El Patrimonio Cultural

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Conceptos centrales de mi investigación

El Patrimonio Cultural es una expresión acuñada a partir de la segunda mitad del


siglo XX a través de diversos convenios internacionales de protección del patrimonio,
principalmente de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia
y la Cultura, Unesco, que elaboró una primera definición del concepto en la Convención
sobre la protección del patrimonio mundial, cultural y natural de 1972 celebrada en
París.
Progresivamente la expresión Patrimonio Cultural ha sustituido a la anterior y más
restrictiva fórmula de patrimonio histórico-artístico configurándose como un concepto
amplio que engloba el patrimonio histórico artístico, aquellos bienes muebles e
inmuebles que consideramos dignos de conservar para generaciones futuras porque
alcanzan un alto grado de excelencia dentro de las artes: pintura, escultura, artes
decorativas, arquitectura, entre otras, como destaca la definición de
la Unesco. Además incluye otros objetos no artísticos que conservan las costumbres y
formas de hacer, utensilios de distintos oficios o distintas épocas que se engloban dentro
del llamado patrimonio etnológico, e incluso el denominado patrimonio inmaterial, que
puede sustanciarse o no en un objeto y que refleja los valores y creencias de una
sociedad.
El concepto de Patrimonio Cultural está abierto y en continua transformación, porque es
la sociedad también en continua evolución quien otorga valor a un conjunto de bienes.
Valor no en un sentido exclusivamente económico, sino un valor simbólico, de
representación de los rasgos que conforman la identidad colectiva.
Así lo define la más reciente ley de patrimonio cubana en su artículo 4 (para más
información sobre la más reciente legislación sobre patrimonio aprobada por el
gobierno cubano ver anexo Número 2):

- A los fines de esta Ley se reconoce como Patrimonio Cultural, a las


manifestaciones culturales inmateriales y los bienes culturales muebles e inmuebles que
constituyen la expresión o el testimonio de las culturas y que son valorados por la
comunidad en su relación con la historia, el arte, la ciencia y la sociedad en general.

Y además refrenda en su artículo 6 inciso A.


- Son principios para la protección al Patrimonio Cultural y al Patrimonio Natural, en
el ámbito de aplicación de esta Ley:
a) Identidad nacional, regional y local, referida a las particularidades de cada
individuo o grupo, que lo caracteriza, distingue de otros y refuerzan la cohesión social.

En la base del concepto de Patrimonio Cultural, como ya he señalado, se encuentra la


idea de identidad colectiva ya que los bienes culturales, materiales e inmateriales, que lo
conforman contribuyen a la creación de esa identidad porque en ellos se plasma la
cultura de una colectividad humana, sus costumbres, sus tradiciones festivas o
ceremoniales, su evolución artística o científica.

La información sobre Patrimonio Cultural abarca además muy diversos aspectos que
tienen que ver no sólo con la idea de identidad colectiva o la evolución de la propia
sociedad que otorga el carácter patrimonial a un bien cultural y es por ello que la
información sobre Patrimonio Cultural puede tener diversos enfoques, según el aspecto
que se destaque. Así por ejemplo puede hacerse hincapié en las repercusiones del
Patrimonio Cultural en un sector económico fundamental como es el turismo o en la
inversión pública para la restauración de un bien. De la relación entre patrimonio y
política surgen también informaciones que ponen de relieve la confrontación entre
partidos tomando como base asuntos del patrimonio o cuestiones relativas a legislación,
inversión pública política cultural o subvenciones.

El aspecto cultural se trata en textos relativos a exposiciones, restauración de bienes


culturales, conmemoraciones históricas, descubrimientos o hallazgos. También, si
tenemos en cuenta la constante evolución del concepto adecuándose a la sensibilidad de
la sociedad en cada momento como representación de su identidad colectiva
encontramos informaciones sobre la solicitud o declaración de un nuevo bien cultural de
forma que el catálogo de bienes pertenecientes al Patrimonio Cultural, según los casos
mundial, nacional, regional o local, va incrementándose a medida que la sociedad toma
conciencia del valor y relevancia en determinados bienes. Incluso puede darse un
enfoque más relacionado con el ocio dentro del denominado turismo cultural.

La consideración de los valores patrimoniales de un bien, ya sea material o


inmaterial, debe tener en cuenta una lógica basada en una serie de conceptos esenciales.
El más importante es, por supuesto, el concepto de patrimonio alrededor del cual se
construye el resto.

Para mi investigación, he preferido utilizar la definición propuesta por el


investigador portugués, (Filipe Themudo) dada su actualidad y la excelente síntesis que
hacen de los diferentes elementos culturales incluidos en este concepto. Dicha
definición está extraída del libro, Património Cultural e Sustentabilidade. Uma relação
nem semprefácil de Filipe Temudo, Sofia Capelo y José Manuel Mascarenhas.

En el libro los investigadores comienzan por clarificar teniendo en cuenta la


evolución histórica del concepto. Podemos incluso empezar por la primera razón, por la
que existe una especie de percepción generalizada de que hoy en día "todo es
patrimonio". Si comparamos esta sensación con la certeza de que en el pasado el
concepto de patrimonio era mucho más restringido, nos hacemos una idea de la
desorientación. Esta nota ya nos permite sacar una conclusión real: el concepto de
patrimonio está evolucionando y cambiando.

Pero, ¿por qué está cambiando? La primera parte de la respuesta es comprender que
el patrimonio cultural es una construcción social. Es decir, los grupos y las comunidades
eligen en cierto modo, conscientemente o no, qué elementos culturales simbolizan su
existencia y son la base de sus valores y, sobre todo, son los elementos estructurantes de
su memoria colectiva.

La propia noción de patrimonio se utiliza de dos maneras que todavía tienen sentido
para muchas personas. El primero es el uso de la palabra "patrimonio" para referirse a
los bienes que posee una persona que puede legarlos a sus descendientes. En gran
medida, este concepto no está tan alejado del patrimonio cultural. Son los bienes
culturales y las prácticas sociales que cada generación identifica, posee y espera
transmitir a la siguiente. El segundo son los bienes y propiedades con valor de mercado
que cada persona posee y puede legar.

También es importante conocer el marco legislativo que cada país otorga, o no, al
patrimonio cultural; las características intrínsecas del patrimonio cultural; las cuestiones
prácticas que conlleva la discusión sobre si es posible o no determinar el valor
patrimonial comparativo de cada uno de estos bienes.
También es importante presentar cómo las políticas públicas pueden influir en la
conservación y valorización del patrimonio, teniendo en cuenta que no todas las
sociedades perciben y viven el patrimonio de la misma manera.

¿Por qué es importante determinar un valor patrimonial?

La importancia de determinar el valor patrimonial de una estructura y del propio


patrimonio de interés histórico, cultural o social, o incluso de una simple propiedad, es
un elemento que merece ser apreciado. Desde un punto de vista abstracto, esto puede
parecer sin sentido, pero desde un punto de vista práctico, esta cuestión se nos plantea
casi todos los días. Cuando una autoridad dispone de un presupuesto, siempre limitado,
para obras de conservación, ¿cómo debe elegir? ¿Qué tipo de patrimonio "cree" que es
más importante? Por supuesto, todo el mundo está de acuerdo en que esto no puede ser
así. Otro ejemplo menos dramático; cuando, por ejemplo, queremos organizar un
circuito turístico, ¿cómo podemos organizar las opciones de visitas? En efecto, priorizar
el valor del patrimonio significa poder decidir la aplicación de recursos financieros,
humanos o de otro tipo a su protección y conservación.

Lugares de vergüenza.

A esta excelente definición y problematización del concepto de patrimonio adaptada


a mi enfoque, me gustaría añadir un análisis y una definición de lo que la historiografía
y los estudios de patrimonio contemporáneos denominan como lugares de vergüenza. Es
un término que se ajusta a una percepción certera del tema y los objetivos de mi
investigación.

Nuestro paisaje es un mosaico de cicatrices, vestigios de un pasado doloroso. Una


serie de hogares, lugares e instituciones con una historia de confinamiento,
discriminación racial o participación en guerras, masacres y genocidios. Estos lugares,
que a menudo caminan por la delgada línea que separa nuestra constante necesidad de
recordar y el abrumador impulso de olvidar, suelen invocar el dolor, la vergüenza, la
culpa y la inutilidad final debido a los acontecimientos que ocurrieron y a las ideologías
que representan.

Estos lugares, definidos en ocasiones como patrimonio negativo -sitios conflictivos


que se convierten en el depósito de la memoria negativa en el imaginario colectivo-, se
están revisitando desde la academia en todo el mundo a medida que redefinimos qué
herencia conservamos en nuestro paisaje para su uso actual y para transmitirla a las
generaciones futuras. Lo que esto sugiere es que, con el paso del tiempo, lo que
consideramos patrimonio puede volverse muy maleable y adaptarse a los parámetros de
los sistemas de valores y las percepciones de identidad locales o nacionales.

El libro que utilizo como referencia para la definición del concepto lugares de
vergüenza es Places of Pain and Shame de los profesores William Logan y Keir
Reeves. Su libro, una compilación de textos de varios autores, en que se describe a
partir de casos concretos de todo el mundo, las dificultades para trabajar, en función del
rescate patrimonial, con sitios, paisajes o simplemente hechos que pueden considerarse
conflictivos. La visión caleidoscópica que ofrece la obra nos permite una aproximación
cabal al concepto. Los lugares de vergüenza serían aquellos espacios que no reciben el
reconocimiento adecuado por parte de las naciones porque representan un momento
conflictivo o vergonzoso de su historia.

Según los compiladores es importante determinar qué aspectos del pasado se ignoran
o tergiversan en la interpretación de los sitios patrimoniales. Pero a veces sitios enteros
pueden estar ausentes de la conciencia pública y, por tanto, de los registros del
patrimonio, quizás porque el público en cuestión no quiere recordar los valores
asociados a estos lugares.

Como dijo el Premio Nobel Elie Wiesel en su citado aforismo Le bourreau tue
toujours deux fois, la seconde fois par l'oubli. Para preservar en la memoria de las
naciones los horrores y erores del pasado es Hay espacios de recuerdos que sirven para
mantener el sentido de la conexión de un grupo con sus raíces en el pasado. Estos
lugares tienen funciones políticas, utilizadas y abusadas por los gobiernos por razones
que pueden ser tanto benignas como malignas. (Logan, Reeves 2007).

Un motivo común es un ideal que guía la construcción de la nación, que acompaña a


la formación y el fortalecimiento de los Estados. Los gobiernos promueven
determinadas recuerdos, un tipo bien definido de memorias y para ello proporcionan
rituales y lugares de recuerdo, que pueden ser benignos o malignos. Pueden ser
benignos si estas acciones promueven el desarrollo de estados tolerantes y sociedades
basadas en los derechos humanos.
Sin embargo, en muchos casos, las autoridades estatales se dedican a contar la
historia, inventar tradiciones y celebrar el patrimonio de forma que sirvan a sus propios
intereses, que a menudo son tan burdos como mantener el poder. Se trata de un
fenómeno de "distorsión deliberada" de la memoria colectiva por parte de los gobiernos,
una distorsión que tiene como objetivo estratégico manipular a la comunidad
manipulando su historia, "explicando" su historia, con el fin de obtener apoyo para un
determinado conjunto de políticas o para el mantenimiento de su poder hegemónico.

Para el historiador británico Eric Hobsbawm, es en la política nacionalista donde la


distorsión deliberada es más grave. La historia de la guerra y el colonialismo muestra
ciertamente la centralidad de esta táctica propagandística de distorsión del pasado. Pero
la distorsión de la memoria y la fabricación de mitos también son comunes en
situaciones poscoloniales en las que la creación de una identidad nacional es necesaria
para garantizar la cohesión política y cultural(insertar cita). (Hobsbawm,)

La impugnabilidad de la memoria tiene implicaciones en la evolución de ciertos


sitios del patrimonio cultural a lo largo del tiempo. Esto, a su vez, tiene implicaciones
para la comprensión y la gestión del entorno construido y los lugares de importancia. El
patrimonio de la atrocidad es particularmente propenso a muchos tipos de disonancia.
En las peores experiencias de inhumanidad, todos los lugares de dolor y vergüenza
revelan disonancia, ya que siempre hay perpetradores y víctimas y sus percepciones
inevitablemente difieren radicalmente.

Una de las mejores estrategias desarrolladas en los últimos años en función del
rescate de la memoria de los esclavos negros afroamericanos es La Ruta del esclavo un
proyecto, que comenzó oficialmente en el año 1994 y que se encuentra coordinado por
el Departamento del Diálogo intercultural y el Pluralismo para una Cultura de Paz de la
UNESCO. La idea de "ruta" corresponde a la dinámica del desplazamiento de
poblaciones, civilizaciones y culturas, y en este caso significa el esclarecimiento de los
itinerarios de la inhumanidad. La idea de "esclavo" alude no sólo al fenómeno universal
de la esclavitud, sino también de modo más concreto y explícito, al comercio de
esclavos en los Océanos Atlántico e Índico, y el Mar Mediterráneo.

Toda la estrategia desarrollada por el proyecto La Ruta del Esclavo en cuanto a la


promoción de las rutas de la memoria relacionadas con la esclavitud y la trata de
esclavos podría desempeñar un papel decisivo en la propia estrategia de preservación
del patrimonio que propongo. El fecundo trabajo que ha desarrollado este amplio grupo
de especialistas, particularmente en la educación del público en general y en la
consolidación de diversos procesos de reconciliación nacional y cohesión social en
sociedades con legados de esta tragedia, es un precedente muy valioso que me resulta
útil y al que podría contribuir en el futuro. La ruta del esclavo siendo un proyecto de
amplitud asistido por los especialistas más prestigiosos es una iniciativa cuyas pautas se
pueden convertir en un patrón a seguir para una posible patrimonialización del barracón.
Ahora haré un repaso de sus principales postulados y en los capítulos finales de mi
investigación describo qué elementos de ese modelo utilicé y como lo hice.

Desde su puesta en marcha el proyecto internacional "La Ruta del Esclavo:


Resistencia, Libertad, Patrimonio" pretende abordar la historia de la esclavitud y la trata
de esclavos a través del prisma del diálogo intercultural, la cultura de la paz y la
reconciliación. De este modo, pretende mejorar la comprensión y la transmisión de esta
tragedia humana, dando a conocer sus causas profundas, sus consecuencias en las
sociedades actuales y las interacciones culturales que han surgido de esta historia.

Al igual que otros proyectos auspiciados por la UNESCO, el proyecto se articula en


torno a cinco áreas o actividades clave: la investigación científica, la elaboración de
materiales educativos, la preservación de los archivos escritos y las tradiciones orales, la
promoción de las culturas vivas y las contribuciones de la diáspora africana y, por
último, la preservación de los sitios de memoria (elemento que sería objeto de mi
investigación).

Para obtener la etiqueta de sitio de la Ruta del Esclavo creada por el proyecto de la
Ruta del Esclavo en 2013, los sitios y rutas de la memoria deben cumplir los siguientes
criterios.

1- Originalidad del sitio. El sitio debe ilustrar la diversidad de lugares vinculados a la


trata de esclavos, la esclavitud, la resistencia y la abolición, como: sitios de trabajo y
producción agroindustrial; sitios de maltrato, encarcelamiento o concentración; sitios de
resistencia y comunidades cimarrones; sitios de conmemoración; sitios de expresión
cultural; cementerios; sitios de rituales; y edificios construidos por personas
esclavizadas. El objetivo es evitar el predominio de un tipo de sitio y dar prioridad a
honrar la memoria de las víctimas y la contribución de las personas esclavizadas al
desarrollo de las sociedades.
2-La relevancia científica de la información contenida en el sitio y su relación con el
tema de la esclavitud.

La identificación y elección del lugar debe basarse en un estudio profundo y


documentado. El yacimiento debe estar científicamente establecido a través de la
investigación histórica (trabajo de historia) y reconocido por las comunidades afectadas
(trabajo de memoria). La información sobre el lugar debe recogerse de cuatro tipos de
fuentes:

(a) documentos escritos

(b) las tradiciones orales (incluidas las canciones, los poemas épicos, las leyendas,
los mitos, los proverbios y los cuentos)

c) los recuerdos de las personas afectadas;

d) investigaciones y descubrimientos arqueológicos. El consenso sobre el


reconocimiento de los lugares es esencial para la elección final de los mismos.

3-Integración del lugar/ruta en un inventario más amplio que presente una tipología
que abarque todos los lugares de memoria vinculados a la geografía y la historia del
territorio en cuestión (patrimonio arquitectónico, patrimonio natural y patrimonio
inmaterial).

Este inventario debe utilizar la metodología y la ficha técnica establecidas por el


proyecto de la Ruta del Esclavo. Por analogía, y basándose en los trabajos realizados en
el marco de la Convención del Patrimonio Mundial (1972), el concepto de rutas o
itinerarios :

- se basa en la dinámica del movimiento y la idea del intercambio, con continuidad


en el espacio y el tiempo;

- se refiere a un conjunto, en el que el recorrido tiene un valor que supera la suma de


sus partes y a través del cual adquiere su significado cultural;

- Destaca el intercambio y el diálogo entre países o regiones;

- Es multidimensional, con diferentes aspectos que desarrollan y se suman a su


objetivo principal.
4- La importancia y el impacto del sitio. El sitio debe contribuir significativamente a
la sensibilización sobre la importancia de los acontecimientos de la trata de esclavos y la
esclavitud relacionada, y sobre el hecho de que refleja un aspecto particular de esta
historia.

Por su valor histórico y su reputación como lugar de memoria, el sitio debe contribuir
a la labor conmemorativa e histórica sobre este tema.

5- Conservación y promoción del sitio. Debe establecerse una estrategia de


conservación que garantice el mantenimiento y la restauración del lugar para preservar
las cualidades y características que determinaron su selección. También deben tomarse
medidas para promover el sitio y educar al público sobre la tragedia de la esclavitud y
su legado.

Esta especie de hoja de ruta que ofrece el manual patrimonialización de La Ruta del
esclavo es un referente para eso que pretendo con mi investigación y está impulsado por
los mismos intereses. A partir de esta metodología fijé mi lógica de valorización de los
barracones aún existentes. El mismo camino que tantos especialistas en patrimonio,
activistas, historiadores entre otros profesionales han recorrido para mantener viva la
memoria de la esclavitud me sirve a mí en este nuevo intento.

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