Chomsky

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precisamente en aque-

lla época y después de la guerra se utilizaron las mismas

técnicas para avivar lo que se conocía como Miedo rojo

Ello permitió la destrucción de sindicatos y la elimina-

ción de problemas tan peligrosos como la libertad de

prensa o de pensami~PQlitico.. El poder financiero y

empresarial y los medios de comunicación fome~taron

y prestaron un gran apoyo a esta operación, de la que, a

su vez, obtuvieron todo tipo de provechos.

Las rela.{.:iones...públicas constituyen una industria in-

mensa que lID!-Cllt:, en la actualidad, cantidades que osci-

lan en tomo a un billón de dólares al año, y desde siem-

pre su cometido ha sido el de controlar la apinión

públi~, que es el mayor pehgro al que se enfrentan las

corporaciones.

Por ello, el poder empresarial tuvo una ~

ción contundente para asegurarse de que esa había sido

la última victoria legislatiya de las organizaciones obre-

LiS.. y de que representaría también el principio del fin

de esta desviación democrática de las organizaciones

populares.

La primera prueba se produjo un año más tarde. en

, cuando hubo una importante huelga del sector del

acero enJohnstown. al oeste dc Pensilvania. Los empre-

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sarios pusieron a prueba una nueva técnica de dcstruc-

ción de las organizaciones obreras, que resultó ser muy

eficaz. y sin matones a sueldo que sembraran el terror

entre los trabajadores. algo que ya no resultaba muy

práctico, sino por medio de instrumentos más sutiles y

eficientcs de propaganda. La cuestión estribaba en la


idea de que h~ue.. enfrentaLa..Ja-EcQJG contra los

huelguistas, or los medio Que...fu.era. Se presentó a es-

tos como destructivos y perjudiciales para el conjunto

de la sociedad; y contrarios a los intereses comunes, que

eran los nuestros, los del empresario, el trabajador o el

ama de casa, es decir, todos nosotros, Queremos estar

unidos y tener cosas como la armonía y el orgullo de ser

americanos, y trabajar juntos. Pero resulta que estos

huelguistas malvados de ahí afuera son subversivos. ar-

manjaleo, rompen la armonía y atentan contra el orgu-

llo de América, y hemos de pararles los pies.

De hecho, tienen una idea de 10 que

debería ser la d~mQcracja· \.lO sistema en el que la~

especializad_a está entrenada para trabajar al servicio de

los ~s\ de los dueños de la sociedad, mientras que al

(es[O de Ja poblaciÓn se le. priva de [Oda forma de ~

acjÓn para evitar así los problemas que pudiera c;u-

sar.

Hay que hacer que conserven un mie..9,Q..

Qermaneme, porque a menos que estén debidamente

atemorizados por todos los posibles males que pueden

destruirles, desde dentro o desde fuera, podrían empe-

zar a pensar por sí mismos, lo cual es muy peligroso ya

que no tienen la capacidad de hacerlo. Por ello es im-

portante distraerles y marginarles.

Los medios de

información fOnstituían un monopolio COIDorarjyjza-

do~ todos expresaban los mismos puntos de vista . ..l&.s....

dos partidos eran dos facciones de! partido deLpodr;r fi_

nanciero y empresarial.

También es preciso falsificar [Otalmente la historia. Ello


constituye otra manera de vencer esas inhibiciones en·

fermizas, para simular que C1~ndo atacamos y destruí·

mos a alguien lo que estamos haciendo en tealidJid..k.L

proteger y defegdernos a nosotros mismos delos peores

monstruos y agresores, y cosas por el estilo

Grupos más poderosos que los Estados hacen una ra-

zzia en el bien más preciado de las democracias: la in-

formación. ¿Impondrán su ley al mundo entero y abri-

rán una nueva era en que la libertad del ciudadano no

será más que pura ilusión? ¿Estamos manipulados, con-

dicionados, vigilados?

En un Estado de derecho, ¿es pertinente hacer estas

preguntas? Por desgracia, sí. Con una inquietud crecien-

te, los ciudadanos comprueban en su vida cotidiana ~

influencia dominante, cada vez más fuerte, de esto~

nuevos poderes y sus recientes armas de control social.

a pyblicidad y las técnica~ de venta, incluso las más

controvertidas, ~, por otra parte, de modelo al dis-

curso pJJlitKQ, sobre todo en período electoral. Su in-

fluencia en el ciudadano, en especial la del marketing

políticO, es considerable a la hora de elegir a los dirigen-

tes en una democracia

Este nuevo mecano comunicacional y el ~ de

los monopolios inql!jetan, y con razón, a los ciudada-

nos. Se acuerdan de las advertencias lanzadas no hace

tanto tiempo por George OrwelI y Aldous Huxley (de

cuyo nacimiento se celebró el centenario en 1994) con-

tra el falso progreso de nn mundo~m.in~p.QUl.D , -

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B.ensamiento único.

Dentro del esquema industrial que han concebido


los patrones de las empresas del ocio, todos constatan

que la información es ante todo considerada como una

mercancía y que este carácter es, con mucho, más fuer-

te que la misión fundamental de los medios de comuni-

cación: iluminar y enriquecer el debate democrático.

A riesgo de negar los principios y prácticas democrá-

ticas, los nuevos amos del mundo multiplican de este

modo, con la complicidad de los Estados, las medidas

preventivas de vigilancia, en especial de las poblaciones

marg1nadas cada vez más numerosas por la crisis.

Las herramientas fururistas de información y com

Las herramientas fururistas de información y comu,:.

nicación sirven más para el condicionamiento y el cerco

de los ciuda.danos que..para...sll emancipación. ¿Es esto

tolerable? Si nadie controla a los guardianes del nuevo

orden social, ¿qué peligros para la democracia?

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