Antología Poética

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ANTOLOGÍA POÉTICA
FEDERICO
GARCÍA LORCA

1
CANCIONES (1921-1924)

1.- El lagarto está llorando

El lagarto está llorando.

La lagarta está llorando.

El lagarto y la lagarta

con delantalitos blancos.

Han perdido sin querer

su anillo de desposados.

¡Ay, su anillito de plomo,

ay, su anillito plomado!

Un cielo grande y sin gente

monta en su globo a los pájaros.

El sol, capitán redondo,

lleva un chaleco de raso.

¡Miradlos qué viejos son!

¡Qué viejos son los lagartos!

¡Ay, cómo lloran y lloran,

¡ay! ¡ay! cómo están llorando!

LOCALIZACIÓN

Poema perteneciente al libro Canciones y dentro de este a la sección de la obra


denominada “Canciones para niños”, pertenece a la primera etapa o etapa de
juventud.

Es un poema dedicado “A mademoiselle Teresita Guillén, tocando un piano de


siete notas”. Teresa era hija del poeta Jorge Guillén de la G27 y el poema puede
ser datado hacia el 1923.

2
RESUMEN

Una pareja de lagartos está llorando porque han perdido su anillo de casados.

TEMA

 Nostalgia (añoranza) por el paso del tiempo.


 Lamento por la pérdida de un objeto querido.

ESTRUCTURA

EXTERNA:

Consta de 16 versos octosílabos distribuidos en pareados.

INTERNA:

v1- v 4; infancia de los lagartos.

V5-v12; etapa adulta. Han unido sus vidas, esta pasa ante sus ojos sin
poder detener el tiempo. Están preocupados por la pérdida del símbolo de su
amor:su anillo.

v13- v16; vejez, añoranza del tiempo perdido.

MÉTRICA

Poema de arte menor, mayoría de versos con rima sonante, rimando los pares y
quedando libres los impares, por lo tanto es un ROMANCE.

FIGURAS RETÓRICAS

Políptoton ( derivación); figura retórica que consiste en un tipo de derivación en


que se emplean palabras de la misma raíz pero diferenciadas en los morfemas
flexivos, como en “huyendo no huye la muerte”.

(1) “ de plomo y plomado”.

Metáfora

 “delantalitos blancos”= referencia al color de la piel del vientre de estos


animales.
 “anillo”= lo perfecto, no tiene ni principio ni fin porque es redondo. Unión
y afectividad, compromiso, matrimonial.

 “monta en su globo a los pájaros”; globo=sol o la bóveda celeste.

 “capitán redondo”= el sol es el jefe de los ejércitos de pájaros”

3
Personificación

 El llanto de los lagartos.


 “Un cielo grande y sin gente/ monta en su globo a los pájaros”

 “El sol, lleva un chaleco de raso.”

Anadiplosis ; repetición de una palabra al final de un verso o frase y al


comienzo del siguiente. Encadenar palabras e ideas. Dar sensación de unión o
continuidad.

o ¡Miradlos qué viejos son!

¡Qué viejos son los lagartos!

Paralelismo

Anáfora

2.- Canción del jinete 1860

En la luna negra
de los bandoleros,
cantan las espuelas.

Caballito negro.
¿Dónde llevas tu jinete muerto?

...Las duras espuelas


del bandido inmóvil
que perdió las riendas.

Caballito frío.
¡Qué perfume de flor de cuchillo!

En la luna negra
sangraba el costado
de Sierra Morena.

Caballito negro.
¿Dónde llevas tu jinete muerto?

La noche espolea
sus negros ijares

4
clavándole estrellas.

Caballito frío.
¡Qué perfume de flor de cuchillo!

En la luna negra,
¡un grito! y el cuerno
largo de la hoguera.

Caballito negro.
¿Dónde llevas tu jinete muerto?

LOCALIZACIÓN

Pertenece a la obra Canciones, publicada en 1927, dentro de la sección


“Andaluzas”. Se integra, por tanto, en el primer ciclo de producción del poeta,
conocido como poesía de juventud.

RESUMEN

Un bandido muerto es llevado no sabemos hacia dónde por su caballo, mientras


la Naturaleza parece sacudida, animada, por la tragedia.

TEMA

El destino trágico.

Muerte de un bandolero.

ESTRUCTURA

 Externa. Poema muy simétrico, estando compuesto sucesivamente de


estrofas de 2 y 3 versos (pareados y tercerillos)
 Interna. Los pareados sirven para marcar el paso del caballo y
remachar el tema del poema: la muerte del jinete.

Los tercerillos describen el cuadro exterior donde se desarrollan los


hechos.

Finalmente el caballo retoma el privilegio del protagonismo del poema,


es el dueño del destino del hombre.

MÉTRICA

El poema está escrito en cinco tercerillos (vv hexasílabos con rima asonante en
los impares)

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RECURSOS RETÓRICOS

Métaforas

Personificación

Interrogación retórica

Apóstrofe (Exclamación retórica)

Metonimia; Sierra Morena= bandolero

Epíteto

Sinestesia; es una figura retórica que consiste en mezclar sensaciones de


sentidos distintos (audición, visión, gusto, olfato, tacto) o mezclar dichas
sensaciones con sentimientos (tristeza, alegría, etc...): ¡Qué perfume de
flor de cuchillo

3.- SUICIDIO -

6
(Quizá fue por no saberte la Geometría)

El jovencito se olvidaba.
Eran las diez de la mañana.

Su corazón se iba llenando


de alas rotas y flores de trapo.

Notó que ya no le quedaba


en la boca más que una palabra.

Y al quitarse los guantes, caía,


de sus manos, suave ceniza.

Por el balcón se veía una torre.


El se sintió balcón y torre.

Vio, sin duda, cómo le miraba


el reloj detenido en su caja.

Vio su sombra tendida y quieta


en el blanco diván de seda.

Y el joven rígido, geométrico,


con un hacha rompió el espejo.

Al romperlo, un gran chorro de sombra


inundó la quimérica alcoba.

LOCALIZACIÓN

Poema perteneciente al libro Canciones y dentro de este a la sección de la obra


denominada “Trasmundos”, pertenece a la primera etapa o etapa de juventud.

RESUMEN

El suicidio de un joven.

Un narrador en 3ª persona relata el proceso de abandono de un joven en su


dormitorio.

TEMA

7
Inclinación al suicidio como consecuencia de una frustración.

ESTRUCTURA

a) EXTERNA

b) INTERNA

1. V1-v8: un joven en la intimidad de su habitación, se


siente frustrado por no alcanzar su objetivo.

2. V9-v14: la identificación con elementos externos que lo


abocan fuera de su realidad y consuma el suicidio.

3. V15-v18: la otra vida y la sombra de la muerte culminan


la última visión del poeta.

MÉTRICA

El poema está compuesto de nueve pareados eneasílabos y algún decasílabo,


con rima asonante mayoritariamente.

FIGURAS RETÓRICAS

Metáfora

Personificación

Anáfora

Reiteración (repetición)

POEMAS DEL CANTE JONDO (1921-1926)


8
4.- BALADILLA DE LOS TRES RÍOS

El río Guadalquivir
va entre naranjos y olivos.
Los dos ríos de Granada
bajan de la nieve al trigo.

¡Ay, amor
que se fue y no vino!

El río Guadalquivir
tiene las barbas granates.
Los dos ríos de Granada
uno llanto y otro sangre.

¡Ay, amor
que se fue por el aire!

Para los barcos de vela,


Sevilla tiene un camino;
por el agua de Granada
sólo reman los suspiros.

¡Ay, amor
que se fue y no vino!

Guadalquivir, alta torre


y viento en los naranjales.
Dauro y Genil, torrecillas
muertas sobre los estanques,

¡Ay, amor
que se fue por el aire!

¡Quién dirá que el agua lleva


un fuego fatuo de gritos!

¡Ay, amor
que se fue y no vino!

9
Lleva azahar, lleva olivas,
Andalucía, a tus mares.

¡Ay, amor
que se fue por el aire!

LOCALIZACIÓN

Escrito a finales de 1921, se incluyó en el libro Poema del Cante Jondo (1931).
Pertenece a la poesía mítico-andaluza, esta se caracteriza por la combinación
de técnicas vanguardistas y temas tradicionales para expresar el dolor de vivir a
través de la música y los cantos tradicionales andaluces.

RESUMEN

Descripción del campo andaluz desde Sierra Morena hasta la desembocadura


del Guadalquivir.

TEMA

Estampa del campo andaluz.

ESTRUCTURA

 EXTERNA. El poema consta de 32 versos divididos en 4


estrofas , con versos octosílabos la mayoría, aunque el 1º de la
1ª y 2ª estrofa son heptasílabos.

Intercalado en el poema se repite constantemente el estribillo.

 INTERNA.

o V1-V12. Lorca nos sitúa geográficamente en el


lugar de la acción al tiempo que establece,
desde el principio, una comparación entre el río
Guadalquivir y los dos ríos de Granada.

o V13-v24 .El autor no afronta el mundo jondo a


través de una ciudad a orillas del mar como
Sevilla, próspera, enriquecida, sino que fija su
vista en Granada, ciudad con una estética
solitaria, contemplativa y empequeñedora (uso
de diminutivos: baladilla, torrecillas...).

o Por último, el tercer bloque temático lo formaría


la pareja de pareados finales (vs. 25-26 y 29-30)
que constituyen una ruptura tajante: manifiestan
una reacción apasionada gracias a una doble
generalización (el agua, v. 25 y Andalucía, v. 30)

10
y una inversión en el orden de presentación de
los ríos, el sentido exacto del “ir” paralelo del
agua y del amor.

FIGURAS RETÓRICAS

Metáforas

Personificación

Anáfora

Epífora

Metonimia

Asíndeton; ausencia de coujunciones.; a lo largo de todo el poema solo


encontramos la conjunción “y” en muy contadas ocasiones.

5.- DESPEDIDA

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Si muero,
dejad el balcón abierto.

El niño come naranjas.


(Desde mi balcón lo veo).

El segador siega el trigo.


(Desde mi balcón lo siento).

¡Si muero,
dejad el balcón abierto!

LOCALIZACIÓN

Poema perteneciente al libro Canciones (1921-1934) y dentro de este a la


sección de la obra denominada “Trasmundos”, pertenece a la primera etapa o
etapa de juventud.

RESUMEN
El poeta desea morir en su casa, con el balcón abierto. Siente que así podrá ver,
cuando muera, los naranjos del campo y la siega del trigo.

El poeta expresa su deseo de que nada cambie cuando él ya no esté.

TEMA

La muerte

ESTRUCTURA

 EXTERNA

El poema consta de ocho versos, seis de ellos octosílabos y dos


trisílabos, estos coinciden con el principio y el fin del poema.
Rima asonante en los versos pares.

 INTERNA

12
El poema tiene una estructura circular, empieza y acaba con la
misma idea, el día en que él ya no esté. En el desarrollo, v3-v6,
aparece la cotidianidad a la que aspira el poeta.

FIGURAS RETÓRICAS

Paralelismo

Repetición

Exclamación retórica

6.- SORPRESA
13
Muerto se quedó en la calle
con un puñal en el pecho.
No lo conocía nadie.

¡Cómo temblaba el farol!


Madre.
¡Cómo temblaba el farolito
de la calle!

Era madrugada. Nadie


pudo asomarse a sus ojos
abiertos al duro aire.

Que muerto se quedó en la calle


que con un puñal en el pecho
y que no lo conocía nadie.

LOCALIZACIÓN

Este poema fue titulado inicialmente “Esquina”, después sencillamente “Copla”


y, finalmente, “Sorpresa”. Fue recitado por Lorca en el Centro Artístico de
Granada el 7 de julio de 1922, y publicado a continuación en Noticiero
granadino; definitivamente formará parte del “Poema de la soleá”, la segunda
sección del Poema del cante jondo. Por lo tanto, pertenece a la poesía mítico-
andaluza

RESUMEN

La sorpresa que provoca la presencia de un muerto solitario y desconocido en


la calle.

TEMA

El sentido trágico de la vida.

ESTRUCTURA

 EXTERNA. Poema de trece versos cuya medida oscila entre

14
las ocho y las nueve sílabas y un verso bisílabo.

 INTERNA. Poema circular, empieza y acaba casi de la misma


forma, el lector reconoce la repetición del primer bloque, y recibe
estos tres versos como tres puñaladas letales, como tres
punzantes gestos del destino mortal.

La primera estrofa sirve de presentación, se abre el misterio: hay


un muerto en la calle, pero ignoramos quién es y cómo o por
qué se ha producido esa muerte.

Segunda estrofa, todo transcurre de noche, solo aparece una luz


que emana del personificado farol, que recoge el asombro y el
miedo que sugiere el instante.

Tercera estrofa, vuelve la referencia a la soledad y solo aparece


un personaje de conexión entre el mundo y el trasmundo: el aire.

FIGURAS RETÓRICOS

Personificación

Políptoton

Anáfora

Paralelismo

Metáfora??? La relación pena-madre-muerte es tópico en la poesía


modernista y popular. Aquí la Madre(=Muerte) aparece como la confidente
imaginaria.

ROMANCERO GITANO

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7.- ROMANCE DE LA LUNA, LUNA

La luna vino a la fragua


con su polisón de nardos.
El niño la mira mira.
El niño la está mirando.

En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.

-Huye luna, luna, luna.


Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.

-Niño déjame que baile.


Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.

-Huye luna, luna, luna,


que ya siento sus caballos.
-Niño déjame, no pises,
mi blancor almidonado.

El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos cerrados.

Por el olivar venían,


bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas

16
y los ojos entornados.

¡Cómo canta la zumaya,


ay como canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con el niño de la mano.

Dentro de la fragua lloran,


dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
el aire la está velando.

LOCALIZACIÓN

Poema perteneciente a la obra Romancero gitano (1928), corresponde a la


etapa de la poesía mítico-andaluza.

RESUMEN

De noche, en una fragua un niño gitano muere mientras sus padres están
ausentes. Los gitanos no llegan a tiempo, sus prisas son inútiles y, frustrados,
lloran la muerte del niño.

TEMA

La presencia de la luna anuncia el destino trágico del gitano.

La muerte de un niño gitano.

El sentido trágico de la vida.

ESTRUCTURA

 EXTERNA; el poema consta de 36 versos octosílabos en los


que se alterna el diálogo y la narración.

 INTERNA

o VV1-4: presentación de los personajes principales y el


conflicto que les afecta.

o Vv5-24: desarrollo del conflicto. La muerte (luna) se

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acerca a l niño y lo invita a seguirla; el niño se resiste y
la rechaza, pues no quiere morir. Sin embargo, la
muerte gana su apuesta y el niño la acompaña.

o Vv25-36: los familiares del niño galopan hacia la fragua


y se encuentran con lo peor: el niño ha fallecido;
impotentes ante el destino lloran desconsoladamente.

MÉTRICA

Es una tirada de versos octosílabos, riman los pares, quedan libres los impares;
rima asonante. Es un romance.

FIGURAS RETÓRICAS

Personificación

Metáfora

Derivación (políptoton)

Metonimia

Anáfora

Reduplicación → consiste en la repetición continuada de una palabra

Paralelismo; v9 y v17

8.- Romance sonámbulo


18
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura
ella sueña en su baranda,
verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Verde que te quiero verde.
Bajo la luna gitana,
las cosas la están mirando
y ella no puede mirarlas.

Verde que te quiero verde.


Grandes estrellas de escarcha,
vienen con el pez de sombra
que abre el camino del alba.
La higuera frota su viento
con la lija de sus ramas,
y el monte, gato garduño,
eriza sus pitas agrias.
¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde...?
Ella sigue en su baranda,
verde carne, pelo verde,
soñando en la mar amarga.
Compadre, quiero cambiar
mi caballo por su casa,
mi montura por su espejo,
mi cuchillo por su manta.
Compadre, vengo sangrando,
desde los puertos de Cabra.
Si yo pudiera, mocito,
ese trato se cerraba.
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa.
Compadre, quiero morir
decentemente en mi cama.
De acero, si puede ser,
con las sábanas de Holanda.
¿No ves la herida que tengo
desde el pecho a la garganta?
Trescientas rosas morenas
lleva tu pechera blanca.
Tu sangre rezuma y huele
alrededor de tu faja.
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa.
Dejadme subir al menos
hasta las altas barandas,
¡dejadme subir!, dejadme
hasta las verdes barandas.
Barandales de la luna
por donde retumba el agua.

Ya suben los dos compadres


hacia las altas barandas.
Dejando un rastro de sangre.

19
Dejando un rastro de lágrimas.
Temblaban en los tejados
farolillos de hojalata.
Mil panderos de cristal,
herían la madrugada.

Verde que te quiero verde,


verde viento, verdes ramas.
Los dos compadres subieron.
El largo viento, dejaba
en la boca un raro gusto
de hiel, de menta y de albahaca.
¡Compadre! ¿Dónde está, dime?
¿Dónde está tu niña amarga?
¡Cuántas veces te esperó!
¡Cuántas veces te esperara,
cara fresca, negro pelo,
en esta verde baranda!

Sobre el rostro del aljibe


se mecía la gitana.
Verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Un carámbano de luna
la sostiene sobre el agua.
La noche se puso íntima
como una pequeña plaza.
Guardias civiles borrachos
en la puerta golpeaban.
Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar.
Y el caballo en la montaña.

TEMA.

El poema plantea el tema del amor ideal y frustrado que desemboca en la muerte, el único
antídoto contra el dolor..

RESUMEN.

Una muchacha está esperando, en un balcón, a su amado, que es contrabandista, y que huye,
herido muy gravemente, junto a su compadre, el padre de la novia, de la guardia civil. Ella, tras
esperarlo en vano, se ha suicidado arrojándose sobre el aljibe. Los hombres la encuentran
muerta, y los guardias vienen a arrestarlos.
ESTRUCTURA.

Externa: como dicta el género al que pertenece, el poema tiene una continuidad
temática y está constituido por una serie ilimitada de versos octosílabos (86 en concreto) con

rima asonante en los pares, propio del romance.

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Interna: tenemos un romance en que, como los tradicionales, se desarrolla una acción
principal con los clásicos planteamiento, nudo y desenlace, que en cada poema se plasma de
manera particular.

 Primera parte (fragmentos I y II) que comprende los versos 1-25 en los que se
oye la voz del narrador presentando un primer marco de la historia, una escena
de bandolerismo, a la vez que las imágenes del barco y del caballo nos remiten
a un simbolismo de la muerte. También son presentados los protagonistas con
gran economía narrativa, tanta que resulta enigmática, y con una ambigüedad
calculada. En los versos 5-12 aparece una muchacha: ¿muerta? ¿viva? Viva y
muerta, pues ya desde aquí se observa una mezcla de tiempos:“ella sueña en
su baranda” (viva), “verde carne, pelo verde / con ojos de fría plata” (muerta),
con la explicación posterior de que “las cosas la están mirando / y ella no
puede mirarlas”.

 Segunda parte (versos 13-24), da respuesta a los interrogantes anteriores.


Vemos ahora que se trata de un joven contrabandista. el joven, caracterizado
en la apelación “mocito” expresa su deseo de cambiar de vida.

 Tercera parte (vv.25-52) es el amante quien interviene, le pide a su compadre


que le dé las bendiciones -él ya está herido de muerte- para irse con su amada,
pero el compadre le dice que él ya no es ni siquiera él ni su casa es su casa.
La muerte está cerca y pide morir en su cama, pero sabe que eso ya no puede
ocurrir y se conforma con subir hasta su baranda, desde donde pueda ver por
última vez a su amada

 Cuarta parte; grupo de versos (vv.53-60) los dos compadres suben hasta las
altas barandas, sin embargo en el camino van dejando un gran reguero de
sangre que va hiriendo hasta la madrugada.

 Quinta parte (vv.61-72) los compadres han llegado ya a la alta baranda y el


amante moribundo le pide a su amigo que le enseñe dónde está su amada,
aquella que tantas veces esperó su llegada.
 En la última estrofa (vv.73-86) el amante muere, ese amor se vuelve a frustrar
y la amante ya no volverá a esperar a ese amor que ha desaparecido.

FIGURAS RETÓRICAS (Símbolos)

21
Metonimia

Verde viento. Verdes ramas.

El viento, elemento contiguo a las ramas por las que pasa, se contagia de su color vegetal
adquiriendo un simbolismo abarcador: el viento llena de ese color todo el ambiente como si se
tratara de una materia expansible y, con el simbolismo que adquiere en este poema,
impregnándolo de muerte: “verde carne, pelo verde / con ojos de fría plata. Además, el color
verde, en sí mismo, puede referirse al moreno de la muchacha.

Personificación

“Bajo la luna gitana, / las cosas la están mirando / y ella no puede mirarlas”.

Metáfora

“Estrellas de escarcha” es una forma muy bella de describir el rocío fresco (significado de ‘luz’ y
‘temperatura’), así como “el pez de sombra” referido al ensombrecimiento repentino y previo al
alba que es visto en el horizonte con la forma alargada de un pez.

“Y el monte, gato garduño, / eriza sus pitas agrias”. nos proyecta la imagen del monte, como la
de ese felino montaraz en un momento de irritación, dispuesto al ataque.

“Mil panderos de cristal, / herían la madrugada” Esta nueva personificación y metáfora sublima
el cantar agudo de los gallos: “panderos”, “ruido, “sonido”; “cristal”, “aristas afiladas”,
“cortantes”; la unión de ambos significaría “sonido agudo, estridente.

“Un carámbano de luna / la sostiene sobre el agua”. Si de una parte el “carámbano de luna”
nombra la estela luminosa que el satélite proyecta sobre el agua y la gitana muerta, la frialdad
del hielo y la luz lunar espectral acentúan las sensaciones de muerte en una atmósfera
misteriosa de fascinación tétrica.

Comparación

“La noche se puso íntima / como una pequeña plaza”. Como se ha aludido, esta comparación
metafórica supone, a la par que una suerte de acotación escénica, una focalización
“cinematográfica”

Antítesis

“Pero yo ya no soy yo. / Ni mi casa es ya mi casa” con las que el personaje expresa su
alienación sentimental y psicológica.

Epíteto

Antepuesto “verde viento”, “verdes ramas”, “verde carne”, “fría plata”, “grandes estrellas”,
“trescientas rosas”, “mil panderos” (cuantificaciones hiperbólicas), “altas barandas”, “verdes
barandas”, “largo viento”, “verde baranda”, “pequeña plaza” (con valor más afectivo que
cuantitativo); o en posposición: “pelo verde”, “luna gitana”, “mar amarga”, “niña amarga”.

Sinestesia.

22
Sus pitas erizadas, como los pelos en punta del gato, son esas plantas pinchudas y agitadas
por el viento que, además, mediante una adjetivación sinestésica, producen desagrado hasta
en el sentido del gusto

Paralelismo.

Hay algunos ejemplos de paralelismo, en los versos: 3 y 4, 11 y 12, 15 y 16, 17 y 18, 25 y 26,
35 y 36, 39 y 40, 41 y 42, 43 y 44, 47 y 48, 49 y 50, 51 y 52, 53 y 54, 57 y 58, 64,65 y 66, 72 y
73, 79 y 80, 81 y 82.

Anáfora
En varios versos, que constituyen la base de varias estructuras paralelísticas:
"mi caballo por su casa, / mi montura por su espejo, / mi cuchillo por su manta";
"Pero yo ya no soy yo / Ni mi casa es ya mi casa";
"Dejadme subir al menos / hasta las altas barandas, / ¡dejadme subir!, dejadme / hasta las
verdes barandas";
"Dejando un rastro de sangre./ Dejando un rastro de lágrimas".

23
9.- Romance de la pena negra

Las piquetas de los gallos ¡Qué pena tan lastimosa!

cavan buscando la aurora, Lloras zumo de limón 25

cuando por el monte oscuro agrio de espera y de boca.

baja Soledad Montoya. ¡Qué pena tan grande! Corro

Cobre amarillo, su carne, 5 mi casa como una loca,

huele a caballo y a sombra. mis dos trenzas por el suelo,

Yunques ahumados sus pechos, de la cocina a la alcoba. 30

gimen canciones redondas. ¡Qué pena! Me estoy poniendo

Soledad, ¿por quién preguntas de azabache, carne y ropa.

sin compaña y a estas horas? 10 ¡Ay mis camisas de hilo!

Pregunte por quien pregunte, ¡Ay mis muslos de amapola!

dime: ¿a ti qué se te importa? Soledad: lava tu cuerpo 35

Vengo a buscar lo que busco, con agua de las alondras,

mi alegría y mi persona. y deja tu corazón

Soledad de mis pesares, 15 en paz, Soledad Montoya.

caballo que se desboca, Por abajo canta el río:

al fin encuentra la mar volante de cielo y hojas. 40

y se lo tragan las olas. Con flores de calabaza,

No me recuerdes el mar, la nueva luz se corona.

que la pena negra brota 20 ¡Oh pena de los gitanos!

en las tierras de aceitunas Pena limpia y siempre sola.

bajo el rumor de las hojas. ¡Oh pena de cauce oculto 45

¡Soledad, qué pena tienes! y madrugada remota!

24
TEMA.
El tema fundamental del texto es la pena de la gitana. Esa pena profunda que penetra en todo
su ser. La pena que siente la protagonista podría ser el dolor de los gitanos y, por extensión, el
dolor de todos los pueblos y personas oprimidos.

RESUMEN
En un amanecer, una bella gitana, llamada Soledad Montoya, desciende ansiosa monte abajo.
Una voz le habla. Le pregunta qué hace tan temprano por allí, sin compañía. A quién busca, a
dónde va. Ella le responde esquiva que eso a él qué le importa. Que va buscando lo que
busca: su alegría y su persona. La voz intenta tranquilizarla, le recuerda el fin trágico de la
pasión desbocada, ella le contesta que no se lo recuerde, que la pena que lleva en su interior
brota. Esa pena que invade su cuerpo y su vida. La voz siente una inmensa compasión por
ella. Le aconseja que lave su angustia y apacigüe su pena con el agua de las alondras (el
rocío). Al pie del monte corre el río, reflejando la claridad del nuevo día.

ESTRUCTURA.

Externa: se trata de un romance de versos octosílabos, que es el metro más


característico de la lengua española. En todos los versos, la medida es perfecta. La rima es la
típica de los romances, es decir, rima asonante -conseguida mediante las vocales “o-a”- entre
los versos pares, quedando libres los impares.

Interna: podemos observar tres partes:

4. Presentación del tiempo, el espacio y la protagonista. (Versos 1-8)


En un amanecer todavía oscuro, una bella gitana, llena de sensualidad, baja por el
monte.

5. Diálogo entre la voz poética y Soledad Montoya. (Versos 9-38)

Voz poética Soledad Montoya

Versos 9-14 Le pregunta qué es lo que busca, Rechaza, orgullosa, la pregunta y le


sin compaña y a esas horas. replica que busca lo que busca: su
alegría y su persona

Versos 15-22 Le previene contra la pasión Le pide que no le recuerde la muerte,


desbocada que puede acabar en la porque entonces la pena negra brota,
muerte: caballo que se desboca, al en las tierras de aceitunas bajo el
fin encuentra la mar y se lo tragan rumor de las hojas.
las olas.

Versos 23-34 Se compadece de la pena tan La mujer le relata cómo, enloquecida


lastimosa que lleva consigo por la pena, su cuerpo y su alma se
Soledad Montoya. oscurecen.

Versos 35-38 La voz poética le aconseja que lave su pena con el agua purísima del rocío y
apacigüe su corazón.

25
6. Cierre. (Versos 39-46)
Ya clarea. El río corre ciñendo el monte. La voz poética lamenta profundamente la pena
negra de los gitanos.

FIGURAS RETÓRICAS

La breve historia que se relata está envuelta en una serie de METÁFORAS audaces
propias del estilo gongorino. Así se produce el efecto de hallarnos ante una composición lírica
que envuelve una mínima historia narrativa.

Las piquetas de los gallos


En los primeros cuatro versos, nos sumergimos
cavan buscando la aurora, en un ambiente de claroscuro, que nos acompañará
durante todo el poema, produciendo una sensación de
cuando por el monte oscuro incertidumbre, de desasosiego.

baja Soledad Montoya.

A la negrura de la noche le sigue el alba con una penosa búsqueda de la luz. Los
cantos de los gallos son piquetas que cavan en la oscuridad de la bóveda celeste para dejar
paso al sol: cavan buscando la aurora.

En los dos versos siguientes advertimos la PARONOMASIA (es una figura retórica
que consiste en emplear palabras con sonidos similares pero de distinto significado
(parónimos), el políptoton (la derivación) es una especie de paronomasia)

Para Lorca este monte oscuro podría representar un calvario de sufrimientos y, tal vez,
por dicho motivo, ha atribuido este apellido a su personaje. Pero por encima sobresale el
nombre propio de la protagonista, que revela su carácter y su personalidad: Soledad. Por otro
lado, es interesante conocer que Soledad Montoya fue una gitana que vivía en la Sierra de
Jaén y de la que el poeta había oído hablar desde su infancia. Para acabar esta primera
“estrofa” introductoria del poema, la gitana baja por el monte oscuro, en un itinerario
descendente que se corresponde con la trayectoria del ánimo de Soledad a lo largo del poema.

Cobre amarillo, su carne 5


METÁFORA Los siguientes cuatro versos describen
huele a caballo y a sombra. magistralmente a la gitana. Dominan los rasgos
sensoriales y a través de ellos intuimos lo que
Yunques ahumados sus pechos, realmente ocurre en su alma.

gimen canciones redondas.

Así, cuando leemos cobre amarillo podemos imaginar que su piel morena está pálida
por el sufrimiento, y ese olor a caballo y a sombra nos lleva, primero, al deseo de tener un
hombre y, segundo, a la intensa tristeza de Soledad conforme avancemos en la historia. Los
vocablos yunques y cobre nos sitúan en un ambiente puramente gitano, ya que siempre se ha
identificado al gitano con la profesión ejercida en la fragua. Además de esto, tendríamos que
destacar el hecho de que los yunques son ahumados, es decir, de un color oscuro propio de
esa inmensa tristeza o “muerte en vida” que está sintiendo la gitana. Al finalizar esta
26
descripción hay una preciosa hipálage, o desplazamiento calificativo, al atribuir la característica
de redondas a las canciones, en lugar de a los pechos.

Soledad, ¿por quién preguntas


Los versos que siguen a continuación (9-
sin compaña y a estas horas? 10 14) cambian el curso de la narración para
comenzar un diálogo entre Soledad Montoya y
Pregunte por quien pregunte, el innominado interlocutor al que
identificaremos con el propio poeta.
dime: ¿a ti qué se te importa?

Vengo a buscar lo que busco,

mi alegría y mi persona.

Los versos 13 y 14 son la clave de todo el poema, e incluso de todo el Romancero


Gitano. En este libro, Lorca pretende exaltar la dignidad del pueblo gitano, que vive
atormentado por esta pena que es, según el poeta, «una pena sin nombre, cuya causa no se
dice» (vengo a buscar lo que busco) POLÍPTOTON (Derivación). El pueblo gitano lucha por
mantener esas ansias de vivir que caracterizan a su raza. Esa búsqueda de Soledad Montoya
puede referirse a su propia apetencia sexual (mi alegría) y a la plenitud de su vida y de su
nombre (mi persona).

Soledad de mis pesares, 15


El poeta reaparece ahora, con unos
caballo que se desboca, sentidos versos, del 15 al 18, que vuelven a
expresar su compasión, además de advertirle
al fin encuentra la mar a Soledad de los efectos del amor.
y se lo tragan las olas.

Este amor es una pasión destructora (caballo que se desboca) que conduce a una
muerte psíquica (se lo tragan las olas). En estos versos habría que resaltar el uso del término
caballo, en una METÁFORA en aposición, como palabra clave de la poética de Lorca. La mar
es otra palabra clave dentro de la literatura española en general como sinónimo de la
muerte; en este punto, hemos de recordar las Coplas de Jorge Manrique, en las que
“nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar, que es el morir”.

No me recuerdes el mar,
El poema prosigue en el verso 19 con
que la pena negra brota 20 una réplica de Soledad Montoya que, de
nuevo, comprende cuatro versos.
en las tierras de aceitunas

bajo el rumor de las hojas.

La respuesta nos puede llevar a dos posibles interpretaciones:

c) que no es necesario pensar en el mar, porque tierra adentro, bajo el rumor de las
hojas, también ahoga la pena. En este caso volvemos a considerar al mar como

27
sustituto de la muerte, en contraposición de la tierra, con el significado mitológico
de fertilidad, de vida;
d) que no le haga recordar el mar, como sustituto de la pasión (mar en constante
movimiento, que produce vida y provoca inquietud), porque si se acuerda de esa
pasión que aquella madrugada no ha llegado a consumar, acabará hundida en la
pena negra.

Relacionándolo con estos cuatro últimos versos, tendríamos que subrayar el realismo
geográfico que empaña toda la obra de Lorca, un realismo que le hace nombrar
constantemente regiones y localidades de Andalucía. Así, las tierras de aceituna nos remiten a
Jaén, y a ese inicial deseo de llamar a este poema “Romance de la pena negra en Jaén”,
según la carta dirigida por el poeta a Melchor Fernández Almagro, que mencionamos
anteriormente.

¡Soledad, qué pena tienes! EXCLAMACIONES RETÓRICAS En los


cuatro versos siguientes, otra vez aparece un tono
¡Qué pena tan lastimosa! compasivo fortalecido con interjecciones, que nos
lleva a comprender un dolor profundo.
Lloras zumo de limón 25
METÁFORA
agrio de espera y de boca.

Es como si el poeta quisiera que nosotros, lectores, también sintamos esa pena que
debe bañar a la gitana, al interlocutor y a nosotros mismos. De hecho, la mención del limón
indica acritud y amargura, ya que la pena que abruma al personaje brota hacia exterior en un
llanto amargo que mueve a compasión. También podríamos apreciar una nota cromática en el
color amarillo del amanecer que ya se va acercando. No está muy clara la unión copulativa
entre de espera y de boca, puesto que espera y boca son dos sustantivos que
aparentemente no guardan relación entre sí, a no ser que se interprete como la “espera
agria” que ha sufrido Soledad Montoya durante la pasada noche.

¡Qué pena tan grande! Corro


La réplica de Soledad, la más larga del
mi casa como una loca, poema, comprende ocho versos, del verso 27
al 34. Sus palabras tienen una gran fuerza
mis dos trenzas por el suelo, sensorial y afectiva. Ahora llegamos a
apreciar el clímax del estado de ánimo de la
de la cocina a la alcoba. 30 gitana. La pena se ha manifestado en una
agitación de movimientos de mujer
¡Qué pena! Me estoy poniendo enloquecida.

de azabache, carne y ropa.

¡Ay mis camisas de hilo!

¡Ay mis muslos de amapola!

El fragmento narrativo emplea un lenguaje claro y directo, falto de las metáforas que
nos han ido acompañando. La mención de las trenzas por el suelo nos puede hacer recordar
una característica propia de la mujer decente de los romances y las canciones populares: una
mujer decente debía llevar el pelo recogido, porque si no, podía interpretarse que la que lo
llevaba desordenado y suelto era para satisfacer sus deseos sexuales..

28
Aquí nos llama la atención, sobre todo, el recurso al vocablo azabache para expresar
una metamorfosis en la gitana, fenómeno que también se produce en el paisaje, dentro de ese
ambiente claroscuro con el que empezamos el poema, y que no nos dejará hasta el final. Si
reparamos en la transformación que se produce en Soledad Montoya, encontramos que su piel
se ha tornado de “amarilla” (verso 5) a “azabache” (verso 32). Hay rasgos sensuales que
también se han transformado. La gitana añora y recuerda que sus “muslos eran de amapola”
(verso 34); sin embargo, sus pechos ahora son ahumados (verso 7). Otra alusión sexual la
podemos encontrar en el recuerdo de las camisas, que también se transforman de un color
claro (de hilo) al azabache. Y siguiendo con el color negro, es posible que el poeta haya podido
referirse al luto, costumbre muy popular que consistía en vestir ropa de color negro como señal
de tristeza y dolor por la muerte de algún familiar. Las interjecciones de la gitana (versos 33 y
34) revelan el fuerte dolor que siente por esa falta de compañero. En su respuesta ha
empleado dos palabras muy sensuales: camisas y muslos. Subrayemos también el fuerte
cromatismo que nos ha ido acompañando. En el Romancero Gitano hay un claro predominio de
los colores negro, blanco y verde. Sin embargo, en el romance de la pena negra resaltan el
negro y el amarillo de una manera indirecta, dentro del claroscuro del ambiente. Tales colores
son sugeridos por las palabras: ahumados, azabache, limón, flores de calabaza. El color rojo
de la pasión y el amor puede aparecer en los términos amapola y cobre.

Soledad: lava tu cuerpo 35


Ahora comienza el consejo que le da el
con agua de las alondras, interlocutor a Soledad Montoya para que deje
de sufrir: purifica tu cuerpo con el agua del
y deja tu corazón rocío, con el amor natural.

en paz, Soledad Montoya.

Por abajo canta el río:


El poema da un cambio radical en esta
volante de cielo y hojas. 40 nueva “estrofa” de cuatro versos. Comprende
una maravillosa descripción del río, que rodea
Con flores de calabaza, el pie del monte.

la nueva luz se corona.

Son cuatro versos que enmarcan y cierran el descenso de Soledad Montoya. Es


preciso detenerse en la deslumbrante METÁFORA en aposición del río que ciñe la falda de la
montaña, como el volante que ciñe las faldas de las gitanas: volante de cielo y hojas. Además,
es una expresión propia de la creación impresionista, pues describe el río como un espejo en el
que se reflejan los árboles y el cielo. Recursos expresivos que enlazan el poema de Federico
García Lorca con la doble tendencia que caracteriza a la Generación del 27: neopopularista,
por un lado, e influida por las últimas tendencias europeas, por el otro.

Las flores de calabaza son del color de esa débil claridad del amanecer que se va
abriendo paso. Lorca, al hablar de las flores del campo: amapola, flores de calabaza, remarca
su tendencia hacia lo natural frente a lo artificial del jardín.

29
¡Oh pena de los gitanos!
En los cuatro últimos versos, Federico da
Pena limpia y siempre sola. un salto desde la pena de una gitana a la de una
comunidad, la gitana, símbolo de toda colectividad
¡Oh pena de cauce oculto 45 aislada, perseguida y oprimida.

y madrugada remota!

El poeta, o mejor el interlocutor, parece declarar en estos versos el misterioso dolor del
gitano, Habla de la pena limpia y siempre sola, que quizás se refiera al miedo ancestral del
gitano, acumulado a través de siglos de represión. El cauce oculto encubre el misterio de esa
pena que, como hemos afirmado, es no solo la protagonista central del romance de la pena
negra, sino también de todo el Romancero Gitano. Y decimos que es misteriosa porque
verdaderamente desconocemos la causa real de tan intenso dolor, pues no se nos dice con
claridad la razón o el motivo que provoca la pena negra. De todas formas, así la definió el
propio Lorca en una conferencia-recital sobre el Romancero Gitano, de 1935:

«La pena de Soledad Montoya es la raíz del pueblo andaluz. No es angustia,


porque con pena se puede sonreír, ni es un dolor que ciega (…); es un ansia sin objeto,
es un amor agudo a nada...»

El sintagma madrugada remota nos recuerda el origen de los gitanos, que se sitúa en
lejanos países y en una época pretérita. O tal vez se refiera a un amanecer remoto o lejano, en
el que esa pena pueda extinguirse.

CONCLUSIÓN.

Es admirable la maravillosa destreza y la maestría de Federico García Lorca para


componer un romance narrativo envuelto en un lenguaje lírico, siguiendo la enseñanza y la
estela que Góngora había propuesto. Es una forma muy bella de componer y relatar una breve
historia, cubierta con unas deslumbrantes y audaces metáforas, expresadas con términos
sencillos. Aunque al lector le sea difícil desentrañar la trama que se sugiere.

30
10.- PRENDIMIENTO DE ANTONIO EL CAMBORIO EN EL
CAMINO DE SEVILLA

Antonio Torres Heredia,


hijo y nieto de Camborios,
con una vara de mimbre
va a Sevilla a ver los toros.
Moreno de verde luna
anda despacio y garboso.
Sus empavonados bucles
le brillan entre los ojos.
A la mitad del camino
cortó limones redondos,
y los fue tirando al agua
hasta que la puso de oro.
Y a la mitad del camino,
bajo las ramas de un olmo,
guardia civil caminera
lo llevó codo con codo.

El día se va despacio,
la tarde colgada a un hombro,
dando una larga torera
sobre el mar y los arroyos.
Las aceitunas aguardan
la noche de Capricornio,
y una corta brisa, ecuestre,
salta los montes de plomo.
Antonio Torres Heredia,
hijo y nieto de Camborios,
viene sin vara de mimbre
entre los cinco tricornios.

31
Antonio, ¿quién eres tú?
Si te llamaras Camborio,
hubieras hecho una fuente
de sangre con cinco chorros.
Ni tú eres hijo de nadie,
ni legítimo Camborio.
¡Se acabaron los gitanos
que iban por el monte solos!
Están los viejos cuchillos
tiritando bajo el polvo.

A las nueve de la noche


lo llevan al calabozo,
mientras los guardias civiles
beben limonada todos.
Y a las nueve de la noche
le cierran el calabozo,
mientras el cielo reluce
como la grupa de un potro.

TEMA

La actitud injusta de la Guardia Civil ante el pueblo gitano.

RESUMEN

La Guardia Civil se lleva Antoñito uno a cada lado del hombro. La tarde se alarga, como la de
una corrida de toros, y todo lo que le ocurre pasa cerca del mar. Los guardias civiles asustan a
Antonio con los caballos, disparos y la noche por coartada. Lo llevan al calabozo rodeado por
más miembros del cuerpo.

Le dicen que no es un hijo ilegítimo ya que, de serlo, lo hubieran asesinado, paseado. Para la
guardia civil no es nadie. Amenazan a los gitanos con matarlos si los ven solos para que
tengan miedo. El poeta nos dice la hora a la que lo metieron preso. Para ellos es algo rutinario
y siguen con lo suyo, refrescándose. Antonio se siente como animal salvaje encerrado,
enjaulado.

32
ESTRUCTURA

Externa

La estructura externa de este poema consiste en versos octosílabos, con rima asonante en los
versos pares, estando los versos impares sueltos.
Atendiendo a estas características, se determina que el poema es un romance, aunque está
dividido en estrofas separadas de cuatro, seis y ocho versos en orden aleatorio.

Interna
Internamente, este poema está dividido en tres partes temáticas:
 La primera se desarrolla desde la primera estrofa hasta la segunda y en
ella se introduce la situación de Antoñito el Camborio y una pequeña
descripción de su aspecto físico.
 La segunda parte se desarrolla desde la tercera hasta la octava estrofa,
y narra el arresto de Antoñito el Camborio por parte de cinco guardias
civiles y su consiguiente pérdida de poder y de nombre.
 La tercera parte, por último, se desarrolla en las dos últimas estrofas, la
novena y la décima en las que simplemente se nombra el
encarcelamiento del gitano y la euforia de los guardias.

FIGURAS RETÓRICAS

En la primera estrofa, prácticamente carente de recursos estilísticos García Lorca presenta una
METÁFORA en la que identifica la vara de mimbre que porta Antoñito el Camborio con el poder
e influencia suyas (verso 3º).
Posteriormente en la segunda estrofa se aporta una descripción en la que se utiliza otra
METÁFORA identificando su tez con un “verde luna”, y caracterizando a Antonio por su garbo y
juventud.
En la tercera estrofa, tras utilizar una METÁFORA en la que identifica el color amarillo del que
tiñe el río al tirar los trozos de limón con el oro (primeros cuatro versos), narra el
aprisionamiento de Antoñito.
Luego en la cuarta y la quinta estrofa se menciona el espacio temporal del poema: en la
primera el momento del día en el que se desarrolla el prendimiento, con una METÁFORA en la
que se identifica el atardecer y la forma en que este da color rosado a los montes conforme el
sol desaparece, con el elemento taurino de la torera; y en la quinta el momento del año en el
que se encuentra, con una simbología en la que se representa el mes de enero con la noche
de Capricornio y la recogida de las aceitunas (que se produce en este mes). Además se vuelve
a utilizar una METÁFORA taurina de carácter ecuestre que es a la vez una
PERSONIFICACIÓN en la que se dota a la brisa de la capacidad de saltar sobre “los montes
de plomo” identificados en esa metáfora por su color gris.
La sexta estrofa consta de ocho versos en la que se produce una GRADACIÓN
DESCENDENTE. En los primeros cuatro versos se le presenta sin vara de mimbre (que era
uno de los elementos que representaban su poder) y apresado. En los últimos cuatro versos de
la misma estrofa pierde aún más identidad argumentando que si fuera Camborio los hubiera
matado (identificando el asesinato con “hacer una fuente con cinco chorros de sangre”).
En la séptima estrofa se culmina la GRADACIÓN DESCENDENTE, expresando el poema que
Antoñito el Camborio no es nadie.
La octava estrofa consta sólo de dos versos, y se utiliza en ella una METÁFORA personificada
dotando a los cuchillos de la capacidad de tiritar e identificando el polvo que los rodea y esa
misma capacidad de tiritar con su desuso (que significa que Camborio no ha matado a nadie).
Por último, en la novena y décima estrofa se narra cómo lo llevan al calabozo tras lo cual, en la
novena estrofa, los guardias civiles con gozo por ello (dado que habitualmente se los
representaban como personas que disfrutaban con el mal ajeno) lo celebran bebiendo
“limonada” (pues beben en realidad agua impregnada con el sabor de los limones que

33
Camborio tiró al río); y en la décima tras una repetición del comienzo de la novela le cierran
definitivamente el calabozo, mientras, con una METÁFORA pura identifica el relucir del cielo
con la luna llena con la reluciente grupa de un potro, en la que se reitera finalmente el carácter
taurino y ecuestre del poema.

CONCLUSIÓN
Este poema se caracteriza por el uso de metáforas y recursos estilísticos en general de
carácter taurino y ecuestre, reiterándose Lorca en su costumbre, dado que era frecuente su
uso en el Romancero gitano. Además, este romance consta de una segunda parte, “La muerte
de Antoñito el Camborio”, en la que el príncipe gitano muere.

34
11.- ROMANCE DE LA GUARDIA CIVIL ESPAÑOLA

Los caballos negros son.


Las herraduras son negras.
Sobre las capas relucen
manchas de tinta y de cera.
Tienen, por eso no lloran,
de plomo las calaveras.
Con el alma de charol
vienen por la carretera.
Jorobados y nocturnos,
por donde animan ordenan
silencios de goma oscura
y miedos de fina arena.
Pasan, si quieren pasar,
y ocultan en la cabeza
una vaga astronomía
de pistolas inconcretas.

¡Oh ciudad de los gitanos!


En las esquinas banderas.
La luna y la calabaza
con las guindas en conserva.
¡Oh ciudad de los gitanos!
¿Quién te vio y no te recuerda?
Ciudad de dolor y almizcle,
con las torres de canela.

Cuando llegaba la noche,


noche que noche nochera,
los gitanos en sus fraguas

35
forjaban soles y flechas.
Un caballo malherido,
llamaba a todas las puertas.
Gallos de vidrio cantaban
por Jerez de la Frontera.
El viento, vuelve desnudo
la esquina de la sorpresa,
en la noche platinoche
noche, que noche nochera.

La Virgen y San José


perdieron sus castañuelas,
y buscan a los gitanos
para ver si las encuentran.
La Virgen viene vestida
con un traje de alcaldesa,
de papel de chocolate
con los collares de almendras.
San José mueve los brazos
bajo una capa de seda.
Detrás va Pedro Domecq
con tres sultanes de Persia.
La media luna, soñaba
un éxtasis de cigüeña.
Estandartes y faroles
invaden las azoteas.
Por los espejos sollozan
bailarinas sin caderas.
Agua y sombra, sombra y agua
por Jerez de la Frontera.

36
¡Oh ciudad de los gitanos!
En las esquinas banderas.
Apaga tus verdes luces
que viene la benemérita.
¡Oh ciudad de los gitanos!
¿Quién te vio y no te recuerda?
Dejadla lejos del mar,
sin peines para sus crenchas.

Avanzan de dos en fondo


a la ciudad de la fiesta.
Un rumor de siemprevivas
invade las cartucheras.
Avanzan de dos en fondo.
Doble nocturno de tela.
El cielo, se les antoja,
una vitrina de espuelas.

La ciudad libre de miedo,


multiplicaba sus puertas.
Cuarenta guardias civiles
entran a saco por ellas.
Los relojes se pararon,
y el coñac de las botellas
se disfrazó de noviembre
para no infundir sospechas.
Un vuelo de gritos largos
se levantó en las veletas.
Los sables cortan las brisas
que los cascos atropellan.
Por las calles de penumbra

37
huyen las gitanas viejas
con los caballos dormidos
y las orzas de monedas.
Por las calles empinadas
suben las capas siniestras,
dejando detrás fugaces
remolinos de tijeras.
En el portal de Belén
los gitanos se congregan.
San José, lleno de heridas,
amortaja a una doncella.
Tercos fusiles agudos
por toda la noche suenan.
La Virgen cura a los niños
con salivilla de estrella.
Pero la Guardia Civil
avanza sembrando hogueras,
donde joven y desnuda
la imaginación se quema.
Rosa la de los Camborios,
gime sentada en su puerta
con sus dos pechos cortados
puestos en una bandeja.
Y otras muchachas corrían
perseguidas por sus trenzas,
en un aire donde estallan
rosas de pólvora negra.
Cuando todos los tejados
eran surcos en la tierra,
el alba meció sus hombros
en largo perfil de piedra.

38
¡Oh, ciudad de los gitanos!
La Guardia Civil se aleja
por un túnel de silencio
mientras las llamas te cercan.

¡Oh, ciudad de los gitanos!


¿Quién te vio y no te recuerda?
Que te busquen en mi frente.
juego de luna y arena.

Romance que cierra el libro y el más largo de todos.

TEMA
La represión de la Guardia Civil, que supone la destrucción del mundo mítico de los gitanos.

RESUMEN

Parece que un grupo de guardias civiles van a atacar a un grupo de gitanos que celebran la
Nochebuena.

La noche es oscura como su indumentaria y les da ventaja para acercarse sin ser vistos. Es
noche sin luna llena. La fiesta está en lo alto y todos bailan y disfrutan sin saber lo que va
suceder. La guardia civil acecha y se acerca. El poeta desea que los gitanos huyan. Los
guardias civiles van en parejas y con espuelas para animar al caballo a atacar.

Por sorpresa entran cuatro o seis a caballo. El tiempo parece detenerse al principio. Luego todo
se vuelve gritos, miedo y muertos, disparos, golpes de sable y más muertos sin importar
hombres, mujeres, jóvenes o niños. La masacre parece no tener fin. Querían matar a todos,
dejando un recuerdo de fuego y destrucción. Son como los jinetes del apocalipsis. El olor a
sangre, fuego y pólvora se mezclan. Al final, los guardias civiles se van tras la noche de muerte
y fuego. Aquel lugar dejó de ser lo que era.

ESTRUCTURA

 Externa: este romance se compone de 124 versos que se organizan en seis


secciones. Como todo romance cumple las normas métricas de dicha forma.

 Interna: considerando la progresión narrativa se pueden señalar cuatro


partes.
o 1ª Parte, descripción negativa de la Guardia Civil.(vv 1-16)
o 2ª Parte, celebración de la Navidad en la ciudad de los gitanos, teñida
de malos presagios y llegada de la GC (vv 17-72)

39
o 3ª Parte, asalto a la ciudad que termina destruida, y marcha de la
GC(vv 73-120)

o 4ª Parte, la ciudad pervive en la memoria del yo poético (vv 121-124)

FIGURAS RETÓRICAS

Paralelismo.

Vv 11-12

Juegos de palabras.

Vv 26 y 36

Metáforas

Vv 5-6, 31,33-34,35,81-82,92,11-112,113-114,116

Metonimias

V1, vv73-74

Personificación

Vv77-80, vv115

40
POETA EN NUEVA YORK
Introducción
Lo que da unidad profunda a la obra de Lorca, es un profundo
sentimiento de frustración, el tema del deseo imposible y del destino
trágico. Esa temática, de hondas raíces personales, había adoptado
expresiones intimistas o se había encarnadlo en ciertas figuras como el
personaje de la Canción del jinete, o los gitanos y gitanas del
Romancero, por no hablar del teatro lorquiano.
Pero durante el curso 1929-1930, Lorca reside en Nueva York y el
contacto con aquel mundo es para él como un revulsivo. Con dos
palabras resume su impresión de la gigantesca ciudad: "Geometría y
angustia". "Trágica angustia vacía", dice en otro momento. A ello se une
la impresión de que "aquel inmenso mundo no tiene raíz". A la vez, ve el
sufrimiento de los pobres, de los marginados, "la esclavitud del hombre y
máquina juntos". Y el poeta se decide a dar testimonio de todo ello. Y a
alzar una encendida protesta. Él mismo dirá que "un acento social se
incorpora a su obra". Lorca sigue hablando de frustración, de destino
trágico, pero ahora ha ensanchado su horizonte: ha pasado del yo al
nosotros.
Otra novedad debe destacarse desde ahora: para plasmar ese nuevo
mundo y su protesta, Lorca acude a un nuevo lenguaje, de potente
capacidad simbólica, alucinante, que debe mucho al descubrimiento del
surrealismo.
Entre los poemas que compuso en Nueva York, La aurora, dentro de su
brevedad, es una certera síntesis de su visión.

41
12.- LA AURORA
La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.

La aurora de Nueva York gime


por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.

La aurora llega y nadie la recibe en su boca


porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.

Los primeros que salen comprenden con sus huesos


que no habrá paraíso ni amores deshojados:
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.

La luz es sepultada por cadenas y ruidos


en impúdico reto de ciencia sin raíces.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.

TEMA.
Asistimos a la "frustración" de la aurora, a su asesinato.

RESUMEN.

Descripción del amanecer en Nueva York.

ESTRUCTURA.
 Externa. El poema consta de 20 versos :
o Los ocho primeros versos, de métrica irregular (los versos fluctúan
entre 8 y 11 sílabas); en ellos vemos a la aurora entre cosas, en un
mundo inhumano1.
o Los versos restantes, que son de métrica regular (alejandrinos); en
ellos, junto a la aurora vemos hombres, criaturas sufrientes como la
misma Aurora.

42
 Interna.
El poema se puede dividir en tres parte principales:
o En los versos 1-8 se da una descripción del amanecer en
Nueva York. Pero la imagen que pinta no es realista sino llena
de símbolos y metáforas.
o La segunda parte, vv. 9-16, nos habla de los habitantes de la
ciudad. La aurora llega pero nadie se da cuenta en el mundo
urbano caótico. Hay niños que son devorados por enjambres
de monedas y gente desilusionada sabiendo que viven en un
mundo lejos del paraíso, un mundo donde no hay amor ni
esperanza.
o La última parte, vv. 16-20, es como una conclusión. Se habla
otra vez de la luz de la aurora que no se puede oponer a las
cadenas y ruidos de la ciudad. Por el otro lado hay gente que
parecen náufragos vacilando por los barrios.
EXPLICACIÓN
El poema comienza con dos cuartetos de una estructura parecida. Veamos el primero:
La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.
(vv. 1-4)
Se trata de una descripción surrealista de la aurora en Nueva York. En la ciudad, el momento
del amanecer que normalmente significa el inicio de un nuevo día no es hermoso ni romántico.
La aurora tiene cuatro columnas, un imagen que alude a la arquitectura vertical de la ciudad
con sus chimeneas y rascacielos. Nueva York es una ciudad rodeada por agua pero en la
Nueva York de Lorca las aguas son podridas y lodosas. Aquí se puede observar un
simbolismo negativo del agua muy fuerte.
Es que la suciedad física sube en chorros hasta el cielo por los cuatro puntos cardinales,
apenas llega el amanecer. Siendo habitualmente símbolo de la vida, en este contexto se
convierte en el contrario, en símbolo de la muerte. Pero no solo el agua sino también las
palomas, normalmente representantes de la naturaleza, de la paz y de la inocencia, tienen
valor negativo. Son negras y chapotean las aguas sucias, parecidas a ratas, mensajeros de la
muerte con intenciones hostiles. Además aparecen como catástrofe natural, como huracán con
potencia destructiva.
La luz de la aurora ni siquiera puede llegar a la ciudad porque está bloqueada por las columnas
de cieno y un huracán de palomas negras. Se puede decir que el lector después de la lectura
de los primeros cuatro versos ya sabe que se trata de un poema que le instala en un mundo
urbano problemático e inquietante. Pero Lorca sigue con la descripción de la metrópoli desde
su punto de vista:
La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.
(vv. 5-8)
La anáfora en el quinto verso significa que se sigue con la descripción. La aurora
personificada tiene que subir las escaleras pero no lo hace con facilidad cumpliendo la ley
natural. Tiene que esforzarse en este ambiente tan poco natural. Busca nardos entre las aristas
– otra vez referencia a la arquitectura de la ciudad. Las flores son símbolo de la naturaleza. El
texto no da respuesta si la aurora las encuentra pero el lector puede imaginárselo: En este
mundo no existen flores, la búsqueda tiene que ser infructuosa.
En los siguientes versos se puede observar un cambio de tema. El autor deja de describir la
aurora y empieza a hablar de la gente de la ciudad.
La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible:
(vv. 9-10)

43
Y en el siguiente verso queda muy claro por qué: Con toda claridad y sin símbolos ni metáforas
se dice que para la gente en aquel lugar no hay futuro ni esperanza.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.
(vv. 11-12)
Aquí aparece el dinero en forma metálica y animalizado como plaga bíblica. Destruyen la
inocencia de los niños que en Nueva York están igual de desesperados que los demás. Hay
que destacar los dos verbos taladrar y devorar. Se trata de un acto fuertemente violento, de
una catástrofe natural igual que la apariencia de las palomas negras más arriba. Las monedas
son insectos metálicos que taladran como máquinas a las criaturas más desprotegidas de la
ciudad. El dinero como la fuerza más poderosa en este mundo ha sustituido al amor, incluso al
amor paternal.
Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraíso ni amores deshojados:
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.
(vv. 12-16)
La gente no se hace ilusiones: Ya han entendido que lo que les espera no es el paraíso sino
que tendrán que trabajar como esclavos en el caos de números y leyes. Otra vez aparece la
imagen del cieno donde uno no se puede mover libremente ni respirar. El juego ya no tiene su
función auténtica, es una acción sin naturaleza. Además el trabajo es inútil, no tiene meta. Otra
vez se nota la ausencia de naturaleza. La naturaleza y la infancia representan el paraíso.
Ambas cosas en el mundo urbano de Nueva York no existen. La infancia está destruida por la
desesperanza de los niños y los juegos pervertidos. La naturaleza no tiene razón de ser, el
agua está contaminada, los insectos son criaturas crueles y los frutos no pueden existir en este
ambiente. Todo lo humano y natural ha sido sustituido por números y leyes. La Nueva York
lorquiana es un infierno donde no hay amor ni otros sentimientos humanos.
La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
(vv. 17-18)
Pero no solo la gente es esclavizada. La misma luz de la aurora está encadenada y enterrada.
La aurora pierde la lucha contra los ruidos de la ciudad y la ciencia. En el verso dieciocho se
expresa un profundo escepticismo ante las ciencias. Pero: no se niega la ciencia, sino la que
carece de “raíces“. La ciencia sin raíces es la que ha perdido su enlace con la naturaleza y ha
destruido la armonía natural del hombre con el mundo. En Nueva York, Lorca observa un
choque dramático entre naturaleza y artificiosidad.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.
(vv. 19-20)
El día comienza y la gente no está despierta. Vacilan como marionetas por sus barrios,
soportando su triste destino. En este mundo no hay sueño ni sueños. La gente son marineros
sin puerto, náufragos que siguen vivos pero es una vida sin sentido, sin objetivo.

Analizando la morfología y la sintaxis del poema se puede constatar que predominan los
sustantivos. Se utilizan muchas palabras relacionadas con la naturaleza: aurora, huracán,
palomas, aguas, nardos, enjambre, fruto, etcétera. Pero estas palabras casi siempre se
encuentran en un entorno de connotación de naturaleza pervertida, muchas veces en oposición
con otras palabras que relativizan su naturaleza: palomas-negras, aguas-podridas, enjambres
furiosos, etcétera. Hay algunos sustantivos abstractos como angustia, esperanza, paraíso o
amores, todos salvo el primero negados, ausentes en el mundo que dibuja Lorca.
La negación designa la nulidad y falta de autenticidad de este mundo. Lorca se percata de esa
nulidad y puede nombrarla por su nombre porque conoce la verdadera realidad operante,
porque sabe de antiguo que es aurora y lo que es esperanza.
Los adjetivos son todos de sentido negativo: palabras como negro, podrido, inmensa, furioso,
abandonado, deshojado e impúdico apoyan a describir un mundo desequilibrado.

44
CONCLUSIÓN
“La aurora” como poema es mucho más que una expresión de los sentimientos del poeta
durante su estancia en Nueva York. Es su crítica a la separación del hombre primitivo de la
naturaleza, una advertencia a los lados oscuros del mundo industrial. La metrópoli
norteamericana es el lugar donde el extrañamiento y el desequilibrio se pueden ver con mucha
evidencia. Lorca utiliza sus observaciones para transformarlas en imágenes que expresan su
vista personal de la ciudad y de la situación de la civilización en general. El resultado es una
obra tan atemorizante como fascinante: Crea imágenes de gran fuerza que pasan por el ojo
interior del lector.

45
13.- NUEVA YORK (OFICINA Y DENUNCIA)
Debajo de las multiplicaciones(1) Anáfora

hay una gota de sangre de pato;(2) Paralelismo

debajo de las divisiones

hay una gota de sangre de marinero;

debajo de las sumas, un río de sangre tierna.(3)

Un río que viene cantando Personificación

por los dormitorios de los arrabales,

y es plata, cemento o brisa

en el alba mentida de New York.(4)

Existen las montañas. Lo sé.

Y los anteojos para la sabiduría.

Lo sé. Pero yo no he venido a ver el cielo.

He venido para ver la turbia sangre,(5) Metonimia

la sangre que lleva las máquinas a las cataratas

y el espíritu a la lengua de la cobra.(6)

Todos los días se matan en New York

cuatro millones de patos,

cinco millones de cerdos,

dos mil palomas para el gusto de los agonizantes,

un millón de vacas,

un millón de corderos

y dos millones de gallos,

46
que dejan los cielos hechos añicos.

Más vale sollozar afilando la navaja

o asesinar a los perros en las alucinantes cacerías,

que resistir en la madrugada

los interminables trenes de leche,(7)

los interminables trenes de sangre

y los trenes de rosas maniatadas(8)

por los comerciantes de perfumes.

Los patos y las palomas

y los cerdos y los corderos

ponen sus gotas de sangre

debajo de las multiplicaciones,

y los terribles alaridos de las vacas estrujadas

llenan de dolor el valle

donde el Hudson se emborracha con aceite.(9)

Yo denuncio a toda la gente

que ignora la otra mitad,

la mitad irredimible

que levanta sus montes de cemento

donde laten los corazones

de los animalitos que se olvidan(10) Metáfora= ser humano, los negros

y donde caeremos todos

en la última fiesta de los taladros.

47
Os escupo en la cara.

La otra mitad me escucha

devorando, orinando, volando en su pureza

como los niños de las porterías

que llevan frágiles palitos(11)

a los huecos donde se oxidan

las antenas de los insectos.

No es el infierno, es la calle.

No es la muerte, es la tienda de frutas.

Hay un mundo de ríos quebrados y distancias inasibles

en la patita de ese gato quebrada por un automóvil,

y yo oigo el canto de la lombriz

en el corazón de muchas niñas.

Óxido, fermento, tierra estremecida.

Tierra tú mismo que nadas por los números de la oficina.

¿Qué voy a hacer? ¿Ordenar los paisajes? Interrogación retórica

¿Ordenar los amores que luego son fotografías,

que luego son pedazos de madera y bocanadas de sangre?

San Ignacio de Loyola

asesinó un pequeño conejo

y todavía sus labios gimen

por las torres de las iglesias.

No, no; yo denuncio.

48
Yo denuncio la conjura

de estas desiertas oficinas

que no radian las agonías,

que borran los programas de la selva,

y me ofrezco a ser comido por las vacas estrujadas

cuando sus gritos llenan el valle

donde el Hudson se emborracha con aceite.(9)

TEMA.
Denuncia de la insolidaridad e injusticia del sistema capitalista.

(2) Las anáforas de los vv1-3 y 5 unifican el inicio del poema e imprimen desde el principio
un carácter de denuncia. La mención de multiplicaciones, divisiones y sumas es una
alusión al mundo bancario, al capitalismo de las cuentas y los números.
(3) En la sociedad de Nueva York Lorca ve, o siente una tremenda deshumanización y
una injusticia social, más allá de la realidad objetiva o palpable.

(4) . El símbolo de la sangre aquí está ligado al sacrificio y la represión inhumana: es la


sangre derramada por la violencia capitalista norteamericana; según el poeta, una
economía que no respeta la vida ni la naturaleza.

(5) Alude a Wall Street, la zona bursátil por excelencia del mundo occidental ya en 1929.
El río no se define como corriente de agua, sino como avalancha de plata (dinero, de
color blanco) o cemento (para las grandes construcciones urbanísticas, de color gris)

(6) La sangre es metonimia de la vida, fuerza de vida; pero en este contexto se tiñe y
pierde su brillo y su poder: es turbia sangre porque mantiene una vida pasiva ante las
injusticias.

(7) Lorca describe la vida trágica de los neoyorquinos , no solo de las personas de raza
negra para provocar un fuerte contraste psicológico.

(8) Con la expresión “trenes”, Lorca expresa una vida monótona y automatizada en NY:
vehículos de transporte de materias vitales y perentorias( leche, sangre, rosas)

(9) La naturaleza (las rosa silvestres, libres) es maniatada por los intereses de los
comerciantes, esto es, de la sociedad de economía capitalista.

(10) Este verso cierra el poema. Se denuncia, al fin y al cabo, el antagonismo entre
naturaleza y ciudad. El río natural pierde también su identidad al contaminarse con el
aceite de industrias y desperdicios.

(11) Los operarios y los desvalidos se presentan como animalitos, desposeídos ya


de humanidad y con un diminutivo que no les devuelve su esencia humana.

49
(12) El uso de frecuentes diminutivos contrasta con la fea y terrible realidad tan
poco afectiva.

CONCLUSIÓN:

En esta composición el autor realiza una denuncia social del sistema americano, dominado por
las operaciones matemáticas deshumaniza la estructura social e ignora el sufrimiento de la
otra mitad de los seres vivos irredimibles, que sirven de alimento a la megacrópolis
neoyorquina

La denuncia en el poema deriva de una perspectiva política, pero no militante por una causa
social. Además de eso, vemos en García Lorca una valoración de la tradición cultural, sobre
todo de su tierra natal, Andalucía, y de España. Tenemos aquí dos puntos que no están de
acuerdo con gran parte de los movimientos artísticos que surgieron en periodos conturbados
políticamente: el no activismo y la valoración de la tradición cultural. Justamente por no tratar el
arte como algo utilitario, como folleto político, es que la obra de García Lorca presenta una
estética de lo sagrado, que lleva al espectador a un estado de complacencia, sea por la belleza
y técnica de sus versos, sea por las ricas referencias o por el simple hecho de traer elementos
universales que tocan a cualquiera espectador.

50
14.- GRITO HACIA ROMA

(DESDE LA TORRE DEL CHRYSLER BUILDING)

Manzanas levemente heridas


por los finos espadines de plata,
nubes rasgadas por una mano de coral
que lleva en el dorso una almendra de fuego,
peces de arsénico como tiburones,
tiburones como gotas de llanto para cegar una multitud,
rosas que hieren
y agujas instaladas en los caños de la sangre,
mundos enemigos y amores cubiertos de gusanos
caerán sobre ti. Caerán sobre la gran cúpula
que untan de aceite las lenguas militares
donde un hombre se orina en una deslumbrante paloma
y escupe carbón machacado
rodeado de miles de campanillas.

Porque ya no hay quien reparta el pan ni el vino,


ni quien cultive hierbas en la boca del muerto,
ni quien abra los linos del reposo,
ni quien llore por las heridas de los elefantes.
No hay más que un millón de herreros
forjando cadenas para los niños que han de venir.
No hay más que un millón de carpinteros
que hacen ataúdes sin cruz.
No hay más que un gentío de lamentos
que se abren las ropas en espera de la bala.
El hombre que desprecia la paloma debía hablar,
debía gritar desnudo entre las columnas,
y ponerse una inyección para adquirir la lepra
y llorar un llanto tan terrible
que disolviera sus anillos y sus teléfonos de diamante.
Pero el hombre vestido de blanco
ignora el misterio de la espiga,
ignora el gemido de la parturienta,
ignora que Cristo puede dar agua todavía,
ignora que la moneda quema el beso de prodigio
y da la sangre del cordero al pico idiota del faisán.

Los maestros enseñan a los niños


una luz maravillosa que viene del monte;
pero lo que llega es una reunión de cloacas
donde gritan las oscuras ninfas del cólera.
Los maestros señalan con devoción las enormes cúpulas sahumadas;
pero debajo de las estatuas no hay amor,
no hay amor bajo los ojos de cristal definitivo.
El amor está en las carnes desgarradas por la sed,

51
en la choza diminuta que lucha con la inundación;
el amor está en los fosos donde luchan las sierpes del hambre,
en el triste mar que mece los cadáveres de las gaviotas
y en el oscurísimo beso punzante debajo de las almohadas.

Pero el viejo de las manos traslucidas


dirá: amor, amor, amor,
aclamado por millones de moribundos;
dirá: amor, amor, amor,
entre el tisú estremecido de ternura;
dirá: paz, paz, paz,
entre el tirite de cuchillos y melones de dinamita;
dirá: amor, amor, amor,
hasta que se le pongan de plata los labios.

Mientras tanto, mientras tanto, ¡ay!, mientras tanto,


los negros que sacan las escupideras,
los muchachos que tiemblan bajo el terror pálido de los directores,
las mujeres ahogadas en aceites minerales,
la muchedumbre de martillo, de violín o de nube,
ha de gritar aunque le estrellen los sesos en el muro,
ha de gritar frente a las cúpulas,
ha de gritar loca de fuego,
ha de gritar loca de nieve,
ha de gritar con la cabeza llena de excremento,
ha de gritar como todas las noches juntas,
ha de gritar con voz tan desgarrada
hasta que las ciudades tiemblen como niñas
y rompan las prisiones del aceite y la música,
porque queremos el pan nuestro de cada día,
flor de aliso y perenne ternura desgranada,
porque queremos que se cumpla la voluntad de la Tierra
que da sus frutos para todos.

Estructura del contenido y análisis poético y formal

“Grito hacia Roma” es una oda en la que establece una crítica hacia la Iglesia católica por no
luchar contra las injusticias sociales del planeta. Y no deja de ser significativo el lugar desde el
que lanza este grito dirigido a la cúpula del Vaticano, a la más alta jerarquía eclesiástica y en
especial a ese papa que la representa. Ese “grito” lo lanza “desde la torre del Chrysler
building”, es decir, desde una de esas “formas verticales”, con “aristas” que “van hacia la
sierpe”, hacia la perdición que representa esa serpiente bíblica, desde el que era el rascacielos
más alto de Nueva York en 1929. Un rascacielos, como todos los de la gran metrópoli,
construido por una de las grandes compañías norteamericanas, la Chrysler, dedicada a la
fabricación de automóviles. No podemos olvidar que los coches son uno de los símbolos del
capitalismo, de la moderna sociedad de consumo que se gestó sobre todo en EEUU a
principios del siglo XX. El objetivo es alcanzar la rentabilidad vendiendo una gran cantidad de
productos a precios bajos. Y este sistema de producción y esta sociedad consumista serán
criticados por Lorca por lo deshumanizadores que resultan y por las enormes injusticias
sociales que generan. Injusticias que afectan a los oprimidos, representados por los negros,
como símbolo del conjunto de los seres humanos explotados, incluyendo en esta categoría a

52
cualquier minoría o a los obreros en general, mujeres, homosexuales, etc. Este poema es al
mismo tiempo una crítica contra el liberalismo y posiblemente contra el fascismo, emergente
por aquel entonces, porque su sentido, como queda también patente en partes suprimidas por
el autor pero que las tenía en mente, es una llamada a la rebelión con carácter profético contra
el capitalismo y la Iglesia como uno de sus soportes ideológicos más potentes. Como parece
lógico por el tema social planteado, el poeta suprime el “yo” para hablar del nosotros: “porque
queremos el pan nuestro de cada día,/ […] / porque queremos que se cumpla la voluntad de la
Tierra”.

En cuanto a su organización, esta oda se puede dividir en tres partes principales:

 La primera comprende la primera estrofa, versos del 1 al 14, en la que el poeta


hace una introducción, nos define y presenta el problema que para el mundo
representa la Iglesia católica, amparadora del capitalismo.
 La segunda parte comprende los versos del 15 al 56. Internamente se organiza
como un todo unitario, pero la estructuración externa presenta dos estrofas que
marcan una diferenciación evidente, y además, en cada una de ellas
encontramos una división en dos unidades ligeramente distintas. Por otro lado,
esta segunda parte plantea una denuncia clara a la Iglesia católica, la cual no
cumple con el papel que debería, denunciando las injusticias del capitalismo al
ponerse del lado de los explotadores y no del de los explotados, traicionando
de esta manera a Cristo.

 La tercera parte es otra estrofa que va desde el verso 48 hasta el 74 y último.


En ella plantea que para que los explotados sean redimidos deben rebelarse
contra el orden establecido, deben gritar unidos y acabar con la explotación
porque todos “queremos el pan nuestro de cada día”.

Todo el poema está lleno de símbolos, metáforas, anáforas … que refuerzan la idea central. El
vocabulario que utiliza es muy áspero, al igual que los símbolos e imágenes empleados. En un
análisis más detallado tenemos que la primera parte es un bloque compacto en el que nos
habla del Papa y de la Iglesia católica como los responsables morales de la deshumanización
del ser humano provocada por el capitalismo.

Comienza hablándonos de las manzanas, la fruta prohibida, que representa la esencia del ser
humano como homo pecador. Esas manzanas, esas personas que sufren por las heridas que
le provocan los espadines de plata (símbolo lorquiano de la muerte), responderán a los rayos
destructivos que generará la Iglesia. Esas ilusiones, esos deseos rotos que todos tenemos, ese
cielo simbolizado por esas nubes rasgadas, rotas por una mano de coral, caerán sobre el
Papa.

En la segunda parte (versos del 15 al 56) Lorca denuncia la actitud de la Iglesia católica ante
las grandes injusticias sociales generadas por el sistema capitalista. Revela la causa de los
males de esta sociedad y para ello utiliza un nexo causal seguido de un adverbio de tiempo
referido al momento presente, nos lo explica con un “porque ya”, porque ahora, en esta época,
la Iglesia no cumple la función moral que debería. Pero este poema, pasadas casi ocho
décadas desde su creación, continúa teniendo plena vigencia en la actualidad, ya que persisten
esas injusticias sociales provocadas y agravadas con la globalización económica.

53
Conclusión.

Este poema de García Lorca nos muestra Nueva York como la gran ciudad que es, con sus
claroscuros, referidos a las diferencias sociales, raciales y económicas y, al mismo tiempo, la
riqueza que disfrutan únicamente unos pocos privilegiados. Las puntas de los rascacielos
destacan sobre los edificios de las calles, las manzanas. Las personas han dejado de creer en
Dios, quien sana las heridas del alma. La muerte ha dejado de ser algo importante, un ritual,
para pasar a ser algo que no significa nada. La industrialización acaba con la infancia y la usa
como mano de obra.

La muerte anida más que nunca, pero la fe se ha perdido. La gente que sufre y no tiene nada,
prefiere morir. Estamos en el crack del 29. El poeta ataca y desea la muerte de aquellos que
sólo buscan lo material, de los que no le importan las demás personas y que sólo buscan la
riqueza.

El rico no piensa en el sufrimiento, no tiene en consideración la fe, el compartir y solo ve lo


material. La elección del superficial implica la ceguera hacia el dolor, el sufrimiento, la
necesidad de los demás. La realidad barre la ilusión, la ensoñación de que un futuro para las
nuevas generaciones pueda ser mejor.

Todo se queda en lo superficial y no en la realidad. El amor queda desterrado a un lado. Para


el poeta, el amor de verdad, el del ser humano real, está en los que menos tienen y siguen
juntos a pesar del hambre y la muerte, la falta de trabajo y la desesperanza. Siempre habrá
alguno que luche, que buscará la unión de los que menos tienen para buscar un futuro mejor,
hasta que lo compren con dinero, hasta que se corrompa.

Los negros son en su mayoría empleados de hogar o trabajan en la hostelería. Únicamente


podrán ser meritorios, como ocurría con la mayoría de los que aspiraban a ser actores. Los
nuevos ricos se ocupan y se preocupan únicamente del bullicio de las fiestas y espectáculos.
Sin embargo, para todos los oprimidos de Nueva York llegará un momento en que se levanten
y reclamen que existen. Este grito hará temer a todos. Las personas buscan algo que decir.
Todos tienen derecho a tener algo porque es lo natural y por qué, además, hay para todos.

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Llanto por Ignacio Sánchez Mejías
A mi querida amiga
Encarnación López Júlvez
Elegía compuesta por cuatro partes: La cogida y la muerte, La sangre
derramada, Cuerpo presente y Alma ausente inspirada en la muerte de su amigo
el torero Ignacio Sánchez Mejías (Sevilla, 6 de junio de 1891- Madrid, 13 de
agosto de 1934).

En ella aparecen armónicamente lo popular, lo culto, lo autobiográfico y lo lírico,


el romance, el alejandrino, el ritmo de la soleá, la fatalidad, el presagio posible
de su propia muerte…

El llanto ante la cogida, la muerte y la ausencia del amigo dan lugar a una elegía
laica considerada como una de las mejores de la literatura española de todos los
tiempos. La primera lectura del poemario la realizó Federico García Lorca el 4
de noviembre de 1934 en casa de su amigo .

55
15.- La cogida y la muerte

A las cinco de la tarde.

Eran las cinco en punto de la tarde.

Un niño trajo la blanca sábana

a las cinco de la tarde.

Una espuerta de cal ya prevenida

a las cinco de la tarde.

Lo demás era muerte y sólo muerte

a las cinco de la tarde.

El viento se llevó los algodones

a las cinco de la tarde.

Y el óxido sembró cristal y níquel

a las cinco de la tarde.

Ya luchan la paloma y el leopardo

a las cinco de la tarde.

Y un muslo con un asta desolada

a las cinco de la tarde.

Comenzaron los sones del bordón

a las cinco de la tarde.

Las campanas de arsénico y el humo

a las cinco de la tarde.

En las esquinas grupos de silencio

a las cinco de la tarde.

¡Y el toro solo corazón arriba!

a las cinco de la tarde.

Cuando el sudor de nieve fue llegando

56
a las cinco de la tarde,

cuando la plaza se cubrió de yodo

a las cinco de la tarde,

la muerte puso huevos en la herida

a las cinco de la tarde.

A las cinco de la tarde.

A las cinco en punto de la tarde.

Un ataúd con ruedas es la cama

a las cinco de la tarde.

Huesos y flautas suenan en su oído

a las cinco de la tarde.

El toro ya mugía por su frente

a las cinco de la tarde.

El cuarto se irisaba de agonía

a las cinco de la tarde.

A lo lejos ya viene la gangrena

a las cinco de la tarde.

Trompa de lirio por las verdes ingles

a las cinco de la tarde.

Las heridas quemaban como soles

a las cinco de la tarde,

y el gentío rompía las ventanas

a las cinco de la tarde.

A las cinco de la tarde.

¡Ay qué terribles cinco de la tarde!

¡Eran las cinco en todos los relojes!

¡Eran las cinco en sombra de la tarde!

57
16.- La sangre derramada

¡Que no quiero verla!

Dile a la luna que venga,

que no quiero ver la sangre

de Ignacio sobre la arena.

¡Que no quiero verla!

La luna de par en par.

Caballo de nubes quietas,

y la plaza gris del sueño

con sauces en las barreras.

Que no quiero verla!

Que mi recuerdo se quema.

¡Avisad a los jazmines

con su blancura pequeña!

¡Que no quiero verla!

La vaca del viejo mundo

pasaba su triste lengua

sobre un hocico de sangres

derramadas en la arena,

y los toros de Guisando,

casi muerte y casi piedra,

mugieron como dos siglos

hartos de pisar la tierra.

No.

¡Que no quiero verla!

58
Por las gradas sube Ignacio

con toda su muerte a cuestas.

Buscaba el amanecer,

y el amanecer no era.

Busca su perfil seguro,

y el sueño lo desorienta.

Buscaba su hermoso cuerpo

y encontró su sangre abierta.

¡No me digáis que la vea!

No quiero sentir el chorro

cada vez con menos fuerza;

ese chorro que ilumina

los tendidos y se vuelca

sobre la pana y el cuero

de muchedumbre sedienta.

¡Quién me grita que me asome!

¡No me digáis que la vea!

No se cerraron sus ojos

cuando vio los cuernos cerca,

pero las madres terribles

levantaron la cabeza.

Y a través de las ganaderías,

hubo un aire de voces secretas

que gritaban a toros celestes,

mayorales de pálida niebla.

No hubo príncipe en Sevilla

que comparársele pueda,

59
ni espada como su espada

ni corazón tan de veras.

Como un río de leones

su maravillosa fuerza,

y como un torso de mármol

su dibujada prudencia.

Aire de Roma andaluza

le doraba la cabeza

donde su risa era un nardo

de sal y de inteligencia.

¡Qué gran torero en la plaza!

¡Qué gran serrano en la sierra!

¡Qué blando con las espigas!

¡Qué duro con las espuelas!

¡Qué tierno con el rocío!

¡Qué deslumbrante en la feria!

¡Qué tremendo con las últimas

banderillas de tiniebla!

Pero ya duerme sin fin.

Ya los musgos y la hierba

abren con dedos seguros

la flor de su calavera.

Y su sangre ya viene cantando:

cantando por marismas y praderas,

resbalando por cuernos ateridos,

vacilando sin alma por la niebla,

tropezando con miles de pezuñas

como una larga, oscura, triste lengua,

60
para formar un charco de agonía

junto al Guadalquivir de las estrellas.

¡Oh blanco muro de España!

¡Oh negro toro de pena!

¡Oh sangre dura de Ignacio!

¡Oh ruiseñor de sus venas!

No.

¡Que no quiero verla!

Que no hay cáliz que la contenga,

que no hay golondrinas que se la beban,

no hay escarcha de luz que la enfríe,

no hay canto ni diluvio de azucenas,

no hay cristal que la cubra de plata.

No.

¡¡Yo no quiero verla!!

61
17.- Cuerpo presente

La piedra es una frente donde los sueños gimen

sin tener agua curva ni cipreses helados.

La piedra es una espalda para llevar al tiempo

con árboles de lágrimas y cintas y planetas.

Yo he visto lluvias grises correr hacia las olas

levantando sus tiernos brazos acribillados,

para no ser cazadas por la piedra tendida

que desata sus miembros sin empapar la sangre.

Porque la piedra coge simientes y nublados,

esqueletos de alondras y lobos de penumbra;

pero no da sonidos, ni cristales, ni fuego,

sino plazas y plazas y otras plazas sin muros.

Ya está sobre la piedra Ignacio el bien nacido.

Ya se acabó; ¿qué pasa? Contemplad su figura:

la muerte le ha cubierto de pálidos azufres

y le ha puesto cabeza de oscuro minotauro.

Ya se acabó. La lluvia penetra por su boca.

El aire como loco deja su pecho hundido,

y el Amor, empapado con lágrimas de nieve,

se calienta en la cumbre de las ganaderías.

¿Qué dicen? Un silencio con hedores reposa.

62
Estamos con un cuerpo presente que se esfuma,

con una forma clara que tuvo ruiseñores

y la vemos llenarse de agujeros sin fondo.

¿Quién arruga el sudario? ¡No es verdad lo que dice!

Aquí no canta nadie, ni llora en el rincón,

ni pica las espuelas, ni espanta la serpiente:

aquí no quiero más que los ojos redondos

para ver ese cuerpo sin posible descanso.

Yo quiero ver aquí los hombres de voz dura.

Los que doman caballos y dominan los ríos:

los hombres que les suena el esqueleto y cantan

con una boca llena de sol y pedernales.

Aquí quiero yo verlos. Delante de la piedra.

Delante de este cuerpo con las riendas quebradas.

Yo quiero que me enseñen dónde está la salida

para este capitán atado por la muerte.

Yo quiero que me enseñen un llanto como un río

que tenga dulces nieblas y profundas orillas,

para llevar el cuerpo de Ignacio y que se pierda

sin escuchar el doble resuello de los toros.

Que se pierda en la plaza redonda de la luna

que finge cuando niña doliente res inmóvil;

que se pierda en la noche sin canto de los peces

y en la maleza blanca del humo congelado.

No quiero que le tapen la cara con pañuelos

63
para que se acostumbre con la muerte que lleva.

Vete, Ignacio: No sientas el caliente bramido.

Duerme, vuela, reposa: ¡También se muere el mar!

18.- Alma ausente

No te conoce el toro ni la higuera,

ni caballos ni hormigas de tu casa.

No te conoce el niño ni la tarde

porque te has muerto para siempre.

No te conoce el lomo de la piedra,

ni el raso negro donde te destrozas.

No te conoce tu recuerdo mudo

porque te has muerto para siempre.

El otoño vendrá con caracolas,

uva de niebla y montes agrupados,

pero nadie querrá mirar tus ojos

porque te has muerto para siempre.

Porque te has muerto para siempre,

como todos los muertos de la Tierra,

como todos los muertos que se olvidan

en un montón de perros apagados.

No te conoce nadie. No. Pero yo te canto.

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Yo canto para luego tu perfil y tu gracia.

La madurez insigne de tu conocimiento.

Tu apetencia de muerte y el gusto de su boca.

La tristeza que tuvo tu valiente alegría.

Tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace,

un andaluz tan claro, tan rico de aventura.

Yo canto su elegancia con palabras que gimen

y recuerdo una brisa triste por los olivos.

FIN DE LLANTO POR IGNACIO SÁNCHEZ MEJÍAS

El Llanto está estructurado sencillamente de forma recta y horizontal. El poema se mueve


con intensa emoción, que queda atrapada en los cuatro pasos de la cornada, como cuatro
actos de la tragedia. Una vez que ha descrito «La cogida y muerte» del torero, Lorca ve y huele
la sangre que, a borbotones, tinta la arena en «La sangre derramada», y, mientras va dejando,
poco a poco, de brotar, emprende la alabanza de su amigo Ignacio. Tras la plaza, la escena
cambia; ahora fija su mirada, el torero yace ya de «Cuerpo presente»; la muerte señorea y
Federico, dolorido, se revuelve y se enfrenta a ella, acto supremo al que quiere exhortar a los
mortales audaces y valerosos. En el último acto, el «Alma ausente», antítesis de la expresión
anterior, entabla el dialogo con Mejías, muerto a la doble vida, como apunta Manrique, a la
terrenal, en que muere el cuerpo, y a la imaginaria, que atañe al recuerdo y a la memoria.
Salvo el primer capítulo, que se ciñe concretamente a la descripción, el resto del poema
se halla entramado en una armazón lingüística de carácter oral y conversacional. Lorca quiere
mantener vivo el instante tremendo de la embestida, el grito contenido del ruedo mientras el
toro zarandea, como pelele al ‘maestro’ indefenso, los comentarios de las barreras, el terror del
callejón y las esperanzas rotas en los burladeros; corren las cuadrillas y, quebradas por el
estremecimiento, lo llevan moribundo con «su muerte a cuestas».

¡Que no quiero verla!


...
¡Quién me grita que me asome!
No me digáis que la vea.
...
No.
Yo no quiero verla.

La exuberancia de imágenes es extraordinaria, casi todos los versos del Llanto encierran
alguna metáfora. En Lorca, tiene vida propia la metáfora; no se basa, como la tradicional,
explica C. Bousoño (2), en la relación física o moral entre los términos, sino en la identidad de
emoción, que llama visionaria.
García Lorca es un poeta de altura extraordinaria; es un maestro del encaje y ritmo
poéticos. Conoce a la perfección el arte de la versificación.

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II. La expresión poética en el Llanto
El llanto es un lago de versos plagados de imágenes en que florecen la fuerza del símbolo
y la pletórica imaginación de Lorca en continuas metáforas. Por medio de la palidez y la
blancura, simboliza la muerte: pálida niebla, pálidos azufres; blanca sábana, espuerta de cal,
sudor de nieve. Hay en el desarrollo mental del poeta unas directrices que confluyen en la
connotación de una cierta exaltación de la muerte. Ve la agonía como el combate entre la
paloma y el leopardo: vida inocente, muerte alevosa; y más próximo, la lucha del muslo con el
asta desolada, y todo, la cogida y muerte, en el contrapunto de los toques cimbreados del
bordón: «las cinco de la tarde», en un intenso clímax ascendente concentrado en los versos
finales: «¡Ay, qué terribles cinco de la tarde...! / ¡Eran las cinco en sombra de la tarde!».
La metáfora se derrama copiosa, con distintas técnicas, en mil maneras, mientras expresa
una misma realidad, así la luna es caballo de nubes quietas, plaza de sueño, o cuando niña
doliente res inmóvil. Bousoño distingue entre la metáfora moderna, en la que dos seres u
objetos producen una “reacción sentimental idéntica”, por interiorización, aunque tengan
distinta forma, y la tradicional, que se basa en la semejanza de forma exterior, entre lo real y lo
evocado. Estas imágenes, que se sustentan en la identidad emocional que incitan, y no en la
relación física o moral, las llama “visionarias”; su número es desbordante en el Llanto: «su risa
era un nardo de sal y de inteligencia», o «un río de leones su maravillosa fuerza». Lorca gusta
de corporeizar las ideas y las cualidades abstractas, como hace en el elogio a Ignacio con
metáforas concretas: «un río de leones» es su fuerza; un «aire de Roma andaluza» lo califica
de patricio; su simpatía se expande como aroma de nardo.
Los versos saltan de su pluma al dictado de la imaginación. Bretón habló del
«automatismo psíquico puro, por el que se expresa el funcionamiento real del pensamiento». El
epíteto funciona como portador de una imagen cualitativa incoherente con relación al
significado real del sustantivo: «la plaza gris del sueño, con sauces en las barreras»; «¡oh,
sangre dura de Ignacio!»; «resbalando por cuernos ateridos». Las cualidades de un objeto se
comunican a otro con el que guarda elación: «¡Qué gran torero en la plaza! / ¡Qué gran serrano
en la sierra! / ¡Qué blando con las espigas! / ¡Qué duro con las espuelas! Estas cualidades
antitéticas se las atribuye al torero por transposición.
La simbología de Federico es profusa. Se vale de la acumulación de imágenes para
plagar sus versos de símbolos: banderillas de tinieblas, diluvio de azucenas, urna de cristal.
Cuando ya parece que no puede intensificarse más, levanta con nuevo impulso y extrae más
recursos de alabanza: «No. ¡Que no quiero verla! / Que no hay cáliz que la contenga, / que no
hay golondrinas que se la beban, ... La sangre derramada, «charco de agonía junto al
Guadalquivir de las estrellas», rememora la sangre de Cristo, pero ahora sin cáliz que la recoja,
ni golondrinas que, según la tradición popular, sucedió en el Calvario, se la beban; y, a la vez,
aparece y sobreviene el recuerdo de la Semana Santa andaluza: aquí no hay luz, ni canto de
saetas, ni diluvio de azucenas, ni urna de cristal. El amigo muerto se ha transfigurado, por
contraste, en un cristo yacente, es un símbolo definido por esa gama de imágenes poéticas.
La tercera parte, «Cuerpo presente», es un ancho símbolo hilvanado con otros
adyacentes y particulares; la piedra simboliza la muerte, es la frente, pero fría, ya no actúa, no
piensa, un espacio libre, lago tranquilo, en que gimen los sueños; «la piedra es una espalda»,
pero inerte, capaz de llevar «árboles de lágrimas y cintas y planetas»; la piedra es tan
inmisericorde y tan insensible que acoge con igual frialdad «simientes y nublados»,
«esqueletos de alondras y lobos de penumbra». Es la muerte, la que convierte al mundo en
una gran plaza de toros, la plaza sin muros en la que cada día «a las cinco de la tarde», actúa
la muerte. Por eso, García Lorca convoca a todos los hombres valientes ante ella: «Aquí quiero
yo verlos. Delante de la piedra».
La mayoría de los símbolos que enriquecen el Llanto corresponden al símbolo bisémico
que se va presentando en el transcurso del poema, como es el de la incorporación de la
naturaleza a la tragedia de Ignacio Sánchez Mejías: «avisad a los jazmines / con su blancura
pequeña»; como lo son la luna y el mar, dos factores resueltamente conjurados: le pide a la
luna que venga y la luna se introduce en el Llanto, y, configurada como plaza, ella misma
exhorta al diestro «que se pierda en la plaza redonda de la luna» o que «recurra al mar, igual

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que las lluvias grises van hacia el mar huyendo de la piedra. Todo es inútil. Porque ¡también se
muere el mar!»
Federico emplea una multiplicidad de figuras estilísticas: anáforas: «cuando el sudor de
nieve fue llegando... / cuando la plaza se cubrió de yodo»; series reiterativas de intensidad: «Ya
está sobre la piedra... Ya se acabó... Ya se acabó...»; «yo quiero ver aquí... aquí quiero yo
verlos... yo quiero que me enseñen»; y la búsqueda de la expresividad en la cambiante
elección de los tiempos verbales que imprime un ritmo de dinamismo descriptivo enormemente
valioso y estético: «eran las cinco en punto..., Un niño trajo..., Lo demás era..., El viento se
llevó..., Ya luchan la paloma y el leopardo..., Comenzaron los sones..., A lo lejos ya viene la
gangrena». O expresa, con esa diferenciación verbal, la turbación del ruedo ante el infortunio
sangriento; así, la subida metafórica de Ignacio por las gradas con su agonía a la espalda es
de una factura atenazante y de sobrecogedora emoción: «Por las gradas sube Ignacio...
Buscaba el amanecer / y el amanecer no era». A esto, añade, en su búsqueda expresiva, la
contraposición nominal: «En las esquinas, grupos de silencio. ¡Y el toro sólo corazón arriba!».
El Llanto por Ignacio Sánchez Mejías es su más excelente poema y una de las
composiciones universales de la literatura española. Los versos mismos justifican su reproche:
Federico García Lorca rechazaba la propensión general de catalogarlo en la proclividad gitana
y flamenca. A la vez que se debe desechar el manido tópico del poeta sencillo y llano. «Si es
verdad —decía él— que soy poeta por la gracia de Dios, también lo es que lo soy por la gracia
de la técnica y del esfuerzo, y de darme cuenta en absoluto de lo que es un poema». Su verso
está labrado en el yunque de la sabiduría y en el surco del trabajo.

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Diván del Tamarit

Diván del Tamarit (diván es un conjunto de poemas en árabe y Tamarit es un homenaje a


la Huerta del tío de Lorca) se compone de dos bloques de poemas, las “Gacelas” y las
“Casidas”. Ambos nombres aluden a dos tipos de estrofas de origen árabe, pero la estructura
de los poemas no guarda relación alguna con estas.

Tanto las once gacelas como las nueve casidas que forman el libro están numeradas con
números romanos (excepto las primeras que llevan el numeral ordinal) seguidas de un
complemento del nombre a modo de título.

Son poemas de amor y muerte. Poemas de amor, erotismo y dolor las gacelas. Poemas de
muerte las casidas. En estas últimas aparecen los elementos personificados y las metáforas de
la muerte y del dolor que atraviesan toda la obra lorquiana: el pozo, el niño herido por el agua,
el llanto personificado, la muchacha ahogada… Los versos se van adelgazando hasta llegar de
nuevo a la infancia, al eco del folclore infantil, al niño que pregunta por su sepultura.

En las gacelas aún encontramos la presencia del amor, aunque solo sea en forma de deseo,
recuerdo o sueño. En las casidas esta presencia ha desaparecido y solo queda un paisaje de
ahogados, llanto y muerte.

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19.- CASIDA DE LA MUJER TENDIDA

Verte desnuda es recordar la Tierra.


La Tierra lisa, limpia de caballos.
La Tierra sin un junco, forma pura
cerrada al porvenir: confín de plata.

Verte desnuda es comprender el ansia


de la lluvia que busca débil talle
o la fiebre del mar de inmenso rostro
sin encontrar la luz de su mejilla.

La sangre sonará por las alcobas


y vendrá con espada fulgurante,
pero tú no sabrás dónde se ocultan
el corazón de sapo o la violeta.

Tu vientre es una lucha de raíces,


tus labios son un alba sin contorno,
bajo las rosas tibias de la cama
los muertos gimen esperando turno.

1. Organización de las ideas del texto

Se trata de un poema compuesto por dieciséis versos endecasílabos, distribuidos en cuatro


estrofas de versos libres.

Las dos primeras estrofas repiten casi completamente el primer verso y es una descripción del
cuerpo femenino, comparado con la Tierra; continúa describiendo la pasión que despierta,
expuesta de forma desmesurada e imaginativa.

La tercera estrofa, construida con verbos en futuro, evoca la previsible consumación del acto
amoroso, como una ley natural inevitable.

La última estrofa es una reflexión final; trata de la consecuencia del acto amoroso: el
embarazo, como parte de la fertilidad femenina y la permanente regeneración de la naturaleza.

2. Tema

La pasión que despierta la contemplación del cuerpo desnudo de una mujer.

3. Resumen

El cuerpo suave de la mujer desnuda recuerda la belleza de la tierra lisa, sin accidentes,
que es regada por el agua de la lluvia o la furia del mar. La mujer se entregará a la pasión que
despierta en el hombre, y ese amor germinará en su seno una nueva vida.

4.. Comentario crítico

“Casida de la mujer tendida” consiste en la descripción poética del cuerpo femenino. Hay
versos de significado obvio y otros de difícil interpretación. El cuerpo se asocia por su belleza a
la Tierra, pero también es visto como esperanza de fertilidad y regeneración permanente del
universo.

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En el primer verso aparece la idea principal; los demás versos vienen a ser una expansión de
esa idea. Igual que la lluvia fertiliza la tierra y hace germinar las semillas enterradas, gracias a
la belleza del cuerpo de la mujer siempre será esperanza de vida.
La primera asociación entre “mujer desnuda” y “Tierra” se matiza en el segundo verso: el
cuerpo femenino evocado no recuerda cualquier paisaje, sino un paisaje sin accidentes, sin
irregularidades, sin presencias perturbadoras. Es decir, la alusión a los caballos y al junco
serían referencias al sexo masculino, por eso se añade que un paisaje de esas características,
por brillante o hermoso que fuera (“confín de plata”), estaría cerrado “al porvenir”, de la misma
forma que una mujer sin varón estaría condenada a la infertilidad.

En el segundo grupo de versos se enriquece la connotación sexual con otras imágenes, la de


la lluvia y la del mar. La mujer desnuda se identificaría con la tierra que espera la lluvia
(símbolo de fertilidad); la lluvia sería la fuerza masculina que busca el “débil talle” (la cintura
femenina). En cuanto a “la fiebre del mar”, sería un modo de aludir a la permanente inquietud
de las aguas del mar, siempre en busca de algo inalcanzable (el brillo o espejeo del agua
producido por la luz).

La tercera serie de versos introduce mediante una serie de verbos en futuro un tono predictivo,
de resonancias proféticas. Se anuncia una presencia masculina, apasionada (“La sangre...”),
sexualmente ardiente (“...fulgurante”). La referencia a la sangre puede interpretarse como
símbolo de pasión o (es más discutible) a la virginidad de la mujer. En esta estrofa se
encuentran los versos de más difícil interpretación. Se refieren al reino animal y vegetal y quizá
se refiera a que la mujer, ya embarazada, entrará en un estado de sosiego y de
desconocimiento (“no sabrás...” ni dónde se oculta la fealdad, “el corazón del sapo”, ni la
delicadeza, “la violeta”).

En los últimos versos se vuelve al presente. El vientre de la mujer parece ya preparado para la
anunciada gestación (“una lucha de raíces”); sus labios abiertos también anuncian un
amanecer luminoso (el nacimiento de un nuevo ser, “un alba sin contorno”). Termina con otros
versos oscuros que quizás signifiquen que la muerte está al acecho: si “las rosas tibias” son
los cuerpos abrazados del hombre y la mujer, muy cerca de ellos estaría la muerte, porque en
el amor confluyen los dos impulsos, el de vida (Eros) y el de muerte (Thánatos).
La ausencia de rima no significa falta de ritmo: la regularidad del endecasílabo por un lado y el
recurso a las repeticiones por otro, aseguran un ritmo clásico. Veamos algunas de esas
repeticiones, que sirven para estructurar el poema y para subrayar ciertas imágenes.
El primer verso y el quinto presentan una anáfora y repiten el mismo esquema sintáctico (“Verte
desnuda es...”), lo mismo que los vv. 9 y 10 (“Tu vientre es...”/ “Tus labios son...”); la repetición
de la palabra Tierra origina una anadiplosis entre el v. 1 y el 2; y una anáfora (vv. 2 y 3); el
empleo de tres formas verbales en futuro (“sonará”, “vendrá”, “sabrás”), etc.

5.Conclusión

En definitiva, nos hallamos ante un poema en el que aparecen los dos grandes temas de
García Lorca: la pasión y la fuerza erótica inseparablemente unida a la muerte. También
encontramos la fusión perfecta de tradición y vanguardia que caracteriza a García Lorca y toda
la generación del 27. Formalmente el poema presenta la apariencia de un poema vanguardista
(versos libres, imágenes irracionales) propio de los últimos años de García Lorca,
pero temáticamente estaría en la misma línea tradicional de su primera etapa, caracterizada
por su andalucismo. El título del libro (diván es, en árabe, un poemario) y del
poema (casida es, también en árabe, un género poético) nos recuerda la vocación orientalista
y morisca de Lorca que declaraba: “los sepulcros de los Reyes Católicos no han evitado que la
media luna salga en los pechos de los más finos hijos de Granada. La lucha sigue viva [...] en
la colina roja de la ciudad hay dos palacios, muertos los dos: la Alhambra y el Palacio de Carlos
V, que sostienen un duelo a muerte que late en la conciencia del granadino actual”.

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20.- CASIDA DE LAS PALOMAS OSCURAS

Por las ramas del laurel


vi dos palomas oscuras.
La una era el sol,
la otra la luna.
«Vecinita», les dije,
«¿dónde está mi sepultura?»
«En mi cola», dijo el sol.
«En mi garganta», dijo la luna.
Y yo que estaba caminando
con la tierra por la cintura
vi dos águilas de nieve
y una muchacha desnuda.
La una era la otra
y la muchacha era ninguna.
«Aguilitas», les dije,
«¿dónde está mi sepultura?»
«En mi cola», dijo el sol.
«En mi garganta», dijo la luna.
Por las ramas del laurel
vi dos palomas desnudas.
La una era la otra
y las dos eran ninguna.

Esta casida es la que cierra el libro. El poema originalmente estaba dentro del libro de Libro
de poemas y luego su nombre fue cambiado y fue acomodado en Diván del Tamarit. Su tono
oscuro fue re forjado por Lorca para que se acomodase mejor en este último libro.
El poema cierra de una manera muy curiosa el libro. Con una pregunta sobre el futuro. Si la
primera gacela iniciaba dentro del jardín, incapaz de encontrarse a sí mismo, ahogado de
sentidos ahora estamos afuera y la voz poética tiene una pregunta que es formulada a dos
palomas sobre un laurel. Una pregunta sencilla: ¿dónde está mi sepultura? Es una pregunta
curiosa porque nos da la idea de que la voz poética ya ha muerto, solo está buscando dónde
se encuentra. Está perdido y busca esa sepultura. Pero, es imposible. El escoger la paloma y el
laurel nos da, además, una idea del mundo por el que está caminando el poeta: imposible no
pensar en la paloma que le llevó a Noé una rama de olivo luego del diluvio. Las palomas en el
olivo son una muestra clara de que lo peor, todo el dolor, el amor frustrado y la muerte de los
poemas anteriores han pasado. El poeta camina solo, sin sentido, luego de este mundo
apocalíptico. Las dos palomas, una representando al sol y la otra a la luna, no dan una
respuesta clara. La sepultura queda en ambas, dentro de ellas. Repiten el estribillo de nuevo
esa “fuerza trágica de tales repeticiones que, semejando un coro, en nada atenúan la congoja
del poeta”.
La escena se repite nuevamente con águilas que contestan lo mismo. El sol y la luna
aparecen, pero por sus respuestas, no podemos considerarlos opuestos. Mal que bien, aunque
son opuestos son parte del ciclo que ha tratado de romperse dentro de toda la obra. El sol da
paso a la luna y la luna de paso al sol. Por eso mismo la ubicación de la sepultura, la garganta
y la cola, el inicio de uno y el fin del otro. Las palomas cambian luego para convertirse en
águilas, pero “el hecho de que las aguilitas y las palomas contesten lo suscita la duda de si en
realidad no son sino diferentes máscaras que remiten a un mismo referente simbólico: la
muerte”. A la pregunta, la misma respuesta. Pero, nada de eso importa ya. El poeta no
responde y da la impresión de que, hasta que no consiga una verdadera respuesta no habrá
descanso. Una respuesta que no esté de manos de la muerte ni de manos del ciclo eterno de
día y de noche. El último poema de Diván del Tamarit deja un regusto en la boca de que no hay

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nada más allá. El romper el ciclo, el elevarse, el lograr conseguir la muerte oscura lleva a nada.
Diván del Tamarit cierra como empezó. En la nada. Un libro que se “ha quedado quieto. Casi
como para morir”

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Sonetos del amor oscuro
Los Sonetos del amor oscuro, de Federico García Lorca, fueron escritos entre 1935 y
1936, pero salieron a la luz medio siglo después (1983) de forma furtiva. El poemario
sería divulgado clandestinamente por una fuente anónima que, enfrentándose a los
deseos de la familia, repartió una tirada de ejemplares entre unos pocos afortunados.

La respuesta ante este atrevido suceso llegó meses más tarde, en marzo de 1984. Por
medio del ABC, los herederos de poeta granadino publicaron la obra oficialmente. La
diferencia sería un cambio de titulo –Sonetos de amor–que buscaba ahuyentar toda
referencia a la homosexualidad del poeta granadino, condición que fue difícil de
aceptar para los hermanos del mismo y que convertirían en tabú. Un intento absurdo si
tenemos en cuenta que ya en el primer cuarteto del primer poema nos encontramos un
“tú” masculino, dejando ver que el poeta no buscaba ocultar su orientación sexual.

La obra expresa el temor ante la posible pérdida del amado, la dificultad y frustración
de mantener un amor furtivo, y el sufrimiento cuando su compañero no le entiende. El
responsable de estos sentimientos fue un secreto que mantuvieron firmemente los
amigos cercanos al poeta, fieles a la promesa de no revelar la identidad del mismo.

Tanto Ian Gibson como otros grandes estudiosos de la vida del poeta apuestan en que
la musa inspiradora de estos sonetos no era otro que Rafael Rodríguez Rapún –o Tres
Erres para Federico–, a quien conoce durante su estancia en La Barraca, donde
colabora como actor. Catorce años menor que el poeta, Rafael queda embelesado por
la forma de ser de Federico y desarrolla con él un trato íntimo en medio de la actividad
de La Barraca.

La relación estaría llena de altibajos, debido a que Rapún gustaba también de las
mujeres como un niño de un caramelo, algo que hiere hondamente a Lorca y que,
junto con las idas y venidas del joven Rafael, son probablemente las causas del
tormento expresado en los Sonetos del amor oscuro.

Sea quien sea el destinatario de la obra, el poeta granadino deja ver claramente que
los poemas se encuentran dirigidos a un hombre. A pesar de esto, algunos
académicos han preferido ignorar la posición de la sexualidad de Federico en esta
obra, mientras que otros han optado por sugerir que la orientación sexual del poeta no
se veía relacionada con su creatividad artística. Fernando Lázaro Carreter expresaba,
por ejemplo, que el adjetivo “oscuro” tan presente en los poemas hace referencia al
“ímpetu indomable y a los martirios ciegos del amor, a su poder para encender
cuerpos y almas, y abrazarlos como hogueras que se queman y destruyen en su
propio ardimiento […]”

Ya se lo decía Aleixandre en su momento al poeta José Luis Cano:

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Lo curioso es cómo en todos los artículos que acompañan a los sonetos se evita
cuidadosamente la palabra homosexual, aunque se aluda a ello, pues nadie ignora
que esos sonetos no están dedicados a una mujer. Se ve que todavía esa es una
palabra tabú en España, en ciertos medios, como si el confesarlo fuese un descrédito
para el poeta.

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21.- Soneto de la dulce queja
Tengo miedo a perder la maravilla
de tus ojos de estatua y el acento
que de noche me pone en la mejilla
la solitaria rosa de tu aliento.

Tengo pena de ser en esta orilla


tronco sin ramas; y lo que más siento
es no tener la flor, pulpa o arcilla,
para el gusano de mi sufrimiento.

Si tú eres el tesoro oculto mío,


si eres mi cruz y mi dolor mojado,
si soy el perro de tu señorío,

no me dejes perder lo que he ganado


y decora las aguas de tu río
con hojas de mi otoño enajenado.

1.- TEMA

La rendición a un amor no correspondido a pesar del dolor y humillación suscitados.

2.- RESUMEN

Un amor no correspondido provoca sentimientos encontrados que derivan en el deseo de


sumisión y aceptación del dolor, con tal de que perdure el recuerdo y la posibilidad de querer
mientras viva.

3.- ESTRUCTURA

Externa

Desde un punto de vista externo, el poema está formado por catorce versos endecasílabos,
de arte mayor, con rima consonante, que se agrupan en dos serventesios (ABAB ABAB) y
dos tercetos (CDC DCD), una variedad del soneto clásico.

Interna

Primera parte (vv. 1-8). Pone de manifiesto el miedo a no ser correspondido por la persona a la
que se ama y el sufrimiento por no encontrar razones para seguir alimentado su dolor (ideas
secundarias).

Segunda parte (vv. 9-14). Expresa la dependencia hacia el amante, a pesar de la humillación
que supone, y el deseo de continuar con ese amor (idea principal).

75
4.- COMENTARIO CRÍTICO DEL CONTENIDO DEL TEXTO.

En los versos de Lorca, se aúnan las características más significativas de la lírica: en primer
lugar, destacan tanto la presencia del yo poético, refrendada con pronombres, determinantes y
verbos de primera persona ( mi sufrimiento, he ganado, me pone ), como la del tú receptor,
manifiesta en las dos últimas estrofas ( si tú eres, tus ojos ); en segundo lugar, se trasluce la
tensión del mensaje a través de una muy acertada selección de recursos literarios (función
poética), tales como: la metáfora ( tus ojos de estatua ) que consigue trasmitir al lector la
mirada fría e indiferente que percibe de su amante; las enumeraciones ( la flor, pulpa o arcilla )
para matizar sus angustias; la anáfora ( si.../si.../si... ) que acentúa su ruego; o bien el
hipérbaton ( tengo pena de ser en esta orilla/tronco sin ramas ), con el que conocemos la
distancia abismal que separa a ambos; en tercer lugar, el ritmo y musicalidad, potenciados,
sobre todo, por los encabalgamientos y la carga emocional que transmite la repetición de
ciertos fonemas como la aliteración de la r (cruz, dolor, perro, señorío).

La intención del autor es poner de manifiesto cómo percibe y siente su relación amorosa ( la
solitaria rosa de tu aliento ), temerosa ( miedo ), triste ( pena ) y desesperada ( no me dejes
perder lo que he ganado ). El lector, de alguna manera, se solidariza y se conmueve, porque ha
sabido establecer, de forma magistral, una comunicación íntima ( lo que más siento es no tener
la flor ), rasgo característico de la segunda etapa de los autores de la Generación del 27 que
destaca por ser más humana y apasionada, como es el caso de este poema. La finalidad se
consigue en la medida en que sus emociones, su impotencia por no sentirse correspondido, la
actitud resignada, hasta el punto de la humillación ( si soy el perro de tu señorío ) y la idea de
que es mejor haber amado y sufrido a no haberlo hecho ( no me dejes perder lo que he ganado
), son percibidas en toda su magnitud. Si bien Lorca se inserta en una tradición que ha
escogido como tema el amor en todas sus vertientes y manifestaciones, no cabe duda de que
es original y soberbio su tratamiento y el perfecto equilibrio entre forma-contenido.

En definitiva, Lorca expresa de forma sobresaliente, apasionada y enternecedora la realidad de


su mundo interior: el contraste entre lo que desea obtener por parte de la persona amada y lo
que realmente recibe.

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22.- El poeta pide a su amor que le escriba

.
Amor de mis entrañas, viva muerte,
en vano espero tu palabra escrita
y pienso, con la flor que se marchita,
que si vivo sin mí quiero perderte.
El aire es inmortal. La piedra inerte
ni conoce la sombra ni la evita.
Corazón interior no necesita
la miel helada que la luna vierte.
Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas,
tigre y paloma, sobre tu cintura
en duelo de mordiscos y azucenas.
Llena, pues, de palabras mi locura
o déjame vivir en mi serena
noche del alma para siempre oscura.

1.-TEMA
El deseo de conocer la verdad que produce la insufrible incertidumbre del amor

2.- RESUMEN
Lorca espera desesperadamente en estos versos noticias de su amor. Para dejar más clara
su situación explica que él es un ser humano y, contrariamente a los seres inanimados, sufre y
padece. Por ello vuelve a suplicar las palabras de su amado, para tener esperanzas o sucumbir
a la desesperación.

3.- ESTRUCTURA
 Externa
Es un soneto: dos cuartetos y dos tercetos
 Interna
La espera del poeta es insoportable (1º cuarteto)
Lo que no tiene vida no sufre el amor (2º cuarteto)
Él amó apasionadamente: placer y sufrimiento (1º terceto)
Pide que le escriba para saber a qué atenerse (2º terceto)
La idea fundamental se señala en el título: quiere noticias de su amor, las necesita para
poder vivir.

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4.- RECURSOS RETÓRICOS
Desde el primer verso amor de mis entrañas viva muerte aparece una muestra de este
intento, con el uso de la antítesis, una contraposición de dos pensamientos o ideas que se
ponen de manifiesto a la vez y que en este verso enfatizan la angustia de un sentimiento.
Asimismo, el segundo verso muestra un idea que resulta paradójica en vano espero tu
palabra escrita, ya que esperar algo que no va a llegar muestra, de nuevo, ese sentimiento de
impaciencia que muestra el “yo” poético.
En el verso tercero y pienso, con la flor que se marchita, recurre a la metáfora, sustitución
del nombre de una cosa por el de otra que es semejante en algún aspecto, ya que se refiere al
amor como si de la flor se tratara, pues ambos se marchitan, mueren. Además, usa la imagen
de la flor para mostrar su fragilidad ante una situación tan desesperante como en la que se
encuentra.

Ya en el segundo cuarteto, recurre al uso de dos imágenes concretas aire inmortal y piedra
inerte para expresar su sentimiento de indiferencia ante la vida que el poeta se ha visto
obligado a vivir. También, aparecen las imágenes de la miel helada y de la luna para remitirnos
a la frialdad de la situación, de la falta de sentimientos, ya que la dulzura de un amor (la de la
miel) ha sido congelada. Aunque debemos considerar que también refleja la idea del
enamorado solo en la noche, cuando habitualmente es el momento del día idóneo para amarse
en silencio y, por ello, es, también, otra de las interpretaciones que ambas imágenes muestran.
De esta forma, observamos con estos ejemplos que la idea de que la lengua poética va más
allá de la verdadera significación de las palabras es cierta.

Por lo que respecta al primero de los tercetos veremos, de nuevo, que por medio de una
imagen muestra lo que la amarga situación le produce pero yo te sufrí, rasqué mis venas que,
además, lo hace mediante la idea del suicidio, aunque no está escrita explícitamente (rasgarse
las venas es una imagen propia de este hecho). En los dos siguientes versos tigre y paloma,
sobre tu cintura / en duelo de mordiscos y azucenas refleja, por medio de la antítesis, ya que
expresa imágenes contrapuestas, el sentamiento de amor-odio que crea esta situación tan
dolorosa por parte del enamorado.
En el último terceto usa la imagen, nuevamente, para dejar clarividente cuál es su
sentimiento llena, pues, de palabras mi locura.

5.- COMENTARIO
Lorca, como poeta del 27, ha sabido reunir como nadie las diferentes influencias que
convergen en la llamada edad de plata de la poesía española: vanguardia y tradición, arte puro
y populismo y, sobre todo, éxito de público y de crítica. Lo demuestra en este poema al
expresar, mediante sus brillantísimas metáforas y sus llamativas paradojas, un sentimiento que
cualquier mortal con ganas de vivir ha deseado en su corazón alguna vez. En su producción
poética nos encontramos con algunos de los frutos más sabrosos y coloridos del surrealismo,
con las imágenes oníricas, mágicas e incomprensibles a veces – aunque siempre sugerentes-
que tanta fama han dado a nuestro autor granadino en España y fuera de ella.
El poeta: quiere poder vivir enamorado o desenamorado y, para ello, necesita saber de su
amante qué puede esperar. Quizás constituya esto la base del juego amoroso: no saber a
ciencia cierta lo que siente por nosotros el otro. Este juego se produce siempre en las fases
previas del encuentro amoroso. Aquí parece, entonces, que su relación no es madura, que es
el típico lance intenso, pasional pero exento de experiencia, de tiempo. Y es típico porque
aparecen en el poema una serie de tópicos ya clásicos en labios de otros poetas españoles
que Lorca conoció y admiró: Antonio Machado, Rubén Darío..
Lorca muestra, pues, que su relación ha sido tan intensa que su vida no será vida si no sabe
nada de su amor, como la madre que, no sabiendo dónde se encuentra el hijo, desea conocer,
para bien o para mal, cuál es su paradero y estado. Es este deseo de conocimiento el centro
del poema y de toda relación: deshojar la margarita del “me quiere- no me quiere”.

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En el poema destaca una serie de elementos antitéticos y paradójicos que reflejan con gran
claridad cómo ese sentimiento es pasional, contraproducente e incomprensible: llama a su
amor viva muerte; se transfigura, sin solución de continuidad, en tigre y paloma. Otra vez
aparecen elementos que se han repetido a lo largo de la historia de la literatura (muerte que
das vida, muero porque no muero). Hay un último guiño literario al final del poema, que hace
referencia al título de unas de las obras más intensas de San Juan de la Cruz: Noche oscura
del alma.
Se comprueba también en este poema cómo Lorca es capaz de aunar como genio del 27 el
sentimiento y la tradición, la métrica clásica y las figuras más vanguardistas.
Para terminar podríamos pensar que la homosexualidad no declarada de Lorca se hace más
patente, si cabe, en estos versos del amor oscuro. De ahí procedería su tragedia e intensidad.
Ahora bien, el sentimiento que de él emana es universal: la necesidad irrenunciable de saber la
verdad sobre el origen de nuestro amor, su fundamento y su sinceridad que queda reflejada
magistralmente en las oscuras metáforas y paradojas que dan forma, cual si fuera el barro de
la pasión, a este soneto.

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23.- El Poeta Dice La Verdad
............
Quiero llorar mi pena y te lo digo
para que tú me quieras y me llores
en un anochecer de ruiseñores
con un puñal, con besos y contigo.

Quiero matar al único testigo


para el asesinato de mis flores
y convertir mi llanto y mis sudores
en eterno montón de duro trigo.

Que no se acabe nunca la madeja


del te quiero me quieres, siempre ardida
con día, grito, sal y luna vieja:

Que lo que me des y no te pida


será para la muerte, que no deja
ni sombra por la carne estremecida.
1.- TEMA
Quiere superar un dolor, con ayuda del amor.

2.- RESUMEN
El autor nos cuenta en estos versos un dolor pasado, no especifica sobre que, podría ser sobre
un amor pasado, quiere superar ese dolor que tiene que le está haciendo mucho daño, quiere
sentir el amor, quiere volver a amar, para ello utiliza ese sentimiento, para deshacerse del dolor
que sufre.
3.-ESTRUCTURA

 Externa: al tratarse de un soneto observamos la marcada regularidad de todos


los versos endecasílabos. Rima consonante.
 Interna: se puede dividir en dos partes.
 Del verso 1 al verso 8 (primer cuarteto). Expresa el dolor que
siente y que le gustaría poder olvidar ese dolor y que ese dolor
se convierta en amor.
 Del verso 9 al verso 14. Expresa que desearía que el amor
nunca terminara, el autor no quiere volver a sentir ese dolor tan
intenso que tenía antes.
4.- FIGURAS LITERARIAS

Desde el punto de vista de figuras literarias encontramos rasgos como el encabalgamiento en


todo el poema; podemos observar anáforas con el principio de los versos 1 con el 5, 2 con el 6
y 9 con el 12; también se puede ver la presencia de la anáfora (como es normal en Lorca) en
los versos 3 y 6; polisíndeton en el verso 4 ; La antítesis se ve presente en los versos 11 y 12
y por último epíteto en el versos 8.

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5.- COMENTARIO

Este poema es parte de los Sonetos del amor oscuro. El tema es la superación del dolor, con
ayuda del amor. Hablando del tema del amor hay que hacer un inciso para tratar el amor en
Lorca; Lorca era homosexual y eso se refleja en el título de la obra con las palabras amor
oscuro.

En este poema en concreto, Lorca nos cuenta un dolor pasado, no especifica sobre qué, podría
ser sobre un amor pasado, quiere superar ese dolor que tiene y que le está haciendo mucho
daño, quiere sentir el amor, quiere volver a amar. La estructura del poema es

En conclusión, la pérdida de su amado deja al autor destrozado, pero a pesar de todo le pide
que vuelva con él y que olvide todo lo pasado para que vuelvan a estar juntos y amarse como
lo hacían antes.

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RESUMEN SIMBOLOGÍA LORCA

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