Barruel, Augustin. - Memorias para Servir A La Historia Del Jacobinismo, Tomo III (1827)

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AGUSTÍN BARRUEL

MEMORIAS
PARA SERVIR A LA
HISTORIA DEL
JACOBINISMO

TOMO III
JHEWMURIAS
PAR A S B R V ll

LA ÉHST®RHfi

JACOBINISMO.
.—_í——-_

TOMO TERCERO.

Preáented To
The Pacific Uníon Club Library
By Mr.R.C.Bo1ton

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MEMWRHAS
PARA SERVIR

A LA HISTORIA -
JIACQCQÉKÑHSMCQ»
SU AUTOR EL S.‘ BARRUEL;
TRADUCIDAS u. cAsuLuno, Y AUMENTADAS con ALGUIAS aorns
nnmuvu A LA REVOLUCXOR m: nsmíh mu. Año 1808,

ron IL Hum‘ Y REV.'‘°

S.‘ D. Fr. RAYMUNDO STRAUCH Y VIDAL,


031520 Qun run nn vtcu, nx m. nmcinno un cuALuïu.
NUEVA EDICIÓN,
connzcnn

CON MUY PARTICULAR ISMIRO, Y COTIJADA CON lL ORIGINAL IIANCIS.

TOMO TERCERO.

PERPIÑAN,
EN LA IMPRENTA DE J., ALZINE.
1827.
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N © il- A S
RELATIVAS

A ALGUNOS ARTÍCULOS DE LOS-DOS PRIMEROS

v0LUMENEs
m}

1.- En la historia de las conspiraciones, que son el obieto


dc estas Memorias. el público ha visto y reconocido su
causa propia. A este interes , debo sin duda alguna el favor
con que las ha acogido , pues al publicarse el tercer volú
men, se había ya despachado entera la edicion de los dos
primeros Este mismo favor me impone el deber de ven
garlos de todo ataque que pudiera hacer sospechar su
veracidad. Y no porque baya sido este el resultado que
pudiera haber producido una cierta carta dirigida á lol
señores redactores del British-Grillo, y cuyo autor solo se
firma con las iniciales D. J. Aun en cierto modo debo
estarle agradecido á este señor anónimo , pues , habiendo
calificado de calumnias y de hablillas populares cuanto yo
estampé en ellas relativo á la muerte de Voltaire , sin em
bargo de haberme yo apoyado sobre un monumento bien
auténtico, á saber , un proceso verbal depositado cn París ,
en casa del señor Monnet, notario, y en la palabra ade
mas de un hombre tan famoso como el señor Tronchin ;
habiéndolo á pesar de esto, repito, calificado asi , mc pone
en el caso de publicar la carta siguiente de M.de Luc,
cuyo solo nombre me excusa de ponderar la importancia.
de un testimonio lan exempto de toda tacha.
Tomo III. i“
vj . NOTAS.

“CARTA DE M. DE LUC, SOBRELA MUERTE


DE VOLTAIRE.

Mur Ssízon M10 :

u Con motivo de hablarse en cierta sociedad . hace algu


nos días, de sus Memorias de Vd. para servir d la Historia del
Jaco/‘ínísmo, se diio alli, que la pintura de Voltaire, que
en dicha obra es como la llave de toda la bóveda, dis
cordaba tanto de la que han hecho otros historiadores de
su vida , que el público estrangero no sabia á que atenerse.
Añadióse en particular la notable diferencia que se viera
entre la narracion de su muerte, tal como se lee en la
obra de Vd. y en otra extractada de una cierta Vida de
Voltaire , traducida en Ingles por M. Monke , y publicada
en Londres en 1787; lo que me inspiró los mas vivos
deseos de hacerme con dicho libro. El traductor se decía
entonces : c A young naval Officer, who while al farís, wlshezl
'to
mentomploy his recefs from
and advantage. n Losprofessional
pocos añosduty,
y la bath
falta todehisexperien
improve

cia pudíeran solo excusar la empresa de M. Monke, quien


para hacer gustar á sus compatriotas de los progresos que
hubiera hecho en París, les trajo en dicha traduccion todo
el veneno que á la sazon se derramaba alli, para lograr
y obtener lo que todo el mundo conoce al presente sobrado,
y lo que yo creo bien mira al presente con el mas pro
fundo horror.
v Nada le diré á Vd. de la Vida ¿le Voltaire , cuyo vers
dadero orígen debe serle bien conocido, y que solo'hubie:
ra podido seducir y embaucar á algunos jóvenes mozalvetes,
sin experiencia , de nuestro siglo , y que aun se dejan lle
var á una cierta especie de admiracion por lo Grande, bien-
que sea no menos criminal y vicioso. Pero siendo otro de
los artificios de los impios el representar á sus gafes y ada-_
lides muriendo en un lecho de honor y de paz, creo de
~
(I) He visto en efecto esta vida de Voltaire , cuyo autor es-
M. de Villete : otro tanto hubiera valido traducir la de Condorcet.

v’
NOTAS. " vii
mi obligacion cl venir á apoyar lo que ya dijo-Vd. sobre
la muerte de Voltaire , con respecto sobre todo á una cir
cunstancia, que se liga y encadena con todas las demas.
n Hallándome en París en 178i , traté y vi alli muchas
veces uno de los señores que Vd. alega como testigos de
aquella catástrofe, conforme ala voz pública, á saber, el
señor Tronchín. Este señor hubiera ya conocido á Voltaire
en Ginebra, de donde vino á. la capital como primer mé
dico del penúltimo duque de Orleans. Llamósele para asis
tir á Voltaire en su última enfermedad , y por él supe
cuanto entonces se dijo en la capital y bien lejos de ella,
relativo al horrible estado en que hubo de verse el alma
de aquel malvado, próximo ya á morir. Aun como médi
co, el señor Tronchín hizo cuanto dependió de sl para
calmarle, pues su violenta inquietud neutralizaba todos los
remedios; pero no lo pudo conseguir, y hubo al fin de
abandonarle, lleno de horror por el carácter que presen
taba un tan diabólico frenesí.
s Un estado tan violento , en un cuerpo sobre-todo tan
extenuado y sin fuerzas , no podia ser de larga duracion ;
necesariamente debe seguirle un profundo letargo, presa
gio de la completa disolucion del sistema orgánico, como
sucede no menos en los sacudimientos violentos que oca
siona un gran dolor; y este letargo es el que ha querido
calificarse como un estado de calma del moribundo. M.
Tronchín no quiso que el público cayese en una tan grave
equivocacion con respecto á esto , y por lo mismo, publicó,
eu calidad de testigo tan especial , todas las circunstancias
que Vd. ha narrado con una tal veracidad ; y lohizo sobre
todo con el ánimo de dar una leccion sobrado importante
á aquellos, que para pesar y examinar con que disposi
ciones les convenga morir ¿esperan á estar postrados sobre
el lecho mismo de la muerte. Y no es ciertamente el estado
del cuerpo, es lo mas'bien el del alma el que puede frus
trar la esperanza de poder entregarse entonces á uu exámen
tan serio; porque Dios es tan justo y santo , como bueno,
y para dar algunas veces al hombre ciertos avisos bien
sensibles, permite que las penas decretadas en una otra
‘¡U1
vííj ' NOTA s.
vida contra personas tan culpables , princípien ya al ter
minarse la presente con los mas agudos remordimientos.
u Mas no es solo en estas circunstancias y con respecto á
los últimos momentos de Voltaire, que el autor de su citada
Vida nos hace conocer su mala fe : es no menos infiel con
respecto á otros incidentes bien sabidos, á saber, su primer
deseo de reentrar en el gremio de la Iglesia , y las declara
ciones que con este objeto hizo, y que Vd. ha relatado con
tanta escrupulosidad, apoyado en piezas bien auténticas;
actos que precedieron aquellos terribles furores y angus
tias , que sus sectarios quisieron ocultar, y de las que pro
bablemente fueron ellos la primera y verdadera causa,
porque le sitiaron y le rodearon completamente, separán
dcle asl de cuanto hubiera podido contribuir á calmar el
estado de su alma , y conducidole á reparar los infini
tos males que' hubiera hecho en el mundo, en los pocos
momentos al menos que debía aun permanecer en él. Pero
esta superchería no podía engañar á los que conocen á fondo
la historia de Voltaire; porque aun prescindiendo de los actos
de hipocresía que le hizo cometer mas de una vez su amor
por la vida presente, son sobrado conocidos los que le
inspiró en ciertas ocasiones el temor que le afectara de
repente de una vida sin fin. Voy al darle á Vd. de elloun
ejemplo, que me refirió en diciembre de 1776 el señor
Dieze, bibliotecario en segundo de la Universidad de Go
tínga , como ocurrido alli , y del cual hará Vd. el uso
que mas oportuno le parezca.
. Voltaire cayó gravemente enfermo en Saionia , durante
su residencia en aquel país, y á la sazon que le sirviera
de secretario el mismo Dieze. Conocido que hubo su peli
groso estado, se apresuró á llamar á un sacerdote, se con
fesó con él, y pidió con grandes instancias se le adminis-
trase el santo Viático, lo que se hizo en efecto, con mil
actos y prolestaciones de penitencia, que solo duraron lo
que el riesgo. de la enfermedad; mas al momento que se
vió libre de ella, afectando reir él mismo de lo que llamara
su pobreza de espíritu , le dijo á M. Dieze; ¡Vd. ha visto,
amigo mio, toda la debilidad del hombreh
norAs. ix
Del mismo modo , los partidarios de este implo han atri
buido á la flaqueza y debilidad humana aquellos síntomas
ymomentos de miedo que se vieron en él y en otros mu
chos de sus cómplices. La enfermedad, dicen ellos, debi
lita el espíritu no menos que el cuerpo , y produce ordi
nariamente la pusilanimidad. Es muy cierto que estos
como deseos de penitencia que afectan tal vez los impios
al aproximarse sus últimos momentos , son los mejores
síntomas de una grande debilidad; mas ¿en donde colo
eariamos esta P en su entendimiento P No por cierto : pues
este ve ya bien claramente lo que hubo de ofuscarle la
preoeupacion , durante el curso de su vida ; aquella debi
lidad reside
suasion todarealmente
de que entera en pecaron.
el corazon y en su propia per

s Impulsados por la vanidad, ó por alguna- otra pasion


no menos viciosa , esta especie de hombres se propone el
fundar una secta; las mismas pasiones en los unos y la
ignorancia en los otros,les procuraron grandes sucesos y
ventajas ; y, beodos con este primer triunfo , y creyéndose
capaces de llegar á ser los legisladores del mundo todo,
acometieron esta grandiosa empresa , arrastrando en pos de
sí una multitud imprudente y ciega. Esta es la suprema de
las dichas para un alma orgullosa; y al llegar á ella, hélos
aqui que se libran al entusiasmo de sus ideas y ai todo
el ardor de sus pasiones. El mundo entonces se despliega
á su vista , y les ofrece nuevas satisfacciones y placeres,
cuya moralidad en ellos no conoce mas regla que sus pro
pias inclinaciones , al paso que se embriagan mas y mas,
por decirlo así , con el continuo incienso que les prodigan
esos innumerables seducidos, á quienes enseñaron á sacu
dir c1 yugo de toda ley positiva. Pero, cuando una enfer
medad peligrosa aleja de ellos esa turba de admiradores,
y hace desaparecer las ilusiones del placer y la esperanza
de nuevos triunfos; cuando ya se ven avanzar solos, en
toda su horrible desnudez, hácia una Vida futura , que
calificaron á su gusto, no ya únicamente con respectoá
sl mismos, si que con respecto tambicn á tantos otros ¿i
quienes enseñaron con sus ficciones á conducirsc tan tor
X NOTAS.
pcmente como ellos; si en este terrible momento , "pues,
cuando ya su orgullo carece de todo apoyo, vienen á
recordar las objeciones con que impugnarou la fe universal
de una Revelacion, que se dió á los hombres como una
regla comun y segura , la debilidad de dichas objeciones y
argumentos , que perdieron hasta para ellos mismos el pres
tigio del sofisma, los aturde y hace temblar; y si la sen
sibilidad de sus órganos no se apaga bien presto, nada,
nada pudiera ya garantirlos de la horrible angustia de
haberse de presentar muy luego a dar razon de su con
ducta, ante el autor mismo de aquella santa Revelacion.-
n Esta debilidad real de los corifeos anti-cristianos, es pre
cisamente lo que mas interesa manifestar y dará conocer
al mundo en sus biografías respectivas , para provecho y
desengaño de aquellos, que, creyéndolos á ellos mismos
persaadidos por sus profundas y súblimes investigaciones,
se entregan sin el menor rezelo á sus lecciones; repito que
es sobremanera esencial el inculcarles , que sus maestros,
como ni sus imitadores , jamas tuvieron esta persuasion real,
y que no se obstinan en defender aun sus desesperantes
errores por otra causa, que por el soporifero incienso con
que los adormecen y embaucan sus ardientes entusiastas.
Asi es , que para confirmar mas y mas cuanto Vd. ha dicho
acerca de Voltaire, yo me propongo de publicar bien presto
mil incidentes relativos á esto mismo, que me hicieron
conocer las relaciones que tuve en otro tiempo con él.
La época en que vivimos nos impone el deber á cuantos
hemos presenciado la trama urdida por esta secta contra
lalïevelacion, nos impone, repito, el deber de manifes
tar y poner en claro toda su atrocidad y la no menos ver
gonzosa _que voluntaria ignorancia de sus partidarios; y
esto es, carisimo señor mío, lo que me colma de admi
racion y de reconocimiento inicia Vd., sentimientos en
que convienen conmigo todos los amigos de la humanidad,
por. sus nobles trabajos y servicios en esta tan digna y cari
tativa carrera.
n; Y queda siempre de Vd. su mas apasionado Servidor;
Windsor, hoy 23 de Octubre 1797. DE Luc.
L
morAs. x]
Que se nos venga aun á hablar de Voltaire muriendo
como un héroe , despues de un testimonio de esta natu
raleza.
n.‘ En el segundo volúmen de estas Memorias , hemos
consignado un hecho de otro género, aunque harto con
secuente , y que no ha dejado de excitar ciertas reclama
ciones con algun mas fundamento que el primero. Y es
el de Sinetty , que llegó a Lila en 1776, como diputado
del Oriente de París. No sé como califiqué á dicho Sinetty
oficial de caballería; servía, ó para decirlo mejor, apa
rentaba servir en la infantería. Esta equivocacion no es
muy esencial en cuanto al fondo; pero ella hubiera po
dido comprometer dos otros oficiales del mismo nombre,
que servían en aquella arma, y cuyos sentimientos, ser
vicio y fidelidad á su soberano, son en un todo y diame
tralmente opuestos á los de aquel tan precoz apóstol de la
revolucion. Aquel error ha dado lugar á ciertas investiga
ciones; y un personage respetable que se interesaba en
verificar el hecho, escribió al señor conde de Martange,
oficial, a juicio mío, del regiuíiento de la Sarre en i776,
y que hacía ya mucho tiempo que había ascendido a ofi
cial general. El conde no había leido aun mis Memorias,
y en su primera respuesta parece reprocharme el haber
yo dicho , que la logia militar de Lila había tramado, y \
aun comenzado la primera la conspíraeion Jacobina. Bien
se echa de ver en que términos trataría el conde una aser
cion de esta naturaleza. Pero nada había dicho yo que
tuviera relacion con esto; bien al contrario , indiqué que
los señores oficiales de la Sarre no habían visto otro en
aquel comisionado del Grande-Oriente que una especie de
energúmeno y extravagante, que no tardó en conocer que
los Mazones de la lógia de aquel cuerpo, no eran de lo:
de su especie. El señor conde de Martange añade en la mis
ma carta, que no ha conocido mas Sinetty que al oficial
de caballería, merecedor de míl elogios, segun la opinion
general. Yo comienzo a persuadirme que el señor conde
no ha presenciado tal vez aquel hecho, bien que no se
pueda decir ni suponer que se ha conocido áun hombre, que
xij _ morAs.
solo se vió como de paso y mas de veinte años atras.
Permitaseme tambicn añadir, que el señor conde ha escrito
una segunda carta , en la cual anuncia haber leido ya mis
Memorias, y haber encontrado en ellas una ta-, serie de
demostraciones, que le hacen pensar si la persona que
me comunicó aquel hecho pudiera haberme inducido en
error, mas por lo tocante solo á ciertas circunstancias,
ó á ciertos nombres. La prueba á lo menos que todas estas
circunstancias no destruyen el hecho principal, es que el
señor Myon , hombre de honor por cierto y oficial de aquel
regimiento , á quien yo cité como testigo, no ha querido
negarle ni desdecirse, por mas instancias que se le hayan
hecho al efecto. Otros muchos oficiales han contestado,
que se acordaban de aquel hecho en general, aunque des
pues de tanto tiempo no pudiesen particularizar circuns
tancia alguna, y esta es una doble prueba. En fin, y esto
servirá de mas y mas confirmacion , la persona misma que
se creia con derecho para exigir una retractacion , ha teni
do la franqueza de confesarme , que despues de haber
hecho las correspondientes investigaciones, convenía con
migo en que el hecho era cierto ; de manera que, si pierdo
un testigo por un lado , pudiera reemplazarle con su pro
pio nombre, y como juez, cuando no como testigo. En
efecto, había yo tomado de antemano mis precauciones
para no poder equivocarme sobre laesencia de un hecho,
de que estaba bien cerciorado por otra parte, pero que
no quería mandar á la impresion sin la autorizacion de
un testigo ocular. -
5.- Hay otra cosa aun de la cual debo prevenir y adver
tir á mis lectores, y es, que apenas se pueden encontrar
y verificar muchas citas en los dos primeros volúmenes
«lo mis Memorias , edicíon de' 1798, ya porque esten equi
vocadas , ó ya por la diferencia de las impresiones , sobre
todo con respecto á la correspondencia epistolar de Vol
taire. El lector debe saber, que se han- verificado y cor
regido con la mayor escrupulosídad todos estos errores
de fechas. He dicho ya, y lo repito de nuevo :.yo respondo
de todas estas, salvo un error en cuanto á los núme
ros.
OBSERVACIONES
PRELIMINARES
Sobre los Iluminados, y las obras que deben de
servir de pruebas á estas Memorias.

LA conspiracion que aun me resta atentizar y


sacar á luz en estas Memorias, es la e los ilumi
nados del ateismo , y la misma que ya califique en
el anuncio de esta obra , bajo el titulo de cons
piraciart de los sofistas de la impiedadf de la anar
guía, contra toda religion y todo gobierno, sin ez
ceptuar el de las repúblicas mismas ; contra toda
sociedad civily toda,¿propiedad de cualquiera eqrecie.
El nombre de i unzinaclo que se ha arrogado y
con que se distingue una secta, la mas desastrosa
en sus principios, la mas vasta en sus proyectos y
la mas sagaz y malvada en sus medios, este nom
bre de iluminado es ya bien antiguo en los anales
de las sectas conspiradoras y desorganizadoras. Le
adoptaron en primer lugar Manes y sus discípulos:
Gloriantur Manichwi se de coelo illuminatos , dice
Gaultier, verbo Manichcei, sect. 3. Los primeros
rosa-cruz que se dejaron ver en Alemania, se de
cian iluminados. En nuestros días, los Ilíartinilctas
y otras muchas sectas pretenden tener un cierto
derecho á esta misma denominacion; para ser
mas exacto, distinguiendo sus conjura oras arte
rías como sus dogmas, los dividiré en dos clases.
Porque hay al presente iluminados atéos, é ilumi
nados teósofbs. Estos últimos son mas especial
XIV OBSERVACIONES

mente los Martmistas, de cuyo sistema ya he habla


do en el segundo tomo , y los Swedenborgistas, de
quienes diré en tiempo y lugar oportuno lo que
me ha sido solo posible de investigar sobre su
secta. Los iluminados, á cuyas conspiraciones y pro
yectos voy rasgar el velo, son especialmente los
del ateismo.
Las innumerables cartas, memorias y libros que
han llegado á mis manos relativos á ellos, desde
que publiqué mi prospecto , me han ofrecido tan
tos y tantos objetos que discutir , que me seria im
posible hacerlo con tal cual extension en un solo
volúmen. Me ha parecido que la secta combinaba
de un modo tan extraño sus funestos proyectos,
así que las leyesque supo imponerse para facilitar
su ejecucion, que he creído debía principiar mi
trabajo por hacer conocer bien, su código, quiero
decir, por hacer conocer la marcha de sus grados,
de sus misterios y de su gobierno. Y como este
solo objeto exigiera todo un volúmen, me he visto
precisado á dar á luz otro, ó bien sea el cuarto,
que contendrá la parte histórica del Iluminis
m0, y la aplicacion de esta triple conspiracion á
los hechos é historia de la revolucion francesa.
Héme dedicado á estos pormenores , sobre la parte
legislativa de la secta, con tanto mas cuidado y estu
dio , cuanto hasta el presente no existiera obra al
guna que nos trazase el todo de su- código. En los
diversos monumentos que se han sorprendido y
arrancado á la secta , solo se ve tal cual ley espar
cida aquí y allá; yo las he reunido y presentado
segun su orden, y así se concebirá mejor cual es,
y cual debería ser su resultado necesario.
Al presente , debo dar cuenta aquí al público con
mucha especialidad, y citar las obras que me han
PRELIMINARES. xv
proporcionado las pruebas que yo he alegado. Para
satisfacer á este de er, indicaré las mas principa
les , con ciertas observaciones que pondrán al lector
en el caso de poder juzgar de su autenticidad.
L° La primera de dichas producciones , es:
Coleccion de escritos originales de la secta ilumi
nada , hallados en Landshut , con motivo de las
investigaciones que se hicieron en casa del antiguo
consejero de la regencia, el señor Zwach , el 1 I y
12 de Octubre 1786, é impresos por órden de su
Alteza Electoral. Munich , en la oficina de Antonio
Francois , impresor de la c0rte...... Eihige onlginal
schriften des Illuminaten Ordens , etc. etc.
2.° La segunda es un suplemento á dichos escri
tos originales, que contiene sobre todo los que se
encontraron en el castillo de Sandersdorf ,famosa
caverna de iluminados , por orden de su alteza
electoral. Munich , 1787. Nachrichten vou weitem,
etc. etc.
En estas dos obras se halla reunido cuanto pu
diera demostrar hasta la ‘última evidencia la mas
bien detallada y caracterizada conspiracion. Allí se
ven los principios, el objeto, los medios de la sec
ta, las partes mas esenciales de su código, la con
tinua correspondencia de los iniciados entre sí, y
la de su gefe en particular, y la mutua cuenta que
se dan de sus progresos y esperanzas. Los editores
han tenido buen cuidado de notar que manos pre
cisas han trazado los monumentos principales ó las
cartas originales. Al frente del primer volumen, y ,
sobre el frontispicio del segundo, se encuentra un
aviso bien notable, inserto por órden del elector,
y concebido en estos términos : Los que aun con
cíbieren la menor duda sobre la autenticidad de
esta coleccion, pueden dirigirse sin rezelo al archi
xvj OBSERVACIONES
vo secreto de Munich, dó existe la órden de mos
trar los originales. Munich, 26 de Febrero 1787.
Suplico á mis lectores tenvan bien presente este
aviso , siempre y cuando yo deba citar dichos escri
tos originales. -
3.° El verdadero iluminado , ó el verdadero y
perfecto ritual de los iluminados, que contiene la
preparacion , el noviciado, el grado universal, los
de iluminado menor y mayor , sin adiciones ni omi
-siones; Der aec/ite illurninat, etc. etc. n
’I'ocante á la autenticidad de esta obra, bastará
solo citar la atestacion siguiente del baron Knigge,
ó Filon en el orden, el mas famoso de los ilumi
nados despues del autor de la secta, y el mismo á
quien se encargó redactar y que redactó en efecto
todo el código. de la secta, segun nos lo confiesa
él mismo. « Todos estos grados , dice, han visto la
luz pública este año, impresos en Edesa (Franc
fort sobre el Mein) bajo el título de verdadero ilu
minado, y son cual yo los hubiera trazadoy descrito.
que hanquien
Ignoro haya sido -el
sido impresos cualeditor , pero
salieron sí sé
de mi bien
pluma.
(Ultimas explicaciones de Filon , pag. 96). He aquí,
pues , un nuevo monumento auténtico sobre la sec
ta , y reconocido como tal por su redactor mismo.
4P Con dicha obra reuno yo y añado la que el
mismo Filon publica bajo el título de última ilus
tracion, ó último escrito de Filon, y respuestas á
diferentes cuestiones sobre mis relaciones y enla
ces con los iluminados. (Philos endliche, etc). Este
Filon Knigge nos da en él su historia, como la del
ilumimlsmo , de sus convenciones con los gefes de
la secta, sus trabajos por ella etc., y es realmente
una relacion fastidiosísima por la vanidad que res
pira en ella. Allí se ve uno de esos pretendidos filó
sofos , que tratan los objetos religiosos con el
desprecio
pnznmmAnss. xvii
desprecio que ellos solos merecieran; mas no le
hace, es un hombre que trata de justiíicar lo que
él ha hecho por la secta , y por consiguiente, pode
mos dar por supuesto y partir de cuanto él nos con
fiesa.
5.° Ultimas trabajos de Espartaco y de Filonma
(Die neusten arbeiten des Spartacus, etc). Despues
de los escritos originales, esta obra es la mas inte
sante que se haya publicado relativa al iluminismo,
tanto porlos dos dos mas notables que se desen
vuelven en ella ïomo por los misterios que allí
se revelan, y las leyes que se dan á los iniciados.
Sobre su autenticidad, no puede caber la menor
duda, porque dichos grados y leyes van acompa
ñados de un certiíicado de Filon , legalizado. con el
sello de la orden , y que atestigua su conformidad
con el original. Y ni aun teníamos necesidad de
dicho certificado, porque la sola lectura de dicha
obra indica bien que su redaccion, en los puntos
mas esenciales sobre todo , no es otro que una co
pia de los discursos, preceptos y principios que los
escritos originales contienen; El editor es un hom
bre que _ha pasado por todos los grados del ilumi
nismo, y que mas diestro que Filon , arrancó á este
y á la secta todos sus secretos; se hizo iluminar
para quitarle mejor la máscara al iluminismo, y
tuvo un tan feliz suceso, que en vano se buscaría
un iluminado mas instruido que él.
6.° El mismo editor ha compuesto una historia
crítica de los grados del iluminismo , obra en extre
mo preciosa tambien, porque todo se balla pro
bado y demostrado en ella por la correspondencia
misma de los grandes iniciados.
7.° El iluminado dirigente , ó sea el Caballero
Escoces. Esta obra hace juego , y es como la compa-
ñera de la de los ¡Zltimos trabajos de Espartaco y de-
Tomo III. 2
xviij OBSERVACIONES
Filon. El grado á que se refiere, es el mas im or
tante de los intermediarios del iluminismo, y ien
que el autor no pueda citar en apoyo suyo el ori
ginal garantido por el. sello de la orden, todavía el
lector podrá comparar dicho grado con todo cuanto
se dice en los escritos originales, y aun con la cri
tica que hizo de él el autor de la secta,'quien por
lo tocante á él se manifiesta bien poco contento del
trabajo de su redactor. Para los conocedores, esta
conformidad equivale á los sellos del orden.
8.° Declaraciones bien notables sobre los ilumi
nados. Estas son en número. de tres, bien legales
y confirmadas con juramento. Van firmadas , 1.° por
el señor Cosandey, canónigo y profesor en Munich;
2.° por el señor Belmar , presbítero y profesor
en la misma academia; 3.° por el señor Utzschnei
der, consejero de la cámara electoral; 4.° por el
señor Jorge Gúmberg, miembro. de la academia de
ciencias y profesor de matemáticas. Como todo es
jurídico en estas declaraciones, no tengo necesidad
de insistir ni de ponderar el valor de las pruebas
que nos ofrecen. Son cuatro discípulos de la secta,
que no esperan el haber llegado á los ¡’iltimos mis
terios para despedirse de ella y abandonarlo. Se les
intima declaren lo que han visto y oído en ella, y
contestan con tanta moderacion como verdad. Haré
conocer dichas declaraciones en la parte histórica,
ó último tomo de estas Memorias. .
9.“ A los libros que yo puedo citar aun como
unas pruebas sin réplica contra los iluminados, de
ben añadirse las apologías de estos mismos. Cier
tamente estos señores no se hacen mas criminales
delo que realmente son , y cuando menos, me apro
vecharé de sus propias confesiones.
IO. Esta lista se haría sobrado larga, si hubiera de
hacer mérito y comprender en ella todos los libros
rnnmumAnss. xjx
escritos contra la secta; mas entre estos merecen
ser citados con distincion á lo menos los del señor
Hoffman , profesor en la universidad de Viena. Del
doctor Zimmermann apenas he visto cosa alguna;
pero me escriben que ha trabajado una conside
rable porcion de artículos para un cierto diario de
Viena , consagrado con especialidad á impugnar la
secta. He oído citar con frecuencia al señor Stark,
como á que ha sostenido largos combates con la
misma; pero con su nombre , solo ha llegado á mis
manos una apologia, dirigida al público , en res
puesta á las calumnias que los iluminados no cesan
de repetir contra él, malgrado la refutacion triun
{ante que él les ha opuesto.
Entre los anónimos , merece una particular aten
cion la obra titulada, Ultima suerte de los Franc
Mazones, ó discurso pronunciado en una lógia
mazónica, con motivo de haberla de cerrar : End.
liches Sckickal des fleyinaurer Ordens. El autor- de
este discurso expone perfectamente las razones que
ha tenido su lógia para renunciar ú los trabajos,
desde que los iluminados se habían introducido en
la mazonería. Y yo creo que el respetable autor
no b-ubiera esperado tanto tiempo á tomar esta
resolucion , si ubiera sabido que hacia ya ¡nuebo
. tiempo que las lógías mazónicas, en su totalidad á
lo menos, no eran ni de mucho tan honradas como
la suya.
He visto tambien algunos fragmentos biográficos,
relativos al señor Boda, famoso iluminado, y que
me serán en extremo útiles para la parte histórica.
En una palabra , he visto muchas otras obras rela
tivas al iluminismo, que bastará citar cuando la
-ocasion se presente, y que son harto suficientetes
timonio que yo -he escrito sobre estas materias con
conocimiento de cansa. Quisiera tambien , por gra
zi
xx onsEnvAcroNns
titud, poder nombrar á todos aquellos, cuya cor
respondencia me ha proporcionado innumerables
auxilios en cart-as, disertaciones y memorias, que
yo no podría apreciar sobrado; pero esta mi gra
titud pudiera ser funesta á unos hombres ilustra
dos y virtuosos , que por toda recompensa se con
tentan con la utilidad pública que creen ligada á
la publicacion de mi obra , y ciertamente no será
por cul asuya si esta no tiene todo aquel grado
de bon ad que ellos esperan y desean encontrar
en ella. ._ . _
Bien á pesar mio, me veo ahora precisado á con
testar á las objeciones que me ha hecho mi tua
ductor, que mis lectores ademas me harían infali
blemente con motivo de la obra que acaba de pu
blicar en ingles M. Bobison , bajo el título de Prue
bas de una conspiracion formada por los flwnc'
mazones , los iluminados y las sociedades literarias
contra todas las religiones, todos los gobiernos de
Europa, etc. etc.... Proof ofa Conspiracy, etc. Esta
obra se ha dado á luz, al momento mismo que yo
iba á entregará la prensa es.ta tercera parte de mis
Memorias. El señor Robison, que no tenia cono
cimiento. por el pronto de mis dos volúmenes pri
meros, ha tenido la bondad de hacer mencion de
ellos en su Apdndice. Su voto y sufragio me ha sido -
en extremo lisongero, y yo no pudiera rehusarle el
mio por el zelo que ha mostrado , quitando la más.
cara á estos enemigos del bien público. Sin poner
nos de acuerdo , y aun sin conocernos, hemos tra
bajado por la misma causa y con el mismo fin, y
yo reconozco con placer que ha tenido a la vista
_muy buenos materiales; p.ero el público va á ver
mis citas y las del señor Bolzison , y el público en
¿contrará en ellas bien notables diferencias. Yo temo
que se nos oponga el uno al otro , no tanto por,
PRELIMINARES. -xxj
mi, como por la verdad, á la cual estas oposicio
nes pudieran quitar una gran arte de su fuerza.
Esta diferencia que pudiera o servarse entre no
sotros dos, procede sobre-todo del método diferente
que hemos respectivamente adoptado en estas discu
sionesEl del señor Robison es mucho mas fácil, pero
sujeto desgraciadamente á equivocaciones, porque
recoge lo que ha podido retener de alguno ó de
muchos párrafos , y lo amalgama todo despues de
memoria en un mismo molde; tal cual vez cita lite
ralmente las expresiones del autor Aleman, y las
aplica cuando lo cree oportuno. Ha visto ademas,
oído y leído mucho, y todo esto lo intercala des
ues en sus citas con dos comillas. Es verdad que
ha tenido buen cuidado de advertir de esto al lec
tor en su prefacio; mas esto no impedirá que algu
nos de ellos nos crean recíprocamente en contra
diccion. Acontécele tambien, con respecto á ciertos
personages, que les atribuye como verdaderas cier
tas cosas que la correspondencia de los iluminados
nos demuestra haber sido inventadas por ellos para
desacreditar á sus contrarios, y sobre las cuales
habré yo de explicarme en la parte histórica de una
manera harto diferente. En esta, y entre otras mil
cosas, me guardaré yo muy bien no menos de
suponer el iluminismo, como nacido de la franc
mazonería; por las cartas mismas del fundador se
demuestra, que no se recibió franc-mazon hasta
despues de haber planteado su iluminismo, esto es,
en 1777; y que dos años despues aun no conocía
'los principales misterios..(Escritos orig. t. 1.° carta
6 á Ayaxhy 36 a’ M. C. Porcius; hist.- crit. de - los
grados, en sus primeras páginas
Sobrado sé, que nada de esto prueba que el ilu
minismo no sea infinitamente desastroso; pero tanto
sobre esto, como sobre otros muchos articulos,yo no.
xxij onsnvac1onns
podré explicarme como M. Robison. He aquí un gran
de inconveniente, pero he aquí tambien mi respuesta
á él.
Por lo pronto, al doctor Robison y á mí, se nos
encontrará siempre de acuerdo sobre lo mas esen
cial de los hechos y de la conspiracíon de las lógias
iluminadas, no menos que sobre lo mas esencial
de sus máximas y de sus grados, y esto debe bas
tar al público. ‘
En segundo lugar, el señor Robison ha visto en
general la secta como detestable y peligrosa en
sumo grado, y la pinta como un viagero que hu
biese apercibido allá á lo lejos al monstruo lion-i
ble, informe, feisimo y espantoso, sin curarse de
describir por menor sus formas, habitudes ó cos
tumbres. Y bajo pretexto de que intercala tal vez
ciertas circunstancias, sujetas aun á discusion, ó de
que reine en su narracion un cierto desorden ¿seria
cordura el desechar la obra en su totalidad?
En una palabra , exceptuadas una ó dos cartas
ue pueden decirse traducidas, las citas que nos
da el señor Robison en forma de cartas, no son
realmente citas , y se causaría en vano el que fuese
á buscarlas en los escritos originales. No son mas
que unos extractos recogidos y sacados de aquí y
de allí, hasta de los discursos mismos sobre los
misterios , y que de ninguna manera tienen la for
ma de cartas. El señor Robison les presta su estilo
y su modo propio de frasear , y sobre todo se erige
en comentador, y hace hablar á los iluminados
mucho mas claro de lo que ellos quisieran. Aun
cuando traduce simplemente, suele añadir alguna
cosa de su propio fondo, y esto ha dado lugar á
que se me hiciesen mil y mil cuestiones. Por ejem
plo, sobre la famosa carta que el da traducida en
as pág. 165 -y 166 , se me ha preguntado, que
1
PRBLHHNARBS. xxiij
quería decir en el texto aleman aquel even a-, al cual
añade el paréntesis (can this mean death?) Lo que
en francos podría traducirse , méme á ¡n...... y en
español, a,un á m"... ¿Quiere decir esto á la mort....
a‘. muerte!’ Mas yo me he visto precisado á contes
tar, que el even era una adicion que no se
viera en el original, como ni tampoco el paréntesis;
pero que el texto indicaba bien que no eran en
manera alguna contrarias al sentido general de la
carta. Hubiera querido poderme servir del pretexto
ó excusa de una diferencia en la edicion; mas para
justiíicar de este modo todas lascitas del señor
Robison, convendría suponer nuevos libros y nue
vas cartas; y toda la Alemania hubiera reclamado
contra semejantes suposiciones. La corte de Baviera
en primer lugar, porque los originales no pueden
estar conformes á la vez á dos ediciones diferen
tes; tambien los iluminados, porque el señor Robi
son les hace hablar mucho mas claro de lo que
ellos lo hacen en su correspondencia, ya harto
clara en si mismo; y en fin, los autores todos que
escriben contra el iluminismo, y que todos citan
- con la debida exactitud, y conforme en un todo á
la edicion de Munich. En una nueva edicion, pue
den bien cambiarse las páginas; mas no las cartas
y discursos, que se sabe pueden compulsarse con
los originales de los archivos. Aténgome, ues , y me
confirmo en la explicacion que tengo da a ,sobre el
modo de proceder en esta parte del señor Robison.
Por lo que á mi toca, como mi nombre no goza
de la autoridad que el del señor Robison , he toma
do las correspondientes precauciones, porque sé
que las necesito Tengo presente á la vista todo
(t) Temo tambien que no se nos objete la diferencia que se halla
entre los grados de Rosa-Cruz, de que es depositario el Sr. Robi- ¡
son, y los que yo he citado y de que he hablado en el tomo
xxiv OBSERVACIONES- PRELIMINARES»
cuanto yo cito y cuanto yo traduzco; y si esto es,
como me sucede bien á menudo, alguna cosa so
brado extraña y apenas creíble , doy el texto mismo _
á la letra, invitando al lector á explicársele á sí
mismo , ó á que se le haga explicar y verificar por
un tercero. Comparo tambien entre si los diferen
tes testimonios, con el libro siempre á la mano.
No hago mencion de una sola ley en el código de
la orden, sin las pruebas de la ley misma ó de la
práctica de ella; por consiguiente, no puede opo
nérseme un autor, que no entra en los pormeno
res que yo , pero que conviene conmigo en la sus
tancia. Puede y debe tributársele , y yo mismo le-
tributo un homenage de justicia, con respecto al
fondo de la cosa, sin convenir empero con él sobre
ciertos hechos y ciertos pormenores, que en nada
disminuyen la monstruosídad dela secta, ni ener
van en manera alguna la demostracion de sus cons
piraciones.

segundo de estas memorias. Mas á esto contesto yo , I.° Que conozco


tres grados de Rosa-Criz: , bien diferentes entre sí; n.‘ que con
respecto á estos tres mismos grados, varían al infinito entre silos
catecismos, las preguntas y respuestas y los rituales, con res
pecto especialmente á las diferentes naciones y pueblos; 3." que
yo me be servido para mi obra de los que se leen en la del abate
LeFranc, citado tambien por el señor Robíson; 41' y último, en
fin, que el señor Robison conviene conmigo, en que el grado del
Sol, del cual es depositario, es el mismo con corta diferencia que
el que yo cito. Yo he adquirido por mi parte otra redaccion, que
en el fondo es casi la misma; y en la franc-mazoneria , este grado
solo bastaría para justificar lo que el señor Rohison y yo decimos
de su objeto , con relacion á la Religion y á las Potencias.

CONSPIRACION
CONSPIRACION
DE LOS SOFISTAS DE LA IMPIEDAD
Y DE LA ANARQUÍA.
snnmnvssvsnmnsynnmn¡anvvsvvsvvsvvsvsn vvsvvsvvsvvsvvsunsvvsmavvs

CAPITULO PRIMERO.

ESPARTACO WEISHAUPT C),


fundador del iluminismo.

HAY hombres que han nacido con tan mala estrella,


que parecen ser una emanacion de aquella funesta inte
ligencia á la cual un Dios vengador solo ha dejado inge
nio para hacer mal. Hombres que siendo imbéciles para
todo consejo de sabiduría, abundan de todos los medios
para hacer daño , y tienen en sí mismos todos los recur
sos del artificio y de la astucia para presidir y mandar
en la escuela de la mentira, de la depravacion y de la
perversidad. Si se comparan con los sofistas, les exceden
(*) Cuantos sugetos se nombran en este tomo como iluminados son
alemanes. Para pronunciar como se debe sus nombres, no se ha de
atender á los díptongos franceses. Los alemanes, como los españo
les, hacen sonar todas las vocales y consonantes, aunque con algu
na diferencia. Al pronunciar pues Weishziupt, patriarca de los ilu-
minados, no se ha de decir Veimpt, como si fuese palabra fran
cesa, sino como pronunciariamos en español Weishaflpt, haciendo
sonar todas las vocales y consonantes , con la diferencia que la W
alemana equivale á la V española, y la V alemana á la Fespa.
ñola.
Tomo III. A
2 ILUMINISMO.

en el arte de dar al error el lenguage de la ilusion , á las


pasiones y á los vicios la máscara de la virtud, y á la im
piedad el manto de la filosofía. Se distinguen en las ca
vernas de las maquinaciones, meditando atentados, pre
parando revoluciones, ycombinando la ruina de los alta
res y de los imperios. Solo son nulos cuando se trata de
la ciencia de la verdad y de la honradez. Cuando el cielo
irritado contra los hombres permite que venga al mundo
alguno de estos seres, bastariadejar á su disposicion la
tierra, pues sobraria aun para castigarla. Con estas dispo
siciones y caractéres nació, cerca del año 1748, en Baviera,
un impio llamado Juan Weishaupt, mas conocido en los
anales de su secta con el nombre de Espartaco. Este
impío, para oprobio de su serenísimo protector, fue al
principio profesor de Derecho en la Ilniversidad de Ingols
tadt, y en el dia proscrito de su patria como traidorá;
su soberano y á todo el universo, disfruta pacíficamente
de un asilo, mantenido con pensiones sobre el erario
.público, y decorado con el titulo de consejero hono
rario en la corte de Ernesto Luis, duque de Sajonia
Gota.
Fenómeno odioso en la naturaleza, ateo sin remor
dimientos, hipócrita profundo, y sin alguno de aquellos
talentos que dan á la verdad defensores célebres, sino con
todos aquellos vicios y con todo aquel fervor que dan
á la impiedad y á la anarquía grandes conspíradores;
enemigo de la luz, pero semejante al buho aciago á quien
entorpece el sol, y solo se deja ver en las sombras de la
noche, este desastrado sofista solo será conocido en la
historia como el demonio, por el mal que -ha hecho y
que proyectaba hacer. Su infancia fue oscura, y se
ignora su juventud; en su vida doméstica aparece un
solo rayo de las tinieblas con que se cubría; pero este
rayo es el de la depravacion y dela perversidad consu
CAPÍTULO rniuno. 5
mada. Sofista incestuoso, sedujo la viuda de su hermano,
y padre atroz apeló al acero y al veneno para cometer
un infanticidio. Hipócrita execrable, snplicóé instó para
que el arte y la amistad sufocasen al inocente niño que
habia de publicar la inmoralidad de su padre. El escán
dalo que quería evitar no era el del delito, sino como
el mismo dijo y escribió, el que publicaria su deprava
cion, y le privaria de la autoridad sobre unos discípulos
que guiaba á los delitos con la máscara de la virtud“
Monstruoso sofista, se quejó de los demonios porque
no ocultaron su vergüenza con abominaciones, que el
Dios de la naturaleza ha castigado con sus rayos en el
hijo de Judas ("). Se quejó y de tal modo hizo traicion
á este mismo Dios, que le abandonó ála inmundicia de
sus detestables costumbres. Descarado é impudente per
juro, invocó cuanto hay de santo , protestando que nun
ca él ni sus amigos habian tenido noticia de aquellos
venenos, ni de los medios secretos de ocultar su infamia,
y que aun menos él y sus amigos los habian aconsejado,
buscado ó empleado; provocó ó precisó á los magistrados
á justificar la acusacion; estos produjeron las cartas del
perjuro, y se le vió solicitar hasta tres confidentes para.
que buscasen é hieiesen buscar el modo de comunicarle
todos aquellos horrorosos medios; se le vió recordar pro
mesas de tres años sobre estos mismos medios; se le vió
quejarse del poco éxito de sus tentativas, acusar la timi
dez de sus agentes ó su poca experiencia; instar y pedir
encarecidamente que renovasen los ensayos, advertirles
que aun era tiempo, pero que este tiempo ya instaba. ¡Que
crímenes, que delitos, y que monstruosidades en un solo
hecho! Que mortal tan extraño, que ha podido hacerse
tan delincuente! El Dios que humilla á los sofistas no

(*) Véase el cap. 38 del Genesis , versos 8 y g.


A 2
4 ILUMINlSMO.
tenia necesidad de hacer mas para demostrar la extraor
dinaria perversidad de un hombre, que como se verá,
tenia siempre en sus lábios el nombre de la virtud,y que
con este nombre sagrado alistó legiones, que suministra
ron y pusieron en accion á todos los verdugos de Robes
pierre.
La importancia de la acusacion me impone el deber
de producir las pruebas. Léase en primer lugar esta carta
de Weishaupt á su iniciado Iiertel, que es la tercera en
el segundo tomo de los escritos originales de los ilumi
nados de Baviera. ‘Ahora, dice Weishaupt á este inicia
n do, os manifiesto con lamas íntima confianza la situa
n cion de mi corazon. No tengo sosiego , me vuelvo inca
n paz para todo, pronto á desesperarme. Estoy en peli
» gro de perder mi honor, y aquella ¡eputacion que me
u daba tanta autoridad sobre nuestra sociedad. Mi cuñada
n está en cinta. La he- enviado á Munich para que saque
u dispensa y casarme con ella; pero si la dispensa no
n llega ¿que haré? Como restableceré yo el honor de una
n muger, cuando soy la causa de su delito? Ya hemos
n probado muchas cosas para arrancarle la criatura, y ella
s ya estaba resuelta á todo : pero Eurifon es demasiado
u tímido, y ya no veo otro expediente. Si yo estuviese
n seguro del silencio de Celso, ( de Buder, profesor en
n Munich) aquel me podría muy bien ayudar; hace ya tres
a años que me lo prometia’. Habladle si os parece al caso,
» y ved lo que se ha de hacenNorquisiera que Caton
» supiese alguna cosa, no sea que lo dijese á todos sus
o amigos. No sé quedemonio. u. . . . aquí no permite la
honestidad traducir unas expresiones que manifiestan en
Weishaupt la mas detestable costumbre Continua su
confidencia diciendo : o Hasta ahora ninguno sabe nada

(*) Véase el lugar citado del Genesis.


cAriruLo rumano. 5
» sino Eurgfon; aun seria tiempo de ensayar, porque ella
n se halla solo en el cuarto mesa A pesar de su repug
nancia de confiar á Caton el secreto, vióse Weishaupt en
la precision de escribirle, y despues de haber manifes
tado su infame costumbre , be aqui las expresiones de que
usa este monstruoso hipócrita : c Lo que me causa mayor
n sentimiento en este negocio es, que pierda en gran parte
n mi autoridad sobre nuestras gentes; es, el haberles manio
v» flstado un costado débil, á cuyo abrigo no dejarán de
» ponerse , cuando les predicaré moral-, y los ¿zhortaré á
n la. virtudy á la honestidad u
Ahora es preciso oir lo que el- mismo Weishaupt dice
con el mayor descaro en su apología : ‘Pienso y debo
n reconocer delante de Dios, y quiero que se mire esto
n escrito como el mas solemne certificado, que en mi
n vida no he oido hablar ni de aquellos medios secretos.
n (de procurar el aborto), ni de aquellos venenos, que
» yo nada he visto ni aun menos tengo conocimiento de
a que en alguna ocasion algun amigo mio haya siquiera
n pensado en aconsejarlos, en darlos ó bien en hacer el
a menor uso. Sea esta en testimonio r en seguridad de
u la verdad (2).: De este modo llama en socorro de la
mas atroz hipocresía el mas desvergonzado de l'os perju
ri-os. Pero lo que mas importa es conocer á Weishaupt
como conspirador. Para saber loque fue en la escuela
de la rebelion , de la impiedad y de Ta anarquía , es pre
ciso bajar al abismo de los conjhrados. Aun aqui parece
que nunca conoció' la graclacion que hay- del delito á
la perversidad. Alli, desde ef instante en que le «lescubrió
la vigilancia de la justicia, le vió al frente de una cons
pirracion, en cuya comparacion las de los clubs de d'AIem
~

(I) Weishanpt tomo 1. carta fii á Catou.


(a) Introduccion á ,su apología , pág. 6.
6 ¡Lunuiusuo
bert y de Voltaire y todas las de las cavernas de Orleans,
no son mas que juegos de niños, y de unos sofistas ó
pícaros que aun son aprendices en el arte de revolucio
nes. No se sabe ni es fácil hacer constar, si Weishaupt
tuvo maestro, ó si él fue el padre de los monstruosos
dogmas, sobre los cuales fundó su escuela. S010 hay una.
tradicion , que voy á referir, entre alguno de sus mismos
iniciados.

Tradicion sobre e! maestro de Weis/iaupt.

Segun dicha tradicion , cerca el año de 177: , un mer


cader de Jutlandia, llamado Kolmer, despues de haber
estado algun tiempo en Egipto, se puso á correr la Euro
pa haciendo iniciados, á los cuales pretendia comunicar
los antiguos misterios de Menfis. Relaciones mas indi
viduales me han asegurado, que se detuvo en Malta, en
donde. esparció por el populacho los principios desor
ganizadores de los antiguos iluminados ó del esclavo ceúr
bico Manes, y que en esto consistían todos sus misterios.
Ya se extendian estos principios y estaba la isla amena
zada de un trastorno revolucionario, cuando la sabidu
ría de los caballeros precisó al nuevo iluminado á salvar
su vida con la fuga. Hay quien le da por discípulo al
famoso conde ó charlatan Cagliostro, y á algunos de aque
llos iniciados que se distinguieron por su iluminismo en
el condado de Aviñon y en Leon. Se dice que en sus
correrías vagamundas encontró á Weishaupt y le comu
-nicó sus misterios. Si para sus confianzas bastaba ser ím
pío reservado en el secreto , nunca hombre ha tenido mas
derecho. Mas hábil , y aun mucho mas perverso que
Cagliostro, supo Weishaupt sacar un mas ventajoso par
tido de estas Confidencias para su escuela.
oAríruLo rsluno. 7

_ E/eccion que hize de los sistemas.


Sea lo que fuere de este su primer maestro, no parece
que el sofista de Baviera tuviese necesidad de él. En un
siglo de todos los errores, hizo naturalmente lo que se
debe esperar de unos hombres, á quienes en la eleccion de
las opiniones, sean políticas ó religiosas, un desgraciado
instinto decide siempre por la mas detestable. Es muy
cierto, que á lo menos tuvo nociones informes de los
antiguos iluminados, pues adoptó su nombre, y renovó
la parte mas desorganizadora de su sistema. Tomaron sin
duda estas nociones su incremento con el estudio de
predileccion de los misterios desorganizadores del Mani
queismo, pues recomendó á sus iniciados el estudio de
estos misterios, como que tenían una conexion directa
con su escuelay como que les anticipaba el placer que
esperaba darles cuando les revelaria los suyos Pero
como era ateo de corazon y detestaba toda team/ia, se
burló del doble Dios del antiguo Iluminismo , y solo
tomó de Manes, esclavo rebelde á todo gobierno, la
universalidad de la anarquía. Conoció á los sofistas del
dia, y á pesar de toda su democracia, le pareció que
todos estos pretendidos filósofos eran muy reservados
en lo que toca a las consecuencias de su igualdad y liber
tad. Solo para ser ateo tomó de ellos el odio á Dios.
Unos le conducian á anular toda ley política y civil, y
otros á anular toda ley religiosa. De estos dos sistemas
formó un monstruoso compuesto, cuyo resultado fuela
resolucion mas ardiente, absoluta y frenética de abolir
generalmente y sin excepcion toda religion, todo gobier
no y toda propiedad. Creyó ver á lo lejos la posibilidad

(i) Véase el grado titulado : lllmninalu: dir¡,-;ens( el director ilumi


nado), oder Suauisclicr- I€¡tler( ó el caballero Iíscoces ) pág . 7a.
A4
8 ¡LUMINISMO
de ins P irar á todo el énero humano la misma resolucion 7
y aun se lisonjeó de ver su cumplimiento.
Esta es P eranza con los recursos de un sofista vuloar
e >
podia no ser mas que un delirio; pero en una cabeza
como la de Weishaupt, organizada para grandes delitos,
lf
o ue ldlpeddEl
a e a erv rsi a . so fitb’
sa avaro conocía
toda su fuerza;- no conoció delitos que fuesen imposi
bles, y solo pensó en eombinarlos todos para que pre
valeciesen sus sistemas. La necesidad de buscarse de que
vivir, y la mediania de su fortuna le habian en cierta
manera precisado á dedicarse, en los últimos años dé
su educacion , al estudio de las leyes. Sea que disimu
lase entonces los proyectos que fomentaba su corazon ,
ó sea que no habia aun concebido todos sus sistemas, no
tenia aun 28 años, cuando se hizo nombrar profesor
de derecho en la Universidad de Ingolstadt. En una carta
á Zwach del ro de Marzo 1778, dice que no tenia
aun treinta años, y en esta misma carta ya le confía sus
proyectos ulteriores sobre el lluminismo que ya habia
fundado dos años antes.

Origen y primeras ideas de la secta.


Era preciso conocerse capaz de un disimulo muy pro
fundo , yse necesitaban recursos muy extraños para fun
dar. sobre las mismas funciones de intérprete público de
las leyes, el medio de aniquilarlas á todas y en tod-o el
mundo. Sin embargo, Weishaupt en el colegio de In
golstadt, afectando cumplir con zelo los deberes de
catedrático, se consideró en la mayor disposicion para
tramar y conducir con una mano invisible la revolucion
que meditaba. Pesó el influjo que en calidad de maestro
tenia sobre sus discípulos ,' y- conoció el poder que ten
drían sus lecciones secretas para suplir las que daba en
público. Le pareció poco hacer partidarios de la anar
cnlruno mmuo. 9
quía é impiedad á los discípulos que frecuentaban su aula.
Veía Weishaupt, de nn polo á otro, al género humano
sometido á los dogmas religiosos y á la autoridad de las
leyes. Émulo del zelo de los santos, reflexionó lo que
con su sabiduría habian hecho para extender ó conser
var en todas partes el imperio de la fe. Aun quedaban rui
nas de aquella sociedad que la política de los reyes habia
sacrificado á las maquinaciones de un filosofismo, ene
migo á un mismo tiempo de los papas y de los reyes.
Weishaupt supo apreciar lo que debian los reyes á unos
hombres, que llenaban poco tiempo habia en toda la
extension de los reinos católicos, en las ciudades y en los
pueblos las funciones de maestros de la juventud, de ora
dores, de directores cristianos, y muchos las de apósto
les entre naciones idólatras y pueblos bárbaros.
Conoció cuanto debian los imperios á todas las cor
poraciones religiosas, que predicando á los pueblos lo
que deben á Dios, les hacen ya solo con esto cumplir
sus deberes hácia el príncipe y la sociedad. Detestando
los servicios de los hijos de san Benito, de san Francis
co, de san Ignacio y demas santos fundadores, admiraba
sus institutos, y de lo que mas se admiraba era de las
leyes y gobierno de los Jesuitas, á quienes un superior
dirigía á un mismo fin, aunque tan dispersos por el mun
do; reconoció que podría imitar sus medios, proponien
dose designios diametralmente opuestos Haciendo estas
reflexiones, se dijo á si mismo; cuanto hacen todos estos
hombres en favor de los altares é imperios, ¿porque nolo
haré yo contra los mismos altares é imperios? Con el atrac
tivo de misterios , y con legiones de iniciados obedientes
á mis leyes ¿porque no destruirá yo en las tinieblas, lo
que ellos han edificado á la luz del sol? Lo que elmis

(t) Mirabean, Monarc. Prus. tomo 5 art. Reltgiort, pág. 97.


1o ¡Luiutusuo
mo -Jesucristo ha hecho por Dios ypor el Cesar ¿-por
que no lo haré yo contra el mismo Dios y el Cesar, ha
ciendo apóstoles de mis discípulos?
Para atribuir a Weishaupt esta funesta emulacion, no
será necesario que los historiadores se valgan de vanas
conjeturas. Estos votos y lenguage se hallarán consig
nados en todas las confidencias y en las mismas leyes que
prescribió á sus discípulos, y hasta en las reconvencio
nes que les hacia de que no imitaban en la obediencia
á los profesores de aquellos santos institutos Sus
mas famosos discípulos dicen, que esto se descubre en
todo el progreso de su código Podian y debian ob-
servar, que adoptando para sus maquinaciones la sabi
duría de los fundadores religiosos, Vfeishaupt se reservó
añadir todos los artificios que le podia sugerir aun una
política infernal. Cuando «este conspirador escribió todos
estos proyectos (3), no conocía aun el objeto de la franc-
mazonería; solo sabia que los franc-mazones tenían juntas
secretas; los veia unidos con un lazo misterioso, que se
reconocian como hermanos con ciertas señales y pala-
bras, de cualquiera nacion ó religion que fuesen. Con
esto se hizo allá en su imaginacion una nueva mezcla,
cuyo resultado debia ser una sociedad, que adoptase por
medios, en cuanto le fuese conveniente , el gobierno de
los Jesuitas, y el silencio misterioso ó existencia tene
brosa de los mazones, y por objeto la propagacion del
sistema el mas anti-social del antiguo Iluminismo, y mas
anti-religioso del filosofismo moderno.-
Ocupado del todo Weishaupt en este infausto sistema,

(1) Escritos originales , tomo I . carta a7. á Catan.


(n) Véase en los escritos originales , tomo I, Instructio pro real
pientibus, art. 13 , carta a. á Ajax; varias cartas á Catan, y última
declaracion de Fiion. '
(3) Véase mas adelante el capitulo de la Ztlazoticrizi iluminada.
cnlruno r-nnnuo. ll
echo los ojos sobre aquellos discípulos, que le habia con
fiado el gobierno para hacer magistrados de la patria y de
fensores de sus leyes, y se resolvió á empezar con ellos su
guerra á las leyes y á la patria. Vió á lo lejos, que á sus
primeros discípulos que sedujo con mucha facilidad , so
brevenian otros. Estos como formados por su mano,
presto habian de ser maestros que le harian nuevos pro
sélitos. Vió que se aumentaban sus legionesy que se mul
ti P licaban en las ciudades Y cam P añas a Y hasta en las cor
tes de los soberanos. Oyó con anticipacion los juramen
tos que, en el secreto de las lógias, iban á sometcrle la
opinion, los corazones y los brazos de unas legiones nue
vas, dirigidas por sus leyes, penetradas de su espíritu , y
ocupadas en todas partes , bajo sus órdenes, en minar sor
damente los altares, y abrir el sepulcro de los imperios.
Calculó el tiempo y se sonrió contemplando la explo
síon universal, la cual llegaría dia que solo esperaría su
señal para verificarse.

Fundadora de su Iluminismo.

Apenas el moderno Erostrato tenia veinte y dos años,


cuando ya habia establecido la base de las leyes que que
ria dar á la sociedad desorganizadora. Antes de exten
derlas en su código, habia combinado ya todos los me
dios de seduccion. Empezó por ensayarlos todos en dos
discípulos suyos, llamado el uno Massenliausen, á quien
apellidó Ája.x (t), jóven de veinte años , que despues fue

(i) Mis tres primeros compañeros, escribe Weishaupt a Zwach,


fueron Ájdr, vos, y Mer: (carta del r5 febrero de i778). Con
esto se ve claramente, que este Mer: fue el Tiberio iluminado con
Ájü-l-; á mas de que es muy cierto , que Zwach no acudió hasta
diez meses despues de los iniciados Ájar, y Tíbcrío. (Véanse los
escritos originales , tomo i. sec. 4 ).
12 _ ILUMINISMO

consejero en Burshausen, y el otro Mera, á quien llamó


Tiberio, casi de la misma edad, pero cuya carrera
nada tiene de notable sino una torpeza de costumbres,
que llegó á causar vergüenza á su mismo seductor. Weis-
haupt, viendo que sus dos discípulos ya eran tan impíos
como élmismo, losjuzgó dignos de admitirlosa sus mis
terios.. Les confirió el mas alto de los grados que enton
ces habia imaginado; los llamó sus Áreopagitas; se hizo
su gefe, y quiso que esta monstruosa asociacion se lla
mase la orden de los iluminados Esta inauguracion
se celebró el primero de mayo del año 1776. Observe el
lector esta época; ella indica unos fundamentos muy dé
biles; ha sido pocos años anterior á la erupcion de la
revolucion francesa; sin embargo, no deja de ser la épo
ca en que es preciso fijarse , para hallar la cuna de uña
secta que vino á consumar todos los errores, todas to;
conspiraciones y todos los delitos de todos los iniciados de
la ímpiedad, de la rebelion y de la anarquía, que se
reunieron bajo el nombre de jacobinos para causar aque
lla revolucion. Esta misma época,sus maquinaciones y
medios tenia yo bien presentes, cuando en el Discurso
preliminar de estas Memorias dije con una desgraciada
certidumbre: uCualquiera que sea la religion que profesais,
n cualquiera el gobierno de que sois súbditos, y á cual
» quiera clase de la sociedad que pertenezcais, si el jaco
n binismo triunfa, si los proyectos y juramentos de la
» secta se cumplen , perderéis vuestra religion y sacerdo
u cio, vuestro gobierno y leyes, vuestras propiedades y
u magistrados. Vuestras riquezas, vuestros campos, vues
n tras casas, hasta vuestras chozas , vosotros mismos y
n vuestros hijos ya no serán, ni seréis vuestros. Pensa
» bais que la revolucion terminaría en Francia, y ella

(I) Escritos originales tomo I. sec. 4. y carta a. á Filon Strozzi.


cAriruLo rumano. 13
u no ha sido mas que el primer ensayo de los jacobinos. u
En efecto; el lector hasta aqui no ha descubierto sino
una parte de los votos y planes que ha hecho y formado
una secta , la mas terrible y formidable para efectuar esta
revolucion general, que se ha propuesto derribar todos
los tronos , volcar todos los altares , anonadar toda pro
piedad, borrar toda ley , y disolver toda sociedad.

Plan de este tomo.

Es muy cierto, que es bien funesto este presagio; pero


por desgracia sobran las demostraciones que tengo que
producir para justificarle. Hablando de las conspiraciones
del Iluminismo, sacaré mis pruebas de su propio código
y de sus archivos. Manifestaré al principio en que con
siste este código, pues él nos dará á conocer la exten
sion, el camino, los medios, y toda la profundidad de
las conspiraciones de la secta. Esta primera parte con
tendrá el plan de sus maquinaciones, y el extracto y aná
lisis de las leyes que ella se ha dado para consumarlas.
Contendrá la segunda parte la historia de sus progresos
y sus resultados, desde su orígen hasta el momento en
que, contando con todas las legiones revolucionarias, y
sin salir de sus cavernas, se unió y confundió con los
jacobinos para continuar con ellos esta guerra de deso
lacion, que amenaza con la total ruina de los altares de
todo culto, de los tronos de todos los monarcas, de las
leyes de toda sociedad y de las propiedades de todo ciu
dadano. Quiera Dios, que, manifestando lo que ha hecho
la secta , lo que ella aun hace y lo que intenta hacer para
causar una calamidad universal, abran los pueblos y los
que los gobiernan sus ojos para preservarse de las fatales
desgracias, que ya han creido que habian llegado á su
fin, cuando aun solo se hallan en los principios.
14 ILUM-INISMO

vvbsnñvvgíávvs\vsvvwslv\vvñvïínxáíflán\@s\n&\h&\náqgavsgfgvsgvgg

CAPITULO n.

Cónmo ILuMINAno; SISTEMA GENERAL; DIVISION nm.


cómoo.

Weiskaupt preparando el Código iluminado.

Enrmnno aquí por código dela secta iluminada, los


principios y sistemas que ella se ha formado sobre la reli
gion y la sociedad civil, ó por mejor decir, contra toda
religion y contra toda especie de sociedad civil. Entien
do el gobierno y las leyes que ella se ha dado y que
dirigen á sus iniciados, para que realizando sus sistemas,
perviertan á todo el mundo. No fue este código alguna
produccion de una imaginacíon acalorada, y que mas
deseaba una grande revolucion, que reflexionaba sobre
los medios para que fuese infalible. No se resolvió Weis
haupt , sin haber previsto los obstáculos. Dando el nom
bre de sus profundos iniciados á los primeros discípu
los que pudo seducir, no se atrevió á manífestarles toda
la profundidad de sus misterios. Satisfecho con haber
puesto los fundamentos, no se apresuró en levantar un
edificio, que deseaba mucho que fuese permanente, para
disponerle á que se desplomase por sí mismo, á causa
de no haber tomado todas las precauciones necesarias
para consolidarle. Aun meditaba despues de cinco años
enteros, y conocía que aun tenía mucho que meditar
aquella marcha oculta que habia de asegurar sus maqui
naciones. Bumíaba en su cabeza y combinaba en silencio
cniruno sneunno. ¡5
y: con, lentitud aquel conjunto de leyes., ó para decir
mejor, aquella combinacion de astucias, de artificios,
de lazos y asechanzas,,sobre la cual arreglaba la prepara
cion de los candidatos , los servicios de los iniciados, las
funciones, los, derechos y conducta de los gefes, y aun
la suya propialbalanteando todos los medios de seduc
cion, los pesaba, los cotejaba, los ensayaba unos des
pues de otros, y aun cuando parecía que se decidia por
algunos, se reservaba el poderlos mudar , si podia ha
llarlos peores.
Entretanto sus. primeros discípulos que ya se habian
vuelto apóstoles, le hacían conquistas; por su parte au
mentaba sus prosélitos y los dirigía con sus cartas, dán
doles los avisos segun las circunstancias; y valiéndose del
arte de entretenerlos con sus promesas, los tenia suspen
sos esperando sus últimos misterios. Prometia á sus con
fidentes una moral, educacion y politica del todo nueva.s;
estos ya podian preveer que estas promesas pararian en
una moral sin freno, en una religion sin Dios, y en una
política sin ley ni dependencia (r); pero no se atrevía
aun á manifestarse del todo. Le parecía que su código
no estaba concluido; que aun no hahia tendido bien sus
redes; y quería que el tiempo y la experiencia tuviesen
mas parte en su perfeccion que sus meditaciones. Este
es el modo como sc retrata á sí mismo, cuando el conato
de sus discípulos le instaba á que les manifestase sus
últimos secretos, y le culpaban porsu lentitud : cAl tiem
n po, decía, y á la experiencia toca instruirnos. Cada
n dia experimento que lo que hize el año pasado, lo
n haría mejor en este. Dejad que yo considere lo que
n puede dirigir al fin, y lo que puede desviar; lo que
n harán por si mismos nuestros cofrades, y lo que no

(i) Escritos originales , tomo r. carta á Mario y á Caton.


16 rnuumisuo
n se puede esperar de ellos, sin ayudarles y conducirlos.
a '-—Tened presente que lo que presto se hace, presto se
n destruye. —Dejadme hacer; el tiempo yyo valemos por
n otros dos n

Sus alarmas y recelos.


Estas meditaciones de Weishaupt no eran sobre cam
biar de objeto, pues este siempre fue el mismo en su
intencion. Ninguna religion , ninguna sociedad, ni leyes
civiles, ninguna propiedad; este fuera siempre el objeto
de sus maquinaciones; pero -le era preciso dirigir sus dis
cípulos á este objeto sin exponer su secreto y persona.
Conocia el malvado la atrocidad de su delito para no te
mer las resultas. Por esto escribia á sus confidentes :‘Sa
n beis las circunstancias en que me hallo; es preciso que
u yo lo dirija todo por medio de cinco ó seis personas-;
u es absolutamente necesario que yo quede incógnito todo
n el tiempo de mi mida, aun á una gran parte de nues
¡n tros cofrades; me veo muchas veces abrumado con el
n pensamiento de que con todas mis meditaciones, mis
u servicios y trabajos, no hago mas que labrarme el dogal,
u o’ plantarme la horca; que la indiscrecion ó impru
u dencia de uno solo puede trastornar el mas hermoso
n edficio (2).n Al contrario; en otras ocasiones, querién
dose manifestar superior á todos estos temores, sin dejar
de corregir en sus discípulos algunas faltas de precaucion,
les decía : ‘Si nuestros negocios van mal en el dia , pres
n to se perderá todo; entonces tendré yo la culpa, y co
» m0 autor de todo seré tambien el primero sacrificado.
u No es esto lo que me asusta, pues todo lo sabré sobre
r llevar; pero si la imprudencia de los hermanos me ha

(t) Alli mismo , cartas 3 , 4, 47 y 6o á los mismos.


(a) Cartas n y a5 á Caton.
de cos
cniruno slcusno. :7
n de costar la vida, quiero no tener de que avergonzar
u me delante de las personas que piensan; y no quiero po
» der me hacer la triste reconvencion de que no he sido
n mas que un' imprudente y temerario (t). I

Su código ya concluido.

De este modo, todos los motivos se reunían en este


famoso conspirador, para hacer de su código el de to
das las precauciones que podian preservarle de una horca,
y asegurar el éxito de sus maquinaciones. Por último , al
cabo de cinco años de meditaciones por su parte , de con
sultas con sus confidentes, y principalmente con la ayuda
del baron Knigge, á quien ya veremos representar un
famoso papel en el iluminismo, Weishaupt llegó á fijar
la marcha de sus misterios, á extender el código de
su secta, es decir, el conjunto de sus principios, de
las leyes y gobierno que sancionó para los iluminados,
hasta llegar algrande objeto de su conspiracion. Antes de
introducir á nuestros lectores en el intrincado laberinto
de este código, juzgamos conveniente dar una idea gene
ral del sistema que inspiró al autor todas sus leyes.

Idea general del sistema de Weisbaupt.

Cuanto mas se medite aquella parte del código, que


daremos á conocer cuando tratemos de los misterios del
iluminismo , tanto mas se verá que Weishaupt, aprove
chándose de los principios de igualdad y libertad que ha
propagado el filosofismo del tiempo, no hace mas que dar
á estos principios un nuevo giro para llegar á las últimas
consecuencias de la impiedad y de la anarquía mas abso

(a) Allí mismo carta n.


Tomo III. ' B
18 ' ' ILUMINISMO
luta. Iossofistas, discípulos, unos de Voltaire y otros
de Rousseau , habian empezado por decir : todos los hom
- ¿res son iguales- y libres. De aquí concluyeron contra la
religion, que ninguna persona, ni aun en nombre de un
Dios que se revela, tiene derecho de prescribir reglas á
su fe. Anulada de este modo la autoridad de la revela
cion , solo admitieron por base de la religion los sofistas
una razon seducida por las pasiones, destruyendo de este
modo, para sus -iniciados, todo el cristianismo. Contra los
gobiernos dijeron , que todos los hombres son iguales y
libres; y de aquí concluyeron , que todos los ciudadanos
tienen igual derecho á hacer la ley y al título de sobe
rano; y, abandonando con esta consecuencia la autoridad
á los caprichos de la multitud, no dejaban para formar
legítimamente los gobiernos sino la confusion y las erup
ciones volcánicas de un pueblo democrático y soberano.
Discurriendo Weishaupt sobre los mismos principios,
creyó que todos los sofistas y todo el populacho demo
crático habian aun sido muy tímidos sobre las consecuen
cías; y en cuanto á su esencia , he aquí todos sus miste
rios. ‘La igualdad y libertad son los derechos esencia
n les que recibió el hombre en su perfeccion original y
n primitiva; el primer atentado contra esta igualdad le
n cometió la propiedad; y el primer atentado contra la
3 libertad le cometieron las sociedades políticas ó los go
n biernos con sus leyes religiosas y civiles que son los me
» jores apoyos de toda propiedad y de todo gobierno; de
n lo que se infiere, que para restablecer al hombre en sus
n derechos primitivos de igualdad y libertad , es preciso em
u pezar por destruir toda religion, toda sociedad civil
y toda propiedad. u Si la verdadera filosofía hubiese
entrado en las lógias del iluminismo , habría demos
trado á los iniciados y á su maestro lo absurdo de sus
principios por la extravagancía y perversidad de sus conse
cníruo sacunno. 19
cuencías. Les habría dicho que las leyes y derechos del pri
mer hombre, único sobre la tierra ó bien padre de una
generacion poco numerosa, no fueron ni podian ser los
derechos y leyes del hombre , que poblara despues la tierra
con otros hombres sus semejantes. Habría añadido que la
naturaleza , mandando al hombre que se multiplicase so
bre la misma tierra y que la cultivase, ya le anunciaba
solo con esto, que el destino de su posteridad era vivir
bajo el imperio de las leyes sociales. Habría observado
que sin propiedad habia de quedar la tierra inculta y
desierta; que sin leyes religiosas y civiles, aquel inmenso
desierto no alimentaria sino hordas dispersas de vaga
mundos y salvages. El iluminado bávaro habría habido
de inferir, que su igualdad y libertad lejos de ser los
derechos esenciales del hombre en su perfeccion , no son
mas que un principio de degradacion y embrutecimiento,
sino pueden subsistir sin destruir toda propiedad ,, toda.
religíon y toda sociedad. Pero la verdadera filosofía guar
dó un profundo silencio en la escuela y lógias de Weis
haupt. Su.abominable inclinacion al error hacia que solo
gustase de sofismas, y estos fueron la base de su sistema,
y en esto consistió el secreto de sus misterios ulteriores“
Peligros de este Códijgo.
No debo solamente probar que en esto consiste el gran
de objeto de su conspiracion y de la revolucion que nos
prepara con todos sus iniciados. Para demostrar hasta la
evidencia este grande objeto de sus maquinaciones, me
bastaría producir las bendiciones que el Ierofante (") ilu
minado da á las hordas errantes sin leyes ni sociedad, y
las maldiciones que profiere contra las personas que fija
ron su morada, se dieron gefes, y sobre todo una patríaa
(*) Hierophanta era el sacerdote intérprete de los ritos y ceremonias
sagradas en los misterios de Céres Elcusina.
Ba
20 ILUMIIÏISMO

Principalmente se descubriria toda la conspiracion en es


tas amenazas que hace el mismo Ierofante. aSí, dice, los
u príncipesy las naciones desaparecerán de la superficie de
n la tierra. Sí, llegará aquel tiempo en que los hombres
n no tendrán otras leyes que el libro de la naturaleza. Esta
n revolucion será obra de las juntas secretas; y en esto
u consisten nuestros principales misterios u Estas so
las expresiones del código iluminado ya manifiestan todo
lo que he de demostrar sobre el objeto de la conspira
cion y sobre la extension de los proyectos de la secta;
pero aunque con esto ya quede tan descubierta la cons
piracion, no basta, y debo hacer mas en beneficio del
público. Los pueblos y sus gefes en lugar de mirar esta
secta como terrible y formidable, podrían no ver en el
iluminismo sino una caterva de insensatos, que meditan
sin medios una revolucion quimérica, que no dan algun
cuidado, y que son mas dignos de desprecio que de que
se les vigile. La perversidad hallaria excusa en su mismo
exceso; la secta continuaría con mayor confianza , activi
dad y zelo en sus infernales maquinacioties, y esto solo por
que su objeto parecería imposible; se vería disuelta la socie
dad, y todos perderían sus leyes , altares ypropiedades,
solo por haber creido que no las podian perder. Dormi
rian sosegadamente á la orilla del precipicio , y caerian en
él por no haber visto sino delirio en los que le socavaran.
Los que piensan que se puede hacer burla de los proyec
tos del iluminismo, deben tener presente lo que los Jero
fantas dicen á sus sectarios : nDejad que se rian los rei
n dores, que se burlen los burlones; el que compara lo
n pasado con lo presente, verá que la naturaleza, sin que
u se pueda estorbar su marcha, adelanta siempre en sus
n caminos. Sus pasos son insensibles al hombre que no

(¡) Véase mas adelante el Discurso sobre lo: misterios.


cnlruLo ueunno. a:
u está hecho á observar; pero no se ocultan al filó
n sofo (i) . u
Debo, pues, en beneficio de la sociedad hacer algo mas
que manifestar la existencia , realidad y extcnsion de las
maquinaciones de la secta. Debo hacer sensibles los peli
gros á que estan expuestos la sociedad y cuantos la com
ponen. Debo enseñar un camino y manifestar un arto
que, acelerando los delitos, hacen inminentes los desas
tres que se creyeran quiméricos. He de desenvolver el
conjunto de un sistema y de un código, del cual cada ley,
cada máxima y cada disposicion son otros tantos pasos
hácia la revolucion universal que ha de herir de muerte
á la sociedad. No me propongo pues decir solamente a’
cada ciudadano : he aqui lo que se trama contra vuestra
religion, vuestra patria, vuestra nacion , vuestras propie
dades, y contra la misma existencia de toda sociedad
que se llama nacion ó pueblo; esto, por desgracia, seria
muy fácil de manifestar. Lo que debo hacer, es descu
brir una trama que pone en peligro á la sociedad y á
los particulares; hacer evidente la plenitud de sus recur
sos enlatados con el exceso de la perversidad, y esto á
los que piensan que en esta secta solo se descubre el-
exceso del delirio filosófico con la total falta de medios.
Weishaupt , tan bien como hubiera podido cualquiera
otro, habia previsto los obstáculos que debia hallar su cons
piracion; y aun se puede decir, que los creyó mas reales
y mayores de lo que los podia temer. Lo mismo que
dijeron sus mas famosos iniciados en deshonor de sus
compatriotas, se debe decir en honor suyo. Weishaupt
estaba rodeado por todas partes de bávaros , fieles á su-
Dios y á su príncipe. Weishaupt que desde entonces
hacia un estudio particular de los hombres, no tanto en

(i) Alli mismo.


:2 ' ILUMINXSMO
su trato como en sus especulaciones y en los libros, igno
raba en gran parte lo que el filosofismo del tiempo ya
habia hecho en favor de sus sistemas (1). Le parecía que
la generacion que ya habia llegado á la virilidad , estaba
demasiado inficionada con las opiniones antiguas sobre
la religion y los gobiernos. Este error, que por desgracia
han desmentido demasiado los hechos, difiriendo su espe
ranza, añadió nuevas meditaciones á las precauciones de su
ingenio, para que tarde ó temprano fuesen infalibles
sus resultados. Se dijo á sí mismo , ydijo á sus confidentes:
u-En mis proyectos no puedo valerme de sugetos tales
u como son en el dia; es preciso que yo los forme; es
n necesario que cada clase de mi orden sea una escuela
n de pruebas para la siguiente; y esto solo puede hacerse
a con el tiempo (2). u
Para encontrar este tiempo, fijó con mas atencion su
vista sobre aquella parte de la juventud que, entrando
en el mundo, es aun susceptible de una educacion de
todos los errores, porque se halla en la edad de todas
las pasiones. Ya diré mas adelante lo que abrevió este
tiempo y esta educacion, ofreciéndole legiones ente
ras de iniciados dispuestos ya del todo á sus misterios;
pero no por esto se debe conocer menos toda la profun
didad de- este código; porque si la revolucion francesa
hubiera de comenzar ahora, él solo bastaría para acelerar
la-y hacerla infalible; aunque en el dia estuviese sufocada
aquella revolucion, bastaría solo aquel código para su
ministrar al iluminismo todos los medios para hacerla
renacer, y aun para hacerla mas fatal. Pasemos pues á
ver el contenido del código, que se ha escondido en el
mas intrincado laberinto pera ocultar su marcha. Ato

(1) Ultima explicacion de Filon.


(a) Escritos originales , tomo r. carta á Caton.
\
CAPÍTULO szcunno. 25
dos interesa observar los lazos que pone, el arte de que
se vale para enredar á sus prosélitos, y la precaucion con
queescoge, llama y prepara sus iniciados. Su marcha
parece lenta; pero es segura. Parece que pone todo su
cuidado en seducir ¡i uno solo; pero con él mismo sedu
ce legiones enteras. Tiene ocultos sus resortes; pero.es
necesario saber el poder y constancia con que los mueve
y dirige hácia el trastorno universal. Hemos visto que
el pueblo se ha desviado, se ha agitado, se ha hecho
ínsolente y se ha vuelto feroz, y es preciso saber como
la secta ha hecho todo esto.
Weishaupt tiene por principio constante y cierto, que
el arte de hacer infalible una revolucion cualquiera que
sea , consiste en ilustrar las pueblos; esta ilustracion , se»
gun él, consiste en dirigir insensiblemente la opinion
pública hácia el deseo de las mudanzas, que son el objeto
de la revolucion premeditada. Cuando el objeto de estos
deseos no puede hacer su explosion sin exponer al que
le ha concebido á la vindicta pública, es necesario pro
pagar la opinion en las sociedades secretas. Si el objeto
de aquellos deseos es una revolucion universal, todos
los miembros de estas sociedades que se dirigen á un
mismo fin y se apoyan los unos sobre los otros, deben
hacer lo posible c para dominar de un modo invisible y
a sin apariencia de medios violentos, no solo sobre la
n parte mas eminente ó la menos distinguida de un solo
u pueblo,- sino sobre los hombres de todos -los estados,
u naciones y religiones; soplar en todas partes un mismo
n espíritu; dirigir con el mayor silencio y actividad posi
n ble á todos los hombres que estan dispersos sobre la
n tierra, hácia un mismo objeto. n He aquí lo que él
llama problema que aun se ha de resolver en la políti
ca de los Estados, pero sobre el cual se establece el do
minio de las juntas secretas y principalmente el imperio
al; ¡Luunusuo
de su iluminismo Establecido ya este imperio por la
-union y multitud de los sectarios, debe suceder la fuer
za al imperio invisible: Atari las manos, dice , á cuantos
hagan resistencia; subjugad y sufbcad la maldad en su
principio; es decir : acabad con todos los hombres que
no podreis seducir (a). El que da estas instrucciones no
es un sugeto que baste solo despreciarle. Weishaupt que
las reservaba para sus misterios, y en cuya revelacion con
sistía su último objeto, sabia muy bien que ellas exigen
unos hombres ya dispuestos de antemano para que las
mirasen como lecciones que da la misma naturaleza ó la
filosofía mas depurada. Cuando halló sugetos dotados de
estos sentimientos, abrevió los años prescritos para las
pruebas. Pero como necesitaba de la opinion y de los
brazos de toda una generacion, se dedicó á multiplicar
los sectarios, á disponerlos insensiblemente, y á dirigir
de un modo reservado sus pensamientos , sus deseos , sus
acciones, y combinar sus esfuerzos que eran el objeto
de sus leyes, y que forman la compilacion del código
de su iluminismo.
Division del código iluminado, a’grados de la secta.

Con arreglo á- estas leyes, se divide la secta en dos


grandes elases,y tiene cada una- sus subdivisiones y gradua
ciones en proporcion á los progresos de los iniciados. La
primera clase es la de las preparaciones; y esta se subdivi
de en cuatro grados a ue son el de novicio 7 el de minerval1
el de iluminado meno-r, y el de iluminado mayor. A esta
misma clase pertenecen tambien los grados intermedios
que se pueden llamar de intrusion, porque la secta los
ha tomado, de la franc-mazonería 7 or considerarlos á

( l) Discurso sobre la: mistcribs.


(n) Allí mismo.
cníruLo sncuxno. a5
próposito para su propagacíon. De estos grados mazó
nicos admite el código, sin alteracion, los tres prime-
ros, yaplica de un modo particular á los fines de la secta,
como que sirve de última preparacion á sus misterios,
el grado de caballero escoces, que tambien se llama el
del iluminado director.
La clase de los misterios se divide en pequeños ¡gran
des misterios. Pertenecen á los pequeños el sacerdocio de
la secta y su adminislracion , y dos grados mas , llama
do el ,un0 de los sacerdotes, y el otro de los regentes ó
principes. Los grados de los grandes misterios son, el mago
ó el filósofo , yen fin el hombre-rey. Lo mas selecto de los
En
últimos
todascompone
estas clases
el consejo
y en cada
y el uno
grado
de de
losareopagita
grados hay un

como alistamiento muyinteresante y que es comun á todos


los hermanos, y á este le da el código el nombre de /wr
mano que recluta ó reclutador (a). De este alistamiento
depende toda la fuerza de la secta, y es lo que propor
ciona sugetos á todos los grados. Conoció Weishaupt su
importnncia, y empleó en él todo su ingenio. Pasemos á
ver en que consiste.

(1) Escritos originales; cap. a. parte a. pág- 8. y Nueva: crpÍicacia


nc: de Filon , pág. 8g etc.
(a) La palabra alemana , anwerbcr significa ¡ntmductor ó rccfumdor, y
es la que usa el código mismo.
26 ILUMINISMO

vmmnmnvvsmnvvymnvmvvsmnvnmnuvsvmmnmnvvwmnmnvw-umnmn

CAPITULO III.
PRIMERA pAm-n DEL cómeo ILUMINADO; m. HERMANO
INTRODUCTOR ó RECLUTADOR.

Objeto del Reclutador.

Pon hermano introductor a’ reclutador, se ha de enten


der aquí el iluminado que se ocupa en alistar ó reclutar
sugetos para la orden. Hay iluminados á quienes espe
cialmente se da este encargo, á los cuales podemos llamar
apóstoles ó misioneros de la orden, pues los envían los
superiores á las ciudades y provincias, y aun á países dis
tunes para propagar yestablecer nuevas lógias. Aquellos,
a mas de las reglas comunes á todo hermano recluiador,
reciben instrucciones particulares para grados mas ade
lantados. Segun las cartas de Weishaupt, ya conviene
que sean los mas imbéciles, ya los mas ingeniosos de los
hermanos. Con los unos está mas seguro de su ciega su
mísíon á las reglas que les da, y de cuya observancia
encarga que no se aparten; con los otros, por poco zelo
que tengan , si son menos puntuales y si quebrantan algu
nas de sus leyes, mientras no sean de aquellas cuya vio
lacion comprometeria su orden ó su persona, se lisonjea
que sabrán suplir con algun nuevo lazo. Cualquiera que
sea la dosis de su espíritu, ningun iluminado hay que no
deba á lo menos una ó dos veces hacer el oficio de reclu
tador con cierto éxito, y adquirir uno ó dos sugetos á la
orden bajo la pena de nunca ser promovido á mayores
grados. Se conceden algunas. dispensas á los hermanos
cníruno rescno. a7
de alto linage; pero , generalmente hablando, la ley obliga
á todos En recompensa, y para aumentar el zelo de
los hermanos , la secta los hace superiores de todos los
novicios que han adquirido á la orden; y de este modo,
dice, cualquiera iluminado se puede formar un pequeño
imperio, que adquirirá grandeza y poder

Primera partede su instruccion : eleccion de los candidatos.

Esta es la primera obligacion que se impone á todo ilu


minado para la propagacion de la secta , y tambien es esta
la primera instruccion que da, y que es preciso conocer
para que se vea hasta que punto elevó el maestro las arte
rías de la seduccion. A tres se reducen las diversas partes
de esta instruccion. De sus reglas, hay unas que instru
yen al hermano insinuante para que sepa distinguir los
sugetos que ha de escoger,y que ha de excluir. Otras
son para que sepa como se ha de gobernar para traer á
la orden á los que cree que son dignos. Y las últimas, en
fin , son el arte de formar los novicios, y de enlazarlos
al iluminismo ya antes de que sean admitidos.
El iluminado para que adquiera conocimiento de los
sugetos que puede reclutar, debe empezar por tener un
libro de memoria en forma de diario. Como espía per
petuo de cuanto le rodea, debe observar continuamente
todas las personas que trata; amigos, parientes, enemi
gos, indiferentes, pues todos sin excepcion han de ser
objeto de sus investigaciones; procurará descubrir su cos
tado fuerte y su débil, sus pasiones, preocupaciones , en
laces, y principalmente sus acciones, intereses, fortuna,
en una palabra, cuanto pueda contribuir para adquirir

1 Escritos ori 8 inales a reforma de estatutos 9 'art. 18.


(a) Allí mismo.
a8 r 1 Lu M ¡N rs M o
un perfecto conocimiento de los sugetos; y cada dia debe
notar en su libro de memoria cuanto haya observado en
este g.énero. Este es iona
. e 3 ue es un deber constante.
y continuo de todos los iluminados 7 ofrece dos venta l as:7
una es general para la orden y sus superiores, y la otra
para el iniciado. Dos veces cada mes ha de hacer, el su
mario de sus observaciones, y le ha de enviar á sus supe
riores; con esto sabrá la orden que sugetos hay en cada
ciudad ó pueblo cuya proteccion pueda esperar, ó cuya
oposicion pueda temer. Sabrá todos los medios de que
se ha de valer para ganar á unos y desechar á otros.
Con esto el iniciado insinuante conocerá mejor los suge
tos cuya recepcion ha de proponer, ó los que se deban
excluir. En las notas que ha de enviar cada mes debe
exponer los motivos para lo uno, ó para lo otro
Mientras que el insinuante está tan ocupado en cono
cer á los otros, se ha de guardar muy bien de darse á
conocer como iluminado. La ley es expresa para todos
los hermanos, pero la deben observar de un modo mas
especial los reclutadores. Á estos mismos encarga tam
bien todo aquel exterior de virtud y perfeccion para que
eviten los escándalos, cuyos resultados los privarian de
-toda autoridad sobre los espíritus Con estos reclu
tadores habla la ley en estos términos : Áplicaos á la per
feccion interior y exterior; y temiendo que no crean que
esta perfeccion consiste en triunfar de sus pasiones y re
nunciar á los placeres de este mundo, añade: dedicaos
al arte de contrahaceros , de ocultaros, de disfrazaros
cuando observei-s á los demas, para de este modo pe

(I) Escritos orig. reforma de estat. art. 9. 13- y siguientes; Ins


truccion para los insinuantes seccion n. núm. I, para los insinuador núm.
1. 3. 5. etc. ycarta 4- á Ayax.
(2) Escritos orig. tomo a. cartas t. y g.
url-reno uacnno. 29
netrar en su interior De este modo, en el sumario del
código iluminado , estos tres grandes preceptos, calla, sé
peficto ydisfrázate, explicándose uno á otro, se siguen
casi inmediatamente en la misma página (a). El hermano
insinuante , bien imbuido de estos preceptos, y en espe
cial del último, debe estudiar que personas son las que
desecha el iluminismo , y cuales puede reclutar. Sin ex
presa licencia, no podrá admitir paganos ni judíos, ni
tampoco á algunfraile; y en particular liuirá de los ex- ,
jesuitas como de la peste El motivo para estas exclu
siones se manifiesta por sí mismo. Hablar de religion , y
admitir sin precaucion judíos turcos ó paganos, habria
sido manifestar demasiado presto en que consistía esta
religion. No desechar á los religiosos, era exponerse á
que sus mismos iniciados hubiesen descubierto la orden.
Debe el reclutador desechar tambien, á no ser que
se hayan enmendado verdaderamente, á todo hablador
y á todo sugeto cuyo orgullo ó pertinacia, inconstancia
ó interes, manifiestan que en vano se le inspiraria el zelo
de la secta; tambien á los que con sus vergonzosos excesos
destruirian aquella reputacion de virtud de que tendrá
necesidad la orden. En fin , tambien se deben desechar
á aquellos cuya bajeza ó grosería de costumbres hace tan
intratables, que no se puede esperar de ellos que se suge
,ten y sean útiles (4). No admitais á las estúpidos, á losgro
seras niá los imbéciles, repite en el capitulo de las exclu

(i) Die Kunst zu erlernen sich zu verstellen , andere zu beobachten


und auszuforschen.
(a) Escritos orig. tomo I. pág. 4o. núm. 4. 6. y 8.
(3) Ordens Geistliche dürfen nie aufgenommen werden , und die
ex-jesuilen soll man wie die pest flichen. Nuevo: trabajos de Espartaco
y de Filon ; Instruccion de los prefectos y superiores locales pág, 153.
carta 2.} escrito: orig. Instructio pro recipientibus. núm. 1. y 5.
(4) Instructio pro recipientibusprïg. 94.7 carta: de Weisbaupt.
.
5o iLUMuusMo
siones. Sin embargo , Weishaupt, excluyendo á estos últi
mos exceptua á algunos. Sabia que hay ciertas personas
tan bondadosas que sin que se les pueda decir que son
tontos, pueden ser de algun provecho con toda su ton
tería. Estas son los que gozando de alguna distincion en
el mundo, como un cierto baron de En, tienen dinero,
ya que no tienen espíritu. uEsta es gente muy buena,
o diceel legislador iluminado, y necesitamos de ella por
» que aumentan el número y los caudales : augeni nume
» rum et wrarium. Y asi trabajad, y que vengan al cebo;
» es preciso engañar á estos señores, sin manifestarles
u nuestros secretos; siempre han de estar persuadidos de
n que su grado es el último u En fin, en cuanto á los
príncipes hay una media exclusion. El código iluminado
establece que no sean admitidos, sino muy rara vez; y
cuando lo sean, que no se les eleve fácilmente mas allá del
grado de caballero escaces;es decir que se les detenga á la
puerta de los misterios. Ya veremos mas adelante, que el
legislador halló un expediente para abrir esta puerta á los
príncipes, sin revelarles algun otro secreto (2), y prin
cipalmente sin manifestarles ciertas leyes de la orden
No sabré decir, si hay tambien un medio de esta espe
cie para admitir á las mugeres que la regla excluye. Lo
cierto es, que esta regla solo fue provisional mucho tiem
po , y que los hermanos estaban resueltos á borrarla. Te
nían los franc-mazones sus hembras iniciadas, y los ilu
minados tambien las querían tener; y Io mas es, que ne
cesitaban tenerlas de dos especies. El proyecto que escri
bió Zwach, amigo el mas íntimo y confidente de Weis
haupt, y á quien este llamaba el hombre incomparable,
está concebido en estos términos.
(t) Escritos originales y primeras cartas de Ayax á Caton.
(a) Grado de regentc , pág. 154, letra N.
(3) Instruccion del Provincial, núm. 16.
cAríruLo rancno. 5:

Proyecto sobre la admision de las mugeres.

. Plan de una orden de mugeres. . . . Tendrá esta orden


dos clases, cada una formará su sociedad y tendrá cada
una su secreto á parte. La primera se compondrá de
mugeres virtuosas , y la segunda de mugeres voltarias,
ligeras y voluptuosas (auscliweifenden), Unas y otras
han de ignorar que las dirijan hombres. Se hará creer
á las dos superioras, que hay sobre ellas una logia
madre del mismo sexo, que les envía las órdenes; pero
estas en realidad les darán hombres. Los hermanos
que estan encargados de su direccion , les enviarán sus
instrucciones , sin darse á conocer. Dirigirán á las pri
meras por medio de la lectura de libros buenos, y á las
segundas las formarán en el arte de satisfacer en secreto
sus pasiones, (durch begnugung ihrer leideltschqften im
_ver1¡argenen ).» Se añade á este proyecto un preliminar,
que declara en estos términos el objeto y utilidad de las
hermanas iluminadas. cLas ventajas que pueden prome
t) terse de esta orden, serian recaudar al principio para

D la verdadera orden todo el dinero que pagarían las her


I) manas, y despues el que ellas prometerian pagar para
» que se les revelasen los secretos. A mas, de que serviría

este establecimiento para. satisfacer á aquellos hermanos


que se inclinan á los placeres (i). n
A este proyecto de Zwach , llamado dignamente el
Caton de los iluminados, se añadió el retrato de noventa
y cinco señoritas ó damas de Manheim, de entre las cua
les sin duda se debian escoger las que habian de ser las
fundadoras de las dos clases. No habiendo permitido las
circunstancias que se cumpliesen los deseos de este nuevo

(I) Escritos originales tomo t. secc. 2- -


5a ILUMINXSMO
Caton , varios hermanos se empeñaron en el mismo pro
yecto. El señor Distfurt (con este nombre era conocido
en Wetzlar, en donde fue asesor de la cámara imperial)
y que en la secta llevara el nombre de Minos, elevado
al grado de regente y á la dignidad de provincial, parece
que disputa al hermano Hércules y aun al hermano Caton
el honor de la invencion. A lo menos ninguno deseó
mas la fundacíon de las hermanas iluminadas. Ya se habia
descubierto sobre esto á Knigge; instó de nuevo á Weis
haupt, y llegó a desconfiar que fuese posible conducir
los hombres hácia el grande objeto de la orden, sin el
influjo de hembras iniciadas. En el fervor de su zelo ofre
ció para que fuesen las primeras iniciadas, su esposa y
sus cuatro hijastras: en la mayor de estas se hallaba con
exactitud cuanto se necesitaba para las hermanas filóso
fas; tenia veinte cuatro años, y cn cuanto á la religrion
era superior a’ su sexo, pues pensaba del mismo modo que
su padre. Este era regente y príncipe iluminado, y ella
podriaser regenta y princesa iluminada. Creyóse tambien
muy á propósito la esposa del iniciado Ptolomeo; pues
en cuanto á los últimos misterios, aquella se entenderia
con su padre, y esta con su marido. Solo estas dos prin
cesas íluminadas deberían saber que son hombres los que
gobiernan la orden. Ellas presidirian á los exámenes de
las minervales, y concluirían con revelar á las,mas dignas
los grandes proyectos delas hermanas por lo que dice
relacion á la reforma de los gobiernos, y á la felicidad
del género humano.
A pesar de los planes y zelo de los hermanos, no pa
rece que el legislador haya jamas consentido en el estable
cimiento de las hermanas iluminadas; pero le suplió por
medio de instrucciones que dió á los iniciados regentes,

(r) Escritos originales tomo a. Carta de Minos , pág. 169.


advírtiéndoles ,
cnlrund rndsno. 53
advirtiéndoles, que sin comunicar á las mugeres el secre
to de la orden, habia un medio para que fuese útil al
iluminismo aquel influjo que con tanta frecuencia ejercen
sobre los hombres; tambien les -advirtió, que, teniendo
el bello sexo á su disposicion una gran parte del mundo,
u el arte de alhagarlas para ganarlas-, era uno de fos estu
n días mas dignos de un iniciada; que todas, más ó me
n nos , se cohducian por la vanidad,- la curiosidad, los
n placeres ó la novedad; que por estos medios las habian
n -de ganar; hacerlas útiles á la orden n Pero siem
pre insistió en excluir de susgrados á los charlatanes y
á las mugeres; y por lo mismo continuó en su vigor el
artículo sexto de las instrucciones del hermano reelu-i
tador.
Las personas que ha de escoger el ÍierrEian-á recl-utador.
Con todas estas exclusiones,- aun tenían los reclutadorei
un campo bastante vasto para ejercitar su zelo con aque
llos sngetos que les recomendaba el legislador. General
mente se comprendian en este númerotlos jóvenes de
todos estados, desde la edad de diez y ocho hasta treinta
años. La orden aprecia' mucho á aquellos cuya educa
cion no se ha concluido, ya sea; porque confia que le;
iiísinuará mas fácilmente sus principios, ya sea porque
espera de su parte mas gratitud y zelo por la doctrina
que recibirán de la secta Esta preferencia no excluye
en manera alguna á los que son de mayor edad, con
tal que aun puedan ser útiles para servir, y que ya esteri'
ifnbuidos en los principios del iluminismo (3); y aun
excluye menos á los que por su estado pueden asegurar
~
(f) Nuevos trabajos de Espartaco y de,Filon; instruccion para
todos los grados de rcgente, nuni. 5.
(2) Escritos orig. instruct. pro recipierit. pág. 54. num. 4. 55. etc.
(3) Escritos orig. tomo a. parte n. necc. y grado de regenze.’
Tomo III. ' C
54 ¡suuinistto
proteccian y comíderacion; pues encarga mucho á los
reclutadores , que se insinuen con estos sugetos para ini
ciarlos. Hay algunas personas que gobiernan sus pala
bras como quieren , y que á mas de esta habilidad tie
nen la de ser diestros y activos; tales son los procurado
res, abogados y tambien los médicos. Esta clase de hom
bres, dice Weishaupt, son unos verdaderos demonios di í
ciles de conducir; pero la presa siempre es buena, cuando
se puede lograr (t).
Se advierte tambien al hermano ínsinuante, que la
orden necesita de artistas y obreros de toda especie, de
pintores, grabadores, plateros, cerrajeros y sobre todo
de libreros, administradores de postas y maestros de es
cuela. Con el tiempo sabrá el ínsinuante el uso que hará
el iluminismo de esta gente De toda esta multitud se
han de escoger los que señala el legislador con estas pala
u bras : Buscadme, dice á sus reclutadores, jóvenes dies
u trosyagudos. Necesitamos de iniciados insinuantes, in.
n trigantes, fecundos en recursos , atrevidos y empren
n dedores. Tambien necesitamos de inflexibles, de dóci
les, de obedientes y sociables. Buscadme tambien hom
bres poderosos, nobles , ricos y sábios : nobiles Lpotea
tes, divites ductos qucerite. Nada omitaís para ganarlos; y
si os resiste el cielo, pedid auxilio al infierno : Flectere
i. si nequeas Saperos, Acheranta moveto n
En cuanto á la variedad de religiones, el legislador
prefiere á los católicos los sectarios de Lutero ó de Cal
vino, y antepone aquellos á estos. A lo menos esta refle
xion debería desengañar á aquellos protestantes que se
~
(t) Escritos orig. tomo I. carta á Ayax.
(s) Insiructio insinuat. num. 4 ; Cartas de Weishaupt, á munedo
y grado de regenie.
(3) Véase principalmente la carta 3. á Ayax.
_ cníruno rsnouo. 35
obstinan en creer, que solo la religion católica es el blan
co del odio de los revolucionarios. Es muy cierto que
le hacen el honor de aborrecerla mas, porque es la que
mas se opone á su impiedad y á su anarquía religiosa
y civil : pero ¿ que acaso Weishaupt los anteponia á los
católicos para dejarlos en su religion, y esperando solo
de que podría servirse mejor de ellos para sus maquina
ciones? Esta preferencia no es dudosa, si se repara en
que, escribiendo al iniciado que tenia el encargo de bus
carle un sugeto que fuese á propósito para sus misterios,
yplantar en seguida una colonia de su iluminismo, le
dice : si este horribte que busco es protestante, tanto mejor.
(1). El sectario mas famoso de Weishaupt manifiesta
constantemente la misma predileccion , y aun quiere que
se cercenen ciertos pasages de sus misterios, para no
ofender á los católicos. Parece que dice lo mismo que
Federico II. Nosotros protestantes caminamos mas aprisa
(a). Es muy cierto que esta preferencia manifiesta á lo
menos el mismo proyecto y la misma esperanza de ani
quilar las leyes religiosas y civiles de los protestantes.
Lo han llegado á entender los de Alemania, y este es
el motivo porque han opuesto al iluminismo antagonis
tas y muy vigorosos. -
Tambien prefiere Weishaupt á los que domi
cilio permanente en las ciudades, comosbsmercaderes,
¡’los canónigos; porque de este modo pueden extender
su doctrina con mas continuacion, y establecerla mejor
en su canton Por otro motivo, que fácilmente
se concibe, deben los reclutadores esmerarse en engan

(t) Were es ein protcrtnnt, so were es mir um so lieber ; escritos


orig. tomo r. carta á Tiberio , pág. n23.
(a) Véanse las últimas explicaciones de Filon.
(3) Instruccíon del Provincial iluminado; escritos orig. tomo i.
parte a. pág. :6. num. 3.
Ca
56 ILUMINISMO
char á las maestros de escuela, á los de las académica
militares, y á otros de esta especie, y tambien si pueden,
á los superiores de los seminarios eclesiásticos Encar
ga que nada se omita para alistar á los oficiales de las
oficinas y consejos del príncipe. Dice el código, que
el que ha adelantado por esta parte, ha hecho mas que
si hubiese ganado al mismo príncipe En fin, el pro
vincial ó gefe de los reclutador-es debe alistar á todos
los que prevea que se sujetarán al iluminismoy le pue
dan ser útiles En esta misma lista de los sugetos
que se han de reclutar, hay aun otra preferencia que-
señala con particularidad Weishaupt , para la eleccion de
los iniciados. asiendo todas las cosas iguales, dice á sus
n insinuantes, inclinaos al buen aspecto y presencia , á los
u mozos de buen talle y fisonomía. Estos suelen tener las
u costumbres suaves y el corazon sensible. Cuando se-
» sabe formarlos, son los mas á propósito para las nego
n ciaciones. Su presencia ya llama el afecto. Es verdad
I que no tienen la profundidad de las fisonomías som
y brías; no son de aquellos á quienes se puede encargar un
n tumulto , a’ el cuidado de sublevar á un pueblo; y este
u es el motivo porque es necesario saber escoger. Amo
u sobre todo á aquellos hombres, cuya alma se pinta toda
n en sus ojos, que tienen la frente libre y despejada y el
w mirar elevado. Los ojos , los ojos, sobre todo examinad
, n los bien; ellos son el espejo del alma y del corazon . No
p dejeis de observar su porte y talante,su modo de andar
v y su'voz. Todo esto ayuda á conocer á los que son
n hechos para nosotros u En fin , todos los que han
padecido alguna desgracia, no por una mera casualidad,
(t) Allí mismo, núm. u. y ¡3.
(a) Allí mismo, mím. 15.
(3) Allí mismo , uúm. ¡8.
(4) Carta n. á Mario y a’. Catton.
CAPÍTULO rnnceao. 37
sino á causa de una injusticia, y que se pueden contar
entre los malcontentos, son unos sugeios que es preciso
introducir en el seno del iluminismo , que es como su así
la ( i).
No seapresure el lector á exclamar aqui : ¡que profun
das son. las miras del sofista , que ha podido llevar á este
punto el examen y discernimiento que se ha de hacer
en la inquisicion de sugetos propios a sus maduinacio
nes! Esta lista ó la relacion sencilla de los sugetos que
se han de desechar, ó que se han de buscar, no basta
á la orden para que se asegure sobre la elecciou que ha.
de hacer el hermano reclutador. Antes de emprender
la iniciacion del sugeto que cree será á propósito, es pre
ciso memoria
de que reunadecuanto ha descubier
su espionage ontiene el libro
sobre lfistumbres, opi

niones, conducta y relaciones del sugeto que se ha pro


puesto; tambien es preciso que de este conjunto forme un.
cuadro exacto, que los superiores deberán cotejar con
los conocimientos que ya pueden tener, ó que puedan
adquirir por medio de otros iniciados sobre el- mismo.
sugeto, ó bien por medio de nuevos informes que exi
girán, si los primeros no son -suficientes. Aun cuando.
la eleocion del hermano insinuante salga aprobada, no.
está todo hecho; es preciso que decida el superior á cual.
de los ltermanos reclutadores confiará el encargo de lle
var á la orden el sugeto propuesto. Tambien sobre este.
particular todo lo ha previsto el código. Este no permite
indistintamente que. todos los hermanos ejerzan esta mi-
sion con los profanos que habrán señalado. No permitirá
que un iniciado jóven mida sus fuerzas con uno que tenga
la ventaja de algunos años de experiencia; tampoco per
mitirá que un simple artesano se cuide de enganchar á,

(a), Instruccion de los, superiores locales , letra H,


C 5
58 inunnusuo
un magistrado. Es preciso que el superior elija y nombre
el reclutador que sea mas á propósito á las circunstan
cias, á los méritos, á la edad, a’ la dignidad y á los talen
tos del nuevo candidato En fin, cuando ya se ha
dado la comisiorPpara que se haga la conquista, el insi
nuante nombrado empieza á tender sus lazos. Esta es la
segunda parte de su ohligacion, y cuanto ha de hacer
se lo previene tambien el código.
Segunda parte de la obligacion del hermano insinuante.
Modo de conducir á los candidatos.
Comunmente se da el nombre de candidato al que
manifiesta deseos, y practica diligencias para entrar en una
orden ó lograr ha dignidad, cualquiera que sea. Pero
los iluminados an candidatos á los que su orden
quiere conquistar. Muchas veces el sugeto no tiene de
seos ni siquiera conocimiento de la secta, y toca al her
mano ínsinuante inspirarle la vocacion de hacerse miem
bro. Este grande arte tiene dos métodos diferentes; el
primero dirige los pasos del ínsinuante hácia los candida
tos conocidos ya por su ciencia ó porksu edad madura;
y el segundo es el que se ha de observar con los jóvenes
,de diez y ocho hasta treinta años, y que son suscepti
bles de una segunda educacion. Parece que debería ha
ber un tercer método para los artesanos ó para aquella
gente tosca que apenas ha tenido educacion. Weishaupt
pidió consejo sobre este particular á su confidente Zwach;
pero sea que no se extendió , ó sea que Weishaupt cono
ció que sus insinuantes lo suplirian fácilmente , ello es que
el código nada dice sobre esto. Atendamos, pues, al con
tenido de los dos que prescribe. Suponed en la primera
clase á uno de aquellos sugetos que casi han hecho
(l) ¡Instructío pro ÏÉCÍIIÍCUÍÍÓHJ ; escritos oríg. tomo 1. pág. 54.
num. I» y 7.
cníruno rsnczno. 59
sus estudios en la escuela del filosofismo moderno; que
han aprendido, sino á burlarse del cristianismo, á lo
menos á dudar de todo lo que se llama religion; el insi
nuante , arreglándose á sus leyes, le dice ': que perdería el
tiempo ateniéndose á filósofos de otra especie, princi
palmente a’ hombres de un espíritu mas sólido y me
nos curioso hácia aquellas doctrinas que se ocultan al
público. Luego que halle á uno casi imbuido de los
principios de la secta , se le debe presentar con el aspec
to de un filósofo versado en los misterios de la antigüe
dad. Poco le costará representar su papel, pues su có
digo le proporciona todos los medios. Para poner en
práctica sus instrucciones, debe empezar por ponerlo
delante c el placer de saber cosas que no á todos es dado
n conocer; de andar rodeado de luces cuando el vulgo.
n se halla en tinieblas; que hay doctrinas, que solo se
n han comunicado por medio de tradiciones secretas,
n porque son superiores á los espíritus comunes : en prue
» ba de esto citará á los gimnosofistas para las Indias,
n á lossacerdotes de Isis para el Egipto, á los de Eleusis
u y la escuela de Pitágoras para la Grecia. n Se cubrirá
con algunos textos de Ciceron, de Séneca, de Arístides
ó de Isócrates; y para que no le cojan desprevenido,
aprenderá de memoria los que su legislador tuvo la pre
caucion de insertar en su código.
Aunque sea muy fácil demostrar con los mismos auto
res de quienes se han tomado estos textos, lo poco que
aquellos antiguos misterios fijaban á losiniciados sobre
objetos tan interesantes como la providencia de l)ios,ed
origen y orden del universo , el insinuante debe presentan
todos estos textos en prueba de esta doctrina secreta so
bre los mismos grandes objetos, y sobre todo de una.
doctrina la mas á propósito para que la vida. sea mas.
agradable ¿el ¡nal mas soportable , y extender nuestras ideas.
C4
gq u u tu N i su o.
¿obre la magestad de Dios. Debe añadir que todos los
sábios de la antigüedad conocían esta doctrina, y debe
insistir sobre la incertidumbre que hay en el dia sobre la
gzaturaleza del alrna, su inmortalidad y destinos. Debe pre
guntar á su candidato, si no se embelesaria con unos ob
jetos tan importantes, y con tener alguna respuesta satis
factoria al intento. Le hará entender que él hasído bastante
dichoso llegando á, iniciarse en toda esta doctrina y en po
der proporcionarle la misma felicidad; pero que esta cien
cia no se comunica toda de una vez; que hay sugetos que
tienen el arte 'de manifestarla de lejos, y hacer que el
mismo candidato crea ,que el mismo ha descubierto este
mundo, nuevo p ' '
Cuando el hermano insinuante ha llegado al cabo de
excitar con, este lenguage la curiosidad de su importante
candidato, aun le queda el asegurarse de sus opiniones
sobre ciertos artículos. Le propondrá , pues, ciertas cues
tiones para-discutirlas por escrito, yciertos principios de
que se- ha de tratar, porque son otras tantas bases en
las que es preciso apoyarsepara pasar mas adelante. El
código no_dice cuales sean estas cuestiones, porque varían
¿en proporcion de lo que al insinuante le queda que cono
cer de las: opiniones religiosas ó políticas del candidato
para asegurarse de sus disposiciones. Si la solucion fuese
poco conformeá los designios de-la secta, debe desistir
el insinuante de su conquista; pero si el candidato solis

ta, ó sugeto de'ímportancia se halla mejor dispuesto, se


le pondrá á la puerta de los misterios. Se contentará el
hermano insinuante con explicarle los grados inferiores,
y las pruebas de que le dispensa la orden en considera
cion de su mérito '

(i) Escritos orig. tomo 2. Parte 2. secc. r.


(a) Allí tnísmo.
cníruno rnaczao. ¿r
Cualquiera que sea el artificio que se puede observar
en esta marcha , ella está reservada para aquellos sugetos,
que casi solo necesitan conocer el iluminismo para ha
llarse ya- iniciados. Pero si el insinuante da con un
candidato que, ó por joven ó por distante de los prin
cipiosde la secta, cree que es necesario formarle, Weis
haupt le desenvuelve el arte de tender los lazos y enredar
insensiblemente á sus víctimas , con estas instrucciones:
a Sea vuestro primer cuidado, dice á sus reclutadores,
n ganar el amor, la confianza y la estimacion de los
n sugetos, que estais encargado de adquirir para la orden...
n» conducíos en todo de modo que hagais sospechar
a que _hay en vos alguna cosa oculta que no dejais ver;
a» que sois miembro de alguna sociedad secreta y pode
n rosa... excitad en vuestro candidato, no de una vez,
n sino poco á poco, el deseo de que le admitan á una
n sociedad de esta especie.... Para inspirar este deseo
n hay ciertas razones, y hay ciertos libros de que esta
n réís provisto; tales son, entre otros, los que tratan
u de la union y fuerza de las asociaciones.» Aquí el legis-r
lador tuvo cuidado de poner un arancel de estos libros,
y la sociedad iluminada ¡e cuida de proporcionarles á
sus iniciados en cierto número. Principalmente los de
Meirgers y de Basedow son los que recomienda muchas
veces Weishaupt, co_mo propios para inspirar á un mis
mo tiempo el amor y los principios de las sociedades
secretas. Pero ninguna cosa llega al arte con que su
ministra al insinuante las razones que pueden persuadir
al joven candidato la necesidad imaginaria de aquellas
juntas misteriosas.
c Al principio, por ejemplo, dice el código ilumi
n nado, se enseña un niño en la cuna ; se habla de sus
n gritos, de sus lloros y de su debilidad; se hace ob
» servar como este niño, que reducido así mismo se
4a ¡Louisiana
u halla en una impotencia tan absoluta, puede adquirir
» fuerzas con el socorro de otros... Se hace ver que toda
» la grandeza de los príncipes se deriva del convenio
n de sus vasallos... Se exaltan las ventajas de la sociedad
n sobre el-estado de naturaleza. . . Se llega al arte de
n conocer y dirigir á los hombres... Se dice con cuanta
n facilidad un hombre de juicio puede dirigir á cen
» tenares y aun á millares de hombres, si se conociesen
n sus ventajas... Todo esto se prueba por el servicio
u militar, y por las cosas que es capaz de hacer un
n príncipe por la uníon de los pueblos. Despues de ha
u ber hablado (continua el código) en general de las
:- ventajas de la sociedad, pasad á los defectos de las so
n ciedades civiles , y decid ; que es muy poco el socorro que
a en ellas se halla aun- de parte de los amigos; y que
u en el dia seriamuy necesario que se auxiliasen mutua
a mente. Añadid; que los hombres triunfarian del mismo
» cielo, si estuviesen mas unidos, y que solo sus divisiones
u los tienen bajo del yugo. Se explicará esto con la fábula
u de los dos perros de quienes triunfa el lobo separándo
u los, y tambien con otros ejemplos de esta especie, que,
n tendréis cuidado de recoger h).a Se avisa al insi
nuante, para que en prueba de lo mucho grande éimpor
tante que pueden hacer las sociedades secretas, cite el
ejemplo de los frauc-mazones, y tambien el de los Jesui
tas. Sostendrá que todos los acontecimientos de este
mundo se derivan de resortes y causas ocultas, en las
cuales hacen gran papel las sociedades secretas. Excitará
en su discípulo el deseo de reinar en secreto, de preparar

(I) Extracto de las instrucciones para los hermanos encargados- de


reclutar y de recibir candidatos; Escritos orig. tomo t. seco. 9. y n.
En el grado de ilurninado mayor, instruccion sobre el mismo objeto,
detrimento A.
CnÍTULO rnceno. 45
pam el mundo cn su retrete una constitucional todo difis
rente, para gobernar á los que piensan gobemamos (t).
a Cuando habreis llegado aquí (prosigue el código),
n empezad á manifestar, que teneis alguna parte en estos
- secretos. Soltad anticipadamente algunas medias expre
» siones que lo den á entender. Si vuestro discípulo em
u pieza á enfervorizarse , instadle , volved á la carga ,
n hasta que leais en su corazon esta resolucion : hor
n mismo, si yo pudiese, entraria en una de estas sociedades u,
El insinuante despues de haber inspirado estos deseosá
su discípulo , no ha tendido aun todos los lazos que segun
su código le ha de armar. Para arrancarles como el fondo
de su pensamiento, ba de aparentar que le pide consejo
sobre ciertos asuntos que le han confiado; opondrá al se
creto de estas sociedades algunas objeciones que él mismo
resolverá , si causasen mucha impresion; . . . . . en otras
ocasiones, para picar mas la curiosidad, tendrá en sus
manos una carta en cifras, ó bien la pondrá medio abierta
sobre su mesa, dejando al candidato todo el tiempo para.
que vea la cifra, la que luego cerrará en ademan de que
tiene correspondencias importantes , que ha de tener
secretas ; y en otras ocasiones, estudiando las relaciones
y acciones de su discípulo , le dirá ciertas cosas que este
no creerá que las puedan saber sino aquellas sociedades
secretas, á las que nada se oculta, mientras ellas estan
ocultas á todos Se puede abreviar este camino segun
que la amistad ó disposiciones del candidato apresuren
las confidencias. Si aun esto no hasta , no por esto el
reclutador debe abandonar la presa; válgase de otros
para lograr lo que él no ha podido;.....rellexione, si ha
omitido alguna regla de las que se le han prescrito en el
(i) Escritos orig. num. n. n. Iluminado majïfl-, documento A’
letras K. L.
(a) Escritos orig. desde el num. r7. hasta el n.
44 inuuinisuo,
arte de ganar y atraer á los que debe; . . . . . y para el
intento excite mas_la atencion y la complacencia. Si es
necesario abatirse para dominar, hágalo el insinuante ,
y para esto tenga presente el precepto formal de su
legislador: a Aprended tambien á ser alguna vez lacayo
u para llegar á ser amo u
Suerte de los Candidatos indóciles.

Despues de tantas solicitudes y discursos , se verá


precisado el candidato á declararsefiSi se rinde á las
insinuaciones, luego entra en el noviciado; pero si se
resiste, sepa, por los que le han experimentado, el destino
que le aguarda, n ¡Desgmciadm ydoblemente desgraciado,
,- eljóven á quien los iluminados han querido atraer á su
a partido, .y no lo hah conseguido! Si se escapa de sus
u lazos, no podrá gloriarse de que evitará su odio; guár
u dese bien; porque ya no es una venganza ordinaria la
u de las sociedades secretas; ella es -el fuego subterráneo
n de la rabia. Es irreconciliable, y rara vez deja de per
a seguir á sus victimas hasta que haya tenido el placer de
u verlas crucgfícadas (1).u A lo menos este es el aviso
que nos da la mayor parte de los que la historia mani
fiesta que han despreciado las insinuaciones de la secta,
y principalmente de aquellos que, despues de haber dado
algunos pasos bajo la direccion del reclutador, le han
desechado. Me seria- muy fácil citar muchos ejemplos
de este. género, aunque en cierta ocasion creí que ha
bían observado otra conducta con Mr. Camilo Jourdan,
aquel diputado -que fue una de las víctimas destinadas
á la deportacion con Barthelemi y Pichegru, y que tuvo

(L) Audi zu uleilen den Kneeht gemacñt, um dereints her-r zuwerdctg.


Escritos oríg. carta 3. á Ajax.
(a) Hoffmann Aviso importante tomo 2. en el prólogo.-
CArÍTULO rnacnao. 45
la fortuna de escapar á los triunviros. Oi que hacia gran
des elogios de uno de estos insinuantes iluminados, que
se habia ocupado mucho en ganarle para su órden. Se
admiraba de oirme hablar de estos reclutadores como
de unos sugetos consumados en todos los artificios de
la mas perversa hipocresía. Sostenia Jourdan que el insi
nuante que á él trató era dulce , modesto, moderado,
que respetaba el evangelio, y en fin, uno de los su
getos mas virtuosos que habia conocido. A esto oponia
yo toda la conducta que el insinuante debia haber te
nido, y todos los recursos que debia haber apurado
antes de abandonar su presa.
Mr. Jourdan a todo respondió: a Es verdad,- asi se
D portó. Su zelo por la secta le cegaba; hacia que recur
n riese á estos medios para lograr la que él llamaba mi
n conversion :pero nunca se habla, con tanta uncion ,
n ó de virtud ó de religion , sin ser un hombre en
a extremo honrado. . . . . u Pues bien , le dije, ¿que
apostamos, á que os digo las últimas pruebas de que
se valió? Consistieron estas en proponeros varias cues
tiones, á las que debisteis responder por- escrito; lo hi
cisteis; vió que vuestro modo de pensar se oponia al
suyo y ya no os ha vuelto á ver 2 pero se ha hecho
vuestro enemigo y no cesa de calumniaros. a ¡ Ola !
» respondió Jourdan , tambien es verdad esto. Nada ha
n omitido para que yo perdiese mi fortuna y mis amigos.
u Antes me alaba-ba mucho, y despues decia que yo era
n muy maligno. No sé todo lo que dijo de mi : pero he
n podido descubrir muy bien la impresion que han hecho
n sus discursos. . . a ¿ Hay quien lo crea? Sin embargo, á
J ourdan le causaba mucha di-ficultad el convenir aun, en
que el insinuante no fuese un hombre virtuoso ,- ¡tanto
coinciden las leyes de Weishaupt con las de la mas
profunda hipocresía ! He conocido á dos obispos casi:
46 ¡Lunnusuo
tan engañados como Mr. Jourdan sobre el carácter de
los insinuantes.
Quiero tambien -citar el caso de Mr. Stark. Yo no
sabia quien era este Señor; pero supe que le calumniaban
muy particularmente los iluminados. Nicolai y Mirabeau
nada omitieron para hacerle odioso á los protestantes;
dijeron que era sacerdote católico, y que se habia ordena
do en secreto , aunque todo manifestaba que era protes
tante (1). .Tuve deseos de saber quien era este Mr.
Stark, y supe que era uno de los ministros mas sabios
del protestanismo, y tan zeloso de su religion, que en
el dia es doctor, gran-limosnero , y consejero del Land
grave de Hesse-Darmstadt; pero que tuvo la. desgracia
de otros sábios , como Hoffmann y Zimmermann, á
quienes buscaron los iluminados y no les quisieron seguir;
que los iluminados querían asegurarse de un iniciado
tan inmediato al prinicpe, y que despreció á su insi
nuante hasta responderle : Si necesitais de un apoyo ,
sabed que soy demasiado pequeño , y que mi piínclpe
es demasiado grande para protegeros. El candidato que
no se porte mejor con el ínsinuante que Mr. Stark, pue
de esperar las mismas calumnias y las mismas persecu
ciones. La ley de la órden es invariable con respecto á
los sugetos cuyos talentos teme el¡iluminismo. Es preciso,
dice la ley, ó ganarle, ó desacreditarle en la pública
opinion Pero ya es hora de seguir en estos grados
preparatorios al candidato que se manifiesta mas dócil.

(i) Véase jMírabeau, Monarquía Prusiana, tomo 5. Art. Religion


(n) So roll man den sc/triststeller zu gcwinnen sua/ten , oder versclzrqyen.
Instruccion para el regente iluminado num. 15.
cníruno cunro. 47

snnmnïvunvvvyvmyaassonvwunsasmflvvuvvsvvsvvuuanvvsmnmfloïnn ¡no

CAPITULO IV.
Sncunm pum-1: mar. cómeo ¡Luum/mo; ¡»arman ciuno
rnnruuron1o; m. Novicto Y su MAESTRO.

Duracion del noviciado .

En los primeros años del iluminismo, el tiempo de


la aprobaciomarreglado para los novicios era de tres
años, si el discípulo no tenia mas de diez y ocho; de
dos para que el que se hallaba entre diez y ocho y veinte
y cuatro; y solo de un año para el que se acercaba á
los treinta Las circunstancias han enseñado á abre
viar este tiempo; pero cualesquiera que sean las dispo
siciones del novicio, para acortar la duracion de la
aprobacion, siempre es preciso que pase por todas las prueo
bas, ó que las conozca para llegar á los otros grados. En
este intervalo no tiene mas superior que al insinuante,
á quien debe su vocacion; ni puede el insinuante,
mientras dure el noviciado, permitir que su discípulo
conozca á ningun otro miembro de la órden. Se san
cionó esta ley para no exponer la órden á los peligros,
á los cuales la podrían arriesgar las indiscreciones de
un novicio, y para que solo sea responsable el mismo
insinuante. El código dice formalmente : si por desgracia
fuese el discípulo algun hablador indiscreto, á lo me-
nos su imprudencia no haría traicion sino á un solo
hermano (a).

(i) Reforma de estatutos, num. 7.


(a) Allí mismo num. 16.
48 inuninisuo
El secreto es el printer estudio ¿el novicio.
Á este fin,las primeras lecciones del insinuante, que
tambien es maestro , deben versar sobre la importancia
y extension del secreto que se ha de observar en el
iluminismo. Debe empezar con decir á su novicionEl
n silencio y -el secreto son el alma de la órden-; y este
u silencio le debeis observar aun con aquellos que en el
u dia podeis sospechar si son hermanos nuestros , y con
n los que en adelante conoceréís. Tendréis como prin
n cipio que constantemente observamos, que la franqueza
u solo es virtud en orden á los superiores ; pero la descon
u fianza 7’ la reserva son la piedrafundamental. A nadie
. diréis ni hoy nien algun tiempo , la menor circunstan
a cía de vuestro ingreso á la órden , ni tampoco del grado
u en que podais ser, ó en que tiempo fuisteis admitido.
n En cuna palabra, nunca- hablaréis, á presencia de los
.. mismos hermanos de objetos relativos á la órden, á
n» menos que lo exija una verdadera necesidad n En
fuerza de esta ley tan severa, muchas veces sucede que
un iluminado es un misterio para el mismo iluminado.
El novicio aprende á no descubrir en esto sino un
medio de evitar la ruina que la menor indiscrecion
podría causar á la órden _ .
Para asegurarse mas positivamente de este profundo
secreto de parte de su novicio, el insinuante no puede
entrar en algun pormenor con él, ni le puede dejar
leer escrito alguno relativo a la órden hasta que haya
logrado de él la declaracion siguiente; c Yo, el abajo
n firmado, prometo bajo palabra de honor, y sin alguna
(I) Escritos orig. Estatutos de- la orden , num. no. Reforma de
estatutos, num. 17. Verdadero iluminado ; estatutos generales,
num. 31. y 32.
(a) Sumario de los estatutos, num. 15. B.
restriccíon ,
CAPÍTULO cuanro. Ag
a restriccion, de jamas descubrir por palabras, señas,
a gestos ó en otra manera alguna á ninguna persona,
a cualquiera sea, ni á mis parientes , aliados ó amigos
a los mas íntimos, nada de lo que me será confiado por
n mi introductor, relativo á mi entrada en una sociedad
» secreta, sea que mi recepcion en esta sociedad tenga
n ó no tenga lugar. Me obligo á este secreto con toda
n voluntad,- en atencion á que mi introductor me asegurd
n que en esta sociedad nada ha] que sea contrario al esta
n do, á la religion óci las costumbres. En cuanto á los
n escritos que se me envien, y á las cartas -que recibirá
n sobre el mismo objeto, me obligo á entregarlas, des
n pues de haber hecho para mi solo los extractos 118084
u sarios u
Al principio no se le dan al novicio escritos ó libros rela
tivos á la orden, sino en número muy reducido, para poco
tiempo y con la promesa de que no los puedan leer los curio
sos. A proporcion que adelanta en grados, se le permite
tenerlos mas tiempo,y se los dan en mayor número; pero
esto no sucede antes de haber tomado ciertas precauciones,
que comunicará á la orden , para que en caso de morir el
novicio no paren los escritos en manosprofanas Ya llega
á saber con el tiempo, que á estas precauciones añaden
los iluminados otras muchas, y todas relativas al profund
do secreto de la orden sobre sus estatutos y aun sobre
su misma existencia. Verá, por ejemplo en sus leyes, que
si hay alguno de la orden que esté enfermo, deben los
otros hermanos visitarle con frecuencia, al principio para
forïiflcarle, ó impedir todas aquellas manifestaciones que
le podría arrancar el temor de la muerte, y despues para

(t) Escritos orig. y verdadero iluminado, art. Revers.


(2) Inslruccion de los insinuados , num. 8. escritos orig. elverd
dadero iluminado, num. 7.
Tomo III. ' D
5o 1nuunusuo.
llevarse todos los escritos de la orden que pueda tener
el enfermo, y esto se ha de hacer luego que se agrave la
enfermedad y Segundo
manifieste
estudio
peligro
del novicio.

Llegará tambien á saber, que para ocultar del todo- li


existencia de la secta, no deben los iluminados tener
en todas partes el mismo nombre, sino que han de tomar
el de otra orden ó de alguna sociedad literaria, ni aun
no apropiarse nombre alguno que los pueda distinguir
del público.
Diccionario de la Orden-.
El primer escrito que se entrega al novicio para acos
tumbrarle al profundo secreto, es en cierta manera el
diccionario del iluminismo. Es preciso que antes de todo
aprenda el lenguage de la secta , es decir, el arte de cor
responderse con los superiores y demas iniciados , sin que
lo entiendan los profanos. Es preciso que los iluminados
con este idioma puedan hablar entre sí y corresponderse,
sin quelos profanos puedan adivinar ni de que hablan, de
que pais , en que lengua, en que tiempo y de quien ó
para quien se ha escrito la carta.
Nonibres caracteristicos de la secta.
En primer lugar debe saber el novicio iluminado, que
para ocultar las personas , nunca la orden señala los herma
nos con el nombre bajo elcualson conocidos en el mundo.
De semejante precaucion se usa en los últimos grados de
la franc-mazonería, en donde los Rosa-Cruz. reciben el
que ellos en sus lógias llaman su caracteristico, es decir,
su nombre de guerra. Al novicio iluminado se le impone
su nombre característico cuando entra en el noviciado,
y este nombre debe corresponder á las maquinaciones
para que se le destina. Es necesario que se esmere en ma-
(t) Estatutos del minerval , num. n.
cnlruno curro. Si
nifestar a su tiempo , que el nombre que se le ha impuesto
es verdaderamente su -característico; se le hace estudiar, y
despues escribir la historia de su nuevo patron , y en la ca
lidad ó en lasaccionesde su héroe ha de reconocer la clase
de servicios que de él espera la orden (i). Este nombre
en -cuanto sea posible, ha de ser conforme á la idea de
lo que promete el novicio. Si ha manifestado algunas dis;
posiciones á extractar las objeciones del filosofismo con
tra el Evangelio, su nombre característico debe ser Celso,
Pojírio , ó bien Tindal ó S/iaflsbuly. Si se descubren
en él inclinaciones á aborrecer á los reyes ó talentos para’
la política de la orden , se lellamará Bruto , Caton, ó Ma
chiavelo. Al principio no se le ha de decir; pero a su tiem
po sele haráentrever el modo de merecer el nombre que se
leimpnso. Nada más se le dira; pero si llega á los últimos
misterios, le será muy fácil saber, el porque Weishaupt,
cuando se instaló gefe de los iluminados, tomó por carac
terístico el nombre de Espártaco , que lo fue de aquel
gefe tan famoso en Roma, durante la guerra de los esclavos
contra sus amos (2). '
Su Geografia .
Del mismo modo que las personas, mudan también
de nombre las provincias y ciudades en el diccionario
del iluminismo. Es esta una nueva geografía, que debe
aprender el novicio. En sus nuevos mapas , la Baviera,
patria del fundador, se llama ¿cuya : la Suabia, Pan;
n0ria,-la Franconia, Austria y Tirol, Illiria, Egipto y
Peluponeso; Munich, Atenas, Banberg, Antioquia; Ins
pruk, Sámas; Viena de Austria , Roma ;Wirtzburgo, Cár
taga; Francfort del Mein, Tébas; Heidelberg, Utica.

(1) Escritos orig. torno I. Instruccion de los insinuados , num-.


7. y en el tomo 2. la carta 13.
(a) Escritos orig. tomo I. secc. 4'.
b s
52 1nuunusuo.-
Ingolstad, primera capital, no les pareció que estuviese
bastante oculta bajo el nombre de Efeso; esta ciudad pri
vilegiada mereció un nombre mas misterioso, cuyo cono
cimiento está reservado á los iniciados profundos, quie
nes la llaman Eleusis. Si llegase el tiempo en que el no
vicio hubiese de representar lejos de su patria el papel
de reclutador, se extenderá el nuevo diccionario geográ
fico á proporcion de su mision, pues no se le encargará
esta sin darle el nombre de las provincias que ha de con
quislar para la orden

Su Calendario .
Tambien es preciso que se haga á la Hégira, ó calen
dario iluminado. Fechará sus cartas, y todas las que reci
biere se datarán segun la era persiana, llamada Jezdegert,
que empezó el año 65o. Comienza el año iluminado cn el
primero Faravardin, que corresponde al 21 de Marzo;
este primer mes tiene 41 dias; el mes de Mayo se llama
Adarpahascht; Junio C/iardad ; Julio T/tirme/t; Agosto
Merdedme/t ; Setiembre Shaharime/t; Octubre Meahar
meli; Noviembre Abenmeh; Diciembre Jdameh; Enero
Dimeh; Febrero Besameh; y Marzo , que solo tiene 2o
dias, Ásfandar
Sus Cifras.
Debe acostumbrarse el novicio iluminado á dar á las
cifras el valor de las letras que le señala la orden , mien
tras espera que esta le enseñe sus geroglíficos, que para
los iniciados mas adelantados ocupan el lugar de los gua
rismos. En la escritura ordinaria de los iluminados, los
números ó guarismos equivalen á las letras en la forma
siguiente.
(l) Alli mismo , sec. a y 3.
(2) Verdadero iluminado, primer grado.
cArlruLo ctuno. 55
12.11. IO- g. 8. 7. 6.' 5. 4. 5. 2. 1.
a. 'b. c. d. e. r. g. h. i. k. l.
15. 14. 15. 16. 17. 18. ig. no. 21. 2a. 25. 24.
n. o. p. q. r. s. t. u. w. x. y. z.

Pero ya no se valen de guarismos en sus escritos mas


misteriosos. Al fin del grado del iluminado director, llama-
do tambien entre ellos caballero escoces, se hallan graba
dos los caractéres de sus misterios, y son mas dificulta
sos de descifrar que los de los franc-mazones (“) . En fin
es preciso que el novicio iluminado se acostumbre á nun
ca escribir el nombre de su orden. Es demasiado vene-
rable para exponerle á los ojos de los profanos, y en lu
gar de escribirle, se suple por un círculo que tiene un.
punto en el centro, como el de la Zógia se expresa por
cuatro líneas que forman un cpadrilongo.

Tercer estudio del novicio : sus estatutos.

Despues de estos estudios se sigue el del código, que se


entrega á los hermanos jóvenes, con el nombre de Esta
tutos de los iluminados. Estos no son otra cosa que el
primer lazo. El novicio ve con admiracion que empie
zan por estas palabras : u Para sosiego y seguridad de todos

(') Caractéres de los franc-muzunes.

_J-_-JLJI;ILL--Ï_IZÜDEE
abcclefghilmn

77HHFFVA>< »¿
opqrstuyzx

Estos caractéres las indican las do: siguienieq/Ïgurm


D 5
54 i lnunmisuo.

a los hermanos, sean novicios, sean miembros activos de


g esta sociedad, y para evitar toda sospecha infundada, y
u toda duda que cause inquietud, declara la venerable
g orden, que absolutamenie'no tiene porobjezo algun pro
n yecto, alguna empresa algunas m_aniobras nocivas; a1
n. estado, á la religion a’ q’ las buenas costumbres, y que
u nada de este favorece et; su; miembros. Todo su objeto
n y todos sus trabajos solo se dirigen á inspirar interes
a- á los hombres en favor de la perfeccion de su carácter
n moral, á'penetrarlos de sentimientos humanos y socia?
n bles, á- eritar los proyectos de los perversos, á so_correr
u la virtud paciente y oprimida, ai promover el adelan
n tamiento de los hombres de mérito, y á hacer genera
n les ciertos conocimientos que aun estan ocultos á la
u mayor parte. Este es, no el pretexto colorado, sino el
u verdadero fin de 1a orden (I). » El novicio á quien no,__
aquiete una declaracion tan positiva como esta, creerá
á lo menos hallar un arante dedlas intenciones de la
orden sobre las obligaciones que s,e le imponen. Su prin
cipal deber consiste en saberformar su corzaron, de modo
‘i.ue ganeno solamente el . afecto de sus hermanos 2 Sino.

g h.

‘1’. P. ‘I l.’

La primera ¡i906 11.09‘? CSÏQDCÍHS , y en ellas hay diez, y ooho letras;


encada estancia hay dos; 1a segunda se distingue de la primera ,
porque aquella tiene un punto. Las cqatro letras u, 1, y, z, se,
erpresen porios cuatro ángulos de las dos líneas que sejcruzan-.
(x) Verdadero iluminado g estatutos generales; escritos oríg.
torno q. seco. 8., '
capi-runa cuanro. 55
tambien el de sus mismos enemigos. Se le manda con
mucho encarecimiento, aspirar con todas sus/nenas á la
perfeccion exterior é interior. Es verdad que bien presto
sucede á esta ley la de estudiar el arte de disimulary de di:
frazarse; pero su hermano insinuante está alli para ense
ñarle la gran parte que este arte tiene en la verdadera
perfeccion, y para desvanecer las sospechas que podría
causar esta extrana reunion.

Cuarto estudia del novicio; moral de la orden.

A mas de lo dicho, tiene el novicio muchos deberes que


eumpliryque pueden desviar sus otras reflexiones. Ledi
cen que los hermanos iluminados deben tener un mismo
espíritu, la misma voluntad ylos mismos sentimientos; que
para inspirar estos sentimientos , bay un cierto número de
escritos que ha escogido la sociedad, con los cuales se
debe instruir. Si fuese el novicio alguno de aquellos su
getos, á quienes la adhesion al Evangelio hace mas cir
cunspectos para evitar los lazos que se ponen á su reli
gion , bastaría la eleccion de aquellos escritos para hacer
le conocer, que el primer objeto de su insinuante, es
persuadirle que le importa muy poco ser cristiano para
llegar á toda aquella perfeccion de que tratan sus estatu
tos. La moral que se le hace estudiar es la de Epicteto,
de Séneca, de Antonino y de Plutarco, que nada tienen
de cristiano. Tambien le hacen estudiar la de los
sofistas modernos, como son Wielant, ¡Ifeinersy Basedow,
cuyo objeto es hacer que el hombre sea honrado sin ser
creyente. Esta moral, con toda su afectacion de filoso
fía honesta y moderada, solo es la de la lascivia y de la
impíedad, que trazó el sofista Helvecio en su libro del
Espíritu Pero_el hermano reclutador ya debe estar. _
~
(i) Véase la lista de estos escritos en la reforma de los estatutoe e
num. a5. en lo: escritos orig. D 4.
56 uuuinisuo.
seguro de que estas reflexiones ya no son tales , que pue
dan causarimpresion á sus discípulos. A mas, de que
ïladá es tan a’. propósito para disiparlas, como el estudio
constante de estas producciones que se entregan a los no.
yicios, si se unen al cuidado de apartarlos de todos aque
llos libros que podrían darles otras ideas. El maestro ilu
minado, fiel á su código, nada debe omitir, para que
sus novicio: cumplan en este particular con las instruc
ciones de la orden, No solo debe tener con ellos frecuen
tes conferencias, sino que tambien los ha de tener ocu
pados, y les ha de hacer visitas inesperadas para sorpren
derles y ver hasta que punto estudian el código y los
diversos escritos que la orden les ha confiado. Tambien
se ha de hacer dar cuenta de sus lecturas , exigir extrac
tos, ayudarles con sus explicaciones, y , en una palabra,
nada debe omitir para asegurarse de los progresos que
hace en su espíritu la moral de la orden (t).

Quinto estudio del novicio : conocimiento de los hombres.

Aun hay para el novicio iluminado otro estudio mas


necesario , y este es el de una ciencia que el código
llama la mayor de todas. Esta ciencia por excelencia es
el conocimiento de los homáres, El maestro la debe pro
poner á su discípulo como la mas interesante de todas
las ciencias'(2). Todo novicio, para aprender este arte
de conocer af los hombres , recibe el modelo de un
diario en forma de libro de memoria, cuyo uso le enseña
su maestro. Provisto de este diario, se ha de poner á
observar todas las personas que trata ; ha de pintar su
carácter , y le ha de dar cuenta asimismo de todo lo que

(l) Instructia pro insinuantilztzs et reeípientibus.


(a) El verdadero iluminado, instruccion sobre el artículo de
formar los discípulos , núm. 12
cniruno cusnro. 57
ve y oye. Para que no se le olvide, debe siempre llevar
consigo alguna hoja suelta , ó bien algun librito de me
moria en donde pueda de cuando en cuando apuntar
sus observaciones, para extenderlas despues en su diario.
El maestro, para asegurarse de la exactitud del discípulo
sobre este particular, ha de ver con frecuencia el diario
y el librito de memoria del novicio. Para adiestrarle á
retratar á los vivos, le debe ejercitar sobre los autores
y héroes antiguos, haciéndole pintar su carácter. De
todos los ejercicios de los iluminados , ninguno hay cuya
habitud recomiende con masparticularidad y frecuencia
su código. Este debe ser el grande estudio del novicio, y
este ha de ser tambien el de todos los demas grados(1).
El novicio, ejercitándose en este arte, aprende á dis
tinguir á los que él podrá algun dia reclutar de los que
debe desechar del iluminismo. Por este motivo debo
su maestro inducir siempre al novicio á que se proponga
las que cree que serán á propósito para la orden (2) . A este
resultado en favor de la propagacion de hermanos, se
añade el de conocer á los amigos ó enemigos, los peli
gros que se presentan y los medios que se han de tomar,-
ó las personas que se han de ganar ó buscar para evitar
un contratiempo, ó para hacer nuevas conquistas. E5
preciso, tanto si son novicios, ó bien iluminados de
cualquiera otro grado, que extiendan las observaciones de
esta especie que hayan hecho, y que cada mes á lo menos
las envien á los superiores en la forma prescrita (3). -

(i) Véanse principalmente en el lugar citado últimamente , el


número 13, escritos orig. Reforma delos estatutos , num g , ¡o , 13 y
14. Instructio pro insimrantibus , 5 , Pro recípirtttibn: , 1G.
(2) Iustructio pro recípielltfbrrs , núm. 13.
(3) Instructio pru insinirantiba: , num. 5 C. y escritos orig.
55 tnumuisuo.

Lazos del novicio,

Mientras que el novicio está del todo ocupado con es


tas observaciones y estudios, no sabe que á él tambien
le observa y estudia continuamente su ínsinuante; que
este por su parte nota y extiende con exactitud y lleva
á los superiores todas las observaciones que ha hecho
sobre las faltas ó progresos, sobre lo débil ó fuerte de su
discípulo Y principalmente no sabe que el grande
estudio desu maestro, consiste en ligarle tan estrechamen
te al iluminismo, que ya mucho tiempo antes de saber
los secretos de la orden, le ha enlazado á pesar suyo
de un modo insoluble por medio del temor y del terror,
en caso que quisiese separarse , á causa del horror que
le podrían causar los sistemas y las matjuinaciones que
pueda descubrir.

Su obediencia.

Este grande arte de ligar los novicios al iluminismo,


consiste, al principio, en la magnífica idea que el insi
nuante le presenta de los, proyectos de la secta, yen el
voto que le sabe arrancar de una sumision ciega y abso
luta á cuantos medios le prescriban los superiores para
llegar al término que la orden se ha propuesto, Aquí
principalmente es en donde Weishaupt ha querido que
el régimen' de la secta se asemeje al de las órdenes relia
giosas, y sobre todo á la de los Jesuitas, por medio de
una total renuncia de la propia voluntad y juicio que
exige de sus iniciados, y en la cual, como se, manda
expresamente á los reclutadores, deben ejercitar á sus

(i) Instmctio pro insinuant. núm. 3 et 4. El- verdadero iluminado ;_


Instruccion sobre el arte de formar los hermanos , núm. i y a.
cArhuno CULITO. 59
novicios Pero aqui se debe observar con atencion
la enorme diferencia que se halla entre la obediencia reli
giosa y la iluminada. Cuantos religiosos profesan la regla
de San Basilio, de San Benito, de Santo Domingo ó de
S. Francisco , saben sobrado que hay una voz sin compara
cion mas imperiosa que la de sus superiores;esta voz es la.
de su conciencia, es la de Dios, es la del Evangelio.
Ni siquiera hay uno, que en el caso en que sus superio
res le mandasen cosas contrarias á los deberes de cristia
no ó al carácter de la honradez, no sepa que esto no,
se comprende en el voto de obediencia que ha hecho.
Esta excepcion está expresa, muchas veces declarada y
siempre evidente, atendido el objeto de los institutos
religiosos. Sobre todo es formal, y se repite positiva
mente en la _regla de los Jesuitas. Esta manda que obe
dezcan á su superior; pero cuando en el precepto no se.
descubra pecado: Ubi non cemereturpeccatum (2), y cuan
do no se pueda determinar que hay algun pecado : Ubi
definiri non possit aliquod peccati genas intercedere (3).
En fin, como si todas estas expresiones no fuesen suficien
tes, el fundador de los Jesuitas, al mismo tiempo que les
recomienda mas la obediencia, se cuida de repetir, que
esta, á pesar del voto que han hecho , solo tiene lugar
cuando -los preceptos del hombre no se oponen á los de
Dios : Ubi Deo contraria non prwcípit homo (4)

(1) Véase á Mirabeau , Monarquía Prusiana, tomo 5, Ensayo sobre


los iluminados , cap. 3. Ultima declaracion de Filon pág. 6i.
(a) Constitucion de los Jesuitas, parte 3 cap. 1.5. a. vol. r.
(3) Alli mismo, parte 6 cap. r '. I

(4) Ep¡stola S. Ignatii , de oócdieritía.


(*) La regla de S. Francisco , cap. IO , dice : From-s obediant sms
ministrfiis ¡n omnibrzs qua proniiserunt Domino observan: , et nen sin! contraria-
unirme :me , et regula nostrw.
6o inumnisuo.
De lo que se sigue, que cuantos han creido ver rela
ciones, ó como se explica Mirabeau, puntos de contacto
entre estos institutos religiosos y el código iluminado,
debieran haber empezado por observar , que la obe
diencia religiosa en su misma esencia no es mas que una
obligacion de hacer todo el bien que se mande, sin mez
cla de mal; y con esto les habría sido fácil probar á
continuacion, que en la obediencia prescrita por Weis
haupt, todo anuncia y todo prescribe la disposicion de
obedecer, á pesar de todas las reclamaciones de la con
ciencia , y por enorme que les parezca á los iniciados el
delito cuya ejecucion se les pueda mandar, con tal que
sea conducente al grande,proyecto de la orden. ‘Nues
n tra sociedad, asi habla el código, exige de sus miem
n bros el sacrifibio de su libertad, no sobre todas las cosas,
n pero absolutamente sobre todo la que pueddservir de me
n dio para llegar á su objeto. Pues la presuncion por
n la bondad de los medios prescritos , siempre está enfavor
n de las órdenes que /ian dado los superiores. Estos son
n mas perspicaces en este particular, conocen mejor el
n objeto, y solo por esto los han hecho superiores; —
n fueron elegidos para guiarnos en el laberinto de los
1; errores y de las tinieblas; y aqui la obediencia no es
u solo un deber, sino que tambien es un objeto y un
u motivo de reconocimiento (t).» Tal es la obediencia
de los iluminados, y de esta no se hallará en todo el
código una sola excepcion. No le basta decir claramente
que ninguna admite; pues antes que el novicio acabe sus
pruebas, veremos que se le precisa á que declare formal
mente sus disposiciones por lo relativo á las órdenes que
le darán los superiores, y que podría juzgar contrarias
á sus deberes, Es preciso que su maestro ya desde el prin

(i) Reforma de los estatutos, núm. I , 4 y 25, El verdadero


iluminado; estatutos generales, núm. n y n.
CnITULO cunro. 61
cípio le enrede, y se haga dueño de todo su interior y
de todos sus secretos. Bajo el pretexto de aprender á
conocerse á si mismo, estudiando el arte de conocer a
los otros, se le precisa al novicio á que se retrate á si
mismo, que descubra todos sus intereses, todas sus rela
ciones y las de su familia.

Conocimiento de sus secretos.

Tambien se cuida el maestro de suministrarle un ejem


plar del librito de memoria que ha de llenar, para dar
á la orden esta prueba de confianza; y ya llegará tiem
po en que será preciso que de’ otra prueba aun mayor.
Debe el novicio expresar en el librito de memoria su
nombre, edad, funciones , patria , habitacion , género de
estudio que haya escogido , los libros que componen su
biblioteca, ó los escritos secretos que pueda tener, sus
rentas, sus amigos y enemigos, la causa de sus enemis
tades, sus conocimientos y sus protectores. Bajo de este
cuadro, debemolocar otro que contenga todos los mis
mos objetos en orden á su padre, madre y demas her
manos. Y con toda particularidad debe manifestar la
educacion que tuvieron , sus pasiones, sus preocupacio
nes, su costadofnerie y su costado débil. En el ejemplar
quese halla en los escritos originales, se ve que esta última
parte no es la mas alhagüeña , pues el novicio Juan
Francisco St. . . de edad de 22 años, dice que su padre es
colérico y que tiene modales soldadescos ; que su madre es
algo avara; que el flaco de ambos es la adnlacion y el
interes ; que ambos viven ci lo antiguo y con cierta fran
quem; que en sus devociones son muy cercos y arrogantes;
que con dyïcultad se retraen de un proyecto que /mn con
cebido mal; que aun con mas dificultad perdonan n’ los
que tienen por enemigos; sin embargo que se les aborrece
’62 ÏLUMINISMO}
muy poco, porque se les teme poco, y se hallan tambien
muy poco en estado de hacer daño (1). Mientras que el
novicio se ocupa de este modo en descubrirse y descu
brir todos sus secretos y los de su familia, el ínsínuante,
por su parte , registra en su libro de memoria fcuanto le
ha descubierto el novicio, añadiendo á esto cuanto el
mismo ha podido descubrir del novicio y de sus parien
tes en el tiempo de la aprdbacion. El superior, despues
de habencotejado estos dos -cuadros, resuelve la admision
ó eipulsion del novicio. Si resuelve lo primero, ya llega
el momento de las grandes preguntas, y atendiendo zi
estas puede conocer el novicio la grandeza del sacrificio
que ha de hacer, el imperio que va á ceder al iluminis
mo sobre toda su voluntad, sobre toda su concienciay
sobre su misma persona ,. si quiere ser miembro de la
orden .

preguntas á las que /ia de responder el novicio.

Estas preguntas son veinte y cuatro, y estan concebia


das en estos términos :
1 .‘ ¿Continuais en la resolucion de que os admitan a
la orden de los iluminados? ,
a.‘ ¿Habeis pesado con madurez él queaventuraisün
gran paso, obligdndoos con enlaces desconocidos?
3 .‘ ¿Que esperanza ,,ó que causas os mueven para venir
á asociaros á nosotros?
4.‘ ¿Tendriais este deseo, aun cuando no tuviésemos
por único objeto la perfeccion del hombre, sin otra algua
na ventaja?
5.‘ ¿Que bariais si la orden fuese una nueva invena
cion ?

(i) Escritos orig. Cuadro de Juan Francisco St.....'.-


CAPÍTULO cunro. 65
6. ' ¿Si llegaseis á descubrir en la orden alguna cosa mala
0’ injusta que se haya de hacer, quepartido tomariais (t)?
7.‘ ¿ Quereis y podeis mirar el bien de nuestra orden,
como si fuese el vuestro propio?
8.‘ No se os puede ocultar, que los miembros que
entran en nuestra sociedad, sin otro motivo que la espe
ranza de adquirir poder, grandeza y consideracion, no
son á los que mas amamos. Muchas veces es necesario
saber perder para ganar. ¿Y esto lo sabeis?
g.‘ ¿Podeis amar á todos los miembros de la orden,
aun á los enemigos que podais hallar en ella?
1o.‘ Si llegase el caso en que debieseis hacer bien a
estos enemigos que tuvieseis en la órden , y que fuese
necesario recomendarlos y exaltarlos, ¿estais dispuesto á
hacerlo ?
1 1.‘ A mas de esto ¿otorgais á nuestra orden ó socie
dad el derecho de vida y de muerte? ¿Sobre que funda
mento le negais, ú otorgais este derecho (2)?
12.‘ ¿Estais dispuesto á dar, en toda ocasion, á los
miembros de nuestra orden la preferencia sobre todos
los otros hombres?
13.‘¿ Como queriais vengaros de una injusticia grande
ó pequeña, que bubieseis recibido de los extraños ó de
nuestros hermanos?
14.‘ ¿Como osportariais si llegaseis á arrepentiros de
haber entrado en nuestra orden?
15.‘ ¿Quereis partir con nosotros ventura: y desgra
cios?
, .
¡(Ü Wenn unonstcndíge, ungerechte sae/ren rvor/rarmen, wie er sich
verhaltea wude P
(a) Ob er dictan- gesellschafft , oder orden , auch das jus vita: et necis,
aut was gründen ,- oder nicht zugestelle e’
64 tLUMnnsuo.
16.‘ ¿Prometeis que nunca os valdreis de vuestro- nací
miento, de vuestros empleos, de vuestro estado, ni de
vuestro poder en perjuicio ó desprecio de los hermanos?
1 7.’ ¿ Sois, ó pensais ser miembro de alguna otra socie
dad ? '
18.‘ ¿Es acaso por ligereza, ó bien con la esperanza
de saber presto la constitucion de nuestra orden , que
habeis hecho con tanta facilidad estas promesas? _
19.‘ ¿ Estais resuelto á observar exactamente nuestras
leyes ?
2o.‘ ¿Os obligais á una obediencia absoluta y sin reserva!’
Y sabeis lafuerza de esta obligacion?
l 21.‘ ¿No hay algun temor que pueda deteneros de en
trar en nuestra orden?
22.‘ ¿ Quereis , en caso que sea necesario , trabajar en la
propagacion de la orden, asistirla con vuestros consejos,
con vuestro dinero y con todos vuestros medios ?
23.‘ ¿Habeis sospechado que hubieseis de responder á
algunas de estas preguntas? Cuales son?
24."¿ Que seguridad nos daréis de estas promesas f’ Y á
quepena os someteréis si no las cumpiis (2) ?

Respuestas del novicio .

Para saber en que sentido deben estar concebidas las


respuestas escritas y firmadas por el novicio iluminado
y confirmadas con su juramento , hasta pasar los ojos por
el protocolo de la recepcion de dos hermanos, del modo
que le presentan los archivos de la secta. A esta pregun
ta : ¿Si llegais á descubrir en la orden alguna cosa mala
,0- injusta que se haya de hacer, qire partido tomaréis." El

(l) Ob cr unbedirigten gohan-am angelobe , und wise was das soy .-"
(a) Escritos orig. tomo I. Protocolo de la recepcion de dos
novicios-, seccion 17.
pri mero
CnÍTULO cuanro. 65
primero de los dos novicios, de edad de 22 años, llamado
Francisco Antonio St. .. respondió, firmó yjuró : nTam
n bien haría aquellas cosas, si la orden me las mandase;
n porque puede ser que yo no sea capaz de juzgar, si
u ellas son realmente injustas. Por otra parte, aunque pu
» diesen ser injustas bajo un cierto respecto , cesan de
n serlo, desde que pasan á ser un medio para llegar á lafeli
4 u cidad y conseguir elfin general. n A esta misma pregunta
el novicio Francisco Xavier B. . . responde, firma y jura
en el mismo sentido : a No rehusaria hacer aquellas cosas
n (malas é injustas), si se ordenasen al bien general. n
A la pregunta sobre el derecho de vida y dc muerte,
el primer novicio tambien responde y jura: cSi, otorgo
u este derecho á la orden iluminada; ¿y porque se le habia
n yo de negar, si se viera la orden reducida a la necesidad
n de emplear este medio, y que sin él hubiese de temer '
n algun gran descalabro? Poco perdería con aquello el
n estado , porque el muerto se reemplazada por tantos otros.
n Por lo (lemas, me refiero á mi respuesta del núm. 6
es decir, á aquella en donde ha prometido de hacer tam
bien lo injusto, si sus superiores lo hallasen bueno y se
lo mandasen. El segundo novicio responde á la misma
pregunta y jura igualmente en esta forma: ¿La misma
n razon , que me hace reconocer en los gobiernos de los
u pueblos el derecho de vida y de muerte sobre los hom -
n bres, me inclina á reconocer con toda voluntad este
n) derecho en mi orden, la cual se ordena á la felicidad dc
n los hombres, tambien como lo deberían hacer los go
» biernos de los pueblos. n
Sobre la promesa de una obediencia sin restriccion,
el uno responde : ‘Si, sin duda, esta promesa es impor
n tante; sin embargoyo la miro como el único medio para
n que la orden pueda conseguir su fin. n El segundo es me
» nos preciso : ‘Cuando considero , dice, como moderna
Tomo III. _ E
66 ILUMINISMO.
n nuestra orden , y aun poco extendida, tengo alguna re
» pugnancia en hacer una promesa tan formidable, por
» que tengo motivo para dudar si la falta de conocimien
» to, ó tal vez alguna pasion dominante no podrían en
n alguna ocasion hacer mandar cosas del todo opuestas
n al fin de la felicidad general; pero cuando me represen
n to la orden mas extendida, creo , que es ella una socie
n dad en que se hallan hombres de todos estados, de los
a mas elevados y de los mas comunes, y que estan en me
n jor proporcion de conocer el curso del mundo, y de
n distinguir los medios para llenar los buenos proyectos
n de la orden. u
Esta duda del noviciosobre la antigüedad de su orden ,
debia desagradur á Weishaupt, que , no omitiendo cosa
alguna para hacer creer la de siliiuminismo, con el fin de
excitar mas el respeto y la curiosidad de los discípulos,
se comentaba con gozar en secreto de la gloria de la
invencion con sus profundos iniciados, reservando la
revelacion de este misterio para los últimos grados. Pero
este mismo novicio añadió, que, bien considerado todo ,
miraba á su orden mas como antigua que como mo
derna, y al fin promete como su compañero ser fiel
á todas las leyes de la misma; de asistirla con sus con
sejos, con su fortuna y con todos sus medios; y conclu
ye con someterse á perder su Ízonory aun su vida, si rLo
cumple su promesa (i) .
Cuando el hermano insinuante ha llegado al cabo de
ligar sus novicios á la ordem por medio de estos jura
rnentos; principalmente cuando los novicios han recono
cido sin perplejidad aquel extraño y tremendo derecho
y facultad, que hace depender de los satélites del ilumi
nismo la vida yla muerte de cualquiera que agrade ó de
sagrade á sus superiores; cuando el novicio ha llegado al
~
(i) Véanse los dos Protocolos.
CnÍTULO cusnro. 67
- punto de no descubrir que este pretendido derecho, en
lugar de manifestarle una sociedad de sabios, solo mani
fiesta una banda ó confederacion de asesinos y emisarios
del Viejo de la montaña; cuando en fin él mismo se ha
entregado y sometido á este terrible derecho , se envia el
juramento de este nuevo Seide á los archivos de la orden,
y desde entonces ya tiene todas las disposiciones que sus
superiores exigen para elevarle al seguindo grado de la
clase preparatoria. El insinuante concluye su mision ,
sirviendo de introductor á su discípulo.
Promocion del novicio.
Al tiempo señalado, por la tarde, ó ya muy entrada la
noche, es conducido el novicio á un cuarto sombríamente
iluminado. Alli le esperan dos sugetos, y estos son los
dos primeros iluminados que se le permite conocer des
pues de su insinuante. El uno, que está medio oculto á
causa de una luz cubierta de un velo, y con una actitud
imperiosa y severa, es el superior ó bien el delegado ini
ciante; el otro sirve de secretario para escribir el acto
de iniciacion. Sobre una mesa que está junto al inician
te, hay una espada desenvainada. Nadie es admitido sino
el novicio y su introductor. Despues de haberle pregun
tado si persevera en la resolucion de ser admitido entre
los hermanos, y despues de haber respondido con la
afirmativa, le envían de nuevo á un cuarto del todo os
curo, para que medite de nuevo su resolucion. Despues
se lellama de nuevo , vuelve áentrar, y se le hacen varias
preguntas , que todas se ordenan á asegurarse de que está
dispuesto á someterse del todo á las leyes del iluminismo.
El introductor hace presentes las disposiciones de su dis
cípulo , y pide en recompensa la proteccion de laorden,
y entonces el iniciante dice alnovicio :
a Vuestro deseo es justo. En nombre de la seremlsima
n orden, de la cual tengo mis poderes, y en nombre de
E a
68 ILUMINISMO.

n todos sus miembros, os prometo proteccion, justicia y


n socorro. A mas de esto , os aseguro de nuevo , que entre
n» nosotros nada hallaníis que sea contrario á la. religion,
» á las costumbres a’ al estado. » . . . Aquí el iniciante em
puña la espada desenvainada que está sobre la mesa, y ,
dirigiendo su punta al corazon del novicio, continua:
n Pero si llegais á ser traidor, á ser perjuro, sabed que
n se avisará á todos nuestros hermanos para que se armen
n contra vos. No penseis poderos escapar, ni hallar lugar
n de seguridad. A cualquiera parte que vayais, la ver
n guenza , los remordimientos de vuestro corazon , la ra
n bia de nuestros hermanos desconocidos os perseguírán
u: y os atormentarán hasta en lo interior de vuestras enL
n» trañas. n Aquí vuelve á poner la espada sobre la mesa, y
continua : uPero si persistis en la resolucion de ser admitido-
» en nuestra orden, prestad el juramento que os presento. n
Juramento del novicio .
La fórmula de este juramento está concebida en estos _
términos : c En presencia de Dios todo poderoso, y de
u lante de vos, plenipotenciarios de la muy altay muy
n excelente orden, en la cual pido ser admitido, reco
n» nozco toda mi debilidad natural y toda la insufi
n ciencia de mis fuerzas. Confieso que, -á pesar de todos
» los privilegios de clase, honores, títulos y riquezas que
n yo pudiese tener en la sociedad civil, no soy mas que
» un hombre como los otros hombres; que yo todo esto
n lo puedo perder por los otros mortales, como lo lle
n adquirido por ellos; que tengo una absoluta necesidad
u de su agrado y estimacion , y que debo hacer cuanto
» me es posible para merecerle. Nunca empleará en per
a juicio del bien general el poder ó la consideracion de
» que yo pueda gozar. Al contrario, resistiré con todas
u mis fuerzas á los enemigos del género humano, y de la
cArl-runo cuanro. 69
n sociedad civil. » . . . Observe el lector estas palabras, y
téngalas presentes, para cuando lleguemos á los grandes
misterios del iluminismaEntonces concebira’ como Weis
haupt, por medio del juramento de conservar la socie
dad civil, conduce sus iniciados al juramento de no
permitir quede el menor vestigio de ella.
«Prometo, continua el novicio, aprovechar con fer
v» vor todas las ocasiones de servir á la humanidad, de
n perfeccionar mi espíritu y voluntad , y de emplear todos
n mis conocimientos, para que sea útiles al bien general,
a cuando lo exijan el bien y los estatutos de mi sociedad.
n Voto un eterno silencio , una fidelidad y obediencia in
- n violables á todos los superiores y á los estatutos de la
n orden. Y en cuanto á lo que es el objeto de esta orden,
n renuncio del todo á mis propias miras, y á mi propio jui
n cio. Me obligo á mirar los intereses de la orden, co
n mo los mios; y, mientras que yo sea su miembro, pro
» meto de serviría con mi sangre, con mi lionor y con mis
n bienes. Si en alguna ocasion , sea por imprudencia, sea:
n por pasion, 0’ sea en jin por maldad, obrase yo con
s tra las leyes, ó contra el bien de la serenísima orden ,
n» me someta á lo que le pluguiese ordenar para castigar
» me. Tambien prometo asistir á la orden con lo mejor
a que tenga; y en conciencia me obligo a asistirla con mis
n consejos y acciones, sm mn-amiento á mi iuteres per
»sonal, como tambien de observar con mis amigos y
n enemigos que se hallen en la orden, la conducta que
» esta me prescriba. Tambien me considero dispuesto á
n trabajar con todas mis fuerzas, y valerme de todos
n mis medios para la propagacion y aumento de la orden.
n Con estas promesas renuncio. toda restriccion- secreta, y
o me obligo á cumplir con todo, conforme al verdadero
n sentido que presentan las palabras f; y en que lo entien
n de la orden que me prescribe este jttrarzianto. ¿si Dios
n me asista, etc. n E 3
7o, ILUMINISMO.
Despues de haber firmado el novicio este juramento y
haberle registrado en. el libro de los hermanos , el insi
nuante declara que queda admitido á la orden, añadien
do, que aun no se le concederá conocer á todos sus
miembros, sino solamente á los que, siendo de la misma
clase, tienen tambien un mismo superior. Desde este
momento , elevado al grado minerual, aprende las seña
les con las cuales se pueden reconocer los hermanos de
este grado, señales que son del género de las delos ma
zones. Se le manda que presente á los superiores un
arancel de sus libros, principalmente de los que pueda
tener selectos y sean útiles á la orden. A mas de esto,
le proponen las siguientes preguntas , á las que debe res
ponder por escrito.
1 ."¿ Que fin pensais que se ha propuesto nuestra orden ?
2,‘ ¿Que medios primarios y secundarios pensais que
son los mas á propósito para conseguir este fin?
3.‘ ¿Cuales son las otras cosas que querriais bailar
entre nosotros?
4.‘ ¿Que hombres pensais hallar entre nosotros, y á
quienes no pensais hallar (I)?
La respuesta á estas preguntas pondrá á los superiores en
estado dejuzgar los progresos que hace el novicio con res
pecto al espíritu de la orden . Pero van s proporcionársele
nuevos socorros para que manifieste con sus respuestas
los progresos que ha hecho ya , y los que aun se pueden
esperar de él. De aquí en adelante , admitido ya al grado
minerval, conocerá que es miembro de la academia de la
secta. Pasemos á adquirir á un mismo tiempo conoci
mientos de los discípulos y de los maestros, que aun
aquí son parte de la clase preparatoria.

(I) Verdadero iluminado , primera iniciacion , pág. 51 y siguientes;


Escritos orig. tomo I. secc. 15.
cníruno QUINTO.

¡‘Avvsvvh ¡Anvvsvvsvvuvsnvvsvsvvsvvsvvsvssmnsvsvvsvsu vsssovsvvu ¡Aauug

CAPITULO V.
Tsncnns ¡»un DEL cómco muunvsno; sncuxno enAno
PREPARATORIO; ACADEMIA DEL ILUMINADO, ó num LOS
nnuuAxos m: MINERVA.

Objeto del grado acaaé nico o mineival.

WEISHAUPT, ocupado aun del todo en el giro que da


ria al código de su iluminismo para que su marcha fuese
mas capciosa é infalible, se declaró en estos términos,
hablando de los grados preparatorios que debian seguirse
al noviciado de sus discípulos: ‘Pienso establecer en la-
n» clase siguiente una especie de academia de sábios. Quie
n ro que el estudio de los antiguos, el arte de observar
u y de trazar los caractéres históricos, y cuestiones que
» se propongan al concurso, sean la ocupacion de nues
n tros discípulos. Tambien quiero , particularmente en este
n tiempo , enseñarles á que los unos sean espias de los
n otros , y de todos. Se tomarán de esta clase los que
n hayan manifestado mas aptitud para los misterios. En
n fin, quiero, que aquí se trabaje en el conocimiento y
n extirpacion de las preocupaciones. Cada discípulo nos
u debe declarar, por ejemplo, una vez cada mes, cuales
n son las que ha descubierto en sí' mismo, cual es la do
n minante, yhasta que punto ha logrado desvanecerla. »
Lleno, el mismo “eishaupt de preocupaciones contra
los Jesuitas, tuvo valor para decir: Quiero que esta decla
racion sea entre nosotros lo mismo que era entre ellos
la confesion. Con dificultad podia errar mas en laelec
E4
Q2 ILUMINISHO

cion de los ejemplos; porque precisamente en los cole


gios de los Jesuitas , nunca los superiores oian las confe
siones de sus súbditos, y esta disposicion hacia imposible
entre ellos el atroz abuso con que Weishaupt pretende
excusar el que él hace de la confianza de sus iniciados,
cuando le oímos que añade: aVeo por este medio los
n que manifiestan iuclinacion hácia cierta especial doctri
n na, relativa, á los gobiernos y á la religion n» Los
estatutos de la orden , aunque algo mas reservados sobre
el grado minerval, sin embargo dicen : cAqui nues
u tra orden no quiere ser considerada sino como una
nsociedad sabia, ó como una academia, que consagra
n sus cuidados á formar, por medio del ejemplo y de la
u instruccion , el corazon y espíritu de sus iniciados u
Estos son llamados los hermanos de iwinerva; los maestros
de estos hermanos son los iluminados menores ó mayo
res. La academia iluminada, que propiamente lleva este
nombre, se compone de diez ó doce, y alguna vez de
quince minervalistas, á quienes dirige é instruye un ilu
minado mayor.

Sesiones académicas minervales,.

En el calendario de la secta, se llaman santos, sus dias


académicos; de ordinario se tienen sus asambleas dos-
veces cada -mes, y siempre en el novilunio. La sala aca
démica casi siempre, en lenguage iluminado, se llama
iglesia; y esta siempre ha de tener su ante-sala , la que
está cerrada con cerrojos, mientras los hermanos estan
reunidos, y está dispuesta. de tal modo, que los curiosos
no puedan ver lo que alli se hace, ni oírlo que se dice

(i) Escritos orig. tomo I , carta 4 á Caton.


(a) Estatutos de este grado , núm. r6.
cAríruLo Quino. 75
(i). El presidente, al principio de cada unta , siempre de
be empezar con leery comentar á su modo algunos lugares
selectos de la Biblia, de Séneca, de Epicteto, de Marco
Aurelio ó de Confucio (a). El cuidado que ha de tener en
dar á todos estos libros la-misma autoridad, ya es bas
tante instruccion para que los discípulos formen , con
poca diferencia , el mismo concepto de la Biblia que de
los filósofos del paganismo. Habiéndose dado la leccion,
se les pregunta por turno á los discípulos, cSobre los
u libros que han leido desde la última junta, sobre las
» observaciones ó descubrimientos que han hecho, y so
» bre sus trabajos ó servicios con relacion á la orden. n
Biblioteca minerval.
No se permite á los hermanos que escojan por sí los
libros que han de estudiar, y de cuyo contenido han de
dar cuenta. Hay, segun lo permiten las circunstancias, en
cada academia una biblioteca segun el gusto de la orden.
Se cuida de proveerla de aquellas obras que se dirigen.
á su fin.
Medios para abastecer esta: bibliotecas.
Tres recursos tiene la secta para enriquecer sus biblio
tecas. El primero , es el dinero que para este fin desem
bolsan los hermanos; el segundo, es la precaucion de exi
gir que entreguen de sus propias bibliotecas las obras de
que puede necesitar la secta ; y el tercero, se funda sobre
este grande principio de Weishaupt, que todo lo que es
útil, es acto de virtud. Como sea muy útil á la orden el.
procurarse aquellos libros raros ó-manuscritos preciosos,
que los príncipes, los señores ó bien los religiosos guar
dan con cuidado cerrados en sus archivos ó en sus biblio

(I) Véase el rito minetwil.


(2) Allí mismo.,
74 tnunnnisnlo.
tecas, los iluminados que son archiveros ó bibliotecarios
de aquellos príncipes ó señores , ya estan , no solo avisa
dos, si que tambien se les insta con seriedad, y se les
exhorta á que no se hagan escrúpulo de hurtarlos secre
tamente para entregarlos áila secta. Esta es una de las
instrucciones que Weishaupt da con la mayor formalidad
á sus iniciados, ya diciéndoles, que no se hagan un caso
de conciencia dando á los hermanos los libros que tienen
de la biblioteca de la corte, ya enviando la lista de los que
puedan -tomar de la biblioteca de los Cannelitas, añadien
do; todos estos nos serian muy útiles. . . . ¿Que hacen esos
bellacos de estos libros (t)?
En fin, cualquiera sea el cuidado con que el funda
dor parece que quita de las manos de sus minervalistas
ciertas obras, ya se descubre lo bastantesu intencion en
el modo como compone las bibliotecas de la orden, y en ,
que no repara en entregarles muchos que se dirigen al
mismo fin , y principalmente de aquellos que puedan em
pezar á inspirarles el desprecio de la religion. Deseaba ver
entre otros en sus bibliotecas, una historia pretendida
imparcial de la iglesia, que él mismo se propuso publicar
con el tiempo á su modo, ó á lo menos contribuir á
ella. Quiere que nada se omita de Sarpi, del almacen
(du Illagasin) de le Bret, y de cuanto se ha escrito contra.
los religiosos Tambien habia puesto en el arancel de
los libros que han de componer las bibliotecas de este
grado , aquellas obras tan impías publicadas bajo el nom
bre de,Freret. Parece que aquí su prudencia se habia olvi
dado de que no convenía apresurar tanto la marcha de sus
discípulos: pero habióndole avisado Knigge, corrigió este
defecto A mas de estos, debía haber en las bibliotecas
(i) Escritos orig. tomo I. Carta 45.
(a) Allí mismo.
(3) Carta de Filou á Caton.
cnlruLo ouino. 75
otros libros que ocultasen mas bien el fin. De la compila
cion de estos libros debia escoger el maestro iluminado
los que poco á poco podrían conducir á sus discípulos
hácia las opiniones de la secta, acordándose que los
mas impíos y mas sedicíosos estaban reservados para gra
dos mas adelantados. Sí al maestro le sucediese hallar en
poder de sus discípulos el Sistema de la naturaleza, la
Politica natural, Helvecio, del hombre, y otros semejan
tes, se los debia dejar, sin alabarlos ni wituperarlos (t).
En una palabra, en las escuelas mínervales es en donde
los maestros deben ejercitar con mas cuidado el grande
arte de hacer que los mismos iniciados descubran por
sí mismos las opiniones de la orden antes de manifes
társelas, para que, mirándolas como propias , y como des
cubrimiento de su ingenio, se adhieran á ellas con ma
yor tenacidad.
Trabajos de la academia minerval.
Aun hay en estas escuelas un otro modo de ligar los
iniciados á la orden. Todos los iniciados deben declarar
al principio de su recepcion la facultad ó ciencia á la
que principalmente se quieren dedicar, á no ser que su
estado, ingenio ú otras circunstancias particulares no los
llamen á alguna profesion literaria. En este últimocaso,
es preciso que sus contribuciones pecuniarias paguen los
servicios que los hermanos no pueden esperar de su
espíritu ó talentos (2). Si se deciden por el estudio, la
orden se empeña en suminístrarles todos los socorros
posibles para ayudarles á que se distíngan en la facultad
ó ciencia que han escogido, exceptuando sin embargo
la teología y jurisprudencia, que estan formalmente ex
~

(I) Carta á Caton.


(2) Escritos oríg. tom. t. Sumario del instituto , núm, g,
76 ILUMINIBMO.
ceptuadas en dicha promesa (I); Los socorros que al mi
nerval se le prometen son de dos especies. Al principio,
para asegurarse de que no será negligente en aplicarse á la
ciencia que ha prometido, debe dar cuenta, á lo menos
una vez cada año , de los progresos que ha hecho , de los
descubrimientos de que se puede gloriar, y de los auto
res de los cuales ha hecho extractos. Si se le ofrecen
dificultades que no pueda resolver, puede dirigirse al
superior que las resolverá , ó bien las propondráá varios
sugetos de la orden mas experimentados en las mismas
materias, los que deben comunicar sus luces para ilus
trar á sus hermanos

Premios académicos.
En fin, para dar á este grado minerval toda la apa
riencia de una sociedad literaria, los superiores, cada año,
proponen al concurso alguna cuestion interesante. Las
respuestas ó disertaciones son juzgadas como en las aca
demias, y el discurso que ha merecido el premio, se
imprime á costa de la orden . La misma ventaja se ofrece
á los iniciados para todas las obras que quieran publicar,
con tal que no se desvien de las miras del fundador (3‘.
Si estas obras fuesen de aquellos folletos, ¿’los que Weis
haupt llama pasquillas, que hacen reir á los pueblos
á costa del sacerdocio y de las verdades religiosas; si fue
sen parodias (") sobre las lamentaciones de Jeremias , ó ¡mi
taciones burlesciis de los profetas; en una palabra , si fue
sen de aquellas sátiras que preparan los pueblos al objeto

(l) Estatutos del minerval, núm. i.


(a) Allí mismo, núm. r.
(3) Allí mismo , núm. 6 y 1o.
(") Composicioues métricas, que imitando algunas obras serias,
conocidas eu la versificacion , estilo y palabras , se aplican á otro
asunto , y se les da otro sentido , que sucic ser irónico ó ridículo.
cArí-ruto Quino. 77
de-la secta, serian muy mas de su gusto. Estas son las
mejores pruebas que de sus progresos puede dar el mi
nerval : la secta tiene sus libreros que los despachan , y la
ganancia entra en la caja de la orden Se debe obser
var, que si el hermano minerval ó cualquiera iniciado
de los otros grados llegan á descubrir en su arte, de
cualquiera género que sea , secretos lucrativos, están obli
gados, bajo la pena de ser mirados como falsos herma
nos, á manifestarlos á la orden, á la cualse entienden
pertenecer, si-el descubrimiento se hizo despues de su
admision Para no perder de vista al minerval ni
siquiera- en sus viages, no puede emprender alguno sin
dar parte á sus superiores , los cuales de su parte les de
ben dar cartas de recomendacion para los hermanos que
hallará; pero en recompensa, se cuidará de manifestar
siempre en sus cartas todo lo que pueda ver que sea peli
groso ó satisfactorio para la orden
Mercuríales C‘) académicas minervales.
No dejemos de decir que en estas juntas académicas,
el director iluminado debe, á lo menos una vez cada
mes, pasar en revista las principales faltas, que habrá
descubierto dignas de correccion en sus discípulos. Tam
bien les debe preguntar sobre las que ellos mismos pueu
dan haber observado; y seria, le dicen los estatu
tos, una cosa imperdonable, que alguno pretendiese

(i) Escritos orig. cartas de Weisbaupt del 15 Febrero de i778 ,


y del 4 Abril de 1779. '
(a) Sumario del instituto , núm. n y el verdadero iluminado.
(3) Estatutos del Minerval, núm. II
(') Asi se llamaban cn Francia las juntas del parlamento , que se
tenían el miércoles despues de San Martín , y de Pascua , en donde el
presidente , ó el procurador general pronunciaban un discurso sobre
los abusos advertidos y sus remedios,
78 - inuuimsuo.
no haber observado cosa alguna digna de reprension,
en el espacio de un mes entero. Esto seria manifestar
una extremada pereza enformar su espiritu observador. No
debe el superior sufrir semejante negligencia. Él mismo
hará sus observaciones de modo que excite una atencion
seria y capaz de hacer impresion, para que no se pierdan,
y para -que cada hermano, al retirarse , se resuelva á poner
en ejecucion sus buenos avisos para el progreso de la
orden Aun debemos añadir, que este superior miner
val, nunca, mientras le sea posible , ha de dejar pasar un
dia sin ver á sus discípulos, y sin hacerles ó recibir de
ellos visita (2). ¿Pero y á que se ordenan tanta vigilancia
y tantos cuidados de estos hermanos de la academia mi
nerval? Una sola expresion de aquel iniciado, que, bajo
la inspeccion de Weishaupt, extendió las leyes de esta
academia, bastaría para responder á la pregunta.
Juicio del hermano minerval.

Segun dicha expresion de Knigge, la secta empieza á co


nocer de que calaña son susjóvenes académicos, por medio
de los trabajos que de ellos exige; que es decir, empieza-
áiconoer las disposiciones de su espíritu , y si es este sus
ceptible de toda la impiedad y de todos los principios de
anarquía, los cuales es preciso que profese antes de llegar
á los últimos grados. Si despues de todos aquellos tra
bajos minervales aun les queda algo de lo que los inicia
dos llaman inclinaciones religionarias, les conferirán los
tres primeros grados mazónicos, y podrán pasar su tiem
po en el estudio insignificante de todos sus gercgltflcos.
Cominuarán aun bajo la inspeccion de los superiores
;
iluminados; pero no deben esperar el llegar a ser algo

(1) Iluminado minerval, instruct. num. 4.


(2) Allí mismo, nÚm. 3.
CAPÍTULO QUINTO. 79
mas que minervales, pues ya estan declarados inhábiles
en los registros de la secta Al contrario, si han
manifestado poco apego á su religion y á su príncipe;
si se ha logrado inspirarles un verdadero entusiasmo por
su iluminismo , los elevarán á los grados superiores. Para
formar dicho juicio en el tiempo del curso de su academia,
tiene la secta algunos medios poco equivocos. Conserva
ella todos los problemas que han resuelto, y que ella les
ha sabido proponer, no tanto para ejercitar sus talentos,
como para sondar sus opiniones. Tiene toda la com
pilacion de los hermanos escrutadores, á fin de saber que
impresion les han hecho los principios que adelantaban
por modo de conversacíon , y tambien algunas veces por
modo de refntacíon , para tantear al jóven minerval.
D’e estos problemas, que ha habido de resolver durante
el curso de su academia, unos tienen por objeto el secre
to de la secta , y otros la seguridad de sus iniciados y la
de los superiores. Para rodear á los gefes de unas tinie
blas inaccesibles, y para asegurarlos en este asilo, es
preciso que los hermanos pierdan el horror á la misma
muerte. El minerval no acabará su curso académico, an
tes de haber manifestado hasta que punto se ha despren
dído de aquel horror, y si está dispuesto á sufrir todas
las muertes , ó antícíparlas con el veneno y suicidio antes
que revelar cosa alguna de la secta. Le proponen , por
ejemplo, vituperar ó elogiar á Caton , y su respuesta dará
á conocer si está dispuesto á beber la cicuta por la salud
de sus hermanos. El patet caritas, ó la salida es libre, es
decir, que cualquier hombre tiene libertad de despren
derse de la vida cuando bien le pareciere, es aquel gran
principio que la secta propone;el minervalle comentari y
discutirá; si su exposicion es la de un estudiante, que,

- (I) Ultima expresion de Filon, pág- go.


8o snuunusuo.
creyendo aun en Dios, crea tambien que el suicidio es un
pecado, el minerval no es á propósito para el secreto de
que necesitan los iluminados, y por lo mismo se le repro
bará
Aun hay otros muchos problemas que resolver en esta
misma clase para mas asegurarse la secta. Es principalmen
te preciso que ella sepa lo que el jóven académico piensa
de los medios que ella emplea, y de aquellos para los
cuales podrá él algun dia servir de instrumento. Todo
esto se funda sobre aquel famoso principio de Weishaupt:
el fin justiflca los medios; que es decir, no hay medios,
incluyendo el latrocinio, el veneno, el homicidio y la
calumnia, que no pasen á ser justos cuando se recurre
á ellos para aquellos objetos, que place á la secta dar
por justos y santos En fin , los problemas que se pro
pongan al minerval iluminado , tambien deben ser de los
que le hagan manifestar sus opiniones sobre los reyes y
sacerdotes (2). El iniciado presidente debe evitar el com
prometerse; no debe celebrar públicamente las sátiras,
sarcasmos, ni blasfemias de sus discípulos; esto lo dejara’.
al cuidado de los hermanos visitadores, quienes insinuan
los principios y tambien los adelantan , sin manifestar
que estan enlazados con los misterios de la orden; pero
debe observar cuales son sus discípulos que adoptan me
jor y repiten con mayor complacencia los sarcasmos ó
las blasfemias, y cuales son los que con mayor entusias
mo losintroducen en sus producciones académicas. Estos
son juzgados dignos de ser elevados á un grado superior;
concluyen el curso de la academia minerval, y pasan á
ser iluminados menores.
Q -

(i) Véase mas adelante el cap. de las disposiciones jurídicas.


(a) Allí mismo.

CAPITULO
CAPÍTULO snxro. si

vmvsamávvssvbvvssan ¡«usus- -n ¡»svsnsa wvsvqs sna¡sduvvssstsflv‘ cauvsv».

CAPITULO VI.
CUARTÁ rurrn mar. cómoo rnnmrxAno; rnnczn cubo; u.
¡Ltmmnno MENOR:

Doble objeto de este grado.

El. grado de iluminado menor, no solo tiene por objeto-


disponer siempre mas á los hermanos para los secretos
que aun no es tiempo de revelarles, sino que los pone
en estado de presidir ellos mismos en aquellas academias
minervales, en las cuales han hecho brillar sus talentos
y se han distinguido por su zelo en favor de la secta.
El método que debe producir este doble efecto es muy
notable, á causa de uno de aquellos artificios que solo
Weishaupt podia imaginar. Tienen los iluminados me
nores sus sesiones como las academias minervales. Su pre-
sidente es indispensablemente uno de aquellos iniciados
en los primeros misterios del iluminismo, con el nombre
de sacerdoies. Siendo el único en estas asambleas que
conoce los primeros misterios, es preciso que tenga á sus
discípulos en la persuasion de que en el grado en que él se
halla no hay secreto alguno que manifestaries; y no es
menos preciso que haga en cierta manera que nazcan en
su espíritu mismo la mayor parte de las opiniones, de
las cuales aquellos misterios son el (lesnrroiio. Sin adver
tirlo los iluminados menores, es preciso que en cierta-
manera se hagan ellos mismos autores, inventores y pa
dres de los errores de Weishaupt; que los miren- como
fruto de su ingenio, y por este motivo zelen mas su de
fensa y propagacion . Y en fin, es preciso segun la expre
Tomo III. I!-
82 lLUMINISMO.
sion del mismo código, que el iniciado pueda conside
rarse como fundador de la nueva orden, para que de este
modo se enfervorice procurando su triunfo.
Medios para el primer objeto.

Para este objeto, hay un discurso que se pronuncia en


Ja iniciacion del nuevo grado. Este discurso es de la cla
se de aquellos, cuya oscuridad afectada ofrece al enten-
dimiento unos errores los mas monstruosos, sin expre
sar alguno con claridad. El velo que los cubre, no es
tan espeso que los oculte, ni tan claro que se puedan
distinguir. Todo lo que pueden descubrir los nuevos ini-
ciados, despues de su primera lectura, es , que elfin.
de la orden es el mas digno de su admiracion y de su '
zelo; que es necesario inflamarse de entusiasmo para lo
grar este fin y llegar al último objeto de todos los tra
bajos del iluminismo; que para gozar de esta felicidad,
se necesita mac/Lo mas de la accion que de las palabras
de los iniciados. Pero ¿y que fin es este? y que obstácu
los se han de vencer? con que acciones y trabajos ha de
cooperar el iniciado para que lo pueda lograr? Sobre
esto versan los enigmas y las oscuridades, y sobre esto
debe ejercitar su ingenio. Para que el mismo prosélito
cree y dé á luz todos aquellos errores que no ha habido
valor para manifestarle, le servirá de texto el mismo dis
curso , para los que en adelante ha de componer para la
asamblea de los hermanos. Se cuidará el presidente de
escoger los artículos enigmáticos, cuya oscuridad dé lugar
á desenvolver el modo de pensar de sus discípulos, que-
quiere descubrir. Hará de estos enigmas el asunto de sus
discusiones , y sobre todo exigirá que sus conclusiones sean
prácticas
(t) El verdadero iluminado; instruccion para los superiores de
este grado.
cniruno szxro. 35_
Para dar una idea de estos asuntos y discusiones, quie
ro citar aquí una parte del texto. a Es muy cierto, dice,
a que hay en este mundo delitos generales, á los cuales
.a querria poner fin el hombre sabio y honrado. Cuando
u consideramos que todos podrían ser felices en este mun
n do tan excelente, y que nuestra felicidad la desazonan,
n ya la desgracia de unos, ya la pelversidad y el error
n de otros; que los malvados tienen poder sobre los bue
a nos; que la oposicion a’ insurreccion privada es aquí
u inútil; que el castigo, casi siempre, recae sobre el hom
n bre de bien. . . . . . entonces se excita naturalmente el
n deseo de ver que seforme una asociacion de hombres
n intrépidos y nobles, que sean capaces de resistir á los
n perversos, auxiliar á los buenos, procurarse á sí mis
» mos el sosiego, la satisfaccíon y la seguridad" . y de
n producir todos estos efectos por mediosfundados sobre
a el mas alto grado defuerzas de la naturaleza humana“
u Un objeto como este , en una sociedad secreta ¿no seria.
u el mas inocente, y al mismo tiempo el mas digno de
a un sabio y buen pensador (i) ?,» Sobre este solo texto
¿cuantas cosas pueden presentarse á los comentarios del
iluminado menor? Es preciso que en su primera exposi
cion adivine cuales son aquellos delitos generales, á los
que la secta quiere poner fin; cuales son aquellos errores,
y quienes son aquellos perversos, que desazonim la felici
dad de este mundo con el poder que ejercen sobre los bues
nos; cuales son las sociedades secretas que llenarian los
deseos de los sabios, no por medio de insurreceionespar
ticulares, sino con el mas alto grado de fuerzas de la na
turaleza humana; y en fin , cual es aquel orden de cosas
hácia el cual se han de dirigir todas las fuerzas para triun
far del orden actual.

(1) Discurso de este grado.


F a
84 ' ucnnusuo.
Cuanto mas se interne el iniciado, por medio 'de sus
comentarios, en el espíritu de la secta, tanto será tenido
por mas digno de llenar el segundo objeto de su grado.
No se le permite aun en este grado presidir en la aca
demia de los hermanos; pues, mirándole como novicio
en el arte de superior, la orden no le fia sino uno ó dos
discípulos de Minerva; pero puede consolarse con la pe
queñez de su rebaño, leyendo en las instrucciones que,
aun cuando en toda su vida no hubiese hecho mas que
fiormar para. la orden uno a’ dos individuos, ya habria
necho alguna cosa grande. Para lograr el fin de esta mi
sion, aunque tan limitada, no se permite que el ilumi
nado menor se atenga á su propia prudencia; pues se
le prescriben reglas para su direccion. Ya he dicho, que
el objeto que me he propuesto en esta parte de las me
morias sobre el jacobinismo , no es solamente probar la
conspiracion de los iluminados, sino que mas especial
mente es dar á conocer los medios de la secta , para ma
nifestar los peligros á que está expuesta la sociedad. En
tre estos medios es preciso distinguir las leyes que Weis
haupt dió á estos iluminados menores, á los cuales ya
por la autoridad que les da, ya por el modo como les
enseña á ejercitaria al principio sobre uno óvdos sugetos,
dispone para una superioridad de mayor extension. Estas
leyes é instrucciones me parecen una obra maestra de
aquella prudencia de serpiente, que por desgracia, es mas
ingeniosa ylaboriosa para la maldad yseduccion que para
'la virtud. Esta parte del código de Weishaupt se intitula:
Instrucciones paraformar cooperadores útiles al iluminis
mo. Paso á extractar una gran parte de ellas. Que las me
dite el lector, y verá cuanto dan que temer tantos pre
ceptos , tantas leyes y tantos artificios, que' todos se orde
nan á formar los iniciados de la mas asombrosa y uni
versal conspiracion.
cArlruLo saxro. 85

Medios para el segundo objeto.

c Tened de continuo puesta la vista sobre cada uno de


los hermanos que se han confiado á vuestro cuidado;
observad á vuestro discípulo, principalmente en las cir
cunstancias en que está tentado de ser lo que no debe
ser. Este es el momento en que se debe manifestar; y
entonces conoceréis los progresos que ha hecho. Obser
vadle tambien en aquellos momentos en que menos lo
piensa, y en que no se puede decir, que el deseo de ser
alabado, el temor de ser sorprendido, la vergüenza ó
la rellexion del castigo tienen influjo sobre su conducta.
Sed entonces exacto en escribir vuestras notas ú observa
ciones; pues con esto ganaréis mucho, ya en provecho
vuestro, ya de vuestros discípulos. No debeis arreglar
vuestros juicios por vuestras propias inclinaciones. No
creais, que un hombre es excelente porque tiene una
calidad brillante, ni tambien creais que es perverso por
que tiene algun defecto notable. Esta grande falta come
ten cuantos se atienen á la primera ojeada. Sobre todo,
no creais que algun sugeto tiene un ingenio trascendente,
porque brilla en sus discursos. Los hechos, los hechos
son los que manifiestan que una persona está fuertemente
convencida. No os fieis fácilmente de los ricos ó de loa
poderosos, porque su conversion es lenta. n
a Lo que se ha de procurar formar, es el corazon. El;
que no cierra sus oidos a las quejas de los infelices; él
que es constante en la adversidad; él que es inmutable
en sus proyectos; él que conoce que su alma es. para
grandes empresas-y principalmente él que ha acostum
brado su espíritu á observar, este es el hombre de que
necesitamos. Despreciad las almas estrechas y débiles, que
no saben salir de su esfera. Leed con vuestros discípulos.
F 5
86 inunimsuo.
aquellos libros que son fáciles de comprender, que son
fecundos en imágenes y que elevan el alma. Habladles
mucho; pero haced que vuestros discursos salgan del
corazon yno de la cabeza. Se inflamarán vuestros oyéne
tes, si ven que sois todo fuego. Hacedles desear el ins
_ tante en que se cumplirá el gran proyecto. Pero principal
mente, excitad en ellos el amor delfin. Haced que le con
sideren grande, importante f enlazado con sus intereses y
pasiones favoritas. Pintadles con los mas vivos colores la
miseria del mundo; decidles, lo que son los fiambres, la
gue podrian ser, y lo que deberian hacer; que no conocen
su propio interes, que en esto se ocupa nuestra sociedad,
y lo que ellos pueden esperar sobre este particular, aten
diendo á lo que ya habemos hecho en nuestros prime
ros grados. n
. Evitad toda familiaridad y toda ocasion de descu
brir vuestro costado débil. Habladles siempre del ilumi
nismo con dignidad. Inspiradles el amor y respeto á
nuestros superiores, hacedles conocer la necesidad de la
obediencia en una sociedad bien ordenada. Benovad el
fervor por la utilidad de nuestros trabajos. Evitad la ari
dez y una metafísica inútil; haced comprender á vuestros
discípulos lo que exigis de ellos, y estudiadel modo pro
pio á cada uno. Todo se puede lograr de los hombres,
cuando se sabe sacar ventaja de sus inclinaciones domi
nantes. Para comunicarles el espíritu observador, empe
zad por ensayos pequeños en la conversacion. Hacedles
preguntas fáciles sobre el arte de conocer á un hombre,
á pesar de su disimulo. Aparentad que su respuesta os
parece mejor que la vuestra; esto les da confianza, y ya
se os proporcionará otra ocasion para manifestar vuestro
propio modo de pensar. Dadles noticia de vuestras obser
vaciones sobre la fisonomía , el modo de andar y la voz.
Decidles algunas veces, que tienen excelentes disposicio
cnlruno sex-ro. 87
nes, y que solo les falta el uso. Alabad á unos para ani
mar á otros. »
c Ya que sabeis cuanto cuesta llevar los hombres al
parage que se desea , no desprecieis ocasion alguna para
extender, en todas las partes que podais, los buenos prin
cípios, é inspirará todos valor. Pero observad bien esto:
El que de una vez. quiere cambiar todos los hombres, no
cambia ningun. En las ciudades en que habiteis, repar
tid este trabajo- con los iluminados de vuestro grado. Es
coged á uno a’ dos, lo mas a’ tres minervales, de aque
llos que os tienen en mejor concepto, y sobre los cuales
teneis marcr autoridad; pero consagradles todos vuestros
cuidados y trabajos. Mucho habreis hecho si en el tiempo
de vuestra vida lograis formar dos ó tres hombres de estos
que habreis escogido, haréis el objeto constante de vues
tras observaciones. Cuando un medio no os salga bien,
buscad otro , hasta que halleis el bueno. Estudiad para
que cosa es á propósito vuestro discipulo; cuales son. los
principios intermedios que le faltan para que admita los
fundamentales. El grande arte consiste en aprovechar el
verdadero momento. En. una ocasion se necesita de flrvor,
y en otra de sangre fria. Haced que vuestro discípulo se
atribuya á si mismo, y no á aros, sus progresos. Si se enco
leriza, no le contradigais , pues en este momento nada se
ha de emprender; escuchadle, aunque no tenga razon.
Nunca irnpugneis las consecuencias, sino siempre el prin
cipio. Esperad el instante en que os podais explicar, sin
manifestar que le contradecis. El mejor medio seria que
os entendieseis con otro, a quien aparentaréis contradecir
en las conversaciones, en las que el sugeto ti quien deseais
convencer, no sea parte sino mero oyente: entonces apretad
con toda fuerza vuestros argumentos. »
c Los defectos que le querais corregir, no se los pre
senteis como propios. Referid la cosa como si otro la
r4
33 lLUMluliSllQw
hubiese hecho. Pedidle consejo, para que de este modo
sea su propio juez. Para todo esto se necesita de tiempo.
No precipiteis cosa alguna , porque vuestros discípulos
necesitan de solidez y de facilidad para la accion. Leer
con- frecuencia, meditar, escuchar, ver la misma cosa
y en seguida obrar, he aqui lo que da aquella facilidad
que pasa s ser hábito. ¿Quereis saber su modo de pensar?
Proponedle, pues, que forme algun discurso sobre cues
tiones relativas á vuestro objeto, y esto lo debeis hacer
pomo para ejercitar su espíritu. Con este medio aprende
él mismo á reflexionar sobre losprincipios, y vos descu
bris las opiniones que habeis de desarraigar. Instruidle
y advertidle, pero sin declamaciones frías; usad de algu
gunas expresiones enérgicas y que sean adecuados á la
situacion en que se halla su espíritu. No pidais demasia
do de una vez. Sed cuidadoso, paternal y diligente. Nun
ca desespereis; porque de los nombres se hace lo que se.
quiere. Estudiad los motivos y los principios que de su
educacion ha tenido vuestro discípulo. Si no nos son
útiles, debilitadlos poco á poco; sustituid y fortificad otros
en su lugar,- pero esto pide mucha prudencia. Observad
lo que las religiones, las sectas y la política han hecho
hacer á los hombres. Se les puede inspirar entusiasmo
para sostener delirios. Debe pues consistir el arte en el
modo de tratarlos y de dar preponderancia á la verdad
y á la virtud. Va.leos para el bien de las nzisntas medias
de que se ztalen los seduciores para el mal, y lograréis
vuestros intentos. Si los malvados son poderosos, lo son
porque los buenos son muy poco activos y demasiado
timidos. Hay circunstancias en que tambien es preciso sa
ber manifestar mal humor é indignaeion, para defender los
derechos del lwmbre. n
u Decid á vuestros discípulos, que en la orden solo
deben buscar la bondad deifin ; que la antigüedad , poder
cAriruno sano. 89
y riqueza lo han de mirar con indiferencia. Decidles,
que si en otra parte hallan una sociedad que mas presto
y con mas seguridad lleve al fin, que sentimos mucho
no conocerla ;-— que entretanto nosotros obedecemos las
leyes de nuestros superiores, trabajando en paz y sin mo
lestará nadie.-Observad estas reglas en vuestra conducta;
os vuelvo á decir que habreis hecho mucho para el mun
do, si llegais á formar dos hombres segun nuestros prin
cipios. Áprovechad el momento en que vuestro discipulo
está quejoso de este mundo , en el cual, aun. los mas pode
rosos sienten la necesidad que tienen de los otros, para llegar
á un mejor orden de cosas. Esta es la ocasion en que es -
preciso espolear aquel corazon sensible, aumentar aun
esta sensibilidad , y manifestarle lo necesario que son. las
sociedades secretas para llegar á este mejor orden de cosas.
Pero no seais fácil en creer que será constante en estos
movimientos. La indignacion puede ser efecto de algun
temor, de alguna esperanza pasagera, ó de una pasion
que quiera satisfacer; y nada de esto es costumbre; pues
los hombres no se -hacen tan presto buenos. Temed siem
pre ln peor, y por lo mismo insistid. Un corazon que se
conmueve fácilmente , tambien fácilmente muda. No pro
metais demasiado para obtener mas. Elevad los corazo
nes abatidos, y reprimid los excesos del fervor. En las
desgracias inspirad esperanza, y en la prosperidad te
mor. I
‘Estas son nuestras reglas, para que seais un buen maes
tro y director de hombres. Observándolas, aumentaréis
el ejército de los escogidos. Si apreciais vuestra felicidad,
trabajad bajo nuestra conducta en preservar de la nece
sidad de ser perversos á- tantos millares de hombres, que
desean ser buenos. . .. Creednos; la experiencia es la que
nos ha dicho, quitad al ruicio su poder, y todo im’, bien
en el mundo. Pero si el vicio es poderoso, lo es, porque
9o 1 ILUMINlSMO.
entre losbuenos unos son demasiado desidiosos, yotros de
masiado fogosos; lo es, porquelos hombres se dejan dividir,
ó porque dejan á laposteridad el cuidadode laslrevolucio
nes; lo es, porque mientras esperan, estiman mas sujetarse
alyugo, que resistir eficazmente al vicio. Si supiesen que la
virtud no consiste solo en la paciencia, sino en la accion,
se despertarian de su sueño. . . En cuanto á vos, uníos
á los hermanos y confiad en nuestra sociedad, pues nada
le es imposible, si observamos sus leyes. Trabajamos para
dar al mérito su recompensa , á los débiles un apoyo, á
los malvados sus cadenas , y al hombre su dignidad. Esta
es la segunda Canaan , la nueva tierra de promision, tier
ra de abundancia y de bendicion , que solo descubrimos
¡que dolor! que solo descubrimos de lejos u
Algunas veces he querido interrumpir este extracto
con mis reflexiones. Pero ¿que lector necesita de auxilio
para preguntarse á sí mismo ? —- ¿ Que zelo es el de este
Weishaupt, y que fervor tan extraño le ha podido dictar
y hacer continuar tantos consejos tan apropiados á cau
tivar el espíritu de sus discípulos?- Hay algun padre, ó
algun maestro á quien el amor á su hijo ó á su pupilo
haya podido sugerirlos mas eficaces? Sin embargo, lo di
cho no es mas que una parte de las instrucciones que el
iluminado menor debe siempre tener presentes para for
mar discípulos á la secta. Él solo no es suficiente para
este objeto; es preciso que todos los hermanos de este
grado se repartan los cuidados y la inspeccion del grado
inferior; que cada uno note en su libro de memoria hasta
las circunstancias mas insignificantes. Despues es nece—
sario comparar y cotejar estas observaciones , y que
de este conjunto se forme un cuadro , en cuya vista cada
discípulo será juzgado por sus superiores Y entre
(i) Extracto de las instrucciones C.y D. para los iluminados menores.
(a) lnstruccion C. seccion a. A a.
cníruLo snxro gi
tanto ¿cuales son los principios , segun los cuales se trata
de formar estos discípulos? cual es aquella virtud subli
me, que ha de ser el fruto de tantos cuidados? Luego
veremos que son los principios de la misma perversidad.
Esta virtud sublime es todo lo que puede disponer los
espíritus para el reino de la corrupcion y de la mas gene
ral anarquía. Veremos , que este mismo hombre que
ha dicho á sus discípulos : Valeos para el bien. de los mis
mos medios de que se valen los. seductora; para el mal,
es el héroe de los seductores , que conduce sus discípulos
á los crímenes, preparando los desastres de la sociedad,
con mas fervor y artificios, que el zelo y sabiduría de
que se valen los buenos en sus trabajos para propagar la
virtud y conservar el imperio de las leyes. A fin de dis
poner con mas eficacia el espíritu de los iniciados, el
iluminado menor es auxiliado y tambien observado por
los iluminados mayores, es decir, por el del grado mas
adelantado en la clase llamada preparatoria.
ga ILUMHHSNO.
-\a/\\e\I\v\ñ'\o\nw\a\ vu‘ smnvvsvunvsnaanvv¡flmhwvuvv! \ans4\n

CAPITULO VII.
PARTE QUINTA mu, cóotco ILUMINADO, GRADO cuurro;
ILUMINADO uAison, ó NOVXCIO nscocas.

ee}:

Úbjeto de este grado.

EL grado que sigue al de iluminado menor, se llama


ya de novicio escoces , ya de iluminado mayor. Bajo esta
doble denominacion, tiene tambien su doble objeto.
Como novicio escoces está enjerto en la franc-mazonería,
y no es otra cosa que un lazo que han puesto á la cre
dulidad de los discípulos que se manifiestan poco dig
nos de llegar á los misterios de la secta, pues solo sir
ve de introduccion al grado de caballero escoces, que
es el término de la carrera de los tontos engañados.
Como verdadero grado de la secta, encadena al ini
ciado con unos lazos que siempre son mas extraños
y mas apretados, pues sirviendo de preparacion mas
inmediata á los grandes misterios, suministra al ilu
minismo los maestros de sus academias. Debo en primer
lugar manifestar en lo que consiste este lazo tan extraño,
que nunca qucrrá romper el iniciado, aunque tenga de
seos de separarse del iluminismo, y principalmente de
revelar lo que hasta entonces haya podido descubrir de
sus artificios, de sus principios ó de su grande objeto,

Preguntas preliminares.

Antes de elevar al que ha de ser recibirlo á este grade,


le notiíican que ya se haresuelto su proniocion; pero con
cniruno sérrmo. 95
la condicion de que dé respuestas satisfactorias á las si
guientes preguntas :
1 .‘ ¿Conoceis alguna sociedad que esté fundada sobre
una constitucion que sea mejor, mas santa y mas sólida
que la nuestra, yque se dirija al objeto de vuestros deseos
por unos medios mas seguros ó mas prontos?
2.‘ ¿Habeis acaso entrado en nuestra sociedad , solo
para satisfacer vuestra curiosidad, ó bien para concurrir
con lo selecto de los hombres á la felicidad general?
3.‘ ¿Os satisface lo que sabeis de nuestras leyes? Que
reis trabajar sobre nuestro plan , ó teneis algo que opo
nernos ? .
4.‘ Como ya no habrá alternativa para vos, declarad
ahora mismo, si quereis ó no separaros de nosotros, ó’
bien enlazaros con nosotros para siempre.
5 .‘ ¿Sois miembro de alguna otra sociedad?
6.‘ ¿Esta sociedad exige cosas contrarias á nuestro
interes, como es descubrir nuestros secretos, ó bien tra
bajar solo en su favor?
7 .‘ Supuesto que en algun tiempo se os exija esto; de‘
cidlo , bajo palabra de honor ¿estais dispuesto á hacerlo P-

Historia y corgfesion del candidato hecha por él mismo.

, Habiendo respondido á estas preguntas el que ha de ser-


recibido, le dicen que la orden espera de él una nueva
prueba de su confianza. Esta nueva prueba consiste en-
escribir con fidelidad, íranqueza y sin disimulo la historia
de toda su vida. Para esto se le señala el tiempo corres
pondiente; y este es aquel lazo famoso del cual, habién
dose dejado coger los hermanos , decia Weishaupt con ra
zon :- con esto los tengo seguros; ies apuesto á que no5
dañen ,- pues si quieren hacernos traicion, tambien sé sus
secretos.
. En efecto 2 el disimulo del iniciado seria en vano-i
94 inuniinsuo;
pues va luego á ver, que hasta las menores circunstan.
cias de su vida, y principalmente lo que desearía tener
mas secreto, ya lo saben los cofrades. Cuanto él mismo
ha hecho hasta entonces para arrancar el secreto de sus
hermanos, para conocer hasta lo mas reservado de su
corazon y de sus pasiones , todas su relaciones y medios,
todos sus proyectos é intereses , todas sus acciones y opi
niones , y todas sus intrigas y defectos, otros lo han he
cho con él, y aun mejor que él. Los mismos que com
ponen la lógia á donde va á entrar y que le conocerán
.por hermano, han sido los que se han repartido el cui
dado de averiguarlo todo.
Todo lo que desde el principio le arrancó por modo de
confianza el hermano insinuante, todo lo que él mismo
ha habido de manifestar de su persona en el cuadro que
el código le obligaba á formar de sí mismo, todo lo que
en tiempo de su grado minerval, ó en el de iluminado
menor habian compilado de sus secretos los hermanos
escrutadores conocidos é incógnitos, todo esto se habia ya
enviado con exactitud á los hermanos de la nueva lógia.
Estos, ya antes que le admitiesen entre ellos , se habian
perfeccionado en este arte escudriñador. ¿Tienen tambien
por ventura los malvados su canonizacion como los san
tos? Cuanto hace Roma para descubrir hasta los meno
res defectos de los que intenta exponer á la veneracion
de los fieles, lo hace la secta iluminada para admitir á
sus misterios únicamente á aquellos discípulos en que
ella ya no descubre alguna impresion de aquellas virtu
des religiosas ó civiles, que los haría sospechosos. Sí, los
malvados en sus cavernas quieren conocerse, y quieren
saber si sus cómplices son tan perversos como ellos mis-r
mos.
cAriruLo sén-tuo. 95

Elperfecto espía , a’ código escudriñador de los hermanos.

No se de donde pudo Weishaupt tomar la parte de su


código, que aqui dirige á sus hermanos escudriñadores.
Imagine el lector una serie de mil y quinientas pregun
tas á lo menos quese hacen sobre la vida, educaciou
cuerpo , alma, corazon , salud, pasiones, inclinaciones ,
conocimientos, relaciones, opiniones, habitacion, trage,
colores favoritos del candidato; sobre sus padres, ami
gos, enemigos, conducta, discursos, modo de andar,
gestos, lenguage, preocupaciones, debilidades; en una
palabra, preguntas sobre todo lo que puede dar á cono
cer la vida, carácter político, moral y religioso, interior
y exterior de una persona, cuanto ha hecho, dicho ó
pensado, y cuanto haría, diría ó pensaría en unas cir
.cunstancias, cualesquiera sean. Imagine el lector, que
aun sobre cada uno de estos artículos le hacen veinte,
treinta, y á veces cien preguntas diferentes, unas mas
profundas que las otras. Tal es el catecismo, al que debe
saber responder el iluminado mayor, y sobre el cual se
debe dirigir para trazar la vida y todo el carácter de los
hermanos , y tambien de los profanos cuando im
porta á la orden conocerlos. Este es el código escudri
ñador sobre el cual se ha de trazar la vida del candidato,
antes decser admitido al grado de iluminado mayor. A
este código, en los estatutos de la orden, se da el nom
bre: Nosce te ipsum, conócete á tí mismo. Esta expre
sion es la contraseña de este grado, y cuando la usa un
hermano, responde el otro; Nosce alias, conoce á los
otros. Esta respuesta declara muy bien el objeto de un
código, al que se le puede dar el nombre de perfecto
espia. Fórmese juicio de esto por las siguientes pre
guutas.
96 ÏLÜMlNlSMO.
Sobre la fisonomia del iniciado: u Su rostro ¿tiene el
no color alto, ó pálido? Es blanco, negro, rubio, ó mo
» reno? Tiene los ojos vivos, penetrantes, caidos, débi
» les, amorosos, altivos, fogosos, ó abatidos? Cuando
n habla ¿mira á la cara atrevidamente, ó de soslayo P Pue
» de aguantar una mirada firme? Tiene el gesto astuto,
u ó abierto y libre? Lo tiene sombrío, pensativo, ó dis
» traido? Ligero , insignificante, amistoso, ó serio? Tiene
á los ojos profundos, los tiene despojados, ó su mirar es
n distraido? Tiene su frente fruncida? y de que modo?
n horizontal, ó verticalmente etc!’ n
Sobre su presencia ó postura de cuerpo : c¿es noble,
i ó plebeya? es libre, expedita, ó apocada? Como tiene
n la cabeza? Derecha ó inclinada? Hacia adelante, hácia
n atrás, ó á un lado? Firme, ó trémula? Metida en las
n espaldas, ó bien moviéndola de una ó otra parte?
c Su modo de andar: ¿es lento, apresurado, pausado á
n pasos largos, ó cortos? Arrastrando los pies, perezoso,
n ó brincando etc. ? n
<< ¿Su language es regular, ó- desordenado é interrum
n pido? Cuando habla, agita con vivacidad las manos,
n la cabeza, ó el cuerpo? Se acerca á los sugetos á quie
» nes habla? Los coge por el brazo, por el vestido, ó
» por los ojales ?. . . Es muy hablador, ó es taciturno?
n Y porque lo es? Es por prudencia, ignorancia, respe
u to, ó pereza etc. ?: '
a Su educacion ¿á quien la debe S’ Ha estado siempreá la
s vista de sus padres? Como ha sido , y quien le ha edu
n cado? Ama á sus maestros? A quien se cree deudor de
n su educacion? Ha viajado? Porque países E. . u
Forme el lector juicio por estas preguntas de.las que
le hacen sobre el espíritu , corazon , y pasiones del ini
ciado. Sobre estos objetos solo haré las siguientes relle
xiones : ‘Hallándose entre diversos partidos ¿cual es el
que
CAPÍTULO sérriuo. 97
u que escoge? el mas fuerte, ó el mas débil, el mas inge
» nioso, ó el mas brutal? Acaso forma él un tercer par
n tido? Es firme y constante á pesar de los obstáculos?
n Como se deja vencer? por las alabanzas, por los alba
» gos, por las bajezas, por mugeres, por dinero ó por
» amigos, etc?. . . Le gusta la sátira? Y ¿de que la hace
n con mas gusto.“ de la religion, de la supersticion, de
u la hipocresía, de la intolerancia , del gobierno, de los
n ministros ó de los frailes, etc. ? . . . u
Los escudriñadores tienen aun que entrar en otros mu
chos pormenores para completar la historia de su inicia
do. Es preciso que cada pincelada con que le retratan
esté demostrada por los hechos, y principalmente pofiuque
llos hee/ws que hacen traicion a un hombre, cuando menos
lo espera (i) . Es preciso observar al iniciado hasta cuan
do duerme, para poder decir 5L es durmilon, si sueñny
habla soñando; si es a’ no fácil dispertarle, y que impre
sion le causa si le despiertan de improviso de un modo
violento ? ,
Si la lógia no está bastante instruida en alguna de
estas preguntas, ó en alguna de sus partes sobre la vida.
del que ha de ser reci,bid0, aquella diputa y encarga á
varios hermanos para que hagan ulteriores averiguaciones
para llenar los vacíos. En fin, cuando el resultado es
conforme á los deseos de la secta, se señala el dia para.
la recepcion. Dejando á un lado los pormenores insigni
ficantes del rito mazónico sobre los cuales se modela,
atendamos únicamente á las circunstancias que son mas
propias del iluminismo.
Recepcion algrado de iluminado mayor.
Habiendo introducido al iniciado .en un cuarto oscuro,
renueva su juramento de guardar el mas profundo secre
to sobre todo lo que verá ó aprenderá de la orden. En

(i) Carta de Weisbaupt.


Tomo III. G
98 lLUMINISMO.
seguida, entrega á su introductor la historia de su vida,
sellada; esta la leen en la lógia y la cotejan con el cua
dro histórico que del iniciado han trazado los hermanos.
Habiendo concluido la lectura , sale el introductory le
dice: aNos habeis dado una prueba preciosa de vuestra
a confianza; pero, hablando con verdad, no somos in
¡o dignos de ella, y esperamos que la aumentaréis al pro
n porcion de que nos vayais conociendo. Entre hombres
n que solo aspiran á hacerse mejores unos á otros, y sal
a. var á todo el mundo de sus desgracias, ya no ha de
n haber disimulo. Lejos de aquí toda reserva. Estudia
n mos el corazon humano... . y no nos avergonzamos
defareveliirnos mutuamente nuestros defectos. Mirad
pues el cuadro que de vuestra persona ha trazado la
junta de los hermanos. A lo menos, descubriréis en
él alguna semejanza. Leed, y responded luego si que
reis continuar en ser de una sociedad, que tal como
sois, extiende sus brazos para recibiros. n
Si la indignacion contra este extraño espionage, del
cual es una pueba la mas evidente aquel cuadro histó
rico, pudiese ser superior al temor de abjurar una socie
dad que para lo sucesivo tiene contra el iniciado tales
armas, es muy cierto que luego se separaria de ella; pero
como no deja de descubrir los males á que se expon
dria con esta resolucion, se somete á los destinos de la
secta. A mas de que ya se ha hecho mucho á estas fun
ciones de escudriñar, para que no le ofendan sobrado
los resultados relativos á su persona. Se le permite que
lo medite por algun tiempo; pero el deseo de que le
eleven á un nuevo grado, impide cualquiera otra consi
deracion. Le introducen en la lógia de los hermanos, y
»en parte se levanta para él el velo que cubre los secre
tos de la secta; ó por decir mejor, aquí acaban de arran
n I
CAPITLLO SÉPTIMO.

carle los mas reservados, para saber hasta que punto son
conformes á los de la secta.
Despues de la correspondiente introduccion, le dice
el iniciante: aTengo otras preguntas que haceros, rela
n tivas á objetos sobre los cuales es absolutamente nece
n sario que el modo de pensar de los escogidos nos sea
n conocido. n Obsewe el lector estas preguntas; y cuando
lleguemos á los misterios de la orden, concebirá mejor
esta marcha sucesiva y gradual que poco á poco los va
introduciendo en el corazon del iniciado, como si él
por sí mismo los.hubiese concebido é imaginado.
1 .' ‘¿Os parece que en este mundo sea recompensada
n la virtud , y castigado el vicio? No veis, que al contra
a rio,el malvado es mas feliz en el exterior, mas aten
n dido y poderoso que el hombre de bien? En una pala
n bra , ¿estais contento de este mundo, como le veis al
u presente? u
2.‘ c Para mudar el orden actual de cosas, ¿no quer
» riais, si os fuese posible, juntar á los buenos, y unir
7» los estrechamente para que fuesen mas poderosos que
n los malos? n
3.‘ cSi pudieseis escoger, ¿en que pais quisierais ha
n ber nacido antes que en vuestra patria? n
4.‘ a ¿En que siglo deseariais haber vivido?»
5.‘ » Teniendo libertad para escoger, ¿que estado ó
u ciencia antepondriais?»
6 .' uEn cuanto á la historia, ¿cual es vuestro autor
n ó maestro favorito? n
7.‘ a¿No os parece que teneis obligacion de procu
- rar para vuestros aníigos, ya conocidos , todas las ven
u tajas exteriores posibles, para recompensarles por su.
n probidad, y proporcionarles una vida mas feliz? Es
u tais dispuesto áwhacer todo la gue la orden exige de los
n hermanos de este grado , esto es, que todos se esmeten en
Ga
[00 ILUMINISMO.

u dar, cada mes, noticia á nuestros superiores de los empleos,


a del servicio, de los beneficios, y otras dignidades seme
» jantes de las que podemos disponer (¡procurar su pose
» sion por nuestra recomendacion, dvfin de que nuestros
n superiores tengan con esto ocasion de presentar para estos
n empleos ci los mas dignos sugetos de nuestra orden f’ u
El iniciado responderá por escrito,y la respuesta se inser
tará en los registros de lalógia. Fácilmente sc ve , que
aquella respuesta ha de expresar el mayor descontento sobre
el orden actual de las cosas, y testificar cuanto suspira
el candidato por una revolucion que mudase el sem
lante del mundo. Y sobre todo, fácilmente se compren
de, que el iniciado reconocerá que solo los hermanos son
dignos de ser elevados , tanto en la corte como fuera
á los empleos, que puedan aumentar los caudales, el
poder y el crédito del iluminismo. El iniciante, á con
tinuacion de esta promesa, le hace el siguiente discurso;
c Hermano, ya lo veis, que despues de haber probado
u a los mejores hombres , procuramos poco dpoco recom
n pensarlos y servirles de apoyo , para dar insensiblcmente
n al mundo una nuevaforma. Ya que conoceis lo poco
u que hasta el presente han llenado los hombres sus des
n tinos, cuanto han degenerado en sus instituciones civi
n les ,- lo poco que han logrado los lectores de la sabidu
» ría y de la verdad en hacer mas amable la virtudy
u dar al mundo una disposicion mas feliz , es preciso que
» reconozcais, que la falta está en los medios que hasta
u ahora han empleado los sabios; y por lo mismo , es
n necesario valerse de otros medios para restituir á la sabi
u duría y a’ la verdad su imperio. Este es el grande objeto
u de los trabajos de nuestra orden. ¡Ah amigo! Ah her
n mano! Ah hijo! Cuando reunidos aqui, lejos delos pro
» fanos, consideramos hasta que punto está abandonado
» el mundo á los malvados, como las persecuciones y la
cníruno sizrrixo. 101 _
infelicidad son la porcion del hombre de bien, y como
la mejor parte del género humano es sacrificada alin
teres personal, ¿podriamos , á vista de este espectáculo,
callar, contentándonos con suspirar? No procurariamos
saeudir el yugoP. . . . . . . Hermano , poned en nosotros
vuestra confianza. Buscad cooperadores fieles; buscad
los, no en el tumulto ni en los uracanes; sabed que
estan ocultos en las tinieblas. Asi protegidos por las
sombras de la noche, solitarios y silenciosos, a’ reunidos
en tertulias poco numerosas ¡como hijos dóciles, conti
nuan la grande obra bajo la conducta de sus gefes. Ellos
convidan á todos los hijos de un mundo embriagado....
Pero pocos son los que los oyen. Solo los que tienen
los ojos como el ave de Minerva, que han puesto sus
trabajos bajo la proteccion del astro de la noche, estan
seguros de hallarlos. n
Temiendo que este discurso no ha manifestado lo
bastante al hermano el objeto de su nuevo grado , el
secretario abre el código de la lógia, titulado : Vista ge
neral del sistema de la orden. Aquí aprende el iluminado,
que el objeto de su orden , es extender la verdad pura y
hacer que triunfe la virtud. Aun con esto no se descubre
con exactitud lo que entiende la orden bajo la expresion
de verdad pura. Solo le dice que para extenderla a debe
curar á los hombres de los achaques de sus preocupacio
nes , ilustrar sus espíritus, y en seguida reunir todas las
fuerzas comunes para purificar las ciencias de las
sutilezas inútiles , á fin de establecer principios sacados
de la naturaleza. . . . . Para esto, continua el secretario,
es preciso abrir todos los manantiales de los conoci
mientos ; debemos recompensar todos los talentos
oprimidos, sacar del polvo a los hombres de ingenio,
apodcrarnos de la educacion de la juventud, formar
entre las mejores cabezas una alianza indisoluble ,
G 5
103 1 LU M INI s no.
combatir atrevidamente , pero con prudencia , la supers
ticion , la incredulidad y la tonteria, y en fin formar de
tal modo nuestras gentes, que tengan sobre todos los
objetos principios verdaderos, justos y uniformes. u
a Para esto sirven nuestras escuelas minervales y los
grados inferiores de la masoneria, sobre la cual desea
nuestra orden ganar todo el influjo posible, para diri
girla á nuestro fin. Tenemos en seguida grados supe
riores, en donde los hermanos que han pasado por
todos los grados preparatorios, aprenden á conocerlos
últimos resultados de nuestros trabajos y de todos los
procederes de la orden.» Para obtener con el tiempo es
tos resultados, es preciso ‘quitar al vicio su preponde
rancia , y proporcionar al hombre de bien su recompen
sa, aun en este mundo. Pero los eclesiásticos y los
principes hacen resistencia á estos nuestros proyectos, y
estan contra nosotros las constituciones politicas de los
pueblos. ¿Que hemos de hacer, pues, hallándose las
cosas en este estado? Favorecer las revoluciones, tras
tornarlo todo , rechazar la fuerza con la fuerza, y cam
biar una tiranía por otra tiranía? Lejos de nosotros
estos medios. Toda reforma violenta es abominable,
porque no mejora las cosas, mientras que los hombres
se quedan los mismos con sus pasiones, y porque la
sabiduría no necesita de violencias. n
u Todo el plan de la orden se dirige á formar los hom
bres, no por medio de declamaciones, sino con la pro
teccion y con las recompensas debidas á la virtud. Es
preciso atar insensiblemente las manos á los protectores
del desorden, y gobernarlos , sin que parezca que se les
domina. En una palabra ; es preciso establecer un régi
men doniiliador universal, que se extienda por todo el
mundo, sin romper los lazos civiles. Bajo esta nueva
forma de gobierno, todos los demas deben poder seguir
cAriTULO sén-mo.- 105
n su camino ordinario, hacerlo todo, mientras no estor
» ben que la orden llegue á su fin, que es hacer que el
a bien triunfe del mal. Esta victoria de la virtud sobre
n el vicio ya fue la ocupacion de Cristo.,cuando estable
u ció su religion pura. Enseñó á los hombres .4 ser sabios,
n dejándose guiar para su bien por otros mejores y mas
a sabios. Entonces podia bastar la predicacion, porque
u la novedad hizo que prevaleciese la verdad; pero hoy
» necesitamos de medios mas poderosos. Es preciso que
n el hombre, guiado por sus sentidos, halle en la virtud.-
n atractivos sensibles. El manantial de las pasiones es
n puro; es necesario que cualquiera pueda satisfacer las
n suyas dentro los limites de la virtud, y que nuestra
n orden suministre los medios. n
a Tambien es necesario que todos nuestros hermanos,
n educados de un mismo modo , y estrechamente unidos
u entre si, conspiren á un mismo fin. Espreciso reunir al
v rededor de la tierra una legion de hombres infatigable: ,
n que dirijan por todas partes sus trabajos , segun elplan de
a. la orden parafelicidad de la humanidad. . . . Pero todo
y esto debe hacerse en silencio. Nuestros hermanos deben
u sostenerse mutuamente, socorrer á los buenos cuando
n se vean oprimidos, y procurar ganar todos los empleos
n que dan poder para emplearle en beneficio nuestro. Si
n llegamos á tener un cierto número de estos hombres
n en cada país, cada unopodráformar otros dos. Si se man
» tienen unidosy apiñados,ya nada será imposible á nues
n tra orden; con este silencio ya habemos hecho cosas gran
u por la felicidad de la humanidad. . . Con esto ya se pre
. senta, hermano, un campo dilatado á vuestra actividad.
n Procurad ser un digno cooperador, haciendo cuanto
n os sea posible. Recompensamos todos los trabajos. n
A estas instruciones se sigue la lectura de dos capítu
los, que estan especialmente destinados para las funcio
G4
104 intxnniusuo.
nes del nuevo iluminado mayor. El primero yalo sabe;
pues es el código del hermano insinuante a’ reclutador.
De él se le hace depositario, porque en adelante ha de
juzgar á los discípulos de todos los insinuantes. El segun
do es el código, ó el arte del escudriñador. Este tambien
se
conlemas
entrega,
esmeroya este
porque
arte enpresidiendo
lo sucesivoenhalasdeacademias
ejercitar

minervales , y ya porque es preciso que aprenda el modo


de que se valieron sus nuevos hermanos para delinear
con tanta fidelidadsu cuadro histórico, ó penetrar su inte
riormejor que él mismo ; tambien , el como debe portarse
para no admitir á su nuevo grado sino hermanos tan bien
dispuestos como él mismo para la secta. El favor que aca
ba de recibir ya no deja entre él y los misterios sino un
grado intermedio, al que la secta llama del caballero
escoces (i).

(I) Todo este capitulo no es mas que un extracto del grado de


ilumihado viayar, y de las instrucciones anexas al rito de este código
cn el werdadero iluminado.
CnÍTULO ocnvo. 105

nzvnwvswvvvvuuanvsnvsasnn\nnv\nvsnwus\nnvvvw\n vwuvvu

CAPITULO VIII.
SEXTA PARTE DEL CÓDIGO ILUMINADO ; CLASE INTERMEDIA;
EL CABALLERO ESCOCES DEL ILUMINISMO.

. Naturaleza y objeto de este grado.

BAJO el nombre de clase intermedia, se pueden de aigun


modo comprender todos los grados que Weishaupt tomó
de la franomazonería. En este sentido seria preciso que
se hiciesen entrar los tres grados de aprendiz, compañero
y -maestro mazon. Pero ya he dicho que estos grados
solo sirven á la secta para introducirse en las lógias ma
zónicas. A fin de ocultar mas su proyecto, dejan aque
llos grados en el mismo estado en que los tienen los
franc-mazones ordinarios. Con este medio, el hermano
iluminado se introduce en las Iógias sin alguna señal
distintiva, contentándose con observar á los mazones que
pueda atraer á su orden. No sucede lo mismo en los
grados superiores de la franc-mazonería escocesa. Ha
creido la secta lnallar aqui alguna cosa mas conforme á
su objeto. Por otra parte, necesitaba ella de alguno de
estos grados superiores , sea para dirigir las lógias mazó
nicas que compone con sus propios discípulos, ó sea
para poder dominar y presidir en las otras. La venera
cion general que tienen los mazones á sus caballeros 05cm
cases, hizo que el iniciado Knigge se posesionase mas
particularmente de este grado para que le adoptase el
iluminismo. El código de la secta á un mismo tiempo
hace de él un grado estacionario é intermedio. Es estao
106 inunnusuo.
cionario para aquellos discípulos de quienes no puede
esperar que lleguen á ser aptos para sus misterios; y solo
es intermedio para aquellos en quienes descubre niejo
res disposiciones

Preliminares de este grado.

Cualquiera que haya de ser el destino del hermano,


ninguno llega á este nuevo grado sin que antes haya dado
pruebas especiales de los progresos que ha hecho en
aquel arte de escudriñador, cuyo código ha habido de
estudiar con preferencia desde que le admitieron al gra
do de iluminado mayor. La unta secreta de los caballe
ros ha tenido cuidado de hacerle de cuando en cuando
otras diferentes preguntas, para averiguar hasta que punto
sabe formar juicio del estado del alma por medio de los
señales exteriores. Por ejemplo , ha tenido que responder
á estas preguntas: a¿Cual es el carácter de un hombre
n» que tiene los ojos movibles, ó cuyo mirar es incons
n tante? Con que señales se puede conocer á los volup
n tuosos, á los melancólicos, á los pusilánimes (2)? n
Aun le exigen otra prueba de sus progresos; consiste
esta en la vida del héroe, cuyo nombre se le ha impues
to como característico en su ingreso en la orden. La his
toria que de sí ,mi,smo ha escrito en el grado anterior,-
manifiesta todo lo que es y cuanto ha hecho; pero en
la del héroe ha de manifestar lo que mas admira , ó lo
que mas abomina en _los otros; principalmente si ha
sabido descubrir en la vida de su héroe las calidades ó
servicios, cuya imitacion esperaba de él la orden,cuan(lo
se le dió por patron En fin, si cuando compuso su

(i) Escritos orig. tomo a, parte, i seccion u.


(a) Véase la secc. 4 de este grado núm. 2 v 3.
(3) Véase la segunda instruccion para este grado, núm. 8.
CAPÍTULO ocrsvo 107
propia historia, dejó de manifestar á los escudriñadores
algun importante secreto, puede manifestarle ahora, dan
do con esto una prueba siempre mas meritoria dela con
fianza que hace de la orden , manifestando esta parte de
su vida, que se le permite revelar únicamente á su gefe
(t). Habiendo cumplido con esto sus primeros debe
res, le queda aun que dar por escrito la seguridad de
que mira á los superiores del iluminismo, aunque incul
tos é irtcógnitos, como superiores legítimos de la franc
mazonería. Promete que adhierey que para siempre quie
re adherir al sistema mazónico del iluminismo, porque
es el mejor y el mas útil que conoce, renunciando con
esto á cualquiera otra asociacion. Y en fin, que, conven
cido de la excelencia del iluminismo , conservará siem
pre sus principios, creyéndose obligado á trabajar bajo
la direccion y órdenes de sus superiores, en el sentido y
segun eljin de la orden, para felicidad del género huma
-no (a) .
Ceremonias de la recepcion.
Los ctfialleros escoceses, asegurados con estas prome
sas, convidan al capitulo secreto al nuevo hermano; este
es el nombre de que usa la lógia de este grado. Esta
está colgada de verde, ricamente iluminada y adornada.
El prefecto de los caballeros, con botas y espuelas, está
sentado sobre un trono del mismo color y debajo de un
rico dosel. Se descubre una brillante cruz verde sobre
su delantal, y la estrella de la orden sobre su pecho; lleva
la cinta de san Andres, en forma de aspa , de la derecha á.
la izquierda, y tiene el mazo en la mano. Á su derecha
está el hermano que tiene la espada de la orden; á su
izquierda el maestro de. ceremonias, que tiene un baston
en una mano y en otra el ritual.
(i) Alli mismo
(a) Allí mismo , cartas relativas.
108 ILUMINISMO.
Los caballeros con sus botas y espuelas, y la sepada al
lado, llevando una cruz colgada de una cinta verde del
cuello; los oficiales de la orden con un penacho, y un
sacerdote con alba componen la lógia. El prefecto, diri
giendo la palabra al que ha de ser recibido, le dice:
c Aquí descubris una parte de las legiones incógnitas,
n unidas con lazos indisolubles para combatir en favor
n de la humanidad. ¿Quereis haceros digno de guardar
n. con ellos el santuario? Vuestro corazon debe ser puro
n yvuestro espíritu debe estar inflamado con un fuego
n divino en favor de la dignidad de la naturaleza. El paso
n que ahora dais es el mas importante de vuestra vida.
n No hacemos aqui un juego de ceremonias vanas.Creán
n doos caballero, esperamos de vos hazañas nobles, gran
u des y dignas de, este título. De nuestra parte os salu
n damos, si venís para sernos fiel, y si, siendo bueno y
u honrado , correspondeis á nuestra esperanza. Pero mal
n dito seaisy desgraciado, si habeis de ser un falso her
» mano. Que os precipite en el abismo el grande arqui
» tecto del universo” . . Por ahora, hincado de rodillas,
» haced sobre esta espada el juramento de la orden. n

Juramento del iniciado.

Despues de estas expresiones, se asienta el presidente;


los caballeros inclinados tienen las espadas desenvaina
«las en sus manos , y el,que ha de ser recibido hace este
juramento : nPrometo obediencia á los muy excelentes
u superiores de la orden. En cuanto dependa de mi, me
n obligo á no favorecer la admision de ningun indigno
n á los santos grados; á trabajar para que triunfe la anti
u gua franc-mazonería de todos los falsos sistemas que se
n han introducido en ella; á asistir, como verdadero ca
n ballcro, á la inocencia, á la pobreza y á toda persona
cArfruno OCTAVO ¡O9
n honrada desgraciada; á no ser jamas adulador de los
DI grandes a’ esclavo de los principes; á combatir con valor,
n pero tambien con prudencia, por la virtud, la libertad
-n y la sabiduría; á resistir con fortaleza á la superstician
n y al despotismo en favor de la orden y del mundo.
n Nunca antepondré mi interes personal al bien general.
u Defenderé á mis hermanos contra la calumnia. Me de
» dicaré á descubrir la verdadera religion y doctrina de
» la franc-mazonería, y daré parte de mis descubrimien
n tos á mis superiores como á mis verdaderos amigos.
u Mientras que yo exista en la orden, miraré la dicha de
n ser miembro suyo como si fuese mi suprema felicidad.
n Por lo demas, me obligo á tener por santos mis debe
» res, tanto los domésticos, como los sociulesy civiles.
u Asi Dios me ayude, y sobre la felicidad de mi vida
n me conceda el sosiego de mi corazon. »
El prefecto, en recompensa de este juramento, decla
ra al que ha de ser admitido, que le crea caballero de
la orden de San Andre5 segun el uso antiguo escoces.
levantaos, le dice inmediatamente, y de aqui en adelante
guardaos de doblar vuestra rodilla delante del que sea
hombre como 22a5
El iniciado Knigge añade á estas otras ceremonias, que
no son mas que irrisorias de los ritos religiosos. Tal es,
entre otras, la de las tres bendiciones que el sacerdote
iluminado da al nuevo caballero, y tal es principalmente
la cena con que se concluye la ceremonia, pues que es
una atroz irrision de la sagrada Eucaristía. A pesar de
ser tan impia, no acomodóá Weishaupt, porque aun le
pareció religiosa , teosïyica y que sabia á supersticion
a
~
(i) Alli mismo secc. 7.
(a) Véase la ¡Zltima palabra de Filon, pág. 100.
uo inuninisuo.-

Discurso del iniciante.

Lo que mas gustaba al fundador bávaro eran las ins


trucciones que se daban al nuevo caballero, y princi
palmente aquel discurso con que el orador iluminado,
escogiendo de entre todos los sistemas mazónicos el mas
artificioso, impío y desorganizador, se valia de él para
que á un mismo tiempo fuese el misterio de su mazo
neria y la preparacion mas inmediata á los de su ilumi
nismo. Tenga presente el lector lo que ya se ha dicho
en el segundo tomo de estas memorias sobre aquel Apo
calipsis de los Martinistas, titulado ; De los errores y de la
verdad. Alli hemos visto que fingen un tiempo en que
el hombre, desprendido de sus sentidos, libre de la ma
teria, estaba enteramente libre de las leyes y del yugo
político , al cual seha visto sometido por su caida. Alli he
mos visto que el hombre en el día debe hacer todos sus
esfuerzos para sacudir el yugo de nuestros gobiernos á
fin de recobrar su antigua pureza, su antigua libertad y
reparar su caida. Alli tambien habría yo podido mani
festar el absurdo idealismo, que hace de nuestros senti
dos una vana apariencia, para que su prostitucion no
sea mas que un delito quimérico Y alli en fin hemos
visto aquel sistema de toda corrupcion y desorganizacion,
que siempre ha sido la doctrina y el secreto de la falsa
filosofía.
(I) Cuando en mi segundo tomo explicaba yo la doctrina religiosa
y política de los Martinistas , no entré en estos pormenores de su
Idealismo , y esto fue porque no comprendí lo bastante en este par
ticular el sentido de su Apocalipsis. Despues he tratado á un sugeto j
que ciertamente tiene bastante espíritu , y se halla en estado de
comprender cualquier sistema , aunque sea poco inteligible. Este es el
señor; Abate Bertins, que en el día se halla en Oxford. Este eclesiástico
me ha hecho sobre los Marlinrstas las mismas reconvenciones que otros
cAríruLo ocnvo 111
El grado intermedio de Weishaupt estaba destinado para
enlaiar su iluminismo con las lógias mazónicas. Ya se ve,
que era muy regular que de todos los sistemas de las
lógias se apropiase los mas artificiosos y monstruosos.
No debe, pues, causar admiracion que el anti-teósoíb, el
ateo y materialista Weishaupt tome para este grado las
lecciones del Martinista, sobre el doble principio ó doble
espíritu. Péro se debe observar, que cuando este artificio
le precisa á valerse de-las palabras espiritu ó alma, lo
hace advirtiendo al iniciado, que solo los admite en su
código para conformarse con el lenguage vulgar. Habiendo
tomado esta precaucion , ya puede el iniciante repetir sin
algun temor las instrucciones de los sofistas sobre el doble

me han hecho sobre los mazones de Rosa-Cruz , diciéndome , que todo


lo que yo ¡rabia dicho era cierto , pero que jo no Io habia dic/io todo. Mucho
he dicho de estos señores; y para decir mas necesitaba de pruebas.
Con esto el señor Bertius quiso entrar en algunos pormenores sobre
las instrucciones que daba el mismo famoso Saint-Martin. Estas
confirman perfectamente cuanto be extractado de la doctrina de los
Martinistas sobre la naturaleza del alma , sobre su imaginario origen ,
que la hace parte de Dios , de la esencia de Dior] de la misma stutancia :
pero lo que no be dicho es que segun este mismo sistema , la materia
no triste realmente , ó si existe , está de tal modo separada , ó es tan de
ningun momento para el alma, que. entre las dos no hay ni puede
haberalguna relacion , siendo para nosotros como si en realidad no
existiese. Descubrí las consecuencias de esta doctrina en lo que me
dijo el señor Viz-Conde de Maimbourg , jóven muy apreciable, á
quien los Alartinistas querían inficionar con sus errores ú horrores.
Cuando hablaban de los placeres de los sentidos , le decían los que
le querían seducir : maya al fuego todo eso..... alfuego.....; dad alfuego
cuanto a.; pida ; no está alli el espiritu ; nada de esta daña al alma ,- este
fuego es la materia , mn lo: sentidos, es el cuerpo. ¿Y no dirán en el
mismo sentido los Martinistas : En mano me persigue el enemigo con su:
i/rzsiones. . . . i es preciso que aqui bajo la materia no se acuerde de mi 9...,
g Puede el hombre gustar la: delicias de la materia r- Cuando sus sentido;
sienten alguna pena o’ algun placer , g no es fácil ver que no es e! hombre
quien :iente aquella pena , ó aquel placer? ( L-holnme de desir, por el
11g ILUMINISMO.

principio. En efecto, las que aqui da á sus caballeros


escoceses sobre el grande objeto de la francmazonería,
parece que todas se han tomado de este sistema. Empie
za con decir, que una grande revolucion en los tiempos
antiguos despojo á los hombres de su primitiva dignidad.
Representa despues al hombre con derechos para reco
brar su antiguo resplandor, pero que no lo puede con
seguir á causa del abuso de facultades, con que siempre
ha aumentado sus manchas y su-degradacion. Hasta los
sentidos del hombre, continua, estan de tal modo entor
pecidos sobre la naturaleza de las cosas, que solo descu
bre en ellas mentira , apariencia é ilusion. Pero los sabios
principalmente, despues de aquella grande revolucion,
guardaron en secreto los principios de la antigua doctrina
y de la verdadera mazonería. Entre estos sabios ocupa
tambien su lugar Jesus Nazareno. . . . .
Asi se expresa este monstruoso gerofalite, que tiene va
lory desvergüenza para hacer del Dios de los cristianos
uno de los grandes maestros de su iluminismo. Pero bien
presto se alteró la doctrina de Jesucristo, dice , y los

autor de- los errores] de Ia werdad , número 235 ) ¡ Que horrorosos


enigmas l Si todas las pasiones delos sentidos son extrañas al hombre;
si las puede satisfacer sin que su alma sea mejor ó peor ¿puede haber
máximas mas moustruosas para la moral ? Por esto un Martinista
dinamarques, á quien consultó el Señor de Maimbourg, mas ingenuo
que sus cofrades engancliudores , le dijo : Querido Señor, guárdese V. de
entrar en nuestros lnirterios. Por mi desgracia me han enredado ; en Ivana
prctenderia yo desatarme, púas me es imposible. Guairdcse, pues, de entregarse
a- esta gente. El jóven Vizconde admitió el consejo. El Señor Bertins,
que era tau superior en luces á Saint - Jlartin , siempre resistió ,
diciéndole : si mi alma es parte de Dios , y sirstancia del mislno Dios , e‘.
preciso que sea Dias; A estas reflexiones del Señor Bertius , que solo
por curiosidad escuchaba las instrucciones de Sirint-Ïllzrrlin , respondió
este : Ya vveo que nunca logrará convertir (i algun teólogo , y con esto
abandonó á un sabio , que era mas á propósito ¡nara dar , que para
recibir lecciones del solista.
sacerdotes
cnírunowcrAvo. 115
sacerdotesy los filósofos levantan sobre este fundamento
divino un edificio de inepcias, de preocupaciones y de inte
res; que con la misma doctrina, la tirania de los sacerdo
tes j el despotismo de los principes oprimen , de coman
acuerdo, la irjeliz humanidad. La franc-mazonería, dice,
se opone á estos desastres y procura conservar la doctri
na verdadera; pero por desgracia la desfigura con sus
símbolos, y con -esto sus lógias se vuelven escuelas del
error y de la ignorancia. Los iluminados solamente p0
seen los secretos del verdadero franc-mazon, y aun les
quedan otros muchos que descubrir, y á estas investi
gaciones debe dedicarse el nuevo caballero. Se le ad
vierte con especial cuidado , que, dedicándose al estudio
de los antiguos Gndsticas y Maniqueos, podrá hacer gran
des descubrimientos en esta verdadera masonería; pero tam
bien se le dice, que los principales enemigos que se le
presentan en estas investigaciones son la ambicion y todos
aquellos vicios que hacen gemir la humanidad oprimida
por los sacerdotes y principes
Uno de los mayores artificios de Weishaupt, es la oscu
ridad en que todas estas instrucciones dejan al iniciado
por lo relativo á la grande revolucion , cuyos estragos se
han de reparar por medio de otra nueva. Este grado es
el último favor que hace la secta á los iniciados de la
clase de los príncipes. Es preciso dejarles que crean , que
aquella antigua grande revolucion no consistió en otra cosa.
que en la union de las potestades y príncipes con los ecle
siásticos para sostener el imperio de la supersticion y de
las preocupaciones religiosas; que la nueva revolucion á
que se aspira, es la adbesion de les príncipes ála filosofía,
para que destruyendo aquel imperio triunfe la razon. Si
el príncipe iniciado se admira al ver que se ha dado

(I) Art. 8 de este grado , instruccion sobre los gemgljflco: mazóvaicu.


Tomo III. H
114 ILUMINISMO.
principio á su iniciacion con exigirle el juramento de
nunca ser adulador de los grandes 0’ esclavo de los princi
pes, se le procura aquietar con la fórmula sobre lafide
lidad á los deberes socia/cs y civiles. Cualquiera sea la
idea que ha formado de su iniciacion, debe como fiel
caballero hacer el juramento de proteger á sus hermanos
iluminados contra la supersticion yel despotismo, de obe
decer á los excelentisimos superiores, de favorecer con
,todo su poder los progresos dela orden , que ya cree que
es la única que está en posesion de la_verdadera franc
mzzonería.
Si entre los iniciados de menos consideracion hay algu
nos que no son capaces de elevarse sobre su teoscfia;
-esto es, si hay algunos de quienes Weishaupt desespera
poderles imbuir los principios del ateismo y de la anar.
quía, los condena á quedar estacionario: en la clase in
termedia. Weishaupt, que los ocupa en explicar todos
los geroglíficos de la mazonería relativos á la grande revo
lucion, con el pretexto de descubrir una religion mas
perfecta, ya ha logrado persuadirles, que el cristianismo
del dia no -es mas que supersticion y tiranía , y con esto
ya les ha inspirado todo su odio contra los sacerdotes y
el estado actual de los gobiernos , lo que le basta para que
le ayuden á destruir, sin necesidad de manifestarles lo
que quiere edificar.

Leyes y deberes de este grado .

Pero si la secta descubre que entre estos hermanos


caballeros los hay que por si mismos comprenden el sen
tido de aquella grande revolucion , que privando al hom
bre de su primitiva dignidad le sujetó á las leyes civiles ,
y comprenden tambien cual ha de ser aquella otra revo
lucion que todo lo ha de restablecer, restituyenclo al
CAPÍTULO OCTAVO. H5
hombre su primitiva independencia, entonces los distin
guen los hermanos escudriñadores, porque de ellos ba
blan con mas particularidad aquellas palabras del códi
go : Los caballeros escoceses deben reflexionar con mac/La
madurez que ellos son, presidentes de un grande estable
cimiento que se /ia formado para hacer feliz á la huma
nidad. En efecto, es este uno de los deberes que mas
deben llenar los inspectores y directores de todos los gra
dos preparatorias de la orden. A este fin tienen susjun
tas, que llaman capitulos secretos, cuyo primer cuidado
es procurar en .su distrito los intereses de la orden. Su.
primera instruccion dice formalmente, que los caballeros
escoceses se deben ocupar en imaginar planes que sean
propios para aumentar los caudales de la onlen ;. . que
-se desea muaho que se hallen medios para proporcionar á
la orden el posesorio de rentas considerables en sus pro
vincias. . Cualquiera que haga este servicio debe estar bien
seguro de que se lzará un uso noble de estas rentas. Todos
deben (¡abajar con todas sus fuerzas para consolidar poco
á poco el edificio en su distrito ,' hasta. que scan suficientes
los fondos «le la orden (t).
La segunda parte de su código confia á los mismos
caballeros el gobierno de la clase preparatoria. Cada uno
debe tomar a su cuenta corresponderse con un cierto
número de hermanos, que dirigen las academias miner
vales. En este código descubren los objetos sobre los cua
les pueden decidir por sí mismos; á que hermanos pue
den promover ó detener; y cual es la, cuenta que han.
de dar á los gefes. Para corresponderse con sus inferio
res, tienen la cifra ordinaria de la secta; pero para es
cribir á sus gefes, se valen de una manera particular
cuyos caractéres son verdaderamente geroglificos. El có
~
(1) Primera instruccion de este grado.
H2
¡r6 uumnisuo.
digo les encarga de un modo particular el cuidado de
los iluminados mayores; alos caballeros escoceses, dice,
u deben velar, para que losiluminados mayores no omi
u tan en las cartas que escriben cada mes, los empleos
u que puedan dar(t). u
Ya he dicho en el capítulo precedente, cuanto impor.
taba esta precaucion para recompensar el zelo de los
hermanos. El iniciado Knigge se ha esmerado en hacer
nos entender cuan útil puede ella ser hasta á los prín
cipes, combinándola con el código escudriñador. «Su
n pongamos, dice, que un príncipe tiene por ministro
n á un iluminado, que le pregunta; ¿que sugeto le pare
u ce á propósito para tal empleo , que está vacante? El
u ministro (ateniéndose al código escudriñador) podrá
u inmediatamente presentarle un retrato fiel de varios
u personages, entre los cuales no tendrá que hacer el
n príncipe sino escoger (2). u De este modo, puede añadir
aqui el lector ; atendiendo el príncipe á la promesa que ha
hecho de proveer todos los empleos vacantes en favor de los
hermanos caballeros, y supuesta la vigilancia de estos, solo -
presentará, á este efecto, á iniciados escogidos por la misma
orden, y de este modo el iluminismo bien presto será el
único que dispondrá de los beneficios , de los empleos,
de las dignidades y de todo el poder del estado.
Instruccion del caballero iluminado, relativo á la flanc
mazonería.

Mientras se espera que la secta tenga todo este influjo


sobre las cortes , hay otro que han de procurar tener
los caballeros escoceses sobre las lógias mazónícas. Sus
leyes'sobre este particular no llaman menos nuestra aten

(1) Segunda instruccion , núm. n.


(a) Ultimas declaraciones de Filon , pág. 95.

\' x
cArlruLo OCTAVO. n,
cion. He aqui lo que principalmente disponen. aEn cada
I ciudad, aunque poco considerable de su distrito, los

D capítulos secretos establecerán lógias mazónicas de los


D tres grados ordinarios. Harán que entren en estas ló
D gias personas bien ntorigeradas, que gozen de la consi
I deracion del público y scan pudientes. Se debe buscar
I a estas personas para que sean franc-mazones, aun cuan
I do parezca que nunca serán de utilidad para los ulte
I riores proyectos de nuestro iluminismo Si sucediesc
I que ya hay lógia mazónica ordinaria en dichas ciudades,
l procurarán los caballeros del iluminismo establecer una
I que sea mas legítima , ó á lo menos no omitirán medio
l ni diligencia para lograr la preponderancia en las que
D ya hallen establecidas, ó para reformarlas a’ para des
D truirlas Procurarán insinuar enérgicamente a lol
D nuestros que no deben frecuentar, sin beneplácito de los
I superiores, alguna de las pretendidas lógias que halla
l ren establecidas, en las cuales los hermanos á excep
D cion de sus mamotretos, solo tienen algunos símbolos
D de los ingleses, y algunas ceremonias que ellos mismos
l no entienden. Todos estos mazones se hallan en una

l grande ignorancia por lo relativo á la verdadera mazo

D nería, á su objeto y á sus verdaderos superiores. Aun


D que hay hombres de gran mérito en aquellas lógias,

I tenemos grandes motivos para no permitir fácilmente

D que visiten las nuestras u


.- Tendrán cuidado nuestros caballeros escoceses de que
todo se haga ordenadamente en laslógias que les estan su
bordinadas. Será su principal atencion la preparas-ion de
los candidatos. Aquí es preciso manifestar, con cierta

(1) Tercera instruccion para el mismo grado , núm. 1.


(z) Allí mismo, núm. 3.
l
(3) Alli mismo, núm. 5.
18 uuunusuo.
D astucia , que se les conoce bien .- Conviene -embarazarles
D con preguntas capciosas, para ver si tienen presencia
l de espíritu. Si no estan firmes en sus principios y des
D cubren su costado débil, es preciso hacerles conocer .
D que les faltan aun muchas cosas, y que tienen necesi
D dad de ser conducidos por nosotros El maestro
D' diputado de las lógias, que ordinariamente es revisor .
I de cuentas, debe tambien ser miembro de nuestrodcapí

D tulo secreto. Hará creer á lasloígias que eZ/as solas dispw

D nen de su dinero; pero él debe emplear esre mismo dinero

D segun el objelo de nuestra orden. Si se trata de socorrer

D á alguno de 'nuestros hermanos, se hará presente á la


I lógia. Poco importa que el tal hermano no sea mazon;
D no por eso se ha de deíai- de llegaral fin por algun
D expediente. No se tocará al capital, para que cuando sea
l) necesario tengamos medios a’ fondos parajnayores empre
7! sas. Se ha de enviar cada año al capítulo secreto la
S décima de lo que haya entrado en cada lógia. El tesorero
055585 que recibe estos fondos, los reune, y se vale de todos
los medios para aumentar los caudales (2). Antes de
tocar á nuestros propios fondos para ayudar zi nues
tros cofrades, es preciso en cuanto sea posible procu
rarles los socorros ó manutencion , sobre los fondos de,
las lógias que no son de nuestro sistema. Generalmente
UUUI hablando , es preciso /nacer que sirva á nuestro grande
objeto * el dinero que esta especie de ldgias ¿rastan tan
inútilmente Cuando algun mazon sabio se alista en
nuestra orden, se le pone bajo .la direccion inmediata
de nuestros caballeros escoceses n"

(i) Ióid. Núm. 9.


(a) Num. u.
(3) Alli mismo, núm. 13. '
(4) Núm. i6.
cAriruLo ocnvo. ug
¿ En que código habrán aprendido Weishaupt y su reo-
dactor Knigge estas lecciones de que se han valido para
formarlas leyes de sus caballeros escoceses ? Es cierto que
muchos lectores responderán , que fue en él de Mandrin,
de Cartouche, y demas salteadores de caminos; pero los
corifeos del iluminismo ninguna necesidad tenian de otros.
ingenios. Á Weishaupt le bastaba el suyo; él ya habia
inventado aquel principio : el [in santtjica los medios:
este principio aplicó .-í los robos que sus iniciados hacían
y podian hacer en las bibliotecas de los príncipes y de
los religiosos; y Knigge, su redactor, le aplica á la arca
de los franc-mazones honrados. Ya veremos comola secta
le aplica de un modo aun mas importante. Si algun ilu
minado , zeloso mas de la gloria de su patriarca que de
la del redactor, nos dijese, que Weishaupt no amaba este
grado de caballero escoces , le responderemos que si no
amaba este grado, no por eso dejó de amar las instruc
ciones del ladronicio y fullería que se siguen de sus prin
cipios. Ni siquiera hay una sola expresion en sus cartas
que manifieste que desaprueba aquel procedimiento.
Del mismo modo que Weishaupt dijo : ¿que hacen de los
libros preciosos esosfrailes imbéciles P Podia decir Knigge:
¿que hacen del dinero esos imbéciles franc-mazonesr’ ‘Veis
haupt no amaba ó despreciaha este grado , no porque cre
yese que no fuera conforme á sus principios, sino porque
contemplaba que era aun mu)’ miserable En las re
formas que de él hizo, se guardó muy bien de suprimir
los robos y ladronicios que deben , segun sus principios,
cometerse en servicio de la orden. En fin , tal cual es este
grado en el código de la secta, es cierto á lo menos que
consintió Weishaupt en que sirvicse de preparacion a’ los

(t) Der dende sentaba/ie Iiitter grzul, es la expresiun alemana con


nue le moteja.
H4
¡no numsisuo.
misterios de sus Epoptas, esto es de los Sacerdotes del
iluminismo: y es cierto, que, mirándole bajo este punto
de vista, se puede decir en el sentido de la secta, que
este grado de los caballeros salteadores era muy misera
ble. Quiero poner al lector en estado de que pueda por
sí mismo formar uicio.
aníruno nono. n:

mvuwvuvvswvsvvs vvuvvsinn-sAnüanvv¡-‘annflevifitvvv W\n\an

CAPITULO IX.
PARTE SÉPTIMA DEL cómco ILUMINADO. Cmsz m: MISTE
mos. EL EporrA (“), ó sAcnnnorn muununo. MISTE
mos pequeños.

Examen ¿preguntas preliminares.

Pon asegurada que pueda estar la secta delos progre


sos de sus discípulos, aun temia Weishaupt hallar algu
nos á quienes podría irritar el último objeto de su ilu
minismo. Necesitó de nuevas graduaciones para condu
cirlos al verdadero término de sus maquinaciones. De
aqui se deriva aquella division en grandes y pequeños
misterios, y de aqui mismo la subdivision de grados en
los mismos pequeños misterios. El primer paso que da
el prosélito, es iniciarse en el sacerdocio de la secta; es
decir, de caballero escoces pasa á ser Epopta. Asi le nom
bra, ycon este nombre le conoce la clase inferior; pero
con relacion á los grados superiores, se le llama sacer
dote Esta expresion , pequeños misterios, no debe dis
minuir la atencion de los lectores para conocerlos. Bajo
estenombre, poco significante , ya se rasga una gran
parte del velo. Antes de ser admitido, debe comenzar
el aspirante por reunir en su espíritu y en su memoria
cuantas lecciones anti-religiosas y anti-sociales se le han
dado, -para que pueda dar por escrito sus respuestas á
las siguientes preguntas:

(‘j Epopta , palabragriega, significa testigo de vista , inspector, ó


presidente. En el código iluminado, es el Sacerdote de la secta.
(t) Véase á Filon y Espartaco en la instruccion para este grado.
122 ILUMINISNO.
I.‘ e ¿El estado actual de los pueblos , corresponde al
D
objeto para el cual fue colocado el hombre sobre la
l) tierra? Por ejemplo , ¿los gobiernos, las sociedades ci
viles, las religiones de los pueblos, llenan el fin para
el cual las han adoptado los hombres? Las ciencias,_
en que generalmente se ocupan ¿les comunican luces
verdaderas, y los conducen á la verdadera felicidad?
No son ellas los efectos de las varias necesidades del
estado anti-natural en que se hallan los hombres? Aca
so son ellas otra cosa que una invencion -de celebros
vacíos y laboriosamente sutiles?»
2.‘ ‘¿Cuales son las sociedades civiles, y cuales las
ciencias,segun vuestro parecer, que se dirigen ó no al
fin? No ha existido en otro tiempo un orden de cosas
mas sencillo? Que idea os formais de aquel antiguo esta
do del mundo? n
3.‘ .i Al presente, cuando ya hemos pasado por todas
las nulidades ( a’ por todas las formas vanas é inútiles
de nuestras constituciones civiles), ¿no seria posible re--
gresar á aquella sencillez primitiva y noble de nuestros
padres? Y, suponiendo que ya hemos regresado, ¿unes-
tras desgracias no harían mas permanente este estado?
El género humano ¿no se parecería entonces á un hom
bre que, despues de haber gozado en su infancia de
la felicidad de la inocencia; despues de haber seguido
en su juventud todos los desvaríos de las pasiones, ya
instruido por sus propios peligros y por Ia experiencia,
trata de regresar al estado de la inocencia y á la pureza
de su infancia ?:
t 4.‘ «¿De que modo se habría de portar para renovar
aquel feliz periodo? Sería tomando medidas públicas,
valiéndose de revoluciones violentas, ó bien por algun
otro medio con que se consiguiese? n
Ó.‘ c La religion cristiana en su pureza ¿no suministra
CAPÍTULO nono. 125
n algunos indicios ? no anuncia un _estado y Telicidad
n'semejantes? no dispone y prepara para lo mismo?
6.‘ a Esta religion sencilla y santa ¿es la que en el dia
n profesan las varias sectas, ó es mejor? I
7.‘ c ¿ Es posible conocer y enseñar este mejor cris
n tianismo? El mundo , atendido su actual estado, ¿sopor
n taria mas luces? Creeis que antes de haber removido
n los innumerables obstáculos , seria útil al principio pre
» dicar á los hombres una religion mas depurada, una
n filosofía mas elevada, y despues el arte de gobernarse
D cada uno á sí mismo para su provecho? n
8.‘ a La oposicion que harian los hombres á este bene
» ficio ¿no se originaria de sus relaciones politicasy
n morales? Estos obstáculos nose derivarian de dichas nues
» tras relaciones políticas y morales, ó mas bien de un
u interes mal entendido, y aun mas de nuestras inve
n teradas preocupaciones? Si son tantos los que se oponen
s al restablecimiento del género humano, ¿no se deriva
n esto de que acostumbrados á las formas antiguas, dese-
v chan y aborrecen lo que no conocen, aunque tuviese.
n toda la naturalidad, toda la grandeza y toda la nobleza
» posibles? El interes personal ¡que lástima! ¿no preva
» lece en el dia sobre el grande interes general del
:- género humano? n
9.‘ a'¿ No es preciso remediar en silencio y pocoá poco
n estos desórdenes, antes de poderse lisonjear de renovar
u los tiempos felices del siglo de oro? No vale mas , mien
n tras se espera, sembrar la verdad en las sociedades se
n cretas? a
1o.‘ a ¿Hallamos algunos vestigios de semejante doc
n trina secreta en las antiguas escuelas de los sabios, en
n las instrucciones alegóricas que Jesucristo, salvador y
n libertador del género humano, dió á sus discípulos los
n mas íntimos? No observais las medidas de una edu
12.’; ILUIIIIHSMO.
s cacion gradual en este arte, que veis que se ha tras
» mitido á nuestra orden desde la mas remota antigüe
I dad (t) ?
Iniciacion del Epapta.

Si las respuestas que á aquellas da el candidato ma


nifiestan que no ha hecho grandes progresos, solicitará
en vano el favor que esperaba. Si sus respuestas son equivo
cas, se le hacen nuevas preguntas, ó se le dice , que se ex
plique con mas claridad (a). Pero si se manifiesta bien
dispuesto,y que no resistirá á las instrucciones que le dará
el gerqfante sobre todos y dichos grandes objetos, los
superiores consieuten en su recepcion, se convoca el
sínodo sacerdotal del iluminismo, y se señala el dia para
la iniciacion. A la hora convenida, el iniciado introduc
tor va á la casa del prosélito y le hace subir en un coche.
Se cierran las puertecillas, y las vueltas y giros que da
el cocbero instruido para prolongar y variar el camino,
y una venda que cubre los ojos del prosélito, no le per
miten adivinar el parage en donde al fin vienen á
parar. Se le conduce por la mano, siempre con los ojos
cubiertos, y sube lentamente al vestíbulo del templo de
los misterios. Entonces su guía le despoja de los sím
bolos mazónicos, le pone en la mano una espada desen
vainada , le quita la venda , y le prohíbe la entrada hasta
oir la voz que le ha de llamar, y en el interin queda
abandonado á sus meditaciones.
Cuando los hermanos celebran con toda pompa y es
plendor sus misterios, las paredes del templo estan col
gadas de tapizes colorados, y la multitud de luces aumen
ta el brillo. Se deja oir una voz, que dice : ¡ Ven, entra,

(t) Alli mismo.


(a) Alli mismo, instruccion rtlterior sobre Ia admision algrado de sacerdote.
cnlruno soso: ¡a5
infeliz fugitivo! los padres te estan esperando. Entra y
cierra la puerta inmediatamente. El prosélito obedece ai
la voz que le llama, y descubre en el fondo del templo
un trono, y sobre él un rico dosel; delante del trono una
mesa, y sobre ella una corona, un cetro, una espada,
cantidad de moneda de oro, y joyas preciosas que entre
lazan cadenas. A los pies de esta mesa, y sobre un co
jin de grana se ve un alba, un cíngulo y los ornamentos
simples sacerdotales. Colocado el prosélito en el fondo
del templo, y vuelto de cara al trono, le dice el gerofante:
aMira y fija tus ojos en el esplendor de este trono; . . . .
u si todo este juego de niños, si todas las coronas, los
n cetros, y demas monumentos de la degradacion del
n hombre tienen algun atractivo sobre tí, habla, que tal
a vez podremos satisfacer tus deseos. ¡Infeliz! Si esta aqui
u tu corazon , si quieres elevarte para oprimir á tus her
s manos, pasa á hacer el ensayo exponiéndote al peligro.
a ¿Buscas el poder, la fuerza, honores íalsos y superflui
n dades?..... Por ti trabajamos; te procuraremos estas
ventajas pasageras; te colocaremos tan cerca del trono
como deseas, y te abandonaremos á los resultados de
tu locura; pero nuestro santuario estará siempre cerra
do para tí. n .
a Al contrario, ¿quieres aprender la sabiduría? Quie
res saber el arte de hacer á los hombres mejores, libres
s y felices? Seas para nosotros tres veces bien venido.
3 Aquí ves brillar los atributos de la dignidad real; y alli
n sobre un cojín descubres la modesta Vestidura de la
n inocencia. Hesuélvete, escoge, y toma lo que tu cora
a zon prefiere. u Si sucede que el candidato, contra toda
esperanza , se resuelve á escoger la corona , le detiene un
grito , que le dice : Monstruo, retirate. . . cesa de ensuciar
este lugar santo. . . . vete, huya que aun tienes tiempo. —
Á estas palabras será despedido por el mismo hermano
¡a6 ' ILUMINlSMO.
que le había introducido. —Pero si escoge la vestidura
blanca, exclama el gerofante: ‘Bendita sea esia alma
D grande y noble. . . . Esto es lo que de ti esperábamos;
n pero párate; aun no se te permite vestirte esta ropa;
» es preciso que antes sepas el fin á que te destina
n mos n
El candidato toma asiento; se abre el código de los
misterios; y los hermanos, guardando un profundo silen
cio, escuchan los oráculos del gerofante. El lector que ha
visto el curso de las pruebas, de las preguntas, de los
ritos y de los grados insidiosos; el lector que en este
laberinto de educacion iluminada desea descubrir el ob
jeto de tantos cuidados y artificios, que atienda á los
siguientes oráculos; que acompañe al gcrofante y prosé
litos en esta caverna, que la secta llama su lugar santo,
póngase al lado del candidato que ella va 'á iniciar. Aquí
está la obra maestra de su fundador. Es muy cierto que
llegará á cansarse su justa indiguacion al ver la mons
truosa fecundidad de sus sofismas, de sus impiedades,
y de sus blasfemias contra el Evangelio, contra su Dios,
contra sus magistrados, contra su patria, contra sus le
yes, títulos y derechos, contra todos los de sus antepa
sados y de sus hijos. Reyes y vasallos, ricos ó artesanos,
comerciantes y trabajadores oid , y conoced en fin lo que
se trama contra vosotros en el fondo de estas cavernas.
No permitais que el letargo, que hasta el presente os ha
tenido en inaccion, nos acuse de nimiamente crédulos
ó de muy tímidos. Las instrucciones que da la secta, y
que ella mira como la obra maestra de su código, las
tengo á la vista, y son las mismasque han salido de la
pluma de su legislador, que se hallaron en los archivos
de la secta , que se publicaron de orden del soberano de

(i) Alli mismo.


cniruno nono. 127
Baviera , quien las mandó imprimir para preservar á todas
las naciones de las maquinaciones que se tramaban con
tra ellas Las tengo tambien adornadas por el primer
orador de la secta, revistas y aprobadas por el consejo
de sus areopagitas, rubricadas por el mismo orador,
como verdaderas y conformes al ejemplar sellado con
él de la secta Leed pues; y, despues de haberlo hecho,
entregaos, si os parece, al fatalletargo de una ignorancia
voluntaria , satisfechos con repetir, que cualquiera cons
piracion contra la misma existencia de las sociedades civi
les, y de todo gobierno y contra toda propiedad, es una
conspiraclon quimerica.
El presidente iluminado dirige al candidato, á presen
cia de los hermanos ya iniciados en los mismos misterios,
la instruccion siguiente. -

l
(i) Escritos originales de Io: iluminados, tomo a parte n.
(a) Filon y Espartaco , q. ro hasta 7o, certgïcudos de Filon.
128 uuumisuo.-

DISCURSO
D21. cimentar-n una m. GRADO m: sAcsnnorn, ó n:
ErorrA ¡Luuuuno (1). '

El gerqfante al iniciado .
¡Á las pruebas de una preparacion continua sobre
» viene el momento de tu recompensa. En este momento
a ya te conoces á tí mismo, y has aprendido á conocer
n á los otros. Ya eres lo que deseábamos que fueses, y
s tal cual deseábamos verte. Ahora será de tu obligacion
s guiar á los otros. Lo que ya sabes, y lo que vas á apren
s der en este momento te manifestará su debilidad. En
n esta ventajase halla el único manantial del poder de
s un hombre sobre otro hombre. Las tinieblas se disi
s pan, el sol se eleva , las puertas del santuario se abren
u y una parte de nuestros secretos se te va á revelar.
n Cerrad á los profanos las puertas del templo; quiero
n hablar á los ilustres, á los santos , á los escogidos.

(t) He cotejado las dos ediciones de este discurso. En la primera


está del mismo modo que lo compuso Weishaupt y pronunció .á le
menos en sus primeras iniciaciones. Eu la segunda está corregido
por su iniciado el Baron Knigge , cuyo nombre de guerra es Filon.
He hallado que la correccion solo consiste en un lenguage mas
depurado en algunas partes , y en algunas extensiones en otras. He
observado , que el orador Kuigge copia exactamente , y palabra por
palabra , cuanto Weishaupt dice en sus instrucciones de mas impío ,
sedicioso y frenético. Yo prefiero el original. : En lugar de añadir,
abreviaré, ó no haré mas que omitir los pasages menos notables ,
reservándome hacer las reflexiones que las circunstancias pueden
exigir.:Weishaupt , siguiendo la costumbre comun de los Alemanes.
habla al iniciado en tercera persona del plural. Sobre este particular
seguiré la correccion de Knigge , hablando en segunda persona del
singular , mas conforme á nuestro idioma.
c Hablo
cAríruLo nono. 129-
Hablo á los que tienen oidos para oir, lengua para
callar , y un espíritu depurado para comprender.
» Contémplate en este dia, que, rodeado de ilustres,
entras en la clase delos que tienen una parte intere
sante en el gobierno de la sublime orden. ¿Pero sabes
tú que es esto gobernar, y principalmente en que
consiste este derecho en una sociedad secreta? El ejer
cer este imperio, no sobre el vulgo ó sobre los grandes
del pueblo , sino ejercerle sobre hombres los mas ca
bales, sobre hombres de todo estado, de toda nacion -
y de toda religion; dominarlos sin alguna violencia
exterior, y tenerlos reunidos por lazos durables , é
inspirarles á todos un mismo espíritu; gobernarlos con
toda exactitud, con toda actividad y con todo elsilen
cio posible, yá hombres extendidos por toda la superfi
cie dela tierra y en sus partes las mas remotas , este
es un problema que aun no ha resuelto la sabiduría
de los políticos. Reunir las distinciones y la igualdad,
el despotismo y la libertad; prevenir las traiciones y
las persecuciones, que serian su resultado inevitable;
no hacer caso de las cosas, impedir la inundacion de
los males y de los abusos, y hacer que renazcan en
todas partes las bendiciones y la felicidad , en esto con
siste la obra maestra de la moral unida á la política. Las
constituciones del estado civil nos ofrecen sobre el
particular pocos medios útiles. -— El temor y la violen
cia son su grande móvil; entre nosotros es preciso que
cada cual se ofrezca de sí mismo. . . Si los hombres al
principio fuesen lo que han de ser cuando entran en
nuestra sociedad , les podríamos manifestar la grandeza
de nuestro plan; pero el atractivo del secreto es casi
el único medio para contener á unos hombres, que
bien presto nos volverian las espaldas , si nos apresurá
semos á satisfacer su curiosidad: la ignorancia y la gro
Tomo III. I
1'50 ILUMINISMO.

p sería de muchos exigen por otra parte, que los for


n memos con nuestras instrucciones morales. _Sus quejas y
u sus murmullos sobre las pruebas, á las cuales nos vemos
u precisadosá sujetarlos, te dicen lobastante los trabajos
u que es necesario emprender, la paciencia y constancia
'. de que necesitamos, y cuanto importa que nos domine el
amor al grande objeto , para conservar nuestro puesto
en medio de un trabajo ingrato, y para no perder para
siempre toda esperanza de mejorar el género humano.
u Hoy has sido llamado para tomar parte con nosotros
en estos trabajos. Observar á los otros dia y noche,
formados, socorrerles, y velar sobre ellos; reanimar el'
valor de los pusilánimes, la actividad y zelo de los tibios;
predicar y enseñar á los ignorantes; levantar á los que
caen, fortalecer los que vacilen, reprimir el ardor de
los temerarios, prevenir la desunion , ocultar los defec
tos y debilidades, estar sobre sí para evitar la curiosi
dad del bello espíritu, prevenir la imprudencia y la
traicion , y en fin , conservar la subordinacion y apre
cio á los superiores, el amor delos hermanos entre sí,
u estos y aun mayores son los deberes que te.impone
mos. a
c Pero en fin, ¿sabes tú que cosas son las sociedades
secretas? Que lugarocupan y que representacion tie
nen en los acontecimientos de este mundo? Las tienes
en el concepto de que son unas corporaciones insigni
ficantes y pasageras? ¡Ah hermano.‘ Dios y la natura
leza disponen cada cosa para el tiempo y lugar con
venientes, y tienen su objeto admirable; se «valen de
estas sociedades secretas, como de un medio único é in-_
dispensaI/le para conducirnos á él. n
un Escucha y te llenarás de admiracion. Este es el pun
-to de vista al cual se ordena toda la moral; de aquí
J depende la inteligencia del derecho de las sociedades
cAriruLo nono 151
n secretas y de toda nuestra doctrina é ideas sobre el
u bien y el mal, sobre lo justo é injusto. Considérate
a entre el mundo pasado y el mundo por venir. Da una
» mirada despejada sobre lo pasado, y al instante los
a diez mil cerrojos de lo por venir se rompen, y para ti
n se abren todas las puertas-Verás la riqueza inago
» table de Dios y de la naturaleza, y la degradacion y la
» dignidad del hombre. Verás al mundo y al género hu
» mano en su juventud, si no le ves en su infancia, cuan
» do ya pensabas verle en su decrepitud y próximo á su.
a ruina y a su ignomima. u
Si se cansa el lector con este dilatado exordio, que
he abreviado para que no sintiese tanta molestia, que
repose, y que se entregue por un momento á sus refle
xiones. Este tono de entusiasmo que domina en él, le
descubrirá en todo lo que falta del discurso. Weishaupt
necesita de esta exaltacion para impedir de todas mane
ras a sus prosélitos el que puedan hacer sus reflexiones.
Al principio los inllama; les promete grandes cosas; pero
el impío, el astuto charlatan sabe muy bien, que solo
va á decirles unas grandisimas tonterías, mezcladas con
grandes errores y con grandes impiedades. He dicho el
impio y el astuto charlatan; expresiones sobremanera
débiles, atendiendo á lo mucho que presentan las prue
bas. Weishaupt sabe que engaña, y quiere engañar atroz
mcnte á sus prosélitos. Cuando los ha engañado, se burla
con sus confidentes de su imbecilidad. Pero tambien sabe
porque los engaña, y para que le podrán servircon todas
sus tonterías; y cuanto los sugetos á quienes ha enga
ñado gozan de mas consideracion ¡tanto mas se burla
de ellos en secreto. Entonces escribe de este modo á sus
íntimos amigos : ‘No sois capaces de creer la grande ad
» miracion que causa á los nuestros mi grado de sacer
n (lote. Lo mas singular, es que grandes teólogos pro
I 2
152 lLUMlNlsMO.
n. testantes y reformados, que son miembros de'nuestro
n iluminismo, creen realmente que la parte relativa á la
n religion de este discurso, contiene el verdadero espí
n ritu y el verdadero sentido del cristianismo. ¡Oliom
- bres.’ y que no podria yo haceros creer.’ Lo digo con
n franqueza; yo no podría imaginar que pudiese llegar
» á ser fundador de una religion n He aqui como
este tunante engaña de intento, y como se burla de los
que ha engañado. A mas de que, aquellos grandes teó
logos serian para los protestantes lo mismo que son para
nosotros los apóstatas, como los Sieyes y los de Autun;
porque por poco que conserve tal cual buena fe y su
juicio un hombre, no es posible que deje de ver que
todo este largo discurso va directamente á trastornar toda
religion y todo gobierno.
Quiero sugerir otra reflexion al lector, y es la grande
importancia é interes que da la secta á las sociedades
secretas, y lo que ella se promete poder conseguir con
estos misterios. A los gefes del estado. toca averiguar si
han sabido hacer el debido caso de los medios é impor
tancia de estas sociedades secretas, como lo han hecho
sus fundadores; si el temor y las precauciooes que deben
tener y tomar por su parte, no deben á lo menos igualar
la confianza y medios con que proceden y de que se
valen los autores de aquellos conventículos.
Volvamos, despues de esta corta digresion , á la lógia
en donde Weishaupt inicia sus prosélitos. Conservando
siempre el tono del entusiasmo, el gerofante enseña al
iniciado que la naturaleza, teniendo que-desenvolver un
plan inmenso, empieza por los términos mas pequeños
y mas imperíectos; que ella regularmente pasa por todos
los términos medios para llevar las cosas a’ un estado de

(t) Escritos originales , tomo a. Carta r8 de Weishaupt á Zwach.


cAríruLo nono. 155
perfeccion, que puede ser que en sí mismo sea el tér
mino mas pequeño de donde despues partirá para elevar
las á una perfeccion de un orden superior.
a La naturaleza, dice, nos hace empezar por la infan
n cía; de los niños hace ella hombres; al principio los
n hizo salvages, y despues civiles; puede ser que para
n hacernos, con el contraste de lo que fuimos, mas sen
» sibles, mas advertidos y mas útiles de lo que somos;
n puede ser que para decirnos que sus riquezas no se
n han agotado; que nosotros y nuestra especie estamos
n destinados á unas trasmutaciones de un orden infini
n tamente mas importante. v El iniciado que hiciese tal
cual uso desu razon concluiria de estos principios, que el
género humano se ha perfeccionado, pasando de su estado
pretenso primitivo y salvageá la sociedad civil; que si ha
de llegar á un estado mas perfecto, este no será aun aquel
estado primitivo. Pero los sofistas tienen sus giros, y los
iniciados son bastante tontos, ó bien los abandona Dios
y permite que cieguen, ya que quieren cegar para no ser
mas cristianos.
c Del mismo modo que los hombres (continua el gero
u fante) , tiene el género humano su infancia, su juven
u tud, su virilidad y su vejez. En cada uno de estos
n períodos se conocen nuevas necesidades; —-de aqui na
n cen sus revoluciones morales y políticas. . . En la edad
n viril, es cuando se manifiesta toda la dignidad del gé
n nero humano; y entonces solamente es cuando, ins
n truido por una larga experiencia, concibe al fin que
n seria desgracia suya invadir los derechos de otro, y
u valerse de algunas ventajas puramente exteriores para
n» elevarse con perjuicio de los demas. Entonces solamen
.» te se ve y se siente la felicidad y el honor de ser hom
u bre. n
154 inunmisnio.
1 La primera edad del género humano es la de la natu
n raleza salvage y grosera; la familia es la única socie
s» dad; el hambre y la sed, fáciles de contentar, un abri
n go contra las injurias de las estaciones, una muger, y
n despues del trabajo el descanso, fueron las únicas nece
n sidades de aquel período. En este estado gozaba el hom
n bre de dos bienes los mas estimables, la igualdad y
n libertad. Gozaba de ellos en toda su plenitud; de los
n mismos habria gozado siempre, si hubiese querido seguir
n el camino que le señalaba la naturaleza. . . . ó bien,
u si no estaba en el plan de Dios y de la naturaleza mani
u festarle al principio que felicidad le tenia destinada;
u felicidad, que por lo mismo debia apreciar mas, por
n que habia empezado á gustarla; felicidad tan presto per
. dida, pero suspirada un instante despues, y que en
n vano busca, hasta que al tin aprenda a hacer un justo
v uso de sus fuerzas y á dirigir su conducta en sus
n relaciones con los otros hombres. En este primer
n estado le faltaban las comodidades de la vida; pero
n no por esto era menos feliz, porque no conocién
u dolas, no sentía su privacion. La salud era su estado
u ordinario, y el dolor físico era la sola molestia que
u sentía. . . . ¡Felices mortales, que aun no estaban bas
a tante ilustrados para perder el sosiego de sus almas , y
u sentir los grandes móviles de nuestras miserias, este
a amor al poder y á las distinciones, la incliuacion á la
n sensualidad, el deseo de las señales representativas de
n todo bien , que son los verdaderos pecados originales
a con todas sus resultas, la envidia, la avaricia, la intem
n pei-ancla, las enfermedades, y todos los tormentos de
n la imaginacion ! n
He aquí en la boca del gerofante iluminado, que aquel
estado primitivo y tan salvage, que fue el primer ensayo
de la naturaleza, ya fue el mas feliz que han tenido los
cniruno nono. ¡'55
hombres. He aquí la igualdad y la libertad, principios
soberanos de su felicidad en el mismo estado. Si el lec
tor no entiende mejor que el iniciado el objeto que se
ha propuesto el gerofante, continue en prestarle su aten
cion, y reflexione bien lo que dice, que el hombre ha
perdido aquella felicidad á causa de haberse instituido
las sociedades civiles.
a Bien presto, dice, se desenvolvió en los hombres un
n gérmen fatal, con el cual su sosiego y felicidad desa
n parecieron. A proporcinn que se multiplicaron las fami
» lias, los medios necesarios para su conservacion se dis
n minnyeron; la vida nómada ó errante cesó; nació la
u propiedad; escogieron los hombres un domicilio per
u manente y se dedicaron á la agricultura. Se desenvolvió
u el lenguage; y, viviendo juntos, empezaron á medir sus
u fuerzas unos contra otros, y á distinguirse los débiles
» de los fuertes. Entonces , sin duda , fue cuando cono
u cieron el modo como se podian altxiliar mutuamente;
n como la prudencia y fuerzas de un individuo podian
u gobernar diversas familias reunidas, y atender á la
n seguridad de sus campos contra la invasion de un ene
n migo; pero entonces tambien se arruinóla libenadpor
D sus cimientos, y desapareció ia igualdad.
n El hombre con necesidades hasta entonces descono
u cidas, sintió que sus propias fuerzas no le bastaban; y
n para suplirlas, el débil se sujetó imprudentemente al.
u mas fuerte ó mas sabio, no para que le maltratase, sino
u para que le protegiese, condujese _é ilustrase. . . . Toda
n sumision, pues, aun del hombre mas tosco y grosero,
u solo es para el caso en que uno necesite del otro á.
n quien se somete, y bajo la condicion de que le socorra.
u Cesa su poder, cuando cesa la debilidad, y cuando so
n breviene otro que le sea superior. Los reyes son padres ;
n el poder paterno cesa en. el momento en. que el lujo
1-’:
156 ILUMINISMO.
n adquiere sus fuerzas ; el padre ofenderia á sus hijos, sí
p pretendiese prarogar sus derechos mas allá de este tér
s mino. Todo hombre en su mayoria se puede gobernar ci
x} si mismo; cuando toda una naa-ion es mayor, ya no
n ha] razon para tenerla por ¡nas tiempo en tutela. n
Cuando el fundador iluminado ponía este lenguage en
las bocas de sus gerofantes, ya se ve que habia estudia
do muy bien el poder y la ilusion de las expresiones;
habia tomado tantas precauciones en la eleccion y pre
paracion de los iniciados,- que no era fácil que le res
pondiesen de esta, ó semejante manera: Pero. . . tú, que
pronuncias estos oráculos, dí, ¿que entiendes por estas
naciones que han entrado en su mayoría? Serán, sin
duda, las que habiendo salido de su ignorancia y bar
barie han adquirido las luces necesarias para su felicidad.
¿Y á quienes deben estas luces y esta felicidad sino á las
mismas leyes de su sociedad civil? Luego entonces deben
sentir, y aun mas que nunca, la razon y la necesidad
de continuar bajo la tutela de las leyes y del gobierno,
para que no vuelvan á caer en 1a ignorancia y barbarie
de aquellas rancherias errantes ó en todos los horrores
de la anarquía, ó -se vean en la triste situacion de pasar
de una á otra revolucion , bajo el yugo sucesivo de sofis
tas bandidos, de sofistas verdugos y de sofistas déspotas
y tiranos, como los Sieyes, los Marselleses, los Robes
pierres con sus guillotiuas, ylos Triunviros con sus pros
cripciones. Solo el populacho estúpido en la minoridad
de su ignorancia, y los sofistas en la mayoria de la corrup
cion y de la perversidad pueden celebrar tales misterios.
El gerofante bien seguro de hallar muy pocos inicia
dos capaces de hacer estas reflexiones, continua incul
cando sus principios , concediéndoío todo á la fuerza
de los brazos, anulando toda la fuerza de la razon y
de la moralidad, aunque afectando siempre las palabras
virtud y moral, representando al hombre en sociedad
cníruno nono. 157
del mismo modo que á los tigres y leones en los bos.
ques. He aqui sus nuevas instrucciones:
‘Jamas la fortaleza se ha sometido á la flaqueza. La
n naturaleza ha destinado al débil para servir, porque
n tiene necesidades, y al fuerte para dominar, porque
» puede ser útil. Pero si uno pierde su fuerza y otro la
n adquiere, mudarán de lugar, y el que servía se volverá
u señor. El que necesita de otro, depende tambien de
n este, y ha renunciado sus derechos. Y asi, sean pocas
n las necesidades, y se darán los primeros pasos hácia
n la libertad. Este es el motivo porque los salvages estan
n mucho mas ilustrados que el resto de las hombres , y pue
n de ser que tambien ellos solos sean libres Cuando la
n necesidad es permanente, tambien lo es la servitud.
n Si los hombres se hubiesen abstenido de toda injusticia,
n habrían perseverado libres; solo la injusticia hace que
n uno se sujete al yugo. Para adquirir la seguridad, colo
n caron la fuerza en manos de uno , y con esto se crearon
n» una nueva necesidad, que es la del miedo. La obra de
n sus manos les asustói para vivir tranquilos , se qui
n taron á sí mismos la seguridad. En este caso se hallan
n nuestros gobiernos. . ¿i En donde hallariamos en el dia
» unafuerza protectora ? En la union ; pero esta es rara ,f
n solo se halla en las nuevas asociaciones secretas , mejor
n conducidas por la sabiduria, y unidas con lazos mas
n estrechos. De aqui se deriva aquella inclinacion que la
n misma naturaleza inspira hzícia estas asociaciones. v
Cualesquiera que sean los lazos que se arman con este
cuadro del género humano en sociedad, ycualquiera que
sea la afectacion de no querer descubrir en ella sino tira
nos y dóspotas de una parte , y esclavos oprimidos y tími
(los de la otra; y sobre todo, cualquiera sea la parte
(i) Damn; sind wii de und im hochsten grud aufgehltcrtc , vicilleicht ,
die clnzigc freyemensclien.
158 ILUMINISMO.
que la voz dela naturaleza tiene en la institucion delas
leyes sociales , que convidan al hombre para que saliendo
de los bosques viva en sociedad bajo unas leyes y gefes
comunes, no por esto deja el gerofante de levantar el
grito y decir con la mayor confianza:
a Tal es la historia verdadera y filosófica del despotis
n mo y de la libertad, de nuestros deseos y de nuestros
n temores. El despotismo nació de la libertad, y del mis
: m0 despotismo renace la libertad. La reunion de los
n hombres en sociedad es la cuna y es el sepulcro del des
» potismo, y tambien lo es de la libertad. Habemos teni
n do la libertad y la habemos perdido para. volverla á
a hallar, y para no volverla á perder; para aprender con
n su misma privat-ion el arte de gozar mejor de ella. u
Reflexione el lector estas palabras. Si ellas aun no ma
nifiestan con toda claridad el objeto de la secta; si no
se descubren sus votos de que vuelvan los hombres á
aquellos tiempos que ella finge, de las hordas nómades,
de los hombres salvages, sin propiedad, sin leyes y sin
gobierno, que lea estas otras: ‘La naturaleza ha sacado
u los hombres del estado salvage , y los ha reunido en
n sociedades civiles; de estas sociedades pasamos á deseos
I y elecciones mas sabias. Nuetlas asociaciones se presen
n ian á estos deseos,- y por ellas volvemos al estado de
n donde hemos salido, no para recorrer de nuevo el cir
n culo antiguo , sino para gozar mejor de nuestro destinoÏv
Aclaremos este misterio.
a .05 hombres pues habian pasado de su estado apacible
n al yugo de la servidumbre. Eden , aquelparaiso terreno,
n se perdia’ para ellos. Sujetos al pecado y á la escla
¡r vitad, se hallaban en la servidumbre, reducidos á ganar
» se el pan con el sudor de su, frente. Entre estos hom
n bres, hubo quienes prometieron proteger a los demus, y-
» se hicieron sus gefes. . al principio lo fueron de horda-s
ciriruno nono. 13g
n y colonias. . . estas, ó bien íueron conquistadas, ó bien
n se reunieron y formaron un gran pueblo. En esta épo
» ca ya hubo naciones y gefes, y reyes de las naciones.
D luego que empezaron las naciones y los pueblos , dejo’
n el mundo de ser una granfamilia y un solo imperio; el
I grande lazo de la naturaleza se rompió. n
La imprudencia de estas aserciones debe causar admi
racion al lector, y le contemplo que se dice á sí mismo :»
¿como es posible haya impostores que mientan con tanto
descaro? que pretendan hacernos creer, que el universo
que no componia mas que una sola famiha, y que el
grande lazo de la naturaleza se ltallaba en las hordas
dispersas, en donde el hijo, á penas sabia andar,.cuan
do ya uo era de su padre? Como puede concebirse , que
los hombres dejen «le componer una grande familia en
el momento en que se retmen para vivir bajo unos mis»
mos gefes y bajo las mismas leyes para su proteccion y
comun seguridad?. . . Pero suspendamos nuestra indig
nacion, y cotejemos con las instrucciones de la secta á
aquellos infelices bandidos, que segun ella eran los úni
cos que merecian el nombre de patriotas, y cuyos robos
y atrocidades dirigía ella misma por medio de unos títu
los tan poderosos como son el de pueblo, el de nacion
y el de patria. Al mismo tiempo en que la secta hacia
resonar en su favor y en público aquellos amables epi
tetos, escuchad las maldiciones que vomitaba en el se
creto de sus misterios contra todo lo que es pueblo, na
cion y patria.
En el momento en ‘que los hombres se reunieron en
I naciones acesaron de reconocerse bajo un- nombre co
n mun. . . el Nacionalismo , ó el Amor nacional ocupó el
n lugar del amor general. Con Ia division del globo y de
v sus regiones, se estrechó la beneficencia en unos límites
n que ya nunca debia traspasar. Entonces comenzó á ser
14o ILIÏMINISMO.

virtud el extenderse á costa de los que no estaban bajo


el mismo imperio. Entonces se permitió, para-lograr
este intento, despreciar á los extrangeros, engañarlos
y ofenderlos. Y á esta virtud se llamó patriotismo. Lla
maron patriota al que , siendo justo con los suyos , era
injusto con los extraños; que no atendia á su mérito,
y tomaba por virtudes los vicios de su patria.... ¿Y por
que no se han de estrechar mas estos límites? porque
no se han de reducir á los que solo viven en una mis
ma ciudad? y porque no .á los miembros de una mis
ma familia? y aun porque no concentrar aquel amor
solo á su propia persona? De este modo se vió enton
ces que del patriotismo nació el localismo, el espiritu
de familia, y enfin el egoismo. De este mado el origen
de los estados ó de los gobiernos, de la sociedad civil,
n fue la semilla de la discordia; y el patriotismo halló
en si mismo su castigo. . . . . Disminuid y separad este
amor á la pairia, y los hombres, empezando de nuevo á
conocerse como hombres, ya no habrá parcialidades y
el lazo de los corazones se desarrollará y se extenderá...
Al contrario, aumentad el patriotismo, y enseñaréis á
los hombres, que no hay motivos para detestar un
amor, que estrechándose, se limitará á la familia, y al
fin parará en un simple amor de si mismo, y en el
mas estrecho egoismo. n
Abreviemos estos sofismas y blasfemias del gerofante
iluminado. Dejémosle que, so pretexto de su amor ani
wersal, se irrite contra los nombres de Griegos y Romanos,
de Franceses a’ Ingleses , de Italianos a’ Españoles, de Paa
ganos ó Judíos, de Cristianos o’ Musulmanes, que distin
guen las naciones ylos cultos. Dejémosle que repita
que al traves de todos estos nombres se olvida el de hom
bre; ¿ queresultará de todo esto? Que este amor universal
no es sino un manto con que tanto el gerofante como los
CAPiTULO nono. ¡[u
demas sofistas desorganizadores pretenden cubrir su odio
sa hipocresía. Solo pretenden que se ame igualmente á
todos los hombres, para que á ninguno se ame verdadera
mente. Detestan el amor nacional y patriótico, porque
aborrecen las leyes de las nacionesy las de sn patria.
Detestan hasta el amor á la familia, sustituyendo el amor
universal, porque no aman mas á sus conciudadanos y
familias que á los Chinos, Tártaros y Hotentotes, ó á los
bárbaros que nunca verán, porque todos les son indife
rentes. Extienden este lazo para disminuir su fuerza y
accion. Se dan el nombre de ciudadanos del universo
para dejar de ser ciudadanos en su patria, amigos en
sus sociedades, y padres ó hijos en sus familias. Dicen
que todo lo aman de tmo al otro polo, para no amar
nada de lo que les rodea. He aqui lo que son nuestros
Cosmopolitas.
El iniciado, á quien seduce esta expresion amor uni
versal, se entrega á una estúpida admiracion . El gerofante
acude al código de las naciones; y el iniciado á quien des
lumbran todas estas instrucciones, aprende que aquel códi
go se opone del todo al de la naturaleza , sin advertir que
su nuevo código borra las primeras leyes naturales, que
son el amor á su patria y familia. No sabe preguntar
¿porque lo que debe hacer por sus hermanos ó conciu
dadanos, impide llenar sus deberes con el extrangero ó
con el bárbaro? Con nuevos sofismas se le intenta per
suadir que el defecto original del género humano , real
mente es haber abandonado la igualdad y la libertad de
la vida salvage por la ínstitucion de las leyes civiles.
Aquí mas que nunca, el gerofante , mezclando con los
arrebatos del entusiasmo los del odio y de la calumnia,
recorriendo las varias épocas del género humano, des
pues de la institucion civil, solo descubre en los fastos
de la sociedad , opresion , despotismo, esclavitud, guerra
¡[p ILUMINISMO.
que sucede á guerra, revolucion á revolucion , y que siem
pre acaban en tiranía. Ya son reyes, los que rodeados de
legiones de rebaños , que se llaman soldados, para satis
facer su ambicion , emprenden conquistas sobre los
extrangeros, ó reinan por el terror sobre sus vasallos es
clavos; y ya son los pueblos que se arman para mudar
de tiranos; pero sin haber en alguna ocasion atacado á
la tiranía en su origen. Si los pueblos piensan acertar
nombrando representantes, estos dice el gerofante, olvi
dando que tienen su comision y poderes delpueblo , firman
aristocracias ú oligarquias, que todas al fin van á parar
en monarquía y despotismo. Siempre se representa al gé
nero humano envileeido bajo el yugo de la opresion y
de la tiranía. El iniciado, aturdido -con estas declama
ciones del gerofante, que van acompañadas de gestos, y
con unas miradas y gritos de Pitonisa, exclama : pues que
tales son los resultados de esta constitucion de los estados,
ó de las sociedades civiles. . . . ¡ó locura de los pueblos!
Y como no han previsto lo que debia suceder! Como han
auxiliado á sus mismos déspotas á abatir al hombre hasta
la servidumbre y reducirle ci la eondicion de bruto.’
Supongamos que un sabio verdadero se halla presente
á ¡estas instrucciones; su corazon se llenará de indigna
eion , é interrumpirá al gerofante para decirle: ¡insensato!
¿que oráculo te ha enseñado á no descubir en los fastos
de la sociedad sino-salteadores y monstruos? que la his
toria del mundo solo se halla en las pestes, en las ham
bres , en los uracanes, en los rayos, en las tempestades y
en los elementos desencadenados? que no hay dias sere
nos para el hombre que vive en sociedad? será el sol
para él un astro maléfico, porque hay escarchas y nu
blades? será preciso quiten el tejado de tu casa, porque
han acontecido incendios? maldecirás la vida y la salud,
porque hay épocas de dolor y de enfermedades? a que
capi-ruso nono. 145
fin este cuadro tan oscuro de desastres, cuando se trata
de dibujar la historia de la sociedad? ó á que fin ese
absoluto silencio sobre los males de que nos preserva , y
sobre las ventajas y bienes que nos proporciona, sacán
donos de los bosques ?. . . .
Pero esta voz de la razon no penetra en la caverna de
Weishaupt. El gerofante, que es su éco, repite con la
mayor satisfaecion sus oráculos. Llega al grande objeto
de la iniciacion, y á los medios para hacer que desapa
rezcan aquellas desgracias, cuyas causas descubre en la
institucion de las leyes ó de los gobiernos. - ¡ Onaturaleza!
» exclama, ¡que grandes son tus derechos y que incontes
n tables! Del mismo seno de los desastres y de las mútuas
n destrucciones nacen los medios para la salud. (lesa la
n opresion, porque aquella halla fautores, y la razon vuel
s ve á entrar en sus derechos, por lo mismo que hay quien
n se esfuerza en sofocarla. Aquel mismo que quiere cegar
l) á los otros, debe á lo menos aspirar á dominarlos por
n medio de las ventajas de la instruccion y de las cien
n cias. . . Hasta los mismos reyes llegan á concebir, que
n es muy poco decoroso reinar sobre hordas ignorantes...
n Los legisladores empiezan á v,olverse mas sabios, y favo
n recen la propiedad y la industria. . . . Motivos perver
n sos propagan las ciencias; los reyes las protegen para
D que sirvan á la opresion. . . Otros hombres se valen de
n ellas para subir al orígen de sus derechos. En fin, se
n valen de este medio desconocido para accelerar una
u revolucion en el espíritu humano y triunfar para siem
n pre de la opresion. Pero el triunfo seria limitado , y los
» hombres volverian presto á caer en su degradacion,
n si la providencia en los tiempos remotos no les hubiese
» proporcionado unos medios, que ella ha hecho que
n llegasen hasta nosotros, para meditar en secreto, y al
fin obrar algun dia la salud del género humano.
144. tnunuiusuo.
c Estos medios, continua el oráculo iluminado, son las
s escuelas de la filosofia. Estas escuelas en todos tiempos
» han sido los archivos de la naturaleza y de los derechos
n del hombre. Llegará dia en que por medio de estas escue
n las se reparará la caida del género humano; los prin
n cipes y las naciones desaparecerán sin violencia de la
i: superficie de la tierra. El género humano no será mas
n que una misma familia, y la tierra solo será la morada
l: del hombre racional. La moral sola producirá insensi
n blemente esta revolucion. Llegará aquel dia en que
n cada padre será nuevamente lo que fueron Abraham y
a los patriarcas, esto es, sacerdotes y soberanos absolutos
n de su familia. Entonces la razon será el único libro de
u las leyes y el solo código de los hombres. . . En esto con
» siste uno de nuestros grandes misterios. Escucha la de
» mostracion ¡’aprende elmodo como se ha trasmitido ha.s
» ta nosotros. n
Ya he dicho que si mi objeto fuese únicamente pro
bar la existencia de una conspiracion que ha tramado
el iluminismo contra la misma existencia de toda socie
dad , de toda ley civil y de todo- cuerpo nacional, bas
tarian estas lecciones del gerofante, y seria superflua cual
quiera otra prueba. Pero para que todos conozcamos
nuestro peligro, es preciso descubrir el arte de que se
vale la secta para pasar de estas maquinaciones del deli
rio á las maquinaciones de la perversidad, y como sabe
entusiasmar é inflamar las legiones de sus iniciados. No
se canse, pues, el lector de oir las instrucciones del gero
fante. Si para esto necesita de paciencia, sepa que de la
misma necesito yo para traducirlas.
a ¿Que ceguera tan extraña ha podido hacer que los
z hombres hayan imaginado que el género humano ha
» bia siempre de ser regido y dominado como lo ha sido
u hasta el presente?. . En donde está el que ha conocido
todos
cníruno Nono. 145
todos los recursos de la naturaleza P“ . quien ha seña
lado límites , y ha podido decir: aqui te pararás, á
aquella naturaleza, cuya única ley es la unidad en
una variedad infinita? quien le ha mandado recorrer
siempre el mismo círculo, y ser perpetuamente uni
forme ?... ¿quien es el que ha condenado á los hombres,
y aun á los mejores, los mas sabios , y los mas ilus
trados de estos á una eterna esclavitud ?...¿Porque ha
de ser imposible al género humano llegar á su mayor
perfeccion , que es la capacidad de gobernarse á si mismo?
¿í Porque ha de ser necesario que otro guie a! que sabe
conducirse á sí mismo P. . . ¿Será , pues, imposible al gé
nero humano, a’ á lo menos á la mayor y mas ilustrada
parte de él cl salir de su minoridad P Si aquel puede,
n: ¿ porque no podrá este? Enseñad á uno lo mismo
U
S que ya haheis enseñado á otro; enseñadle el grande
arte de dominar sus pasiones y arreglar sus deseos.
Enseñadle ya en su tierna juventud que necesita de
otros; que debe abstenerse de ofenderlos, si no quiere
que le ofendan; que ha de ser benéfico, si quiere re
urna: cibir beneficios. Hacedle paciente, indulgente, sabio
y benévolo. Los principios, la experiencia, y el ejem
plo le han dehacer sensibles estas virtudes, y veréis
si necesita de otro para conducirse. Si fuese verdad que
5 la mayor parte de los hombres son demasiado déLiles
U y limitados para concebir estas verdades tan sencillas,
ü y que es muy difícil convencerlos, se seguiría, que
se ha acabado nuestra felicidad, y que por lo mismo
:1 debemos suspender el trabajo de mejorar é ilustrar
U al género humano. Pero esto es una preocupacion,
na»ra y manifiesta la contradiccion de los pensamientos
humanos. Se seguiría que el imperio de la razon, y
la aptitud de gobernarse á si’ mismos solo seria para
la mayor parte de los hombres un sueño quimérico;
Tomo III. K
146 ILUMlNISMO.
n y de otra parte, -¡la preocupacíon hace que esta sea
v la heredad privilegiada de los hijos de los reyes, de
u las familias reinantes, y de cualquiera á quien su
n propia sabiduría , ó ciertas circunstancias felices hacen
n independiente!» ,
¡Que astucia tan malvada se descubre en estos giros
del gerofante! El pobre iniciado con esto se imagina
que, en las bases de nuestras sociedades civiles, solo se
halla realmente una contradi-ccion chocante. Cree bue
namente que el privilegio hereditario de los reyes y
de sus hijos, le fundamos en que nacen con toda la
sabiduría necesaria para guiarse á sí mismos, cuando
la naturaleza ha negado este don á todos los demas.
Weishaupt que se burla en secreto de la credulidad
y tontería de sus iniciados, sabe tan bien como noso
tros, que ni siquiera el populacho mas tosco ha tenido
jamas tal idea. No ignora que sabemos, que los reyes
nacen niños como los demas hombres, con la misma.
debilidad, con las mismas pasiones y con la misma
incapacidad; que este don de conducirse y guiar á los
otros, se adquiere con la educacion , y con los socorros y
luces delos que le rodean; y sabe Weishaupt , que tambien
sabemos que con los mismos socorrosy educacion el hijo
de una familia oscura seria muchas veces mejor rey
que muchos soberanos, del mismo modo que puede
ser excelente magistrado y gran general de ejército. Pero
¿se sigue acaso de esto alguna contradiccion, si las so
ciedades, estando en la incertidumbre de que sugetos
son mas á propósito para el gobierno, y constándoles
las cábalas y alborotos que acompañan á las elecciones
de los reyes, evitan estos desastres con las leyes que
rigen los imperios , y hacen hereditarias las coro
nas? A mas de que ¿no es una tontería el pretexto
que se funda sobre el poder de conducirse á si mismo?'
CnÍTULO nono. 147
El hombre mas prudente y sabio, os dira : que si él
no necesita de leyes, de magistrados, ni de soberanos
para no ser injusto con los demas, para no oprimir,
ni robar á los otros , necesita de aquello mismo
para que los otros no le opriman y roben. Cuanto menos
mal quiere uno hacer á los otros, tanto mas necesita
de que haya un gobierno que impida á los otros
perjudicarle. Si al iluminado le parece dará esto
el nombre de esclavitud , yo lo llamo mi segu
ridad, y el garante de toda aquella libertad de que
necesito para hacer bien, y para vivir con felicidad y
sosiego en la sociedad. No conozco alguna ley que me
impida vivir y portarme como hombre de bien. El
malvado, solo el malvado no conoce libertad sino en
donde puede hacer el mal impunemente. Pero yo no
necesito de esta libertad, y siempre me manifestaré
agradecido al que no la permita. Si el iluminado le
llama tirano y déspota, yo le llamo mi rey y mi bien
hechor. Cuanto mas bien sepa yo hacer á los otros,
tanto mas le agradeceré que impida á los otros el ba
cerme algun mal.
El lector debe perdonarme estas reflexiones que opongo
al gerofante iluminado. Ya sé que los que piensan,
no necesitan de ellas : pero no es imposible hallar lec
tores tan crédulos como lo son los iniciados. Vién
dome en la precision de manifestar el veneno del ilu
minismo, debo no callar, ni ocultar el antídoto. Si hay
lectores que descubren poco los resultados que pueden
tener estos sofismas del iluminismo , yo les diré que los
iluminados colocan en ellos sus esperanzas, ypara que
lo vean, continuará las instrucciones del gerofante.
e ¿Que acaso hemos decaido tanto de nuestra digni
n dad, que ya no sentimos el peso de nuestras cadenas,
K2
14g ,lLUl\HNISMO.
n y aun las besamos, sin tener siquiera valor para esperar el
poderlas romper algun dia y recobrar nuestra libertad,
no por la rebelion y violencia, (porque aun no ha
llegado el tiempo) sino por el imperio de la razon?
Porque esto no se pueda hacer mañana ¿desespera
remos de que nunca lo podremos hacer? Dejad que
los hombres , que alcanzan poco , discurran y concluyan
á su modo ; tanto concluyan ellos, que no por eso
dejará de obrar la naturaleza. Esta, inexorable á todas
sus interesadas pretensiones, adelanta , y nada es capaz
de suspender su curso magestuoso. Bien puede ser que
muchas cosas no sucedan segun nuestros deseos ; pero
todo se restablecerá de por si : se allanarán las desi
gualdades; y despues de la tempestad sobrevendrá la
calma. Todo 10 que demuestran nuestras objeciones,
se reduce á que estamos demasiado acostumbrados
D al estado actual de las cosas; y tambien puede ser
que tengamos demasiado interes, para convenir en que
no es posible llegar á una independencia general. . .Dejad,
W pues, que se rian los reidores, y que se burlen los
Y) burlones. El que observa y compara lo que ha hecho
I) la naturaleza en otro tiempoy lo que en el dia hace,
luego verá que, á pesar de todos nuestros juegos, se
dirige ella invariablemente á su objeto. Su marcha
I) es insensible al que reflexiona poco; solo la vé el sabio,
b cuyas miradas penetran la inmensidad de los tiempos.
Desde la altura de los montes descubre este pais tan
distante , cuya existencia ignora la muchedumbre
réptil de los llanos. u
Los grandes medios que “leishaupt presenta á sus
iniciados para conquistar esta tierra de promision, esta.
tierra de toda independencia, son disminuir las nece
sidades de los pueblos é ilustrarlos. Escuchen estas ins
trucciones los que, no ha mucho tiempo, que , protegidos -
cAPÍTULO nono. 149
por las leyes, ejercían tan pacíficamente una profesion
honrada y lucrativa, y escúchenlas principalmente los
que, siendo, no ha mucho tiempo, rivales de la rica
Albion , sobre la inmensidad del Océano, se ven en el
dia tristes y desolados ribereños del -Te.z-e/, seguidores
imprudentes de una secta desorganizadora, á causa del
odio secreto que ella les ha jurado en sus misterios. Apren
dan estos á explicar los escombros de Lyon, el pillage
de Burdeos, la- ruina de Names y de Marsella, la suerte
de tantas ciudades, antes tan florecientes por elcomer
cio, y la de la misma Amsterdan ; y en seguida que
den una mirada á los árboles de la igualdad y de la
libertad. Cuando creian que no favorecian los votos
de la secta contra los nobles, los sacerdotes y los monar
cas sino para restituir al pueblo sus derechos de libertad
é igualdad, entonces los miraba la secta como que
eran los. grandes artífices del despotismo. En efecto;
entonces la misma secta, en sus misterios, proscribia su
profesion, como que era la que mas arrastraba los pue
blos á la esclavitud. Entonces tambien el gerofante,
profundo jacobino del iluminismo, decia á sus inicia
dos: a El que quiera someter las naciones al yugo, no
n tiene que hacer otra cosa que aumentar unas necesi
n dades que él solo pueda satisfacer... Eríjase en cuerpo
a- gerirquico la tribu 1nercantil;'es decir, dad á los
n mercaderes.alguna-representacion y autoridad en el
» gobierno , y. con esto habréis creado un poder, tal
n vez el-mas temible y despótica. Veréisla hacer la ley
u para el universo, y de ella sola podrá ser que dependa
n la independencia de una parte del mundo, y la es
» clavitud de la otra parte. Aquel es señor que puede
n suscitaro preveer, sofocar, debilitar, ó satisfacer las
u necesidades. ¿Y quien lo puede hacer mejor que los
u mercaderes?» De este modo, aquellos mismos que
IX 5
¡50 ILUMINISMO.
vimos auxiliar con tanto ardor en las ciudades comer
ciantes de Francia la revolucion del jacobinismo ,
para tener alguna parte en el gobierno, son precisa
mente los mismos cuya profesion mas teme y detesta
para todo gobierno el profundo jacobinismo. Aprové
chense de esta instruccion del iluminismo los comercian
tes, y no permitan los seduzca una secta que tanto les
aborrece.
El gerofante, despues de haber enseñado el primer
medio para llevar los pueblos á la independencia, que
debe consistir en disminuir las necesidades , pasa al otro
medio, que es difundir las que él llama luces. aAl con
n trario, dice, el que quiere hacer á los hombres libres,
u les enseña a abstenerse de aquellas cosas, cuya adqui
n sicion no está en su poder. Procura ilustrarlos, los
n hace audaces y de costumbres fuertes. El que los
n hace templados y sobrios, que les enseña á vivir con
a poco y á contentarse con lo que tienen, es mas
u temible para el trono que los predicadores del regici
u dio... Si no podeis de una vez comunicar este grado
a de luz á todos los hombres, empezad á lo menos
n con ilustraros á vosotros mismos para volveros mejo
n res. Sostenéos, auxiliaos, apoyaos mutuamente , au
a mentad vuestro número ; á lo. menos, vosotros haceos
independientes, y dejad al tiempo y á. la posteridad el
cuidado de hacer lo demas. Si llegais á ser numerosos
IIUUU hasta cierto punto, y si os hallais fortificados con
vuestra union , no -vacileis; empezad con haceros p0
derosos y temibles a’. los malvados, es decir, á cuantos
resisten á nuestros proyectos. Solo con esto ya sois
bastante numerosos para hablar de fuerza, y solo con
u hablar de esta, los perversos profanos empezarán á
u temblarmPara no sucumbir al número, sabed que
v» muchos se vuelven buenos de sí mismos, como vos,
CAPÍTULO nono. 15s
u y se alistan á nuestras banderas. Bien presto seréis
» bastante fuertes para atar las manos á los otros, para
n subyugarlos, y para sufocar la maldad en su germen.
Es decir, segun ya se da á entender, bien presto su/b
caréis en su mismo principio todas las leyes, todos los
gobiernos y todas las sociedades civiles. y politicas, cuya
institucion es para el iluminado el- verdadero gérmen de
todos los vicios y dc todas las. desgracias del género
ltumarw. nEl medio para que la ilustracion sea general,
n no consiste en extender , á un mismo tiempo, las luces
n por todo el mundo. Empieza- primero por ti mismo;
n aiuélvete despues a’. tu vecino ,- vosotros dos ilustrad á
a un tercero, á un cuarto ; y estos, extendiendo asimismo
n las lucas, multiplicardn los hijos de la ilustracion ,
n hasta que el número. y la fuerza nos entreguen el pa
n der(r). n

En el ritual de los iluminados, be visto que si el’


gerofante, cansado de estos largos oráculos, quiere
respirar, pueden otros iniciados continuarle, alternando
para instruccion del iniciado (2). Dejemos tambien. que
los lectores respiren, pues con- lo dicho ya tienen mu
cho que reflexionar sobre estas instrucciones de Weis
haupt. No dudo que se preguntarán á si mismos¿hastm
que punto deberán los pueblos disminuir sus necesida
des para poder vivir-- sin leyes? Fácilmente descubrirán,
' que la primera necesidad que se ha de suprimir, sera

(i)''Discurso para los pequeños misterios del iluminismo.


(a) En efecto; para que se lea este discurso, se necesitan á lo menos.
dos horas. La parte , cuyo extracto he hecho , se extiende desde la.
pág. 4,4 hasta la 93 , en el tomo a. de los -escribas originales ,- y en los.
últimos trabajos de Espartaco y de Filon,,desde la pág. Io hasta la 48,,
de un carácter muy pequeño. Aun ahreviaré- mas lo que se sigue ,_
traduciendo siempre fielmente los pasages mas notables.
K4»
15a 4 ILUMINISMO.
la de las cosechas y del pan ; porque, mientras haya
campos que cultivar, sera necesario que haya leyes que
protejan á los que los han sembrado, contra los que
pretendiesen coger lo que no han sembrado. Si el giro
que se pretende dar al sofisma les parece malvado , tam
bien verán que el mismo sofisma es en sí una tontería.
Para poder formar mejor juicio del gerofante, deben
los lectores cotejar esta revolucion, que teniade ser obra .
de la instruccion sola, y que se habia. de veri/icar sin el
menor sacudimiento rrebelion, con aquel tiempo, que,
dando á los iniciados el número, la fuerza y el poder,
los pondrá en estado de atar las manosial resto de los
hombres, de someterlos y de subyugarlos, siempre que
manifiesten. adhesion á aquella sociedad civil, que la
secta ha jurado destruir.
cniruLo DÉCIMO. 155

vvsvvsvvsvvsvssmnvvsvvsvvsvvsvsnvvuvv‘ “nvv¡ nnvvsvsuvvsvvs vvs vn sus

CAPITULO X.
Continuacion del discurso sobre los pequeños misterios
del IZaminismo.

EL gerofante, en lo que nos falta descubrir sobre


estos pequeños misterios, prosiguiendo sus instruccio
nes sobre la necesidad de ilustrar á los pueblos á fin
de hacer la grande revolucion, parece que al principio
teme que el iniciado no haya comprendido aun con bas
tante claridad el verdadero objeto de aquella revolucion,
hácia la cual en adelante se dirigen todas sus instruc
ciones. ‘Haced pues, dice aqui el iniciante, que la
n instruccion y las luces sean generales. Con esto tam
» bien haréis que sea general la mutua seguridad; pues
n la instruccion y la seguridad -ya bastan para que sean
n inútiles los principes y los gobiemos, porque ¿á que
a fin necesitariamas de ellos!’ n He aqui que con toda
claridad se le manifiesta al iniciado el objeto de la instruc
cion que se le encarga diseminar. Enseñará los pueblos
que se desprendan de los principes y de los gobiernos,
ó de toda ley y de toda sociedad civil, es el grande
objeto de sus instrucciones. Pero estas mismas instruc
ciones ¿ sobre que deben versar para que se logre el fin?
sobre la moral, y sobre la mora.l sola, continua el gero-
fante; cporque si la luz es obra de la moral, la luz y
n la seguridad se fortalecen á proporciou que se au
» menta la moral. Por esto la moral verdadera no es
a otro cosa que el arte de enseñar ci los /wmbres á ha
n cersc mayores , á sacudir elyugo de la tutela, a’ ponerse
¡54 uuunusuo. n
n en el estado de su "virilidad, y d desprenderse de los
n príncipes a’ de los gobiernos.
Siempre que oiga el lector á la Secta hablar con
entusiasmo. de moral, no se olvide de esta. definicion.
Sin esto, todas estas expresiones: hombres. de bien, vin
tuosos, honrados, o’ malvados, nos serian ininteligibles
cuando las dicen los iniciados. Con esta sola definicion,
ya se entiende que el hombre de bien, segun la secta,
es el que- se ocupa. en la destruccion de la sociedad
civil, de sus leyes y de sus gefes ; el malvado, segun
la misma secta, es el que se ocupa en la conservacion
de la misma sociedad, de sus leyes y de sus gefes. En
el código iluminado no se halla otra virtud ni otro crí
men. Temiendo que el iniciado haga presente que es
imposible que el género humano adopte esta doctrina,
el gerofante , previniendo esta objecion , se exclama : a ¡O!
u no conoce el poder de la ra-zon, los atractivos de la
u virtud, y está muy poco ilustrado el que tiene unas
n ideas tan limitadas de su propia esencia , y de la na
n turaleza del género humana... Si él ó yo podemos
u llegar hasta este punto ¿porque no podrá llegar tam
» bien otro? ¡Que l- se logra persuadir á- los hombres
n á que arrostren la muerte, se les entusiasma. con las
u tonterías religiosas y políticas, ¿y sera imposible ha
» cerles gustar una doctrina, que basta por si sola á
u conducirlos á la felicidad? No; no es el hombre tan
y malvado, como lo supone una moral arbitraria. Es
n malvado ,4 porque la religion, el estado y los malos
—- ejemplos le pervierten. Seria bueno, si se procurase
» hacerle mejor, si hubiese menos interesados en hacerle
u perverso para apuntalar su poder sobre la maldad»
Pensemos dela naturaleza humana con mas nobleza;
- trabajemos con valor; no nos asusten las dificultades;
u procuremos que nuestros principios lleguen á ser la
CnÍTULO nécmo. 155
opinion y regla de las costumbres ; y, en fin ¿hagamos
de la razon la religion de los humbres, y está resuelto
el problema. a Esta exhortacion urgente excita en cierta
manera al lector á que resuelva un otro problema. Su
pongo que aun no ha olvidado aquellos altares, aquel
culto y aquellas flestas de la, Hawn, de las cuales la
revolucion francesa ha dado al mundo el primer espec
táculo ; en vano seria ya preguntar de que caverna salió
esta deidad...
Aquí el iniciado aprende tambien á resolver lo que
hasta este momento habia podido serle problemático,
en todo el tiempo que han durado aquellas largas prue
bas que han precedido á su iniciacion. usiendo, pues,
tal la fuerza de la moral y de la moral sola ,_ le dice
el gerofante, porque ella sola puede hacer la grande
revolucion que debe restituir la libertad al género
humano, y abolir el imperio de la impostura, de la
supersticion y de los déspotas, debes ya concebir el
motivo porque, desde su entrada á nuestra orden,
ímponemos á nuestros discípulos una obligacion tan
estrecha, como es, estudiar la moral, porque apren
dan á conocerse á si mismos y á los otros. Ya descu
bres que , si permitimos á cada novicio que nos traiga
á su amigo, es para. formar una legion llamada, con
mas justicia. que la de Tebas, santa é invencible; por
que aquí un amigo, llenando las filas al lado de otro
amigo, combaten ambos para restituir al género humano
sus derechos, su. libertad y su pri/nitiva independencia.
La moral que ha de obrar este prodigio, no cs una
moral de vanas sutilezas. No es aquella moral que ,
(legradando al hombre, le hace indiferente para los
bienes de este mundo, le prohibe el goce de los
placeres inocentes de la vida, y le inspira odio á sus
hermanos. Tampoco es la que favorece los intereses
156 ILUMlNISMO.
s de sus doctores; que prescribe las persecuciones y la
a intolerancia, que se opone á la razon; que prohíbe
u el desaogo prudente de las pasiones; que nos da por
a virtudes la inaccion , la ociosidad, y la profusion de
n bienes alos perezosos. Y, principalmente, no es aquella
n que viene á atormentar al hombre, ya bastante desgra
u ciado, y le precipita en la pusilaniznidad y en la deses
n peracion á causa del temor de un infierno y de sus
n demonios. Al contrario, es una moral desconocida en
n este tiempo, en nada alterada por el egoísmo, ni so
u brecargada con principios extraños, porque es una
n doctrina divina, tal como la enseñó Jesus á sus dis
: cípulos, y cuyo verdadero sentido les explicaba en
n» sus discursos secretos. n»
Esta transicion lleva á Weishaupt á la manifestacion
de un misterio de íniquidad, al cual le hemos visto
que iba preparando de lejos á sus iluminados mayores,
y principalmente á sus iluminados caballeros escoceses.
Para la intelligencia de este misterio , acordémonos del
modo como sus hermanos irtsinuantes y sus maestros
empiezan por jurar á su candidato, á su novicio y al
académico niinerval, que en todas las logias de su ilu
minismo no se trata de algun objeto contrario á la
reltgion ó á los gobiernos. Todas estas promesas, poco
á poco, se pierden de vista, y los discípulos han tenido
bastante tiempo para acostumbrarse á las declamaciones
contra los sacerdotes y los reyes. Ya se les ha insinuado
que el Cristianismo del dia nada es menos que la religion
que fundó Jesucristo; y aun no ha llegado el tiempo
de contar al mismo Jesucristo entre los impostores,
porque su nombre y sus virtudes aun podian infundir
veneracion á ciertos iniciados. Los hay, ó á lo menos
los puede haber, á quienes irritase el torpe ateismo,
y para estos Weishaupt vuelve4aqui á hablar de Jesu
cníruno nécmo. 157
cristo. En el grado precedente, se contentó con decir
que se habia alterado la doctrina religiosa de este divino
maestro, y aun no habia dicho cual era la revolucion
política que pretendía apoyar sobre el Evangelio. Pero
aqui el execrable soíista hace del Dios de los cristianos,
lo mismo que hizo despues el famoso Fauchet en las
cátedras de la revolucion ; pues aqui Weishaupt hace á
Jesucristo padre de los jacobinos, ó para decirlo en] el
idioma de la revolucion, padre y doctor de los sans-culotes.
Para que se descubra toda la astucia y perversidad me
ditada de este abominable artificio, léanse en primer
lugar las confidencias del iniciado, que se encargó de
redactar el código de Weishaupt.
Knigge, como su monstruoso fundador, descubre,
por una parte, hombres que detestan toda revelacion,
y por otra, aun entre los discípulos del iluminismo,
descubre otros que necesitan de una religion revelada
para fijar sus ideas. Sobre esto pasa á explicarse con
el iniciado Zwach, y le escribe de este modo: q Para
n reunir y poner en accion, y hacer que concurran á
n nuestro objeto aquellas dos clases de hombres, era
u preciso hallar una explicacion del Cristianismo, que
n redujese á razon á los supersticiosos, y que enseñase
u á nuestros sabios mas libres á no desechar la cosa á
n causa del abuso. Este secreto debia ser el de la franc
U mazonería para conducirnos á nuestro objeto. Entre
tanto se aumenta el despotismo: pero tambien se
aumenta el espíritu de libertad. Era pues preciso reu
nir los dos extreníos. Por eso volvemos á decir aqui
U que Jesus no ha establecido una nueva religion, sino
n que solo ha querido restablecer en sus derechos la
n religion natural ; que, dando al mundo un como lazo y
s nudo general, extendiendo las luces ¡y la sabiduría de
n su moral, y, disipando las preocupaciones,fue su interk
158 ILUMINISHO»
cion enseñar á gobernarnos á nosotros mismos, y res
tablecer, sin los medios violentos de las revoluciones,
la libertad é igualdad entre los hombres. Para esto
solo se necesitaba citar varios textos de la escritura y
darles explicaciones verdaderas a’ falsas, no importa,
con tal que todos hallen en la doctrina de Jesus un
sentido que esté acorde con la razon. Añadimos, que
esta religion tan sencilla se desnaturalizó despues:
pero que se conservó por la disciplina del secreto , y
que nos ha sido trasmitida por la franc-mazonería.
a Espartaco (Weishaupthha -reunido al intento mu
chos datos; yo he añadido los mios en las instrucciones
para estos dos grados... De este modo ven nuestras
gentes , que solo nosotros tenemos el verdadero Cris
tianismo, y ya solo nos falta añadir algunas expre
siones contra el clero y los principes. Ya lo he dispuesto
tan bien , que estoy en estado de dar estos grados
á los Papas y á los Reyes : pero con tal que hubiesen
pasado por nuestras pruebas. En los últimos mis
terios, tendremos, al principio, que manifestar á los
iniciados este piadoso engaño, para demostrarles en
seguida por los escritos el origen de t0das_las mentiras
religiosas, su conexion ó sus mutuas relaciones, y con
cluimos refiriendo la historia de nuestra orden (1).
Si la indignacion que excita este, que se llama pia
doso engaño, permite al lector oír lo que falta de las
lecciones que el gerofante iluminado da á sus iniciados,
volvamos á entrar en la caverna de los oráculos, que
dicta el triple ingenio de la impiedad, de la hipocresía
y de la anarquía. aNuestro grande y siempre célebre

(I) Escritos originales , tomo a. Carta de Filon Knigge á Caton


Zwach , pág. 104 y siguientes.
CnÍTULO nécmo. 159
n maestro Jesucristo de Nazareth , dice el gerofante,
I apareció en un siglo en que Ia corrupcion era gene
» ral en medio de un pueblo que sentia vivamente y
i desde un tiempo inmemorial el yugo de la esclavi
n tud (1), yque esperaba al libertador que habian anun
n ciado sus profetas” .. Vino Jesus á enseñar la doctrina
I de la razon, y, para hacerla mas eficaz, la erigió en
n religion y se valió de las tradiciones recibidas por los
a judíos. Enlazó prudentemente su escuela con su reli
I gion y usos, y se valió de estos para encubrir la
a esencia é interior de su doctrina. Sus primeros dis
» cípulos no fueron sabios, pero eran hombres sencillos
n que escogió de la última clase del pueblo, para ma
n nifestar que su doctrina era para todos, sujeta á los
n alcances de todos, y que la inteligencia de las verdades
a de la razon no era un privilegio reservado á los gran- y
» des. Enseñó, no solamente á los judíos sino á todo
n el género humano, el modo de llegar á su libertad
» por la observancia de sus preceptos. Sostuvo su doc
» trina con una vida la mas inocente, y la selló con
n su sangre. Sus preceptos para la salud del mundo
n son, el amor ,¡í Dios, y el amor al próximo; nada
n mas exige" .. Ninguno como él ha restablecido y con
» solidado el enlace de la sociedad humana en sus ver
(1) He aquí el modo como presentan la historia á los iniciados.
¡Que! ¿Eran los judíos esclavos desde un tiempo inmemorialïlm.
¿ Acaso esta nacion reducía su historia á los tiempos de su cauti
vidad ?....¿Habia acaso olvidado la libertad y los triunfos de que ha.
bia gozado y que había alcanzado en los tiempos de Josué, de David,
de Salomon y de otros reyes? ¿Acaso, cuando vino Jesucristo y
estaba sometida á los Romanos . lo estaba desde su cautividad
babilónica? El iniciado solo oye hablar de esta cautividad y de las
varias épocas en que Dios castigó á la uaciou judía, sometiéndola por
algun tiempo á sus enemigos, y con esto ya no descubre otra con
sino cautividad en su historia.
16o uuunusuo.
» daderos límites... Ninguno se ha hecho tan inteligible
n de todos sus oyentes, ni ha ocultado con tanta pru
dencia el sentido sublime de su doctrina. Y ninguno,
n en fin, ha facilitado el camino á la libertad como
nuestro gran maestro Jesus de Nazareth. Es verdad que
ocultó, absolutamente en un todo,aquel sentido sublime
y aquellas consecuencias naturales de su doctrina;
pero tenia otra secreta, como lo vemos en muchos
lugares del Evangelio. n
Cuando Weishaupt escribia esta historia del Mesias,
ya se burlaha anticipadamente del iniciado que se deja
ria engañar con este tono hipócrita. En cuanto á los
otros , ya sabia que estaban dispuestos á prevenir sus
explicaciones, ó á lo menosá complacerse en ellas. De aqui
se origina la desvergíienza con que aqui trastorna todo
el Evangelio. Al principio, para descubrir aquella escuela
secreta , cuyas verdades solo debian saber los iniciados,
cita estas palabras de JesucristmÁ vosotros se os ha
concedido conocer los misterios del reino de los cielos;
á los otros solamente en parcibolas : pero se guarda muy
bien de hacer mencion de aquel precepto :Lo que os
digo en secreto, lo publicaréis sobre los tejados. Despues
de aquel texto pasa á este otro:Sabeis que los principes
de este mundo desean dominar; no ha de ser asi con 22o
sotros; el que es mayor, hágase el mas pequeño. De
este precepto y de todos los consejos de la humildad
cristiana hace otros tantos preceptos de una igualdad
desorganizadora, enemiga de la superioridad de todos
los tronos y magistrados: pero se guarda muy bien' de
recordar las instrucciones de Jesucristo y de sus Apósto
les, repetidas con tanta frecuencia, en cuanto al deber
de dar al Cesar lo que es del Cesar, de pagar el tributo,
de reconocer la autoridad del mismo Dios en los ma
gistrados y en las leyes. Si Jesucristo ha predicado el
amor
cníruo nécmo. 161
amor fraternal, Weishaupt descubre en este precepto el
amor de su igualdad. Si Jesucristo exhorta sus discípulos
al desprecio de las riquezas, ‘Weishaupt pretende que el
divino maestro lo hace para preparar el mundo ¿aquella
comunidad de todos los bienes , que suprime toda propie
dad. La conclusion de todas estas explicaciones impíasé
irrisorias y de otras muchas del mismo género , está con
cebida en estos términos:
n Si el objeto secretode Jesus, que se ha conservadopor
u la disciplina arcana de sus misterios , y se ha hecho evi
n dente porla conducta y discursos de este divino maestro,
a era restituir á los hombres su igualdad y libertad ori
nginales, abriéndoles los caminos, ¿cuantas cosas, que
u parecían contradictorias y no iuteligibles, se hacen cla
u ras y naturales? Á/¿ora se concibe en que sentido ha
n sido Jesus el salvador y libertador del mundo. Ahora
u se explica la doctrina del pecado original, dela caida
a del hombre y de su restablecimiento. Á/Lora se concibe
n que cosa es el estado de pura naturaleza, de la natura
n leza caida a’ corrompida, y el reino de la gracia. Los
u hombres ,abandonando el estado de su libertad original,
n salieron del estado de naturaleza, y perdieron su digni
u dad. En sus sociedades , bajo sus gobiernos , ya no viven
n pues en el estado de la naturaleza pura , sino en él de la
n naturaleza decaida y corrompida. Si la moderacion de
a sus pasiones y- la diminucion de sus necesidades los res
n tituyen n’ su primera dignidad, he aqui lo que constitui
n rá su redencion y el estado de la gracia. Áqui los con
n duce la moral de Jesus. Cuando esta doctrina se haya
a hec/io general, se establecerá , en fin , sobre la tierra el
u reino de los buenos y de los escogidos. n
Este lenguage no es enigmático; habiéndose revelado
los misterios que contiene, ya no le queda mas que sa
ber al iniciado , sino como la revolucion que ellos anun
Tomo III. L
¡Ba uunuiusuo.
cian se ha hecho el objeto de las sociedades secretas, y
que ventajas sacan estas mismas sociedades de su miste
riosa existencia. Para ínstruccion del iniciado, el gero
fante vuelve aquí á subir al origen de la franmmazone
ría; dice que ella ha sido la primera escuela deposita
ria de la verdadera doctrina; recorre sus geroglíficos y
adopta la explicacion de su sistema. La piedra bruta de
los mazones es para él el símbolo del primer estado del
hombre salvage , pero libre. La piedra quebrada es el esta
do de la naturaleza degradada, de los hombres en socie
dad civil, que ya no componen una misma familia, sino
que estan divididos segun. su patria, sus gobiernos y sus
religiones. La piedra pulida representa el hombre restituido
á su primera dignidady á su independencia. Pero la ma-
zonería, no solo ha perdido sus explicaciones, sino que
el orador iluminado llega a decir, que losfranamazones,
del mismo mado que ¡os sacerdotes y los gefes de los pue
blos, han desterrado del mundo la razon , y la tierra se
halla por ellos inundada de tiranos, de impostores, de
espectros , de cadáveres y de hombres semejantes á las bes
tias feroces.
El lector, á quien podria admirar este cuadro de la
franc-mazonería, trazado por el gerofante iluminado,
no debe olvidar el odio que Weishaupt juró á todas las
escuelas que conservaban el nombre de una divinidad,
cualquiera que fuese. El Je/Lova , ó el grande arquitecto de
las mazones, el doble dios de los Rosa-Cruces en la gran
de obra mágica, son aun en las tras-lógias un tal cual
resto de teosofía. Por reservado que se manifieste aquí
el gerofante sobre el ateismo, sin embargo el iniciado
debe prever que, llegando al grado mas elevado de los
misterios, el grande arquitecto y el doble dios serán tan
poco respetados como el Dios de los cristianos. De aquí
se originan las declamaciones de Weishaupt contra todos
CAPÍTULO DÉCIMO. 165
aquellos espíritus y apariciones , y contra todas las supers
ticiones de la franc-mazoneria; y de aquí tambien el lle
nar de maldiciones á los franc-mazones teósofos, del mis
mo modo que á los sacerdotes y á los tiranos.
Bien se deja ver que Weishaupt sostiene que la ver
(ladera franc-mazoneria, y el imaginario verdadero cris
tianismo solo se hallan en su iluminismo. Pero añade
el gerofante, volviéndose al iniciado, no creas que sea
esta la sola ventaja que nosotros y todo el universo saca.
mos de nuestra misteriosa asociacion. Convendria que los
magistrados, los gefes de los pueblos, y aun todos los
hombres que conservan un verdadero deseo de quese
conserven las leyes, los imperios y la sociedad civil. lean
y mediten aquellas otras ventajas que Weishaupt va á
relatar por la boca de sus iniciantes. La instruccion es
muyimportante. Cualesquiera que seais, ciudadanos hon
rados, con el hombre de mazones, de rosa-cruces , de
mopsos, de rajadores, ó de caballeros, que estimais los
misterios de las lógias, no digais de mi que exagero pelí
gros quiméricos. Yo no doy estas instrucciones; las da '
el hombre famoso, quien mejor que otro ha conocido
vuestras juntas y el partido que de ellas pueden sacar
unos conspiradores astutos y contumaces. Leed, y decid
nos despues, ¿que estimais mas, los placeres que os pro
porcionan vuestras lógias, ó los peligros de la patria?
Leed, y si aun estimais el nombre de ciudadano, decid,
¿os acomoda que se halle vuestro nombre en la lista de
las juntas secretas? No creo, que hayais conocido sus
peligros; pero el conspirador mas monstruoso pasa á
descubrirlos y á manifestar sus ventajas. Asi continua:
a Estas sociedades misteriosas, aun cuando no lleguen
» á conseguir nuestro objeto, nos preparan los caminos.
n Ellas dan á la cosa un nuevo interes, y manifiestan pun
u tos de vista hasta ahora desconocidos. Despiertan el
La
164 inuunusuo-.
u ingenio de la invencion y la esperanza de los hombres;
u los vuelven mas indferentes sobre el interes de los go
n biernos; reunen con un lazo comun á hombres de di
nversas naciones y religiones; quitan á la iglesia y d los
n estados las mejores y mas laboriosas cabezas, y hacen
uque se reunan unos hombres que sin ellas nlínca se
n habrían conocido. Con esto solo ya minan y socavan
u los fundamentos de los estados , aun cuando no tuviesen
ntal intencion, y hacen que se magullen y choquen unos
scon otros. Hacen conocer á los hombres el poder de
n las fuerzas unidas; les manifiestan la imperfeccion de
n sus constituciones, sin exponernos á las sospechas de
u nuestros enemigos, tales como los magistrados y gobier
n nos públicos. Ellas encubren nuestra marcha, nosfaci
u litan recibir en nuestro seno é incorporar á nuestros pro
uyectos, despues de las pruebas correspondientes, zi los
umejores sugetos, y á hombres de quienes tanto tiempo
u se ha abusado, y que anhelan porque se consiga elfin.
n Con estos ellas debilitan al enemigo, aun cuando no
nlleguen á triunfar; á lo menos disminuyen el número y
n zelo de sus defensores; dividen sus tropas para ocultar
n el ataque. A proporcion que estas juntas secretas, que
n se han formado en los estados, aumentan en fuerza y
u prudencia á costa de la sociedad civil, esta se debilita,
u é insensiblemente debe caer. '
n A mas de que, nuestra sociedad ha nacido , y debia
u natural y esencialmente nacer de estos mismos gobier
u nos, cuyos vicios han hecho necesaria nuestra union.
a No tenemos otro objeto que aquel mejor orden de co
u sas para el cual trabajamos incesantemente; de lo que
n se sigue, que todos los esfuerzos de los principes para
u impedir nuestros progresos, serán del todo inútiles. Esta
n chispa puede estar aun mucho tiempo oculta bajo la
u ceniza; pero el dia del incendio es cierto que llegará,
CAPÍTULO nécmo. 1-65
n porque la naturaleza se cansa de jugar siempre el mís
» mo juego. Cuanto mas se aumenta el peso del yugo
n de la opresion, tanto mas los hombres desean sacudirle,
s y tanto mas tambien se ha de extender la libertad que
u ellos buscan. Ya se /ia sembrado la semilla de la cual
:- lia de nacer un nuevo mundo; sus raices se extienden,
a ya se hanfortyicado y propagado demasiado , para que
n no llegue el tiempo de los frutos. Puede que aun sea
» necesario esperar miles y miles de años; pero tarde ó
utemprano la naturaleza consumará su obra; ella resti
n tuirá al género humano aqitella dignidad, que desde el
n principio fue su destino. n
Ya lo ha visto el lector : los mismos conspiradores
han dicho mas de lo que yo me atreveriaá presagiar sobre
la naturaleza y los peligros á que se exponen los estados,
tolerando estas juntas. No quiero insistir mas ; solamen
te observo el artificio con que el geroíante iluminado
busca el aquietar la conciencia de losiniciados, á los cua
les aun podrían ala-rmar estas predicciones. A pesar de
10 que ha dicho de aquel tiempo, en que el iluminismo
sabrá atar las manos y subyugar; y á pesar de toda la
actividad que procura inspirar para acelerar la ruina de
todos los gobiernos, no por eso deja de concluir su dis
curso con aquellos giros, que la malvada hipocresía su
giere cuando lo juzga necesario.
c. Aqui nos hallamos, dice¡ los que somos observado
: res é instrumentos de estas operaciones de la natura
» leza. No queremos apresurar sus resultados. llustrar á
u los hombres, enmendar sus costumbres, é inspirarles la
n beneficencia , he aqui todos nuestros medios. Bien se
n guros de un éxito infalible, nos abstenemos de todo
v sacudimiento violento. Basta para nuestra felicidad ha
» ber visto de lejos la de numtra posteridad, y echado los
n fundamentos por medios que no se pueden tachar. La
L 5
366 nnuunusno.
u paz 'de nuestra conciencia no se altera con larecon
uvencion de que trabajamos en la ruina, caida, y tras
u torno de los estados y de los tronos. Esta reconvencion
u que se nos hace es tan infundada , como lo seria la que
uhiciérase á un hombre de estado, á quien se acusara
u de haber causado la pérdida de su país, por haber pre
u visto que su pérdida era infalible y sin recurso. Como
u observadores continuos de la naturaleza, seguimos y ad
u miramos su curso magesttloso; y, llenos del noble orgu
u llo que nos inspira nuestro orígen, nos felicitamos de
u ser hijos de hombres y de Dios.
u Pero cuidado, y observa bien lo que te digo ; no
u violentamos las opiniones , ni te hacemos fuerza para
u que te sometas á nuestra doctrina. No te adhieras á
u nadie, sino á la verdad reconocida. Como hombre libre,
u usa de tu derecho primitivo; busca, duda y examina:
I si tú sabes, ó hallas en otra parte alguna cosa mejor,

I comunicamos tus descubrimientos, asi como te hemos

u comunicado los nuestros. No nos avergonzamos de los


u límites de nuestro ser. Sabemos que somos hombres;
u repito , que lo sabemos, y por lo mismo sabemos tam
u bien, cual es la disposicion de la naturaleza y cuales
u los alcances del hombre, que no es capaz de acertar
u de una vez lo mejor. No puede adelantar sino por
p grados. Llegaremos á ser hijos de la sabiduría y padres
u de una posteridad aun mas sabia, si nos instruimos con-
u nuestros defectos y nos aprovechamos de las luces que
u adquirieron nuestros padres. Si crees que has encon
u trado la verdad en nuestra doctrina , recíbela toda en
u tera. Si ves que se ha mezclado algun error, no por
u esto deja la verdad de ser preciosa. Si aqui nada te ha
u gustado , deséchalo todo sin temor, y ten presente que,
u á lo menos, para muchas cosas, creemos tener necesi
u dad de ulteriores investigaciones y de un nuevo examen .
CAPÍTULO DÉCIMO. 167
u ¿Te parece que hay cosas dignas de aprecio, y otras
n de desprecio? Escoge pues lo que te parece bueno. Si
n eres acaso un mortal mas ilustrado, lo eres porque bas
n descubierto la verdad en donde estaba oculta. Cuanto
u mayor es el esmero con que procuramos que nuestros
n discípulos se hagan sabios, tanto mas elogios merece
n remos de tu parte. I
Así concluye el discurso del gerofante. El iniciado que
ha podido oirle sin estremecerse, ya puede creer que.
es digno del nuevo sacerdocio. Antes de recibir la sacrí
lega uncion, se le conduce al vestíbulo. Alli le revisten
un alba, y le ciñen un cingulo ancho de seda encar
nada; con una cinta del mismo color, que pasa desde
las muñecas hasta el interior de los codos, le bajan y
atan las mangas. —Describo este trage del sacerdocio ilu
minado del modo que se lee en los Nuevos trabajos de
.Espartaco y de Filon al fin de este grado , porque es pre
cisamente el mismo de que usó, en tiempo (le la revo
lucion francesa, aquel histrion, que, desafiando á Dios
é insultándole, dijo : No, túno existes. Si eres dueño del
rayo, tómale pues, y arrojale sobre ¿l que te desqfla u’
presencia de tu: altares. Pero no, yo te Izlafimo, y aun
respiro. Luego tú no existes Bajo este mismo estilo y
para disponerle á las mismas blasfemias, llaman al epopta
ó nuevo sacerdote á la sala de los misterios. Un her
mano le sale al encuentro, y no le permite adelantarse
hasta despues de haberle dicho: Me han enviado para
saber si /iabeis entendido bien el discurso que se os ha iei
do ;. . . si teneis algunas dudas sobre la doctrina que con
tiene;. .. si vuestro corazon está penetrado de Zu santi
dad de nuestros principios;. . . si os sentis con vocacion,

(*) Este es aquel mismo histrion de la nota (‘*) pág. 39 y 4o del


tomo primero.
L4
168 tnuuiuísuo.
fuerza de espíritu, buena voluntad y total desinteres, co
mo se requíerenk, para poner la mano á esta grande obra;...
si estais dispuesto al sacrificio de vuestra zvoluntad, y á
dejaros guiar por nuestros excelentisimossuperiores. -
Quiero ahorrar al lector el disgusto que le causaría la
impiedad de la ceremonia que se sigue á las respues
tas del iniciado. El rito del grado precedente ha sido un
remedo irrisorio de la Eucaristia; este es un atroz escar
nio de la uncion sacerdotal.—-Se levanta un velo , yse
descubre un crucifijo y una Biblia sobre un altar ;_ y so
bre un atril el ritual de la orden; á un lado un incen
sario, y una redomita llena de aceite. El dean, que
hace las funcionas de obispo, está rodeado de acólitos.
Dice algunas oraciones sobre el iniciado, le bendice, le
corta algunos cabellos de lo mas alto de la cabeza, le
reviste los ornamentos saeerdotales, diciendo oraciones
en el sentido de la secta. La fiirmula cuando le. pone
el bonete es esta : Cubrete con este bonete; vale mas que
la corona de los reyes. De esta fórmula usaron los jaco
binos con su, gorro encarnado. En lugar de la comuníon,
da el dean al- iniciado un panal de miel y un poco de
leche, diciendo : He aqui lo que la naturaleza da' al hom
bre. Considera, que feliz seria aun , si el. gusto de las
superfluidades , quitándole el de un sustento tan sencillo,
no hubiese multiplicado sus necesidades y envenenado el
bálsamo de la vida.
Cuanto ha precedido, explica con bastante claridad el
sentido de estas palabras.. Se concluye la ceremonia, en
tregando al nuevo Epopta la parte del código propia de
su grado. Diré sobre este lo que es necesario saber, cuan.
do, despues del grado de regente y despues de los gran
des misterios, será preciso tratar del gobierno del ilu
rmmsmo.
cníruno unnÉcmo. 169

¡‘asoman¡ns ¡mamn¡nn vvsmnvvsvvsunvvsvmvvsmnvmmnvmvmwmssuu

CAPITULO XI.
PAura OCTAVA DEL CÓDIGO 1nuunvAno. EL nacen-rn ó
rníxcira ILUMINADO.

Calidades requisitos para este grado.

‘CUANDO alguno de nuestros Epoptas se distingue lo


a bastante por su habilidad para tener parte en la direc
u cion política de la orden, esto es, cuando une á la
n prudencia la libertad de pensar y de obrar; cuando sabe
» combinar las precauciones con el atrevimiento , la fir
y; meza con la docilidad, la lealtad con la sencillez, la
n destreza con la hombría de bien, la singularidad con
el orden, la superioridad de espíritu con la seriedad
D

: y dignidad de modales; cuando sabe hablar y callar


U UVU UBU segun lo exijan las circunstancias , obedecer y mandar;
cuando haya sabido conciharse el amor y estima de
sus conciudadanos, y al mismo tiempo hacerse temi
ble á ellos; cuando su corazon se ha entregado del
todo s los intereses de nuestra sociedad, y que tiene
sin cesar á la vista el bien comun del universo , en
tonces, entonces solamente debe el superior de la pro
vincia proponerle al inspector nacional, como sugeto
digno de ser admitido al grado de regente. n
Estas son las calidades que exige la secta para elevar
los hermanos a’ esta dignidad, á la que su código llama
ya Iïegente, ya Principe iluminado. A lo menos, estas son
las quedié hallado que requiere desde el preámbulo de
las reglas de la secta sobre este grado. ‘Aquí, añade el
r código, se han de observar tres cosas esenciales. La
17o ILUMINXSMO.
uQy Q UVUVU primera , que es necesario ser siempre extremadamente
reservado sobre este grado. La segunda, que los suge
tos que hayan de ser elevados á este grado, sean, mien
tras sea posible, hombres libres é independientes de todo
principe; Y la tercera, que sean sobre todo del número
de aquellos hermanos que han manifestado frecuente
mente que estan descontentos de la constitucion coman,
ó del estado actual del género humano; que suspiran
por un otro modo de gobernar al mundo, y á quienes
los avisos que se les dieron en el grado de sacerdote,
han enfervorecido el alma con la esperanza de un me
jor orden de cosas. n

Precauciones y preguntas preliminares.

Cuando se proponga algun sugeto que tenga todas es


tas ventajas , debe el inspector nacional rever con cuida
do en los archivos- todos los actos relativos al candidato,
á su conducta y á su carácter; debe examinar las respues
tas que haya dado á las diversas preguntas que se le han
hecho, y en que ha manifestado su costado fuerte ó
débil. Segun el resultado de este examen, debe el ins
pector proponerle de nuevo algunas de aquellas pregun
tas sobre las cuales no se haya el candidato explicado
con bastante claridad. Sirvan de ejemplo las siguien
tes (i) :'
I.‘ c ¿Pensais que sea vituperable una sociedad, que
u mientras espera que la naturaleza haya madurado sus
n grandes revoluciones, se pusiese en una situacion opor
u tuna para poner á los monarcas del mundo fuera de
u estado de hacer mal, aun cuando lo quisiesen hacer? Una
u sociedad, cuyo poder invisible impidiese quelqsgobier
(I) Instrucciones para conferir el grado de Rcgente núm. 1 , 2 y 3 ,
nuevos trabajos de Espartaco y de Filon.
s
cni-runo unnécmo. ¡7¡
nos abusasen de su fuerza?Seria imposible que, mediante
esta sociedad, cada estado se volviese un estado en el
estado ,status in statu?» Es decir ¿seria imposible que
los gefes de los estados fuesen gobernados invisiblemente
por esta sociedad, de modo que ellos no fuesen mas
que ministros é instrumentos de esta sociedad en el go
bierno de sus estados?
2.‘ a Si se nos objetase el abuso que una sociedad co
¡UU
U U ÜU U mo esta podría hacer de su fuerza, ¿no os parece, que
está demostrado que esta objecion es injusta y que esta’.
bastante refutada por las consideraciones siguientes?
¿Los gobiernos actuales de los pueblos no abusan cada
dia de su poder? y no se guarda silencio sobre este
abuso? Este poder en sus manos ¿está tan seguro en
el dia como lo estará en las de los iniciados que con
tanto cuidado formamos? Pues si puede haber un go
bierno incapaz de hacer daño ¿no será el de nuestra
orden, apoyado, como lo está, en la moralidad, en la
providencia, sabiduría , libertad y virtud?
3." c Aun cuando esta especie de gobierno moral uni
versal fuese una quimera ¿no valdria á lo menos la
pena de hacer de él un ensayo?
4.‘ s El hombre mas escéptico , ó el que menos confia
U U UHU U ¿no tendría un garante suficiente contra todo abuso de
poder de parte de nuestra sociedad, con solo la liber
tad de dejarla cuando quiera ; en la felicidad de
tener superiores aprobados, en parte desconocidos los
unos de los otros, y por lo mismo fuera de estado de
combinar entre si traiciones del bien general; supe
riores, á quienes el temor de los gefes actuales de di
versos imperios ímpediria por otra parte hacer algun
mal, ó desear hacer daño?
5.‘ e ¿Habría aun otros medios secretos para evitar
17a inumxusnro.
n los abusos de la autoridad que nuestra orden da á
» nuestros superiores? Cuales son estos medios? '
6.‘ c Suponiendo por ahora el despotismo, ¿seria este
3 dañoso en unos hombres que, desde el primer paso
i» que dimos en la orden , solo nos predican instruc
» cion, libertad y virtud? Este despotismo no cesaria
n de ser sospechoso , por la sola razon que los gefes
s que tuviesen proyectos dañosos, se hallaria que han co
n menzado por disponer una ¡máquina en todo opuesta
a á su objeto (I)? v
Para saber el fin á que se dirigen todas estas pregun
tas , no olvidemos lo que entiende la secta por libertad
y felicidad general; acordémonos principalmente de esta
instruccion que ya han dado á los iniciados. La moral '
es el arte de enseñar á los hombres á sacudir el yugo
de su minoridad, y á gobernarse á si mismos, despren
diéndose de los pnÍncipes o «le los gobiernos. Habiendo
una vez concebido esta leccion , el espíritu mas limitado,
á pesar de toda la astucia de estas preguntas, fácilmente
ve que todas se reducen á esta : ¿seria por ventura da
ñosa la secta que , so pretexto de impedir que los gefes
de los pueblos, los reyes, los ministros y los magistra
dos dañen á los mismos pueblos, empezase por apode
rarse del espíritu de todos los que rodean á los reyes,
á los magistrados y á sus ministros, ó procurase escla
vizar por un poder invisible todos los consejos y todos
los agentesde la pública autoridad, para restituir á los
hombres los -pretendidos derechos de su mayoría, para
enseñar á cada uno á desprenderse de los príncipes y
gobernarse ii si mismo, es decir para destruir á todo rey,
á todo ministro , á toda ley, á todo magistrado y á toda
autoridad pública? El iniciado, ya tanto tiempo antes dis

(1) Alli mismo.


cnlruno unnéciuo.- 175
puesto á las lecciones del iluminismo, y que entiende
el verdadero sentido de todas estas preguntas, y que fue
bien escogido de entre los mismos escogidos para que
ya no se subleve, sabe cuales deben ser sus respuestas
para obtener este nuevo grado. Si aun le quedan algu
nas dudas, las ceremonias de su instalacion son mas que
suficientes para disiparlas. Ninguna hay de estas cere
monias que sea como aquellas que á Weishaupt le pare
cieron insignificantes ó teosóficas. Aquí casi todo es suyo,
y por lo mismo fácilmente se descubre su genio desor
ganizador y todo su odio á la autoridad, y el motivo
porque, cuando se las comunicó á su confidente Zwach,
dijo , que eran irgflnítamente mas importantes que las del
grado anterior (l).

Inauguracion del principe iluminado.


Luego que se ha resuelto la admision del iniciado,
se le hace saber aque, habiendo de ser en adelante depo
n sitario de diversos papeles de la orden, mucho mas
» importantes que los que hasta al presente se le han
I confiado , es preciso que la orden quede asegurada con
u las mayores precauciones. Es preciso que haga su tes
» tamente y que en él exprese bien y con toda especiali
n dad sus últimas voluntades sobre los papeles secretos
n que se podrían hallar-en su poder, si la muerte le sor
n prendiese. Tambien es preciso que tome de su fami
n lia, ó del magistrado pfrblico una certificncion de la
n declaracion que haya hecho sobre esta parte de su tes
n tamento. Y en fin tambien es preciso que reciba por
n escrito la promesa de que se cumplirán sus intencio
n nes n
(1) Escritos originales tomo a , carta 2.1i de “leíshaupt á Caton.
(a) Instruccion para conferir este grado , núm. 5.
¡74 ILUMINISMO.
Habiéndose tomado esta precaucion y fijado el dia de
la instalacion, introducen al candidato en una antesala
colgada de negro. Todo el adorno de esta sala consiste
en el esqueleto de un hombre colocado sobre dos gra
das : á los pies de este esqueleto hay una corona y una
espada. Lo primero que aquí se hace es pedirle al ini
ciado la declaracion escrita de sus últimas disposiciones
por lo relativo á los papeles que le serán confiados, y
la promesa jurídica de que serán cumplidas sus inten
ciones. Despues de esto le aprisionan las manos con cade
nas, lo mismo que á un esclavo , (I) yle dejan para que
haga sus meditaciones: el provincial de la orden, que
aquí hace las funciones de iniciante, está solo , y sentado
sobre un trono en el primer salou. El introductor que
ha dejado en sus meditaciones al candidato, entra al fin
en el primer salon, y aquí entre él y el provincial em
pieza el siguiente diálogo, que se dice en voz tan alta
que todo lo pueda oir el candidato.
El Provincial : ¿Quien nos ha traido á ese esclavo?
El Introductor : Ha venido de sí mismo , y ha tocado
á la puerta.
Prov. ¿Que quiere?
Introd. Busca la libertad, y pide le quiten las cade
nas.
Prov. ¿Porque no se dirige á los que le han encade
nado 9
Introd. Aquellos rehusan rompersus lazos. Tienen gran
des ventajas en su esclavitud.
Prov. ¿Que es pues lo que le ha reducido á este esta
do de esclavo?
Inirod. La sociedad, el gobierno, las ciencias, y la.
falsa religion
1‘/ Ritual de este g rado 9 núm. 1. .
' (n) Die gesellschafl, der stazlt , dze gelehrsamkeit , die false/ic religion
OAPiTULO unnécmo. 175
Prov. ¿Y que? quiere sacudir este yugo para ser u
-sedicioso y rebelde?

lntrod. No, él quiere unirse estrechamente á nosotros,


tomar parte en nuestros combates contra la constitucion
de los gobiernos, contra el desarreglo de las costumbres
y la profanacion de la religion. Quiere llegar á ser pode
roso por nuestro medio, á fin de conseguir este grande
objeto.
Prov. ¿Y quien nos asegura que no abusará de este
poder, despues de haberle adquirido? que no se volverá.
tirano y autor de nuevas desgracias?
Introd. Tenemos por garantes á su corazon y á su ra
zon. La orden le ha ilustrado. Ha aprendido á vencer
sus pasiones y á conocerse. Nuestros superiores le han
aprobado.
Prov. Esto es decir much0;.. . . .¿se ha hecho tam
bien superior á las preocupaciones? Antepone la felici
dad general del universo á los intereses de las sociedades
mas limitadas?
Introd. Esto es lo que nos ha prometido.
Prov. ¡Cuantos hay que lo han prometido y no lo
han cumplido! ¿Es dueño de si mismo? es capaz de
resistir á las tentaciones? hace caso de consideraciones
personales? preguntadle ¿de que hombre es aquel esque
leto que tiene delante-? es de algun rey, de algun noble,
ó de algun mendigo? '
Introd. No lo sabe. La naturaleza ha destruido y des
figurado todo lo que indicaba la depravacion de la desi
gualdad. Todo lo que ve, se reduce á que aquel esque
leto fue de un hombre como nosotros: este carácter de
hombrees lo único que aprecia.
Prov. Si piensa asi , que sea libre, á sus riesgos y peli
176 ituntarsno.
gros; . . . . pero si no nos conoce, id, preguntadle, por
que recurre á nuestra proteccion
Despues de este diálogo, cuyo (in y objeto se mani
fiesta lo bastante, el introductor pasa á ver á su can
didato y le dice: ¡Hermano , los conocimientos que ha
u beis adquirido ya no os dejan la menor duda sobre la
n grandeza, importancia, desinteres y legitimidad de
u nuestro objeto. Por ahora os es bastante indiferente
I conocer, ó no conocer á nuestros superiores. Entretan
n to tengo que daros algunas explicaciones sobre esto.)
Estas explicaciones son un sumario de la pretendida his
toria de la franc-mazonería, subiendo hasta el diluvio,
y de lo queda secta llama la caida del hombre, la pér
dida de su dignidad y de la verdadera doctrina. Segun
esta historia , los que se salvaron del diluvio en el arca de
Noé, son el pequeño número de sabios ó franc-mazones
que, en sus escuelas secretas, han conservado los verdade
ros principios, y por este, dice el fundador, que la franc
mazonería cuenta entre sus miembros á los Noachitas y á
las Patriarcas. . . . . . Sobreviene despues una repeticion
sumaria de lo que ya se dijo en el grado de Epopta so
bre el imaginario objeto de Jesucristo, sobre la decaden
cia de la franc-mazoneria y sobre el honor reservado al
iluminismo de conservar ó resucitarJos verdaderos mis
terios. . . . Se nos pregunta, dice el fundador, ¿á que
debemos la actual constitucion de nuestra orden y la
nueva forma de nuestros grados inferiores? Heaqni lo
que respondemos.
n Nuestros fundadores, sin duda, tenían conocimien
u tos, pues que nos los han trasmitido. . . Llenos de un
u verdadero zelo por el bien general, dieron á nuestra
u orden sus leyes; pero ya por prudencia, y ya para no
(l) Alli mismo.
Se!-
CnÍTULO unnéciuo. ¡,7
» ser el juguete de sus propias pasiones, encargaron á
I otros la direccion del edificio que habian levantado,
I y se retiraron. Su nombre se ignoraráïiempre... Los
u gefes que en el dia nos guían no son nuestros funda.
» dores : pero la posteridad bendecirá por dos motivo;
n á estos bienhechores desconocidos, que han renunciado
» ála vanidad de inmortalizarsn nombre. Todos los docu
n mentos que podrían comunicar luces sobre nuestro
n origen, se han quemado. Desde ahora os entenderéis
n con otros sujetos; con sujetos que, habiéndolos formado
u poco á poco nuestra educacion , han llegado á manejar
a el timon de la orden. Presto os hallaréis con ellos...
n Decidme ahora solamente ¿os queda alguna duda sobre
u nuestro objeto? n
Habiéndose ya disipado todas estas dudas mucho tiem
po antes, el introductor y el iniciado se acercan á otra.
sala , cuya puerta abren; mas acude inmediatamente un;
multitud de iniciados y los detienen... Aquí canienza
un nuevo diálogo del mismo gusto que el primero ,
z ¿ Quien es ?. . . Es un esclavo que se ha escapado de
sus amos. . . Ningun esclavo entra aquí. . . Se ha escapado
para no ser mas esclavo. Os pide asilo y proteccion...
¿Y si su amo le persigue P... Estad seguro; estan cerradas
las puertas. . . ¿Pero y si no es mas que un traidor?...
No lo es : ha sido educado á la vista de los iluminados.
Han impreso en su frente el sello divino. u» -—- Se abre
la puerta, y los que la defendian van acompañando
al candidato hácia una tercera sala. Aquí se presentan
nuevos obstáculos , y se entabla otro diálogo entre un
miembro del interior y el introductor. En el ínterin,
'el provincial ha pasado á tomar asiento sobre otro
trono; porque estos iniciados, tan enemigos de los tro
nos, siempre tienen cuidado de que los haya para ellos
en sus ceremonias. El provincial entonces dice -' Dejadle
Tomo III. M
¡73 uuumuuo.
entrar. Veamos si verdaderamente lleva el sello de la
libertad“ . Los hermanos acompañan al iniciado hasta
cerca del trono , y aqui el iniciante le dice :
u ¡lnfclia! ¡Eres esclavo y te atreves á entrar en la
u asamblea de los libres! ¿Sabes lo que te espera? Tú
a has pasado dos puertas para llegar aqui; no saldrás
n impunemente, si profanas este santuario.
Responde el introductor: aNo hará tal cosa; yo soy
u su garante. Vos le habeis enseñado á que anhelase por
s la libertad. Tened, pues, presente vuestra promesa.
El provincial: a Pues bien, hermano; te hemos suje
n tadoá muchas pruebas. La nobleza de tus pensamien
n tos ha hecho que te juzguemos digno de nosotros.
n Te nos has entregado con confianza, y sin reserva;
u ya es pues tiempo de que te demos aquella libertad
n que te hemos manifestado tan atractiva. Te hemos
n servido de guia todo el tiempo que has tenido necesi
u dad de ser conducido. AZ presente, ya te ves bastante
n robusto para guiarte á ti mismo. Sé, pues, en adelante
» tu propia guia; sélo á tus riesgos y peligros. Sé libre,
n es decir, sé hombre y hambre que sabe gobernarseá si
u mismo; hombre que conoce sus deberes y sus privile
u gio; imprescriptibles; hombre que solo sirve al universo,
n que solo hace lo que. es útil al mundo en. general] á
n la humanidad. Todo la ¿lemas es injusticia.... Sé libre,
a» independiente , y de aqui en adelante sélo tambien
» de nosotros mismos... Toma, ahí tienes todas las obli
n gaciones que has contraido hácia nosotros. Todas te
a las devolvemos-, n _
El provincial, cuando dice estas palabras, devuelve
en efecto á los iniciados la compilacion de las actas que
les conciernen , esto es, todos los juramentos, todas las
promesas, y todos los protócolos de su admision-á los
grados anteriores; les devuelve tambien toda su histo
ctriruno unnéciuo. 179
ría , escrita por ellos mismos, y todas las informaciones
que han dado los hermanos escudriñadores de su per
sona y conducta.
He aqui uno de los rasgos mas sublimes de la poli’
tica del iluminismo. Sus gefes ya han tenido bastante
tiempo para conocer al iniciado y arrancarle sus mas
ocultos secretos. Los hermanos escudriñadores ya nada
tienen que averiguar por lo relativo á su interior; y,
por lo mismo, aunque le devuelvan sus juramentos y
secretos, y todos sus escritos, queda en la secta su me.
moría. Por esto el iniciante puede decirle, y en efecto
le dice : n De aqui en adelante ya nada mas nos debes ,
vyu vsv iU sino lo que tu corazon te dictará que debes hacer
por nosotros. No tiranizamos á los hombres, sino
que los ílustramos. ¿Has hallado en nosotros conten
to , sosiego , satisiaccion y felicidad? Pues no nos
abandonarás. Si acaso nos hemos engañado contando
contigo, ó tú te has engañado contando con noso
tros , es cierto que no deja de ser una desgracia :
pero tú eres libre; basta que te acuerdes de que los
hombres libres é independientes no se ofenden mutua
mente, sino, por el contrario , se auxilian y protegen;
acuérdate de que ofender á otro hombre es dar dere
cho á este para defenderse. ¿Quieres hacer un uso
UU
U noble del poder que te damos? pues descansa sobre
nuestra palabra, y hallarás en nosotros zelo y protec
cion. Si sientes que se abrasa tu corazon con un
ardor desinteresado en favor de tus hermanos , pon
UÚÚÚ
-UU luego manos á la obra; trabaja con nosotros en favor
del desgraciado género humano, y será bendecida tu
última hora. Nada mas deseamos de Ií, y nada te
pedimos para nosotros. Pregúntale á tu corazon , y
este te dirá que la conducta que hemos observado
contigo siempre ba sido noble y desinteresada. Si tú,
M2
¡so inuuinsuo.
u despues de tantos beneficios, tratas de ser un ingra
u to, tu corazon nos vengará y él se cuidará de casti
u garte. . . Pero uo , tú eres un hombre que las prue
P bas han manifestado firm-e y constante; sélo siempre,
y de aqui en adelante gobierna con nosotros á los
hombres oprimidos; ayúdanos á volverlos virtuosos
U y libres.
u ¡Ah hermano! que esperanza tan lisonjera, y que
espectáculo será tan grato, cuando algun dia bajarán
sobre la tierra la felicidad, el amor y la paz l cuando
con las necesidades superfluas desaparecerán la mise
ria, el error y la opresion ! cuando cada uno ocu
pará su lugar, trabajará cuanto pueda por la felicidad
de todos, y cada padre de familia, en su quieta cabaña,
reinará como soberano! cuando él -que quiera invadir
sus sagrados derechos, no hallará asilo en todo el
mundo! cuando ya no se tolerará la ociosidad !
¡ Cuando , /iabiendo desterrado la multitud de ciencias
inútiles, solo se enseñará lo que hacemejor al hom
bre , lo que mas le acerca á su estado natural y al
destino que ha de venir! cuando- nos podremos glo
riar de haber accelerado este dichoso período, y ver
que es obra nuestra! cuando, en fin, cada hombre,
mirando como hermanoá cualquier otro hombre, le
extenderá sus manos bienhechoras! Puedes hallar en
las nuestras la felicidad y la paz, si continuas en ser
fiel y estarnos adicto. Por eso, nótalo bien, la señal
de este grado , es extender los brazos á un hermano,
manifestándole las manos abiertas y puras de toda
injusticia y opresion. La garra (la griffez, asi llaman
los mazones al modo con que se toman, ó agarran
mutuamente la mano ó el brazo para reconocerse)
la garra es , coger al hermano por los dos codos ,
como para impedir que caiga. La contraseña es reden
czon. n
cAríruno unnéciuo. 18:
Todo lo que ha precedido á estas instrucciones sobre
la seña y contraseña, hace tan evidente la redencion
de que se trata, que causa admiracion el saber que
aun faltan misterios que revelar al iniciado. Sin em
bargo, no se halla aun en la última clase. No es mas que
Príncipe Iluminado, yaun no Mago ni Hombre-Rey. La
investidura de su principado se hace, entregándole el
broquel, las botas, el manto y el sombrero. Cada palabra
que se dice en esta entrega merece que se observe.
El iniciante , entregando el broquel al príncipe ilu
minado , le dice : Ármate de fidelidad, de verdad;
de constancia, y sé- verdadero Cristiano ; los tiros de
la calumnia y de la desgracia no te traspasarán. ¡ Se’
Cristiano! ¡Que cristiano tan extraño! que perversidad
la del iniciante, que se vale del artificio y disimulo
hasta atreverse á pronunciar estas palabras en unos mis
terios que con tanta evidencia estan destinados á des
truír hasta los menores vestigios del cristianismo! Una
de dos; ó se sonrie el iniciado, ó su estupidez es extre
mada , sí no ve que estas palabras solo sirven aquí para.
no descorrer del todo el velo.
El iniciante, entregando las botas, dice : Sé ágil para
los bnenos , y no desee/ies algun camino por el cua!
puedas propagar, a’ adquirir lafelicidad. Esto basta para
recordar aquel principio de la secta, cualquiera que sea
al medio se debe emprender, si conduce á lo que la
secta llama felicidad.
Cuando le entrega el manto, dice : Se- principe sobre
tu pueblo, esto es, sé franco y súbio , bienes/tor de tus
hermanos y comunicales la ciencia. Ya se sabe que cien
cia es esta.
Fácilmente se entiende que la fórmula con que se
entrega el sombrero debe expresar toda su estima y
valor. Dice asi : Guárdate de nunca cambiar este som
H- 5
“¡en uuunusuo.
brero de la libertad por una corona. Ya se había dicho
que Weishaupt nada dejaría que inventar á los jacobinos.
El principe iluminado, luego que está revestido de
sus decoraciones, recibe el abrazo. Para que sepa llenar
dignamente las funciones de su nuevo grado, solo le
falta oir leer las instrucciones sobre el papel que en
adelante ha de representar en la orden. Estas, como las
del grado anterior, son relativas al gobierno de los hero
manos. Las reuniré en la última parte de su código.
Ya es hora de llegar á la clase de los grandes miste
ríos.
cniruno nuonúciuo. 185

vvsvvovvsvvsvvu vvsmnmvyvvsvvvmnvv‘ sacaran m svvsvvyvoswn sissnntsnvv

CAPITULO XII.
PAmrn monA ner. cómeo ILUMINADO. Cutsx m; Los
GRANDES MISTERIOS. EL nuco Y m. HOMBRE-REY.

Diligencias de los iluminados para ocultar el texto de


estos misterios ; medios para siqzlir el texto.

E I. sumo aprecio que hace la secta de los últimos


misterios de su iluminismo, y las precauciones de que
se ha valido para ocultarlos al público , me precisan
á dar principio á este capítulo por una declaracion
formal, diciendo que cuantas diligencias he practicado
para adquirir el texto de esta parte del código ilumi
nado, han sido infructuosas. Esta declaracion no debe
hacer entrar en cuidado al lector. Si no tengo el texto
original de estos misterios para manifestar todo su ob
jeto y extension, tengotlas confidencias mas íntimas de
Weishaupt; tengo las cartas de los iniciados que los han
admirado, y tengo las confesiones y declaraciones de los
iniciados que los han abominado. Tambien tengo las
reglas que da el mismo Weishaupt para formar juicio
de ellos. Y tengo, en fin, hasta la apología que de
ellos ha hecho este monstruoso legislador. Con tantos
medios que equivalen á otras tantas demostraciones,
fácilmente se puede suplir la falta del texto. Solo podrán
hallarse de menos aquellos giros insidiosos del gerofante,
y aquellos vuelos entusiastas del orador; pero no con
siste en esto la sustancia de sus últimas, instrucciones
M 4
¡s4 ¡LUMINlBMO- '
ni la extension y monstruosidad de sus últimas maqui
naciones. Demos principio por formar la idea que las
confidencias de su autor nos suministran.

Confidencias de ¡Veishaupt sobre estos- misterios.

Escribiendo Weishaupt á su íntimo amigo Zwach, y


hablando del grado de Epopra Iluminado , de aquel
grado en que parece que la misma impiedad y rebelion
personificadas han echado el resto de su malicia para
comunicar todo el veneno' de sus principios contra el
estado y la religion, dice : a Alguno- creerá que este
u grado es el mayor y mas sublime; sin embargo, aun
u tengo tres {infinitamente mas importantes, los que reservo
IIUIIUUUU para nuestros grandes misterios. Pero estos los tengo
reservados, y solo doy noticia de ellos á los hermanos,
sean areopagitas, ó sean otrosque masse distinguen por
su mérito y sus servicios. . . . Si os hallaseis aquí , añade
luego á esta confidencia, os daria noticia de mi grado,
porque lo mereceis.. .... .. pero ninguno sale de mis
manos. Es demasiado importante; es la llave de toda
la historia antigua y moderna, religiosay política del
mundo. Para tener en subordinacion á nuestras provin
u cias, me recataré tan- bien , que de este grado no habrá
u mas que tres ejemplares en toda la Alemania , es decir,
u uno en cada inspeccion.» Poco despues sigue otra nueva
confidencia, y en ella dice Weishaupt al mismo iniciado:
a Sobre este grado de Regente, he compuesto otros cua
u tro , y en comparacion de estos , y aun del menor de los
u cuatro, nuestro grado de sacerdote no será mas que un
u juego de niños
Antes de sacar nuestras consecuencias, acordémonos de

(I) Escritos orig. t. a. car. r5, 16 y :4 á Caton.


cniruno nuoniïcluo 185
aquellas cartas en las que asegura Weishaupt, que cada
grado inferior debe de ser una escuela de aprendizage,
una especie de noviciado para los grados superiores; que
estos grados deben ir siempre en aumento, y que , en
fin , en la última clase de los misterios se daría un per
fecto conocimiento de las máximas y política de su ilu
minismo. Habiendo leido estas cartas, ya no tengo ne
cesidad de oir al gerofante exponer á los iniciados sus
últimos misterios. Sé que todos estos grados se han re
ducido á dos para la última clase del iluminismo; tam
bien sé que estos dos grados, segun los convenios del
fundador y sus grandes iniciados son, el primero,
el de Illago a’ Filósofo, y el segundo, el del Hombre
Iiey Contando con estas confidencias y convenios,
me atrevo á decir, que Weishaupt es un conspirador
tan monstruoso, que cuando habla de grados infinita
mente mas importantes en sus últimos misterios que los
grados de Epopta y de Regente, y principalmente cuando
dice que su grado de Epopta no es mas que un juego
de niños en comparacion de los que tiene reservados
para sus iniciados perfectos, me atrevo á decir, repito,
que Weishaupt blasona sobrado de su impiedad y de
su perversidad. Bien puede aquí su execrable orgullo
gloriarse de que es superior á los mismos demónios, en
cuanto á inventar delitos y- desastres para trastornar
el mundo; porque el mismo demónio no es capaz de
sugerir á este su émulo unas maquinaciones y resolu
ciones que sean superiores á las maquinaciones y reso
luciones que ya ha descubierto en los que solo llama
sus pequeños misterios. La maquínacíon y resolucion
de borrar del mundo, en materia de religion, hasta
la idea y nombre de Dios; la maquinacion y resolucion
(i) Escritos orig. tomo a primera carta de Filon; y a parte
del Convenio dc 1er Areopagísim,
,.__
186 inuumisuo.
de acabar, en materia de gobierno, hasta con los últimos
vestigios de las leyes, de la autoridad y de la sociedad
civil; la maquinacion y resolucion de aniquilar, para
realizar sus sistemas de igualdad y libertad, las artes,
las ciencias, las ciudades, y hasta las aldeas; la resolu
cion de destruir la mayor y mejor parte del género
humano para que triunfe la independencia de las hordas
vagamundas; todas estas maquínaciones y todas estas
resoluciones, á las que el odio del demónio solo podría
añadir el voto de acabar con el mismo mundo, se
hallan en los misterios que ya se han revelado á los
iniciados de Weishaupt, antes que los convoque á los
últimos de sus cavernas.
Si no es que sus iniciados sean tan necios, como se
cuida de escogerlos impíos y malvados, lo que no es
muy raro, les seria muy fácil acabar de rasgar la nie»
bla que cubre aquel abismo; pues lo que se les oculta
ya no es la cosa misma, no es la sustancia, el objeto
y el fin de las maquinaciones, sino el nombre, ó la
explicacion clara y precisa de que se ha de destruir toda
religion en favor del ateismo; toda constitucion repu
blicana ó monárquica en favor de una absoluta indepen
dencia; que se ha de aníquílaf toda propiedad; que se
ha de acabar con todas las ciencias y artes; que se han de
abrasar y arrasar todas las ciudades, pueblos y casas ó
moradas fijas, en favor de la vida errante y salvage, deco
rada con el nombre de vida patriarcal. Esta sola pala
bra clara y precisa es lo que falta á los misterios que
hasta ahora se han revelado, y en esta consisten todos
los siguientes. En efecto, todos estos votos y toda la sus
tancia de las maquinaciones ya se hallan en el corazon
de los iniciados. Weishaupt nada ha excusado para ins
pirarles todos estos proyectos. No los admitiria á estos.
¡-iltimos mis:erios, s1 supiese que conservabanalgun res
cníruno nuonéciuo. 187
to de horror á alguna parte de estas revoluciones y ma
quinaciones. La naturaleza se estremece y el lector excla
ma : ¡Solo unos monstruos pueden haber concebido y
pueden resolverse á unas maquínacíones de esta natura
leza! En efecto; solo unos monstruos tienen poder para
tanto; pero esos monstruos son Weishaupt y sus pro
fundos iniciados; y paso á la demostracíon que ellos
mismos me suministran.

El Secreto del Mago es el Ateismac

DividiendoWeishaupt sus grandes misterios en dos


clases, distribuyó tambien todos sus últimos misterios en
dos partes. Unos tienen por objeto la relrgion, y estos
son los que revela á sus Magos. Los otros son los que
él llama su política, y estos los reserva para su grado
de Hombre-rey. Tratemos separadamente de estos grados,
y partamos del principio que él mismo ha puesto, y que
hemos visto que ba observado con tanta fidelidad en
todo el resto de su código. El principio es , que los gra
dos de su iluminismo solo son una serie de preparacio
nes para la doctrina y principios , de los cuales sus ulte
riores misterios son el último resultado. De nada mas
necesito para demostrar, que el secreto que se revela á
sus Magos, es el del perfecto ateismo y nulidad de toda
religion', ó , para decirlo mejor, que el iniciado , que es
admitido á este grado, debe ya tener inficionado su cora
zon con todo el veneno del ateismo y ruina de toda reli
gíon, y que el solo secreto que se le revela, consiste en
decirle claramente, que á esto se le quería conducir, y
que hacia este objeto debe en adelante dirigir sus esfuer
zos y trabajos para corresponder á los votos de ía secta;
que en los grados anteriores solo se conservaba esta pala
bra religioti para destruir la cosa , sustituyendo su nom
¡88 ILUMXNISMO.
bre; pero que en lo sucesivo esta palabra solo le ha de
significar las quimeras de la supersticion y del fanatismo,
protegidas por la ambicion y por el despotismo, para
tener en esclavitud al género humano.

Pruebas sacadas de las cartas de Weishaupt.

No soy yo el que revelo este misterio de iniquidad;


las confidencias de Weishaupt son las que le descubren.
He aquí una carta que este escribe á su íntimo Caton
Zwach : s Casi creo yo mismo que la doctrina secreta de
u Cristo, del modo que yo la explico, tenia por objeto
p restablecer la libertad entre los Judíos. Tambien creo,
u que la franc-mazoneria no es otra cosa que un cris
n tianismo de esta especie. A lo menos mi explicacion
c de los geroglíficos se adapta perfectamente. Segun esta
c explicacion, cualquiera puede ser cristiano sin aver-f
n gonzarse, porque yo dejo la cosa y sustituya la razon
u (1). u Y continua : No me parece sea cosa pocoimpor
u tante haber sabido sacar de aquellos tenebrosos gero
u glíficos una nueva religion y una nueva política. Al
u guno pensará que en esto consiste el mas alto de mis
u grados: pero aun tengo tres, que son infinitamente
n mas importantes para nuestros grandesmisterios u,
He aquí , segun el mismo Weishaupt , en que consiste
su grado de Epopta , ó de sacerdoteilltminado : es el
cristianismo , conservando el nombre de religion , pero
reducido á explicaciones, que nos manifiestan en el Evan
gelio un disfraz de religion de que se valió Cristo úni
camente para establecer la igualdad y libertad de los
jacobinos Este disfraz solo se halla en la cara- de

(I) Denn ich lasse den namen, und snbstituire ilrm die vemunft.
(2) Escritos orig. tomo a,carta 15 á Caton.
(3) Véase lo dicho en los pequeño: misterios.
CAPÍTULO DUODÉCIMO. 189
Weishaupt. Ya es demasiado evidente que con él quiere
encubrir el sofista la perversidad y aun la impiedad
de su sistema , dando el nombre de religion á una li
bertad é igualdad desorganizadoras. Despues de haber
llevado hasta este punto la impiedad delos Epoptas ¿ que
le falta hacer por sus Magos en sus grandes misterios,
sino borrar el nombre de religion y aun el del mismo
Dios? Si, este nombre de Dios sabrá horrarle en sus
altos misterios”; y-como se puede esperar hallarle,
cuando hemos oido decir al mismo : n Sabeis que la
unidad de Dios era uno de los secretos revelados en
» los misterios de Eleusis ; ¡ 0! en cuanto á esto , no ten
» gais miedo de hallar algo semejante en los mios (i) ? u
Si aun este nombre de Dios debe hallarse en los altos
misterios del ¿Mago iluminado, ¿ es creible que sea pa
ra otra cosa que para blasfemarle , cuando vemos que
el fundador Weishaupt reserva precisamente para este
grado todas las producciones del ateismo? Asi escribe
á su discípulo favorito i a Con nuestros principiantes
» debemos ser prudentes sobre los libros de religion y
s de política. En mi plan los reservo para los grandes
u misterios. Por ahora no demos á los discípulos sino
a libros de historia ó de raciocinio. La moral debe ser
n- nuestro primer objeto. Robinet , Mirabeau (esto es ,
n el Sistema de la ‘aturaleza publicado por Diderot ,
u bajo el nombre supuesto de Mirabeau), el Sistema social,
n la Politica natural, la Filosofia de la naturaleza y-
u otros semejantes estan destinados para los grados mas
n adelantados. Ahora es preciso ocultarlos con cuidado á
n nuestros discípulos, y especialmente Helvecio del nom.
a bre (a). n He aquí con toda precision la lista de las
obras mas antireligiosas y casi todas en favor del mas

(i) El mismo, tomo 1 , cartaá al mismo.


(a) El mismo, carta 3 al mismo.
[90 ¡LUMINISMOÁ

puro ateismo (t), que estan reservadas para los últimos


misterios. Aun hay mas : para llegar á estos misterios,y
para que un iniciado manífieste que es apto para su objev
to, es preciso que ya se haya borrado en su corazon
el nombre de Dios. ¿Se podrá dudar de esto al ver
que Weishaupt escribe : u Dírigidme el hermano Names
n nio, y procurad que entable correspondencia seguida
n conmigo. Quiero buscar el modo como curarle de la
n teosofia , y hacerle útil á nuestro objeto n No es ,
pues', aun útil ni á propósito para estos misterios el teó
sofo, esto es, el que cree en Dios. De lo que se sigue,
que cualquiera religion es irreconciliable con estos mis
terios. Aun cuando no tuviésemos estas confidencias, y
omítiésemos aquellas expresiones que dirige á su gero
fame sobre sus últimos oráculos ,y sobre los cien cerrojo:
que los guardan para los iniciados, no por eso dejaría
de ser evidente aquella consecuencia. Las apologias del
mismo Weishaupt son la prueba mas evidente de que
sus últimos misterios son la conspiracion del ateismo,

Pruebas sacadas de la apología de Weishaupt.


-ur
Weishaupt, dos años despues de su fuga, publicó dcs
caradamente que los sistemas de su iluminismo, como
los habia publicado el gobierno, solo eran un simple
bosquejo y un proyecto aun. dernkiado indigesto para
que á el y sus iniciados se les pudiese juzgar por sus
escritos originales y por sus propias cartas. Dos años
despues, publicó un nuevo código que intítulóuïistema
corregido del iluminismo con sus grados y constituciones
por Adm: Weishaupt, consejero del duque de Sajan_ia-

(I) Véanse sobre estos libros las Cartas Helvianas.


(a) Ich will ¡/m suchen ’van der theosophie zu curiren, und zu rm:erer;
absichten zubestimnien. Carta i5 al mismo, tomo 3.
CAPÍTULO nuonÉciuo. ¡gi
Got/ia. Formemos, pues , juicio de sus grandes miste
rios por su misma apología y por sus corecciones. Aquí
descubriremos, que ya no es solamente un impio con
jurado, sino que es un sofista insolente, que insulta
al público con todos los caractéres de un desvergonzado
atéo , que se encoge de hombros , desdeñando á los
demas , y que, en su ímpertínente compasion, parece que
á todos nos dice lo mismo que á sus tontos iniciados:
Pobres humanos.’ ¿i Que no podria haceros yo creer?

Tengo á bien leer esta apología, ó este pretendi


do iluminismo corregido. Veo que al principio nos dice
"Weishaupt, que, suponerle capaz de haber redactado en
dos años una produccíon como aquella, es hacerle el
Íwnor de unos talentos muy extraordinarios. ¡ Bribon!
que hace al público el honor de creerle muy tonto.
'Séame lícito tratar á este infeliz como él trata á sus lec
tores. Ya sé que estas expresiones no son nobles, y sé tam.
bien que, aunque se apliquen á Weishaupt, conservan toda
su bajeza : nero ¿podrá permitirse que la memoria de tales
tunantes pase a la posteridad con otra gloria que la de
su perversidad é ímpudencia? Al mismo tiempo que
insolentemente se burlan de Dios y del público, ¿se
les tributará á estos viles conjurados el homenage del
respeto? No sé si Weishaupt necesitó de talentos muy
extraordinarios para su nueva produccion; yo creia que
tenia todos los talentos y toda la astucia propia de un
sofista : pero en su apología solo descubro impudencia,
principalmente cuando se gloria de que todos unáni
memente hallaremos en este código , revisto y corregi
do, principios capaces de elevar el alma y de formar
grandes hombres. Lo que descubro, es que este código
ya , desde el principio, es una reproduce-ion de todos
los artiíicios del primero para educar ó corromper a los
192 ILUMINISMO.

discípulos. Tambien descubro , que es el código que


podría darse para formar unos ateos imbéciles, si en el
tercer grado, en lugar de hablar de un Dios que reina
en el universo con tanta libertad como poder, solo se
tratase de una máquina, en la cual todo está enlazado
y todo se sigue y conduce por cierta fatalidad, la que
unas veces se llama Dios, y otras naturaleza; y si, en
lugar de nombrar la providencia, solo se hablase de un
destino, que ni siquiera puede aniquilar un átomo, sin
que las estrellas pierdan su apoyo , y sin que el universo
¿e desplome. Este código, que se llama corregido, po
dria tambien darse aun iniciado estúpido, que fuese
capaz de creer, que en un mundo en donde todo es nece
sario , se pudiese tratar de virtudes y de vicios; que
fuese capaz de consolarse del mal que le hacen los mal
yados, con saber que estos no siguen menos el rumbo
señalado por la naturaleza que el hombre virtuoso, y
que aquellos llegarán al mismo fin que este. Tambien
podría entregarse al tonto, quien al arte que le per
suade que sus desgracias son incurables y todas nece
sarias , la llamase arte para regocijarse , y para ser
siempre feliz. (ars semper gaudendi) Pero , ¿ que
lector hay que sea capaz de aguantar la impudencia
de un impío conjurado que dedica sus nuevos miste
rios, como si fuesen una verdadera apología, al mundo
y al género humano (2) , y que para probar que sus
primeros misterios no son alguna conspiracion contra
la religion , tiene el descaro de imprimir y de poner
en la boca de sus nuevos gerofantes un discurso, cuyo
titulo, por sí solo, ya anuncia una conspiracion la mas
caracterizada contra toda religion y contra todo culto
dela divinidad? un discurso que tiene por titulo : Ins
~
(i) Véase en su sistema corregido el discurso de la. tercera clase.
(a) Der wal: und dem menscltliclien geschlecht.
truceion.
eníruno DUODÉCIMO. 195
truccion para los iniciados inclinados á la mania de
creer} adorar un Dios? Ya sé que el texto aleman (i)
se puede traducir : Instruccion para los co-miembros
inclinados al entusiasmo teostfico. Pero que ambas tra
ducciones signifiquen lo mismo en el idioma de los sofis
tas , puede verse por el exordio del mismo discurso.
Dice asi :
c El que quiera trabajar para la felicidad del género
a humano , aumentar el contento y sosiego de'los hom
n bres, y disminuir sus pesares, debe escudriñar y debi
n litar todos los principios que turban su paz y su feli
n cidad. De esta especie son todos los sistemas que se
u oponen al ennoblecimiento y á la perfeccion de la
n naturaleza humana, que multiplican sin necesidad el
» mal en el mundo, ó le representan mayor de lo que
u es; es decir, todos los sistemas que abatcn el mérito , la
u dignidad del hombre, que disminuyen su confianza en
n sus fuerzas naturales, y que por esto le hacen cobar
n de, perezoso, pusilánime, abatido y servil; todos los
a que le conducen al entusiasmo, que desacreditan la
» razon humana, y que de este modo abren un camino
3 libre á la impostura. Todos los sistemas teosoflcos y
u místicos; todos los que tienen relaciones próximas 0’
n distantes con estos sistemas; todos los principios que
a se derivan de la teosofia, muchas veces muy oculta en
u nuestros corazones, acaban por conducir á los hombres
u á este término , y pertenecen á esta clase. n
No espere el lector ver que Weishaupt , en el discurso
de estas instrucciones, haga alguna excepcion en favor
de la teosofía, ó religion revelada. La religion de Jesu
cristo, en este discurso, solo es una modificacion de
las ilusiones y desvaríos de Pitágoras, de Platon y del
(i) Unterriclit fizt- alle mit-glieder, welcke zu theosophiscfien schwer
mereyen geneig: sind,
Tomo III. N
194 uuunusuo.
judaísmo. La religion de los Israelitas ó su símbolo ,
su fe en la unidad de Dios y en el Mesías , aunque
hayan sido la misma religion y fe de sus padres,
Abraham, Isaac y Jacob, mucho tiempo antes de su
morada en Egipto y en Babilonia; aunque la adoracion
del dios Apis, ó del becerro de oro, haya sido casti
gada como la prevaricacion mas delincuente de su reli
gion , sin embargo Weishaupt dice que esta misma
religion no es mas que una simple modificacion de los
delirios de los Egipcíos, de- Zoroastro y de los Babi
lonios. Para corregir á sus iniciados, les enseña á dejar
á un lado la creacion como una quimera desconocida
de toda la antiguedad, y á reducir todas las religiones
á dos sistemas; el primero, de la materia coeterna á
Dios, que es parte del mismo Dios, emanada de Dios,
y separada del mismo Dios para volverse mundo; y el
segundo, el de la materia coeterna. á Dios, sin ser Dios,
pero trabajada por Dios para la formacion del universo.
Sobre estas suposiciones compone una historia de todas
las religiones, con la que las hace á todas igualmente
absurdas. Se puede creer con fundamento que todas
estas instrucciones de su iluminismo pretenso corregi
do, ya estaban compiladas antes de su fuga. Bien puede
ser que compongnn alguno de aquellos discursos que
propone como mas interesantes que el, de su gerofante
en el grado de epopta, Contienen precisamente lo mismo
que Knigge anunciaba, como que era el grande objeto
de sus últimos misterios. En ellos hace á su modo una
compilacion de todas las escuelas del filosofismo y de
sus sistemas, y de estos sistemas hace salir el Cristia
nismo y todas las religiones. Su resultado es que todas
las religiones se han fundado sobre la impostura y la
quimera; que todas paran en hacer al hombre cobarde,
perezoso , vil y supersticioso; y que todas abaten y per
CnÍTULO nuonÉcmo. s95
turban su felicidad (i). De este modo, el impío sofista,
bajo pretexto de justificarse de haber querido destruir
todas las religiones, hace y dice en público lo mismo
que en el secreto de sus misterios. Este conjurado solo
ha salidode su caverna para decir descaradamente en su
apología, lo que al principio no se habia atrevido a’.
deéir á sus iniciados, esto es : que ya ha llegado, en
fin, el tiempo de derribar todos los altares y aniquilar
toda religion.

'Testimonio de Knijgge.

Si aun hay necesidad de mas testimonios sobre el


objeto de los grandes misterios, presento el del iniciado
Knigge que no es sospechoso. Escribe este á Zwacb ,
y es muy cierto que ni podia ni quería engañarle en
sus confidencias. Ambos firmaron el convenio de los
Areopagitas sobre el camino que se habiasde seguir para
extender los grados y el código iluminado (2). Escu
chemos, pues, áxestos dos iniciados en su intima corres
pondencia.—Filon acaba de exponer lo que habia hecho
con arreglo á las instrucciones de Weishaupt, para de
mostrar en el grado de epopta , que Cristo no habia
tenido otro objeto mas que restablecer la religion natu
ral; religion que, para el iluminismo, solo consiste en
los derechos de igualdad y libertad. Knigge le responde :
c Despues de haber asi manifestado á los nuestros que
u nosotros somos los verdaderos cristianos, ya solo
. n nos faltaba decir una palabra mas contra los sacer
n dotes y los príncipes. Me he conducido tan bien en
a los grados de epopta y de regente, que no temeria

(i) Véase todo el discurso último de este iluminismo corregido.


(a) Véase este convenio en los escritos orig. tomo a parte a
firmado a‘ no Adarmela de 175i, esto es , ao Diciembre de i781.
N:
196 ILUMINISMO.
u darlos á reyes y á papas , pero siempre despues de
u las correspondientes pruebas. En los últimos misterios,
u habremos de descubrir este piadoso engaño ; habremos
u de probar, con todos los testimonios de los autores,
u el origen de todas las mentiras religiosas, y habremos
u de manifestar su enlace y connexion p .
He pues aquí aquella palabra que se ha de decir
sobre la religion, en los últimos misterios del iluminismo.
Esta palabra es contra los sacerdotes ó ministros de
todos los cultos. Y esta sola palabra manifiesta á los ini
ciados el engaño, pretenso piadoso , ó por mejor decir,
el laberinto de los lazos y emboscadas de que se ha va
lido la secta en su curso de impiedad, para seducir á
los iniciados, antes de manifestarles el ítltimo término
de su educacion iluminada. Ya se vé que el iniciado ,
cualquiera que sea, no puede ser sino estúpido; á lo me
nos, por su credulidad se le asemeja mucho , si en su
grado de epopta , y aun antes , no ha previsto el término
á que le conducian. Pero si en su misma estupidez con
serva aun algun sentimiento ele/buena fe; si aun puede
retirarse al ver que ha sido el juguete de tantos artificios;
si es aun capaz de alguna reflexion, esta sola expresion ,
piadoso engaño, le descubrirá muchas cosas. Esta sola
expresion le dice. u Acordaos que desde las primeras
instancias que os hicimos para atraeros, empezamos
UUUUHUUU

con deciros , que en los proyectos de nuestra órden


nada se intentaba contra la religion. Acordaos de que
se os aseguró lo mismo cuando fuisteis admitido á la
clase de nuestros novicios; y que aun se os volvió
á asegurar cuando entrasteis en la academia minerval.
No os olvideis de que en los primeros grados os ha
blámos de moral y de virtud; pero sabed, que los

(i) Escritos originales tomo a, carta l de Filon á Caton.


cntrano DUODÉCIHO» i97
estudios que os prescribíamos, y las instrucciones que
¡atravesveu: uv uv evuwv eur ‘! VU‘ os dábamos hacían á la virtud y á la moral indepen
dientes de toda religion; y sabed tambien, que cuando
hacíamos el elogio de la religion, os íbamos dispo
niendo para que llegaseis á conocer , que toda ella
consistía en unos misterios y culto que han degene
rado desde que corren por cuenta de los sacerdotes.
Ya tendreis presente aquel fingido respeto con que os
hemos hablado de Cristo y de su evangelio en nues
tros grados de iluminado mayor, de caballero escoces
y de epopta; como de su evangelio hemos sabido
hacer el código de nuestra razon, y de su moral, la
de la naturaleza; y como de la religion, de la razon,
de la moral y de la naturaleza hicimos la religion
y la moral de los derechos del hombre, de la igual
dad y libertad. No os olvídeis de que, insinuán
doos todas las diversas partes de este sistema, hemos
hecho que vos mismo las manifestaseis, como si en
efecto fuesen vuestras propias opiniones. Os hemos.
puesto en el camino ; haheis respondido á nuestras pre
guntas mucho mas que nosotros á las vuestras. Cuan
do, por ejemplo, os preguntábamos, si las religiones.
de los pueblos llenaban el objeto por cuyo. motivo
las habian adoptado ; si la religion pura y sencilla
de Jesucristo era la misma que en el dia profesan las
diferentes sectas, ya sabíamos bastante á que nos
debíamos atener; pero era preciso saber hasta que
punto habíamos logrado hacer que naciesen en vos
nuestros sentimientos. Hemos tenido que destruir en
vos muchas preocupaciones, antes que os pudiésemos
persuadir que esta pretendida religion de Cristo fue
obra de los sacerdotes, de la impostura y de la tiranía.
Y si esto sucede con el evangelio tan proclamado y
admirado, ¿que podemos pensar de las demas reli
N5
I 98 rnamnsuo.
n gïones? Sabed,pues, que todas tienen igualmente por
o principio la ficcion; todas igualmente se han fundado
x sobre la mentira, el error, la quimera y la impos
l tura. Este es todo nuestro secreto. Las vueltas y re
n vueltas que hemos habido de dar, las promesas que
u ha sido preciso haceros, los elogios que hemos habido
n de dar á Cristo y á sus imaginarias escuelas secretas,
n- la fábula de que los franc-mazones han estado mucho
D tiempo en posesion de la verdadera doctrina, y que
a nuestro iluminismo era el único heredero de sus mis
» terios, ya no os debe causar admiracíon. Si para des
x truir todo cristianismo y toda religion hemos aparen
a tado de que solo nosotros poseiamos el verdadero
u. cristianismo y la verdadera religion, acordaos de que
n el fin sanliflca los medios, y que el sábio debe valerse
i» para el bien de todos los ¡nedios del malvado para el
n mal. Todos los medios de que nos hemos valido para
n libertaros y para libertar al género humano de toda
u religion , no son mas que un piadoso engaño , que
n nos habíamos reservado manifestar en este grado de
u Mago , ó de Filósofo iluminado. n

Nueva prueba sacada del testúnonio de un iniciado ,


hambre de honor.

A este comentario de la palabra que se ha de des


cifrar en los últimos misterios, y á esta explicacion bas
tante manifestada en toda su extension por la serie de
los grados, por las apologias de Weishaupt, por sus
eonfidencias y por las de sus íntimos iniciados, añada
mos tambien el testimonio de un sugeto, que sin duda
era muy poco ri propósito para inscribir su nombre en
la lista de los discípulos de Weishaupt , y para entrar
en los secretos de la secta; pero que, á lo menos, ha
eníruno nrobécmo. 09g
sabido arrancárselos , para manifestar mejor que cual
quiera otro su perversidad. Sé el nombre verdadero
de este sugeto; tambien sé que seria de mucha satisfac
cion para el público el saberle ; pero tambien sé que los
pnñales y venenos del iluminismo le perseguirian hasta
las Orcadas, si la secta descubriese su asilo. Se le debe
guardar el secreto, y yo me guardaré muy bien de vio
larle. Los Alemanes han recibido con agradecimiento
sus escritos, y suplen su nombre , que ignoran, con
llamarle Biederman, que significa hombre honrado. A lo
menos asi le he visto comunmente nombrado cuando
citan sus escritos; y yo le designaré del mismo modo.
Lo que no sabe el público , y es bueno que lo sepa ,
es- que únicamente el deseo de descubrir las conspira
ciones de la secta , y llegar á lo que él miraba como
medio verdadero para evitar sus resultados, fue lo que
sostuvo á este iniciado en las pruebas á que se le some
tió. Despues-de haber pasado por todas , llegó al fin
á los últimos misterios. Publicó los de Sacerdote y de
Begente iluminado, bajo el nombre de últimos trabajos
de Espartaco y de Filon. Añadió á estos grados las ins
trucciones que los acompañan , y la historia crítica de
todos los grados del iluminismo. Tengo por garante de
su veracidad la conformidad de sus asersiones, con todo
lo que nos indica ó manifiesta un estudio reflexionado
de los escritos originales del iluminismo, y le tengo por
el hombre mas instruido y verídico sobre el particular
de la secta. El certificado que ha puesto en el encabe
zamiento delos grados de Sacerdote y de Regente ilumi
nado , de los cuales le debemos el mas perfecto cono
cimiento, es para mi del todo indudable, porque conozco
á un sugeto que ha visto y leido este certificado y el
original escrito de la mano de Filon Knigge, y que ha
visto el sello que la orden pusó en este certificado. En
N4
20o uuunusuo.
tro en estos pormenores , porque en unas discusiones
tan importantes el público tiene derecho á saber hasta
que punto he elevado mis investigaciones, y que con- .
fianza merecen las autoridades sobre las cuales me apoyo.
La que voy á citar de Biederman es fundamental para
todos los autores alemanes que han tratado del ilumi
nismo. A ver pues como habla de estos últimos mis
terios. He aquí lo que se lee al fin de su historia crítica.
a Ya no hay recepcion, esto-es, ya no hay ceremo
n nias de iniciacion para estos dos grados de Mago y
n del Hombre-Rey. Ni siquiera se les permite á los esco
n gidos sacar copia de estos grados; se les confieren por
u medio de una simple lectura , y esto es lo que me
3 impide añadirlos á los que he hecho imprimir. El pri
» mero que es el de Mago , llamado tambien Filósofo ,
» contiene los principios fundamentales del Espinosismo.
u Aquí todo es material; Dios y el mundo no son mas
u que una misma cosa; todas las religiones son incon
s sistentes , quiméricas, é invencion de hombres ambi
n ciosos Varios principios (añade Biederman) ya insi
u nuados é introducidos en los grados anteriores por
n»Filon y Espartaco, podian en algun modo hacer sos
n pechar , que es este el término á que se dirigían. n
En efecto , nada hay mas bien íundado que esta sospe=
cha. Esta naturaleza, que tantas veces unen á Dios , que
representan activa como Dios, que con la misma inmen
sidad de fuerzas y con la- misma sabiduría de Dios con
tinua los planes que ha trazado, y otras mil expresiones
de esta especie que dice el gerofante, indican con bas
tante claridad, que el Dios de Weisahauptv, como el

(I) Der ente, welcher Magus ,_ auch Philosophus kcissr, author]!


:pinosistichc grundswtze, nach welchen alle; material, Gutt und die
welt einerley, alle religion unsmsthafl , un cinc erfindung hersüclztigez
menschen ist.
cnírcno nronéciuo. soi
de Espinosa ó de: Lucrecio, no es otra cosa que la ma
teria ó el universo , ó el Dios de los ateos. Aunque á
d’Alembert le pareció que el espinosismo era precisamente
el sistema mas opuesto al ateismo (i) ; y aunque Espi
nosa , como el mismo d’Alembert, haya pretendido que
lejos de ser ateo ó de negar la existencia de Dios, todo
lo hacía Dios, la estupidez é impudencia de esta excusa
son tan extremadas, que no necesitan mas impugnacion.
Decir que no hay otro Dios que el mundo , es negar
evidentemente el único ser que justamente puede lla
marse Dios; es burlarse de los hombres; es decirles,
que se conserva la cosa , porque no hay atrevimiento
para quitar el nombre, aun cuando se hace uso del nom
bre de Dios para destruir la idea de la divinidad.
Podría tambien citar el testimonio de otro iniciado.
He aquí las expresiones de que se vale en una carta que
escribió á los redactores del Eu-demonia (2) : c Os puedo
UÜUUUU asegurar, dice, con toda verdad , que tambien he visto

los grandes misterios, y que en especial, año 1785,


he tenido en mis manos el grado de filósofo , ó de
Mago, y que la corta descripcion y la idea que se
da en el último destino de la franc-mazonerúi (Emili
ches schiclcsal), es del todo fundada. a El autor de
este último destino no ha hecho mas que copiar, como
yo , el texto de Biederman. De este modo el testimo
nio del nuevo iniciado confirma el primero: pero yo
no conozco á este nuevo iniciado. Solo veo que ha
firmado su carta suplicando á los autores del Ett-de
monia, que no le nombren sin verdadera necesidad. u
a A mas de que, añade, soy católico, y en el país en
u que vivo podría tener algunos disgustos por no 11a
» ber pedido la absolucion de mi juramento, antes de

(i) Véase el elogio de Montesquíeu.


(a) Tomo 3, núm. a, art. 4.
nos ¡Luuínisuoc
. publicar lo que yo habia prometido tener secreta. t
Señor católico le diría yo , lo soy tanto como V.....
El juramento que V. ha hecho á los iluminados ¿ es
superior al que V. ha hecho al estado? Pues, ¿porque no
presenta V. al magistrado ó al príncipe las pruebas
que V. tiene de ,una conspiracion contra el gobier
no ? Se forman ideas muy graciosas de probidad. Hay
quien piensa que está obligado á cumplir el juramen
to hecho á unos conjurados , y no se considera obliga
do á cumplir como ciudadano, el que tiene hechoá
su patria Me hago cargo de que se han de to
mar precauciones para guardarse de unos malvados
que pretenden tener derecho de vida y de muerte so
bre sus prosélitos. Pero ¿no es posible tomarlas ,, é
informar al mismo tiempo á los magistrados? No se
alegue , pues , por excusa la fidelidad á un juramento ,
que hace perjúro hácia el estado al que le observa. ,
A pesar de esta réconvencion que merece dicho ini»
ciado, no es despreciable su testimonio, pues ha ma
nifestado su nombre á los autores del Eu-demonia,
periódico que se publica en Francfort sobre el Mein,
y cuyos autores merecen el público agradecimiento
por el zelo con que combaten la secta. A este mis-
mo periódico debo la confirmacion de muchas i-ns
trucciones que se me han enviado desde Baviera y
Austria; y esta conformidad asegura la verdad de mis

(*) No hay juramento que valga contra Ia religion y la patria.


Las obligaciones que -se contraen como cristiano vv como ciuda
dano, no solo son superiores á las que se pueden contraer por
cualquiera otro juramento, sino que anulan los que se hayan '
hecho ó puedan hacerse contra cualquiera de las dos. Entre las
condiciones para que obligue un juramento , entra la justicia; no
Ia hay, ni la puede haber conspirando contra el altar ó contra
el trono; y por lo mismo,cualquiera particular debe delatar al
gobierno cualquiera conspiracion en el ¡nodo y forma quo dicte
h prudencia.
cníruno nuonécmo. no5
investigaciones. Creo que he demostrado lo bastante,
que este primer objeto de los grandes misterios del
iluminismo y de tantos engaños, es conducir á los
iniciados al mas monstruoso ateismo, y persuadir á
todos los pueblos , que la religion, cualquiera que sea,
no es mas que invencion de impostores ambiciosos,
quienes para libertarse del despotismo , de la impostura , '
como ellos los llaman, y recobrar los famosos derechos del
hombre, lalibertad y la igualdad , quieren comenzar por
destruir toda religion , todo culto, todo altar y dejar
de creer en Dios.

Segundo objeto de los grandes misterios :pruebas del ini


ciado Biederman.
Continuemos la lectura de la declaracion por lo re
lativo á los misterios que revela la secta en su último
grado. u El segundo grado de los grandes misterios,
n dice Biederman, enseña que cualquier paisano, cual
: quier ciudadano, ycualquier padre de familia es so
n herano, como lo eran los hombres en tiempos de
c la vida patriarcal, á la cual se ha de hacer que
u vuelva el género humano, y por consiguiente se ha
s de destruir toda autoridad y todo magistrado...“ Yo
n que he pasado por todos los grados de la órden,
a» tambien he leido estos dos (r).» Por irrefragable que
parezca este testimonio , causa dificultad el creer
que haya hombres tan absurdos y malvados, que sean
capaces de instruir á sus discípulos con tanta constan

(I) Der zweyte , Rex genannt, Ieltrt das: ein ieder áauer, burger
und liatuvatter ein- souveraín ser, wie in dem putriarchalisuhen Ieóen,
auf welches die Ieute wieder zünzc/rgebrae/¡t werden ¡nussen , gewesen
n)’; und dass folglich aIÍe oórigkeit wegflrllzn rrIÍÍJR..... Diesse beydcn
graden hube auch ich , der ¡el! m dem orden alles durcbgcgrazigen bin,
telóst gelesen.
204 uuunusuo.
cía, precauciones , cuidados y artificios , solamente para
decirles al fin :» Cuanto hemos hecho por vosotros
n hasta el presente, se ordenabaá haceros dignos de traba
n jar como nosotros y con nosotros en la- destruccion
n y aniquilacion de todo magistrado, de todo gobier
n no, de toda ley, de toda sociedad civil , y aun de
x toda república, tanto democrática como aristocrática,
s y de toda monarquíam. Todos aquellos grados an
u teriores solo se ordenaban á que adivinaseis poco á
UUUU poco, y os persuadieseis lo mismo que ahora os de

cimos con claridad.... Todos los hombres son igua


les y libres , este es su derecho imprescriptible ; pero
sabed que no solo bajo los reyes perdeis 'el uso de
esta libertad. Es nula en todas las partes en donde
n hay otras leyes mas para los hombres que su propia
n voluntad. Bastante os hemos hablado de despotismo,
a y la tiranía no solo se halla en el monarca ó enla
n aristocracia, sí que tambien se halla esencialmente
u» en el pueblo soberano democrático, en el pueblo
n legislador, ni mas ni menos que en el rey legisla
u dor. '
u ¿Que derecho tiene el pueblo, ó la multitud ysu
u mayoría para someterme , y á los que somos menos
n en número , á sus decretos? es por ventura este el
u derecho de la naturaleza? habia acaso pueblos so
» beranos y legisladores, cuando gozaba el hombre de
n su igualdad y libertad naturales? Pues en esto cou
n sisten nuestros misterios"... Cuanto» decíamos contra
‘ los déspotas y tiranos , lo decíamos para llevaros á
n lo que nos faltaba decir sobre el mismo pueblo, sus
n» leyes y tiranía. Estos gobiernos democráticos no se
u hallan mas en la naturaleza que los otros gobiernos.
s Si nos preguntais: ¿como vivirán en adelante los hom
n bres sin leyes , sin magistrados y sin autoridades cons
cníruno nuonécíuo. 205
a tituidas, reunidos en sus pueblos? La respuesta es
u fácil. Abandonad y reducid á cenizas las ciudades,
los pueblos y vuestras mismas casas. ¿Que por ven-.
tura en los tiempos de la vida patriarcal, los hom
bres edificaban ciudades, pueblos, ó casas? Eran
iguales y libres;la tierra era suya; era igualmente
de todos, y vivían igualmente en todas partes. Su
n patria era el mundo; no la Inglaterra ó la España,
s la Alemania ó la Francia. Era toda la tierra, no
n un reino ó una república en un rincon de la tierra. Sed
a iguales y libres, y sereis cosmnpolitas, ó ciudadanos
a del mundo. Sabed apreciar la igualdad y no teme
réis el ver arder á Roma, á Viena, á Madrid, á
París, á Londres, á Constantinopla, y á aquellas
ciudades ó pueblos, que decís son vuestra patria.
Hermano ramigo, este es el gran secreto que te reser
vábamos para estos misterios. n

Pruebas sacadas de los grados anteriores.

Ello es asi. Es muy difícil creer que la estupidez en


lazada con el orgullo, la perversidad y demas vicios,
haya podido dar á Weishaupt iniciados capaces de
asistir á estos misterios, y de no descubrir en estos orá
culos otro que sabiduría y la filosofía mas sublime. Los
jacobinos, aquellos pretensos patriotas,de la democracia,
creerán con dificultad que este sea el verdadero tér
mínoá que los conduzca la secta; con dificultad cree
rán, que cuando la secta destruia por su medio el go
bierno que entonces existía, el objeto ulterior de la
misma secta era ' trastornar algun dia el mismo que ellos
establecían. Poniendo aquellas cláusulas en la boca del
gerofante de los últimos misterios ¿ he dicho por ventura
n alguna cosa que no la haya dicho el mismo fundador
no6 ILUMINlSMO.
de la secta? que contienen aquellos discursos tan im
portantes que reserva para los últimos misterios? que
puede contener aquel discurso sobre la vida, que ya
llama patriarcal, ya nómada ó de hordas errantes, ó del
hombre aun salvage (1) ? ¿ Que democracia puede sub
sistir con aquella vida patriarcal y con aquellas ranche
rías errantes? que necesidad tenemos de asistir á sus
últimos misterios, para saber de la misma secta toda la.
extension de sus' maquinaciones? Ya hemos visto á
Weishaupt maldecir aquella época en que, reuniéndo
se los hombres por medio de las leyes, bajo los go
biernos civiles, formaron aquellas primeras sociedades
que llamamos pueblos ó naciones, como si esta época
hubiese sido uno de los principios, ó el principio
consuniador de los males del género humano. Le he.
mos visto maldecir las naciones y el amor nacional,
como si este fuese el orígen del egoismo; maldecir
las leyes y los derechos de las naciones, como incon
ciliables con las leyes y derechos de la naturaleza. ¿ Que
pretende, pues, la secta cuando quiere que desaparezcan
las naciones , sino abolir y aniquilar- toda sociedad civil
y nacional ? á que se ordenan aquellas maldiciones
contra el amor á la patria, sino a que no se le reco
nozca?
Hemos oido al mismo gerofante que enseñaba á sus
iniciados, que la moral verdadera no puede consistir
en otra cosa sino eri ’el arte de desprenderse de los
principes, de los gobiernos, y en saberse gobernar á si
mismos; que el pecado original de los hombres consistía
en
de haberse,
las leyes,reunido
y que ensu sociedad
redencioncivil
ha bajo el imperio
de consistir en
la abolicion del estado civil. Le hemos visto en el ex
~

(i) Escritos orig. tomo a, carta ¡o á Caton.


eníruno nuonéciuo. soy
ceso de su odio frenético á todo lo que dice relacion
con el imperio de las leyes; y en la esperanza de su entu
siasmo, le hemos visto exclamar : Dejad á los reidores que
rian, y á los burlones que se burlen , que no por eso dejará
de llegar el tiempo en que desaparecerán los principes y
las naciones; tiempo en que cada hombre no tendrá mas
leyes que las de su razon. Ha tenido valor para decir,
que esta grande obra lo será de las juntas secretas; que
á estas juntas confia la naturaleza sus archivos; que res
tablecerán al hombre en sus derechos de igualdady de
libertad , con tal independencia que no tendrán mas
leyes que las de su razon. Ha dicho formalmente : En
esto consiste uno de los grandes misterios de nuestro ilumi
nismo ¿Y aun creeriamos, que una conspiracion,
segun las expresiones de su mismo autor, infinitamente
superior á estos misterios , no tiene por objeto verda
dero la absoluta ruina de toda ley, de todo gobierno,
y de toda sociedad civil? Si hemos visto á la secta pre
venir hasta las objeciones que la evidencia hace á sus
sistemas, mas perversos que insensatos; decir á sus ini
ciados que no ha de suceder con la independencia
restaurada entre los hombres lo mismo que con la in
dependencia, cuando la perdieron los hombres; decir
que el género humano, instruido por sus desastres,
será lo que es cualquier hombre, á quien ha corregi
do una larga experiencia, que se guarda de recaer en
aquellas faltas que ocasionaron sus desgracias; si la
hemos visto prometer á sus escogidos que, una vez
recobrada esta independencia, se acabaría para siem
pre con el imperio de las leyes y de toda sociedad ci
vil , ¿no -creeremos que la misma secta ha meditado ,
deliberado y proyectado profundamente esta conspira
cion contra la sociedad?
(1) Véase el grado de Epopta.
208 ILUMINISMO.
Si hay algunos lectores á los cuales haya podido se
ducir aquella pintura que el astuto Weishaupt hace de la
vida patriarcal, cuya restauracion nos promete , les
manifestaré en que. hacen consistir esta vida estos '
pretensos apóstoles de la naturaleza. No me he con
tentado con decir que los misterios de Ia secta arrui
naban la sociedad civil. No me he limitado á decir:
si triunfa el jacobinismo , ó si triunfan los propagan
distas de la igualdad y de la libertad, se acabará toda.
religion y todo gobierno; he dicho mas: A cualquiera
clase de la sociedad quepertenezcais, sabed que vues
tras riquezas, vuestras casas, vuestras propias chozas,
hasta vuestros hijos ya no serán vuestros. Tambien he
dicho : que no se atribuye: á fanatismo o.’ entusiasmo lo
que digo ; lejos de mi y de mis lectores ( I). Esto he dicho:
¿- y se necesita ya mas que de una simple reflexion sobre
lo que hemos visto de las instrucciones de lasecta, para
descubrir toda la extension de sus maquinaciones? Solo
una preocupacion estúpida puede resistir á tanta evi
dencia.

_ Maquinaciones secretas de la secta contra la propiedad.

El que pretende que con la imaginaria vida patriarcal


de Weishaupt conservará su campo, ó casa, ó la parte
mas pequeña de su propiedad, que reflexione sobre los
pequeños misterios del fundador de la secta. En estos
dice al iniciado : aFelices habrían sido los hombres, si
n hubiesen sabido conservarse en el primer estado en
» que los puso la naturaleza. n Luego añade : ‘Pero luego
u se desplegó en su corazon un gérmen fatal que acabó
a con su reposo y felicidad. A proporcion que se mul

(t) Véase en el tomo primero el Discurso preliminar del autor.

tiplicaron
_ cníruno nconéciuo. 209
n tiplicaron las familias, empezaron á faltar los medios
a necesarios para su subsistencia. Cesc’ la vida errante
n y nació la propiedad; los hombres escogieron una man?-
n sion permanente, y se introdujo la agricultura. . . . n
Preguntemos á la secta ¿cuales fueron los funestos resul
tados de estos desvíos del hombre , que abandonó la
vida errante ó patriarcal? Ya responde el gerofante : Se
arruinó por sus cimientos la libertad y desapareció la'
igualdad. Luego la vida patriarcal y errante, á la que
se pretende que vuelvan los hombres , es la vida de
una época que se imagina anterior á la propiedad , á
la construccion de moradas fijas yaun al cultivo de los
campos. El origen de esta propiedad, la construccion de
casas ó chozas, y el cultivo de los campos son el primer
atentado mbrtal que se cometió contra la igualdad y
la libertad. ¿ Y aun hay quien prestando asenso á la
igualdad y libertad que predican unos perversos deses
perados, aspire á su vida patriarcal y errante? Pues si
le hay, que empieze por renunciar á su propiedad; que
abandone su choza , casa y cualquier morada fija; que
abandone sus campos; únase á los sectarios y diga con
ellos : la primera blasfemia que se ha dicho contra la
igualdad y libertad, ha salido de la boca del primero
que dijo : mi campo, mi casa, mi propiedad.
En efecto, seria necesario cerrar los ojos para no ver
el odio y las conspiraciones de la secta con-tra toda
existencia, título y pretension de propiedad. Ninguna.
reconoce , y en la realidad no hay propiedad que sea
compatible con lo que ella llama igualdad y libertad;
con aquella naturaleza , que á todos lo da todo con
igualdad, y que quiere que este oro, esta plata, ó este
campo sean tanto de uno, como de otro y como de todos.
Ya se've, que no se trata aquí de leyes agrarias, ó
de aquellos campos, riquezas y propiedades, cualesquiera
Tomo III. O
n10 ILUMINISMO.

sean, que se han de repartir igualmente. No se trata


solamente de abolir la distincion de ricos y pobres,- se
trata de abolir toda propiedad tanto del pobre como
del rico. El primero, que fijando su morada, porque
estaba cansado de llevar una vida errante , vagamunda.
y salvage, construyó, no un palacio, sino una choza;
el primero que aró la tierra para sembrar granos, dió,
segun los principios de la secta, el primer golpe mortal
á la igualdad y á la libertad. Tanto si sois pobre como
rico , sabed, que ese campo que habeis desmontado,
tanto es mio como vuestro , ó por mejor decir, no es
de ninguno, segun los principios de la secta : por con
siguiente, á pesar de vuestro trabajo y de mi holgaza
nería, tenemos iguales derechos á los frutosde esa
tierra, que no yo, sino vos habeis cultivado. Sea pobre-,
-sea rico, no por eso desaparece menos la igualdad luego
que uno puede decir, que este campo es suyo, y otro no
puede decir, este campo es mio. Si hay algun título- de
propiedad en favor del pobre, tambien le hay en favor
chozarico
del , el; rico
si elpuede
pobretener
tienetitulo
titulo de
de propiedad
propiedad de
de sus
su

caudales y palacio. Con esto el iluminado descubre en


una parte la indige,ncia y en otra la abundancia; en
ninguna parte ve igualdad y libertad , sino despotismo
y esclavitud. Sin embargo, su libertad é igualdad son
para él los derechos de la naturaleza; y estos. derechos
espiraron en el mismo momento en que nació la pro
piedad y el tener morada fija. Tanto el pobre como el
rico son asesinos de la igualdad y libertad luego que
pretenden tener propiedad; luego que pretendan tenerla,
serán ambos malditos de la secta, y ambos el objeto
de sus conspiraciones. Y sin embargo, estos solo son
secretos á medias, que ya se revelan en parte á los
Epoptas, y Weishaupt asegura , que el revelarlos del todo,
entreno nuonÉciuo. au
lo reserva para sus Magos y para su Hambre-rey. ¿Quien,
sea rico, ó sea pobre, en vista de esto , podrá confiar
que la secta respetará sus propiedades en sus últimos
misterios ?
O por mejor decir, vese ya hoy que se da al pobre
lo que fuera del rico; pero esperad un momento que
llegue la época de los grandes misterios ó de las últi
mas conjuraciones, y el pobre aprenderá á pesar suyo,
que si el iluminismo principió por despejar á los ricos',
fuera solo por enseñarle, que no siendo mas conforme
á los principios de la secta su propriedad, llegará para
el tambien el momento de que se le maldiga y se le
despoje de ella, como se hizo con el ciudadano opu
lento. -
Son muy dignos de notarse aquilos progresos del sofis
ma. Los que ha hecho hasta el presente, nos han de abrir
los ojos para los que hará algun dia. Rousseau, el sofista
ginebrino de la libertad y de la igualdad, previniendo
las lecciones del moderno Espartaco Weishaupt, pro
nunció este oráculo a El primero, que habiendo cercado
u un terreno, tuvo atrevimiento para decir, esto es mio,
n y halló personas bastante sencillas que le dieron cré
n dito, fue el verdadero fundador de la sociedad civil. n
A esto añadió Rousseau : a ¡Cuantos crímenes, cuantas
u guerras, cuantos asesinatos, miserias y horrores ha
n bría evitado al género humano el que con valor hubiese
n dicho á sus semejantes: no escucheis á ese impostor;
u estais perdidos si olvidais, que los frutos son de todos,
u y la tierra no es de ninguno (t)! n ¡Cuantos delitos y
explicaciones habría este sofista evitado á la revolucion

francesa, si abandonando aquella azarosa paradoja, hu


biese sabido dar al género humano unas lecciones mas

(t) Discurso sobre la desigualdad de las condiciones, parte a.


0a
213 ILUMINISMO.
verdaderas y juiciosas! Mejor habría hecho diciená.
do : c El primero, que habiendocercado un terreno,
u dijo : esto no es de ninguno, yo lo cultivaré, de estéril
n lo haré fertil, y haré lo que exige la naturaleza para
n lograr mi subsistencia, la de mi esposa y de mis hijos,
n. y este terreno será mio; el Dios de la naturaleza, que
n á nadie le ha dado, le ofreceyle da al primero que le
cultive, como fruto de sus trabajos” . . el primero,
que hablando de este modo, cooperóá los designios
de la naturaleza , y halló hombres bastante sabios pa
ra que le imitasen, fue el primer bienhechor del género
humano; este enseñó á sus hijos, que no habian sido
criados para disputar á los animales , ó disputase los
unos á los otros los frutos salvages de la tierra. Les
dijo, que habia virtudes domésticas y civiles quese
debian anteponer á Ia vida vagamunda y muchas veces
feroz de las hordas errantes. Fue dichosa su posteridad,
y se multiplicaron sus generaciones. Si no pudo evitar
todas las plagas, evitó á lo menos la principal, que es
la esterilidad, que consume el gérmen de la vida, y
arrancó de los bosques á los hombres que iban dis
persos , y que muchas veces eran tan feroces como los
n leones y los tigres, cuyo destino son las selvas.»
Si Rousseau se hubiese producido de esta manera ,
habría evitado la ignominia de ser el padre de Weis
haupt:pero la necedad del hombre, que muchas veces se
llama filosofia , prodiga elogios á las paradojas del Gine
brino. El sofista de Baviera se apoderó del código de
Rousseau , y el delirio del orgullo se vió castigado por el
delirio de la perversidad. Lo que en los maestros no fue
mas que una paradoja de una independencia loca , pasó,
sin perder nada de su tontería, á ser en los discípulos
una conspiracion fatal. Y no es ya tiempo de decir sola
mente :, estas son quimeras de solistas; es preciso decir
cnlruzo nuonécmo. n15
en el dia : estas son las maquinaciones que se traman con
tra vuestras propiedades; maquinaciones, que ya ma
nífiestan lo bastante tantas expoliaciones revolucionarias;
expoliaciones de los bienes de la iglesia, de los comerci
antes, de los ricos y de los proprietarios. .. . . Si estas
son quimeras , son las quimeras de Weishaupt : del
capatsz de los bandidos conjurados, del demonio mas fe
cundo en sofismas y en artificios para realizarlos. Lo que
Rousseau dijo s-los sofistas , lo dice el nuevo Espartaco á
sus legiones iluminadas : los frutos son de- todos, la tier
ra no es de ninguno. Esto dijo en sus cavernas, aña
diendo:cuando comenzó la propiedad, desaparecieron la
libertad y la igualdad ; y en nombre de esta libertad é
igualdad conspira y excita á sus conjurados, para que de
vuelvan á los hombres la vida patriarcaL

Secreto de la secta» contra la autoridad paterna.

No se deje engañar el lector al oir de Weishaupt esta


expresion: vida patriarcal. El gerofante iluminado habla
mucho de Abrahamy demas patríarcas, del padre,sa
cerdote y rey, y solo soberano de su familia. No piense
el lector que verá aquí á un padre , rodeado de sushijos,
que ejerce sobre ellos el mas dulce de los imperios,
y quienes dóciles á una soberanía que le ha dado la mis
ma naturaleza, respetan sus órdenes y cumplen su vo
luntad. No : este imperio no tiene aquí mas realidad que
su sacerdocio. Bastante lo- hemos visto en sus últimos mis
terios. El patriarca iluminado no conoce mas Dios, que el
ateo. Em pieze, pues, el lector por separar de la vida patriar
cal aquel espectáculo de un padre que ofrece al Eterno los
votos de sus hijos,,y que ofrece sacrificios por los mismos,
haciendo en medio de todos las funciones de sacerdote
del Dios vivo. Luego verá el lector , que en estos mis
05
s14 ¡Lumnsuos
mos misterios de la secta desaparece tambien todo el
imperio de un padre. Ya he dicho, y lo repito; si tri
unfa la secta , vuestros lilfos ya no serán vuestros. Esto
es, no tendréis derecho para mandarles, ni ellos obliga
cion de obedeceros. Toda aquella pretensa soberania
del padre , no es mas que una verdadera conspiracion
contra la autoridad paterna. El código de la secta nos
ofrece la prueba. _
Tampoco Weishaupt tiene aquí la gloria de ser inven
tor. Rousseau y la turba enciclopedista ya ha mucho
tiempo que decían: La autoridad del padre cesa, cuando
los lujos dejan de necesitarle. De esto hicieron los sofis
tas el principio de toda rebelionfEl que inventó el nu
evo iluminismo para hacer de él la sentina , el albañal y
el monstruoso conjunto de todos los errores mas anti
religiosos y anti-sociales, no podia permitir que igno
rasen los hijos estas lecciones de su independencia en
el mismo seno de las familias , ni el imaginario derecho
de atenerse á sí mismos , ni tener otra ley que su ra
zon , desde el momento en que se consideren con bas
tante fuerza para no obedecer y poder pasar sin sus
padres. Si un padre dijese al gerofante iluminado : mis
lujos son mios; tenga derecha para mandarles, y ellos obli
gacion de obedecerme; este le responderá : el poder pa
terno cesa con la debilidad del lujo; un padre tzftenderia
a’ sus lujos si reclamase tener aun algun derecho sobre
ellas, despues de aquella cloaca. Esto no es mas que un
principio, que ya se establece en los pequeños miste
rios. Siga el lector sus consecuencias, ó sino deje que la
revolucion las desenvuelva. Entonces se verá en que con
siste aquella soberanía del padre en su familia. Apenas
los hijos podrán pronunciar con su lengua balbuciente
las palabras, igualdad, libertad, y razon, cuando al oir
á sus padres que les mandan ó prohiben alguna cosa,
cnlruno DIODÉCIMO. ¡i5
les reponderán con las insolentes expresiones de despo
tismo , opresion y tiranía. . . . No espere el patriarca rey
mas del reconocimiento y amor de sus súbditos y de
sus hijos, que de su obediencia. El gerofante, conce
diéndoles la libertad é igualdad , les ha enseñado a bur
larse del amor á la familia, aun mas que del amor
nacional y del amor á la prtria ; sus instruciones ya
han manifestado en este amor á la familia el princi
pio mas inmediato del fatal egoismo; busque cualquier
padre el motivo porque le pertenecen sus hijos, y por
que son suyos, cuando ya sin temor pueden resistir á
su soberanía patriarcal , ó cuando ya sus débiles brazos
se han fortificado lo bastantepar coger los frutos de
que necesitan para sustentarse, y hallará , que esta secta
infernal los ha rompido todos sin reserva , tanto los natu
rales como los de los gobiernos y de la religion. Un
hijo, lo mismo que un tigre, olvida á su padre luego
que puede echarse sobre la presa. ¡Y á esto llama la
secta volver el universo al estado de la naturaleza, al
reino patriarcal, á. aquella época, en que el respeto.
que los hijos tenían á su padre, suplia las leyes de la.
sociedad civil! En efecto: la secta consuma sus miste
rios por la depravacion de las costumbres, y por la extin
cion de los sentimientos mas justos y mas puros de la
naturaleza. A nombre de su igualdad y de su libertad,
maldice el imperio y el amor á la patria, y á nombre
de las mismas igualdad y libertad detesta el imperio y
el amor á la familia.
Ya sé , que á medida que voy manifestando estas ma
quinaciones pregunta el lector, ¿ que es lo que preten
den estos monstruosos conjurados? ¿ Que no necesitan
ellos de la sociedad para conservar su fortuna ?'¿ No ti
enen ellos hijos? ¿Conspiran contra si mismos? ¿No ven
que sus maquinacionos se vuelven contra sus propias
04'
216 rnuunnstto.
personas P... El lector, que hace estas preguntasuïignora
acaso lo que es el entusiasmo del error, inspirado por el
demonio del orgullo , de la independencia, de la impie
dad y del odio ó de la envidia? ¿Que no ha oido á los
héroes, á los semi-héroes, y á los sans-culonas de la re
volucion? Estos querían ser iguales y libres, y lo quie
ren ser, cueste lo que costare. Si es necesario hacer sacri
ficios, los harán. Si para el intento han de perder su
fortuna , no repararán en ello , mientras los otros la
pierdan. Si los inferiores les han de ser iguales, poco
importa, con tal, que ya no tengan sobre si ni á Dios ,
ni á hombre alguno. Lucifer perdió el resplandor con
que brillaba en los cielos , porque quiso ser igual al Ser
supremo. Y hay hombres cuyo orgullo insensato y cu-
ya estúpida impiedad es capaz de decir, aunque les cu
este lo mismo, que no quieren permanecer sitbditosfi-No
hay que reconvenir á los jacobinos , discípulos de Weis
haup, con lbs vínculos de la sociedad ; ni hay que hacer
les presente lo que deben á sus padres ó á sus hijos, ní
' las atroces consecuencias de sus misterios; pues este pre
cepto , que intimó á sus insinuantes ó reclutadores el pa
triarca: Áteneos siempre a” los principios, sin atender á
sus consecuencias,hace que se desentiendan de toda re
convencion. Si : insistíd , les dice en estos grandes prin
cipios, igualdad y libertad;,nunca os asusten ni deten
gan las consecuencias , aunque os parezcan fatales. El
orgullo de estos insensatos no les permite ver, que una
sola consecuencia que se demuestre ser falsa ,_ contraria
á la naturaleza y fatal al género humano, basta para de
mostrar, que el principio del cual se sigue es falso ,
opuesto á la naturaleza, y que es el manantial de todos
los desastres. Los insensatos, con la m_isma satisfaccion
que el atéo Condorcet , iniciado de Weishaupt, excla
maron , hasta en las tribunas de los legisladores : Perez.
cníruo uuonéciuoá m7
ca el universo , y subsista el principio. No fueron capa
ces do conocer que una libertad é igualdad desoladoras
del género humano, no son, ni pueden ser la libertad
é igualdad del género humano. ¡Infelices! Que pere
ciendo bajo la segur de su igualdad y libertad, grita
ban : viva la igualdad , viva la libertad! El lector, que
á la realidad de estas maquinaciones quisiese oponer el
'grito de la naturaleza ó los intereses de los mismos prosé
litos del iluminismo, no sabe el ascendiente que tiene
el entusiasmo del error exaltado por el orgullo , ni tam
poco sabe el arte de que se valen los gerofantes del ilumi
nismo para animar é inflamar en sus cavernas aquel mis
mo entusiasmo.
Si en el trastorno que medita la secta, no puede com
binar tanta perversidad con los intereses de los mismos
conjurados , sepa el lector , que al mismo tiempo
el iluminismo persuade á sus estúpidos iniciados, que sus
necesidades facticias desaparecerán luego que llegue el
reyno de la libertad y de la igualdad , y que cuando sea
salvagefla naturaleza le proveerá de todo lo necesario , y
por lo mismo anhela con el mayor fervor por la igualdad:
el iniciado. seductor , á pesar de que ha dicho : los frutos
dela tierm son de todos, pero la tierra no es de ninguno ,
sabrá asegurase su parte de los mismos frutos
Pero , ¿que acaso he tomado yo elempeño de hacer que
se avengan los iniciados y sus maquinaciones? ¿ Que les
importa que los lectores puedan óno concebirlas? Los mal
vados estan siempre llenos de contradicciones; mas no por

(*) Ninguna cosa manifiesta tanto la estupidez de los prosélitos


de la libertad y de la igualdaaficomo el que no vean, que los
mismos que sé empeñan en propagar este sistrma , son los mayores
enemigos práctico: de la misma libertad éigualdad que predicnn.
Tanto en la franc-mazonería reservada, como en el iluminismo
consumadofliay gerarquía en su gobierno, y una sumision la.
n18 uuunusuo.
eso son menos malvados , ui sus delitos menosreales. En
vano se cansa el lector haciendo objeciones , y de nada
sirve la pregunta: ¿que pretenden , pues, con su mons
truosa igualdad y con todos sus proyectos contra las leyes
civiles y contra los derechos y el nombre de propiedad?
¿Que, será necesario para complacerles que abandonemos
nuestros domicilios fijos, que olvidemos nuestras artes y
ciencias, y acabemos con reducir á cenizas nuestras ciu
dades, villas y pueblos para ir errantes , segun sus deseos,
como las hordas salvages ? ¿Será necesario degollar la mi
tad del género humano, y aun mas , para que la tierra so
lo presente el espectáculo de sus rancherías dispersas E’
Aquellas artes y ciencias, y principalmente aquellas acadé
mias minervales del iluminismo, ¿ tienen otro objeto que
redncirnos á la barbarie? ¿ Es por ventura una generacion
de Vándalos, de Alános, Godos, Visigodos y Hunos que
amenaza á la Europa con una inundacion de Bárbaros del
Norte?...... No piense el lector que para responder á sus
preguntas modificará ó restríngiré las maquinaciones
de la secta; no ;se pasmará al oir lo que voy á decir.
Si triunfa el iluminismo, se acabarán las artes, se han
de incendiar, no solo los palacios, las ciudades, las villas
y las aldeas, sino tambien todaslas habitaciones y hasta las
mas degradante en los neófitos. Estos son en la realidad esclavos:
pero no sienten su esclavitud, porque sus venerables y gerofantes
les dicen que son iguales ylibres. Los repetidos juramentos con
que encadenan su libertad; los puñales y venenos con que les
amenazan si revelan el secreto; la buena vida que se dan los
capatacrs , á costa de las contribuciones de los iniciados de las
clases ínfimas, no han bastardo para abrir los ojos á tanto animal
de reata , que solo sirve á la secta , no para que todos los hombres
sean iguales y libres, pues sabe que esto es imposible, sino para
tiranizar al género humano como lo han manifestado en la revo
lucion, v en todas sus ramificaciones, los grandes predicadores
de los derecho: imprescríptibles de Ia: hombres.
CAPÍTULO nuonécmo. 219
chozas. Sus sectarios, como los Vándalos, Godos, Hunos,
Ostrogodos y demas Bárbaros del norte, cometerán los mis
mos desastres y devastaciones. Esta respuesta la dá la mis
ma secta en su código. Atienda el lector.
En cuanto á las artes y ciencias, despues de haber he
cho esta pregunta á sus iniciados : ¿quien les ha reducido
_ á la esclavitud ? hace que respondan: la sociedad, el es
tado, los gobiernos y las ciencias. El gerofante ya habia
dicho al iniciado, que debia anhelar por aquel tiempo en
que desterradas de la tierra las ciencias mútiles, solo se
dedicarian los hombres á la vida patriarcal, al estado na
tural y á ir errante por ese mundo. Tambien los mismos
gerofantes habian dicho, que la gloria y felicidad de su
secta se hallaria en su cumbre, cuando podría decir que
esta erasu obra. ¿Y habrá quien se deje engañar con el
nombre de académias minervales con que condecora sus
escuelas ? ¿Se puede descubrir en estas académias otro es
tudio, que el de valerse de las mismas ciencias para des
truir su imperio, el de toda religion y de toda sociedad ,
cuando la secta, al salir sus discípulos de las mismas aca
démias, para formar concepto de sus progresos, les hace
estas preguntas ?. «¿ Las ciencias comunes generales nos co
n munican verdaderas luces?¿ Conducen á la verdadera
u felicidad?... Al contrario”; no son ellas el efecto de
u necesidades variadas, y del estado anti-natural en que
n se hallan los hombres?¿ No son invencion de cabezas
u vacías y laboriosamente sutiles?..........»Todas estas pre
guntas, estos votos y estas injurias contra las ciencias,
hemos oido que las ha dicho y hecho la secta: ¿y se
podrá esperar que en los grandes misterios de su ilumi
nismo proíese otra ciencia ó facultad que la del hombre
salvage, pero igual y libre en los bosques? Las devasta
ciones revolucionarias, y tantos monumentos como ha
derribado la segur de los bandidos jacobinos, ya nos han
220 ILUMINISMO.

manifestado lo bastante el odio y frenesí de los modernos


Vándalos: pero aun nos lo han manifestado mas los mis
terios de la secta.
lrrítese el lector contra Weishaupt, cuanto le dé la
gana, irrítese contra sus iniciados y su iluminismo; trá
telos, pues lo merecen , de conjurados, de Bárbaros, de
Hunos, de Ostrogodos, y de cuanto bien le parezca: ¿que
sacará de todo esto? Weishaupt se sonreirá, y no por
eso dejará de decir á sus iniciados yestos de creerle,que
toda su honra y gloria consiste en que para la ejecucion
de su proyecto , no solo imiten , sino que excedan en los
desastres y devastaciones á todos los Bárbaros. Weishaupt,
en aquellos Bárbaros que salieron de los bosques del
Norte y desolaron las provincios de la Europa, incen
diando sus pueblos, arruinando sus imperios y llenán
rlolo todo de escombros, mira y contempla á unos hom
bres, tales como los exige la naturaleza, y como que
son unos preciosos restos de las estirpes patriarcales. En
las segures de aquellos Bárbaros le parece que está mirando
á la misma naturaleza , que ensaya aquella regeneracion ,
que es el objeto total de la secta. El lector auu no ha
oido todas las instrucciones que da el gerofante en sus pe.»
queños misterios; oiga pues las que da á sus epoptas sobre
aquellos Bárbaros del Norte. En la historia que Weishaupt
pretende tejer del genero humano, llegandoá aquella épo
ca que todos los fastos de la Europa llaman dela inunda
cion de los Bárbaros, habla de esta manera para mani
festar su destino.
Despues que el resto dela Europa hubo sucumbido alyu
go de las leyes y de la corrupcion , n la naturaleza que en
u las partes del Norte conserva intacta en su pureza y vigor
n original la verdadera estirpe de los hombrs primitivos,
n se presenta y llega para dar socorro á la especie. Del
u fondo de aquellos paise pobres y estériles, convoca á
cnlruno nuonúciuo. nai
u aquellos pueblos sahmges y los envía á las regiones de
s la molicie y del deleyte, para que con una nueva san
» gre comuniquen una vida nueva a estos cuerpos ener
n vados del mediodia, y con otras costumbres y otras
n leyes raslablezcan el vigor de la especie, hasta que el
n gérmen mal sofoca-do de la corrupcion infecte de nuevo
n á esta misma porcion de la humanidad, que entonces
n llegó á estar tan sana» Esto es decir en otros términos,
que la naturaleza envió aquellos Bárbaros para regenerar
la Europa. Con esto ve el lector lo que son los Vándalos,
los Hunos y los Visigodos para la secta. Tambien ve
con esto, que lejos de agraviarse cl iluminismo comparán
dose á aquellos Bárbaros, pone en esto su mayor gloria.
Si la historia nos los pinta llevando á todas partes el hier
ro y el fuego, talando nuestros campos, incendiamlo
'nuestros pueblos, destruyendo los monumentos del arte
y llevando en su retaguardia la ignorancia y todos los
horrores del siglo de hierro; despoblando losimperios,
dejando por todos los lugares de su tránsito ruinas y
escombros, monumentos de su frenesí devastador, en
todo este proceder de los Bárbaros Weishaupt no des
cubre algun delito; al contrario , en él descubre el ver
dadero modo de regenerar la especie humana y de coo
perar á los designios de la naturaleza. Pero ellos deja
ron imperfecta la regeneracion, porque con el tiempo
adoptaron nuestros usos y costumbres y se civilizaron;
nuestras campiñas se fertilizaron de nuevo: renació la
sociedad; volvieron las ciencias; á la sombra de las leyes
reflorecieron las artes; se volvieron á poblar las ciuda
dades , y la raza de los primitivos salvages, confundién
dose con los ciudadanos, se ha sometido á las leyes, y
respiran y prosperan boy los gobiernos.
He aquí, segun el parecer de la secta, el grande crí
men que han cometido aquellos Bárbaros; esto es lo que
322 ILUIIIIHSMO.

llora el gerofante exclamando: ‘¡Ah! si aun quedaban


n entre ellos algunos sabios bastante felices para preser
n varse del contagio, que suspiros no dieron, y que
n votos no hicieron, para volver á ver los tiempos de
s sus antepasados y gustar de nuevo los antiguos place
n re á la orilla de un riachuelo, á la sombra de un
u árbol cargado de frutos y al lado del objeto sensible
n de sus amores! Entonces llegaron á conocer el gran
u bien que es la libertad, y la falta que habian cometido
u poniendo demasiado poder en la mano de un hom
n bre. . . . . Entonces la necesidad de esta libertad hizo
u que conociesen su caida y buscasen los medios para
n disminuir á lo menos su esclavitud.....; pero entonces
a sus esfuerzos y sus golpes solo cayeron sobre el tira
n no, y nunca sobre la misma tiranía. s De este modo
el sofista insidioso, vil orador, pero diestro conjurado,
con estos tortuosos giros de sus pequeños misterios va
conduciendo al iniciado, no solo á imitar los furores y
estragos de los Bárbaros, sino á excederles en la cons
tancia , perseverancia y perpetuidad de las devastaciones.
De este modo se explican todas aquellas preguntas sobre
el temor de no volver á adquirir su igualdad y libertad,
sino para volverlas á perder. A esto se ordenan estas
exhortaciones :
a Auxiliaos, unios, aumeutad vuestro número, empe
n zad con haceros poderosos y temibles;. . .. ya lo sois,
u pues teneis en vuestro favor á la muchedumbre. . . .
n Los mismos perversos que os temen, pasan á alistarse
n en vuestras banderas“ . . Luego seréis bastante fuer
u tes para atar las manos á los que quedan , para sub
a yugarlos y para sofocar la perversidad en su mismo
s origen.» De este modo tambien se explican aquellos
furores y aquella rabia revolucionaria, que con la segur
ha destruido y dispersado tantos monumentos venerables
CAPÍTULO nuonécmo. 325
y preciosos de las ciencias y de las artes. Si el grito
general de la indignaciou suspende en el dia aquellos
estragos; si los Vándalos jacobinos afectan arrepentimien
to, es, porque aun no ha llegado el tiempo de los gran
des misterios; pero cuando llegue, las segures, el hier
ro y el fuego consumarán las maldiciones que han echa
do los gerofantes de la secta contra las leyes, las cien
cias, las artes, las ciudades y toda morada permanente.
Sobre todo, se explica con esto aquella ferocidad revolu
cionaria, aquellos furores de sangre, aquella continua
cion de prescripciones, de degüellos , de extrañamientos,
aun mas artificiosos y crueles que las mismas guillotinas.
La secta espera el tiempo de atar las manos, el tiempo
de subyugar y de suflcar hasta en su orígen á los que
llama malvados, que es decir, atar las manos á los que
no pueda atraer á su partido; espera el tiempo de sub
fugar y sufocará todo ciudadano zeloso de su religion,
de la conservacion ,de las leyes, de la sociedad y de las
propiedades. La secta ha empezado como los Hunos y
los Vándalos, como todos los Bárbaros del Norte; pero
se guardará muy bien de acabar como ellos; quiero de
cir, se guardará de que se amortigüe en sus iniciados
la rabia de devastar. Segun su sistema, sus prosélitos
han de ser Vándalos, Hunosy Visogodos hasta el fin,
hasta que ya se hayan perdido todas las esperanzas de
que renazcan la religion, las leyes y la propiedad“ Todas
estas atroces maquinaciones no son otra cosa que los pro
yectos que ha formado la secta en sus pequeños miste
rios. El fundador de la orden, el nuevo Espartaco es
quien lo dice. Dice, que sus últimos secretos no son mas,
que el resultado, la manifestacion-y una exposicion mas
clara y positiva de los secretos anteriores. Dice, que
desaparecerán las naciones con sus leyes y sociedades,
- que desaparecerán por el número y la fuerza de sus
n24 rnunrnsuo.-
iniciados, y por el yugo y hierro de los Vándalos mo
dernos. ¿Que es pues lo que ha de revelar en sus últi
mos misterios, sino que el hierro, la obstinacion y la
rabia de los conjurados nunca se han de amortigüar,
y que han de ser Vándalos hasta el fin de los tiempos, para
que no renazcan la religion , la sociedad. las ciencias,
las artes, la patria y la sociedad , y de nuevo no sufo
quen la igualdad y libertad de su iluminismo?
Ultima secreto de los grandes misterios y declaracion de
sus autores.

Espartaco no se dá por satisfecho con estas últi


mas expresiones de su conspiracion. Su infernal orgullo
no se satisface con dejar para otros el honor de la inven
cion. Hasta el presente le hemos visto abusar dela cre
dulidad de sus iniciados, inflamar su zelo é imponerles
respeto por lo relativo á la imaginaria antigüedad de su
orden, y honrar sucesivamente cor: sus misterios á los
hijos de los patriarcas, á los sabios, al mismo Dios de
los cristianos y á los fundadores de las lógias mazónicas.
Pero llega al fin el tiempo, en que suponiendo que el
iniciado en los grandes misterios es ya bastante zeloso,
los gefes no reparan en mauyestarle la verdadera historia
de su iluminismo Estos le dicen: esta sociedad se
creta, que con tanta sagacidados ha conducido de misterio
en misterio, y que se ha cuidado tanto de desarraigar
de vuestro corazon todos los principios de la religion,
todos aquellos falsos sentimientos de amor nacional, de
amor á la patria y de amor á la familia, todas aquellas
pretensiones de propriedad y de derechos exclusivos á
las riquezas y frutos de la tierra; esta sociedad, que

(t) Escritos originales tomo a, carta de Filon Knigge a Caton


Zwach.
tanto
cnhuno nuonéciuo. 225
tanto ha trabajado para hacer que vieseis el despotismo'
y la tiranía en todo lo que llamabais leyes de los impe
rios; esta sociedad que os ha declarado libres, y que
os ha hecho saber que para vos no hay mas soberano que
vos mismo, ni otros derechos para con los demas que
los de una perfecta igualdad, de.una libertad absoluta
y de una total independencia; esta sociedad, sabedlo,
no es obra de la supersticiosa é ignorante antigüedad;
es obra de la filosofia moderna ; es obra nuestra. El
verdadero padre de nuestros iluminados , es Espartaco
Weis/iaupt.
Por varias cartas de Weishaupt sabemos aun , que esta
última parte del secreto que le declara autor del ilumi
nismo , aun continuaba en ser un misterio para la mayor
parte de sus Magos y de sus Hombres-Reyes. Solo se
revelaba este misterio á los que, con el nombre de Área
pagiias, debian componer el gran conseio de la órden,
y porlo mismo debian conocer al gefe y verdadero
fundador de la misma, á no ser que circunstancias par
ticulares exigiesen que hiciese á otros iniciados el honor
de esta confidencia Weishaupt, cualquiera que fue
sen los servicios de sus sectarios, no halló que los pudiese
recompensar mejor , que con decirles al fin : este trastorno
universal de los altares, de los tronos y de toda socie
dad, le he concebido yo, y á mi se debe toda la gloria.
He manifestado los fatales secretos del iluminismo;
tambien he manifestado los grados y la serie de artifi
cios con que la secta preparaba á sus iniciados para pene
trar en sus misterios , verlos revelar sin horror, y coo
perar á ellos con zelo. En vista de esto es preciso que
el lector se resuelva á una de dos cosas, ó á rasgar el
código de la secta y sostener en juicio que son falsos

(i) Escritos originales, tomo I , carta s5 á Catan.


Tomo III. P
336 uuunusuo.
sus anales y las confidencias mas íntimas de Espartaco
Weishaupt, su fundador, con Filon Knigge, su prin
cipal redactor, y falsas las convenciones de los iniciados
sus mas ardientes cooperadores, ó bien esperar, para que
sirvan de demostracion de estas íatales maquinaciones,
su total y completa ejecucion , ó en fin convenir en
que su infernal objeto se reduce á estas infernales reso
luciones : no mas altares, no mas tronos, no mas magis
trados, no mas autoridad ni sociedad religiosa ócivil;
no mas propiedad ni para el rico, ni para el pobre ;
no mas artes, ni ciencias de las que no se pueden culti
var fuera de las sociedades civiles. En lugar de todo
derecho y de todo bien, solo haya igualdad y libertad
y la mas absoluta independencia; en lugar de costum
bres , la vida salvage, errante, vagamunda: decorada,
ya con el nombre de vida nómada ya de vida patriarcal;
en lugar de medios, todas las astucias, todos los lazos,
toda la ilusion y perversidad de los sofistas, mientras
se espera que, aumentándose el número de los iniciados,
lleguen á tener la fuerza de que necesitan; cuando la
teugan, atarán las manos y subyugarán, degollarán, aso
larán y renovarán todos los horrores , atrocidades y
desastres de la inundacion de los Bárharos del Norte :
pero con mas crueldad y rabia destruirán , asolarán y
exterminarán sin piedad ni reserva á cuantos se opon
drian a las maquinaciones de la secta, ó que sostendrian
la religion , la sociedad, la propiedad, ó harían
renacerlasun Si no he probado que son estos los votos
y maqujnaciones de la secta y de la perversidad mas
desoladora, que se me diga, ¿que cosa son pruebas y
el resultado de la evidencia ? Si hay quien confia en
que no tendrán efecto estas maquinaciones , porque su
extravagancia y delirio parece que igualan á su perver
sidad, sepa que aun no lo he dicho todo; aun he de
cníruno DUODÉCIMO. n;
manifestar las leyes y gobierno del interior de la secta á
las cuales esta se ha sometido, para aniquilar cualquiera
otra ley , cualquier otro gobierno , y para hacer ver
algun dia, que el objeto de sus maquinaciones, aunque
parece tan monstruoso , no es quimérico.
2:8 tnuunusno.
ivuvsovouvvvvvsvvsvvssanvvsvvvvvsvvsmnvv¡ vssvmvvuvovwuasmflvsmpsamn

CAPITULO XIII.
PARTE firman nun cómco ILUMINADO. Gonmnno DE LA
sacra; me; cauzan. m: ¡me GOBIERNO Y m: LA unn;
QUE TIENEN EN ÉL LAS cnAsas rxrnnronns mar. ILUMINISMO.

Diferencia entre el gobierno particular de las logia: y


su conjunto.

No le basta alfundador de una secta conspiradora, haber


fijado el objeto de sus maquinaciones y las pruebas de
los grados que deben elevar insensiblemente á sus ini
ciados á la manifestación de sus últimos misterios. Quiere
aun que sus cómplices, animados del mismo espíritu,
no formen mas que un mismo cuerpo; cuerpo, cuyos
miembros, dirigidos por lasmismas leyes, inspeccionados
.y gobernados por los mismos gefes, se dirijan todos
al mismo fin. Un célebro como el de Weishaupt, no
podia omitir en su código una parte que era tan esen
cial para lograr sus resultados. Con lo que he dicho
hasta aqui, ya se ve como todo se enlaza, y se va subor
dinando todo en la graduacion de sus misterios; tambien
se ve como todos los iniciaados reunidos en una misma
ciudad, á pesar de la diferencia y desigualdad de sus
grados, componían en cierta manera una misma acade
mia de conjurados, preparando cada uno la ruina de los
altares y de las leyes de su patria. En esta academia el
candidato y el novicio son gobernados por el hermano
reclutador, quien los introduce en las lógias minervales.
Estas lógias las gobiernan los iluminados mayores,- sobre
cni-rono nÉcmo-rsncio. ' n29
estos grados preparatorio: est-á el grado intermedio y
mazónico delos caballeros escoceses, cuya ínspeccíon, por
una parte, vela sobre los i/rtminados mayores, y por la
otra sobre los mazones del iluminismo, y en general,
sobre todo lo que el iluminismo llama edgflcio inferior
de la orden. Sobre los caballeros escoceses estan los epop
tas, los regentes ó príncipes de los pequeños misterios ,
y en fin los magos y los hombres-reyes de los grandes,
misterios.
Estas clases reunidas componen una academia completa.
de conjurados. La patria, en cualquiera parte que exista
una de estas, está amenazada de una próxima ruina;
los magistrados y los ciudadanos ya pueden temer que
su religion , leyes y propiedades sean destruidas, trastor
nadas y aníquíladas. Como, segun la secta, la patria
del hombre es todo el mundo, ó para decirlo mejor,
la secta no conoce patria , de aquí es , que esta sola
palabra patria es una blasfemía contra estos derechos
del hombre, igualdad)’ libertad. Esto mismo que cada
iluminado hace en su academia, lo hace igualmente la
secta en todas partes. Sus academias distribuidas, com
binando sus esfuerzos y meditando en todas partes los
mismos trastornos, proceden con inteligencia. Los zapa
dores tienen sus convenciones y sus correspondencias
subterráneas , paraque las explosiones locales se hagan
á propósito y sin daño del trastorno universal, meditado
por la secta. Para esto es necesario que líaya gcfes y
directores coníunes; que haya leyes y correspondencias
generales ;_ que un conjurado , en cualquier parte que
obre, esté asegurado de que obra de acuerdo con sus
hermanos, que no hallará oposícion á sus proyectos,
sino por el contrario , una misma accíon y fuerzas corres
pondientes. .
‘Weishaupt que meditaba una desorganízacíon geno
P 5
35o ituunusuo.-
ral, concibió que la organizacion de sus cómplices debia
ser delas mas perfectas. Cuanto mas deseaba la anarquía
universal, y cuanto mas deseaba sustituirla á las leyes,
tanto mas se esforzó en desterrarla de su secta, para
concentrar mejor sus fuerzas y dirigir sus marchas. Atento
á esto,no se contentó con aquel juramento que se limi
taba á someter el iniciado á todas las órdenes que ema
narian de los superiores. Tampoco se contentó con aquel
extraño compromiso, que sujeta al depotismo de la secta
la vida y fortuna de los iniciados, luego que llegan á
ser juzgados por gefes incógnitos porque fueran traidores
órebeldes. Le pareció que era necesario que hasta los
mismos superiores tuviesen sus leyes comunes como sus
principios, á fin de que el impulso y la direccion fuesen
por todo uniformes. Muchas y largas meditaciones ocu
paron á Weishaupt para llegar en este particular á toda
la perfeccion de lo que habia ideado. ‘Es preciso ,escri
a bió cinco años despues de establecida la secta, que nues
¡UIUUU tra máquina sea tan perfecta en su sencillez, que un
niño la pueda dirigir. . . . Dejad que yo me entregue
á mis especulaciones, á fin de que yo tenga tiempo
de poner en órden á nuestra gente , quiero decir ,
poner á cada uno en su lugar , y fijar y gubopdinar 1a
accion y los movimientos de todos(r).x

Weishaupt meditando las leyes de su gobiemo.

De tal modo estaba ocupado en sus especulaciones so


bre el gobierno de sus conjurados, que sus ¡máximas y
consejos políticos- manaban con cierta superabundancia
de su pluma en todas las cartas que escribia á sus principa
les iniciados. Es preciso haberlas leido y oido á él mismo,

(i) Cartas á Caton del 15 de Marzo de- 178i , y del '16 Febrero
de 17'82.
carlruno vacuno-rancio. n51
para poder creer la perversidad calculada de sus con
sejos, de susmedios y de toda su infernal política. He aqui
un ejemplo ren la misma carta que acabo de citardel 15
Agrandar del año n51 Ü) , insertó dos reglas para in's
truccion de sus Áreopagitas. La primera consiste en decir,
que se atengan á la reserva con los candidatos de
-la. clase a'e los ricos, porque esta gente, dice , orgullosa ,'
ignorante y enemiga del trabajo y - de la obediencia, solo
quiere entrar en nuestros misterios para reir y burlarse.
En la segunda les dice, que no se paren en demostrar que
la verdadera franc-mazonería es la del iluminismo ;por
que para esto la mejor demnstracion consiste en no dar
alguna. A ver como se explica él mismo en cuanto á la
tercera ley, que entra en esta compilacion política : c Pa
n ra ser dueños de nuestros discursos , permitimos á los dis
¡u uv u uau v u cípulos que observen que los superiores gozan de una
grande libertad sobre este articulo , y que unas veces ha
blamos de un modo y otras de otro ; muchas veces hace
mos una pregunta con seguridad para sondear la opi
nion de los discípulos, y proporcionarles ocasion de
manifestarla con sus respuestas. Este efugio es muy
bueno para corregir muchas faltas. Digamos siempre
que el fin manifestará cual de nuestros discursos debe
mirarse como verdadero. Se habla ya de este modo,
ya de otro , para no cortarse, y para que nuestro ver
dadero pensamiento sea impenetrable para los inferio
res. Póngase tambien esta advertencia en la instruc
cion ; etiam hoc inseratur instrnctioni ; y aun seria
mejor, y el expediente tendría mejor éxito, si advir
tieseis, y atm encargaseis á nuestros iluminados mayo
res, que varien tambien sus discursos con los inferiores,
u y esto por los motivos ya dichos. n Ex raiionibus supra

(*) Véase la cronología de los iluminados en el cap. 4 . pág. 43.


I’ 4
a5: iluuinisuo.
dictis. Estas palabras latinas son tambien de Weishaupt ,
que hace frecuentemente uso de esta lengua en sus escri
tos. Luego despues de haber establecido estos principios
de gobierno para los areopqgitas ó primeros superiores
' del iluminismo, añade Weishaupt:
‘ Os suplico que no permitais que se pierdan estas
p máximas que se presentan en gran número en mis
¡yvudu vtu cartas. Beunidlas siempre para instruccion de nuestro
areopagita, porque no las tengo siempre presentes á la
memoria. Puede que con el tiempo se componga
con esto un excelente grado politico. E-n esto ya ha
tiempo que se ocupa Filon. Comunicaos mutuamente
las instrucciones que os son propias para formar con
el tiempo una compilacion. Leedlas con cuidado para
que las aprendais de memoria. Aunque las sé y las
siga en la práctica, necesitaría d>e mucho tiempo para
compilarlas. Enterados de estas máximas, os será mas
fácil comprender mis proyectos, y perfeccionaréis
x mejor mi ¡obra r No pierda el lector de vista
estas ¿instrucciones , pues necesitará de ellas para creer
los artificios infernales que le voy á manifestar en esta
nueva parte del código iluminado-De estas largas combi
naciones que hizo Vl/eishaupt salieron al fin todas aque
llas leyes , en las cuales cada uno de los iluminados
tiene señalado el camino que ha de andar.
Subardinaciot; general y graduacion de los superiores.

Para que en este gobierno todo. esté subordinado ,


hay una division general de superiores correspondientes
' á los lugares. Hay lógias señaladasá los iniciados en su
departamento, y cada lógia minerval tiene su superior
en la clase preparatoria, inspeccionada por la clase inter
- (t) Alli mismo.
CAPÍTULO micinro-rancio. n55
media. Hay, en segundo lugar, distritos, cuyo recinto
contiene muchas lógias, que observa é inspeccíona ,
tanto su prefecto, como el superior del distrito, al cual
los iluminados llaman Dean, este está subordinado á
otro superior , cuya autoridad se extiende sobre todas
las lógias, y sobre todos los Deanes de la provincia, por
cuyo motivo se llama Provincial-. El cuarto grado de
superioridad es el de aquellos iniciados, que tienen bajo de
su mando á todos los Provinciales de una misma nacion,
y por esto se llama Superior nacional. Sobre estos está
el consejo supremo de la orden , cuyos miembros se
llaman Áreopagitas , y cuyo presidente es el verdadero
General del iluminismo.

Medios de correspondencia entre los superiores ó infenbres


del iluminismo.

Las correspondencias siguen exactamente el mismo


orden. El simple iluminado se corresponde con su supe
rior inmediato; este con el Dean, este. con el Provincial,
y este con el superior nacional. Solo estos últimos se
corresponden directamente con el Áreopago, y tambien
solo ellos saben la residencia de este congreso , que
siempre tiene nombrado á uno de sus miembros para.
recibir las cartas, responder y comunicar las órdenes,
para que lleguen estas hasta las lógías. Solamente los Arco
pagitas saben el nombre y la residencia del general,
á no ser que este por motivos particulares , ó alguna
confianza ó servicios singulares haga á algun iniciado el
bonor y la gracia de saber quien es, y en donde vive
el moderno Espartaco. '
Objeto de esta correspondencia.
Solo con tener presente lo que ya se ha dicho en los
primeros grados , se concebírá fácilmente , que esta
¡34 rnuuinisuo.
correspondencia ha de ser continua y en su modo in
mensa. En primer lugar, todos los hermanos como escu
driñadores natos, tanto de sus condiscipulos , como de
los profanos, deben á lo menos cada mes escribir una
carta á la órden para dar noticia de cuanto han obser
vado, sea favorable ó contrario á los intereses de la
misma. Deben tambien hacer relacion de sus progresos
y de los de sus hermanos; contestar á las órdenes que
han recibido y como las han ejecutado, y tambien deben
cada mes hacer saber á los superiores mayores hasta que
punto estan satisfechos de la conducta de sus superiores
inmediatos. Todo insinuanteoreclutador, debe notar
los progresos de sus candidatos y las esperanzas que tiene
de aumentar con ellos el número de los sectarios. A
esto se añade todo lo que dice relacion á los retratos
de los iniciados y al extracto de los libros de memoria,
ó de observaciones cotidianas sobre los amigos ó ene
migos de la órden; los protocolos de las iniciaciones,
las relaciones de la vida de los iniciados, y las cuentas
que se han dado á las lógias, y una multitud de otros
artículos, que ningun iluminado puede ocultar á sus
' gefes, sin contar las instrucciones ú órdenes que conti--
nuamente deben estos hacer pasar á sus subordinados.

Graduacion de esta correspondencia.


A mas del lenguage secreto ,'cuya llave ya he manifes
tado, y cuyo grande objeto es que toda correspondencia
quede oculta á los profanos, tiene la secta otros medios
propios para que todas las cartas lleguen á su destino sin
ser interceptadas. Estas cartas de los iniciados relativas á
su iluminismo ,se llaman en la orden de quibus licet, es
decir. que nadie las puede abrir sin tener licencia ó dere
cho para abrirlas. El motivo porque estas cartas se llaman
asi ,es porque en el sobrescrito se leen aquellas dos pa
CAPÍTULO oráculo-rancio. 2'55
labras quibn: licet , aunque muchas veces abreviada: con
estas dos solas iniciales Q. L. Por tanto, siempre que
en los escritos originales se lee, que algun iniciado ha
sido multado, porque en tal mes ha faltado á su Q. L.
significa, que se le ha impuesto aquel castigo porque en '
tal mes no escribió , como debia, á sus superiores (i).
Cuando la carta contiene secretos ó quejas, que el ini
ciado no quiere manifestar á su superior inmediato-,
añade al sobrescrito una de estas dos palabras soii ó
primo: esta carta al solo ó al primero deberá abrirla el
P rovincial óel nacionala ó lle ará tal vez á los areo a -tas
ó al general mismo, segun el grado del que la ha es
crito.
Juntas y autoridad de cada grado para esta corres
pondencia.

Despues de aquel medio general de correspondencia


y de subordinacion, es preciso tratar de las juntas pro
pias á cada grado y de la autoridad que tienen . Ya se ha
visto que las de las academias minervales se tienen re
gularmente dos veces cada mes. Los iluminados menores,
que son los magistrados de estas juntas, y el iluminado
mayor ó el caballero escoces que las preside , no tienen
mas parte directa en este gobierno, que el cuidado de
inspeccionar los estudios y la conducta de sus discípulos,
y dar cuenta á las logias de los iluminados mayores. En
eslos empieza la autoridad á extenderse fuera de loslimi
tes de la junta. A estos iluminados mayores se envían to
das las noticias relativas á los novicios y á los hermanos
de Minerva. Alli se extienden estas noticias, se reciben
las adiciones y las notas para enviarlas despues á las jun
tas del grado superior. Tambien se juzgan y deciden aili
(i) Carta a de Espartaco á Caton, tomo n.
236 isunuzusuo.
las promociones de los novicios, de los minervales y de
los iluminados menores, y las diversas dificultades ó
contestaciones que puedan ocurrir en los grados infe
riores , á no ser que la importancia del asunto. exija
que la dificultad sea elevada á un tribunal mas alto. Y,
en fin, alli mismo se guardan en depósito los primeros
libros de memoria y las primeras cartas relativas á los
hermanos. En cuanto á los conocimientos que algun ilu
minado mayor pueda haber adquirido, sean relativos
á las otras sociedades secretas, ó_ á los empleos y digni
dades que se podrían procurar para los iniciados, los debe
comunicar á su lógia, para que los conserve y comu
nique á la junta de los iluminados directores, ó de los
hermanos escoceses ( I ) .
Cuando hice la descripcion de este grado intermedio de
los caballeros escoceses, ya manifesté sus especiales fun
ciones, y principalmente su destino, que es observar las
lógias mazónicas, La parte que ellos tienen en el gobier
no general del iluminismo, consiste particularmente en
que todas las cartas quibus. licet dela classe preparatoria
han de pasar por su capítulo, y se han de leer en él
mismo, aunque sean de novicios , yaunque ya las hayan
abierto los oficiales de la escuela minerval; porque estos
oficiales solo pueden dar providencias interinas sobre los
asuntos de estas cartas. La autoridad que ejercen los
caballeros escoceses del iluminismo sobre esta correspon
dencia, da una explicacion mas exacta á su denominacion
de. grado interznedio- Sus quibus licet se enviandirecta
,mente á la, lógia provincial, que toda se compone. de
inicia-dos ya admitidos á los misterios de la orden ;- por
esto los caballeros leen todas estas cartas de la clase pre
paratoria, á excepcion de las que. van dirigidas primo
~

(¡) Grado del ¡[arrninado mayor, instruccion 4',


CAPÍTULO oscuto-rancio.- 257
'et solí. Ellos reciben y clasifican todas las quibus licet
de los inferiores, cuando contienen asuntos poco im
portantes, y forman de todas un extracto que envían al
provincial. A estos extractos añaden el pormenor cír
cunstanciado de todo lo que pasa en las diferentes lógías
de la clase preparatoria, á la cual comunican las órdenes
de los hermanos iniciados en los misterios, de aquellos
iniciados de la mas alta gerarquía, que ellos mismos no
conocen aun. De este modo mantienen el lazo que ata los
dos extremos Pero en esta general subordinacion, las
dos clases preparatoria é intermedia no componen mas
que la parte inferior del edificio. Los prefectos de estas
lógias mas son instrumentos que superiores. El móvil que
los pone en accíon se halla en la clase de los misterios.
Las instrucciones que aqui se dan á los epoptas y á los
regentes, manifiestan en grande la política de la órden.
Es preciso que se sepan estas instrucciones ; paso á ma
nifestarlas, empezando por las de los Epopias.

(I) Véase en este grado el núm. a de la a.- instruccion.


258 uunmuauo.

vsnvvsmnvvsmnvsnsnmvsnmnmnymnmn vvsvmvmvvsvvvmnmnnanvsnsno

CAPITULO XIV.
LECCIONES POLÍTICAS Y conmmvo m: Los Erorus nm.
ILUMINISMO o

Objeto de estas lecciones.

Inusrun las naciones , esto es, quítad á todos los pue


blos las que la secta llama preocupaciones religiosas y
políticas; haceos dueños de la opinion pública, y, bajo este
imperio, se arruinarán todas las constituciones que gobi
ernan el mundo. Esta , como ya hemos visto, es la doc
trina que da Weishaupt en sus misterios; este era su
grande medio y en él fundaba toda la esperanza del
buen éxito de sus conspiraciones. Estas, como tambien
hemos visto , se extendian hasta las mismas ciencias. Estas
habian de desaparecer como la religion, las leyes , los
príncipes , las naciones, los pueblos y hasta las cabañas.
Segun sus principios , se ha de suscitar el Vandalismo , la.
época de los bárbaros, y toda la ciencia se ha de re
ducir á la de los salvages errantes, iguales y libres. To
das estas destrucciones solo pueden ser efecto de una
opinion que se haga general, segun su corrupcion y per
versidad. La opinion depende de las ciencias, ó de la
reputacion de s¡ibio que tiene el que pretende instruir
á los demas. Antes pues de aniquilar las ciencias, era
preciso valerse de su nombre, disfraz y autoridad para
conquistar la opinion de los pueblos en favor de la secta.
Llegando á triunfar estos errores, las leyes, las socieda
des, las propiedades, los pueblos y las habitaciones fijas
se verían destruidas, el mundo pandalizado, y las cien
cias huirian en presencia de los salvages libres. He aqui el
cash-uno nÉciuo-cmnro. n39
resultado de las meditaciones de Weishaupt, que dicta
ron aquellas leyes que dió á sus epoptas.
Este grado le consagró al arte de conquistar la públi
ca opinion con el disfraz de las ciencias; es decir, á
la propagacion de todos los errores anti-religiosos y anti
sociales, á la sombra y bajo el velo de las ciencias. De
este grado formó una sociedad, que toda se habia.de
ocupar en las ciencias ; estas las estancó en cierta manera
para usurpar el influjo que ellas tienen sobre la pública
opinion, ó para decirlo mejor, las llevó para corrom
perlas á todas haciendo que sirviesen á sus proyectos,
bien asegurado de que despues llegaría á ver, que por
sí mismo se destruiria su imperio. Su grado de minerval
le destinaba á pervertir, con el nombre de ciencias, el
espíritu de sus discípulosjóvenes; y su grado de epopta.
le destinó para pervertir á todo el mundo, con el mis
mo nombre, y cubierto con el mismo velo. De los ini
ciados de este grado compuso una academia tenebrosa y
subterránea , pero que se extendia por todas partes. Orga
nizó esta monstruosa academia y le dió unas leyes tan in
faustamente combinadas, que por ellas debia á un mis
mo tiempo desplomarse el imperio de la sociedad y el
de las ciencias. Tal vez parecerá que nose puede concebir
un tal proyecto , y que es superior á la misma perver
sidad del mas profundo desorganizador; pero es preciso
tener presente, que por los misterios está demostrado con
toda evidencia, que Weishaupt y su secta han forma
do la resolucion y proyecto de arrastrar al género hu
mano á la época de los Visogodos y de los Vándalos,
y por medio del sistema destructor de todas las artes y
ciencias llegar á las rancberías de los Sñlvages , y no dejar
al mundo otra ciencia que la igualdad de los sans-culot
tes. Preste el lector su atencion á las instrucciones que
da la secta á sus epoptas y para organizar su academia.
24o rsuuru1suo.
Academia de los epoptas iluminados.
x A los sacerdotes iluminados preside un Dean, que
ellos mismos eligen. Los grados inferiores solo los po
drán conocer bajo el nombre de epoptas”... y susjun
tas se llamarán sínodos. Todos los epoptas.( prefiero esta.
denominacion, y es muy fácil adivinar el motivo) dis
tribuidos en un distrito, componen un sínodo; pero en
cada distrito solo puede haber nueve epoptas, sin con
tar el Dean y el prefecto del capítulo. Los superiores
mayores tienen derecho de asistir á este sínodo. Siete
de los nueve epoptas presiden á las ciencias , distribui
das en siete facultades, segun el orden siguiente:
I.‘ La Física. Bajo este nombre se comprenden la
dióptrica, la catóptrica, la hidráulica, la hidrostática,
la electricidad, el magnetismo, la atraccion , etc.
2.‘ La Ivledicina comprende la anatomía, la cirugía,
la química, etc. -
3.‘ Las Matemáticas, el álgebra, la arquitectura civil
y militar, la náutica, la mecánica la astronomía.
4.‘ La Historia natural, la agricultura, jardinería,
economía , conocimiento de los insectos y de los anima
les hasta el hombre, la mineralogía, el _estudio de los
fenómenos terrestres, y la geología.
5.‘ La Política, comprende el estudio del hombre;
estudio, cuyos materiales suministran los iluminados ma
yores; la geografía, la historia de las vidas de sugetos
particulares, la de la antigüedad, la diplomática , la his
toria política de las órdenes, su destino, progresos y
discusiones mutuas: (creo que estas Órdenes son las va
rias especies de franc-mazones). La regla añade una ad
vertencia , para que se insista de un modo particular sobre
este artículo, que han hecho tan interesante á la secta
las discusiones que ha habido entre los iluminados y los
fraucmazones. 6.‘
ouíruno DÉGIIO-CÜAETO. 241
B.‘ Las Artes; la mecánica, la pintura, la escultura
grabado , música, baile , elocuencia, poesía , retórica, to
das las partes de la literatura y las artes mecánicas.
7.‘ Las ciencias ocultas; el estudio de las lenguas orien
tales, ó de otras menos comunes , el arte de las escrituras
secretas, el arte de descífrarlas, el de falsificar los sellos
de otros y el de impedir que no se falsifiquen los de la
orden , los geroglíficos antiguos y modernos, y se vuelve
á encargar el estudio de las sociedades secretas y delos
sistemas mazónícos etc.
Si el lector se indigna al ver que se pone en el ca
tálogo de las ciencias el arte de falsificar los sellos ó es
crituras, y que en cada distrito ha de haber un iniciado
que presida a esta ciencia tan extraña , sepa que no hago
mas que traducir ó compendiar el código de la secta
Los dos epoptas que en este sínodo iluminado no reci
ben encargo de presidir a alguna de aquellas ciencias.
son nombrados secretarios y coadjutores del dean. Distri
buidas de este modo las funciones, deben los epoptas re
nunciar á toda otra ocupacion , sea doméstica sea políti
ca, ysolo deben cuidar de perfeccíonarse en aquellas cien
cias que se les han confiado, é inspeccionar y auxiliar
secretamente á cada hermano de los grados inferiores en
los trabajos á que los destinan. El grande objeto de este
instituto, es inspirar á los discípulos el mayor respeto á
la secta, en la inteligencia de que ella les suministrará to
dos los medios y luces de que necesitan, cualquiera que
sea la carrera que emprendan. El insinuante ya les habia
prometido lo mismo, é interesa mucho á la orden pro-
porcionarles socorros, como tambien que esten en la inteli
gencia de que tienen el honor de ser miembros de una
sociedad sabia, y que sean dóciles y veneren á unos su
períores, cuyos preceptos dicta la ilustracion de la mas
(i) Instrucciones para este grado, núm. 1 , I , 3 , 4 y rr.-
Tomo III. Q
n4: uuuiiusuo.
profunda sabiduría. F.l artificio de que seyalen corres
ponde en cierta manera á la promesa que se les hace.
Cuando se recibe algun discípulo en las escuelas mi
nervales, ha de declarar la ciencia ó arte á que se quiere
dedicar, á no ser que sea de aquellos que pagan con di
nero los servicios que el iluminismo no puede esperar de
ellos. Aquella declaracion pasa sucesivamente de las lógias
inferiores al provincial, quien la presenta al dean. Este
lo avisa al epopta, que ya está nombrado para presidir
á la ciencia á que se dedica el nuevo discípulo. Desde
este momento, el epopta pone su nombre en la lista de
los demas que estan á su cargo , y sirve de conducto para
que sepa la secta los ensayos y discursos que el nuevo
iniciado produce en su escuela minerval. La primera ven
taja que de esto saca la secta, es conocer á los que el có
digo llama {las mejores cabezas de la órden. Si le ocurren
al discípulo algunas dudas, ó tiene que hacer algunas pre
guntas, como ya se le ha dicho que la ciencia se halla
en la órden , que no tiene mas que hacer sino dirigirse á '
los superiores, y que de estos recibirá las luces de que
necesita, como aun no sabe quienes son sus superiores ,
todas aquellas dudas y preguntas llegan al epopta , quien
está bien provisto de medios para contestar y no dejarse
sorprender.
Debe el epopta estar prevenido para responder á cier
tas preguntas; como ya se han hecho muchas á las que
han respondido sus predecesores ó sus cofrades de otros
distritos ó imperios, tiene gran cuidado la orden de re
coger todas estas respuestas y depositarlas en poder de
los que pueden hacer un uso correspondiente , segun las
miras de la secta. Cada epopta tiene obligacion de estu
diar las que dicen relacion á su encargo; y para tenerlas á
mano cuando haya necesidad de ellas, las debe tener dis
puestas en orden alfabético. Si, á pesar de estas precau
CAPÍTULO ÏDÍCIMO-CUABTO. 345

ciones, sucede que le sorprenden , ó que no sabe resolver


las dificultades que le proponen sus discípulos , puede acu
dir al dean ó al provincial, quienes les responderán. Pero,
temiendo que los superiores interrumpan con sobrada
frecuencia sus importantes ocupaciones, se le advierte
al Epopta, que no recurra á ellos sin necesidad, y que
sobre todo , las luces de aquellos no le han de ser un pre
texto para ser negligente. Si la pregunta fuese tan difícil
que no supiese responder á ella el provincial solo , la pro-
pondrá á los epoptas de su provincia; y si aun estos no
supiesen responder, se presentará al superior nacional, y
ultimamente al consejo supremo de los areopagitas , y en
este caso serán consultados todos los sabios de la orden.
Antes de subir tan arriba, puede el epopta tomar el pare
cer de los profanos, pero sin manífestarles que la secta
recurre á sus luces, ni la necesidad y uso que de sus res
puestas pueda hacer. Esta precaucion está muy encarga
da al sabio Epopta con estas palabras : aSi vuestros co
u nocímientos y los de los discípulos no bastan para sol
» tar la dificultad , podréis acudir á sabios extraños, ha
n ciendo que su ciencia sea útil á nuestra orden; pero
u sea esto sin que lo adviertan. n Esta precaucion es tan
necesaria , como que uno de los principales objetos del
epopta ha de ser llegar á tal estado, que los ilumina
dos de nadie necesiten, y los profanos necesiten de los
iluminados (I).
Para recurrir con menos frecuencia á los profano: ó
á los superiores de la orden, tiene el epopta un medio
para aprovecharse de toda la ciencia de los discípulos del
distrito , haciéndoles creer al mismo tiempo que toda se
deriva de sus superiores incógnitos. Consiste aquel me
dio en hacer á las diferentes lógias aquellas preguntas que
á él mismo le podrían embarazar , y despues reunir, es

(¡)Al1i mismo, núm. a, 5, 6 y 9.


Q a
341, ILUMINISMO.
tudiar y combinar las respuestas que le han dado. Esto
es lo que en cada provincia hacen los epoptas. Compila.
cada uno las mejores producciones de las lógias que estan
bajo su inspeccion, ylasllevarespectivamente á la asamblea
provincial que se tiene cada año. Aqui nuevos Epoptas
reciben el cargo de reunir todas estas producciones , de
extractar de ellas todo lo que puede servir para respon
der á las preguntas y para ilustrarlas que se pueden hacer
de nuevo. Lo que se practica en una provincia se prac
tica en todas las otras, y el gefe nacional ó sus areopagi
tas comisionan sugetos de su satisfaccion, para que hagan
del todo lo mismo que las provincias han hecho de lo
suyo. Este es un nuevo tesoro que enriquece la biblioteca
secreta de los epoptas, y les suministra un medio para
conservar en sus discípulos el alto concepto de la sabidu
ría de los gefes (t). Sirve tambien de medio para formar
con el tiempo el código sistemático, y componer un curso
completo de estudios para uso de la secta
Es preciso observar que una sociedad ó junta de lite
ratos que, sin valerse de aquellos misterios secretos, re
curriese á los mismos medios , y se interesase del mismo
modo en la discusion é ilustracion de verdades útiles,
haria unos servicios muy importantes á las ciencias y á
las artes. Pero aqui el convenio de todos los epoptas solo
aspira al imperio de las ciencias, para alterarlas y dirigir
las al trastorno de los imperios y de la religion , al triunfo
de los sistemas desorganizailores, y siempre bajo el pre
texto tan familiar en el iluminismo de conducir el género
humano á la naturaleza sola. En efecto; si se quiere saber
el uso que hace cada epopta de la ciencia enla que su
pone que se va perfeccionando mas cada dia, no hay mas
que observar las preguntas que se le proponen á él mismo
~
(i) Allí mismo, núm. 5 y u.
(a) Alli mismo, núm. 15. ’
cAztruno Décimo-curro. 245
o ¿sus discípulos pararesponder á ellas. Formemosjuicio
de estas preguntasy de su objeto por lo que la ley orde
na sobre el particular. Dice el código : ‘El epopta ten
': drá un arancel de un número muy crecido de pregun
n. tasimportantes que se han. de aclarar, y. que algun dia.
x tendrá que hacer. Por ejemplo, sobre filosofía práctica,
n, propondrá, ¿hasta que punto, es verdadero aquel prin
n. cipio que todos los medios son lícito; cuando conducen
n, á un fin laudablez Comose ha de limitar esta máxima,
n. pararque, teniendo un justo medio, se evite el abuso je
n, suítieo. y la esclavitud. de la prevencion meticulosa Pm.
a Esta especie de preguntas se enviarán al dean, quien
i hará que pasen á diversas escuelas minervales para tener
n. ocupados á los, discípulos, y de sus respuestas resultará
-. una multitud, de. ideas nuevas, atrevidas y, útiles, con
u, las cuales se enriquecerá nuestrotalmacenfr). u
No. nos paremos en reflexionar la atroz imputacion que
aqui. se hace á los Jesuitas. Dejemos que los juzguen los
que. han aprendido-á conocerlos por su conducta y ver
dadera. doctrina, mas que» por aserciones atrozmente ca
lumniosas, ó por sátiras que, á- pesar de todo el ingenio
y sal. de la ironía, han sido justamente condenadas en
varios tribunales como llenas de falsedades (a). Y prin
eipalmente, dejemosquo digan su parecer sobre este ul-
Uage, que les. hace el código iluminado, los que han
sido educados por los mismos Jesuitas. No me parece
deba imitar. al célebre Hoffmann, profesor de la Univer
sidad. de Viena en- Austria, y el mayor contrario de los
iluminados, quien despues-de enumerar las calumnias (le
la secta, seextiende en la justificacion (le los Jesuitas

(,1) El- mismo en el num. VII.


(a) Véase el. Dice. histor. de' Flexjier Dureval, nueva ediciong
art. Pascal,

Q 5»
246 l uuuiiusuo.

(t). Pero no puedo dejar de decir, que los giros que aquí
adopta el legislador iluminado, no son para modificar ó
limitar aquel famoso principio , Elfin santiflca todos los
medios sino para que los discípulos de la secta manifiesten
ideas nuevas, atrevidas y útiles á la misma , y disponerlos
para que á su tiempo se decidan, como él mismo, á que nada
hay que sea punible, ni aun el robo y latrocinio, si este
es útil y conduce al findel iluminismo. Su intento es
descubrir por medio de estas preguntas los iniciados que
estan mas dispuestos para los últimos misterios, y las dis
posiciones que tienen para no atender á los remordimien
tos de sus conciencias, á fin de que sean aptos para co
meter cualquiera delito con que triunfen sus maquina
ciones. Esta es toda la ciencia, en cuanto á filosofía prác
tica , que los epoptas han de enseñar á sus discípulos.
Ni siquiera se nombra la religion entre las ciencias que
ha de estudiar el epopta; pero no omite su código un
modo particular de combatirla y de blasfemarla. Para.
tener siempre presentes las preguntas á las que se han de
responder ó que se han de hacer, cada epopta debe tener
un arancel en forma de registro en donde esten puestas
por orden alfabético. c Por ejemplo, dice el código ,
n en la lista de las ciencias secretas y de los geroglíficos, en
n la letra C, se halla la palabra Cruz , y debajo la siguien
n te nota : Para saber la antigüedad- de este gerógrafo,
n consúltese tal obra, impresa en tal año, página tal: ó
n bien tal manuscrito, en la parte M u No es difícil
descubrir aquí el objeto de estas pretendidas ciencias se
cretas y geroglíficas, que es enseñar á los discípulos que
la Cruz solo es un antiguo geroglífico, que erigió la igno
rancia y la supersticion para significar la redencion del
(i) Véase Hachwichtige crinnerungerwou Leopoldm. Hoffman, sect.
5 P0 279 —- 307.
(a) Núm. XV.
cniruno DÉCIKO-CUAITO. 247
género humano. La ciencia que sobre esta señal poseen
los epoptas iluminados, aun estará mucho tiempo oculta.
Mientras se espera que salga de las tinieblas, podemos ase
gurar, que la secta no es capaz de manifestar en la bis
toria del género humano, que haya habido algun pue
blo que haya mirado la cruz como señal de salud , antes
de la época del Cristianismo y de los triunfos de un Dios
crucificado.
Tambien tienen los epoptas su historiador y analista;
Para estos contiene sus leyes el código, y las principales
son estas : Cada provincia iluminada debe tener su his
toriador, á imitacion de los antiguos analistas y cronistas.
Deben tener su diario, y á mas de los hechos comunes
deben compilar, de un modo particular y con preferen
cia , las anécdotas de la historia secreta. Deben aplicarse á
sacar de la oscuridad á todo hombre de mérito, cual
quiera que sea el olvido en que ha vivido , y le darán á
conocer al provincial, quien se cuidará de dar noticia de
él á los hermanos. . . . Todos los provinciales han de te
ner su calendario propio, en el cual, en lugar de los
Santos, se pondrá para cada dia del año el nombre de
un sugeto que se ha de respetar, ó el de otro sugeto que
se ha de detestar y maldecir, segun su respectiva conduc
ta, por la cual hayan merecido seramados ó aborrecidos
por los hermanos. Creo que mi nombre se pondrá en este
calendario con el carácter dela maldicion; pero antici
padamente me alegro viéndome al lado de Zimmermann
y de Hoffmann, que no han merecido menos que yo
aquella negra apoteósis. Pero aun hay otra especie de ca
nonizacion para los hermanos, á la cual todos pueden
aspirar, como lo advierte el mismo código, y esta creo
que es la del hermano Mirabeau y la del hermano Ma
rat. Segun las mismas leyes, debe el epopta cronista dar
noticia á las lógias ¡ninervales de los hechos memorables,
Q4
s48 uuntmisuo,
y no puede dejar de insertar las acciones viles y odiosas
pintándolas con 'sus correspondientes colores, sin omitir
las que puedan haber cometido aquellas personas que se
hallan elevadas á las primeras digrLidades, 0’ gue goza/I de
la mas alta reputaeion (I),
Despues de las leyes para los historiadores, pone el
código las de aquellos epoptas que tienen la superinten
dencia de las ciencias en hechos de política, y princi
palmente por lo relativo al conocimiento de los hombres.
Ya hemos visto cuanto estima el iluminismo esta ciencia,
y cuanto la hace, depender del génio observadorm. Nin
gun hermano debe aspirar á la dignidad de epopta pre—
sidente de alguna ciencia cualquiera que sea, sin haber
dado antes una respuesta satisfactoria á estas cuatro pre
guntas : ¿Que cosa es genio observador ?... Como se pue
de adquirir este genio ?. . . Como se forman buenos ob
servadores Que método se ha de seguir para ser exac
-to y justo en sus observaciones? Cuando un epopta se
ha distinguido lo bastante con sus respuestas, para que le
elijan gefe de los observadores ó iniciados escudrjñadow
"res, se le hace depositario de todas aquellas notas que,
como hemos visto, se han extendido con tanto cuidado
por lo relativo al carácter, pasiones, talentos é historia
de los hermanos, Cuando suceda hallar en aquellas notas
el retrato y vida de algun iniciado mas interesante , hará
de él, sin nombrarle, un como modelo delas preguntas que
se han de hacer en las escuelas minervales. Por ejemplo,
preguntará : ¿ Cuales son las ideas que adoptará ó desecha
rá un sugeto , que es de tal carácter , ó que tiene tales pa
siones?... Como con estos datos se podrá hacer que naz
ca en él, ó que se debilite tal inclinacion Que ini
ciado tiene la orden que pueda desempeñar con mas uti
lidad esta comision ?... Como un tal sugeto deberá pen.
(y) Num. xvui,
nriruso DÉcllo-CDARIO. s49
sar sobre la religion y los gobiernos? Si se le puede mi
rar como superior á todas las preocupaciones, y dispuesto
á sacrificar sus intereses á los de la verdad P... Si hay
en él falta de confianza ó de adhesion, ¿como será ne
cesario portarse para aumentársela, y quien lo lograría
mejor P.... En fin, ¿que empleo hay en el iluminismo que
él desempeñan}: mejor , y en el cual pudiese ser mas útil ?
El epopta, presidente escudriñador , recoge todas las
respuestas, las extiende, y envía su resultado al dean.
este las envia al provincial, y con esto forma juicio de
si el iniciado en cüestion es un sugeto moral, desinteresa
do , libre de toda preocupacion y bienhechor; si puede ser
útil á la. orden, y en que cosa se le puede emplear. De los
pormenores de estas observaciones deducirá el epopta
escudriñador reglas y máximas generales para conocer á
los hombres; se cuidará aun de compilarlas y de enviar
las á los superiores (I) Despues de tantas y semejantes ob-
servaciones sobre esta ciencia y sobre las demas, el ilumi
nismo, añade el código , se hallará poco á poco en estado
de hacer descubrimientos en todo género, de producir
nuevos sistemas, y de dar en todo pruebas superiores de
sustrabajos y de sus tesoros científicos. Adquirirá tambien
en el mundo el concepto de que en la realidad ha to
rnado posesion de todos los conocimientos humanos (2),
Temiendo que participen de esta gloria los demas hom
bres, ó temiendo que los hombres hagan de estos cono
cimientos el mismo uso que los iluminados, el código
arregla sus precauciones para reservar á la orden el fruto
de sus trabajos. ‘Algunas partes de estos conocimientos,
n dice, podrían darse á la imprenta con el permiso de
.2 los gefes; pero entonces, no solamente no se comuni
u carán estos libros á profano zilgunO, sino que, saliendo
~
(i) Alli mismo , núm. XVIII.
(n) Alli mismo , núm. XX.
25o lnuuiiusuo.
s de las imprentas de la orden , solo se entregarán á los
n hermanos, y esto en proporcion de sus grados Pa
u ra que nuestros dignos cooperadores no pierdan la glo
n ria de sus trabajos, se pondrá el nombre de su inven
n tor á todo principio nuevo, á toda nueva máquina, ó
a ácualquiera otro descubrimiento, para hacer preciosa
n á la posteridad su memoria Por la misma razon ,
n y para que la órden no sea privada de un secreto debi
n do al cuidado que tienede sus discípulos, nadie podrá
n comunicar á los profanos el descubrimiento que haya
n hecho alguno de los nuestros..... Ningun libro relativo
n á estos objetos se imprimirá sin el permiso de los su
» periores. A estos toca decidir, si el libro que ha com
u puesto algun hermano merece imprimirse, y á quienes
u se puede conceder su lectura. Si se han de despedir
u de la orden algunos hermanos, se ha de avisar antes al
n superior- local , y ver como se ha de gobernar para re
u cuperar no solo los manuscritos, sino tambien nues
n tros impresos (3). n
El legislador iluminado, procurando justificar todas es
tas precauciones, alega en primer lugar los derechos que
tiene la orden á los trabajos de los hermanos; alega des
pues el atractivo del secreto que fomenta por la curio
sidad los deseos de instruirse; y en fin , las ventajas que
sacan las mismas ciencias cuando las conservan unos hom
bres que no las revelan á los otros, hasta que estan bien pre
parados para poderse mas bien aprovechar de ellas. A mas
de que, añade, cualquiera tiene libertad de, hacerse ilu
minado y participar de nuestros conocimientos; ¿yquien
sabe- mejor que nuestra orden hacer que todos sean útiles
al género humano, y conservar su depósito P... Despues
de esta justificacion , vuelve á sus epoptas, y les dice que
(I) Núm. XVII.
(a) Núm. XXIII.
(3) Núm. XXIV.
s.
CAPÍTULO nfzcruo-cusnro. a5:
á ellos toca saber adaptar todos estos conocimientos á las
miras y plan del iluminismo. cEs preciso , dice, pesar con
n madurez las necesidades de cada siglo y las de vuestro
a distrito. Deliberad sobreesto en vuestros sínodos, y
n pedid instrucciones á los superiores.» Sin mas preám
bulo , extiende sus miras mas allá de sus lógias. Si no sabe
el lector á que fin lo hace, lea y sabrá cual ha de ser
el grande objeto de los epoptas, cuales las conquistas que
han de hacer á la órden, y hasta donde han de procu
rar establecer los sistemas de su iluminismo. ‘Debeis, les
n dice sin rodeos, formar de continuo nuevos planes,
n para ver de que modo podréis en vuestras provincias
n haceros dueños de la pública educacion , del gobierno
n eclesiástico, de las cátedras de enseñanza, y de la pre
n dicacion (r).n Este es un objeto que estima mucho la.
secta. Ya veremos como vuelve á insistir en lo mismo.
Para dar crédito á sus planes, y para insinuar, á la som
bra de su pretendida ciencia, en las escuelas de la iglesia
y en las cátedras del Espíritu Santo, sus doctrinas, ‘debe
n el epopta saber merecer la reputacion de un sabio ver
e dadero. En cualquiera parte que se deje ver, tanto si
u anda, como si está parado, tanto si está en pie, como
n sentado, una auréola luminosa debe brillar al rededor
n de su cabeza , que despida rayos de luz que iluminen
a á los circunstantes. Es preciso que la gente tenga á gran
n dicha oir de sus labios la pura verdad. Debe atacar en
n todas partes las preocupaciones, pero con precaucion, y
n teniendo siempre presente, que lo ha de hacer siem
n pre coeflnura y teniendo miramiento al sugero á quien
n habla » ¿Quien diría que estos consejos los da un
Vándalo á otro Vándalo, cuyo corazon snspira por aque
lla época en que, gracias á larauréola luminosa de su
(i) Alli mismo , núm. XXVIII.
(n) Alli mismo , núm. a.
25a inuumrsuo.
ciencia , desaparecerán todas las naciones, ytodo el mun
do será vandalizado i’.... Despues de haber conquistado
estos Vándalos las escuelas públicas y las cátedras del es
píritu santo, solo les falta conquistar el imperio de la
república literaria. a En esta , dice, hay ciertas gentes que
n dominan á su tiempo, segun la moda, y causan admi
n racion á las cabezas débiles. En unas‘ ocasiones domi
n nan las producciones del entusiasmo religioso, y en
u otras el espíritu sentimental. Algunas veces son las pas
u torales, en otras los romances de caballería, los poe
n mas épicos ó las odas las que inundan el público. Es
u preciso trabajarpara que sean de moda los principios de
n nuestra orden, que se ordenan á la felicidad del géne
n ro humanon es decir: estos principios que, bajo el
pretexto de hacer feliz al género humano y hacer del mis
mo una sola familia , no dejarán subsistir ni siquiera una.
sbla nacion , una sola religion , un solo titulo de propie
dad, una ciudad, un pueblo, una casa.
a Es preciso, continua , que nuestros principios se ha
a gan de moda, á fin de que los extienden los escritores
n jóvenes, y nos sirvan sin quererlo. Tambien es preciso,
n para entusiasmar las cabezas, predicar con el mayor aca
n loramiento el interes general de la humanidad , é inspi
n rar la indiferencia á todas las uniones a’ sociedades mas
n estrechas, y las que se componen de una sola. nacion. n
Aqui el malvado legislador aun se atreve á proponer el
ejemplo de Jesucristo y su imaginaria indiferencia por su
familia. Porque este Señor murió por todos los hombres,
y porque su amor á ia mas santa de las madres nunca
permitió que se olvidase de la grande obra de la reden
cion del género humano , es. preciso que ciertos imbéci
les se dejen seducir de este modo por el epopta ilumi
nado, quien para acabar con todas las naciones, se vale
del pretexto de amar igualmenteátodos los hombres (t).
(I) Ind. 3.
cniruno bierno-euano. 255
Otra ley debe observar el epopta para conquistar el im
- perio de las letras. «Procurad, dice el código, que los
u escritos de nuestros iniciados sean celebrados por el pú
n blico; haréis sonar las trompetas en su favor, y os cui
» daréis de que los periodistas no hagan sospechosos á
n nuestros escritores n En cuanto á los sabios ó es-
critores, que, sin pertenecer aun al iluminismo, tienen
principios semejantes, y si son de aquellos sugetos que
la sectaillama buenos, se deben, segun la ley, poner en
la clase de los que se han de reclutar. Para esto debe el
dean tenerlos notados en una lista , la que de cuando en
cuando hará que corra entre los hermanos (2).
Beunamos ahora estas leyes , y veamos como se ordenan
a inficionar insensiblemente la república literaria. En pri
mer lugar, la secta en sus academias minervales empieza
á formar sus discípulos. Ya hemos visto como en cada.
una de sus escuelas inculca sus principios. Los epoptas,
para que no se alteren estos principios, velan sobre todas
las academias de un mismo distrito, y estos mismos epop
tas tienen sus juntas provinciales en donde todo se com
bina, todo se dispone y se prevee todo. A estas juntas
acuden todos con sus notas y sus observaciones sobre
todo lo que pueda poner obstáculo, ó aumentar en su
distrito el progreso de la ciencia iluminada. Todas las
deliberaciones y cuanto se hace y resuelve en dichas un
tas , se envía al superior nacional, que las inspecciona y
vela para que se mantenga el mismo espíritu en todo su
imperio. Lo que este hace por su nacion, lo hace por
el areópago de la secta con los epoptas de todas las na
ciones. De este modo, las escuelas minervales , los epop.
tas de todos los distritos, de todas las provincias , y de
todos los imperios no componen mas que una misma aca
(n) Alli mismo, núm 4.
(a) Núm. XV.
15.’; . inunmisuo.
demia , que si es invisibleá los profanos, no por eso dejan
sus ramificaciones subterráneas de extenderse por todas
partes como la misma secta, conservando asi mismo en
todas partes los mismos principios, animándolo todo un
mismo espíritu y segun unas mismas leyes, con arreglo á
las que convocan y cultivan todas las ciencias, para que
estas sirvan á las mismas maquinaciones de la impiedad y
de la desorganizacion universal'.
No le bastara á la secta tener reunida en su seno la
universidad de una academia conspiradora; aspiró á apo
derarse de las escuelas públicas y de las cátedras del
Espíritu Santo. Pretende dirigir los talentos de todos los
literatos, ordenar todos los ingenios á sus proyectos, y
que aun el imperio de la moda sirva á sus conjuracio
nes. Desde la niñez que aprende á deletrear, hasta el doc
tor que descubre el tesoro de las ciencias, han de pensar
como el iluminismo, y quiere que las mismas ciencias
sean el instrumento de un triunfo que acabará con ellas,
con las leyes, con los altares , con los trouos, con toda
propiedad individual y con toda sociedadnacional. Co
teje el lector los misterios de la secta con el código de
sus epoptas, y diga si no son estos los últimos resultados
de aquel imperio que quiere usurpar á las ciencias. ¡Que
horror y queindignacion no inspiran aquellos resulta
dos! El monstruoso legislador que los ha podido com
binar, pretende que infundan admiracion y respeto á
sus discípulos, y esto es lo que encarga á sus epoptas
que inspiren. a Es preciso ,'les dice, que comuniqueis á
u nuestras clases inferiores una idea tan sublime de la
n santidad de nuestra orden, que, por ejemplo , una pro
» mesa hecha sobre el honor de nuestro iluminismo, sea
n para ellos el mas inviolable de los juramentos u
Asi este ateo suple el nombre de Dios. Como necesita de
(i) Alli mismo , núm. XXIX.
oníruno DÉCIMO-CUARTO.- 255
vínculos para obligar, y ya ha roto todos los de la con
ciencia , apela al honor, el que hace consistir en un con
junto de delitos. a El que se atreva a’. violar eljuramen
a ta hecho sobre el honor de mi sociedad, que sea infame.
r A cualquiera clase que pertenezca , será proclamado in
» fame en, toda la orden, y lo será sin remision ni espe
3 ranza. Quiero que lo sepan, y que reflexionen con.
n madurez cuan terrible es estejuramento sobremi orden;
q y tambien quiero que con toda claridad y energía se
n hagan presentes todos los resultados (i) . n
Los epoptas encargados de inspirar esta veneracion,
sehallan en posesion de un grado demasiado respetable en
la secta, para comprometer su dignidad. Asisten , cuando
bien les parece, á lasjuntas de los grados inferiores, pero
no deben ejercer algun empleo, si no cl de prefecto en
el capítulo de los hermanos caballeros escoceses. Su gra
vedad y el respeto que inspiraria su presencia, podrian ser
vir deobstáculo á sus observaciones en estos grados infe
riores. Los iniciados podrían contenerse á presencia del
epopta; pero no lo quiere asi la secta, sino que los vea
en su estado habitual; y por lo mismo, nunca puede de
jarse ver entre ellos sino como igual. Una ley le manda
formalmente que les oculte su grado, su trage distintivo
y aun el nombre de la clase a que está elevado (a). Supe
rior incógnito, y sentado en los mismos bancos, los verá
mas libres á su rededor; asi hará con mas libertad el
oficio de escudriñador, y conocerá mejor sus sentimien
tos. Sus lecciones dadas en el tono de la igualdad serán
mas insinuantes; y, sin darse á conocer como maestro ,
conocerá mejor lo que falta á sus discípulos, y se enterará
mejor de sus progresos. .. Si entre estos discípulos los
hay cuyo zelo y fidelidad esten bien probados, podrá

(i) Escritos orig. tomo a carta 8 á Caton.


(a) Nám. XXXI.
556 lnuu1uistto.
acordarles su confianza; los propondrá al dean , y este
podrá ponerlos junto á su persona, para que le sirvan de
acólitos. Tambien podrá el dean encargarles alguna parte
de su correspondencia , y admitirlos al sínodo de los
epoptas, hasta que se manifiesten dignos de ser admitidos
á todos los misterios reservados á esta clase (t).
Aqui acaba aquella parte del código, que se debe co
municar á todos los epoptas. En los siguientes capítulos
trataré de las instrucciones que se dan á los regantes 0’
principes iluminados.

(I) Núm. xxxn,

CAPITULO
cAríruso néctno-Quinro. . 257
vvsvvunnvvsvvuvun mnvvsvmvsmvvsvmvvs uva vssmnvvsanvvsmnmnsAnvmn

CAPITULO XV.

Iasranccroxss maA m. Ranas-rn ó PaíNcrrn 1nuumAno,


RELATIVAS AL GOBIERNO m: LA 011mm. '
~

Parte primera de estas instrucciones.

l oms las instrucciones que el legislador iluminado ha


dado á sus epoptas, consagran este grado á pervertir la
opinion de los pueblos y á apoderarse de la república de
las letras, para dirigirlas s los sistemas de su igualdad, de
su libertad y de la anarquía universal. Este empeño de cor
romper hasta las ciencias, pide unos trabajos y una cons
tancia que no está al alcance de todos. Hay iniciados
que, sin que puedan distinguirse en este particular , tie
nen el zelo y los talentos necesarios para dirigir e’ ins
peccionar á otros. Los hay, cuyos fatales sucesos re
compensa la secta, confiriéndoles los altos empleos dela
orden. De estas dos clases de epoptas escoge la secta á
los que eleva al grado de regentes, y para estos el legis
lador entra en los mas extensos pormenores sobre el go
bierno de su iluminismo... Las instrucciones que les
da, estan graduadas y divididas en cuatro partes. La pri-
mera tiene por título : Sistema general del gobierno de
la orden : la segunda , Instruccion para todo el grado de
regente : la tercera ; Instruccion de los prefectos a’ superio
res locales ; y la cuarta, Instruccion delprovincial (i).
Es muy cierto ya que la necesidad de manifestar los lazos

(1) Nuevos trabajos de Espartaco y de Filon; grado de regente.


Tomo III. Ii
n58 lLUMIIHSMO. .
de los grados inferiores ha hecho que yo haya anticipado
la relacion de muchos objetos que comprende esta parte
del código;pero sea para confirmar cuanto tengo expues,
to, sea para reunir los diversos objetos bajo un solo pun
to de vista, ó sea para que se sienta mejor el peligro de
su conjunto, escuchamos al mismo legislador que pasa
á rasgar todo el velo. L0 que hacia mas estimable á Weis
haup este grado de regente, era principalmente aquella
parte de las instrucciones que manifiesta todo el camino
que se ha de seguir- en el gobierno de los hermanos.
Leyéndolas segun el orden que les supo dar, concebire-'
mos mejor las causas de su predileccion.
Instmccion A ; Plan del gobierno general de la orden.
1.° c Los altísimos superiores de la ilustre orden dela
verdadera franwmazonerm, no se ocupan inmediata
mente de los pormenores del edificio; pero no por eso
dejan de proporcionamos la felicidad, á causa de los
trabajos mas importantes á que se dedican en favor nues
tro con sus consejos, instrucciones, y con los poderosos
recursos que nos suministran. n '
2.‘ u Estos excelentes y benéficos superiores han esta- -
blecido una clase de mazones, á quienes ellos confian
todo el plan de nuestra orden, y esta clase es la de los
regentes. u
3.° a En este plan,.nuestros regentes ocupan las pri
meras dignidades. Sin este gradoj, ninguno puede llegar
á ser ni aun prefecto, ó superior local. a
[,3 u Cada pais tiene su superior nacional, que se cor
responde inmediatamente con nuestros padres, á cuya
cabeza se halla un general, que tiene el timon de la
orden . 3
5.° aBajo el nacional y sus asistentes estan los provin
ciales, y cada uno tiene su circulo ó provincia. J
I
cnlruno DÉCIMO-QUINTO. s59
6.‘ cTodo provincial tiene cerca de sí sus consulto
res. n
7.° ‘Bajo el mismo provincial está un cierto número
de prefectos, que tambien pueden tener sus coadjttto
res en sus distritos. Todos aquellos, como tambien el
dean de la provincia, pertenecen á la clase de regen
tes. u
8.‘ cTodos estos empleos son perpetuos, exceptuando
solo el caso de renuncia ó deposiciun. »
93 a'El provincial es elegido por los regentes de su
provincia, por los superiores nacionales, con aproba
cion del nacional »
¡of . Dependiendo todo el éxito del iluminismo de los
regentes, es justo que no tengan necesidades domésticas,
por .lo mismo serán ellos los primeros á quienes sc pro
veerá y alimentará del arca y por los cuidados de la
orden. v
11.‘ cLos regentes, en cada provincia, componen un
cuerpo especial, que está inmediatamente sujeto al pro
vincial, al cual deben obedecer. v
12.° ‘Los empleos del iluminismo, no siendo dignida
des, 'ni puestos de honor, sino cargos simples, acep
tados libremente, deben los regentes estar prontos para
trabajar por el bien de toda la orden, cada uno segun
su situacion y talentos. La edad aqui no es titulo , por
que muchas veces convendrá que el mas jóven sea pro
vincial, y el mas anciano simple superior local, ó con
sultor, si el uno está en el centro y el otro en la extre
midad dela provincia; ó bien, tal vez uno por su ac
tividad natural, ó por su situacion en el mundo podrá
llenar mejor el oficio de superior , aunque el otro

(i) No sé como el código pone muchos superiores nacionales dis


tintos del gefe nacional, á no ser que ahora llame supcriorc: ú los
mismos á quienes daba el nombre de asistentes. '
R:
n6o iumnusuo.
tenga mucha mas elocuencia: tambien muchas veces un
regente no debe avergonzarse de ofrecerse para un pe
queño empleo, que ha de llenar cerca de una tjgfesia (ló
gia) niinerval, en donde pueda ser útil con su ejemplo.»
13.‘ a Para que el provincial no sea sobrecargado con
una correspondencia demasiado grande, todos los qui
bus licet y todas las cartas de los regentes pasarán por
las manos del prefecto, á no ser que el provincial man
de otra cosa. a
149 a Pero este prefecto no descubrirá en manera al
guna las cartas de los regentes, sino que las enviará
al provincial, y este les dará su destino ulterior. n
15.‘ u El provincial convoca sus regentes, y los junta á
todos, ó solamente á los que juzga á propósito segnn
las necesidades de su provincia; los que no puedan
concurrir, avisarán , á lo menos cuatro semanas antes ,
dando siempre cuenta de lo que han hecho por la
orden hasta aquel momento, y deben manifestarse dis.
puestos á llenar las intenciones del provincial y de sus
superiores mayores.
tener una vez Esta ajunta de los regentes se ha de
cada año.
16.‘ u La siguiente instruccion manifestará á los regen
tes lo que con mas particularidad merece su atencion. n
r7.‘ ‘Ya se ha hablado de las diligencias que debe
mos practicar para procurar poco á poco fondos para
la orden. Bastará notar aqui algunos artículos. a
a Cada provincia tiene el manejo de sus dineros, y solo
envia al superior contribuciones pequeñas para costear
las cartas... Cada junta y tambien cada lógia es pro
pietaria de sus fondos... Cuando la junta de los re
gentes, á causa de alguna grande empresa, pone en con
tribucion las arcas de muchas lógias ó prefecturas, se
debe mirar esta contribncion como un préstamo; las
lógias serán reintegradas, no solo por el pago de los
CAPÍTULO DÉCIMO-QUINTO. n61
intereses , sino tambien por la restitucion de los capita
les. n—- ¿Se le habría aqui olvidado al legislador, que
la propiedad fue el primer atentado que se cometió con
tra la igualdad y libertad? Es cierto que no; pero co
mo necesita de grande-s empresas para llegar á la última,
que es la aniquilaciou de las propiedades, le ha parecido
que la orden podia entre tanto gozar de ellas, y hacer
creer á las lógias inferiores que no pensaba en privarlas
de las suyas. a El provincial no tiene arca, sino nn estado
de todas las de su provincia. Los objetos generales de
entrada son : 1.” las contribuciones pagadas por la recep
cion de los franc-mazones; 2.“ el superfluo de las con
tribuciones de cada mes; 3.‘ los donativos gratuitos ; 4.‘
las limosnas; 5.° los legados y donaciones ; 6.‘ nuestro
comercio y manufacturas. — Los de salida son : I.‘ los
gastos de la junta ,, por cartas, decoraciones, y algunos:
viages; 2.‘ las pensiones que se hacen á los hermanos
pobres que carecen de medios; 5.‘ las cantidades que se
han de pagar para llegar al grande fin de la. orderi ; 4.“
para estimular los ingenios; 5.‘ para los ensayos y prue
bas; ('.°para las viudas y huérfanos; 7.‘ para fundaciones.»
—Asi acaba esta primera parte de las instrucciones que
se dan al regente iluminado. Despues de la lectura que
se le hizo en el dia de su inauguracion, debe tambielx
atender á las siguientes.
Insrauccton B mas TODO enAno nn Basura.

Parte sgunda de las Instrucciones del regcnte


Hemos visto en el art. 16 de la primera parte de las
instrucciones, que se exhorta á los regentes del iluminis
mo á que atiendan a esta segunda ¡iarteJ Aprovéchcse
tambien el lector de este aviso, y verá que aun hay mu
cho que descubrir sobre los medios, recursos y artificios
de la secta. PL 3
369 uummsuo.-
1.’ a Siendo el fin de la orden hacer mas feliz al hom
bre, la virtud mas amable , y el vicio menos poderoso ,
es muy natural la consecuencia de que nuestros her
manos doctoresy gobernar/ares del género humano , deben
darse á conocer al público como que son los mejores
de los hombres. Un regente iluminado , pues, será
uno de los hombres mas perfectos. Será prudente , pró
viclo, diestro, irreprensible , y de un trato tan agra
dable que se haga buscar. Debe tenérsele 'en el con
cepto de ilustrado benéfico, íntegro, desinteresado, y
lleno de fervor para empresas grandes y extraordina
rias en favor del bien general.» — No hay necesidad
de recordar aquí, en que consiste la virtud, el vicio y
el bien público del iluminismo. El lector que no lo ba
olvidado, no se admirará al ver que estas y las siguien
tes instrucciones se dirigen á unos doctores)’ gobernada
res tan viriuosos del género humano.
2.‘ ‘Los regentes iluminados deben estudiar el arte
de dominar y gobernar, sin manifestar que tengan tal
jntencion. Bajo el velo de la huniildad, pero de una
humildad verdadera y franca, fundada sobre el. cono
cimiento de su propia flaqueza y sobre la conviccion
de que toda sufiierza se deriva. de nuestra union , es pre
,ciso que ejerzan un imperio absoluto y sin limites para
dirigido todo /nicia el objeto de nuestra orden. Deben
evitar la seriedad pedantesca que ofende, y que seria.
un objeto de riiliculezá los ojos del hombre sabio. Den
ellos mismos el ejemplo de una respetosa sumision á
sus superiores; y si tienen la ventaja del nacimiento,
no por eso deben estar menos sumisos que los que
han nacido eu la oscuridad. --- Su conducta se ba de
variar segun los sugetos. Sean los confidentes de los
unos, los PÜJIFOSVJC otros, y maestros de los que carecen
de luces. Muéstrense rara vez como superiores seve
CAPÍTULO DÉCIMO-QUINTO. 263
ros é inexorables; y cuando sea preciso portarse asi,
manifiesten cuanto les repugna la severidad. Digan , por'
ejemplo , que estimarian mas que la orden hubiese
dado á otro aquella comision tan desagradable. Dirán
tambien, que sienten mucho hacer el papel de maestro
de escuela con un sugeto, que ya habría de haber mu
cho tiempo que supiese gobernarse a si mismo. r
3.‘ a Siendo el objeto de nuestra santa religion, exten
dida por todo el mundo , el triunfo de la virtud y de
la sabiduría , debe cada regente establecer una cierta
igualdad entre los demas hombres. Tome el partido
del que está (lemasindo abatido, y procure abatir al que
está. elevado. No ha de permitir que los imbéciles ha
gan el papel de amo sobre los hombres de espíritu ,
los malvados sobre los buenos, los ignorantes sobre los
sabios y los débiles sobre los fuertes, aun cuando estos
no tuviesen razon. r
4.° ‘Los medios para guiar á los hombres son innu
merables :- ¿quien es capaz de describirlos todos?. . .
Las necesidades del tiempo los hacen variar. En un
tiempo sirve la propension- que los hombres tienen á
lo prodigiosa, y en otro tiempo nos valemos del atrae-
tivo de las juntas secretas. De esto se- szgiic, que alguna
qáez es útil hacer ¿fue vuestros. inferiores sospechan' , sin
decirles lo que hay, que todas las otras sociedades , y
aun lavde los finito-masones, son dirigidas secretamente
por nosotros ; óliien, pues, (¡ue realmente es verdad, en al
gunas partes, que las grandes monarcas son gobernador
por nuestra orden. Cuando suceda alguna cosa grande
y notable , conviene que se sospec/ie que se nos debe. . .
Si hay oigan hombre célebre á causarle su mériio, dad-
á entender que es- delos nuestros. a
Todos estos artificios van fluyendo dela pluma del legis
lador. Espero que el lector no exigirá que yo ponga.
R4.
.n64 . inuuimsuo.
en la traduccion de estas leyes, un método que no se
halla en su original. Weishaupt mas quiso multipli
car sus artificios que enlazar los principios, y esto lo
hizo sin duda porque suponía que sus iniciados ya esta
ban bastante couvencidos; á no ser que digamos, que
mac/Las veces el desorden es efecto del (irte. Prosigamos,
pues, del mismo modo’ que lo hace Weishaupt.
u Sin mas objeto que el de afectar que sedan ciertas
órdenes misteriosas, se hace, por ejemplo, que un ini
ciado encuentre en la hostería, y bajo el mismo plato en
que come, una carta que se le hubiera podido entregar
en su casa misma con mucha mas comodidad. —En tiem
po de ferias, se presenta uno de los nuestros en una
gran ciudad comerciante, disfrazado ya de negociante.
ó_tal vez defltyicial, ó de clérilgo. Por do quiera debe de
darse como un hombre de alta- importancia, empleado
y ocupado en negocios de gran cuantía é interes... pero
con gran finura y destreza, para que no se le crea un
aventurero charlatan é impostor, y teniendo no menos
presente, que debe evitar aquellas ciudadesy parages en
que pudiera exponerse á las impertineneías de los curio—
sos , ó tal vez á las de la policía. -- En otras oca
siones se aparenta escribir ciertas órdenes , bien que
con una tinta química, que se borra -y desaparece por
sí sola. n
5.‘ u Cualquiera regente debe, en cuanto le sea posi
ble, ocultan á sus inferiores, no solo susdebilidades,
sino tambien sus enfermedades y disgustos; á lo me
nos nunca se ha de quejar. a ~
6.‘ Aqui tiene lugar elarticulo que ya be citado, sobre
el valerse del apoyo de las mugeres, sobre el arte que
todos los regantes deben, saber para saberlas adular, ganar
las, y hacer que sirvan al grande objeto del iluminismo.
73 «Es tambien indispensable, añade aut; el códi-
cniruno DÉCIMO-QUINTO. 365
go, ganar para la orden el comun del pueblo. El gran.
de medio para esto , es el influjo sobre las escuelas. Esto
se consigue ya con liberalidades, ya con el brillo. Oca
siones hay en que es preciso abatirse y popularizarse,
sufriendo, con cierto aire de paciencia , las preocupa
ciones , que despues poco á poco sepodrán desarraijgar. y
8.‘ nLuego que de algun modo se haya tomado po
sesion del gobierno , es preciso dar á entender que
no tenemos algun influjo, para no dispertar á los que
trabajan contra nosotros. Al contrario, en los parages
en donde nada podais conseguir , os habeis de mani
festar como que todo lo podeis. Esto hace que nos
teman y que nos busquen , y fortifica nuestro par
tido. n
9.‘ ‘Todos los malos resultados ó desventajas de la
orden se ocultarán para siempre á los inferiores. n
1o.° c Toca á los regentes preveer á las necesidades de
los hermanos , y procuraries los mejores empleos , despues
de haber dado parte al provincial. n
1 I.° a Losregentes, en sus discursos, recomendarán de
un modo particular la reserva y la discrecion , sin ma
nifestar, sin embargo , que hay alguna cosa que pueda
contrariarlos... Ocasiones hay en que conviene afectar
cierta capacidad; pero en seguida , conviene dar .4 en
tender- que la amistad ha hecho decir algo mas de
lo que hay. Esto es muy útil para los iníeriores, si
estan hechos á guardar secreto. Tambien hay ocasio
nes en que conviene extender entre los nuestros cier
tas cosas, que nos interesa que las crean. En caso de
duda, se debe tomar consejo de los superiores por la.
via de los quibus licet. u
-12.° a Cualquiera sea el empleo que tiene un regente
en la orden, debe muy pocas veces responder dc pala
bra , sino siempre por escrito , á las preguntas de los
n66 _ ILUMINISMO.
inferiores , para que mejor pueda reflexionar, ó, si es
necesario, consultar lo que ha de responder. n
13.‘ a Los regentes se ocuparán incesantemente en lo
que dice relacion á los grandes intereses de la orden ,
á las operaciones del comercio, ó á otras cosas seme
jantes, quc puedan aumentar nuestro poder. Envia
rán á los provinciales los proyectos de esta especie.
Si el asunto insta , le darán parte por algun medio
distinto del quibus licet, que no les será permitido
descubrir. n
14." aLo mismo harán con todo lo que pueda tener
una influencia general, para hallar los medios de poner
en accion todas nuestras fuerzas reunidas. »
15.° a Cuando algun escritor publica principios verda
deros, pero que aun no iian entrado en nuestro plan de
educacion para el ¡nando , ó cuya publicacion, es prema
tura , es preciso buscar ¡medios para- ltacerle nuestro; si
no le ganamos ó iniciamos , le de-bemos desacreditar. n
16.‘ u Si algún regente pensase llegar al cabo de liacer
suprimir las casas religiosas y aplicar sus bienes á nues
tro objeto, por ejemplo, para dotar maestros de escue
la cuales conviene para los pueblos , estos proyectos se
rian muy bien aceptados por los superiores. n
17.° ‘ Los regentes se esmerarán asi mismo en hallar un
- plan mas sólido para los montes piosque se han de
fundar, para socorrer á las viudas de nuestros herma
nos. n
¡8.° a Uno de nuestros cuidados mas importantes ha de
¡er tambien el no permitir que progresa demasiado la ser
vil veneracion que el pueblo tiene a7. los jvrincipes. To
das estas bajas adulaciones solo sirven para corromper
mas á los hombres , que por la mayor parte son de
masiado medianos, y de un espíritu muy débil. Dad
vosotros mismos el ejemplo de la conducta quese ha de
CAPÍTULO DÉCIMO-QUINTO. 267
tener con respecto áellos. Evitad toda familiaridad con
ellos; nunca os fieis de ellos; tratadlos con cortesía,
pero sin adularles, para que ellos os /ionren y os ieman.
Escribid y hablad de ellos, como de los demas hom
bres, para que aprendan que son hombres como noso
tros, y que toda su autoridad no es mas que un nego
cio de pura convencion. n
19.‘ a Cuando entre nuestros iniciados se hallase algu
no de mérito , pero poco conocido y aun del todo
ignorado del público, nada se debe omitir para hacerle
célebre. Cuídense nuestros Ízennanos incógnitos de pro
curar ser celebrados en todas partes por los clarines
de la fama, y precisar á que guarde silencio la envi
dia y la Cábala. n
2o.° nEl ensayo de nuestros principios y de nuestras
escuelas se hace muchas veces mejor y con mejor éxi
to en los estados pequeños. Los habitantes de las ca
pitales y de las ciudades comerciantes , estan por la
mayor parte , demasiado corrompidos, demasiado dis
traidos por sus pasiones , y por otra parte se creen muy
adelantados para someterse á nuestras instrucciones. n
2I.° u Es muy útil enviar de cuando en cuando visi
tadores, ó bien dar á un regente que viaje la comi
sion de 'visitar las juntas, y hacer que le enseñen
los protocolos; pasar á la casa de los hermanos para
examinar sus papeles y tliarios; y escuchar sus quejas“
Estos plenipotencinrios , presentándose: en nombre de
los altísimos superiores, podrán corregir muchas faltas,
suprimir con intrepidez los abusos que los preíectos
no tienen valor de reformar , aunque esten dispuestos
á hacerlo por medio de estos visitadores. n
22.‘ a Si en alguna parte no se puede establecer nues
tra orden con toda la forma y método de nuestras cla
ses, es necesario suplir con otra forma. Aze/idzunos a}
n68 XLUMINISHO.
fin ; esta es lo esencial; poco importa cua! sea el velo,
si se logran nuestros intentos. Sin embargo , siempre es
necesario ocultarnos , porque en el secreto está nuestra
fuerza principal. u
23.‘ a Por esta razon, es siempre necesario ocultarse bajo '
el nombre de otra sociedad. Las lógias inferiores dela
franc-mazonería, son, entre tanto , el mejor manto para
cubrir nuestro grande objeto, porque el mundo ya
está acostumbrado á no esperar de los franc-mazones
alguna gran cosa, y que merezca atencion. El nombre
de una sociedad sabia es tambien una máscara muy
conveniente para nuestras primeras clases. Gracias á esta
máscara , si se llega á penetrar alguna cosa de nuestras
juntas basta decir que nos reunimos en secreto, ya
para dar mas atractivo á la cosa y mas interes , y ya
para no admitirá todos y ponernos á cubierto de los
habladores y envidiosos , y tambien para ocultar la de
bilidad de un instituto que aun ea nuevo. n
243 u Nos importa mucho estudiar la constísucion de
las demas sociedades secretas, y gobernarlas. Conviene ,
mientras se pueda lograr el permiso de los superiores ,
alistarse en las otras sociedades, pero sin obligarse mu
cho á sus juramentos, y para esto conviene que nues
tra orden esté oculta. u
25.‘ c Siempre los altos grados han de ser desconoci
dos de los grados inferiores. Se reciben con mas v0
luntad las órdenes de un descartando , que de hombres
en los cuales poco á poco se descubre toda especie de
die/fritos. Con este recurso se puede observar mejor á los
inferiores. Estos atienden mas á arreglar su conducta,
porque se creen rodeados de personas que los observan;
su virtud esta’ entonces á la prueba , y con su práctica
pasa á ser costumbre. -
26.‘ u Nunca perdamos de vista las escuelas militares,
CAPÍTULO nécmo-Quiaro. s69
las academias, las imprentas , las librerías , los cabildos ,
las catedrales, y cualesquiera otros establecimientos
que tengan influjo sobre la educacion ó sobre el go
bierno. Ocúpense, sin cesar, nuestros regentes en for
mar planes é imaginar el modo como nos habemos de
portar para hacernos dueños de todos estos estableci
mientos. a
27.‘ a Hablando en general, y sin dependencia del em
pleo que les sea confiado, sepan que el grande obje
to de nuestros regentes ha de ser un estudio cons
tante y habitual de todo lo que pueda’ aumentar la
perfeccion y el poder de nuestra orden , ú fin de que
sea para todos los siglos el modelo mas perfecto de go
bierno que los hombres pudieran imaginar. n Es decir:
á fin de que algun dia pueda decirse de nosotros : He
aqui una sociedad famosa que, ú fuerza de perfeccionar
sus leyes y su gobierno, ha llegado al cabo de enseñar á
los hombres á desprenderse de toda ley y de todo go
bierno. . . No quiero pararme en demostrar que este es
el verdadero sentido y el único objeto de toda esta per
feccion del código iluminado. Los misterios de la secta
ya estan demasiadamente descubiertos para que pueda
quedar la menor duda sobre esta explicacion. Sin embar
go , para llegar á esta perfeccion y a este poder de la sec
ta, aun hay mas leyes y artificios que han de saber los
regentes iluminados. Weishaupt extendió otras instruc
ciones, que reservó para cada clase de su gcrarquia (l).

(t) N. B. Cuanto contiene este capitulo, exceptuando las pocas


reflexiones que he entremezclado, no es mas que una lraduccion
del código, articulo por articulo,.. Instrucciou B del grado de
regente.
57o ILUMINISMO.

¡‘mamaria vvstfllsvflauvs/¡vvsvvbvunvsfluuqn mnma mnvvsvvsvvsmavvsmnunn

CA.PITULO XVI.

CONTINUACION un LAS INSTRUCCIONES somo: EL GOBIERNO


0 DEI. ILUMINISMOu

Leyes para los Superiores locales.

CUALQUIERA que sea la autoridad que parece tienen en


sus academias minervales los hermanos iluminados mayo
res, hablando con rigor, no hay superioridad verdadera
en su clase preparatoria. Tampoco goza de ella el ca
ballero escoces del iluminismo en su clase intermedia.
La orden no reconoce verdaderos superiores hasta la cla
se delos misterios. Aun en esta es preciso haber llega
do al grado de regente para -ser prefecto de los herma
nos caballeros escoceses, ó para ser dean en su distrito.
Estos son verdaderamente los dos primeros cargos que
mira la orden, como á que dan una autoridad real sobre
los hermanos.
Aunque se dice que todos los superiores hallaran en
sus instrucciones las leyes que con mas particularidad les
conciernen ,'_ yo no sé que las haya particulares para los
deanes. El código de la secta solo me ofrece un capí
tulo sobre su eleccion consagracion. Esta eleccion ,
cuando es para el primer establecimiento de un nuevo
distrito , pertenece al provincial. Pero despues de la muer--
te ó- renuncia del primer dean, se juntan los epoptas
para elegir sucesor á pluralidad de votos, y el provin
cial no tiene mas que el derecho de confirmar al electo.
cnlruno béenio-serte. a7:
En cuanto álo que el código llama cunsagracion del dean ,
la hace un delegado, que aqui se llama p/vnipotenciario.
El lenguage de la ceremonia es un latin bárbaro y extre
madamente bajo. Seria esta una escena digna solamente
de un populacho el mas vil, si la impiedad de los acto
res aun no irritase mas que el asco que causa su bajeza.
El legislador iluminado, hecho vilisima mona de Molie
re, hace para la eleccion de su dean lo mismo que el
autor del enfermo imaginario imaginó para recibir á su
médico. Para burlarse de san Pablo, de Moises y de las
ceremonias religiosas, hace lo mismo que Moliere cuan
«lo se burla de los Hipócrates charlatanes. Aunque se ne
cesita de muy poco talento para burlarse de las cosas
santas, lo cierto es que tiene Weishaupt muy poca gra
cia en sus burlas. Quiero ahorrar al lector la molestia
de leer tales torpezas, pues seria necesario que fuese
epopta para soportar sin asco su lectura. Y cn esto con
siste todo lo que el código iluminado me ofrece extrac
tar sobre el dean iluminado (i).

(t) No obstante, si el lector desea una muestra de este misera


ble enlremes, imagine que vé ó los epoptas reunidos y revestidos
con los ornamentos sacerdotales, y entre ellos al delegado, que em
pieza de esta manera: Aperi Domine o: meum. Los dos comisiona
dos repiten las mismas palabras—Pregunta el plenipotenciario:
Fi/i mi, quid postula: P Responde el delegado: L-t Den: et superio
re: nostri cancedant nobi: decamim Iumc quem ad te duco.-—El pleni
potencian-iu : g’ Habcti: decrclum P -- Ilabcmus. -— Legalur. --- Aquí le
lee el decreto que dice asi: Communi volo arque consrnsu superio
nun elegirnu: nobis ¡n Dccanmn fratrem N. 1V . presórlrmzn nourrc pm
vinciz , ruafori: ordinir, vcrum atquc prudentern, hospila/em, moriluu or
rmtum, serpientern, iI/runinatum, et mamuemm , Dm ct superior-iba: nostrit
per omnia placentemque ad (elsitiuiini: vean-a,‘ dignimtom uddurrre, qua
{ent}: autora Domino nobis w111! ¡doneur Drcanu: prtecue ¡-a/cat u! ¡mo
dtue, nosqria sub efu: sapicrui n-gimim: ¡n Jccunïatc ac quiere ¡nagni:
scíenti¡: aliisque aperilnz: curan- pa:.tiInu:.—El plenipoteilciario ¿ Dh-po
suiui damui lua--Responde el recien-electo :D¡.tpo:ui.= 4 Nom- quan
n72 ILUMINISMO.
, No sucede lo mismo con las instrucciones que la secta
reserva para sus prefectos. Estos superiores locales pue
den tener bajo su jurisdiccion hasta ocho lógias, parte
minervales y parte mazónícas. Cualquier, prefecto es el
primer regente de su prefectura. Tiene la direccion de
todo lo que el código llama: edgïcio inferior de la. orden.
Todos los quibus lieet de su distrito pasan por sus manos.
Abre las de los caballeros escoceses, y los soli de los no
vicios y hermanos de Minerva; pero envia los demas á los
superiores mayores. Cuando se establecen nuevas lógias ,
ca sit Dccaní cura et qui pamá inflingantur irfideles et deIatoresP---Duce
me, Domingo-Ego amoritate superiorum inductus, firmiter sub inlerm¡.
natione anathematis, inhiben tibí, 'ne quid de scienliis occultis, vel secreta
tibi revelanda adducas, surrípias, vel alicui profano communibes. Si tu
aulem aliquid attentare praesumpseris , maledictus eri: in domo ct extra
domain , ¡naledictus in civitate et in agro, ¡naledictus vigilando et dor
miendo, rnaledicttis ¡nanducalrdo el bibemío, maledictus ambulando et se
dendo ; maledicta erunt caro et ossa , et sanitateln non Iiabebis a’ planta
pedi: usque ad verticem. Veniat tune super te maledictio quam per flloysen
in Iege filio ¡niquitatik Daminus promisit. Deleatur nornen tuum ¡n libro
viventiuln, et cum justis non amplias seribatur ;fiat pars et liwrditas tua
num Cain fratricida, cum Dathan et Abiron, cum Anania e: Saphiïa,
cum Simone Mago et Juda Proditore. ¡’ide ergo ne quid jeceris, quo ana
tliema merearis. Se sigue despues de esto la imposicion de las manos,
las exhortaciones y las bendiciones, siempre en el mismo lenguage.
El delegado, volviendo á imponer las manos sobre la cabeza del elec
to, concluye la ceremonia con estas palabras : Sieut ros Herman qui
descendit in ¡nontem Sion, sic descendat super te Dei summw sapientiw
benedictio. Véase en los nuevos trabajos de Espartaco: Naclirich:
von weilrung cines Decani, ó relacion de la consagracion de un Dean.
¡Que impiedad tan atroz ha de ser la que la secta ha inspirado á
sus epoptas, cuando ya los juzga capaces de complacerse con unas
irrisiones tan soezes, y con uu tan sacrílego abuso de la Sagrada Es
critura! Nadie piense que he añadido á la barbarie del lenguag:
de estos impios, ni que he omitido tal vez algun gracejo : bien que
no le haya , pues la ceremonia toda se reduce á la mas baja bufo
neria. Mas los conspiradores estiman en poco una alegría decente,
y la impiedad todo lo corrompe, hasta el gusto literario.
les
CnÍTULO oscuro-sexro. n73
les pone nombres geograficns, y cuando recibe nuevos
hermanos les impone nombres característicos, sacados
de la lista que le ha enviado el provincial. En retorno,
envia cada ¡nes á este una cuenta general de su prefec
tura, y de tres en tres meses las cartas respuestas y los
libritos de memoria que contienen lo que se ha escudri
ñado de los hermanos. ’I-.¡mbien le envia los pormeno
res de su conducta moral y politica, y el estado en que
se hallan las arcas (del dinero) de cada lógia. Decide la
promocion de los hermanos hasta el grado de caballero
escoces, el cual no puede conferir sin el beneplácito del
provincial. . . Tiene derecho para que cada año le remi
tan los hermanos todos los escritos que tienen de la or
den.. Estos escritos los devuelve á los que han dado prue
bas de su fidelidad, pero de ningun modo á los que pien
sa que son sospechosos a- que merecen ser ezpelidos (i) .
Los fundamentos del edificio dependen de la expe
riencia, zelo y vigilancia del prefecto. Weishaupt. para
dirigirlos en todas las partes de su gobierno, les dedica
las instrucciones , que contienen estos títulos: 1.’ pro
pamcion; afformacion delos discípulos; 3.‘ espiritu de
cuerpo, ó sea afecto á la orden, ¡f! subordinacion, 5.° se
creto...-. Cada uno de estos artículos ofrece la recapi
tulacion de una multitud de artificios, ya recomendados
en lo restante del código, pero cuyo estudio es mas ne
cesario á los prefectos. Me limitaré á extraer las reglas
mas notables, en las cuales conviene que se observe el
modo como insiste su legisladory con cuanta frecuen
cia vuelve á lo mismo. De esta clase es aquella que ya
se halla desde la primera pagina, y vuelve a hallarse en
estos términos bajo el titulo preparacion. cNuestra fuer
u za, dice, en cuanto al número, es grande; pero tam
u bien depende mucho del cuidado que elevamos en for
(i) Instruccion C del regente, núm. I.--I.
Tomo III. S
n74 uuuisisuo.
n mar los discípulos... Los jóvenes fácilmente se doblan,
u y se sujetan mejor á este objeto.... El prefecto ilumi
¡u nado nada debe omitir para tomar posesion de 'las es
u cuelas de su distrito y de sus maestros. Lo hará de
a modo que se entreguen á sugetos de nuestra orden,
n porque de' este modo se logra el fin de inspirar nues
n tros principios, y formar los jóvenes. De este modo
w se preparan las mejores cabezas para que trabajen en
n nuestro favor, para acostumbrarlas á la disciplina, y
9 asegurarnos de su afeccion , y para que el lazo que nos
s une á estos discípulos jóvenes sea tan durable como lo
u son las otras impresiones de la infancia. n
Bajo este mismo título se hallan estas otras reglas, no
menos notables, que se dan á los prefectos para la pro
pagacion de la orden. ‘Cuando se trate-de una colonia,
a elegid en primer lugar á un iniciado atrevido, empren
n dedor, y cuyo corazon sea todo nuestro. Enviadle para
2 que pase algun tiempo en el parage en que pensais for
u mar vuestro establecimientouu... Antes de poblar las
n extremidades, empezad por estableceros en el centro...
u Aqui, es preciso comenzar con ganar aquellas personas,
a que por lo ordinario tienen mas fijo su domicilio, co
u mo son los comerciantes y los canánigosun Guardaos de
n confiar esta mision á hermanos que no tienen caudales,
u porque sus necesidades serian muy ¡presto gravosas á
s nuestra orden; porque aunque todos los hermanos ten
u gan derecho á nuestros socorros en sus verdaderas ne
s cesidades, es preciso atender á que los de vuestra pro
u wincia, bajo de cualquier pretexto, no sean gravosos ¡í
a las provincias vecinas. Tampoco conviene que los otros
n distritos piensen que la orden es débil, porque lo es
a vuestro distrito. En fin, es tambien preciso tener con
a que asistir á los hermanos de las escuelas nliriervales y
n cumplir la promesa que les tenemos hecha. n
t
cnhuno béenio-sano. s75
cNo trateis de extenderos, hasta que todo esté con
u solidado en la capital de vuestro distrito.... Examinad
u con madurez á que hermanos se puede confiar esta mi
n sion..... Despues reflexionaréis lo que sea mas conve
u niente', si empezar por una iglesia minerval, ó bien por
a una ldgia mazónica. Considerad muy bien que su
e geto poneis á la cabeza de vuestra colonia. Mirad si
e tiene valor y zelo, si es prudente, exacto, puntual, y á
n propósito para formar los otros; si tiene crédito ,y
u si goza de cierta reputacion; si es capaz de trabajar
a con seriedad y constancia; en una palabra, si tiene
n todas las calidades que se requieren para una comision
u tan importante.... Considerad tambien las localidades
e Mirad si el parage en que deseais hacer este estable
» cimiento, está cerca ó lejos de vuestra capital.... Si en
n él podremos estar seguros, ó si nos exponemos. Si es
» grande ó pequeño , si está ó no muy poblado. Que
n medios hay para conducirnos , y cuales se pueden em
» plear. . . . . De cuanto tiempo necesitaréis para entablar
n este negocio. . . . A que personas os podréis dirigir al
a principio, porque si errais estajeleccion, ya no haréis
u cosa de provecho. . . . Con que velo se ha de cubrir,
a ó que nombre se ha de dar á la cosa.... De que modo
u se ha de subordinar, ó bien coordenar esta nueva co
n lonia... n Es decir , á que superiores jse ha de sujetar ,
ó con quien ha de tener correspondencia.
c Cuando vuestra colonia haya adquirido la forma su
s ficiente, y principalmente si nuestros hermanos estan
a en posesion de las primeras dignidades; si pueden ma
» nifestar cuando les dé la gana que pueden resistir á sus
u contrarios, y que es muy peligroso ofenderó deshon
n rar á nuestra orden; si teneis tambien con que socor
n rer las necesidades de vuestros hermanos; si lejos de
n tener algo que temer de parte del gobierno, dirigi
S:
n76 uunmusuo.
n mos a’ los que tienen sus riendas, estad cierto que lue
a go ganaremos partido, y tendremos mas secuaces de
u los que necesitamos. No me cansaré de reeomendaros
n este modo de preparar los caminos. . . . Si nos interesa
n mucho que esten por nosotros las escuelas ordinarias,
u tambien nos importa mucho ganar los seminarios] sus
u superiores. Teniendo á esta gente de nuestra parte, ten
» dramas todo el pais; serán nuestros los que son los
u mayores enemigos de toda innovacion: esto es lo princi
n pal; porque con los eclesiásticos , el pitebío y el comun de
I» las gentes se /talian en nuestras manos. Sin embargo, ob
» servad que se necesita de muchas precauciones con los
s eclesiásticos. Estos señores rara vez guardan un justo
a medio : O son demasiado libres, ó demasiado tímidos;
s y aquellos, rara vez son morigerados. » Este es el lugar
en donde el legislador excluye á los religiosos, y advier
te á los reclutadores que huyen de los Jesuitas como de
la peste.

Supongo que cuando traduzco estas leyes, suplirá e!


lector las reflexiones que yo desearía hacer sobre cada
una de ellas. A lo menos, los príncipes tendrán que hacer
algunas sobre el siguiente artículo : aCuando el prefecto
u iluminado ha logrado poco á poco guarnecercou suge
tos zelosos de nuestra orden los Dicasterios y los Conse
n jos delpríncipe, habrá hecho cuanto podia hacer. Vale
a mas esto que si hubiese iniciado al mismo príncipe.
n Pero, generalmente hablando, rara vez serán admiti
u dos los príncipes á nuestra orden, y los que serán re
I cibidos, no se elevarán fácilmente sobre el grado de
I caballero escoces. u

Causa admiracion, despues de lo que se ha visto de


este grado, y aun de los que le preceden, que Weis
haupt se digne conceder á los príncipes el que le puedan
eAríruno vecino-asno. n77
pretender. No esperó llegar á este grado para insinuar
con bastante claridad sus proyectos. Los príncipes, sin
que se pueda dudar, tendrían muy pocos alcances, si á
lo menos no los hubiesen entrevisto antes de hacerse
caballeros iluminados. ¿Como pues se podría esperar
que, llegando á serlo, no descubriesen las maquinaciones
de la secta contra toda su autoridad? Este enigma se
explica por las confidencias del mismo legisladon-c Her
manos , dice, escribiendo á sus areopagitas, si enseñais
nuestros grados al Elector, en el dia rey de Baviera, ya
os cuidaréis de hacer las siguientes mudanzas. — a En
u el de iluminado menor, en lugar de estas palabras :
s mongas imbécilesyponed, hombres imbéciles. . . . En el
a de iluminado mayor, borrad esta expresion :Ios sacer
s dotes r los principes pueden embarazar ¡iuestra camino...
u En cuanto al grado de sacerdote, no /e enseñas otra
u cosa sino la instruccion relativa á las ciencias,- y leedla
n bien, á_/Tn de no dejar alguna. alusion, ó alguna ¡-erni
s sion (i lo restante del grado (i). n Estas supresiones em
piezan á explicar el enigma. Otro expediente hay aun
mas insidioso , que no deja alguna oscuridad. cYo quie
n ao reasumir todo el sistema, añade Weishaupt hablan
a do con sus areopagitas de los grados inferioresp y des-
pues de haber dicho de los Jesuitas lo que solo él es,
dice : nquiero que todo esto se haga á la moda jesuítica;
n que ni siquiera se halle una sola línea que sea sospe
n chosa al estado ó á la religion. Vamos con Nandura;
a nada se haga sin razon ; dispongamos las cosas paso á
n paso (2).: Hablando de este texto, un iniciado que
nos ha dado la historia mas circunstamriada. de los gra
dos iluminados, asegura que él mismo. ha visto un dis
curso para el grado de epopta, en donde se ha suprimido
(I) Escritos orig. tom. a. carta del a. de Enero 1783.
(a) Alli mismo, carta del i5. de Iliayo 115i.
S3
n78 tnuutnisuo.
todo lo que dice relacion á la religion y al estado
He aqui que Weishaupt, á mas de las supresiones que
quiere que se hagan segun las circunstancias, tiene gra
dos ó discursos postizos á propósito para engañar á los
príncipes iniciados, y aun persuadirles que estan admi
tidos á la caverna de los misterios , y que se ¡les han
revelado todos los secretos¡ mientras que los verdaderos
iniciados se burlan de su credulidad. Es muy cierto que
este artificio aumenta la perversidad de Weishaupt; pero
no por eso es mas excusable el príncipe que se deja
iniciar. Sean muchos ó pocos los misterios impíos ó sedi
ciosos que la secta le oculta, no por eso ha omitido
el juramento de obedecerle y protegerla. Su corte se
llena de iluminados; si piensa que reina sobre ellos,
no es mas que su esclavo; y cuando llegue á ser su víc
tima , no recibirá sino su merecido. ¡Es un capricho muy
extraño la manía del que, siendo príncipe, quiere que
su nombre esté en la lista de las sociedades secretas l ¿ Le
parece que son pocos los deberes que debe llenar
atendiendo al bien de su pueblo? con que derecho
y justicia pasa á hacer juramento de proteger las lógias
ó cavernas , gobernadas por un malvado oculto ,
cuando todos sus trabajos y cuidados y todo el uso que
de su poder protector puede hacer, le debe á la patria
y á todos los ciudadanos? ¡Es posible haya hombre que,
sentado sobre el trono ó con derechos al mismo , se
abata hasta prometer sumision y obediencia á presidentes
de lógias! ¿Con que derecho se darán al pueblo las
órdenes que se deriven de aquellas cavernas? que por
ventura, cuando el pueblo le proclamó y reconoció por
príncipe suyo, quiso tener á su frente á un verdadero
esclavo , aunque disfrazado , que solo promulgaria las
leyes que -le dictarian sus amos, sean iluminados, ó sean
~
(i) Gesc/¡icte der iIÍumin. grad. pág. 66.
oníruLo méento-seno. s79
rosa-cruzes? O tambien , si como magistrado del pueblo
debe decidir las diferencias populares, ¿que confianza
podrá tener cl público en su integridad é imparcialidad ,
sabiendo que ha jurado proteccion y obediencia á unos
hermanos y amos secretos? Llegará dia en que la historia
extenderá é ilustrará estas reflexiones, ¡ y ojala, que la
revolucion no nos hubiese ya manifestado cuanto inte
resan !
Si el amor propio debia en alguna ocasion servir de
móvil y suplir por motivos mas nobles, cualquiera prín.
cipe seducido habría hallado en las leyes del iluminismo
mas de lo que se necesita para hacer que obrase aquel
amor. Habría bastadoleerle aquel nuevo artículo de las
leyes intimadas á los prefectos ó superiores locales, bajo
el titulo: Formacion de los discipulos. c ¿De que nos
» sirve, se pregunta en ellas, la multitud, si en esta no
u hay semejanza y unidad de sentimientos P. . . Ninguna
u clase ni estado /La de dispensar á los hermano: de
u nuestros trabajos y pruebas. n Para acostumbrarlos á
despreciar toda distincion, y á no mirar sino á la mul
titud y al género humano en grande, debe el prefecto
recoger todas las anécdotas y todos los rasgos notables,
tanto por su nobleza , como por su bajeza, cualesquiera
sean sus autores , ricos ó pobres, príncipes ó ciudadanos.
A él toca suministrar esta compilacion á los maestros de
Minerva, y estos procurarán que los aprendan sus disci
pulos. Deben sobre todo poner gran cuidado en no ocul—
tar el nombre del príncipe ó gran señor al cual pueda
deshonrar la anécdota, aporque es preciso, dice el código,
a que todos aprendan con esto, que nosotros sabemos ba
n cer justicia :i todos; que nosotros damos el nombre de
n pícaro vil al malvado que esta’ sobre un trono, tan bien,
n o aun mejor, que albribon que es conducido á la horea.
En este mismo artículo hay aun otra ley bastante no,
s,.
s80 rnuumisno.
table para que sea uniforme el lenguage de los discípu
los y de los iniciados en aquellas ocasiones, ó sobre los
efectos que interesan al iluminismo. En estas circuns
tancias debe cuidar el prefecto de avisar secretamente
á los presidentes intermedios de los discursos que han de
tener, de los que han de extender, y de los que han
de procurar que tengan sus discípulos. u De aquí resul
n tará para estos una constante atencion para avenirse en-
UUIUUÍ todo, tanto por lo, relativo al language, como por lo

relativo s la accion con nuestros superiores , y esto


aun cuando sus motivos nos fuesen desconocidos. De
este modo nos dirigiremos todos a un mismo fin, y
de este modo nuestros discípulos podrán habituarse á
investigar y escudriñar los motivos de la órden, y á
n nunca obrar ó callar en circunstancias dudosas, hasta
u que los consejos ú órdenes del superior les hayan ense
n ñado lo quese debe decir ó hacer. n
Bajo'el título Espiritu del cuerpo, se advierte al pre
fecto que este espíritu se inspira por medio del cuidado
de ensalzar incesantemente la hermosura y la importancia.
del fin , la integridad de los miembros, la dignidad y
seguridad de los medios , la utilidad de la instruccion
que la órden da á sus discípulos, y la proteccion que
les asegura. Este espíritu estará siempre en proporcion
de la seguridad que ellos tendránde ser felices, mientras
que perseveren unidos á la órden , y que no hallen la
felicidad en ninguna otra parte. Para nutrir este espíritu,
es preciso entretener la esperanza de hacer descubrimientos
siempre mas importantes á proporcion que se vaya adelan
tando. Si bay temor de que se resfrie , «procuran! colocar
á vuestros discípulos en una situacion, en la cual esten.
constante y frecuentemente ocupados en vuestra sociedad,
y lzaoed que sea esta su idea favoritaa Observad todo lo
que hace la Iglesia Romana para hacer sensible su reli
OAPÍIULO DÉCIIO-SEXTO. no;
gion, y para que su objeto esté incesantemente presente
á los ojos de sus adherentes; tomadla por modeIo.... No
es posible señalar aqui reglas que se puedan aplicar en
todos los casos. . . Por lo mismo, los prefectos y demas
superiores deben estudiar continuamente el arte de suplir
las faltas que se descubran en nuestros trabajos... Ofrez
can premios, y recompensen á los que mejor traten la
materia. Merced á sus desvelos , necesariamente suce
derá que tarde ó temprano , segun las circunstancias
localesllegue el edificio á adquirir consisIencia.. Exhortad
á los hermanos para que sean obsequiosos, bienhechores y
generosos unos con otros, y tambien con nuestra órden.u
Despues de esto, pasa el código al título obediencia,
y en este dice á los prefectos : u Si habeis tenido habí
lidad para que vuestros discípulos conciban la grandeza
de nuestro objeto y planes, no dudeis que obedecerán
con gusto á los superiores. ¿Como será posible que no
se dejen conducir por unos directores que los han guiado
tan bien y con tanta seguridad hasta el presente, que
por lo mismo los han hecho felices hasta este momento,
y de los cuales deben esperar que aun los harán mas
felices en adelante? Aléjese de nosotros el hombre á
quien todas estas ventajas no decidirán á que nos obe
dezca. Salga de la sociedad de los escogidos. . . . . Este
espíritu de obediencia se inspira particularmente por el
ejemplo y la instruccion. . . Tambien por la conviccion
de que, obedeciendo á nuestros superiores, es en el fondo
lo mismo que seguirse á sí propio. Por la esperanza de
adquirir siempre conocimientos mas importantes... Por
el temor empleado s propósito. . . . . Por los honores ,
recompensas y distinciones, que se conceden á los que
son dóciles.... Por el cuidado con que son mirado:
los inobedientes. .. Por el descuido de evitar la fami
liaridad con los inferiores. . . Por los castigos ejemplares
982- - lnuumisuó.
de los rebeldes. . . Por la eleccion de aquellos sugetos
que sabemos que son del todo nuestros , y que estan
dispuestos á cumplir exactamente todas nuestras órde
nes. . . Por la grande atencion á los quibus licet, en los
cuales se debe descubrir como se han cumplido las órde
nes que se .han dado. ... Por la exactitud con que los
superiores intermedios envían los libritos de memoria, ó
las cuentas que han de dar de sus inferiores. Cuanto mas
circunstanciados estan aquellos libritos, tanto serán mejores,
porque sobre ellas descansa todo el plan de nuestras ope
raciones. Este es el medio para saber el número y pro
gresos de nuestros hermanos, al mismo tiempo que des
cubre la fuerza ó debilidad de la máquina, la proporcion
y enlace de las partes con el,tod0, el verdadero título
ó derecho que tienen los hermanos á las promociones,
y en fin el mérito de las juntas, de las' lógias, y de
sus superiores. xo
Bajo el título Secreto, dice la regla al prefecto : c Est:
es el articulo mas esencial; y por lo mismo, aun en aque
llos países en que hayamos adquirido bastante poder para
manifestamos, debemos perseverar ocultos. Siempre debe
el prefecto ocultar con cuidado sus proyectos, segun las
circunstancias locales. Avéngase con el provincial en
cuanto al manto y Velo con que se ha de cubrir la o’r
den. . . Como para los institutos religiosos de la iglesia
romana, la religion ¡que lastima! no era mas que un
pretexto; del mismo modo y con mas sublimidad se
debe ocultar nuestra órden bajo la apariencia de una cam
pañia comerciante, ó bajo otro exterior semejante. n
En vano se me preguntaria, bajo de que pretexto dice
el código iluminado, que la religion en la Iglesia B0
mana no era mas que el pretexto de los institutos reli
giosos. No sé que haya habido algun impío tau desvezs,
gonzado, que se haya atrevido á preferir una calumnia
cníruo oráculo-sano. ¡s3
tan atroz. Hasta el presente, San Francisco , San Beni
to, San Basilio y demas fundadores habian sido, para
los sofistas , unos supersticiosos ó entusiastas. Ningun
apóstata de los institutos, y que conoce tan bien el que
ha profesado, ha dicho en alguna ocasion, que la reli
gion solo sirviese de pretexto á su órden. Ninguno se
ha atrevido á decir que la ambicion, ó la avaricia, ó
algun otro motivo, distinto de la religion, habia fundado
las órdenes de San Benito, de Santo Domingo, de San
Francisco, del Cármen y otras, tanto de religiosos, como
de religiosas” . A mas de que esta calumnia no es de
Weishaupt , ni_se halla en las instrucciones que dió a‘.
Knigge, sobre las cuales formó este el código para los
regentes y prefectos locales, en el cual insertó sus pro
pias ideas. Knigge nunca supo lo que son los religiosos
y sus institutos. Weishaupt, hijo de padres católicos, y
educado en la religion que profesa la iglesia romana ,
de la cual apostató, podia muy bien tratar á las órdenes
religiosas del mismo modo que lo han hecho y hacen
los demas sofistas, y bien puede ser que en su código
haya insertado esta comparacion tan extraña entre su
iluminismo y los institutos religiosos; pero dudo que la
haya él inventado. Weishaupt necesitaba de la. oscuridad
y tinieblas para ocultarse , y no ignoraba que las leyes
de los institutos religiosos en la iglesia siempre fueron
públicas, y siempre examinadas por la pública autori
dad , antes de establecerse.
El código iluminado , despues de tan absurda calum-
nia , repite cuanto hemos ya dicho en los primeros
capítulos, relativo á la necesidad de ocultar su camino
y la existencia de las lógias, y á continuacion hallo las
leyes siguientes. — Temiendo que la tnultitud de los
hermanos no los exponga á ser descubiertos si sus juntas
fuesen muy numerosas , debe cuidar el prefecto, que
984 lnuumtsuo.
por lo ordinario no se reunan mas de diez hermanos en
las iglesias minervales. -c Si en alguna parte es mayor el
número de estos discípulos, será preciso multiplicar las
lógias, ó bienseñalar á lo menos dos dias distintos para
que no todos se reunan de una vez; y si hay muchas
lógias minervalesen una misma ciudadptenga cuidado
el prefecto que los de una lógia nada sepan de las otras.
He aquí lo que debe observar para dirigir el edificio
inferior. A él toca nombrar los magistrados de los miner
vales; pero, para que estos obtengan un gefe , se necesita la
aprobacion del provincial. Será responsable de los que
nombrará. Tendrá cuidado de que tanto en las minervales
como en las lógias mazónicas todo se haga regularmente
y con la mayor exactitud. No permitirá que se tengan
en ellas discursos tan libres, que puedan ocasionar sos
pechas fundadas de que se forman proyectos contra la
religion, el estado y las costumbres. No debe permitir
que algun hermano sea promovido á los grados superio
res, antes de haber adquirido las ideas y calidades com
petentes. Sobre este particular, dice el código, mmca
pueden ser excesivas las precauciones, las cautela: r el
escrupiilo.
u Ya se ha dicho que podemos admitir á nuestras
lógias mazónicas á sugetos que no pertenecen á nuestra
órden. Cuidese el prefecto que estos extrangeros no den
el tono á nuestros hermanos. Los escogerá honrados,
sosegados y pacíficos {pero procurará de un modo ó de
¡otro , hacerlos útiles á la órden. . . Sin el permiso del
provincial, no tendrá alguna correspondencia , relativa á
la órden, fuera de la provincia. . . Como esté encargado
de observar é instruir sobre diferentes objetos á los supe
riores de los minervalesy á los venerables de las lógias,
se dirigirá al provincial cuando tenga alguna duda de
importancia. . . . Procure el prefecto familiarizarse con
cAri-ruo oéento-euro. ¡s5
estas leyes; cúmplalas con exactitud; tenga siempre pre
sente todo el conjunto de esta materia; procure que
cada cual cumpla con su obligacion, no haciendo mas
ni menos que lo que exige su reg/a, y hallará en esta ins
truccion todo lo que necesita para su conducta. s Con
esta promesa acaban las reglas del prefecto iluminado.
Los cinco artículos sobre los cuales giran , tienen por
preámbulo otra promesa mucho mas importante, la que
está concebida en estos terminos : a Si hemos prevenido
exactamente todo lo que mira á esto: cinco ariículo: ,
ya nada nos será imposible en todos los países que estan
bajo del sol (i). s
Nota : Para todo este capitulo, véase la instruccion C.
del Prefecto .

(t) Int nun in diesen fünfslüclten alle: gehzrig besorgt, to ¡ut


¡niedern lande unter der sonne nicbts unmtglich.
386 uummtsuo.

vvw-vvusmmvusvvsvsnvsn san-sanvvwmuuvsnsnrwflühnaïvvo una-

CAPITULO XVII.

INSTRUCCIONES mar. Pnovmcuz. ILUMINADOu


~

CASI todas las leyes que acabamos de leer, y que se


hallan en el artículo de los regentes y prefectos del ilumi
nismo, las habia escrito Weishaupt para que sirviesen
de regla á sus provinciales. Esto se descubre con toda
evidencia en la primera redaccion de las mismas, la que
está en la -segunda parte del segundo tomo de los escri
tos originales de la secta, desde la pag. 17 hasta la 43.
Knigge miraba estas leyes como una obra maestra de
política. Le parecieron tan fecundas en artificios, que
pensó que no las debian saber solamente los provinciales.
Se sabe el uso que de ellas hizo, persuadido de que
serian muy titiles á los regentes en general y á los supe
riores locales en particular, en sus respectivos distritos.
El areopago y su gefe convinieron en estas disposiciones;
pero les pareció que á estas debian añadir otras para
instruir en particular á los provinciales, las que serán
el asunto de este capítulo.
I.‘ c Debeel provincial hacerse familiar toda la consti
tucion de la órden. En tal modo debe tener en su cabeza
todo el sistema, como si él mismo le hubiese inventado. n
2.‘ a Pondrá por fundamento de todas sus operaciones
todo el régimen y toda la instruccion de los regentes
y de sus superiores locales, sin dejar de hacer uso de
una sola. n
3.‘ n Será elegido el provincial por los regentes de
cnlruo nécmmssntio. - gs,
su provincia, y confirmado por el superior nacional (t)...
Los altos superiores, es decir el Areopago y el general
le podrán deponer. a
4.‘ s Sea natural de la provincia que se le confia,
ó cuando menos téngala bien conocida. s
5.‘ c Mientras sea posible, no ha de tener ocupacion
pública, ni otra alguna obligacion , para que pueda en un
todo atender á la órden. u
6.‘ s Aparentará que es un sugeto que solo busca su
quietud r descanso , y que se ha desprendido de los ne
gocios. u
7.‘ c Eslablecerá su morada, mientras le sea posible,
en el centro de la misma provincia, para que de este
modo pueda extender sus miras y cuidado por todos los
cantones. u
8.‘ s Luego que llegue á ser provincial, dejará su
primer nombre de guerra, para tomar el que le impon
gan los superiores mayores... Tendrá por sello de su
provincia al mismo cuyo modelo le enviarán los mismos
superiores , y le tendrá grabado en su anillo. s
9.‘ s Luego que sea nombrado , se le remitirán los
archivos de la provincia, que los regentes han tenido
cuidado de recoger y sellar cuando murió su prede
cesor. a
to.‘ c El provincial que estará inmediatamente sujeto
á uno de los inspectores nacionales , le dará cuenta gene
ral de su provincia cada mes. Y como él no recibe las
cuentas de los superiores locales sino al cabo de r4 dias
de acabado el mes, le presentará la del mes de mayo,
por ejemplo, hasta cerca el tin de junio , y asi en los
demas. Esta cuenta ha de estar dividida en cuatro par.

(t) En el original que ha servido para la impresion de estas reglas,


hay una omisiou que hace iuinteligiblc una parte de este artículo.
288 tnumrtsuo.
tes, segun el número de las prefecturas que le estan
subordinadas; se cuidat-á de referir todo lo mas notable
que haya ocurido en cada una de nuestras escuelas ;
manifieste el nombre , la edad, la patria, el estado de
los nuevamente recibidos, y el dia de sus contestaciones.
Nuestros superiores mayores no tienen necesidad de saber
mas de cada discípulo , hasta la clase de regentes, a’
no ser por algunas circunstancias extraordinarias. n
1 i.‘ c A mas de esta cuenta que ha de dar cada mes,
debe dirigirse al nacional siempre que ocurra alguna
de aquellas cosas importantes, cuya decision no le com
pete. Tambien se supone, que asi mismo enviará cada
tres meses sus memorias personales, y que nada empren
derá por sí mismo que sea-relativo á los objetos poli
ticos. n
12.‘ a No debe entrometerse en los asuntos de sus
comprovinciales. Que las cosas vayan bien ó mal fuera
de su provincia , no es negocio de su inspeccion. Si
tiene que hacer alguna demanda contra los otros, dirí
jase al inspector nacional. l)
15.‘ a Si tiene quejas contra este inspector , diríjase
al primero. n
14.‘ ‘ Todos los regentes de su provincia son sus con
sultores; estos le deben auxiliar en todas sus empresas.
Es preciso que pueda tener, y que en efecto tenga á
dos de estos cerca de sí en calidad de secretarios. n
15.‘ u A él toca confirmar á todos los superiores de
las clases inferiores, y nombrar los prefectos; pero para
estos necesita de la confirmacion del director, que la
puede reusar. r
16.‘ 0x Tiene derecho para enviar los hermanos pen
sionados por la órden, y de emplearlos en el lugar de
su provincia en que puedan ser mas útiles. u
:7.‘ y 18.‘ I Tiene obligacion de enviar á los prefectos
los
OAPÍTUIO DÜGIIO-SIPTIIO. n89
los nombres característicos de los hermanos, los nom
bres geográficos de las lógias , del mismo modo que
los recibe de sus superiores mayores. I
19.‘ u A él toca dar á conocer los hermanos que han
sido excluidos , á fin de que se conserve exactamente
la lista en nuestras juntas. n
20.‘ a Cuando tenga que hacer reconvenciones ii algu.
nos hermanos, que seria peligroso ofender, se valdrá de
una mano extraña , y firmará su carta con el nombre
de Basilio (Basile); como ninguno hay en la órden que
se llame asi , se ha determinado que sirva para esto. s
ar.‘ s De cuando en cuando escribirá á las clases infe
riores, y en atencion á la propuesta de nuestros epop
tas, señalará los libros que deberán leer nuestros discí-
pulos, segun lo exija cada grado. Debe , en cuanto le
sea posible, y en los parages mas cómodos de su pro
vincia, establecer bibliotecas, gabinetes de historia natu
ral, muséos, colecciones de manuscritos, y otras cosas
semejantes. Bien entendido, que para uso solo de los
hermanos. (Il. I
22.‘ c El provincial abre las cartas de los iluminados
menores y de los caballeros escoceces, cuyo sobrescrito
es soli. Tambien abre los simples quibus licet de los
epoptas, y tambien los primo de los novicios : pero no
puede abrir ni los primo de un minerval , ni los soli
de un caballero ó de un epopta, ni los quibus Iicet de
los regentes. n -- Esta gradacion en la facultad de abrir
las cartas de los hermanos segun el grado que ocupan en
la órden, indica con evidencia, que en el sobrescrito debe
de haber alguna señal que manifieste el grado del hermano
que escribe; pero yo no he podido saber cual es esta

(I) Esta regla se ba sacado del capítulo de los prefectos; la he


puesto ¡qui , porque se dirige directamente í los provinciales.
Tomo III. T
ago ILUMIIHSMO.
señal. Pero debe observar el lector, que las cartas de
los hermanos,'y aun los quibus licet, siempre llegan á
las manos de hermanos que son de un grado superior
al' que las ha escrito : pero de modo que nunca sabe
este quien las recibe, ni quien responde , pues las reglas
de esta gerarqnía solo se manifiestan en proporcion del
- derecho que cada hermano recibe en su promocion. Aun
el mismo provincial no sabe, ó á lo menos solo puede
saber por conjeturas, á quien llegan sus cartas y las que
no le es permitido leer.
23.‘ c No promoverá á algun hermano'al grado de
regente sin el permiso del inspector nacional. u
24.‘ c A él toca hacer notificar á los deanes la facultad
científica, ó bien la profesion que cada nuevo hermano
ha escogido, cuando entra en los minervales. n
a5.‘ a Para que esten en órden los archivos ,se cuidará
de reunir enun mismo lio los libritos de memoria, todas
las cartas y documentos relativos á un mismo hermano. u
26.‘ a Generalmente hablando, debe cuidar mucho de
adquirir para la órden cooperadores en lo que toca á las
ciencias. n
27.‘ c Hara’ quelleguen á los deanes los tratados ó
discursos notables, y cuanto dice relacion á la clase de
los sacerdotes , como por ejemplo , las vidas, los cuadros
históricos, ó característicos y otros semejantes. n
28.‘ ‘ Si hay entre nuestros epoptas sugetos de talen
to, pero con pocas disposiciones para la direccion poh
tica, procurará apartarlos de aquellas ocupaciones y em
pleos , para los cuales no tienen habilidad. u -
29.‘ ‘ Cuando nuestros capítulos escoceses se compon
gan de doce caballeros , colocará al mas hábil en -la clase
de los epoptas. v
3o.‘ t Tendrá cada capítulo un sacerdote confidente,
ue le servirá de censor 2 ó de esP ia. u
I
cntruno oñctuo-ssprtuo. a9:
31.‘ s Procure reunir á sus regentes y deliberar con
ellos en todas las circunstancias importantes , pues aun
los mas sabios tienen necesidad de consejo y socorros. u
3a.‘ c El provincial recibe sus patentes del superior
nacional; para expedir las de nuestros capítulos esco
ceses, se vale de la siguiente fórmula : Nos, de la grande
lricgria del Oriente Gemtánica, constituido provincial 7
macslro del distrito de. . . . . . hacemos saber 7 notifica
mas que , en virtud de las presentes, damos al vene
rable hermano (aqui se pone el nombre de guerra y el
ordinario del nuevo venerable) pleno poder y facultad
de erigir un capítulo secreto de la santa fiaric-mazonerid
escocesa, y dc propagar el arle real, conforme sus ins
trucciones, para el establecimiento de nuevas lógias mazo’
nicas de los tres grados simbólicos. . . Dada en el direc
torio de nuestro distrito. . . (Lugar del sello.) Provincial
secreto del directorio , sin otra señal ó firma. s
33.‘ a Para decirlo todo en pocas palabras , tiene oblia
gacion el provincial de poner á su provincia en estado
de emprenderlo todo para el bien , y de impedir todo
mal. ¡ ÜicÍIaso: los paises en los cuales nuestra órden hard
adquirido este poder! Esto no le será muy difícil al pro
vincial que cumplirá con exactitud las instrucciones de
los muy altos superiores. Auxiliado de tantos sugetos
hábiles , formados segun la ciencia moral, sumiso: y tra
bajando con él en secreto, ya no hayempresa, por noble
que sea, cuyo fin no se pueda conseguir; ni hay proyecs
to, por malo que sea, que no se pueda frustrar.. ...
Por lo mismo, ninguna falta se ha de disimular; no
se ha do atender al nepotisma , ó parentesco . y nada
ha de estorbar la enemistad... . . No se han de tener
otras miras sino la del bien generalm... No se ha de
atender á otro objeto, ni ha de haber mas motivos que
los de nuestra órden. . . . En fin , descansen los herma
Ta
n92 Inumntsuo.
nos, que nuestro cuidado será siempre no crear pro
vinciales, que no sean sugetos capaces de desempeñar
estas funciones : pero sepan tambien, que estan á nuestra
disposicion todos los ¡nedios para castigar ci cuantos abu
sen del poder que hayan recibido de Nos u
34.‘ a De este poder no se ha de hacer uso, sino para
bien de los hermanos. Es preciso ayudar á todos á quie
nes se pueda ayudar; pero en igualdad de circunstan
cias, deben ser siempre preferidos los miembros de nues
tra sociedad. Prodiguemos en favor de los que han dado
pruebas de su fidelidad los servicios, el dinero, el honor,
nuestros bienes y tambien nuestra sangre; y tertgamos
presente, que la «¿fensa hecha al iíltirlio de los iluminados,
se ha de mirar como causa de todos. n
De este modo concluyen las instrucciones que el có
digo da á los provinciales iluminados. A mas de su auto
ridad, manifiestan un poder formidable , del cual dima
na en la orden toda la autoridad; es un poder que sabe
reservarse los medios de castigar á cualquiera que abuse
de la parte de jurisdiccion y autoridad que se le haya
confiado, es decir, de castigar al que no haga uso de
aquellas facultades segun el grande objeto y maquina
ciones de la secta. Aun hay tres grados gerárquicos supe
riores á los de los provinciales. El primero es el de los
directores nacionales; sobre estos hay un consejo supre
mo, cuya autoridad es sobre todos los iluminados de to
das las naciones, al que la secta llama areopago; y en
fin este areopago tiene su presidente, que se llama gene
ralde su orden. En el capítulo siguiente, reuniremos todo
lo que se ha podido sacar de los archivos conocidos de
la secta, y que dice relacion á estos tres grados supre
mos del poder iluminado.

(i) Véase el grado‘ de regantes, instruccion D.


cníruno DÉCIMO-OCTAVO. 295

«nvs-rmnana Uva vm uvsvvvvvsvvbozvsvvs ¡Annan mysvsvvsvvvvvsswsvlflvthvvl

CAPITULO XVIII.

De LOS Dmncronas NACIONALES , AanorAG1rAs Y GENERAL


nm. ILUMINISMO.
~

YA se ha dicho en el plan general del iluminismo, que


para cada hermano hay instrucciones especiales, relati
vas á la clase que ocupa en el orden gerárquico de la.
secta. No he podido descubrir las que dedicó á la direc
cion de sus superiores nacionales. Esta parte del código
no se halla en ninguno de los dos volúmenes, que tantas
veces se han citado bajo el título de escritos originales,
y de Espártaco y Filon, que -tantos otros misterios nos
han revelado. No parece que hayan tenido conocimiento
de ellas los autores alemanes mas instruidos y que mas
se han distinguido por su zelo contra el iluminismo.
Algun tiempo he dudado si los superiores, llamados direc
tores nacionales, se distinguian de los llamados inspectores,
y si solo eran un mismo grado en la secta. Cerca el año
de 1782 aun no los confundia aquella, pues las cartas
que en esta época escribió ÑVeiShaupt, dividen la Alema
nia iluminada entre tres inspectores , cada uno de los cua
les tenia bajo de sí á los provinciales de su departamento
(t). Mas, por otra parte, el cuadro general que la secta
entrega ci sus regentes, y la última obra de Filon, impre-
sa en 1788, ya no manifiestan algun grado gerárgico entre
los provinciales de la orden y sus nacionales, á quienes
en lo sucesivo distingue, ya con el nombre de superio
res, ya con el de inspectores nacionales. Su correspon

(t) Escritos orig. tomo a. carta 15 á Caton.


T5
394 inuumtsuo.
dencia
Es puesy evidente,
subordinacion
que se
enpresentan comoulterior
la extension inmediatas
del códi

go se confundieron estos dos grados de inspector y de


director nacional , y que en el dia solo forman un grado
en el gobierno de la secta. Aunque ella oculte las leyes
que ha sancionado para ¡Qstruir á estos superiores nacio
nales, basta su nombre para conocer la importancia de
sus funciones; y si nos faltan los pormenores de estas
funciones, es fácil suplir su falta con lo que ya ha des
cubierto en otras partes de su código.
Téngase presente lo que se ha dicho en el capítulo
de los epoptas , relativo á los sistemas que se han de for
mar para esta clase de iluminados, á fin de apoderarse
de las ciencias y dirigirlas todas á las maquinaciones de
la secta, En este mismo capítulo hemos visto, que la ley
obliga á sus epoptas á que compilen en sus juntas pro
vinciales los medios que sean mas á propósito para apo
derarse insensiblemente de la pública opinion, y despren.
der los pueblos de todo lo que la secta llama preocupa
ciones religiosas. Tambien hemos visto, que la clase de
los regentes es la que especialmente está destinada á soca
var los fundamentos de los trouos , y á disminuir y hacer
que insensiblemente desaparezca aquella veneracion que
hasta el presente se ha tenido á la persona y funciones
de los soberanos. Hay para estos ,epoptas una ley y fun
cion especial, que aun no be citado, y que debe ocu
par aqui su lugar, La he sacado del segundo volúmen
de los escrito; originales , seccion 2. titulada: Artículos
en que han convenido los areopagitas, en el mes de ¡{darme/t
del año _1 151 (de la era vulgar, diciembre 1781 Bajo
este titulo, se lee x artículo: Altos misterios. qISi entre
y nuestros epoptas se hallan de aquellos ingenios mas
(t) Direccion system. num. 5. y Philos cndliche Erklierung, pag,
81.-,
cníruno DÉCIMO-OCTAVO. _ n95
s sobresalientes, de aquellas cabezas especulativas , hare
n mos de ellos nuestros magos. Los iniciados de este gra
n do se ocuparán en recoger y poner en orden los gran
» des sistemas filosóficos, inmginarán y extenderán para
n el pueblo una religion, que nuestra orden quiere cuanto
n antes dar al universo s
Tengo presente que he de hablar de los directores
nacionales; pero temo que el lector me oponga este pro
yecto de dar al universo una religion, al proyecto de des
truir toda religion. Acuérdese pues de la religion que
Weishaupt da á sus magos. Esta es absolutamente el Espi
nosismo, que no admite un Dios, distinto del mundo,
es decir, el verdadero ateismo. Acuérdese tambien de
que uno de los últimos misterios de la secta consiste en
manifestar á los iniciados, que todas las religiones no son
sino invenciones de la impostura; y de este modo le
será muy fácil conciliar estos dos proyectos de la secta ,.
uno para dar cuanto antes al mundo una religion forja
da por los magos ,- y el otro de destruir toda religion.
Estos dos proyectos solo se deben ejecutar sucesivamen
te. Las ideas religiosas estan aun muy impresas en el
espíritu de los pueblos, para que Weishaupt pueda pro
meterse que las destruirá todas en- un momento, y sin.
suplir, á lo menos, por una especie de culto capcioso
y soíistico , que en el fondo tiene tanto de religion ver
dadera , como el culto de la razon que ensayó la revo
lucion francesa. Esta religion, que deben inventar los:
magos del iluminismo, no es pues mas que el primer
paso que se ha de dar para destruir la religion de Jesu
cristo en todo el mundo-. Cuando la secta haya conse

(1) Esta palabra- alemana mol/ts-religiali , que significa relígrbn del


puebfo, está en el original escrito por Caton Zwach, con estos gua
rismos : no. i4. a. 3. 18 -- n7. 8,. a. 4. 6. 4. r4. 13. Véase el capítulo,
4, de este tomo pag. 44,
T 4'
n96 inuunusuo.
guido este su primer objeto, ya se puede prometer que
le será muy fácil desengañar á las naciones sobre este
otro culto propio de su invencion. Estos altares que
Weishaupt quiere exigir, solo son adrajas que caerán
por si mismas en el momento en que derribe los demas
cultos. Con esta religion que han de inventar los magos,
sucede lo mismo que con aquellos nuevos gobiernos y
democracias que se han de establecer en los pueblos, mien
tras se espera que su igualdad , libertad y soberanía ense
ñen á cada particular que él es su propio rey, y que
los derechos imprescriptibles de su reinado no se pue
den conciliar, ni siquiera con la misma democracia, ni
con la sociedad civil, ni con la propiedad.
Este es el conjunto de los sistemas que se han de in
ventar, y que ha de dirigir á la secta para llegar al tér
mino de sus conspiraciones. Cuantos ella distingue con
el nombre de sugetos de ingenio y de cabezas especulati
mas, se ocupan en sus distritos, bajo la inspeccion de
los provinciales, en inventar y extender estos sistemas.
Estos ingenios empiezan por cotejarlos,y despues los com
pilan en sus juntas provinciales; pero no adquieren aqui
su sazon los proyectos que han formado. Aquellos cotejos
y compilaciones se miran como si fuesen el primer bos
quejo, que cada provincial debe enviar al directorio na
cional, para sujetarle á un nuevo examen y recibir un
nuevo grado de perfeccion Uno de los primeros de
beres del director nacional, es recoger todos estos siste
mas anti-religiosos y anti-sociales, y eleva1los á su tri
bunal para que este juzgue hasta que punto pueden ellos
ser útiles para el grande objeto de la desorganizacion
universal. El director nacional solo no basta para este
trabajo , y por lo mismo tiene cerca de sí á los escogidos

(I) Véase Ia instruccion para el grado de epoptas núm. ¡a y ¡4.


chiruso DÉCIMO-OCTAVO. 297
de la nacion, del mismo modo que los provinciales tie
nen á los escogidos de sus provincias.
Estos escogidos nacionales , combinando sus esfuerzos,
verán cual de aquellos sistemas merece depositarse en la
tesorería .de las ciencias iluminadas. Despues añadirán
ellos todo lo que inventará su propio ingenio , para sacar
de estas luces reunidas las mayores ventajas, respecto á
las miras de la secta. Habiendo llegado á este grado de
perfeccion todos estos planes, proyectos y sistemas de
impiedad y desorganizaeion, se depositarán en los archi
vos del director , elevados ya á archivos nacionales. Aquí
han de recurrir los superiores provinciales en sus dudas;
y de aqui se esparcirán todas las luces que se han de
extender por toda la nacion. Tambien hallará aqui el
director nacional las nuevas reglas que ha de dictar, para
que todos los hermanos nacionales se encaminen con mas
seguridad y uniformidad hácia el grande objeto... Pero
la secta no se limita a’ una nacion; en su gobierno hay
un tribunal supremo, que, pretende someterlas á todas
á su inspeccion y maquinaciones. Se compone de doce
pares de la orden (i) , presididos por el gefe general de
todo el iluminismo , que, siendo el tribunal supremo , se
llama Áreopago; este es el centro de comunicacion para.
todos los iniciados que estan difundidos por toda la su
perficie de la tierra, asi como cada director nacional lo
es para todos los iniciados de su imperio, el provincial
para los de su provincia, el superior local para todas las
lógias de su distrito, los maestros minervales para los
discípulos de su academia, el venerable para su caverna
mazónica, y en fin como el insinuante y reclutador lo
es para sus novieios ó candidatos. De este modo está
todo graduado, y el último de los iniciados se enlaza
con el mas consumado por medio de los quióus licet, de
(t) Philos end/ic/te Era/Eran; p. 119. '
298 inuumisuo.
los soli , y de los primo. Todo lo que se hace en cada
imperio llega á noticia de los directores nacionales, y
cuanto sucede en las naciones llega al supremo areopago.
al general y gefe de la secta y director general de la cons
piracion.
El artículo esencial, pues, que mas se ha de observar en
el código del director nacional, es su correspondencia
inmediata con el areopago del iluminismo. No se puede
dudar de esta correspondencia; la hemos visto formal
mente expresada en el plan general del régimen que
la secta comunica á sus regentes , por estas palabras : Para
cada imperio hay un director nacional, que está en socie
dad é inmediatamente enlazado con nuestros padres, el
primero de los cuales tiene el timon de la orden De
aquí se deriva aquella orden expresa, que manda á los
provinciales dar al director nacional cuenta con tanta fre
cuencia como exactitud de cuanto sucede de importante
en su provincia; de recurrir al mismo en todas sus dudas,
sobre cualquiera objeto de alguna importancia, y de no
emprender cosa alguna en los negocios políticos sin su
beneplácito (2). De alli mismo aquella atencion de su
bordinar al mismo director la eleccion de los iniciados,
que en la orden deben promoverse al grado político de
regentes ó á las prefecturas de los distritos De alli
tambien el someter la eleccion, aun de los mismos pro
vinciales, al director nacional Y de alli principal
mente aquella atencion de reservar al mismo nacional
todos los quibus licet de los iniciados regentes, para
que los secretos de sus descubrimientos políticos lle

(i) Director. System. num. 4.


(a) Alli mismo , núm. Io. y II.
(3) Alli mismo, núm. 15 y a3.
(4) Alli mismo , núm. g.
cAríruLo oÉcmo-ocrno. n99
guen con seguridad al que ha de dar noticia de ellos á
los pares de la orden
Estos son los derechos ylas leyes del inspector nacio
nal del iluminismo, y tan importantes son para la secta
sus funciones. A él se dirigen todos los secretos de los
hermanos que se hallan en las provincias, tanto si viven
en la misma corte como en las ciudades. Tambien se le
dirigen todos los proyectos y todos los partes relativos
á los progresos ó peligros de la orden y de su conspi
racion; las noticias de los empleos, dignidades y poder
que se han de procurar para los iniciados; el nombre
de los concurrentes ó pretendientes quevse han de dese
char, de los enemigos á quienes se han de quitar los
empleos, y los congresos y consejos cuyos empleos se
han de pretender. En fin, se le da noticia de todo lo
que puede retardar ó accelerar la ruina de los altares y
de los imperios, y la desorganizacion del estado y de la
iglesia. El, por medio de su correspondencia inmediata
y por la de todos los inspectores nacionales de la orden ,
sabe todos los secretos de los hermanos escudriñadores,
todos los proyectos de los hermanos políticos, de los que
tienen ingenio para las especulaciones , cuanto se medita
en los consejos de los príncipes, todo lo que se fortifica
ó debilita en la opinion de los pueblos, lo que se ha de
impedir ó prever , retardar ó apresurar en la corte, en
cada ciudad y aun en cada familia. Por su conducto y
el de todos los hermanos inspectores de las naciones ,.
se reunen y reconcentran todos estos conocimientos en
el consejo supremo de la secta; y con esto, no hay un
solo soberano, un ministro de estado, un padre de fami
lia, nisiquiera un hombre que, contando con la amis
tad, pueda decir t esto lo tengo secreto ; no ha llegado , ni
~
(,1) Alli mismo , núm. 22.
50o . inuumisuo.
llegará á noticia del areopago. Por medio del mismo
director nacional y de los iniciados de la misma clase,
se notifican todas las órdenes que se han meditado y com
binado en el areopago á los iniciados de todas las nacio
nes, de todas las provincias, de todas las apademias y
lógias mazónicas ó minervales de la secta. El mismo y
sus cofrades directores nacionales elevan al senado de los
pares una relacion general de las órdenes, y de la ejecu
cion que este ha intimado. Y en fin, por su medio se
sabe quienes son los negligentes que se han de separar
de sus empleos, los trasgresores y desobedientes que se
han de castigar, y á quienes se ha de recordar el jura
mento que somete la fortuna y aun la vida de todos á los
decretos de los superiores mayores, que es el areopago
de la secta, y que se compone de sugetos no conocidos.
- Se ve, pues, que la secta en vano pretende ocultar el
código de todos estos inspectores. Despues de tantas leyes
que se han sancionado en sus cavernas, he aqui descu
biertos todos sus misterios en estas solas palabras: En
cada imperio hay un director nacional que tiene un enla
ce inmediato, llámese correspondencia, con nuestros pa
dres
En cuanto a las leyes ó régimen particular de su arco
pago, es muy fácil concebir que la secta ha tenido gran
cuidado en ocultarlas en las mas densas tinieblas, para
que no llegasen á noticia de los profanos; sin embargo ,
hay medios seguros para descubrir lo mas esencial, y
esto nos lo manifestarán los mismos padres que compo
nen aquel senado. El célebre iniciado Filon Knigge em
pieza á revelar este secreto en su apología, hablando de
los magistrados Supremos de su iluminismo en estos tér
minos. ‘Sus trabajos, en cuanto á la parte especulativa,

(t) Jedes land hat einen tiational-obern , welcher in uumittelizarer


verbinrlung mit unsern Vsttern steht.
cnlruno nÉc1uo-ocravo. ' 501
b deben tener por objeto el conocimiento y tradicion de
a todos los descubrimientos importantes, santosy subli
n mes, que se han de hacer en los misterios religiosos y_
n en la alta filosofía. Solo doce areopagitas deben com
n poner este tribunal, y uno de ellos ha de ser su gefe.
n Cuando alguno de sus miembros muere ó se retira,
a debe elegirse su sucesor de la clase de los regentes n
Esta idea general, que de su areopago da Filon, es muy
misteriosa , y lo es, porque no podia explicarse mas
hablando con el público, bajo la pena de ser tratado
como traidor por la secta, como sabia que eran tratados
todos los que violaban sus secretos. Sin embargo, ya ha
dicho lo bastante para que conozcamos sin peligro de
equivocarnos , que todas las especulaciones religiosas y
filosóficas, ó por mejor decir, impias y sofísticas, que
tienen su origen en la clase de los epoptas, cuyo objeto
es valerse de todas las ciencias para apagar todas las
ideas religiosas, van á parar al areopago; que este se
ocupa en combinar, extender y sancionar 'ó desechar
aquellos planes de una nueva religion, que los iniciados
niagos tienen el encargo de inventar, y que la secta quiere
dar á todo el universo.
Espártaco, menos reservado en sus confidencias, mani
fiesta algo mas á su íntimo amigo Caton. El areopago ,
segun él, no se ocupa solamente en forjar sistemas anti
religiosos. Oigamos al fundador del iluminismo y de su
sanhedrin : acabara de patentizar Ia intencion de los
quibus licet , en los cuales deben sus discípulos notar
las preocupaciones que descubrirán en si mismos, cual
de ellas es la dominante , y como se han desprendido de
ellas. ‘Por este motivo, añade, descubro los que tienen
p disposiciones para abrazar cierta doctrina especial y

(1) Ultima explicacion de Filon , pág. 1 15.


50a lnuntnusnto.
n mas elevada sobre los gobiernos y opiniones religiosas
n n Despues prosigue asi : ‘Al fin se manífiestan del
a todo las máximas y política de la orden. Aquí, en este
consejo supremo , se forman proyectos y se medita como
nos hemos de gobernar para ponernos poco á poco en
ÜUÚÜGUBU5

estado de atacar algun dia de frente, por el cuerpo,


al enemigo de la razon y del género humano. Tam
bien aquí se medita como se podrán introducir estos
proyectos en la orden, y á que hermanos se podrá
fiar su ejecucion; como cada uno, en proporcion a‘.
las confidencias que se le harán , podrá emplearse para
el intento (2). u
Estas máximas y política del iluminismo ya las cono
cen tan bien mis lectores, que no dejarán de exclamar
conmigo : He aqui pues el grande objeto del supremo con
sejo de la secta. Este es el que combina todos los medios
para hacer familiares á todos los hermanos los principios
de su igualdad y libertad desorganizadoras. El mismo
areopago , mientras espera la ocasiou, estudia los medios
para atacar de frente á descubierto, tarde ó temprano,
á los partidarios de la religion , de las leyes y de las pro
piedades, como á enemigos de la razon yde la humani
dad. Alli se reunen todos los pareceres, relaciones y pro
yectos de los hermanos esparcidos por el mundo, á fin
de calcular su fuerza y cotejarla con las de los aman
tes del altar y de las leyes. Y en fin, alli se combina
aquel conjunto de artificios, asechanzas, engaños y nue
vas maquinaciones que inventan los hermanos, y se pesan
los méritos de los grandes iniciados para distinguir á los
que se puede confiar cada parte de las maquinaciones,

(I) Aus diesen kann ich ersehen welche geneigt sind gewise son
derbare staats lehren , weiters hainaufreligions meynuugen auzun
ehmen . -
(a) Escritos originales, carta á Caton , del 1o. Marzo de 1778.
cníruno nécmo-ocrAvo. 505
con esperanza de mejor éxito. No es alguna mano extra
ña la que ha tirado las lineas y revelado el grande objeto
del supremo consejo; es el mismo Weishaupt, fundador
y legislador del areopago iluminado. En esta suposicion,
¿de que serviría una relacion individual de las leyes que
ha dictado y sancionado para aquel congreso? Ya se des
cubre todo lo que ellas pueden ser: se sabe que deben
sobresalir por su impiedad, y principalmente por la pro
fundidad de los artificios en el arte de seducir los pue
blos, de socavar á la sordina los altares y los tronos, y
de guiar legiones de conjurados en el mismo seno de
las tinieblas. Tambien se sabe que los altos iniciados se
deben parecer á Weishaupt , para que sean admitidos en
su areopago. ¿Y que otra ley puede reunirlos, sino la de
preparar los ánimos para cometer nuevos delitos, con
venirse siempre en los que exigen los intereses de la secta,
y permitirán las circunstancias, y en los artificios mas
profundos y abominables para asegurarse del buen éxito?
Sin embargo , este fatal ingenio que no abandonó al aca
so alguno de aquellos delitos que pudo mirar como inde
pendientes de todas circunstancias, probó de dar tam
bien á sus areopagitas un código especial, sancionar le
yes para sí mismo y para cuantos le sucediesen en la
alta dignidad de Espartaco de la secta. De este código
tenemos lo que él llama diseño ó leyes interinas. Este
diseño, que dirige á- sus primeros areopagitas, se halla
en la seccion 9 del primer volúmen de los escritos ori
ginales, y otras diversas instrucciones relativas al mismo
objeto . se hallan distribuidas en sus cartas. De todo esto
se puede hacer el siguiente extracto:
Los areopagitas componen el supremo colegio de la
orden; -— deben ocuparse en los negocios mas importan
tes, y poco ó nada en los objetos menos esenciales. —
Es verdad que podrán reclutar, es decir, podrán alistar
504 rnumuisuo.
y atraer á la orden á algunos discípulos; pero deben
encargar su instruccion á algun iniciado inteligente. Solo
de cuando en cuando podrán ver á estos candidatos, para
fomentar su íervor y conservar su zelo. —En particular,
deben cuidar de que la marcha de nuestros iluminados
sea en todas partes uniforme. -— Vigilarán con toda aten
cion sobre Átenas (t), y no darán cuenta de los nego
cios de la orden que se traten en esta lógia, sino á Es
pártaco.-— Pero enviarán cada mes á los hermanos (cons
cii), sabidores de los últimos secretos, una compilacion
de los eventos mas interesantes para la orden , que será
' una especie de gaceta. Despues de esto, Nota bene, aña
de el legislador; esta gaceta hasta el presente no es mas
que un diario ordinario de nuestras cosas; es preciso que
tambien los conscii envien otro tanto de su parte á los
areopagitas. — Estos deben ocuparse en proyectos r me
joras y en otros objetos semejantes, que darán á cono
cer á los conscii por medio de estas circulares. — Entre
ellos se repartirá la correspondencia general. —- No les
será permitido abrir las cartas de agravios (litteras grava
toriales), es decir, las que contienen quejas contra ellos,
sino que dejarán que lleguen á Espártaco, al gene
ral, pues son un medio para que este sepa si aquellos
cumplen exactamente su deber. No siendo esta instruc
cion sino provisional, y solo para los areopagitas , no la
harán circular; pero sacarán de ella una copia y remi
tirán el original á Espártaco (a).—Las juntas de los
areopagitas se tendrán cn los dias de fiesta que se notan
en el calendario de los iluminados. Esta' regla poco

(I) Esta Atenas en la geografía de la secta es Munich , en donde


está la primera de las lógias despues de la de Ingolstadl , en donde re
sidia Weishaupt cuando extendió estas instrucciones.
(2) Extracto de instrucciones remitidas á Catan, JlIririo y Scípion,
“cc. 9. tomo t. Escritos orig.
despues
CAPlTULO néciuo-ocravo. 505
pues ya pareció insuficiente, y por lo mismo determinó
Weishaupt, por una nueva ley, que se congregase su sena-
do todos los dias de correo y á las horas en que se re
parten las cartas. '
Por abreviado que esté este código ó proyecto de.
código para el areopago del iluminismo, -á lo menos ya
descubre la esencia de sus funciones, y como debe de
ser el punto central de toda la secta. Cuando Espár
taco dió á su supremo consejo estas primeras leyes ,
aun faltaba decidir un grande objeto. Se trataba de si
Weishaupt conservaria la autoridad legislativa y sobe
rana sobre los miembros del mismo consejo, del mismo
modo que estos la habian de conservar sobre los demas
hermanos. Los grandes conspiradores rara vez sufren la
dominacion y el yugo de sus semejantes; tambien quieren
ser iguales entre sí y en la misma caverna de sus maqui
naciones. Espártaco Weishaupt era naturalmente dés
pota en sus determinaciones; de esto se quejaron mucho
tiempo sus areopagitas Weishaupt, por su parte,
pretendia , como fundador, que á lo menos tenia el
derecho de dar á la Sociedad conspiradora, que le debia
su existencia, el régimen y las leyes, que el creia nece
sarias para su conservacion. No tardó en arrepentirse
de haber él mismo decidido en favor de su senado ,
que la pluralidad de los votos dictaria las leyes, que
Ízabian de durar para siempre A pesar de estos
murmullos de los areopagitas, supo reconquistar una
autoridad cuya privacion contenía sus artificios , suje
tando sus conceptos al parecer de unos iniciados menos
-profundos que su maestro. Alguna vez pretendiójusti
ficarse ; pero al mismo tiempo que parece querer

(I) Véanse las cartas de Filon á Caton, principalmente las últimas


explicaciones del primero. '
(a) Lex semper valitura, carta del 8 Noviembre de 1778,
Tomo III. V
506 inuurulsuo.-
desviar de sí toda idea de despotismo , reclama; con
toda la finura de su arte, todos los derechos, sin señalar
límites á su ejercicio. No descubriendo en aquel con
curso sino discípulos suyos, les recuerda los monstruosos
servicios que les habia hecho en su juventud cuando
les hizo apostatar, como si hubiesen sido unos bene
ficios de la mas sincera amistad, y les decia : u ¿ De que
puede quejarse vuestro corazon? cuando en mi trato
con vosotros me habeis visto áspero ó altivo? cuando
he usado con vosotros del tono de maestro? Al contra
rio , ¿ no se me puede reconvenir la demasiada.
confianza , la excesiva bondad y íranqueza con que
he tratado á, mis amigos? n Despues de haber cap
tado Weishaupt con estas amorosas quejas la volun
tad de sus areopagitas, insiste en su objeto con estas
expresiones : a Leed, pues, y volved á leer mis cartas;
lo que descubriréis en ellas , es que el grande objeto
de nuestra sociedad no es para mi algun juego, porque
le contemple y le trato con toda seriedad, y por lo mismo
siempre he procurado el orden, la disciplina, la sumi
sion y la actividad, para manifestaros que este es el
único camino que se ha de seguir para llegar al fin que
nos hemos propuesto. Cuando comenzé una obra tan
importante, ¿os parece que no era necesario valerse de
las súplicas, de las exhortaciones y de los consejos, para
excitar y conservar el fervor de mis primeros y mas
importantes compañeros, de quienes todo dependia ?...
Si he querido reservarme la alta direccion, he aquí los
motivos que he tenido, que ciertamente son graves. n
a En primer lugar, era necesario que yo conociese
á mis prosélitos, y que yo estuviese seguro de ellos. Para
esto y para saber si mis planes, aprobados por los esco
gidos de nuestros misterios, se seguían ó se dejaban de
seguir, no debia yo esperar que me llegasen las noticias
CAPÍTULO nécmo-ocuvo. 507
por una sexta mano, ó por relaciones remotas. ... En
segundo lugar, ¿no soy yo el autor de todo este negocio?
¿no merezco yo, que por esto se me atienda ?... Cuando
mi sistema llegue á su perfeccion ¿no será necesario que
yo ponga la mano en todo, y que tenga á cada uno en
su lugar?. . . Es un gran defecto en cualquiera sociedad,
que el superior esté á disposicion de los inferiores, como se
Iia pretendido reducirme Pero para que sepais cuanto
prefiero la conservacion de mis antiguos amigos a’ todo
el imperio que yo pueda ejercer sobre los otros, renuncio
á todos
las misquederechos
gracias os doyypor
á toda mi paciencia
vuestra autoridad.y Aceptad
vuestros
trabajos. Me lisonjeo de que á nadie han hecho daño,
y que muchos, en cuanto al hecho de sociedades secre
tas , me deben unas luces que fácilmente no habrían

(*) ¿Que se le olvidó á este grandísimo enemigo del orden, que


sus maquinaciones tenian por objeto aniquilar toda superioridad y
gerarquíai-... ¿No es el odio que á estas tenia él que le inspiró
la resolucion de fundar su iluminismo para nivelarlo todo?.....
Ya se sabe, y se ha visto, que la Iibertadé igualdad de los sofistas
del dia son para encadenar á los otros, y elevarse sobre todos.
—- Causa admiraciou que unos sistemas, cuya práctica y ejecu
cion se opone á sus teorías, no haya bastado para abrir los ojos
á tantos infelices seducidos con las alhagueñas expresiones libertad
e’ igualdadm. ¿Cuando ban sido los Franceses y demas pueblos
regenerados á lo filosófico , tan esclavos como en el dia M1812) ¿cuando
ha habido menos libertad é igualdad? cuando se han visto mas
oprimidos los hombres de bien 9...... Ya es y pasa de ora de desen
gañarse. La libertad de los. sofistas del dia es cadenas para los
que no son desu satisfaccion; la igualdad de esos [sresnmidos
sabios consiste en subir, no en bajar, en igualarse con el que el
mas en la gerarquía, no con el que es menos. — ¿ Quien era
VVe-ishaupt? Un ambicioso frenético , sin proporciones para bacetfi
figura eu el mundo : pero él quería no solo ser algo , sino mucho;
por esto inventó su iluminismo y sistema de igualdad y libertad,
para elevarse sobre todos y esclavizarlos á tod0s..¡...... Este es el
objeto de 1o: Niveladores filosofistas del tiempo. (Nota deS y V.)
Va

a
,_u'
.
508 inuumisuo.
podido hallar en otras partes. Me basta para recompensa la
rectitud de mis intenciones. Desde este momento me retiro,
y voyá tomar descanso. Ya no tendré concurrentes envi
diosos, y en mi soledad seré señor de mí mismo u
El déspota iluminado supo defender bien su causa ;
los areopagitas no amaban su imperio, pero conocían
que necesitaban de él para la profundidad de sus maqui
naciones. Para no privarse de sus luces , le reconvi
nieron con decirle, que habia dejado se amortiguase
todo su zelo por el grande objeto. Pero ello es cierto
que el de Weishaupt , á pesar de su- disimulada indi
ferencia, no se habia entibiado. Volvieron otra vez á
someterse alyugo de su gefe, y este, tomando de nuevo
su ascendiente, les señaló las condiciones bajo las cuales
consentia en volverse á poner á su frente. Cuanto se
descubre en estas condiciones es digno de notarse, tanto
por lo que dice relacion al tono del déspota que las puso,
como á la naturaleza , espíritu, y extension de poder que
aquellas le comunicaron sobre el supremo consejo y pri
meros escogidos de la secta. -
1 Os digo con anticipacion , para que nunca no lo
admíreis, que en adelante seré mas riguroso que nunca.
No disimularé falta alguna; corregiré con mas zelo á
los otros-, pues mi objeto asi lo exige absolutamente.
Porque ¿á quien me he de dirigir, si no tengo derecho
para entretenerme con los primeros de la órden, pues
los demas nada tienen que ver conmigo? Para que todo
vaya bien , es preciso que nuestra órden no tenga mas
que un lenguage , que una misma opinion y que un
mismo pensamiento. ¿Como se conseguirá esto, si yo
no puedo manifestar á mis allegados mi modo de pensar?
Vuelvo, pues, á ocupar mi lugar en la órden, bajo las
siguientes condiciones:
~
(1) Escritos originales tomo I, secc. 49.
cspíruno nécmo-ocravo. . 509
1.‘ a Que ninguno de vosotros hará otra cosa que lo
que yo ordenaré: con esto cuento en lo sucesivo, ó á
lo menos, que si alguno se quiere desviar, tendrá la
atencíon de prevenirmelo. n
2.‘ c Exijo que cada sábado se me remita una rela-
cion de todo lo que haya sucedido, la cual vendrá en
forma de protocólo, firmado de todos los escogidos que
se hallen presentes. n
3.“: Que se me dé noticia de todos los sugetos que
se hayan alistado, ó que se hayan de alistar, expresando
el carácter de cada- uno, y los pormenores de todo lo
que les concierna desde su recepcíon. u
4.‘ a Que los estatutos de la clase en la que se trabaja ,
se observen con la mayor exactitud, y que nada se dis
pense sin que preceda informacion. ¡»Porque ¿ como sal
var entre nosotros la unidad, si cada uno es árbitro de
cambiar segun su capricho? Y vos exigiréis del resto de
los hermanos lo que yo exijo aqui de vosotros. Porque
si en las primeras clases y filas no hay un cierto orden ,
mucho menos le habrá en las inferiores n
Weishaupt dictó estas leyes á su areopago dia 25
de mayo 1779. La quinta condicion que añadió parece
que hace provisionales las primeras, para no declararse
déspota general iluminado hasta que su orden hubiese
adquirido su consistencia. Se contentó en esta ocasion
con volver á apoderarse de la supremacía , en calidad de
general, que tuvo buen cuidado en no dejar escapar mas.
Esto no prueba que á sus areopagítas les acomodase
haber perdido su aristocracia, viéndose reducidos á no
ser mas que los primeros ministros de Espartaco. Pero
escuchemos áeste mismo, para quien la autoridad mas
legítima nunca fue otra cosa sino un ultrage del género
(i) Escritos originales, t; 2.o carta 4g y 5o.
V5
5m uunmtsuo’.
humano; escuchamos como invoca al mismo Machiavelo
en favor de la suprema autoridad que él ejercía en el
iluminismo , para lograr el éxito de sus maquinaciones.
Dirígiendo la palabra á Zwach, que tambien envidiaba
' la gloria de su maestro , le dijo : u El principal yerro que
hemos cometido, está en que todos quieren introducir
en la orden sus propias ideas , y esto proviene de que
no nos queremos atener á los oráculos de Machiavelo...
Es preciso tener por máxima general, que casi jamás
un estado /ia sirio al principio bien gobernado , sino por la
direccion de un solo hombre , que forma el plan y estable
ce las órdenes necesarias para el intento. Es pues indis
pensable que un hombre que tiene bastante prudencia
para fundar un estado , bastante virtud para hacerlo por
un principio distinto del propio interes, y solamente por
el amor al bien público y sin atender á sus herederos,
tenga solo la autoridad, pues ningun espíritu nacional
podra reprender á algun legislador sobre alguna accion
extraordinaria que haya hecho para fundar y arreglar
algun estado. Es verdad que si la accion le acusa, es
preciso que el- efecto le justifique. No se debe pues
reprender á un legislador que se vale de la violencia
para dirigir los negocios; solo se debe reprender al que
se vale de ella para echarlos áperder. n
Despues de haber citado con estas palabras el pasage
de los discursos políticos de Machiavelo (t), Weishaupt,
poseido de tristeza, añade : a Esto es lo que yo no he
podido conseguir. Los hermanos han llamado espíritu
dominador , á lo que en realidad no era mas que la.
ley de la necesidad en el arte de gobernar n Mientras
duraban estas contiendas, conocía Weishaupt tan bien
su superioridad en este arte, á lo menos para gobernar
(t) Lib. I. cap. g. ,
(a) Escritos orig. tomo a. Carta a á Catan.
CnÍTULO vécino-ocravo. 511
sociedades conspiradoras, que tuvo valor para decir á
sus areopagitas : Señores, en cuanto á política y moral ,
Con
estanesto
Ustedes
logrómuy
persuadirles,
atrasados ycon
se respecto
decidió,áque
miselluces
general

dela arden fuese al mismo tiempo su moderador, y que


puesto al frente de los areopagitas, gobernando solo el
iimon de la orden , tendría su direccion suprema
No se duda que Weisaupt que perfeccionaba todo
lo que se dirigía al objeto de sus conspiraciones, ejercitó
su ingenio componiendo las leyes que debian dirigir á
sus sucesores, y enseñarles al mismo tiempo , que de
su supremacía debian hacer el mismo uso que él mismo
hacia. Pero tambien se concibe fácilmente, que la secta
tomó todas sus precauciones para que no saliese á luz
esta parte de su código. Aun hay motivos para dudar
si Weishaupt estaba bastante satisfecho de sus areopa
gitas para manifestársela toda entera. En el iluminismo
tiene cada grado de los superiores sus instrucciones parti
culares, que son desconocidas de los inferiores, y por
lo mismo es muy verisimil que Weishaupt, que quería
que sus sucesores le fuesen en todo semejantes, reser
' vase solo para estos aquellas ventajas que habia sabido
proporcionarse. No se puede dudar que les prescríbió
reglas para su conducta; que les legó derechos para que
ellos y su areopago pudiesen sostenerse conforme al ob
jéto de sus maquinaciones, y á estas reglas les dió el
titulo de Instrucciones del general iluminado. No pre
tenda el historiador adivinar todas las astucias y arti
ficios que debe compilar este código , pues le dictó la
perversidad mas consumado y la hipocresía mas refinada.
Todo lo que aqui puede hacer el historiador , se reduce
á reunir lo que se le escapó á Weishaupt cn sus,confi-
(t) Alli mismo , carta In.
(a) Plan general de la orden , num. 5.
512 ' numnisuo.
dencias , ó que se encuentra en algunos monumentos
de la secta. Si se quieren extender estos datos, confor
mándose con el estilo del mismo legislador, á lo menos
resultarán las siguientes leyes.
I.‘ El general iluminado será elegido por los doce
pares del areopago , á pluralidad de votos
2.‘ Los areopagitas no podrán elegir general sino á
un miembro de su senado (2); es decir, á un sugeto
que ya se haya distinguido lo bastante entre los iniciados
regentes, para que sea admitido al número de los doce
principales iniciados del iluminismo, y que en este gran
consejo de la secta sea tan sobresaliente que merezca
ser elegido el primer iluminado del mundo.
3.‘ Las calidades que se requieren en un general ilumi
nado , se deben inferir de las que tenia antes de llegar
á ser senador del areopago. Como se le elige para que
przsida á todos’, debe estar mas que todos penetrado
de los principios del primero y gran fundador; mas
desprendido de las ideas religiosas, de las preocupaciones
nacionales y patrióticas; mas convencido de que el grande
objeto de la orden enseñará al mundo á desprenderse de sus
gobernantes, de las leyes y de los altares , teniendo siem
pre delante de su vista los intereses del género humano.
Ningun hombre que sea capaz de ser libertado del yugo
debe mirarse como extraño á su zelo; pues ie eligen
superior general de los iluminados que se hallan y halla
rán extendidos por todo el mundo , para restituir la
igualdad y libertad á todos los pueblos y- causar aquella
grande revolucion del hombre-rey (3). -
4-‘ El general tendrá inmediatamente bajo de s1’ á los

(I) Ultimas explicaciones de Filon , pag. 11g.


(a) Alli mismo.
(n) Véanse los misterios.
cníruno DÉCIMO-OCTAVO. 515
doce pares de nuestro areopago y á los diversos agentes
ó secretarios, que le rodearán para ayudarle á llevar
el peso de sus trabajos
5.‘ Para ponerse á cubierto de las pesquisas é ínquisi
ciones de las dos potestades eclesiástica y política , podrá ,
como nuestro fundador, tener algun empleo público en
favor de las mismas potestades , cuya destruccíon debe
ser su único objeto : pero en calidad de general ilumi
nado solo será conocido de nuestros areopagítas y demas
agentes inmediatos ó secretarios Para ocultar mas
el secreto, la ciudad en que reside debe tener tres nom
bres : el primero, el de la geografía de los profanos;
el segundo, el de la geografía de nuestra orden; y el
tercero, ha de estar reservado á los areopagitas y á los
escogidos llamados conscii '
6.‘ Dependiendo de la conducta moral de nuestros
areopagitas una gran parte de nuestro éxito , cuidará
el general, con el mayor esmero, de impedir que den
algun escándalo que pueda comprometer Ia reputacion
de la orden. Cuidará de hacerles presente, que el mal
ejemplo es muy poderoso para apartar de nosotros á
unos sugetos que nos serian los mas útiles
7.‘ Para conservar el mismo toda la autoridad é
influjo de la virtud sobre sus inferiores , procurará siem
pre manifestarse en el exterior como un hombre de
costumbres austeras. Para que del todo pueda dedicarse
á las ocupaciones que sus funciones exigen , debe tener
'siempre presente esta ley que tantas veces ha incul
cado en sus cartas nuestro-fundador, como que le sir
vió de regla para lograr sus intentos; Multum sudavi:
(i) Alli mismo.
(n) Allí mismo, y cartas de Espartaco en los escritos originales.
(3) Escritos orig. tomo I , secc. 3.
(4) Alli mismo, tomo a , cartas 9 y io.
5m nnuum1suo.
et ain-t, abstinuit venere et vino .. No ha de temer al calor
ni al frío, y se ha de abstener de la comunicacion con
el otro sexo y del vino, para que siempre sea señor de
su secreto, capaz de dar cualquier consejo, y en todo
momento pueda atender a los negocios de la orden
S.‘ El general será el centro de nuestro areopago , del
mismo modo que este lo es del mundo iluminado. Es
decir, que cada areopagita, que se corresponde con
los inspectores nacionales, dará cuenta al general de
todos los quibus licet, y de todos los secretos que haya
descubierto el inspector su corresponsal, para que todos
estos secretos que se comunican de todas partes, se
depositen -en el seno de su gefe
9.’ Las funciones del general y la sabiduría de sus dispo
siciones dependen de los conocimientos que adquiera
por medio de las correspondencias; estas las repartirá
entre sus areopagitas, señalando á cada uno la nacion
que ha de ser su departamento y el inspector que le
ha de dar cuenta (33
10.‘ Los objetos esenciales de esta correspondencia ,
serán : I. El número de los hermanos en general, á
fin de asegurarse de la fuerza que tenemos en cada
nacion. 2. Cuales son los hermanos que mas se distinguen
por su zelo y luces. 3. Que iniciados hay que ocupen
puestos distinguidos en las cortes, ó en la iglesia, en
los ejércitos, ó en la magistralura, y que especie de
servicios se puede esperar de ellos , ó prescribirles en
la grande revolucion que nuestra orden va preparando- al
género humana. 4. El progreso general de nuestras
máximas y de toda nuestra doctrina en la pública opi
nion; en que altura se hallan- las naciones para la revo

(I) Allí mismo, tomo I, carta i6 y otras.


(a) Véase lo dicho arriba.
(3) Escritos orig. tomo a , cartas 6, 13 y otras.
cníruno bierno-ocravo. - 515
lucíon; que fuerza y medios tienen aun las dos potes
tades religiosa y política ; que sugetos se han de colocar
ó deponer; y en fin, que recursos se han de emplear
para acelerar y asegurar nuestra revolucion y para atar
las manos á los que nos hacen resistencia
n.‘ Si el general descubre, por esta correspondencia,
que hay hermanos que se deben'excluir, tenga presente
que, habiendo estos reconocido en nuestra orden todos
los derechos y principalmente el de vida y muerte, le
toca especialmente decretar la especie de castigo que ha
de imponer al que ha de ser excluido; si á este se le
declara infame, se notificará en todas las lógias, como
tambien la pena de muerte a que se le ha condenado (2).
12.‘ A fin de castigar á los imprudentes, á los cobar
des y á los traidores, procurará saber cl general que
sugetos hay mas á próposito en cada imperio para ser
ejecutores de su justicia. Sin darse á conocer á estos,
formará una cadena de comunicacion entre él y estos ;
el mismo dispondrá los eslabones de la misma segun el
plan trazado por nuestro fundador, como que es el gran
medio para llegar desde el santuario en donde reside
hasta la extremidad del mundo, y de dar á nuestra orden
la fuerza de las armas invisibles, hacer que estas se pre
senten de golpe, ponerlas en accion, dirigirlas á todas y
ejecutar con ellas las revoluciones mas espantosas, y aun
antes que las que sostienen los tronos hayan podido
advertir-lo.
13.‘ El uso de la cadena es muy fácil; solo se trata
de tocar el primer eslabon; un rasgo de pluma es el
resorte que pone en accion todo lo demas; su éxito de
pende de un momento. El gefe de nuestros iniciados
(l) Véase lo que se ha dicho en los diversos gradosy el objeto
de los quién: (¡cet etc.
(a) Escritos orig., tomo a, carta 8. Véase el juramento que
hacen los novicios.
316 ILUMINISMO.
observará desde el interior de su santuario el tiempo
masá propósito, y preparará los caminos. No se dará
la señal para las revoluciones hasta que lleguen losdias
en que la fuerza, combinada con una accion repentina
é instantánea de los hermanos, se hará irresistible. El
general iluminado que habrá dispuesto mejor esta
cadena, que le habrá dado bastante extension y fuerza
para arrastrar y trastornar de una vez todos los tronos
y altares, todas las instituciones religiosas y políticas,
y de este modo no dejar sobre la tierrra sino los es
combros de los imperios, será él que creará al hombre
rqy, al solo rey- y solo soberano de sus acciones y pen
samientos. Para e’l está reservada la gloria de con
sumar la grande revolucion, que es el último objeto de
nuestros misterios.
Por evidentes que sean las pruebas que he dado para
demostrar á mis lectores esta conclusion , podrá ser que
aun haya á quienes cause dificultad el creer que
Weishaupt haya podido inventar aquella cadena de co
municaciones subterráneas, con la cual le era fácil y á
sus sucesores , poner, de un modo invisible», en movi
miento á millares de legiones armadas con sus picas,
segures y teas incendiarias, y hacerlas salir de sus sub
terráneos al tiempo señalado para las revoluciones. Los
que no crean esto, que miren con atencion esta tabla
de progresion que ha trazado el mismo Weishaupt en
sus cartas al iniciado Caton Zwach, y que volvió á
trazar en las instrucciones que dió al iniciado Celso
Bader, con la explicacion que le da. La primera está
concebida en estos términos:
c Por ahora, no me envieis á otros immediatamente
sino á Cortez, hasta que yo os escriba, para que yo tenga
tiempo de hacer especulaciones , y colocará cado uno
de los nuestros en su lugar; pues todo depende de esto.
Yo me entenderé con ellos y con 12o: segun esta figura. u
eníruno nÉcmo-ocuvo. - 5i7

Ws1snAurr .

a Tengo inmediatamente bajo de mi- á dos iniciados, á


quienes comunico todo mi espíritu; cada uno de estos
tiene á otros dos, y asi progresivamente. De este modo,
que es el mas sencillo del mundo, puedo poner en. moví
miento é irzflamar á millares de hombres. De este modo
se ha de proceder para que lleguen donde corresponda
las órdenes y se obre con política n

Poco despues escribió el mismo á Celso Bader, dicién


dole:aHe enviado á Caton un modelo, ó figura (schema),
que manifiesta el modo como se puede metddicamente
y sin mucho trabajo, poner en el mejor orden posible

(i) Carta de Weishaupt á Caton Zwach, del ¡6 febrero de


1782. El texto aleman que insertamos para los que entienden
esta lengua, dice asi : An ¡nici: selbst aber werweisen sie derrarden
noch lleinen unmittelóar als den Cortez , bis ich sclireibe, damit ich in
dessen speculiren , und die Ieute gcschickt rangieren Irann ; den daqon heengt
alÏes ab. Ich werde in diesen figur mit ihnen operiren. (Aquí está la figura)
Ich babe zwey unmittelbar unter mir, weIchen ich ¡nairien ganzen ge¡st
ein/zancha , und von diesen zweyen ¡mt wieder jeder zwey andere , und
so fort. Auf diese art Icann ich auf die eihfhcl:te art tausend menschen ¡n
bewegtznd und flammen sctzen. Auf eben diese art mu» ¡mm dic ordres
ertheílen , und im polít¡schen operíren.
518, lnuunusuo.
á una gran multitud de hombres. Creo que ya os lo
habrá enseñado, y cuando no, mirad esta figura. n Aqui
vuelve á ponerla Weishaupt, y despues prosigue : ‘El
espíritu del primero, que es el mas fervoroso y profundo
de los iniciados, se comunica sin interrupcion cada dia
á los dos AA; por medio de un A se comunica á BB,
y por medio del otro A se comunica á CC. De estos
cuatro se comunica á los ocho siguientes (DD, EE,
FF, GG.) , estos ocho le comunican á otros diez y seis
(HH, Il, KK, LL, MM, NN, OO,PP). Estos diez
y seis á treinta y dos, y asi progresivamente. He escrito
con mas extension á Caton. Os lo digo en compendio:
cada uno tiene su ayudante, por cuyo medio obra sobre
los otros. Toda la fuerza sale del centro y vuelve á reu-
nirse en él. Cada uno subordina en algun modo á otros
dos, que conoce a fondo, de los cuales dispone, á los
que irflama , y ejercita como si fuesen reclutas , para
decir/o asi , para que á su tiempo puedan hacer el efer
cicio de fuego con todo el regi/niento- Lo mismo puede
establecerse para todos los grados(1). n

(I) Escritos originales, tomo a , carta 13 , á Celso. El texto


aleman dice asi: Ich babe an Cata ein schema geschi/lt , wie man plan ¡na-is
sig eine grosse ¡nenge ¡nensclien in der schwnsten ordnang... abrichten Icannn
Es ist diese forme. Der geist des ersten, wwrrmten , und einsichvo/lesten
communicirt sich unauf/iwrlich und twgIich an AA“... A an BI! : und das
anden: an CC... BH , und CC commruiiciren sich auf die nazmliche art an die
imterm 8. Dicse an die weilere 16, und IG an 32 , und so weiter.
An Cato /iab ¡ch es weitlrtujíger gesc/irieben. Kurz .- Ieder hat zwey
flügel adjutanten , wodurch er ¡niettelbar in all Übfllïfi wir/it. 1m centro
gcht alle ¡iras! aus, und wcreinigt sich auch wiéder darinn. Icder sua/xt.
sich ¡n gewisser subordinalion zwey mwnner aus , die cr gantz studiert,
beobachtet , abrictot, anfeucrt, ¡md si) zu rage]: , wie rccruten abriuhtet
demi! sie dereinst mit dem ¿ranzen regiment abfeuern und exerciren kennen .
Das 1mm: man durch aÍ/e grade so einriclrten.
Advierte el lector,,y ya lo advirtió el Autor, que el aleman
de VVeishaupt no es el mas puro.
cníruto bécmo-ocuvo. 519
Con esta instruccion no sucede lo mismo que con
aquellas que de algun modo fluian de la pluma de-
Weishaupt á pesar suyo, y que dejaba á sus discípulos
el cuidado de compilar para- formar su código político.
Dejad que yo me entregue á mis especulaciones y, arregle
nuestra gente. . . . De este modo se deben comunicar las
órdenes, y obrar segun política. Estas palabras mani
fiestan , que no son una ley provisional, sino meditada,
reflexlonada y fija, hasta que llegase el tiempo de suble
var é inflamar todas las legiones que tenia preparadas
para el terrible ejercicio; tiempo que tan expresamente
habia anunciado Weishaupt á sus gerofantes, que habia
de ser el de atar las manos, de subyugar y de vanda
lizar al mundo.’

Cuando esta ley llegue á cumplirse , el viejo de-la


montaña, el último Espártaco, podra salir de su tene
broso santuario, y»manifestarse triunfante en público.
Cuando esto suceda , ya no habrá imperio ni leyes; el
decreto de exterminio, que se-ha fulminado contra las
naciones y su Dios, contra la sociedad y sus leyes, habrá
reducido á pavesas nuestros altares, ciudades, pueblos,
palacios, monumentos del arte y hasta las cabañas.
Cuando el último Espártaco, rodeado de sus iluminados,
contemple estas ruinas, podrá decirles : Venidy celebre
mos [a memoria de nuestro padre lI/eis/Laupt. Hemos
consumado sus misterios. A las leyes que hasta el pre
sente han gobernado á los hombres, sustituyamos ya
solo las suyas. El código de Weishaupt en tal modo
destruye las naciones y su religion, sociedad y propiedad,
que ni siquiera dejará vestigio de ellas, y aun las destrui
, ría de nuevo, si volviesen á renacer.

De este modo celebrará sus triunfos el último Espár


\
52o tnuumrsuo.
taco. Los mismos demonios saldrán de los infiernos para
contemplar esta grande obra del código iluminado. Sa
tanás podrá decir: ya han llegado á ser los hombres
lo que yo quería que fuesen. Yo los desterré del pa
raiso, y Weishaupt los ha echado de sus ciudades, no
dejándolos otro asilo que los bosques. Yo les enseñé á
ofender á Dios; pero Weishaupt ha sabido hacer que
se olvidasen á un mismo tiempo de la ofensa y del Dios
ofendido. Dejé la tierra en estado en que con el sudor
de su rostro pudiesen los hombres coger su sustento;
pero Weishaupt pretende que sea estéril en ambos hemis
ferios. En vano se la desmontará , pues lo que se desmon
tárey sembráre no será de nadie. Permiti que hubiese
ricos y pobres, y con esto que fuesenñ desiguales; pero
Weishaupt, quitando á todos el derecho de tener alguna
cosa para de este modo hacerlos á todos iguales, á todos
los hace salteadores. Podia yo aborrecer sus restos de
virtud, de felicidad y aun de grandeza bajo el imperio
de leyes protectoras de sus sociedades y patria; pero
Weishaupt todo lo maldice, leyes y patria, y solo les
deja un estúpido orgullo y la ignorancia y costumbres
de los salvages errantes, vagamuudos y embrutecidos,
Si los hice delinquentes, les dejé el arrepentimiento y
la esperanza del perdon; pero Weishaupt ha abolido el
delito y los remordimientos, y solo les deja atrocidades
sin temor y desastres sin esperanza. — Mientras que el
infierno espera poder gozar de los triunfos que le pre
para el código iluminado ¿ que resultados de la secta no
hemos ya visto, que son otros tantos funestos presagios?
¡cuanta parte ha tenido ella en la revolucion, que ya
ha desolado tantas provincias, y amenaza con desolar á
otras! Ella ha dado á luz á los Jacobinos, á ese terrible.
azote, que ha sido á un mismo tiempo el agente y el
instrumento de tantas atrocidades y horrores. En el tomo
siguiente,
cníruLo DÉCIMO-OCTAVO. 521
siguiente, que contendrá la parte histórica de la secta,
descubriremos los resultados del código iluminado, _y
los que aun se pueden y deben temer.
s

FIN DEL rsncza rouo.

Tomo III. , . X
TABLA,
DE LOS CAPÍTULOS DE ESTE TERCER TOMO.

W
CAr. I. h s rA n rA c o Weisaupt fundador del
iluminismo.................Pág. 1
CAP. Il. Código iluminado; Sistema general;
Division del código. . . . . . . . . . . . .
CAr. III. Primera parte del código iluminado; el
hermano introductor a’ r eclutador.
CAr . 1V. Segunda paite del código iluminado ;
primer grado preparatorio; el Novicio
y su Maestro...................
CAP. V. Tercera parte del código iluminado ;
segundo grado preparatorio; Acade
mia del -iluminado, ó bien los her
manos de Milterva...,.......... . 71
CAr . VI. Cuarta parte del código iluminado ;
tercer grado; el i/tuninado menor. 8:
CAr . VII. Parte quinta del código iluminado ;
grado cuarto , iluminado mayor , d
noqicio escoces................... 92

CAr. VIII. Sexta parte del código iluminado; clase


intermedia; el Caballero escoces del
iluminismo...................... i05
CAr. IX. Parte septima del código iluminado.
X2
T A n L A.
Clase de misterios. El Epopta, ó sa
cerdote iluminado ; Misterios pe
queños. . . . . . . . . . ... . . . . . .. Pag. 121
CAr. X. Continuacion del discurso sobre los
pequeños misterios del iluminismo. 153
Car. XI. Parte octava del código iluminado. El
regente ó príncipe iluminado. . . . . 169
Car. XII. Parte nona del código iluminado. Clase
de los grandes misterios. El Mago
y el hombre-rey . . . . . . . . . . . . . . . . . . 183
CAr. XIII. Parte última del código iluminado.
Gobierno de la secta. . . . . . . . . . . . . 228
Car. XIV. Lecciones políticas y gobierno de los
Epaptas del iluminismo. . . . . . . . . . . 233
CAP. XV. Instrucciones para el Regente o’ Prín
cipe iluminado, relativas al gobierno
de la órden.... . . . . . . . . . . . . . . . .. 257
CAr- XVl. Continuacion de las instrucciones sobre
el gobierno del iluminismo. . . . . . . 27o
CAr. XVII. Instrucciones del Provincial iluminado. 286
CAr. XVIII. De los Directores nacionales, Areopa
gitas y General del iluminismo. . . . 293

FIN.

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