Horacio - Epodos y Odas (Ed. Vicente Cristobal)
Horacio - Epodos y Odas (Ed. Vicente Cristobal)
Horacio - Epodos y Odas (Ed. Vicente Cristobal)
Epodos y odas
Introducción................................................................... 1
Obra literaria. Los E p o d o s ........................................ 16
Las Odas Su tem ática................................................ 19
Arte y e s tilo ...................... ................................. 29
Breve nota bibliográfica 33
La presente traducción............................................... 34
Epodos .................................................. 37
O d a s ................................................................................. 63
Libro I ....................................................................... 65
Libro I I ..................................................................... 101
Libro I I I .................................................................... 123
Libro I V .................................................................... 158
Canto se cu la r........................................................... 179
Fechas en la vida de H o racio ................................... 183
Indice de nombres propios........................................ 185
193
1.
1 Navios ligeros llamados así por su parecido con los que usa
ban los piratas de Liburnia, región de Iliria.
2 Mecenas, a quien va dedicado el libro, se dispone a partir
en compañía de Augusto a la campaña contra Marco Antonio y
Cleopatra, que finalizaría con la victoria de Accio. E l poema puede
fecharse, por tanto, en la primavera del año 31.
39
40 Horacio
2.
3.
4.
5.
32 Hoy Rímini.
33 Barrio plebeyo de Roma, al noroeste del foro.
34 Creúsa, por quien Jasón abandonó a Medea.
35 Los marsos, pueblo antiguo del Lacio, tuvieron fama de ma
gos y adivinos.
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6.
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54 Sobrenombre dado -al dios del vino, Baco, que significa «el
que relaja». Aquí en metonimia por vino.
55 Poetastro al que también se refiere peyorativamente Virgilio
en sus Bucólicas,
56 Otro nombre (además de Noto) para designar el viento
del Sur.
57 Viento del Sureste.
58 Viento del Norte.
59 Cuando declina la constelación de Orion en la primera quin
cena de noviembre, se levantan en el mar fuertes tempestades.
60 Áyax, hijo de Oileo, había arrancado a Casandra, la profetisa
hija de Príamo, de la efigie de Atenea ante la cual se había refu
giado en la última noche de Troya. Por ello Palas Atenea lo cas
tigó con la muerte, haciéndole naufragar en su regreso a Grecia.
52 Horado
11.
61 A saber, Baco.
62 Ejemplo del tema del paraclausitbyron (el amante postrado
ante las puertas de la amada).
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1.
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4.
5.
6.
44 Neptuno.
45 El poeta Varío Rufo, conocido por su tragedia Tiestes, pero
también — a lo que aquí se alude con la perífrasis «águila del
canto meonio» (es decir, homérico)— poeta épico; amigo de Virgi
lio y Horacio.
46 El lugarteniente de Octavio, que había luchado a su lado en
Nauloco, contra Sexto Pompeyo, y en Accio.
47 Aquiles: referencia a la litada.
48 Referencia a la Odisea: los poemas homéricos como modelo
de poesía épica.
H|xxlo» y (h In i 73
7.
8.
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10 .
11.
12 .
68 Júpiter.
m Minerva, que brotó de la cabeza de Júpiter.
70 Baco.
71 Diana, patrona de la caza.
12 Hércules, llamado así por ser nieto de Alceo.
73 Castor y Pólux (cf. n. 26).
74 El fundador y primer rey de Roma.
75 Numa Pompilio, segundo rey de Roma.
76 Tarquino el Soberbio, último rey de Roma.
77 Catón de Ütica, prototipo de virtudes, enemigo de César y
defensor de la República en la guerra civil, que se suicidó después
de la derrota de Farsalia.
78 Otro personaje de tiempos republicanos, ejemplo de honra
dez, que con ocasión de las guerras púnicas tuvo una actuación
singular: prisionero de los cartagineses, le fue permitido ir a Roma
para llevar un mensaje al Senado con la promesa de regresar,
promesa que cumplió a pesar de haber podido quedarse (cf. III,
5, 13 y ss.).
79 Familia romana, de la que padre e hijo protagonizaron un
suceso curioso y tenido por ejemplar entre los romanos: Marco
Emilio Escauro, príncipe del Senado, después de la derrota de
los romanos en la guerra contra los cimbrios (año 102 a. C.), prohi
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21 .
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23.
135 Bajíos peligrosos para los barcos. Había dos: los mayores,
próximos a Libia, y los menores, frente a Túnez.
136 Río de la India, afluente del Indo (hoy el Djelem). Decíase
que arrastraba oro y piedras preciosas.
137 Apulia, llamada también Daunia a partir del legendario rey
Dauno que allí gobernó.
138 Juba fue rey de Numidia.
139 Metonimia por clima, atmósfera, cielo. Júpiter, además de
rey de los dioses, era dios del cielo y de los fenómenos atmos
féricos.
Epodos y odas 89
24.
25.
140 De Numidia.
141 Una de las Musas (cf. n. 12).
142 Crítico famoso, nacido en Cremona y amigo de Virgilio.
143 Cf. n. 29.
144 Cf. n. 62.
90 Horacio
26 .
27.
Pelear con las copas, que han sido fabricadas para fines
alegres, es propio de los tracios: dejad esa costumbre bár
bara y mantened lejos de las sangrientas luchas a Baco,
que merece respeto.
¡En qué desacuerdo tan brutal está el alfanje medo
con el vino y las candelas! Calmad ese inhumano griterío,
camaradas, y permaneced apoyándoos sobre el codo.
¿Queréis que yo también tome un trago de añejo Faler
no 1S2? Díganos entonces el hermano de Megila, la de
Opunte 153, qué herida le hace feliz, qué saeta le está ma
tando. ¿Se me niega ese capricho? No beberé si no es
con tal condición. Cualquiera que sea la Venus que te
doblega, no te abrasa con fuegos de los que debas aver
gonzarte; honorables son siempre tus deslices en el amor.
Cualquier cosa que sea lo que nos ocultas, ¡ea!, confíalo
a oídos discretos.
... ¡Ay, ¡pobre de ti!, ¡por qué gran Caribdis 154 te apu
rabas tú, joven digno de mejor llama! ¿Qué hechicera,
qué brujo te podrá liberar con brebaje de Tesalia 155, qué
dios?
A duras penas Pégaso 156 te sacará del enredo, encade
nado como estás por la Quimera 157 de triple forma.
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i.
2.
3.
4.
5.
6.
“ Cf. n. 135.
227 Los hijos del argivo Anfiarao, Catilo, Coras y Tiburno, fue
ron los fundadores de Tíbur (cf. nn. 54 y 119).
228 Río que desemboca en el golfo de Tarento.
229 Fundador de Tarento.
230 Montaña del Ática, célebre por su miel.
231 Ciudad de Campania, célebre por su aceite.
232 Monte cercano a Tarento.
108 Horacio
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11.
Deja de preguntarte, Hirpino Quintio, qué proyecta
el belicoso cántabro y el escita, separado de nosotros por
la barrera del Adriático, y no tiembles ante la idea de
vivir una existencia que requiera pocas cosas: aléjase hacia
el pasado la imberbe juventud y la hermosura, en tanto
que la seca canicie pone en fuga los amores caprichosos
y el sueño fácil.
No siempre las flores primaverales tienen el mismo pri
mor, ni brilla la luna roja con un mismo rostro siempre:
¿por qué fatigas tu espíritu pequeño con pensamientos
eternos?, ¿por qué no nos recostamos así, tranquilamen
te, bajo el alto plátano o bajo este pino, nos perfumamos
con rosas los blancos cabellos, mientras nos es posible y,
ungidos con nardo asirio, bebemos?
Evio 247 disipa las cuitas voraces. ¿Qué muchacho re
bajará ahora mismo con agua las copas de ardiente Faler
no?, ¿quién sacará de su casa a Lide, la descarriada me
retriz? Rápido, dile que se apresure con su lira de mar
fil, sujetando sus cabellos con un nudo bien compuesto,
según costumbre de Laconia.
247 Cf. η. 120.
112 Horacio
12.
13.
14.
255 El can Cérbero, al que aquí Horacio describe con cien ca
bezas, pero que en .otros pasajes describe con sólotre
II, 19, 31, y II I, 11, 20), como es frecuente.
156 Las Furias, habitantes del mundo infernal y castigadoras de
los condenados.
257 Es insólito en la tradición mitográfica presentara Promete
como condenado en el infierno. ¿No será una confusión o a
lación con Titio, castigado infernal, al que, como a Prometeo, un
ave rapaz devora las entrañas? En cualquier caso, tenemos repetido
el testimonio en II, 18, 34-36 y en Epod., X V II, 67.
238 Tántalo (cf. Epod., n. 114).
259 Gigante, compañero de Diana en la caza, que fue catasterizado
en la constelación de su nombre y que, según la Odisea (X I, 572-
575), continuât^ en el infierno ejerciendo su oficio.
260 Gigante monstruoso, dotado de tres cuerpos unidos por la
cintura, que habitaba en España dedicándose a la críade vacas,
y al que mató Hércules en su décimo trabajo.
261 Gigante condenado en el infierno a sufrir el castigo de unos
buitres que le devoraban d hígado por haber intentado violar a
Latona (cf. η. 257).
Epodos y odas 115
15.
16 .
Descanso pide a los dioses el sorprendido en la inmen
sidad del Egeo, tan pronto como una negra nube ha ocul
tado la luna y no brillan ya las estrellas, que marcaban
el rumbo fijo a los marineros; descanso pide la Tracia,
delirante por la guerra; descanso 269 los medos, oh Gros-
fo, engalanados con su aljaba, no con piedras preciosas,
ni con púrpura venal ni con oro. Pues ni los tesoros, ni
el lictor270 consular apartan las desgraciadas perturbacio
nes del espíritu y las inquietudes que sobrevuelan en tor
no a las mansiones cubiertas de artesonado.
Vive bien con poca cosa aquél en cuya sobria mesa
brilla el salero de sus padres; y el temor o la innoble am
bición no interrumpen sus sueños ligeros.
¿Por qué, llenos de afán, hacemos tantos proyectos,
cuando la vida es tan breve?, ¿por qué nos trasladamos
a unas tierras calentadas por otro sol?, ¿quién, saliendo
fuera de la patria, huye también de sí mismo?
La perversa Inquietud se embarca en las naves, guar
necidas de bronce, y no se aleja de los escuadrones de
caballería, más rápida que los ciervos y que el Euro, que
empuja los nubarrones.
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18.
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20.
1.
123
124 Horacio
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364 Rey de los getas, pueblo tracio que habitaba en los alrededo
res de la desembocadura del Danubio y de las costas del Ponto
Euxino. Fueron derrotados en el año 29 a. C. por M. Craso.
369 Las disensiones entre Fraates y Tiridates por el reino (cf. no
tas 149 y 214).
370 Derrotados también los cántabros en el mismo año 20 por
Estatilio Tauro.
371 Otra formulación del carpe diem.
372 Cf. n. 19.
372 b Ciudad de la Magna Grecia, al Sur de Italia.
Epodos y odas 137
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12.
383 Cupido.
384 Hoy Lípari, isla del Norte de Sicilia.
385 Era patrona de las labores femeninas.
386 Cabalgaba sobre el caballo alado Pégaso.
140 Horacio
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16 .
396 Bacante.
397 Ciudad de Apulia.
398 Acrisio, según la leyenda, conociendo por el oráculo que su
hija Dánae tendría un hijo que lo mataría, la encierra en una pri
sión subterránea (novedosa en este sentido es la «torre de bronce»
de la que habla Horacio, seguido por Ovidio, Amores, II, 19, 27).
Pero Júpiter, que se había enamorado de la muchacha, consigue
llegar hasta ella transformándose en lluvia de oro — tema del fa
moso cuadro de Tiziano— . Obsérvase en el presente pasaje indi
cios claros de una interpretación racionalista del mito: se insinúa
que no hubo tal lluvia de oro, sino que el enamorado Júpiter
sobornó con oro a los guardianes. Este modo de exégesis de la
mitología era ya antiguo: el más famoso de sus seguidores fue el
historiador griego Paléfato (siglo iv a. C.).
Epodos y odas 143
399 Este augur argivo era Anfiarao que, sabiendo que moriría si
marchaba en la expedición contra Tebas, se ocultó para no ir. Pero
su mujer, Erifile, lo descubrió, seducida por el regalo del collar de
Harmonía que Polinices le dio. A raíz de ello se sucedieron los
crímenes en su familia: una vez muerto en la guerra Anfiarao, su
hijo Alcmeón, para vengarlo, mató a su madre y fue asesinado
a su vez por sus cuñados, los hijos del rey Fegeo de la Psofide.
Los hijos de Alcmeón vengan a su padre, matando a los asesinos
y consagran, por fin, el collar en el templo de Apolo en Delfos.
■*° Filipo, padre de Alejandro Magno, que decía (según Cicerón,
ad Atticum, I, 16, 12) no existir ciudad inexpugnable si en ella
se podía hacer entrar un asno cargado de oro.
401 Esta sentencia, que trasluce un concepto de providencia di
vina ajeno al epicureismo y predicado por el estoicismo, suena a
la proclama evangélica: «Quien perdiere su vida por amor de mí,
la salvará» (Le., 9, 24).
144 Horacio
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422 Lucio Manlio Torcuato, cónsul en el año 65, año en que na
ció Horacio. ¿No habría que ver en este primer verso de la oda,
O nata mecum consule Manlio, una citación paródica del famosí
simo verso de Cicerón, denostado por cacofónico, O fortunatam
natam me consule Romam?
«3 Cf. η. 8.
424 Cf. Epodos, η. 54.
«5 Cf. η. 70.
426 Se las suele representar siempre unidas formando un corro
(cf. n. 38).
148 Horacio
23.
24.
«J Cf. n. 186.
432 Es una similar constatación a la que leemos en Epist., I, 8,
12: «igual que una veleta, cuando estoy en Roma, añoro Tíbur,
y cuando en Tíbur, añoro Roma», concreción del humano incon
formismo que Horacio retrata en otras ocasiones (I, 16- 18; Epod.,
II, 67-70 y Sat., I, 1, 1-11).
150 Horacio
25.
fuertes como para arrancar con sus manos los altos fres
nos, no proclamaré nada insignificante o en estilo humil
de, nada mortal. Dulce peligro es, oh Leneo 436, seguir al
dios que se ciñe las sienes con verde pámpano.
26.
27.
441 Según que vinieran las aves de una parte u otra del cielo
daban buenos o malos augurios: de Oriente, buenos; de Occiden
te, malos.
442 Cf. n. 166.
443 Cf. n. 28.
444 Cf. n. 56.
445 Pues, en realidad, era Júpiter metamorfoseado. El dios se
había enamorado de la doncella hija de Agénor, y apareció ante ella
en la playa bajo forma de un espléndido toro blanco y apacible.
Europa, sin prever las consecuencias, subió a sus espaldas, y fue
conducida por mar hasta Creta, donde, despojándose de su forma
animal, que catasterizó en la constelación del Toro, el dios la
hizo su esposa.
444 Los sueños verdaderos salían del infierno por la puerta de
cuerno y los falsos por la puerta de marfil.
Epodos y odas 153
28.
29.
30.
Cf. n. 26.
Diosa de los funerales.
463 La Gran Vestal acompañaba al Pontífice Máximo al Capi
tolio en las grandes ocasiones festivas. El Capitolio, en idéntico
contexto, aparece en Eneida, I X , 448-449: Virgilio asegura la in
mortalidad por la fama a Niso y Euríalo «mientras la casa de
Eneas habite la inamovible roca del Capitolio». ¿Se acordaba Vir
gilio del verso horaciano al escribir lo anterior? ¿Conocía Horacio
por lecturas públicas el pasaje de la Eneida? Sabido es que la
Eneida se editó después de morir Virgilio en el año 19 y los tres
primeros libros de Odas habían visto la luz cuatro años antes.
O ¿dependen ambos de un modelo común, tal vez algún pasaje
de Ennio que no ha llegado hasta nosotros? Pues el mismo mo
tivo y el mismo contexto me parecen excluir la coincidenda for
tuita.
464 Río de los alrededores de Venusia.
465 Hijo de Pilumno y Venilia, padre de Turno, que reinó en
Apulia. Horacio se está refiriendo a su tierra. Algunos traduc
tores, editores y comentaristas (Bentley, Smith, Plessis, Villeneuve
y Javier de Burgos) atribuyen la predicación ex humili potens
(«llegando a ser influyente, aunque de origen humilde») a Dauno,
en lugar de a Horacio. Pero, aunque sintácticamente cabe tal po-
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1.
158
Epodos y odas 159
2.
3.
4.
Como el alado ministro del rayo 494, a quien Júpiter,
rey de los dioses, concedió el imperio sobre las aves erra
bundas, después que comprobó su fidelidad en el rapto
del rubio Ganimedes 495 — en otro tiempo la juventud y el
vigor heredado de sus padres lo lanzaron fuera del nido,
ignorante de fatigas, y los vientos primaverales, disipadas
ya las nubes, le enseñaron a volar por vez primera entre
temores; más tarde un poderoso ímpetu lo envió como
enemigo contra las majadas; ahora su afición por la comi
da y la lucha lo impele contra las serpientes que se le
resisten— ; o como al león, destetado ya de la ubre de su
rojiza madre, lo vio la cabra, atenta a los exuberantes pas
tos, destinada a sucumbir bajo su diente joven: así vieron a
D ruso496 llevar la guerra al pie de los Alpes los retos
vindélicos — cuya costumbre de armar siempre sus diestras
con la segur de las Amazonas, he omitido investigar de
dónde la aprendieron: no es posible saberlo todo— , pero
sus mesnadas vencedoras desde tiempo atrás y a lo largo
de las tierras, vencidas por los designios del muchacho, ex
perimentaron qué poder tiene una mente que se conduce
493 Epíteto de las Musas, del que se adueñaron después de su
victoria musical sobre las hijas de Píero que, como castigo por
su osadía, fueron transformadas en urracas.
El águila.
Cf. n. 421.
496 El hijastro de Augusto, hijo de su esposa Livia con su an
terior marido, Tiberio Nerón, vencedor de retos y vindélicos
(año 15 a. C.). Más tarde (9 a. C.) morirá a causa de una caída del
caballo.
164 Horado
5.
6.
7.
8.
9.
5» Baco.
530 Cf. n. 464.
531 Simónides de Ceos (cf. n. 209).
532 Poeta lírico griego del siglo vin a. C.
533 Safo.
534 Paris.
«s Cf. η. 55.
536 Anteriormente ya Troya había sido conquistada por Hér
cules.
537 Guerreros cretenses que participan en el asedio de Troya.
538 Hermano de Héctor.
Epodos y odas 171
10 .
539 Quiere decir Horacio que Lolio, que había sido cónsul una
sola vez (21 a. C.), tenía, por el contrario, un alma virtuosa, que
actuaba como cónsul de sí mismo.
540 Al llegar a la edad madura era norma el cortarse los cabe
llos, que en la juventud se dejaban crecer.
541 Por la barba.
172 Horacio
11 .
542 El hijo del Sol, que para probar su filiación ante Épafo,
que la había puesto en duda, quiso conducir el carro de su padre
y fracasó en el intento. Júpiter lo fulminó. La leyenda la cuenta
Ovidio al comienzo del libro II de las Metamorfosis.
543 Belerofontes, ufano de haber dado muerte a la Quimera,
quiere llegar hasta el cielo volando sobre Pégaso, pero Júpiter
aguijonea al caballo, que arroja a su jinete al suelo, y lo deja
cojo; desde entonces el caballo pasó al servicio de la Aurora. El
mito lo cuenta Píndaro en la ístmica V II.
Epodos y odas 173
12.
13.
14.
15.
179
180 Horacio
44 Asesinato de César.
183
Horacio
185
186 Horacio
Télefo: Ep. 17; 1 , 13; III, 19; IV, Tulo: III, 8; IV, 7.
11. Turio: III, 9.
Temor: I II , 1. Tusculo: Ep. 1.
Ténaro: I, 34.
Tempe: I, 7; I, 21.
Tempestades: Ep. 10. Ulises; Ep. 16; Ep. 17; I, 6.
Teos: Ep. 14; I, 17. Ustica: 1 , 17.
Terminales: Ep. 2.
Tesalia: 1 ,27.
Teseo: IV, 7.
Tetis: Ep. 13; I, 8; IV, 6. Valgio: II, 9.
Teucro: I, 7; I, 15; IV, 9. Vanidad: 1 ,18.
Tíades: II, 19; III, 15. Vario: I, 6.
Tiber: 1,2; 1,8; 1,29; 11,3; III, Varo: Ep. 5; 1 , 18.
12. Vaticano: I, 20.
Tíbur: 1 ,7; I, 18; II, 6; III, 4; Venafro: II, 6; III, 5.
I II , 29; IV, 2; IV, 3. Venus: 1 ,4; I, 13; I, 15; 1 , 18;
Tiburno: I, 7. I,2 7 ; 1,30; 1,32; 1,33; 11,7;
Tideo: I, 15. I I ,8 ; 111,10; 111,12; III, 16;
Tidida: 1,6. III,1 8 ; 111,21; 111,26; 111,27;
Tierra: II, 12; III, 4. IV, 1; IV, 6; IV, 10; IV, 11; IV.
Tiestes: Ep. 5; 1 , 16. 13; IV, 15; C S
Tifeo: 111,4. Venusia: I, 28.
Tigris: IV, 14. Verdad: I, 24.
Tindáridas: IV, 8. Vergüenza: I, 6; I, 24; C. 5.
Tíndaris: 1 , 17. Veya: Ep. 5.
Tioneo: 1 , 17. Vesta: 1,2; 111,5.
Tiridates: I, 26. Victoria: Ep. 9; IV, 2
Tiro: I II , 29. Virgilio: I, 3; I, 24; IV, 12.
Tirreno: I, 11; 111,24; IV, 15. Virtud: II, 2; C. S.
Titanes: III, 4. Vulcano: I, 4; III, 4.
Titio: II, 14; 111,4; 111,11; IV, Vúltur: III, 4.
6.
Titono: I, 28; II, 16.
Torcuato: Ep. 13; III, 7. Yápige: 1,3; 111,27.
Tracia: Ep. 13; 1 ,25; 1 ,36; II, Yolco: Ep. 5.
16; III, 25; IV, 12. Yugurta: Ep. 9; II, 1.
Troilo: II, 9.
Troya: 1,6; 1,8; I, 10; 1,28; III,
3; IV, 6; IV, 15; C. S. Zéfiro: III, 1; IV, 7.