Barruel, Augustin. - Memorias para Servir A La Historia Del Jacobinismo, Tomo III (1827)
Barruel, Augustin. - Memorias para Servir A La Historia Del Jacobinismo, Tomo III (1827)
Barruel, Augustin. - Memorias para Servir A La Historia Del Jacobinismo, Tomo III (1827)
MEMORIAS
PARA SERVIR A LA
HISTORIA DEL
JACOBINISMO
TOMO III
JHEWMURIAS
PAR A S B R V ll
LA ÉHST®RHfi
JACOBINISMO.
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TOMO TERCERO.
Preáented To
The Pacific Uníon Club Library
By Mr.R.C.Bo1ton
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MEMWRHAS
PARA SERVIR
A LA HISTORIA -
JIACQCQÉKÑHSMCQ»
SU AUTOR EL S.‘ BARRUEL;
TRADUCIDAS u. cAsuLuno, Y AUMENTADAS con ALGUIAS aorns
nnmuvu A LA REVOLUCXOR m: nsmíh mu. Año 1808,
TOMO TERCERO.
PERPIÑAN,
EN LA IMPRENTA DE J., ALZINE.
1827.
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RELATIVAS
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NOTAS. " vii
mi obligacion cl venir á apoyar lo que ya dijo-Vd. sobre
la muerte de Voltaire , con respecto sobre todo á una cir
cunstancia, que se liga y encadena con todas las demas.
n Hallándome en París en 178i , traté y vi alli muchas
veces uno de los señores que Vd. alega como testigos de
aquella catástrofe, conforme ala voz pública, á saber, el
señor Tronchín. Este señor hubiera ya conocido á Voltaire
en Ginebra, de donde vino á. la capital como primer mé
dico del penúltimo duque de Orleans. Llamósele para asis
tir á Voltaire en su última enfermedad , y por él supe
cuanto entonces se dijo en la capital y bien lejos de ella,
relativo al horrible estado en que hubo de verse el alma
de aquel malvado, próximo ya á morir. Aun como médi
co, el señor Tronchín hizo cuanto dependió de sl para
calmarle, pues su violenta inquietud neutralizaba todos los
remedios; pero no lo pudo conseguir, y hubo al fin de
abandonarle, lleno de horror por el carácter que presen
taba un tan diabólico frenesí.
s Un estado tan violento , en un cuerpo sobre-todo tan
extenuado y sin fuerzas , no podia ser de larga duracion ;
necesariamente debe seguirle un profundo letargo, presa
gio de la completa disolucion del sistema orgánico, como
sucede no menos en los sacudimientos violentos que oca
siona un gran dolor; y este letargo es el que ha querido
calificarse como un estado de calma del moribundo. M.
Tronchín no quiso que el público cayese en una tan grave
equivocacion con respecto á esto , y por lo mismo, publicó,
eu calidad de testigo tan especial , todas las circunstancias
que Vd. ha narrado con una tal veracidad ; y lohizo sobre
todo con el ánimo de dar una leccion sobrado importante
á aquellos, que para pesar y examinar con que disposi
ciones les convenga morir ¿esperan á estar postrados sobre
el lecho mismo de la muerte. Y no es ciertamente el estado
del cuerpo, es lo mas'bien el del alma el que puede frus
trar la esperanza de poder entregarse entonces á uu exámen
tan serio; porque Dios es tan justo y santo , como bueno,
y para dar algunas veces al hombre ciertos avisos bien
sensibles, permite que las penas decretadas en una otra
‘¡U1
vííj ' NOTA s.
vida contra personas tan culpables , princípien ya al ter
minarse la presente con los mas agudos remordimientos.
u Mas no es solo en estas circunstancias y con respecto á
los últimos momentos de Voltaire, que el autor de su citada
Vida nos hace conocer su mala fe : es no menos infiel con
respecto á otros incidentes bien sabidos, á saber, su primer
deseo de reentrar en el gremio de la Iglesia , y las declara
ciones que con este objeto hizo, y que Vd. ha relatado con
tanta escrupulosidad, apoyado en piezas bien auténticas;
actos que precedieron aquellos terribles furores y angus
tias , que sus sectarios quisieron ocultar, y de las que pro
bablemente fueron ellos la primera y verdadera causa,
porque le sitiaron y le rodearon completamente, separán
dcle asl de cuanto hubiera podido contribuir á calmar el
estado de su alma , y conducidole á reparar los infini
tos males que' hubiera hecho en el mundo, en los pocos
momentos al menos que debía aun permanecer en él. Pero
esta superchería no podía engañar á los que conocen á fondo
la historia de Voltaire; porque aun prescindiendo de los actos
de hipocresía que le hizo cometer mas de una vez su amor
por la vida presente, son sobrado conocidos los que le
inspiró en ciertas ocasiones el temor que le afectara de
repente de una vida sin fin. Voy al darle á Vd. de elloun
ejemplo, que me refirió en diciembre de 1776 el señor
Dieze, bibliotecario en segundo de la Universidad de Go
tínga , como ocurrido alli , y del cual hará Vd. el uso
que mas oportuno le parezca.
. Voltaire cayó gravemente enfermo en Saionia , durante
su residencia en aquel país, y á la sazon que le sirviera
de secretario el mismo Dieze. Conocido que hubo su peli
groso estado, se apresuró á llamar á un sacerdote, se con
fesó con él, y pidió con grandes instancias se le adminis-
trase el santo Viático, lo que se hizo en efecto, con mil
actos y prolestaciones de penitencia, que solo duraron lo
que el riesgo. de la enfermedad; mas al momento que se
vió libre de ella, afectando reir él mismo de lo que llamara
su pobreza de espíritu , le dijo á M. Dieze; ¡Vd. ha visto,
amigo mio, toda la debilidad del hombreh
norAs. ix
Del mismo modo , los partidarios de este implo han atri
buido á la flaqueza y debilidad humana aquellos síntomas
ymomentos de miedo que se vieron en él y en otros mu
chos de sus cómplices. La enfermedad, dicen ellos, debi
lita el espíritu no menos que el cuerpo , y produce ordi
nariamente la pusilanimidad. Es muy cierto que estos
como deseos de penitencia que afectan tal vez los impios
al aproximarse sus últimos momentos , son los mejores
síntomas de una grande debilidad; mas ¿en donde colo
eariamos esta P en su entendimiento P No por cierto : pues
este ve ya bien claramente lo que hubo de ofuscarle la
preoeupacion , durante el curso de su vida ; aquella debi
lidad reside
suasion todarealmente
de que entera en pecaron.
el corazon y en su propia per
CONSPIRACION
CONSPIRACION
DE LOS SOFISTAS DE LA IMPIEDAD
Y DE LA ANARQUÍA.
snnmnvssvsnmnsynnmn¡anvvsvvsvvsvvsvsn vvsvvsvvsvvsvvsunsvvsmavvs
CAPITULO PRIMERO.
Fundadora de su Iluminismo.
vvbsnñvvgíávvs\vsvvwslv\vvñvïínxáíflán\@s\n&\h&\náqgavsgfgvsgvgg
CAPITULO n.
Su código ya concluido.
vmmnmnvvsmnvvymnvmvvsmnvnmnuvsvmmnmnvvwmnmnvw-umnmn
CAPITULO III.
PRIMERA pAm-n DEL cómeo ILUMINADO; m. HERMANO
INTRODUCTOR ó RECLUTADOR.
snnmnïvunvvvyvmyaassonvwunsasmflvvuvvsvvsvvuuanvvsmnmfloïnn ¡no
CAPITULO IV.
Sncunm pum-1: mar. cómeo ¡Luum/mo; ¡»arman ciuno
rnnruuron1o; m. Novicto Y su MAESTRO.
Su Calendario .
Tambien es preciso que se haga á la Hégira, ó calen
dario iluminado. Fechará sus cartas, y todas las que reci
biere se datarán segun la era persiana, llamada Jezdegert,
que empezó el año 65o. Comienza el año iluminado cn el
primero Faravardin, que corresponde al 21 de Marzo;
este primer mes tiene 41 dias; el mes de Mayo se llama
Adarpahascht; Junio C/iardad ; Julio T/tirme/t; Agosto
Merdedme/t ; Setiembre Shaharime/t; Octubre Meahar
meli; Noviembre Abenmeh; Diciembre Jdameh; Enero
Dimeh; Febrero Besameh; y Marzo , que solo tiene 2o
dias, Ásfandar
Sus Cifras.
Debe acostumbrarse el novicio iluminado á dar á las
cifras el valor de las letras que le señala la orden , mien
tras espera que esta le enseñe sus geroglíficos, que para
los iniciados mas adelantados ocupan el lugar de los gua
rismos. En la escritura ordinaria de los iluminados, los
números ó guarismos equivalen á las letras en la forma
siguiente.
(l) Alli mismo , sec. a y 3.
(2) Verdadero iluminado, primer grado.
cArlruLo ctuno. 55
12.11. IO- g. 8. 7. 6.' 5. 4. 5. 2. 1.
a. 'b. c. d. e. r. g. h. i. k. l.
15. 14. 15. 16. 17. 18. ig. no. 21. 2a. 25. 24.
n. o. p. q. r. s. t. u. w. x. y. z.
_J-_-JLJI;ILL--Ï_IZÜDEE
abcclefghilmn
77HHFFVA>< »¿
opqrstuyzx
g h.
‘1’. P. ‘I l.’
Su obediencia.
(l) Ob cr unbedirigten gohan-am angelobe , und wise was das soy .-"
(a) Escritos orig. tomo I. Protocolo de la recepcion de dos
novicios-, seccion 17.
pri mero
CnÍTULO cuanro. 65
primero de los dos novicios, de edad de 22 años, llamado
Francisco Antonio St. .. respondió, firmó yjuró : nTam
n bien haría aquellas cosas, si la orden me las mandase;
n porque puede ser que yo no sea capaz de juzgar, si
u ellas son realmente injustas. Por otra parte, aunque pu
» diesen ser injustas bajo un cierto respecto , cesan de
n serlo, desde que pasan á ser un medio para llegar á lafeli
4 u cidad y conseguir elfin general. n A esta misma pregunta
el novicio Francisco Xavier B. . . responde, firma y jura
en el mismo sentido : a No rehusaria hacer aquellas cosas
n (malas é injustas), si se ordenasen al bien general. n
A la pregunta sobre el derecho de vida y dc muerte,
el primer novicio tambien responde y jura: cSi, otorgo
u este derecho á la orden iluminada; ¿y porque se le habia
n yo de negar, si se viera la orden reducida a la necesidad
n de emplear este medio, y que sin él hubiese de temer '
n algun gran descalabro? Poco perdería con aquello el
n estado , porque el muerto se reemplazada por tantos otros.
n Por lo (lemas, me refiero á mi respuesta del núm. 6
es decir, á aquella en donde ha prometido de hacer tam
bien lo injusto, si sus superiores lo hallasen bueno y se
lo mandasen. El segundo novicio responde á la misma
pregunta y jura igualmente en esta forma: ¿La misma
n razon , que me hace reconocer en los gobiernos de los
u pueblos el derecho de vida y de muerte sobre los hom -
n bres, me inclina á reconocer con toda voluntad este
n) derecho en mi orden, la cual se ordena á la felicidad dc
n los hombres, tambien como lo deberían hacer los go
» biernos de los pueblos. n
Sobre la promesa de una obediencia sin restriccion,
el uno responde : ‘Si, sin duda, esta promesa es impor
n tante; sin embargoyo la miro como el único medio para
n que la orden pueda conseguir su fin. n El segundo es me
» nos preciso : ‘Cuando considero , dice, como moderna
Tomo III. _ E
66 ILUMINISMO.
n nuestra orden , y aun poco extendida, tengo alguna re
» pugnancia en hacer una promesa tan formidable, por
» que tengo motivo para dudar si la falta de conocimien
» to, ó tal vez alguna pasion dominante no podrían en
n alguna ocasion hacer mandar cosas del todo opuestas
n al fin de la felicidad general; pero cuando me represen
n to la orden mas extendida, creo , que es ella una socie
n dad en que se hallan hombres de todos estados, de los
a mas elevados y de los mas comunes, y que estan en me
n jor proporcion de conocer el curso del mundo, y de
n distinguir los medios para llenar los buenos proyectos
n de la orden. u
Esta duda del noviciosobre la antigüedad de su orden ,
debia desagradur á Weishaupt, que , no omitiendo cosa
alguna para hacer creer la de siliiuminismo, con el fin de
excitar mas el respeto y la curiosidad de los discípulos,
se comentaba con gozar en secreto de la gloria de la
invencion con sus profundos iniciados, reservando la
revelacion de este misterio para los últimos grados. Pero
este mismo novicio añadió, que, bien considerado todo ,
miraba á su orden mas como antigua que como mo
derna, y al fin promete como su compañero ser fiel
á todas las leyes de la misma; de asistirla con sus con
sejos, con su fortuna y con todos sus medios; y conclu
ye con someterse á perder su Ízonory aun su vida, si rLo
cumple su promesa (i) .
Cuando el hermano insinuante ha llegado al cabo de
ligar sus novicios á la ordem por medio de estos jura
rnentos; principalmente cuando los novicios han recono
cido sin perplejidad aquel extraño y tremendo derecho
y facultad, que hace depender de los satélites del ilumi
nismo la vida yla muerte de cualquiera que agrade ó de
sagrade á sus superiores; cuando el novicio ha llegado al
~
(i) Véanse los dos Protocolos.
CnÍTULO cusnro. 67
- punto de no descubrir que este pretendido derecho, en
lugar de manifestarle una sociedad de sabios, solo mani
fiesta una banda ó confederacion de asesinos y emisarios
del Viejo de la montaña; cuando en fin él mismo se ha
entregado y sometido á este terrible derecho , se envia el
juramento de este nuevo Seide á los archivos de la orden,
y desde entonces ya tiene todas las disposiciones que sus
superiores exigen para elevarle al seguindo grado de la
clase preparatoria. El insinuante concluye su mision ,
sirviendo de introductor á su discípulo.
Promocion del novicio.
Al tiempo señalado, por la tarde, ó ya muy entrada la
noche, es conducido el novicio á un cuarto sombríamente
iluminado. Alli le esperan dos sugetos, y estos son los
dos primeros iluminados que se le permite conocer des
pues de su insinuante. El uno, que está medio oculto á
causa de una luz cubierta de un velo, y con una actitud
imperiosa y severa, es el superior ó bien el delegado ini
ciante; el otro sirve de secretario para escribir el acto
de iniciacion. Sobre una mesa que está junto al inician
te, hay una espada desenvainada. Nadie es admitido sino
el novicio y su introductor. Despues de haberle pregun
tado si persevera en la resolucion de ser admitido entre
los hermanos, y despues de haber respondido con la
afirmativa, le envían de nuevo á un cuarto del todo os
curo, para que medite de nuevo su resolucion. Despues
se lellama de nuevo , vuelve áentrar, y se le hacen varias
preguntas , que todas se ordenan á asegurarse de que está
dispuesto á someterse del todo á las leyes del iluminismo.
El introductor hace presentes las disposiciones de su dis
cípulo , y pide en recompensa la proteccion de laorden,
y entonces el iniciante dice alnovicio :
a Vuestro deseo es justo. En nombre de la seremlsima
n orden, de la cual tengo mis poderes, y en nombre de
E a
68 ILUMINISMO.
CAPITULO V.
Tsncnns ¡»un DEL cómco muunvsno; sncuxno enAno
PREPARATORIO; ACADEMIA DEL ILUMINADO, ó num LOS
nnuuAxos m: MINERVA.
Premios académicos.
En fin, para dar á este grado minerval toda la apa
riencia de una sociedad literaria, los superiores, cada año,
proponen al concurso alguna cuestion interesante. Las
respuestas ó disertaciones son juzgadas como en las aca
demias, y el discurso que ha merecido el premio, se
imprime á costa de la orden . La misma ventaja se ofrece
á los iniciados para todas las obras que quieran publicar,
con tal que no se desvien de las miras del fundador (3‘.
Si estas obras fuesen de aquellos folletos, ¿’los que Weis
haupt llama pasquillas, que hacen reir á los pueblos
á costa del sacerdocio y de las verdades religiosas; si fue
sen parodias (") sobre las lamentaciones de Jeremias , ó ¡mi
taciones burlesciis de los profetas; en una palabra , si fue
sen de aquellas sátiras que preparan los pueblos al objeto
CAPITULO
CAPÍTULO snxro. si
CAPITULO VI.
CUARTÁ rurrn mar. cómoo rnnmrxAno; rnnczn cubo; u.
¡Ltmmnno MENOR:
CAPITULO VII.
PARTE QUINTA mu, cóotco ILUMINADO, GRADO cuurro;
ILUMINADO uAison, ó NOVXCIO nscocas.
ee}:
Preguntas preliminares.
carle los mas reservados, para saber hasta que punto son
conformes á los de la secta.
Despues de la correspondiente introduccion, le dice
el iniciante: aTengo otras preguntas que haceros, rela
n tivas á objetos sobre los cuales es absolutamente nece
n sario que el modo de pensar de los escogidos nos sea
n conocido. n Obsewe el lector estas preguntas; y cuando
lleguemos á los misterios de la orden, concebirá mejor
esta marcha sucesiva y gradual que poco á poco los va
introduciendo en el corazon del iniciado, como si él
por sí mismo los.hubiese concebido é imaginado.
1 .' ‘¿Os parece que en este mundo sea recompensada
n la virtud , y castigado el vicio? No veis, que al contra
a rio,el malvado es mas feliz en el exterior, mas aten
n dido y poderoso que el hombre de bien? En una pala
n bra , ¿estais contento de este mundo, como le veis al
u presente? u
2.‘ c Para mudar el orden actual de cosas, ¿no quer
» riais, si os fuese posible, juntar á los buenos, y unir
7» los estrechamente para que fuesen mas poderosos que
n los malos? n
3.‘ cSi pudieseis escoger, ¿en que pais quisierais ha
n ber nacido antes que en vuestra patria? n
4.‘ a ¿En que siglo deseariais haber vivido?»
5.‘ » Teniendo libertad para escoger, ¿que estado ó
u ciencia antepondriais?»
6 .' uEn cuanto á la historia, ¿cual es vuestro autor
n ó maestro favorito? n
7.‘ a¿No os parece que teneis obligacion de procu
- rar para vuestros aníigos, ya conocidos , todas las ven
u tajas exteriores posibles, para recompensarles por su.
n probidad, y proporcionarles una vida mas feliz? Es
u tais dispuesto áwhacer todo la gue la orden exige de los
n hermanos de este grado , esto es, que todos se esmeten en
Ga
[00 ILUMINISMO.
nzvnwvswvvvvuuanvsnvsasnn\nnv\nvsnwus\nnvvvw\n vwuvvu
CAPITULO VIII.
SEXTA PARTE DEL CÓDIGO ILUMINADO ; CLASE INTERMEDIA;
EL CABALLERO ESCOCES DEL ILUMINISMO.
\' x
cArlruLo OCTAVO. n,
cion. He aqui lo que principalmente disponen. aEn cada
I ciudad, aunque poco considerable de su distrito, los
CAPITULO IX.
PARTE SÉPTIMA DEL cómco ILUMINADO. Cmsz m: MISTE
mos. EL EporrA (“), ó sAcnnnorn muununo. MISTE
mos pequeños.
l
(i) Escritos originales de Io: iluminados, tomo a parte n.
(a) Filon y Espartaco , q. ro hasta 7o, certgïcudos de Filon.
128 uuumisuo.-
DISCURSO
D21. cimentar-n una m. GRADO m: sAcsnnorn, ó n:
ErorrA ¡Luuuuno (1). '
El gerqfante al iniciado .
¡Á las pruebas de una preparacion continua sobre
» viene el momento de tu recompensa. En este momento
a ya te conoces á tí mismo, y has aprendido á conocer
n á los otros. Ya eres lo que deseábamos que fueses, y
s tal cual deseábamos verte. Ahora será de tu obligacion
s guiar á los otros. Lo que ya sabes, y lo que vas á apren
s der en este momento te manifestará su debilidad. En
n esta ventajase halla el único manantial del poder de
s un hombre sobre otro hombre. Las tinieblas se disi
s pan, el sol se eleva , las puertas del santuario se abren
u y una parte de nuestros secretos se te va á revelar.
n Cerrad á los profanos las puertas del templo; quiero
n hablar á los ilustres, á los santos , á los escogidos.
CAPITULO X.
Continuacion del discurso sobre los pequeños misterios
del IZaminismo.
CAPITULO XI.
PAura OCTAVA DEL CÓDIGO 1nuunvAno. EL nacen-rn ó
rníxcira ILUMINADO.
CAPITULO XII.
PAmrn monA ner. cómeo ILUMINADO. Cutsx m; Los
GRANDES MISTERIOS. EL nuco Y m. HOMBRE-REY.
(I) Denn ich lasse den namen, und snbstituire ilrm die vemunft.
(2) Escritos orig. tomo a,carta 15 á Caton.
(3) Véase lo dicho en los pequeño: misterios.
CAPÍTULO DUODÉCIMO. 189
Weishaupt. Ya es demasiado evidente que con él quiere
encubrir el sofista la perversidad y aun la impiedad
de su sistema , dando el nombre de religion á una li
bertad é igualdad desorganizadoras. Despues de haber
llevado hasta este punto la impiedad delos Epoptas ¿ que
le falta hacer por sus Magos en sus grandes misterios,
sino borrar el nombre de religion y aun el del mismo
Dios? Si, este nombre de Dios sabrá horrarle en sus
altos misterios”; y-como se puede esperar hallarle,
cuando hemos oido decir al mismo : n Sabeis que la
unidad de Dios era uno de los secretos revelados en
» los misterios de Eleusis ; ¡ 0! en cuanto á esto , no ten
» gais miedo de hallar algo semejante en los mios (i) ? u
Si aun este nombre de Dios debe hallarse en los altos
misterios del ¿Mago iluminado, ¿ es creible que sea pa
ra otra cosa que para blasfemarle , cuando vemos que
el fundador Weishaupt reserva precisamente para este
grado todas las producciones del ateismo? Asi escribe
á su discípulo favorito i a Con nuestros principiantes
» debemos ser prudentes sobre los libros de religion y
s de política. En mi plan los reservo para los grandes
u misterios. Por ahora no demos á los discípulos sino
a libros de historia ó de raciocinio. La moral debe ser
n- nuestro primer objeto. Robinet , Mirabeau (esto es ,
n el Sistema de la ‘aturaleza publicado por Diderot ,
u bajo el nombre supuesto de Mirabeau), el Sistema social,
n la Politica natural, la Filosofia de la naturaleza y-
u otros semejantes estan destinados para los grados mas
n adelantados. Ahora es preciso ocultarlos con cuidado á
n nuestros discípulos, y especialmente Helvecio del nom.
a bre (a). n He aquí con toda precision la lista de las
obras mas antireligiosas y casi todas en favor del mas
'Testimonio de Knijgge.
(I) Der zweyte , Rex genannt, Ieltrt das: ein ieder áauer, burger
und liatuvatter ein- souveraín ser, wie in dem putriarchalisuhen Ieóen,
auf welches die Ieute wieder zünzc/rgebrae/¡t werden ¡nussen , gewesen
n)’; und dass folglich aIÍe oórigkeit wegflrllzn rrIÍÍJR..... Diesse beydcn
graden hube auch ich , der ¡el! m dem orden alles durcbgcgrazigen bin,
telóst gelesen.
204 uuunusuo.
cía, precauciones , cuidados y artificios , solamente para
decirles al fin :» Cuanto hemos hecho por vosotros
n hasta el presente, se ordenabaá haceros dignos de traba
n jar como nosotros y con nosotros en la- destruccion
n y aniquilacion de todo magistrado, de todo gobier
n no, de toda ley, de toda sociedad civil , y aun de
x toda república, tanto democrática como aristocrática,
s y de toda monarquíam. Todos aquellos grados an
u teriores solo se ordenaban á que adivinaseis poco á
UUUU poco, y os persuadieseis lo mismo que ahora os de
tiplicaron
_ cníruno nconéciuo. 209
n tiplicaron las familias, empezaron á faltar los medios
a necesarios para su subsistencia. Cesc’ la vida errante
n y nació la propiedad; los hombres escogieron una man?-
n sion permanente, y se introdujo la agricultura. . . . n
Preguntemos á la secta ¿cuales fueron los funestos resul
tados de estos desvíos del hombre , que abandonó la
vida errante ó patriarcal? Ya responde el gerofante : Se
arruinó por sus cimientos la libertad y desapareció la'
igualdad. Luego la vida patriarcal y errante, á la que
se pretende que vuelvan los hombres , es la vida de
una época que se imagina anterior á la propiedad , á
la construccion de moradas fijas yaun al cultivo de los
campos. El origen de esta propiedad, la construccion de
casas ó chozas, y el cultivo de los campos son el primer
atentado mbrtal que se cometió contra la igualdad y
la libertad. ¿ Y aun hay quien prestando asenso á la
igualdad y libertad que predican unos perversos deses
perados, aspire á su vida patriarcal y errante? Pues si
le hay, que empieze por renunciar á su propiedad; que
abandone su choza , casa y cualquier morada fija; que
abandone sus campos; únase á los sectarios y diga con
ellos : la primera blasfemia que se ha dicho contra la
igualdad y libertad, ha salido de la boca del primero
que dijo : mi campo, mi casa, mi propiedad.
En efecto, seria necesario cerrar los ojos para no ver
el odio y las conspiraciones de la secta con-tra toda
existencia, título y pretension de propiedad. Ninguna.
reconoce , y en la realidad no hay propiedad que sea
compatible con lo que ella llama igualdad y libertad;
con aquella naturaleza , que á todos lo da todo con
igualdad, y que quiere que este oro, esta plata, ó este
campo sean tanto de uno, como de otro y como de todos.
Ya se've, que no se trata aquí de leyes agrarias, ó
de aquellos campos, riquezas y propiedades, cualesquiera
Tomo III. O
n10 ILUMINISMO.
CAPITULO XIII.
PARTE firman nun cómco ILUMINADO. Gonmnno DE LA
sacra; me; cauzan. m: ¡me GOBIERNO Y m: LA unn;
QUE TIENEN EN ÉL LAS cnAsas rxrnnronns mar. ILUMINISMO.
(i) Cartas á Caton del 15 de Marzo de- 178i , y del '16 Febrero
de 17'82.
carlruno vacuno-rancio. n51
para poder creer la perversidad calculada de sus con
sejos, de susmedios y de toda su infernal política. He aqui
un ejemplo ren la misma carta que acabo de citardel 15
Agrandar del año n51 Ü) , insertó dos reglas para in's
truccion de sus Áreopagitas. La primera consiste en decir,
que se atengan á la reserva con los candidatos de
-la. clase a'e los ricos, porque esta gente, dice , orgullosa ,'
ignorante y enemiga del trabajo y - de la obediencia, solo
quiere entrar en nuestros misterios para reir y burlarse.
En la segunda les dice, que no se paren en demostrar que
la verdadera franc-mazonería es la del iluminismo ;por
que para esto la mejor demnstracion consiste en no dar
alguna. A ver como se explica él mismo en cuanto á la
tercera ley, que entra en esta compilacion política : c Pa
n ra ser dueños de nuestros discursos , permitimos á los dis
¡u uv u uau v u cípulos que observen que los superiores gozan de una
grande libertad sobre este articulo , y que unas veces ha
blamos de un modo y otras de otro ; muchas veces hace
mos una pregunta con seguridad para sondear la opi
nion de los discípulos, y proporcionarles ocasion de
manifestarla con sus respuestas. Este efugio es muy
bueno para corregir muchas faltas. Digamos siempre
que el fin manifestará cual de nuestros discursos debe
mirarse como verdadero. Se habla ya de este modo,
ya de otro , para no cortarse, y para que nuestro ver
dadero pensamiento sea impenetrable para los inferio
res. Póngase tambien esta advertencia en la instruc
cion ; etiam hoc inseratur instrnctioni ; y aun seria
mejor, y el expediente tendría mejor éxito, si advir
tieseis, y atm encargaseis á nuestros iluminados mayo
res, que varien tambien sus discursos con los inferiores,
u y esto por los motivos ya dichos. n Ex raiionibus supra
vsnvvsmnvvsmnvsnsnmvsnmnmnymnmn vvsvmvmvvsvvvmnmnnanvsnsno
CAPITULO XIV.
LECCIONES POLÍTICAS Y conmmvo m: Los Erorus nm.
ILUMINISMO o
Q 5»
246 l uuuiiusuo.
(t). Pero no puedo dejar de decir, que los giros que aquí
adopta el legislador iluminado, no son para modificar ó
limitar aquel famoso principio , Elfin santiflca todos los
medios sino para que los discípulos de la secta manifiesten
ideas nuevas, atrevidas y útiles á la misma , y disponerlos
para que á su tiempo se decidan, como él mismo, á que nada
hay que sea punible, ni aun el robo y latrocinio, si este
es útil y conduce al findel iluminismo. Su intento es
descubrir por medio de estas preguntas los iniciados que
estan mas dispuestos para los últimos misterios, y las dis
posiciones que tienen para no atender á los remordimien
tos de sus conciencias, á fin de que sean aptos para co
meter cualquiera delito con que triunfen sus maquina
ciones. Esta es toda la ciencia, en cuanto á filosofía prác
tica , que los epoptas han de enseñar á sus discípulos.
Ni siquiera se nombra la religion entre las ciencias que
ha de estudiar el epopta; pero no omite su código un
modo particular de combatirla y de blasfemarla. Para.
tener siempre presentes las preguntas á las que se han de
responder ó que se han de hacer, cada epopta debe tener
un arancel en forma de registro en donde esten puestas
por orden alfabético. c Por ejemplo, dice el código ,
n en la lista de las ciencias secretas y de los geroglíficos, en
n la letra C, se halla la palabra Cruz , y debajo la siguien
n te nota : Para saber la antigüedad- de este gerógrafo,
n consúltese tal obra, impresa en tal año, página tal: ó
n bien tal manuscrito, en la parte M u No es difícil
descubrir aquí el objeto de estas pretendidas ciencias se
cretas y geroglíficas, que es enseñar á los discípulos que
la Cruz solo es un antiguo geroglífico, que erigió la igno
rancia y la supersticion para significar la redencion del
(i) Véase Hachwichtige crinnerungerwou Leopoldm. Hoffman, sect.
5 P0 279 —- 307.
(a) Núm. XV.
cniruno DÉCIKO-CUAITO. 247
género humano. La ciencia que sobre esta señal poseen
los epoptas iluminados, aun estará mucho tiempo oculta.
Mientras se espera que salga de las tinieblas, podemos ase
gurar, que la secta no es capaz de manifestar en la bis
toria del género humano, que haya habido algun pue
blo que haya mirado la cruz como señal de salud , antes
de la época del Cristianismo y de los triunfos de un Dios
crucificado.
Tambien tienen los epoptas su historiador y analista;
Para estos contiene sus leyes el código, y las principales
son estas : Cada provincia iluminada debe tener su his
toriador, á imitacion de los antiguos analistas y cronistas.
Deben tener su diario, y á mas de los hechos comunes
deben compilar, de un modo particular y con preferen
cia , las anécdotas de la historia secreta. Deben aplicarse á
sacar de la oscuridad á todo hombre de mérito, cual
quiera que sea el olvido en que ha vivido , y le darán á
conocer al provincial, quien se cuidará de dar noticia de
él á los hermanos. . . . Todos los provinciales han de te
ner su calendario propio, en el cual, en lugar de los
Santos, se pondrá para cada dia del año el nombre de
un sugeto que se ha de respetar, ó el de otro sugeto que
se ha de detestar y maldecir, segun su respectiva conduc
ta, por la cual hayan merecido seramados ó aborrecidos
por los hermanos. Creo que mi nombre se pondrá en este
calendario con el carácter dela maldicion; pero antici
padamente me alegro viéndome al lado de Zimmermann
y de Hoffmann, que no han merecido menos que yo
aquella negra apoteósis. Pero aun hay otra especie de ca
nonizacion para los hermanos, á la cual todos pueden
aspirar, como lo advierte el mismo código, y esta creo
que es la del hermano Mirabeau y la del hermano Ma
rat. Segun las mismas leyes, debe el epopta cronista dar
noticia á las lógias ¡ninervales de los hechos memorables,
Q4
s48 uuntmisuo,
y no puede dejar de insertar las acciones viles y odiosas
pintándolas con 'sus correspondientes colores, sin omitir
las que puedan haber cometido aquellas personas que se
hallan elevadas á las primeras digrLidades, 0’ gue goza/I de
la mas alta reputaeion (I),
Despues de las leyes para los historiadores, pone el
código las de aquellos epoptas que tienen la superinten
dencia de las ciencias en hechos de política, y princi
palmente por lo relativo al conocimiento de los hombres.
Ya hemos visto cuanto estima el iluminismo esta ciencia,
y cuanto la hace, depender del génio observadorm. Nin
gun hermano debe aspirar á la dignidad de epopta pre—
sidente de alguna ciencia cualquiera que sea, sin haber
dado antes una respuesta satisfactoria á estas cuatro pre
guntas : ¿Que cosa es genio observador ?... Como se pue
de adquirir este genio ?. . . Como se forman buenos ob
servadores Que método se ha de seguir para ser exac
-to y justo en sus observaciones? Cuando un epopta se
ha distinguido lo bastante con sus respuestas, para que le
elijan gefe de los observadores ó iniciados escudrjñadow
"res, se le hace depositario de todas aquellas notas que,
como hemos visto, se han extendido con tanto cuidado
por lo relativo al carácter, pasiones, talentos é historia
de los hermanos, Cuando suceda hallar en aquellas notas
el retrato y vida de algun iniciado mas interesante , hará
de él, sin nombrarle, un como modelo delas preguntas que
se han de hacer en las escuelas minervales. Por ejemplo,
preguntará : ¿ Cuales son las ideas que adoptará ó desecha
rá un sugeto , que es de tal carácter , ó que tiene tales pa
siones?... Como con estos datos se podrá hacer que naz
ca en él, ó que se debilite tal inclinacion Que ini
ciado tiene la orden que pueda desempeñar con mas uti
lidad esta comision ?... Como un tal sugeto deberá pen.
(y) Num. xvui,
nriruso DÉcllo-CDARIO. s49
sar sobre la religion y los gobiernos? Si se le puede mi
rar como superior á todas las preocupaciones, y dispuesto
á sacrificar sus intereses á los de la verdad P... Si hay
en él falta de confianza ó de adhesion, ¿como será ne
cesario portarse para aumentársela, y quien lo lograría
mejor P.... En fin, ¿que empleo hay en el iluminismo que
él desempeñan}: mejor , y en el cual pudiese ser mas útil ?
El epopta, presidente escudriñador , recoge todas las
respuestas, las extiende, y envía su resultado al dean.
este las envia al provincial, y con esto forma juicio de
si el iniciado en cüestion es un sugeto moral, desinteresa
do , libre de toda preocupacion y bienhechor; si puede ser
útil á la. orden, y en que cosa se le puede emplear. De los
pormenores de estas observaciones deducirá el epopta
escudriñador reglas y máximas generales para conocer á
los hombres; se cuidará aun de compilarlas y de enviar
las á los superiores (I) Despues de tantas y semejantes ob-
servaciones sobre esta ciencia y sobre las demas, el ilumi
nismo, añade el código , se hallará poco á poco en estado
de hacer descubrimientos en todo género, de producir
nuevos sistemas, y de dar en todo pruebas superiores de
sustrabajos y de sus tesoros científicos. Adquirirá tambien
en el mundo el concepto de que en la realidad ha to
rnado posesion de todos los conocimientos humanos (2),
Temiendo que participen de esta gloria los demas hom
bres, ó temiendo que los hombres hagan de estos cono
cimientos el mismo uso que los iluminados, el código
arregla sus precauciones para reservar á la orden el fruto
de sus trabajos. ‘Algunas partes de estos conocimientos,
n dice, podrían darse á la imprenta con el permiso de
.2 los gefes; pero entonces, no solamente no se comuni
u carán estos libros á profano zilgunO, sino que, saliendo
~
(i) Alli mismo , núm. XVIII.
(n) Alli mismo , núm. XX.
25o lnuuiiusuo.
s de las imprentas de la orden , solo se entregarán á los
n hermanos, y esto en proporcion de sus grados Pa
u ra que nuestros dignos cooperadores no pierdan la glo
n ria de sus trabajos, se pondrá el nombre de su inven
n tor á todo principio nuevo, á toda nueva máquina, ó
a ácualquiera otro descubrimiento, para hacer preciosa
n á la posteridad su memoria Por la misma razon ,
n y para que la órden no sea privada de un secreto debi
n do al cuidado que tienede sus discípulos, nadie podrá
n comunicar á los profanos el descubrimiento que haya
n hecho alguno de los nuestros..... Ningun libro relativo
n á estos objetos se imprimirá sin el permiso de los su
» periores. A estos toca decidir, si el libro que ha com
u puesto algun hermano merece imprimirse, y á quienes
u se puede conceder su lectura. Si se han de despedir
u de la orden algunos hermanos, se ha de avisar antes al
n superior- local , y ver como se ha de gobernar para re
u cuperar no solo los manuscritos, sino tambien nues
n tros impresos (3). n
El legislador iluminado, procurando justificar todas es
tas precauciones, alega en primer lugar los derechos que
tiene la orden á los trabajos de los hermanos; alega des
pues el atractivo del secreto que fomenta por la curio
sidad los deseos de instruirse; y en fin , las ventajas que
sacan las mismas ciencias cuando las conservan unos hom
bres que no las revelan á los otros, hasta que estan bien pre
parados para poderse mas bien aprovechar de ellas. A mas
de que, añade, cualquiera tiene libertad de, hacerse ilu
minado y participar de nuestros conocimientos; ¿yquien
sabe- mejor que nuestra orden hacer que todos sean útiles
al género humano, y conservar su depósito P... Despues
de esta justificacion , vuelve á sus epoptas, y les dice que
(I) Núm. XVII.
(a) Núm. XXIII.
(3) Núm. XXIV.
s.
CAPÍTULO nfzcruo-cusnro. a5:
á ellos toca saber adaptar todos estos conocimientos á las
miras y plan del iluminismo. cEs preciso , dice, pesar con
n madurez las necesidades de cada siglo y las de vuestro
a distrito. Deliberad sobreesto en vuestros sínodos, y
n pedid instrucciones á los superiores.» Sin mas preám
bulo , extiende sus miras mas allá de sus lógias. Si no sabe
el lector á que fin lo hace, lea y sabrá cual ha de ser
el grande objeto de los epoptas, cuales las conquistas que
han de hacer á la órden, y hasta donde han de procu
rar establecer los sistemas de su iluminismo. ‘Debeis, les
n dice sin rodeos, formar de continuo nuevos planes,
n para ver de que modo podréis en vuestras provincias
n haceros dueños de la pública educacion , del gobierno
n eclesiástico, de las cátedras de enseñanza, y de la pre
n dicacion (r).n Este es un objeto que estima mucho la.
secta. Ya veremos como vuelve á insistir en lo mismo.
Para dar crédito á sus planes, y para insinuar, á la som
bra de su pretendida ciencia, en las escuelas de la iglesia
y en las cátedras del Espíritu Santo, sus doctrinas, ‘debe
n el epopta saber merecer la reputacion de un sabio ver
e dadero. En cualquiera parte que se deje ver, tanto si
u anda, como si está parado, tanto si está en pie, como
n sentado, una auréola luminosa debe brillar al rededor
n de su cabeza , que despida rayos de luz que iluminen
a á los circunstantes. Es preciso que la gente tenga á gran
n dicha oir de sus labios la pura verdad. Debe atacar en
n todas partes las preocupaciones, pero con precaucion, y
n teniendo siempre presente, que lo ha de hacer siem
n pre coeflnura y teniendo miramiento al sugero á quien
n habla » ¿Quien diría que estos consejos los da un
Vándalo á otro Vándalo, cuyo corazon snspira por aque
lla época en que, gracias á larauréola luminosa de su
(i) Alli mismo , núm. XXVIII.
(n) Alli mismo , núm. a.
25a inuumrsuo.
ciencia , desaparecerán todas las naciones, ytodo el mun
do será vandalizado i’.... Despues de haber conquistado
estos Vándalos las escuelas públicas y las cátedras del es
píritu santo, solo les falta conquistar el imperio de la
república literaria. a En esta , dice, hay ciertas gentes que
n dominan á su tiempo, segun la moda, y causan admi
n racion á las cabezas débiles. En unas‘ ocasiones domi
n nan las producciones del entusiasmo religioso, y en
u otras el espíritu sentimental. Algunas veces son las pas
u torales, en otras los romances de caballería, los poe
n mas épicos ó las odas las que inundan el público. Es
u preciso trabajarpara que sean de moda los principios de
n nuestra orden, que se ordenan á la felicidad del géne
n ro humanon es decir: estos principios que, bajo el
pretexto de hacer feliz al género humano y hacer del mis
mo una sola familia , no dejarán subsistir ni siquiera una.
sbla nacion , una sola religion , un solo titulo de propie
dad, una ciudad, un pueblo, una casa.
a Es preciso, continua , que nuestros principios se ha
a gan de moda, á fin de que los extienden los escritores
n jóvenes, y nos sirvan sin quererlo. Tambien es preciso,
n para entusiasmar las cabezas, predicar con el mayor aca
n loramiento el interes general de la humanidad , é inspi
n rar la indiferencia á todas las uniones a’ sociedades mas
n estrechas, y las que se componen de una sola. nacion. n
Aqui el malvado legislador aun se atreve á proponer el
ejemplo de Jesucristo y su imaginaria indiferencia por su
familia. Porque este Señor murió por todos los hombres,
y porque su amor á ia mas santa de las madres nunca
permitió que se olvidase de la grande obra de la reden
cion del género humano , es. preciso que ciertos imbéci
les se dejen seducir de este modo por el epopta ilumi
nado, quien para acabar con todas las naciones, se vale
del pretexto de amar igualmenteátodos los hombres (t).
(I) Ind. 3.
cniruno bierno-euano. 255
Otra ley debe observar el epopta para conquistar el im
- perio de las letras. «Procurad, dice el código, que los
u escritos de nuestros iniciados sean celebrados por el pú
n blico; haréis sonar las trompetas en su favor, y os cui
» daréis de que los periodistas no hagan sospechosos á
n nuestros escritores n En cuanto á los sabios ó es-
critores, que, sin pertenecer aun al iluminismo, tienen
principios semejantes, y si son de aquellos sugetos que
la sectaillama buenos, se deben, segun la ley, poner en
la clase de los que se han de reclutar. Para esto debe el
dean tenerlos notados en una lista , la que de cuando en
cuando hará que corra entre los hermanos (2).
Beunamos ahora estas leyes , y veamos como se ordenan
a inficionar insensiblemente la república literaria. En pri
mer lugar, la secta en sus academias minervales empieza
á formar sus discípulos. Ya hemos visto como en cada.
una de sus escuelas inculca sus principios. Los epoptas,
para que no se alteren estos principios, velan sobre todas
las academias de un mismo distrito, y estos mismos epop
tas tienen sus juntas provinciales en donde todo se com
bina, todo se dispone y se prevee todo. A estas juntas
acuden todos con sus notas y sus observaciones sobre
todo lo que pueda poner obstáculo, ó aumentar en su
distrito el progreso de la ciencia iluminada. Todas las
deliberaciones y cuanto se hace y resuelve en dichas un
tas , se envía al superior nacional, que las inspecciona y
vela para que se mantenga el mismo espíritu en todo su
imperio. Lo que este hace por su nacion, lo hace por
el areópago de la secta con los epoptas de todas las na
ciones. De este modo, las escuelas minervales , los epop.
tas de todos los distritos, de todas las provincias , y de
todos los imperios no componen mas que una misma aca
(n) Alli mismo, núm 4.
(a) Núm. XV.
15.’; . inunmisuo.
demia , que si es invisibleá los profanos, no por eso dejan
sus ramificaciones subterráneas de extenderse por todas
partes como la misma secta, conservando asi mismo en
todas partes los mismos principios, animándolo todo un
mismo espíritu y segun unas mismas leyes, con arreglo á
las que convocan y cultivan todas las ciencias, para que
estas sirvan á las mismas maquinaciones de la impiedad y
de la desorganizacion universal'.
No le bastara á la secta tener reunida en su seno la
universidad de una academia conspiradora; aspiró á apo
derarse de las escuelas públicas y de las cátedras del
Espíritu Santo. Pretende dirigir los talentos de todos los
literatos, ordenar todos los ingenios á sus proyectos, y
que aun el imperio de la moda sirva á sus conjuracio
nes. Desde la niñez que aprende á deletrear, hasta el doc
tor que descubre el tesoro de las ciencias, han de pensar
como el iluminismo, y quiere que las mismas ciencias
sean el instrumento de un triunfo que acabará con ellas,
con las leyes, con los altares , con los trouos, con toda
propiedad individual y con toda sociedadnacional. Co
teje el lector los misterios de la secta con el código de
sus epoptas, y diga si no son estos los últimos resultados
de aquel imperio que quiere usurpar á las ciencias. ¡Que
horror y queindignacion no inspiran aquellos resulta
dos! El monstruoso legislador que los ha podido com
binar, pretende que infundan admiracion y respeto á
sus discípulos, y esto es lo que encarga á sus epoptas
que inspiren. a Es preciso ,'les dice, que comuniqueis á
u nuestras clases inferiores una idea tan sublime de la
n santidad de nuestra orden, que, por ejemplo , una pro
» mesa hecha sobre el honor de nuestro iluminismo, sea
n para ellos el mas inviolable de los juramentos u
Asi este ateo suple el nombre de Dios. Como necesita de
(i) Alli mismo , núm. XXIX.
oníruno DÉCIMO-CUARTO.- 255
vínculos para obligar, y ya ha roto todos los de la con
ciencia , apela al honor, el que hace consistir en un con
junto de delitos. a El que se atreva a’. violar eljuramen
a ta hecho sobre el honor de mi sociedad, que sea infame.
r A cualquiera clase que pertenezca , será proclamado in
» fame en, toda la orden, y lo será sin remision ni espe
3 ranza. Quiero que lo sepan, y que reflexionen con.
n madurez cuan terrible es estejuramento sobremi orden;
q y tambien quiero que con toda claridad y energía se
n hagan presentes todos los resultados (i) . n
Los epoptas encargados de inspirar esta veneracion,
sehallan en posesion de un grado demasiado respetable en
la secta, para comprometer su dignidad. Asisten , cuando
bien les parece, á lasjuntas de los grados inferiores, pero
no deben ejercer algun empleo, si no cl de prefecto en
el capítulo de los hermanos caballeros escoceses. Su gra
vedad y el respeto que inspiraria su presencia, podrian ser
vir deobstáculo á sus observaciones en estos grados infe
riores. Los iniciados podrían contenerse á presencia del
epopta; pero no lo quiere asi la secta, sino que los vea
en su estado habitual; y por lo mismo, nunca puede de
jarse ver entre ellos sino como igual. Una ley le manda
formalmente que les oculte su grado, su trage distintivo
y aun el nombre de la clase a que está elevado (a). Supe
rior incógnito, y sentado en los mismos bancos, los verá
mas libres á su rededor; asi hará con mas libertad el
oficio de escudriñador, y conocerá mejor sus sentimien
tos. Sus lecciones dadas en el tono de la igualdad serán
mas insinuantes; y, sin darse á conocer como maestro ,
conocerá mejor lo que falta á sus discípulos, y se enterará
mejor de sus progresos. .. Si entre estos discípulos los
hay cuyo zelo y fidelidad esten bien probados, podrá
CAPITULO
cAríruso néctno-Quinro. . 257
vvsvvunnvvsvvuvun mnvvsvmvsmvvsvmvvs uva vssmnvvsanvvsmnmnsAnvmn
CAPITULO XV.
CA.PITULO XVI.
CAPITULO XVII.
CAPITULO XVIII.
(I) Aus diesen kann ich ersehen welche geneigt sind gewise son
derbare staats lehren , weiters hainaufreligions meynuugen auzun
ehmen . -
(a) Escritos originales, carta á Caton , del 1o. Marzo de 1778.
cníruno nécmo-ocrAvo. 505
con esperanza de mejor éxito. No es alguna mano extra
ña la que ha tirado las lineas y revelado el grande objeto
del supremo consejo; es el mismo Weishaupt, fundador
y legislador del areopago iluminado. En esta suposicion,
¿de que serviría una relacion individual de las leyes que
ha dictado y sancionado para aquel congreso? Ya se des
cubre todo lo que ellas pueden ser: se sabe que deben
sobresalir por su impiedad, y principalmente por la pro
fundidad de los artificios en el arte de seducir los pue
blos, de socavar á la sordina los altares y los tronos, y
de guiar legiones de conjurados en el mismo seno de
las tinieblas. Tambien se sabe que los altos iniciados se
deben parecer á Weishaupt , para que sean admitidos en
su areopago. ¿Y que otra ley puede reunirlos, sino la de
preparar los ánimos para cometer nuevos delitos, con
venirse siempre en los que exigen los intereses de la secta,
y permitirán las circunstancias, y en los artificios mas
profundos y abominables para asegurarse del buen éxito?
Sin embargo , este fatal ingenio que no abandonó al aca
so alguno de aquellos delitos que pudo mirar como inde
pendientes de todas circunstancias, probó de dar tam
bien á sus areopagitas un código especial, sancionar le
yes para sí mismo y para cuantos le sucediesen en la
alta dignidad de Espartaco de la secta. De este código
tenemos lo que él llama diseño ó leyes interinas. Este
diseño, que dirige á- sus primeros areopagitas, se halla
en la seccion 9 del primer volúmen de los escritos ori
ginales, y otras diversas instrucciones relativas al mismo
objeto . se hallan distribuidas en sus cartas. De todo esto
se puede hacer el siguiente extracto:
Los areopagitas componen el supremo colegio de la
orden; -— deben ocuparse en los negocios mas importan
tes, y poco ó nada en los objetos menos esenciales. —
Es verdad que podrán reclutar, es decir, podrán alistar
504 rnumuisuo.
y atraer á la orden á algunos discípulos; pero deben
encargar su instruccion á algun iniciado inteligente. Solo
de cuando en cuando podrán ver á estos candidatos, para
fomentar su íervor y conservar su zelo. —En particular,
deben cuidar de que la marcha de nuestros iluminados
sea en todas partes uniforme. -— Vigilarán con toda aten
cion sobre Átenas (t), y no darán cuenta de los nego
cios de la orden que se traten en esta lógia, sino á Es
pártaco.-— Pero enviarán cada mes á los hermanos (cons
cii), sabidores de los últimos secretos, una compilacion
de los eventos mas interesantes para la orden , que será
' una especie de gaceta. Despues de esto, Nota bene, aña
de el legislador; esta gaceta hasta el presente no es mas
que un diario ordinario de nuestras cosas; es preciso que
tambien los conscii envien otro tanto de su parte á los
areopagitas. — Estos deben ocuparse en proyectos r me
joras y en otros objetos semejantes, que darán á cono
cer á los conscii por medio de estas circulares. — Entre
ellos se repartirá la correspondencia general. —- No les
será permitido abrir las cartas de agravios (litteras grava
toriales), es decir, las que contienen quejas contra ellos,
sino que dejarán que lleguen á Espártaco, al gene
ral, pues son un medio para que este sepa si aquellos
cumplen exactamente su deber. No siendo esta instruc
cion sino provisional, y solo para los areopagitas , no la
harán circular; pero sacarán de ella una copia y remi
tirán el original á Espártaco (a).—Las juntas de los
areopagitas se tendrán cn los dias de fiesta que se notan
en el calendario de los iluminados. Esta' regla poco
a
,_u'
.
508 inuumisuo.
podido hallar en otras partes. Me basta para recompensa la
rectitud de mis intenciones. Desde este momento me retiro,
y voyá tomar descanso. Ya no tendré concurrentes envi
diosos, y en mi soledad seré señor de mí mismo u
El déspota iluminado supo defender bien su causa ;
los areopagitas no amaban su imperio, pero conocían
que necesitaban de él para la profundidad de sus maqui
naciones. Para no privarse de sus luces , le reconvi
nieron con decirle, que habia dejado se amortiguase
todo su zelo por el grande objeto. Pero ello es cierto
que el de Weishaupt , á pesar de su- disimulada indi
ferencia, no se habia entibiado. Volvieron otra vez á
someterse alyugo de su gefe, y este, tomando de nuevo
su ascendiente, les señaló las condiciones bajo las cuales
consentia en volverse á poner á su frente. Cuanto se
descubre en estas condiciones es digno de notarse, tanto
por lo que dice relacion al tono del déspota que las puso,
como á la naturaleza , espíritu, y extension de poder que
aquellas le comunicaron sobre el supremo consejo y pri
meros escogidos de la secta. -
1 Os digo con anticipacion , para que nunca no lo
admíreis, que en adelante seré mas riguroso que nunca.
No disimularé falta alguna; corregiré con mas zelo á
los otros-, pues mi objeto asi lo exige absolutamente.
Porque ¿á quien me he de dirigir, si no tengo derecho
para entretenerme con los primeros de la órden, pues
los demas nada tienen que ver conmigo? Para que todo
vaya bien , es preciso que nuestra órden no tenga mas
que un lenguage , que una misma opinion y que un
mismo pensamiento. ¿Como se conseguirá esto, si yo
no puedo manifestar á mis allegados mi modo de pensar?
Vuelvo, pues, á ocupar mi lugar en la órden, bajo las
siguientes condiciones:
~
(1) Escritos originales tomo I, secc. 49.
cspíruno nécmo-ocravo. . 509
1.‘ a Que ninguno de vosotros hará otra cosa que lo
que yo ordenaré: con esto cuento en lo sucesivo, ó á
lo menos, que si alguno se quiere desviar, tendrá la
atencíon de prevenirmelo. n
2.‘ c Exijo que cada sábado se me remita una rela-
cion de todo lo que haya sucedido, la cual vendrá en
forma de protocólo, firmado de todos los escogidos que
se hallen presentes. n
3.“: Que se me dé noticia de todos los sugetos que
se hayan alistado, ó que se hayan de alistar, expresando
el carácter de cada- uno, y los pormenores de todo lo
que les concierna desde su recepcíon. u
4.‘ a Que los estatutos de la clase en la que se trabaja ,
se observen con la mayor exactitud, y que nada se dis
pense sin que preceda informacion. ¡»Porque ¿ como sal
var entre nosotros la unidad, si cada uno es árbitro de
cambiar segun su capricho? Y vos exigiréis del resto de
los hermanos lo que yo exijo aqui de vosotros. Porque
si en las primeras clases y filas no hay un cierto orden ,
mucho menos le habrá en las inferiores n
Weishaupt dictó estas leyes á su areopago dia 25
de mayo 1779. La quinta condicion que añadió parece
que hace provisionales las primeras, para no declararse
déspota general iluminado hasta que su orden hubiese
adquirido su consistencia. Se contentó en esta ocasion
con volver á apoderarse de la supremacía , en calidad de
general, que tuvo buen cuidado en no dejar escapar mas.
Esto no prueba que á sus areopagítas les acomodase
haber perdido su aristocracia, viéndose reducidos á no
ser mas que los primeros ministros de Espartaco. Pero
escuchemos áeste mismo, para quien la autoridad mas
legítima nunca fue otra cosa sino un ultrage del género
(i) Escritos originales, t; 2.o carta 4g y 5o.
V5
5m uunmtsuo’.
humano; escuchamos como invoca al mismo Machiavelo
en favor de la suprema autoridad que él ejercía en el
iluminismo , para lograr el éxito de sus maquinaciones.
Dirígiendo la palabra á Zwach, que tambien envidiaba
' la gloria de su maestro , le dijo : u El principal yerro que
hemos cometido, está en que todos quieren introducir
en la orden sus propias ideas , y esto proviene de que
no nos queremos atener á los oráculos de Machiavelo...
Es preciso tener por máxima general, que casi jamás
un estado /ia sirio al principio bien gobernado , sino por la
direccion de un solo hombre , que forma el plan y estable
ce las órdenes necesarias para el intento. Es pues indis
pensable que un hombre que tiene bastante prudencia
para fundar un estado , bastante virtud para hacerlo por
un principio distinto del propio interes, y solamente por
el amor al bien público y sin atender á sus herederos,
tenga solo la autoridad, pues ningun espíritu nacional
podra reprender á algun legislador sobre alguna accion
extraordinaria que haya hecho para fundar y arreglar
algun estado. Es verdad que si la accion le acusa, es
preciso que el- efecto le justifique. No se debe pues
reprender á un legislador que se vale de la violencia
para dirigir los negocios; solo se debe reprender al que
se vale de ella para echarlos áperder. n
Despues de haber citado con estas palabras el pasage
de los discursos políticos de Machiavelo (t), Weishaupt,
poseido de tristeza, añade : a Esto es lo que yo no he
podido conseguir. Los hermanos han llamado espíritu
dominador , á lo que en realidad no era mas que la.
ley de la necesidad en el arte de gobernar n Mientras
duraban estas contiendas, conocía Weishaupt tan bien
su superioridad en este arte, á lo menos para gobernar
(t) Lib. I. cap. g. ,
(a) Escritos orig. tomo a. Carta a á Catan.
CnÍTULO vécino-ocravo. 511
sociedades conspiradoras, que tuvo valor para decir á
sus areopagitas : Señores, en cuanto á política y moral ,
Con
estanesto
Ustedes
logrómuy
persuadirles,
atrasados ycon
se respecto
decidió,áque
miselluces
general
Ws1snAurr .
Tomo III. , . X
TABLA,
DE LOS CAPÍTULOS DE ESTE TERCER TOMO.
W
CAr. I. h s rA n rA c o Weisaupt fundador del
iluminismo.................Pág. 1
CAP. Il. Código iluminado; Sistema general;
Division del código. . . . . . . . . . . . .
CAr. III. Primera parte del código iluminado; el
hermano introductor a’ r eclutador.
CAr . 1V. Segunda paite del código iluminado ;
primer grado preparatorio; el Novicio
y su Maestro...................
CAP. V. Tercera parte del código iluminado ;
segundo grado preparatorio; Acade
mia del -iluminado, ó bien los her
manos de Milterva...,.......... . 71
CAr . VI. Cuarta parte del código iluminado ;
tercer grado; el i/tuninado menor. 8:
CAr . VII. Parte quinta del código iluminado ;
grado cuarto , iluminado mayor , d
noqicio escoces................... 92
FIN.