El Shadday
El Shadday
El Shadday
1 Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios
Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto.
INTRODUCCION.
1 Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios
Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto.
3 Entonces Abram se postró sobre su rostro, y Dios habló con él, diciendo:
5 Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto
por padre de muchedumbre de gentes.
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3 Entonces Abram se postró sobre su rostro, y Dios habló con él, diciendo:
ַאב ְָרםAbram; contr. de 48; padre enaltecido; Abram, nombre original de Abraham:—Abram.
ַאב ְָרהָםAbrajam; contr. de 1 y una raíz que no se usa (prob. sign. ser muy poblado); padre de
multitud;
ָׂש ַריSarái; de 8269; dominante; Sarai, esposa de Abraham:—Sarai.
8269; dama, señora, i.e. mujer noble:—dama, reina, señora.
18 El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a
lo que se le había dicho: Así será tu descendencia.
20 Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando
gloria a Dios,
21 plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido;
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24 sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos
en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro,
25 el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.
El SHADAY.
2 ¿Por qué han de decir las gentes: ¿Dónde está ahora su Dios?
22 El está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; él extiende
los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar.
23 El convierte en nada a los poderosos, y a los que gobiernan la tierra hace como cosa vana.
24 Como si nunca hubieran sido plantados, como si nunca hubieran sido sembrados, como si
nunca su tronco hubiera tenido raíz en la tierra; tan pronto como sopla en ellos se secan, y el
torbellino los lleva como hojarasca.
27 ¿Por qué dices, oh Jacob, y hablas tú, Israel: Mi camino está escondido de Jehová, y de mi Dios
pasó mi juicio?
28 ¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra?
No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance.
31 pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas;
correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.
13 Entonces Jehová dijo a Abraham: ¿Por qué se ha reído Sara diciendo: ¿Será cierto que he de dar
a luz siendo ya vieja?
14 ¿Hay para Dios alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a ti, y según el tiempo de la vida,
Sara tendrá un hijo.
15 Entonces Sara negó, diciendo: No me reí; porque tuvo miedo. Y él dijo: No es así, sino que te
has reído.
Sin palabras.
2 Yo conozco que todo lo puedes, Y que no hay pensamiento que se esconda de ti.
3 ¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no
entendía; Cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía.
25 Sus discípulos, oyendo esto, se asombraron en gran manera, diciendo: ¿Quién, pues, podrá ser
salvo?
26 Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible.
38 Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra
puesta encima.
39 Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya,
porque es de cuatro días.
7 He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes
de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén.
8 Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el
Todopoderoso.
Un cantico en el cielo.
3 Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: Grandes y
maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de
los santos.
4 ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues sólo tú eres santo; por lo cual
todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado.
1 Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! Salvación y
honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro;
2 porque sus juicios son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido
a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella.
3 Otra vez dijeron: ¡Aleluya! Y el humo de ella sube por los siglos de los siglos.
4 Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron en tierra y adoraron a Dios,
que estaba sentado en el trono, y decían: ¡Amén! ¡Aleluya!
5 Y salió del trono una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis,
así pequeños como grandes.
6 Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de
grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!
11 Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y
Verdadero, y con justicia juzga y pelea.
12 Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre
escrito que ninguno conocía sino él mismo.
13 Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS.
14 Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos
blancos.
15 De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de
hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.
16 Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.
No hay nada que Dios no pueda hacer (“Nuestro Dios está en los cielos; todo lo que quiso ha
hecho” [Sal. 115:3]). Cuando Sara se rió de la promesa de que tendría un hijo siendo vieja, “Jehová
dijo a Abraham:… ¿Hay para Dios alguna cosa difícil?” (Gn. 18:10–14). Job dijo a Dios: “Yo conozco
que todo lo puedes” (Job. 42:1–2). El Señor Jesús dijo: “Para Dios todo es posible” (Mt. 19:26).
•Dios.