Instructivo Primer Rosario Mundial de Mujeres
Instructivo Primer Rosario Mundial de Mujeres
Instructivo Primer Rosario Mundial de Mujeres
ARQUIDIÓCESIS DE BARRANQUILLA
PARROQUIA SAN FRANCISCO JAVIER
Comentario:
En este día en el que celebramos la Solemnidad de Virgen de Guadalupe, nos
unimos de manera especial por todas las mujeres de la Arquidiócesis de
Barranquilla, para que el Señor continúe inspirando amor, ternura y paciencia en
todas ellas. Por medio de este Santo Rosario pedimos también la intercesión de
nuestra madre, para que todas las mujeres sean fieles al plan de Dios para sus
vidas. Unámonos en oración por todas estas intenciones.
3. Acto de contrición
«Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío;
por ser Tú quién eres, bondad infinita, y porque te amo sobre todas las cosas, me
pesa de todo corazón haberte ofendido. Te pido para que, ayudado por tu divina
gracia, pueda proponerme firmemente nunca más pecar, confesarme, cumplir la
penitencia y buscar siempre hacer tu voluntad. Amén.
1. Ofrecimiento principal:
Hoy pedimos a ELLA nuestra Santísima Madre, a San José padre espiritual y
también por intercesión de todos los santos y ángeles del cielo, que podamos
recibir la efusión del Espíritu Santo de Dios y así recibamos la gracia de la
En este Misterio oraremos para pedirle a nuestra Señora de GUADALUPE que nos
permita rescatar la firmeza de la fe de las mujeres, para transmitirla en nuestros
hogares y en cada rincón del mundo entero, para que podamos preservar la
dulzura de la maternidad, la belleza de la virtud, y la fortaleza para luchar por el
reinado de Cristo Nuestro Señor, y el Triunfo del Inmaculado Corazón de la
santísima Virgen María.
Jaculatoria: Oh Jesús mío líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las
almas especialmente aquellas más necesitadas de tu infinita misericordia – Dios
mío, yo creo, adoro, espero y te amo, te pido perdón por los que no creen, no
adoran, no esperan y no te aman – María Madre de gracia, piedad y misericordia
en la vida y en la muerte ampáranos, Madre Nuestra.
Jaculatoria: Oh Jesús mío líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las
almas especialmente aquellas más necesitadas de tu infinita misericordia – Dios
mío, yo creo, adoro, espero y te amo, te pido perdón por los que no creen, no
adoran, no esperan y no te aman – María Madre de gracia, piedad y misericordia
en la vida y en la muerte ampáranos, Madre Nuestra.
Jaculatoria: Oh Jesús mío líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las
almas especialmente aquellas más necesitadas de tu infinita misericordia – Dios
mío, yo creo, adoro, espero y te amo, te pido perdón por los que no creen, no
adoran, no esperan y no te aman – María Madre de gracia, piedad y misericordia
en la vida y en la muerte ampáranos, Madre Nuestra.
Jaculatoria: Oh Jesús mío líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las
almas especialmente aquellas más necesitadas de tu infinita misericordia – Dios
mío, yo creo, adoro, espero y te amo, te pido perdón por los que no creen, no
adoran, no esperan y no te aman – María Madre de gracia, piedad y misericordia
en la vida y en la muerte ampáranos, Madre Nuestra.
«Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Cuando tuvo
doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los
días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres...
Jaculatoria: Oh Jesús mío líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas
las almas especialmente aquellas más necesitadas de tu infinita misericordia –
Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo, te pido perdón por los que no creen,
no adoran, no esperan y no te aman – María Madre de gracia, piedad y
misericordia en la vida y en la muerte ampáranos, Madre Nuestra.
3. SALVE:
6. LETANÍAS (a 2 coros):
7- ORACIÓN FINAL
Oh Jesús que, siendo Dios, te humillaste hasta la muerte, y muerte de cruz, para
ser ejemplo perenne que confunda nuestro orgullo y amor propio. Concédenos la
gracia de aprender y practicar tu ejemplo, para que humillándonos como
corresponde a nuestra miseria aquí en la tierra, podamos ser ensalzados hasta
gozar eternamente de ti en el cielo.
AMÉN.