Republica de Los Señores Notables

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UNIVERSIDAD TÉCNICA DE ORURO

FACULTAD DE DERECHO CIENCIAS POLITICAS Y SOCIALES


CARRERA DE DERECHO “SAN AGUSTIN”

“LA REPUBLICA DE LOS SEÑORES NOTABLES”

Universitarios:

 SOLARES VILLCA FREDDY


 TENORIO OBLITAS SHIRLEY
 TORREZ MOLLINEDO WARA HEIDI

Docente: Dr. CASTILLO CALLE REMBERTO

Materia: Sociología Gral. Y Pensamiento Político y Critico de Bolivia

Sigla: CJS-101

Paralelo: 1- V1

Fecha: 28 de julio de 2018

Oruro – Bolivia
Contenido

1. INTRODUCCIÓN..........................................................................................................................3
2. RETORNO A LA TIERRA...............................................................................................................4
3. PRIMEROS GOBIERNOS..............................................................................................................5
3.1. HISTORIA DEL GOBIERNO DE BOLIVIA................................................................................7
4. EL PROTECCIONISMO: SANTA CRUZ.........................................................................................17
5. LA REACCION VICTORIOSA.......................................................................................................30
6. EL GOBIERNO POPULAR DE BELZU...........................................................................................33
6.1. LAS MASAS SE INCORPORAN A LA POLÍTICA:...................................................................34
6.2. LO QUE ERA EL BELCISMO................................................................................................35
Conclusiones....................................................................................................................................45
Bibliografía.......................................................................................................................................46
LA REPUBLICA DE LOS SEÑORES NOTABLES

1. INTRODUCCIÓN

La oligarquía, dentro de esta percepción, establece las bases para la nueva


república, el decreto del 9 de febrero de 1825 “El decreto del 9 de febrero de 1825
es un conjunto de artículos que promulgó el general Antonio José de Sucre. Con el
fin de llamar a una reunión a todos los representantes de las provincias del alto
Perú, para resolver el destino de tales provincias”, en su texto original en sus
artículos:
Artículo 3: “el 25 de marzo se reunirán en la cabeza del partido la municipalidad,
los notables y todo propietario de una renta de 300 pesos o poseedor de un oficio
que se los produzca, y que quiera asistir a la elección, a cuyo efecto el gobernador
del partido los citara con ocho días de anticipación”

Artículo 6: “para ser diputado se necesita ser notable mayor a 25 años y poseer
una renta de 800 pesos anuales, o tener empleo, o ser profesor de alguna ciencia
que se los produzca, y ser avecindado en la provincia que va a representar por
cuatro años de residencia. Cualquier dificultad sobre estas cualidades será
resuelta por la misma asamblea del partido”

Estos artículos nos muestran con meridiana claridad que la nueva república era de
los “señores notables”, el poder política paso a manos de la rica oligarquía, que no
hizo nada por la independencia. La vida colonial no fue sustituida, al frustrarse la
independencia como revolución social, la republica se acento sobre las mismas
estructuras, jerarquías y valores de la sociedad tradicional.

Una junta de 10 notables, en cada una de las capitales elaboro una lista de los
individuos que debían desempeñar los cargos públicos y por cumplir la fórmula.

Solo el señorío enriquecido y poderoso de los días coloniales. Sus actos no


sufrieron merma a causa de la encomienda en que intervino favoreciendo la causa
realista. Este señorío rico se hizo cargo de la cosa pública en aquella luctuosa
madrugada de nuestra vida republicana.

“incluyo a Ud., el Acta de Independencia que se han dado los señores de


Chuquisaca” dice Bolívar a Santander desde La Paz el 1º de septiembre de 1825,
con la independencia se benefician la oligarquía minera, terrateniente,
comerciante y contrabandista. Los azogueros obtuvieron el 10 de 1825 en Potosí,
el primer decreto del Libertador en el Alto Perú, en el que se rebaja el impuesto
sobre cada marco de plata.

Los terratenientes por orden del 6 de diciembre de 1825, que dispuso se observen
los decretos expedidos en el Bajo Perú, el 31 de mayo de 1823 y el 22 de abril de
1825, los cuales reducían los créditos de los censos impuestos a los predios
rústicos y urbanos.

Los comerciantes se beneficiaron con la rebaja de impuestos, desde el 33% hasta


el 6% ad valoren para los efectos de la tierra, de acuerdo al informe favorable de
la diputación permanente evacuada el 12 y 17 de noviembre de 1825.

Casimiro Olañeta fue el mejor defensor de la oligarquía comerciante, llego a


sostener que el impuesto sobre importación de mercaderías extranjeras, atentaba
contra la libertad u que, la libertad de comercio era útil y necesaria.

En tanto que a la mayoría nacional, aymaras, quechuas, mestizos, no se les


integraba al nuevo estado, para la oligarquía ellos eran ignorantes según Olañeta,
de tal manera que “la parte más digna del goce de los beneficios de la
independencia aún no se encontraba en la dignidad de hombres”. Tampoco la
esclavitud fue suprimida, pese a que la Constitución Política sancionaba el 6 de
noviembre de 1826. Dice que “Todos los que hasta ese instante han sido
considerados como esclavos no son libres mientras que con sus trabajos cancelen
el precio de esclavos”.

A medida que crecía la influencia económica de Inglaterra, crecía también la


alimentación d nuestras clase dominante, enajenando su capacidad, de elaborar
una forma de economía, política que permitieron la consolidación de nuestras
instituciones republicanas, o resolviera los problemas nucleares de la incidencia
que tenía en nuestro país, la revolución industrial para poder lograr, así, un
desarrollo económico, autonómico y sostenible. Como consecuencia de esta
incapacidad de la clase dominante nuestra historia se desenvuelve en
desasosiego perpetuado y sus revueltas continuas.

2. RETORNO A LA TIERRA

Aumento la economía alto-peruana a través del comercio exterior de la producción


de plata, la clase dominante retorno a la explotación agrícola convirtiendo la
posesión de la tierra en un instrumento de explotación de las nacionalidades
Aymara y Quechua. Prolongando de esta manera la estructura dominante de la
colonia.

La propiedad de los asentados se forjo bajo el despojo de las tierras de los ayllus y
comunidades originarias y se instituyo la servidumbre personal al modo feudal.
Otra forma del ensanchamiento y proliferación de la hacienda era la compra de
tierras baldías mediante los vales de crédito público y los billetes fiscales, emitidos
desde la administración de sucre y que fueron lanzados al mercado interno para
cubrir las deudas de la guerra de la independencia y las indemnizaciones de la
misma. Permitiendo su adquisición por un conjunto constituyen una pequeña
minoría pudiente, por cuanto el grueso de las riquezas acumuladas durante la
explotación de la plata.

La clase dominante además del despojo de la tierra y del uso de la fuerza del
trabajo del siervo en beneficio particular, obligaba a las comunidades originarias
mediante su “contribución” nutrir las rentas fiscales, para mantener la organización
estatal y así perpetuar su explotación. La tierra simplemente es un complemento
de esta política de rapiña y muestra la forma como debería perpetuar en el
desgraciado indígena, mitad hombre, mitad bestia, la explotación secular iniciada
por los conquistadores del imperio incaico.

La posesión de la tierra no constituía una frente de producción capitalista, sin un


medio de explotación de las nacionalidades oprimidas. La propiedad de la tierra
constituye la base de un sistema de dominación social de una masa de población
por una pequeña minoría culturalmente diferenciada, el indígena quechua y
aymara colono y siervo de la hacienda, destinado a la servidumbre personal, tiene
un nombre que lo definen con propiedad los diccionarios de lengua castellana, la
palabra figura entre los americanos consagrados por la academia. Se llama
PONGO esta palabra encierra un régimen de explotación inhumana. El
PONGUEAJE resucita el esclavismo Egipto, romano y griego de los primeros
estadios de la humanidad.

El indio en este tiempo era, indudablemente la base de la economía nacional.


Ninguna actividad ya sea en el campo, mina, transporte, los obrajes y el aparato
estatal con sus vicios y corrupciones.

3. PRIMEROS GOBIERNOS

Fundada la república, Bolívar primero y sucre después, en su labor de


gobernantes buscaron formar de esta nueva república una república democrática
burguesa

Sus primeras iniciativas estuvieron dirigidas a la reactivación de la industria


minera, las minas aguadas derrumbadas y abandonadas pasaron a manos del
estado las que fueron ofrecidas en venta a capitalistas extranjeros o nacionales
recibiendo algunas propuestas de representantes del capitalismo ingles que no
satisficieron las exigencias del gobierno

El poder ejecutivo en el afán de colocar a la decaída minera sometió a


consideración del parlamento integrado por propietarios de la tierra a un proyecto
de ley que decía “todo boliviano o extranjero que vivía en la república en clase de
peón de la explotación o beneficio de metales, será extenso de contribuciones
personal, proyecto que fue rechazado alegándose que la ley no reconoce
excepciones. El pago en especies a obreros de minas, obrajes o haciendas fue
sustituido por el salario metálico. El azote como castigo para peones fue suprimido
de las relaciones obreros patronales.

El tributo personal y los servicios personales fueron también suprimidos y sin


embargo, el latifundista los hizo aparecer con el nombre de contribución indígena.
En el oriente, donde no se estableció el latifundio, el campesino recibió una
fanegada de tierras fértiles y dos fanegadas de áridas.

Todas estas medidas trataron de reavivar la producción nacional. La política


desplegada por Sucre y Bolívar pretendió establecer capitalistas dentro de la
nueva sociedad. El reparto de tierras, la supresión de la servidumbre y el pago del
salario, jurídicamente pretendían concluir con los privilegios medievales. el
campesino con sus luchas con Tupac Amaru alentado por estas medidas trataba
de incorporarse al proceso revolucionario, llevando inconscientemente una fuerza
creadora capaz de sobrepasar las limitaciones Bolivianas

El señor, temeroso del campesino y artesanado lucho, oculta como abiertamente


contra las medidas del libertador frenando el movimiento de masas y limitando el
proteccionismo

Las administraciones de Bolívar y Sucre acabaron en el fracaso más rotundo sin


haberse consolidado ninguna medida transcendental que iniciara la marcha hacia
la revolución democrática burguesa. La inexistencia de una burguesía y el lento
despertar político y psicológico de las masas, que no supieron movilizarse en
apoyo de las medidas bolivianas acabaron frustrando las ambiciones políticas del
libertador

La casta criolla más politizada, desde el cuartel y el parlamento derroto la


tendencia del gobierno. Por lo tanto, la independencia sin alterar el sistema
colonial es su ordenamiento clasista, dejo que el indígena y el artesano
continuaron llevando una vida miserable, hasta que este último desapareciera el
conjuro del capitalista extranjero (como efecto del libre cambio)

El gobierno democrático de Sucre su existencia debido a un motín cuartelado y la


oligarquía peruana, inmediatamente apoyando a la de Bolivia y realiza la
ocupación militar, gamarra invade Bolivia obligándola a pagar sus gastos de
invasión y en complicidad con la oligarquía boliviana se establece el retiro de
Sucre en el tratado de Piquiza firmando con las fuerzas peruanas invasoras

3.1. HISTORIA DEL GOBIERNO DE BOLIVIA


1951-1982

Los primeros indicios de gobierno militar comenzaron a manifestarse después de


las elecciones de 1951, que llevaron al centrista Movimiento Nacionalista
Revolucionario (MNR) al poder. Un golpe militar bloqueó inicialmente el partido
desde que asumió el cargo, provocando manifestaciones generalizadas de los
mineros que finalmente derrotaron a las fuerzas armadas en lo que se conoce
como la Revolución de Abril de 1952. El gobierno retuvo el poder durante doce
años, hasta que fue derrocado por otro golpe militar en 1964, dirigido por el Vice-
presidente, el general Barrientos, también del MNR.

Barrientos murió en un accidente de helicóptero en 1969, y siguió una serie de


golpes de estado y juntas militares. En 1971, el derechista líder militar Hugo
Banzer Suárez tomó el poder, con una presidencia caracterizada por la violencia y
los abusos en contra de los derechos humanos. Reconoció la demanda popular
para la celebración de elecciones democráticas en 1978 y fue derrotado por los
votos, un resultado al que no hizo caso hasta que fue expulsado por otro golpe de
estado dirigido por Juan Pereda Asbún. Los años finales de los setenta vieron
diferentes facciones compitiendo entre sí, con elecciones fallidas e inactividad en
el Congreso. Entre 1978 y 1982, Bolivia tuvo diez presidentes diferentes. La
brutalidad y la corrupción también se incrementaron sustancialmente en este
periodo, con detenciones, desapariciones y asesinatos frecuentes.

1982-2005

El Congreso finalmente eligió a un líder civil en 1982, Hernán Siles Zuazo (del
partido izquierdista MIR), cuya presidencia se vio ensombrecida por las disputas
con respecto al trabajo, el gasto público y una inflación cada vez más
incontrolable. Estos problemas hicieron que fuera imposible para Siles gobernar
con eficacia, por lo que renunció en 1985. Víctor Paz Estenssoro, del MNR, fue
devuelto al poder (después de haber sido presidente antes de 1951), y estableció
un amplio programa de reformas diseñadas para relanzar la economía.

Entre 1989 y 2005 la presidencia cambió de manos siete veces. Las elecciones de
1989 fueron las primeras que estuvieron completamente libres de intervención
militar. Ningún candidato presidencial obtuvo la mayoría, dejando al Congreso la
elección del izquierdista Jaime Paz Zamora, dirigente del MIR. La elección de
1993 fue para Sánchez de Lozada, del MNR, alineado al centro, después le
sucedieron Banzer Suarez, del ADN de centro-derecha, en 1997, y Jorge Quiroga
Ramírez, también del ADN, en 2001. Todos estos presidentes tuvieron que
depender de la ayuda del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial.
Sánchez de Lozada ganó la presidencia por segunda vez en 2002, superando a su
rival, Evo Morales. Lozada se vio obligado a dimitir en 2003 después de
controvertidas propuestas para exportar gas natural a través de Chile. Le sucedió
Carlos Mesa, cuyo mandato fue igualmente controvertido, por lo que renunció en
2005. Evo Morales se convirtió en el primer presidente indígena de Bolivia en el
mismo año, poniendo inmediatamente toda la energía del país bajo el control
estatal. Morales también se convirtió en el primer líder izquierdista de Bolivia
desde el fin de la presidencia de Jaime Paz Zamora en 1993.

2005-presente

Según Morales, Bolivia ha sido testigo de cambios extraordinarios, especialmente


el nuevo énfasis puesto en los derechos de los nativos indígenas.
Se promulgó una nueva constitución en 2009 con el apoyo de alrededor de
sesenta por ciento de la población. El nuevo documento permite el control estatal
de los recursos naturales, las estrictas restricciones a la propiedad extranjera, la
separación de Iglesia y Estado y la equiparación de la situación de los sistemas
jurídicos indígenas a los del Estado. Bajo Morales, la tasa anual de crecimiento del
PIB de Bolivia se sitúa en un cinco por ciento, entre los más altos de América del
Sur. El poder es compartido entre el ejecutivo (formado por el presidente y su
gabinete), el legislativo (formado por senadores y diputados), y el poder judicial. El
Movimiento al Socialismo es actualmente el partido político mayoritario, seguido
por el de la derecha PPB-CN. Hay otros partidos políticos, aunque su apoyo en las
últimas elecciones de 2009 representa el cinco por ciento o menos.

La bandera nacional de Bolivia, que entró en vigor en 1951, está formada por
tres franjas horizontales. De arriba a abajo son: rojo - que destaca por su valentía
y la sangre de los héroes nacionales, amarillo - que representa los recursos
minerales de Bolivia, y verde - es decir, la fertilidad de la tierra. Hay un escudo de
armas en el centro de la bandera.

LA PRIMERA ÉPOCA REPUBLICANA

I.Simon José Antonio De La Santísima Trinidad Bolívar y Palacios

Padre de patria desde el 18 de agosto de


Exaltación al Mando:
1825.
Conclusión de su mandato: 1o. de Enero de 1826.

Tiempo de su Mandato: Cinco meses

II.gran Mariscal Antonio José de Sucre Y Alcala


Exaltación al Mando: 2 de Enero 1826.

Conclusión de su mandato: 18 de Abril1828.

Tiempo de su Mandato: 2 Años de fructífera Administración.

III.Mayor General José Miguel de Velasco Franco

Fue el primer presidente que gobierno el


Asunción al Mando Presidencial: país en cuatro distintas oportunidades, en el
lapso de 20 años.
Primero, presidente interino. 12 de Agosto
de 1828 al 25de diciembre 1828. De Mayo
de 1828.
Segunda vez, Presidente interino, del 12 de
Enero de1829 al 1o.mayo de 1829.
Tercera vez, fue primero interino; luego la
Asamblea General lo proclamo Presidente
Constitucional, desde el 22 de Febrero
1839 hasta el 22 de Septiembre de 1841.

Cuarta vez, presidente interino, el 18 de


Termino de Mandato :
Enero de 1848, hasta el 6 de Diciembre de
1848.

IV.General Pedro Blanco Soto

Exaltación al Mando: 27 de Diciembre d 1828.

Termino de Mandato : 31 de Diciembre 1828.

Origen de su investidura : Gobierno constitucional.

Duración de su Mandato: 5 días.

V. Mariscal de Zepita Andrés de Santa Cruz Calahumana

Exaltación al Mando: 14 de mayo 1829.

Conclusión de su mandato: 20 de Febrero de 1839.

Tiempo de su Mandato: 9 Años y 8 Meses

LA SEGUNDA EPOCA REPUBLICANA

I.General José Ballivian Segurola

Exaltación al Mando: 28 de Septiembre de 1841.

Termino de Mandato : 23 de Diciembre 1847.


Origen de su investidura : Fue Presidente interino y luego
constitucional.
Duración de su Mandato: 6 Años y 3 meses

II. Eusebio Guillarte Mole

El General José Ballivian acosado por las


revueltas, después de 6 años y 3 meses de
fructífera labor administrativa, delega el
Exaltación al Mando:
poder al General Eusebio Guilarte cuando
ejercía la presidencia del Consejo de
ministros,24 de Diciembre de 1847
Termino de Mandato : 2 de Enero 1848.Presidente Interino.

Duración de su Mandato: 10 Días.

III.General Manuel Isidoro Belzu

Presidente Interino y luego Constitucional


Asunción al Mando Presidencial:
desde el 6 de Diciembre de 1848.
Termino de Mandato : El 15 de agosto de 1855.

Origen de su investidura : Golpe de estado y proceso democrático.

Duración del Mandato Presidencial: 6 Años.

IV.General Jorge Cordova

Presidente constitucional de la república


Exaltación al Mando:
desde el 15 de Agosto 1855.
Conclusión de su mandato: 8 de Septiembre de 1857.

Tiempo de Duración 2 Años y 2 Meses

V.Abogado José María Linares Lizarazu

Exaltación al Mando: Presidente de facto.

Conclusión de su mandato: 14 de Enero de 1861.

Duración de su Mandato: 4 Años y 4 Meses.

LA TERCERA EPOCA REPUBLICANA

I.General José María de Acha Valiente

Presidente de facto y constitucional desde


Exaltación al Mando:
el 14 de enero 1861.
Conclusión de su mandato: 28 de diiembre1864

Duración de su Mandato: 4 años.

II. General Mariano Melgarejo


Presidente de Facto desde el 28 de
Asunción al Mando Presidencial:
Diciembre de 1864.
Termino de Mandato : 15 de Enero 1871.

Origen de su investidura : Golpe de Estado.

Duración del Mandato Presidencial: 6 Años .

III.General Agustín Morales Hernández

Presidente Interino y Constitucional de la


Exaltación al Mando:
República desde el 16 de enero de 1871
Conclusión de su mandato: 27 de noviembre de 1872.
Golpe subversivo, Cruento con
Origen de su investidura :
derrocamiento de su antecesor.
Duración de su Mandato: 11 meses.

LA CUARTA EPOCA REPUBLICANA

I.Abogado Tomas Frias Ametller

Presidente Interino desde el 28 de


Exaltación al Mando y la Conclusión noviembre de 1872 hasta el 8 de mayo de
del mismo: 1873. y del 31 de enero de 1874 al 1874 al
4 de Mayo de 1876
Duración del Mandato Presidencial: 1ro. 6 Meses.

2do.3 años

II. Teniente Coronel Adolfo Ballivian Coll

Exaltación al Mando: 8 de Mayo1873

Conclusión de su mandato: 31 de enero de 1874

Duración de su Mandato: 9 meses

III.Hilarion Daza

Gobierno de facto y constitucional desde el


Exaltación al Mando: 4 de mayo de1876 hasta el 27 de Diciembre
de 1879.
Termino de Mandato : 27 de Diciembre de 1879.
Golpe de estado.Primera Instancia de facto
Origen de su investidura :
y luego Constitucional.
Duración del Mandato Presidencial: 4 años.

LA QUINTA EPOCA REPUBLICANA

I. General Abogado Narciso Campero Leyes


Asumió la Presidencia el 19 de Enero
Exaltación al Mando:
de1880.
Dejo el Mandato el 3 de septiembre
Termino de Mandato :
de1884.
Origen de su investidura : Presidente Constitucional.

Duración del Mandato Presidencial: 4 Años,7 meses, 14 días.

II. Industrial Gregorio Pacheco Leyes

Exaltación al Mando: 15 de agosto de 1888.

Origen de su investidura : Por elección democrática.

Duración del Mandato Presidencial: 4 años.

III. Aniceto Arce Ruiz

Presidente Constitucional desde el 16 de


Exaltación al Mando:
agosto de 1888.
Termino de Mandato : 10 de agosto de 1892.

Origen de su investidura : Proceso democrático.

Duración del Mandato Presidencial: 4 años.

IV.Abogado Mariano Baptista Caserta

Presidente Constitucional desde el 10 de


Exaltación al Mando:
agosto de 1892.
Conclusión de su mandato: 28 de agosto de 1896.

Origen de su investidura : Constitucional.

Duración del Mandato Presidencial: 4 años.

V.Abogado Severo Fernández Alonso

Presidente Constitucional desde el 28 de


Asunción al Mando Presidencial:
agosto de 1896
Termino del Mandato 10 de abril 1899.

Duración del mando Presidencial 4 años.

LOS REGIMENES LIBERALES

I. Mayor General José Manuel Pando Solares

Presidente Constitucional desde el 26 de


Exaltación al Mando:
Octubre de 1899.
Conclusión de su mandato: 14 de agosto de 1904.

Duración del Mandato Presidencial: 5 años.

II. General Abogado Ismael Montes Gamboa


Constitucional del 14 de Agosto de 1904 y
Asunción al Mando Presidencial:
14 de Agosto de 1913
Termino del Mandato 12 de Agosto de 1909

15 de agosto de 1917.

Origen de su investidura : Proceso Democrático en linea Drástica.

Duración del Mandato Presidencial: 2 periodos Presidenciales:

1ra. Cinco Años.

2da. Cuatro Años.

III. Eliodoro Villazon Montaño

Presidente Constitucional desde el el 12 de


Exaltación al Mando:
agosto de 1909.
Conclusión de su mandato: 14 de agosto de 1913.

Origen de su investidura : Proceso constitucional.

Duración del Mandato Presidencial: 4 años.

IV. Economista José Gutiérrez Guerra

Presidente Constitucional, 15 de agosto d


Exaltación al Mando:
1917.
Conclusión de su mandato: 12 de Julio de 1921.

Origen de su investidura : Elecciones de 1917. Partido Republicano.

Duración del Mandato Presidencial: Tres años y cinco meses

LOS REGIMENES REPUBLICANOS

I.Abogado Bautista Saavedra Mallea

Presidente de la Junta de Gobierno con


José María Escalier y José Manuel Ramírez
Exaltación al Mando:
Y Presidente Constitucional desde el 12 de
Julio de 1920.
Conclusión de su mandato: 2 de septiembre de 1925.

Origen de su investidura : Constitucional.

Duración del Mandato Presidencial: 4 años, 1 mes y 14 días.

II. Profesor - Abogado Felipe Segundo Guzmán

Presidente Interino desde el 2 Septiembre


Exaltación al Mando:
de 1925.
Conclusión de su mandato: 10 de enero de 1926.

Tiempo de Mandato: 5 meses.

III.Abogado Hernando Siles Reyes


Presidente Constitucional desde el 10 de
Asunción al Mando Presidencial:
Enero de 1926.
Termino del Mandato 27 de Mayo d 1930.

Duración del Mandato Presidencial: 4 años, 5 Meses y 15 días.

IV.General Carlos Blanco Galindo

Presidente Interino desde el 25 de Junio de


Exaltación al Mando:
1930.
Termino del Mandato 5 de Marzo de 1931.

Duración del Mandato Presidencial: 10 meses

LA GUERRA DEL CHACO SU SENTIDO HISTORICO-POLITICO

I. Daniel Salamanca Urey

Exaltación al Mando: 5 de Marzo de 1931.

Termino del Mandato 27 de Noviembre1934.

Origen de su investidura : Proceso democrático, en elecciones libres.

Duración del Mandato Presidencial: 3 años.

II. Abogado José Luis Tejada Sorzano

Presidente Constitucional 28 de Noviembre


Exaltación al Mando:
de 1934.
Termino del Mandato 17 de Mayo de 1936.

Origen de su investidura : Proceso democrático.

Duración del Mandato Presidencial: 2 años con 150 días.

LOS GOBIERNOS CONTEMPORÁNEOS DE BOLIVIA

LA POST GUERRA

I. General David Toro Ruilova

Exaltación al Mando: Presidente interino el 17 de Mayo de 1936.

Termino del Mandato 17 de julio de 1937.


LOS PRECURSORES DE LA EMANCIPACION ECONOMICA DE BOLIVIA

II.Teniente Coronel Germán Busch Becerra

Presidente Interino y luego Constitucional,


Exaltación al Mando:
desde el 17de julio de1937.
Conclusión de su mandato: El 23 de Agosto de 1939.

Duración del Mandato Presidencial: 2 años.

III. General Carlos Quintanilla Quiroga

Presidente Interino desde el 24 de Agosto


Exaltación al Mando:
de 1939.
Termino del Mandato 15 de abril de 1940.

Origen de su investidura : Mandato del Ejercito.

Duración del Mandato Presidencial: 9 Meses.

IV. General Enrique Peñaranda Castillo

Exaltación al Mando: 15 de abril de 1940.

Termino del Mandato 20 de Diciembre de 1943.

Tiempo del Mando Presidencial 3 Años y 9 Meses.

Origen de su investidura : Constitucional.

PRECURSOR DE LA VICTORIA NACIONAL DE ABRIL

V. Coronel Gualberto Villarroel Lopez

Presidente de facto y luego Constitucional


Exaltación al Mando:
desde el 20 de Diciembre de 1943.
Termino del Mandato 21 de Julio de 1946.

Tiempo del Mando Presidencial 2 Años y 7 Meses.

Origen de su investidura : Interina y Constitucional.

VI. abogado Tomas Monje Gutierrez

Presidente Interino desde el 15 de agosto


Exaltación al Mando:
de 1946.
Termino del Mandato 10 de Marzo 1947.
A consecuencia de la sangrienta revolución
Origen de su investidura : del 21 de Julio que derroco al coronel
Villarroel.
Duración del Mandato Presidencial: 6 Meses y 25 días en forma interina.

VII. Medico Enrique Hertzog Garaizabal


Exaltación al Mando: 10 de Marzo de 1947.

Termino del Mandato 17 de Octubre de 1949.

Origen de su investidura : Proceso democrático.

Duración del Mandato Presidencial: 2años y 7 meses.

VIII.Mamerto Urriolagoitia Harriague

Presidente Constitucional desde el 25 de


Exaltación al Mando:
Octubre de 1949.
Conclusión del Mandato 16 de mayo de 1951.

Tiempo del Mando Presidencial 2 años y 7meses.

Origen de su investidura : En forma interina y Constitucional.

IX. General Hugo Ballivian Rojas.

Presidente Facto desde el 16 de Mayo de


Exaltación al Mando:
1951.
Conclusión del Mandato 9 de abril de 1952.

Tiempo del Mando Presidencial 1 año.

LA VICTORIA NACIONAL DE ABRIL DE 1952

I. Abogado Víctor Paz Estenssoro

Presidente Constitucional desde el 15 de


abril de 1952 hasta el 6 de agosto de 1964,
desde el 6 de agosto de 1964 hasta el 4 de
Exaltación al Mando y su conclusión:
noviembre de 1964. Actualmente desde 6
de agosto de 1985 ejerce nuevamente la
magistratura.
Origen de su investidura : Todas en forma constitucional.

LA REVOLUCION NACIONAL DECADA 1955- 1965

Presidente interino desde el 11 hasta el 15


de abril de 1952. Presidente Constitucional
Exaltación al Mando en diferentes
desde el 6 de agosto de 1960 y desde el 10
periodos presidenciales:
de Octubre de 1982 hasta el 6 de Agosto de
1985
Origen de su investidura : Presidente interino y constitucional.

LOS GOBIERNOS POSTERIORES A LA REVOLUCION DE ABRIL RETORNO DEL


MILITARISMO

I. General René Barrientos Ortuño

Exaltación al Mando: Presidente de facto desde el 4 Noviembre


de 1964.Presidente Constitucional 6 de
Agosto de 1966.
31 de Diciembre de 1965 (Gobierno de
Termino de mandato: facto). 29 de abril de 1969 (Gobierno
Constitucional).
Subió al gobierno con la revolución de 1964
Origen de su investidura : derrocando al presidente Víctor Paz
Estenssoro.
Duración del mando Presidencial 6 Años .

II. Abogado Luis Adolfo Siles Salinas

Presidente Constitucional, 29 de abril de


Exaltación al Mando:
1969.
Termino de mandato: 26 de Septiembre de 1969.

Origen de su investidura : 5 meses.

Duración del mando Presidencial Sucesión Constitucional.

DECADA DE 1965 A 1975

III. General Alfredo Ovando Candia

1ro.-6 de Agosto de 1966.2do.-7de octubre


Conclusión de su mando:
de 1970.
Tiempo del mando Presidencial: 1ro. - 6meses. 2do. 1Año y un mes.

Origen de su investidura : Gobierno de facto.

IV.General Juan José Torres González

Presidente de facto desde el 7 de Octubre


Asunción al Mando Presidencial:
de 1970.
Termino de Mandato : 21 de agosto de 1971.

Origen de su investidura : Golpe de Estado.

Duración de su Mandato: 9 Meses.

V. General Hugo Banzer Suarez

Exaltación al Mando : 21 de agosto de 1971.

Conclusión de su mandato: 21 de Julio de 1978.

Tiempo de Duración 6 Años y 11meses.

Origen de su investidura : Levantamiento Civil – Militar.

VI.General Juan Pereda Asbun


Presidente de Facto desde el 21 de Julio de
Asunción al Mando Presidencial:
1978 Hasta el 24 de Noviembre de 1978.
Tiempo de Duración del Mandato: 4 meses.

VII.General David Padilla Arancibia

Asunción al Mando Presidencial: 24 de Noviembre de 1978.

Termino de Mandato : 8 de agosto de 1979.

Origen de su investidura : Golpe de Estado.

VIII.Abogado Walter Guevara Arze

Asunción al Mando Presidencial: 8 de agosto de 1979.

Termino de Mandato : 1ro. De Noviembre de 1979.

Origen de su investidura : Por Mandato del Congreso Nacional.

IX. Coronel Alberto Natusch Busch

Asunción al Mando Presidencial: 1ro.de Noviembre de 1979.

Termino de Mandato : 16 de Noviembre de 1979.

Duracion de su Mandato: 15 días.

Origen de su investidura : Golpe de Estado.

X.Contadora Lidia Gueiler Tejada

Presidente Interino 16 de Noviembre de


Exaltación al Mando :
1979.
Termino de Mandato : 17 de julio de 1980.
Opción de Conciliación Nacional, frente a
Origen de su investidura :
La crisis Institucional.
Duración del Mandato Presidencial 8 Meses.

XI. General Luis García Meza Tejada

Asunción al Mando Presidencial: 17 de julio de 1980.

Termino de Mandato : 4 de agosto de 1981.

Origen de su investidura : Golpe de Estado.

XII. General Celso Torrelio Villa


Asunción al Mando Presidencial: 4 de septiembre de 1981.

Termino de Mandato : 10 de Julio de 1982.

Origen de su investidura : Gobierno de facto.

XIII.General Guido Vildoso Calderon

Asunción al Mando Presidencial: 22de Julio de 1982.

Termino de Mandato : 10 de Octubre de 1982.

Tiempo de su Mandato 78 días.


Gobierno de facto. Aquí Terminan los
Origen de su investidura :
golpes de estado de gobiernos militares.

XIV. Hernán Siles Zuazo

Exaltación al Mando : En dos diferentes periodos.

Origen de su investidura : Presidente Constitucional.

XV.Abogado Víctor Angel Paz Estenssoro

Asunción al Mando Presidencial: 6 de Agosto de de 1985.

Termino de Mandato : 5 de Agosto de 1989.

Origen de su investidura : Elección Constitucional.

XVI Lic. Jaime Paz Zamora

Asunción al Mando Presidencial: 6 de Agosto de de 1989.

Termino de Mandato : 5 de Agosto de 1993.

Origen de su investidura : Elección Constitucional.

XVII Lic. Gonzalo Sanchéz de Lozada

Asunción al Mando Presidencial: 6 de Agosto de de 1993

Termino de Mandato : 5 de agosto de 1997

Origen de su investidura : Elección Constitucional.

XVIII Gral. Hugo Banzer Suárez

Asunción al Mando Presidencial: 6 de Agosto de de 1997

Termino de Mandato : 6 de Agosto de 2001

Origen de su investidura : Elección Constitucional.

XIX Ing. Jorge Quiroga Ramirez


Asunción al Mando Presidencial: 6 de Agosto de de 2001

Termino de Mandato : 6 de Agosto de de 2002

Origen de su investidura : Elección Constitucional.

XX Lic. Gonzalo Sánchez de Lozada

Asunción al Mando Presidencial: 6 de Agosto de de 2002

Termino de Mandato : 17 de octubre de 2003

Origen de su investidura : Elección Constitucional.

XXI Carlos D. Mesa Gisbert

Asunción al Mando Presidencial: 17 de octubre de 2003

Termino de Mandato : 9 de junio de 2005

Origen de su investidura :

XXII Eduardo Rodríguez Veltzé

Asunción al Mando Presidencial: 9 de junio de 2005

Termino de Mandato : 22 de enero de 2006

Origen de su investidura :

XXIII Evo Morales Aima

Asunción al Mando Presidencial: 22 de enero de 2006

Termino de Mandato :

Origen de su investidura : Elección Constitucional

4. EL PROTECCIONISMO: SANTA CRUZ

El fin del gobierno de Sucre no canceló los regímenes liberales y reformistas ni


desembocó en una época de anarquía como fue el caso de otras repúblicas, tras
el derrocamiento de sus jefes originales. Pues había hombres que habían servido
a Sucre y le habían apoyado lealmente, quienes ahora se harían cargo de los
sucesivos gobiernos de la república durante la generación siguiente. Aunque estos
jefes se encontrarían con los mismos problemas de Sucre, causándoles las
mismas dificultades, el intento de crear un estado liberal y próspero fue el objetivo
de una serie de generales liberales que vinieron después del gran fundador.

Sin lugar a dudas el más importante de estos jefes primitivos fue Andrés de Santa
Cruz: originario de La Paz, de padre español y madre aymara, Santa Cruz había
ingresado al servicio militar al comienzo de las guerras de independencia y
después de una prolongada y distinta carrera, acabó pasándose al bando
republicano en 1821, convirtiéndose en un oficial destacado en las filas del ejercito
expedicionario chileno de San Martin. En 1822 San Martin lo envió a prestar ayuda
a Sucre en las campañas Quito desde entonces fundó su causa con la Bolívar,
Sucre y las tropas colombianas. En 1822 fue elevado al grado de general por
Bolívar y a mediados de 1823 obtuvo una importante victoria en la batalla de
Zepita, el más famoso de sus muchos combates.

Íntimamente vinculado por su padre militar a la aristocracia cuzqueña y largamente


relacionado con los principios procesos políticos y militares peruanos, Santa Cruz
intervino íntimamente en los asuntos del Perú y en un principio estaba mas
interesado en la política peruana que en la boliviana. Elegido por su ciudad natal a
la Asamblea Constituyente de 1825 declinó el honor que se le hacía, quedando
como simple prefecto, primero de Chuquisaca durante el período de la Asamblea
Constituyente y después durante el régimen de Sucre como jefe del distrito
paceño. Pero en septiembre de 1826 Bolívar lo llamó a Lima, haciéndolo
presidente de la Republica peruana. Su primera presidenta en el Perú fue efímera
y en 1827 Santa Cruz fue expulsado. Pero el derrocamiento de Sucre, que en
parte se debía a los esfuerzos de su amigo del Cuzco, el general Agustín
Gamarra, que llegó a invadir temporalmente La Paz, llevó a la decisión de llamar a
Santa Cruz, para la presidencia de Bolivia. Fue una decisión incluso apoyado por
Sucre.

Desde el momento que se le hizo el ofrecimiento hasta su llegada a Bolivia estuvo


gobernada por una serie de presidentes provisionales, uno de ellos el general
Blanco, trató sin éxito de apoderarse del gobierno para sí. Pero en mayo de 1829
Santa Cruz por fin volvió a Bolivia y juró su cargo. Los 10 años de gobierno de
Santa Cruz serian fundamentales en la historia republicana; las instituciones
fundadas por él iban a constituir el esqueleto básico de la organización de la vida
civil republicana durante el siglo siguiente. De 1829 a 1839 en que fue derrocado
por la intervención militar chilena, Santa Cruz demostraría ser uno de los
administradores más capaces que Bolivia había se conocer.

En logro del régimen de Santa Cruz fue la creación de un orden económico,


político y social estables. Después de casi un cuarto de siglo de guerra e
invasiones interrumpidas, pudo garantizar en Bolivia algo parecido a diez años de
paz. Gracias a esta estabilidad pudo crear una estructura financiera estatal mas
viable y conseguir la mayor cantidad de recursos que el estado podía recaudar de
la economía. También pudo emplear estos recursos para pagar un ejercito
semiprofesional y garantizar una administración civil actica y responsable.

En la esfera económica Santa Cruz era un mercantilista decidido. Apenas


organizando su gobierno se dedicó a establecer importantes aranceles
proteccionistas, llegando al extremo de prohibir por completo la importación de
telas de tocuyo.

También decidió que trataría de canalizar todas las importaciones por el puerto de
Cobija, el único puerto que le quedaba a Bolivia después de los diferentes tratados
de reorganización territorial con Chile. Las importaciones procedentes de los
puertos mas cómodos de Arica y Tacna, que ahora se encontraban sólidamente
en manos peruanas, sufrieron grades impuestos mientras que se ofrecían
incentivos de menores impuestos, puerto libre y subvenciones al comercio dirigido
a Cobija. Se ha calculado que en su periodo de mayor actividad alrededor de un
tercio de comercio internacional de Bolivia pasaba por aquella ciudad; Cobija se

Herbert Klein “Historia de Bolivia de los orígenes al 2012:, La Paz-Bolivia, 2012,


pag. 117, 118, 119.
transformó de una poblaciones de pocos centenares de habitantes a otra mas de
millar, que contaba con instalaciones completas de muelles y almacenes. También
se construyó una carretera para coches desde Cobija hasta Potosi, además de
otras rutas internas para facilitar los costos decisivos de transporte.

Santa Cruz también dedico atención a los aspectos habituales de preocupación en


la minería. Una vez mas con su estilo típico de racionalizar la estructura
económica, redujo considerablemente los impuestos mineros. En 1829 dejo de
cobrarse el impuesto colonial de Cobos de 1 – 0.5%, todos los demás impuestos
quedaron unificados en uno solo de 5%. El impuesto tradicional del 3% sobre el
oro también fue retirado en 1830, con lo que parece sobre el oro también fue
retirado en 1830, con lo que parece haber aumentado algo la producción aurífera,
aunque la producción de plata permaneció relativamente estable a lo largo de todo
el periodo.

Aunque se suele considerar mérito de Santa Cruz el haber implantado la


estabilidad económica, la normalización aduanera, los acuerdos fiscales y la

Herbert Klein “Historia de Bolivia de los orígenes al 2012:, La Paz-Bolivia, 2012,


pag. 120, 121

regularización del crédito publico, en realidad hubo pocos cambios básicos. El


efecto, a pesar de toda la protección arancelaria especializada y de cierta
construcción modesta de nuevas carreteras y las garantías de paz, la economía
simplemente no reaccionaria a la política mercantilista implantada por el régimen;
no obstante toda a protección concedida a la industria textil autóctona del tocuyo,
la producción de esta tela se calculó que había disminuido a una cuarta parte de
sus niveles coloniales. Asi pues, al final del regimen Crucista este se vio obligado
a suspender la prohibición toral de las importaciones de tocuyo para poder
satisfacer las demandas del mercado interno. Además a pesar de toda la
reducción de impuestos, la falta de capital en la minería impedía el aumento de la
producción, durante las décadas de los años 20 y 30 la producción permaneció
relativamente estancada en cuanto se refiere a la plata que era el principal
producto de exportación de la republica

A pesar de la notable mejora del crédito publico y de los esfuerzos proteccionistas


racionales, las rentas efectivas del gobierno estuvieron estancadas durante las
primeras tres décadas republicanas; la cifra de 1,5 millones de pesos anuales de
renta pareció ser algo que ningún gobierno pudo traspasar hasta bien avanzada la
década de los cincuenta. Por otro lado, esa cifra también escondía cambios
estructurales a largo plazo en la economía. Como habría de subrayar el famoso
estadístico Jose Maria Dalence en 1846 todas las fuentes de ingresos
gubernamentales procedentes de la economía no dejaron de decaer desde los
años veinte a los años cuarenta. Solo el incremento demográfico rural con el
consiguiente aumento del tributo, mantuvieron el ingreso total constante. Asi pues,
la importancia relativa del tributo en las rentas republicanas había pasado del 45%
en 1832 al 54% en 1346, mientras que los ingresos aduaneros tanto interno como
externos (siendo los segundos e rubro mas importante), representaban apenas el
225 del total.

El estancamiento a largo plazo del sector minero resultaría ser fatal para el
crecimiento sostenido de la economía nacional, para la disponibilidad de cualquier
financiamiento solvente gubernamental para su inversión en la infraestructura
básica. No obstante sus mejores esfuerzos, santa Cruz como todos los
presidentes republicano que le habían precedido, se encontró que los gastos
superaban permanentemente a los ingresos. Si bien en sus primeros años redujo
algo el gasto militar, el ejército seguía siendo el monstruo que consumía la mayor
cuota de la renta pública. En un año normal los costos militares representaban
entre el 40 y 50% del gasto total, siguiéndole en el presupuesto el mantenimiento
del Cleto. Si añadimos el costo de la burocracia veremos que apenas quedaba
nada para la inversión.

Como demostraría el gobierno crucista, solo nuevos impuestos sobre le comercio


interno podían crear fondos necesarios para inversiones vitales

Esta dislocación a largo plazo en los presupuestos gubernamentales, que


presenta un déficit casi uniforme durante es periodo, impuso la decisión a Santa
Cruz a introducir una nueva moneda de plata devaluada; en 1830 y mediante
decreto secreto empezó a acuñarse en Potosi una nueva moneda de plata que
contenía 18.05 gramos de plata en lugar de los tradicionales 24.45 gramos (el
antiguo “peso de a ocho” colonial). Si bien Santa Cruz pensó en crear la nueva
moneda feble como un recurso temporal para obtener ganancias supletorias,
acabó convirtiéndose en una dependencia a largo plazo de la economía; su
creciente importancia frente al antiguo “peso fuerte” constituye un buen índice de
la crisis en aumento de la estructura financiera estatal. Mientras que el régimen
acuñó en los años treinta solo 3.5 millones de pesos de monedad feble de plata
frente a 16.5 millones de moneda fuerte en los años cuarenta la proporción había
pasado a ser de 9 a 11 millones respectivamente, en los años cincuenta la nueva
moneda presentaba un dominio apabullante con 21 millones de pesos frente a
solo 2.5 millones de pesos fuertes.

Supuesto el hecho de que el régimen trato de recoger los antiguos pesos y pagar
con los nuevos, se produjo una incertidumbre general dentro de la economía
nacional que solo había de aumentar con los años. Asi, el estancamiento a largo
plazo de la economía condijo a una crisis a largo plazo de la economía condujo a
una crisis a largo plazo en el financiamiento gubernamental, que a su vez condujo
a la manipulación monetaria, contribuyó a acentuar todavía mas la incertidumbre
económica. Incluso el crecimiento tan impresionante de Cobija y de su comercio
bajo. Santa Cruz disminuyó rápidamente después de 1836, cuando la creación de
la Confederación Peruano-Bolivia volvió a convertir el puerto de Arica en el puerto
legitimo de Bolivia. La reducción de los impuestos discriminatorios contra Arica le
permitió alcanzar su dominio natural, liquidando prácticamente a Cobija como
alternativa viable.

Si bien las reformas económicas de amplio alcance de Santa Cruz no lograron


invertir a fin de cuentas el estancamiento de la económica nacional, sus reformas
políticas y administrativas y la paz política que alcanzo demostraron ser de
importancia vital. Encargando estudios parlamentarios y organizando comisiones
especiales, pudo promulgar por fin importantes códigos civil y mercantil,
modelados en los napoleónicos. También sistematizo la administración local,
restableciendo con éxito el censo rural, para el que se inspiró en la práctica que
había permitido el éxito de la recaudación del tributo colonial,. Si bien aprobó una
constitución democrática con una presidencia limitada, en realidad no tardo en
conseguir poderes dictatoriales, implantó una completa cesura de presa y no tuvo
inconveniente en exiliar a sus opositores. Con todo, habría que subrayar que si se
tiene en cuenta los parámetros de la época, Santa Cruz resultó ser
extraordinariamente tolerante con sus opositores y mantuvo el derramamiento de
sangre en una cuota mínima durante los conflictos políticos. Además, la
tranquilidad de su gobierno entre 1829 y 1835 fue tal que obtuvo un apoyo
aplastante del sector elitista de la sociedad.
Pero si bien Santa Cruz era una figura dominante en Bolivia, esta no era la única
preocupación de aquel. Desde sus más tempranas intervenciones en la vida
veinte, Santa Cruz intervino profundamente en los acontecimientos peruanos.
Participo tan activamente en la política del Perú meridional y de Lima como en las
intrigas de Potosí y Chuquisaca. Al hacerse cargo de las riendas presidenciales de
Bolivia de ninguna manera abandonó sus ambiciones políticas peruanas. Cuanto
mas caótica se hizo la situación política del Perú la figura de Santa Cruz llego a
ser cada vez mas atractiva para los peruanos, particularmente para los del sur.

A mediado de la década de los treinta el incesante torbellino creado por a


ininterrumpida activad de líder peruano sureño Gamarra, quien traba de intervenir
también en la política boliviana, junto con el debilitamiento de la crisis que
enfrentaba en Lima el regimen de Salaverrry, proporciono a Santa Cruz la excusa
para que sus partidarios en ambos estados invadieran el Peru e intentaran un
nuevo régimen. En junio de 1835 un ejercito boliviano invadió el Perú, invitado por
uno de los sectores contendientes en las guerras civiles locales. En agosto los
bolivianos habían derrotado el ejercito de Gamarra y después de una larga serie
de batallas, por fin Salaverry salió vencido y ejecutado en enero de 1836.

Herbert Klein “Historia de Bolivia de los orígenes al 2012:, La Paz-Bolivia, 2012,


pag. 122 al 150.
En este momento Santa Cruz decidió reorganizar el propio Peru en los estados
autónomos: el Peru septentrional y el Peru meridional, añadiéndoles Bolivia, con lo
que constituyo la Confederación Peru-Bolivia. Después de haberse autonombrado
protector, maniobro su idea unitaria, organizándose el gobierno confederal final en
octubre de 1836. A pesar de toda su astuta actividad política, Santa Cruz mantuvo
una base real de poder solo en Bolivia y en Peru meridional; y todavía en esta
última zona debía enfrentar la constante oposición de Gamarra.

Pero no obstante todas las incertidumbres a largo plazo de la Confederación, no


se puede poner en duda que trajo tanto la paz al Perú como el respeto a su poder
en toda la región del Pacifico.

Si bien la población del Peru por entonces apenas superaba la de Bolivia,


acercándose a 1.5 millones de habitantes, los recursos del estado peruano era
potencialmente muy superiores. A diferencia de Bolivia, Peru contaba con una
multiplicidad autóctona potente, además de una amplia variedad de recursos
explotables con relativa factibilidad y que se podían poner en explotación
rápidamente para su exportación al mercado mundial. Frente a la economía
estancada pero establece de Bolivia, la riqueza peruana se podía desarrollar mas
fácilmente, estando al alcance de a mano un potencial de gran riqueza. Lo que
básicamente se requería para despertar plenamente a este gigante dormido era
una sistema político estable y una burocracia controlada y responsable.
Tal situación resultaba ideal para Santa Cruz, cuya justa reputación descansaba
en sus excelentes capacidades administrativas. Inmediatamente promulgo los
códigos civil y mercantil par el nuevo estado, recolectó estadísticas, reorganizó y
refinancio la burocracia. También destino fondos con rapidez para el ejercito, al
que apoyo y se convirtió en un aliado importante del régimen.

Desgraciadamente par Santa Cruz, los chilenos también se dieron cuenta de su


capacidad par a hacer del Peru una gran potencia. Sabían que su propia
expansión era un movimiento hacia el norte por el territorio del Pacifico en disputa
y que se encontraban en activa competencia con los peruanos por unos mismos
mercados europeos. El estas condiciones un Peru revitalizado por Santa Cruz no
resultaba aceptable; por tanto Chile apoyo activamente a los políticos peruanos
disidentes hasta e punto de armarlos y transportarlos de vuelta a su patria.
También “disfrazo” sus propias tropas como rebeldes peruanos proponiéndose
como gran objeto la derrota de Santa Cruz por medio de incursores constantes.

El recetado final de estas invasiones de inspiración chilena y de revueltas


subvencionadas por Chile una grave debilitamiento del gobierno de la
Confederación. Si bien Santa Cruz gano varias batallas importante, los

Herbert Klein “Historia de Bolivia de los orígenes al 2012:, La Paz-Bolivia, 2012,


pag. 122 al 150.
prolongados conflictos acabaron haciendo mella; en 1838 los chilenos plantaron
un ejercito regular en el Peru y en el curso de una batalla importante cerca de
Lima, en enero de 1839, las armas chilenas pusieron fin tanto al gobierno de la
Confederación como a la carrera política del notable Santa Cruz
Obligado a exiliarse en Ecuador, Santa Cruz tuvo que abandonar también
necesariamente el gobierno boliviano, mientras que su representante local, el
general Jose Miguel de Velasco, asumía el control sobre el estado ahora
nuevamente independiente. Pero el régimen de Velasco resulto difícil; el antiguo
aliado se convirtió en decidido enemigo de Santa Cruz, confiscando todos es
bienes personales; pero pronto también se encontró el en constante conflicto con
uno de los generales crucitas, José Ballivian.

Este se dedicó a organizar diferentes alzamientos importantes a lo largo de los


pocos años que gobernó Velasco, este presidente pudo realizar algunos cambios;
reformo la constitución para que la presidencia estuviera mejor controlada;
rebautizo la ciudad de Chuquisaca con el nombre de Sucre, pero no pudo
apaciguar la situación política.

Después de unos dos años gobernando, una revuelta crucista derroco a Velasco
en junio de 1841.

CRISIS DEL ESTADO 1841-1880


El periodo postcrucista comenzó bajo la dirección mas bien insólita de José
Ballivian. Nacido en La Paz en 1805, Ballivian procedía de familia aristocrática (su
tio era el alto funcionario real Sebastián de Seguro la, que dirigió la represión
contra la rebelión de Tupaq Amaru y Tupaq Katari), pero a pesar de sus
antecedentes. Ballivian era un individuo relativamente carente de educación,
habiendo ingresado en la milicia a los 1 años de edad y sino que conociera en
toda su vida de otra cosa que no fuera la carrera casirense. Jefe destacado de los
ejércitos independentistas, ascendería a la mas encumbradas posiciones en los
ejércitos de Santa Cruz. Pero su propia clara de educación y refinamiento Político,
además de su acusada personalidad crearon un ambiente en el que el cuartelazo,
las masacres y las ejecuciones gratuitas llegaron a ser la pauta consagrada.

Con todo, la era de Ballivian desde 1840 hasta fines de 1847 fue un periodo
tranquilo de gobierno en Bolivia, pasando por último régimen estable del primer
periodo de caudillos. Bajo Ballivian el Congresos se dedicó a organizar la sociedad
y muchos civiles capaces formaron parte del gobierno central. Lenta pero
incesantemente, comenzaron a aumentar la población y las rentas públicas; el
país trato de reorganizar su espacio interior de acuerdo con las nuevas
circunstancias internacionales.

Aunque militarista impenitente, Ballivian reconocía los absurdos a que había


llegado Bolivia en su sed de poder internacional. Tras un intento frustrado de
invasión al Perú, Ballivian se contentó con gobernar Bolivia. Por entonces se
encontró con un ejército hipertrofiado que se tragaba casi la mitad del presupuesto
nacional y en el que había un general para cada 100 soldados. Estableciendo
especiales concesiones de tierras y fondos de jubilación, Ballivian trato de
desmantelar la máquina de guerra boliviana, reduciendo su peso en la política
interna. Se disminuyó el número de soldados y oficiales; incluso se fundaron
algunas “colonia militares” en los llanos orientales. Sin embargo, los costos de la
jubilación de este ejercito originaron una nueva y pesada carga sobre la deuda
pública y los gastos globales destinados a los militares sufrieron poco cambio.

En otros asuntos el régimen tuvo poco más de éxito. Aunque el presupuesto


nacional siguió arrastrando su déficit crónico, los ingresos aumentaron de los 1.5
millones de pesos de los años veinte y treinta a cerca de 2 millones a fines de los
años cuarenta. Aunque modesto, se trataba siempre de un progreso. Pero aun en
este punto seguían siendo evidentes las limitaciones estructurales a largo plazo.
La renta del tributo indio seguía aportando su incesante 40% del total; los ingresos
aduaneros seguían sujetos a grandes altibajos de un año a otro; pero ahora el
estado había organizado ciertos aranceles e impuestos internos importantes, que
producían ingresos más estables. El impuesto al a producción del a coca, producto
de exclusivo consumo indio, ahora producía anualmente un promedio de 200.000
pesos; y la exportación renovada de la cascarilla (para la manufactura de la
quinua) reportaba una suma parecida, constituyendo un rubro de exportación
secundaria, pero de peso, junto con la plata.

El gobierno también fijo su atención a los llanos del Oriente.

Fue creado oficialmente el departamento de Beni; se organizaron colonias


militares e incluso se intento formar, sin éxito, varias compañías europeas de
colonización. También se discutió intensamente la conveniencia de abrir nuevas
rutas fluviales y de canales en los llanos orientales, para dar una salida atlántica a
la producción boliviana. Asi como el gobierno comenzaba a mirar hacia el este pro
primera vez, también acabo reconociendo la nueva realidad de la población y de
los recursos bolivianos creando un nuevo obispado en Cochabamba, que ahora
era la segunda ciudad en importancia de la república. En 1843 el Congresos
decreto la creación de esta curta circunscripción eclestastica, que el Vaticano
ratifico por fin en 1847. Asi Bolivia, contaba ahora con los obispados de La Paz,
Santa Cruz y Cochabamba, además del arzobispado de la Plata (Sucre).

Por fin en 1846 se llevó a cabo el primer censo nacional de Bolivia, a cargo del
estadista Jose Maria Dalence. Así se descubrió que la población había
aumentado constantemente hasta unos 1.4 millones de personas, fuera de unos
700.000 indios dispersos independientes de los llanos de Oriente. Pero a pesar del
crecimiento de la población a lo largo del casi cuarto de siglo de vida republicana,
había habido poco transformación en la organización social y económica del pais.
La Paz seguía siendo la ciudad mayor (ahora contaba con 43.000 habitantes),
mientras que Cochabamba, la segunda, solo tenía 30000. Sumando la población
de las 11 ciudades y 35 villas de la republica (es decir, la población concentrada
en poblaciones de aproximadamente 500 o más habitantes), daba un total que no
pasaba del 11% de la población nacional, cifra que no se apartaba demasiado de
los cálculos de Pentland inmediatamente después de la independencia.

Como podía ya esperarse del a falta de inversiones gubernamentales y del


estancamiento generala de la vida urbana, el nivel educativo de la sociedad era
extraordinariamente bajo. En 1847 solo asistían a los centros de enseñanza
22.000 niños, lo que equivalía al 10% de los niños en edad escolar de la republica
por entonces. Esto parecía implicar que en el fututo no se podían esperar grandes
cambios en le alfabetismo de la población, pues Dalence calculo con optimismo
que en Bolivia solo había 100.000 personas alfabetizadas en castellano, cifra
equivalente al 7% de la población censada. Sin embargo sensible en la
escolarización, resultaba evidente que le alfabetismo de la próxima generación
apenas superaría el dela de 1846.

Tampoco la economía había vivido grandes cambios, a pesar de la paz relativa


que venía de garantizar las presidencias de Santa Cruz y Ballivian; si bien la
minería de la plata, tras el declive a 156.000 marcos anuales en los años veinte,
se había recuperado moderadamente en los años treinta a 188.000 marcos y
alcanzando solo un máximo de 191.000 marcos en los cuarenta, ello solo
representaba la mitad de las cifras alcanzadas en los años noventa del siglo XVIII,
con su producción de 385.000 marcos. Además Dalence calculo en 10.000 las
minas de plata abandonadas en Bolivia, de las que dos tercios todavía contaban
con plata pero estaban inundadas, por los que su explotación no se podía
restaurar sin maquinaria de bobeo. De hecho solo había 282 mineros activos, que
en 1846 solo empleaban a unos 9.000 obreros, de los que la mayor parte solo lo
eran a medio tiempo, combinando el trabajo minero con el agrícola.

En cuanto al resto de la industria nacional Bolivia cobijaba una sociedad artesana


que satisfacía básicamente las necesidades de su población. La industria
predomínate era la de tejidos de lana para el consumo doméstico o local
juntamente con la transformación de los alimentos. El único sector que el gobierno
trato de desarrollar en los primero años – el de las telas baratas de algodón – no
logro sobrevivir. A pesar de las prohibiciones esporádicas y de los permanentes y
pesados aranceles contra las telas de algodón inglesas, la industria del tocuyo,
centrada en Cochabamba, nunca logro recuperar su importancia del siglo XVIII.
Mientras que en la época colonial se calculó que la industria cochabambina, del
tocuyo contaba con varios centenares de obrajes productores, en 1846 apenas
llegaban a cien; su producción había descendido e unos 200.000 pesos anuales a
solos unos 60.00 en los años cuarenta. Las necesidades de telas baratas de
algodón ahora quedaban satisfechas con las telas inglesas, que dominaban el
mercado.

Así pues, Bolivia seguía siendo una sociedad predominantemente rural. El 89%de
la población vivía fuera de las ciudades y aldeas, produciendo más de los dos
tercios del producto nacional (calculado en mercancías por valor de 13.5 millones
de pesos, frente a los 2.3 millones de la minería y los 3.9 millones de pesos, frente
a os 2.3 millones de la minería y los 3.9 millones de la manifactura, en 1846),
permaneciendo no solo totalmente analfabeta sino incluso mayoritariamente ajena
a la lengua nacional. Aunque no contamos con estadísticas sobre la situación
sociolingüística, no puede considerarse una exageración calcular que no llegaba al
20% la parte dela población que era monolingüe o bilingüe castellana. El quechua
seguía siendo la lengua dominante de la república, siguiéndole a poca distancia el
aymara. El castellano era, pues, una lengua minoritaria en la república, aunque la
única en la vida política y económica nacional.

Dentro de la sociedad rural, el equilibrio de control entre las comunidades y las

Herbert Klein “Historia de Bolivia de los orígenes al 2012:, La Paz-Bolivia, 2012,


pag. 122 al 150.

haciendas permanecía fundamentalmente el mismo de fines de la colonia. En


1846 había más de 5.000 haciendas, valoradas en 20 millones de pesos y unas
4.000 comunidades libres, con un valor de solo 6 millones de pesos. Pero mientras
que el número y el valor relativo parecían favorecer a las haciendas en el campo,
de hecho relativo parecían favorecer a las haciendas en el campo, de hecho la
mayoría de la fuerza de trabajo vivía en las comunidades libres. Dalence calculo
que solo habían 5.135 cabezas de familia hacendados, frente a 138.104 cabezas
de familia comunitarios aceptando el coeficiente familiar de 4.5 de Dalence, lo
anterior significa que 620.000 indios vivían en comunidades, representando el
51% de la población rural

La población yanakuna de las haciendas ascendía probablemente a unos 375.000


a 400.000 indios; los 20.000 habitantes rurales restantes eran probablemente
agricultores libres de las zonas del sur u obreros migrantes sin tierras que las
arrendaban a las comunidades o a las haciendas.

Si bien las haciendas poseían naturalmente las propiedades de mayor valor


comercial, se encontraban en un estado relativo de estancamiento, con las dos
únicas excepciones de los Yungas y del valle de Cochabamba.

En el primer casos se trataba del principal centro productor de coca, en aumento a


la par del incremento de la demografía indígena. En el segundo, parecía haberse
recuperado del trauma económico del a última crisis colonial, convirtiéndose ahora
en el principal productor nacional de los cereales básicos: el trigo y el maíz. Había
vuelto a ser el “granero de Bolivia”. En el resto del Pais las haciendas llevaban una
vía vegetativa, sin constituir ninguna seria amenaza a las zonas de densa
población en que predominaban las comunidades.

Pero dentro de las propias comunidades se producían cambios y una gran


estratificación interna. La eliminación de la obligación de la mita había favorecido
sin duda a los originarios; habiéndose suprimido las onerosas prestaciones
laborales, parece que su número aumento o por lo menos se estabilizo; en los
años cuarenta se calculó que representaban el 35% de los cabezas de familia de
las cominease libres. Los agregados con tierras constituían el 42% de la población
comunitaria; e 23% restante estaba constituido por el nuevo e importante grupo de
los forasteros. Con toda evidencia, el lento crecimiento de demográfico
comenzaba a generar una clase de indios sin tierra en las propias comunidades.

Si bien se estaban produciendo algunos cambios en el mundo rural mayoritario el


estancamiento de la industria minera y la incapacita de la manifactura nacional
para satisfacer la demanda local significaban que Bolivia se encontraba durante el
primer cuanto de siglo de su existencia en la insólita posición de déficit
permanente en su balanza comercial. No hubo año entre 1825 hasta los años
cincuenta en que Bolivia no presentaba un déficit en su cuenta del comercio legal,
déficit que lo podía enjugarse mediante la exportación ilegal de plata y tan activo
contrabando. Asi al Banco de Rescate de Minerales del gobierno la era cada vez
difícil rescatar toda la plata producida en el país, mientras que parecen haber sido
muy altas las perdidas gubernamentales causadas por la exportación ilegal de
productos.

Finalmente, los déficits gubernamentales fueron un fenómeno crónico desde el


momento en que los gastos (particularmente los de carácter militar) superaron con
mucho a los recursos del tesoro nacional

Asi pues, a mediando de siglo Bolivia daba la impresión de encontrarse en perore


condiciones que la comienzo de su vida republicana; no solo estos, sino que toda
la previsión habla de anticipar días peores. Estas perspectivas probablemente se
consolidaron con la caída de Ballivian y el comienzo del periodo mas caótico de
gobierno caudillista, de 1848 a 18880. Paradójicamente, sin embargo, esta etapa
dela máxima turbulencia política resultaría en la gran época de expansión de la
economía boliviana. En los años cincuenta y sesenta comenzó con éxito la
instalación de maquinaria a vapor en la industria minera del altiplano. Gracias
también a los comerciante y hacendados de Cochabamba y de algunas de las
zonas cerealistas mas dados de Cochabamba y de algunas de las zonas
cerealistas mas avanzadas, se dispuso por entonces del capital para poner en
funcionamiento las minas principales. Acumulando sus riqueza de las operaciones
mercantiles internas, estos nuevos comerciante – mineros pudieron comenzar a
invertir sertamente en a nueva tecnología minera.

Con el lento desarrollo minero en el altiplano las décadas de los años sesenta y
setenta presenciaría el tan rápido crecimiento de las modernas compañías
mineras. A su vez, el crecimiento de las modernas compañías mineras atrajo
capital internacional, el que por su parte proporción los recursos para ampliar
todavía más nuevas operaciones mineras.

Toda esta renovada actividad económica sucedería en medio del periodo


políticamente más violento y caótico dela historia política republicana; pero parece
que el caos de la violencia política tuvo escaso impacto en el lento pero constante
desarrollo de un sector exportador moderno. Por el contrario si algo hicieron
particularmente los regímenes que se sucedieron entre 1860 y 1880 fue responder
adecuadamente a las exigencias de la nueva elite minera y satisfacer sus más
inmediatas preocupaciones, que se encaminaban ante todo a poner término a la
situación de monopolio estatal en la compra y venta de los metales.

Pero todavía no se ha dado una explicación cabal de este crecimiento paradójico.


En primer lugar, resulta evidente que una serie de acontecimientos externos a
Bolivia jugaron un papel decisivo en el despertar del gigante minero. La creciente
productividad y los costos en declive de la maquinaria a vapor de Europa y EEUU
durante la primera mitad de siglo XIX significaron que las máquinas de vapor de
los años cincuenta y sesenta eran mucho más baratas y mucho más fácilmente
accesible y de mucha mayor confianza que en los años veinte. Asi se pudieron
reducir considerablemente los costos de rehabilitación de un amina inundad. Por
otro lado, el crecimiento de la minería peruana y chilena durante este periodo dio
un respaldo general regional de capitales y de experiencia técnica, fácilmente
exportable a la incipiente industria boliviana, asi como un mercado dispuesto para
las exportaciones bolivianas.

Por fin, la baja de los precios internacionales del mercurio redujo un costo
tradicional importante de la extracción de la plata.

Pero estos factores solo ayudan a explicar las condiciones internacionales


generales, que ahora daban accesos a un bloque mucho mayor de ingenieros,
maquinaria y mercurio a un costo muy inferior que en épocas anteriores para los
mineros altiplánicos. Los primeros capitales invertidos en la minería altiplánico
boliviana todavía procedieron de los propios bolivianos. La cuestión clave sigue
siendo saber de dónde vinieron estos capitales, dada el relativo estancamiento
dela economía durante el primer cuarto de siglo de existencia republicana.
Analizando las primeras compañías mineral republicana. Analizando las primera
compañías mineras de Potosí y Oruro. Resulta evidente que una pro – parte
desproporcionalmente alta del capital vino de la aristocracia mercantil y
terrateniente del valle de Cochabamba. Parecería, pues, que el constante aunque
modesto aumento del a población nacional origino, a pesar de las epidemias
bastante graves de los años cincuenta, un mercado interno en expansión para la
producción agrícola (maíz y trigo en particular, que constituía el meollo de la
agricultura cochabambina). De este mercado interno en crecimiento la elite de
Cochabamba puedo extraer un capital excedente. Parece también que Cbba.
Contaba con una clase de empresarios incipientes plenamente dispuestos a correr
los riesgos de las fuertes previsible de la minería. El hecho de que la región
cochabambina república y tuviera también la clase arrendataria mas activa de
campesinos libres (cuyo bloque principal la era bilingüe quechua-castellano),
también ayudan a explicar una parte de la evidente habilidad empresarial
existente.

A partir de los años treinta se habían hecho corriente la creación de compañías


nacionales por acciones para emprender operaciones mineras. Acostumbrando
poner a la venta una gran cantidad de acciones a un precio bajo, por lo general
estas compañías lograban reunir alrededor de 10.000 pesos como capital de
operación. Entre las numerosas compañías formadas en este periodo temprano y
pionero, la más importante fue la compañía Mineral Huanchaca, que explotaba las
minas de Porco. Como correspondía a este tipo de empresas, estas compañías
primitivas apenas cubrían los costos, gastando muchos años en la construcción de
socavones de drenaje y de nuevas galerías minerales para poder poner en
explotación las minas, y dedicándose entretanto a la explotación de los
yacimientos argentos fueron superficiales mas accesibles, para poder hacer frente
a los gastos. Muchas de las compañías quebraron antes de que pudieran terminar
la etapa previa de disposición; en 1856 la compañía Huanchaca era una
infraestructura básica, sin que hasta aquel momento hubiera reportado ningún
dividiendo a sus accionistas. En aquella fecha el comerciante Aniceto Arce compro
la compañía por 40..000 pesos, lanzándose rápidamente a proporcionar el capital
vital que se necesitaba para que la compañía funcionara. Por aquellos mismos
tiempos, a mediando de los años cincuenta, la familia Aramayo comparaba la
Compañía Minera del Real Socavón de Potosí.

Por fin, en 1855 el comerciante Gregio Pachaco incauto a uno de sus deudores
las minas de Guadalupe, en la provincia de Chichas (Potosi). Vemos pues, que en
unos pocos años aparecieron las tres principales dinastías mineral de la región
potosina. Con las nuevas aportaciones de capital y de dirección las compañías,
reorganizadas, comenzaron a prosperar. En los años sesenta los tres empresarios
se dedicaron a racionalizar sus operaciones y a introducir cambios estructurales a
largo plazo en la industria con la maquias moderna, instalaciones de bombeo
empezó a hacerse presente el capital extranjero en cantidades cada vez mas
importantes y en la segunda mitad de aquella década la industria minera de la
plata de Bolivia se podía decir que había alcanzado unos niveles internacionales
de capitalización, de desarrollo tecnológico y de eficiencia. A fines de los años
setenta Bolivia volvía a ser uno de los principales productores del mundo de plata
refinada; una industria exportadora pujante y vital había dado nueva vida tanto a la
economía como al comercia internacional de Bolivia

Este ritmo económico creciente delos años cincuenta explica de muchas formas a
configuraciones más bien raras de los gobiernos que aparecen en el escenario
político. Con la caída de Ballivian surgió otro pase de generación (nacido en La
Paz 1811); el general Manuel Isidoro Belzu, como e nuevo activista político. De
orígenes humildes, aunque aparentemente de extracción española y como
Ballivian, militar por encima de todo desde su adolescencia, Belzu había figurado
como oficial de distinción en los ejércitos crucitas y después de que Ballivian
hubiera subido al poder, jugo un papel militar decisivo en el nuevo régimen.
Renovándose sin cesar las alianzas, surgió – como lo había hecho Ballivian antes
que el – como el más poderoso general de la oposición, exigiendo un lugar en el
gobierno. .

5. LA REACCION VICTORIOSA

El 6 julio estallo la revolución y al consumarla Ballivian, lanzo un curioso decreto,


que entre otras cosas, decía: “todos boliviano que en el término e 30 dias
contados desde esta fecha, no se someta a mi autoridad, sería considerado
enemigo de Bolivia y será tratado como tal.

La asamblea recibió la noticio del levantamiento de Ballivian con muestras de la


mas hondas indignación. Hubo diputados que sin temor de faltar el respeto a la
asamblea se dolieron de no tener relaciones de parentesco con el alzado para
hundirle “el puñal en su seno parricida’. Cierto es que al gastar parecido lenguaje
de rústicos, no hacia otra cosa que seguir el ejemplo del presidente José María
Serrano, del miso que un poquito mas tarde seria e primero en suscribir una carta
de rendida sumisión hacia el precoz revolucionario: “”un cesar de barro” de lodo y
podre dijo ha pasado el Rubicon y pretende consumar la obra de la ruina de la
patria.

Y la asamblea soliviantamente por irresistible ímpetu de encono dicto su le y del


12 de julio: “el rebelde Jose Ballivian que da declarado insigne traidor, y como el
tal puesto fuera de la ley sobre la ley”, “cualquier individuo que entregue vivo o
muerto al Jose Balllivian es declarado patriota en grado eminente y si fuese militar,
obtendrá su acenso de dos clases efectivas sobre las que tenga”

Luego lanzo dos proclamas inflamadas de odio y pasión una para el país y otra el
ejercito en las que se abominaba el traidor “y del insolente soldado” cuya espada
humeaba aun la sangre con que salpico la primera silla de la república.

Esta asamblea partiendo del principio como entonces en todos los estados de
América de que las reformas fundamentales han de realizarse en un país por
medio de leyes dictadas al calor del discurso de menos persuasivos y
parlamentarios y que los pueblos no han de practicar porque su analfabetismo
impedirá conocerlas o porque no estarán todavía educados, se dio a la tarea de
reformar la constitución por 4ta. vez en 14 años dictando otra opuesta en sus
principales disposiciones a la de Santa Cruz pues restringió consideradamente las
facultades del ejecutivo, yo por abolido la pena de muerte reconoció el derecho de
petición, creo las municipalidades, etc. Y todo en medio de dilatados y candentes
debates al mismo tiempo y siempre obedeciendo a la sorda voz de sus oídos
levanto juicio publico contra el Mariscal Santa Cruz al que por ley el 2 de
noviembre se le declaro traidor de la patria indigno del nombre boliviano. Y
naturalmente se le puso fuera de la ley

En el curso de este lamentable procesos pudo verse el odio plebeyo con que obrar
los congresales porque entre todos los oradores que se dieron a la tarea de
anatematizar la administración del protector, no hubo uno solo de elevándose a
contemplar los proyectos del gran caudillo supiese examinar ni siquiera para dar
apariencias de justificación a su actitud con análisis de severa critica, los alcances
del plan crucista y los errores que lo hubieran hecho fracasar sus mismos amigos
y confidentes pertenecieron muchos en este punto y su silencio delataba, o bien
su miopía para comprender sus alcance perseguidos por el estadista, o el
intereses puramente circunstancial con que le habían secundado en su acción de
participar de su entusiasmo ni sentir la fe su misma de los convencidos.

Velasco entre tanto se había puesto en campaña contra Ballivian dejando en le


gobierno al presidente de la asamblea doctor Mariano Cerrado, pero a poco
estuvo de regreso en Chuquisaca porque abandonado el caudillo por una parte de
sus parciales hubo de verse obligado a buscar refugio en Peru.

En este país era clamorosa y profunda la efervescencia contra Bolivia y esta


activamente fomentada por Gamarra que había vuelto a ocupar la presidencia de
esa republica la prensa se mostraba particularmente hostil y el objeto principal de
su propaganda era la destrucción y aniquilamiento de Bolivia, ya que Bolivia en su
concepto no contaba con elementos indispensables para construir una nación
independiente por estar privado de costa adecuado a las necesidades del
comercio y haberse formado artificial y hasta caprichosamente con los despojos
de otros países.

El gobierno de Bolivia se vio obligado a invertirse de las facultades extra ordinarias


acordadas al ejecutivo por la constitución en caso de grave peligro interno o
internacional, y a prohibir todo intercambio con el Peru, incluso el paso por el
territorio enemigo, declarando traidor a cualquier boliviano que viajase al Peru, y
espia al súbdito de aquella nación que se interese a Bolivia.

Pero Bolivia no estaba en condiciones de ir a la guerra pues los manejos de Santa


Cruz la habían empobrecido y esquilmado, y el gobierno prefirió dar muestras de
conciliación a acreditando una misión diplomática en el Peru la que se apresuró en
forma un tratado el 4 de agosto de 1830 en términos desventajosos y humillantes
para el país fuera rechazado por unicidad por la opinión pero luego fueron
sustituidos del a;o siguiente no menos ventajoso y por el que los dos países se
comprenderían a devolverse los prisioneros que mantenían en su respectivos
territorios que Bolivia no se haría solidaria de los actos de su gobierno en el año
de 1836 y pagara además los gastos efectuados en la guerra contra Santa Cruz.

Las estipulaciones de estos dos conventos evidentemente en contrarias a la


dignidad nacional, sirvieron para fortalecer el partido de Santa Cruz que hubo de
presentarse compro u decidido en ese congreso de 1840 acusando al presidente
de varias infracciones constitucionales y haciendo resaltar su incapacidad para la
administración en contraste con el genio constructivo de Mariscal de Zepito en
quien sus partidarios, encabezados por el ex presidente Calvo, supieron hacer
admitir sobresalientes dotes e estadista y legislador.

Es que en verdad no era nada sobresaliente la personalidad del gobernante y el


concepto de sus mismos partidarios y connacionales inteligentes era poco
favorable al hombre, pues Belasco poseía un temperamento conciliador pero flojo,
tenía carácter irresoluto y apacible, una mediocre talento y una cultura en menor
nivel que la inferior. Tenía también, como todos los temperamentos indolentes, la
cualidad de saber atraerse simpatías y crearse amigos porque era hombre de facil
promesa, acudido y condescendiente, incapaz de negar menudos favores, pronto
en prometer u aplaudir y más pronto en echar del lado enojos y pasiones es decir,
usando la expresión justa de Gamarra, era un entre sin ninguna personalidad
acentuada y sin rasgos propios de carácter. Pero inofensivo, amable, dulzón

Asi las cosas, no del todo seguras, el gobierno resolvió hacer un viaje por el
interior de la república para amparar la propaganda crucita y devalar cualesquiera
conatos de rebelión, pero en Cochabamba fue preso el presidente por los
partidarios de Santa Cruz y se consumo el 10 de junio de 1841 la revolución
llamada de la regeneración, siendo proclamado presidente provisional el general
Sebastián Agreda mientras regresase a Bolivia el prescrito de Guayaquil. Velasco
fue desterrado a la Argentina, pero su caída no favoreció en nada al régimen
anterior, porque Gamarra, al tener conocimiento de estos hechos y pretextando
entrañar un peligro para su país la vuelta a Santa Cruz al poder se puso al frente
de su ejercito e invadió la frontera boliviana no obstante de que Calvo, en su
calidad de encargado del poder ejecutivo en reemplazo de Agreda que se
ocupaba de proseguir la campaña contra los partidarios de Velasco, le asegurara
formalmente, que ya no se trataría de restablecer la confederación porque el
ambiente no era favorable en Bolivia.

Gamarra sin tomar en cuenta la seriedad de las promesas de Calvo y decidió esta
vez a dar feliz remate a su obsesión de destruir la nacionalidad en provecho de su
patria, ocupo el departamento de La Paz al frente de su ejercito de 6000 hombres
perfectamente bien disciplinado, con equipo suficiente y animado del mismo
espíritu de su jefe.

La aventura del general peruano no estaba guidad únicamente por esta ambición
objetante de su vida pública, son que con tabla con el apoyo interesado del joven
caudillo Ballivian, quien, al saber el estallido de la revolución regeneradora que
nenia sin duda a destruir sus planes secretos, se dirigió a las fronteras de patria
decidido a realizar lo que no había podido conseguir en su anterior empresa, y
desde donde se puso en relación con si parciales y especialmente con los
militares que guarnecían la frontera y entre los que era grande ascendiente.

Ballivian se interno a Bolivia, pero fue derrotado por Belzu. Y como hallase
suficiente el apoyo de una parte de la opinión y el ejercito, no tuvo reparos en
entrar de acuerdo con Gamarra para conseguir que este invadiera el territorio de
su país acaso sin sospechar de pronto que la intención de Gamarra no se limitaba
solamente a la fácil empresa de hacer fracasar los planes de un grupo político,
como de ve siempre sometido el país a la perpetua dominación del suyo y menos
desaber que le general peruano no tomaba absolutamente en serio la joven
caudillo con cabeza de chorlito, según su propia opinión

Invadió pues Gamarra el territorio de la nueva república, prometiendo en una


proclama a los bolivianos remedirlos. Y el encuentro se realiza el 18 de noviembre
en las llanuras de Ingavi, brutal y en cincuenta minutos de formidable lucha cae
vencido el invasor pagando con la derrota y con a la vida su obsesionante
propósito de borrar del mapa del continente a un pueble enérgico y batallador.

Consumada la espléndida vitoria con elementos inferiores a los del enemigo y


luego de reorganizar Ballivian su enerito en La Paz, se dirigió a Puno con el
objetivo de proseguir la guerra en el propio suelo del irreductible y tradicional
adversario, pero tuvo que volver de allí con mucho diligencia porque supo que los
partidarios de Santa Cruz, aprovechando la inactividad y el descontento del
ejército en campaña se movía diligentemente para operar un movimiento de
reacción en favor de su caudillo.

6. EL GOBIERNO POPULAR DE BELZU

6.1. LAS MASAS SE INCORPORAN A LA POLÍTICA:

Manuel Isidoro Belzu al poder importó nada menos que la iniciación de una nueva
era en la vida nacional. “Sin embargo dice, este acto de guerra (la batalla de
Yamparaez, el 6 de diciembre de 1848) puso término a una era histórica para abrir
otra nueva en la existencia nacional”. Esa actitud constituye una verdadera
contribución al conocimiento de las luchas sociales en Bolivia, porque para
muchos ciegos, se trataba de un otro cuartelazo más: “siendo así y como hemos
visto que no es más que una repetición de otros actos semejantes”, cuyo resultado
fue quitar a un presidente para poner a otro en su lugar, utilizando como método
las defecciones militares, los tumultos de pueblos. Esta nueva era de la política
boliviana está marcada por la autoritaria y violenta irrupción de las masas
(formadas por artesanos y campesinos) en el escenario político, de manera que
imprime algunas de sus características al gobierno popular. La actitud plebeya
tuvo, como consecuencia inmediata, la virtud de concentrar en un solo polo a los
elementos aristocratizantés. Con la llegada de Belzu a la Presidencia, y con el
concurso que éste solicitó a las masas populares para convertirlas en factor
político, que consolidara los elementos militares que tenía a su servicio, hubo de
producirse la reorganización de un partido opuesto. “formado con los elementos
más educados y conscientes de la sociedad que sostuviera con la propaganda y
con la fuerza la causa del legalismo constitucional”. Como sus antecesores en la
Presidencia, Belzu se vio obligado a combatir a sus enemigos que diariamente se
alzaban en armas y a recurrir a métodos dictatoriales de Gobierno. Sin embargo,
es diferente a los regímenes anteriores porque ejerce el poder directamente
apoyado por las masas y porque las medidas encaminadas a la cancelación de las
garantías democráticas (constitucionales) perjudican exclusivamente a los
sectores aristocratizantes y a los dueños de latifundios. Los artesanos y
campesinos conocen, por primera vez, los beneficios de la democracia, son
halagados y se sienten capaces de definir el curso de los acontecimientos. Se
trata de una verdadera insurgencia plebeya. En esto radica la novedad y la
importancia del belcismo como fenómeno político. Belzu, al finalizar su mandato,
tiene plena conciencia de lo que ha ocurrido en el país. Su mensaje leído ante el
Congreso de 1855 tiene alrededor de cinco mil palabras y más de seiscientas
están dedicadas a señalar la nueva fuerza social a la que él ha ayudado a ponerse
en pie. Consciente de la importancia histórica de su conducta, se abandona al
juicio de la posteridad y confía que, siendo más justa que sus adversarios, sabrá
apreciar en la Historia del Movimiento Obrero Boliviano y combatido por el
Gobierno constitucional”. Propios y extraños estaban seguros de la aparición de
un poder político formidable y cuya trascendencia social no podía ponerse en
duda. El gobernante estaba convencido de haber contribuido decisivamente al
desencadenamiento de una revolución profunda, que “se ha consumado entre
nosotros bajo la influencia de la civilización”. La profunda movilización política de
las masas despertó como acertadamente apunta Belzu “el terror y prevención de
ciertas clases, que todavía pretenden arrogarse el título de privilegiadas”. Añade
que los humildes se sentían profundamente satisfechos. El oficialismo reconocía
que la aparición de esa nueva potencia fue señalada por algunas catástrofes;
hecho natural si se tiene en cuenta que ninguna revolución se completa sin ellas.
Se sentó que la sabiduría de los gobiernos podría evitarlas, si ellos mismos
lograban ponerse a la cabeza de dichos movimientos; en caso contrario, el
torrente rompe diques, se abre paso e inunda sin remedio la sociedad. “Hacen los
señores, las reformas necesarias por vosotros mismos, si no quiere que el pueblo
haga las revoluciones a su modo”. Según Belzu, los gobiernos debían actuar como
freno de las masas que amenazan desbocarse; no era su misión actuar como
instrumento de la plebe, sino como su guía, como el puño fuerte que encauza el
imponente torrente. El caudillo se levanta airado ante la idea “anti-social” de que el
bajo pueblo (llama así a las masas artesanas y campesinas) no es susceptible de
educarse, de civilizarse y de tomar parte activa en los negocios públicos e
instruirlo; mejoran su condición; dale lugar en la participación de nuestros
derechos. Acaso sin darse cuenta, Belzu pone de relieve que la clase dominante
fue incapaz de cumplir con la ideología de la Independencia, es decir, con la
ideología burguesa. Dirigiéndose a sus enemigos y a sus partidarios dice que no
será con la violencia “ni con un cetro de hierro que se llegará a contener a las
masas, sino ganándolas políticamente, haciéndolas participan en el gobierno.
“Protegerlas para que nos respeten”. Aconseja que debe procurarse que la justicia
alcance a todos, a lo que llama “establecer el comunismo de la justicia”, todo con
la finalidad de “prevenir el comunismo político”, vale decir, la revolución hecha por
las masas con sus propios métodos. Es fácil comprender que constituye un
despropósito llamar a Belzu comunista o marxista. Luego vienen los argumentos
destinados a justificarla política popular del Gobierno nacido en la victoria de
Yamparaez: los artesanos e indígenas son aptos, “dóciles, sumisos y laboriosos”;
no hay razón para que no recorran los diversos grados de la escala social (a esto
llamaba civilizar); la riqueza del país promete un porvenir dichoso a las masas, y
“sin duda dentro de poco tiempo vendrán a ser propietarios y ciudadanos muy
útiles en las masas de nuestra población”. Los aspectos más ambiciosos del
programa del belcismo no iban más allá de las aspiraciones de la democracia
burguesa, que ha principiado a ser égida de nuestras instituciones republicanas,
levantando del abatimiento estas razas limpíamente degradadas; creo, señores,
haber obedecido no sólo a una exigencia social, sino también a un precepto
sublime del evangelio”.

6.2. LO QUE ERA EL BELCISMO

Lo anterior resume todo un programa y nos permite tener una idea exacta de lo
que era el Gobierno Belzu. Nuestro héroe se inclinó hacia las masas por
necesidad; las políticas le obligaron a abrazar “el partido democrático”, como
gustan decir nuestros historiadores. No va deliberadamente al lado de los
artesanos y de los campesinos, como consecuencia de una lenta y orgánica
evolución ideológica; son aquellos los que le salen al paso, como la única
posibilidad de estabilización de su gobierno,

El ídolo Manuel Isidoro Belzu, Presidente de la República entre 1848-1855.


Defensor del proteccionismo Guillermo Lora Historia del Movimiento Obrero
Boliviano podía movilizara las masas y llevarlas a donde quisiera. A pesar del
apoyo entusiasta por parte de los desheredados, el “tata Belzu” se sintió
decepcionado y cansado del poder. Nos dice que apenas acababa de decretar
que Bolivia no reconocía proscrito político alguno, cuando nuevos crímenes y
delitos reclamaban la severidad de las leyes. Revoluciones sucesivas,
revoluciones en el Sud, revoluciones en el Norte, “revoluciones fomentadas por
mis enemigos, encabezadas por mis amigos, combinadas en mi propia morada,
surgidas a mi lado... ¡¡¡Dios Santo!!! me condenaron a un estado perpetuo de
combate sin duda
desigual en que era preciso volver bien por mal, y responder con generosidad y
nobleza”. Recuerda a los parlamentarios que no deben juzgar a los hombres con
esa superficialidad presuntuosa que suele llamarse ciencia de gobierno: animado
por el soplo de la Providencia, para continuar el viaje y trepar este calvario hasta la
cumbre; solamente así podréis juzgarme con imparcialidad. Sosteniéndome entre
los peligros, la ingratitud y las resistencias, no he alcanzado a realizar cuanto mi
corazón ardiente deseaba; ¡mis intenciones - sabedlo- nunca se han desmentido.
Belzu aparece derrotado por la terquedad de los conspiradores de la reacción. El
Presidente parece haber llegado a la conclusión, aunque no lo dice de manera
expresa, de que el empuje de las masas artesanas y campesinas llevaba a un
callejón sin salida: sus intereses materiales no permitían un rápido progreso
económico del país, capaz de estructurar un régimen democrático, limitando los
privilegios de los sectores aristocratizantes. Las fuerzas capitalistas que
presionaban desde el exterior se ensamblaron con las ambiciones caudillistas de
los conspiradores criollos. Belzu soñaba con que todos los explotados se
convirtiesen en propietarios (así concebía su liberación) y buenos ciudadanos, en
elementos estabilizadores de la vida nacional. La república de pequeños
propietarios, cuyo número abrumador tendría la consecuencia de disminuir la
violencia de las contradicciones clasistas, estaba condenada bajo el tremendo
peso de la técnica colonialista retardataria. no se podía esperar un amplio
desarrollo de la democracia. Por otro lado, la producción artesanal no abría la
posibilidad de que Bolivia saliese de su postración económica, desde el momento
en que, para mantenerse como tal, no tenía más camino que condenar al país al
aislamiento y a la penuria. Belzu, sobre cuya pasión y energía creadoras no puede
haber la menor duda, prueba la imposibilidad de transformar la economía (aunque
actúe como dirección política que busque cooperar al crecimiento de las fuerzas
productivas) partiendo del artesanado y de la masa campesina, esto porque no
eran más que la expresión humana de la Colonia proyectándose sobre la
República. La revolución continental de 1809 fue progresista con referencia al
semifeudalismo no solamente porque importó la emancipación de la férula
española, sino, y este es el aspecto fundamental, porque abrio las compuertas al
desarrollo capitalista. Si no hubo una evolución orgánica en este sentido se debió
a que el sacudimiento revolucionario se produjo demasiado tarde, cuando las
grandes metrópolis cifraban sus esperarnzas de prosperidad en el predominio
sobre nuevos mercados y fuentes de materias primas. Los núcleos más
progresistas de la clase dominante confiaban en que una gran masa de capitales
venida del exterior podría impulsar la transformación radical del país. La tesis era
exacta como ha probado la historia. En esa época el problema no era otro que el
de superar la superviviencia de la Colonia por medio de formas productivas y
sociales superiores. Desde este punto de vista, que es el único que cuenta, en
definitiva, la ruptura del atraso solamente podía estar en manos de los sectores
feudal-burgueses vinculados con el capitalismo comercial y con los intereses
ingleses, y esto porque la estructura misma del país no había permitido el
desarrollo del proletariado. Ni duda cabe que el progreso logrado por esa ruta
antinacional solamente podía ser parcial y necesariamente tenía que
complementarse con la postración del resto de la economía que quedase
marginada. 3 GOBIERNO POPULAR, PERO NO REVOLUCIONARIO El gobierno
de Isidoro Belzu ha sido, indiscutiblemente, popular; pero, este rasgo no implica
que se hubiese identificado con las fuerzas progresistas. Estas pasaban,
desgraciadamente, por Guillermo Lora Historia del Movimiento Obrero Boliviano el
campo enemigo y, más tarde, se plasmaron políticamente en el partido rojo. Del
estudio de los acontecimientos se desprende que el caudillo no tuvo más remedio
que defender, a veces hasta con medidas contraproducentes, la producción
basada en la técnica colonial, esto porque así creaba y defendía su popularidad.
Su fortaleza momentánea le obligaba a identificarse con las fuerzas reaccionarias
y anticapitalistas. El régimen popular fue obligado a luchar por el mantenimiento
del atraso del país y por la continuación indefinida de su aislamiento. La derrota de
la “democracia” basada en el apoyo del artesanado y de los campesinos estaba
decretada. Los gremios, los siervos y los comunarios no tenían la posibilidad de
luchar indefinidamente contra el capitalismo y menos de aplastarlo. Esta era una
verdad para 1850 y lo es para ahora también. La poderosa presión del capitalismo
encontró a sus portavoces, por necesidad, en los conspiradores antibelcistas.
Puede ser que éstos no hubiesen llegado, inclusive en su paroxismo opositor, al
democratismo puro de un Casimiro Corral; pero, y esto es incontrovertible,
estaban expresando la necesidad de que el capitalismo revolucionase la minería,
por ejemplo. Por este canal, cierto que tortuoso, de violencia y de sangre, ingresó
Bolivia a la economía mundial, a vivir sus contradicciones y su decadencia.
Deseamos plantear la cuestión de la manera más clara que sea posible. No puede
haber la menor duda de que la integración del país dentro de la cadena capitalista
mundial, pese a todos los rasgos negativos y odiosos de este proceso, constituía
en ese entonces un paso hacia adelante, al precio de la perpetuación de la miseria
y del atraso en gran parte del territorio. Mantener al país dentro de los límites de la
pequeña producción era y es una medida reaccionaria. Si esto es evidente, y
creemos que nadie puede sostener lo contrario, se tiene que concluir que un
movimiento político, aunque arrastre a la mayoría nacional, basado en tal premisa
de ninguna manera puede ser considerado revolucionario. ¿En qué época el
artesanado encarnó el crecimiento de las fuerzas productivas, fue capaz de
transformar la sociedad y remodelarla a su imagen? Únicamente durante el
feudalismo. La manufactura, primera etapa del capitalismo, fue ya una negación
del taller artesanal. Hasta el momento los historiadores y los críticos se han
ajustado a un esquema único: como Belzu contó con el respaldo entusiasta de las
masas de ser considerado como revolucionario y como precursor de todos los
movimientos progresistas que han aparecido después. Para los otros, es decir,
para los sirvientes de la burguesía, el vencedor de Yamparaez debe ser
catalogado entre los criminales y demagogos. Esta posición esquemática y
subjetivista no solamente es falsa, sino que a veces se la plantea de mala fe Uno
de los ejemplos de mayor relieve de la primera posición es la de Carlos
Montenegro En “Nacionalismo y Coloniaje” opone, equivocadamente, la posición
de Belzu a la proyección colonial. Para sintetizar nuestro criterio diremos que el
proteccionismo en ese período fue inconfundiblemente reaccionario, pues buscaba
perpetuar al artesanado. Sumarse a las posiciones que en su tiempo adoptó
Isidoro Belzu es nada menos que sumarse al colonialismo. Una posición
revolucionaria moderna, incluso la del nacionalismo belicoso, no puede limitarse a
ser la continuación del belcismo y esto porque debe partir de la existencia física y
política del proletariado. El nacionalismo que propugne, de manera velada o no, el
retorno a la economía colonialista es, sencillamente, contrarrevolucionario. No es
del todo lógico que Carlos Montenegro, precursor del Movimiento Nacionalista
Revolucionario, pretenda reivindicar a Belzu, si tomamos en cuenta dónde ha
acabado el Movimiento Nacionalista Revolucionario. El análisis de Carlos
Montenegro se ve enturbiado por su afán de alinear en la misma trinchera a todos
los hombres representativos, originando así una tremenda confusión: “Aunque fue
enemigo mortal de Ballivián, y adversario personal de Santa Cruz, lo cierto es que
Belzu resulta el continuador de ambos por su obra de afirmación nacionalista”.
Añade que cuanto hicieron en tal sentido los dos primeros con las armas, “el
vencedor de Yamparaez lo hizo en el campo de las luchas civiles. Exaltó la
bolivianidad, no la chusma, porque la bolivianidad auténtica se encarnaba en las
clases populares antes que en la capa letrada...” No hay por qué alarmarse de que
los historiadores llamen chusma al pueblo. Los párrafos que siguen forman parte
de lo esencial del pensamiento del más conspicuo teórico del Movimiento
Nacionalista Revolucionario: “De su histórica certeza responde el hecho de que
entonces, Guillermo Lora Historia del Movimiento Obrero Boliviano igual que en
nuestros días, la bolivianidad lucha contra una casta voraz e insaciable que
explota la Patria sujetándola a servir extraños intereses. Fácil es, en efecto, para
la conciencia pública de hoy día identificar las posiciones del belicismo frente a las
de la oligarquía europeista, como las posiciones que conservan ahora las fuerzas
políticas nacionales frente a la política servicial para con el extranjero. La propia
historia escrita de Bolivia que anatematiza a Belzu, puede homologar sus términos
con los de la prensa contemporánea que execra todo intento de emancipación
económica de la Patria. El sentido bolivianista y anti-extranjero del belcismo, hizo
en su tiempo lo que podría hacer en el nuestro una administración que
desconociera los fueros de la plutocracia imperante sobre el país”. Se tiene que
rechazar por absurda la especie de que Belzu fue marxista o siquiera precursor
del “Manifiesto Comunista” o de la “Comuna de París” y tal posición no merecer
ser discutida. Lo que queda en claro es que Belzu fue empujado materialmente a
los brazos del pueblo por la élite pensante del país, que tercamente se negó a
cooperar con el nuevo Presidente y, más bien, tomó para sí la tarea de hacer
estallar motines todos los días. Citamos con preferencia el testimonio de Luis
Mariano Guzmán porque fue actor de la historia de esa época. Sostiene que Belzu
no sospechaba ni remotamente los peligros que encubría la victoria de
Yamparaez. “Quebrantóse el poder del gobierno del vencedor de Ingavi, que había
reclutado sus partidarios en todo lo que había de notable en talentos, ciencias,
virtudes, fortuna... Belzu, pues, subía al poder sin partido político alguno que le
aconsejase, que crease la política que convenía sustentar y colaborar, sin un
consejero experto que le señalase en su camino, los escollos de que estaba
cubierto a cada paso” Belzu buscó con persistencia el apoyo de la élite y fue
rechazado, Arguedas añade los siguientes datos: “En Oruro, y con fecha 10 de
febrero (1849), lanzó un Decreto haciendo conocer su primer gabinete formado
con personajes de mérito, sin distinción de partidos políticos y atendiendo
únicamente a la labor que podrían realizar por su menor resistencia en los
pueblos. Nombró como Ministro de Relaciones y del Interior a don Manuel José
Asín; de Hacienda a don Tomás Frías, ex-ministro y secretario general de
Ballivián; de Guerra al general de brigada don José Gabriel Téllez y de Instrucción
Pública al doctor Lucas Mendoza de la Tapia, que desempeñaba desde hacía
poco las funciones de Secretario General. En la invitación dirigida a Frías decía el
Presidente: “Exijo de usted el sacrificio de su sosiego a nombre de la República,
de la civilización y de la amistad; y le protesta no escuchar renuncia ni disculpa
alguna. Su decidido amigo...” Frías respondió el 15 de febrero dando razones por
las que no le era posible aceptar ese alto cargo, entre otras, las consabidas de su
“salud deteriorada” pero, privadamente, y en carta dirigida al caudillo, revelaba con
hombría e integridad las razones políticas por las que se negaba a colaborar en su
gobierno: “Por mis antecedentes y comprometimiento, siendo en esta parte
esencialmente diversos de los de usted y demás personas que componen el
Gobierno, yo sería en él heterogéneo; sería en suma lo mismo que usted
caracteriza muy bien en su carta con la expresión de aquellos hombres aciagos. Y
aun suponiendo que yo fuera tan favorecido por el público que me indicase para
su ministerio, yo perdería este favor desde que me divorciase con mis
antecedentes, aquellos mismos antecedentes que usted me cita en términos tan
lisonjeros, y por consiguiente deserviría lejos de servir de algo a su administración”
Gutiérrez especula sobre lo que entonces pudo ocurrir en el ánimo del vencedor
de Yamparaez: “Probablemente, el impetuoso caudillo que fue lsidoro Belzu, se
recogió a sola con su propia conciencia y le interrogó sobre los recursos posibles
para mantenerse en el poder, sin el concurso de la opinión valedera de ese tiempo
y en medio de los riesgos de la deslealtad del militarismo, corrompido ya hasta la
médula en tan pocos aunque fecundos años de intrigas y sublevaciones. En ese
coloquio misterioso del caudillo, debieron responderle su instinto plebeyo y sus
inclinaciones aventureras y caudillistas. “Echaos en brazos del populacho. “Y la
plebe de ese tiempo, que se había educado en las contiendas de la
independencia, no conocía el miedo a la otra casta congénere, la casta militar
salida de sus propias entrañas. Guillermo Lora Historia del Movimiento Obrero
Boliviano “Tal consejo no fue obra de la sabiduría, sino brote espontáneo del
instinto. Esto no importa desconocer los grados de inteligencia que Belzu poseía y
que le ayudaron a mantenerse en el poder en condiciones tales de firmeza que
solo el hastío y el cansancio debían determinarle a alejarse de él...” Belzu, aunque
caudillo de muchos quilates, no era el ideólogo de las masas y filosóficamente no
estaba a la vanguardia de los hombres de su tiempo. Son múltiples las muestras
de su leal adhesión al catolicismo y una de las pruebas se tiene en que no permitió
que los privilegios de la clerecía en el campo de la enseñanza fuesen tocados. El
hombre de avanzada de ese tiempo no podía menos que ser un materialista y ateo
consecuente. Sus propios antecedentes confirman lo que venimos diciendo: las
especulaciones de Alfredo Sanjinés sobre su marxismo carecen de fundamento.
Ascarrunz nos proporciona los siguientes datos de su biografía: El general Belzu,
de humilde cuna, nació en La Paz el 14 de abril de 1808 (habiendo muerto el 27
de marzo de 1865). Niño aún se acogió como lego o muchacho del Convento
Franciscano de esta ciudad, y allá los frailes le enseñaron las primeras letras.
Apenas de 13 años se escapó un día y fuese a dar de alta al ejército de los
patriotas en vísperas de la batalla de Zepita. En seguida se le ve sirviendo en un
batallón colombiano y luego en el ejército peruano, donde le tocó ser ayudante del
general Agustín Gamarra... y muy pronto le hallamos incorporado al Batallón 1º de
Bolivia gracias a la influencia de Ballivián (su encarnizado enemigo más tarde) fue
destinado al Batallón 3° que se hallaba en Tarifa. En esa ciudad conoció a doña
Juana Manuela Gorriti, distinguida señorita argentina, culta y talentosa, con quien
contrajo matrimonio y del que tuvo sus dos hijas doña Edelmira y doña Mercedes.
Tomó parte en las campañas de la Confederación, habiéndose portado con tanta
valentía en Yungay, que el mismo Santa Cruz lo llamó bravo entre los bravos. Con
Ballivián eran amigos muy íntimos y a éste cooperó en Ingavi con el más brillante
comportamiento, pues selló el triunfo con su batallón que estaba de reserva;
Ballivián lo ascendió por este hecho a coronel... Belzu logró internarse al país, y
fue recibido en La Paz en medio de ovaciones, fue proclamado General por el
pueblo de su nacimiento; peleó con las tropas que comandaba, se puso al servicio
del general Velasco, quien lo nombró Ministro de la Guerra. Estos dos hombres
que juntos combatían a Ballivián, llegaron a ponerse bien pronto el uno contra el
otro. EL RADICALISMO DE BELZU Obligado a apoyarse exclusivamente en las
masas optó por el fácil camino de halagarlas e incitarlas a la lucha. Esta es la
explicación de su radicalismo y todos los intentos de justificar esa posición en
función de las diversas escuelas socialistas no resisten el menor análisis.
Rodríguez, el saintsimoniano, había dejado alguna huella en el país, pero sus
enseñanzas parecen no haber llegado hasta Belzu. En un comienzo el nuevo
Presidente se movió con mucha cautela, procurando siempre ganar la confianza
de ballivianistas, “restauradores”, etc. Con tal fin decretó la prohibición de que las
publicaciones periódicas “atacasen la vida privada o los antecedentes de los
personajes que habían figurado en la pasada administración” (Cortés). Su primer
programa era esencialmente liberal y ofrecía el respeto irrestricto a las garantías
democráticas. Deseaba el caudillo hacer conocer los principios en que pensaba
inspirarse para responder a la confianza de sus conciudadanos, pues la nación, en
su concepto, estaba saliendo de una época de calamidades y humillaciones para
entrar en otra “de reparación; de progreso y de gloria...” La República había
fluctuado hasta entonces “bajo un sistema de fraude y descarada decepción,
propio tan sólo de medianías impotentes...” Casi medio siglo de existencia contaba
ya la nación del todo perdida en ensayos “perniciosos y estériles”. Ahora era
preciso “conquistar la estabilida”, y para ello urgía llevar a la práctica las bellas
teorías hasta entonces vanamente invocadas. “De hoy en adelante, proseguía, ya
no habrá persecuciones. Cada ciudadano, cada miembro de la gran familia goza
de los derechos civiles, sin otra sujeción que las de las leyes comunes... La causa
popular pertenece a todos, sin distinción de secta ni bandera”. Luego formuló el
siguiente programa de gobierno: “1.- Que me hago garante de las Instituciones
Constitucionales de la República, tales como se encuentran establecidas en la
liberal Constitución de 1839-29, proclamada por los pueblos. Guillermo Lora
Historia del Movimiento Obrero Boliviano 2.- Que para hacer efectiva esta solemne
garantía, acepté desde luego los poderes extraordinarios que los pueblos, en su
noble entusiasmo, me confirieron, suspendiendo, momentáneamente, el ejercicio
de los Altos Poderes Constitucionales. “3.- Que esta suspensión durará tan sólo
los días estrictamente necesarios para establecer el orden, acallar las pasiones y
preparar el libre ejercicio de aquellos mismos poderes. “4.- Que adoptaré por
divisa la más completa publicidad, y, por único juez la conciencia del pueblo. “5.-
Que a ningún ciudadano se le perseguirá por sus opiniones anteriores, ni se le
privará de sus empleos u honores, sino bajo los trámites prescritos por la ley...”
Sólo más tarde, cuando las masas ganan las calles para aplastar a los
conspiradores, Belzu pronuncia sus temibles arengas Lo que a continuación va a
leerse ha sido tomado de Cortés, cuyo testimonio, sin embargo, debe siempre
ponerse en tela de juicio, pues, como alguien ya ha dicho, parece haber escrito su
historia sólo para denigrar a Belzu: “En La Paz el pueblo dispersó al batallón
Carabineros, que se había movido, instigado por los generales Mariano Ballivián y
Juan José Prudencio. El saqueo de las casas pertenecientes a los adictos de
Ballivián continuó dos días (12 y 13 de marzo de 1849), autorizado por Belzu... En
Cochabamba la guarnición, compuesta de un regimiento y los inválidos, mató al
coronel don Juan Laffaye que se había sublevado: la plebe saqueó algunas casas
y almacenes, y se entregó a excesos que el general Gonzalo Lanza, jefe de la
reacción, pudo, y no quiso evitar... “...Entre tanto, irritado Belzu con la perfidia de
los ballivianistas, se dirigió a Cochabamba, donde halagó a la plebe que había
saqueado varias casas: al arrojarle una fuerte suma de dinero. No era Belzu el
único que autorizaba los ataques al derecho de propiedad. Solicitada la
indemnización de algunos saqueos, se opuso a ella en las cámaras de 1850 el
Ministro de Hacienda, don Rafael Bustillo, expresando que aquellos habían sido
actos de la imparcial justicia del pueblo...” Luis S. Crespo cuenta que, después de
aplastada la rebelión ballivianista de marzo de 1849 y cuando una imponente
masa humana lo recibió en la ciudad de La Paz, Belzu pronunció la siguiente
catilinaria: “Camaradas: un turba insensata de aristócratas ha venido a ser árbitro
de vuestras riquezas y de vuestros destinos; explotan sin cesar y no echáis de ver;
os trasquilan día y noche, y no sentís; monstruosas fortunas acumulan con vuestra
sangre y no advertís. Se reparten las tierras, los honores, los empleos, las
dignidades, dejándoos tan sólo la miseria, la ignominia, el trabajo principal de la
mayor parte de los delitos y crímenes en Bolivia; es la causa de esa lucha
permanente entre los bolivianos, es el principio del actual egoísmo dominante, de
aquel egoísmo eternamente condenado por la moral universal. No más propiedad,
no más propietarios, no más herencias; ¡abajo los aristócratas! La tierra sea para
todos; ¡basta de explotación del hombre por el hombre! ¿Qué razón hay para que
los ballivianistas no más ocupen elevadas funciones sociales? “Amigos: la
propiedad, en expresión de un gran filósofo, es la explotación del débil por el
fuerte.

Es innegable que Sotomayor Valdez exagera al sostener que “Belzu entronizó la


tiranía del populacho”. “La tendencia plebeya de la política gubernamental”, obligó
aglutinarse en la oposición a los privilegiados y a los elementos que gustaban
llamarse cultos, los mismos que “iniciaron en marzo de 1850 la serie de
revoluciones que debían inducir al Presidente, después de siete años de
campaña, a renunciar su cargo”. Las masas populares con el apasionamiento que
les caracteriza, identificaron al gobierno con la posibilidad de realización de sus
aspiraciones y a Belzu lo elevaron como a su ídolo indiscutido. Los “cholos”
demostraron estar siempre dispuestos a defender espontáneamente a “su”
gobierno. “En el curso de seis u ocho meses, se erigió en sistema político “la
pacificación”, esto es, el desborde brutal y sanguinario de las masas, fomentado
por el gobierno y justificado con sofismas en el parlamento”. Los gobiernos
populares tienen el privilegio de recurrir a las masas para imponer la “pacificación”
(los que no lo son encomiendan esa tarea a su ejército y a su policía). Este
método implica la violencia y la crueldad contra los privilegiados. Por otra parte, la
“pacificación” que ejercitan los gobiernos feudales u oligárquicos no es otra cosa
que el aplastamiento de las mayorías populares mediante el terror. Como se ve,
los dos extremos del problema no puedan ser confundidos, media entre ellos la
diferenciación clasista. Desde el punto de vista de los intereses de los sectores
mayoritarios de la sociedad, la primera modalidad de pacificación citada, pese a
sus excesos, se justifica plenamente. Ignacio Prudencio Bustillo, inteligentísimo
buceador de la sociología de un pueblo más que de la psicología de los héroes,
estuvo imposibilitado para comprender el abismo que separa al “matón” al servicio
de la oligarquía, envilecido por la paga y la deslealtad, del hijo del pueblo que
lucha apasionadamente en defensa del orden constituido, en la creencia de que
así defiende los intereses de su propia clase. La interpretación mecanicista de la
historia conduce al escritor a una posición francamente reaccionaria: “El matón es
el hijo del pueblo bajo y engreído que Belzu, con fecundo acierto para el mal,
elevó al gobierno... De ahí que, a nuestro parecer, no le daremos muerte sino
cuando el adelanto cultural sea efectivo y cuando las clases burguesas, saliendo
de su antipatriótica prescindencia, tomen una participación activa en nuestra
política”. Belzu bien pronto se dio cuenta de que era preciso dirigir y controlar a las
masas; de mejorar paulatina y sistemáticamente sus condiciones de vida y de
trabajo para evitar futuras explosiones sociales. En el mensaje que hemos citado
más arriba se lee una frase clave: “Protegedlas para que os respeten. Estableced
el camino de la justicia, para evitar el comunismo político”. Nos parece que esta es
la primera vez que un gobernante habló de comunismo. Justicia para todos (una
variante de la igualdad de los ciudadanos ante la ley y la razón) para evitar que la
mayoría desencadene un cataclismo En las palabras del Presidente no solamente
había amenaza sino un profundo y reconcentrado miedo y desconfianza de la
capacidad explosiva de los oprimidos. Los hechos se habían encargado de
demostrar de lo que eran capaces. Mucho se ha hablado de que problemas de
alcoba habrían obligado a Belzu a luchar encarnizadamente contra el aristócrata
Ballivián. Puede esto ser completamente cierto, por lo menos en gran medida;
pero, el caudillo de la plebe, de una u otra manera, se convirtió en el portavoz de
las fuerzas elementales que chocaban, en batalla descomunal, contra los intentos
de internacionalizar a la hasta entonces aislada Bolivia. Más tarde Belzu pareció
haberse arrepentido de su radicalismo plebeyo. Desde Frankfort, el 15 de octubre
de 1858, escribió a uno de sus amigos políticos lo que va a leerse: “La experiencia
me ha demostrado más de una vez, que los enemigos de la administración
pública, son por lo regular los que se han quedado a la zaga; los que no participan
de los goces que una colocación cualquiera proporciona. Si el gobierno Linares les
hubiera confiado algún destino lucrativo justificándoles, por descontado, sus
pasados extravíos, ciertamente habrían estado incensando al poder, y
frecuentando noche y día su palacio...” “No trato de abogar por las dictaduras.
Pero si se hacen necesarias, locura sería vituperarlas... Si el Gobierno Linares ha
apelado a este único medio a que yo mismo apelé más de una vez, haciendo lo
que en semejantes casos hacían los romanos; esto es, echando un velo a la
imagen de la ley, es porque el Guillermo Lora Historia del Movimiento Obrero
Boliviano 10 Gobierno Linares no cree de su deber reponer las cosas en la
situación en que antes de la revolución estaban...” “Nada me pesa más, ni de nada
más me arrepiento, que el de haber sacado a todos ellos del polvo de la nada...
No quiero recordar escenas que me avergüenzan, sucesos que hondamente
afectan mi alma...” “También he leído el periódico ‘La Patria’, tribuna de
difamación. Es inconcebible que mi hermano haya autorizado con su silencio
estampar en él mi nombre, como emblema del robo y del saqueo... “Si hoy de algo
me pesa, es de no haber castigado severamente a los que en mi obsequio dieron
en las funestas jornadas de marzo el triste ejemplo de tan execrable espectáculo
contra la propiedad individual...” Nótese que en la carta se percibe la adhesión del
caudillo al aristócrata Linares. En 1864, Belzu volvió a lanzar su candidatura a la
Presidencia y sus agentes electorales aseguraban que sus ideas políticas eran
muy diferentes a las que sustentara en 1848 (Arguedas, “La dictadura y la
anarquía”). Por suerte la muerte trágica de Belzu nos ha evitado el triste
espectáculo de ver borrado desde el Palacio de Gobierno todo su atrevimiento
plebeyo de la primera época. Sin embargo, Narciso Campero, que conversó con
Belzu en Arica, informa que el caudillo a su retorno de Europa permanecía fiel a
sus ideas igualitarias. (21). Alberto Gutiérrez, “El Melgarejismo antes y después de
Melgarejo”, La Paz, 1916. (22). Alcibíades Guzmán, “Libertad o despotismo en
Bolivia. El antimelgarejismo después de Melgarejo”, La Paz, 1918. (23). “Mensaje
que el Presidente Constitucional de la República Boliviana presenta, al terminar su
período, a las cámaras legislativas”, Sucre, 1855. (24). Alfredo Sanjinés, “El
Quijote mestizo”, La Paz, 1951. (25). Carlos Montenegro, “Nacionalismo y
Coloniaje. su expresión histórica en la prensa de Bolivia”, La Paz, 1943. (26).
Fausto Reinaga,”Belzu”, La Paz, 1953. (27). Luis M. Guzmán, “Historia de Bolivia”,
Cochabamba, 1883. (28). Alcides Arguedas, “La plebe en acción”, en Obras
Completas. (29). La Constitución de 1839 fue la obra del “restaurador” Velasco.
Era necesario reconstituir el país, después de diez años de dominio del general
Santa Cruz y las transformaciones que había sufrido su Constitución Política,
durante el Protectorado. Con fecha 26 de octubre de 1839, sancionó la Asamblea
la cuarta Constitución de la República. “Sus rasgos más importantes han sido: la
abolición de la pena capital por delitos políticos, la de los tribunales especiales, la
creación de las municipalidades, el derecho de petición y la prohibición de recibir
los diputados empleos rentados del Gobierno” (Manuel Ordoñez Lopez y Luis S.
Crespo, “Bosquejo de la historia de Bolivia”, La Paz, 1912). (30). Luis S. Crespo,
“Monografía de La Paz”, en el “Boletín de la Sociedad Geográfica de La Paz”. (31).
Ignacio Prudencio Bustillo, “La vida y la obra de Aniceto Arce”, Buenos Aires, 1951
Conclusiones

El régimen crucista al cooperar a los obrajes fortaleció la economía nativa y


organizo un frente unido de clase que le permitió dignar con visión futurista la
unidad de Peru y Bolivia

La política crucista fue ejemplarmente patriótica, si tomamos e patriotismo como


sino no de producir y consumir los nuestro. Bolivia se fortaleció constituyéndose
en una potencia en la América del Sur, se consumía lo nuestro y la importación
era sancionado con pena de muerte

Santa Cruz creía que solo la unidad Peru-Bolivia salvaría a las naciones de todos
los peligros. Por eso cooperado por logias secretas y apoyados por una
expedición armadas consigue unir a Bolivia y Peru

El ejercito de la confederación destruyo esta oposición oligarca peruana y


estableció vigorosamente a unidad de ambas republicas

El capitalismo ingles que había unido sus interés al de los terratenientes colonistas
de Peru, Argentina y Chile instigaba a mentalidad regionalista, que coloco estos
pueblos en beligerancia contra la obra nacional de Santa Cruz.

Los colaboradores de Santa Cruz lo traicionaron destruyéndose la confederación


Peru Bolivia. El capitalismo ingles se impuso sobre lo esfuerzos del Peru y Bolivia
que lucharon por su unificación

El país a la caída de Santa Cruz conservo intacto su economía productiva.

Gamarra invade a Bolivia pero las masas Alto Peruanas reaccionaron


vigorosamente ante la invasión

La victoria militar de Ingavi no se tradujo en una victoria económica para el pueblo


en general sino solo para las clases acomodadas

Ballivian en gobierno realizo una política de libre cambio contra las clases
populares sin interesarle el destino de los sectores artesanales de la ciudad. La
política gubernamental solo tenia oídos por la necesidades de sus clase

La industria artesanal tuvo una época fructífera en el gobierno de Santa Cruz


después de la batalla de Ingavi paralizo su producción dejando miles de
trabajadores en la calle

Ballivian repartió las tierras de la comunidades a sus partidarios, fortaleciendo al


terrateniente, por lo cual el pueblo reacciono contra estas medidas,

Bibliografía

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KLEIN, H. (2012). HISTORIA DE BOLIVIA DE LOS ORIGENES AL 2012. LA PAZ:
G.U.M. LA PAZ BOLIVIA.

MESA, J., GISBERT, T., & MESA GISBERT, C. (2008). HISTORIA DE BOLIVIA.
LA PAZ: GISBERT.

GUILLERMO LORA HISTORIA DEL MOVIMIENTO OBRERO BOLIVIANO

ALCIDES ARGUEDAS “HISTORIA GENERAL DE BOLIVIA”, LA PAZ 1980, PAG


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