Antología Poética
Antología Poética
Antología Poética
ANTOLOGÍA POÉTICA
FEDERICO
GARCÍA LORCA
1
CANCIONES (1921-1924)
El lagarto y la lagarta
su anillo de desposados.
LOCALIZACIÓN
2
RESUMEN
Una pareja de lagartos está llorando porque han perdido su anillo de casados.
TEMA
ESTRUCTURA
EXTERNA:
INTERNA:
V5-v12; etapa adulta. Han unido sus vidas, esta pasa ante sus ojos sin
poder detener el tiempo. Están preocupados por la pérdida del símbolo de su
amor:su anillo.
MÉTRICA
Poema de arte menor, mayoría de versos con rima sonante, rimando los pares y
quedando libres los impares, por lo tanto es un ROMANCE.
FIGURAS RETÓRICAS
Metáfora
3
Personificación
Paralelismo
Anáfora
En la luna negra
de los bandoleros,
cantan las espuelas.
Caballito negro.
¿Dónde llevas tu jinete muerto?
Caballito frío.
¡Qué perfume de flor de cuchillo!
En la luna negra
sangraba el costado
de Sierra Morena.
Caballito negro.
¿Dónde llevas tu jinete muerto?
La noche espolea
sus negros ijares
4
clavándole estrellas.
Caballito frío.
¡Qué perfume de flor de cuchillo!
En la luna negra,
¡un grito! y el cuerno
largo de la hoguera.
Caballito negro.
¿Dónde llevas tu jinete muerto?
LOCALIZACIÓN
RESUMEN
TEMA
El destino trágico.
Muerte de un bandolero.
ESTRUCTURA
MÉTRICA
El poema está escrito en cinco tercerillos (vv hexasílabos con rima asonante en
los impares)
5
RECURSOS RETÓRICOS
Métaforas
Personificación
Interrogación retórica
Epíteto
3.- SUICIDIO -
6
(Quizá fue por no saberte la Geometría)
El jovencito se olvidaba.
Eran las diez de la mañana.
LOCALIZACIÓN
RESUMEN
El suicidio de un joven.
TEMA
7
Inclinación al suicidio como consecuencia de una frustración.
ESTRUCTURA
a) EXTERNA
b) INTERNA
MÉTRICA
FIGURAS RETÓRICAS
Metáfora
Personificación
Anáfora
Reiteración (repetición)
El río Guadalquivir
va entre naranjos y olivos.
Los dos ríos de Granada
bajan de la nieve al trigo.
¡Ay, amor
que se fue y no vino!
El río Guadalquivir
tiene las barbas granates.
Los dos ríos de Granada
uno llanto y otro sangre.
¡Ay, amor
que se fue por el aire!
¡Ay, amor
que se fue y no vino!
¡Ay, amor
que se fue por el aire!
¡Ay, amor
que se fue y no vino!
9
Lleva azahar, lleva olivas,
Andalucía, a tus mares.
¡Ay, amor
que se fue por el aire!
LOCALIZACIÓN
Escrito a finales de 1921, se incluyó en el libro Poema del Cante Jondo (1931).
Pertenece a la poesía mítico-andaluza, esta se caracteriza por la combinación
de técnicas vanguardistas y temas tradicionales para expresar el dolor de vivir a
través de la música y los cantos tradicionales andaluces.
RESUMEN
TEMA
ESTRUCTURA
INTERNA.
10
y una inversión en el orden de presentación de
los ríos, el sentido exacto del “ir” paralelo del
agua y del amor.
FIGURAS RETÓRICAS
Metáforas
Personificación
Anáfora
Epífora
Metonimia
5.- DESPEDIDA
11
Si muero,
dejad el balcón abierto.
¡Si muero,
dejad el balcón abierto!
LOCALIZACIÓN
RESUMEN
El poeta desea morir en su casa, con el balcón abierto. Siente que así podrá ver,
cuando muera, los naranjos del campo y la siega del trigo.
TEMA
La muerte
ESTRUCTURA
EXTERNA
INTERNA
12
El poema tiene una estructura circular, empieza y acaba con la
misma idea, el día en que él ya no esté. En el desarrollo, v3-v6,
aparece la cotidianidad a la que aspira el poeta.
FIGURAS RETÓRICAS
Paralelismo
Repetición
Exclamación retórica
6.- SORPRESA
13
Muerto se quedó en la calle
con un puñal en el pecho.
No lo conocía nadie.
LOCALIZACIÓN
RESUMEN
TEMA
ESTRUCTURA
14
las ocho y las nueve sílabas y un verso bisílabo.
FIGURAS RETÓRICOS
Personificación
Políptoton
Anáfora
Paralelismo
ROMANCERO GITANO
15
7.- ROMANCE DE LA LUNA, LUNA
En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.
El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos cerrados.
16
y los ojos entornados.
LOCALIZACIÓN
RESUMEN
De noche, en una fragua un niño gitano muere mientras sus padres están
ausentes. Los gitanos no llegan a tiempo, sus prisas son inútiles y, frustrados,
lloran la muerte del niño.
TEMA
ESTRUCTURA
INTERNA
17
acerca a l niño y lo invita a seguirla; el niño se resiste y
la rechaza, pues no quiere morir. Sin embargo, la
muerte gana su apuesta y el niño la acompaña.
MÉTRICA
Es una tirada de versos octosílabos, riman los pares, quedan libres los impares;
rima asonante. Es un romance.
FIGURAS RETÓRICAS
Personificación
Metáfora
Derivación (políptoton)
Metonimia
Anáfora
Paralelismo; v9 y v17
19
Dejando un rastro de lágrimas.
Temblaban en los tejados
farolillos de hojalata.
Mil panderos de cristal,
herían la madrugada.
TEMA.
El poema plantea el tema del amor ideal y frustrado que desemboca en la muerte, el único
antídoto contra el dolor..
RESUMEN.
Una muchacha está esperando, en un balcón, a su amado, que es contrabandista, y que huye,
herido muy gravemente, junto a su compadre, el padre de la novia, de la guardia civil. Ella, tras
esperarlo en vano, se ha suicidado arrojándose sobre el aljibe. Los hombres la encuentran
muerta, y los guardias vienen a arrestarlos.
ESTRUCTURA.
Externa: como dicta el género al que pertenece, el poema tiene una continuidad
temática y está constituido por una serie ilimitada de versos octosílabos (86 en concreto) con
20
Interna: tenemos un romance en que, como los tradicionales, se desarrolla una acción
principal con los clásicos planteamiento, nudo y desenlace, que en cada poema se plasma de
manera particular.
Primera parte (fragmentos I y II) que comprende los versos 1-25 en los que se
oye la voz del narrador presentando un primer marco de la historia, una escena
de bandolerismo, a la vez que las imágenes del barco y del caballo nos remiten
a un simbolismo de la muerte. También son presentados los protagonistas con
gran economía narrativa, tanta que resulta enigmática, y con una ambigüedad
calculada. En los versos 5-12 aparece una muchacha: ¿muerta? ¿viva? Viva y
muerta, pues ya desde aquí se observa una mezcla de tiempos:“ella sueña en
su baranda” (viva), “verde carne, pelo verde / con ojos de fría plata” (muerta),
con la explicación posterior de que “las cosas la están mirando / y ella no
puede mirarlas”.
Cuarta parte; grupo de versos (vv.53-60) los dos compadres suben hasta las
altas barandas, sin embargo en el camino van dejando un gran reguero de
sangre que va hiriendo hasta la madrugada.
21
Metonimia
El viento, elemento contiguo a las ramas por las que pasa, se contagia de su color vegetal
adquiriendo un simbolismo abarcador: el viento llena de ese color todo el ambiente como si se
tratara de una materia expansible y, con el simbolismo que adquiere en este poema,
impregnándolo de muerte: “verde carne, pelo verde / con ojos de fría plata. Además, el color
verde, en sí mismo, puede referirse al moreno de la muchacha.
Personificación
“Bajo la luna gitana, / las cosas la están mirando / y ella no puede mirarlas”.
Metáfora
“Estrellas de escarcha” es una forma muy bella de describir el rocío fresco (significado de ‘luz’ y
‘temperatura’), así como “el pez de sombra” referido al ensombrecimiento repentino y previo al
alba que es visto en el horizonte con la forma alargada de un pez.
“Y el monte, gato garduño, / eriza sus pitas agrias”. nos proyecta la imagen del monte, como la
de ese felino montaraz en un momento de irritación, dispuesto al ataque.
“Mil panderos de cristal, / herían la madrugada” Esta nueva personificación y metáfora sublima
el cantar agudo de los gallos: “panderos”, “ruido, “sonido”; “cristal”, “aristas afiladas”,
“cortantes”; la unión de ambos significaría “sonido agudo, estridente.
“Un carámbano de luna / la sostiene sobre el agua”. Si de una parte el “carámbano de luna”
nombra la estela luminosa que el satélite proyecta sobre el agua y la gitana muerta, la frialdad
del hielo y la luz lunar espectral acentúan las sensaciones de muerte en una atmósfera
misteriosa de fascinación tétrica.
Comparación
“La noche se puso íntima / como una pequeña plaza”. Como se ha aludido, esta comparación
metafórica supone, a la par que una suerte de acotación escénica, una focalización
“cinematográfica”
Antítesis
“Pero yo ya no soy yo. / Ni mi casa es ya mi casa” con las que el personaje expresa su
alienación sentimental y psicológica.
Epíteto
Antepuesto “verde viento”, “verdes ramas”, “verde carne”, “fría plata”, “grandes estrellas”,
“trescientas rosas”, “mil panderos” (cuantificaciones hiperbólicas), “altas barandas”, “verdes
barandas”, “largo viento”, “verde baranda”, “pequeña plaza” (con valor más afectivo que
cuantitativo); o en posposición: “pelo verde”, “luna gitana”, “mar amarga”, “niña amarga”.
Sinestesia.
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Sus pitas erizadas, como los pelos en punta del gato, son esas plantas pinchudas y agitadas
por el viento que, además, mediante una adjetivación sinestésica, producen desagrado hasta
en el sentido del gusto
Paralelismo.
Hay algunos ejemplos de paralelismo, en los versos: 3 y 4, 11 y 12, 15 y 16, 17 y 18, 25 y 26,
35 y 36, 39 y 40, 41 y 42, 43 y 44, 47 y 48, 49 y 50, 51 y 52, 53 y 54, 57 y 58, 64,65 y 66, 72 y
73, 79 y 80, 81 y 82.
Anáfora
En varios versos, que constituyen la base de varias estructuras paralelísticas:
"mi caballo por su casa, / mi montura por su espejo, / mi cuchillo por su manta";
"Pero yo ya no soy yo / Ni mi casa es ya mi casa";
"Dejadme subir al menos / hasta las altas barandas, / ¡dejadme subir!, dejadme / hasta las
verdes barandas";
"Dejando un rastro de sangre./ Dejando un rastro de lágrimas".
23
9.- Romance de la pena negra
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TEMA.
El tema fundamental del texto es la pena de la gitana. Esa pena profunda que penetra en todo
su ser. La pena que siente la protagonista podría ser el dolor de los gitanos y, por extensión, el
dolor de todos los pueblos y personas oprimidos.
RESUMEN
En un amanecer, una bella gitana, llamada Soledad Montoya, desciende ansiosa monte abajo.
Una voz le habla. Le pregunta qué hace tan temprano por allí, sin compañía. A quién busca, a
dónde va. Ella le responde esquiva que eso a él qué le importa. Que va buscando lo que
busca: su alegría y su persona. La voz intenta tranquilizarla, le recuerda el fin trágico de la
pasión desbocada, ella le contesta que no se lo recuerde, que la pena que lleva en su interior
brota. Esa pena que invade su cuerpo y su vida. La voz siente una inmensa compasión por
ella. Le aconseja que lave su angustia y apacigüe su pena con el agua de las alondras (el
rocío). Al pie del monte corre el río, reflejando la claridad del nuevo día.
ESTRUCTURA.
Versos 35-38 La voz poética le aconseja que lave su pena con el agua purísima del rocío y
apacigüe su corazón.
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6. Cierre. (Versos 39-46)
Ya clarea. El río corre ciñendo el monte. La voz poética lamenta profundamente la pena
negra de los gitanos.
FIGURAS RETÓRICAS
La breve historia que se relata está envuelta en una serie de METÁFORAS audaces
propias del estilo gongorino. Así se produce el efecto de hallarnos ante una composición lírica
que envuelve una mínima historia narrativa.
A la negrura de la noche le sigue el alba con una penosa búsqueda de la luz. Los
cantos de los gallos son piquetas que cavan en la oscuridad de la bóveda celeste para dejar
paso al sol: cavan buscando la aurora.
En los dos versos siguientes advertimos la PARONOMASIA (es una figura retórica
que consiste en emplear palabras con sonidos similares pero de distinto significado
(parónimos), el políptoton (la derivación) es una especie de paronomasia)
Para Lorca este monte oscuro podría representar un calvario de sufrimientos y, tal vez,
por dicho motivo, ha atribuido este apellido a su personaje. Pero por encima sobresale el
nombre propio de la protagonista, que revela su carácter y su personalidad: Soledad. Por otro
lado, es interesante conocer que Soledad Montoya fue una gitana que vivía en la Sierra de
Jaén y de la que el poeta había oído hablar desde su infancia. Para acabar esta primera
“estrofa” introductoria del poema, la gitana baja por el monte oscuro, en un itinerario
descendente que se corresponde con la trayectoria del ánimo de Soledad a lo largo del poema.
Así, cuando leemos cobre amarillo podemos imaginar que su piel morena está pálida
por el sufrimiento, y ese olor a caballo y a sombra nos lleva, primero, al deseo de tener un
hombre y, segundo, a la intensa tristeza de Soledad conforme avancemos en la historia. Los
vocablos yunques y cobre nos sitúan en un ambiente puramente gitano, ya que siempre se ha
identificado al gitano con la profesión ejercida en la fragua. Además de esto, tendríamos que
destacar el hecho de que los yunques son ahumados, es decir, de un color oscuro propio de
esa inmensa tristeza o “muerte en vida” que está sintiendo la gitana. Al finalizar esta
26
descripción hay una preciosa hipálage, o desplazamiento calificativo, al atribuir la característica
de redondas a las canciones, en lugar de a los pechos.
mi alegría y mi persona.
Este amor es una pasión destructora (caballo que se desboca) que conduce a una
muerte psíquica (se lo tragan las olas). En estos versos habría que resaltar el uso del término
caballo, en una METÁFORA en aposición, como palabra clave de la poética de Lorca. La mar
es otra palabra clave dentro de la literatura española en general como sinónimo de la
muerte; en este punto, hemos de recordar las Coplas de Jorge Manrique, en las que
“nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar, que es el morir”.
No me recuerdes el mar,
El poema prosigue en el verso 19 con
que la pena negra brota 20 una réplica de Soledad Montoya que, de
nuevo, comprende cuatro versos.
en las tierras de aceitunas
c) que no es necesario pensar en el mar, porque tierra adentro, bajo el rumor de las
hojas, también ahoga la pena. En este caso volvemos a considerar al mar como
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sustituto de la muerte, en contraposición de la tierra, con el significado mitológico
de fertilidad, de vida;
d) que no le haga recordar el mar, como sustituto de la pasión (mar en constante
movimiento, que produce vida y provoca inquietud), porque si se acuerda de esa
pasión que aquella madrugada no ha llegado a consumar, acabará hundida en la
pena negra.
Relacionándolo con estos cuatro últimos versos, tendríamos que subrayar el realismo
geográfico que empaña toda la obra de Lorca, un realismo que le hace nombrar
constantemente regiones y localidades de Andalucía. Así, las tierras de aceituna nos remiten a
Jaén, y a ese inicial deseo de llamar a este poema “Romance de la pena negra en Jaén”,
según la carta dirigida por el poeta a Melchor Fernández Almagro, que mencionamos
anteriormente.
Es como si el poeta quisiera que nosotros, lectores, también sintamos esa pena que
debe bañar a la gitana, al interlocutor y a nosotros mismos. De hecho, la mención del limón
indica acritud y amargura, ya que la pena que abruma al personaje brota hacia exterior en un
llanto amargo que mueve a compasión. También podríamos apreciar una nota cromática en el
color amarillo del amanecer que ya se va acercando. No está muy clara la unión copulativa
entre de espera y de boca, puesto que espera y boca son dos sustantivos que
aparentemente no guardan relación entre sí, a no ser que se interprete como la “espera
agria” que ha sufrido Soledad Montoya durante la pasada noche.
El fragmento narrativo emplea un lenguaje claro y directo, falto de las metáforas que
nos han ido acompañando. La mención de las trenzas por el suelo nos puede hacer recordar
una característica propia de la mujer decente de los romances y las canciones populares: una
mujer decente debía llevar el pelo recogido, porque si no, podía interpretarse que la que lo
llevaba desordenado y suelto era para satisfacer sus deseos sexuales..
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Aquí nos llama la atención, sobre todo, el recurso al vocablo azabache para expresar
una metamorfosis en la gitana, fenómeno que también se produce en el paisaje, dentro de ese
ambiente claroscuro con el que empezamos el poema, y que no nos dejará hasta el final. Si
reparamos en la transformación que se produce en Soledad Montoya, encontramos que su piel
se ha tornado de “amarilla” (verso 5) a “azabache” (verso 32). Hay rasgos sensuales que
también se han transformado. La gitana añora y recuerda que sus “muslos eran de amapola”
(verso 34); sin embargo, sus pechos ahora son ahumados (verso 7). Otra alusión sexual la
podemos encontrar en el recuerdo de las camisas, que también se transforman de un color
claro (de hilo) al azabache. Y siguiendo con el color negro, es posible que el poeta haya podido
referirse al luto, costumbre muy popular que consistía en vestir ropa de color negro como señal
de tristeza y dolor por la muerte de algún familiar. Las interjecciones de la gitana (versos 33 y
34) revelan el fuerte dolor que siente por esa falta de compañero. En su respuesta ha
empleado dos palabras muy sensuales: camisas y muslos. Subrayemos también el fuerte
cromatismo que nos ha ido acompañando. En el Romancero Gitano hay un claro predominio de
los colores negro, blanco y verde. Sin embargo, en el romance de la pena negra resaltan el
negro y el amarillo de una manera indirecta, dentro del claroscuro del ambiente. Tales colores
son sugeridos por las palabras: ahumados, azabache, limón, flores de calabaza. El color rojo
de la pasión y el amor puede aparecer en los términos amapola y cobre.
Las flores de calabaza son del color de esa débil claridad del amanecer que se va
abriendo paso. Lorca, al hablar de las flores del campo: amapola, flores de calabaza, remarca
su tendencia hacia lo natural frente a lo artificial del jardín.
29
¡Oh pena de los gitanos!
En los cuatro últimos versos, Federico da
Pena limpia y siempre sola. un salto desde la pena de una gitana a la de una
comunidad, la gitana, símbolo de toda colectividad
¡Oh pena de cauce oculto 45 aislada, perseguida y oprimida.
y madrugada remota!
El poeta, o mejor el interlocutor, parece declarar en estos versos el misterioso dolor del
gitano, Habla de la pena limpia y siempre sola, que quizás se refiera al miedo ancestral del
gitano, acumulado a través de siglos de represión. El cauce oculto encubre el misterio de esa
pena que, como hemos afirmado, es no solo la protagonista central del romance de la pena
negra, sino también de todo el Romancero Gitano. Y decimos que es misteriosa porque
verdaderamente desconocemos la causa real de tan intenso dolor, pues no se nos dice con
claridad la razón o el motivo que provoca la pena negra. De todas formas, así la definió el
propio Lorca en una conferencia-recital sobre el Romancero Gitano, de 1935:
El sintagma madrugada remota nos recuerda el origen de los gitanos, que se sitúa en
lejanos países y en una época pretérita. O tal vez se refiera a un amanecer remoto o lejano, en
el que esa pena pueda extinguirse.
CONCLUSIÓN.
30
10.- PRENDIMIENTO DE ANTONIO EL CAMBORIO EN EL
CAMINO DE SEVILLA
El día se va despacio,
la tarde colgada a un hombro,
dando una larga torera
sobre el mar y los arroyos.
Las aceitunas aguardan
la noche de Capricornio,
y una corta brisa, ecuestre,
salta los montes de plomo.
Antonio Torres Heredia,
hijo y nieto de Camborios,
viene sin vara de mimbre
entre los cinco tricornios.
31
Antonio, ¿quién eres tú?
Si te llamaras Camborio,
hubieras hecho una fuente
de sangre con cinco chorros.
Ni tú eres hijo de nadie,
ni legítimo Camborio.
¡Se acabaron los gitanos
que iban por el monte solos!
Están los viejos cuchillos
tiritando bajo el polvo.
TEMA
RESUMEN
La Guardia Civil se lleva Antoñito uno a cada lado del hombro. La tarde se alarga, como la de
una corrida de toros, y todo lo que le ocurre pasa cerca del mar. Los guardias civiles asustan a
Antonio con los caballos, disparos y la noche por coartada. Lo llevan al calabozo rodeado por
más miembros del cuerpo.
Le dicen que no es un hijo ilegítimo ya que, de serlo, lo hubieran asesinado, paseado. Para la
guardia civil no es nadie. Amenazan a los gitanos con matarlos si los ven solos para que
tengan miedo. El poeta nos dice la hora a la que lo metieron preso. Para ellos es algo rutinario
y siguen con lo suyo, refrescándose. Antonio se siente como animal salvaje encerrado,
enjaulado.
32
ESTRUCTURA
Externa
La estructura externa de este poema consiste en versos octosílabos, con rima asonante en los
versos pares, estando los versos impares sueltos.
Atendiendo a estas características, se determina que el poema es un romance, aunque está
dividido en estrofas separadas de cuatro, seis y ocho versos en orden aleatorio.
Interna
Internamente, este poema está dividido en tres partes temáticas:
La primera se desarrolla desde la primera estrofa hasta la segunda y en
ella se introduce la situación de Antoñito el Camborio y una pequeña
descripción de su aspecto físico.
La segunda parte se desarrolla desde la tercera hasta la octava estrofa,
y narra el arresto de Antoñito el Camborio por parte de cinco guardias
civiles y su consiguiente pérdida de poder y de nombre.
La tercera parte, por último, se desarrolla en las dos últimas estrofas, la
novena y la décima en las que simplemente se nombra el
encarcelamiento del gitano y la euforia de los guardias.
FIGURAS RETÓRICAS
En la primera estrofa, prácticamente carente de recursos estilísticos García Lorca presenta una
METÁFORA en la que identifica la vara de mimbre que porta Antoñito el Camborio con el poder
e influencia suyas (verso 3º).
Posteriormente en la segunda estrofa se aporta una descripción en la que se utiliza otra
METÁFORA identificando su tez con un “verde luna”, y caracterizando a Antonio por su garbo y
juventud.
En la tercera estrofa, tras utilizar una METÁFORA en la que identifica el color amarillo del que
tiñe el río al tirar los trozos de limón con el oro (primeros cuatro versos), narra el
aprisionamiento de Antoñito.
Luego en la cuarta y la quinta estrofa se menciona el espacio temporal del poema: en la
primera el momento del día en el que se desarrolla el prendimiento, con una METÁFORA en la
que se identifica el atardecer y la forma en que este da color rosado a los montes conforme el
sol desaparece, con el elemento taurino de la torera; y en la quinta el momento del año en el
que se encuentra, con una simbología en la que se representa el mes de enero con la noche
de Capricornio y la recogida de las aceitunas (que se produce en este mes). Además se vuelve
a utilizar una METÁFORA taurina de carácter ecuestre que es a la vez una
PERSONIFICACIÓN en la que se dota a la brisa de la capacidad de saltar sobre “los montes
de plomo” identificados en esa metáfora por su color gris.
La sexta estrofa consta de ocho versos en la que se produce una GRADACIÓN
DESCENDENTE. En los primeros cuatro versos se le presenta sin vara de mimbre (que era
uno de los elementos que representaban su poder) y apresado. En los últimos cuatro versos de
la misma estrofa pierde aún más identidad argumentando que si fuera Camborio los hubiera
matado (identificando el asesinato con “hacer una fuente con cinco chorros de sangre”).
En la séptima estrofa se culmina la GRADACIÓN DESCENDENTE, expresando el poema que
Antoñito el Camborio no es nadie.
La octava estrofa consta sólo de dos versos, y se utiliza en ella una METÁFORA personificada
dotando a los cuchillos de la capacidad de tiritar e identificando el polvo que los rodea y esa
misma capacidad de tiritar con su desuso (que significa que Camborio no ha matado a nadie).
Por último, en la novena y décima estrofa se narra cómo lo llevan al calabozo tras lo cual, en la
novena estrofa, los guardias civiles con gozo por ello (dado que habitualmente se los
representaban como personas que disfrutaban con el mal ajeno) lo celebran bebiendo
“limonada” (pues beben en realidad agua impregnada con el sabor de los limones que
33
Camborio tiró al río); y en la décima tras una repetición del comienzo de la novela le cierran
definitivamente el calabozo, mientras, con una METÁFORA pura identifica el relucir del cielo
con la luna llena con la reluciente grupa de un potro, en la que se reitera finalmente el carácter
taurino y ecuestre del poema.
CONCLUSIÓN
Este poema se caracteriza por el uso de metáforas y recursos estilísticos en general de
carácter taurino y ecuestre, reiterándose Lorca en su costumbre, dado que era frecuente su
uso en el Romancero gitano. Además, este romance consta de una segunda parte, “La muerte
de Antoñito el Camborio”, en la que el príncipe gitano muere.
34
11.- ROMANCE DE LA GUARDIA CIVIL ESPAÑOLA
35
forjaban soles y flechas.
Un caballo malherido,
llamaba a todas las puertas.
Gallos de vidrio cantaban
por Jerez de la Frontera.
El viento, vuelve desnudo
la esquina de la sorpresa,
en la noche platinoche
noche, que noche nochera.
36
¡Oh ciudad de los gitanos!
En las esquinas banderas.
Apaga tus verdes luces
que viene la benemérita.
¡Oh ciudad de los gitanos!
¿Quién te vio y no te recuerda?
Dejadla lejos del mar,
sin peines para sus crenchas.
37
huyen las gitanas viejas
con los caballos dormidos
y las orzas de monedas.
Por las calles empinadas
suben las capas siniestras,
dejando detrás fugaces
remolinos de tijeras.
En el portal de Belén
los gitanos se congregan.
San José, lleno de heridas,
amortaja a una doncella.
Tercos fusiles agudos
por toda la noche suenan.
La Virgen cura a los niños
con salivilla de estrella.
Pero la Guardia Civil
avanza sembrando hogueras,
donde joven y desnuda
la imaginación se quema.
Rosa la de los Camborios,
gime sentada en su puerta
con sus dos pechos cortados
puestos en una bandeja.
Y otras muchachas corrían
perseguidas por sus trenzas,
en un aire donde estallan
rosas de pólvora negra.
Cuando todos los tejados
eran surcos en la tierra,
el alba meció sus hombros
en largo perfil de piedra.
38
¡Oh, ciudad de los gitanos!
La Guardia Civil se aleja
por un túnel de silencio
mientras las llamas te cercan.
TEMA
La represión de la Guardia Civil, que supone la destrucción del mundo mítico de los gitanos.
RESUMEN
Parece que un grupo de guardias civiles van a atacar a un grupo de gitanos que celebran la
Nochebuena.
La noche es oscura como su indumentaria y les da ventaja para acercarse sin ser vistos. Es
noche sin luna llena. La fiesta está en lo alto y todos bailan y disfrutan sin saber lo que va
suceder. La guardia civil acecha y se acerca. El poeta desea que los gitanos huyan. Los
guardias civiles van en parejas y con espuelas para animar al caballo a atacar.
Por sorpresa entran cuatro o seis a caballo. El tiempo parece detenerse al principio. Luego todo
se vuelve gritos, miedo y muertos, disparos, golpes de sable y más muertos sin importar
hombres, mujeres, jóvenes o niños. La masacre parece no tener fin. Querían matar a todos,
dejando un recuerdo de fuego y destrucción. Son como los jinetes del apocalipsis. El olor a
sangre, fuego y pólvora se mezclan. Al final, los guardias civiles se van tras la noche de muerte
y fuego. Aquel lugar dejó de ser lo que era.
ESTRUCTURA
39
o 3ª Parte, asalto a la ciudad que termina destruida, y marcha de la
GC(vv 73-120)
FIGURAS RETÓRICAS
Paralelismo.
Vv 11-12
Juegos de palabras.
Vv 26 y 36
Metáforas
Vv 5-6, 31,33-34,35,81-82,92,11-112,113-114,116
Metonimias
V1, vv73-74
Personificación
Vv77-80, vv115
40
POETA EN NUEVA YORK
Introducción
Lo que da unidad profunda a la obra de Lorca, es un profundo
sentimiento de frustración, el tema del deseo imposible y del destino
trágico. Esa temática, de hondas raíces personales, había adoptado
expresiones intimistas o se había encarnadlo en ciertas figuras como el
personaje de la Canción del jinete, o los gitanos y gitanas del
Romancero, por no hablar del teatro lorquiano.
Pero durante el curso 1929-1930, Lorca reside en Nueva York y el
contacto con aquel mundo es para él como un revulsivo. Con dos
palabras resume su impresión de la gigantesca ciudad: "Geometría y
angustia". "Trágica angustia vacía", dice en otro momento. A ello se une
la impresión de que "aquel inmenso mundo no tiene raíz". A la vez, ve el
sufrimiento de los pobres, de los marginados, "la esclavitud del hombre y
máquina juntos". Y el poeta se decide a dar testimonio de todo ello. Y a
alzar una encendida protesta. Él mismo dirá que "un acento social se
incorpora a su obra". Lorca sigue hablando de frustración, de destino
trágico, pero ahora ha ensanchado su horizonte: ha pasado del yo al
nosotros.
Otra novedad debe destacarse desde ahora: para plasmar ese nuevo
mundo y su protesta, Lorca acude a un nuevo lenguaje, de potente
capacidad simbólica, alucinante, que debe mucho al descubrimiento del
surrealismo.
Entre los poemas que compuso en Nueva York, La aurora, dentro de su
brevedad, es una certera síntesis de su visión.
41
12.- LA AURORA
La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.
TEMA.
Asistimos a la "frustración" de la aurora, a su asesinato.
RESUMEN.
ESTRUCTURA.
Externa. El poema consta de 20 versos :
o Los ocho primeros versos, de métrica irregular (los versos fluctúan
entre 8 y 11 sílabas); en ellos vemos a la aurora entre cosas, en un
mundo inhumano1.
o Los versos restantes, que son de métrica regular (alejandrinos); en
ellos, junto a la aurora vemos hombres, criaturas sufrientes como la
misma Aurora.
42
Interna.
El poema se puede dividir en tres parte principales:
o En los versos 1-8 se da una descripción del amanecer en
Nueva York. Pero la imagen que pinta no es realista sino llena
de símbolos y metáforas.
o La segunda parte, vv. 9-16, nos habla de los habitantes de la
ciudad. La aurora llega pero nadie se da cuenta en el mundo
urbano caótico. Hay niños que son devorados por enjambres
de monedas y gente desilusionada sabiendo que viven en un
mundo lejos del paraíso, un mundo donde no hay amor ni
esperanza.
o La última parte, vv. 16-20, es como una conclusión. Se habla
otra vez de la luz de la aurora que no se puede oponer a las
cadenas y ruidos de la ciudad. Por el otro lado hay gente que
parecen náufragos vacilando por los barrios.
EXPLICACIÓN
El poema comienza con dos cuartetos de una estructura parecida. Veamos el primero:
La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.
(vv. 1-4)
Se trata de una descripción surrealista de la aurora en Nueva York. En la ciudad, el momento
del amanecer que normalmente significa el inicio de un nuevo día no es hermoso ni romántico.
La aurora tiene cuatro columnas, un imagen que alude a la arquitectura vertical de la ciudad
con sus chimeneas y rascacielos. Nueva York es una ciudad rodeada por agua pero en la
Nueva York de Lorca las aguas son podridas y lodosas. Aquí se puede observar un
simbolismo negativo del agua muy fuerte.
Es que la suciedad física sube en chorros hasta el cielo por los cuatro puntos cardinales,
apenas llega el amanecer. Siendo habitualmente símbolo de la vida, en este contexto se
convierte en el contrario, en símbolo de la muerte. Pero no solo el agua sino también las
palomas, normalmente representantes de la naturaleza, de la paz y de la inocencia, tienen
valor negativo. Son negras y chapotean las aguas sucias, parecidas a ratas, mensajeros de la
muerte con intenciones hostiles. Además aparecen como catástrofe natural, como huracán con
potencia destructiva.
La luz de la aurora ni siquiera puede llegar a la ciudad porque está bloqueada por las columnas
de cieno y un huracán de palomas negras. Se puede decir que el lector después de la lectura
de los primeros cuatro versos ya sabe que se trata de un poema que le instala en un mundo
urbano problemático e inquietante. Pero Lorca sigue con la descripción de la metrópoli desde
su punto de vista:
La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.
(vv. 5-8)
La anáfora en el quinto verso significa que se sigue con la descripción. La aurora
personificada tiene que subir las escaleras pero no lo hace con facilidad cumpliendo la ley
natural. Tiene que esforzarse en este ambiente tan poco natural. Busca nardos entre las aristas
– otra vez referencia a la arquitectura de la ciudad. Las flores son símbolo de la naturaleza. El
texto no da respuesta si la aurora las encuentra pero el lector puede imaginárselo: En este
mundo no existen flores, la búsqueda tiene que ser infructuosa.
En los siguientes versos se puede observar un cambio de tema. El autor deja de describir la
aurora y empieza a hablar de la gente de la ciudad.
La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible:
(vv. 9-10)
43
Y en el siguiente verso queda muy claro por qué: Con toda claridad y sin símbolos ni metáforas
se dice que para la gente en aquel lugar no hay futuro ni esperanza.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.
(vv. 11-12)
Aquí aparece el dinero en forma metálica y animalizado como plaga bíblica. Destruyen la
inocencia de los niños que en Nueva York están igual de desesperados que los demás. Hay
que destacar los dos verbos taladrar y devorar. Se trata de un acto fuertemente violento, de
una catástrofe natural igual que la apariencia de las palomas negras más arriba. Las monedas
son insectos metálicos que taladran como máquinas a las criaturas más desprotegidas de la
ciudad. El dinero como la fuerza más poderosa en este mundo ha sustituido al amor, incluso al
amor paternal.
Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraíso ni amores deshojados:
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.
(vv. 12-16)
La gente no se hace ilusiones: Ya han entendido que lo que les espera no es el paraíso sino
que tendrán que trabajar como esclavos en el caos de números y leyes. Otra vez aparece la
imagen del cieno donde uno no se puede mover libremente ni respirar. El juego ya no tiene su
función auténtica, es una acción sin naturaleza. Además el trabajo es inútil, no tiene meta. Otra
vez se nota la ausencia de naturaleza. La naturaleza y la infancia representan el paraíso.
Ambas cosas en el mundo urbano de Nueva York no existen. La infancia está destruida por la
desesperanza de los niños y los juegos pervertidos. La naturaleza no tiene razón de ser, el
agua está contaminada, los insectos son criaturas crueles y los frutos no pueden existir en este
ambiente. Todo lo humano y natural ha sido sustituido por números y leyes. La Nueva York
lorquiana es un infierno donde no hay amor ni otros sentimientos humanos.
La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
(vv. 17-18)
Pero no solo la gente es esclavizada. La misma luz de la aurora está encadenada y enterrada.
La aurora pierde la lucha contra los ruidos de la ciudad y la ciencia. En el verso dieciocho se
expresa un profundo escepticismo ante las ciencias. Pero: no se niega la ciencia, sino la que
carece de “raíces“. La ciencia sin raíces es la que ha perdido su enlace con la naturaleza y ha
destruido la armonía natural del hombre con el mundo. En Nueva York, Lorca observa un
choque dramático entre naturaleza y artificiosidad.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.
(vv. 19-20)
El día comienza y la gente no está despierta. Vacilan como marionetas por sus barrios,
soportando su triste destino. En este mundo no hay sueño ni sueños. La gente son marineros
sin puerto, náufragos que siguen vivos pero es una vida sin sentido, sin objetivo.
Analizando la morfología y la sintaxis del poema se puede constatar que predominan los
sustantivos. Se utilizan muchas palabras relacionadas con la naturaleza: aurora, huracán,
palomas, aguas, nardos, enjambre, fruto, etcétera. Pero estas palabras casi siempre se
encuentran en un entorno de connotación de naturaleza pervertida, muchas veces en oposición
con otras palabras que relativizan su naturaleza: palomas-negras, aguas-podridas, enjambres
furiosos, etcétera. Hay algunos sustantivos abstractos como angustia, esperanza, paraíso o
amores, todos salvo el primero negados, ausentes en el mundo que dibuja Lorca.
La negación designa la nulidad y falta de autenticidad de este mundo. Lorca se percata de esa
nulidad y puede nombrarla por su nombre porque conoce la verdadera realidad operante,
porque sabe de antiguo que es aurora y lo que es esperanza.
Los adjetivos son todos de sentido negativo: palabras como negro, podrido, inmensa, furioso,
abandonado, deshojado e impúdico apoyan a describir un mundo desequilibrado.
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CONCLUSIÓN
“La aurora” como poema es mucho más que una expresión de los sentimientos del poeta
durante su estancia en Nueva York. Es su crítica a la separación del hombre primitivo de la
naturaleza, una advertencia a los lados oscuros del mundo industrial. La metrópoli
norteamericana es el lugar donde el extrañamiento y el desequilibrio se pueden ver con mucha
evidencia. Lorca utiliza sus observaciones para transformarlas en imágenes que expresan su
vista personal de la ciudad y de la situación de la civilización en general. El resultado es una
obra tan atemorizante como fascinante: Crea imágenes de gran fuerza que pasan por el ojo
interior del lector.
45
13.- NUEVA YORK (OFICINA Y DENUNCIA)
Debajo de las multiplicaciones(1) Anáfora
un millón de vacas,
un millón de corderos
46
que dejan los cielos hechos añicos.
la mitad irredimible
47
Os escupo en la cara.
No es el infierno, es la calle.
48
Yo denuncio la conjura
TEMA.
Denuncia de la insolidaridad e injusticia del sistema capitalista.
(2) Las anáforas de los vv1-3 y 5 unifican el inicio del poema e imprimen desde el principio
un carácter de denuncia. La mención de multiplicaciones, divisiones y sumas es una
alusión al mundo bancario, al capitalismo de las cuentas y los números.
(3) En la sociedad de Nueva York Lorca ve, o siente una tremenda deshumanización y
una injusticia social, más allá de la realidad objetiva o palpable.
(5) Alude a Wall Street, la zona bursátil por excelencia del mundo occidental ya en 1929.
El río no se define como corriente de agua, sino como avalancha de plata (dinero, de
color blanco) o cemento (para las grandes construcciones urbanísticas, de color gris)
(6) La sangre es metonimia de la vida, fuerza de vida; pero en este contexto se tiñe y
pierde su brillo y su poder: es turbia sangre porque mantiene una vida pasiva ante las
injusticias.
(7) Lorca describe la vida trágica de los neoyorquinos , no solo de las personas de raza
negra para provocar un fuerte contraste psicológico.
(8) Con la expresión “trenes”, Lorca expresa una vida monótona y automatizada en NY:
vehículos de transporte de materias vitales y perentorias( leche, sangre, rosas)
(9) La naturaleza (las rosa silvestres, libres) es maniatada por los intereses de los
comerciantes, esto es, de la sociedad de economía capitalista.
(10) Este verso cierra el poema. Se denuncia, al fin y al cabo, el antagonismo entre
naturaleza y ciudad. El río natural pierde también su identidad al contaminarse con el
aceite de industrias y desperdicios.
49
(12) El uso de frecuentes diminutivos contrasta con la fea y terrible realidad tan
poco afectiva.
CONCLUSIÓN:
En esta composición el autor realiza una denuncia social del sistema americano, dominado por
las operaciones matemáticas deshumaniza la estructura social e ignora el sufrimiento de la
otra mitad de los seres vivos irredimibles, que sirven de alimento a la megacrópolis
neoyorquina
La denuncia en el poema deriva de una perspectiva política, pero no militante por una causa
social. Además de eso, vemos en García Lorca una valoración de la tradición cultural, sobre
todo de su tierra natal, Andalucía, y de España. Tenemos aquí dos puntos que no están de
acuerdo con gran parte de los movimientos artísticos que surgieron en periodos conturbados
políticamente: el no activismo y la valoración de la tradición cultural. Justamente por no tratar el
arte como algo utilitario, como folleto político, es que la obra de García Lorca presenta una
estética de lo sagrado, que lleva al espectador a un estado de complacencia, sea por la belleza
y técnica de sus versos, sea por las ricas referencias o por el simple hecho de traer elementos
universales que tocan a cualquiera espectador.
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14.- GRITO HACIA ROMA
51
en la choza diminuta que lucha con la inundación;
el amor está en los fosos donde luchan las sierpes del hambre,
en el triste mar que mece los cadáveres de las gaviotas
y en el oscurísimo beso punzante debajo de las almohadas.
“Grito hacia Roma” es una oda en la que establece una crítica hacia la Iglesia católica por no
luchar contra las injusticias sociales del planeta. Y no deja de ser significativo el lugar desde el
que lanza este grito dirigido a la cúpula del Vaticano, a la más alta jerarquía eclesiástica y en
especial a ese papa que la representa. Ese “grito” lo lanza “desde la torre del Chrysler
building”, es decir, desde una de esas “formas verticales”, con “aristas” que “van hacia la
sierpe”, hacia la perdición que representa esa serpiente bíblica, desde el que era el rascacielos
más alto de Nueva York en 1929. Un rascacielos, como todos los de la gran metrópoli,
construido por una de las grandes compañías norteamericanas, la Chrysler, dedicada a la
fabricación de automóviles. No podemos olvidar que los coches son uno de los símbolos del
capitalismo, de la moderna sociedad de consumo que se gestó sobre todo en EEUU a
principios del siglo XX. El objetivo es alcanzar la rentabilidad vendiendo una gran cantidad de
productos a precios bajos. Y este sistema de producción y esta sociedad consumista serán
criticados por Lorca por lo deshumanizadores que resultan y por las enormes injusticias
sociales que generan. Injusticias que afectan a los oprimidos, representados por los negros,
como símbolo del conjunto de los seres humanos explotados, incluyendo en esta categoría a
52
cualquier minoría o a los obreros en general, mujeres, homosexuales, etc. Este poema es al
mismo tiempo una crítica contra el liberalismo y posiblemente contra el fascismo, emergente
por aquel entonces, porque su sentido, como queda también patente en partes suprimidas por
el autor pero que las tenía en mente, es una llamada a la rebelión con carácter profético contra
el capitalismo y la Iglesia como uno de sus soportes ideológicos más potentes. Como parece
lógico por el tema social planteado, el poeta suprime el “yo” para hablar del nosotros: “porque
queremos el pan nuestro de cada día,/ […] / porque queremos que se cumpla la voluntad de la
Tierra”.
Todo el poema está lleno de símbolos, metáforas, anáforas … que refuerzan la idea central. El
vocabulario que utiliza es muy áspero, al igual que los símbolos e imágenes empleados. En un
análisis más detallado tenemos que la primera parte es un bloque compacto en el que nos
habla del Papa y de la Iglesia católica como los responsables morales de la deshumanización
del ser humano provocada por el capitalismo.
Comienza hablándonos de las manzanas, la fruta prohibida, que representa la esencia del ser
humano como homo pecador. Esas manzanas, esas personas que sufren por las heridas que
le provocan los espadines de plata (símbolo lorquiano de la muerte), responderán a los rayos
destructivos que generará la Iglesia. Esas ilusiones, esos deseos rotos que todos tenemos, ese
cielo simbolizado por esas nubes rasgadas, rotas por una mano de coral, caerán sobre el
Papa.
En la segunda parte (versos del 15 al 56) Lorca denuncia la actitud de la Iglesia católica ante
las grandes injusticias sociales generadas por el sistema capitalista. Revela la causa de los
males de esta sociedad y para ello utiliza un nexo causal seguido de un adverbio de tiempo
referido al momento presente, nos lo explica con un “porque ya”, porque ahora, en esta época,
la Iglesia no cumple la función moral que debería. Pero este poema, pasadas casi ocho
décadas desde su creación, continúa teniendo plena vigencia en la actualidad, ya que persisten
esas injusticias sociales provocadas y agravadas con la globalización económica.
53
Conclusión.
Este poema de García Lorca nos muestra Nueva York como la gran ciudad que es, con sus
claroscuros, referidos a las diferencias sociales, raciales y económicas y, al mismo tiempo, la
riqueza que disfrutan únicamente unos pocos privilegiados. Las puntas de los rascacielos
destacan sobre los edificios de las calles, las manzanas. Las personas han dejado de creer en
Dios, quien sana las heridas del alma. La muerte ha dejado de ser algo importante, un ritual,
para pasar a ser algo que no significa nada. La industrialización acaba con la infancia y la usa
como mano de obra.
La muerte anida más que nunca, pero la fe se ha perdido. La gente que sufre y no tiene nada,
prefiere morir. Estamos en el crack del 29. El poeta ataca y desea la muerte de aquellos que
sólo buscan lo material, de los que no le importan las demás personas y que sólo buscan la
riqueza.
54
Llanto por Ignacio Sánchez Mejías
A mi querida amiga
Encarnación López Júlvez
Elegía compuesta por cuatro partes: La cogida y la muerte, La sangre
derramada, Cuerpo presente y Alma ausente inspirada en la muerte de su amigo
el torero Ignacio Sánchez Mejías (Sevilla, 6 de junio de 1891- Madrid, 13 de
agosto de 1934).
El llanto ante la cogida, la muerte y la ausencia del amigo dan lugar a una elegía
laica considerada como una de las mejores de la literatura española de todos los
tiempos. La primera lectura del poemario la realizó Federico García Lorca el 4
de noviembre de 1934 en casa de su amigo .
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15.- La cogida y la muerte
56
a las cinco de la tarde,
57
16.- La sangre derramada
derramadas en la arena,
No.
58
Por las gradas sube Ignacio
Buscaba el amanecer,
y el amanecer no era.
y el sueño lo desorienta.
de muchedumbre sedienta.
levantaron la cabeza.
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ni espada como su espada
su maravillosa fuerza,
su dibujada prudencia.
le doraba la cabeza
de sal y de inteligencia.
banderillas de tiniebla!
la flor de su calavera.
60
para formar un charco de agonía
No.
No.
61
17.- Cuerpo presente
62
Estamos con un cuerpo presente que se esfuma,
63
para que se acostumbre con la muerte que lleva.
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Yo canto para luego tu perfil y tu gracia.
La exuberancia de imágenes es extraordinaria, casi todos los versos del Llanto encierran
alguna metáfora. En Lorca, tiene vida propia la metáfora; no se basa, como la tradicional,
explica C. Bousoño (2), en la relación física o moral entre los términos, sino en la identidad de
emoción, que llama visionaria.
García Lorca es un poeta de altura extraordinaria; es un maestro del encaje y ritmo
poéticos. Conoce a la perfección el arte de la versificación.
65
II. La expresión poética en el Llanto
El llanto es un lago de versos plagados de imágenes en que florecen la fuerza del símbolo
y la pletórica imaginación de Lorca en continuas metáforas. Por medio de la palidez y la
blancura, simboliza la muerte: pálida niebla, pálidos azufres; blanca sábana, espuerta de cal,
sudor de nieve. Hay en el desarrollo mental del poeta unas directrices que confluyen en la
connotación de una cierta exaltación de la muerte. Ve la agonía como el combate entre la
paloma y el leopardo: vida inocente, muerte alevosa; y más próximo, la lucha del muslo con el
asta desolada, y todo, la cogida y muerte, en el contrapunto de los toques cimbreados del
bordón: «las cinco de la tarde», en un intenso clímax ascendente concentrado en los versos
finales: «¡Ay, qué terribles cinco de la tarde...! / ¡Eran las cinco en sombra de la tarde!».
La metáfora se derrama copiosa, con distintas técnicas, en mil maneras, mientras expresa
una misma realidad, así la luna es caballo de nubes quietas, plaza de sueño, o cuando niña
doliente res inmóvil. Bousoño distingue entre la metáfora moderna, en la que dos seres u
objetos producen una “reacción sentimental idéntica”, por interiorización, aunque tengan
distinta forma, y la tradicional, que se basa en la semejanza de forma exterior, entre lo real y lo
evocado. Estas imágenes, que se sustentan en la identidad emocional que incitan, y no en la
relación física o moral, las llama “visionarias”; su número es desbordante en el Llanto: «su risa
era un nardo de sal y de inteligencia», o «un río de leones su maravillosa fuerza». Lorca gusta
de corporeizar las ideas y las cualidades abstractas, como hace en el elogio a Ignacio con
metáforas concretas: «un río de leones» es su fuerza; un «aire de Roma andaluza» lo califica
de patricio; su simpatía se expande como aroma de nardo.
Los versos saltan de su pluma al dictado de la imaginación. Bretón habló del
«automatismo psíquico puro, por el que se expresa el funcionamiento real del pensamiento». El
epíteto funciona como portador de una imagen cualitativa incoherente con relación al
significado real del sustantivo: «la plaza gris del sueño, con sauces en las barreras»; «¡oh,
sangre dura de Ignacio!»; «resbalando por cuernos ateridos». Las cualidades de un objeto se
comunican a otro con el que guarda elación: «¡Qué gran torero en la plaza! / ¡Qué gran serrano
en la sierra! / ¡Qué blando con las espigas! / ¡Qué duro con las espuelas! Estas cualidades
antitéticas se las atribuye al torero por transposición.
La simbología de Federico es profusa. Se vale de la acumulación de imágenes para
plagar sus versos de símbolos: banderillas de tinieblas, diluvio de azucenas, urna de cristal.
Cuando ya parece que no puede intensificarse más, levanta con nuevo impulso y extrae más
recursos de alabanza: «No. ¡Que no quiero verla! / Que no hay cáliz que la contenga, / que no
hay golondrinas que se la beban, ... La sangre derramada, «charco de agonía junto al
Guadalquivir de las estrellas», rememora la sangre de Cristo, pero ahora sin cáliz que la recoja,
ni golondrinas que, según la tradición popular, sucedió en el Calvario, se la beban; y, a la vez,
aparece y sobreviene el recuerdo de la Semana Santa andaluza: aquí no hay luz, ni canto de
saetas, ni diluvio de azucenas, ni urna de cristal. El amigo muerto se ha transfigurado, por
contraste, en un cristo yacente, es un símbolo definido por esa gama de imágenes poéticas.
La tercera parte, «Cuerpo presente», es un ancho símbolo hilvanado con otros
adyacentes y particulares; la piedra simboliza la muerte, es la frente, pero fría, ya no actúa, no
piensa, un espacio libre, lago tranquilo, en que gimen los sueños; «la piedra es una espalda»,
pero inerte, capaz de llevar «árboles de lágrimas y cintas y planetas»; la piedra es tan
inmisericorde y tan insensible que acoge con igual frialdad «simientes y nublados»,
«esqueletos de alondras y lobos de penumbra». Es la muerte, la que convierte al mundo en
una gran plaza de toros, la plaza sin muros en la que cada día «a las cinco de la tarde», actúa
la muerte. Por eso, García Lorca convoca a todos los hombres valientes ante ella: «Aquí quiero
yo verlos. Delante de la piedra».
La mayoría de los símbolos que enriquecen el Llanto corresponden al símbolo bisémico
que se va presentando en el transcurso del poema, como es el de la incorporación de la
naturaleza a la tragedia de Ignacio Sánchez Mejías: «avisad a los jazmines / con su blancura
pequeña»; como lo son la luna y el mar, dos factores resueltamente conjurados: le pide a la
luna que venga y la luna se introduce en el Llanto, y, configurada como plaza, ella misma
exhorta al diestro «que se pierda en la plaza redonda de la luna» o que «recurra al mar, igual
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que las lluvias grises van hacia el mar huyendo de la piedra. Todo es inútil. Porque ¡también se
muere el mar!»
Federico emplea una multiplicidad de figuras estilísticas: anáforas: «cuando el sudor de
nieve fue llegando... / cuando la plaza se cubrió de yodo»; series reiterativas de intensidad: «Ya
está sobre la piedra... Ya se acabó... Ya se acabó...»; «yo quiero ver aquí... aquí quiero yo
verlos... yo quiero que me enseñen»; y la búsqueda de la expresividad en la cambiante
elección de los tiempos verbales que imprime un ritmo de dinamismo descriptivo enormemente
valioso y estético: «eran las cinco en punto..., Un niño trajo..., Lo demás era..., El viento se
llevó..., Ya luchan la paloma y el leopardo..., Comenzaron los sones..., A lo lejos ya viene la
gangrena». O expresa, con esa diferenciación verbal, la turbación del ruedo ante el infortunio
sangriento; así, la subida metafórica de Ignacio por las gradas con su agonía a la espalda es
de una factura atenazante y de sobrecogedora emoción: «Por las gradas sube Ignacio...
Buscaba el amanecer / y el amanecer no era». A esto, añade, en su búsqueda expresiva, la
contraposición nominal: «En las esquinas, grupos de silencio. ¡Y el toro sólo corazón arriba!».
El Llanto por Ignacio Sánchez Mejías es su más excelente poema y una de las
composiciones universales de la literatura española. Los versos mismos justifican su reproche:
Federico García Lorca rechazaba la propensión general de catalogarlo en la proclividad gitana
y flamenca. A la vez que se debe desechar el manido tópico del poeta sencillo y llano. «Si es
verdad —decía él— que soy poeta por la gracia de Dios, también lo es que lo soy por la gracia
de la técnica y del esfuerzo, y de darme cuenta en absoluto de lo que es un poema». Su verso
está labrado en el yunque de la sabiduría y en el surco del trabajo.
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Diván del Tamarit
Tanto las once gacelas como las nueve casidas que forman el libro están numeradas con
números romanos (excepto las primeras que llevan el numeral ordinal) seguidas de un
complemento del nombre a modo de título.
Son poemas de amor y muerte. Poemas de amor, erotismo y dolor las gacelas. Poemas de
muerte las casidas. En estas últimas aparecen los elementos personificados y las metáforas de
la muerte y del dolor que atraviesan toda la obra lorquiana: el pozo, el niño herido por el agua,
el llanto personificado, la muchacha ahogada… Los versos se van adelgazando hasta llegar de
nuevo a la infancia, al eco del folclore infantil, al niño que pregunta por su sepultura.
En las gacelas aún encontramos la presencia del amor, aunque solo sea en forma de deseo,
recuerdo o sueño. En las casidas esta presencia ha desaparecido y solo queda un paisaje de
ahogados, llanto y muerte.
68
19.- CASIDA DE LA MUJER TENDIDA
Las dos primeras estrofas repiten casi completamente el primer verso y es una descripción del
cuerpo femenino, comparado con la Tierra; continúa describiendo la pasión que despierta,
expuesta de forma desmesurada e imaginativa.
La tercera estrofa, construida con verbos en futuro, evoca la previsible consumación del acto
amoroso, como una ley natural inevitable.
La última estrofa es una reflexión final; trata de la consecuencia del acto amoroso: el
embarazo, como parte de la fertilidad femenina y la permanente regeneración de la naturaleza.
2. Tema
3. Resumen
El cuerpo suave de la mujer desnuda recuerda la belleza de la tierra lisa, sin accidentes,
que es regada por el agua de la lluvia o la furia del mar. La mujer se entregará a la pasión que
despierta en el hombre, y ese amor germinará en su seno una nueva vida.
“Casida de la mujer tendida” consiste en la descripción poética del cuerpo femenino. Hay
versos de significado obvio y otros de difícil interpretación. El cuerpo se asocia por su belleza a
la Tierra, pero también es visto como esperanza de fertilidad y regeneración permanente del
universo.
69
En el primer verso aparece la idea principal; los demás versos vienen a ser una expansión de
esa idea. Igual que la lluvia fertiliza la tierra y hace germinar las semillas enterradas, gracias a
la belleza del cuerpo de la mujer siempre será esperanza de vida.
La primera asociación entre “mujer desnuda” y “Tierra” se matiza en el segundo verso: el
cuerpo femenino evocado no recuerda cualquier paisaje, sino un paisaje sin accidentes, sin
irregularidades, sin presencias perturbadoras. Es decir, la alusión a los caballos y al junco
serían referencias al sexo masculino, por eso se añade que un paisaje de esas características,
por brillante o hermoso que fuera (“confín de plata”), estaría cerrado “al porvenir”, de la misma
forma que una mujer sin varón estaría condenada a la infertilidad.
La tercera serie de versos introduce mediante una serie de verbos en futuro un tono predictivo,
de resonancias proféticas. Se anuncia una presencia masculina, apasionada (“La sangre...”),
sexualmente ardiente (“...fulgurante”). La referencia a la sangre puede interpretarse como
símbolo de pasión o (es más discutible) a la virginidad de la mujer. En esta estrofa se
encuentran los versos de más difícil interpretación. Se refieren al reino animal y vegetal y quizá
se refiera a que la mujer, ya embarazada, entrará en un estado de sosiego y de
desconocimiento (“no sabrás...” ni dónde se oculta la fealdad, “el corazón del sapo”, ni la
delicadeza, “la violeta”).
En los últimos versos se vuelve al presente. El vientre de la mujer parece ya preparado para la
anunciada gestación (“una lucha de raíces”); sus labios abiertos también anuncian un
amanecer luminoso (el nacimiento de un nuevo ser, “un alba sin contorno”). Termina con otros
versos oscuros que quizás signifiquen que la muerte está al acecho: si “las rosas tibias” son
los cuerpos abrazados del hombre y la mujer, muy cerca de ellos estaría la muerte, porque en
el amor confluyen los dos impulsos, el de vida (Eros) y el de muerte (Thánatos).
La ausencia de rima no significa falta de ritmo: la regularidad del endecasílabo por un lado y el
recurso a las repeticiones por otro, aseguran un ritmo clásico. Veamos algunas de esas
repeticiones, que sirven para estructurar el poema y para subrayar ciertas imágenes.
El primer verso y el quinto presentan una anáfora y repiten el mismo esquema sintáctico (“Verte
desnuda es...”), lo mismo que los vv. 9 y 10 (“Tu vientre es...”/ “Tus labios son...”); la repetición
de la palabra Tierra origina una anadiplosis entre el v. 1 y el 2; y una anáfora (vv. 2 y 3); el
empleo de tres formas verbales en futuro (“sonará”, “vendrá”, “sabrás”), etc.
5.Conclusión
En definitiva, nos hallamos ante un poema en el que aparecen los dos grandes temas de
García Lorca: la pasión y la fuerza erótica inseparablemente unida a la muerte. También
encontramos la fusión perfecta de tradición y vanguardia que caracteriza a García Lorca y toda
la generación del 27. Formalmente el poema presenta la apariencia de un poema vanguardista
(versos libres, imágenes irracionales) propio de los últimos años de García Lorca,
pero temáticamente estaría en la misma línea tradicional de su primera etapa, caracterizada
por su andalucismo. El título del libro (diván es, en árabe, un poemario) y del
poema (casida es, también en árabe, un género poético) nos recuerda la vocación orientalista
y morisca de Lorca que declaraba: “los sepulcros de los Reyes Católicos no han evitado que la
media luna salga en los pechos de los más finos hijos de Granada. La lucha sigue viva [...] en
la colina roja de la ciudad hay dos palacios, muertos los dos: la Alhambra y el Palacio de Carlos
V, que sostienen un duelo a muerte que late en la conciencia del granadino actual”.
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20.- CASIDA DE LAS PALOMAS OSCURAS
Esta casida es la que cierra el libro. El poema originalmente estaba dentro del libro de Libro
de poemas y luego su nombre fue cambiado y fue acomodado en Diván del Tamarit. Su tono
oscuro fue re forjado por Lorca para que se acomodase mejor en este último libro.
El poema cierra de una manera muy curiosa el libro. Con una pregunta sobre el futuro. Si la
primera gacela iniciaba dentro del jardín, incapaz de encontrarse a sí mismo, ahogado de
sentidos ahora estamos afuera y la voz poética tiene una pregunta que es formulada a dos
palomas sobre un laurel. Una pregunta sencilla: ¿dónde está mi sepultura? Es una pregunta
curiosa porque nos da la idea de que la voz poética ya ha muerto, solo está buscando dónde
se encuentra. Está perdido y busca esa sepultura. Pero, es imposible. El escoger la paloma y el
laurel nos da, además, una idea del mundo por el que está caminando el poeta: imposible no
pensar en la paloma que le llevó a Noé una rama de olivo luego del diluvio. Las palomas en el
olivo son una muestra clara de que lo peor, todo el dolor, el amor frustrado y la muerte de los
poemas anteriores han pasado. El poeta camina solo, sin sentido, luego de este mundo
apocalíptico. Las dos palomas, una representando al sol y la otra a la luna, no dan una
respuesta clara. La sepultura queda en ambas, dentro de ellas. Repiten el estribillo de nuevo
esa “fuerza trágica de tales repeticiones que, semejando un coro, en nada atenúan la congoja
del poeta”.
La escena se repite nuevamente con águilas que contestan lo mismo. El sol y la luna
aparecen, pero por sus respuestas, no podemos considerarlos opuestos. Mal que bien, aunque
son opuestos son parte del ciclo que ha tratado de romperse dentro de toda la obra. El sol da
paso a la luna y la luna de paso al sol. Por eso mismo la ubicación de la sepultura, la garganta
y la cola, el inicio de uno y el fin del otro. Las palomas cambian luego para convertirse en
águilas, pero “el hecho de que las aguilitas y las palomas contesten lo suscita la duda de si en
realidad no son sino diferentes máscaras que remiten a un mismo referente simbólico: la
muerte”. A la pregunta, la misma respuesta. Pero, nada de eso importa ya. El poeta no
responde y da la impresión de que, hasta que no consiga una verdadera respuesta no habrá
descanso. Una respuesta que no esté de manos de la muerte ni de manos del ciclo eterno de
día y de noche. El último poema de Diván del Tamarit deja un regusto en la boca de que no hay
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nada más allá. El romper el ciclo, el elevarse, el lograr conseguir la muerte oscura lleva a nada.
Diván del Tamarit cierra como empezó. En la nada. Un libro que se “ha quedado quieto. Casi
como para morir”
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Sonetos del amor oscuro
Los Sonetos del amor oscuro, de Federico García Lorca, fueron escritos entre 1935 y
1936, pero salieron a la luz medio siglo después (1983) de forma furtiva. El poemario
sería divulgado clandestinamente por una fuente anónima que, enfrentándose a los
deseos de la familia, repartió una tirada de ejemplares entre unos pocos afortunados.
La respuesta ante este atrevido suceso llegó meses más tarde, en marzo de 1984. Por
medio del ABC, los herederos de poeta granadino publicaron la obra oficialmente. La
diferencia sería un cambio de titulo –Sonetos de amor–que buscaba ahuyentar toda
referencia a la homosexualidad del poeta granadino, condición que fue difícil de
aceptar para los hermanos del mismo y que convertirían en tabú. Un intento absurdo si
tenemos en cuenta que ya en el primer cuarteto del primer poema nos encontramos un
“tú” masculino, dejando ver que el poeta no buscaba ocultar su orientación sexual.
La obra expresa el temor ante la posible pérdida del amado, la dificultad y frustración
de mantener un amor furtivo, y el sufrimiento cuando su compañero no le entiende. El
responsable de estos sentimientos fue un secreto que mantuvieron firmemente los
amigos cercanos al poeta, fieles a la promesa de no revelar la identidad del mismo.
Tanto Ian Gibson como otros grandes estudiosos de la vida del poeta apuestan en que
la musa inspiradora de estos sonetos no era otro que Rafael Rodríguez Rapún –o Tres
Erres para Federico–, a quien conoce durante su estancia en La Barraca, donde
colabora como actor. Catorce años menor que el poeta, Rafael queda embelesado por
la forma de ser de Federico y desarrolla con él un trato íntimo en medio de la actividad
de La Barraca.
La relación estaría llena de altibajos, debido a que Rapún gustaba también de las
mujeres como un niño de un caramelo, algo que hiere hondamente a Lorca y que,
junto con las idas y venidas del joven Rafael, son probablemente las causas del
tormento expresado en los Sonetos del amor oscuro.
Sea quien sea el destinatario de la obra, el poeta granadino deja ver claramente que
los poemas se encuentran dirigidos a un hombre. A pesar de esto, algunos
académicos han preferido ignorar la posición de la sexualidad de Federico en esta
obra, mientras que otros han optado por sugerir que la orientación sexual del poeta no
se veía relacionada con su creatividad artística. Fernando Lázaro Carreter expresaba,
por ejemplo, que el adjetivo “oscuro” tan presente en los poemas hace referencia al
“ímpetu indomable y a los martirios ciegos del amor, a su poder para encender
cuerpos y almas, y abrazarlos como hogueras que se queman y destruyen en su
propio ardimiento […]”
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Lo curioso es cómo en todos los artículos que acompañan a los sonetos se evita
cuidadosamente la palabra homosexual, aunque se aluda a ello, pues nadie ignora
que esos sonetos no están dedicados a una mujer. Se ve que todavía esa es una
palabra tabú en España, en ciertos medios, como si el confesarlo fuese un descrédito
para el poeta.
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21.- Soneto de la dulce queja
Tengo miedo a perder la maravilla
de tus ojos de estatua y el acento
que de noche me pone en la mejilla
la solitaria rosa de tu aliento.
1.- TEMA
2.- RESUMEN
3.- ESTRUCTURA
Externa
Desde un punto de vista externo, el poema está formado por catorce versos endecasílabos,
de arte mayor, con rima consonante, que se agrupan en dos serventesios (ABAB ABAB) y
dos tercetos (CDC DCD), una variedad del soneto clásico.
Interna
Primera parte (vv. 1-8). Pone de manifiesto el miedo a no ser correspondido por la persona a la
que se ama y el sufrimiento por no encontrar razones para seguir alimentado su dolor (ideas
secundarias).
Segunda parte (vv. 9-14). Expresa la dependencia hacia el amante, a pesar de la humillación
que supone, y el deseo de continuar con ese amor (idea principal).
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4.- COMENTARIO CRÍTICO DEL CONTENIDO DEL TEXTO.
En los versos de Lorca, se aúnan las características más significativas de la lírica: en primer
lugar, destacan tanto la presencia del yo poético, refrendada con pronombres, determinantes y
verbos de primera persona ( mi sufrimiento, he ganado, me pone ), como la del tú receptor,
manifiesta en las dos últimas estrofas ( si tú eres, tus ojos ); en segundo lugar, se trasluce la
tensión del mensaje a través de una muy acertada selección de recursos literarios (función
poética), tales como: la metáfora ( tus ojos de estatua ) que consigue trasmitir al lector la
mirada fría e indiferente que percibe de su amante; las enumeraciones ( la flor, pulpa o arcilla )
para matizar sus angustias; la anáfora ( si.../si.../si... ) que acentúa su ruego; o bien el
hipérbaton ( tengo pena de ser en esta orilla/tronco sin ramas ), con el que conocemos la
distancia abismal que separa a ambos; en tercer lugar, el ritmo y musicalidad, potenciados,
sobre todo, por los encabalgamientos y la carga emocional que transmite la repetición de
ciertos fonemas como la aliteración de la r (cruz, dolor, perro, señorío).
La intención del autor es poner de manifiesto cómo percibe y siente su relación amorosa ( la
solitaria rosa de tu aliento ), temerosa ( miedo ), triste ( pena ) y desesperada ( no me dejes
perder lo que he ganado ). El lector, de alguna manera, se solidariza y se conmueve, porque ha
sabido establecer, de forma magistral, una comunicación íntima ( lo que más siento es no tener
la flor ), rasgo característico de la segunda etapa de los autores de la Generación del 27 que
destaca por ser más humana y apasionada, como es el caso de este poema. La finalidad se
consigue en la medida en que sus emociones, su impotencia por no sentirse correspondido, la
actitud resignada, hasta el punto de la humillación ( si soy el perro de tu señorío ) y la idea de
que es mejor haber amado y sufrido a no haberlo hecho ( no me dejes perder lo que he ganado
), son percibidas en toda su magnitud. Si bien Lorca se inserta en una tradición que ha
escogido como tema el amor en todas sus vertientes y manifestaciones, no cabe duda de que
es original y soberbio su tratamiento y el perfecto equilibrio entre forma-contenido.
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22.- El poeta pide a su amor que le escriba
.
Amor de mis entrañas, viva muerte,
en vano espero tu palabra escrita
y pienso, con la flor que se marchita,
que si vivo sin mí quiero perderte.
El aire es inmortal. La piedra inerte
ni conoce la sombra ni la evita.
Corazón interior no necesita
la miel helada que la luna vierte.
Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas,
tigre y paloma, sobre tu cintura
en duelo de mordiscos y azucenas.
Llena, pues, de palabras mi locura
o déjame vivir en mi serena
noche del alma para siempre oscura.
1.-TEMA
El deseo de conocer la verdad que produce la insufrible incertidumbre del amor
2.- RESUMEN
Lorca espera desesperadamente en estos versos noticias de su amor. Para dejar más clara
su situación explica que él es un ser humano y, contrariamente a los seres inanimados, sufre y
padece. Por ello vuelve a suplicar las palabras de su amado, para tener esperanzas o sucumbir
a la desesperación.
3.- ESTRUCTURA
Externa
Es un soneto: dos cuartetos y dos tercetos
Interna
La espera del poeta es insoportable (1º cuarteto)
Lo que no tiene vida no sufre el amor (2º cuarteto)
Él amó apasionadamente: placer y sufrimiento (1º terceto)
Pide que le escriba para saber a qué atenerse (2º terceto)
La idea fundamental se señala en el título: quiere noticias de su amor, las necesita para
poder vivir.
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4.- RECURSOS RETÓRICOS
Desde el primer verso amor de mis entrañas viva muerte aparece una muestra de este
intento, con el uso de la antítesis, una contraposición de dos pensamientos o ideas que se
ponen de manifiesto a la vez y que en este verso enfatizan la angustia de un sentimiento.
Asimismo, el segundo verso muestra un idea que resulta paradójica en vano espero tu
palabra escrita, ya que esperar algo que no va a llegar muestra, de nuevo, ese sentimiento de
impaciencia que muestra el “yo” poético.
En el verso tercero y pienso, con la flor que se marchita, recurre a la metáfora, sustitución
del nombre de una cosa por el de otra que es semejante en algún aspecto, ya que se refiere al
amor como si de la flor se tratara, pues ambos se marchitan, mueren. Además, usa la imagen
de la flor para mostrar su fragilidad ante una situación tan desesperante como en la que se
encuentra.
Ya en el segundo cuarteto, recurre al uso de dos imágenes concretas aire inmortal y piedra
inerte para expresar su sentimiento de indiferencia ante la vida que el poeta se ha visto
obligado a vivir. También, aparecen las imágenes de la miel helada y de la luna para remitirnos
a la frialdad de la situación, de la falta de sentimientos, ya que la dulzura de un amor (la de la
miel) ha sido congelada. Aunque debemos considerar que también refleja la idea del
enamorado solo en la noche, cuando habitualmente es el momento del día idóneo para amarse
en silencio y, por ello, es, también, otra de las interpretaciones que ambas imágenes muestran.
De esta forma, observamos con estos ejemplos que la idea de que la lengua poética va más
allá de la verdadera significación de las palabras es cierta.
Por lo que respecta al primero de los tercetos veremos, de nuevo, que por medio de una
imagen muestra lo que la amarga situación le produce pero yo te sufrí, rasqué mis venas que,
además, lo hace mediante la idea del suicidio, aunque no está escrita explícitamente (rasgarse
las venas es una imagen propia de este hecho). En los dos siguientes versos tigre y paloma,
sobre tu cintura / en duelo de mordiscos y azucenas refleja, por medio de la antítesis, ya que
expresa imágenes contrapuestas, el sentamiento de amor-odio que crea esta situación tan
dolorosa por parte del enamorado.
En el último terceto usa la imagen, nuevamente, para dejar clarividente cuál es su
sentimiento llena, pues, de palabras mi locura.
5.- COMENTARIO
Lorca, como poeta del 27, ha sabido reunir como nadie las diferentes influencias que
convergen en la llamada edad de plata de la poesía española: vanguardia y tradición, arte puro
y populismo y, sobre todo, éxito de público y de crítica. Lo demuestra en este poema al
expresar, mediante sus brillantísimas metáforas y sus llamativas paradojas, un sentimiento que
cualquier mortal con ganas de vivir ha deseado en su corazón alguna vez. En su producción
poética nos encontramos con algunos de los frutos más sabrosos y coloridos del surrealismo,
con las imágenes oníricas, mágicas e incomprensibles a veces – aunque siempre sugerentes-
que tanta fama han dado a nuestro autor granadino en España y fuera de ella.
El poeta: quiere poder vivir enamorado o desenamorado y, para ello, necesita saber de su
amante qué puede esperar. Quizás constituya esto la base del juego amoroso: no saber a
ciencia cierta lo que siente por nosotros el otro. Este juego se produce siempre en las fases
previas del encuentro amoroso. Aquí parece, entonces, que su relación no es madura, que es
el típico lance intenso, pasional pero exento de experiencia, de tiempo. Y es típico porque
aparecen en el poema una serie de tópicos ya clásicos en labios de otros poetas españoles
que Lorca conoció y admiró: Antonio Machado, Rubén Darío..
Lorca muestra, pues, que su relación ha sido tan intensa que su vida no será vida si no sabe
nada de su amor, como la madre que, no sabiendo dónde se encuentra el hijo, desea conocer,
para bien o para mal, cuál es su paradero y estado. Es este deseo de conocimiento el centro
del poema y de toda relación: deshojar la margarita del “me quiere- no me quiere”.
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En el poema destaca una serie de elementos antitéticos y paradójicos que reflejan con gran
claridad cómo ese sentimiento es pasional, contraproducente e incomprensible: llama a su
amor viva muerte; se transfigura, sin solución de continuidad, en tigre y paloma. Otra vez
aparecen elementos que se han repetido a lo largo de la historia de la literatura (muerte que
das vida, muero porque no muero). Hay un último guiño literario al final del poema, que hace
referencia al título de unas de las obras más intensas de San Juan de la Cruz: Noche oscura
del alma.
Se comprueba también en este poema cómo Lorca es capaz de aunar como genio del 27 el
sentimiento y la tradición, la métrica clásica y las figuras más vanguardistas.
Para terminar podríamos pensar que la homosexualidad no declarada de Lorca se hace más
patente, si cabe, en estos versos del amor oscuro. De ahí procedería su tragedia e intensidad.
Ahora bien, el sentimiento que de él emana es universal: la necesidad irrenunciable de saber la
verdad sobre el origen de nuestro amor, su fundamento y su sinceridad que queda reflejada
magistralmente en las oscuras metáforas y paradojas que dan forma, cual si fuera el barro de
la pasión, a este soneto.
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23.- El Poeta Dice La Verdad
............
Quiero llorar mi pena y te lo digo
para que tú me quieras y me llores
en un anochecer de ruiseñores
con un puñal, con besos y contigo.
2.- RESUMEN
El autor nos cuenta en estos versos un dolor pasado, no especifica sobre que, podría ser sobre
un amor pasado, quiere superar ese dolor que tiene que le está haciendo mucho daño, quiere
sentir el amor, quiere volver a amar, para ello utiliza ese sentimiento, para deshacerse del dolor
que sufre.
3.-ESTRUCTURA
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5.- COMENTARIO
Este poema es parte de los Sonetos del amor oscuro. El tema es la superación del dolor, con
ayuda del amor. Hablando del tema del amor hay que hacer un inciso para tratar el amor en
Lorca; Lorca era homosexual y eso se refleja en el título de la obra con las palabras amor
oscuro.
En este poema en concreto, Lorca nos cuenta un dolor pasado, no especifica sobre qué, podría
ser sobre un amor pasado, quiere superar ese dolor que tiene y que le está haciendo mucho
daño, quiere sentir el amor, quiere volver a amar. La estructura del poema es
En conclusión, la pérdida de su amado deja al autor destrozado, pero a pesar de todo le pide
que vuelva con él y que olvide todo lo pasado para que vuelvan a estar juntos y amarse como
lo hacían antes.
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RESUMEN SIMBOLOGÍA LORCA
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