El Difícil Camino y El Trabajo Crístico
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El Difícil Camino y el Trabajo Crístico
EL DIFÍCIL CAMINO
Por ejemplo: las vemos como si fuesen embusteras, infieles, mezquinas, etc. en relación
con lo que cargamos en nuestro interior.
La Gnosis dice sobre este particular, que vivimos en una parte muy pequeña de nosotros
mismos. Significa ello que nuestra Conciencia se extiende sólo a una parte muy reducida
de nosotros mismos.
Es indispensable llegar a ser muchísimo más conscientes para consigo mismos, mediante
una directa observación de sí.
Una regla Gnóstica general en el Trabajo Esotérico Gnóstico, es que cuando no nos
entendemos con alguna persona, se puede tener la seguridad de que ésta es la cosa
misma contra la cual es preciso trabajar sobre sí mismo.
Lo que se critica tanto en los otros es algo que descansa en el lado oscuro de uno mismo
y que no se conoce ni se quiere reconocer.
Cuando estamos en tal condición el lado oscuro de nosotros mismos es muy grande, pero
cuando la luz de la observación de sí ilumina ese lado oscuro, la Conciencia se
acrecienta mediante el conocimiento de sí.
Esta es la Senda del Filo de la Navaja, más amarga que la hiel, muchos la inician, muy
raros son los que llegan a la meta.
Así como la Luna tiene un lado oculto que no se ve, un lado desconocido, así también
sucede con la Luna Psicológica que cargamos en nuestro interior.
Obviamente tal Luna Psicológica está formada por el Ego, el Yo, el Mí Mismo, el Sí
mismo.
En esta Luna Psicológica cargamos elementos inhumanos que espantan, que horrorizan,
y que en modo alguno aceptaríamos tener.
Senda llena de peligros por dentro y por fuera; camino de misterios indecibles, donde sólo
sopla un hálito de muerte.
En este camino interior cuando uno cree que va muy bien, en realidad va muy mal.
En este camino interior cuando uno cree que va muy mal, sucede que marcha muy bien.
En este camino secreto existen instantes en que uno ya ni sabe qué es lo bueno ni qué
es lo malo.
Todos los Códigos morales en el camino interior salen sobrando; una bella máxima o un
hermoso precepto moral, en determinados momentos puede convertirse en un obstáculo
muy serio para la Auto-Realización Íntima del Ser.
El Cristo nace como un niño en el corazón del Hombre, pero a medida que va eliminando
los elementos indeseables que llevamos dentro, va creciendo poco a poco hasta
convertirse en un Hombre completo.
EL TRABAJO CRÍSTICO
El advenimiento del Fuego Crístico es el evento más importante de nuestra propia vida.
Esto es semejante a los distintos reflejos de la luz. Si usamos anteojos azules todo nos
parecerá azul y si lo usamos de color rojo veremos todas las cosas de este color.
Él aunque sea blanco, visto desde afuera cada cual le verá a través del cristal psicológico
con que se le mira, por eso es que las gentes viéndole, no le ven.
Convertido en hombre entre los hombres, ha de pasar por muchas pruebas y soportar
tentaciones indecibles.
El Iniciado debe aprender a vivir peligrosamente; así está escrito; esto lo saben los
Alquimistas.
El Iniciado debe recorrer con firmeza la Senda del Filo de la Navaja; a uno y otro lado del
difícil camino existen abismos espantosos.
En la difícil senda de la disolución del Ego existen complejos caminos que tiene su raíz
precisamente en el camino real.
Existen sendas que podrían convertirnos en majestades de tales o cuales zonas del
universo pero que de ningún modo nos traerían de regreso al seno del Eterno Padre
Cósmico Común.
Existen sendas fascinantes, de santísima apariencia, inefables; desafortunadamente sólo
pueden conducirnos a la involución sumergida de los mundos infiernos.
En el Trabajo de la disolución del Yo necesitamos entregarnos por completo al Cristo
Interior. A veces aparecen problemas de difícil solución; de pronto el camino se pierde en
laberintos
inexplicables y no se sabe por dónde continúa; sólo la obediencia absoluta al Cristo
Interior y
al Padre que está en secreto pueden en tales casos orientarnos sabiamente. La Senda
del Filo de la Navaja está llena de peligros por dentro y por fuera.
La moral convencional de nada sirve; la moral es esclava de las costumbres, de la época,
del lugar.
Lo que fue moral en épocas pasadas ahora resulta inmoral; lo que fue moral en la edad
media por estos tiempos modernos puede resultar inmoral. Lo que en un país es moral en
otro país es inmoral, etc.
En el Trabajo de la disolución del Ego sucede que a veces cuando pensamos que vamos
muy bien, resulta que vamos muy mal.
Los cambios son indispensables durante el avance esotérico, más las gentes
reaccionarias permanecen embotelladas en el pasado, se petrifican en el tiempo y truenan
y relampaguean contra nosotros a medida que realizamos avances psicológicos de fondo
y cambios radicales.
La gente no resiste los cambios del Iniciado; quieren que éste continúe petrificado en
múltiples ayeres.
Mirando las cosas desde este ángulo a la luz del Trabajo Crístico, podemos evidenciar
claramente la ineficacia de los diversos códigos de moral que en el mundo se han escrito.
Resulta paradójico que las gentes adoren al Cristo y sin embargo le acomoden tan
horripilantes calificativos.
Las gentes no pueden concebir jamás al Cristo Íntimo en el corazón del hombre; las
multitudes sólo adoran al Cristo estatua y eso es todo.
Cuando uno habla a las multitudes, cuando uno les declara el crudo realismo del Cristo
Revolucionario, del Cristo Rojo, del Cristo Rebelde, de inmediato recibe calificativos como
los siguientes: blasfemo, hereje, malvado, profanador, sacrílego, etc.
Así son las multitudes, siempre inconscientes, siempre dormidas. Ahora comprenderemos
porqué el Cristo crucificado en el Gólgota exclama con todas las fuerzas de su alma:
¡Padre mío perdónalos porque no saben lo que hacen!
El Cristo en sí mismo siendo uno, aparece como muchos; por eso se ha dicho que es
Unidad Múltiple Perfecta. Al que sabe, la palabra da poder; nadie la pronunció, nadie la
pronunciará, sino solamente aquél que LO TIENE ENCARNADO.
Encarnarlo es lo fundamental en el Trabajo avanzado del Yo pluralizado.
El señor de perfección trabaja en nosotros a medida que nos esforzamos
conscientemente en el Trabajo sobre sí mismos.
Resulta espantosamente doloroso el Trabajo que el Cristo Íntimo tiene que realizar dentro
de nuestra propia psiquis.
En verdad que nuestro Maestro Interior debe vivir todo su viacrucis en el fondo mismo de
nuestra propia alma.
Escrito está: A Dios rogando y con el mazo dando. También está escrito: Ayúdate que yo
te ayudaré.
Suplicar a la Divina Madre Kundalini es fundamental cuando se trata de disolver
agregados psíquicos indeseables empero el Cristo Íntimo en los trasfondos más
profundos del mí mismo, opera sabiamente de acuerdo con las propias responsabilidades
que Él hecha sobre sus hombros.