Karl Jenkins Kiri Te Kanawa y Las Cancio
Karl Jenkins Kiri Te Kanawa y Las Cancio
Karl Jenkins Kiri Te Kanawa y Las Cancio
1.- INTRODUCCIÓN
misma del caso parecía haber estado solicitando la consideración central de esas
cuestiones.
En este artículo me dedico, desde una perspectiva ética, al análisis de las versiones
de seis canciones de Guastavino, que fueron arregladas en 2006 por el galés Karl
Sings Karl. Songs of Mystery and Enchantment, del sello Emi Classics.
1
Defendida en mayo de 2007 ante la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires,
parte de los resultados de esa investigación están presentes en mi libro de próxima aparición La obra
musical de Carlos Guastavino. Circulación, recepción, mediaciones (Buenos Aires, Gourmet Musical
Ediciones).
1
Publicado en Boletinmúsica, nº 24. La Habana (Cuba). Casa de las Américas,
enero-junio 2009, pp. 94-98.
diversa índole, planteando problemas éticos de solución nada simple. Aunque quizá
dentro de las convenciones de la world music o del cover, desde mi punto de vista las
versiones presentan una reinvención artificial de la música argentina que está pensada
para las expectativas situadas exactamente en las antípodas de las que poseen los
oyentes suda mericanos. Para éstos, dichas versiones se inscriben en un registro cuyo
recursos artísticos o por dificultades que impidieran a los interesados tomar contacto
con las convenciones histórico-estilísticas del género. 2 No se intenta en este caso, que la
tecnología obre como “engaño” ante los usuarios, “inventando” recursos que la cantante
2.- EL DISCO
2
Kiri Te Kanawa interpreta la música de Guastavino desde la década del 90. Sus presentaciones en los
Estados Unidos de Norteamérica registran recepción favorable por parte de la crítica especializada. Ver
bibliografía.
2
Publicado en Boletinmúsica, nº 24. La Habana (Cuba). Casa de las Américas,
enero-junio 2009, pp. 94-98.
criolla; de Gabriel Fauré, el lied Le secret. Siempre con arreglo de Karl Jenkins, se
encuentra asimismo una Mazurka de las más conocidas de Frederick Chopin, con un
intento de combinar aquella melodía del compositor alemán con la propuesta del
coro introductorio en boca chiusa que pide el compositor, hasta que aparece la solista,
entonando un español inaudible. Las voces del coro intervienen por momentos con
rasgos interpretativos que acusan portamenti propios del gospel y en otros, acudiendo
solo a voces blancas, que adoptan una clara impostación nasal que estaría sugiriendo,
final, donde la flauta discurre libremente sobre un pedal de tónica que permanece
inamovible.
3
Publicado en Boletinmúsica, nº 24. La Habana (Cuba). Casa de las Américas,
enero-junio 2009, pp. 94-98.
clavel del aire blanco, ¡Qué linda la madreselva! y Ay! Aljaba, flor de chilco. Las otras
dos son obras de los comienzos de la década del 40: Jardín antiguo, sobre texto del
poeta español Luis Cernuda, que es la primera del ciclo Las nubes y la célebre La rosa y
Jardín antiguo, dedicada a Manuel de Falla, no guarda nada del acento español que
alcanza a comprender el texto por más esfuerzo que se realice y por momentos un
oyente de habla inglesa podría creer que se trata de idioma italiano por la cercanía de la
pronunciación con ese idioma (“cielo” como “cielo”, “jardín” como “giardino” y
del sentido intimista que Guastavino pensó para este texto de un poeta exiliado por la
Guerra Civil, desolado, que recuerda con gran nostalgia los lugares y entor no de un
paisaje español. Recuérdese además que el compositor fue hartamente cuidadoso con las
por el tipo de armonía que emplea, en muchas obr as sugiere crescendi característicos
3
Appassionato por ejemplo, es una indicación que aparece por primera vez en su producción en 1961,
aplicada a un fragmento de una obra pianística, la Presencia nº 4, Mariana.
4
Publicado en Boletinmúsica, nº 24. La Habana (Cuba). Casa de las Américas,
enero-junio 2009, pp. 94-98.
caricaturizado al ser interpretado en una velocidad mucho mayor a la pedida y con una
carencia total del rubato aconsejable en una canción de lenguaje claramente romántico.
Una base rítmica, marcada casi con metrónomo, permanece a lo largo de toda la obra. A
manera de interludio, una guitarra seguida por una flauta de pan electrónica, retoman la
melodía principal, a lo que sucede luego una nueva intervención de la cantante, quien
repite fragmentos anteriores. Esta repetición, que conlleva la aparición de dos climax en
vez de uno, sin duda desequilibra el arco formal áureo cuyo efecto hacia el oyente,
Guastavino pensó como único e irrepetible. La pronunciación del texto persiste, como
Las cuatro Flores Argentinas incluidas en el disco, sin duda las canciones más
‘nacionalismo musical argentino’, son las otras que suman este grupo de seis, arreglado
por Karl Jenkins. Es en ellas donde el arreglador alcanza los momentos de mayor
diseminan sus plumeritos “cual nácar en el viento”, como dice el poeta León Benarós,
contrario, una tergiversación tal del texto de esta canción por momentos daría a entender
5
Publicado en Boletinmúsica, nº 24. La Habana (Cuba). Casa de las Américas,
enero-junio 2009, pp. 94-98.
obvias limitaciones. 4
Pero quizá sea en Ay, aljaba! flor de chilco, donde se puede verificar el punto
acordes que atacan en ritmos acentuados manteniendo cierta resonancia, son aquí vistas
como trozos de carácter ‘maestoso’, que Jenckins transfor ma en una suerte de fanfarria.
constituyen el punto de máxima distancia del canon guastaviniano con el que estamos
4.- CONCLUSIONES
comprobable. Karl Jenkins, por su parte, devino de músico con formación clásica
dedicado al jazz y temporario integrante del conjunto británico de rock progresivo Soft
Machine en los años 70, a creador de jingles, algunos para marcas de mucha
circulación.
4
El malentendido concierne con la falta de pronunciación de la letra ñ, en la palabra año.
6
Publicado en Boletinmúsica, nº 24. La Habana (Cuba). Casa de las Américas,
enero-junio 2009, pp. 94-98.
Kiri y Karl decidieron subtitular a este disco Songs of Mistery and Enchantment:
oyente europe o o de América del Norte, de aquél que conjetura vagamente sobre las
misma ambigüedad y lejanía quizá, con que la interpretaba un europeo en los primeros
tiempos coloniales: esto es, sin poder desprenderse nunca de su molde eurocéntrico.
haber arreglado melodías ancestrales para crear un producto nuevo, a manera de re-
con cierta invariable reiteración. Ya varios investigadores de nuestra área, sobre todo
malentendido, tergiversación, son los términos que encuentro más viables para mi
análisis. “Sudamérica” (como si se pudiera hablar de un todo monolítico) es, según esta
Guastavino fuera vista solamente desde sus procesos receptivos, que no constituye más
que una de las tantas posibles re-lecturas que vienen existiendo a lo largo de la segunda
5
Sigo en esto principalmente algunos postulados contenidos en Aharonián, 1995.
7
Publicado en Boletinmúsica, nº 24. La Habana (Cuba). Casa de las Américas,
enero-junio 2009, pp. 94-98.
mitad del siglo XX y comienzos del XXI de esa música. Dicha interpretación, factible
expectativas.
Sin embargo, prefiero esta vez un tono algo antagonista, quizá teñido del de la
solamente en una categoría que opera desde una exterioridad. El “otro” como “víctima”
capital simbólico, dentro del cual está la música, para él, es parte inherente de la misma
vida humana.
Por todo ello, entiendo que las versiones estudiadas, al tiempo que ilustran la
Bibliografía
8
Publicado en Boletinmúsica, nº 24. La Habana (Cuba). Casa de las Américas,
enero-junio 2009, pp. 94-98.
Bohlman, Philip. World Music. A Very Short Introduction. New York, Oxford
University Press, 2002.
Boyd, Malcolm, “Arrengement”, The New Grove Dictionary of Music and Musicians,
New York-London, Macmillan Publishers Limited, vol. 2, 2001, p. 65-71.
Cariaga, Daniel. “Te Kanawa Turns up the Charm”, Los Angeles Time, viernes 5 de
noviembre de 1999, Agenda, sección Entertainment Desk, página 2 de la parte F.
Kosman, Joshua. “Celebrating Kiri Te Kanawa”, The San Francisco Chronicle, martes
9 de noviembre de 1999, sección Daily Date-book, p. D1.
Kulp, Jo nat han. “Carlos Guastavino: the intersection of ‘Música culta’ and ‘Música
popular’ in argentine song”, Latin American Music Review, Austin, University
of Texas, vol. 24: nº 1: spring/summer 2003, pp. 42-61.