STC290-2021 Quiz
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REPORTE DE CONSULTA
RELEVANTE
ASUNTO:
¿La providencia que declara no probadas las excepciones formuladas en el
proceso ejecutivo instaurado en contra de la accionante, sin analizar la
validez de las facturas base de la ejecución, o si los abonos anticipados por
ella efectuados podían imputarse al pago de la obligación, vulnera su
derecho al debido proceso?
Tesis:
«En repetidas ocasiones, esta Corte ha insistido en la pertinencia y necesidad
de examinar los títulos ejecutivos en los fallos, incluidos los de segundo grado,
pues, se memora, los jueces tienen dentro de sus deberes, escrutar los
presupuestos de los documentos ejecutivos, “potestad-deber” que se extrae
no sólo del antiguo Estatuto Procesal Civil, sino de lo consignado en el actual
Código General del Proceso.
Sobre lo advertido, esta Corporación esgrimió:
“(…)”.
“Por ende, mal puede olvidarse que así como el legislador estipuló lo utsupra
preceptuado, asimismo en la última de las citadas regulaciones,
puntualmente en su inciso primero, determinó que “[p]resentada la demanda
acompañada de documento que preste mérito ejecutivo, el juez librará
mandamiento ordenando al demandado que cumpla la obligación en la forma
pedida, si fuere procedente, o en la que aquel considere legal” (…)”.
“De ese modo las cosas, todo juzgador, no cabe duda, está habilitado para
volver a estudiar, incluso ex officio y sin límite en cuanto atañe con ese preciso
tópico, el título que se presenta como soporte del recaudo, pues tal proceder
ha de adelantarlo tanto al analizar, por vía de impugnación, la orden de
apremio impartida cuando la misma es de ese modo rebatida, como también
a la hora de emitir el fallo con que finiquite lo atañedero con ese escrutinio
judicial, en tanto que ese es el primer aspecto relativamente al cual se ha de
pronunciar la jurisdicción, ya sea a través del juez a quo, ora por el ad quem
(…)”.
“Ese entendido hace arribar a la convicción de que el fallador mal puede ser
un convidado de piedra del litigio, sino que, en cambio, antes que otra cosa,
tiene que erigirse dentro del juicio en un defensor del bien superior de la
impartición de justicia material. Por tanto, así la cita jurisprudencial que a
continuación se transcribe haya sido proferida bajo el derogado Código de
Procedimiento Civil, la misma cobra plena vitalidad para predicar que del
mismo modo, bajo la vigencia del Código General del Proceso: [T]odo juzgador,
sin hesitación alguna, […] sí está habilitado para estudiar, aun oficiosamente,
el título que se presenta como soporte del pretenso recaudo ejecutivo, pues
tal proceder ha de adelantarlo tanto al analizar, por vía de impugnación, la
orden de apremio dictada cuando la misma es rebatida, y ello indistintamente
del preciso trasfondo del reproche que haya sido efectuado e incluso en los
eventos en que las connotaciones jurídicas de aquel no fueron cuestionadas,
como también a la hora de emitir el fallo de fondo con que finiquite lo
atañedero con ese escrutinio judicial, en tanto que tal es el primer tópico
relativamente al cual se ha de pronunciar a fin de depurar el litigio de
cualesquiera irregularidad sin que por ende se pueda pregonar
extralimitación o desafuero en sus funciones, máxime cuando el proceso
perennemente ha de darle prevalencia al derecho sustancial (artículo 228
Superior) (…)”.
“(…)”.
“De modo que la revisión del título ejecutivo por parte del juez, para que tal
se ajuste al canon 422 del Código General del Proceso, debe ser preliminar al
emitirse la orden de apremio y también en la sentencia que, con posterioridad,
decida sobre la litis, inclusive de forma oficiosa (…)”.
Tesis:
«Los requisitos para la validez de las facturas cambiarias
Tesis:
«La firma sustitutiva cuenta con una decantada historia del derecho nacional
con asiento en la ley y en la doctrina. Víctor Cock, por ejemplo, expresó en su
oportunidad:
Tesis:
«Dispone el artículo 826 del Código de Comercio que por “firma” debe
entenderse:
“(…) la expresión del nombre del suscriptor o de algunos de los elementos que
la integran o de un signo o símbolo empleado como medio de identificación
personal (…)”.
Tesis:
«(…) el artículo 621 del Código de Comercio exige la firma de quien crea el
título valor como requisito esencial. No obstante, debe tenerse en cuenta que
ella constituye el signo, la muestra, el indicativo de la expresión de la
autonomía de la voluntad de una persona que se exterioriza desde el punto
de vista jurídico en un acto, en un documento, en la aceptación o en la
aprobación de cuanto contiene una declaración con efectos jurídicos.
Tesis:
«El aceptante: principal obligado
Ello significa que el silencio del comprador o beneficiario del servicio equivale
a su aceptación irrevocable de la factura, convirtiéndose, indefectiblemente,
en obligado cambiario.
Tesis:
«En reiteradas ocasiones esta Corte ha reiterado la imposibilidad de confundir
el “título ejecutivo con título valor”, pues cada uno responde a características
jurídicas que los diferencian, aspecto sobre el cual esta Corte ha advertido:
“(…) todo título valor puede ser título ejecutivo pero no todo título ejecutivo es
un título valor. A mayor abundancia, los títulos valores en nuestra legislación
son de carácter taxativo, verbi gratia, sólo los así calificados por la ley son
tenidos como tales (…)”.
Los títulos valores se definen como bienes mercantiles al tenor del artículo
619 del Código de Comercio. Son documentos necesarios para legitimar el
ejercicio del derecho literal y autónomo que allí se incorpora y por ello
habilitan al tenedor, conforme a la ley de circulación del respectivo
instrumento, para perseguir su cobro compulsivo a través de la acción
cambiaria, sin ser oponible, para los endosatarios, el negocio causal origen
del mismo, salvo casos especiales.
En todo caso, todo comprador o beneficiario del servicio tiene derecho a exigir
del vendedor o prestador del servicio la formación y entrega de una factura
que corresponda al negocio causal con indicación del precio y de su pago total
o de la parte que hubiere sido cancelada.
La omisión de requisitos adicionales que establezcan normas distintas a las
señaladas en el presente artículo, no afectará la calidad de título valor de las
facturas (…)”.
Tesis:
«Del porqué las facturas base de recaudo sino reunían los requisitos de la
respectiva obligación cambiaria prestan mérito ejecutivo
De ello no existe duda por cuanto, las facturas cambiarias objeto de cobro,
precisamente incorporaron signos, símbolos que representan a la persona
ejecutante, que permiten darle autenticidad como creadoras de ellas,
certidumbre avalada por la conducta procesal y extraprocesal de la acreedora,
con los actos positivos que ejecutó para exhibirlas y demandar su cobro
porque en ningún momento ha negado su emisión y entrega.
Tesis:
«(…) en torno a la queja de la censora atinente la deficiente valoración de las
pruebas aportadas al compulsivo, por cuanto, en su criterio, estas
demostraban el pago total de la obligación, al haber acreditado abonos por
$66.330.000, el amparo sí sale avante, pues se evidencia una falta de
motivación de la juez convocada, como pasa a explicarse.
Luego de revisadas las pruebas allegadas al decurso, la funcionaria judicial
accionada coligió la existencia de dudas generadas en el desarrollo de la
negociación previa a la emisión de los títulos valores, que impedían
determinar con certeza si los abonos anticipados podían imputarse a los
montos de las facturas cobradas o si los mismos ya habían sido atribuidos a
otros cobros originados en el desarrollo de ejecución de la obra a cargo de la
parte demandada.
[…]
6. Así las cosas, se constata la procedencia del auxilio para que el fallador
denunciado deje sin efecto la sentencia criticada y provea, de nuevo, de
acuerdo a las disquisiciones antes planteadas; empero, no según lo
considerado por el tribunal, sino siguiendo las pautas de ésta Sala, pues,
memórese, no hay duda de la existencia de los títulos objeto de cobro y de su
mérito coercitivo, por tanto, el mandato constitucional será modificado en ese
sentido. La irregularidad, en este caso, como se expuso, se halla en la
insuficiencia de motivación, en torno a las pruebas con las cuales la deudora,
aquí accionante, pretendió acreditar el pago total de la obligación».
Tesis:
«Sobre la apreciación de los elementos de convicción, la Sala ha sostenido:
“(…)”.
Tesis:
«Frente al deber de motivar adecuadamente las decisiones judiciales, esta
Corporación ha indicado:
Tesis:
«(…) deviene fértil abrir paso a la protección incoada, dado el control legal y
constitucional que atañe en esta sede al juez, compatible con el necesario
ejercicio de control convencional, siguiendo el Pacto de San José de Costa
Rica de 22 de noviembre de 1969 (art. 8º de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos), a fin de garantizar el debido proceso.
Tesis:
«El aludido control en estos asuntos procura, además, contribuir judicial y
pedagógicamente tal cual se le ha ordenado a los Estados denunciados -
incluido Colombia-, a impartir una formación permanente de Derechos
Humanos y DIH en todos los niveles jerárquicos de las Fuerzas Armadas,
jueces y fiscales; así como realizar cursos de capacitación a funcionarios de
la rama ejecutiva y judicial y campañas informativas públicas en materia de
protección de derechos y garantías.
Insistir en la aplicación del citado control y esbozar el contenido de la
Convención Interamericana de Derechos Humanos en providencias como la
presente, les permite no sólo a las autoridades conocer e interiorizar las
obligaciones contraídas internacionalmente, en relación con el respeto a los
derechos humanos, sino a la ciudadanía informarse en torno al máximo grado
de salvaguarda de sus intereses.
STC290-2021
Radicación n.° 05001-22-03-000-2020-00357-01
(Aprobado en sesión virtual de veintisiete de enero de dos mil veintiuno)
En consecuencia, resolvió:
1.3. La impugnación
“(…) [S]i las facturas de venta son ineficaces como títulos valores por la
falta de firma de su creador y emisor, ello no es óbice para que se
determine si dichos documentos como soportes contables o tributarios o
de un negocio jurídico, prestan mérito ejecutivo a la luz del artículo 422
del CPG por ser claros, expresos, actualmente exigibles, provenir del
deudor y constituir plena prueba contra él; es decir, el examen no se
agota con descartarlas como títulos valores sino que hay que agotar el
acceso a la administración de justicia a través de la acción ejecutiva,
analizando su calidad o no de títulos ejecutivos, para determinar si
continúa o cesa la ejecución (…)”.
2. CONSIDERACIONES
1. La causa petendi
“(…)”.
“Y es que sobre el particular de la revisión oficiosa del título ejecutivo esta Sala
precisó, en CSJ STC18432-2016, 15 dic. 2016, rad. 2016-00440-01, lo
siguiente:
“Por ende, mal puede olvidarse que así como el legislador estipuló lo utsupra
preceptuado, asimismo en la última de las citadas regulaciones, puntualmente
en su inciso primero, determinó que «[p]resentada la demanda acompañada de
documento que preste mérito ejecutivo, el juez librará mandamiento ordenando
al demandado que cumpla la obligación en la forma pedida, si fuere
procedente, o en la que aquel considere legal» (…)”.
“De ese modo las cosas, todo juzgador, no cabe duda, está habilitado para
volver a estudiar, incluso ex officio y sin límite en cuanto atañe con ese preciso
tópico, el título que se presenta como soporte del recaudo, pues tal proceder ha
de adelantarlo tanto al analizar, por vía de impugnación, la orden de apremio
impartida cuando la misma es de ese modo rebatida, como también a la hora
de emitir el fallo con que finiquite lo atañedero con ese escrutinio judicial, en
tanto que ese es el primer aspecto relativamente al cual se ha de pronunciar
la jurisdicción, ya sea a través del juez a quo, ora por el ad quem (…)”.
“Ese entendido hace arribar a la convicción de que el fallador mal puede ser
un convidado de piedra del litigio, sino que, en cambio, antes que otra cosa,
tiene que erigirse dentro del juicio en un defensor del bien superior de la
impartición de justicia material. Por tanto, así la cita jurisprudencial que a
continuación se transcribe haya sido proferida bajo el derogado Código de
Procedimiento Civil, la misma cobra plena vitalidad para predicar que del
mismo modo, bajo la vigencia del Código General del Proceso: [T]odo juzgador,
sin hesitación alguna, […] sí está habilitado para estudiar, aun oficiosamente,
el título que se presenta como soporte del pretenso recaudo ejecutivo, pues tal
proceder ha de adelantarlo tanto al analizar, por vía de impugnación, la orden
de apremio dictada cuando la misma es rebatida, y ello indistintamente del
preciso trasfondo del reproche que haya sido efectuado e incluso en los
eventos en que las connotaciones jurídicas de aquel no fueron cuestionadas,
como también a la hora de emitir el fallo de fondo con que finiquite lo atañedero
con ese escrutinio judicial, en tanto que tal es el primer tópico relativamente al
cual se ha de pronunciar a fin de depurar el litigio de cualesquiera
irregularidad sin que por ende se pueda pregonar extralimitación o desafuero
en sus funciones, máxime cuando el proceso perennemente ha de darle
prevalencia al derecho sustancial (artículo 228 Superior) (…)”.
“(…)”.
2 COCK, Víctor. Derecho Cambiario Colombiano. Segunda edición. Librería Siglo XX. 1949.
Págs. 44-45.
3 ROBLEDO URIBE, Emilio. Instrumentos Negociables. Pág. 205.
depende, y jamás ha dependido, de la perfección de los rasgos
caligráficos que resulten finalmente impresos en el documento, sino que
su vigor probatorio tiene su génesis en la certeza de que el signo
así resultante corresponda a un acto personal, del que, además,
pueda atribuírsele la intención de ser expresión de su
asentimiento frente al contenido del escrito. Así, la sola reducción
permanente o temporal de la capacidad para plasmar los caracteres
caligráficos usualmente utilizados para firmar deviene intranscendente
si, a pesar de ello, no queda duda de que los finalmente materializados,
aún realizados en condiciones de deficiencia o limitación física, emanan
de aquél a quien se atribuyen, plasmados así con el propósito de que le
sirvieran como rúbrica (…)” 4 (Resaltos fuera del original).
4 CSJ. SC. Sentencia de 15 de diciembre de 2004. M.P. César Julio Valencia Copete.
voluntad interna; por lo tanto, en eventos como el presente, la
exigencia se torna deleznable, protocolaria, ritualista y formalista
al punto de socavar los derechos materiales, cuando se razona o
asienta la equivocada tesis, de que por no aparecer la forma
manuscrita del acreedor como creador del título, no pueda
reputarse la existencia de un título valor ni la existencia de una
voluntad con el propósito de obligarse.
5. El caso concreto
“(…)”.
10CSJ. STC 28 de marzo de 2008, exp. 2008-00384-00; véanse igualmente el fallo de de 16 de febrero
de 2011, exp. 2010-00445-01, entre otros.
disentir de la actividad intelectual desplegada por el juez natural frente
al caso objeto de controversia, razón por la cual ésta debe ser, para el
caso concreto, suficiente, es decir “la función del juez tiene un rol
fundamental, pues no se entiende cumplida con el proferimiento de una
decisión que resuelva formalmente, el asunto sometido a su
consideración (…).
“(…) La obligatoriedad e intangibilidad de las decisiones judiciales
proviene de la autoridad que les confiere la Constitución para resolver
los casos concretos, con base en la aplicación de los preceptos,
principios y valores plasmados en la propia Carta y en las leyes, y de
ninguna manera emanan de la simple voluntad o de la imposición que
pretenda hacer el juez de una determinada conducta o abstención,
forzosa para el sujeto pasivo del fallo (…)”11.
11 CSJ. Civil. 22 de mayo de 2003, Rad. 00526-01, invocada el 10 de agosto de 2011, Rad. 00168-02.
El tratado citado resulta aplicable por virtud del canon 9 de
la Constitución Nacional, cuando dice:
14 Corte IDH. Caso Gudiél Álvarez y otros (“Diario Militar”) contra Guatemala. Sentencia de noviembre
20 de 2012. Serie C No. 253, párrafo 330.
15 Corte IDH, Caso Vélez Restrepo y familiares Vs. Colombia, Excepción preliminar, Fondo, Reparaciones
y Costas. Sentencia de 3 de septiembre de 2012. Serie C No. 248, párrs. 259 a 290, criterio reiterado
Caso Masacre de Santo Domingo Vs. Colombia, Excepciones preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 3o de noviembre de 2012. Serie C No. 259, párrs. 295 a 323.
16Corte IDH, Caso de la Masacre de Las Dos Erres c. Guatemala, Excepción Preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de noviembre de 2009. Serie C No. 211, párrs. 229 a 274.
ejecutiva y judicial y campañas informativas públicas en materia
de protección de derechos y garantías17.
3. DECISIÓN
RESUELVE:
17Corte IDH, Caso Furlan y familiares c. Argentina, Excepciones preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 31 de agosto de 2012. Serie C No. 246, párrs. 278 a 308.
PRIMERO: MODIFICAR la sentencia impugnada en el
sentido de ordenarle al Juzgado Once Civil del Circuito de Medellín
que, en el término de cuarenta y ocho (48) horas siguientes a la
notificación de esta providencia, deje sin efecto el fallo de 13 de
octubre de 2020 y las decisiones que de él se desprendan y decida,
nuevamente, atendiendo a las consideraciones aquí expuestas y
en los términos del numeral sexto de este fallo. Por secretaría,
remítasele copia del mismo.
NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE