Día 170 de 365: 2 Reyes 14

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Día 170 de 365

2 REYES 14 Progreso: 46.6 %

El reinado de Amasías en Judá (811-782) Lectura de hoy:


2 Crón. 25. 1-4 2 Reyes 14 y 15
Proverbios 08,01-21
1 El segundo año de Joás, hijo de Joacaz, rey de Israel, inició 2 Corintios 01
su reinado Amasías, hijo de Joás, rey de Judá.

2 Tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó veintinueve años en


Jerusalén. Su madre se llamaba Iehoadán, y era de Jerusalén.

3 Él hizo lo que es recto a los ojos del Señor, aunque no como su padre David. Obró en
todo como lo había hecho su padre Joás.

4 Sin embargo, no desaparecieron los lugares altos, el pueblo seguía ofreciendo


sacrificios y quemando incienso en los lugares altos.

5 Cuando su poder real quedó plenamente afianzado, mató a los servidores que habían
dado muerte al rey, su padre.

6 Pero no hizo matar a los hijos de los homicidas, cumpliendo lo que está escrito en la
Ley de Moisés, donde el Señor prescribió lo siguiente: “No se hará morir a los padres
por las culpas de los hijos, ni a los hijos por las de los padres, sino que se hará morir a
cada uno por su propio pecado”.

La victoria de Amasías sobre Edóm y su derrota frente a Israel


2 Crón. 25. 11-12, 17-24

7 Amasías derrotó a los edomitas en el valle de la Sal, en número de diez mil, y tomó
por asalto la Roca, a la que llamó Iocteel, nombre que conserva hasta el día de hoy.

8 Entonces Amasías envió mensajeros a Joás, hijo de Joacaz, hijo de Jehú, rey de
Israel, para decirle: “¡Ven a enfrentarte conmigo cara a cara!”.

9 Pero Joás, rey de Israel, mandó a decir a Amasías, rey de Judá: “El cardo del Líbano
mandó a decir al cedro del Líbano, Dale tu hija por esposa a mi hijo. Pero un animal
salvaje del Líbano pasó y pisoteó el cardo.

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10 Porque has derrotado a Edóm, tu corazón se ha engreído. ¡Disfruta de tu gloria, pero
quédate en tu casa! ¿Para qué comprometerte en una guerra desastrosa y sucumbir, tú
y Judá contigo?”.

11 Pero Amasías no hizo caso. Entonces subió Joás, rey de Israel, y se enfrentaron él y
Amasías, rey de Judá, en Bet Semes de Judá.

12 Judá fue derrotado ante Israel, y cada uno huyó a su carpa.

13 Joás, rey de Israel, tomó prisionero en Bet Semes a Amasías, hijo de Joás, hijo de
Ocozías, rey de Judá. Luego fue a Jerusalén y abrió una brecha de doscientos metros en
el muro de Jerusalén, desde la puerta de Efraím hasta la puerta del Ángulo.

14 Se apoderó de todo el oro y la plata y de todos los objetos que había en la Casa del
Señor y en los tesoros de la casa del rey, se llevó algunos rehenes, y se volvió a
Samaría.

15 El resto de los hechos de Joás, lo que él hizo, sus hazañas y cómo combatió contra
Amasías, rey de Judá, ¿no está escrito todo eso en el libro de los Anales de los reyes de
Israel?

16 Joás se fue a descansar con sus padres, y lo sepultaron en Samaría con los reyes de
Israel. Su hijo Jeroboám reinó en lugar de él.

Fin del reinado de Amasías


2 Crón. 25. 25 - 26. 2

17 Amasías, hijo de Joás, rey de Judá, vivió quince años después de la muerte de Joás,
hijo de Joacaz, rey de Israel.

18 El resto de los hechos de Amasías, ¿no está escrito en el libro de los Anales de los
reyes de Judá?

19 En Jerusalén se urdió una conspiración contra él, y él huyó a Laquis, pero lo hicieron
perseguir hasta Laquis y allí le dieron muerte.

20 Después lo trasladaron sobre unos caballos, y fue sepultado con sus padres en
Jerusalén, en la Ciudad de David.

21 Todo el pueblo de Judá tomó a Azarías, que tenía dieciséis años, y lo proclamaron
rey en lugar de su padre Amasías.

22 Él fue quien reconstruyó a Elat y la recuperó para Judá, después que el rey Amasías
se fue a descansar con sus padres.

El reinado de Jeroboám II en Israel (787-747)

23 El año decimoquinto de Amasías, hijo de Joás, comenzó a reinar en Samaría


Jeroboám, hijo de Joás, rey de Israel, y reinó cuarenta y un años.

24 Hizo lo que es malo a los ojos del Señor, y no se apartó de ninguno de los pecados
con que Jeroboám, hijo de Nebat, había hecho pecar a Israel.

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25 Él restableció las fronteras de Israel, desde la Entrada de Jamat hasta el mar de la
Arabá, conforme a la palabra que había dicho el Señor, el Dios de Israel, por medio de
su servidor el profeta Jonás, hijo de Amitai, que era de Gat Jéfer.

26 Porque el Señor había visto la amarga humillación de Israel, donde no había ni


esclavo, ni hombre libre, ni nadie que socorriera a Israel.

27 El Señor no había decidido borrar el nombre de Israel debajo del cielo, y lo salvó por
medio de Jeroboám, hijo de Joás.

28 El resto de los hechos de Jeroboám y todo lo que él hizo, así como la valentía con
que combatió y cómo recuperó para Israel a Damasco y Jamat, que habían pertenecido
a Judá, ¿no está escrito todo eso en el libro de los Anales de los reyes de Israel?

29 Jeroboám se fue a descansar con sus padres, con los reyes de Israel. Su hijo
Zacarías reinó en lugar de él.

2 REYES 15
El reinado de Azarías en Judá (781-740)
2 Crón. 26. 3-4, 19-23

1 El año vigésimo séptimo de Jeroboám, rey de Israel, inició su reinado Azarías, hijo de
Amasías, rey de Judá.

2 Tenía dieciséis años cuando comenzó a reinar, y reinó cincuenta y dos años en
Jerusalén. Su madre se llamaba Jecolías, y era de Jerusalén.

3 Él hizo lo que es recto a los ojos del Señor, tal como lo había hecho su padre
Amasías.

4 Sin embargo, no desaparecieron los lugares altos, el pueblo seguía ofreciendo


sacrificios y quemando incienso en los lugares altos.

5 El Señor hirió al rey, y éste se enfermó de lepra hasta el día de su muerte. Por eso
tuvo que recluirse en una casa apartada, y Jotám, el hijo del rey, estaba al frente del
palacio y gobernaba al pueblo del país.

6 El resto de los hechos de Azarías y todo lo que él hizo, ¿no está escrito en el libro de
los Anales de los reyes de Judá?

7 Azarías se fue a descansar con sus padres, y lo sepultaron con ellos en la Ciudad de
David. Su hijo Jotám reinó en lugar de él.

El reinado de Zacarías en Israel (747)

8 El trigésimo octavo año de Azarías, rey de Judá, comenzó a reinar sobre Israel, en
Samaría, Zacarías, hijo de Jeroboám, y reinó seis meses.

9 Él hizo lo que es malo a los ojos del Señor, como lo habían hecho sus padres, no se
apartó de los pecados con que Jeroboám, hijo de Nebat, había hecho pecar a Israel.

10 Salúm, hijo de Iabés, conspiró contra él, lo hirió de muerte en Ibleám y reinó en
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lugar de él.

11 El resto de los hechos de Zacarías está escrito en el libro de los Anales de los reyes
de Israel.

12 Esta era la palabra que el Señor había dicho a Jehú: “Tus hijos se sentarán en el
trono de Israel hasta la cuarta generación”. Y así fue.

El reinado de Salúm en Israel (746)

13 Salúm, hijo de Iabés, comenzó a reinar en el trigésimo noveno año de Ozías, rey de
Judá, y reinó un mes en Samaría.

14 Menajém, hijo de Gadí, subió desde Tirsá y entró en Samaría; allí hirió de muerte a
Salúm, hijo de Iabés, y reinó en lugar de él.

15 El resto de los hechos de Salúm y la conspiración que urdió, todo eso está escrito en
el libro de los Anales de los reyes de Israel.

16 Fue entonces cuando Menajém atacó a Tapúaj y a todos los que se encontraban allí,
así como a todo su territorio a partir de Tirsá; la atacó por no haberle abierto las
puertas, y abrió el vientre a todas las mujeres embarazadas.

El reinado de Menajém en Israel (746-737)

17 El trigésimo noveno año de Azarías, rey de Judá, comenzó a reinar Menajém, hijo de
Gadí, y reinó diez años en Samaría.

18 Él hizo lo que es malo a los ojos del Señor, no se apartó de los pecados con que
Jeroboám, hijo de Nebat, había hecho pecar a Israel. En su tiempo, 19 Pul, rey de
Asiria, invadió el país, y Menajém le entregó mil talentos de plata, para que lo ayudara a
afianzar en sus manos el poder real.

20 Menajém recaudó esa plata entre toda la gente rica de Israel, a razón de cincuenta
siclos de plata por persona, para entregarla al rey de Asiria. Así el rey de Asiria se
retiró, y no se quedó allí, en el país.

21 El resto de los hechos de Menajém y todo lo que él hizo, ¿no está escrito en el libro
de los Anales de los reyes de Israel?

22 Menajém se fue a descansar con sus padres, y su hijo Pecajías reinó en lugar de él.

El reinado de Pecajías en Israel (736-735)

23 El quincuagésimo año de Azarías, rey de Judá, inició su reinado sobre Israel, en


Samaría, Pecajías, hijo de Menajém, y reinó dos años.

24 Él hizo lo que es malo a los ojos del Señor, no se apartó de los pecados con que
Jeroboám, hijo de Nebat, había hecho pecar a Israel.

25 Su escudero Pécaj, hijo de Remalías, conspiró contra él y lo mató en Samaría, en la


torre de la casa del rey. Con la ayuda de cincuenta galaaditas, dio muerte al rey, lo
mismo que a Argob y Arié, y reinó en lugar de él.

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26 El resto de los hechos de Pecajías, todo lo que él hizo, está escrito en el libro de los
Anales de los reyes de Israel.

El reinado de Pécaj en Israel (735-732)

27 El quincuagésimo segundo año de Azarías, rey de Judá, comenzó a reinar sobre


Israel, en Samaría, Pécaj, hijo de Remalías, y reinó veinte años.

28 Él hizo lo que es malo a los ojos del Señor, no se apartó de los pecados con que
Jeroboám, hijo de Nebat, había hecho pecar a Israel.

29 En tiempos de Pécaj, rey de Israel, llegó Tiglat Piléser, rey de Asiria, y conquistó
Iyón, Abel Bet Maacá, Ianóaj, Quedes, Jasor, Galaad, la Galilea y todo el país de Neftalí;
y deportó a sus habitantes a Asiria.

30 Oseas, hijo de Elá, urdió una conspiración contra Pécaj, hijo de Remalías, lo hirió de
muerte y reinó en lugar de él, el vigésimo año de Jotám, hijo de Ozías.

31 El resto de los hechos de Pécaj, todo lo que él hizo, está escrito en el libro de los
Anales de los reyes de Israel.

El reinado de Jotám en Judá (740-735)


2 Crón. 27. 1-3, 7-9

32 El segundo año de Pécaj, hijo de Remalías, rey de Israel, inició su reinado Jotám,
hijo de Ozías, rey de Judá.

33 Tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó dieciséis años en Jerusalén.
Su madre se llamaba Ierusá, hija de Sadoc.

34 Él hizo lo que es recto a los ojos del Señor, como lo había hecho su padre Ozías.

35 Sin embargo, no desaparecieron los lugares altos, el pueblo seguía ofreciendo


sacrificios y quemando incienso en los lugares altos. Jotám fue el que edificó la puerta
alta de la Casa del Señor.

36 El resto de los hechos de Jotám, todo lo que él hizo, ¿no está escrito en el libro de
los Anales de los reyes de Judá?

37 En aquellos días, el Señor comenzó a lanzar contra Judá a Rasón, rey de Arám, y a
Pécaj, hijo de Remalías.

38 Jotám se fue a descansar con sus padres, y fue sepultado con ellos en la Ciudad de
David, su padre. Su hijo Ajaz reinó en lugar de él.

PROVERBIOS 08,01-21
El llamado de la Sabiduría

8 1 ¿No está llamando la Sabiduría y no hace oír su voz la Inteligencia?


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2 En las cumbres más altas que bordean el camino, apostada en el cruce de los
senderos,
3 al lado de las puertas, a la entrada de la ciudad, en los lugares de acceso, ella dice en
alta voz:
4 "A ustedes, hombres, yo los llamo, y mi voz se dirige a los seres humanos.

5 Entiendan, incautos, qué es la perspicacia; entiendan, necios, qué es la sensatez.

6 Escuchen: es muy importante lo que voy a decir, mis labios se abren para expresar lo
que es recto.

7 Sí, mi boca profiere la verdad, la maldad es una abominación para mis labios.

8 Todas mis palabras son conformes a la justicia, no hay en ellas nada retorcido o
sinuoso;
9 todas son exactas para el que sabe entender y rectas para los que han hallado la
ciencia.

10 Adquieran mi instrucción, no la plata, y la ciencia más que el oro acrisolado.

11 Porque la Sabiduría vale más que las perlas, y nada apetecible se le puede igualar".

Los tesoros de la Sabiduría

12 Yo, la Sabiduría, habito con la prudencia y poseo la ciencia de la reflexión.

13 El temor del Señor es detestar el mal: yo detesto la soberbia, el orgullo, la mala


conducta y la boca perversa.

14 A mí me pertenecen el consejo y la habilidad, yo soy la inteligencia, mío es el poder.

15 Por mí reinan los reyes y los soberanos decretan la justicia;


16 por mí gobiernan los príncipes y los nobles juzgan la tierra.

17 Yo amo a los que me aman y los que me buscan ardientemente, me encontrarán.

18 Conmigo están la riqueza y la gloria, los bienes perdurables y la justicia.

19 Mi fruto vale más que el oro, que el oro fino, y rindo más que la plata acrisolada.

20 Yo voy por el sendero de la justicia, en medio de las sendas de la equidad,


21 para repartir posesiones a los que me aman y para colmar sus tesoros.

2 CORINTIOS 01

1 Pablo, Apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, saludan a


la Iglesia de Dios que reside en Corinto, junto con todos los santos que viven en la
provincia de Acaya.
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2 Llegue a ustedes la gracia y la paz que proceden de Dios, nuestro Padre, y del Señor
Jesucristo.

3 Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de las misericordias y
Dios de todo consuelo, 4 que nos reconforta en todas nuestras tribulaciones, para que
nosotros podamos dar a los que sufren el mismo consuelo que recibimos de Dios.

5 Porque así como participamos abundantemente de los sufrimientos de Cristo, también


por medio de Cristo abunda nuestro consuelo.

6 Si sufrimos, es para consuelo y salvación de ustedes; si somos consolados, también es


para consuelo de ustedes, y esto les permite soportar con constancia los mismos
sufrimientos que nosotros padecemos.

7 Por eso, tenemos una esperanza bien fundada con respecto a ustedes, sabiendo que si
comparten nuestras tribulaciones, también compartirán nuestro consuelo.

8 Queremos, hermanos, que ustedes conozcan la tribulación que debimos sufrir en la


provincia de Asia: la carga fue tan grande que no podíamos sobrellevarla, al extremo de
pensar que estábamos a punto de perder la vida.

9 Soportamos en nuestra propia carne una sentencia de muerte, y así aprendimos a no


poner nuestra confianza en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos.

10 El nos libró y nos librará de ese peligro mortal. Sí, esperamos que también nos
librará en el futuro.

11 Ustedes también nos ayudarán con su oración, y de esa manera, siendo muchos los
que interceden por nosotros, también serán muchos los que darán gracias por el
beneficio recibido.

12 Este es para nosotros un motivo de orgullo: el testimonio que nos da nuestra


conciencia de que siempre, y particularmente en relación con ustedes, nos hemos
comportado con la santidad y la sinceridad que proceden de Dios, movidos, no por una
sabiduría puramente humana, sino por la gracia de Dios.

13 En efecto, nuestras cartas no son ambiguas: no hay en ellas más de lo que ustedes
pueden leer y entender. Y espero que comprenderán plenamente 14 –como ya lo han
comprendido en parte– que en el Día de nuestro Señor Jesús, podrán sentirse orgullosos
de nosotros, como nosotros de ustedes.

15 Convencido de esto, me propuse visitarlos primero a ustedes, para darles una nueva
alegría, 16 y de allí pasar a Macedonia. Después, a mi regreso de Macedonia, ustedes
me ayudarían a proseguir mi viaje a Judea.

17 Al proponerme esto, ¿obré precipitadamente?, ¿o bien mis proyectos estaban


fundados en motivos puramente humanos, de manera que yo digo al mismo tiempo «sí»
y «no»?

18 Les aseguro, por la fidelidad de Dios, que nuestro lenguaje con ustedes no es hoy
«sí», y mañana «no».

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19 Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, el que nosotros hemos anunciado entre ustedes –
tanto Silvano y Timoteo, como yo mismo– no fue «sí» y «no», sino solamente «sí».

20 En efecto, todas las promesas de Dios encuentran su «sí» en Jesús, de manera que
por él decimos «Amén» a Dios, para gloria suya.

21 Y es Dios el que nos reconforta en Cristo, a nosotros y a ustedes; el que nos ha


ungido, 22 el que también nos ha marcado con su sello y ha puesto en nuestros
corazones las primicias del Espíritu.

23 Pongo a Dios por testigo, y lo juro por mi propia vida, que si no volví a Corinto fue
por consideración hacia ustedes.

24 Porque no pretendemos imponer nuestro dominio sobre la fe de ustedes, ya que


ustedes permanecen firmes en la fe: lo que queremos es aumentarles el gozo.

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