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Capítulo 6 Historia. Caudillos

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La disgregación del poder central

Dos modelos en disputa: 1817, la guerra contra los españoles estaba pleno curso. Debido a la amenaza del avance de los ejércitos
realistas desde el norte, el Congreso abandona Tucumán y se traslada a BS.AS. Allí, los diputados se dedicaron a el objetivo que
NO SE CUMPLIÓ en 1816: la redacción de una Constitución para los territorios independizados de España.
En los debates, aparecieron las diferencias entre los 2 modelos de organización.
Los representantes porteños buscaban imponer una carta constitucional de carácter unitario, que garantizara la supremacía de
BS.AS como cabeza del nuevo Estado nacional, y redujera las autonomías provinciales.
Las provincias impulsaban un tipo de organización confederal. Entre ellas destacaban las del Litoral, que seguían las ideas de
Artigas.
En 1819 el Congreso sancionó una constitución que satisfacía los deseos de los porteños y afectaba a las provincias. Establecía un
gobierno central fuerte a cargo de un director, que tenía atribuciones para intervenir en la designación de gobernadores
provinciales.
El rechazo de la Constitución de 1819: La Constitución fue rechazada por los gobernadores de Santa Fe (Estanislao López), y de
Entre Ríos (Francisco Ramírez). Luego de la renuncia del director supremo Pueyrredón y su reemplazo por Rondeau, el conflicto
no podría ser resuelto pacíficamente. Para hacer frente al ataque de López y Ramírez, Rondeau recurrió al Ejército del Norte y le
ordenó que se movilizara a BS.AS para unirse a las fuerzas porteñas. Bajo el mando de Bustos, las tropas emprendieron la marcha.
Al llegar a la posta de Arequito, se sublevaron y se negaron a cumplir las órdenes del director supremo. Bustos regresó a Córdoba,
asumió como gobernador y convocó a un congreso de todas las provincias.
Rondeau luchó con las únicas tropas que tenía a disposición, las de BS.AS. El enfrentamiento fue en la cañada de Cepeda, donde
hombres al mando de los caudillos del Litoral vencieron a las tropas directoriales. Consumada la derrota, Rondeau renunció a su
cargo y el poder en la provincia quedó transitoriamente en manos del Cabildo. Luego, de la disolución del Directorio y el Congreso
determinó el fin del 1° ensayo de organización nacional.
Tiempo de caudillos
Caudillos: El derrumbe del gobierno central colocó en el centro de la escena política a los caudillos provinciales.
Caudillos: jefes militares que tomaron en sus manos los gobiernos de sus provincias en situaciones de emergencia. Algunos
lucharon en las guerras de la independencia; otros, eran grandes hacendados. Pero todos tenían una gran capacidad de liderazgo y
ejercían influencia sobre los trabajadores de las zonas rurales; su base de poder estaba en las masas rurales, a las que integraban
políticamente en sus milicias.
Las elites urbanas delegaron su poder en los caudillos, y resignaron la posibilidad de gobernar a cambio de seguridad para sus
negocios y autonomía para sus provincias. El poder político pasó de la ciudad al campo.
Caudillismo en Entre Ríos y Mendoza: La trayectoria de los caudillos provinciales muestra la situación política que se vivió en los
territorios del antiguo virreinato del Río de la Plata luego de la independencia. Por ejemplo, Los casos de:
•Ramírez(entrerriano): estaba alineado con Artigas. En 1816 fue designado por el caudillo oriental como comandante de
Concepción del Uruguay, donde enfrentó a las tropas portuguesas y colaboró con el ideal federal de la Liga de los Pueblos Libres.
En septiembre de 1820, luego de Cepeda, ya como gobernador de Entre ríos, Ramírez asumió como jefe supremo de la República
de Entre Ríos. En este período dictó los reglamentos del Orden Militar, del Orden Político y del Orden Económico; textos que
condensaban su pensamiento en favor del federalismo. Luego de largos enfrentamientos con López, fue vencido por una alianza
entre BS.AS y Santa Fe. El 10 de julio de 1821 fue muerto por hombres de López.
•Aldao(mendocino): Su participación en la guerra civil del lado federal le permitió en 1829 proclamarse gobernador de Mendoza. Su
gestión se destacó por la obra de gobierno.
Unitarios y federales: En los debates constitucionales de 1819 se enfrentaron: unitarios y federales, estos expresaban diferentes
puntos de vista sobre la organización de un país.
•Unitarios: impulsaban la formación de un gobierno central que concentrara el poder político por encima de los intereses
provinciales. Creían que la legitimidad del Estado provenía de la soberanía popular, a la que consideraban única e indivisible.
•Federales: defendían la autonomía de las provincias: según ellos, cada una debía ejercer el derecho de redactar sus constituciones,
dictar sus leyes y elegir a sus gobernantes. Pensaba que la mejor forma de gobierno era la confederación: asociación de provincias
autónomas sin una autoridad centralizada. Defendían la soberanía de los pueblos a la manera colonial, argumentando que el poder
emanaba de un pacto entre ciudades, provincias y gobernantes.
Tratados entre las provincias: Luego de 1820 las provincias se declararon Estados autónomos, nunca renunciaron a la idea de
organizar un gobierno común. Esto se vio reflejada en la firma de pactos o tratados entre ellas. Como:
Tratado del Pilar: BS.AS, Entre Ríos y Santa Fe firmaron este tratado, que declaró el cese de las hostilidades, proclamó la unidad
nacional y fijó plazos para la creación de un gobierno central de tipo federalista.
Tratado de Benegas: Fue firmado por BS.AS y Santa Fe, establecía la paz entre ambas provincias y la voluntad de organizar un
Congreso en Córdoba.
Tratado del Cuadrilátero: Firmado por BS.AS, Santa Fe, Entre Ríos, y Corrientes, establecía la libre navegación de los ríos
interiores, garantizaba la alianza recíproca en caso de ataques exteriores y les otorgaba a los firmantes el derecho de convocar a un
Congreso para tratar la organización nacional.
BS.AS intentó dividir a las provincias del Litoral: buscó atraer a los gobernadores de Santa Fe y Córdoba para aislar a Entre Ríos.
Las autonomías provinciales
De intendencias virreinales a provincias soberanas: La derrota porteña en la batalla de Cepeda y la disolución del Congreso General
Constituyente sepultaron el proyecto de unión de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
La caída del gobierno central dejó un espacio que fue ocupado por un conjunto de provincias que siguieron declarándose unidas,
aunque, solo lo estuvieron mediante la firma de pactos y tratados entre ellas; solo reconocían como vínculo común entre todas la
delegación en BS.AS del manejo de las relaciones exteriores.
Las capitales de provincia se fueron organizando como unidades políticas soberanas e independientes. Los nuevos Estados
provinciales se dedicaron, a organizarse internamente: dictaron sus constituciones, crearon sus instituciones de gobierno y elaboraron
sistemas electorales para elegir a sus gobernantes. Las provincias que existían a comienzos de la década de 1820 eran unidades
territoriales que habían formado parte del régimen de intendencias instaurado por los Borbones, conformadas por las ciudades más
importantes del Interior y las zonas rurales que las rodeaban. Luego de la independencia, su estructura y sus límites territoriales se
fueron modificando. Hubo divisiones administrativas que contemplaban los intereses de las elites provinciales, pero en una 1°
etapa respondieron a iniciativas del gobierno central. Posteriormente, las provincias actuaron de manera unilateral.
Constituciones provinciales: Cuando asumieron su autonomía, los Estados provinciales conservaron algunas leyes coloniales, como
las Ordenanzas de Intendentes, y otras emitidas por los gobiernos revolucionarios como el Reglamento Provisorio (1817).
Al considerarse Estados soberanos, la mayoría de las provincias redactaron y sancionaron sus propias constituciones, que
establecieron un régimen de gobierno republicano y representativo. Se elaboraron normas jurídicas para regular el comercio exterior,
la defensa y las relaciones con las otras provincias. En algunos casos, como BS.AS, La Rioja y Mendoza se redactaron cuerpos de
leyes que regían la vida política.
El Estatuto Provisorio sancionado por López en Santa Fe en 1819 fue la 1° Constitución Provincial. Además de reconocer la
igualdad de todos los habitantes de la provincia, el art. 3 el Estatuto declaraba ciudadanos a todos los americanos. El art. 4 disponía
que el gobierno de la provincia sería ejercido por un gobernador elegido por votación popular, que permanecía 2 años en su cargo,
gozaba de facultades para dictar leyes y controlaba el manejo de los dineros públicos. También dispuso la creación de una Junta de
Representantes, integrada por 12 diputados, 8 por la capital, 2 por Rosario, 1 por Coronda y 1 por San José del Rincón. Sus
funciones eran la elección de los miembros del Cabildo y la realización del escrutinio durante las elecciones de gobernador.
La administración de justicia quedaría a cargo del Cabildo, pero sus decisiones podían ser apeladas ante el gobernador. El ej.
santafesino fue seguido luego por Entre Ríos (1822); Catamarca (1823), y Corrientes (1824). La mayoría de esas Constituciones no
mencionaba la posibilidad de organizar una nación, y se aludía a los ciudadanos como provincianos y americanos.

Nuevas instituciones: La implantación del régimen republicano y representativo basado en la soberanía popular fue seguida por la
creación de las autoridades de gobierno. Aunque respondía a un modelo común, la organización institucional provincial no fue
uniforme en todos los casos. Por ej: en las atribuciones otorgadas a los diferentes órganos de gobierno, que no siempre eran las
mismas. Además, algunas provincias mantuvieron una estabilidad institucional duradera, mientras en otros casos dicho objetivo
debió enfrentar serias dificultades, como revoluciones armadas o amenazas permanentes al orden establecido mediante el uso de la
fuerza. Tampoco la división de poderes fue siempre respetada: por ejemplo, el otorgamiento de poderes extraordinarios a los
gobernadores de algunas provincias determinaba la supremacía del Poder Ejecutivo por encima del Legislativo.
En cada provincia, el Poder Ejecutivo quedó a cargo de un gobernador, y el Poder Legislativo, en manos de una Legislatura
unicameral, la Sala de Representantes. Además, se fueron suprimiendo los Cabildos, instituciones heredadas del régimen colonial.
Durante algún tiempo, las nuevas Legislaturas convivieron con ellos. Una diferencia entre ambas instituciones es que mientras los
Cabildos representaban los intereses de las elites urbanas, las Salas de Representantes estaban integradas por representantes del
campo y la ciudad, elegidos mediante el voto universal.
La organización de las provincias autónomas también se dio en materia económica. Casi todas ellas organizaron nuevos sistemas
de recaudación de impuestos con el fin de obtener recursos para las arcas estatales, instalaron aduanas en sus territorios.
El caso de Córdoba: En 1820 comenzó en las Provincias Unidas un nuevo orden, caracterizado por el surgimiento de Estados
autónomos erigidos sobre la base de ciudades de provincia. Como: Córdoba, gobernada por Bustos, pasa a ser la capital de un
Estado autónomo. Bustos asumió la gobernación de Córdoba el 24 de marzo de 1820. Una vez en el poder, el gobernador ordenó la
redacción de una constitución. En el texto constitucional, que propiciaba la existencia de Estados autónomos y soberanos, quedaba
clara la adhesión a los principios del federalismo. Allí se afirmaba que Córdoba tenía derecho a establecer sus leyes fundamentales.
En 1824, luego de la creación de una Asamblea provincial que asumió la tarea legislativa, Bustos dispuso la supresión del Cabildo.
Aunque la Constitución le daba al gobernador amplios poderes, la Legislatura desempeñó un papel importante en la política
cordobesa.
Además de ocuparse de la organización institucional de la provincia, Bustos impulsó la sanción de leyes para ordenar el comercio,
reorganizó las milicias y mandó a levantar puestos de observación en zonas fronterizas conflictivas. El gobernador también se
ocupó de la educación, que en ese entonces presentaba un panorama desolador: en todo el territorio provincial existían solo dos
escuelas. Para terminar con esa situación, creó una Junta Protectora de Escuelas.
Buenos Aires y la “feliz experiencia”
Buenos Aires después de Cepeda: La caída del Directorio provocó una crisis política e inestabilidad en BS.AS. La provincia quedo
dividida en: los unitarios, antiguos partidarios del Directorio, querían hacer prevalecer los intereses de la ciudad sobre los de los
sectores rurales; los federales, aliados de los caudillos del Litoral, veían bien al sistema confederal.
Luego de la derrota en Cepeda, el gobierno de la provincia quedó a cargo del Cabildo. Un Cabildo Abierto designó una Junta de
Representantes, que debía elegir un gobernador, este fue Sarratea, a quien se le encomendó la firma de la paz con Santa Fe y Entre
Ríos. El 23 de febrero, los gobernadores de las 3 provincias firmaron el Tratado del Pilar.
A partir de entonces, BS.AS vivió una profunda inestabilidad política: entre febrero y septiembre de 1820 se sucedieron diferentes
gobernadores, impuestos por Cabildos Abiertos, asambleas populares y levantamientos militares. Algunos de ellos lograron
mantenerse en el poder pocos días.
El gobierno de Martín Rodríguez: La pacificación de BS.AS se logró en septiembre de 1820, cuando se produjo la intervención de
las milicias de campaña, comandadas por Rodríguez y Rosas. El 26 de septiembre de 1820, la Junta de Representantes de la
provincia eligió gobernador a Rodríguez. El gobernador derrotó a las tropas del federalismo porteño y consagró a BS.AS provincia
autónoma.
Un ambicioso plan de reformas: Los porteños consideraban que el hecho de haberse ocupado de los asuntos de todo el territorio les
causó inconvenientes y los había empobrecido. Tenían la convicción de que para la provincia sería mucho más ventajoso
aprovechar su autonomía, que involucrarse en la organización de un gobierno nacional. Esta autonomía les permitiría explotar al
máximo sus recursos sin tener que compartirlos con el resto de las provincias.
El gobierno bonaerense inició un ambicioso plan de reformas apoyado en el boom de las exportaciones agropecuarias. Así
comenzó la etapa denominada la “feliz experiencia”, un período de estabilidad política y bonanza económica que se extendió entre 1820
y 1824.
La principal preocupación del gobernador Martín Rodríguez era apaciguar la conflictividad política de BS.AS, en tanto, la de su
ministro de gobierno Rivadavia fue la de modernizar la provincia. Para cumplir este objetivo, emprendió un programa de reformas.
Reformas políticas e institucionales: Uno de los primeros objetivos del gobierno bonaerense fue darle a la provincia una organización
de tipo republicano que le diera legitimidad y le asegurara la estabilidad política.
A diferencia de lo ocurrido en otras provincias, en BS.AS no se dictó una constitución. En 1821 Rivadavia impulsó la sanción de
una ley electoral que establecía la forma de elección de los miembros de la Sala de Representantes: quedaban habilitados para votar
todos los hombres libres mayores de 25 años y no se establecía ninguna restricción relacionada con la riqueza ni con el nivel
educativo. No se tenía en cuenta el lugar de residencia, por lo que también podían votar los habitantes de las zonas rurales. El
objetivo de esta medida era debilitar a la oposición federal, que lograba un nivel de adhesiones cada vez mayor en la campaña
bonaerense.
La Sala de Representantes, se transformó en el Poder Legislativo provincial. Cada 3 años debía elegir al gobernador de la provincia y
evaluar su gestión, votar el presupuesto de gastos para todo el año, y discutir y aprobar las propuestas de los ministros.
El gobierno eliminó los restos de la estructura administrativa e institucional heredada de la época colonial. La supresión de los
Cabildos permitió organizar un Poder Judicial formalmente separado de la Legislatura y la gobernación, con un Tribunal Superior
compuesto por 5 jueces letrados, jueces de paz en la campaña rural y un Departamento de Policía.
Reformas en el Ejército, Iglesia y cultura: El plan de reformas elaborado por Rivadavia incluyó una serie de medidas.
Militares: La Sala de Representantes aprobó una ley de reforma militar que tenía 2 objetivos centrales: reducir una fuerza altamente
politizada durante las guerras de la independencia y los conflictos con las provincias. Las autoridades consideraban que no tenía
ningún sentido gastar una parte del presupuesto en el mantenimiento de un ejército de tales dimensiones en tiempos de paz. Para
lograr estos objetivos, muchos oficiales y soldados fueron pasados a retiro. Las fuerzas reorganizadas fueron enviadas a las zonas
de frontera para defender las zonas rurales y brindar protección a las estancias ganaderas de los ataques indígenas.
Iglesia: el gobierno dispuso la supresión de algunas órdenes religiosas, cuyos bienes pasaron a manos del Estado, se cerraron
algunos conventos y monasterios, y se abolió el impuesto eclesiástico del diezmo que pagaban los habitantes de la provincia. Así,
las autoridades se hacían cargo de financiar el culto católico, y los sacerdotes pasaron a ser empleados públicos.
Culturales: se aprobó una ley que garantizaba la libertad de prensa, medida que precedió a una auténtica explosión de la edición de
periódicos. Rivadavia demostró interés por materia educativa y cultural: durante su gestión se fundó la Universidad de BS.AS, las
academias de Medicina Ciencias Físicas, Matemáticas, y de Música, y el Museo de Ciencias Naturales.
La economía en la década de 1820
Reorientación de la economía: Las guerras de la independencia tuvieron profundas consecuencias sobre la economía en los
territorios de las Provincias Unidas. Uno de los problemas fue la escasez de mano de obra, debido a los hombres que se
incorporaron a los ejércitos patriotas y murieron durante el conflicto. Por otra parte, la necesidad de alimentos para las tropas tuvo
efectos devastadores sobre la riqueza ganadera. Pero, la consecuencia más negativa fue la brusca caída de los intercambios
comerciales con el Alto Perú, lo que privó a los gobiernos posteriores del acceso a las riquezas mineras de Potosí.
La transformación de los circuitos comerciales del antiguo virreinato del Río de la Plata y la reorientación de la economía hacia los
mercados de ultramar beneficiaron a BS.AS, que experimentó un crecimiento de sus exportaciones ganaderas. El Litoral acompañó
el despegue de la actividad pecuaria, pero en varias provincias del Interior el comercio y la producción se estancaron.
Litoral: El Litoral fue una de las zonas más afectadas por las guerras la independencia y por las luchas civiles. Santa Fe, por
ejemplo, fue invadida y saqueada en varias oportunidades por tropas de BS.AS; cuando comenzaba la década de 1820, su riqueza
ganadera era prácticamente inexistente. Hasta la década siguiente para observar una clara recuperación.
Finalmente, las provincias litoraleñas enfrentaron serios problemas comerciales, ya que para vender y comprar cualquier producto
debían pagar derechos de exportación e importación en la aduana porteña. Por esto, la exigencia de la libre navegación de los ríos
Uruguay y Paraná fue un tema recurrente en los años siguientes.
Interior: El derrumbe del comercio de plata entre el Alto Perú y BS.AS afectó a las provincias del noroeste y centro. Se trataba de
zonas con economías basadas en la cría de ganado y en la elaboración de tejidos destinados el mercado altoperuano. Luego de la
caída del Directorio cada provincia debió afrontar los gastos de su administración sin contar con recursos nacionales.
Para algunas zonas resultó fundamental la independencia de Chile, en 1818, que se convirtió en un atractivo mercado en reemplazo
del Alto Perú. Las provincias que pudieron aprovechar esta situación de mejor forma fueron las de Cuyo, donde se desarrolló la
producción agrícola.
A pesar de la drástica disminución del comercio entre la zona del noroeste y el Alto Perú, los intercambios nunca se interrumpieron
del todo. Salta y Jujuy, entonces, intentaron mantener sus exportaciones hacia el sur de Bolivia. En Córdoba y Santiago del Estero
continuó desarrollándose la ganadería y la producción textil artesanal de mantas y ponchos.
Crecimiento de Buenos Aires: El crecimiento económico de BS.AS llegó mediante el desarrollo de la ganadería, que obedeció al
incremento de la demanda internacional de cueros y otros productos derivados de la actividad. Esto se ve reflejado en la
composición de las exportaciones realizadas en el puerto bonaerense: en los meses previos a la Revolución de Mayo, la mayor
parte de las ventas al exterior estaba representada por metales preciosos; en cambio, en 1830, los cueros representaban entre el 70%
y el 80%. El crecimiento de la demanda y el aumento de los precios internacionales de los productos pecuarios impulsaron a
muchos comerciantes a invertir sus capitales en la ganadería.
La expansión ganadera requería la disponibilidad de superficies de tierra cada vez mayores. Para lograrlo, a partir de 1820 el
general Rodríguez encabezó 3 campañas militares contra los pueblos originarios y llevó la frontera al sur del río Salado; como
resultado de las campañas, las tierras disponibles para la producción pecuaria casi se duplicaron. También contribuyó la Ley de
Enfiteusis: consistía en la entrega de tierras del Estado a particulares durante un período de tiempo, a cambio de un canon
relativamente bajo.
El desarrollo de la ganadería estimuló la industrialización de algunas actividades como la de los saladeros y velas de sebo con grasa
vacuna.
Mundo rural bonaerense: la provincia de BS.AS, en las tierras más próximas a los centros urbanos había quintas y chacras que
abastecían a la ciudad de alimentos. + lejos se ubicaban las estancias de mayor tamaño, dedicadas a la ganadería extensiva y a los
cultivos de trigo. La superficie de las estancias de esos años era incomparablemente superior al de los establecimientos coloniales.
Alrededor de ellas existían pequeñas propiedades de explotación familiar, donde se concentraba la mayor parte de la población
rural. Los campesinos eran muy pobres, y debían recurrir a pulperos o estancieros adinerados para financiar su propia producción
de cuero y alimentos.
En las cercanías del río salado se ubicaban los saladeros, que empleaban mano de obra asalariada y esclavos. Como consecuencia
de las campañas militares contra los indígenas, las zonas ubicadas al sur del Salado fueron ocupadas por colonias agrícolas,
estancias y fortines.
Nuevo intento de unificación
Congreso Constituyente de 1824: Cuando el gobernador Rodríguez llegó al final de su mandato en 1824, la Sala de Representantes
bonaerense designó en el cargo a Juan Gregorio de Las Heras. Una las primeras decisiones del flamante gobernador fue invitar a
las provincias a reunirse en un congreso y, tal como estaba previsto en los tratados interprovinciales firmados en los años previos,
sancionar una constitución. Entre las razones que motivaron a los porteños a volver a discutir la organización nacional se hallaba la
posibilidad de firmar un tratado de paz y amistad con Inglaterra, que incluía el reconocimiento de la independencia de las
provincias rioplatenses. Pero, el cónsul británico debía sellar el acuerdo con una autoridad nacional que no existía.
El Congreso inició sus sesiones en diciembre de 1824 y en 1825 sancionó la llamada Ley Fundamental. En ella, las provincias
expresaban su voluntad de lograr la unificación del país y la sanción de una constitución. Hasta que eso ocurriera los Estados
provinciales seguirían gobernándose por sus propias instituciones. Por otro lado, delegaban en el gobierno porteño el manejo de las
relaciones exteriores. La ley también expresaba que, para poder entrar en vigencia, la futura constitución debía ser aprobada por
todas las provincias. Si alguna considerara que era contraria a sus propios intereses podría rechazarla y permanecer fuera de la
unión.
Guerra con el Brasil: En 1816, tropas enviadas por la corte portuguesa, invadieron y ocuparon la Banda Oriental. Tras vencer a la
resistencia liderada por Artigas, en 1821 los portugueses anexaron el territorio con el nombre de Provincia Cisplatina. La
independencia del Brasil, no modificó la situación, por lo que un sector de la opinión pública porteña comenzó a presionar al
gobierno para que interviniera en la Banda Oriental de manera directa. Una misión enviada al Brasil, integrada por Gómez, viajó
para convencer al emperador de que retirara sus tropas. El enviado sostenía que la Banda Oriental no había roto las relaciones con
las Provincias Unidas y que la independencia del Brasil debía ser interpretada como una anulación de la anexión a la Corona
portuguesa. Pero, el gobierno brasileño respondió que Brasil no hacía más que continuar los derechos de Portugal. La misión
diplomática terminó en un gran fracaso, lo que fortaleció la posición de los que impulsaban el conflicto armado.
En abril de 1825, un pequeño grupo de exiliados orientales al mando del coronel Lavalleja partió de BS.AS para iniciar una
rebelión en la Provincia Cisplatina. Una vez allí, los llamados “Treinta y tres orientales” obtuvieron la adhesión de varios
dirigentes artiguistas y lograron algunas victorias frente a los brasileños. Finalmente, la expedición de Lavalleja logró expulsar a
los brasileños del territorio oriental y declaró su incorporación a las Provincias Unidas. Luego de aceptar la anexión, el Congreso le
hizo saber al emperador que la defendería por la fuerza. En diciembre de 1825, Pedro I emitió la declaración formal de guerra a las
Provincias Unidas y ordenó bloqueó del puerto de BS.AS.
Presidencia de Rivadavia: La guerra con el Brasil aceleró los tiempos en el Congreso. las diferencias entre unitarios y federales se
profundizaron, al tiempo que las posiciones de los primeros se iban imponiendo cada vez más. Ante la urgencia planteada por la
guerra, la mayoría de los congresistas consideró indispensable centralizar la autoridad para hacer frente al conflicto de manera
coordinada entre todas las provincias. Con ese propósito, en febrero de 1826 el Congreso sancionó la Ley de Presidencia, que
estableció la creación de un Poder Ejecutivo Nacional, a cargo de un presidente de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Poco
después, el unitario Rivadavia, fue elegido para ejercer el cargo.
Rivadavia asumió la presidencia en un momento de extrema gravedad: por un lado, el país estaba en guerra con los brasileños; por
el otro, los enfrentamientos entre unitarios y federales eran cada vez más violentos. Sus objetivos eran lograr la subordinación de
ambos bandos y la conciliación de intereses entre las distintas facciones.
Buenos Aires, capital: En 1826, el bloque unitario impulsó la sanción de una Ley de Capitalización, que declaraba a la ciudad de
BS.AS capital de las Provincias Unidas y la separaba de la provincia de BS.AS El proyecto generó un amplio rechazo de parte de
todas las provincias. Los bonaerenses se oponían debido a que el texto de la ley establecía que el puerto y la aduana quedarían bajo
la jurisdicción del gobierno nacional; esto significaba que perderían sus principales fuentes de ingresos. Además, se suprimiría la
Sala de Representantes y las otras instituciones creadas en 1821.
Los federales del resto de las provincias rechazaban la idea y cuestionaban la concentración de poder en la futura capital. A pesar
de las resistencias, los unitarios lograron la sanción ley.
Crisis y caída del gobierno nacional: En diciembre de 1826, el Congreso aprobó una nueva Constitución. Mantenía el carácter
centralista del texto sancionado en 1819 y avasallaba las autonomías provinciales. Por eso, fue rechazada por los gobernadores. Al
mismo tiempo, el bloqueo del puerto de BS.AS por la marina brasileña causaba perjuicios a la economía bonaerense. En el ámbito
militar, Rivadavia había designado a Alvear y a Brown jefes de las fuerzas terrestres y navales, respectivamente. En febrero de
1827, las tropas de las Provincias Unidas obtuvieron un importante triunfo sobre los brasileños en la batalla de Ituzaingó. Pero, la
precaria flota de Brown no logró romper el bloqueo y finalmente fue vencida, lo que provocó la prolongación del conflicto.
Acosado por los problemas internos, Rivadavia envió una misión que entablara negociaciones de paz con el Imperio. La
delegación, encabezada por García, firmó un acuerdo preliminar que establecía la anexión de la Banda Oriental al Brasil. Ante el
rechazo general del acuerdo, que les otorgaba a los brasileños un triunfo diplomático, Rivadavia renunció a su cargo en junio de
1827. En su reemplazo, el Congreso designó a López y Planes. El nuevo presidente carecía de poder y su autoridad no era
reconocida por las provincias. Por eso, renunció y el Congreso fue disuelto.
Buenos Aires después de Rivadavia
Un federal gobierna Buenos Aires: Realizadas las elecciones para volver a constituir la Sala de Representantes bonaerense, ganó el
Partido Federal. En agosto de 1827, la Sala eligió gobernador de la provincia al líder de los federales porteños, Dorrego. A pesar de
su fuerte ascendiente sobre las clases populares y de la gran popularidad que gozaba entre ellas, el nuevo gobernador evitó tomar
medidas que perjudicaran a los grupos más poderosos, como los terratenientes.
Apenas llegado al cargo, Dorrego se dedicó a retomar las negociaciones y sellar la paz con el Brasil. Así, en agosto de 1828 se
firmó un tratado que estableció la independencia de la Banda Oriental y la convirtió en un Estado soberano: la República Oriental
del Uruguay. La gran mayoría de los porteños recibió la noticia del acuerdo de paz con entusiasmo. Y con un gran alivio: el fin de
la guerra significaba también el levantamiento del bloqueo del puerto y la reapertura de las actividades comerciales; BS.AS no
había sufrido nunca problemas de abastecimiento como los padecidos durante este conflicto. Además, con la guerra terminaban las
levas forzosas realizadas para contar con los cuerpos militares necesarios. No todos opinaban lo mismo; algunos de los oficiales
que habían participado en la guerra, y que apoyaban las ideas del unitarismo, se sintieron traicionados y rechazaron los términos
del acuerdo por considerarlos deshonrosos.
Levantamiento de Lavalle: En noviembre de 1828 las tropas que habían luchado contra el Brasil comenzaron a llegar a BS.AS. Por
los rumores sobre una posible rebelión del Ejército, Dorrego reunió algunas milicias y las puso bajo el mando de Rosas.
Finalmente, el 1° de diciembre de 1828 se produjo un levantamiento unitario liderado por el general Lavalle, que separó de su
cargo al gobernador y disolvió la Legislatura provincial.
Dorrego abandonó la ciudad y reunió algunas fuerzas para enfrentar a los unitarios sublevados. El encuentro entre ambos bandos se
produjo el 9 de diciembre, en Navarro, donde triunfaron los unitarios. Luego de la batalla, Dorrego fue capturado y Lavalle lo
fusila. El 13/12/1828, Dorrego fue pasado por las armas, lo que desató una guerra civil en la provincia.
Debido al apoyo de las tropas que habían vuelto del Brasil, los unitarios dominaban la ciudad. Los federales, liderados por Rosas,
contaban con las milicias provinciales y controlaban las zonas rurales., Rosas derrotó a Lavalle en Puente de Márquez. Ambos jefes
firmon el Pacto de Cañuelas, en el que se comprometían a realizar elecciones para formar una nueva Sala de Representantes que
eligiera al gobernador.
Las elecciones se realizaron en un clima de extrema violencia, y los federales acusaron a los unitarios de no cumplir lo pactado en
Cañuelas. Tras nuevas negociaciones, Rosas y Lavalle acordaron la designación de Viamonte como gobernador provisorio.
Viamonte reinstaló la Legislatura que había sido disuelta por Lavalle el año anterior. El 1° de diciembre de 1829, exactamente un
año después de la sublevación que depuso a Dorrego, la Legislatura designó a Rosas gobernador de la provincia.
Guerra en todo el país
Avance unitario en el Interior: En abril de 1829, José María Paz, un general unitario que había luchado en la guerra contra el Brasil,
marchó hacia Córdoba, donde gobernaba el caudillo federal Bustos. Luego de derrotarlo en la batalla de San Roque, Paz destituyó
al gobernador y asumió el cargo él mismo. Ante la emergencia, el caudillo federal de La Rioja, Facundo Quiroga emprendió la
marcha hacia Córdoba en auxilio de Bustos. Sin embargo, las tropas unitarias vencieron a Quiroga en los enfrentamientos de La
Tablada y Oncativo. Gracias a estas victorias, Paz logró consolidar su poder en Córdoba y llevar adelante su plan de extender el
dominio unitario sobre otras provincias gobernadas por federales.
En poco tiempo, las fuerzas de Paz lograron ocupar algunos distritos del oeste y del norte, como Mendoza, San Juan, San Luis,
Catamarca y Santiago del Estero. En todos ellos, los gobernadores federales fueron destituidos y reemplazados por unitarios. A
mediados de 1830, las provincias gobernadas por unitarios conformaron una alianza militar llamada Liga del Interior o Liga
Unitaria. Luego de retirarle a BS.AS el manejo de las relaciones exteriores, la Liga le entregó el mando militar a Paz y se
comprometió a organizar el país mediante la sanción de una constitución unitaria.
Respuesta federal: a la conformación de la Liga, las provincias federales del Litoral también decidieron organizarse. Así, el
04/03/1831, BS.AS, Santa Fe y Entre Ríos firmaron el Pacto Federal: era una alianza defensiva y ofensiva, cuyos integrantes se
garantizaban ayuda mutua en el caso de que alguno de ellos sufriera un ataque interno o externo. El pacto también aludía a la futura
convocatoria de un Congreso Constituyente que debería tratar la organización del país bajo los principios del federalismo.
Luego de otorgarle el mando de las fuerzas militares a Estanislao López, los federales iniciaron acciones contra la Liga. En el
oeste, la ofensiva estuvo a cargo de Quiroga, que logró restablecer el control federal sobre las provincias de Cuyo. Fue entonces
cuando el general Paz, sorprendido por tropas de López, fue tomado prisionero. La captura del líder unitario fue el golpe para la
Liga, que se desmoronó rápidamente.
Confederación Argentina: Los gobernadores federales, encabezados por Quiroga y López, comenzaron a reclamar el cumplimiento
del Pacto Federal y la convocatoria de un congreso que tratara la organización del país. Pero la insistencia de los reclamos nada
pudo hacer contra la férrea oposición de Rosas. Para el gobernador bonaerense, tanto la sanción de una constitución como el
establecimiento de un gobierno nacional debían aplazarse hasta que las provincias alcanzaran una situación de orden, paz y
bonanza económica. Además, Rosas era consciente de que la organización de un gobierno nacional sería un perjuicio para BS.AS,
ya que debería compartir con las provincias los ingresos provenientes de su aduana.
Dada la imposibilidad de avanzar en la organización nacional, a lo largo de 2 décadas las provincias se mantuvieron unidas en una
confederación. Era una forma de agrupación en la que cada provincia mantenía su autonomía, y solo actuaban en forma conjunta
ante casos excepcionales, como un ataque proveniente del exterior.
Un caudillo federal en Buenos Aires: Cuando llegó a la gobernación, Rosas contaba con el apoyo de los sectores sociales más
poderosos y de las clases subalternas. Por ejemplo, cuando era comandante de milicias, el gobernador Viamonte lo autorizó a
distribuir tierras en la zona de la frontera, lo que le reportó una fuerte ascendencia sobre los sectores populares rurales.
A poco de ocupar el cargo, la Sala de Representantes ascendió a Rosas a brigadier general y, con el argumento de que había
recuperado las leyes y las instituciones de la provincia violadas por los unitarios, lo nombró Restaurador de las Leyes e
Instituciones de la Provincia. Debido a la inestabilidad política y la guerra civil, la mayoría de la elite porteña reclamaba un
gobierno fuerte, capaz de disciplinar a la población rural y terminar con los conflictos armados, se decidió otorgarle al gobernador
facultades extraordinarias.
La medida significaba una fuerte concentración del poder político en la figura del gobernador, ya que lo habilitaba a tomar
decisiones sin consultar a la Legislatura.
El segundo gobierno de Rosas
Nuevamente gobernador: A fines de 1834 se desató un grave conflicto entre Salta y Tucumán, porque se declararon la guerra y se
amenazaban con invadirse mutuamente. El enfrentamiento motivó la preocupación del gobierno porteño, ya que volvía a poner en
el horizonte la posibilidad de la guerra civil. El gobernador Maza convocó a Quiroga y le encomendó mediar entre las 2 provincias
hasta alcanzar una solución pacífica. Quiroga logró que los gobernadores firmaran un acuerdo de paz. Cuando estaba en camino
nuevamente hacia BS.AS, una partida interceptó la galera en la viajaba Quiroga y le dio muerte al caudillo.
La conmoción que produjo el asesinato de Quiroga y el temor a una nueva guerra civil aceleraron los acontecimientos en BS.AS:
en marzo de 1835, la Legislatura eligió a Rosas como gobernador por 5 años. Esta vez, además de facultades extraordinarias, la
designación incluía también la suma del poder público. Estos poderes significaban que el gobernador tenía atribuciones para sancionar
leyes sin el acuerdo de la Legislatura, hacerlas aplicar, administrar justicia y castigar a quienes no cumplieran la ley.
Orden rosista: El 2° gob. de Rosas profundizó las tendencias unanimistas manifestadas entre 1829 y 1832. En 1°lugar, se mantuvo
el control de la opinión pública y la represión de los disidentes políticos. Sus enemigos podían ser unitarios y federales que no
respondían a su liderazgo. Expresar opiniones contrarias al gobernador o a su gestión implicaba correr un enorme riesgo: muchas
personas fueron asesinadas y otras sufrieron la confiscación de sus bienes. Además, se aplicó la censura a la prensa política, se
excluyó a los opositores de los cargos públicos y, en ocasiones, se apeló al terror para reducir el activismo político de las elites.
La Mazorca: Uno de los instrumentos de Rosas para controlar a la oposición fue la Sociedad Popular Restauradora, que agrupaba a
sus simpatizantes más fervorosos.
Al principio, la Sociedad se encargaba de vigilar el estricto uso de los símbolos rosistas en la vestimenta, y hostilizaba a quienes
llevaban los colores unitarios. Entre 1838 y 1843, coincidiendo con la crisis política del gobierno de Rosas y el bloqueo anglo-
francés, creció el accionar de la Mazorca. La Mazorca era una organización encargada de perseguir, amenazar y asesinar a todos
aquellos que se opusieran al régimen rosista. Para evitar el accionar de esta organización, numerosos opositores debieron
abandonar la Argentina y establecerse en otros países.
República rosista: El rosismo se consideraba un legítimo heredero de la tradición republicana de 1810. El cambio revolucionario,
era la estabilidad política y el orden social. Para lograr este objetivo, Rosas trató de integrar bajo su autoridad a terratenientes,
comerciantes, agricultores, peones rurales, indígenas y esclavos, con la identidad federal como línea demarcatoria entre amigos y
enemigos.
El país ideal de Rosas se asentaba en 4 principios . 1: la visión utópica de una sociedad rural sin conflictos, respetuosa de la
propiedad privada y las jerarquías entre grandes y pequeños productores. 2: la idea de que la república estaba amenazada por un
grupo de conspiradores unitarios pertenecientes a la elite . 3: postulaba la unidad de las naciones latinoamericanas frente a la
agresión de las potencias europeas, postura que se definía como el “sistema americano”. 4: Rosas entendía que el constitucionalismo y
la organización nacional eran palabras vacías mientras no imperara el orden y la ley en cada provincia.
Clases subalternas: Durante las revoluciones de independencia, el federalismo ganó adherentes entre las clases subalternas, debido a
su crítica al autoritarismo del poder central, su exaltación del localismo y tradición católica. La mayoría de los simpatizantes de los
unitarios formaban parte de las minorías ilustradas y los federales contaban con la adhesión de sectores populares.
Un ej.del apoyo que prestaron las clases subalternas al rosismo fue el de los afrodescendientes. Este era un sector social muy
importante, representaba alrededor de 1/4 de la población total. Rosas concurría con su familia a las celebraciones de las
sociedades africanas, y les dio un papel central en las fiestas oficiales. Las sociedades eran organizaciones que tenían como fin
brindar ayuda a sus miembros y facilitar el camino hacia la libertad de esclavos. En 1836, el gobernador exceptuó a los libertos del
servicio militar obligatorio. Mientras, Ezcurra monto una red de espías entre criadas de origen africano, que denunciaban a sus
amos unitarios.
La economía en tiempos de Rosas
Crecimiento económico bonaerense: En los gobiernos de Rosas, el comercio, la producción y las finanzas de la provincia de BS.AS
se mantuvieron en el camino del crecimiento que se había iniciado con la “feliz experiencia”. La actividad ganadera se
complementó con la industria de los saladeros y con emprendimientos manufactureros dedicados a la fabricación de carros, aceites,
cerveza, cuerdas, sombreros y jabones. El puerto de BS.AS siguió siendo la única puerta de entrada y salida para el comercio
internacional. En consecuencia, la aduana porteña se mantuvo como la principal fuente de ingresos de las arcas provinciales.
Expansión ganadera: Uno de los principales factores que impulsaron la expansión de la ganadería fue la incorporación de una
mayor cantidad de tierras a la producción. La campaña al “desierto” liderada por Rosas amplió la disponibilidad de lotes de la
provincia hasta la franja ubicada entre las Sierras de Tandil y de la Ventana. Así, se incorporaron terrenos fértiles y abundantes en
pastos para emplear en la actividad pecuaria. La expansión de la frontera benefició principalmente a los grandes terratenientes,
dedicados al comercio y la ganadería. También resultó fundamental la creciente demanda internacional. Entre 1837 y 1852 las
exportaciones de cueros, tasajo y sebo se duplicaron.
Ganadería ovina: A partir de la década de 1840, comenzó a desarrollarse la cría de ganado ovino. 1°, en esa época había una fuerte
demanda de lana por parte de la industria textil de algunos países europeos, como Inglaterra. 2°, se trataba de una actividad que
requería de una inversión de capital sensiblemente menor que la ganadería vacuna.
Finalmente, algunos productores decidieron involucrarse en la cría ovina debido al descenso del precio internacional de los cueros.
Sin embargo, esta tarea era difícil porque la lana producida en la región era de baja calidad y no cumplía con las necesidades del
mercado internacional. Con el objeto de mejorar la calidad del ganado criollo, los productores recurrieron a la importación de
ejemplares de raza merino. En el mercado local también comenzó a difundirse la oferta de carne de oveja. En general, la actividad
fue desarrollada por hacendados locales y por familias de inmigrantes
Agricultura: A pesar de la gran importancia de la ganadería, sería errado considerar a la llanura bonaerense de esos años como
dedicada a la monoproducción ganadera. También por entonces la agricultura experimentó un desarrollo importante y la superficie
dedicada a la actividad se incrementó. Una de las razones principales del fenómeno fue el crecimiento demográfico experimenta-
do en la provincia, que provocó el aumento del número de consumidores de productos agrícolas. Además, el surgimiento de nuevos
pueblos en la campaña impulsó el desarrollo de pequeñas explotaciones hortícolas en sus alrededores.
Economía en el Litoral y el Interior: A mediados de la década de 1830, las economías de las provincias del Litoral comenzaron a
crecer e iniciaron ciclo de rápida expansión. Este fenómeno ocurrió, sobre todo, en Entre Ríos, donde se produjo un notable
incremento de la producción ganadera y de las exportaciones de cueros, carne salada, sebo y lana. Se trataba, básicamente, de los
mismos productos que salían de la campaña bonaerense. Esta competencia exportadora se resolvía siempre a favor de BS.AS, ya
que la aduana porteña cobraba altos aranceles a las mercaderías que provenían de otras provincias. Los entrerrianos intentaron
evitar estos aranceles vendiendo sus productos en el puerto de Montevideo o en el sur de Brasil.
Por su parte, Corrientes comenzó a sufrir la competencia de la yerba y el tabaco provenientes de Brasil, que, debido a sus mejores
precios y calidad, la desplazaron del mercado porteño.
En el Interior, la provincia de Córdoba también intentó articular una producción destinada a satisfacer la demanda de los mercados
ultramarinos. Se impulsó la ganadería vacuna y ovina dirigida a la exportación, pero también se vendían tejidos, harina y cal en los
mercados del Litoral. El aumento de la demanda internacional de lana en la década de 1840 provocó perjuicios a los talleres textiles
cordobeses, que desde tiempos coloniales confeccionaban ponchos y frazadas.
Las manufacturas y las artesanías elaboradas en las provincias del Interior debieron enfrentar la dura competencia de los productos
que llegaban del exterior, en general, más baratos y de mejor calidad.
Ley de Aduanas: Debido a las dificultades que les planteaban a sus economías, desde mediados de la década de 1820 algunos
líderes provinciales comenzaron a plantearle a BS.AS el tema de la libre navegación de los ríos interiores y el del pago de altos
aranceles al comercio en la aduana porteña. Para las provincias, el debate sobre los impuestos aduaneros era central, en parte por su
necesidad de exportar libremente a través del puerto de BS.AS y en parte por la situación que atravesaban sus manufacturas,
amenazadas por la competencia de los productos llegados del exterior, principalmente, de Inglaterra. Uno de los más firmes
reclamos
fue el del gobernador correntino Ferré, quien en 1830 reclamó el establecimiento de aranceles a algunos artículos importados para
proteger a los fabricados localmente.
Los reclamos provinciales fueron desoídos por Rosas hasta 1835, cuando la Legislatura bonaerense sancionó una Ley de Aduanas
que intentaba promover un acuerdo económico con el Litoral y el Interior. La ley fijó aranceles para los productos importados. Se
prohibió la importación de algunos artículos que se producían en la Confederación Argentina, como ponchos, fajas, algodón,
cueros, maderas, latón y hierro. Aunque la ley acrecentó el prestigio político del rosismo en las provincias, sus resultados fueron
limitados.
La sociedad en tiempos de Rosas
Campaña y ciudad: La Confederación Argentina ocupaba un amplio territorio escasamente poblado. La mayor parte de la gente
vivía en el campo, y en la ciudad de BS.AS Otras ciudades importantes eran Córdoba y Corrientes. A pesar de la expansión del
trabajo asalariado en las grandes propiedades rurales, la campaña estaba habitada por pequeños labradores y pastores
independientes, que producían alimentos para el mercado interno. También habian estancieros, peones rurales, indígenas y
esclavos. En la ciudad había artesanos, comerciantes, empleados y varias colonias de extranjeros, dedicados generalmente al
comercio ultramarino.
Régimen y vida cotidiana: Los sectores de la elite debían usar una cinta color rojo punzó como símbolo de su adhesión al régimen.
Cada vez que alguien gritaba algo a positivo del federalismo era conveniente responder con algo a favor de los federales para evitar
cualquier sospecha. También, predominaba el color rojo como forma de no dejar dudas sobre la adhesión al federalismo
El gobernador también hizo un uso muy importante de las festividades y celebraciones populares. Así, se organizaban fiestas
federales, en las se homenajeaba al gobernador y a personajes destacados del federalismo.
Además de establecer la censura de la prensa opositora, Rosas conformó un aparato de propaganda oficial, que incluyó la edición
de periódicos afines al régimen, que difundían las consignas del gobierno. Como la Gaceta mercantil, estaban dirigidos a los
sectores sociales letrados. Otros, apelaban a lectores de clases populares, como El torito de los muchachos y El gaucho restaurador.
Federalismo en la cultura popular: El federalismo fue una causa popular que Rosas aprovechó para imponer su proyecto político.
Aunque el rosismo ganó partidarios entre elites y las clases subalternas, había diferentes maneras de ser federal. El auténtico
federal: usaba las ropas del gaucho tradicional, mientras que los unitarios eran vistos como personas vestidas a la europea, con
levita y pantalones oscuros. Los sectores populares señalaban con desprecio a los “federales de bolsillo”: estancieros y comerciantes
que simpatizaban con Rosas solo por interés, cuyo único compromiso eran las donaciones en ganado o dinero. Frente a estos se
hallaban los “federales de servicio”: se identificaban con el rosismo por sus ideales, y expresaban su adhesión poniendo el cuerpo en
las milicias. También había “federales de opinión”: defendían al gobierno públicamente. Esta exposición les daba un mayor status
social a los que declaraban su apoyo a Rosas
Generación del 37: Un grupo de intelectuales fundó el Salón Literario: espacio de reunión que recreaba la sociabilidad burguesa de
la Europa liberal. Los sectores ilustrados de la elite leían libros e intercambiaban ideas sobre política, economía, ciencia, literatura
y poesía. El espacio funcionaba como un escape para los jóvenes intelectuales, que no encontraban canales de participación política
adecuados en el unanimismo rosista.
La Generación del 37: movimiento intelectual que criticaba la herencia cultural hispánica como un obstáculo para el progreso de la
Argentina, y pensó un proyecto de nación influido por el romanticismo europeo. Este grupo de intelectuales publicaba la revista La
Moda que proponía influir con las ideas republicanas en el gobierno rosista. Pero, la polarización entre unitarios y federales
politizó rápidamente a la Generación del 37 debió cerrar el Salón Literario debido al hostigamiento de la Mazorca. Convertidos en
una agrupación política llamada “Asociación de Mayo”, la Generación del 37 se sumó a las conspiraciones de unitarios en el exilio
para desalojar a Rosas del poder. Echeverría publicó el cuento “El matadero”, donde expresaba la crueldad de los partidarios de
Rosas en la persecución de unitarios.

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