mecanismo más efectivo a la hora
de afrontar el tráfico de drogas.
En síntesis, se alude a fenómenos como los nexos entre milicias norteamericanas y grupos
paramilitares, a quienes se adjudica el mayor número de asesinatos de sindicalistas y de
agravios contra sus derechos humanos. Por lo cual, citando a Alfonso Velázquez, miembro
del comité ejecutivo de la Central Unitaria de Trabajadores de Colombia (CUT), se indica a
este respecto que: la cosa más importante que pueden hacer los activistas norteamericanos
que buscan ayudar a los sindicatos en Colombia, es trabajar para cambiar la política de
Estados Unidos frente a Colombia, especialmente enfatizando en la ayuda militar y
policial.18
Aportes:
El informe realiza un aporte significativo al momento de entender el panorama general de
las problemáticas que afronta la actividad sindical en Colombia en tiempos recientes y la
crisis humanitaria que se acrecentó en los primeros años del presente siglo. Pues, a través
de estudios de caso, se pone de relieve problemáticas de orden estructural que afectan el
desarrollo integral de las actividades laborales en Colombia y que afectan seriamente la
posibilidad de establecer una sociedad más igualitaria en términos socioeconómicos.
Se destaca también el hecho de que no se desconozca a actores sociales como las mujeres,
las comunidades afro y los indígenas, pues se pone en evidencia aspectos que les aquejan y
se describe con cifras, estadísticas y casos específicos, el contexto general de su situación
social en épocas recientes. Y pese a que de forma concisa el informe no esboza con
propiedad, alternativas para afrontar esas problemáticas, se sobrentiende su función
primordial de constituirse como una denuncia bien estructurada y soportada en fuentes de
información fiables, que busca llamar la atención del gobierno colombiano y de sectores de
gobiernos y la ciudadanía de países extranjeros, entorno a la necesidad de implementar
cambios de orden político que repercutan en una mejoría de la situación crítica que padece
la clase trabajadora colombiana. También es de resaltar el esfuerzo que hace la institución
que produce el informe al momento de manifestar una postura crítica frente a las políticas
exteriores estadounidenses, ello es muestra del ánimo de imparcialidad que tiene el
organismo frente a su propio sistema de gobierno.

17
Se indica que después de Israel y Egipto, Colombia se convirtió en el curso de la primera década del
presente siglo, en el tercer país foráneo con mayor ayuda militar de tropas estadounidenses del mundo. Ibid.,
pp.59-61.
18
Ibíd., p.62.

También podría gustarte